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TEORIA DE LA ORGANIZACION»

¡** . ^
DESARROLLO HISTORICO, DEBATE ACTUAL Y PERSPECTIVAS

Eduardo Ibarra Colado


Lula Montano Hiroae

1. ORGANIZACION Y PODER

-0 L AS V I C I S I T U D E S I MP ER C EP TI B L ES DE UNA LARGA ES P ER A-

T mo r ts de /* O r g m n i x M o i á n t F u n d m m m n t o * y C o n t r o v m r w i m w «a una de

e««» obraa qua se nar tejido con la paciencia quw toda aapara

obligada implicai concluida au versión original haca ya cuatro

artos, tuvo qua descansar pac ian t«manta an un frió y obscuro cajón

argumentándose aiampra limitaciones presupuéstalas o datanida por

obstáculos burocrático« qua ratraaaban la decisión da au publica*-

c ión.

£1 problema lo asumimos con serenidad al comprandar qua au

n«tur«)»2 i misma rebasaba nuaatro limitado ámbito da influancia

ürn loa diversos niveles jerárquicos an loa qua una decisión di tá­

rente pudq ser tomada. Reconocíamos an este hacho la propia •acra­

cia «ensombrecida da la* urgani zacionaai al podar, para al qua la»

propueataa convtnc¿onaies da la Taoria da la Organización han

trabajado*, aa constituye en au bssa da auatantaciOn aaancial.

* Las oriantacionaa convencionalaa da la Taoria da la Organiza­


ción han jugado un importante papal a nival corporativo ai
proporcionar un arsenal aiempra renovado de medio« para al
ejercicio cotidiano del poder y, a la vez, al ocultarlo bajo
la máscara de la comunidad de interese«, la cooperación y el
consenso. Al respecto, hemos realizado ya un análisis de algu­
nas de las propuestas teóricas máa importantes daaarrolladas
en el último siglo, las cuales han marcado el proceso de acui­
tamiento del poder bajo distintas premisas teóricas, en dis­
tintos momentos del desarrollo corporativo reciente ilbarra
Colado, Eduardo y Luis fiontaho Miróse, H i t o y p o d m r en Imm or~

vil
La* far«*» «dministrativa» bien cumplirán mu cometido «1 no

alterarla! rumbo trazada por la autoridad* porqu« la tiranim p r m -

» u p u f M la/ no reside tanto en 1 « falta da recursos como en su dia-


, 'tiii i < •
tribuciOn* porqua la p m r v m r a i d m d b u r o c r à t i c a n*da tlana qua var

con comportamiento« irracional*« o inaficiendia« «ino con al

ejercicio cotidiano dal podar.

Anta allo y «ablando qua al tiampo todo lo cura, qua caso

tenari#*«, lamento« y enojos o respuestas apresuradas? La adición


\ 1
tendría qua aaparar ma Jora» momento« qua tarda o temprano llega­

rían» porqua la« organizaciones, asiento fundamental da la» rela­

ciones cotidiana« entra lo» hombres, se rigen por la contradic­

ción orden "■■»■*>de»prden, porque poseen en » 1 mismas la Inercia de


t— — i— r

lo existente y su contrapeso en el germen del cambio, porque la

dinámica organi tac lona 1 se sustenta en la existencia de proyecto»

alternativos que luchan entre si para imponerse como *mi p r o y m o t o

o r gañíracional % sin nunca lograrlo plenamente.*

Por ello decimos que no hay nada que el tiempo no cure, poi—

qua vivimos el tiempo organi zacional, el.tiempo del orden poi' el


'\ ■
'

g a n i M M d O P 9 9 9 U n a n A l i a i a c r i t i c o dm /a Te oría dm 7a O r g a n i z a ­
ción, Trillas, México, 1987, 154 pp.>.

* Afirmar lo contrario implicarla asumir un esquema interpreta­


tivo del poder en las organizaciones en términos da juegos
♦urna-cero que se constituirla como su propia negación. En rea­
lidad el problema es más complejos supone la existencia de
distintos grupos de poder que defienden proyectos estratégicos
diferentes y cuya fuerza relativa se expresa en el control que
tienen da distintas parcelas de la organi zacíónj supone tam­
bién la existencia de diversos ámbitos políticos que se sobre­
ponen uno« a otros de manera compleja y contradictoria haata
rebasar incluso el restringido espacio organizacional configu­
rando ñi t a m a s #5 tra tég i cas entre diversos actores sociales
que suponen importantes ventajas políticas temporalmente aco­
tadas franta a adversarios mejor identificados.
ruido, de estabilidad y crisis, ds resistencia ai cambio y re-

« justas estructurales, ds psrmansncia institucional y recomposi­

ción de grupos. Ya lo decía Renato Leduc, "...«aMa v ir t u d /a ds

a o n o o m r *J t J m m p o .•••, y acariciar el momentp en que las maneci­

llas del reloj marquen la hora esperadas la publicación de esta

obra reafirma que tiende a prevalecer el trabajo académico frente

a intereses políticos personales de quiénes, ocupando posiciones

de dirección, se ven obligados a transitar sin trascender engaña­

dos ante ilusiones de grandeza en nuestra microcosmos organixa-

cional. La historia de una larga espera debe ser contada aunque

sea una sola vei.

Tmorlm d* ia 0 r g * n t M m a Í 6 ni Fundmmmnto* y C o n t r o v m r t Í M M es

una compilación de texto* que realizamos en 1985 para apoyar la

impartición de un seminario de actualización en Teoría de la Or-?

ganización. 3 Este evento reunió a un importante grupo de profeso­

res e lnvestigadores de diversas disciplinas con quiénes, a lo

largo de poco más de tres meses de trabajo, discutimos las pro­

puestas teóricas más relevantes del pensamiento organizacional

generadas a lo largo del último siglo.

3 Dicho «vwnto fue organizado por las Areas de Estudios Organi-


zacionales y Administración de los Departamentos de Economía y
Producción Económica de las Unidades lztapalapa y Xochlmilco
de la UAfi, respectivamente. El seminario se realizó en las
instalaciones de la UAM-X del 17 de octubre de 1985 al 13 de
marzo de 1906. La estructura del seminario ha quedado plasmada
en la estructura de la obra, correspondlendo cada capitulo a
una sesión de trabajo. Asi, las presentac iones que realizamos
y las discusiones generadas en cada sesión tuvieron como marco
de referencia fundamental los textos seleccionadas en esta
obra.

vili
Fara Analizar las contribuciones y limitaciones de tales

propuestas asumimos dos principios metodológicos básicos que han

orientado nuestro propio trabajo de lnvestlgacióni en primer lu­

gar, reconocer la importancia de una I mo tu r m orí tía* dm Ia Teoría

dm Im O r g a n i z a a i ó n que pudiera protegernos de los lugares comunes

y nos abriera la posibilidad de determinar sin apresura«^entos la

utilidad te órica y los limitma mapmoi ficot de cada una de las

propuestas anal izadasi paralelamente, reconocer en las c a r m o t m -

r l a t i c a a dm nuestra rmalidad ao ci al el tamiz fundamental de la

evaluación de tales propuestas del pensamiento organizacional.

Los resultados del evento fueron alentadores, sobre todo

porque incursionabamos en un terreno tradicionalmente ajeno a las

ciencias sociales en paises como el nuestro4 ! hablar de corpora­

ciones y organización parecía prometernos mayor riqueza concep­

tual ante un mundo que ha depositado ya su futuro en su presente

cibernético. Hablar de procesos productivos automatizados y de la*

creciente 1 nformatización de la gestión corporativa y estatal o

Cabe destacar que la ausencia de la Teoría de la Organización


en países como el nuestro contrasta con la importancia que tal
disciplina ha tenido en el mundo desarrollado. Sólo reciente­
mente empezamos a apreciar un interés más marcado por el estu­
dio del fenómeno organizaciona1 capitalista en América Latina,
pero que está lejos de constituirse como un campo que atraiga
la atención de quiénes se encuentran todavía fuertemente an­
clados a sus disciplinas de origen. De lo poco que uh ha hecho
wn nuestro» paise» desde una perspectiva organ izac iona 1 humo»
incluido un conjunto de trabajos en el capitulo IX bajo el ti­
tulo de Estado, Políticas Públicas y Organización. Ge encuen­
tran además los trabajos realizados por los miembros del Area
do Estudios Oigan izactonales de la ÜAM-I, entre los que poda­
mos mencionar a titulo indicativo los libros E n s a y o a c r í t i c o »
pa r a mi m a t u d i o d m Isa o r g a n i zac i o n e o mn M é x i c o (Varios, Uni­
versidad Autónoma Metropo1 itana-Iztapa1apa, Col. Cuadernos
Un iver»itari o» No. 29, México, 1903, 269 pp.J y El o r d e n o r g a -
«</*«■«*i una i t podar, m a t r a t a g i a y c o n t r a d i c c i ó n (Varios, Univer­
sidad Autónoma Metropoli tana-1ztapa 1apa, México, 1987, 547
PP.J.
de la composición social que se expresa en un complejo mosaico de

actores sociales con Intereses y estrategias divergentes en coa-


I
patencia, nos ubicaba de frente y de lleno ente un mundo que las

teorías que hablamos deglutido durante tantop ahos no visual iza­

ban, ante una realidad concreta que el tradicional análisis eco­

nómico, sociológico o político de loa " gr m n d m m p r o b ¡ m m * M * no ha­

bla podido explicar concretamente. Porque eran incapaces ya de

explorar un mundo diferente al que les dio origen, porque fueron

construidas para analizar realidades pasadas depositadas ya en

nuestra memoria histórica.

Asi, quedaban atrás las fábricas de principios de siglo o la

figura romántica del viejo obrero descalificado como sujeto his­

tórico portadpr de caracterlstleas universales* Nos enfrentábamos

ahora a un nuevo tipo de trabajador que ponía en duda, cuando me­

nos, la idea de la ciase obrera como sujeto histórico y su voca­

ción revolucionaria intrlnsecai teníamos enfrente una nueva rea­

lidad organizativa en la que la producción se constituya única­

mente como uno de sus circuitos y no siempre el más importantei

las actividades de dirección, fuertemente vinculadas al manejo de

grandes volúmenes de información, exigían una concepción organl-

zacional en la que la anticipación del futura fuese la clave del

éxito presente. La lucha contra la lncertidumbre ha revolucionado

a la sociedad toda al imponerle programas detallados de activida­

des y rutinas que penetran hasta el más pequefto rincón para orga-

nizarlo todo en un metaslstema corporativo del que ya nada esca­

pa.

ix
Sin d«rnot cuanta de los grandes cambios registrados en unas

cuan ti.» década», habí amo» conservado conceptos y categorías que

no» dificultaban cada vez más penetrar la realidad organizacional

cun temporánea. Ante ello* las discusiones sostenidas en el semi­

nario de las diversas propuestas organizacionales parecían abrir-


'; ; I .’.
i ■» •
no» una, puerta de salida que debíamos explorar y reconstruir.

Parque la reformulación del paradigma organitacional parecía

plantearnos la posibilidad de pensar nuestra realidad de una

manara diferente, a partir de la cotid ianeidad que supone el


f ' .f t•.i>•: ‘t
«tji*rcicio del poder en y por la gran corporación» internarnos en

I<* naturaleza opresiva de la tecnología, develando la apariencia

neutral d f ^ U administración, de sus técnicas y procedimientos,


** .■
no» permitirla redescubrir el poder como eje analítico clave. El

tiempo transcurrido desde entonces ha afianzado en nosotros esta

convicción.

Asi, Teoría de /a O r g a n i z a d ón s F u n d a m e n t o s y C o n t r o v e r s i a s

se pr«»«ntó coflu> una obra de gran valor que estimuló importantes

debate» para recrear el conocimiento del fenómeno organi zac ional

hasta entonces generados el material seleccionado, generalmente

poco atendido o de difícil acceso, cumplió su cometido al fungir

r.,c«i*o detonador para quiénes deseábamos profundizar nuestro cono-

i;iAil4rnto del pensamiento organi zac ional • Desgrac iadamen te, como

y> indicamos, concluido el seminario no se concretó su edición

'ílno hasta ahora. Ello presentó consecuencias positivas y negati­

va».

Entra las primeras, la larga espera de cuatro años permitió

en mucho madurar nuestro trabajo interpretativo de la Teoría de


la Organización que llega hoy día an condicione« da mayor soli­

dez, Al ser informado« da qua finalmente podría ser editado e«te

material, decidimos revisar su contenido y modificarlo «n función

de los avances registrados por nuestro propio trabajo de investi­

gación y para abarcar y# en esta edición las propuestas «As re-

clentes en el campo
de la Teoría de la Organización que en 1909
¡ •'. • •* . I '
<.4 i K * ?
sólo se manifestaban de manera incipiente* De esta forma, el
, ,■ * ., : . •
. .
*! v , ? ,
material reunido, en e«ta edición «upera * 1« versión original al

incorporar textos que enriquecerán sin duda la discusión y análi-


;l ¡tf < í> 1.
• •' * •' “
»
sis de los diversos movimientos^ asi como trabaJ9 S que dan cupnté

del estado que guarda el debate actual en nuestra disciplina*

En cuanto a las consecuencias negativas resaltemos de manera

central la imposibilidad de realizar nuevamente dicho seminaria

de actualización al no contar con el material de apoyo requerido.

Ello canceló lo que pudo ser durante estos años un importante es-

pació de reflexión colectiva que permitiera ampliar la ba«e con­

ceptual de quiénes se han orientado a la enseñanza de la Teoría

de la Organización o de quiénes se dedican a investigar diversos

aspectos del fenómeno organlzacional en nuestro país. Adicional­

mente, el "retraso" impidió el acceso a una publicación que faci­

litara un conocimiento más preciso de las diversas propuestas del

pensamiento organizacional más allá de loa textos clásicos de la

Teoría de la Organización.

Enfrentamos otro tipo de limitaciones que ni el paso del

tiempo nos permitió superar. Por una parte, fue imposible pensar

este volumen con material exclusivamente en español. De hecho,

éstos son la excepción. La mayoría de los textos importantes en

X
Teoría de 1« Organización no han sido traducidos «1 español por

•u b«j« d«m*nd* o por su reciente Aparición. Realizar tradúcelo-*

nes t)R loa tanto« hubiese «ido deseablei sin embargo, no contamos

con recursos suficiantas a tal fin. Por otro lado« qulan pretenda

;n ventarse con sariadad an asta disciplina deberá partir da reco­

nocer su origen anglo-sajón. Será muy difícil hacerlo al margen

del manejo del idioma. Sin embargo, tampoco podemos Ignorar el

hecho de que lo deseable dista de lo reala gran parte de quiénes

trabajan y estudian en las universidades carecen de tal dominio.

Polifilo intentamos, en la medida de lo posible y no sin dificul­

tades, equilibrar la selección del material incluyendo textos en

nuest» o idioma que permitieran una primera aproximación.

Tampoco pudimos superar la limitación que el espacio impone

siempre a trabajos de esta naturalezas la selección resulta eno­

josa pues sabemos de textos que quedaron excluidos a pesar de su

importancia y calidad. Esto fue resuelto parcialmente mediante la

tlaborición un anexo bibliográfico que apoye al lector en la

selección de textos adicionales que le permitan profundizar en

los temas de su interés.

Tal anexo, que acompaña a este articulo, incluye bibliogra­

fía de cada uno de los movimientos que conforman el contenido de

esta obra. Hemos proporcionado, también, referencias bib1iográfi -

cas de la Administración Científica, movimiento que, sin ser par­

te propiamente dicha de la Teoría de la Qrgani¿ a c ión, constituyen

su base material. Además, iniciamos nuestra selección bibliográ­

fica con la presentación de las referencias de los textos más

importantes que nos presentan una visión de conjunto.


Finalmente, la bibliografía incluida «n «1 apart«do corres­

pondiente «I Análisis Estratégico ds las Organizaciones dfbe ser

considerada como «nprasión ds las prieeras aproximaciones dirigi-

das a construir una orientación teórica critica qus « u p a r « las


, . i « **v 'j' * ■■
llmitac lonas ds las propuestas hasta ahora avanzadas? Ello nos

permite comprender Ja confluencia de trabajas ds autoras de di­

verso« movimiento« que, anclado« en el debate actual| apuntan en

tal dirección. Ahí mismo hemo« incluido las referencias a nuestro

propio trabajo de lnve«tlQación que «e ha orientado a la cons­

trucción de tal propuesta.

Es importante señalar adamas qus esta antología es la


i * 1
tercera pieza que cierra \in proyecto más amplios se complementa

con do« trabajo» previo« en lo« que hamos realizado «elección«»

similares respondiendo a otra» intencionas. La primera de alias,

H i s t o r i a dal PensamIento Administrativo", pensada para apoyar la

enseñanza inicial de la Teoría de la Organización. La segunda,

/n t e r p r e t a o i o n e s F u n d a m e n t a I es dm la Teoría da la O r g a n i z a d ó n t

H a c i a un e n f o q u e a o o i a l + r como material básico para curso» avan­

zados de Teoría de la Organización a nivel licenciatura y posgra-

do. Finalmente, Taoria da la O r g a n i z a c i ó n ! F u n d a m a n t o a y C o n t r o ­

v e r s i a s que, como ya lo indicamo», pretende apoyar la actualiza­

ción de profesores a investigadores en Teoría de la Organización


1 *; • •

° ¡barra Colado, Eduardo y Luis Montano Miróse (coords.), 1903,


H i s t o r i a daI p e n s a m i e n t o a d m i n i s t r a t i v o , 2 t., Universidad Au­
tónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 1983, 6 8 6 pp.

* Barba Alvarez, Antonio, Eduardo Ibarra Colado y Luis Montaho


Hiron» (comps.), 1987, I n t e r p r e t a c i o n e s fu n d a m e n t a Iea de la
Teor í a de Ia O r g a n i r a c i ó n t H a d a un e n f o q u e s o c i a l , Univarsi**
dad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 1987, 418 pp.

xi
intentando proporcionar un cuadro interpretativo fundamental de

*u desarrollo histórico, debate actual y perspectivas. Pensamos

que eata trilogía marca una ruta bien definida para quien, desde

«tapa« iniciales, desee recorrer los intrincados caminos del pen-

<«*miento organ izac tonal de los últimos cien años.

Desde un punto de vista académico, la presente edición debe

ja lorarg* a la luz de un amplio trabajo de investigación que ha

intentado clarificar la lógica interna que permea el desarrolla

histórico de la Teoría de la Organización. Rechazamos a quiénes

¿firman que la Teoría de la Organización es un "remolina de con­

fusos enfoques" o un "arenal organizativo" a fin de oculta»' la

»'elación existente entre el surgimiento de sus propuestas teóri­

ca'*: específicas y las condiciones históricas que hacían posible y

necesaria su aparición.

No podemos dejar de reconocer coherencia al conjunto de pro­

puestas que,, .ronforman la Teoría de la Organización pues su fun­

ción social no puede ssr negada. Sin embargo, tampoco podemos

caer eri el extremo absurdo del determinismo al grado de afirmar

mtkcAnicamente que las distintas corrientes de pensamiento de la


* ^
leoria de la Organización son producto de los cambios sufridos

por el capitalismo a lo largo del siglo. No creemos en determi-

niníoa ni unicau*alidades, pero tampoco en el desarrollo del pen­

samiento y la teoría al margen de la realidad y la historia. Este

ijí quizA el supuesto báoico sobre el que hemos trabajada estos

últimos años. En su base se encuentra la propuesta clasificatoria

(114 hermas delineada, la cual supone la identificación de cuatro

«tapas en el desarrollo histórico de la Teoría de la Organización


y la interpretación qus se deriva de su relación con el mundo

corporativo a lo largo del último siglo. Dediquemos las alguien-*

toa hojaa a explicar con más detalle nueatra propuesta, la cual

ha quedada plasmaba en la f ig u r a 4,

II. BL ENFOQUE O R G A N I Z A C 1Q N A L

-O L A S BONDADES I MPERCEPT I B L ES DS L A AU T A RQU I A*

Denominamos enfoque organizaclona 1 -a aproximación convencional-*

a la variedad de planteamiento» teóricos que intentan explicar el

fenómeno de la organización desde una perspectiva propia que no

se pierda en la contigüidad de fenómenos cercanos que lo influyen

y complejizan. El proyecto no sólo atiende al reconocimiento de

laa frontera« ,del discurso académico sino pretende apoyar, dis­

cursiva y técnicamente, un conjunto de prácticas especificas de

Índole politico-productivat Ds este conjunto de propuestas noso­

tras hemos elegido las que consideramos las más representativas»

las Relaciones Humanas, la Burocracia, el Comportamiento, la Con­

tingencia y las Nuevas Relaciones Humanas.

Nos hemos valido del recurso c 1as i fi cataria con un doble

propósitoi primero, ubicar estos movimientos en la flecha del

tiempo en atención a sus momentos más relevantes de c°n*olidación

teórica; así, hemos distinguido cuatro fases en el desarrollo del

paradigma convencional -la base material, la base teórica, la ba­

se operativa y, finalmente, la crisis y reformulación del para-

digma| éstas dos últimas forman parte del debate actual-f segun­

do, diferenciar tras grandes ejes de este proyectos el producti­

vo, el organizativo y el propiamente administrativo.


FIGURA is DESARROLLO HISTORICO, DEBATE ACTUAL V PERSPECTIUAS DE LA TEORIA DE LA ORGANIZACION j

1 »KSAIIOLLA I I S Î A I 1C 0 II I 1A t 1A € 1I A I V r i l i r i C I l V A S I
Kicomisis de
P O I G O A N A L I I 8 LAS OaCfìJIIZAClÙMCS

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LA IltK I X 0 I ICA

LA I A f I « r i l A f l V I

C A It I I V IKfOINMLACI AN

xiii
Coma todo recurvo clasificatorio -incluidos los intentas de

periodirae ion-, el nuestro resulta parcial -dado, entre otros, la

'elección de ¿tributos-. Sin embargo, esto nos ha permitido

alcanzar un grado relativo de claridad inicial a partir del cual

complejizar nuestro objeto de estudio. Los «jes del enfoque orga­

nizativo, por ejemplo, no se encuentran en estado puro, r»í úwoe

buscarse en la precisión de las fechas la certeza y las fronteras

de lo« movimientos -además, el eje del tiempo es válido sólo para

esta sección-*

Aclarado lo anterior, iden1 1 fi camas como pertenecien tes al

eje p r o d u a t i v o aquellos movimientos que se constituyen a partir

de una preocupación marcada hacia los aspectos directamente liga­

dos a la Manufacturas Administración Científica, Relaciones Huma­

nes y Nueves Relaciones Humanas; el eje o r g m n i x » t i v o corresponda

a aquellas propuestas encaminadas a buscar explicaciones más glo­

bales que relativlzan -o más bien re-conte.*:tua 1izan- de manera

significativa el espacio directamente productivo al incluir otro

tipo de variables tales como la complejidad tecnológica, el tama­

ño de la organización, la estructura de las decisiones y la

>mper^9 Qalidad de las reglas; allí localizamos a la Burocracia,

el Comportamiento, la Contingencia y la PXaneación Estratégica;

el eje m d m i n i t t r m t i y o se refiere al conjunta de técnicas que han

sido puestas en operación a fin de lograr niveles de eficiencia

más elevado^P esta^éemeat tienen sus antecedentes tanto en la

A d m in im t r * o ió n como en la C l m n í l t l c A asi como en los

p lanteamientos de la Tmorlm E c o n ó m i c a de !* E m p r e s a , mientras que


su supresión más elaborad*, ss sncontró sn los modelos propuestos

por la ¡n v » t i g m o l ó n d m Q p +r to l on ** , «

Por otra parte, llamamos ¿a*e eateriai a la serie inicial

de desarrollos, teóricos e industriales, que propiciaron el sur­

gimiento de las grandes organizaciones capitalistas« La 6 «se teó­

rica arranca ccn las Relaciones Humanas y constituye en realidad

el verdadero principio del proyecto organizacional aunque éste no

podría ser entendido al margen de los acontecimientos anteriores!

este periodo se complementa con el desarrolla de los planteamien­

to* de la Burocracia, el Comportamiento y las inicios ds la Con­

tingencia. Ubicamos en ests periodo parte de la Investigación de

Operaciones no sólo por 1 su correspondencia temporal sino por no


i • '
haber alcanzado todavía su traslado operativo al terrenp indus­

trial mas que de manera imperfecta. En el periodo que hemos deno­

minado la 6 a«e operativa ubicamos loa desarrollos maduros de la

Contingencia, una parte importante de la Investigación ds Opera­

ciones, las Nueyaa Relaciones Humanas y la Planeación Estratégi­

ca. La ortMia y rmfor*u¡moión dmi permdigm* orgtni x m q í on m J

corresponde a la fasp actual y se centra en el debate acerca de

su potencial tanto a nivel teórico como político! en él intervie­

nen básicamente la Planeación Estratégica y las Nuevas Relaciones

Humanas.

Las flechas del esquema son sólo indicativas, no hemqs pre­

tendida reall2 ar un mapa exhaustivo que describiera fielmente to­

dos los vericuetos de un siglo de pensamiento organizaclonal sino


j, •
más bien pensar en términos generales a fin de exponer más la ló­

gica de la ubicación que la contundencia del detalle. Dos grandes

xiv
toídas »• encuentran presentes, tanto a nivel de proyecto político

como de construcción paradigmáticas la tesis de la R e v o l u c i ó n d a

/0 4 M a n a g a r a y la elaboración de algunos supuestos importantes de

la C i b a r n é t iea, Estos elementos no se encuentran diagramados por­

que están presentes en todo el esquema. Ellos adquieren su verda­

dera significación a partir del primer gran movimiento de la Teo­

ría de la Organización -las Relaciones Humanas-. En efecto, la

interpretación que en esta escuela se hiciera de los planteamien­

tos paretianos de equilibrio, tanto en términos del discurso de

las élites como de la capacidad relativa de auto-regulación de

ios sistemas, imprimió un sello distintivo a los movimientos pos­

teriores.
... i .
Aunque l^a escuela de las R a ia c i ó n * » H u m a n a n comporta una

propuesta explicativa que no puede quedar circunscrita solamente

al espacio organlzativo-industrial -ya hemos indicado »u impor—

t a n d a en el desarrolla del paradigma cibernético-, nos limitare­

mos a ubicarla en el esquema general que presentamos ( figura i

La Teoría de la Organización está conformada por movimientos que

en ocasiones se contradicen entre si pero que también se comple-


i
mentan| su desarrolla se da entonces tanto a través de rupturas

como de continuidades, las cuales no siempre corresponden, de ma­

nera automática, a movimientos de carácter más general -fenómenos

políticos o macroeconómicos, por ejemplo- o, al menos, su tiempo

de respuesta no es inmediato para todos los casos; -ya que, in­

cluso, se podría pensar también en la posibilidad de modificacio­

nes globales a partir del acontecimiento particulai— .


En relación al ca so d* las Relaciones Humanas« podríamos de-

cir que no contradice los planteamientos de la Administración

Científica -y mAs enfAticamente los principios taylorlstas-| si

bien se dedica al estudio del " /m ot o r h u m m n o * % «sto no implica

que en los planteamientos tayloristas no hubiese una visión, por

simple y mecAnica, del comportamiento humano en las empresas» Por

otra parte, la Teoría A d m i n t B t r m t i va, que habla recibido del

propio taylorismo la idea sistematizada de la fragmentación de

las tareas, y del fayolismo la representación funcional| que

habla aceptado de la Teoría Económica la idea de optimización

de los factores, donde el trabajador era sólo uno mAs, intercaa-*

biable, y que habla recibido de la Administración SistemAtica un

conjunto de técnicas de control administrativo, alimentaré en

forma importante el nuevo discurso organizacional. Un discurso

que ligarA de manera decisiva no sólo el‘ cuerpo a la producción

sino el comportamiento "irracional" y colectivo del trabajador.

La cooperación es el problema fundamental que intenta

resolver el tratamiento del factor humano. Es a partir de ahí

donde se engarzan temas como el sindicalismo y la supervisión di-»

recta al ser desplazadas por nuevas técnicas de control no diri­

gidas directamente al cuerpo humano. La relación jefe/subordinado

es sustituida por la relación empresa/trabajadori dos categorías

que en la conciencia del sujeto son mAs incómodas de manejar*


v.
Toda un arsenal teórico es puesta a la disposición de este gran

proyecto al que se suman la sicología mAs refinada, aunquq

descontextualizada y parcializada, -el psicoanAlisis—« y la an­

tropología, en su intención observadora de las culturas de los


colonizados. |Jna de las empresas más importantes del momento y

una Je la» universidades norteamericanas da mayor renombra -la

y*9t§rn Eloatría Compmny y la U n i v m r t i d m d dm H m r v m r d - aon la*

encargadas da financiar y conformar a un grupo selecto de inves-

tigadorea -áPtre elfíKí caba mencionar a J. L. Henderson, E. Mayo,

0, Hornería* F. Roethl1abargar y W. Dickson como los mis relevan-

tea-.

8 i bien laa Relacionea Humanaa surgieron en un momento de

,augc económico y de embate sindical, la B u r o c r M c Í M aparece des-

püé* ce la gran crisis del 29 en los momentos en que se llevaba a

cabo la reconstrucción económica de los Estados Unidas, en la

cual la política del N m u D m m t jugó un papel relevante. Esta nue­

va propuesta tomará como eje metodológico los postulados funció-

palistas de la sociología norteamericana y, aunada a la visión

parcializada que Parsons hiciera de la obra de Weber, propondrá

un análisis de las desviaciones funcionales. Nombre» cuma les de

f*, K.( Merton, A. Gouldner, P. Blau, P. Selznick y H. Cohén empe­

zarán # ser reconocidos en el ambiente organizaciana 1. Sus estu-


y
dios de caso -excepto en Merton- adquirirán prontamente el rango

de "clásicos" de la organización.

Se intentará hacer desvanecer la diferencia entre empresa

privada y empresa pública, proponiéndose la posibilidad de lograr

una alta eficiencia en esta última. Esta es la corriente que más

podrí a(no* denominar sociológica, dados sus antecedentes teóricos

-Weber, Persona y Merton— . A pesar de los intentos de actualiza­

ción de este movimiento -sobre todo en la figura de M. Crozier-,

podríamos decir que esta propuesta tiene una vida bastante efime—
ra y que 1 a mayoría ds l.os análisis que ss realizan un la actúa-

lldad han abandonado esta veta teórica, por demás ampliamente

superada. Por otra parta, ss intsrssants sertalar qus9 dssds nuts-

tra perspectiva, ss trata de uno ds los movimientos mAs desconec­

tados del esquema general que presentamos. No queremos dejar con

esto la impresión de que se trata de un movimiento aislado y sin

importancia! de hecho, en un segundo análisis podemos sugsrir que

varias ds sus cuestiones fundaméntalas fusron asimiladas por

movimientos posteriores como el de la Contingencia! además, ss

podría decir que, en cierta medida, el circulo vicioso en el que

se encontraba fue roto por los planteamientos posteriores, coso

•1 del Comportamiento.
«i
El C o m p a r t i m i e n t o es un movimiento sumamente interesants qus

se desarrolla a partir ds la Segunda Guerra Mundial, al unisono

de la Investigación de Operaciones. Ests paralelismo temporal

estuvo tensado por los argumentos que presentaban uno y otroi el

primero postulaba un mundo satisfactoria, en constante conflicto,

limitado en a 1 ternati vas, mientras el segundo proponía la visión

altamente gratificante de un mundo optimizabls, donde las técni­

cas administrativas derivadas del segundo conflicto bélico prome­

tían la democratización de la estratogia por vía procssual. H. A.


t .
Simón, R. n. Cyert y J. Q. March, son sin duda las autores más

representativos de este movimiento, fuertemente «nclado en los

desarrollos neoclásicos recientes, en la tradición del positivis­

mo lógico y en teoría* conductistas consolidada*. La concepción

de la organización a partir de la toma ds decisiones permitió

proponer un conjunto de mecanismos de control de las decisiones


admlnistrativass se intentaba «sí romper al "circulo vicioso" del

modelo burocrático -mecanismo de control/comportamiento fuera de

la norma/mecanismo de control-, al hacer imperceptible los meca­

nismo« de control mediante la manipulación de las premisas deci­

sorias*

La C on t i n g m n c i m es un movimiento que surge en Oran Bretafla a

finales de los años cincuenta y alcanza su periodo de consolida­

ción en la década de los sesenta. Los norteamericanos son los que

en realidad dan a conocer esta propuesta, que en el fondo es sim­

ple! la búsqueda de los elementos que determinan la estructura.

Una gran cantidad de autores -J. Woodward, D. S. Pugh y el grupo

Aston, R. Hall, Ch. Perrow, W. Heydebrand y mucho* más- concurri­

rá con sus aportaciones! se trata seguramente del movimiento que

más teóricos reunió*

SI análisis estadístico de los factores, auniliado por los

desarrollos informáticos, permitió utilizar un modelo desarrolla­

do por sicólogos ingleses en la búsqueda de los determinantes de

la estructura de la personalidad. La tecnología -tanto en térmi­

nos amplios de proceso, como restringidos a la tecnología de los

procesos productivos-, el tamaño de la organzación, la dependen­

cia -en términos de relaciones de propiedad-, y otros factores

facilitaron tanto el debate sobre la dinámica d«l medio ambiente

como la relación entre estrategia y estructura. La Investigación

de Operaciones habla propuesto un modelo que provocarla el Inicio

del fins la Te or t m d e J u e g o * 9 de corte eminentemente cibernético,

fue rápidamente interpretada de acuerdo a los parámetros del mo­

delo voluntarista de la Revolución de los Managers. La Contingen-

*
cía, * 1 estudiar las formas estructural»« y «u "adaptación" al

medio ambiente, contribuyó an gran pedida al surgimiento da un

nuevo discursos /a m mtrmtmgim.

La «stratsgia abandona antoncas su recinto bélico -o tal vas

lo bélico acepta pop fin «u naturalesa organizacional- y empieza

a concebirse un conjunto de modelo« normativo« fácilmente trans-

ferlbles al lenguaje convencional de las empresa«» El problema ya

no e« de mercado« o de dinero«y o humano«, el problema «a defina

desde entonce» al interior de este nuevo campos el triunfo resida

en la estrategia. No se puede continuar con esta tarea de optimi­

zación por parcelasi lo óptimo ya no existía.

Y mientras los países ricos de occidente velan embebidos su

obra y, vanagloriándose de su talento estratégico, presumían de

la " o c a i dm nt ti ¿ * * o i 6 n. dm o r l m n t m ", Japón destacaba, desda los

inicios de ios sesenta, como uno de los protagonistas más impor­

tantes de la economía mundial. Las N u m v m a R m J m o í o n m * H u m a n * » de­

ben mucho a esta experiencia que nos hace suppner que dentro da

poco estaremos hablando« en los mismo« términos, de la * or im nt * ~

J J x M o i ó n dm occ idmntm". Evidentemente que las Nuevas Relaciones

Humanas no s» derivan sólo de la intepretación a esta lejana

experiencia. Digamos , de paso que la experiencia japonesa pone en

tela de juicio muchos d» lo» supuesto» céntrala» an lo» que »e

basó el discurso convencional de las organizaciones, desde el

Taylorismo y las Relaciones Humanas hasta los planteamientos ac­

tuales de la Planeación Estratégica. •

Las Nuevas Relaciones Humanas también guardan sus deudas con

las experiencias democratizantes da algunos países europeos| con

xvii
las prácticas del "J o b a n J a r g a a a n t ” y el "Job e n r J c h a e n t ”| tam­

bién se alimentó de la ma i o o l o g i a h u a a n i a t a d a i yo*. Se desarro­

lla «n un momento critico en que los pensadores sociales ponían

seriamente en tela de juicio el modela de 1 « sociedad de consumo

y se interrogaban acerca de la relación entre actividades bélicas

y aparato industrial, cuando los jóvenes estudiantes se inquieta­

ban del mundo que se les legaba, cuando los obreros jóvenes se

resistían a seguir bajo los mandatos absurdos del taylorismo ram-

pante, y cuando el mundo entero estaba a 1 « expectativa del arri­

bo de nuevas tecnologías»

Las Nuevas Relaciones Humanas, a pesar de sus antecedentes,

surge, como movimiento más consolidado, o mediados de la década

de los sesenta. Entre los autores mis mencionados están W. Ouchi,

Ch. Argyris, A. liaslow, • W, Bennis, F f Herzberg y A. Tannembaum.

Una de sus caracteristleas centrales es la búsqueda de la fJaxi-

b i i i d a d a a t r u c t u r a J a fin de adaptar ésta a los nuevos requisitos

de la producción. Una de las nuevas formas de competencia entre

las empresas se concretó en la producción diversificada de alta

calidad, donde Japón es uno de los ejemplos más representativos.

La producción tradicional en masa cede poco a poco su lugar

a la producción denominada J u a t in Tima\ las estructuras organi­

zativas no corresponden ya a las viejas y pesadas concepciones

del taylorismo y el fayolismot la separación tajante entre con­

cepción y ejecución es cuestionada por los grupos autónomos -los

w*i-culos de calidad, por ejemplo-; 1* concepción divisional -e

incluso la estructura muítidivisional de Chandler- escapa a los

esquemas utilizados por los nuevos conglomerados transnacionales.


La división que 1*» Relaciones Humana» hablan aceptado entre em-

tructura formal e informal es ahora combatidai no por que s* nie­

gue una o la otra« sino que se busca su traslapei la viaja divi­

sión d» jó da jugar su papal central como macanismo qua facilitara

la introyección da valoras. Incluso la misma Planeación Estraté­

gica as también cuastionadaf los macanismos antarioras da expan-

sión, propios da las empresas nortaamaricanas da los sesentas

-fusión y adquisición fundamantalmanta-, demostraron qua al dis­

curso estratégico^ managarial no ara tan voluntariata como ss ha­

bla propuesto y qua al gigantismo organizacional no ara tan fá­

cilmente controlable como se habla pretendido.

La P J m n m m o i ó n S u t r m t é g i o M representa« desda nuestra perspec­

tiva, el modelo organizacional seguido por las grandes empresas

norteamericanas« mientras que las Nuevas Relaciones Humanas hacen

referencia -aunque de manera bastante imperfecta- al modelo es­

tratégico de las empresas t japonesas« semi-adaptado a algunas da

las condiciones occidentales. Asi como la planeación Estratégica

tuvo un efecto importante en ai lejano oriente, las Nuevas Rela­

ciones Humanas s* plantean como uno de los modelos organizativos

més eficaces en la actual crisis del capitalismo mundial. Ambos

modelos deben ser tenidos en cuenta al momento de abordar las

nuevas expectativas y los nuevos retos que nos plantea el enfoque

organizacional an un contexto teórico mis amplioi el Anáíiti»

E * t r * t é g i o o dm !*$ Or g*r>J x*cJ on*»> De hecho, se puede decir que

las grandes lineas de estos modelos estén de alguna manera pre­

sentes en los intentos de revisión critica que, que desde una

perspectiva mée ampli*, se viene realizando recientemente y qua

xviii
desembocan igualmente en el proyecto de Análisis Estratégico.

Veamos * continuación algunos de los principales argumentos crí­

ticos aportados por el enfoque social.

II I . LAS APROXIMACIONES CRITICAS

*0 L A S P ERVERSI DADES I MPERCEPTI B L ES DE LQ S O C I A L -

La Teoría de la Organización ha estado dominada por movimientos

que presentan en común una orientación pragmática y utilitarista.

Durante muchos afios, tales propuestas vivieron tranquilas ante la

estabilidad corporativa alcanzada después de la Segunda Guerra

Hundía!. Estas se aplicaron exitosamente llegando incluso a gene­

rar opiniones en extremo optimistas, que afirmaban como superados


• +
les viejos problemas que el enfrentamiento entre capital y traba­

jo habla suscitado en etapas previas a la del pregonado "cepita-

í t»mo a n n » t * r im I

Gin embargo, el agotamiento d«l m o d e l a t o r d l n t m ha puesto en

tela de juicio las propuestas avanzadas hasta entonces por la

Teoría de la Organización, eligiendo su reformu1ación• El modelo

9 El modelo organizacional vigente en estos anos se caracteriza­


ba pur la internalización de las relaciones mercantiles de la
empresa con la finalidad de.alcanzar un mayor control sobre su
medio ambiente. La integración vertical y horizontal se cons­
tituyeron como elementos esenciales de la estrategia corpora­
tiva de crecimiento. Ello va delineando la conformación de es­
tructuras mu 1 1 idimensionales en las que la autoridad se ejerce
de manera centralizada. Por su parte, la producción se orienta
a la reducción de costos mediante la generación de grande»
volúmenes que euigen procesos productivos tecnológicamente
avanzados con una amplia división del trabajo y la estricta
definición de puestos y delimitación de funciones. La confot—
mación de los mercados internos de trabajo permite la institu­
cional izac ión del conflicto y establece la negociación como
vía privilegiada para la resolución de problemas y el mejora­
miento de la cooperación.
de d a a m r r o l J o c o r p o r a t i v o h a o l a » d e n t r o paree« agotar»« ante la»

exigencias de un mercado dinámico que no •» conforma ya con la

oferta ma»lva de producto» elaborado» en «erie. La exigencia se

instala ahora en lo singular, lo novedoso, «n el consumo indivi­

dualizado y la oferta de productos elaborados a la medida del

consumidor, en producto« de calidad proporcionados Junto a

tianpo.

Asi, la larga cri«ia iniciada en lo» años «esenta parece

marcar el fin de un» orientación productivista par» encaminar»» a

la conformación d« un modelo sustentado en las exigencias de 1 »

demandai las incertidumbr«» generada» por un compleja mercado

mundial intentarán »«r resuelta» a través de la t t m x i b i i i d m d

o r g n n i x m o í o n * 1 , mediante la configuración de estructuras fácil­

mente adaptable» a la» exigencia» de una ma«a consumlttta ávida de

sorpresas y deseosa de participar rescatando su egocentrismo.

La búsqueda de un nuevo modelo organizacional parece susten­

tarse en la necesidad de lo que podemos caracterizar como un

dmsmrro!lo corporativo hmc i m a/uerai éste supone la reorganiza­

ción integral de la empresa a fin de liberarse de las pesadas

rigideces heredadas del fordismoi la externalización de costos

implica la flexibi1 ización de las relaciones labórale» y la inte­

gración de un «ist«ma corporativo fuertemente anclado en la sub-

contratación de pequeña« empresas proveedoras.

Expresión de ello son, como ya dejamos entrever, lo« e«fu«r-

zos realizado» por lo» teórico» de las Nuevas Relaciones Humanas

que, directamente involucrados en el problema de la reorganiza­

ción del trabajo, intentan la construcción de un nuevo "pacto


org/in izac ional " qua propicia, mediante « 1 consenso, relaciones de

colaboración más flexibles entre la dirección y el trabajo. O

aquellos emprendidos por los artífices de la Planeación Estraté­

gica que, ante las incertidumbres de un mercada mundial crecien­

temente competitivo, trabajan arduamente para configurar el mode­

lo corporativo del nuevo siglo.

Efectivamente, las Nuevas Relaciones Humanas y la Planeación

Estratégica -con la renovación de sus modelos- parecen expresar

alguna» de las posibles vías de salida que la gran corporación ha

puesto en practica para recomponerse frente a la crisis» moderni­

zación tecnológica, flexibilidad del trabajo y una filosofía

arraigada an la capacidad y el mérito personal** parecen indicar

los derroteros aún inciertos de una nueva época en la que el

múdelo organizaci ana 1 se re-genera para re-generar a la sociedad

en su conjunto, siempre bajo las premisas de un futuro reiterada­

mente prometido pero nunca alcanzado.

Son, pue», el enfrentamiento de la incertidumbre y la adap­

tabilidad "Just ín tiee”, la base de sustentación del proyecto dñ

»«■formulación plasmado en las orientaciones convencionales vigen­

tes de la Teoría de la Organización* si las propuestas organiza­

tivas especificas cambian, lo hacen siempre bajo la lógica d*>

M Ello se ha expresado mediante un intensa bombardeo publicita­


rio que exaltar "la excelencia" como el valor anhelado de la
época moderna. Una gran cantidAd de literatura ligera ha inva­
dido importante« espacios organizacionales en los que se pre­
gona ya de manera decidida una filosofía en "busca de la exce­
lencia"« Tal panorama se ha visto reforzado por el publicitado
mito del "milagro japonés", según el cual ha sustentado su rá­
pido desarrolla industrial en un modelo de auto-disciplina por
iniciativa y de consenso por convicción, arraigado a sus tra­
diciones milenarias.
perpetuar un orden organizacional que «•■gurt, hoy tanto como

ayer, la generación de beneficios crecientes a sus depositarios.

Pero la crisis del modelo organizacional vigente se expresa

también en otro plano, el de las discusiones teóricas y las

aproximaciones explicativas de la problemática organizacional«

la crisis del modelo organizacional fordista indicará también el

agotamiento del parque ideológico de los batallones convenciona­

les, de la Teoría de la Organizacióni las explicaciones avanzadas

hasta ese momento empezaron a develar su falsa base de sustenta­

ción y son cuestionadas por su insuficiencia teórica y su debili­

dad metodológica.

En este marco de crisis surge^el pensamiento critico de la

Teoría de la Organización, conjunto de propuestas en formación

que denuncian a las orientaciones convencion#les como a i r v i e n t m *

de i p o d e r , propuestas excesivamente preocupadas por resolver los

problemas de los directores de empresa mediante la renovación

permanente del k n o H - h o » organ1 zaclonal y la reconstrucción de un

cierto discurso ideológico basado en las bondades del individua-

1 ismo. !

Asi, a finales de los artos sesenta se produce el inicio

titubeante de un pensamiento critico hasta entonces ausente en

una disciplina que mucho ha tenido que ver con la cotidianeldad


i
organizacional, con el trabajo diario de millones de obreros,

técnicos y especialistas, con su organización y control y con la

lucha entre capitales y las alianzas estratégicas.

Este periodo, aun brevp y reciente, delinea los términos del

d e b m t m m c tu ei de Jm T eo r is dm ¡m O r gm ni xm c ió n. La literatura ge-
perada en los últimos años nos ha permitido construir una idea

má» exacta de la composición interna del pensamiento critico que

,»n sus momentos iniciales se perfilaba como una segunda gran,

píos ión en la que todo lo que se opusiera al discurso dominante

cebida.T

Las aproximaciones criticas se ven articuladas por ejes

(.comunes a pesar de las diferencias observadas en sus planteamien­

to» específicos« Ellas surgen como una respuesta al estrecho

.¡enfoque asumido hasta entonces por las propuestas convencionales.

fie proponen la ref ormutac ión del paradigma organi zac iunal y la

^ampliación del objeto teórico propio de la disciplina mediante el

estvidlP de las carac terist icas organi zacionales de la sociedad.

Ello suponía la recuperación de la sociedad y la historia como

marco referencia! básico del análisis de la problemática organi-

zacional del capitalismo moderno.

Las distintas aproximaciones se perfilaran sobre la base de

la recuperación de ciertos insumos teóricos considerados como

esenciales para avanzar la reformulación del paradigma organiza-

ctonal. Una primera propuesta corresponde a las 7>oría* dml P r o •

C 0 MO L a b o r a l de herencia bravermaniana que se sustentan en una

.relectura de la obra de Mar* . 1 0 Tal enfoque, anclado fuertemente

• Tal interpretación se encuentra desarrollada ampliamente en


Ibarra Colado, Eduardo, "Sociedad, estrategia corporativa y
relaciones ándustri a les", en Varios, E a t r at a gi a, d a a a r r o É J o y
p o l ¡ t i c * a c o n ó m l c a % Departamento de Economía, Universidad Au­
tónoma lietropol 1tana-1ztapa 1apa, Serie Investigación No. 1,
L héMico, 1989.

Para un análisis critico de la propuesta bravermani ana, véase


Ibarra Colado, Eduardo, HE1 fenómeno organizacional capitalis­
ta más allá del 'control bravermani ano'x Análisis Estratégico
de las Organizaciones", en Varios, El ordmn organizaalanalt
en «1 Tomo 1 de £ I C m p i t m ! % se h« constituido como 1« alternativa

más fuerte frente al pensamiento convención»! pero con i» desven­

taja de perder, d*dq su enfoque g»neral, 1» especificidad carac­

terística de iá Teoría da 1 » Organización.

Afectivamente, 1» propuest» bravermanlana se propone e»tu-

di»r las unidad»» productiva» qomo medio» de explotación y confi­

guración de 1 » clase obrera y, en t»nto tal, »e ubica en un alto

nivel de abstracción que deja de lado la» manifestaciones especi­

ficas del fenómeno. Ello le ha valido recientemente critica» que

llegan a conaiderar la necesidad de su abandono como requisito

«»encial para avanzar en la construcción de una propuesta critica

en la que lo general no determine ni se sobreponga a lo especifi­

co* Además del trabajo de H., Braverman, esta aproximación ha »ido

avanzada por lo» importante» »»tudio» de A# L. Friedmap, R.

Edward» y M. Burawoy, entre otro» mucho».

En segundo lugar, reconocemos al N»Q-Umt>0 r i » n j M m o R*dicm¡,

aproximación que se sustenta en una relectur» de harx y de VJeber

que les permite sustentar el papel determinante de las estructu­

ras de dominación como eje explicativo del fenómeno organizado-

nal. A pesar de mantener siempre sus distancias frente al reduc-

cionismo metodológico bravermaniano, tal propuesta recibe una

fuerte influencia de las teorías del proceso laboral al’ grado de

confundirse muchas veces con ellas. Esta aproximación tisna en el

p o d e r una de las categorías básicas que les ha permitido avanzar


I
con mayor detalle al estudio de las organizaciones y el trabajo

en el capitalismo moderno. Las aportaciones más importantes avan-

podmr, estrategia y c o n t r * d i a o l 6 n¡ Universidad Autónoma Metró­


poli tana-1ztapalapa, México, 1987, pp. 59-148.

xxi
■t f i-:»

zadas desde esta corritnt» estén representad«* por el trabajo de

autorv« ingle»«* como S. Clegg, D. Dunkerley, 0. 6 alaman, C. R.

Littler, 8 . Wood y J. Kelly, entre otro».

1 Finalmente, tenemos una tercera aproximación critica en el

S n f o q u 0 D i m ! 0 o t l o o % propuesta avanzada básicamente por J. K. Ben-

són que ha ejercido una fuerte influencia en el pensamiento cri­

tico norteamericano sobre la base de la recuperación de una cier­

ta orientación metodológica de la dialéctica. El autor reconoce

en esta una influencia de pensadores mar>:istas como Lukécs, Le-

febvre, Narkovtc. Goldmann, Birbaum y Habermas. Resulta evidente

también la influencia recibida del marxismo estructurali»t¿ enca­

bezado por Althusser. La aproximación avanzada por este autor es

de gran importancia pues intenta recuperar el objeto de estudio

proplam»**« orgamzacional a la vez de dimensionarlo{ el tal di­

rección afirmaré que las conclusiones de las propuestas conven­

cionales de la Teoría de la Organización tienen valor únicamente

como punto parti^^del enfoque dialéctico. Sin embargo, a pe­

sar de ello, el grado de elaboración por ella alcanzado la ubica

todavía lejo» de concretarse en una propuusta inficientemente só­

lida que estA en capacidad de disputarle palmo a palmo el terreno

al pensamiento organi zacional.

Intentando una caracterización general, podemos afirmar que

tules eifuerios teóricos han carecido, hauta el momento, de la

fuerza que les permitiera competir con las propuestas convencio­

nales! el anhelado debate de posiciones divergentes es hasta el

día de hoy sólo una promesa! las orientaciones convencionales de

la Teoría de la Organización seguirán preocupadas por resolver la


criáis del modelo organizativo existente sin importarla grande-

manta participar en el debata da laa explicaciones avanzada» por

Ias aproximaciones critica». Por su parte« la» aproximaciones

critica» se preocuparán báeicamente por avanzar tale» explicacio­

nes »obre 1 » ba»a da una concepción general que recupera el aarco

social e hi»tórico del desarrollo capitali»ta «in atender con el

detalle requerido las causas de la crisis del modelo organizativo

exi»tente o bui posibles vía» alternativa» de solución en función

de lo» requerimientos sociales fundamentales.

Asi, el debate actual no es otra cosa que un diálogo entre

sordo» en el que cada quien di»cute lo que le interesa sin aten­

der las propuestas y razoriamientps de los demás. Hasta el momen­

to, a pesar de reconocer avances importantes, no se ha concretado

una propusete en la que se crucen ambas preocupaciones! una teo-

.ria que a la vez de reconocer la necesidad de una explicación’

fuerte de los cambios organizativos del mundo contemporáneo tenga

la capacidad de reorientar socialmente dichos cambios. Hasta que

ello se concrete con plenitud podremos hablar de la reformulación

del paradigma organizacional•

Debemos señalar que esta época del debate actual ha

presenciado también la ruptura de las fronteras geográficas que

marcaron el desarrollo histórico de la Teoría de la Organización,

circunscribiéndolo básicamente al mundo anglo-sajón. El interés

en el estudio del fenómeno organizacional se ha concretado ya

plenamente en Francia y promete iniciar un camino más decidido en

América Latina.

xxil
• Si b Xen es cierto que Francia ha sido un pai* qua da ninguna

manara ha permanecido ajeno a la Teoria de la Organización, tam­

bién lo e» que en las últimas tres décadas ha predominado la

S o c i o l o g i * dmi T r * b * J o comandada por reconocidos autores como 0.

F r iedmann, P. Navi lie y A. Touraine. Este país ha tenido en H.

Fayol y h. Crozier a dos de los pensadores más relevantes del

pensamiento organi zacional que en realidad se constituyeron hasta

recientemente como dos importantes excepciones.

Sin embargo, a finales de la década de los setenta se

perfila un movimiento importante que avanza una aproximación

forgani zacional critica de gran valor. Nos referimos al P M i o o * n á ~

U*i$ d» i** O r g * n Í M * o i o n * M que tiene en M. Pages a su cabeza vi­

sible. Tal propuesta teórica es uno de los pocos intentos que,

desde el psicoanálisis, se hayan realizado para estudiar critica­

mente el poder en las organizaciones. Para fello se ha valido de

las grandes categorías del psicoanálisis infantil de corte Klei-

niano, lo cual permitió el estudio de problemas generalmente poco

atendidos! el análisis, siempre en instancias colectivas, de la

angustia, la ansiedad, el amor y el duelo entraban a la escena de

la discusión organizacional• Desde entonces queda claramente

establecida la importancia de los mecanismos colectivos de defen­

sa si se pretende una aproximación compleja del fenómeno organi—

zac ional,

Asimismo, esta propuesta se destaca como uno de los primeros

esfuerzos importantes para la formulación de una teoria sistèmica

critica para el estudia de las organizaciones. En ello jugó un

papel central la reformulación del estructuralismo francés repre—


sentado por Althusser y Poulantzas. Y* a pesar de todo esto, es

difícil comprender porqué un« propuesta de ésts naturaleza ha

sido poco atendida por los teóricos anglo-sajones que parecen

permanecer impermeable« * todo aquello realizado fuera de sus

dominios.
I
Por su part«, en América Latina la Teoría de la Organización

empieza a ser abordada como un insumo básico de une aproximación

teórica del Estado qu« ve «n la« p o i i t i o a a p ó b l i o «« un elemento

organlzacional de primer orden para la sociedad. Esta propuesta«

a la que hemos denominado como E atado, Po li ticaa P ú b l i c a * y O r g a ­

n i z a c i ó n , si bien no s« constituye plenamente como un movimiento

de Teoría de 1« Organización« se vale de ella y le reorienta.

Reconocemos «n 0. Qszlak« V. Márquez y R. Godau «recientemente

desaparecido- a sus proponenetes más destacados.


«
La importancia de ««te movimiento eetá marcada por la voca­

ción critica de sus1 planteamientos que, articulados mediante la

categoría de políticas públicas, intenta construir una teoría de

alcance intermedio que establezca un puente de comunicación entre

la sociedad y sus elementos organizacionales, entre lo general y

lo especifico. En tal dirección« el Estado es concebido como

instancia organ 1 zac ional privilegiada, como centro rti^ulador de

conflicto» y contradicciones a fin de aaegurar la reproducción de

la »ociedad. Para ello »e vale de una compleja red de organiza­

ciones que, conformadas en aparato estatal« expresan"1 * acción

concreta y cotidiana del Estado como participante x mediador de

la lucha librada por los diversos actores sociales en la defensa

de sus intereses parfleulares.


j Resglt* alentador, pues, contar en nuestro* países con un

grupo de investigador** preocupados por la problemática organiza-

Cional propia d* América Latina, alejándonos de la penosa tradi­

ción asentada por tanto tiempo en quiénes, sin realizar el menor

esfuerzo intelectualé desean asumir acr1 ticamente las propuestas

organUtac tonales generadas en los países desarrollados ante sus

encantos seductores que pronto devienen en realidades perversas.

Como* hemos podido apreciar, a pesar de la brevedad del tiem­

po transcurrido, las aproximaciones, criticas se constituyen ya,

hoy día, como una promesa que posee en sus propuestas especificas

las posibilidades de su concreción. Sin embargo, el camino se en­

cuentra lleno de obstáculos que sólo serán salvados si se transi­

ta con apertura frente al error y el reconocimiento de nuestra

ignorancia como arma frente a la incertidumbre. Ello dependerá de

la propia vocación (auto*)critlea de los críticos, üe su capaci­

dad para quemar las propias naves cuando éstas empiecen a hacer

agua y de la tenacidad para construir y rt-construir, en un pro­

ceso siempre inacabado, el edificio teórico para comprender sin

dogmatismos la compleja realidad organlzacional que nos ha tocado

vivir. •

IV. EL ANALISIS ESTRATEGICO DE LAS ORGANIZACIONES

-0 L A S BONDADES I MP ER C EP TI B L ES DE LA I N C ER T I DU HB RE -

£1. A n é l 1 * i 9 E f t r a t é g i c o de /a# O r g m n i z a c i o n e t es en la actualidad

sólo un proyecto; reconoce las aportaciones realizadas por la

Teoría de la Organizaclón, aunque expresa el descontento por el


avance logrado y se inquieta ante la molidas aparente da las

di tarantea especialidades qua conforman la* Ciencias Social«*,

E» todavía un proyecto muy poco concertado en el cual »• lo­

gra sin embargo v i s l u m b r a r un conjunto interesante de proposicio-

na» de investigación. La estrategia, baluarte de la teoría con*

vencional, comienza a constituirse como herramienta metodológica

en una nueva propuesta de análisis de las prácticas políticas en

el ámbito organizacional• Esta nueva perspectiva se vale de la

actualización y profundización de los conocimientos especializa*

do* en diverso* terrenos paradigmáticos y resalta hasta la fecha,

desda nuestro puqto de vista, un conjunto da imprecisiones teóri­

cas difleiImanta comprensibles desde el ámbito de la no especia­

lidad.

La falta de comunicación debid# a los diferentes procesos de

conceptualización de los objetos originarlos no pudo ser superada

por la intención de explicación critica. No obstante* se han

abierto interesantes vetas de discusión como por ejemplo el papel

del Estado en w\ comportamiento de los conjuntos organizacionale»

en paises periféricos, la importancia de la técnica como instru­

mento político que moldea comportamientos cotidianos* la relevan­

cia de los procesos colectivos inconscientes en los juegos del

poder en las grandes corporacionesf se ha intentado romper con

los viejos moldas autárquicos da la regulación organizacional sin

dasconocer su lógica internet se ha avanzado en la explicación de

las implicaciones que tienen las nuevas tecnologías en los proce­

sos de trabajo, se ha pretendido atinar el estudio tanto de lam

clases como de los grupos sociales| en fin, digamos, sin preten-

X X iv
dwr ser ivos, qu* la perspectiva de Análisis Estratégico

cubre una gama muy amplia de aspectos, todos centrados, sin em­

bargo, alrededor del problema del ejercicio del poder en -y a

través de- las organizaciones.

£1 bien es cierto que esta nueva propuesta no puede negar

ningu'io de los dos enfoques -el organizacional ni el social-, no

puede constituirse ni como la conjunción ni como la síntesis de

ambos, ni explicar totalmente el uno a partir del otro. Más bien

debe buscar una cubierta teórica que englobe a ambos y lea de

nuevo sentido. En momentos en que la especi a 1ización se levanta

como la forma más adecuada para llegar a las profundidades del

ccnocimiento, plantear esquemas globales serla aparentemente un

contrasentido. Esto no es aslt el esquema global no significa

forzosamente un ataque al estudio de las particu1 aridades más In­

timas del fenómeno sino, incluso, valerse d» ellas. Lo macro y lo

micro deben buscar disolverse en un sólo proyecto: lo. organiza-

cional debe dejar de ser ese "puente" tan anhelado, ese enfoque

intermedio que no es ni lo uno ni lo otro.

Lo anterior significa también repensar las cuestiones rela­

tivas ai voluntarismo organizacional frente al determinismo so­

cial i ambas certidumbres se detienen finalmente en el umbral de

1 relaciones reguladas pero no tienen acceso al terreno estra­

tégico al ser éste antecesor de la estructura. El Análisis Estra­

tégico requiere entonces moverse en la incertidumbre y relativi-

zar v o l i t a r ist^fpé y determinismosi dejar abierta la puerta al

rizar, al evento único, a lo inesperado; se requiere de un espacio


que no excluya 1« relación de no correspondenci«» La estrategia

es a la vez lo no estructurado y lo emtructurante.

El análisis estratégico debe entonces abordar el aconteci­

miento y hurgar en las leyes de la pre-estructura, debe transitar

con loa fenómenos de segundo ordent caminar con las nuevas ciber­

néticas sin olvidar sus compromisos sociales. Los actuales cam­

bios sociales son cada vez más difícilmente aprehensibles a par­

tir de los esquemas tradicionales de análisis. Porque la estrate­

gia escapa parcialmente a las esferas de conciencia, no es

interrogando a los voluntarismos o deterninismos sobre la esencia

del fenómeno que obtendremos la respuesta. Los marcos teóricos

tienen que ser tan flexibles y dinámicos como las prácticas de

las que quitren.dar cuenta. ,

La estrategia no es sinónimo de lucha, porque la antecede.

Antecede incluso al saber que simplemente es fijado a la estruc­

tura. Claro que ésta última también limita la acción estratégicas

la estructura es a la vez medio y obstáculo. Una teoria de la es­

trategia ser la a la vez una teoría da las limitantes estratégicas

y una teoria del desplazamiento deestas limitantes.

La estrategia no ts sinónimo de lucha, inslstimosi el poder

es totalizador mientras que la resistencia es parcial e intermi­

tente; el contra-poder no es el negativo del poder porque la re­

sistencia es aislada. Porque un contra-poder efectivo terminarla

restituyendo la esencia misma del poder, porque no serla un ata­

que al poder sino a sus representantes momentáneos.

La estrategia no es sinónimo de lucha porqua en el otro

extremo no se ubica la contra-estrategla, porque, cuando existen,

XXV
no se diluyan al ponerse en contacto sino se fortalecen en lo

absurdo. £ 1 combate a la estrategia del poder se encuentra tal

ves en un terreno más simple y humildes en lo .táctico. La orga­

nización ha sido hasta la fecha la estrategia del poder) arreba­

tarle esta capacidad organizativa y traducirla en nuevas prácti­

cas en terrenos más localizados, quitarle al poder su estrategias

acabar con la estrategia, esa es la tarea real del verdadero es~

tratega.
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