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INSTITUTO DE BOSQUEJO DEL ESTUDIANTE Módulo V - Tema Teo-508

ALINEAMIENTO
MINISTERIAL “EVANGELISMO”

Introducción
La obediencia a este mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Mr 16:15, se ha venido
desarrollando desde la Primera Iglesia con los Apóstoles testamentarios hasta nuestros días, teniendo la primera generación el
privilegio de ser enseñados, consolidados y aprobados por el Maestro. Ese modelo genuino y original del evangelio, a través de
los siglos y generaciones, ha ido sufriendo modificaciones por un sin número de razones valederas o no, que al día de hoy las
motivaciones y razones como se predica el evangelio de Cristo se tilda de “Evangelio light” muy superficial, sin esfuerzo, sin
compromiso y frio. Sin embargo, también debemos decir que, en la soberanía de Dios, Su evangelio ha permanecido no por
causa del hombre mismo, sino porque Él es fiel a su palabra y propósito eterno sustentando en Su justicia a aquellos pocos que
si han creído en su Hijo.

Por lo tanto, no se pretende tratar de hablar de lo mismo que muchos han escrito; sino de reunir y agrupar lo que ya ha sido
revelado de los principios que rigen el Evangelio de Cristo, las interpretaciones de las enseñanzas del evangelio cercanas al
modelo original, las experiencias de los apóstoles narradas en los cuatro evangelios, las experiencias vividas del evangelismo a
lo largo de los siglos y las condiciones actuales de la sociedad en este siglo; de manera que pueda retomarse el diseño original
del modelo del evangelio enseñado por el Maestro y sembrarlo con la ayuda siempre fiel del Espíritu Santo en pequeños grupos
de líderes aprobados en los diferentes sectores del territorio; y así poder conservar, enseñar y expandir el modelo original del
evangelio para las nuevas generaciones.

Evangelio, Evangelizar y Evangelismo. ¿cómo podría predicar el evangelio si no conozco el significado y lo que implica en todo
su contexto el mandato? Mr. 16:15 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

El modelo original el evangelio fue predicado con el significado de “ser enseñado”, tal cual como lo hizo el Maestro con los
discípulos, como lo hicieron los Apóstoles testamentarios y como lo hizo el Apóstol Pablo. Fil 1:18.
En este modelo, enseñar es emitir el conocimiento, encarnar el principio, conservar y transmitirlo. Así mismo lo hizo Jesús,
predicaba la palabra y se encarnaba en los discípulos a través de su convivencia con ellos hasta que lo pudieron hacer con otros.

Hoy el evangelio se predica de otra forma por falta de tiempo y compromiso debido a que fue implementado superficialmente.
Luego el nuevo creyente pasa al proceso del discipulado y manifiesta sus inconsistencias que exige más tiempo y trato con el
Espíritu. Es importante enseñar el evangelio, pero es mucho más importante mostrar cómo vivirlo y compartirlo. El ejemplo es
el mejor método para enseñar.

EVANGELIO del Hebreo ... besorah; y del Griego ... euangélion = Buenas Nuevas
Literalmente significa Buenas Nuevas1. De acuerdo al significado simbólico en el griego helénico posterior y en el griego del AT
(Septuaginta) y que ejerció influencia en el cristianismo primario, Euangélion se interpretaba como anuncios de victoria o éxito.
Un evangelio era el aviso público de que alguien había ganado una batalla o logrado lo que esperaba alcanzar. El profeta Isaías
llama “evangelio” a este anuncio mesiánico de la victoria de Dios. Is. 40:9; 52:7

Las definiciones que a lo largo de los siglos se han dado del evangelio cristiano y aún dentro del propio Nuevo Testamento, hay
una gran variedad de maneras diferentes de describir al evangelio. Estas designaciones diferentes, no obstante, no señalan a
evangelios diferentes, sino al único evangelio que hemos conocido de y a través de Jesucristo Gá. 1:8.
Por lo tanto, este evangelio vivido y experimentado en Cristo debe ser definido conforme se nos presenta en la Biblia:
1) El evangelio del reino Mt 24:14;
2) El evangelio de Cristo 1 Co 9:12;
3) El evangelio de la paz Ef 6:15;
4) El evangelio de la gracia de Dios Hch 20:24 y
5) El evangelio eterno Ap 14:6

El evangelio bíblico tiene como fin primordial dar testimonio de Cristo y proclamar las buenas nuevas de que: es el Señor, es el
Salvador y es el dador de la vida eterna. Entonces, cabe cuestionar: ¿El Evangelio son las buenas nuevas de qué?

El evangelio es primeramente las Buenas Nuevas de Victoria, el cual anuncia que el pecado ha sido derrotado y no se
enseñoreará en el creyente, que la muerte ha sido vencida, y que los gobernantes del mundo que se oponen a los propósitos de
Dios ya no ejercen esclavitud sobre quienes son guiados por la ley del Espíritu de Cristo. Ro 6:14; 8:2
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El evangelio es las Buenas Nuevas de Dios.
Es Dios quien obtiene la victoria sobre sus enemigos, y aquellas nuevas son buenas no solamente porque Dios es bueno, sino
porque Dios nos ama porque Él es amor y ese amor nos enseña Su carácter, Su Ley, Sus mandatos para con nosotros, Sus
criaturas. Jn 3:16, 1Jn 4:7-8
Dios quiere enseñarnos a amar como Él nos ama para que podamos amarnos a nosotros mismos y a nuestro prójimo. Nos revela
que le debemos aún nuestra propia existencia; que por bien o por mal siempre estamos en Sus manos y al alcance de Sus ojos;
que nos hizo para que le glorificáramos y para que le sirviéramos, para que hiciéramos resplandecer Su Gloria y para que
viviéramos por Su Gracia. Estas verdades son la base de la religión teísta, y si no se entienden desde un principio, el evangelio es
insignificante e incomprensible en nuestra propia opinión. El drama cristiano empieza aquí; empieza cuando uno reconoce su
dependencia total, completa y perpetua en el Creador.

El evangelio es las Buenas Nuevas de Jesucristo.


Como el Mesías de Dios, Jesús vino al mundo con el fin de anunciar la victoria de Dios, a través de su muerte y resurrección
testificando del amor e interés de Dios por el mundo y reconciliando al mundo con Dios. Mr. 1:1, 14; Jn 3:16; 2 Co. 4:4; 9:13

Las Escrituras son las que dan testimonio acerca de Cristo como fuente de vida eterna Jn. 5:39; El apóstol Juan afirma que los
escritos inspirados fueron para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, el Señor y para que al creer en su nombre
tengan vida Jn. 20:31; el Apóstol Juan escribe que Jesús le dijo a los discípulos: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene
al Padre sino por mi Jn 14:6; Pablo le enseñaba a Timoteo que las Sagradas Escrituras pueden dar “la sabiduría necesaria para la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús” 2 Tim. 3:15.

También es de suma importancia presentar a Cristo como persona y Su Obra. Es decir, Jesús es el Hijo de Dios y vino al mundo
a morir por pecadores de acuerdo al propósito eterno de Dios. No tiene sentido la vida de Jesús divorciada de la expiación. Él
vivió como hombre para morir como hombre para los hombres y Su pasión y su muerte fueron su manera de liberar al pueblo
de Dios del pecado. Tampoco tiene sentido la vida cristiana hasta que se haya entendido Su resurrección, Su ascensión celestial.
Jesús regresó de la muerte y fue hecho Rey para dar vida a todos aquellos que creen en Él. Estas doctrinas son de importancia
fundamental para el evangelio. Sin ellas no hay evangelio. Separar las doctrinas de Cristo y de Su vida es un error fatal, pues las
doctrinas sirven para aclarar el significado de la vida de Jesús

El evangelio es Buenas Nuevas para todo el mundo.


El mundo entero es el público (hombre creado) que oye el anuncio del Mesías acerca de la victoria de Dios. Es a través de la fe
en el evangelio que el mundo entra a la bondad eterna del reino de Dios Mr.1:15. Ciertamente, el mundo puede rechazar
libremente el evangelio 1 P. 4:17; por lo tanto, hacerlo significa perder todo lo que Dios desea para el mundo y lo que promete
en Cristo. Rechazar el evangelio significa perder la vida y la inmortalidad 2 Tim. 1:10, la paz Ef. 6:15

El evangelio es las Buenas Nuevas que involucra a la iglesia.


El corazón de la misión de la iglesia en el mundo es proclamar el evangelio a otros Ro. 15:29; 1 Co. 9:14–18; 2 Co. 10:14; 11:7;
Gá. 2:2, y la Iglesia debe arriesgar todo al servir a su Dios en esa manera para que el evangelio pueda penetrar al mundo perdido
con poder transformador Heb. 4:2
Hay algunos conceptos que deben ser tomados en cuenta conforme al roll de la iglesia respecto a las buenas nuevas del
evangelio.
Por un lado, el foco del evangelio del reino no es la iglesia. El fin de la proclamación de este evangelio no es que la iglesia crezca
o aumente en número o incremente su poder. El fin de la proclamación del evangelio del reino es manifestar la realidad y
presencia del reino en el mundo a través de Cristo Jesús.
El evangelio que la iglesia proclama es la buena noticia tocante al reino, y el centro de este reino es Cristo y no la iglesia. El objeto
de este reino es el Rey y no la iglesia. El propósito de este reino es el ejercicio del reinado de justicia, de paz y de amor de Cristo
el Rey en los cielos y en la tierra en un universo restaurado y transformado, y no la reunión de una comunidad de fe en torno a
él.
La iglesia es un agente del reino de Dios y no hay que cometer el error de identificar al reino de Dios con la iglesia de Cristo. De
hecho, el reino es más amplio y abarcador que la iglesia, tanto como concepto como en cuanto a su propósito.

¿Qué es Evangelizar y Evangelización?


Evangelizar es el verbo que indica la acción de difundir, predicar o proclamar las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo,
quien murió por nuestros pecados y fue levantado de los muertos de acuerdo a las Sagradas Escrituras, y como Rey y Señor ahora
ofrece el perdón de los pecados y el don del Espíritu que libera del pecado a todos aquellos que se arrepienten y creen en El.

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Evangelizar es declarar con la autoridad de Dios, lo que Cristo ha hecho para salvar a los pecadores, advertir a los hombres acerca
de su condición perdida, conducirlos al arrepentimiento, y a creer en el Señor Jesucristo como único camino a la verdad y a la
vida eterna.

¿Por qué debemos evangelizar?


¿Es realmente un problema tener una motivación equivocada para evangelizar? Pienso que podría ser un problema. El corazón
del hombre es engañoso y solo el Espíritu conoce nuestros pensamiento e intenciones. Estas motivaciones pueden ser de tipo
personal egocéntricas, social, económicas o políticas; pero la respuesta del Señor siempre saldrá a la luz. Por lo tanto, ¿Cuál es
la razón correcta para decir las Buenas Nuevas? De acuerdo a la Biblia, los buenos motivos para evangelizar son cuatro:

 Glorificar a Dios. 1Co 10:31


 Un amor a Dios. Jn 14:21; 1 Jn 4:7; 5:3
 Un deseo de ser obediente a la Gran Comisión. Mt 28:18–20; 1 Co 9:16–17
 Un amor por los perdidos. Mt 9:36; Jn 3:16; Ro 10:1

¿Qué es Evangelismo?1.
Es la actividad de los cristianos por medio de la cual buscan enseñar y anunciar el evangelio persuadiendo, sin manipulación,
a las personas a que crean en el Señor Jesucristo. Esta actividad puede realizarse en forma privada y personal (modelo original),
o pública (evangelismo masivo) predicando un tema específico dado por el Señor para persuadir al hombre a rendir su corazón
a Cristo y aceptarlo como su Señor y Salvador. En general, se considera el evangelismo como la primera responsabilidad de la
iglesia, que debe participar en ella continuamente y con cierto grado de sistema y organización.

Cuatro Temas del Evangelio de Cristo para Evangelizar


Teniendo una compresión mejor sobre el evangelio, cabe preguntar ahora: ¿qué debo predicar del evangelio?
Bien, las Buenas Nuevas dan una guía de cuáles son los 4 temas básicos del evangelio y bajo el lente de las Escrituras los cuatro
evangelios de las Escrituras seguir una metodología con los siguientes pasos como una guía para la realización de una obra
evangelística más efectiva.

Los temas básicos son:


El Amor Ágape de Dios, La Condición del Hombre delante de Dios, La Obra de Cristo y la Fe y Arrepentimiento Genuino.
Ciertamente el propósito del nivel de profundidad tratado en cada tema, es el necesario para que la persona reciba y sea
edificado conceptualmente en cada segmento del evangelio tal cual lo dicen las Escrituras; y pueda en su momento tomar una
decisión más consciente de recibir a Cristo como su Señor y Salvador. En ningún momento se pretende que esta guía modelo
reemplace la obra del Espíritu Santo, ya que es El quien convence de pecado, justicia y juicio al hombre. Jn 16:8

EL AMOR ÁGAPE DE DIOS: El Amor es un tema principal de las Escrituras y es característica básica de la naturaleza de Dios; y es
también el requisito principal de la vida humana en relación con Dios y con el prójimo. Estudiar Mt 22:37-40, 1 Jn 4:7-8

Definición: AGAPE, significa Amor espontaneo, desinteresado e inmerecido.


FILEO, referido principalmente al Amor fraternal entre dos amigos. Jn 11:3, 36
EROS, manifestado a través del sexo

Origen: El origen del amor es Dios y el Apóstol Juan da testimonio de que todo aquel que ama es de Él porque Dios es amor. O
sea, toda su sustancia, todo lo que en su interior es, es amor. Entonces podemos decir que el amor es Dios, ya que la palabra
dice que Dios es amor. En otras palabras, el amor de Dios no necesita de ninguna otra sustancia o dependencia para existir
porque Dios es su propia esencia y son en sí mismo UNO. Entonces, si Nosotros decimos que amamos a Dios, es porque él nos
amó primero al enviar a su Hijo para perdonar nuestros pecados y habitar en nosotros. Si Cristo permanece en nosotros, entonces
el amor de Dios permanece en nosotros. 1 Jn 4: 7-8, 16, 19.
Basado en lo que se ha expresado del origen y naturaleza del Amor de Dios, todo creyente debe preguntarse si realmente ama
a Dios, si conoce el Amor de Dios, si ha experimentado el Amor de Dios, si puede asegurar que ama a sus hijos, su esposa (o), su
familia y al prójimo con el Amor de Dios. Le pregunto: ¿Con qué frecuencia le dice a sus Hijos: “Te Amo”, a su esposa, padres,
hermanos o amigo? ¿Con qué frecuencia los abraza o besa?, ¿cómo puede Usted manifestar o demostrar que ama a Dios o a su
familia? Con qué tipo de amor Usted ama: ¿AGAPE o FILEO? Si no sabe que responder o si su respuesta es baja o ambigua;
entonces debemos pedir a Dios con todo nuestro corazón, en espíritu y verdad, que nos enseñe amar como Él lo hace con
nosotros.

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LA CONDICIÓN DEL HOMBRE DELANTE DE DIOS
Dios habló y escribió con autoridad divina en la biblia sobre la condición de continuidad y permanencia del pecado en el ser
humano, y de cómo se extendió esta condición a través de la humanidad de generación en generación desde que el hombre es
engendrado en el vientre de la mujer. Ro 3:10-12, 23
Este problema del pecado es algo que cada persona tiene que resolver, pues de ello depende su destino eterno. Veamos lo que
nos dice la biblia acerca del significado, origen, naturaleza, tipos y consecuencias del pecado; y cuál es el camino para separarse
el hombre del pecado.

¿Qué es el Pecado?
 En el A.T y N.T significa Rebelión y Violación deliberada de la ley de Dios. Infracción de la Ley. 1 Jn 3:4
 Es todo aquello que no procede de la fe Ro 14:23
 Aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado Stgo. 4:17
 Toda Injusticia es Pecado 1 Jn 5:17 Dt 25:16

Naturaleza del Pecado.


La naturaleza esencial (sustancia) del pecado es la incredulidad y el orgullo los cuales correspondientemente se manifiestan en
el hombre como desobediencia y rebeldía. Su accionar siempre es en contra de la justicia y la palabra de Dios. Ro 6:12-13ª; 7:7-
24.
Podemos entender que la naturaleza verdadera del pecado y su carácter mortífero es la muerte espiritual del hombre; o sea, la
separación eterna de Dios, la cual fue identificada y establecida desde el principio a través de la Ley del Dios, luego a través de
la Ley dada a Moisés y finalmente restaurada la relación con Dios en su Gracia por medio de Cristo y regulada por la Ley del
Espíritu.

LA OBRA DE CRISTO
Jesús cuando predicó y enseñó el Evangelio (Buenas Nuevas) a los discípulos también estaba incluido el darse a conocer por la
Palabra y los hechos como el Mesías enviado por el Padre a “lo suyo” y para “los suyos”. Jn 1:11-12. Estas dos frases compuestas
por dos palabras, tienen un significado profundo y amplio que nos enseña: ¿Quién es Jesús o Cristo?, ¿Qué es Jesús?, ¿Por qué
debo recibirlo, creer y conocerlo?, ¿Qué representa para mí y Yo para El?, ¿Quién soy Yo en El?, ¿Qué hizo El por y para mí?, Qué
importancia y significado tiene su obra en y para mí?
La Biblia responde a todas estas preguntas y al significado de estas dos frases a través de la Obra de Cristo, la cual está constituida
y sustentada por Diez (10) fundamentos o doctrinas establecidos conforme a su Voluntad y a su Amor para el hombre; estos son:
Justificación, Expiación, Propiciación, Sustitución, Redención, Resurrección y Reconciliación, en las cuales el hombre debe y
tiene que permitir sean encarnadas en él para obtener los beneficios de la Santificación, Salvación y Vida Eterna. Toda Ella
concedida en la Gracia de Dios para el hombre quien puede obtenerlo por medio de la fe y obediencia a Cristo, ya que todo fue
constituido y reunido en El. Col 1:15-23

En esta guía modelo de evangelismo solo compete las seis primeras a desarrollar con el propósito de que quien evangeliza tenga
un fundamento para enseñar fielmente la obra de Cristo en favor de la salvación del hombre. Comenzaremos por el fundamento
de la Justificación entendiendo que esta obra es hecha por Dios, pero concretada en Cristo.

1.- La Justificación, Su Terminología y Fundamento


El Verbo Dikaioo = Justificar; Dikais = Justo; Dikaiosune = Justicia. Entonces, significa Dikaioo "declarar a uno justo", ser justo
ante Dios, no hacer justo. Como veremos, la raíz en la justificación es la declaración de Dios, el juez justo, de que la persona que
cree en Cristo, por pecadora que sea, es vista como justa, porque en Cristo ha alcanzado una relación justa con Dios.
Es decir, Dios “declara justo” al pecador solo con base en los méritos de Cristo y su justicia perfecta. Dios imputó el pecado del
hombre a Cristo en su sacrificio en la cruz. Is 53:4-5; 1P 2:24, la obediencia perfecta de Cristo a la ley de Dios, es imputada a
los creyentes. Ro 5:19; 1Co 1:30.

El pecador recibe este regalo de la gracia de Dios solo por medio de la fe en Cristo. Más aún, la Justificación es un regalo
gratuito y generoso que Dios otorga al hombre pecador arrepentido que cree, sin conexión alguna con méritos u obras que el
hombre haya hecho, haga o hará. Ro 3:21-26

El fundamento de nuestra aceptación (ser Justo), no son nuestras obras ni nuestra fe, ni lo es la acción de Cristo dentro de
nosotros; es lo que Él ha hecho por nosotros objetivamente. Así pues, la muerte de Cristo es una demostración, en el tiempo
presente, de que Dios es justo y de que también declara justo al que tiene fe en Jesús. Ro 3:21-26

2.- La Expiación en el Antiguo y Nuevo Testamento.


Su Significado, Fundamento y Terminología

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Expiación es la acción y efecto de expiar. Este verbo hace referencia a purificarse de las culpas mediante algún sacrificio, a
cumplir con una pena impuesta por las autoridades o a padecer ciertos trabajos a causa de malas acciones.
Ya vimos que la expiación que fue pre-ordenada o predeterminada en la eternidad y simbólicamente prefigurada en el ritual del
Antiguo Testamento, y fue históricamente realizada en la crucifixión de Jesús, cuando el propósito redentor de Dios fue
consumado. En otras palabras, la Expiación fue concebida en una naturaleza divina antes de la creación y experimentada en
una naturaleza terrenal encarnada en Cristo.

La necesidad de la expiación obedece a la Santidad de Dios y a la Pecaminosidad del hombre. Dios es santo en lo que a naturaleza
respecta, lo cual significa que es justo en carácter y conducta. Estos atributos de su carácter quedan manifiestos en su trato con
su creación. “El ama justicia y juicio” Sal 33:5. “Justicia y juicio son el cimiento de tu trono” Sal 89:14.

El amor de Dios como una causa para la expiación la vemos en el pasaje más conocido de la Biblia: «Porque tanto amó Dios al
mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» Jn 3:16. Pero la
justicia de Dios también requería que encontrara una forma de que se pagara el castigo que nosotros debíamos por nuestros
pecados, porque no podía aceptarnos para tener comunión con él si no se pagaba ese castigo. Pablo explica que esta era la razón
por la que Dios envió a Cristo para ser nuestra «propiciación» Ro 3:25; esto es, un sacrificio que carga con la ira de Dios a fin de
que Dios sea «propicio» o esté favorablemente dispuesto hacia nosotros: Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación para
así demostrar su justicia. Por consiguiente, el amor y la justicia de Dios fueron la suprema causa de la expiación.

3. La Propiciación, Su Fundamento y Terminología


Significado Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Samuel Vila: gr. hilasmos, del verbo «ser propicio». La propiciación denota, en
las Escrituras, aquel aspecto de la muerte de Cristo en el que vindicó el carácter santo y recto de Dios; y en virtud del cual Él
puede ser propicio, o misericordioso, a todo el mundo 1 Jn. 2:2; 4:10
La palabra griega es ιλαστηριον (ilastérion). Propiciar significa “apaciguar y volver favorable” o “conciliar”. La propiciación es “lo
que propicia; sacrificio expiatorio”. Por este término se entiende que la muerte de Cristo apaciguó la justicia divina y efectuó la
reconciliación entre Dios y el hombre.

El hombre nunca debe ver la muerte de Cristo como un acto de venganza de Dios que lo capacitó para ser misericordioso. La
muerte de Cristo es el amor de Dios que se expresó al quitar la barrera que impedía que él mostrara su misericordia al hombre
culpable. Dios quería mostrar misericordia, pero no podía hacerla justamente hasta que la justicia divina fuese plenamente
satisfecha. Pero esa justicia fue satisfecha por Cristo, la provisión de Dios para la remoción de la culpa, quien llegó a ser la
propiciación por los pecados humanos.

4.- Sustitución o Satisfacción - Vicario. Su Fundamento y Terminología


Kofer = Precio (Rescate) pagado como compensación Nm 35:31-32

El término “satisfacción” en este sentido no se utiliza en el NT, pero la idea aparece en pasajes que hablan de la muerte de Cristo
como aquello que satisface algunos requisitos divinos y necesidades humanas Ro. 6:23; 2 Co. 5:14–15, 21; Gá. 3:13; Tit. 2:14; 1
P. 2:24

En la teología bíblica se refiere más frecuentemente a que Cristo murió no solamente a favor nuestro, sino en lugar de nosotros.
Él fue hecho maldición por nosotros Gá. 3:13; murió en nuestro lugar Ro. 5:6–8. Es decir, su muerte es vicaria. Esto tiene
importancia y significado crucial para nosotros.

En la muerte de Cristo, murieron todos los seres humanos. Esa muerte fue en cierto sentido la muerte de todos los seres
humanos. En la muerte de Cristo, morí yo; experimenté la condenación del pecado; todo lo que la culpa del pecado merece de
la ira de Dios se cumplió en la muerte que experimenté en Cristo. Este hecho objetivo es la manifestación suprema del amor
de Dios y debe ser el eje que domine mi vida, y la calidad de este amor se deriva del hecho de que la muerte de Cristo no fue
solamente la suya; fue mía. Murió no sólo como mi representante; murió en mi lugar, porque gracias a su muerte no tendré que
sufrirla yo. Ha muerto mi muerte por mí y en mi lugar.

5.- La Redención, Su Fundamento y Terminología.


1) agorazo = Compra a gran precio 1 Co 6:20; 7:23; 2 P 2:1
2) exagorazo = Sacar o Poner fuera después de la compra. Ga 3:13
3) lytroó = Rescate, el Precio de la Liberación. Ti 2:14; 1 P 1:18-19; Lc 1:68
4) apolytrósis = Huida o Libertad permanente. Ef 1:7, 14; 4:30; Ro 3:24; Heb 9:15

La redención es el acto de "comprar de nuevo"; "rescatar y tomar posesión de lo adquirido". De acuerdo a la escritura solo hay
dos formas:

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a) La redención por "Poder". Salida y Liberación de Egipto
Veamos Ex. 6:6-8, donde Dios ayer le declaró a Moisés y a su pueblo, dos (2) revelaciones que son definitivas e importantes para
entender quién es el Dios que te habla: 1) Declara que "Yo Jehová", "El Señor", se apareció a Abraham, Isaac y Jacob como "El-
Shaddai", "Dios Omnipotente", "todopoderoso"; pero como "El Señor " no se dio a conocer a ellos y les recuerda que por causa
del pacto a ellos, entonces como "El Señor": Los sacó debajo de la opresión egipcias, los libró de la servidumbre (esclavitud), los
redimió (rescató) con su brazo poderoso, los tomó como su pueblo, decidió ser su Dios, los llevará a la tierra que juró y se las
daré como posesión exclusiva. Entonces, sabrás que soy el Señor tu Dios.

b) La redención por "Compra".


Regresemos otra vez al tiempo del último trato de Dios con los egipcios y los de Israel, en donde Jehová lleva la 10ma plaga de
las tinieblas por 3 días para matar a los primogénitos de los egipcios y redime a los primogénitos entre los hijos de Israel los
cuales fueron consagrados a Dios Ex. 12:21-28; 13:1-2; así mismo dictaminó como recordatorio, que cada descendiente de
Abraham debía permitir el rescate de personas y propiedades. Lv 25:47-48

Método de la Redención.
La Escritura en la Carta 1a Corintios 1:30 dice: "Mas por Dios estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
Sabiduría, Justificación, Santificación y Redención".

Se nos revela entonces que Dios, primero, concibió a Cristo desde antes de la creación con estas características y poder; segundo,
redimió a Israel de los egipcios y estableció por medio de la ley como y con qué rescatar a los judíos esclavos; tercero, declaró a
Jesús como su Unigénito en quien tuvo aceptación y complacencia para ofrecerlo como sacrificio único, suficiente y acepto para
redención de la humanidad.

6.- Resurrección. Su Fundamento y Terminología


Anistemi = Resucitar; Anastasis = Resurrección
Egeiro = Levantarse de entre los muertos

A. La importancia de la resurrección de Cristo


1. Para Su persona: Si Cristo no resucitó de los muertos, entonces fue un mentiroso; porque El predijo que lo haría Mt 20:19. El
ángel les dijo a las mujeres que llegaron a Su tumba y querían saber dónde Él estaba: “No está aquí, porque ha resucitado como
Él dijo” Mt 28:6. La resurrección autentica a nuestro Señor como un verdadero Profeta. Sin eso, todo lo que Él dijo estaría sujeto
a la duda.

2. Para Su obra: Si Cristo no resucitó de entre los muertos entonces, por supuesto, El no estaría vivo para realizar todos Sus
ministerios pos-resurrección. Su ministerio hubiera terminado con Su muerte. Por lo tanto, no tuviéramos ahora un Sumo
Sacerdote, un Intercesor, un Abogado, o una Cabeza de la Iglesia. Además, no hubiera alguna persona viviente que residiera en
nosotros y nos diera su poder Ro 6:1–10; Gá 2:20.

3. Para el Evangelio: La muerte y la resurrección de Jesucristo son centrales para el Nuevo Testamento y el cimiento para la
teología de la Iglesia. Estos acontecimientos fueron considerados supremos desde la iglesia primitiva hasta el presente. Por
ejemplo, Pablo sostiene que, si Jesús no resucitó de los muertos como la primicia de los creyentes, la fe bíblica es errónea e
ineficaz, la predicación es inútil, los testigos apostólicos son falsos, el pecado no ha sido perdonado, y los creyentes murieron sin
esperanza 1 Co 15:12–19. También afirma que sin esta doctrina distintiva los cristianos están equivocados 1 Co 15:32.

4. Para nosotros: Si Cristo no resucitó, nuestro testimonio es falso, a nuestra fe le falta contenido significativo, y nuestra
expectativa del futuro carece de esperanza; 1 Co 15:13–19. Si Cristo no ha resucitado, entonces los creyentes que han muerto
estarían muertos en el sentido absoluto, sin esperanza alguna de resurrección. Y nosotros que vivimos somos dignos de lástima
por haber sido engañados respecto a que hay una resurrección futura para ellos.

C. El significado de la resurrección
Significa que Jesús es todo lo que afirmó ser, Hijo de Dios, Señor, Salvador Ro 1:4. El mundo respondió a las afirmaciones y
derechos de Jesús enviándolo a la cruz; Dios respondió resucitándole.
Significa que la muerte expiatoria de Cristo fue una realidad, y de que el hombre podrá hallar el perdón por sus pecados
pasados, y así hallar paz con Dios Ro 4:25. La resurrección es realmente la consumación de la muerte expiatoria de Cristo.
¿Cómo sabemos que no era una muerte ordinaria? ¿Cómo sabemos que lavará realmente el pecado? ¡Porque resucitó!
Significa que tenemos un sumo sacerdote en los cielos que simpatiza con nosotros, que ha vivido nuestra vida, y conoce nuestras
tristezas y enfermedades y que está capacitado para darnos poder para vivir la vida cristiana día tras día. El que murió por
nosotros, vive ahora por nosotros. Ro 8:34; Heb 7:25.

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La resurrección de Cristo nos proporciona, no sólo prueba de la verdad de la inmortalidad, sino la seguridad de inmortalidad
personal 1 Tes 4:14; 2 Co 4:14; Jn 14:19. Significa que hay la certeza de un juicio futuro. Tal como lo ha dicho el apóstol inspirado,
Dios “ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón al cual designó; dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos” Hch 17:31. Tan cierto como Jesús resucitó de los muertos para ser juez de los hombres, así también
los hombres resucitarán de la tumba para vida eterna o condenación eterna juzgados por El.

7.- Reconciliación. Su Fundamento y Terminología


La RECONCILIACION es el restablecimiento de relaciones entre partes litigantes. Un acto de reconciliación implica un cambio de
un estado de enemistad a un estado de armonía entre dos partes. Las Escrituras nos enseñan:
La reconciliación es el séptimo fundamento de la Obra de Cristo, el cual Dios en su Soberanía, Gracia y Amor creó el camino para
que el hombre se acercarse a Él por medio de Cristo. No hay nadie más ni alguna otra Obra de hombre que pueda restaurar el
camino y la armonía con Dios Padre. Por lo tanto, Dios el creador de todo el Universo concibió y proveyó en y por sí mismo
reconciliar todas las cosas a través de Cristo. Ef 2:13, 16; 1P 3:18

La Base o Fundamento de la reconciliación fue explicada por el Apóstol Pablo en Ro 5:10-11:


“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos
salvos por su vida. Y no solo esto, también nos gloriamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la
reconciliación”.
Observamos que es la muerte del Hijo la que hace posible la paz entre Dios y el hombre, y el tema se relaciona estrechamente
con el de la propiciación. Dios no podía hacer las paces con el hombre a cualquier precio, sino solo sobre la base de satisfacción
de Su Justicia, la cual hace perfectamente propicio a Su Hijo para tal propósito.

Resultados de la Reconciliación. 2 Co 5: 17-19; Ef 4: 17-24; 1 Co 1:17


1) Conforme a la Escritura, la oferta se hace extensiva tanto a los judíos como a los gentiles, y la Obra de la Cruz, derriba la
barrera que existía entre ambas razas. Ef 2:13-19
2) Por medio de Cristo somos una nueva criatura engendrada en la justicia y santidad de la verdad, llena de la paz del Espíritu,
andamos en la verdad, renovados de mente y en comunicación con el Padre.
3) En Cristo tenemos Sanidad, Integridad, Armonía y paz en las relaciones entre Dios y los hombres y entre el creyente y el
prójimo sea creyente o no. 1 Tes 5:23; Heb 13:20-21; Stgo 3:17
4) La reconciliación es un acto de Dios, iniciado por su amor, en virtud del cual ya no tiene en cuenta las transgresiones de las
personas; tiene que ver con la actitud divina hacia los seres humanos, cuyo resultado es que Dios ya no les sigue considerando
como enemigos, en una situación hostil.
5) Es concedido a todo creyente el Ministerio de la Reconciliación por medio del Evangelio 1 Co 1:17; 5:18-19
6) Llegará el día del Señor cuando no existirá ningún hombre rebelde en la creación de Dios, fuera de los espíritus malignos y los
hombres que rechazaron la luz, y aún estos serán juzgados y enviados al lago de fuego, ya que no lo hicieron voluntariamente
7) La reconciliación es tanto objetiva como subjetiva; y es imposible que el ser humano acepte el acto objetivo de la
reconciliación como un don de Dios si al mismo tiempo no experimenta en su propia mente una reconciliación hacia Él que le
inicia en una vida santificada que será consumada en el día escatológico, cuando Cristo presente a Dios a los redimidos,
perfeccionados en santidad.

LA FE Y ARREPENTIMIENTO GENUINO. Heb. 11:6


Hasta ahora se han tratado tres partes conceptuales del evangelio necesarias de ser recibidas y entendidas por el no creyente:
El Amor ágape de Dios, la Condición del hombre delante de Dios y la Obra de Cristo hechas en beneficio para el hombre. Ahora,
el cuarto concepto a tratar le corresponde al NO creyente recibir y entender que debe dar una respuesta genuina de Fe y
Arrepentimiento para poder nacer de nuevo; es decir, volverse a Dios por medio de su Hijo, ser regenerado de su vieja naturaleza
y salvado con derecho a la vida eterna. Por lo tanto, el mensaje del evangelio requiere una verdadera y genuina respuesta de Fe
y Arrepentimiento por parte del NO creyente. La fe y el Arrepentimiento siempre van de la mano y no pueden separarse. El
recibir el conocimiento mental de los conceptos contenidos en el evangelio no es suficiente. Quien evangeliza debe llevar sin
manipulación al NO creyente para que dé una respuesta y debe ver y confirmar en el Espíritu que la respuesta es sincera y
genuina. La Fe y el Arrepentimiento Genuino no son capacidades humanas, estas son impartidas por el Espíritu de Dios.

A. LA FE GENUINA: Terminología y Fundamento


Heb. 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que
recompensa a los que lo buscan”.
pisteuo + pistis = Creer lo que dice alguien, aceptar una declaración como verdadera.

En el Nuevo testamento tenemos ejemplos que establecen que la fe implica creer que algo es verdad; como en 1Jn 4:1, donde
el Apóstol Juan dice que debemos probar si los espíritus son de Dios; otro ejemplo son las palabras de Jesús al Centurion: “Vete,
y como creíste te sea hecho”. Mt 8:13; así mismo, la sanidad de la hija de Jairo. Mr 5:36.

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También se tienen ejemplos que nos llevan a tener confianza en una persona; o sea, creer en una persona; como dijo Jesús:
“Arrepentíos y crean en el evangelio”. Mr 1:15; también el Apóstol Juan dice: “Más a todos los que lo recibieron, a quienes creen
en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Jn. 1:12. Esta construcción tenía una especial significación para los
hebreos, que consideraban el nombre de cada uno prácticamente como el equivalente de la persona. Por lo tanto, creer en el
nombre de Jesús era confiar personalmente en él.

Basándose en las consideraciones anteriores, concluimos que el tipo de fe que se necesita para la salvación tiene que implicar
creer que y creer en, o asentir a hechos y confiar en la persona de Cristo; primero como TU SEÑOR y luego como TU SALVADOR.

Ahora bien, Creer y Confiar en Cristo como mi Señor es de vital importancia mantener unidos ambos conceptos. ¿Por qué?
Porque ser Señor Real de alguien significa e implica obediencia, sumisión, dependencia y gobierno sobre la vida del hombre
que cree; es la mejor y máxima ofrenda de amor expresada por el Padre para los hombres; Por lo tanto, creer y aceptar la Obra
de Cristo y sus Promesas, es el centro mismo del evangelio, porque es el vehículo mediante el cual se recibe la gracia de Dios
por medio de la fe en su Hijo.

La Fe Genuina que salva incluye conocimiento, aprobación y confianza personal.


1. El conocimiento solo no basta. La fe personal que salva, según lo definen las Escrituras, incluye más que solo conocimiento.
Es necesario que tengamos algún conocimiento de quién es Cristo y lo que él ha hecho, porque ¿cómo podemos creer en aquel
de quien no hemos oído? Ro 10:14. Pero el conocimiento de los hechos de la vida de Jesús, su muerte y resurrección por nosotros
no bastan, porque la gente puede saber los hechos y rebelarse contra ellos o no gustarles. Por ejemplo, Pablo dice que muchos
saben las leyes de Dios, pero no les agradan: «Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas
merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican» Ro 1:32.
Incluso los demonios saben quién es Dios y saben los hechos de la vida y obras salvadoras de Jesús, porque Santiago dice: «¿Tú
crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan» Stg 2:19. Pero ese conocimiento no significa
que los demonios son salvos.

2. El conocimiento y la aprobación no bastan. Es más, solo saber los hechos y aprobarlos o convenir en que son verdad no basta.
Nicodemo sabía que Jesús había venido de Dios, porque leemos que le dijo: «Rabí, sabemos que eres un maestro que ha venido
de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él» Jn 3:2. Nicodemo había evaluado
los hechos, incluyendo la enseñanza de Jesús y sus asombrosos milagros, y de esos hechos había sacado la conclusión correcta:
Jesús era un maestro que había venido de Dios. Pero esto por sí solo no significa que Nicodemo tenía la fe que salva, porque
todavía le faltaba poner su confianza en Cristo en cuanto a la salvación; todavía tenía que «creer en él». El rey Agripa provee
otro ejemplo de conocimiento y aprobación sin fe que salva. Pablo se dio cuenta de que el rey Agripa sabía y evidentemente veía
con aprobación las Escrituras judías (lo que nosotros conocemos como Antiguo Testamento). Cuando enjuiciaban a Pablo ante
Agripa, este le dijo: «¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees» Hch 26:27, RVR. Sin embargo, Agripa no tenía la fe
que salva, porque le dijo a Pablo: «Un poco más y me convences a hacerme cristiano» Hch 26:28.

3. Tenemos que decidirnos a depender de Cristo para que nos salve individualmente. Además de conocer los hechos del
evangelio y aprobarlos a fin de ser salvo, implica tenemos que decidirnos a depender de Cristo para que nos salve. Al hacer
esto, pasa de ser observadores interesados en los hechos de la salvación y en las enseñanzas de la Biblia a ser personas que
entran en una nueva relación con Jesucristo como persona viva.

Podemos, por consiguiente, definir la fe que salva de la siguiente manera: La fe que salva es confiar en Jesucristo como persona
viva en cuanto al perdón de pecados y la vida eterna con Dios. Esta definición enfatiza que la fe que salva no es simplemente
creer en hechos sino una confianza personal en Cristo para que nos salve.

La definición enfatiza la confianza personal en Cristo, no simplemente creer en los hechos acerca de Cristo. Debido a que la fe
que salva según la Biblia incluye esta confianza personal, confiar es una palabra mejor en la cultura contemporánea que la
palabra fe o creer. Esto se debe a que podemos «creer» que algo es verdad sin ningún compromiso ni dependencia de por
medio.

La palabra confiar se acerca más a la idea bíblica, puesto que sabemos bien lo que es confiar en las personas en la vida cotidiana.
Mientras más conocemos a una persona, y más vemos en ella un patrón de vida que inspira confianza, más nos hallamos
dispuestos a depositar confianza en que esa persona hará lo que promete, o que actuará de maneras confiables. Juan dice: «Más
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» Jn 1:12, RVR. Tal como
recibiríamos a un visitante en casa, Juan habla de recibir a Cristo.

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Juan 3:16 dice «para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna». Aquí Juan usa una frase sorprendente
al no decir simplemente «todo el que le cree» (es decir, cree que lo que él dice es verdad y se puede confiar en eso), sino más
bien, «todo el que cree en él». La frase griega pisteuo eis autón se pudiera traducir también «cree en él» con el sentido de
confianza que va a Jesús y descansa en Jesús como persona.

Jesús habla de «ir a él» en varios lugares. Dice: «Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo»
Jn 6:37. También dice: «¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!» Jn 7:37. De modo similar dice: «Vengan a mí todos ustedes
que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde
de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana» Mt 11:28–30. En estos pasajes
tenemos la idea de acudir a Cristo y pedir aceptación, agua viva, descanso e instrucción. Todo esto da un cuadro intensamente
personal de lo que va incluido en la fe que salva.
Con esta comprensión de la fe según el Nuevo Testamento, ahora podemos apreciar que cuando una persona llega a confiar en
Cristo deben estar presentes estos tres elementos:

a) Tiene que haber algún conocimiento básico o comprensión de los hechos del evangelio.
b) Tiene que haber aprobación o asentimiento a estos hechos. Tal acuerdo incluye una convicción de que los hechos de que
habla el evangelio son ciertos, especialmente el hecho de que somos pecadores que necesitan salvación y que sólo Cristo ha
pagado la pena de nuestro pecado y nos ofrece salvación.
c) Percatarnos de que necesitamos confiar en la persona de Cristo como nuestro Señor en espíritu y verdad; con la plena
convicción dada por el Espíritu de que, al confiar en Él, somos consciente de su gobierno, autoridad, dependencia y sumisión a
su voluntad
d) Estar consciente de que Él es el único camino a Dios y el único medio provisto para nuestra salvación y que existe un gran
deseo de que Cristo nos salve.

ARREPENTIMIENTO
EL CRISTIANO CAMBIA RADICALMENTE
Hch 26:20 “Anuncié… que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”.

A. Arrepentimiento Genuino.
La palabra que utiliza el Nuevo Testamento para hablar de arrepentimiento significa que la manera de pensar cambia de tal
forma que cambian los puntos de vista, los valores, las metas y las formas, y que la persona vive toda su vida de una manera
distinta. El cambio es radical, tanto exterior como interiormente; mente y juicio, voluntad y afectos, conducta y estilo de vida,
motivaciones y propósitos; todo queda involucrado. Arrepentirse significa comenzar una nueva vida.

El llamado al arrepentimiento fue la exigencia primera y fundamental en la predicación de Juan el Bautista Mt 3:2, de Jesús Mt
4:17, de los Doce Mr 6:12, de Pedro el día de Pentecostés Hch 2:38, de Pablo a los gentiles Hch 17:30; 26:20, y del Cristo
glorificado a cinco de las siete iglesias de Asia Ap 2:5, 16, 22; 3:3, 19.

El arrepentimiento es fruto de la fe, la cual es a su vez fruto de la regeneración. No obstante, en la vida real el arrepentimiento
es inseparable de la fe, al ser el aspecto negativo de la vuelta a Cristo como Señor y Salvador (el positivo es la fe). La idea de que
pueda haber fe salvadora sin arrepentimiento, y de que alguien puede ser justificado al abrazar a Cristo como Salvador mientras
lo rechaza—como Señor, es un destructor engaño.
Ciertamente podemos destacar el hecho de que el arrepentimiento muchas veces es incompleto, llamado “atrición”
(remordimiento, auto-reproche y dolor por el pecado, movido por el temor al castigo, sin deseo ni resolución alguna en cuanto
a dejar de pecar) es insuficiente.

El arrepentimiento verdadero es la “contrición”. tal como la presenta en sí mismo David en el Salmo 51, que tiene en su centro
un firme propósito de no pecar más, sino vivir desde este momento una vida que demuestre que nuestro arrepentimiento es
pleno y real Lc 3:8; Hch 26:20 Arrepentirse de un vicio significa marcharse en sentido contrario; practicar las virtudes más
directamente opuestas a él.

2 Co 7:9–10 Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; … Porque
la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte».

B. La Fe y el Arrepentimiento deben presentarse juntos


Podemos definir el arrepentimiento como sigue: El arrepentimiento es tristeza de corazón por el pecado, renuncia al pecado y
propósito sincero de rechazarlo y andar en obediencia a Cristo.

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Es decir, que podemos definir y entender que el arrepentimiento, como la fe es:
a) Una comprensión intelectual (de que el pecado es maldad),
b) Una aprobación emocional de las enseñanzas bíblicas respecto al pecado (sentir tristeza por el pecado y aborrecerlo),
c) Una decisión personal de apartarse de él (renunciar al pecado y una decisión espontánea de abandonarlo y llevar una vida
de obediencia a Cristo).
d) Es una convicción genuina dada por el Espíritu para reconocer mi condición delante de Dios, pedir perdón de corazón y
rendirme al Señorío de Cristo; es decir, reconocerlo como MI SEÑOR en mi vida.

No podemos decir que uno tiene que vivir una vida cambiada por un período de tiempo antes de que el arrepentimiento sea
genuino, porque en ese caso el arrepentimiento se convertiría en una especie de obediencia que pudiéramos hacer para merecer
la salvación.

Por supuesto, el arrepentimiento genuino resultará en una vida cambiada. Es más, una persona verdaderamente arrepentida
empezará de inmediato a vivir una vida cambiada, y podemos llamar a esa vida cambiada fruto del arrepentimiento. Pero nunca
debemos intentar exigir que haya un período de tiempo en el que la persona en realidad viva una vida cambiada antes de darle
seguridad de perdón. El arrepentimiento es algo que ocurre en el corazón e incluye a la persona total en una decisión de apartarse
del pecado.

Hebreos 12:17 nos dice que Esaú lloró por las consecuencias de sus acciones, pero no se arrepintió verdaderamente. Todavía
más, como indica 2 Co 7:9–10, incluso la aflicción genuina según Dios es apenas un factor que lleva al arrepentimiento genuino,
pero tal aflicción en sí misma no es una decisión sincera del corazón en la presencia de Dios que produce arrepentimiento
genuino.

La Biblia pone al arrepentimiento y a la fe juntos como aspectos diferentes de un mismo acto de venir a Cristo para salvación.
No es que la persona primero se vuelve de su pecado y luego confía en Cristo, o que primero confía en Cristo y luego se vuelve
del pecado, sino más bien que ambas cosas suceden al mismo tiempo

CONCLUSIONES
En la gracia y el amor de Dios le plació al Señor reconciliarnos y adoptarnos como sus hijos por medio de Cristo y envió a morar
en nosotros su Espíritu para llevarnos a toda Verdad de manera que alcancemos tal madurez espiritual que seamos testimonio
de su obra en nosotros y como sus representantes en la tierra predicar y enseñar el Evangelio de Cristo siendo fiel en todo para
beneficio de otros. Como hijos maduros nos dio 3 Mandatos para ejecutar en la tierra: 1) Predicar y enseñar el Evangelio de
Cristo; 2) Id y Haced Discípulos a todas las naciones y bautizarlos; y 3) Nos dio el Ministerio de la Reconciliación. Cada hijo de
Dios maduro debe y tiene recibir y comprender en todo su contexto lo que implican estos 3 mandatos: Amor, Compromiso y
Disponibilidad para hacerlo de corazón espontánea y con gozo.
Es de suma importancia conocer primero en su contexto que es el evangelio, luego discernir su contenido para poder entender
lo que significa y representa para Dios y Cristo en el creyente y viceversa; por último, es necesario que el evangelio sea encarnado
en el ser del hijo maduro para manifestarlo en su vida personal, familiar y secular. Es interesante connotar que en el evangelismo
aprendido solo se predica muy brevemente del amor de Dios, del pecado de la fe y arrepentimiento y de la muerte de Cristo
para ser salvo y tener vida eterna. Sin embargo, sin restar importancia a estos temas, muy poco se predica de la Obra de Cristo
en todo su contexto y contenido. ¿Por qué razón? Difícil de asegurarlo, aunque la mayoría lo sabemos, no estamos siendo
completamente fiel a la predicación evangelio como lo hizo Jesús y los apóstoles testamentarios. Estos últimos predicaron y
enseñaron tal cual lo recibieron de Jesús porque en ese entonces no había sido escrita la biblia y solo predicaban de la doctrina
que había sido encarnada en ellos por Jesús y que luego el Espíritu les completó para expandir el evangelio de Cristo.
Se requiere para estos tiempos que sea retomado el modelo original del Evangelio de Cristo, tiempos más difíciles y de corazón
más duro por las influencias del mundo secular que se anteponen, estorban y bloquean el andar del creyente o no creyente.
Podríamos decir que antes existían estos mismos obstáculos, pero había una mayor sensibilidad al evangelio; pero hoy se
requiere de un conocimiento cognitivo de la palabra del evangelio que permita concientización y disponga un corazón entendido
para ser sensible a la convicción del Espíritu. No porque no tenga el poder, sino que haya un espontáneo reconocimiento y
aceptación del Hijo de Dios.

Los cuatro temas del evangelio expuestos de contenido resumido en este estudio, se encuentran más y mejor desarrollados en
el “Manual Guía del Modelo Bíblico del Evangelio de Cristo”, el cual es impartido en la Pasantía de Evangelismo del Instituto de
Alineamiento Ministerial IAM de la Congregación Cristiana, Inc. y disponible para todo aquel que quiera profundizar y aprender
a evangelizar conforme a dicho modelo.

¡La gracia y el amor de Cristo por Su evangelio sea en ti!

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