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LA PRESENCIA IGNORADA DE DIOS

Capítulo I
La esencia del análisis existencial
En este capítulo Frankl compara la logoterapia con la escuela vienesa de psicoterapia de
Adler, pero sobre todo con el psicoanálisis de Freud, mencionando que se pasa de la
objetividad, atreviéndose a hablar de lo libidinoso y el sexo, a la objeción. Para Frankl tal
objetivación reduce al ser humano a sus impulsos en algo anatómico lo psíquico, viendo al
hombre en un automatismo de su aparato anímico.
A este automatismo Frankl contrapone la responsabilidad del humano como una
existencia espiritual, que en libertad responde ante las situaciones que la vida plantea en
un aquí y un ahora de cada situación. Esta responsabilidad y capacidad para responder, se
contrapone a un simple ser impulsado, como pretendía el psicoanálisis, capacidad o
cualidad inconsciente, sobre todo en la persona neurótica, que si lo observamos ya no
actúa libremente si no por sus impulsos.
Frankl propone que el análisis existencial o logoterapia hace ver que el ser humano
neurótico se vuelva consciente de su responsabilidad.
En el psicoanálisis lo que Freud pretendía era hacer consciente lo impulsivo reprimido, en
el análisis existencial o logoterapia lo que Frankl busca es hacer consciente lo espiritual
neuróticamente reprimido. Así el existir del ser humano es sinónimo de la libertad y de la
responsabilidad.

Capítulo II
El Inconsciente Espiritual
En este capítulo Frankl afirma que el inconsciente no contiene solamente elementos
impulsivos, sino también un elemento espiritual se sitúa también dentro del inconsciente,
por lo que lo llama inconsciente espiritual, que será objeta también de la logoterapia,
considerándolo también como un complemento para la psicoterapia tradicional.
Frankl considera que la frontera entre lo inconsciente y lo consciente lo llama poroso, ya
que se puede pasar de uno al otro con frecuencia, sin embargo, la línea divisoria entre
impulso y espíritu es totalmente nítida, pues ambos son fenómenos inconmensurables.
Utilizando sus antecedentes existencialistas, Frankl considera que el ser humano es un ser
que decide, es un ser responsable, un ser existencial; Esto es que lo humano del ser
humano empieza justamente donde deja de ser impulsado para ser responsable, por lo
tanto, ya no es impulsado por un ello, sino que hay un yo que decide.
En el pensamiento existencialista, existencia y facticidad son opuestos: la existencia habla
de la libertad, la facticidad es lo dado, lo que nos condiciona, para Frankl la existencia es
algo espiritual y a la facticidad le pertenece lo psíquico y lo físico. Lo psicofísico para Frankl
se agrupa en un centro espiritual, hablando así de la persona espiritual que tiene un
elemento psicofísico, pero también es espiritual, esto es alma y cuerpo, y lo espiritual lo
hace más humano haciendo una totalidad corpórea-anímica-espiritual.
De aquí es donde Frankl desarrolla una psicología más profunda y completa ya que a de
incluir la espiritualidad, a diferencia de Freud que limitaba la profundidad inconsciente
solo del ello, como lo mencionaba Frankl, más no del yo, no de la persona total espiritual-
existencial, afirmando que el yo profundo es siempre inconsciente y al ejecutar un acto
espiritual, se absorbe en ese acto y es irreflexionable, esto es la existencia espiritual, el yo,
solo existe en sus realizaciones y no es analizable, así como son la consciencia y la
responsabilidad.

Capítulo III
Análisis Existencial de la Consciencia
Frankl induce de lo hablado anteriormente, que la consciencia tiene su origen en lo
inconsciente, por lo que le llama irracional, hablando más de una inteligencia prelógica y
de una inteligencia premoral de los valores (consciencia), afirmando que la consciencia es
una función esencialmente intuitiva, es decir como consciencia ética que ve no lo que es,
sino lo que todavía no es, se anticipa espiritualmente y ve lo que debe ser, de este modo
Frankl afirma que las decisiones autenticas del ser humano como existente, son
totalmente irreflejas y por ello inconscientes, después en su ejecución se pueden
reflexionar sobre los actos de la consciencia.
Frankl también compara lo intuitivo de la consciencia al amor, que ve lo que no es,
logrando que ambas tanto el amor como la consciencia tienen que ver exclusivamente con
el ser individual y único, más allá de cualquier ley moral, esto es, el amor ver solo a la
persona amada en su absoluta singularidad que es.
Otro ejemplo que Frankl nos da al comparar lo inconsciente de la consciencia en lo
estético, es la consciencia artística de donde surge la creatividad, la espiritualidad
inconsciente, y por el contrario reflexionar demasiado estorba a la creatividad.
Por lo tanto Frankl nos enseña que la tarea del psicoterapeuta, no solo es hacer
consciente lo inconsciente, sino además, volver a restaurar o reconstruir ese algo a la
consciencia y así restablecer la evidencia de las relaciones inconscientes.

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