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SEMINARIO MAYOR NUESTRA SEÑORA DEL CAMINO, SOLOLÁ

Diócesis de Sololá-Chimaltenango
Guatemala, C.A.

VIKTOR FRANKL
EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO ÚLTIMO

P. Francisco Chocoj

Edy Vinicio Cún Apén


Clave: 6

Sololá 16 de marzo de 2021


EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO ÚLTIMO: EL ANÁLISIS
EXISTENCIAL Y LA CONCIENCIA ESPIRITUAL DEL SER HUMANO
Viktor Frankl en su libro: “El hombre busca del sentido último: el análisis
existencial y la conciencia espiritual del ser humano”, nos adentra en un mundo de la
logoterapia, en la cual, aborda en los primeros capítulos el tema que propone Sigmund
Freud (el psicoanálisis), y su teoría de la existencia, donde se apega mucho al inconsciente,
al ego y al ello, y le da mayor importancia a lo que está fuera de la conciencia. Pero Frankl
se centra en la respuesta a la pregunta que abruma a la mayoría de los hombres: ¿cuál es el
sentido último de su vida?, centrándose básicamente en el «aquí y ahora».
Al hacer el estudio del instinto del inconsciente, Freud denominó un ello, y
únicamente se centraba en él, como un depósito de deseos reprimidos, sobretodo en la
etapa de la niñez; por su parte, Frankl, también denomina un inconsciente, pero de manera
espiritual, donde no excluye el pensamiento de Freud, porque ninguno de los dos
inconscientes (el de Freud y el de Frankl), no se tiene conciencia de ella. Lo que hace
distinto al psicoanálisis, es que va id-ficado y de-self-ificado a la existencia del hombre,
traicionando así, al sí mismo y se lo entregó al ello, también denigrificó al inconsciente
porque no busca lo espiritual en él, únicamente se fija en los instintos y sus posibles
respuestas que pueda tener. Por otra parte, el inconsciente espiritual, se centra en el cuerpo
y el alma forma de unidad psicofísica, pero no conforma la plenitud del hombre, sin lo
espiritual, esto queda a un lado, mientras el psicoanálisis se fije solamente en el hombre,
como un mero reprensor de sus deseos, lo espiritual se origina desde lo que se origina en lo
profundo de sí mismo en todo lo que abarca.
Freud utiliza la conciencia para servirse como ejemplo del análisis existencial del
inconsciente, juntamente con la responsabilidad constituyen la verdadera libertad del
hombre, denominando a la conciencia como algo intuitiva, puesto que, se basa de ella para
poder anticipar algo, es básicamente irracional, no en cuanto a que no puede hacer uso de
esas facultades, sino que, está regida a base de instintos, relevando así, al hombre su unum
necesse, lo único necesario. Al denominar a la conciencia como irracional, deja paso al
amor u a la conciencia moral que tienen sus raíces en las profundidades irracionales,
denominándose ahora como conciencia artística. En conclusión, allí donde el sí mismo
espiritual conecta con sus profundidades inconscientes es donde se dan lugar a los
fenómenos como la conciencia, el amor y el arte. Ahora bien, en lo que respecta a lo que
sucede alrededor, es decir, allí donde el ello somatopsíquido se inmiscuye en la conciencia,
ahí ya nos enfrentamos a la neurosis o a la psicosis, dependiendo de si el caso es psicosis o
somatogénico.
Por su parte, Frankl, trata de aclarar la conciencia espiritual y utiliza el método de
Freud, a través de los sueños, pero con miras espirituales. Empieza a manejar el tema del
amor, en el cual, el hombre se oculta para no ser nombrado como religioso, se cae en que
es observado, sea por él mismo o por otros, el amor busca no la publicidad, sino el hecho
concreto. Propone la religión, porque posee dos sentidos, una es algo íntimo del propio ser
y el otro, es la protección que de ella tiene la vergüenza. De esta manera, hay una realidad
psicológica de la religión a base de los sueños. Si vamos más allá, nos encontramos en una
cualidad trascendente de la conciencia, para ello, nos detendremos a hablar de las
siguientes presuposiciones: la libertad tiene un “de que” (liberarse de sus impulsos) y un
“hacia qué” (ser responsable, su posibilidad de tener conciencia), y de ser el maestro de
nuestros deseos y el sirviente de nuestra conciencia.
Solamente somos sirvientes de nuestra conciencia cuando un fenómeno
trascendente al hombre, solamente puede hablar con ella cuando sea un verdadero dia-
logos y no un mono-logos. No existe una voz de la conciencia, porque si no, fuera una voz
del trascendente, más bien, es la profundidad del hombre, de forma más pacífica, es
entender su realidad como persona. La conciencia es como un ombligo, únicamente se
entiende con la referencia de su origen, es decir, su madre, pero a diferencia de esta, solo
puede llegar a comprenderse desde su propio origen trascendente, de esta manera, el
hombre religioso no reconoce esta cualidad trascendente y únicamente toma la conciencia
como una simple responsabilidad, pero esto no es así, porque la conciencia toma el
penúltimo lugar.
No se puede ver la conciencia desde un ámbito psicológico, sino ontológico y no se
debe reducir a un simple conocimiento óntico, se deben pues, tener en cuenta estos dos
términos: la cualidad existencial de sí mismo (no puede remontarse a sus impulsos o
instintos), el hombre es responsable de sí mismo, pero no ante sí mismo, y la cualidad
trascendente de la conciencia. Así como solo yo puedo responder a una pregunta, así
mismo, yo soy responsable de todas las respuestas a sí mismas, nadie nos hará creer que el
hombre es un animal sublimado una vez hayamos mostrado que dentro de cada hombre
hay un ángel reprimido, tal y como lo propone Freud.
El inconsciente carece de omnisciencia divina (metafísica), porque el conocimiento
no puede conocerse a sí mismo, sin elevarse por encima de sí mismo; no está por encima
de todo, la relación inconsciente del hombre con Dios es algo personal, de manera que, no
se debe de caer en el error de pensar que es colectivo o que no es responsabilidad mía. Por
eso, el inconsciente espiritual, es algo decisivo, no es algo obligado a seguir por el
impulso. Por eso, a través de la logoterapia, se ayuda al paciente a que pueda reconocer su
religiosidad inconsciente, dando entrada libre a la religiosidad consciente. Toma a un Dios
vengativo, porque el hombre ha bloqueado esa trascendencia que tiene con su inconsciente.
Los médicos deberán estar interesados por un cambio espontáneo de religiosidad en
su paciente, aunque su paciente sea ateo, creerá que, en él, hay un Dios inconsciente que
todavía no se ha hecho consciente en el paciente, dejando que el hombre se comporte
libremente a asumir su religiosidad. En cambio, los psiquiatras no deben de ser más que los
sacerdotes, ningún psiquiatra creyente tiene derecho a evangelizar a su paciente y ningún
psiquiatra no creyente, no debe de imponer cargos en la religiosidad de su paciente, de esta
manera, se respeta la autoridad que tiene las terapias, porque de igual forma que la
dignidad del hombre se basa en su libertad, hasta el punto de decirle no a Dios, la dignidad
de la ciencia se basa en esa libertad incondicional que garantiza su búsqueda independiente
en la verdad.
La relación que mantiene la Teología y la Psicoterapia es individual, no debe servir
la psicoterapia como sirviente de la Teología, porque cuanto menos transija la psicoterapia
en servir a la teología como mano de obra, mayor será el servicio que le hará, lo que la
persona necesita no es ser un sirviente, sino capaz de servir, solamente ayuda cuando la
psicoterapia nos llega a mostrar que la psique humana es un alma religiosa por naturaleza.
Frankl siempre se remite a la conciencia, buscando la motivación de los hombres
que, hoy en día, se basan en satisfacer sus necesidades. La existencia humana tiende a algo
o alguien, en palabras de Karl Jaspers diríamos: “Lo que uno es, lo ha conseguido a través
de la causa que se ha dado a sí mismo para llegar a serlo”. Primeramente, porque el
hombre siempre buscará la búsqueda de sentido en lugar de la búsqueda de sí mismo, de
manera que, cuando se entrega a una causa o a una persona, más humano se hace, esto
implica que, cuando más se adhiera a esta causa o persona, se vuelve él mismo. Pero se ha
confundido que, primero se haga la búsqueda del sentido para poder dar sentido a nuestra
vida, pero es necesario que tome al hombre como debería ser, no como es, puesto que, esto
lo desviaría totalmente. Para ello, tenemos que tener conciencia de que el hombre existe y
está aquí para que no se deje llevar por el montón.
Aunque hoy en día, hay varios hombres que se dejan llevar por estas causas, por
esa razón, estamos llamados a formar parte de esa minoría. Pero al buscar el factor que nos
lleva a la felicidad de superioridad o buscar un sentido de su vida, va en contra de la auto-
trascendencia del hombre, porque la felicidad son productos, esto quiere decir que,
dependen de algo, no debe de perseguirse, porque mientras más nos hagamos de la
felicidad de un objetivo, más nos alejamos del objetivo. Por eso, la gente siente un vacío
existencial, incluso los freudianos y marxistas notan este vacío, de esta manera, Frankl lo
llama conformismo (hacer lo que los demás hacen), o el totalitarismo (hacer lo que los
demás desean que haga). Además de estos, encontramos el neuroticismo (como una
neurosis social). En América se encuentra más esta clase de vacío existencial, por el hecho
del reduccionismo del hombre, tal y como lo encontramos en los libros que definen al
hombre como una cosa cualquiera. De esa forma aparecen las drogas que, reducen a las
personas a sus meros sentimientos de plenitud y la aleja de sus verdaderos significados que
se almacenan en su interior a la espera de ser satisfechos en el mundo exterior y no
solamente en sus psiques. Aquellos que consumen drogas, llegan a pensar que no tiene
sentido su existencia, de esta manera, entra la logoterapia como la mayor forma de generar
resultados, porque el hombre le sirve al mundo, cuando en realidad el hombre es un ser en
constante búsqueda de significados y de otros seres humanos con los que encontrarse. Pero
no solo los problemas relacionados a la sexualidad nos hacen caer en el vacío existencial,
sino también, la agresividad, se da sobre todo en los jóvenes, se ve una constante falta de
significación y de propósitos en sus vidas.
En las preocupaciones, nosotros somos los responsables de nuestras acciones y
víctima de nuestras influencias y circunstancias tanto internas como externas, tanto de
nuestra conducta como nuestra capacidad de decisión y acción, que no son más que el
resultado de un condicionamiento operante de reflejos condicionados y de procesos de
aprendizaje y quien se crea con el derecho de que cambie o que mejore. Por ello, la
logoterapia viene como una solución, no tanto como lo propone el psicoanálisis.
Petrilowitsch le otorga a la logoterapia es valor de haber rehumanizado la psicoterapia, a la
que se ha llegado o, al menos se encuentra en el camino de llegar, después de haber
desenmascarado al neurótico, desideologizado la psicoterapia y desmitologizado las
neurosis.
Nos preguntamos ahora: ¿cuál es el enfoque terapéutico adecuado? ¿Cómo deberá
buscar este ser el significado y dónde debe de encontrarlo? El significado debe de hallarse,
no debe de darse. El significado es algo que se debe de descubrir las cualidades objetivas.
Uno mismo debe de encontrar el significado a través de la conciencia, teniendo delicadeza
en las decisiones, porque la conciencia humana puede llevarnos al significado como
también desviarnos. Cada quien debe de hallar el significado de su vida y la Logoterapia
toma de la conciencia innata del paciente y la responsabilidad, del mismo incluye
responder a la pregunta de cómo interpretar su vida, es decir, si sigue las líneas del teísmo
o del ateísmo.
Así pues, la Logoterapia viene a ser una ayuda, no es un sermón ni nada de eso,
tiene deseo de dar sentido, dar significado a la libertad y la libertad del deseo. La persona
sufre cuando tiene un vacío existencial, de esta manera, viene a dar una esperanza de vida,
porque las personas que tienen un sentido de sus vidas no le temen a la muerte, mientras
que las que no, siempre tienen ese temor. Encontramos, pues, al hombre como un ser auto-
trascendente, esto hace que pueda desempeñarse en cualquier ámbito y ser feliz
encontrando un sentido a su vida. En la medida que se olvide de sí mismo, será capaz de
ser sincero con sí mismo y el hombre se olvida de sí mismo cuando es más sincero consigo
mismo y cuando se da a sí mismo para una causa o amando a otra persona. El hombre de la
calle tiene tres sentidos para la búsqueda de su sentido último: a) encontrando trabajo; b)
encontrando a alguien; c) cuando nos enfrentamos a un camino que no podemos cambiar y
estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos.
Nuestra vida se revela en pequeñas partes, que solo recobran sentido hasta el final
tal y como lo es una película. Cada uno es feliz con sus creencias y conocimientos, cada
ciencia ciega ante la existencia del sentido último porque no se puede definir en términos
intelectuales. Otros creen ver algo o a Alguien como sentido último, lo divino se representa
por algo que no es (como lo son las nubes, que todos lo denominamos como cielo, aunque
ello solo forme parte del verdadero cielo). La religión utiliza los símbolos, el lenguaje para
referirse a la verdad o al desvío y en la fe débil, las pruebas lo debilitan más, pero en la fe
enraizada, la fortalece aún más, dando al hombre, plenitud en su sentido último.

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