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4. LA INSTITUCIONALIZACION

¡1
J Premisa

El razonamiento desarrollado hasta aquí estaba orientado a cons­


truir algunas premisas indispensables para un análisis organizativo
de los partidos. Sin embargo, hasta el momento, se ha tratado de un
análisis estático. He imaginado, por así decir, un partido X, captado
en un momento T de su historia y he tratado de identificar los
instrumentos más útiles para examinar su fisonomía organizativa
las contrapuestas presiones a que se halla sometido . Pero un partido,
cualquier partido --como cualquier organización- no es un objeto
de laboratorio aislable de su contexto, ni un mecanismo que una vez
construido y puesto en marcha sigue funcionando siempre del mis­
mo modo (aunque descontando las posibles averías mecánicas y e
desgaste debido al tiempo). pn parb�, como �.rcualquier organiza­
ción, �Ji! J�
� es por el contrario una·estructura ��:r� que
�� ieniT.�movimiento i eYQlu-
c nb�, que se IDo ��-� ::�"'i&9� :TI1 ;n' <i c.c º;�.il los
c¡ � m r e
cam iQ�" exteriores, al cambio de los «ambjei?ctes» en que opera y en l
lós··· e se halla inserto: Se puede afir a qu los factores que inci­
den mayormente sobre la estructura organizativa de los partidos, los
1 07
La institucionalización 1 09
1 08 El desarrollo organizativo

ue explican su fisonomía y funcionamiento, son su historia orga­ ganizativas de aquél incluso a decenios de distancia. Toda organiza­
nizativa (su pasado) y las relaciones que en cada momento establece ción lleva sobre sí la huella de las peculiaridades que se dieron en
eso
son un entorno sujeto a continuos cambios. Así formulada, e·sta tesis su formación y de las decisiones político-administrativas más impor­
1 bviament� demasiado genérica y c?rre el r�esgo de transfor�arse tantes adoptadas por sus fundadores ; es decir de las decisiones que
f _
en una banalidad. Para concretar sus tmphcacwnes, debemos dtspo- han «modelado» a la organización. Pero a pesar de su carácter cru�l
ner de instrumentos analíticos capaces de enfocar un cuadro en mo-. cial, el problema de las peculiariqades del periodo de formación de
vimiento : la evolución organizativa de los partidos en contextos am­ los partidos constituye uno de los campos en general más abando­
bientales variables. Una vez que hayamos puesto a punto estos ins­ nados por la literatura sobre los partidos. Mientras disponemos dc:J
trumentos, será posible intentar un análisis histórico-comparado del refinadas teorías sobre la formación de los sistemas de partidos 2 o
desarrollo organizativo de un cierto número de partidos (premisa sobre las precondiciones estructurales y culturales de la movilización
política·· ·en Occidente 3 -,la;;;teoría de_�.�{2!,1:l:lé1fi9}.t de_J.Q§...,R.�Ulidos
indispensable a su vez para el objetivo de elaborar una tipología de er e� "�� " �;! -di�ti��
. considefia��se(létielle, su � tan�ialmente� en. Du-
.•

las organizaciones de partido). Esto es, será posible dar un salto de individualmente
calidad, pasar de un análisis estático de tipo lógico-deductivo, a un v g a::r tr� .. pariid'os· ae··c:réáiio1t7�i;;�-;-(·d�· ü�i-
análisis dinámico de tipo· histórico-inductivo. geñ···¡; rlamentario) y partidos de creación externa; entre aquello�
Los conceptos centrales en torno a los cuales organizaré este partidos cuyo nacimiento se debe a la acción de élites parlamentarias
análisis son los de modelo originario (los factores que, combinándose preexistentes y los creados por grupos y asociaciones que actúan en
de_ distintas maneras, dejan su huella en la organización y definen la sociedad civil 4• Pero como ya han mostrado las investigaciones
"'�
sus características orignarias) 1 y el de institucionalización (la forma ' históricas sobre la génesis de un gran número de partidos (un ma­
en que la organización se ha consolidado). Examinaré ahora, sepa­ terial documental digno de todo respeto, aunque de desigual valor),
radamente y por este orden, los principales factores que diferencian esta vieja distinción es satisfactoria sólo en parte. Sobre todo porque
a los diversos modelos originarios de partido, y después los que no está en condiciones de dar cuenta de las diferencias organizativas,
rla:
inciden sobre las diferencias observables en el proceso de institucio­ incluso considerables, que se registran entre partidos que tienen un
nalización. A continuación pondré en relación los dos conceptos, •Í mismo origen (interno o externo). Los partidos nacidos del Pa ··
1
mento pueden desembocar en formaciones de muy distinto tipo. Y
1
tratando de establecer con qué tipo de modelo originario se asocia,
en principio, cada una de las modalidades que puede revestir el pro­ de modo análogo, los partidos nacidos fuera del Parlamento (que 1 ·�

cesp de institucionalización. En ese momento podremos confrontar l para Duveger son, sobre todo, los «partidos de masas») presentan,
j
entre ellos, fortísimas diferencias 5• Más aún, ocurre incluso, a veces,
la tipología así construida con el desarrollo histórico de un cierto ! que partidos de creación parlamentaria presenten más semejanzas de
número de partidos políticos. - 1
l tipo administrativo con partidos de creación externa que con parti­

j
dos que tienen su mismo origen.
El modelo originario
'
.. Las características organízativas de cualquier partido, dependen,
� \ J1 n n1t
�e otros factores, de s� historia, de có�� la organizaci�n haya
.
·
1 2 S. Rokkan, Citizens, Elections, Parties. Aproaches to the Study of the Procesees
of Development, cit.
3 R. Bendix, Nation-Building and Citizenship, cit.
�.

� . c1do y se haya consolidado. Las pecuhandades del penodo de


� 4 M. Duverger, Los partidos políticos, cit.

5 Sobre las aportaciones de la historiografía al problema del origen de los partidos


formación de un partido, los rasgos en que se refleja su gestación, .i

y para una interpretación histórica original vid. P. Pombeni, Il problema del partito
" pueden, en efecto, ejercer su influencia sobre las características or- político come soggeto storico: sull'origine del "partito moderno» . Premesse ad una
ricerca, en F. Piro, P. Pombeni (eds.): Movimiento operario e societá industria/e in
1 D. Silvermen, Sociology of Organizations, London, Heinsmann Educational
Europa 1870-1970, Pavoda, Marsilio, 1 98 1 , pp. 48-72. Cfr. también A. Colombo, La
Books, 1 970. dinamica storica dei partiti politici, Milano, lstituto Editoriale Cisalpino, 1 970.
1 10 El desarrollo organizativo La institucionalización 111

La distinción entre origen interno y origen externo no puede, minantemente por penetración territorial mientras que muchos par­
por tanto, constituir el eje básico de la diferenciación entre los par- tidos liberales se han desarrollado por difusión 7•
Jtidos atendiendo a su génesis. Hemos de recurrir a un modelo más A veces prevalecen modalidades «mixtas» ; el desarrollo inicial es
J
, �
: ... :n co�plejo que sepa hacer buen uso d� la� informaciones. q�� la his­ por difusión : un cierto número de agrupaciones locales se constitu­
\,� tonografta, ha acumulado sobre la genests de una multtphctdad de yen autónomamente en varias zonas del territorio nacional. Estas,
"¡{5 ' partidos. El proceso de formación de un partido es, en la mayoría después, se unen en una organización nacional. Y, finalmente, la
de los casos, un proceso complejo y consiste a menudo en la aglu­ organización nacional desarrolla (por penetración) las agrupaciones
tinación de una pluralidad de grupos políticos, a veces incluso fuer­ locales allí dónde aún no se han constituido. Especialmente los par­
temente heterogéneos. Más allá de las inevitables especificaciones tidos liberales han tenido a menudo un desarrollo de este tipo 8• Sin
que hacen del modelo originario de cada partido un unicum histó­ embargo, en general, es posible identificar una modalidad como pre­
rico, es posible, sin embargo, identificar algunas condiciones parti­ dominante. Por ejemplo, muchos partidos tanto comunistas como
culares cuya presencia o ausencia contribuye a definir las principales conservadores se han desarrollado principalmente por penetración.
uniformidades y/o diferencias en los modelos originarios de los di- Por el contrario, muchos partidos socialistas y numerosos partidos

(,��fi'iti r:�:��;;��g�(�fi��[�e�j¡;_��� confesionales se han desarrollado principalmente por difusión.


Una· variante del nacimiento por difusión se produce cuando el

�:-¿��; 1�������;j��!��;����r�i�:�
1{i) ��:���� d��: ·��:���:��escandinavos,
e partido se forma por la unión de dos o más organizaciones nacio­
¡ nales preexistentes (como fue el caso del SPD o de la SFIO). Anti­
i ensayo 6, dós'pt>litólugus el desarrollo organizativo de cipando una cuestión que enlaza el problema del modelo originario
{ un partido -la construcción de la organización en sentido estricto­ y el problema de la institucionalización, y que retomaré más ade­
pu�de producirse o �t:_��!Íl]._!erritotial o por 1if.f!.�.ión terri­ lante, un desarrollo organizativo distinto, desde este punto de vista,
;·f j . .es. Estamos ante
combmact<?.r.!.. c!�.ª-.JU..ba� tnQ<i�!td!c! tiene un impacto sobre el modo de formación de la coalición domi­
, � ¡ tonal o porduna ge " eT ct s liO�de
f urt cáso'cle]?énetfacróñ'"territorial cuando un «centro» controla, es- nante y sobre su grado de cohesión interna. Un desarrollo organi­
. timula y di
_ ::,.xf e arro la «periferia», es decir, la constitu­ zativo por penetración territorial implica por definición, la existencia
de un «centro» suficientemente cohesionado desde los primeros pa­
'y.-' ¡ ción de las agrupaciones locales e intermedias del partido. Hablare­
\ mos d � al cuando el desarrollo se produce por «ge­ sos de la vida del partido. Y es justamente este centro, o dejando la
;, neración espontanea» : cuando son las élites locales las que, en un metáfora, el reducido grupo de líderes nacionales que da vida a la
\ primer momento, constituyen las agrupaciones locales del partido y organización el que forma el primer núcleo de su futura coalición
l_iólo a continuación éstas se integran en una organización nacional. dominante. Un partido que se desarrolla por difusión es por el con­
Es preciso señalar que la distinción penetración/difusión no se co­ trario un partido en el que el proceso de constitución del liderazgo
rresponde con la de partidos de creación interna y partidos de crea­ es normalmente bastante más tormentoso y complejo, puesto que
ción externa de Duverger. El desarrollo por difusión o por penetra- existen muchos líderes locales, surgidos como tales autónomamente,
ción pueden caracterizar tanto a uno como a otro tipo de partido. que controlan sus propias agrupaciones y que pueden aspirar alll.:.....,
Por ejemplo, como señalan oportunamente Eliassen y Svaasand, tan­ derazgo nacional. Un desarrollo organizativo por difusión territorial

creac
ión "int rn
-to los partidos . s_onsety_!�f..2��lP..,i>_ los li.h.e.r.ales,...s.w!_Ri!.L�dQ.§..,.dt:
e a '�e origen parlamentario), y sin embargo, la casi
totalí(Ja(f'oe �partidos conservadores se han desarrollado predo-
= da lugar casi siempre, cuando se forma la organización nacional del
partido, a una integración por federación de los diversos grupos
7 Ibídem, p. 1 1 6.
J
8 J. Elklit, The Formation of Mass Political Parties in the Late 19th: the Trhee
Models of the Danish Case, y L. Svaasand, On the Formation of Political Parties:
6 K. Eliassen, L. Svaasand, The Formation of Mass Política/ Organizations: An Conditions, Causes and Patterns of Development, ponencias presentadas en el semi­
Analytical Framework, «Scandinavian Political Studies», X (1 975), pp. 95-120. nario del ECPR sobre las organizaciones políticas, Grenoble, 1 978.
1 12 El desarrollo organizativo La institucionalización 1 13

\
......

locales. Un desarrollo por difusión, por tanto (aunque veremos en ma 10• Lo que queremos decir aquí es otra cosa: se trata del hecho -J
seguida una importante excepción), a diferencia de un desarrollo por de que el partido sea la creación de un líder que aparece como el \ -

penetración territorial, tiene mayores probabilidades de desembocar creador e intérprete indiscutido de un conjunto de símbolos políti- / _):
en una organización con estructuras descentralizadas y semiautóno ­ �os {las metas ideológicas originarias de� partido) �ue lleg�n a s :� j
mas y en una coalición dominante dividida, surcada por continuos mseparables de su persona. En este senttdo, el parttdo nac10nalso-·
conflictos por el liderazgo . cialista, el partido fascista italiano, el partido gaullista han sido, a
¡:"'))y- Et � r que juega un factor de primer plano en la
..
tpdos los efectos, partidos carismáticos cuya existencia no es siquiera
:, _/{
_ caractenzactón del modelo originario de los partidos es la presencia concebible sin referirse a los líderes que los fundaron. Aunque tu­
vieron líderes prestigiosos, el mismo razonamiento no puede, en


o ausencia de una institución externa que «patrocine» el nacimiento
, �el partido 9• La presencia o ausencia de la institución externa cam- cambio, repetirse al hablar del SPD o del Labour Party.
:/i2 \ bia la fuente de legitimación de los líderes. Si existe una institución En algunos casos, sin embargo, y sin que se dé una relació
externa, el partido nace y es concebido como el «brazo político» de carismática en el sentido weberiano, es posible el desarrollo de lo
esa institución. Con dos consecuencias : 1) las lealtades que se for­ que Robert Tucker ha definido como «carisma de situación». Este
man en el partido son lealtades indirectas, se dirigen en primer lugar fenómeno está determinado no por los componentes mesiánicos de
a la institución externa y sólo en segunda instancia al partido ; 2) la la personalidad del líder (que, en cambio, están presentes en la si­
institución externa es, por consiguiente , la fuente de legitimación de tuación del carisma «puro») sino más bien por un estado de stress
los líderes y es ella, por ejemplo, la que hace inclinarse la balanza a agudo en la sociedad que predispone a la gente «( ... ) a percibir como
un ládo u otro en la lucha interna por el poder. Distinguirem os, t extraordinariamente cualificado y a seguir con lealtad entusiástica un
¡ pues, entre partidos de legitimación externa y partidos de legitima­
liderazgo que ofrece una vía de salvación de la situación de stress».
\_ción interna. , Más concretamente : «podemos usar el término de «carisma de st
tuación» para referirnos a aquellas situaciones en las que un líder

. Pero los efectos de la presencia de una institución externa son
distintos, y pueden dar lugar a diferentes modalidades en la institu­ cuya personalidad no tiene tendencias mesiánicas, suscita una res­
cionalización, según que la institución forme parte de la misma so­ puesta carismática simplemente porque ofrece, en momentos de agu­.
ciedad nacional en que opera el partido (por ejemplo, una iglesia, o do malestar, un liderazgo que se percibe como un recurso o medio
bien un sindicato) o que sea exterior a aquélla (por ejemplo, el Co- de salvación del malestar» 11• Siguiendo a Tucker, los casos de Chur­ J
/ mintern).
�ca
chill o de Roosevelt, por ejemplo, fueron ejemplos de «carisma de
·�- ·-� El tercer factor a considerar, finalmente, viene dado por el ca­ situación» .
.J:i t ráct rísmátíco- o no de la formación del partido. El problema es Un carisma de situación en los términos descritos caracterizó a
establecer si el partido es o no, esencialmente, una criatura o un Adenauer en la formación de la CDU. Y también, en parte, a De
ehículo de afirmación de un líder carismático. Sobre esta cuestión, Gasperi en el caso de DC, a Hardie en el caso del1n depend� en t

sin embargo, es preciso tener las ideas claras. En la fase de gestación Labour Party, a Jaures en el caso de la SFIO, etc. El carisma de
de un partido existen siempre componentes carismáticos en la rela­ tuación tiene en común con el carisma «puro» el hecho de que el {
ción líderes-seguidores : la formación de un partido tiene siempre líder se convierte, para el electorado, así como para una parte ma-
aspectos, más o menos intensos, de status nascenti, de efervescencia 1°
colectiva en la que, típicamente, surge de un modo u otro el caris- Cfr. sobre las situaciones de statu nascenti, con distintos matices, F. Alberoni,
Movimiento e istituzione, Bologna, Il Mulino, 1 977; A. Touraine, La Production de
la societé, cit. ; A. Melucci (a cura di), Movimenti di Rivolta, Milano, Etas Libri, 1976.
Un análisis más profundo, y el consiguiente debate sobre la literatura en torno al
9 Una alusión a este problema se encuentra en L. Svaasand, en el ensayo citado
liderazgo carismático, en el cap. VIII.
11
en la nota anterior, que distingue entre partidos «monocéfalos" y partidos «policéfa­ R . Tucker, The Theory of Charismatic Leadership, en D. Rustow (ed.) : Phi­
los» . losopher and Kings: Studies in Leadership, New York, Braziller, 1 970, pp. 81 y 82.
1 14 El desarrollo organizativo La institucionalización
1 15
yoritaria de los militantes, en el intérprete autorizado de la política papel crucial. En primer lugar elaboran las metas
del partido, lo que le garantiza un enorme control sobre la organi­ futuro parti do, seleccionan la base social de la orgaideológicas del
zación en trance de formarse. Sin embargo, el carisma de situación «reserva de caza »- y sobre esas metas y esta base nización -su
/ se diferencia del carisma puro por una inferior capacidad del líder aunq ue sea con las inevitables desviacio nes impuestassocial plasman,
¡ para plasmar a su gusto y discreción las características de la organi­ sos disponible s, las diversas condiciones socio-económpor los recur-
�ación. Hitler, Mussolini y De Gaulle estuvieron en condiciones de cas de las distintas zonas del territorio nacional, etc., icas y políti-
en trance de cons trucción. En esta fase el problema la organización
,
imponer a su propio partido todas las decisiones clave. Adenauer,
De Gasperi o Jaures tuvieron, en cambio, que negociar con otros de los empresarios políticos, es el de «(... ) elegir los de los líderes,
crear una estructura social que los inco rpore» 13• Ellovalores-clave y
muchos actores organizativos. La diferencia está en el hecho de que
mientras en el caso del carisma puro el partido no tiene una exis­ pel crucial que desempeña normalmente la ideología explica el pa-
organizativa en ¡
j
:-1
)
tencia autónoma del líder y está enteramente a su merced, en el caso la plasmación de la organización que está constróyéndo
del carisma de situación, no obs�ante el enorme poder del líder, el fase, en la que se constituye una identidad colectiva, se 14• En est ¡
la
partido no es simplemente su criatura sino que nace de una plurali­ es todavía, para sus partidari os, un instrumento para organización
dad de impulsos y, por tanto, otros actores pueden reservarse un de ciertos objetivos 15: es decir, la identidad se defin la reali zación
cierto grado de control sobre las zonas de incertidumbre de la orga­ en relación con las metas ideológicas que los lídere exclusivament!!_
nización. no -por el momento- en relación con la organizaes seleccionan y
Los partidos carismáticos, digamos «puros» son bastante raros. aquí por qué una organización, en la fase de gest ción mism a. He
Pero menos de lo que se piensa. A menudo se trata de pequeños analizada con provecho desde la pers pectiva del ación, pued e ser
partidos _que permanecen al margen de los grandes juegos políticos ; con la institucionalización de la organización se verif «modelo racional» :
más a menudo aún s e trata d e flash-parties, de partidos relámpago calidad. L institu ionalización oes en efecto el proc ica un salto de g
que pasan como un meteoro por el firmamento político, que nacen cual la orgamzación mcorpora s valores y fines eso mediante eT\ vi
l<:l. Part
d lí<!!!: de los fundadore; 1 ,f,_
y mueren sin institucionalizarse 12• Este fenómeno tiene que ver con En pala?ras de Philip Selznick este p oceso imp
el hecho de que en este caso la institucionalización consiste en la . � lica el
aso e a or amzación «fungible » (es deci. r, puro mstr.umentQ para.
«rutinización del "carisma" en la transferencia de autoridad desde el la realización de ciertos�) ª- la instil tución 16•
instituc1onalización llega a buen puerto, a organizaSi el proceso de}
c
líder al partido. Muy pocos partidos carismáticos superan este tran­
ce». Junto al desarrollo por difusión o penetración, junto a la exis­ a poco el carácter de instrumento valorado no porción pierde po -o
tencia o no de una institución patrocinadora externa, la presencia o sólo en función de los fines organizativos: adquiere sí mism o sino
ausencia de un liderazgo carismático inicial es un factor que crea misma, los fines se incorporan a la organización un valo r en sí
diferencias considerables, en los modelos originarios de los distintos y se convierten en .
inseparables y a menudo indistingibles de -ella. - f§:'
partidos. Naturalmente, la utilización del concepto de carisma de un proceso de institucionalización logrado es que -ª��'fi�f�g!c.o -cfe1
situación, permite identificar casos intermedios entre los partidos «bien» de la organización tiende a coincidir con para la mayoría el
sus
carismáticos y los demás. que «es buen o» para el partido, lo que va en la fines : o sea, lo
reforzamiento vis-a-vis de las organizaciones com dirección de su
ser autorr,táti ��mente val?rado com parte integr petidoras , tiende a
La institucionalización � �te del fin mism J
La orgamzac10n se convierte ella mism a en un «fm» para un ampl1? 0
- _

� En la fase de gestación, cuando la organización está todavía en


�onstrucción, los líderes, sean carismáticos o no, desempeñan un 13
14
P. Selznick, Leadership in Administration
He vuelto sobre esta cuestión en el cap.
, cit., p. 60, ed. italiana.
IX.
15 P. Selznick, Leadership in Administration
1 2 Para un tratamiento más extenso de este punto, vid. el cap. VIII. , cit., p. 24 y ss., ed. italiana.
16 Ibídem, p. 28 y ss., ed. italiana.
El desarrollo organizativo La institucionalización 117
116

Los
sector de sus miembros y, de este modo , «Se carga » de valores. par­ de incentivos tanto selectivos como colectivos está pues estrecha­
fines organizativos (las metas ideol ógica s) de los funda dores del ' mente ligado a la institucionalización de la organización (y si ese
j
como se ha dicho , contr ibuye n a mode lar su fisono mía orga­ proceso no se da, la institucionalización tampoco tiene lugar y el
tido, u�
nizativa. Con la institucionalización, aquellos objetivos se «articde partido no conseguirá garantizar su supervivencia). A través de las
lan», en el sentido especificado anteriormente, con las exige ncias lealtades organizativas el partido adquiere el carácter de una com­
ión 1
la organización. Los proce sos que provo can la institucionalizac munity of fate tanto para sus militantes como para una parte al
son esencialmente dos, y se desarrollan de modo simultáneo
: / menos de sus apoyos externos. Gracias a aquéllas y a los intereses
creados por la organización el proceso de «construcción del partido»

1
1. El desarrollo de intereses en el mantenimiento de la
organización
adquiere cuerpo y vitalidad, dando lugar a una organización que, al
(por parte de los dirigentes en los diversos niveles de la pirámide consolidar sus estructuras, se «autonomiza», por lo menos en cierta
organizativa) 17• medida, del medio exterior. Sobre esas lealtades e intereses se desa­ ,,

2. El desarrollo y la difusión de lealtades organizativ


as.
rrollan finalmente, un impulso y una tensión permanentes hacia ";�óla,
Ambo s proce sos están ligados como hemo s visto anteriontíente, auto-conservación de la organización 19• . .
de
a la formación de un sistema interno de incentivos. El desarrollo las Hasta aquí la institucionalización entendida como un proc ,
in�ese�..2!J��nizati�oS,.Sl!.J:1Í...Y.in.cu.lado al_hec�-� !!: que, desde
ros-sobre como un conjunto de atributos que la organización puede o no de-·
�ep�, --p �r� {ca�govivir,
__

primerísimas fases de su vida la organic:)":"io"qüe-co iz;1ció n sarrollar en el período que sigue a su nacimiento. Desde este punto
distribuir íricentivdf relectivos a algunos de sus miemb s de de vista, la distinción se establece entre los partidos que experimen-
prestigio, posibilid:ídes"de ·;carrera·��-é mpor ta el esta- tan procesos de institucionalización y los que no los experimentan •'"'···­
-r.eclutami�E.!�
blecimiento d�cedimi�.I?-ªI-ª-Jª-$.��.f�iÓ!L}:':. de (y que se disuelven rápidamente).
la
las élites, de los cuadros dirigentes en los distintos niveles de Pero el problema de la institucionalización es más complejo. En ·····�.
an i z. a ei·6ñ-:·· E J· u <f.d'é''lóS1uiíd adores del partido, en efecto, no efecto, las organizaciones no se institucionalizan todas del mismo
org gr p
resuel ve más que parcialmente, y sólo en los momentos iniciales, el modo, con la misma intensidad. Existen diferencias considerables
e
problema de la cobertura de los puestos dirigentes. Confo rme avanc entre unos partidos y otros. Todos los partidos tienen que institu- :.
el desarrollo de la organización se hace preciso reclutar y prepa rar cionalizarse en una cierta medida para sobrevivir, pero mientras en -1· C 7 ·

las «hornadas» de los futuros dirigentes (socializados a travé rollo


s del ciertos casos el proceso desemboca en instituciones fuertes, en otros-=-)
aprendizaje de las obligaciones que implica su función). El desar
(1
da lugar a instituciones débiles. De esta constatación arranca la hi
C,ip
�L�.�<!?_.� !de�. quet9J:
qe lealta des organizativas por su parte , tiene que yer cbrriaai'Stñ­ i�2�-�Sl!i!_e
pótesis (que tienen�j���:ieal!
carácter central !.l en mi planteamiento),
r g --;;t a los miem bros
bucióll d�_:i!i�entt.P.�_c._tg��tvos (de identidad) tanto eparte part re e��e._P.�L j! �! !Y, na- \
de la-o anización (los militantes) como a una d�_lQUJ.Suarios
á vinculado a �� la �
externos (el electo rado fiel). Es un procesó q\i
formación de una «identidad colectiva» 18, guiada y plasmada p j 19 La diferencia entre «lealtades » e «intereses» en el sentido que utilizamos aqÚí

los fundadores del propio partido. El establecimiento de un sistem


tiene mucho en común con la distinción de Easton entre «apoyo difuso», que es el
que se presta al sistema independiente de que se perciban o no unas contrapartidas
inmediatas, y «apoyo específico» , ligado en cambio a las ventajas inmediatas: cfr. D.
bios, tanto
17 Sobre la institucionalización como forma de estabilizar los intercam Easton, A Systems Analysis of Political Life, Chicago, The University of Chicago
como entre la organiz ación y su entorno , cfr. S. N. Eis" Press, 19792, p. 267 y ss. Vid. también la distinción entre legitimidad difusa y legiti­
dentro de la organización
w, Scott, Foresm an and Co. midad específica propuesta por L. Morlino en Stabilitá, Legittimitá e efficacia deci­
senstadt, Social Differentiation and Stratification, Glenvie
1965, p. 39 y ss. Cfr. también , en idéntica clave, P. Blau, Exchang e and Power in sionale nei sistemi democratici, « Revista Italiana di Scienza Politica», III (1973), p. 305
cit., p. 211 y ss. y ss. Naturalmente, también el apoyo específico, cuando es satisfecho, genera «leal­
Social Life,
Organizing
1 8 A. Pizzorno, Interests and Parties in Pluralism, en S. Berger (ed.), tades» ; pero es una lealtad ad personam (respecto al o los líderes que satisfacen
Europe, New York, Cambri dge Univers ity Press, 1981, trad. demandas particulares) y no, como es el caso del apoyo difuso, respecto a la institu­
lnterest in Western
española. ción en cuanto a tal.
118 El desarrollo organizativo La institucionalización 119

1
,----�......
ftización alcanzado, el cual a su vez, está en función de las modali- ganización es dependiente cuando los recursos indispensables para
dades del proceso de formación del partido y, del tipo de modelo su funcionamiento son controlados desde el exterior, por otras or­
_originario (así como del tipo de influencias ambientales a que la or- ganizaciones (por ejemplo , el partido laborista británico depende de
ganización haya estado sometida). La idea que subyace a esta afir­ las Trade Unions tanto para la financiación necesaria para mantener

J
'
mación es que es posible, teóricamente al menos, «medir» el nivel
1 de institucionalización de los diversos partidos y colocarlos, por tan­
to, en un determinado punto del continuum que va desde un máxi­
_o hasta un mínimo de institúcionalización.
-
la organización del partido y organiz ar las campañas electorales,
como para la movilización del apoyo de los trabajadores). Institu­
cionalización significa siempre , en cierta medida al menos, «autono­
mizació n» respecto al ambiente en el sentido indicado . La diferencia
l' La institucionalización organizativa, en la acepción que hemos
{ .�quí, puede ser medida, esencialmente, según dos dimen­
entre los partidos es, pues, de grado, de «más y menos» . Una orga­
,_;fi recogid � nización poco autónoma es una organización que ejerce un escaso
'� siones l) JI grado de autonomía respecto al ambiente, alcanzado por control sobre su entorno , que se adapta a él más bien que adaptarlo
.i la organiiación ; 2) el grado de sistematización, de interdependencia
·

a sí misma. Al contrario, una organiz ación muy autónoma es aquella


J l.. <:_�tre las distintas partes de la organización 20• La dimensión auto­
__ que ejerce un fuerte control sobre su entorno , que tiene la capacidad
nomía/dependencia se refiere a la relación que la organización ins­ de plegarlo a las propias exigencias. Sólo las organizaciones que con­
taura con el ambiente que le rodea. Toda organización se halla ne­ trolan directamente sus vitales proceso s de intercambio con el am­
cesariamente implicada en relaciones de intercambio con su entorno : biente pueden desarrollar hacia él esa forma de «imperialismo larva­
de éJ obiene los recursos (humanos y materiales) indispensables para do» 2 1, que tiene como función reducir las áreas de incertidumbrer­
su funcionamiento y para ello debe dar a cambio recursos «produ­ ambiental para la organización. Cuanto mayor es el control que e
cidos» dentro de la propia organización. Un partido debe distribuir partido instaura sobre el ambiente, en mayor medida se transforma

]
incentivos de diverso tipo no sólo a sus propios miembros, sino en un generador autónomo de recurso s para su propio funcion¿"; a­
también a los «usuarios» externos (los electores, las organizacione� miento . El «tipo ideal» del partido de masas descrito por Duverg
q�e se hallan próximas al partido, etc.). Existe autonomía cuando la corresponde, desde el punto de vista de la autonomía respecto al
organización desarrolla su capacidad para controlar directamente los ambiente, al máximo grado de institucionalización· posible . En este
procesos de intercambio con el ambient�. Por el contrario una or- caso el partido controla directamente sus fuentes de financiación (a
través de las cuotas de los afiliado s) y domina las organizaciones
20
He seleccionado sólo estos dos «parámetros» del fenómeno de la instituciona­ próximas al partido y, a través de éstas, extiende su hegemonía a la
lización. La razón es que las organizaciones tienden a desplazarse en ambas dimen­ classe gardée; posee un aparato adminis trativo central desarrollado
siones, en la misma dirección. Dicho de otro modo, y como trataré de mostrar en
éste y en los siguientes capítulos con ejemplos concretos, cuanto mayor es la auto­
(un alto grado de burocratización) y elige a sus cuadros dirigentes
en su propio seno sin recurrir, o con un recurso mínimo , a aporta­
�t'
nomía respecto al ambiente, mayor suele ser el nivel de sistematización. Y, correla­ "
tivamente, cuanta menos autonomía, más bajo es el nivel de sistematización. Para el ciones exteriores. Y finalmente, sus representantes en las asambleas "'�.-.

análisis empírico no parecen en cambio demasiado utilizables los conocidos criterios públicas son controladas por los dirigentes del partido (por lo que,
que Huntington utiliza para medir el grado de institucionalización : autonomía, co­ cualquiera que sea eJ grado de institucionalización de las asambleas
herencia, complejidad y flexibilidad. No hay nada que parezcaq garantizar que una
mayor autonomía se traduzca también en mayores cotas de complejidad, coherencia
electivas, la organización del partido permanece autónom a respecto
y flexibiidad : cfr. S. Huntington, Political Order in Changing Societies, New Haven a aquéllas, no condicionada) 22•
and London, Yale Univertisy Press, 1 968, trad. española, El orden político en las En el otro extremo se halla, en cambio, el partido con una au­
sociedades en cambio, B. Aires, Paidós, 1 968. La teoría de la institucionalización ha tonomía respecto al ambiente debilísima, que depende del exterior
sido aplicada sobre todo, en el campo de la ciencia política, el caso de los parlamentos
nacionales: cfr. R. Sisson, Comparative Legislative Institutionalization: A Theoretical
Explanation, en A. Kornberg (ed.) : Legislature in Comparative Perpective, New York,
21 J. Bonis, L 'Organisa
tion et l'Environement, cit.
Mckay, 1 973, pp. 1 7-38, y M. Cotta, Classe Política e Parlamento in Italia 1946-1976, 22 Cfr. M. Cotta,
Classe política e Parlamento in Italia, 1946-1976, cit., en cuanto
Bologna, Il Mulino, 1 979, p. 279 y ss. a la interacción entre la institución parlamentaria y las estructuras de
partido.
La institucionalización
120 El desarrollo organizativo
121

(por ejemplo, de los grupos de interés) para su financiación, que no te). Un grado elevado de sistemati zaci ón, por el
una fuerte interdependencia entre las diversas subu contrario, implica
controla las asociaciones próximas al partido, sino que es controlado
por ellas (o bien debe negociar con ellas en un plano de igualdad), zada mediante un control centralizado de los recu nidades, garanti­
y de los intercam bios con el entorno. Cuanto rsos organizativ�
\
¡' que incluye en sus listas electorales muchos candidatos patrocinados
por grupos de interés y sin una carrera anterior dentro del partido,
y así sucesivamente. Ambos son casos límite: ningún partido se halla
grado de sistematización, tanto más se concentr más elevado es el
trol sobre las zonas de incertidumbre organiza a, por tanto, el con­
bre las relaciones con el entorno, pero tambiéntiva; en particular so�
r nunca totalmente falto de autonomía respecto al ambiente y ningún
partido está �unca en condiciones de desar�ollar una autonomía res­ dencialmente acumulativo del control, sobre las, por el carácter ten­
de incertidumbre. Y, recíprocamente cuanto otras zonas vitales
sistematización tanto más disperso se halla el cont or es el grado de \
( pecto al ambtente tan fuerte como el «partido de masas» de Duver­ men
¡' ger. En la realidad los partidos se dividen entre aquellos que se
de incertidumbre. rol sobre las zon�
aproximan más al primer modelo y los que se aproximan más al '
La cons ecue ncia de un bajo nive
mente una fuerte hete rogeneidad organizativa ización es general- )
segundo. l de sistemat
f�--- Una de las características que más claramente van asociadas al
� \ grado de autonomía respecto al ambiente es la mayor o menor in­ diferencian entre sí en cuanto extraen sus recu (las subunidades se {
V \ determinación de las fronteras de la organización. Cuanto más au­ tintos del entorno) . Un elevado nivel de sistematrsos de sectores dis- 1
/ J! tónoma es ésta respecto al ambiente, tanto más definidas son aqué- trario, da lugar gen eralmente a una mayor hom ización, por el con- )
subunidades . ogeneidad entre las \
L as. Una organización autónoma respecto al ambiente permite siem­ Las dos dimensi one s de la institucionalizac
pre establecer con seguiridad dónde comienza y dónde acaba (quién
forma parte y quién no, qué otras organizaciones caen en su círculo ligadas entre sí: en el sentido de que un bajo niveión tienden a estar
de influencia, etc.). Por el contrario una organización muy depen­ organizativa, implica a menudo una débil auto l de sistematización
diente de su ambiente es una organización cuyos límites son indefi­ biente. Y vicevers a. De hecho, muy a menudonomía respecto al am­
nidos : muchos grupos y/o asociaciones formalmente externos for­ subunidades organizativas respecto al «centro» la autonomía de las
de la organización
man en realidad parte de ella, tienen vínculos con sus subunidades
internas, «atraviesan» de un modo más o menos oculto, sus fronteras
formales. Cuando los límites están bien definidos, la organización FIGURA 2

corresponde al modelo (relativamente) «cerrado» ; cuando los límites


son indeterminados, corresponde al modelo (relativamente) «abier- �
Instit �Í<,>nalización
fuerte ·\
-\tO>>.
La segunda dimensión de la institucionalización, es decir, el gra­ \
do de sistematización, se refiere a la coherencia estructural interna
·=cJela organización. Un sistema organizativo puede ser de tal clase
que deje amplia autonomía a sus propios subsistemas internos 23• En
/ este caso el grado de sistematización es bajo. Singnifica que las su­ Autonomía

bunidades controlan autónomamente, con independencia del «cen­


Y · tro>> de la organización, los recursos necesarios para su financiamien­
to (y, por tanto, sus propios procesos de intercambio con el ambien-

23 A. Gouldner, For Sociology, Hermondsworth, Peguin Books, 19752; J. A. Van


Doorn, Conflict in Formal Organizations, en A. Ranck (ed.) : Conflict in Society, Institucionalización Sistematización
Boston, Little Brown and Co., 1966, p. 115. débil
El desarrollo organizativo La institucionalización
1 22 123

(que se traduce en un bajo nivel de sistem atización) va ligada a una generaciones de este tipo son, en cambio, bastante más raras en los
dependencia respecto a sectores específicos del ambiente (como cuan­ partidos con un elevado grado de institucionalización .
do la indepe ndenci a de una agrupación local respecto a la organiza­ ( Respect o ál grad? de institnQ�Ji.z Qu ación d$, los l?a!ti,d.Qs_�
¡ mos servirnos al menos de cinco � indicadores.
ción nacional del partido se consolida gracias al control que ejerce )
sobre ella un poderoso grupo de interés local, o un notabl e, etc.). �-�_p!im�r !�, el l?_ra�. e d�!..?ll� _de_ la, o!ga�!z�_ci�!!.-�.tra-
.f �
!

Este último ejemp lo contribuye a explicar por qué la indetermina­ PerlMn�n!W..íl....$.!!! ! La reg!aes que un partido fuertemente ms- 1 ) ,

ción de las fronteras de la organización , típica de una fuerte depen­ titucionalizado posea una burocracia central desarrollada, un aparato
dencia del ambiente, es también un factor que favorece una débil nacional fuerte vis-a-vis de las organizaciones intermedias y perifé- 1
coherencia estructural interna y un bajo nivel de sistematización. ricas del partido. En un partido débilmente institucionalizado por el l ..;x
Una organización con un elevado grado de institucionalización contrario el aparato central también es débil, embrionario, poco o r _J
posee normalmente más defensas frente a los retos ambientales que nada desarrollado y las organizaciones periféricas son más indepen� )
una débilmente institucionalizada, porqu e sus instrumentos de con­ dientes del centro. Esto es consecuencia del distinto grado de co0
trol sobre la incertidumbre ambiental se hallan concentrados en el centración/dispersión del control sobre las zonas de incertidumbre
«centro », y no dispersos entre las subunidades. Y sin embargo, una en la organización (del distinto nivel de sistematización organizati-
institución «fuerte » puede ser más frágil que una institución «débil ». va). Por ejemplo , el partido conservador británico, un partido con
En efecto, cuando el nivel de sistematización es elevado, una crisis un alto grado de institucionalización, posee tradicionalmente un apa-
/ que golpee una parte de la organización está llamad a a repercutir rato central más potente y desarrollado que el partido laborista. De
1 rápidamente sobre todas las demás . Por el contraa de rio, cuando el nivel
las distintas par­
aquí que un partido fuertemente institucionalizado esté más buro­
cratizado y más centralizado que uno débilmente institucionalizado.
\ de sistematizació n es bajo, la autono mía relativ
� de la organización permite aislar la crisis más fácilmente 24• La centralización es en este caso, una consecuencia de la burocratiza­
h tid ci l
r-· Un partido que ha conoci do un fuerte proceso de
instituciona­ ción.
drástic amente los márgenes dd
En �-�-glJJ1.<19.llJ�.J. el_gr�� ol!lggel! iJ.� .,J e..�<;Diejanza, elt­
/lización, es una organización que limita l
/( de maniobra de los actores internos. La organivías obligadasimpon
zación se
y
e
es­
tre las ·subunidades organiza tivas mismo nivel jerárqui�Q· Si la
/ sobre los actores , y canaliza sus estrategias por instituciOnalización es e evada, por ejeiñp.lo,ias-agrupaénlo es locales
trechas . Un partido fuertemente institucionalizado es un partido en tenderán a organizarse de la misma forma en todo el territorio na­
j el que los cambiofácilmes son lentos, limitados, penoso s ; es una organiza­ cional. Si la institucionalización es débil es bastante probable que
�ión que puede nte rompe rse, por su excesiva rigidez (como existan, en cambio, fuertes diferencias organizativas. Lo que es con­

J.
el SPD en 1 9 1 7), antes que proceder a cambios repentinos y pro­ secuencia, obviamente, de un grado distinto de sistematización, de ...,
Jundos. Por el contrario un partido débilmente institucionalizado es coherenc
· iÍstia estructural. �aiito ----:
un partido en el cual los márgenes de autonomía de los actores en En ter_��llWJi!§....modalidades pi-übal> Teesq-u Cuanto mayor
de financiación.
lucha son más amplios y en el que los vínculos de las subunidades · es la i itucionalizació -mas- e la organización
organizativas con diversos sectores del ambiente aseguran a los gru­ disponga de un sistema de ingresos basado en aportaciones que aflu­
t\ pos rivales un control autónomo sobre los recursoorganiz s externo s. Una yen con regularidad a las cajas del partido desde una pluralidad de
¡ o.rganización débilmente institucionalizada es una ación que
LP-'!!ede experimentar transformacionesistarepentinas, como en los casos
del liderazgo ideológico y
25 Para E. Spencer Wellhofer, tanto la «burocra
tización,. como la «formalización,.
(la elaboración de normas y reglamentos escritos) son elementos constituti
en que a una «regeneración» imprev , institucionalización. E. Spencer Wellhofer, Dimensions ofParty Developm
vos de la
organizativo, le sigue un largo período de escleros is progres iva. Re- in Organizational Dynamics, «The Journal of Politics,., XXXIV (1 972),
ent. A Study
pp. 153-169.
Estoy de acuerdo en cuanto al primer punto, pero no en el segundo : como
veremos,
hay diversos indicios que parecen indicar que la formalización puede darse
incluso
24 H. Heldrich, Organizations and Environment, cit., p. 77 y ss. en los casos en que existe un bajo nivel de institucionalización organizat
iva.
124 El desarrollo organizativo La institucionalización
125

¡fuentes. Cuanto menos institucionalizado esté el partido, más dis­ de las Trade Unions cuyo papel no se halla reconocido form
/ continuo e irregular será el flujo de fondos y menos diversificadas (en el sentido de que la constitución formal atribuye pode almente
G án las fuentes de financiación. La regularidad es indispensable dicato pero no directamente al TUC, el órgano de gobie res al sin­
sindicatos ). rno de los
para el mantenimiento de la estructura burocrática (que es el ele­
mento que corona la estructura del partido y que se encarga de Este fenómeno se deriva directamente del distinto grad
determinación de las fronteras de la organización que o de in­
mantener un nivel de sistematización elevado). Por su parte la plu­ va ligad o a!__
ralidad de fuentes garantiza la autonomía del partido de todo control nivel de institucionalización. Si la institución es fuerte __


las fronteras
externo. son claras y definidas y, por definición , no puede suced
En cuarto lugar, las relaciones con las organizaciones cercanas al sonalidade s, grupos o asociaciones formalmente externaser que per­
g
partido. a Hemos dic�e un distinto grado de institucionalización ejerzan un papel directivo en la organizaci ón. Si la instital partido 1
IX ución es
U' J'!:aTú r a niveles distintos de control del partido sobre el ambiente débil las fronteras están difus as, la autonomía respecto
al ambi /
{ que le rodea. Un partido fuertemente institucionalizado ejercerá, por es mínimo y los actores formalmente externos pueden, «atra ente ¡
vesar» 1
l tanto, un predominio sobre las organizaciones externas al partido. más fácilmente los límites.
'j Este ha sido, durante etapas prolongadas de su historia, el caso del __ .J

PCI, del PCF, del SPD, del SPO. (el partido socialista austriaco) en
� s relaciones con los sindicatos o del partido conservador británico
1 en sus relaciones con las organizaciones de su área de influencia: íaSl\ La institución fuerte y la institución
débil : dos tipos ideales

( organizaciones externas se configuran «como correas de transmisión» Una institucionalización débil desem boca generalm
coalición dominante poco cohesionada (subdivida en facciente en una
h' del partido. Al contrario, en el caso de los partidos débilmente ins­ ones ) mien­
jtitucionalizados, o no existe relación alguna con las instituciones tras que una institucionalización fuerte desemboca en una
coalición!
exteriores (por ejemplo, entre la SFIO de los primeros decenios del dominante cohesionada. (subdividida en tendencias). En
siglo y la CGT) o son precarias (entre el PSI y los sindicá:tos entre nos, una institucionalización elevada implica una fuert otros térm ::-­
e
1 909-1 922) o las organizaciones externas son débiles y tienen poca ción del control sobr e las zonas de incertidum bre y, por concentra­

. vida (CDU) o, por fin, el propio partido dependa de la organización te, sobre la distribución de los incentivos organizativos.cons iguien­
institucionalización implica la dispersión del control sobreUna débil
·

xterna (el partido laborista británico).


�. · ___... Finalmente, ��o de corr§llQlld�ia entre _las ll�- esta- de incertidumbre y, por tanto, la ausencia de un «centro» las zonas
que mo­
.12 utct,r.��S. _y_]?_ « co_g����':l� �--� �
ió . � tiende a ser
a erial »-�-eLP!:f.Ü nopolice la distribución de los incentivos .
7/ ayor en el caso de los"partiaos �con un alto grado de instituciona- El grado de institucionalización de un partido polít
zación que en los partidos débilmente institucionalizados. No en pues, sobre la configuración de su coalición dominante e ico incide,
).
particular, sobre su grado de cohesión interna. Con la influ ye, en i
G¡ e. · sentido de que los estatutos describan, en el caso de .las institu-
r ciones fuertes, la efectiva distribución del poder, sino en el sentido que veremos luego , de los partidos caris máticos (en los excep ción, 1
\ de que los actores que ocupan una posición dominante en� ' ausencia inicial de institucionalización va acompañada de que uria
una fuert e
'¡ lo deben a que controlan departamentos cuya autoridad se halla cohesión de la coalición dominant e), existe en general una
/ formalmente reconocida, y no de un modo más o menos oculto (por relación entre ambos términos : cuando más débil es la instit estre cha
uciona­
ejemplo, por las posicione� de preeminencia que ocupen en puestos lización más dividida se halla la coalición dominante;
L _fuera de la organización). Por ejemplo, la coalición dominante de un
partido fuertemente institucionalizado, como el partido conservador
cuan
elevada sea la institucionalización más cohesionada estar to más
ción dominant e. Esta cuestión pue.de ser reformulada afirmá la coali­
británico, gira en torno al líder parlamentario cuya posición de pree- existe una 'relación inversa entre el grado de institucionalizaando que
minencia se halla formalmente reconocida.. En cambio, la coalición partido y el grado de organización de los grupos que actúación del
n en su
· interior: cuanto más institucionalizado se halle el partido, meno
dominante del partido laborista comprende, de hecho, a los líderes s or-
El desarrollo organizativo La institucionalización 127
1 26

'ganizados serán los grupos internos. Y correlativamente, cuanto me­ y también, por consiguiente Ia distribución de los incentivos, sólo
ados estarán los hay, en Ia mayoría de los casos, una posibilidad de ascender dentro
. nos institucionalizado se halle el partido, más organizionaliza
)\f$rupos internos. En los casos límite de una ins�ituc organizción
�.
má- del partido : hacerse cooptar por el centro. La estructura de las opor­
tienen prácticamente ninguna �
ación: se tunidades es tal que los militantes «ambicio sos» (los arribistas) de­
1-1ima los grupos noen estado puro. En l s casos límite de inst tucio­
j tra�a d� _tend�n�ias
· � ben, para hacer carrera, adaptarse a las directrices del centro. Se trata
de una estructura en .embudo en la que la escala requiere una con­
W nahzacw
� n mmtma, los grupos son facczones altamente orgamzadas.
in em? arg�, d ��de el mome�to que la diferen�ia en el ?ivel de
"";iMft
vergencia vertical hacia el centro; o más concretamente, gozar del
'M . tonahzaciOn de los parttdos (y para un mtsmo parttdo a lo
mstttuc favor de la reducida éiite dirigente, y conformarse con celo a sus
\!� largo del tiempo) es una diferencia de grado, de más o menos, tam­ determinaciones. En un partido débilmente institucionalizado, eiil
't� bién las diferencias enmínimo
el grado de organización de los grupos Ínter­ cambio, el reclutamiento de las élites, tiene un desarrollo centrífugo. j
El vértice está constituido por los muchos grupos que controlan i
/ nos varían entre un
1
y un máximo de organización.
recursos de poder importantes y están, por tanto, en condiciones de {
FIGURA 3 distribuir incentivos organizativos. Más que de un vértice habrá qu_e_j
Institución
Institución hablar mejor de una pluralidad de vértices aliados y/o �en confliGto

débil
fuerte entre sí de diversas maneras . La esca!ada s e produce e un mod
, o porque, para ascender, sera prectso
centnfug . caractenzarse _ (
pohtt-
Tendencias Facciones camente como parte de un grupo (de una facción concreta) contra )
todos los demás grupos. __)
Si fuese posible, -y nunca lo es completamente- medir con Sobre Ia «estructura de las oportunidades» internas incide además
precisión las diferencias en el nivel de institucionalización entre unos el hecho de que, mientras una institución fuerte tiende a crear en su
partidos y otros, así como las oscilaciones que un mismo partido interior un sistema de desigualdades, autónomo e independiente del
puede experimentar a lo largo del tiempo bajo la presión de los sistema de las desigualdades sociales (las desigualdades vienen dicta­
cambios en el ambiente, sería posible, pues, establecer también cuál das, predominantemente, por la división del trabajo en el seno de
una estructura burocrática), una institución débil tendrá un sistema ;:==
será en los diferentes partidos (o en un partido en momentos dis­
);
__

tintos), el grado de organización de los grupos internos . Y, de ese de desigualdades internas menos autónom o. Mayor institucionaliz
modo, se podría establecer con relativa precisión hasta qué punto ción significa, en efecto, mayor autonomía respecto al ambiente 27• '
las diversas coaliciones en cada partido están relativamente unidas o Lo que implica que los criterios según los cuales se definen las de­
divididas . sigualdades internas tienden a ser predominantemente endógenos, pe­
� En función del grado o nivel de institucionalización varía en cada culiares de la organización en cuanto tal. Mientras que tales criterios
( partido la «estructura de las oportunidades» ; o sea varían las moda­
lidades, canales y posibilidades mediante los que se desarrolla la com­
son, al menos en parte, exógenos, impuestos desde el exterior, en el
caso de una débil institucionalización. En concreto esto significa que
petición política interna 26• Y varían, por consiguiente las modalida- cuanto más institucionalizado se halle el partido la participación en
su seno será más bien del tipo «profesio nal» (y por tanto los
des de reclutamiento de las élites. En un partido fuertemente insti­ criterios
tucionalizado, justamente debido a la cohesión de su coalición do­ que regulan su sistema de desigualdades serán los propios de una
minante, el reclutamiento de las élites suele tener un desarrollo cen­ .estructura profesion al-burocrática). Por el contrario, cuanto menos
trípeto: puesto que en el partido existe un «centro» fuerte, una coa- institucion:¡ Jizado sea un partido, la participación en su seno tenderá
iCión dominante unida que monopoliza las zonas de incertidumbre

26 Sobre el concepto de «estructura de oportunidad», cfr. J. A. Schlessiger , Am�


2 7 S. Huntignton, Política[ Order in Changing Societies,
bition and Politics, Chicago, Rand McNelly, 1 966. cit., p. 21 y ss., ed. italiana.
El desarrollo organizativo


128 La institucionalización 129

er más bien del tipo «civil» 28 (mediante la transferencia a la or- ·


Por otra parte, al ser por definición menos «permeable» a las
nización de recursos externos , detentados en virtud de y en estre­ relaciones con el exterior, un partido fuertemente institucionalizado
a relación con el sistema de las desigualdades sociales ). En otros establece también, generalmente, menos relaciones de clientela con
término s, cua,nto más débil sea la institucionalización, más «nota­ sus usuarios externos, que los partidos débilmente institucionaliza­
bles» y menos «profesionales» encontraremos en su jerarquía inter- dos, en razón de la menor presencia de notables en sus filas (aunque
na, en los cargos electivos, etc. una débil institucionalizació n no acarrea automáticamente relaciones
Desde una perspectiva distinta , la misma cuestión puede ser re- de clientela) . También la tasa de corrupción es a menudo más ele­
formulada diciendo que en los partidos más fuertemente institucio­ vada, en los casos de institucionalización débil, así como es mayor
nalizado s, la actividad política tiende a configurarse con los caracte­ la dependencia de las fuerzas sociales. Por el contrario, cuanto ma­
res de una verdadera «carrera » : se entra en el partido en los niveles yor sea el grado de institucionalización más fuerte y más extendida
bajos y se sube, después de un largo aprendizaje, escalón tras esca­ tenderá a ser la subcultura del partido. Sólo una institución fuerte,
lón. En los partidos de institucionalización débil existen, en cambio, que esté en condiciones de dominar a su base social, puede en efecto
pocas «carreras » de este tipo. Una institucionalización débil lleva desarrollar los rasgos característicos del «partido de integración so­
asociada una mayor «discontinuidad» en la participación a todos los cial». Por lo que cuanto más elevada sea la institucionalización en
niveles 29 : pocas carreras «convencionales» 30 en el sentido indicado , mayor medida la subcultura del partido presentará los rasgos de una
y muchas carreras rápidas (con ingresos que se producen directa­ «sociedad dentro de la sociedad » 33• En cambio una institución débil
mente en los niveles altos o medio-altos), etc. Más en general, puede al tener que adaptarse a su base social, no desarrollará una fuerte
i ra de partido.
afirmarse también que a una institucionalización fuerte corresponde subcultu Aunque existe una excepción: el caso de los
el predominio de la «integración vertical» de las élites 31 : se entra en part dos confesionales, que son instituciones normalmente débiles y
la organización en los niveles bajos y se sube hasta el vértice ; las que, sin embargo , están muy extendidas. Pero en este caso se trata
élites nacen, y «Se crían» dentro de la organización. A una institu­ de partidos de legitimación externa que aprovechan una red asocia­
cionalización débil · correspo nde, por el contrario , una «integración tiva, con una subcultura que en realidad gira (al igual que el partido)
horizontal» de las élites : se entra en el partido en los niveles altos, en torno a la institución patrocinadora (la Iglesia).
a partir de ámbitos exteriores en los cuales se detenta ya una posi­ Hasta aquí las diferencias entre dos tipos ideales de partido con
ción de preeminencia; es decir, se convierten en recursos políticos , un grado de institucionalizac ión elevado en un caso y débil en el
recursos de otro tipo (como es justamente el caso de los notables ,
pero también de todos aquellos que son cooptados por el partido a
otro. Pero se trata justamente de l tipos ideale�
ningún partido co=-
rresponde totalmente al caso de a instttuctón fuerte, como tampoco 67
1
causa del control que ejercen sobre organizaciones extrapartida- al de la institución débil. Por lo tanto, en ningún partido el sistema
rias) 32• interno de desigualdades será totalmente autónomo respecto al sis­
tema de las desigualdades sociales 34 ni, en el caso opuesto, total- qz,
28 Cfr. la tipología propuesta por A. Pizzorno en la lntroduzione allo Studio della
Pertecipazione política, cit.
29 Sobre las «discontinuidades» de la carrera política eh los partidos débilmente tradas laterales», cfr. R. Putnam, The Comparative Study of Política/ Elites, Engle­
institucionalizados, cfr. S. Eldersveld, Political Parties. A Behavioral Analisys, cit. , wood Cliffs, Prentice-Hall, 1 976, p. 47 y ss.
p. 1 40 y ss. ; A. Kornberg et al., Semi-Careers in Política/ Work: The Dilema of Party 33 En determinados casos la existencia de una fuerte subcultura puede ir ligada
a
Organizations, cit. situaciones de « enquistamiento organizativo», cfr. G. Sartori, European Política/
Par­
3° Cfr. E. Spencer Wellhofer, Political Parties as � communities of Fate» : Test ties: The Case of Polarized pluralism, 'en R. A. Dahl, D. E. Neubauer (eds.
) : Readings
with Argentina Party Elites, cit. in Modern Political Analysis, New York, Prentice-H all, 1 968, pp. 1 1 5- 1 49.
31 Sobre estos conceptos cfr. R. S. Robbins, Political lnstitucionalization and ln- 34 De los que se deriva la tendencia, detectable en los partidos que organizan
a
tegration of Elites, London, Sage Publications, 1 976. las clases populares (incluso en los más institucionalizados) a reproducir en su
seno,
32 Sobre las diferencias en el reclutamiento de las élites entre el « guild system" al menos dentro de ciertos límites, las desigualdades sociales ; en concreto a través
de
(que implica un largo apredizaje en las filas de la organización) y el sistema de ceo- la sobrerepresentación, en los niveles medio-altos de la jerarquía, de los grupos
de
1 30 El desarrollo organizativo La institucionalización
131

tituci onalización, de pérdida de autonomía respecto al ambi


Lmente dependiente de éste. En ningún partido el reclutamiento será
exclusivamente centrífugo o, en el extremo opuesto, centrípeto. Ni de debilitamiento del grado de sistem atización organizativa. epte u
de el otro lado, un partido débilmente institucionalizad o estáNi, des-
la integración de las élites será exclusivamente de tipo horizontal o
vertical. Ningún partido estará inmunizado frente a las relaciones de sariamente condenado a mantener esta característica : por ejempnece­
e
clientela 35 y ninguno estará totalmente sujeto a ellas, y así sucesi­ CDU, un partido que originariamente presentaba un grado lo la
vamente. Los partidos, n la realidad, podrán, sin embargo, ser co­ titucionalización débil, experimentó, tras su paso a la oposi de ins­
ción en
locados .a lo largo de una escala que alcance desde un mínimo hasta 1 969, un proce so de reforzamiento organ
izativo que alteró muchas
un máximo de institucionalización (sin poder ser emplazados nunca de sus características originarias 37• Sin embargo, el modo en
en los dos extremos de la escala 36 • produjo la institucionalización de la organización, continúa que se
¡-- Por otra parte el que un partido haya experimentado un proceso mente pesando durante decenios sobre la vida interna de los al­
gener
dos, condicionando las modalidades de la competición intern parti-
\ de fuerte instituóonalización, no garantiza que no puedan verificarse
(a causa de cambios profundos en el entorno), procesos de des-ins- fluyendo, por esta vía, en sus comportamientos en la escen a e in­
) a política.

extracción burguesa. Cfr., para una comprobación empírica, D. Gaxie, Les logiques
Modelo originario e instit ucionalización
du recruitement politique, XXX ( 1 980), pp. 5-45. Sin embargo, las desigualdades· so­ : una tipología

Definidos los principales elementos que contribuyen a form -


ciales siempre se reflejan con mayor inmediatez en las situaciones débiles que en las

fuertes. La mayor presencia de intelectuales en la élites dirigentes del PSI y de la
SFID respecto al SPD, un fenómeno observado por Michels, se debe a la diferencia mode lo originario de los partidos y definido también el conc ar el .\
en el nivel de institucionalización entre ambos partidos. En el SPD, en cambio, era
institucionalización, tratemos ahora de ver cómo se enlazan epto de
es decir cómo , dado un cierto mod elo originario, éste influ entre sí;
mucho más fuerte el componente de extracción obrera. Cfr. R. Michels, Proletariato
e borghesia nel Movimento socialista italiano, Torino, Bocea, 1 908. ye sobre
35 Un estudio comparado de las relaciones de clientela y de patronazgo en la el grado de institucionalizac ión.
política, llevada a cabo en instituciones fuertes y en instituciones débiles, sería segu­ El vínculo entre un desarrollo organizativo por penetració
ramente ilustrativo. Probablemente serviría para destacar que las actividades de pa­ n o
tronazgo desempeñan un papel distinto en ambos tipos de partidos : mientras que en
difus ión, y el grado de institucionalización es, al meno s
bastante comprensi ble. Un desarrollo por penetració n tiend en teo fu,
las institucionalizaciones débiles refuerza el poder personal del boss, del individuo que
ducir una institución fuerte. Existe en efecto , por defin ición , e a pro­
se constituye en eje de las relaciones de clientela, en las instituciones fuertes debería
en principio reforzar a la institución en cuanto a tal, y no a los funcionarios indivi­ el principio, una élite cohesionada, capaz , en cuanto tal, de y desde
impr
dualmente considerados. En Italia, por ejemplo, existen ya excelentes estudios sobre un fuerte desarrollo a la naciente organizació n. Un desarrollo imir
las actividades de clientela y de patronazgo en los partidos del centro derecha y en
difusi ón tiende por el contrario a prod ucir una institución débil por
particular de la DC (que es mía institución débil). Faltan, sin embargo, análisis de la
que existen numerosas élites que controlan considerables dado
política de patronazgo de los partidos de izquierdas en los municipios que controlan, recursos
y en particular del PCI (una institución fuerte). organizativos y la organización tiene que desarrollarse por
3 6 M. Duverger, en Los partidos políticos, cit., distingue entre partidos de « arti­ ciones y, por tanto, a través de compromi sos y negociacion federa­
culación fuerte" y de «articulación débil,. . En cierta medida, esta conocida clasifica­ una pluralidad de grupo s. es entre
ción se corresponde con la que aquí hemos establecido entre partidos con un nivel
alto y bajo de sistematización, de coherencia estructural (que está en función de la
De igual mod o, es fácil deducir la relación que existe entre
existencia o no de una sólida coordinación a nivel central). En este sentido, la dis­ presencia o ausencia de una organización «patrocinadora» extern la
tinción -crucial en la teoría organizativa de Duverger- entre partidos célula, de el grado de institucionalización que puede alcanzar el partid a y
milicia, de sección y de comités, corresponde en mi planteamiento, esencialmente a presencia de una organización patrocinadora desem boca, gener o. La
diferencias en el nivel de sistematización. Una organización cuya unidad de base sea
mente, en una institución débil . En efecto, la organ ización al­
la célula o la milicia, poseerá normalmente (pero no, como veremos, si se trata de un externa
partido carismático) una coherencia estructural mayor que otra basada en la sección
de tipo territorial; y ésta última, a su vez, mayor que una organización basada en los 37 Sobre la CDU vid. el cap. VII. Sobre
las transformaciones experimentadas por
comités. este partido en materia de organización tras la pérdida
del poder, vid. el cap. XIII.
El desarrollo organizativo La institucionalización 1 33
132

límites un fortale­ la comunidad religiosa. La autoridad de la org;mización externa se


no tiene interés en favo recer más allá de ciertos nte reduciría su ejerce, por tanto, directamente por sus representantes (los líderes
cimiento organizativo del partido que inevitabl eme erzo delib erado sindicales, o la jerarquía eclesiástica). En el caso de una organización
dependencia respecto a aquélla. Incluso sin un esfuo mismo de que patrocinadora situada fuera de la sociedad nacional no se da, en
por parte de la organización patrocinadora, el hech cambio, por definición, la doble militancia y la autoridad (externa)i}.-:f
la lealtad de los miembros del partido sea sólo indirecta (la legiti-
? es de por sí una �
sólo � ejercerse a través del partido. Esta argumentación pued
puede
mación del partido se halla fuera de él? mism o) lización. Por �an­
·

r-rit � de _<!l:_l�Ún el__E_i_p_o de_ {;;)


( estableciendo )a hipótesis le iti­
L condi�ión que imp ide u.n . alto grad o e i s.tituc iona procesos de ms­
fo en 1gualdad de cond1c1on es, es mas fac1l que los idos de legitima­
c ó t .d
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10 _ l?u se�
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Por -que-si a n
titucionalización más fuertes se produzcan en part por otra orga- legitimación interna corresponde una institución fuerte, y a una lej,\
.

ción «interna» , es decir, en partidos no patrocinados pció n: el caso de gitimación externa «nacional» (por ejemplo los partidos laborista
nización . Exis te, sin emb argo , una importante exce nización externa corresponde una institución débil, una legitimación externa «extra
los partidos comunis tas, patrocinados por una organtado por lo ge­ .
nacional» tenderá a estar asociada a una institución muy fuerte (co�1
(el Com intern) y que, sin embargo, han experime e suponer en­ una muy elevada autonomía respecto a la sociedad nacional y u
pued
neral procesos de elevada institucionalización. Se e el partido en elevadísimo grado de cohesión estructural interna). 1
tonc es que la organización patrocinador a actú a sobr
lla form e parte o no de La argumentación desarrollada hasta aquí, sobre las relaciones
form ación de mod o distinto segú n que aqué la organización entre modelo originario y nivel de institucionalización, puede sinte­
la sociedad nacional en la que oper a el parti do. Si
dirá la forma­ tizarse, desde el punto de vista gráfico, del modo siguiente:
patrocinadora es un sindicato o bien una igles ia, impepuesto que un
ción de un partido fuertemente institucionaliz ado, la «emancipa-
\cdesarrollo de ese tipo implicaría la autonomizaci ón,
el contrario, la FIGURA 4
ión» del partido respecto a la organización . Si, por del régimen
ines
) organización patrocinadora se halla fuera de los conf ntice autonomía
la
' político, una institucionalización fuerte que gara probable (pero
Institucionalización
del partido respecto al régimen es un resultado más la dependencia Fuerte Débil
la autonomía resp ecto al siste ma nacional se paga con
L �,especto a la organización externa) . Los proc esos de
te dese mbo
bolchevización
caron en or­ Legitimación 2
de los partidos comunistas en los años vein inad as por coali­ externa
ganizaciones fuertemente institucionalizadas , dom fuerte autonomía
ciones dominantes cohe sion adas ; y sin embargo su por la subo rdina­
resp ecto al ambiente nacional, estuvo acompañada a depositada su
Legitimación
interna
3 4 \i
ción a una institución internacional en la cual estabdominantes que ../
fuente de legitimación, así como la de las coalicion es
,

f'P:\ J; las dirigían.


El que la presencia de una organización patrocinador
\ · mod o diverso sobr e el proc eso de institucionaliz
a influya de
ación del partido,
o régimen político y
El caso 1 estaría representado sobre todo por los partidos comu­
nistas. La fuente de legitimación es externa y la coalición dominante
_que logra afirmarse en el partido, contra los adversarios de la bol-
1; · . segú n que aquélla form e parte o no del mism
·

L nacional, se de- chevización, es una coalición políticamente cohesionada. El desarro­


que opere o no directamente en la misma sociedad prim er caso se da lló de la organización se caracteriza por el predominio de la pene­
riva prob ablemente del hecho de que sólo en el .

los miem bros del ' tración territorial (junto a la total reorganización de las estructuras
el fenó meno de la doble militancia organizativa: forman parte de locales heredadas en el momento de la escisión de los partidos so-
partido son también afiliados del sindicato o bien
·
El desarrollo organizativo La institucionalización 1 35
1 34

El caso 2 solamente dos de los tres factores que antes señalábamos como di- f
cialis tas). El proce so desem boca en una institución fuerte. el partido ferenciadores de los modelos originarios de los distintos partidos (el r
está representado por los partidos labor istas, in primi s por
siona les (el Parti do tipo de desarrollo organizativo y la presencia o ausencia de una 1
laborista británico y por algunos partidos confe iza­ organización externa). Hasta aquí he dejado de lado el caso-áéllF)
Popular, la DC italiana, la DC belga , etc.). El desarrollo organi­organ
tivo se produce principalmente por difusión territorial (las inicial
aerazgocañsmTt1�2·Íe El papel de este factor es más complejo y ne-
ce'sita-un' tratain nto aparte. La presencia del carisma personal da
zaciones surge n por generación espontánea ). Un desarrollocinado­

lugar en efecto, a resultados que se desvían parcialmente del análisis
por difus ión, unido a la presencia de una organización patroLa coali­ desarrollado hasta aquí y no en pequeña medida. Comencemos po
ra, impide la formación de fuertes lealtades organizativas. hetero­ decir que el carisma (personal) puede ir asociado tanto a un desa- ·¡'
ción dominante es en la mayoría de los casos una coalición e. El rrollo organizativo por penetración como a un desarrollo por difu­
génea, divid ida. La organización se institucionaliza débilment por sión (o federación). La asociación más probable, si nos atenemos y._j
caso 3 está representado sobre todo, pero no exclusivam ente, a». los casos históricos disponibles, es sin embargo la segunda de las
algunos partidos que Duverger define como de «creación intern es un citadas : en general, un partido carismático nace a partir de la fede-
El centro que desarrolla el partido por penetración territorial tras ración de una pluralidad de grupos locales surgidos espontáneamente
centro cohes ionad o, en general una élite parlament aria agrup ada
a una y/o de organizaciones preexistentes que se reconocen en el líder y
la bandera de un líder de gran prestigio. El proceso da lugar do se someten a él. En cambio, la presencia del carisma es incompatible
institución fuerte. Distintos partidos conservadores -empezan 3 8 , se con la presencia simultánea de una organización patrocinadora. La
. por el británico-- (curiosamente mucho más que los liberales) cual sólo puede tolerar formas de eso que, siguiendo a Tucker, he
han desarrollado de este mod o. definido como «Carisma de situación» y que, en sustancia, esí un
lia-)
-
El caso 4 recog e sobre todo a los partidos nacidos de la federa
o social ista carisma personal diluido. Carisma «puro» y organización patroc
ción de grupo s preexistentes como la SFIO, el partid nes dora son por el contrario mutuamente incompatibles : o existe uno f
japon és, la CDU, etc. La federación de dos o más organizacio o o existe la otra (aunque, naturalmente se dan :prmuchísimos casos en 1
preexistentes o un desarrollo inicial por difusión, digamos en estad que no están presentes ni el uno ni la otra) d é� fme"no puede ser/
ión
puro (preci samen te el caso de la CDU) 39, dan lugar a una coalic s a la vez la criatura de un líder y configura o tota nte por él, y �
dominante débilmente cohes ionad a, puesto que los diver sos grupo

(
(en «brazo político» de una organización externa. Pero el resultado an�¡
poseen un pode r de veto respecto a los intentos del «centro» La or­ mal que produce el carisma «puro» es otro. Consiste en el hecho de ¡
período de formación) de reforzarse a costa de la periferia. que genera, simultáneamente, una coalición dominante unida a pesar '
ganización se institucionaliza débilment e. de la ausencia de un proceso �e institucionalización organizativa. El .
carisma rompe, por tanto, el vínculo que habíamos establecido como
El carisma perso nal : un caso anormal
hipótesis entre el grado de institucionalización y el grado de cohe- \
sión de la coalición dominante, por el cual cuanto más elevada era {
f En la discusión precedente he examinado cómo se relacionan con
¡�1 grado de institucionalización alcanzado por los diversos partidos,
1� institucionalización más unida aparecí� �� coalici.ón dominante (y
�. 1
vicev�rsa). En efecto, en. es �e . cas o, la co ahcwn dommante se mues t. ra

j·.
�� a pesar de estar compuesta por vanas
coheswnada desde el pnnc1p1o
in the Late 19th: the Three tendencias (y por ten . · �� � o en lucha
. violenta aunq
3 8 J. Elklit, The Formatíon of Mass Política[ Parties
subterránea entre síf.']l l!der 5f.¡¡u:s�nta el cemento que las une y
tion of Political Parties: . · . .. · · .
· ..
.

nd, On the Forma


Models of the Danish Case, cit. ; L. Svaasa
and Pattems of Develo pment, cit. Sobre la incapacidad de los Jucha entre los diversos grupos es una lucha, en definitiva, por ase­
Canditians, Causes
G. Galli, 1 partiti
J�
moder no cfr.
liberales italianos para organizarse en un partido gurarse una mayor protección y mayores favores por parte del líder.
politici, Torino, UTET, 1 974.
la CDU un partido de legitima� La cohesión se explica por el hecho de que solamente tienen acceso · '

39 Sobre las razones por las que no considero a


ción externa, a diferencia de los demás partido s confesi onales, vid. el cap. VII. autorizado al «CÍrculo interno» del partido, aquellos que gozan del
1 36 El desarrollo organizativo La institucionalización
137

apoyo y la confianza del líder. También en estos partidos, como en sos en que esto sucede, la impronta inicial permanece: un partido
las instituciones fuertes dotadas de burocracias potentes, el recluta­ carismático que se institucionalice, mantendrá, muy probablemente,
miento de las élites tiene un desarrollo centrípeto, y la organización una fuerte centralización de la autoridad en su seno, y ésta será, a
se encuentra fuertemente centralizada. La peculiaridad de este tipo su vez, la premisa para una institucionalización relativamente fuerte;
de partido es que esta situación se produce antes de que el carisma más fuerte a menudo de lo que dejarían prever otras características
se convierta en rutina, antes de que se verifique la institucionaliza­ de su modelo originario.
ción. En un partido carismático (antes de que el carisma se haga
rutinario) se dan de modo simultáneo una ausencia de instituciona­ FIGURA 5. Cuadro resumen de la tipología
lización y una fortísima centralización de la autoridad (que en los
partidos no carismáticos se detecta sólo en condiciones de fuerte Modelo originario Institucionalización
urocratiz
_... .. ación).
La centralización de la autoridad -o sea la concentración del 1
Difusión territorial Débil
control sobre las zonas de incertidumbre en manos del líder- apa­ Penetración territorial Fuerte
rece desligada del desarrollo burocrático porque en términos gene­ Legitimación interna
q 2 Fuerte
rales y siguiendo a Weber, carism� y burocraci� !?n fenómenos or-
-,� Legitimación externa nacional Débil
ganizativos antitéticos entre sí. ¡[:�ati�![�§� �aLva además� gene- Legitimación externa no-nacional
, r�l'?ente �sociado a fuer�es r�sistencias a la instltucional zación. El '7
Fuerte

líder no uene en efecto, mteres en favorecer un reforzam1ento de la ¡


3 Carisma Inexistente/Fuerte

organización demasiado acentuado que inevitablem ente sentaría las


bases para una «emancipación» del partido de su control. En cierto
sentido el líder carismático se encuentra, frente al partido, en una Conclusiones
posición análoga a la de la organización patrocinadora externa: su
presencia tiende a desalentar, por vías y motivos diversos, la institu­ La discusión anterior nos ha permitido poner a punto una tipo­
cionalización 40• logía de la formación de los partidos que debe ser ahora sometida
·-- Este razonamiento debiera contribuir a explicar por qué la ins­ a control empírico : en nuestro caso, un control histórico-comparado
titucionalización de un partido carismático es un acontecimiento ra­ mediante el contraste con las informaciones disponibles sobre el na­
rísimo. O, en otros términos, por qué casi ningún partido carismá­ cimiento y las modalidades de formación de un cierto número de
tico consigue sobrevivir a su fundador o, experimentar un proceso partidos concretos.
de «rutinización» (de objetivación) del carisma. En los rarísimos ca- Sin embargo, hay que hacer una precisi ón. La tipología más arri­
ilustrada «descuenta», con la cláusula de «en igual de condicio­
' el papel de los factores ambientales. Se limita a identificar re­
40 Naturalmente puede presumirse que también la presencia de una organización ��.... unes que pueden estable cerse a nivel de
externa puede llegar a producir la misma combinación típica de los partidos carismá­
hipótesis entre modelo
ticos : una ausencia de institucionalización acompañada por una fuerte cohesión de la
originario (que es la variable independiente) y nivel de instituciona­
coalición dominante (sobre todo en el caso de que la organización externa esté tan lización (la variable dependiente). Lo que ha sido posibl e porque se
unida que logre imponer una cohesión del mismo tipo al partido que patrocina). Esé de una construcción teórica, de laboratorio, obtenida mediante
fue probablemente el caso del CGP (Clean Government Party) japonés, que era
d n
selecció de ciertos factores que nos han parecido plausibles y
emanación política de una organización religiosa fuertemente unida: el Soka tratan o de establecer qué efectos ejercen sobre otros factores selec­
Cfr. T. Tsutani, Political Change in Japan, New York, McKay, 1977, p. 1 5 1 y ss.
Pero es raro que exista una organización con ese grado de cohesión, por lo que el del mismo modo. En el momento en que una tipología
resultado más probable será el «normal� de una institucionalización débil del partidó de este modo es «puesta a prueba », sometida al test del
y una coalición dominante dividida. empírico, la cláusula «en igualdad de condiciones» deja de
138 E l desarrollo organizativo
-- -p�-"' _, �....-.
...-�_._., ..._....,
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funcionar. Porque en este punto nos encontraremos frente a una 5. LOS PARTIDOS
..
DE OPOSICION (1)
e;-
gran variedad de condiciones ambientales que se convertirán en va­ ..�
-..,.,., _,_____ -:--
�-' ' ""'" ' '" '· ' " •
. - J

riables operativas (y perturbadoras), entre el modelo originario de


los distintos partidos y el nivel de institucionalización alcanzado por
éstos. Variables cuya presencia puede siempre, dado un cierto mo­
delo originario, favorecer resultados incluso muy distintos de los
previstos como hipótesis. Son precisamente estos factores, que he­
mos excluido en el momento de la construcción del modelo, los que
deberemos tener presentes a la hora de proceder a la verificación
histórica 41•

b�l
'"
1
f
Está muy generalizada la idea de que las características organi-
zativas de los partidos que han pasado por largos períodos de opo­
sición en el curso de su historia, son distintas de las de los partidos
que exhiben una larga permanencia en las funciones de gobierno.
t:5S partidos del primer tipo necesitan mucho más que los segundos
_una organización sólida y fuerte : no pueden apoyarse en la buro­
cracia estatal, no pueden utilizar pro domo sua al Estado y sus apa­
4 1 Son muchos los factores que pueden llegar a ejercer una gran influencia. En ratos, ni disponen normalmente del generoso apoyo financiero que
primer lugar, las características institucionales del régimen político (por ejemplo, de los grupos de interés reservan a los partidos gobernantes. Sólo P\l� -­
'
la burocracia estatal) ; también cuenta el intervalo de tiempo que media entre el na­
cimiento del partido y la conquista del gobierno nacional (es improbable que un
den contar con sus propias fuerzas. Fortalecer la organización, po­
partido que se consolida, desde el punto de vista organizativo, a partir de una posi­ nerla en condiciones de movilizar con eficacia y continuidad a los
ción de gobierno, llegue a convertirse en una institución fuerte). Cuenta igualmente partidarios, es la única vía practicable, en la mayor parte de los \

la intensidad de las amenazas ambientales experimentadas en la fase de formación, así casos, para remontar la desventaja en la competición con los partidos
como, en los casos de función entre dos o más organizaciones (una variante de la
difusión territorial) las características de éstas. Por ejemplo, como veremos en el
de gobierno. La situación de los partidos de gobierno es, en cambio,
próximo capítulo, la represión estatal, junto con el carácter relativamente centralizado la opuesta. Estos partidos tienen a su disposición una multiplicidad
de las dos organizaciones cuya fusión da lugar al nacimiento del SPD, contribuye a de recursos públicos utilizables en la competición política y estos
explicar que éste partido llegara a convertirse en una institución fuerte. recursos son a menudo un sustituto eficaz de la movilización que se
1 39

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