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Capítulo 6
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SISTEMAS COMPETITIVOS
16-1 Giovanni Sartori

sigue: i) monopolio; ii ) jerarquía ( o monopolio relaj ado ) ; iii ) con­


Las estructuras de poder mencionadas se pueden identificar como

centración unimodal ( es to es , prevalencia si11 alternación ); iv ) concen­


tración equilibrada ( o concentración bipolar ) ; v) poca fragmentación
y/ o segmentación despolarizada; vi ) fragmentación alta con polariza­ '-� '

ción. Si se siguen estas configuraciones de poder y sus respect i vos


s i s temas de partidos con respecto a cómo se ordenan las diversa:;
comunidades políticas, llegamos a la disposición que se i l ustra en el

Ya h e dicho que el número de partidos es importante . Lo que


g ráfico 4 .

queda por explicar es : ¿ Respecto de qué exactamente es i mportante?


Cuando se clasifican los sistemas de partidos conforme al cri terio
numérico se clasifican conforme a su formato: cuántos partidos con­
tienen. Pero el formáto no interesa sino en la medida en que afecta
a la mecánica: cómo funciona el sistem a . Dicho en otros términos,
el formato es interesante en la medida en que con tiene predisposicio­

piedades funcionales del sü.tema de partidos, en pri mer lugar, y de


nes mecánicas, en que contribuye a determinar un conjunto de pro­
6.1. Pluralismo polarizado
todo el sistema político como consecuencia . De ahí que a partir de
ahora mi investigación se centre en la distinción y la relación entre
Nues tra aprehensión de los sistemas de partidos es muy desigual .
dis tinción entre la clasi ficación y la tipología de los sistemas de parti­
forma to y mecánica . Esto equivale a decir -habida cuenta de ·mi
En general , los sistemas que más se han explorado son los «sistemas
dos-- que estudiaremos cómo se relaciona la clase, que denota el
, bipolares » , los sistemas bipartidistas y los sistemas que siguen una
formato, con el tipo, que connota las propiedades.
lógica dualista similar, es decir, los sis temas que califico yo de plu ra­
lismo moderado . En cambio , el pluralismo extremo y el. polarizado
nos enfrentan con una categoría cuyo carácter distintivo ha escapado

dualistas , esto es , la tendencia a explicar todos y cada uno de los


a la atención . Eso se debe a dos motivos . Uno es el u so de anteojeras

sistemas de partidos mediante la extrapolación a partir del modelo


bipartidista. Duverger proponía esas anteojeras dualistas como si fue­
ran casi una « ley natural » de la política :
No siempre hay un dualismo de partidos; pero casi siempre hay un
J dualismo de tendencias . . . Esto equivale a decir que el centro no existe en
política; puede haber un partido de centro, pero no una tendencia de;cen­
t ro . . . No hay verdaderos centros más que por superposición de dualismos 1•

Yo. aduzco, por el contrarío , que cuando no hay un partido de


centro es probable que· haya m: � tendencia de á�n tro . De momento,

I Duverger, Los Pa�tidos Políticos, op. cit., págs. 242 y 243 y passim, 23 5,
limitémonos a señalar que Eis anteojeras dualistas de Duverger lo

234 a 2-t-r y 256 a 262. La idea de un «dualismo natural» la teorizó en 1926


,

Herbert 'Sultan . Véase una crítica devastadora de «impresión eminentemente


supersticiosa [de Duverger] de que los fenómenos se dan por pares» en A a ron
165
166 Giovanni Sartori ·

Partidos y sistemas de part idos 167


llevan -como .1an confirmado acontecimientos posteriores- a erro ­
todo taso, disponemos de una variable de control : la distancia ideo­
( ni en seis), sino en torno a cinco ( o seis) 5• En segundo lugar, y en
res asombroso.;, como cuando concluye que Alemania e Italia son
los dos países europeos que dan rauestras de « una tendencia bastante
lógica. Por tanto, aunque las discrepancias en cuanto a formas de
marcada hacia él [el bipartidismo] » 2•
En la sección siguiente me propongo tratar de qué países quedan
�on tar pueden perturbar la clasificación, no afectarán a la tipología.
El segunr' J motivo ya lo conocemos bien, es decir, que difícil­
mente se pu· :de aislar el caso del pluralismo extremo si no sabemos
comprendidos efectivamente en la clase, y especialmente el tipo, de
cómo se deben contar los partidos. Hasta ahora, tras contar hasta dos,
pluralismo extremo y polarizado. Como orientación preliminar baste

la experiencia de la República de Weimar en Alemania en <,:1 decenio


lo que sigue es el « polipartidismo». Pero en cuanto establecemos un
con decir que el análisis de esta sección se basa fundamentalmente en

de 1920, en la IV República francesa, en Chile (hasta septiembre de


sistema para contar lo podemos hacer mejor.

que el punto crítico se encuentraentre cinco yseis partidos 3• Es opor- .


1973) y en la situación actual de Italia. En todo caso, y en lo que
Como necesitamos una demarcación operacional, establezcamos

tuno repetir que esos partidos deben ser importantes, esto es , resul­
respecta a un sistema de partidos que ha seguido en gran parte sin
tado de descartar los partidos que carecen de « utilidad de coalición>>,
í"' terísticas distintivas y sus propiedades como sistema. En lo que sigue
identificar, la tarea preliminar consiste en analizar in vitro sus carac-
s alvo que su <�capacidad de intimidación» afecte a la táctica de la
competencia entre partidbs. Debe reconocerse que mis normas para
r e prese !ltarán es � s características por orden de visibilidad, más bien
un partido pequeño y marginal, y que esas normas todavía pueden
\l
r UJue
-� .J. La primera característica distiiHiva del plurali � m ? polarizado
contar dejan todavía la posibilidad de discutir si debe contarse o no
de tmportancta. �­

s�carácterizá"p 6'r · uha' 6posición'antisistema, especialmente de la varie­


enfrentar al clasificador con algunos casos fronterizos problemáticos.
)
reside eri ! pres�rtt:Iif'Cle]iqflído:r{¡)t
.
j fii-fie}ná 'i_mportarites. ·El sistema
cinco y seis no tienen nada de mágico, es decir, su magia se limita
dad comUnista o fascista, pero también de otras variedades. Sin
Pero esto no es trágico precisamente. En primer lugar, los números

a la de un artefacto operacional. En cuanto a conocimiento de fondo,


érñbatgo, como el concepto de partido antisistema ha sido objeto de
el urnb�al puede y de hecho debe- expresarse de forma más flexi­

debate , así como de considerables malentendidos, merece la pena . vol-


ble diciendo que las interacciones entre más de cinco partidos tien-
/ ver a evaluar una serie de aspectos.
y otra estricta de lo que es « antisistema » . Con el tiempo, es inevita­
..-kn a producir una mecánica diferente q�¡�e las interacciones entre
·

t,...../ ' Conviene distinguir, para empezar, entre una definición amplia
cinco partidos o menos 4• En resumen, la filon tera no está en cinco
ble qu� varíen el grado y la intensidad de una « actitud anti». Ade­
en ]P, 1959 , págs. 303 a 3 18. Véase también la crítica de Hans Daalder , «Parties
and Politics in the Netherlands» , en PS, febrero de 1955, págs. 12 y 1 3.
B. Wildavsky , «A Methodological Critique of Duverger's Political Parties»,
más, no todos los partidos antisistema lo son en el mismo sentido:
2 1 bíd., págs. 239 y 268. Esta visión errónea de la mecánica completamente
des diferentes, que van desde la «enajenaciÓn>> y la negativa total
'la negación abarca o puede abarcar un ámbito muy grande de actitu­

Ball i , Il Bipartitismo lmperfetto, Il Mulino, 1966.


diferente de los dos sistemas se ha seguido hasta hoy. Véase en especial Gíorgo
a la «protesta». Ahora bien, es evidente que las diferencias entre
. 3 Al referirse a mi ensayo anterior, «European Political Par.ties: The Case
of Polarized Pluralism» (en LaPalombara y Weiner, comps., Political Parties
enajenación y protesta son de género y no sólo de grado 6• Pero no

and '<PolHical Development, op. cit., págs . 1 37 a 176), Lijphart señala que
' se puede aplicar fácilmente la distinción con criterios empíricos, pues
<<Sártt:Jri no esbibtece. coherentemente la frontera entre sistemas m ultiparti-
hay grandes electorados que abarcan todos esos sentimientos, o todas
. dístás moderados y extremos ¡:n el mismo punto» ( « Typologues of Demo­
.'!:;

cratk .Systems» , en ·CPS, cit., pág. 16). Tiene toda la razón. En aquel mo­
esas actitudes. Los votantes pueden protestar, al mismo tiempo que
los activistas de los partidos pueden estar enajenados . Análogamente,
me� to rio' ·te.nia__claro �ómo¡ ��bían ,contarse . Jos part.id?s , lo cual explica mis
osCilaciOnes. Por 'ello. ..Qebe! quedar �laro �que ahor11
la dirección del partido puede tener motivaciones ideológicas, mien­
. , .
• s1tuo la frontera no entre
··
tras q ue a la hase sencillamente le falta el pan. Por otra parte, al
4 Como el requisito central ·es-'ef _g¿ la· <(interacción , la cu é nta q. u eda clara

�i Jos partidos compiten f' n el mismo espllCÍo,_ _pr ro ��IlOS. �Jara (�OrfiO �e.
cuatro y cinco , sino. en ir'e� oncQ y seis partido5. · · · · • . .

ver�.
_

de la compet.ene�a es
s En este capítulo, y en particular en esta sección, se supone una percep­

'..pOrma d'J".iriás 'de la distancia ideológica- se apuntalan en el cap. lü infra, al que me remito
; supongamos que ef·espaClo ción espacial de la política. Por tanto, sus conceptos centrales -como el de

cinco se hace menos estricta cuanto menos in teractúen los paftidQs· p{lf' 'es't ar
mfra, cap. 10) cuanto mas .
bidimensional o multidimensional. Es de suponer q �
Protest and Alienation», en Rokkan y Allardt, comps . , Mass Politics, op. cit.
implícitamente a lo largo de todo el comentario de los sistema competitivos.
6 Un análisis relativo a estos conceptos es el de Erik Allardt, «Types of
situados en dimensiones competitivas separadas. ...._."'<��,··¡¡;¿
--............. ....�..._
168 Giovanni Sartori Partidos y sistemas de partidos 169

nivel del sistema político,las consecuencias· de la enajenación y/ o de qué ser,en ningún sentido concreto y menos aún en la práctica real,
la protesta no son demasiado diferentes: cualquiera que sea el carác­ revolucionario. Si muchas veces se difumina esta dis.tinción es porque
ter, en la fuente, de la actitud anti, un gobierno tropieza con las el término «revolucionario» s<;:. Pl1ede aplicar a objetivos a largo plazo

lé��· 'Sin embargo,como el elemento verbal entra en mi concepto del


mismas dificultades cotidianas. (con poca apricaHóri a corto plazo) y especialmetne a objetivos verba­

ampUú Jo que· es «antisiste!Jja»: las variaciones a lo largo del t ie pb""


Hay, pues, dos motivos por lo menos para concebir de for�a

y las variedades de carácter. Esas variaciones y variedades· eQÓ:!�litt1Jn
«impacto deslegitimizadot»,nos quedamos con una demarcación bien

su mínimo común denominador en un impacto deslegitimador comú..q.


clara entre partido antisistema y partido revolucionario.
También debe quedar claro que las variaciones de táctica y de
Es decir,todos los partidos que van de la negativa a la protesta estrategia no tienen importancia para mi concepto. En especial, nunca
van, por así decirlo,desde la oposición de tipo extraparlamentario he eqUiparado antisistema con «extrasistema» 7• Un partido antisis­
hasta la de tipo pujadista o de hombre de la calle- comparten la tema puede funcionar tanto desde dentro como desde fuera,mediante
propiedad de poner en tela de juicio a un régimen y de socavar su una sutil infiltración igual que mediante una obstrucción conspicua.·

t�s antisistellla sÍempre''que soc(ú}.a l"éilegititnidad del regitnfli.� Jiue.


base de apoyo.. .§n.,con� ecuencia,se puededecir de un p � rtido�ue El que actualmente los grandes partidos comunistas occidentales estén

se opone. Náiuralmente,los partidos de prote�ta pueden ser partidos


iJ jugando su partida dentro del sistema y conforme a casi todas sus

y consiguen un impacto deslegitimizador 8• Y ésta es la perspectiva


1 normas no modifica la prueba, que es la de si intentan conseguir
\ relámpago y desde luego son menos anti y menos duraderos que los
partidos que expresan una ideología ajena o enajenada. Pese a esta

frenta con una «crisis de legitimidad». Y mientras persista la actitud


diferencia,en cada momento determinado el sistema político se en­ � con la que mejor se puede evaluar y medir la llamada integración de
los comunistas occidentales,como veremos más adelante.
2 . �a s� g�nda �aracteríst�c� distintiva del pluralismo polari.z� o �
f
r'' .

d�rotesta o ésta retroactúe -sin que importe que sea bajo banderas _
restde en la -extstencta de _apostctones btlaterales. Cuando la oposteJon
cafilibiantes- la comunidad política se enfrenta con una falta de ies'üníláteral,esto es, está situada entera de un solo lado respecto del
apoyo que se suma a la enemistad ideológica. /gbbiethb, cualquiera que sea el número de partidos de. oposición,
Por otra parte,se debe explicar bien la diferencia entre la oposi­ ipuede sumar sus fuerzas y proponerse como alternativa de gobierno.
ción ideológica y la de protesta,aunque sea a lo largo de un período En las comunidades políticas polarizadas nos encontramos, en cam­

la definición amplia contiene una connotación más estricta y especí­


de tiempo y no en momentos determinados. Esto equivale a decir que bio, con dos oposiciones que son mutuamente excluyentes: no pueden
sumar sus fuerzas. De hecho,los dos grupos rivales están más cerca
fica. Una primera aproximación a esta connotación más específica ,, �n todo caso de los partidos gubernamentales que el uno del otro.

el gobierno, sino el mismo . sistema de"g(,bierno. Su oposición ocres i d contraposiciones que, en términos constructivos,son incompatibles.
señala que �tüdo.¡ln,ti�istema po ca[[l!Jiaría -aunql1� pudiera- ' í �J €rtonces,el sistema tiene dos oposiciones en el sentid() de que son

una «oposición por cuestiones concretas». (tan poco lo es, que puede j.,. ,.,, Las dos características que preceden son las más visibles y bastañ-'

permitirse el negociar sobre cuestiones concretas),sino una «oposi­


ción por principio». Así,se aísla el meollo de la cuestión si se señala 7 Esta es la interpretación de Sidney Tarrow: Sartori toncluye que el
Partido Comunista de I talia está completamente fuera del sistema» ( «Political
que una oposición antisistema actúa conforme a un sistema de creen­ Dualism and ltalian Communism», en APSR, marzo de 1967, pág. 40 ) . Véase
cias que no comparte los valores del orden político dentro del cual también su Peasant Communism in Southern Italy, op. cit., especialmente las

representan una ideología extraña, lo cual indica una comunidad polí­


actúa. Según la definición estricta, pues, los ·partidos antisistema páginas 110 a 1 1 1. Como Tarrow edifica su argumento sobre la base de que el
Partido Comunista de Italia no es un «partido de devotos ni de combate»,
quede también claro que en mi concepto de partido antisistema no se· implica
tica que se �nfrenta con un máximo de distancia ideológica.
8 A estos efectos , el indicador más fiable , y el más olvidado, es el que
nada por el estilo . Ambos malen tendidos son de lamentar.

en absoluto lornismo que,ni el equivalente de;···«r�vblutibnaflo». Si


Lo antecedente implica,en primer lugar, que antisistema no es

yn p�rtido está. consagrado efectíva [[l ente a la preparació� y


brinda un análisis del contenido de la prensa diaria. No cabe deshacerse
laS"""jS:ti': de este indicador como si no guardara relación más que con el comportamiento
verbaL Para empezar, es tan verbal como las entrevistas (a las que, en cambio,
vidades revolucionarias, entonces se le debe llamar partido réYQfucio­
se les atribuye la condición de datos fiables e importantes) . Además, la política
Qario. No cabe duda de que un partido así es antisistema, pe;O' la de masas visible sí gira, como destacaré más adelante, en torno al compor­
oración no se vuelve por pasiva: un partido antisistema no tiene por tamiento verbaL
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171
Giovanni Sartori
Partidos y sistemas de partidos
ya para identificar la categoría. Si hay más de cinco partidos, si el
sistema exhibe contraoposiciones bilaterales (en plural), que compren­ eso este tipo es centrífugo,y por ende conducente a políticas inmo­
den partidos que se oponen al propio sistema político,entonces no deradas o extremistas.

una serie de cuestiones interesantísimas con respecto a sus capacida­


cabe duda de que este tipo está muy lejos del tipo de multipartidis­ -La existencia de partidos ubicados en el centro plantea ·también
mo que se caracteriza por una oposición unilateral y por la ausencia
de partidos antisistema importantes. De hecho, estos rasgos distinti� des para la política generaL Hace años sugerí que el centro está cons­
vos son tan fáciles de detectar que resulta asombroso que hayan esca­ tituido básicametne por retroacciones, con lo cual implicaba que los
pado a la atención, lo cual de hecho es una prueba de la medida partidos de centro tienden más bien a ser organismos pasivos que de
en que hemos sido víctimas de las anteojeras dualistas. Hay una serie iniciación e instigación. Eso me llevó a hacer hincapié en el «inmovi­
-lismo» de una posición de centro. Sigo creyendo en este diagnóstico,
nos importantes, y que cabe explicar como consecuencias o ramifica­
de características adicionales que son menos visibles, aunque no me­
la experiencia chilena reciente -que se caracterizó por una

- -
�:t�mdad crónica de los partidos intermedios- reivindica una inter­

_ siendo una _ fuerza de equilibtio


ciones, si bien debe quedar claro que lo que estamos analizando es
·etación más positiva. �g_��l:Í!!�Hl! � "·�i ...b.i�p.Jp�_gartidos, . _ , .de--centro

: '. _ ,
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3. Si se pregunta �no cómo pasamos de la oposición unilateral


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·""""''un síndrome. . · -------:"· .·:• , ,.,,._, . .,__ ._; ,_ . • -· ·--· ,-_,.,...___

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\" .. 4 las bilaterales, inmediatamente nos quedamos alerta a la tercera


- ���..-���'·"·"''"oi'---'7· ·: -'·- · ' ·
-- -- - <· . - -�
lúnción mediadorl')>>, y la mediación, o el corretaje,
'�c.·
_ ·

aracterís �ica: l9s sis temas de pluralismo pol�r �zado se ·c ar�ct��t�a� es lo mtsmo que el inmovilismo. Una vez reconocido esto, me

/-· (Francia,Weimar). De suponer que importe el que se-:trate de-�'úñ


/ , central de un parttdo (Itaha) _ o un grupo , de parup"os
·

por la ubtcac10n apresuro a añadir que una posición de centro parece condenar a una
. . . . . .. _ _ __

centro unificado o fragmentado, todos nuestros casos tienen o han


_ ·política de mediación,en el sentido de que otra función hace que
""''
a la toma de posición del partido le salga el tiro por la culata sin

que intente superar a los partidos ubicados a su izquierda o su dere­


tenido -hasta desintegrarse- un rasgo fundamental en común: en compensar en cuanto a rendimiento ni logros. Un partido de centro

contribuirá más que ninguna otra cosa a un crescendo de escala­


la dimensión izquierda-derecha, el centro métrico del sistema está
ocupado. Esto implica que ya no nos enfrentamos con interacciones

4. Si un sistem�. político COJ)tjene qpp�isign�s, ant.i�J�t�fPa, �u�­


bipolares,sino como mínimo con interacciones triangulares. El_.sis.t.e­ y extremización.

-�h,,t_desaliénta · -por d me,r� hecho�_ qe _.(J':l� ,_st.J..'-c:!� ({ ,:�t a


-�a es multipolar en el sentido de que su mecánica compethiva de­ ·
pende de-un centro que debe enfrentarse tanto tón tinil .'i?.Cii!� �
derado es ' Bipolar"'predsfrmente· ·porque 'el"sistémá . no se • el
co1no c()l"l una der ech�. Mientras que }a mecánica del plm:a}i§.ffi-9 mo­ te� la. compe,tencta,. ce,ntrtpe,Ja,s��tps_.rasgqs_ lleyan
_ bª�!!�_�-;;- :t"tin'·'sistema . polarizado. Así, cabe volver sobre la polarizacMií con
éeñtro;··la ·mecánica del pluralismo polarizado es multipolar y por
eso no se puede explicar mediánte un modelo dualista.
como cuarta característica sintética. En los casos· de Italia

en el caso de Weimar, en el decenio de 1930 adquirió más fuerza


,.- -·-�-
de Chile el «tirón» se hace (o se hacía) sobre todo desde la izquier-
Es importante destacar que, cuando hablámos de un sistema ba­
sado en el centro,nos ocupamos sólo de una posición de centro, no la derecha. Lo que persiste es que en todos los casos el espectro
de las doctrinas, ideologías y opiniones centristas, sean éstas las. que de la opinión política está muy polarizado: sus polos laterales están
sean 9• La ocupación física del centro es, por y en sí misma, de gran ·literalmente a dos polos de distancia, y la distancia entre ellos abarca

está situado fuera de la competencia (en la dimensión en que se pro­


importancia, pues implica que el terreno central del sistema político el espectro máximo posible de opinión 10• Esto equivale a decir que lo
más probable es que las fisuras sean muy profundas, que, sin duda,
duce la competencia). Dicho en otros términ0s, la misma existencia el consenso es muy escaso y que son muchos quienes ponen en duda
la legitimidad del sistema político. �n,�l:�.�JlJR� p,,, h.ax,. ppladzación
dad», esto es, los impulsos centrípetos del sistema político. Y los
de un partido (o de unos partidos) de centro desalienta la «centrali­
, 10 Debe señalarse que mientras , a mi juicio, un sistema político puede ser
impulsos centrípetos son precisamente los impulsos moderadores. Por bipolar y no estar polarizado, Duverger identifica (o confunde) la polariza­
·

La tesis de Ouverger de que «el centro no existe en política« (Los Parti­


ción>> (en Almond, Flanagan y Robert J. Mundt, comps., Crisis, Choice and
ción con la «polarización alrededor de dos partidos» (véase Los Partidos Polí-

cit ., p ág. 242) confunde los diversos aspectos del problema y debe­
ticos, pág. 272 ) . Scott C. Flanagan ha ideado ahora un «Índice de polariza­

ría invertirse. Siempre existe una «tendencia» de centro; lo que quizá no exista . Change, Little, B rown ; 1973, p ágs. 86 a 89, 682 a 684). Su medida incluye
9

es un partido de centro. Pero véase i nfra, 10.4.


dos Políticos,

más elementos que mi conceptualización, y todavía está por demostrar empíri­


camente, pero no cabe duda de que nos ocupamos del mismo problema.
172
Partidos y sistemas de partidos 173
Giovanni Sartori

; uan o . hay distancia id�o.lqgica ( en COJHr�pp�is!pn. --�- la . ..pro.�L


..ú:leolog¡ca}r
q i� 9
, � i! por 100. Análogamente , y lo que es más significa tivo , en 1948 los
50 por 100, pero desde en tonces tiene un promedio inferior al 40

QªJ.Q._"ql.l�--�L�iHell}_�_.ss"�hasa.."en.. eLce.nt.rQ .. P�<:;cisaill�Dte..�org�-�


·

partidos italianos de la coalición centrista (DC, socialdemócratas ,


está pola�izado . En caso contrario , no existiría ni siquiera un terreno republicanos y liberales ) tenían en total el 62 por 100; en 1 9 5 3 ,
· central'lo bastante amplio para brindar espacio para su ocupación ni el voto total de los cuatro partidos ya había baj ado por debajo
sería rentable una ubicación de éentro , pues los partidos de centro del 50 por 100. El destino del grupo de centro-izquierda, esto
explotan el miedo al extremismo . Sin embargo, no debe escapar a. es, del experimento de la « apertura a la izquierda » , no ha sido dife­
rente . En 1 96 3 , la nueva mayoría de centro-izquierda representaba
vicioso . A la larga , la toma de posición de centro no es sólo
nuestra atención que en este caso hacemos frente a un torbellino·
nuido al 56 por 100, y para 1 974 esta mayoría se había deshecho ,
el 60 por 100 del voto total; en las elecciones de 1968 había dismi­
consecuencia , sino también una causa de polarización , pues el mismo
hecho de que la zona de centro esté ocupada alimenta al sistema con el Partido Socialista declaraba que la alianza de cen tro-izquierda

� 5. La quinta característica del pluralismo polarizado es algo a lo


impulsos centrífugos y desalienta la competencia centrípeta. no era posible con los socialdemócratas . En cambio , a los extre­
mos les ha. ido muy bien . De 1 946 a 1 972, el Partido Comunista
1 que ya nos hemos referido . § �. ) a pro � a � le pr<!valencia de losi111
Italiano fue aumentando constantemente su participación en el voto
/ centrífugos sobre los centrípetos.· La tendencia característica
1 tema és el débilitamiento del centró, una pérdida persistente de
total, que pasó del 19 al 27 por 100, y en las elecciones de 1 9 72, el

/; en favor de uno de los extremos ( o incluso de ambos ) 1 1•·· QtiíZa' promedio del 5 por 100 a casi el 9 por 100 ) . Y los datos más recien­
MSI , neofascista, duplicó sus votos anteriores ( que pasaron de un

pueda frenar la hemorragia centrífuga, pero las tensiones tes disponibles, los de las elecciones regionales de j unio de 1975 ,
parecen contrarrestar con éxito toda inversión decisiva de la tenden­ atestiguan de forma concluyente la capacidad predictiva del modelo.
Los comunistas han. avanzado cinco puntos de porcentaje, al saltar
de Weimar y Chile, pero la IV República francesa también
cia . Los casos más elocuentes en este sentido han sido la República
por 1 00 ; los demócrata-cristianos han descendido al 3 5 , 3 , y mientras
un máximo, sin precedentes en una democracia occidental , del 3 3 ,4

ticiparon en los diversos gobiernos de la postguerra, y en el o


una tendencia centrífuga . Hasta octubre de 1 94 7 , los comunistas

extremo no intervenía en el terreno electoral ningún rr · ·


los liberales casi han desaparecido ( 2 ,5 ) , la extrema derecha neofas­
ta sigue estando, con un 6 ,4 por 100, por encima de la media de
adversario . Sin embargo , para 1 9 5 1 la reacción gaullista ( Mguuu.:au· sus resultados . Parece que la centrifugación ha alcanzado su última
vamente etiquetada RPF, Rassemblement du Peuple Fran(ais frontera 12•
·· � 6 . La sexta característica del pluralismo polarizado es su estruc­
mas comunista y gaullista que en j unio de 1 94 6 habían obtenido
. ·. eoló�íco; sé desprende de ello que la comunidad política contiene
el país , los cuatro «partidos constitucionales» ubicados entre los ext
ración'"''1Ueológicá congénita. Cuando se halla un amplio espacj.o

.?E±'! '::J " � '-' ---


menos que el 7 3 ,5 por 1 00 del voto total habían bajado a sólo el ··

' sino también, y de modo más itnPOttant�,. acerca. de


por 100 y quienes más habían perdido ( al bajar del 2 8 , 1 al 12
·
no sólo están en desacuerdo en torno a cuestiones .polí-
fueron los cristianodemócratas , uno de los dos partidos básicos
centro. En la elección ulterior, y última, de 1 95 6 , la tendencia y las cuestiones Jundamentales . Así, se nos remite a un
'
fuga pareció disminuir en cuanto a resultados electorale s , más de fondo de la ideología. Como ya se ha señalado

emotiva en la política, y ii ) una mentalidad particular, una


auge gaullista se vio reemplazado , aunque sólo fuera en parte, _
término « ideología » puede significar : i) una partiCipación
el auje pouj adista, que conforme a cualquier criterio con que·.
mire era una protesta derechista antisistema. mentís. En las comunidades políticas monísticas ·se hará hin­
,
La tendencia italiana es igualmente centrífuga , aunque a en el primer elemento , en el «recalentamiento ideológico » . Pero
ritmo . En 1 94 8 , el Partido Demócrata Cristiano llegó muy cerca los sistemas pluralistas debe hacerse hincapié en el segundo, en la

y concebir la política y definida -por ende- como una forma


» , esto es , en la ideología entendida como medio de per­
.
11 El subrayado
sirve para destacar que mi competencia centrífuga se
por los resultados electorales. Explico por qué es correcto este indicador 1tivamente doctrinaria, de principio y muy elevada , de enfocar
Stephen R. Graubard , comps. , Il Caso Italiano, Garzanti, págs. 202 a.
capítulo «Rivisitando il Pluralismo Polarizzato», en Fabio Luca -�---
. 12 Las cifras completas figuran en el cuadro 9 ( Italia) y el 10 (Francia), en
210 y 211. En breve trataré también de ese aspecto.
. sección siguiente.
174 Partidos y sistemas de partidos 175

las cuestiones políticas. Este enf que ideológico, y de tes»; y una ley del contagio ayuda a ex pli ar por qué el partido
Giovanni Sartori

f rma mentís, surge de las raíces omismas de una cultur


o
hecho esta
a (no mera­ mayor (o los partidos mayores) tienen grandes c probabilidades de
mente de la cultura política) y refleja de forma característic seguir el ejemplo.
a la men­
ica y pragmá­
tica 1 3 , Esto no es decir que, dada una cultura racion
talidad del racionalismo frente a la mentalidad empír Esta última inferencia podría parecer debatible. Si bien el interés
alista, se siga de los pequeños partidos en la canalización ideológica está claro,

mayores, no hayan de aplicar tácticas «de aluvión» [ «catch-all» tac­


automáticamente el ideologismo. Quiero decir simpl
emente que' una está mucho menos claro por qué el partido mayor,· o los dos partidos
cultura racionalista es el terreno más abonado para
tíc ], como decía Otto Kirchheimer 14• El concepto de partidos de
el cultivo de la
s
política ideológica, mientras que una cultura empír
ica hace que al ·

enfoque ideológico le resulte difícil arraigarse aluvión se deriva de los sistemas de partidos bipartidistas, tripartí­
distas y de partido predominante. Pero cabe plausiblemente ampliarlo
.
En todo caso, en los sistemas de estudio los partid
os de ·Jos
«verdaderos creyentes» se codean con los partidos de
los «creyentes a las comunidades políticas polipartidistas. Cabe perfectamente adu-
a medias», esto es, que la temperatura ideológica . cir, por ejemplo, que el Partido Demócrata Cristiano italiano no es
más que un partido de aluvión. Pero sí y no. Para empezar, l DC
de los diversos
partidos puede ser muy diversa. O sea, que la caract
(Dem crazía Cri tia a) tenía una plataforma más pragmática bajo
erística común
a la
o n
dirección de Des Gasperi,
es que todos los partidos se combaten con argum
a principios del decenio de 1950, que
entos ideológicos
y compiten en términos de mentalidad ideológica.
Por eso no se
debe confundir la estructura ideológica congénita de cuando tomó las riendas la generación siguiente 5 . Además, las frac­
políticas polarizadas con la fiebre ideológica. Es
1
las comunidades
posible que baje la ciones de izquierda de la DC que han condicionado en gran medida
temperatura de la política, pero la disminución de al partido en los últimos quince años están jugando, sin lugar a
dudas, una partida ideológica 16• Análogamente, la doctrina de larga
la pasión ideológica
no transforma, por sí sola, una mentalidad ideoló
gica en una menta­
lidad pragmática. data de la «no reversibilidad» de la coalición de centro-izquierda
Naturalmente, una comunidad política es ideológica parece absurda conforme a criterios pragmáticos. Por último, la for­
ma en que la DC se comprometió a fondo en 197 4 sobre la ley de
porque la
sociedad está ideologizada. Eso lo habría visto hasta
divorcio difícilmente puede interpretarse como una actuación de
el doctor Pan­
gloss. Sin embargo, si aspiramos a entrar en una era
postpanglossiana
de sociología política, se debería prestar la debida aluvión. En total, si se sustituye el rasero parroquial, país por país,
atención al hecho
de que la misma configuración del sistema de partid por un rasero comparado y común, entonces es imposible no percibir

w
os mantiene y
la medida en que la estructuración ideológica de una comunidad polí-
tica polarizada limita efectivamente la partida del aluvión [catch-all
sostiene la estructuración ideológica de la sociedad
. Es posible que las
.
fisuras socioeconómicas objetivas no justifiquen
game].
ya la compartamen­
1
caracten,s. uca de 1 p 1 ura 1'1smo. pQ1 anza d o .. es � p!'e- \
talización ideológica, y, sin embargo, los partid
marxistas y nacionalistas pueden mantener su atract 7 L, � sepuma
os confesionales,
ivo y configurar
, . . .
cí ne rre
on ·
�-

. os o s
. -· -

s
,.,. .. .

la sociedad conforme a sus credos ideológicos. Cuan


. •. ·ta· ·. . • c· a · ac·t ··· ·· . · · ·c·· Q· l)··gl,!.
erísti a g uar da 1na
.. ·
s
· s. a. b·. l. e s. E
.

en cta-
r . \:,. .em
do un sistema
. · . de · · p
·
. t· í
p
·
CleíaS . · . . ·
d'=_.l� -ªlt�fO�<:�. . l ·a

·
de partidos llega a quedar establecido y pasa más con la mecánica p ec u li a r · -
.�inental ·
. ·.. centro) . no
estrecha
.
relación
.
· ·. . .
allá de la fase de la
·
. .
iíªo del. . centr9_
.

(o, ef prinCipal_·p
· __

. . · · _articlo-· del·
.. .. .

atomización, los partidos se convierten en algo autom Por una


.
a sá" ( t;is "en el centro.
··

SQ.m�nF: I �! l ei�í)' g J!_tíc!is''Jj"


. .
.

ático, se con­
. .

o ·
.

p iie�-er·P�-� ·
vierten en el sistema «natural» de canalización de la
Y cuando hay varios partidos establecidos autom
sociedad políti<;a.
\ .

· ·
· ·
.

.
e.�a. táéXpuest,<?. �)::l alternaci§n
.
·
.

. : coino es el pivotey la columna. \r�úe-


.
. ·..

t bra Cde-:-- toda rnayoria gul:?,ernarn�l1tal pci�fble , slt destino ,.e� gobernar
..

ma adquiere un interés creado en fomentar un tipo


áticamente, el siste­
\ . .
i e i ida . .e t . tra par e. los partid
..

ideológico de
me .n. . e. · .· po r. . ·o .
canalización, al menos por dos razones. La primera s os
. ��, .· ··<?PS?�.
d l s e t
....

ox·s · � o . . x. . r. e·. m. o. •·.·.·t.J.pt-'


. .

es que si han de
t
! . p?ar<:l udnos .� g� ·tem _ ,
. . . . . ··. · · · .
.· · ·· . ·
. · . ·. t?!l�.. 11! 1�
percibirse y justificarse tantos partidos por separado,
éstos no pueden l .. .· ·
s . ·t·
a.,. qu!:!c\�l].,e slmdo� ,S���
. .. . . . . E<?F.9�f. .
. · i4 Véase e � pecialmente su capítulo «Germany : The Vanishing Opposition» ,
,

. .
. · '

permitirse una falta pragmática de diferenciación.


. . . . .

en D ahl, Pol í t ic a/ Oppositions in W estern Democracies; cit.


. .· ·. · . .
.. .
. .

La segunda razón
es que en una situación de pluralismo extremb casi
15 A este aspecto se refiere, entre otros, J. LaPalombara, «Decline of
todos los partidos
·son grupos relativamente pequeños, la mejor forma
supervivencia es que a sus seguidores se les
de asegurar cuya
nas .15 y 16.
Ideology : A Dissent and lnterpretation »; en APSR, marzo de 1966, pági-
13 Supra, 4-l, y cap.
adoctrine como «creyen-
4, nota 13. Véase también en mi Democratic Theo­ 16 Cabe poner en tela de juicio su carácter ideológico (supra, 4.4 ), pero
ry, cit., cap. 11. difícilmente su táctica y su atractivo ideológicos.
Giovan n i Sarto r i rtidos de partidos I Ti

�E-el t:�i� en circunsta �1 �ias normales no .


1 76 y sistemas

sL<i� de,J� !!ternación 8 . La . última caracter ística del pluralismo . pplarizad o es la me-!
djda en qq<;Jª somunidad política da muestras , ge un�1 . P�llt� de l o

. . .
_
estañdestmaCios a�nar-:-For eso, en estas condtctones , no pueden
que"vo califico , de pofítiC/l de supero/erta, o dt:, prom�sa s e.xce�fy,a s·;
g�� .- f: �)' · ª'feref1lt! �e · ¡o. . que se . caJifica . .eón ;entidp �k p.olí(is;a
aparecer coaliciones alternativas, o sea , q ue el péndulo vaya y; venga •

de un grupo a otro grupo de partidos . En su lugar, nos enco11 tramos � fii ·


·

con una alternación periférica, esto es , periférica en el sentido de que l1� La política competit iva no consiste sólo en la compe t í : '
S.,9SP P�tit,iy_
el ac�eso al gobierno se limita únicamente a los partidos de centro­ ttvidad , es decir, en lo próximas que están las competencias entre sí ;
también consiste en las normas de compete ncia. El concept o de polí­
tica competitiva viene de la economía , y cuando recurrim os a las ana­
izquierda y/ o de centro-derecha . Dicho en otros términos , las coali­
ciones alternativas presuponen un sistema en el que todos los parti­
dos importantes están orientados hacia· el gobierno y son aceptables logías debemo s tener cuidado para que la analogía no se pie rda por
_¿i!1 camino . J..a COJl1petencia económica resulta posible en do�

.
co ndi­
al
como partidos de gobierno . Por el contrario , la alternación perifé rica

ss_g\,!.p ga,,�Y no es I11enos importa


consiste dé partidos permanentemente gobernantes que se l im i tan / cj.gne_s.,:�.la. primera : que el 'mercad o escape control monopo lís tiéo ; Ja

�·
a cambiar de compañeros entre los próximos a ellos .
El acceso periférico y limitado al gobierno sirve para explicar,
.� nte , que las . mercan
s�""�;ti��- SlU e sqn. En la. esfera de la econom ía, esta úl tima condició n
cías sean lb, cg��
l\
se satisface median te los controles legales . Si no se castigara el fraude
por
pues, por qué el pluralismo polarizado carece de una oposición res­ /
ponsable importante y se caracteriza tanto por una oposición semi ­ y si los produc tores pudieran escapa r fácilmente a toda sanción
responsable como por una oposición característicamen te irresponsa­ la venta de una cosa en lugar de otra : de cristal por diaman tes , de
ble . Es probable que una oposición se comporte de modo responsable pintura amarill� por oro , de agua por medicin a, un mercad o compe-

( titivo se hundiría inmediatamente .


si se espera de ella q ue haya de «responder» , esto es, que deba llevar
""·-··,�Q.giciof)�� . J?!! fe�i.dª,s! aunque menos estricta s , son las que se
x
a la prác tica lo que ha prometido . A la inversa , es probable q ue una r
oposición sea tanto menos responsable cuanto menos esperanzas tenga a�.!isªn, a J.a ... co111 petencia 'polí�ica . . �ítica -�i!lva y_Q_�stá_�
de gobernar . Ahora bien , en las comunidades políticas polarizadas, la condicionad�L sólo p.oL1a_J,2 res� _9'�___!-4Ld. _ !1 e-un-.-partído:r_sin_QJ.ªm� .

alternación de los posibles aliados del partido dirigente de centro se d
. impone sobre todo por limitaciones ideológicas . Además , es probable �Wiá;
����a�6�-¡6I1d�í-��ifd1nc�r�kt�e¡��a�1!f��r � c�·W*It��� n
q ue los partidos de centro-izquierda y de centro-derecha compartan como mercado competitivo . Es de reconoc er que en la política tene­
únicamente una responsabilidad gubernamental secundaria . Por últi­ mos q ue ser, por fuerza , menos exigentes, y que el fraude político
resulta menos fácil tanto de detectar como de controlar que el fraude
económico. Pero la distinci ón entre una oposici ón responsable y otra
mo , la inestabilidad gubernamental y las coaliciones inestables o polé­
micas oscurecen la percepción misma de quién es responsable de qué .
la
En todos estos respectos , ni siquiera los partidos del sistema irresponsable deja margen para una distinc ión equivalente entre
y

..
orientados hacia el gobierno se sienten motivados a desempeñar el sucia . Si un partido puede siempre ,
competencia política limpia
y s i n la menor preocupación
papel de una oposición responsable ; pueden permitirse el ser , semi­ , promet er el cielo en la tierra , sin tener
X,���B�!lidQ§ que «respon der» jamás a lo que promete , no cabe duda de q ue este
, �s Ia _de ser trr�spQns,(;l/zl�J-� sor¡ una opostcton
t_esponsable s. i!.f..1 � isi��etl)a , "s L�i:f1�f1 .a!.��f}a _ mo�!C.��nr
7
, permanente compo rtamiento cae por debajo de cualqu ier norma de competencia
limpia . Y , a mi juicio, el hablar en estas condiciones de « polí tica
, que se 1

· árse con el sistema político , ' cuyas -prome:<;a"s •fio"se-/


.
niega a'- i(lefi.tífic"

prevé que- se váy�ri · a �umplir . nunca , . :Por eso , el plura:Iísma· ··potariJ competitiva» es, al mismo tiempo, utilizar un vocabu lario improc
datos . De hecho, la partida polí tica se j ue­
iado se caracteriza · por una oposición semirrespo.1sable e n lo que dente e interpretar mal los
respecta a los partidos ubicados en la periferia del centro , y por una ga en términos de competencia injusta caracte rizada por una escala-
·

r la
· oposición irresponsable en lo q ue respecta a los partidos de los extre­ ción incesante. Y la política de la superoferta lleva -por inverti
mos que se oponen al sistema . Y el papel que desempeña una oposi­ analogía económica- a algo muy parecid o al desequ ilibrio inflacio ­
en la q ue los compet idores «tratan de arranca rse
ción irresponsable es lo q ue nos lleva a la última cadcterística 1 7 • nario : una situación
reos
17 Aunque, a mi juicio, l a dimensión responsabilidad-irresronsabilidad e s el
el apoyo los unos a los otros mediante llamamientos más estentó
p rinCipal rasgo que caracteriza a la oposición en los sistemas polarizados, cabe

Dahl Política! Oppositions in Western Democracies, cit. Permítaseme mencionar de una distancia ideológica escasa a una grande.
extraer muchas motivaciones ulteriores de los últimos capítulos de la obra de únicamente que el ámbito de la competencia varía , y aumenta mucho , al pasar



178 Giovanni Sartori
Partidos y sistemas de partidos 179

y promesas mayores»,de modo que aumenta la competencia por la En cambio,mientras que el soc i a lismo ha sido, y sigue siendo , un
oferta disponible,pero la oferta no aumenta
18•
movimiento bastante flexible y, <1 escala nacional,bastante espontá­
De modo que l o que precede e s e l síndrome del pluralismo extre­ neo caracterizado por una actitud antiaparato, el comunismo entra

_ . Jmprocedente en este contexto . pe lo que se trata es de dJ�Q:!.!?.�.fHL


mo y polarizado. Una explicación provisional de su etiología sería

que la categoría tradici.onal multipartidista ha co.nfun. .dido. h . orrorosa•


en liza respaldado por una «figura paterna» concreta y como movi­

.,.,..._,"""""""' red impresionante de organización 1 9 •


miento muy regimentado y firmemente atrincherado ' mediante una
. . . �,•. .

mente dos casos radicalmente distintos, y que los sistema. s de mas


Si las analogías entre socialismo y comunismo apenas si soportan
de dos partidos no se pueden amontonar en un solo páqu�1?�n un estudio cuidadoso, enfren témonos con la llamada integración de
embargo, es importante preguntar cuáles son las posibilidad� s de los principales partidos comunis tas occidentales sobre la base de sus
supervivencia de las comunidades políticas polarizadas. No cabe duda razones peculiares y sui generis .
de que esta variedad del multipartidismo es un estado malsano de La tesis de la «in tegración» del comunismo se ha expuesto en

por impulsos centrífugos, una oposición irresponsable y una com­


cosas para un cuerpo político . Un sistema político que se caracterice muchas versiones. La más osada es la de que, hoy día, los princi­
pales partidos comuni s tas europeos están «integrados positivamente>>,

inmoderada e ideológica lleva a la parálisis pura y simple o a una


petencia sucia difícilmente puede ser un sistema viable. La política con lo cual se quiere decir que son los partidos verdaderamente refor­
mistas y/ o que son, al menos en Italia, los verdaderos bastiones del
secuencia desordenada de reformas mal calculadas que acaban en el

··
mantenimiento del orden constitucional. Con respecto a este último
fracaso. Esto no implica forzosamente que las comunidades políticas argumento, es posi ble que la historia diga pronto si es verdadero
polarizadas estén condenadas a la impotencia y,a fin de cuentas,a la o no . Entre tanto, procede revisar el argumento general,esto es,que
autodestrucción. Pero sí que difícilmente pueden enfrentarse con cri­ los partidos comunistas occidentales han intervenido en gobiernos
sis exógenas o explosivas. burgueses de coalición sin q ue se produjeran consecuencias siniestras.
:_�-�� Las posibilidades de supervivencia de las comunidades políticas A fines del decenio de 1 9 3 0 , Chile,y en la inmediata segunda

)
polarizadas nos llevan a volver a ocuparnos de los partidos antisiste­ postguerra mundial muchos países europeos ( y Chile otra vez de . 1 9 4 6

(
ma. Se trata de saber si el sistema logrará sobrevivir suficiente tiem­ a 1 94 8 ) conocieron grandes coaliciones d e «frente nacional» con la

JQ_nador descubmá de �odo inevitable @.e , a larS!.<?__2 . J�zo, los partldos.


po para absorber a esos partidos en el orden político vigente . El his- participación de l os comunistas . Lo que es más importante, desde

el politólogo .
fines del decenio de 1 96 0 ha habido partidos comunistas que han

Finlandia ( de 1 9 66 a 1 97 1 ), Chile ( de 1 9 7 0 a 1 97 3 ) e Islandia ( de


.r.�_y_oll,l_<;iQP.:arios pierd�!l-�!!__Í!IlP.�tu inicial y se adap _!_�l}- � L�s regímenes
g1,1. e ng bª!l.P�<:i9i<Io-._:d<!
·

. . .. intervenido en gobiernos occidentales de coalición en tres países :


__ :- . JXQ�.a r. Per() e�i--iñüy-poSílJle que
· ' aya de descubrir que el «largo plazo» era
h demasiado largo para los Í 97 1 a 1 97 4 ) . Pero Islandia --con un electorado de apenas 1 00 . 000
actores vivientes y para el sistema político. En términos generales,
votantes- difícilmen te puede resultar,tanto en éste como en otros
a los socialistas marxistas les llevó medio siglo integrarse,y esta inte­ aspectos,un caso significa tivo. En Chile,los comunistas tenían fuer­
gración no se ha efectuado sin sufrir pérdidas en muchos países, zas parlamentarias relativamente escasas ( seis senadores,de 5 0 , y 2 2
a favor de los partidos comunistas. Entre tanto, mientras los socia­
greso,y el rumbo natural del experimento se vio brutalmente inte­
diputados,de 1 50 ) . Allende no disponía de una mayoría en e l Con­
listas titubeaban,la democracia se hundía, en el período de entregue­
eras,en Italia,Alemania y España . . Además, el problema de absorber rrumpido por el golpe militar. De modo que sólo nos queda un caso

las clases trabajadoras en el siglo XIX y los primeros decenios del xx,
al comunismo es de otro orden � Si recordamos las circunstancias de pertinente : Finlandia. Sin embargo,hasta ahora el Partido Comuni sta

dida como concesión a la presión soviética,y no como aliado necesa­


Finlandés ha i n tervenido en tres gobiernos de coalición en gran me­
el socialismo · revolucionario era verdaderamente la «política de -la
desesperación» . Pero difícilmente cabe decir que los partidos comu­ rio sobre la base de la aritmética parlamentaria. El principal pues to
nistas actuales de Francia,Italia o incluso Finlandia,reflejen circuns­ que ha ocupado fue, en 1 9 7 1 , el Ministerio de Justicia,lo que equi­
tancias desesperadas,sino que en comparación reflejan el bienestar. ·
1 8 H. V . Wiseman, Political Systems, Praeger, _1966, pág. 1 1 5. Wiseman se
,.vale a señalar que nunca ha recibido puestos de control, como el

basa en Harry C. B redemeier , R. M. Steppenson, Th e Analysis of Social Systéms;


en LaPalombara y Weiner , Política/ Pa rt ies and Política{ Development, cit . ,
Holt, 1962 .
1 9 He hecho hincapié en este aspecto, el encapsulamiento de organización ,

.· ,. . .
,;,.¡
páginas 1 44 a 1 47 . ·

." �
G iovanni Sartori
Partidos v. sistemas de partidos
\ )
; :·
1 80 \
"
; ; 181 \

Ministerio del I n terior o el de Defensa. Por otra parte , su subida cuartas partes de las leyes italianas promulgadas entre 1 9 48 y 196�h > :·
y de que, desde entonce s , ni siquiera se presenta un proyecto de ley
al gobierno ha llevado a que disminuyan mucho sus voto s . Debido ,
quizá , a esto, pero debido también a feroces batallas internas entre al Parlamento sin el nihil obstat del PCI y sin que se haya negociado
no volvió a participar, entre 1 97 1 y 1 97 5 , en ningún gobierno de
la tendencia « liberal» y la stalinista , el Partido Comunista Finlandés previamente con él 23 • Sin embargo , también es indiscutible que la
mayor parte de esta legislación se refiere a asuntos triviales , y que
coalición .
alguna vez 24• Esto es, la integración positiva aparece rápidamente
las cuestiones cruciales raras veces se deciden, si es que se deciden
Resulta, pues , que los datos disponibles tienen muy poco' que ver
con la clave del asunto . Porque la cuestión gira en torno a la dife­ como « negativa» en cuanto se sopesan las decisiones frente a las no
rencia crítica entre : i ) un gobierno de coalición con participación decisiones . En esta última perspectiva , la interpretación más fría es
comunista, y ii ) un gobierno de coalición controlado por los comu­
más paralizados por la capacidad de veto del PCI y ·que, además, los
que los gobiernos y los parlamentos italianos se han visto cada vez
nistas, es decir, una coalición en la que el Partido Comu nista tenga
una o más de las carteras clave . Y el hecho es que, hasta ahora , no pagos marginales por las pocas decisiones · que se han tomado han
las palancas , o los puestos de control , del gobierno central y, cuando
disponemos de un solo ejemplo en que un partido comunista tenga sido, sumados , demasiado costosos para sus resultados .

ral y decisivo parece ser que la tesis de la « integración positiva» se


Como no puedo entrar en la cuestión en detalle , el aspecto gene­
llegue el momento , se someta a un veredicto electoral libre como
resultado de una competencia pluralista y sin cortapisas . En todo el hunde cuando se intenta explicar con ella por qué resulta que I talia
mundo, los datos apuntan en el sentido contrario . es , políticamente , el hombre enfermo de Europa occidental . Si la
Exi ste una gran diferencia entre « integración positiva » e « inte­
respues ta es -como suele ser- que el deterioro debe imputarse
remitirse , en I t alia, al ejemplo concreto del PCI 20• Tal como lo des­
gración negativa » . La mejor forma de ocuparse de esa diferencia es
a los demócratas cristianos , esto es , al partido que viene dominando
todos los gobiernos de coalición desde hace treinta años , entonces la
«oposición constructiva » ; de ello se desprende, lógicamente , que el
criben sus defensores , la integración positiva del PCI equivale a una
pregunta siguiente e inevitable pasa a ser la de por qué no se ha
expulsado del poder a la DC. Y esta pregunta nos vuelve a llevar
normal 2 1 • Esta interpretación encuentra sus datos más fiables 22 en el
al hecho de que la DC debe su poder y su permanencia en él preci-
PCI se comporta más o menos igual que cualquier oposición leal, a las propiedades del sistema de pluralismo polarizado y , sobre todo ,

23 La cita · es de Franco Cazzola , «Consenso e Opposizione nel Parlamento


hecho indiscutible de que « los comunistas han aceptado casi tres

la mayor parte de la legislación italiana la promulgan directamente las comi­


Los comentarios y las investigaciones sobre el comunismo i taliano son
20 I taliano : 1 1 Ruolo del PCl » , en RJSP, 1 , 1972 , pág. 92. Debe destacarse que
innnumerables . Una visión general de las obras italianas recientes al respecto
siones permanentes del Parlamento, cuyos trabajos se realizan a puerta cerrada
es la de Arturo Colombo, « La Dinámica del Comunismo Italiano» , en Luciano
y son completamente invisibles. El comportamiento comunista cuando los
Cavall i , comp . , Materiali sull'ltalia in Transforma:úone, 11 Mulino, 197 3 . Pero
2 4 Véase Alberto Predieri , «La Produzione Legislativa», en G. Sartori, comp . ,
proyectos de ley ·Uegan al Pleno es mucho menos coalescente . , .
véase en especial Giacomo Sani , «La Strategia del PCI e l'Elettorato I taliano»,

en Il Caso 1 taliano, o p. cit., y d número especial « 1 1 Compromesso Sto rico»,


en RISP, I I I , 197 3 ; Juan Linz, «La Democrazia I taliana di fronte al futuro»,
Il Parlamento Italiano, 1 948-1 963 , Edizione Scientifiche l taliane , 1963 . Más
tarde , Predieri ha dirigido una vasta investigación sobre el proceso y la pro­
en Biblioteca delta Liberta, septiembre de 1974 . Véase también : Donald
ducciÓn legislativos i talianos , ll Processo Legislativo nel Parlamento Italiano
Blackner, Unity in Diversity: ltalian Communism and the Communist World,
( Giuffré , 1 974- 197 5 , en 5 vols. ) , del que se pueden extraer muchísimos datos .
MIT Press, 1968 , y Arrigo Lev i , PCI-La Lunga Marcia verso il Potere, Etas
Una· importante conclusión del Vol . 1 1 ( Franca Cantelli, Vittorio Mortara ,

es sobre todo administrativa» ( pág. l l O ) , y que «en las cuestiones importantes


Kompass , 197 1. El concepto de integración negativa es de Guenther Roth,
Giovanna Movía , Come Lavara il Parlamento ) es que «la actividad legislativa . . .
The Social Democrats in Imperial Germany, Bedminster Press, 1963 .
21 Respecto de la gran variedad de oposiciones y de las opiniones al respecto,

véase Rodney Barker, comp . , Studies in Opposition, Macmillan S t . Martin's relativas a la vida social incluso las coaliciones gubernamentales, con su mayoría
preestablecida , tropiezan con grandes dificultades· para obtener la aprobación
Press, 1 97 1 . En mi contribución trato de apuntalar el concepto de oposición
del Parlamento . . . de 85 proyectos de este tipo , sólo siete se pan convertido
constitucional ( págs . 33 a 3 6 ) .

vistas con dirigentes . El entrevistado no sólo es muy sensible a las expectativas


22 Digo los datos más fiables porque considero muy sospechosas las entre­
en ley» ( pág . 156 ) . Una evaluación perceptiva de lo que representa esta pro­
ducción legislativa se halla en Giuseppe Di Palma , Decision and Representa­
/ion: Parliament Parties and Conflict Management in 1taly, de próxima apari­
su im3gen pública y 1 o la línea del partido . Eso guarda relación con la nota 8
del entrevistador, sino que los dirigentes u tilizan las entrevistas para vender
ción , especialmente los caps . 2 y 5. Di Palma amplía un índice ic;leado por
J ean Blondel y concluye que mientras la importancia media de los proyectos de
supra. ley en el Reino Unido es de 3 ,2 , en I talia es de 0 ,99 ( cu adro 13 ) .
183
1 82
Partidos y sistemas de partidos

ble, esto es, lo que se dice en público, y la política invisible , esto es,
Giovanni Sartori

samente a la presencia de los partidos antisistema . En resumen, la lo que se hace en privado .


interpretación optimista nos falla precisamente porque no puede expli­ La distinción entre política visible y política invisible ayuda a
car el funcionamiento sistemático total de la comunidad política i ta­ corregir, en primer lugar, el argumento erróneo de que ninguna comu­
liana . En términos de sistema , su capacidad explicativa es casi nula . nidad política occidental es « verdaderamente » ideológica 26 • Y o diría ,

integración negativa y también , a mi j uicio, la plausibilidad mucho


Tras establecer la diferencia entre una integración positiva y una en cambio , que -dado un amplio ámbito ideológico- las negocia­
ciones pragmáticas sólo son viables bajo la cobertura de la invisibili- '

/ adelante, hacia las perspectivas para el futuro . _La pru


mayor de la interpretación fría , podemos ahora tratar de mirar hacia
�fd ��t;: dad, mientras que la partida visible de la política debe seguirse

..,halla -habida cuen�.Q_ e nuestra definiciqn de lQLJl.a i a G jugando, de hecho hasta el exceso, ideológicamente . Y la inconverti­
is- bilidad entre política visible y política invisible que caracteriza a la

gitimJKÍQtt. Cre.o CLIJ5� .Q.QSl!!?� ci�.J9Jl de q�.hasta eL.decenia de 1 9] 0 ,


·

-
Cle...aexkgití1?1gacip,11.J,._.
t.ero a- err:.las._p..ta�s.o.s._ .,.ª- l ª.lns�sa, de r.ele­ comunidad política polarizada ayuda a explicar, en segundo lugar, por
qué me centro en el partido en busca de votos y no en el partido

_dos 25 • Pero . �.a.lJe aduc.it .que. . ahora. se .ha .in�ertido.- Ja J;�ndenda Sin
. . __ ... .. .

�n .ltalütttr� d_()Jl1_i rl�banJg_� _p[im��()�--�� -t:.s2�.-P!.2���Q� _s� n­


. . .

parlamentario y menos aún en sus minorías de poder. Si evalúo las

embargo; · ;;�!a. cuestión . s_e_ c.o qyi�rte en s_c;:gl!i9� �-I1 algo. i�anejable
tendencias centrífugas del pluralismo polarizado a nivel electoral y

s i no e valu a mo s primero _ l a d i �e._r�_.l!�_._!_. ª '. _ Y d�pu,és�::Iá_ mterrel ación ,


. ..
.

con respecto al partido electoral , no es precisamente porque a este


nivel disponga de una medida de centrifugación, mientras que a los
, gra11-part� del PI:Q:.
.· ··

_
. . ·

entre la{p.olfl.i,¿�;J¿ _ rg
. . - · · · · . jfíble··y·· · ra .i9-l.'f_ ii _ . Jn v.ilikkf-·
_ niveles invisibles o menos visible las medidas cedan a las especula­
En un primer sentido , que carece de _interés
��2. l?.9lf� Q. _� s pª·· · ·ª-Jª _y� !:>Hi<1�d. .pQrqJJ visible y la invisible se apartan mucho , acabamos con un círculo
ciones impresionistas . Más bien, mi motivo es que cuando la política
·

Y P()�9�.e. .f:l?_P� ���� --� ?i.a.rJY.?. .�2.b.!�_Joda.�"'h!.s. f9Sª s . Eo .un § g �


ic s a i e .--es .demasjado diminuto
?, rr
y
e un
...

__
vicioso : los dirigentes se enmarañan en sus propias redes ideológicas
sentido _,Ja pqhuca invisible se es<:onqe d.eliberadams:;pt_�� consiste en
.

imagen que venden. Y esta última observación me hace volver a la


hasta el punto de convertirse, a la larga, en prisioneros de la propia

. de prebendas; las clientelils y . los 'ira tos sucios . No cabe duda de que
su par_ t e . . desagradable . y'"corrompida : el dinero político, er-rep1irtü __

La pregunta de << ¿� se int�ª-!Lll partida antisistema en eJ


tión que nos ocupa.

.sis.t�Q1N » .dep.ende -a Jin. de cuentas- de. sL�x.!�t�n...ELqs.�o s�9-


éste es un componente crucial de la política invisible , pero su varianza

remitimos a una tercera form�ldir..la. parte-v.isibl.� .d�Ja polítifa JlWC<?s 9,� r.�legitimac.ión-que sustituy.an. a. los..p_tQ��SQ.L�.Il��Fi��-s de
apenas si guarda correlación con las variables en estudio . Así, nos

.9eJª_jnvlsih1<;_,_� Qi,QE.ID� a l�_Sbll11 .tª Qúm�r�t f-9!!��.PC?.!.1.9L� ­ .!iJJiiWmf!fián . Digo recíprocos porque la integración exige que affi"'::
. .

Q
..

__ .. ..

br li.LYJ�§ 2t2.fQ�.�JlLQes.Jinª_d !i1'.J:\JQL!lledios. de. .comunicación social ,


.. . .

- bos campos persigan una política de relegitimación ( si sólo se persi-

i Oís tindon··es-la-q üe iínporta para-�rruesn:o


..

mientras que la segunda corresponde a los __ tratos y Jª�. .2alabras para


...

del poder ) . Y la cuestión exacta es la de a qué velocidad y a qué


_ gue desde un extremo, el resultado no es la integración , sino la toma
ei-éón·;¡uffio enpr15fªSisC�ESf '
..

comentario . nivel pueden deshacerse decenios de deslegitimación recíproca me­

menos irresponsable la oposición y menores las superofertas , mayor


Como norma general, cuanto · menor sea la inclinación ideológica, ·diante una política de relegitimación . Los intelectuales y las élites

será la proximidad y la convertibilid ad ( relativas ) entre la oratoria masas . Y la distinción entre política visible e invisible entraña la gran
cambian con relativa facilidad en comparación con los públicos de

y la viabilidad, entre la venta de imagen y los actos . A la inve�sa, posibilidad de que una relegitimación que se quede limitada a las
cuanto más se abandone una comunidad política a las superoferta s ,
a la oposición irresponsabl e y al establecimie nto de metas ideológicas ,
mayores serán la inconvertibi lidad y el abismo entre la política visi-
26 Q ue esta conclusión no estaba justificada -por lo menos con respecto

a Italia- lo ha demostrado la investigación de Robert D. Putnam , The


Beliefs of Politicians - ldeology, Conflict and Democracy in Britain and Ita/y,
Yale University Press, 197 3 , cuya principal conclusión es que « ningún dato de
25 Véanse a este respecto los «tanteos de ilegitimidad» y las «magnitudes esta investigación destaca más claramente que el contraste entre los políticos
de ilegitimidad» globales calculados por Ted Robert Gurr y Muriel McClelland , de las dos naciones . En casi todos los diversos componentes de las diferentes
Political Performance: A Twelve-Nation Study, Sage , 197 1 , pág. 4 1 , donde se dimensiones de lo " ideológico" . . . los italianos logran tantéos mucho más
considera que I t alia hacia 1957-1 966 tenía los sentimientos de ilegitimidad más altos que los británicos . . . Se mida como se mida , los italianos son políticos más

y 10) .
·

elevados del período ( véanse las págs . 30 a 48 y especialmente los cuadros 8 ideológicos» ( pág. 78 ) .
1 8-1 Giovanni Sartori

zonas de poca visibilidad deje las expectativa de los electorados


Partidos y sistemas de partidos
185

antisistema prácticamente como estaban 27 • Aquí sla clave es si las éli­


tiene el historial más largo de c;upervivencia de todo su tipo ; pero
dej a , hasta la fecha, a sus características de si stema tal como se ha
tes efectivamente aplican sus intenciones de relegitimación completa­
mente , hasta llegar a las masas y al nivel de los medios de comuni­
descrito .

cación social . Y si bien es posible que los e studios detecten y midan Verificación de Jos casos
el ri tmo y la medida en que está ocurriendo una relegitimación recí­ Lo anteri or repres enta toda la gama de posibi li9
proca a l nivel de masas , las proyecciones corrientes de investigación JI_<:ku-lllilP_i.e da­
son poco i maginativas , y las cuestiones más importantes son las que
des _g_��oiirr-®= !:!n:-��!��:�E,�:_-:-_Rty}'}iliS
ñio�=poLíiiZado.. Aunque he
healo refere ncias de pasad a a países que confir man
:

menos se investigan . Por eso no se pueden evaluar correctamente las este análisi s ,
delibe radam ente me he ocupa do de un solo tipo . Esto

d as. No cabe duda de su fragilidad « externa » y de su debilidad ante


posibilidades de supervivencia de las comunidades políticas polariza­ implic a que
no debe preve rse que ningú n sistem a concre to exhib
forma igualm ente destac ada , t d s los rasgos del
a , al menos de
tión prelim inar es la de a qué oclase
o tipo . Pero la cues­
y la de Argelia en el de Francia-, que siguen siendo una copstante .
crisis exógenas -como la de la inflación en el caso de Weimar
de « tipo » perten ece mi tipo . ¿ Se
trata de un tipo ideal , de un proto tipo , de un tipo

tidos ( y las actitude s ) antisistema sigue siendo , hasta la fecha , un


Pero la superación de su debilidad « interna» con respecto a los par­ puro , de un tipo
extrem o , de un tipo polar o de alguna otra clase ?
Dada la confu sión
tipos -y espec ial­
metod ológic a en que se basa la tipolo gía de los
peligro no calculado que se dej a en gran medida a criterios optimistas . mente el conce pto de Idealt ypu -, limite mos la
s polare s o puros , y ii
distin ción simpl e­
significan má p der . Es tan sencillo como todo eso , y eso es lo
De momento , lo único que sabemos con seguridad es que más votos mente a la que existe e.n tre i ) tipos
o
) tipos empí­
s medida
rÍI'lPs o extra ctado s 2 8 •
:L��JJ�!!!QS_c;l_�_!J..n
que detecta mi de centrifugación . i!Uil,�lares lo son _por9JJ_e...r.epresen.tan._lo
A fin de cuen tas , la analogía conforme a la cual se predice que continu.Q . o de un orcféñ seriaL J:.J.Q , .s.ólo�seña.hm..
�j
los partidos comunistas seguirán la evolución de los partidos .,_s ocialis- J_o_�Jí. mites extern os
. tas olvida unas diferencias críticas . Para empezar , los partidos están
configurados por su historia , esto es , por los procesos de socialización
de sus dirigentes y sus cuadros . Además , y en particular, lo que queda
�_:t���;�:�:��]��l�Q���i;�;,;,;!��E�: ,
e �g_e. �.-t. s>_. A�J.o s ._ �ºªl_.�_ s se
_p_ue.. _ .d�n_
. <;.o
_ rnparaL _Q s �,�emp_k>§_�ºn-
�to s -én térmi nos de .f!l.�Y2.r_2_����!. .2!Qeimida

�o sr-
d . Las dos clases
fuf6s-·- .es.tán muy próxi mas , en el sentid o de que h¡
por ver es -por lo que respecta a la integración o la coalescencia de _

.
.. ......
. .... . . . ...

los comunistas- el nivel a que ocurre . Lo que sabemos con seguri­ . _ -


_ 'f .
-iTpó s-�pcmfres
.

-al nivel electoral , el parlamentario y el de dirección de los parti ­


dad es que si una comunidad política es centrífuga a todos los niveles
fue?cia o de 1� proba bilida d , de ocurr; �cia emp í �ica . T�mb ién ca?e
amba§�QD�b rua...de-la ..hase- -eoncehibilidad , no de la fre- #1
dos- , entonces está condenada . Eso es lo que ocurrió en los tres aenr que Lq��-t1PQLPJ1.!2.�.�.P2!�!.�� SO!_l_?a���e,E te l�Qs:J
O(l�S he.,!lll s -/
¡/
últimos años de la República de Weimar y durante la presidencia
_

. A la invers a. los .!ÍDos empír icos o extrac tados se


de Allende en Chile . Es decir también , por tanto , que un sistema adaot an a la

�, --- ---��- -- - - - -- ·
de pluralis mo polarizado no puede sobrevivir más que si la táctica
ro que un tipo emp1 n co
, y puede ser tan·
centrífuga de la competencia electoral se ve reducida , o en su mo­
abstra cto como un tipo puré'�})L::� q!f�r.,�n<:iª-- �.§.-.9!t�
. - ··-·"" ' " "-- -." ......... . _.,-------..

también es « ideal » , en algút_l entido de la palab ra


___

mento contrarrestada , en otras esferas . Sin duda , esto es lo que ocurre


en I tali a . Así , la convergencia centrípeta que cabe decir existe entre el tipo_�mgi_ric9
los dirigentes comunistas y los de los partidos burgueses a los niveles SQ_ntq:rmc;�-�l!!. .has.e. deL. acontecer Q de lQs . PXQmeJlio
tien.de .. .L�.§JJ!!: .�
s . .En partic uiar-;
.de_l o.s,. d a tos.m.QJfolQgi�;;QLQ idi_Qg�_#i�s
.. .

mient ras los tipos polar es se il).term:�.tªll�d� L9til


l ª-di.�.Qü:a .t.Q.m .( como
-��-tiJlctª.dmL

invisibles ayuda a explicat por qué la comunidad política italiana


.
. .. . .. ..

27 G . S ani , «Mas� Perceptions of Anti-System Parties : The Case of l taly» ,


..

,\@�e-stosr; ·· to�·_::-�jp-ás;eiñpitícos:·representan-c ualqu


..

iet...Q!Ptiq.!!.d_dcc.o n­
V_gl1 edad es . d isq.nguthlesJ_.
de próxima publicación en British ]ournal of Political Science, octubre de
1 9 7 5 , destaca -basándose en las encuestas de 1 968 y 1 9 7 2- las limitaciones 28 J ohn C. McKin ney, Constructive Typology and Social Theory ,
que inflyen en la reconversión por la élite de la deslegitimación en la relegiti­ Centur y-Crof ts, 1 966 , es un análisi s y un comen tario Appleton
muy útil de la tipolog ía
mación . Sugiero que cabe llegar más lejos en este aspecto si se. estudia lo que de los tipos . De hecho , de él he obtenid o el concep
los votantes de los partidos antis.istema «esperan» de su victori J . to del tipo extract ado
( especial mente las págs . 2 3 a 2 5 ) .
Pa r tido s y sistema s de
'
Jr
p ar tidos
1 86 Giovanni Sartori

{ ri�f!�--��-r��'}!.P-2. .�21E:U:ii:p·uxa."""Est� )
187

y seis par ­
Es evi den te de forma inmedi
·cafacfeiizacíOn-ño reduce e �.
ata que la zon a entre cinco
J

· Así, la respuesta a la primera pregunta es que el pluralismo pala- tid os está mu y llena . Esto
equivale a dec ir que tenem
casos fronterizos que oscilan os un a serie de
- lo mas mmtmo la tmportancta de ese tipo . De hecho , los ttpos empt­
. entre las clases de pluralism
ricos presuponen , y se ven ayudados por, la ideación de tipos polares .
y extrem o . Esta conclusió n o moderado
no resulta demasiado inquie
Las sociedades concretas se han visto mejor analizadas y compren­ ncipio 30 que a los extrem
que sabemos des de un pri tante , dado

didas desde que Tonnies estableció su dicotomía Gemeinschaft­ de funcio nar por sí sol o,
el criterio num érico no pue os del espectro

Ge ell chaft. Es muy posible que los Idealtypen de Weber sean ambi­
ayuda de la variable ideoló esto es, sin la
gica . Per o antes de entrar
s
s , pero
de contro l, hay dos casos - en esta variable
guos siempre volvemos a Weqer. Lo mismo cabe decir , por citar el de los Países Baj os y el de
que tienen especial interés Dinamarca­
otro ejemplo , en el caso de la solidaridad mecánica de Durkheim , y que merecen una evaluació
opuesta a la solidaridad orgánica . Y el estudio de los partidos se ve
(cuadros 5 y 6 ). n por sí solos
Si se cuentan tod os los par
nada menos que 1 O partido
Dinamarca tenía en 1 9 7 3
dificultado precisamente porque tenemos que ocuparnos de un con­ tidos representados en el Par
tinuo «sin fin» , esto es ; de un continuo limitado sólo por mi extre­
lament o,
los Países Bajos habían lleg s 3 1 , y en 1 9 7 1
mo : su extremo totalitario 2 9• La idea de que los sistemas de partidos ado a nada menos que 1
pueden ir desde un partido hasta un número infinito de ellos · no
que desde luego es una haz 4 partidos , lo
aña notable para un país
población volante de , aproxi que tiene una
revela más que la ausencia de visión teórica . Claro que en un modelo madamente , och o mil lones
Sin embargo , ya he indica de personas 32 •
pulverizado o atomizado el número de partidos puede ser muy alto, do- que el formato real del
y eso ocurre precisamente porque esos partidos son prepartidos o
de partidos ha ven ido siend sis tema danés

partidos embrionarios ( y en ese sentido carecen de importancia ) . Pero


cuatro a cinco partidos 33 •
o -en el período de 1 94
7 a 1 97 1 - de
Análogamente, o po r lo me
e l sistema holandés de par nos hasta _ 1 96 7 ,
en un modelo estructurado existe un límite al número de_ partidos tidos ha sido un sis tema de
con dos grandes partidos ( cin co partidos ,
importantes que puede haber , y ese límite está «limitado» precisa- los soc ialis tas y los cat ólic
r ucionarios y los históricos
protestantes ( los antirrevol os ) , dos partidos
j; í:mente por el carácter terminal de mi tipo . Por tantó, debe queda � partido conservador cada vez cris tianos ) y un
mayor (el libe ral ) 34 • Pero
11 J:Ado ��-���c ap��0nki.u:on....uiLÚpo.. p.,gj_ª�-' q..ue�s.e, �e adecuada­
l . · _claramente entendido que el an@.ili��ampetitivas elaho-

�\\
. i . .
.!lle.nt_ � -·�j:;s�t á92. :. §S:gl.-!!42. QQt l�§. JiP-a.s_,,extrac.tadQ.� . no �-�mpíricos .
las cosas sigan así. Las últ ima
países- que se están «desco
s no vedades parecen indica
ngelando» sus sis temas de
no parece que
r -en ambos

Hab i da cuenta e esa premisa metodológica , v olva mos a la prueb


.•
·
partidos .

de fuego : la ordenación y la verificación de los casos concretos . r H . Thoma s Parliam


.JO Supra, 5 . 3 .

Según mis normas para 'contar , la siguiente es una lista amplia ,


31 Acerca d e

,
Din am arc a, véa se Ala stai
clyde , 197 3 y Eri k Da
in De nm ark , 1 945 - 1 9
72, Occasion al Pap er ,
1 3 , Gla sgow , Un iversit
ent ary Par ties

n t u ry» en SPS, IX , 1 9 7
, P arty
mg aar d , «St abi lity and ary of Strath­
si no exhaustiva , de los países «fragmentados» que están en las proxi­
midades , o entran en la zona , de un multipartidismo extremo y res a n t ís im os
System over Ha lf a Ce Ch ange in the D a ni s h

polarizado :
,
los estu dio s d e Mo

Bas is of Danish Gove rn


gen Pede rs en , «Co nse
Folke ti n g 1 945 - 196 5»,
m en ts : The Pat tern s.
nsu s
4 . Tam bi én son i n t e
and Conflict in the Dan

of Coalition Form a ti o n »
en SPS, I I , 1 96 7 , ish

, en SPS,
y Dam gaa rd , «The
Pa rl i ame nt a ry

te de l os P a íse s B a j o
Chile ( 1961-197 3 ) 5 a 7 p a rtid os IV , 196 9.

Electoral Behavior: A Com


Dinamarca ( 1 947- 1 97 1 ) 4 a 5 partidos 32 Un estu dio exce len

bién L ijpha r t , The Politic ,


Richard Rose , comp. , s es el capítulo de A . Lijp

s of Accomm odation : Plu


Finlandia ( 195 1-1972) 6 partidos har t en

ralism
6 p ar tidos 197 4 . Pero véa se tam panion Handbook, Fr
Francia ( IV República) ee Pres s
Francia (V República) 4 a 5 partidos and Democracy in the
Netherlands, Uni ver sity
of California Press , 1 968
la aparición en 1 9 7 3
I srael ( 1 949-1973 ) 5 a 7 partidos escr itos de Daa lde r ind , y los
icad os infra, en n o tas
33 A d e más de
34 y 73 .
Italia ( 1948- 1972 ) 6 a 7 partidos
cua tro a cinco par tido del Par tido del Pro
greso, ind ico de

,
Noruega ( 1945c1969 ) 5 partidos

. ,
s porque en el decen i o
5 partidos período- el Partido de 1 960 -pero no
Países Bajos ( hasta 1967 ) de la Jus tici a inte rvin en todo el
5 a 6 p a r t i do s men te Din ama rca ha o en dos coal i cion es P
República de Weimar ( 1 920-1933 sido en el per íod o 192 ero bás ica­

nale s ha b aj ad o del
- 5 partidos partidos , aun que la fue 0- 1 9 7 1 un sis tema d
Suiza ( 1947- 1 97 1 ) e cua tro
gaa rd , sup ra, n o t a 3
rza electora] com bin ada

1 , en SPS,
de los cua tro par t idos trad
96, 9 a] 81 por l OO icio ­
29 En aras de la sencillez del argumento supongo que por lo menos se ha 1 974 , págs . 1 04 a 1 0 7
).
( Dam
·

..
en tendido el tipo totalitario como polar y no empírico . Que dista mucho de 34 «Tr adicion alm

la c u e s t ión infra, 7 .2 . han d i s pu tad o el pod er


en te, cinco par tidos

o lo han
ser así lo demuestra la controversia actual sobre el totalitarismo . Se trata de político holandes . Tre . pol ític os han dom inad
s pa'rtido s re ligio sos . o el sistema
Gio v a n n i
S art ori Part i d os y s i s t em a s de partidos 1 89
1 88 .
, en los P aís es de los Países Bajos , los nuevos partidos relámpago han recibido un
n es me no s ev ide nte , o má s du do sa
La de sco ng ela ció die z añ os qu e apoyo desproporcionado de las nuevas cohortes de edades ( que tam­
os dis po ne mo s ya de un a ten de nc ia de bién están radicalizando a muchos de los partidos establecidos de
Ba jos , pu es en ell pa rtido s co in­
en tac ión de l sis tem a de
y el cre pú scu lo de de partidos occidentales que han señalado Lipset y Rokkan no
cie nte fra gm
su gie re qu e la cre los pa rti do s rel ám ­ casi todos los países occiden tales ) . Pero la congelación de los sistemas
1 5 0 mi em br os , los
,co n el au ge

en 1 9 6 7 , pe ro en 1 97 2
cid e en gra n pa rte Ca mp esi no s lle ga ron
En cambio , Dinamarca resulta interesante por el carácter repen­
me nto de entraña que los partidos no sean cambian tes .
1 97 2 ; los Socia lis tas
pa go . En un Pa rla era n tre s ; los

6 1 1 1 9 7 1 , pe ro sei s en tino y la magnitud sin precedentes de su t,erreno electoral de 1 9 7 3 .


os
9 6

1
te esc
1 9 7 2 a sei s esc a­
a un má xim o de sie

9 7 0 E n 1 9 7 1 , sólo cinco partidos pasaron e l umbral del 2 por 1 00 y esta­


en
1
De mócra tas era n
bía n vu elt o a pa sar en
ban represen tados en el Folketing ; en 1 9 7 3 lo pasaron cinco partidos
bié n ha
ño s , y los
De mócra tas tam tuv ier on un a
rs » , an ter ior es , nu nc a ob
l y se ha n ex tin gu ido . Lo
os » y « Ka bo ute
« Pr av s ún ico s a los
1 9 7 0 1 9 7 2 fue ron los Ra
ala na cio na
rep res en tac ión a esc dic ale s , pe ro lo mi smo más , que se llevaron más de un tercio del �total de votos . En particu­

nes , se l levaron casi una cuarta parte de los votos . El alud de 1 97 3


y
qu e fue bie n en tre ido en de caden cia , lar , dos part idos nuevos , apenas fu ndados antes del día de las eleccio­
do s que de sde en ton ces ha n
os pa rti fue me jor . Y los
y a los
ocu rri ó con otr
, qu e son un pa rti do tra dic ion al , les carecía de preceden tes se mire como se mire : una cuenta de cuántos
Lib era les vincia les de ma rzo
los de las ele cci on es pro
por 1 00 . Sin embargo , las elecciones de 1 9 7 5 y 1 9 7 7 han sido algo
,
,
les
7 4
nib
1 9
últ im os da tos dis po n pro gre sando , los votos perdió o ganó cada partido da un porcentaje de cambio del 60
qu e mi en tra s los lib era les sig ue
rm ado la de cad en cia
de rev ela n cam bio , los De ­
sus fue rza s ini cia les . En
66
o
1 9
is tas van rec up era nd más estabilizadora s , con una i mportante excepción : el man tenimiento
soc ial
cra tas se ha n de rru mb ado , y se ha co nfi de la fuerza del Partido Progresista . Por lo demás , la diferencia ( al

cra tas 1 97 0 .
de los So cia lis tas De mó po ne d e rel iev e la igual que ocurre con los Países Bajos ) es que se· produce una mayor

las cla sif ica cio ne s y el cam


L a ma rch a d e las co sas e n los Pa íse s Ba jos
bio . Un a cla sif ica ­ radicalización . En todo caso, si hubiera · que reclasificar a Dinamarca
ón en tre
po lém ica rel aci de pa rtid os de tec ta como sistema de plu ralismo extremo , la cuestión pasaría a ser si
de pa rti do s ba sad a en el nú me ro
ció n de sis tem as a est o , en rea lid ad Dinamarca también se está transformando en un sistema de plura­
. Pe ro si tod o se lim ita ra
su gra do de fra gm en tac ión ed en tra sla da rse de lismo polarizado . Naturalmente , no es forzoso que los dos acon teci­
« cla ses » . Au nq ue los cas os pu
no nec esi tar íam os pu ta un a Re rm an en ­ mientos sean sincróni cos . Por otra parte , como demos trará el examen
rgo , un a cla sif ica ció n im
respecta al número de partidos y, sin embargo , seguir estando semi­
un a cla se a otr a , sin em ba
cia y un os lím ite s . Si no
, en ton ces lo má s del caso de Finlandia, un sistema puede ser extremo por lo que
se jus tifi ca esa im pu tac ión
polarizado . Y problemas y pregu ntas parecidos se plantean -aunque
po r ran go s co nst an­
ser ían un as ord en aci on es
en menor medida- en relación con Noruega . En las elecciones de
ad ap tado al mu nd o rea l . Po r otr a pa rte , la
os índ ice s má s sen sib les
1 9 7 3 , el Partido Laborista Noruego su frió su mayor derrota desde
tem en te cam bia nte s y un ex tra ord ina ria pla stic ida
d,
a con fir ma r la

hacía veinticinco años , al conseguir sólo el 3 5 por 1 0 0 de los votos


pa ráb ola ho lan de sa ayu da As í , un a cu en ta

y el 45 por 1 00 de los escaños , de modo que aparentemente Noruega


s.
los for ma tos de pa rti do
a lo lar go del t iem po , de
y rec ue nta inc esa nte
ses exa ger a , o po drí a
s de los pa rtidos ho lan de des a pa rec e apo ­
uri a 35 . La par ábo la ho lan
más , las elecciones de 1 9 7 3 sacaron a primer plano a una sexta uni­
exa ger ar, un a din ám ica esp nes no son me ra­ ha dej ado de pertenecer al sis tema de partido predominante .1f> . Ade­
o de que las cla sif ica cio
yar , por tan to , el arg um ent , cua nd o son ace r­
ráf ico s , sin o qu e tambié n
me nte me can ism os car tog dad es del sis tem a . dad , que , sin duda , tiene importancia en el Parlamento : la Alianza
percep ció n de las pro pie
de los partidos Comunista y Socialista Popular ( ambos sin represen­
tad as , con sti tuy en un a ido pre cis am ent e Electoral Socialis ta, que es resul tado de la combinación de fuerzas
ede per ma nec er est abl e deb o s . En el cas o
Cla r6 qu e el for ma to pu par tid
r , J . G.
com po rta mi en to de los
a las mo dif ica cio ne s del
o s n o co n f e s i o n a es .
tación en el Parlamento de 1 969 ) , más u n grupo izq u i erdi sta esci n­
com par tido con dos p a r tid Du tch Par liam ent » , en S a m u el C . P atte rso n , 1 )
R « Per ­
usk ,
. . » ( H . D aal de

2 ,
dido del Partido Laborista 37 •
97
l

of 1
J oh n

C . W ahl ke , co m p s . ,
I nfra, 6 . 3 , cuadro 2 1 , y 6 . 5 .
the á 47 .
i n
avi or, Wi p g

. y segú n mis nor ma


ty

37 A cerca de N or ueg a , véase e l capítu l o d e Stein Rokkan e n Dahl , Political


Co mparative Legislative aBeh
cep tion s Par ley , .

l os Paí ses Baj os tuv iero n

o
36
con tar ,

un f orm ato
s par
sex to par ti­

Valen- en R ose , Electoral Behavior, cit., y Va len y D. Katz , Political Parties


J' Sin em b a r go ra de 1 9 7 1 - 1 9 7 2 ( el

do e r a DS '70 , que par


l l l
p art i d s dur ant e a egi s atu no i n terv i­ Opposition in W estern Democracies, cit. ; su reciente a por t ac ió n -con Henry
r o no DS '70 ) en un
3

in Norway, Tavistok , 1 964 . Harry Ec k s te i n , Division and Conesion in Demo-


seis 197

nie ron D'66 y P P ( pe


de te efím ero ) . Ha sta
tici pó en un gab ine l ició n , con l o que

de
iern o de coa

ele var on e l
R gob
ella l egi s l a t u ra a siet e par tido s .
f or m a t o aqu
-
'-D
o

electo rales 1 946-1 977


CUADRO 5 .-Países Baios : Resul tados

1956 1959 1963 1967 197 1 1972 1977


1946 1948 1952

3 ,6
2 ,9 1 ,4
6 ,1 4 ,8 2 ,4 2 ,8 3 ,9 4 ,5 1 ,7
1 0 ,6 7 ,7
Comunistas 1 ,5 0,9
1 ,8 3 ,0
Socia listas pacif istas 4 ,5 6,8 4 ,2 5 ,4
Demócratas '66 27 ,4 3 3 ,8
29,0 32 ,7 30 ,4 2 8 ,0 2 3 ,6 24 ,6
2 8 ,3 25 ,6
Socialistas ( PvdA ) * 4,1 0 ,7
' 5 ,3
Social istas Demó cratas 70 1 ,8 4 ,8 1 ,7
Radicales ( PPR ) 1
\ 31 9
28 ,7 3 1 ,7 3 1 ,6 3 1 ,9 26,5 2 1 ,9 1 7 ,7
30 ,8 3 1 ,0
Populares Católicos ( KAVP ) * 8 ,8
1 1 ,3 9,9 9,4 8 ,7 9,9 8 ,6
1 2 ,9 1 3 ,2 ,
Antir revol ucion arios ( ARP ) * 6,3 4 ,8 '
7 ,8 9,2 8 ,9 8 ,4 8,1 8 ,6 8,1
Cristia nos Histór icos ( CHU ) * 2 ,2 2,1
2 ,4 2 ,4 2 ,3 2 ,2 2 ,3 2 ,0 2 ,4
2,1
Partid o de la Reforma Política ( SG P ) 1 4 ,4 1 7 ,9
8 ,8 8 ,8 1 2 ,2 1 0 ,3 10 ,7 1 0 ,3
6 ,4 7 ,9
Liberales ( VVD )

1 ,9
*
2,1 4 ,8 1 ,1 1 ,9 0,7
Camp esinos ( tipo poujad ista )

C)
1 ,5 2 ,3 3 ,4 5 ,6 3 ,7 3 ,2
1 ,0 2 ,9 4 ,7
Otros

�-
2.
de todo este período.
Partidos que han tenido import ancia a lo largo -'

* ::S
'·,

(/)

....
....
o
::; .

CUADRO 6.-Dinamarca: Resultados electorales 1 945-1 977

1945 1947 1 950 1 953 1 95 3 1957 1 960 1964 1966 1 968 197 1 1 973 1 975 1977

3 ,7
PartidO Comunista Danés 1 2 ,4 6 ,7 4 ,6 4 ,7 4 ,3 3,1 1 ,1 1 ,2 0 ,8 1 ,0 1 ,4 3 ,6 4 ,2
Socialistas de Izquierda

3 ,9
2 ,0 1 ,6 1 ,5 2,1 2 ,7

25,7
Partido Socialista Popular 6, 1 5 ,8 10,9 6,1 9, 1 6,0 4 ,9
Socialdemócratas * 32 ,8 40,0 39,6 40,4 4 1 ,3 39 ,4 42 , 1 4 1 ,9 38,2 34 ,0 37 ,3 30,0 37 ,0
Socialdemócratas de Centro

7.1
* , _
7 ,8 2 ,2 6,4
Liberales radicales

0 ,7
8 ,2 6,9 8 ,2 8 ,6

3 ,3
7 ,8
*
7 ,8 5,8 5 .3 7 ,3 1 5 ,0 1 4 ,4 1 1 ,2 3 ,6

25 , 1
Partido de la Justicia ( impuesto único ) 1 ,9 3 ,5

1 2 ,3
4 ,5 8 ,2 5 ,6 5 ,3 2 ,2 1 ,3 0 ,7 1 ,7 2 ,9 1 ,8

1 7 ,9
Liberales Agrarios ( Venstre ) * 23 ,4

1 6 ,7
27 ,6 2 1 ,3 22 ,0 23 ,0 21,1 20,8 19,3 1 8 ,6 1 5 ,6 23 ,3 1 2 ,0
Conservadores * 1 8 ,2 · 1 2,4 1 7 ,8 1 7 ,3 1 6 ,8

3 ,4
1 6,6 20,1 1 8 ,7 20,4 9, 1 5 ,5 8 ,5

2 ,7 2,3 3 ,3
Partido Popular Cristiano
2 ,0 4 ,0 5 ,3
Independientes

1 3 ,6
2 ,5 1 ,6 0 ,5
Partido Progresista ( tipo poujadista )

1 ,)
)
1 5 ,9 1 4 ,6
Otros 3,1 1 ,9 0 ,3 1 ,4 0,6 0 ,4 0 ,4 1,1 2 ;5 0 ,2 0,9

* Partidos que han tenido importan cia a lo largo de todo este


período.
1 92 Giovan ni Sartori 'Parti dos y sistem as de parti dos
193

Au nque resulta prematuro , como nos enseña la experiencia holan­ Bajo s, Dina marc a y Nor uega no pert
enec en al tipo pola rizad o . Los
des a , reclasi ficar y extraer conclusiones a partir de sólo una elección , . caso s dudo sos conf orm e al crite rio num
érico deja n de serlo cuan do
la inspección preliminar de nuestra lista de países sí revela que los se aplic a el crite rio ideo lógic o . Los
indi cado res de cont rol disip an
sistemas de partidos congelados se encuentran ante un serio desafío , toda duda acer ca de Suiz a y seña lan solam
ente un com ienzo de pola ­
pues es de suponer que los pa í ses nórdicos se limitan a preceder lo rizac ión en los otro s tres país es .
que va a ser una tendencia más general . En todo caso , y por el mo- Que da otro país que merece una aten
rmen to , ,.�1 pripcipaL prqblema es el de cómo . dec.idi0 Jos países
ción prel imin ar y , de hech o,
espec ial : I srae l . I s rael es un caso de
lo más dudo so, y ello perfec­
Jrqf}t:!J':() � ( pqr lo que respecta a la clasificación L e.:_�e�o tame nte apar te de que se trata de un micr
)'

ocos mos de toda s las com ­

/ ' �pliquemos _inm�dj_a_tam_�.DJ:� la _ vªx.iªQ.l�._.dLco.ntrol : . 1ª distancia�


pertenecen , al tipo del pluralismo polarizado .-. pleji dade s conc ebib le s . Supe rfici alme
nte -es to es, si se sigu en las
bre y reco mbi naci ones de su s
-

inces ante s escis ione s , cam bios de nom

E.Jl._.9o!!!1l:ü , ...sLolvida ..uoo,Jo.s._.nombte.s._dc.:: Jm;_., P.ªtlLd.Q


( .i�Q!Q�. Conforme a ese criterio , se ve inmedia tamente que Suiza ) part idos- pued e pare cer que el siste ma
israe lí, hast a la fech a , es
uu.�s...r.eS.Yltados .de.!;1ota1.�u;
pertenece decididamente al tipo del pluralismo moderado . Lo mismo fluido .
s
�n t ro-c!�te�h�-- ;y,,_religios.Q:= �t-.hª
cabe decir, aunque en menor medida , de los Países Bajos . La frag­ .n�t!JlD.9s;
.

t�A...8
.

·
__
LtªQlll,Q�-�:::::j �q.uie.r.da ,
men tación de partidos de ambos países refleja una segmentación, no lJL.h!!líLlab le �.§.tabili�.Q_t;�Q e
. 1
..ge r íodo .!,�±2.J2Z.L E.;l gr.upQ.,j�gy!�J:c!l�_tíl�ci�.J;Lattido.s. ( cuyos princi­
l.Ot
una polarización . En especial, Suiza parece el país más despolitizado
__
. . ..

nte A vodah, esto es, el par­


de todo el grupo , es de suponer que porque lqs cantones siguen pale s compone ntes son Mapai, actu alme
..

marxista ) ha exhib.idq , )nt�S. H�.J ll��el


tido labo rista dom inan te, y Map am,
ecciones .de_.l9.:ZJ v.ari ac.iones
siendo el cen tro de gravedad de la política suiza . Desde el punto de más próx imo al socia li s mo

-9 . _qg_� _ P.1IDJQ.LJ,k .llº-tce.ntaj.�- ·--·P.ºL


vista nacional , el sistema suizo de partidos es s u mamente flexible
y descentralizado : el centro federal « administra » y deja q ue las
5kLYmbr.�l. c!�L.2Q . J?-2LJ.QQ.�.}�L.gxup.o de. PfJrti99s .ill
�t.d ep·�-�
..
...

-�J.1f.Í
�_:g��E.2L.<;t�b.;!i,Q�
.....

f�D.trocder e.cha
�u� pi v<?!�<:-. $!� el _. Hf�t.'L J?.!lE�l<.igA� cle. re�b a = ha sido algoolllás,ines ­
.•.

cuestiones políticas se debatan y se decidan en la periferia 3R . En �k


pexo= osdlándo (ante&.. de - 1-973) en torno al. -25
cuanto a Dinamarca y Noruega , es muy posible que a mbos países se
..

. po;:J110�" Y la
...

__

t,ii..Qk,.::
�t � !!9�9....9� JQ� r��¡¿J.!.a.c!gs. <:!e.J. gt4PJ:? de.� p.artidos .religiosos -es.-SOJ;
es tén aproximando a una fase de semipolarización , pero resulta
demasiado pronto para decirlo, y el hecho es que de ninguno cabe
..

P/�d$!]21e. sQI;>Ee. tq_sf9 si s.� ti�ne ,en .cuenta. que el. número-de .v.o.tª!
a i
. . ..
...

­
Lt�s ¡
decir que haya dado muestras , hasta ahora , de poseer partidos anti­
de _l,.t
.. .. . . ...

h a_=lJ!:!IJ2!:!?.!�<.i.o $!12 J 1.4 s c!�.l -�üe!�,J 11Q,Q9 0 J;p J.94 9 y . m ás


..

�nes en�l-97 3 ). , . ...


.•.. •.

sis tema importantes ni una competencia centrífuga . La extrema iz­


..

quierda danesa ( comunistas , socialistas de izquierda y Partido Socia­


1 . mi-�/
lista Popular ) nunca ha superado el nivel del 12 por 1 00 . La extrema sin emb argo , en gran part e las sum as simp lifican ·

izquierda noruega , que surgió en las elecciones de 1 9 7 3 con la eti­ cues tión . Los resu ltad os s uma dos son dem
asiad o la
cons ecue ncia de una cole cció n
queta de « Alianza Electoral Soci alista » , logró el 1 0 por 1 00 de los sum ame nte frag men tad a , prol ifera nte
votos y ubtuvo 1 6 escaños ; desde entonces se ha di vidido y ha
y tend iente a la escis ión de
part idos que no sólo son muy hete rogé
neos entr e sí, sino que adem ás
entrado en decadencia . Si se tiene todo en cuenta , Suiza , los Países está n muy fracciona lizad os al nive l subp
artid o ( con una fuer te rai­
gam bre de com padr azgo y clien tela
) . Tom emo s el cam po relig ioso .
cipa l part ido relig ioso ( Mizra­
Den tro d e una mism a relig ión , e l prin
chi ) in terv iene en la m ayor part e
cracy: A Study o/ Norway, Princenton University Press , 1 966 , sigue siendo un
38 Los mejores análisis recientes de Suiza se han hecho bajo el tema de de las coal icion es ( y se ha con ver­
estudio monográfico de gran valor teórico .

la democracia consociacional ( infra, 6 . 3 , y notas 73 y 8 2 ) . Se dispone de una tido , tras las elecc ione s de 1 9 7 3 ,
en el part ido de coal ición más
visión panorámica en el cap. 9 de European Political Partit!J: A H(mdbook, cort ejad o en tre la Alia nza y el Liku d),
mien tras que Agudat Isra el
1 95 2 , vien e negá ndos e a com par­
comp. por Stanley Henig, Praeger, 1 969 . Mejor todavía, véase Roger Girod , tiene un orig en anti sion i s ta y, desd e
«Geography of the Swiss Party System » , en Allardt y Littunen , Cleavages, ldeolo­ tir las resp onsa bilid ades gube rnam en
de unid ad naci onal de 1 96 7 que inici
gies and Party Systems, op. cit., págs . 1 32 a 1 6 1 , y su artículo <<Le Systéme tales ( ni siqu iera en el gobi e rno
des Partís en Suísse » , en RFSP, diciembre de 1 964 . Véase también Jürg Steiner, ó la « guer ra de los seis días » ) .
Com a- prim era apro xim ació n , cabr ía
]ahrbuch für Politísche Wíssenschaft, 1 969, págs . 2 1 a 40 , y E . Gruner , Dit
« Typologíesierung des Schweizerischen Perteiensystems » , e n Schweizerischen deci r que Israel com bina la frag ­
men tació n y el mu tico nfes iona lism o
de los País es Bajo s con la pol iet­
Parteien in der Schwaitz, Francke , 1 9 6 9 . G. A . Codding, The Federal Govern­ nicid ad de Suiz a . · Pero ésa no es más
Los Pa rtido s Prot esta nte y Cató lico
ment of Sweitzerland, Houghton Mifflin , 1 96 1 , sigue siendo una visión pano· que una prim era apro xima ción .
rámica útil . de los País es Bajo s pued en in tro-

7
Giovanni Sartori Partidos y sistemas de partidos 195
194
elect orale s agreg ados 1 949- 1 9 73 duci rse en el continuo izquierda-derecha , mientras que los partidos
CUA DRO 7 .-Is rael: Resu ltado s
religiosos judíos representan uno de los pocos casos de multidimen­
1 949 195 1 1 9 5 5 19 59 1961 1 965 1 969 1 9 7 3 sionalidad i rreductible, porque su fin supremo es ampliar la esfera
de los con troles religiosos . Añádase que la religión desempeña , en la
política israelí, un papel contradictorio , o por lo menos ambiguo . Por
Part ido Unido de los T raba · uha parte, a lo largo de dos mil años de Diáspor a , los judíos han
j ador es : Map an mantenido su identidad sobre bases religiosas . Por otra parte , la pre­
Part ido Labo rista : Map ai sencia de partidos auténticamente confesionales se contradice con el
( Avo dah desd e 1 968 )

potencia , la fisura más divisoria de la sociedad israelí 39 .


Unid ad del Trabajo : Ach dut 46 ,2 39 ,6 carácter modernizador del nuevo Estado y representa , al menos en
50 ,4 49 ,8 47 ,6 5 1 ,3 48 ,8 5 1 ,2
Avo dah ( 1955 - 1 96 1 )
List a de los Trabajad ores : S i pasamos a l a otra comparación , s e v e rápidamente que Israel
Rafi ( 1965 ) 1

Maarah ( 1 969 y 197 3 ) 2


es, de hecho , más p rofundamente poliétnico que Suiza . Claro que los
Alin eación-Coalición
( aunque respeta el árabe ) como idioma nacional unificador . Pero hoy
suizos hablan tres idiomas , mientras que I srael ha adoptado el hebreo
List as Arabes Afili adas
Libe rales I ndependi ente s 3 ,8 3 ,2 3 ,6 día las « n aciones » suizas están más adaptadas las unas a las otras
( a part ir de 1 965 ) 3
Estado nuevo y de inmigrantes . Pero el cri sol israelí no ha resultado
que las « tribus» israelíes . Ello es comprensible , porque Israel es un
Part ido Progresis ta ( hast a
1 95 9)
Sion istas Gene raks ( hasta tan eficaz como se esperaba . La población de Israel está formada por
1959) dos grandes grupos étnicos y culturales : los Ashkenazim ( en un prin­
Partido Libe ral ( 196 1 ) 4

Cent ro L i b re ( 1969 ) 6 ruso y americano , y los Sephardim ( en u n principio , los españoles ) ,


20 ,8 26 ,0 27 ,2 24,2 27 ,4 2 1 ,3 26,0 30 ,2 cipio, los alemanes ) , que comprenden a los judíos de origen europeo ,
Lista del Estado ( 1 969 ) 5

Part ido de la Libertad : muy confundidos con los orientales que proceden de los países medi­
Heru t ( 1949 -196 1 ) terráneos , el I rak y el I rán . O sea , que estas tribus no sólo pertenecen
Coal ición G ahal ( 1 96 5 a diferentes culturas , sino también a un tiempo histórico diferente .
y 1969 ) 7

Liku d ( 197 3 ) 8 consolidando una subcultura sefardita-oriental en oposición , o por l o


Coal ición del Fren te : Son , por así decirlo , asíncronas . Y no se funden . Si acaso, se está

Parti do Relig ioso Nacional : menos en contraposición , a la cultura occidentalizante 40 .


" Mizrachi 9 Conforme a las explicaciones que preceden , sería muy sorpren­

partidos muy fragmentado . O sea , que , sin duda, I � rael pertenece a


Relig ión Orto doxa : Agud a! 1 2 ,2 1 1 ,9 1 3 ,8 1 3 ,6 1 5 ,4 1 4 ,0 1 4 .7 1 2 ,5
Israe l ( desde 1 96 1 ) dente no encontrarse con una sociedad fisurizada v un sistema de
Trab ajado res Ortodoxo s :

39 O b sé r v ese que los resultados no miden la importancia de la religión .


Poal ei Agud at ( desd e 1 96 1 )

4�
F rente de la Tnra h ( hasta
1 9 59 ) 1 0 4 ,5 2� 4� 3 ,4 3� Los que practican su religión representan aproximadamen te el 20 por 1 00 de la
Comunista 1 1 3 ,5 4 ,0
8 ,3 6 ,9 8,1 4 ,2 6,3 6 ,0 9 ,3 población , y el atractivo de las memorias y del simbolismo religioso;; sigue

es pecia l m e n te Gu tmann , infra, nota 4 3 .


13,1
Otros siendo muy fuerte en , por lo menos , la m i tad de la población de I srae l . Véase

Map am, Map ai, Achd ut Avod ah, Rafi. 4 0 N o h e tenido e n cuenta a la población árabe , que representa una sexta

3 Part ido centr ista que no


Escis ión Map ai de Ben Gurion. 2 ido
l ni en Liku d, sucesor del Part

on. 6 Esci sión


1
ingre só en Gaha parte , aproximadamen te , de la población total ( unos 500 .000 árabes frente
sioni stas gene rales . 5 Escis ión a 3 m i llo ne s de judíos ) , porque el voto árabe está dividido. Así, las llamadas
tas de los

total ) han apoyado siempre a las coaliciones encabezadas por M apai. En cambio,
Prog resis ta. 4 Fusi ón de los progresis
y

Rafi , es decir , segu nda escis


ión de los segu idore s de Ben Guri Listas Arabes Afiliadas ( que recogen la m i tad aproximadamente del voto árabe
ro Libr e y del Estado .

9 Desd e 195 1 , actua lmen te Mafdal, recib H aMizrach i. 10 En 1 949 , Tora h com­
al. 8 Lista Gaha l, Cent

Landau , The Arabs in Israel: A Política/ Study, Oxford Universi ty Press , 1 969 .
Heru t. 7 Bloq ue Heru t y liber ye
e dos terci os del voto religioso e inclu el otro gran bloque de votos árabes lo reciben las listas comunistas. Véase J ack

, 'y en las tres elecc iones sigui entes Esto no significa, sin embargo, subestimar la futura importancia de la pobla­
Poel

ción árabe , cuya tasa de crecimiento es más al ta -de n t ro d<? las f ronteras
un segm ento de traba j adores, el Ha los dos
p r end ía todos los partidos relig iosos
existen tes- que la de la pohlación j u d ía .
ido en dos : Mak i ( M oked en 1 97 3 ) , que
parti dos ortodoxos . 1 1 Desd e 1 965 divid es pro árabe .
do Comunist a, que
es pro I srael , y Rakac h , el nuev o Parti
Giovanni Sartori Partidos y sistemas d e partidos 1 97
196

exhibe las prop ieda�es del


ficativo de las�- elecciones de diciembre de 1 97 3 no fue el debilita­
sorpresas y las ilusiones engañosas de octubre, el aspecto más signi­
la clase del plur alism o extremo . Pero no
imagen están muy pres ente s
tipo : no está pola rizad o , aunq ue en la
las tens ione s y las cond icion es de una evol un país peq ueñ o y cer­
ució n pola rizad a . Sin em­ miento de la Alineación encabezada por la primera ministra Golda

por 1 00 . Cabría decir todavía que los resultados electorales de 1 9 7 3


Meir, sino que el bloque de oposición Likud sólo pasó del 2 6 al 3 0 ,2
el es
y
barg o , lo mon eda tien e otra cara : Isra
está expu esto a abru mad oras ame na­

han establec ido un mod us


cado que luch a por sobr eviv ir señalan · la aparición de una oposición considerable y unificada y , por
para r a I srae l con Finl andi a ,
zas exte rnas . A este resp ecto , cabe com tanto , una posible tendencia hacia un sistema basado en coaliciones

vive ndi con la Uni ón Sovi ética , mien


salv o que los finla ndes es enti ende n que alternantes. Sin embargo, a mi juicio, esa tendencia tendrá que espe­
tras que los israe líes sigu en
la guerra de Yom Kippur puede liberar a Israel de ser un prisionero
ienc ia de su vuln erab ilida d . rar acontecimientos nuevos y todavía más traumáticos . Ni siquiera
tenie ndo , y de hech o cada vez más , conc
coal esce ncia se conv ierte n
En esta s circu nsta ncia s , la solid arid ad y la expl icar por qué I srae l , tanto de su pasado j udío distante como del más reciente . La paradoja
para
en cosa s nece saria s . Y quiz á bast e esto
morias inmemoriales, y ii ) preestablecido antes de su estableci miento
ad polí tica de tipo « mod e­ de Israel es que se trata de un nuevo Estado : i ) fundado sobre me­
pese a su frag men tació n, es una com unid
pola rizad o ) . Pero Isra el es
rado » ( esto es , no pola rizado o sólo sem i
más sui generis que todo eso . para Palestina configuraron el futuro Estado de Israel durante el
. oficial en 1 948 . La Organización Sionista Mundial y la Agencia Judía

mandato británico a partir del decenio de 1 9 2 0 . Mapai es el partido

��t��ªE��}pf�l������Ji���if;ªv
le sean aplic able s mis « pred ispos icion es mecá
de que difíc ilme nte se pued e clasificar a
nicas » . Pers iste el hech o
Israe l en ning ún tipo . Si
·
nista, y no es ningún misterio que la corriente de recursos financieros
dominante de Israel porque era el dominante en la Organización Sio­

y humanos de la Diáspora a Palestina fue muy selectiva y que de


hecho discriminó contra los grupos políticos disidentes 42 • La clave

las fuerzas exógenas que primero crearon el nuevo Estado y después


lar que no disp one de las principal para comprender el caso de Israel se halla, por tanto , en
bien no está pola rizad o , tamb ién cabe seña
ante ( Map ai nunc a ha
polít ica mod erad a ; · tam­
coali cion es alter nativ as que caracteri zan a la influyeron en la forma en que su comunidad política se iba trazando
poco e s Israe l un siste ma de part ido pred omin el aspe cto más mis­
debe a que Israel no puede explicarse desde dentro de IsraeL El
. Así , un rumbo. Si Israel es un caso que induce a tanta confusión , ello se
obte nido más del 4 0 por 1 00 de los voto s )
r tant os part idos , carece
terio so del mod elo israe lí es que , pese a tene
gencia fantásticamente intrincada de presiones cruzadas históricas y
polo de izqu ierda 4 1 • Hoy nuevo Estado es resultado de, y se ve configurado por, una conver­
de un polo de cent ro en cont rapo sicón a un
en deci r que teng an una
con el 5 por 1 00 de los
día, sólo los liber ales inde pend iente s pued externas . Cuando nació el nuevo Estado ya se habían asignado las
posi ción de cent ro , pero com o sólo cuen tan «proporciones » , y existen unos mecanismos proporz muy complica­
polo de cent ro . Una expl i­
voto s , difíc ilme nte cabe perc ibirl os com o realm ente -au nque dos para asegurar su mantenimiento ( como confirma la estabilidad de
nes
cació n de este extr año vacío es que quie
ningún otro momento, de recursos y apoyo exteriores, y es la ame­
el siste ma , los part idos que los resultados electorales ) . Además , Israel depende , más aún que en
sólo sea en pote ncia- pued en camb iar ierda a una coal i­
a la izqu
·pued en pasa r de una coali ción orie ntad a
M izrac hi ) . Pero con tinúa , sino también las semillas de una Kultu rkam pf entre lo con­
dese mpe ñarí an el « pape l del naza externa la - que no sólo contrapesa su Diáspora interna , que
ción orie ntad a a la dere cha , con lo que el
cialm ente
cen tro » , son los part idos relig iosos ( espe fesional y lo secular. Y en tal caso, de poco vale tratar de introducir
Has ta 1 9 7 3 , los resul tados elect orale s israe líes pese a su fragi ­
esa expl icac ión no bast a . no suge rían nin- a Israel en uno de los modelos que se desarrollan en las comunidades
polít ico pare cía , políticas que se cuidan de sí mismas . Israel es , decididamen te , un
guna tend enci a defin ida . El siste ma caso aparte que debe en�enderse como tal 4' .
men te cong elad o en su
lidad nom inal y a sus man iobra s , com pleta
La guer ra de Yom Kipp ur llegó
estad o exce pcio nal de equi libri o . 42 Véase Dan Howowitz y Moshe Lissa k , «Authority Withou t Sovereignty :
refor zó los moti vos de coali ción , por
como un shock y , sin duda , The Case of the National Centre of the Jewish Community in Palestine», en
. Sin emb argo , ante las
encim a de las tend encia s a la segm entación GO, invierno de 197 3 .

ia espac ial infra , L O A (y nota 7 1 ) .


43 Acerca de I srae l , véase Benjamín Azk i n , « The Role of Pilrties i n I s raelí
Democracy» , en JP, noviembre de 19 5 5 ; Amitai Etzioni , << Alternative Ways
4' Así lo señal a el mode lo de competenc
198 Giovanni Sartori Partidos y sistem as de partidos

ce ntr í fu g a s son evide ntísim as en todo el período


199
�Así , nos quedan seis casos, es decir, seis países que investig�r , en la decad encia de
como comunidades p011 t icas polarizada s . Estos países se . ordenan con­ los progresista s de centro-izq uierd a ( DDP ) y
�_Lyp SJ..S.f{Ql� oe P�Y5iCI:Kté.ii9i"l?" LQ1Ü.Q!Ü;liid �[ tfpo
de su contr apart ida de

X
« pillo» . centr o-der ech a , el Parti do Popu lar ( DV P ) , ambo
ia con ref e ­
s de los cuale s acaban
b:�LJ.Q.§..PJ'im�x.os�_qu.e�J;.!1tr!;l.!l .§.9!LW.� .m.ªr Llt.�Jl�. .
. . �
�E�. � ( por desap arece r 44 .
rencia e specífica a la IV R e p úb l ic a ) . Q�_i_l��a. �E--��!i_r!_t;> _lug,ªr _ deb ido
�jiJ,\� ..PJ�f.Pliª.rlsll:l.��§. . I?�é��JJ_ s-�.v iene. Finl andia .. en .Qrael)��4�
i.luitra ­
dad. !;.Q,SY.l!P!Q..>�? E?.{?a,;!}.a. ( 1 9 3 1 - 1 9 3 6 ) , �qlo s e incluye�COJUQ.�
_
__

Q�oxim i­

el experi mento español fue


CUAD RO 9 .- l talia: Resultados electo rales 1 946-
1 9 7 9 (Cáma ra Baja)
!;,ÍS?!l . l:l9isism al , con a advertencia de que
l
c a ó tico y demasiado breve .
1 946 1948 1 9 5 3 1 958 1 963 1 968 1 972 1 976 1979

1 22,6 22 ,7 2 5 ,3 26,9 2 7 ,2 3 4 ,4 30,4


B .-República de W eimar: Resultados electorales ( «Reichstag»)


CUADRO
Comun istas ( PCI ) 1 8 ,9
í
Mayo Dic.
1 9 1 9 1 920 1 924 1924 1928
J ul . Nov .
1 9 30 1932 1932 1 9 3 3 Social istas 20,7
3 1 ,0
t �
-
1 2 ,7 1 4 ,2 1 3 ,8 9 ,6 9 ,6 9 ,8

-
Sociald emócr atas
1 4 ,5
- 7,1 4 ,5 4 ,5
1 8 ,0 6,1 5,1 3 ,4 3 ,8
Socialistas I n d . 7 ,6 Repub licano s 4 ,4 2 ,5 1 ,6 1 ,4
2 ,0 1 2 ,6 9 ,0 1 0 ,6 1 3,1 1 4 ,6 1 6,9 12,3 Demócratac ristian . ( DC )
1 ,4 2 ,0 2 ,9 3,1 3 ,0
Comunistas 3 5 ,2 48,5 40 , 1
Partido Demócrata 2
26 ,0 29 ,8 24 ,5 2 1 ,6 20 ,4 18,3 42 ,4 38,3 39,1 3 8 ,8 38 ,7 38,3
Socialdemóc ratas 1 37 ,9 2 1 ,6 20 ,5 Liber ales 6,8 3 ,8 3 ,0
6 ,3 4 ,9 3 ,8 1 ,0 0 ,9 3 ,5 7 ,0 5 ,8 3 ,9 1 ,3 1 ,9
1 8 ,6 8 ,4 5 ,7 1 ,0 Moná rquic os 2 ,8 2 ,8 6,9
1 3 ,6 12,1 1 1 ,8 1 2 ,5 1 1 ,9 1 1 ,2 4 ,8 1 ,8 1 ,3
Centro ( católicos) 1 9 ,7 1 3 ,6 1 3 ,4 Neofa scista s ( MS I ) - 2 ,0 5 ,8

- -
10,1 8 ,7 4 ,5 1 ,2 1 ,9 1 ,1 4 ,8 5,1 4 ,5 8 ,7 6,1 5 ,3
Partido Popular 3 4 ,4 1 4 ,0 9 ,2 Otros 1 1 .2 2 ,3 2 ,8
1 9 ,5 20 ,5 1 4 ,2 7 ,0 5 ,9 8 ,8 8 .0 1 ,7 1 ,2 5 ,9 3 ,8 3 ,4 7 ,5
Populares N acionales 4 10,3 15,1
Nacionalsocia listas s 6 ,6 3 ,0 2 ,6 1 8 ,3 37 ,4 3 3 ,1 43 ,9
Otros 1 ,5 7 ,3 12,1 1 1 ,5 17,1 1 7 ,0 5 ,8 . 6 ,0 4 ,3

pe I talia ( cuadro 9 ) ya se ha habla do detall adam


ente 4 5 • En este
caso , parec e que sólo merece la pena desta car dos
� y en contr aste con �-�i!!!�E· _ la�, fl���l�neu::lectQtales .it�1]1
SPD ; 2 DDP ; DVP ; .4 DNVP ; Partido Nazi .
aspec tos . �
1 3 s

��l! LE�.'l�:� as, .R���J!_t ef@:<:_� ��.�..!�� te . .. H asta 1 9 7 5 ,


�.Effie ncia de Weimar ( cuadro 8 ) revela dos e -
Íugar ' y durante todo e l tiempo e sú''éxisten­
ario de fluct\:laaén-tle--las.. yotaciooes 1;2artid.is­
_
_

principales : en primer
cia , \l..n grado 44 Las obras clásica s sobre la Repúb lica de Weima
n ..€
del Zentrum católico ) , y.....&-�de
r son Karl D. Brache r,
extraordin
Die Aufloe sung d e r Weima rer Repub lic, 3
." ed . , Ring Verlag ,
.lugaL�
.ta.L( co la única excepción
abrumadora mente izquierdista � Eyck , Gesch ichte der Weima rer Repub lic, 3 ." ed 1960, y Erich

que se con�írtíúeñ-tiñ augeoe�t.a


orientación � -eñ . , Erlenbach , 1 962, 2 vols .
--"fiiT2-IL. Las tendencias Gergar d Loewe mberg anali z a clara, aunqu e brevem
en perspe ctiva en «The Remak ing of the Germa n
ente, el sistem a de Weima r
Party Syste m » , en Polity, l .
1968 , y ahora en el cap . de Derek Urwin e n Rose,
comp., Electoral Beha­
to Democracy : The Example of I srael » , en PSQ, junio de 1959 ; Emanuel vior, cit . , págs . 1 1 8 a 126. Véase asimism o
Charles E. Frye , « Parties and Pres­
E. Gutmann, « Sorne Observations on Politics and Parties in Israel » , en I ndia sure Group s in Weima r and Bonn» , en WP, I V ,
1965 . Los resul tados electo­
Q uarterly, enero·marzo de 1 96 1 ; Scott D . Johnston , «Major Party Politics in rales se ha!Jan en E. Faul, comp. , Wahle n und Wiihle
r in Westd eutschl and, Ring
a Multiparty Systern•> , en Il Político, I I , 1 965 ; S. N. Eisenstad t , I sraeli Society, Verlag , 1 960. En Gurr y McCle lland , op. cit. (supra
, nota 2 5 ) , Alema nia obtien e
Weidenfeld & Nicolson , 1 967 ; Leonard J . Fein , Politics in Israel, Little , una magnit ud total de ilegitim idad de 1 9 , 3 , supera

e n GO, otoño de 1 968 ; S . Clement Leslie , The Ri/t i n Israel: R eligious Autho­
da sólo por Españ a ( 1932-
Brow n , 196 7 ; Martine Seliger , «Positions and Dispositions in Israelí Politics» . 1936 ) , con 22 ,0 ( pág . 40 ) .

Difficile Gover no, I1 Mulin o, 1972 ;


45 Supra, 6 . 1 . Véanse interpr
etacion es distintas, o más amplia s, e n Galli ,
rity and Secular Democracy, Routhedge & Kegan Paul , 1 97 1 ; E. Gutman n , Il Bipart itismo Imper fetto, op. cit . , e Il
«Religion in Israelí Politics» , en J acob M . Landau , comp . , M a n , State and Germi no, Passigli , The Gover nment and Politic
s of Contem porary Italy,
Society. in the contemporary Middle East, Praeger, 1 972 ; Khayyam Z . Paltiel , op. cit . ; P. A. Allu m , Italy, Repub lic Witho
ut Gover nment ?, Weide nfeld & Ni­
«The I sraelí Coalition System» , en GO, otoño de 1 97 5 . Deseo expresar mi agra­ colson , 1 97 3 ; Cavazza y Graub ard , comps . , Il Caso
Italian o, op. cit. Véase
decimiento al profesor Landau por sus consejos y por haber comprobado mis asimism o el próximo libro de Di Palma , Decisi on
and Repres entatio n , cit. , es­
cifras . pecialmente el cap . 6.
Sartori o o
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sino en las de polí tica « co ns­


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blica y la desl egit imizó com o régi men asam


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ión eh dos vuelt as t; U ""' u (1)
4 6 Véas e una evalu ación
gene ral de los efect os de la rotac � e =' t; :.:::

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pág s . 195 a 22 1 .
1 2
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47 Hay m u chos estud ios sobre


tico e Siste mi Elett orali , cit -.o ·- os

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en Fisic hella , Svilu ppo Dem ocra

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emb argo , véase N . Leite s, On 0::::

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el punt o de vista teóri co . Sin
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J acqu es Fauv ..:t , La IV·· Répu
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U n ivers ity Pres s, 1 9 5 9 ; """
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fíes in Fran ce, Stan ford

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ed . , Meth uen , < . '::l C1' -.o"

1 9 5 8 , y The Fifth Fren ch Repu


ch Repu blic, 2 ." .-e

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s , The Four th Fren N N .-e N

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bliqu e, Faya rd, 1 9 59 ; D. P ickle Duv erge r , La <lJ
blic, 3 ." ed . , Meth uen , 1965 ; M. 0::::
ed . ) , y La VI Répu ­


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( 4 ."

-o ; :;E g. -
Univ ersit aire s , 1 968 el.
Cin quié me Répu bliqu e, Pres ses
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id i s , «Fra nce » ,

Fran ce, 1 946-


iel, Faya rd , 1 960 ; Roy C. Macr
0:::: Ir\

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bliqu e et le Régi me Prés ident
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ms-E urop e, Pren tice­ .....

Parli amen t, i 9 58-


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s . , Mod ern Polit ical Syste

p.. ..o[ r-.,


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e n Mac ridis y R . E . W ard , comp

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Parli amen .
Hall , 1 963 ; Dun can Mac Rae ,
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.... o 8 <lJ 8
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67, A l l e n & Unw i n , 1 968 ;


; P . M. W illiam s , The Fren ch

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E �o -� t:¡v O:::v: E<lJ
1 9 5 8 , St. Mar t i n ' s Pres s , 1 967

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ce, Littl e Brow n , 1 969 .

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in Fran

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S. Ehrm an n , Polit ics · �

lot , L'U . N . R . , 0::::


te más impo rtant e es : Jean · Char
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Acer ca de los gaull istas la fuen

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and the Part ies


Gaul liste, Faya rd , 1 9 7 0 Vl

Col ín , 1 967 , y Le Phén om éne

o >< � ·e oe
E
o ...
E 8 o
bli c a . En cuan to ...

.lcl o .S
a de la Cuar ta Repú ·- u..
útil acerc

de
más

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vista , el texto de MacR ae es el

i n t h e Fren ch V Repu blic» , U Ví O:::: U U c...? O


i ncen t Wrigh t , « Pres ident ialism · ti)

a obra s más recie ntes , véase V .....


""O ��> ::l
en G O , i n v e rn o 1 97 5. �
P. � uZ�
Partidos y sistemas de partidos 203
Giovan ni Sar tori

n · de que el RP F ( Ras sem ble


202
me nt du Chile , cuyos resultados electorales se exponen en el cuadro 1 1 ,
así pod ría pla nte ars e la obj eció s ent ró en el plantea en medida todavía mayor el mismo problema que Francia :
Peu ple Fra n(a is ) que dó
inc orp ora do en el sist em a, pue
ón nac io­
iel y, des pué s , en la gra n coa lici
gob iern o de coa lici ón de Lan
CUADRO 1 1 .-Chile: Resultados electorales 1 94 .5- 1 9 73 (Congreso)
uni stas ) ,
que tambié n vot aro n los com
nal de Me nde s-F ran ce ( a la yo de 1 9 5 3
chi na . Sin em bar go , en ma
que pus o fin a la gue rra de I ndo lea ltad hac ia ( PCCh ) Cristiano-
dip uta dos del RP F de su
De Ga ulle h abí a libe rad o a los
Comunistas Socialistas Radicales demócratas Liberales Conservadores
y Me nde s­
coa lici one s de Lan iel , Ma yer ( PS ) ( PR ) ( PDC ) ( PL ) ( PCU )
él , y el RP F par tici pó en las ad Eu ­
ent al de tor ped ear la Co mu nid
-
Fra nce con el pro pós ito fun dam s de la
-
ella , a los par tido s eur ope ísta 1945 1 0 ,3 . 1 2 ,8 20,0 2 ,6 1 8 ,0 23 ,6
rop ea de De fen sa y , jun to con
-
ica . P.or tan to ,
icab an con la IV Rep úbl 1949 9 ,3 2 1 ,7 3 ,9 1 8 ,0 2 2 ,7
« terc era fue rza » que se ide ntif Ga ulle y de 1953 14,1 1 3 ,3 2 ,8 1 1 ,0 10,1
llis tas tra icio nar on a De
resu lta jus to dec ir que los gau ta que
1957 1 0 ,7 2 1 ,5 9 ,4 1 5 ,4 1 3 ,8
efe ctiv ament e en el sist em a has
hecho no que dar on inc orp ora dos Soc iau x ) PS PDC PR PL PCU
a de RS , esto es , Rép u blic ain s
PCCh
ent raro n ( con la nue va etiq uet se� , en tod o mo ­
o de 1 9 5 5 . Sea com o
en el Ga bin ete Fau re de feb rer el par tido
mi arg um ent o se cen tra en
1 96 1 1 1 ,8 1 1 ,1 1 5 ,9 22 ,2 1 6 ,6 1 4 ,8
me nto he pue sto de reli eve que ent re el 1 965 1 2 ,8 1 0 ,6 4 3 ,6 1 3 ,7 7,5 5 ,3
elec tor ale s , y que la dis tinc ión
elec tor al y en los res ulta dos · inv isib le )
el parlam ent ario ( a me nudo PS PCCh PR PDC PN
par tido elec tor al ( vis ible ) y
o de 1&
mo tuv o una
mi mo do de ver , el gau llis
tien e mu cha import anc ia . A
ide ntid ad y des em peñ ó su imp
ort ant e pap el , a tod o lo larg 1969 15,1 1 6 ,6 1 3 ,4 31,1 20,9
el elec tor ado
IV Rep úbl ica , úni cam ent
e com o par tido elec tor al que PS Rad.
dip uta dos
con ceb ía . De ahí que si los MAPU PCCh Dem .
per cib ía com o De Ga ulle lo n de la AR S
nte ( pri me ro con la sec esió Izq . Crist. API PR PDC Izq . Rad. PN
del RP F rev irti ero n gra dua lme
2 2 ,7
9 5 5 ) a sus
o la b and era de las RS en 1
en 1 9 5 2 , per o por últ imo baj ho de que
ion ale s , ello no alte ra el hec Marzo 1 8 ,7 16,7 3,3 3 3 ,3 1 ,3
prá ctic as y sus lea ltad es tra dic , com o con firm a 1973 1 ,3 1 ,3 0 ,7
un vot o ant isis tem a
el vot o gau llis ta pre ten día ser lam ento del
0,7
a los mie mb ros del Par
per fec t am ent e lo que ocu rrió
00 ) .
tico ( del 2 1 ,7 al 4 ,3 por . 1
baj ón drá s-
en las ele ccio nes de 1 9 5 6 : un
Cu erp o RP F-A RS -UR AS -RS FUENTE ( hasta 1969 ) : R. H . McDonald , Party Systems and Elections in

IV Re púb lica con la V, es que


por el que Latín America, Markham , 1 97 1 , pág. 1 3 4 . En 1 973, el frente de la Unidad
Co n las ma tiza cio nes exp res ada s , el pri nci pal mo tiv o Popular -PS , MAPU, PCCh, API- obtenía un 4 2 , 1 por 100 ( un aumento
los gau ­
res ult a dif ícil com par ar a la ción ( CODE ) el 56,2 por 1 00 de los votos. Los porcentajes de 1 97 3 se compu tan
de seis escaños en la Cámara de Diputados y de dos en el Senado) y la oposi­
aba n al sis·
la IV Re púb lica , per o enc arn
llis tas era n ant isis tem a con sid enc iale s
nos has ta las ele cci one s pre
por la asignación de escaños. Los resultados de 1 949 , 1953 y 1 95 7 son muy
tem a con la V, por lo me Repúbl ica . incompletos ( en 1953 se considera que son residuales nada menos que el 48 ,7
est am os exa min and o es la IV
de 1 9 7 4 . Sin em bar go , lo que
Y a est e res pec to , el cua
por 1 00. de los votos ) , pero sigo a McDonald con fines de comparabilidad longi­
ten den cia mu y
dro 1 0 ind ica , en 1 9 5 1 , una ada . Es
tudinal ( la elección de 1 95 3 produjo una efímera mayoría ibañista muy in­
soli dac ión de una pau t a pol ariz quietante ) . Los principales partidos del período 1 949-1957 que no se incluyen
cen tríf uga y, en 1 95 6 , la con un ejé rcit o
hun dió baj o la am ena za de son el PAL ( Partido Agrario Laborista ) y el PSP ( Partido Socialista Popular) .
cie rto que la IV Rep úbl ica se zac ión . Per o PS : Partido Socialista ; MAPU : Movimiento de Acción Popular Unitaria ( es­
cris is exó gen a de des col oni
en 1 9 5 1 y 1 9 56 las opo sici one el 4 2 ,5 por 1 00 del vot o tot al , lo
pre tor ian o y el imp act o de una hab ían obt e­ cisión del PDC ) ; .Izq. Crist . : Izquierda Cristiana ; PCCh : Partido Comunista
s de pro test a y ena jenada
48 y
de Chile ; API : Acción Popular Independiente; PR : Partido Radical; PDC :
Partido Demócrata Cristiano ( desde 1957 ; antes, Falange Nacional ) ; Izq . Rad . :
nid o acu mu lati vam ent e el cris is dif un-
ind icad or elo cue nte de una Izquierda Radical ; Ram. Dem . : Radicales Demócratas ; PN : . Partido Nacional
que ver dad era me nte es un ( fusión de PL-PCU ) ; PL: Partido Liberal ; PCU : Partido Conservador Unificado.
ida d .
did a y pro lon gad a de leg itim
Partidos y sistemas de partidos 205

ces es cierto por definición que Chile y cualquier sistema de pl u ra­


Giovann i Sartori
204

Allen de llegó
¿ Cuán to queda explic ado por el factor const itucio nal ? lismo polarizado tienen un centro . Sin embargo , la relatividad del
itució n , no por una
al poder por los conve ncion alismo s de la Const
Y en esta última perspectiva, la principal lección que se debe extraer
ente por concepto no impide que se pondere su carácter compacto de fondo .
ón del presid
mavor ía electo ral absol uta 4R . Adem ás , la elecci '
suf � agio unive rsal impon e alianz as que -en un sistem a p olariz ado­
presidencial directa con .u na pauta de centrifugación y polarización
de la experiencia chilena es que la combinación de una elección
centra l de partid os e
gener an grand es tensio nes dentro del grupo
la dimen sión izquie rda­
induc en a saltos i deoló gicos acrob áticos en impide que se solidifique un polo de centro, lo cual crea la variante
con los conse rvado res
derech a . Así, los radica les ( PR ) estuvi eron ­ más débil y más indefens a de un sistema inherentemente frágil. Chile
anos o PDC ) al princi
( esto es , a la derec ha de los Demó crata- Cristi estaba especialmente expuesto precisamente porque nunca pudo esta­
la presid encia que ganó
pio de la campa ña electo ral de 1 964 para bilizar y solidificar -.en su estructu ración de partidos- una retro­
rno en 1 9 7 0 ,
Freí ; ayuda ron alvot o de Allen de y entraron en su gobie acción de centro .
y
( COD E ) e n 1 97 3 . E s decir,
y se sumaron a la alianz a anti-A llende Una variable ulterior en la que no hace falta que me detenga
les los demóc rata-c ristian os
que duran te todo este períod o los radica es la variable militar . La t radición ( desde 1 9 3 1 ) de no intervención
y desbo rdánd ose unos a otros
han estado invirti endo sus posici ones había establecido la imagen de un ejército que se quedaba en segundo
manio bras no eran nada nuevo .
incesa nteme n te . Obsér vese que estas plano como guardián de la Constitución , idea que facilitó, psicológi­
encial de Videl a ( PR) en 1 94 6 ,
El caso límite fue la elecci ón presid camen te , la elección de Allende por el Congreso . Pero , en cambio , la
nada . santa que iba desde l a izquie r­
que fue resulta do de una alianz a exis tencia de .un guardián militar condicionó después la actuación del
. Ello implic a que si una posici ón de
da marxi sta hasta los libera les propio Allende . Esto no equivale en absoluto a sugerir que el « lega­
han
centro requie re un « p apel media dor» , ése es un papel que nunca lismo» de Allende fuera algo impuesto, sino señalar, en cambio , que
les ni , despu és , el PDC . El centro que
desem peñad o bien ni los radica el MIR ( el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, de inspira­
polític a chilen a lo consti tuía, de
mante nía unida a la comun idad ción g uevarista ) y su p ropio partido planteaban a Allende exigencias
1 9 3 8 , la derech a sólo eligió un presi­
hecho , la presid encia . Desde imposibles . Pero lo importante es que no se puede generalizar acerca

1 9 7 0 ) , y en ambas ocasio nes


Allend e , en
dente ( Alessa ndri, en 1 9 5 8 ) y la izquie rda sólo a uno ( de la « vía constitucionalista» hacia un Estado marxista a partir de la
sus eleccio nes fueron resulta do de los
experiencia chilena . Aparte de cómo acabó , todo el rumbo del experi­
grupo s . La difere ncia consis tió en que
errore s de cálcul o de los demás mento quedó «dislocado» por un ejército al que recurrían ambos ban­
h acia el centro , mient ras que Allend e
Alessa ndri pudo despla zarse dos , según las circunstancias y con interpretaciones opuestas , como
se caract e­
no pudo hacerlo . El rumbo de la presid encia de Allend e árbitro , depositario o sal vador de la Constitución 49•
tanto , por el « v acío del centro » , que en un
rizó cada vez más , por Pese a todas las variables preceden tes , los resultados electorales
sistem a polari zado es el prelud io de su caída . son muy reveladores por sí mismos . El cuadro 1 1 se subdivide en
a del
En estas condic iones , se pregu nta uno s i la varian te chilen
que dividen , y en él también se intenta explicar -aunque sea de
cua tro partes que explican los diferentes equilibrios de los períodos
os de par­
plural ismo polari zado tenía verdad erame nte -en términ

sito» de la izquie rda a la derech a , y viceve rs a . Claro que


, a un « trán­
tido s- un centro , o si su centro equiv alía , en el fondo
ideológiCa entre radicales y demócrata-cristianos y entre comunistas
inodo muy aproximado- los intercambios en las tomas de posición
si el con­
y �ocialistas . El cuadro también expresa que el espectro ideológico
existe ncia de
cepto de centro es puram ente relativ o y depen de de la
a , en ton-
partid os extern os ( situad os más a la izquie rda y a la derech sufrió grandes ampliaciones al final del proceso . No sólo los socia­
48 En las eleccio nes preside nciales de 1970, Allend e
obtuvo el 36,3 por
listas habían pasado, justo antes de la victoria de Allende y bajo la
muy de cerca ( el 3 4 ,9 por 100, esto es, menos de dirección de Altamirano , a la izquierda del Partido Comunista ( leal
1 00 de los votos , seguido
40 .000 votos de diferen cia) por Alessan dri,
el candida to conserv ador, con a la URSS e insensible a los encantos castristas ) , sino que los comu­
Tomic ( demóc rata cristian o de orienta ción izquier dista) en tercer lugar y un nistas también habían quedado rebasados por su izquierda por el
. Obsérv ese que Allend e ya había estado muy cerca de la
mero 28 por 1 00
de 1958, y que su porcen taje en 1964 ,
victoria en las eleccio nes a tres bandas 49 Merece la pena recordar que el 22 de agosto de 197 3 el Congreso votó

sólo se enfren taba con Freí , fue superio r ( 3 8 ,6) al que le dio la una declaración de «Ínconstitucionalidad» del Gobierno de Allende, lo que
cuando
ucional es , no había
Preside ncia en 1970. En cuanto a las conven ciones constit llevó a la dimisión de los miembros militares del Gabinete y, sin duda, ayudó
negara a elegir a quien hubier a
ningún préced ente de que el Congreso se a legitimar la toma militar del poder el 1 1 de septiembre .

obteni do el primer puesto en las eleccio nes .


206 Giovan n i Sartori Partidos y sistemas de partidos 207

MAPU y l a I zquierda Cristiana , dos escisiones extremistas del PDC . nente . En un largo período, el que comienza en el decenio de 1 9 3 0 ,
Es cierto que estos grupos ( y también la API , la escisión de izquierda con quien mejor se puede comparar a Chile e s con l a I I I y l a IV Re­
de los radicales ) obtenían muy malos resultados en las elecciones , públicas francesas . Pero en el decenio de 1 960 Chile se había ido
pero ocupaban pues tos en el Gobierno y no cabe duda de que tenían pareciendo más a I tali a . En primer lugar, ambos países hallaban su

tenía todavía más importanci a . Y lo mismo cabe decir , más tarde , de


i mportancia . Aunque el MIR no funcionaba como partido electoral, re�pectivo partido pivote en una Democracia Cristiana de centro con

su contraparte de extrema derecha, la organización paramilitar Patria


inclinación hacia la izquierda, de doctrinas e inspiración in telectual

y Ltbertad.
parecidas . En segundo lugar, el Partido Comunista de Chile no tenía
nada que aprender de la « vía italiana al socialismo» que decía To­
Si volvemos a las partes del cuadro 1 1 , el período 1 94 5 - 1 9 6 1 no gliatti : tanto el PCCh como el PCI llevaban mucho tiempo inspira­
es muy significativo por tres motivos : i ) La proscripción ' entre 1 948 dos por la doctrina de la conquista del poder por l a vía electoral
y 1 95 8 del Partido Comunista ; i i ) El auge en 1 9 5 2 de una extraña y por la consiguiente estrategia de unidad de acción con los socialis­

estuvieron divididos , hasta 1 9 5 9 , en dos grandes partidos; el PS y el


mayoría ibañista antipartidist a ; iii ) El hecho de que los socialistas tas y de incorporación de la clase media . En tercer lugar, los socia­
listas chílenos representaban una versión extrema de la « retórica
PSP ( Partido Socialista Popular ) . Por todos esos motivos , la diná­ maximalista» que ha constituido el eterno problema del soci alismo
mica endógena del sistema estaba bloqueada en gran parte . Fue en i taliano . Mientras que el socialismo occidental ha sido muchas veces
1 96 1 , pues , cuando las premisas que venían madurando desde el cismático y desgarrado entre muchas almas , tanto el Partido Socia­
Frente Popular de 1 9 3 8 empezaron a convertirse en operacionales lista tradicional chileno como el italiano han compartido una imper­
a ritmo muy rápido . La primera sacudida fue , en 1 96 1 , la amenaza meabilidad característica a la «corrupción socialdemócrata » .
del PDC a los radicales , seguida en 1 96 5 por su aplastante victoria
nes que llevaron a Chile al golpe de 1 9 7 3 . Según el análisis prece-
Durante mucho tiempo seguiremos debatiendo las múltiples razo"\
sobre el partido que venía siendo ( desde 1 9 3 8 ) el pivote del sistema . \
En 1 965 t ambién quedó claro que todo el espectro se había deslizado
masivamente hacia la izquierda : no sólo el presidente Freí llevaba
dente, una d.e las razones , y desde luego no de las menores, fue que )
el sistema político había llegado a un estado de no viabilidad . Por el ,
sus reformas de la « revolución en libertad » más allá de las cotas que solo motivo de la aceleración de su polarización centrífuga , era fácil 1
j amás hubieran alcanzado los radicales , sino que el voto de derechas
para uqa gobernación democrática 50 . Y el que este aspecto tan obvio
predecir que iban desapareciendo rápidamente todas las condiciones

,estructurales , la aparición de un gran partido de centro-izquie rda --el


se derrumbó , al pasar del 3 1 a un mero 1 3 por 1 0 0 . Pero en términos
escapara no sólo a los actores, sino también a los observadores, repre­
PDC- señalaba hacia la distribución más sana posible para un siste- senta un síntoma ominoso 5 1 • La tragedia chilena no es sólo una tra­
ma de pluralismo polarizado . Sin embargo , las elecciones de 1 969 gedia de por s í ; también revela un fracaso colosal del análisis polí-
demostraron que esta distribución era únicamente transtori a . Para
1 9 69 estaba muy claro que los ti rones del sistema eran abrumadora­ so Entre las condiciones no políticas citaría en primer lugar lo que menos
mente centrífugos, con una extrema izquierda que llegaba hasta el destacan los intérpretes postgolpe , esto es, que para fines de 1972 la tasa de

al 2 1 por 1 00 , ambas a expensas del efímero sueño del PDC. Y las


32 por 1 00 y una derecha (ahora unida en el PN ) que regresaba inflación había pasado del 1 60 por 1 00 , y que antes del golpe se había duplica­
do, con lo que llegaba a una marca catastrófica del 325 por 1 00 , aproximada­
elecciones de 1 97 3 confirmaron que la polarización había destruido mente. Aunque la inflación es un indicador , y un resultado, de muchos factores
causales , cuando pasa del punto al que llegó en Chile en 1 972 se la puede
lo que antes se podría haber considerado como zona de centro , con

de fuerza ( pe ro no las pérdidas de los radicales ) como líder del frente


tratar como variable independien te .
el PR reducido a un mero 3 por 1 00 y el PDC que recuperaba algo SI Por ejemplo , en 1 97 1 McDonald
clasificaba a Chile como «sistema mul­
típartídísta dominante » , interpretaba las elecciones de 1 969 como «contrac­
anti-Allende . ción» del sistema de partidos y daba a su capítulo el título nada perceptivo de

tar a que el sistema de partidos no estuviera todavía solidificado . No


Esta rápida sucesión de oscilaciones dramáticas no se puede impu­ «The Polítícs of Orderly Change» ( Ronald H. McDonald , Party Systems and
. Elections in Latin America, Markham , 1 97 1 , págs . 1 1 6 y ss . ) . En general, y como
fondo para mí breve exposición , véase especialmente F. G. Gil, The Political
sólo tenía Chile el mejor historial de gobierno constituciona l y elec­ System of Chile, Houghton Mifflín, 1966 . Una evaluación pregolpe es el núme­
ciones libres de todos los grandes países latinoamerica nos , sino que ro titulado «Chílean 's Chile» , GO, verano de 1 97 2 , que también compara
también exhibía el sistema de partidos más estructurado del con ti- a Chile con Francia e I talia ( págs . 389 a 408 ) .

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