Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FABIOLA ROMERO
I. INTRODUCCIÓN
Teniendo en cuenta que al Derecho Internacional Privado le corresponde regular aquellos
supuestos de hecho relacionados con dos o más ordenamientos jurídicos, es necesario
repetir,[2] que toda exposición sobre las normas de esta rama del Derecho debe partir
de la existencia de una pluralidad de métodos, los cuales se complementan para
reglamentar a tales supuestos de hecho. Tal pluralidad deriva de una diversidad de normas,
susceptibles de una clasificación primaria que atiende a la manera como se deduce, en cada
una de ellas, la consecuencia jurídica. Así encontramos, en primer lugar, a las
denominadas normas formales o indirectas, también denominadas indicadoras,
conflictuales, de conflicto, de colisión, de conexión, de remisión, de atribución y, en
segundo lugar, a las normas materiales o sustantivas que reglamentan de modo directo
este tipo de supuestos o que auxilian a las primeras
Para resolver cada uno de los diferentes aspectos que pueden estar involucrados en un
caso vinculado con dos o más ordenamientos jurídicos, corresponde al foro, en el
desempeño de la misión organizadora de esta reglamentación, dar los siguientes pasos: a)
verificar si el supuesto de hecho en discusión cae bajo el imperio de un cierto tipo de norma
material que le debe ser aplicada necesariamente, comúnmente designadas como: normas
de aplicación inmediata, normas de aplicación necesaria, leyes de policía o imperativas
internacionales; b) en segundo lugar, el juez, tomando en cuenta la prelación de las fuentes
que le imponga su propio sistema de Derecho Internacional Privado, debe revisar la
existencia de normas que regulen directamente el aspecto concreto, por lo general
contenidas en convenios vigentes entre el Estado juzgador y los vinculados al caso[3]; c)
en caso de no comprobarse la existencia de las precitadas normas, procederá a hacer uso de
la norma indirecta o formal, que localizará al supuesto en uno de los ordenamientos con los
cuales esté vinculado, que podrá ser el del foro o uno extranjero; y d) por último, el
Juez tendrá, además, que tomar en cuenta disposiciones materiales que coadyuvan a la
aplicación de la norma de conflicto.
En esta oportunidad haremos referencia a los dos últimos tipos de normas a los fines de
conocer la estructura y clasificación de las mismas.
Norma de conflicto
Se puede describir como una disposición interna que tiene por objeto remitir al ordenamiento
jurídico dentro del cual se enmarca la cuestión o relación jurídica que se pretende solucionar, la
norma de conflicto es un indicador, una guía que nos lleva al fin buscado.
Norma de conflicto Derecho Internacional Privado
La norma de conflicto recibe esta denominación por el papel que se le atribuye: dar una solución
al llamado «conflicto de leyes». Con esta última expresión se hace referencia tradicionalmente al
problema de la determinación de la ley aplicable a aquellas situaciones o relaciones jurídicas de
carácter privado que, por estar en contacto con dos o más ordenamientos, pueden calificarse como
internacionales.
Norma de conflicto es aquella norma de Derecho Internacional Pr. que, para la regulación de la
situación privada internacional, determina, de entre los distintos ordenamientos vinculados con el
supuesto, cuál de ellos debe regular la situación. Esta norma emplea un método de reglamentación
“indirecto”: su cometido es “localizar” la situación privada internacional en un país concreto, cuyo
ordenamiento jurídico proporcionará la solución concreta a la situación privada internacional objeto
del litigio. La norma de conflicto es el tipo normativo más utilizado por el DIPr. de todos los países
para el sector del Derecho aplicable.
La regla de conflicto es la principal regla de nuestro sistema de derecho internacional privado, tanto
de fuente nacional como internacional. Puede afirmarse que más del 90% de las normas de esta
rama del Derecho, tienen esa estructura. Como se sabe, la regla de conflicto intenta destrabar el
conflicto que (eventualmente) pueda presentarse al tener una relación privada internacional puntos
de contacto con más de un ordenamiento jurídico, lo cual la lleva a decidir cuál de esos
ordenamientos conectados es al que le corresponde regular la relación y/o los tribunales de qué país
deben resolver los litigios que puedan suscitarse al respecto. Se trata por tanto, de una regla
indirecta, ya que no establece directamente cuál es la solución sustantiva sino que reenvía la misma
a un ordenamiento jurídico, generalmente estatal
EJEMPLO El art. 4.1 del Reglamento 864/2007 “Roma II” de 11 julio 2007 [Ley aplicable a las
obligaciones extracontractuales], indica: “la ley aplicable a una obligación extracontractual que se
derive de un hecho dañoso es la del país donde se produce el daño”. Este inciso del art. 4 R. “Roma
II” es una norma de conflicto. Por tanto, para concretar las normas aplicables a la responsabilidad
civil derivada de una emisión de gases contaminantes por parte de una empresasita en España y que
produce daños a ciertas plantaciones agrícolas en Portugal, debe localizarse la “sede” de la relación
jurídica, que es, en este caso, el país en cuyo territorio ha ocurrido el daño. El Derecho de tal país
(Portugal) regulará la cuestión. El art. 4.1 Reg. Roma II no proporciona una solución directa ni
material a la misma, ni determina el ámbito de aplicación de la Ley española en el espacio. El art.
4.1 Reg. Roma II es una mera “norma de remisión”. Es una “norma de conflicto”
Materia de aplicación • Cuatro son las materias que pueden hacer parte del Derecho Internacional
Privado (son del dominio del DIP) : Conflicto de leyes, Conflicto de Jurisdicciones , Problemas de
Nacionalidad , Condición Jurídica del Extranjero
La técnica de la norma de conflicto bilateral, por otra parte, ha sido objeto de críticas muy
severas. En esta línea, en la que han destacado los autores norteamericanos, se ha señalado
que las normas de conflicto suelen estar formuladas en términos muy generales y
abstractos, que establecen soluciones enormemente rígidas y que se remiten ciegamente
al Derecho de un Estado sin tener en cuenta su contenido, por lo que frecuentemente,
mediante su aplicación, no se puede llegar a la solución más justa y adecuada para el caso
concreto. Esta doctrina ha contribuido, sin duda, al perfeccionamiento de la técnica
conflictual. Las normas de conflicto, en este sentido, se especializan progresivamente,
como pone de manifiesto la elaboración de normas sobre contratos de seguro o
sobre obligaciones civiles derivadas de los accidentes de circulación. Son cada vez más
frecuentes en ellas, en segundo lugar, criterios flexibles como el ya citado de los «vínculos
más estrechos», que se recoge, por ejemplo, en el artículo 4 del Convenio de Roma, de 19
de junio de 1980, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales. También las
consideraciones de Derecho material, que nunca han faltado en las normas de conflicto,
están hoy día más presentes en aquellas normas que exigen tener en cuenta el contenido de
la ley a la que se remiten antes de considerarla como ley aplicable. Manifestación muy
importante de este criterio se encuentra en las normas sobre alimentos que contiene
el Convenio de La Haya de 2 de octubre de 1973: si la ley designada, en ciertos casos, no
permite obtener alimentos al acreedor, se debe acudir a otra ley.
Por significativas que sean estas matizaciones o modificaciones que se van introduciendo,
no se puede negar que la técnica de la norma de conflicto bilateral sigue prevaleciendo en
el vigente Derecho Internacional privado sobre la técnica material. Esta última se hace
imprescindible, no obstante, en dos supuestos. En primer lugar, hay ocasiones en que se
considera necesario, a la vista de las peculiaridades de las situaciones o
relaciones internacionales, establecer para éstas, de una manera directa, la reglamentación
que parece adecuada. Por ejemplo, el Convenio de Viena de 11 de abril de 1980 regula la
venta internacional de mercaderías mediante normas materiales en parte distintas de las que
se aplican a la relación interna. Se habla, entonces, de normas materiales especiales. Por
otro lado, ciertas normas materiales de los ordenamientos estatales han sido elaboradas para
el logro de objetivos de muy especial relevancia, como la protección de la infancia, lo que
puede justificar que tales normas se apliquen con carácter general, tanto a las situaciones o
relaciones internas como a las internacionales. De este modo, se excluye la intervención de
la norma de conflicto, porque esas normas materiales -conocidas como normas materiales
imperativas- se consideran de aplicación necesaria o inmediata.
KEREN
El punto de conexión lugar de situación de los bienes es un principal ancestral, tan antiguo
como el propio derecho internacional privado, y ha sido la base de sustentación de las doctrinas
territorialistas. Se trata de una regla simple, que da certeza jurídica. Irremplazable además, para
el cumplimiento de las políticas urbanísticas, fiscales, medioambientales, etc., que cada Estado ne-
cesita llevar a cabo en forma permanente. La perdurabilidad de la vigencia de la lex situs o lex rei
sitae se ha justificado de diferentes maneras: por razones de soberanía en primer lugar, en cuanto la
suma de los bienes inmuebles con- forman el territorio nacional, sustento indispensable del Estado-
nación. Otros destacan el hecho de que cumple con el criterio de proximidad, base para la
formulación de una regla de conflicto. Además de favorecer la certeza y la efectividad, por cuanto
ninguna medida de ejecución sobre Los bienes inmuebles puede cumplirse sin la aquiescencia del
Estado donde están ubicados. O dicho de otra manera: el Estado donde se encuentra el bien raíz
puede bloquear cualquier medida de ejecución dictada en el extranjero; cuestiones tales como las
expropiaciones o las servidumbres deben contar en consecuencia, con el consentimiento
irremplazable de la legislación y de la jurisdicción del Estado donde está ubicado el bien.
Algunos autores sostienen que la declinación del territorialismo ha entrañado la decadencia de la ley
real. 3 En nuestro sistema jurídico esa declinación es posible observarla desde muy temprano, a
través de la comparación en las soluciones dadas por el Tratado de Derecho Civil Internacional de
Montevideo de 1889 y las suministradas por el homónimo de 1940 respecto de la capacidad para
testar: adherida al lugar de situación de los bienes en 1889 (art. 45.a), la capacidad para testar es
sustituida en 1940 por su determinación de acuerdo a la ley del domicilio del testador (art. 1).
También puede aquilatarse esa declinación en la posibilidad de vender los bienes inmuebles de un
incapaz, que requiere la determinación de la capacidad o incapacidad por la ley del domicilio del
titular del bien, pero si es incapaz y necesita una venia, ésta deberá tramitarse en el lugar de
situación del inmueble (art. 15 y 22). Esta solución fue borrada del Tratado de Derecho Civil
Internacional de Montevideo de 1940, por cuanto tanto la determinación de la capacidad como los
trámites para vender un inmueble deberán someterse a la ley del domicilio del incapaz (arts. 19 y
28)
Bienes inmuebles. Los bienes raíces o inmuebles no tienen un lugar específico en el articulado del
apéndice del Código Civil. Su regulación se realiza a través de una regla de conflicto de carácter
general, bilateral y clásica, como acontece con la disposición del art. 2398: Los bienes cualesquiera
que sea su naturaleza son exclusivamente regidos por la ley del lugar donde se encuentran, en
cuanto a su calidad, a su posesión, a su enajenabilidad absoluta o relativa, y a todas las relaciones de
derecho de carácter real de que son susceptibles. Es la solución recogida por el art. 39 del proyecto
de ley. Por tanto, a la ley del lugar de situación del bien le corresponde calificar si se trata de un
bien mueble o inmueble; de enajenarlo; las restricciones que puedan imponerse; las situaciones de
inalienabilidad y los derechos que da la posesión y bajo qué condiciones ésta debe configurarse.7
Corresponde insistir en que la calificación como bien mueble o inmueble le corresponde a la ley del
Estado del lugar de ubicación del bien (calificación lege rei sitae)
b) Bienes muebles. Bienes muebles son aquellos que pueden ser trasladados de un sitio a otro y,
por tanto, de un Estado a otro. El Código Civil no hace referencia expresa a los bienes muebles, los
cuales quedarán comprendidos bajo la regla general del art. 2398 que ya hemos comentado al
analizar el régimen de los bienes raíces. En cuanto al proyecto de ley también les cabe a los bienes
muebles las prescripciones contenidas en el art. 39 (norma de carácter general). No obstante, su
movilidad puede generar situaciones que evidentemente no se presentan en el caso de los bienes
raíces. Por tal motivo, el art. 41 del proyecto, está dedicado a resolver el problema del cambio de
situación de los bienes muebles.9 El numeral primero respalda el valor de los derechos adquiridos
“con arreglo al lugar donde existían al tiempo de su adquisición”, no haciendo otra cosa que aplicar
el principio general contenido en el art. 9 ubicado al comienzo del proyecto. Pero el reconocimiento
de los derechos adquiridos bajo la ley de la antigua situación no tiene una aplicación automática,
puesto que en realidad, están sometidos a una doble condición:
- en primer lugar, el adquirente del bien mueble en el país de la ubicación anterior debe prestar su
consentimiento al traslado del bien hacia otro Estado; si el traslado del bien mueble fue realizado
sin su consentimiento o con desconocimiento, los derechos adquiridos en el nuevo lugar les son
inoponibles. Huelga decir que no tiene por qué realizar ningún sometimiento de su dere-cho a la ley
de la nueva situación, y
- en segundo término, el titular de los derechos adquiridos bajo la precedente situación deberá
cumplir con “los requisitos exigidos por la ley de la nueva situación para la conservación de sus
derechos”, los cuales normalmente se ciñen a la inscripción en un Registro local o a la publicación
de edictos o documentos similares en periódicos de la localidad, y muchas veces no se impone
formalidad alguna.
Respecto del régimen sucesorio, la lex situs no tiene un ámbito de aplicación general como ocurría
en el régimen anterior: sólo cubrirá a los inmuebles y a los bienes muebles registrables (art. 30.1.a
del proyecto); los demás tienen otra conexión (último domicilio del causante, art. 30.1.b). Los
Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 (art. 30) y de 1940 (art.34) han
plasmado el mismo régimen general que el proyecto, lo cual permitirá un régimen uniforme tanto a
nivel interno como internacional. Los artículos citados reconocen que “los derechos adquiridos por
terceros sobre los mismos bienes, de conformidad con la ley del lugar de su nueva situación,
después del cambio operado y antes de llenarse los requisitos referidos, priman sobre los del primer
adquirente”.
II) EL LUGAR DE LA MATRÍCULA O DEL REGISTRO
Existen bienes cuya finalidad es la de desplazarse, tales como los buques, aeronaves, auto-
móviles, omnibuses, camiones, etc. No deberían regirse por leyes diferentes en función de sus
desplazamientos; además algunos de estos bienes frecuentemente se encuentran en espacios
sinsoberanía, por ejemplo en alta mar. Este problema se ha remediado por medio de la
matriculación;que permite utilizar una localización permanente y ficticia en el país del registro. El
proyecto deley ha atendido esta situación en el art. 40.4, no así el apéndice del Código Civil. Por
tanto, de la matriculación resultará el estatuto del bien concernido: el régimen de la propiedad, las
segurida-des de las que puede ser objeto, como por ejemplo diseñar un régimen de publicidad
internacionalmente oponible a terceros, la responsabilidad de los propietarios, etc.1
Es el conjunto de reglas jurídicas que regulan las relaciones jurídicas internas que se desarrollan
dentro de las fronteras de los Estados, dentro de los límites territoriales de los Estados. Ello nos
permite sostener que cada Estado tiene su propio derecho interno, es decir todo Estado tiene su
propio sistema jurídico, su ordenamiento jurídico, el mismo que no está solamente conformado
por normas jurídicas, sino además comprende a las reglas consuetudinarias, a los principios
jurídicos e instituciones jurídicas propias. Como ejemplo de reglas jurídicas que posee un sistema
jurídico determinado podemos enunciar a la Constitución, las leyes civiles, leyes penales, leyes
administrativas etc. Es decir normas de carácter sustantivo o de carácter adjetivo que forman
parte del ordenamiento jurídico interno de cada Estado. Esas reglas jurídicas, en principio, por
ejemplo en el caso del Estado peruano se aplicarán únicamente dentro del Estado peruano,
debido a que son normas que han nacido, se han creado, se han aprobado, promulgado y
publicado dentro de dicho Estado. Esta primera definición de derecho interno no nos permite
identificar de manera precisa su contenido de estudio. En consecuencia será necesario tener en
cuenta dos aspectos que nos permita identificar el objeto de estudio del derecho interno: Primero,
determinaremos quiénes son los sujetos de las relaciones jurídicas internas y luego, cuál es el
medio de aplicación de las reglas jurídicas internas. Los sujetos son las personas, los individuos que
viven, domicilian, residen en forma habitual dentro de un Estado determinado y el medio de
aplicación, es decir el ámbito o campo donde se aplican las reglas jurídicas internas es dentro del
territorio de cada Estado, dentro de la frontera del Estado, en el caso del Perú, dentro de la
frontera del Estado peruano. Ello nos conlleva a sostener que los sujetos de las relaciones jurídicas
internas tienen la absoluta certeza y seguridad jurídica de cuál será la ley aplicable a las relaciones
jurídicas que establezcan, entablen o tengan, así como también tendrán la certeza y seguridad
jurídica de cuál será el tribunal competente que resolverá sus controversias, sus diferendos, sus
conflictos de intereses. En definitiva ante un problema por ejemplo de desalojo producido entre
personas de nacionalidad peruana y que domicilian en el Perú, se aplicará las normas del Código
Civil y el Código Procesal Civil peruano y la demanda se interpondrá ante un tribunal peruano. En
conclusión no existe la mínima duda de la competencia del derecho interno, ni del origen o
nacimiento de sus reglas jurídicas, ni de la efectividad de la sanción. Tampoco existe duda en
cuanto a la aplicación de la ley que se aplicará a las relaciones jurídicas que entablen o inician o
sostengan, así como tampoco existe duda respecto a la competencia del tribunal que tenga que
resolver una controversia o un conflicto de intereses, o que tenga que reconocer o declarar un
derecho.
ASDRUBAL
LEY DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO.
La Ley Derecho internacional privado venezolana es “un conjunto orgánico de normas de Derecho
Internacional Privado”5 . Como tal, contiene diversos grupos de normas reguladoras de las
diferentes materias que contempla (jurisdicción internacional, Derecho aplicable, eficacia de
sentencias extranjeras), cuya correlación funcional de soluciones persigue una finalidad común: “la
de ofrecer una respuesta global a la cuestión de la situación jurídica de la persona en las relaciones
privadas internacionales” 6 en el proceso de aplicación judicial del Sistema autónomo de Derecho
internacional privado venezolano, por lo cual éste no es solamente el “Derecho de la
extraterritorialidad del Derecho privado extranjero” 7 en virtud de esa correlación funcional que
existe entre el fórum (jurisdicción internacional de los tribunales venezolanos o, en su sede, la
competencia del juez del exequátur) y el ius (Derecho privado aplicable al fondo del litigio), sin
desconocer que generalmente “descansa sobre la tolerancia de lo extranjero”8 .
III. El término “normas de Derecho Internacional Privado venezolano” La norma general del
artículo 1 de la Ley de Derecho internacional privado consagra el orden de prelación en el que se
deben aplicar las fuentes normativas que regulan las materias que conforman el “contenido triple
del Derecho internacional privado venezolano”. Así, en ausencia de normas contenidas en la
codificación convencional internacional vigente en Venezuela (normas de Derecho internacional
privado convencional)32, esta norma dispone que “…se aplicarán las normas de Derecho
Internacional Privado venezolano…”; esto es, las normas que se generan en el ámbito del Estado
venezolano dirigidas a reglamentar la situación jurídica de las personas en las relaciones privadas
internacionales (normas de Derecho internacional privado autónomo)33. Estas normas, al igual
que las normas de Derecho internacional privado convencional, están dirigidas particularmente al
Juez venezolano “…con el propósito de que éste, a la hora de verificar su jurisdicción y de
determinar el Derecho aplicable sepa dónde están las normas que ha de aplicar para llegar a tal
fin”34. A esta afirmación debería agregarse: la normativa aplicable al “problema de la penetración
de los efectos de la sentencia extranjera en la vida jurídica privada internacional”35 ;
“posiblemente el más importante de todos los problemas que surgen en el intercambio
internacional”