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1 de Pedro 1:13 – 16
13
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo
en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
14
como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia;
15
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra
manera de vivir;
16
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
INTRODUCCION
Al cubrir su rostro y sus pies, sin duda denota la reverencia y asombro inspirado por la inmediata
presencia de Dios. Los serafines estaban cubiertos como si trataran de ocultarse lo mas posible,
en reconocimiento de su indignidad ante la presencia del Santo. Y si los puros y santos serafines
exhiben tal reverencia en la presencia de Dios, con cuan profundo respeto deberíamos nosotros
intentar acercarnos a Él.
La reverencia mostrada a Dios por los serafines debe recordarnos nuestro propio atrevimiento,
cuando llegamos de forma apresurada e irreverente e imprudente ante su presencia, como lo
hacemos a menudo.
Cuando Dios creo al hombre, lo hizo a su imagen y semejanza. Formando un ser tripartito un
HOMBRE ESPIRITUAL perfecto con:
CUERPO (visible): la parte material del ser humano.
ESPÍRITU (invisible): parte del hombre que le permite relacionarse con Dios.
Este hombre espiritual era perfecto en todas las áreas y su comunicación y relación con su
Creador era constante, íntima. Me atrevo a decir que el hombre no podía pedir más de Dios
porque su relación era perfecta. Con la caída de Adán y Eva en el huerto del Edén el hombre dio
entrada al pecado y con esto se perdió la armonía que Dios había establecido en la creación. La
parte espiritual del hombre quedó inactiva para relacionarse con Dios y es así que surge el
HOMBRE NATURAL en el cual el alma y la carne controlan sus acciones. Luego de ellos todo
ser humano nació con una NATURALEZA PECAMINOSA (tendencia a pecar) con su espíritu
inactivo para relacionarse con Dios. El hombre pierde su característica heredada de Dios LA
SANTIDAD. Y en la actualidad la humanidad tiene dos barreras para relacionarse con Dios:
La naturaleza pecaminosa nos acompañará hasta la venida de Cristo, incomodando nuestra vida
espiritual, y ¿a pesar de esto es posible ser santo?
Quiere decir que es posible ser santo en esta tierra, pero, ¿cómo puedo ser santo si ya pequé
varias veces?, bueno, ahí está el concepto humano y el concepto divino de santidad, que parece
que no combina, porque para el ser humano un hombre santo es aquel que nunca cayó, que nunca
pecó, que nunca cometió un error, pero para Dios un hombre santo es aquel que decide colocar
su mano en la mano de Dios y dejarse guiar por Dios, para Dios un hombre santo es aquel que
decide caminar con Dios.
Por eso el apóstol Pablo escribe a los efesios Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de
Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús. Solamente se puede ser santo en Cristo Jesús,
separado de Él no hay condiciones de que el ser humano pueda ser santo.
Creemos que una persona santa es alguien de otro mundo, una cualidad imposible de alcanzar en
nuestras vidas, hasta incluso pensamos que con los dedos de una mano podríamos contar a los
santos que conocemos. La santidad no es un privilegio de pocos, Dios convoca a su pueblo a
vivir en santidad. La santificación realmente es un proceso al que todos somos sometidos desde
el momento que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador y se va desarrollando y
perfeccionando en nosotros (los que decidimos hacer su voluntad).
LA SANTIFICACIÓN COMO PARTE DE MI RELACIÓN CON DIOS.
Si Dios decide llevarse a un hombre vivo con Él, alguien que nunca conoció
la muerte, debe ser que este hombre era muy bueno, era un hombre santo,
justo, perfecto. Pero porque las sagradas escrituras que Dios se llevó a Enoc.
El texto leído porque Enoc caminó con Dios.
Como se sentiría usted si Dios algún día le dijera Benjamin, Rafael, Carlos,
Denis, María son varones o mujeres justas en sus generaciones, que las
personas hablen de ti eso puede ser posible porque ellas ven tus actitudes
externas, pero que el propio Dios diga eso, es grande, inconmensurable
porque Dios conoce el corazón y Dios dijo de Noe que un hombre justo,
perfecto en todas sus generaciones. Pero ¿por qué?, la Escritura responde
así: con Dios caminó Noe.
Noe era un varón justo, santo, perfecto porque caminó con Dios.
ABRAHAM Génesis 17:1dice:
1
Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció
Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé
perfecto.
Ojalá Dios pudiese decir eso de cada uno de nosotros un hombre o mujer
santo, justo perfecto.
Hay una frase que se repite en la vida de cada uno de estos hombres, los cuatro fueron santos,
justos e íntegros, por un solo motivo. “ANDUVIERON CON DIOS”, dejaron que Dios los
guiase, siguieron a Dios, no vivieron solos, sometieron su voluntad a Dios, se sujetaron a la
voluntad de Dios, anduvieron con Él y el resultado fue una vida perfecta, santa, justa, íntegra.
Ahora, en la vida de estos hombres ocurrieron episodios donde se evidencian errores grandes y
graves, por ejemplo:
Abram se desvió de los caminos de Dios, sin embargo, Dios dice de Abram
que era un hombre perfecto. Pero al momento del pecado no era un hombre
perfecto, estaba separado de Dios, estaba haciendo su propia voluntad, pero
el asunto es que Abram se levantó, no se quedó caído para siempre, tomó la
mano de Dios y siguió andando con Él. Y Dios dice de Abram que es un
hombre perfecto.
DAVID Un hombre asesino y adúltero, mandó a matar a Urias Heteo el esposo de
Betsabé la mujer con la que había adulterado, para esconder el escándalo
público que le vendría como consecuencia de su pecado. Pero Dios dice de
David que fue un hombre conforme a su corazón. Claro que al momento de
su pecado David no era un hombre conforme al corazón de Dios, estaba
siendo dirigido por sus propios instintos y el resultado fue el adulterio,
intriga política, asesinato. Lo bonito de la historia de David fue que se
levantó y tomó de nuevo la mano de Dios y caminó con El y al final Dios
dice de David que este es un hombre conforme a mi corazón.
Estas historias son reconfortantes, maravillosas y llenas de esperanza para el ser humano, porque
en Dios hay perdón, porque lo que me quiere decir es que después de mi negro pacado, de todas
las perversidades cometidas yo puedo se un hombre nuevo, puedo levantarme y caminar con
Dios, aquí Dios nos está hablando de perdón, hoy nos está diciendo que no le importa nuestro
pasado, lo que hicimos, no me interesa como viviste antes, no me importa cuan bajo caíste, cuan
lejos te fuiste, me interesas tú ahora, que en este momento tu te levantes, creas en mí y me
entregues tu corazón y deposites tu mano en la mía y caminemos juntos y serás perfecto, íntegro,
santo en medio de una generación que necesita conocer a Jesucristo, que de verdad muestres que
eres diferente, porque caminas con Jesús.
1 Juan 1:9
9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados,
y nos limpie de toda maldad.
Ante el arrepentimiento la justicia de Dios actúa a nuestro favor con el perdón de nuestros
pecados. Es Dios mismo declarándote justo. La sangre de Cristo nos limpia de nuestros pecados.
La justificación tiene el poder de reconciliar al hombre con Dios. Por nuestros pecados somos
culpables delante de Dios, pero mediante la justificación esa culpa es quitada, somos exonerados.
Dios extiende su perdón a nuestro favor.
Escuché en alguna ocasión a un predicador describir como se camina con el Señor Jesús por
medio de esta hermosa historia:
Alguna vez has visto a un padre llevando a un niñito de 3 años al centro comercial, el niñito
quiere parar en todo lugar que le llama la atención, quiere mirarlo todo, tocarlo todo y hay del
padre si se deja guiar por el niño, a donde iría a parar los dos si es el niño el que comandara el
camino. Pero es el padre el que tiene que tomar la mano del niño, y es el padre el que tiene que
decidir por donde van a ir, es el padre el que le debe mostrar el camino, ¿por qué? Porque es mas
grande NO; porque puede mas NO; porque el conoce el camino, tu y yo somos ese niño de 3
años y el Señor Jesús es nuestro padre, colocamos nuestra débil mano en su poderoso brazo y
dejemos que el Señor Jesús dirija nuestro camino, que nos conduzca, que nos muestre el camino
porque el lo conoce mejor que tú y que yo.
Como nos muestra Jesucristo su camino, a través de su palabra y el salmista dice conque
limpiará el joven su camino y él mismo responde con guardar tu palabra
Debemos aprender a caminar con Dios, pero no orgullosamente dirigiendo nosotros el camino,
permitamos que Dios dirija el camino, antes de dar un paso, antes de tomar una decisión
consultemos con el Señor Jesús, Él conoce el camino.
Al decir que la santidad tiene dos propósitos, sencillamente reiteramos que se manifiesta
principalmente de dos maneras prácticas en la vida del creyente. Un propósito es el de separarse
o apartarse del mundo, y el otro, es el de separarse o apartarse hacia o para Dios. El creyente
tiene que capacitarse en el uso de ambos propósitos de la santidad.
Algunos hermanos creen equivocadamente que la santidad solo abarca alejarse del mundo. Se
preocupan por cumplir con esa parte de la santidad a expensas de la otra, el acercarse a Dios
mediante la consagración personal.
Debemos entender que el acercarse a Dios es lo que produce cada vez más en nosotros un deseo
de abandonar la vida pasada con sus vicios y pecados. No nos engañemos, la santidad no se
consigue solamente por medio de tratar de alejarse del mundo, sino que es el resultado del nuevo
nacimiento y la subsiguiente entrega a Dios de parte del creyente que produce en él un deseo por
dejar el mundo.
Una experiencia genuina del nuevo nacimiento es primordial para el desarrollo de la santidad.
Sin una experiencia de salvación todo intento de vivir en santidad es nada menos que el uso de la
fuerza humana para represar los deseos de la carne.
Al acercamos a Dios tenemos que santificamos. Venimos del contacto con el mundo a diario y
tenemos que separamos de la inmundicia al entrar en la presencia de Dios.
Colosenses 3:5
5
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría;
Para acercarnos a Dios debemos quitar de nuestras vidas una serie de prácticas de nuestra vida
diaria tales como “Despojaos del viejo hombre... desechando la mentira... El que hurtaba, no
hurte más… Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca… Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia..." (Efesios 4:21-32).
No podemos esperar que el Espíritu Santo nos vaya a obligar a la fuerza a cambiar ciertas
prácticas que no le agradan a Dios. Pablo nos impone la responsabilidad de quitar estas cosas de
nuestras vidas. Nosotros tenemos que quitarlas.
Si quedamos esperando que el Espíritu Santo quite estas cosas, tal vez nunca dejaremos de
hacerlas. Es fácil echarle la culpa al Espíritu Santo y decir: "El Espíritu Santo todavía no me ha
quitado esas cosas. El Espíritu Santo todavía no ha hablado sobre eso". La ordenanza es "quitad"
y teniendo el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas nos permite despojarse de prácticas que
claramente no le agradan a Dios, resultado que se obtiene por medio de nuestra sumisión al
Espíritu que mora en nosotros. Hablando a los Gálatas el Apóstol Pablo dice:
Gálatas 5:16
17
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne"
Separarse del mundo tiene que ver con un alejamiento del sistema mundanal con su pecado.
Separarse para Dios tiene que ver con un acercamiento al Señor, con el deseo de ser mas como
él; de manifestar en nuestras vidas el fruto del Espíritu, o las cualidades de Jesús, nuestro
ejemplo. Al buscar la santidad, vamos de algo (mundo) hacia alguien (Dios).
Ambos propósitos de la santidad son básicos en la vida cristiana. No debemos enfocar solamente
lo que el cristiano no debe hacer, sino lo que puede llegar a ser. La Santidad tiene que tener un
objetivo, un blanco o meta. La meta de Dios por medio de la santidad es conformarnos a la
imagen de su Hijo
Romanos 8:29.
29
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes
a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
No debemos conformarnos a los deseos que antes tuvimos estando en nuestra ignorancia. Antes
ignorábamos las verdades de la Palabra de Dios, viviendo nuestras vidas usando el modelo y
patrón de los deseos e impulsos de la vieja naturaleza o la carne, pero ahora nos conformamos a
la imagen del varón perfecto, Jesús.
LO QUE ES LA SANTIDAD
Hemos sido separados del mundo y dedicados o apartados para el servicio de Dios.
Romanos 1:7;
7
a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1 Corintios 1:2.
2
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Señor de ellos y nuestro:
El significado de estos versículos es: santos por llamamiento. La santidad no es un pasatiempo o
diversión sino una vocación, por lo tanto, se expresa de manera práctica en el desarrollo de la
vida del creyente. Al nacer de nuevo, Dios nos santifica, pero también nos llama a santificarnos
2 Timoteo 1:9
quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el
propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los
siglos;
Hebreos 12:14;
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor
Romanos 6:22.
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por
vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Tenemos que seguir la santidad y buscar la santidad mediante la consagración personal, cosa que
no terminará hasta el día en que estemos con Jesús.
3 LA SANTIDAD ES UN CAMINO.
"Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasara inmundo por Él,
sino que el mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se
extraviará" (Isaías 35:8).
Proverbios 16:17
17
El camino de los rectos se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su camino
Para no perderse de ruta se tiene que leer y entender el mapa. La santidad es un camino que nos
lleva más cerca de Dios. El mapa que usamos es la Palabra de Dios
Salmos 119:105;
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:130.
La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.
Para seguir un camino es imprescindible mantenerse dentro de los confines del mismo. Uno deja
el camino por dejar sus fronteras. Si vamos a seguir el camino de la santidad tenemos que
mantenernos dentro de los confines de la Palabra de Dios. En ella el camino de la santidad es
bien delineado (Jeremías 6:16; 18:15).
El creyente tiene que decidir andar por el camino de la separación del mundo. Este camino le
llevará más cerca de Dios. Es un camino de separación. No es un camino de libertinos y
confesiones fáciles, es camino de santidad.
1 de Pedro 1:15
15
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra
manera de vivir;
2 de Pedro 3:11
11
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !!cómo no debéis vosotros andar en
santa y piadosa manera de vivir,
Ya no vivimos como en otros tiempos en los deseos de nuestra carne, en la voluntad de nuestra
carne, Ahora tenemos que ser santos en toda nuestra manera de vivir. La santidad se debe reflejar
en todas las áreas de nuestra vida. Ante todo, tenemos que escoger vivir un estilo de vida que le
agrade a Dios, no a su carne.
Debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, viviendo en este siglo sobria, justa y
piadosamente (Tito 2:12). Así que la santidad es la renuncia de un estilo de vida para abrazar
otro totalmente diferente.
Salmos 96:9
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra.
Algunos eruditos creen que la frase "en la hermosura de la santidad" se refiere a las vestimentas
consagradas utilizados por los sacerdotes al entrar en la presencia de Jehová. Lo traducen:
"atavió santo." Otros, creen que se refiere más bien al estado del corazón de los sacerdotes al
entrar a ministrar delante de Dios, al hecho del hombre entrar en la presencia de Dios con un
corazón puro y santo. Las vestimentas de los sacerdotes en sí eran el reflejo de la santidad de
Dios. Eran emblemas externos de esa santidad. Lo representaban.
Notamos que las vestimentas de los sacerdotes eran vestiduras sagradas. Todas estas vestiduras
eran representaciones externas de la santidad interna del sacerdote ministrando. El pectoral
representa la santidad del corazón que cubría; el manto la santidad del cuerpo que cubría; el
cinturón, la santidad en su servicio a Dios; la mitra, la santidad de la mente y los calzoncillos, la
santidad en la modestia del sacerdote.
No hay nada más hermoso que una vida entregada a Dios en santidad. Es una vida que refleja a
Dios, porque Dios es santo. Además, la santidad se considera una adoración a Dios al igual como
el orar, alabar y dar a Dios. Se debe adorar a Dios en santidad.
Se debe adorar a Dios en Espíritu y en verdad. Esto no solo indica adorarle en verdad doctrinal,
sino en verdad, o sea con una vida transparente; con honestidad, arrepentimiento, libre de
hipocresía.
Tito 2:11-12
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente".
La palabra renunciar quiere decir: desistir de una cosa, abandonar, abdicar, dejar, no aceptar,
abstenerse. Este es su significado bíblico. La gracia de Dios es un maestro que nos enseña a
renunciar o abstenerse de la impiedad y deseos mundanos. Además, nos enseña a vivir otro estilo
de vida; una vida sobria, justa y piadosa.
7 LA SANTIDAD ES UN MANDAMIENTO.
La santidad es la separación del pecado y el mundo, y el acercarse a Dios. La Biblia ordena dicha
separación
2 Corintios 6:14-18
14
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15
¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
16
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo
del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y yo os recibiré,
18
Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
El apóstol Pedro recalcó: "Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes
teníais estando en vuestra Ignorancia, sino, como aquel que os llamo es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: Sed santos, porque yo soy
santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada
uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación" (1 Pedro 1:14-17) La santidad
personal del creyente no es una opción sino una necesidad. "Puesto que todas estas cosas han de
ser deshechas, como no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios. (2 Pedro 3:11-12).
Se le ordena al cristiano a:
Hebreos 12:14
"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie vera al Señor".
La Santidad Se Perfecciona.
2 de Corintios 7:1
"Así que amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación
de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios".
La santidad se perfecciona en el temor de Dios; es un proceso progresivo y continuo de separarse
del mundo. La palabra perfeccionar no debe ser entendida como: impecable o estar sin pecado.
Quiere decir: completo o terminado. Nunca llegaremos al día cuando dejaremos de perfeccionar
la santidad. Cada culto, cada predica en conjunto con el Espíritu Santo nos lleva hacia la
santidad.
Como humanos que somos todos fallamos y cometemos errores. Un error no es el fin de la vida
cristiana. No fuimos llamados para ser vencidos sino para vencer al mundo. Si cometemos una
falta todo no termina allí. Podemos buscar el perdón por medio del arrepentimiento y seguir
adelante.
1 Juan 1:9
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad"
Miqueas 7:8
"Tú, enemiga mía, no te alegres de mi, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en
tinieblas, Jehová será mi luz"
1 Juan 2:1-2
"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo 2Y él es la propiciación por
nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo
CONCLUSIONES
1 Tesalonicenses 5:21-24
21
Examinadlo todo; retened lo bueno.
22
Absteneos de toda apariencia de mal.
23
Y el mismo Dios de paz os santifique enteramente; y que todo vuestro espíritu y alma y
cuerpo sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24
Fiel es el que os llama; el cual también lo hará.
Todos los hombres quieren terminar bien al final, pero no todos lo lograrán. El cielo es un lugar
especial y sólo los de limpio corazón entrarán en él. Hablando de la ciudad celestial, el apóstol
Juan escribió:
Apocalipsis 21:27
27
No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino
solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Apocalipsis 3:5
Salmo 24:3-5
3
¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4
El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni
jurado con engaño.
5
Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
Hebreos 12:14
14
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Esto debe animarnos cada día a vivir agradecidos y tomar en serio el vivir a la manera del Señor.
Cuando hemos entendido la obra de Dios en nuestras vidas nos motiva a rendir nuestras vidas y
querer ser más como Él cada día.
El Sed Santos no es opción; lo eres o lo eres, no hay atajos hacia la santidad. Si quieres ver al
Señor, debes ser santo