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cargas
1. INTRODUCCIÓN
La manipulación de cargas es una tarea bastante frecuente que puede producir fatiga
física o lesiones como contusiones, cortes, heridas, fracturas y lesiones musculo-
esqueléticas en zonas sensibles, como son los hombros, brazos, manos y espalda. Es
una de las causas más frecuentes de accidentes laborales. Las lesiones que se producen
pueden no ser mortales, pero originan grandes costos económicos y humanos, ya que
pueden tener una larga y difícil curación o provocar incapacidad. Se define como carga,
cualquier objeto susceptible de ser movido, incluyendo personas y materiales que se
manipulen con grúa u otro medio mecánico, pero que requiere del esfuerzo humano para
colocarlos en su posición definitiva. Un aspecto importante de destacar es que la
manipulación de cargas de sólo 3 Kg puede entrañar un potencial riesgo si las
condiciones ergonómicas son desfavorables y, las de más de 25 Kg, aunque no existan
otras condiciones ergonómicas inadecuadas. Estas son cifras de referencia, ya que el
efecto que el movimiento de cargas puede producir, depende en gran medida, de las
condiciones en que estas se manipulen. Por ejemplo, en la figura 1 se puede ver algunas
recomendaciones para cargas que se manejen desde distintas alturas y distancias del
cuerpo, según los criterios para límites de peso recomendables propuestos por el “Health
and Safety Executive” (HSE) (2007), de Gran Bretaña. Como se observa en la figura 1, los
límites oscilan entre 25 Kg, en la condición más favorable y 5 Kg, cuando se trabaja por
encima de los hombros o desde el suelo y alejado del cuerpo, en el caso de los varones y
entre 16 y 3 Kg cuando se trata de mujeres.
En cada movimiento efectuado por el ser humano, hay una posición en que los músculos
presentan la mayor ventaja mecánica. Consecuentemente, la fuerza máxima se obtiene
cuando el máximo número de músculos, que intervienen en un determinado movimiento,
trabajan en su posición óptima. Como este es un aspecto muy importante en la práctica
ergonómica, diversos investigadores han realizado estudios para detectar las posturas
más adecuadas para el desarrollo de fuerzas. Por ejemplo, Grandjean (1982) recopiló
información acerca de la fuerza máxima que puede ser ejercida cuando los controles son
accionados por las manos, con los sujetos sentados con la espalda apoyada. El señala:
Por su parte, Grandjean (1982) al referirse a controles operados con los pies, señala que
un operador sentado logra la mayor fuerza "cuando la rodilla está en un ángulo entre 140
y 160 grados, con una inclinación hacia abajo de 20 a 30 grados". El concluye que el
pedal debe estar ligeramente por debajo de la superficie del asiento, y que su distancia
debe ser equivalente a alrededor del 90 % del alcance del pie.
Otro aspecto importante es la naturaleza del esfuerzo muscular, ya sea éste dinámico o
estático. Cuando se realiza un esfuerzo muscular rítmico, los músculos se contraen y
relajan periódicamente. Por esta razón ellos actúan como una bomba motora sobre la
circulación sanguínea; la contracción provoca una expulsión de sangre y la relajación
permite un flujo renovado de este elemento hacia los músculos. De esta forma, se
asegura un aporte adecuado de oxígeno a los tejidos. Esto se conoce como trabajo
muscular dinámico. En contraste, durante un trabajo estático, los músculos se contraen
por períodos prolongados comprimiendo los vasos sanguíneos. El flujo de sangre
disminuye y el aporte de oxígeno se reduce produciéndose sensación de fatiga muscular
y dolor local.
Como norma, los trabajos estáticos que demandan grandes fuerzas deben evitarse.
Figura 3. Porcentaje de la fuerza máxima y tiempo que puede ser mantenida una
contracción muscular estática
La herramienta MAC fue desarrollada por Health & Safety Executive (HSE) y Health &
Safety Laboratory (HSL) y publicada en 2002. MAC identifica factores de riesgo para tres
tipos de manipulación manual: operaciones de levantamiento, de transporte y de
manipulación entre dos o más personas. También ayuda a identificar qué tareas necesitan
mejorarse primero en un lugar de trabajo. MAC utiliza una hoja de puntuación en la cual
el usuario describe la tarea y después considera los factores de riesgo utilizando uno de
los 3 diagramas de flujo que se ocupan de las operaciones de levantamiento, de
transporte y de manipulación entre dos o más persona. El observador asigna a cada
factor de riesgo un color y una puntuación, utilizando una simple guía. Los colores ayudan
a mostrar el riesgo para cada factor. Las puntuaciones totales pueden utilizarse para dar
prioridad a la acción entre diferentes tareas. Pueden compararse dos o más tareas, en el
entendido que las puntuaciones más altas presentan un riesgo mayor y deben
solucionarse primero. Las puntuaciones también pueden compararse para elegir entre las
mejoras propuestas con el propósito de analizar cuál de ellas proporciona una mayor
reducción del riesgo.
Para dar un enfoque consistente y para minimizar la probabilidad de error, las
instrucciones de uso ofrecen ejemplos de distintas puntuaciones de factores de riesgo.
Detalles del método MAC se pueden encontrar en los apuntes complementarios.
Por su parte, el método UNE EN 1005-2, corresponde a una norma europea aplicable al
manejo manual en máquinas y sus componentes, así como también de los objetos
procesados por ellas de peso igual o superior a 3 kilos, que deben ser transportados a
distancias inferiores a los 2 metros. La norma suministra datos para el diseño ergonómico
y la evaluación de riesgos en relación con la elevación, el descenso y el traslado de
cargas durante el montaje, transporte y puesta en servicio y mantenimiento, entre otros
aspectos. Una buena descripción en español de esta técnica se puede encontrar en la
sección de apuntes complementarios.
El Método de los Indicadores Clave (MIC) fue desarrollado en el Instituto Federal para la
Seguridad y la Salud en el Trabajo de Alemania para la Evaluación de Riesgos, a nivel de
“screening”, en casos de Manipulación Manual de Cargas. Diversos estudios han
verificado la fiabilidad, la validez y la consistencia del método y también se han
- Se debe evitar tomar objetos desde el suelo o desde superficies muy altas. Es
mejor hacerlo desde una altura cómoda. A este respecto, la carga debe tomarse
cerca del cuerpo, con la espalda derecha, sin giros ni inclinaciones.
- En ambientes fríos se debe tener especial cuidado. El levantamiento de cargas
requiere un alto grado de coordinación muscular. La fatiga y la rigidez de los
músculos y tendones producida por el frío, la humedad y las corrientes de aire,
pueden entorpecer la coordinación y provocar accidentes.
- Si un grupo de personas levanta cargas en conjunto, los movimientos deben
efectuarse en forma simultánea. En tales casos, las instrucciones deben ser muy
precisas.
- El trabajador debe comprender los riesgos de su trabajo. Por esta razón, tiene que
saber que los movimientos torpes resultantes de pérdidas de equilibrio,
tropezones, tos, estornudos o risa, pueden ser mal amortiguados y producir
severos daños.
- Hay que destacar que rodar o deslizar una carga, ojalá con el uso de elementos
auxiliares, impone menos esfuerzo que transportarla en peso. Algunos ejemplos
de mal manejo de cargas se pueden ver en las imágenes que se incluyen en la
figuras 7 y 8.
- Los límites de pesos máximos en caso que no se pueda evitar la manipulación son
25 Kilos para hombres y 20 Kilos para mujeres y menores de 18 años. Para la
mujer embarazada esta prohibido cualquier carga y descarga manual.
- Respecto al empleador, debe velar para que en la organización de la faena se
utilicen los medios adecuados, especialmente mecánicos, a fin de evitar la
manipulación manual habitual de las cargas. Además, procurará que el trabajador
que se ocupe en la manipulación manual de las cargas reciba una formación
satisfactoria, respecto de los métodos de trabajo que debe utilizar, a fin de
proteger su salud.
Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Guía Técnica para la evaluación y control
de los riesgos asociados al manejo o manipulación manual de carga.
Subsecretaría de Previsión Social. Santiago: Ministerio del Trabajo y Previsión
Social, 2008.