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FRACTURAS

Definición
Una fractura es la consecuencia de una sobrecarga única o múltiple sobre un hueso, la fractura ocurre en la fracción de
1 ms y se producen considerables lesiones de los tejidos blandos debido a la rotura del hueso; las consecuencias
mecánicas de una fractura consisten principalmente en una pérdida de continuidad ósea que provoca una movilidad
patológica y la perdida de función de soporte del hueso que finalmente produce dolor
- La discontinuidad traumática del hueso rompe los vasos sanguíneos dentro y fuera del mismo, entonces se liberan
agentes químicos que contribuyen con la curación de la fractura
Zonas anatómicas del hueso
Epífisis: es la región del lado articular de la fisis. En el interior de la
epífisis se encuentra el centro de osificación secundario

Fisis (cartílago de crecimiento): banda cartilaginosa muy


especializada (radiotransparente) entre la epífisis y la metáfisis. Esta
estructura es responsable del crecimiento longitudinal
Metáfisis: región más ancha entre la diáfisis y la fisis. La cortical es
más delgada que en la diáfisis

Diáfisis: segmento central tubular de un hueso largo. La cortical es


uniforme y gruesa. La osificación de la diáfisis empieza a menudo
antes de nacer en zonas denominadas centros de osificación
primarios

Apófisis: son zonas periféricas en huesos específicos que se forman como centros de osificación secundarios y
normalmente sirven de inserción para músculos y ligamentos
Características propias del hueso infantil
1. El periostio es más grueso y resistente, y con mayor capacidad osteogénica
- Se rompe con mayor dificultad, por lo que limita el desplazamiento de fragmentos óseos en las fracturas
- Por su capacidad osteogénica, rápidamente se desarrolla el callo reparativo, por lo que acelera la consolidación de la
fractura y acorta la inmovilización

2. El hueso infantil tiene más contenido en agua y menos en mineral


- Es más poroso, por lo que hace que se tolere mayor grado de deformidad ante la tensión y la compresión que el del
adulto
- La mayor elasticidad también es de ligamentos, cápsula articular y tendones, lo que hace que tengan más resistencia
a su rotura que los cartílagos de crecimiento

3. La relación cartílago/hueso en las epífisis, es más elevada cuanto más joven es el niño
- La presencia de los núcleos de osificación dificulta el diagnóstico de las fracturas

4. Mayor capacidad de regeneración tisular, mayor ritmo de aposición reabsorción ósea que los adultos
- Se incrementa todavía más en caso de fractura, para conseguir la consolidación o en caso de que exista una
consolidación viciosa del hueso que tenga que corregirse por remodelación
- Las fracturas consolidan con mayor rapidez que en el adulto
- Cuanto más pequeño es el niño, menor será el tiempo necesario para la consolidación de la fractura
- Las fracturas pediátricas remodelan, esto significa que un hueso consolidado en posición incorrecta, puede corregir
con el crecimiento
✓ En este proceso de corrección espontánea de angulaciones residuales de fracturas en el niño, participan: el
periostio, el endostio y las placas de crecimiento vecinas al foco
- Cuanto más pequeño es el niño, mayor es el crecimiento restante y, por tanto, mayor la capacidad de remodelación.
Entonces cuanto más pequeños son, más deformidades se toleran en la consolidación de las fracturas y más frecuente
es realizar tratamientos conservadores en lugar de quirúrgicos

5. Hipercrecimiento: es una de las respuestas del hueso infantil a los traumatismos


- Las fracturas diafisarias de los huesos largos de las extremidades inferiores y, en menor medida de las extremidades
superiores, experimentan frecuentemente un estímulo de crecimiento longitudinal del segmento fracturado
- Se produce en los 18-24 meses tras la fractura y, posteriormente, se estabiliza
- Este hipercrecimiento después de la fractura ocurre, sobre todo, en niños por debajo de los 10 años y, es mayor,
cuanto más próxima esté la fractura a una fisis activa

6. Presencia de cartílagos de crecimiento (fisis): es la zona más vulnerable del esqueleto inmaduro
- Está compuesto por varias capas: germinal, proliferativa, hipertrófica y calcificación provisional
Características típicas de las fracturas pediátricas
Remodelación ósea
El remodelado es la tercera y última fase del proceso biológico de consolidación
de las fracturas; es precedido por una fase inflamatoria y otra reparadora

- Se produce por una combinación de aposición de hueso en la concavidad de


la deformidad, resorción de la convexidad y crecimiento fisario asimétrico
- La remodelación es mejor cuando la fractura se produce cerca de la fisis,
cuando el niño tiene más años de crecimiento restante, tiene menos
deformidad que remodelar y se encuentra junto a una fisis en rápido
crecimiento
- La remodelación ocurre durante varios meses tras la lesión y hasta la madurez esquelética
✓ La madurez esquelética se produce en niñas tras la menarquia, entre los 13 y los 15 años de edad, y en niños
entre los 15 y los 17 años
Sobrecrecimiento
La estimulación de la fisis por la hiperemia asociada a la consolidación de la fractura puede causar sobrecrecimiento. Es
más llamativo en los huesos largos de extremidades inferiores, como el fémur
- La aceleración del crecimiento suele presentarse desde los 6 meses hasta 1 año después de la lesión
- Las fracturas femorales en niños menores de 10 años pueden producir un sobrecrecimiento de hasta 1-3 cm
- Después de los 10 años de edad, el sobrecrecimiento no suele ocurrir, por lo que se recomienda una alineación
anatómica
Deformidad progresiva

Las lesiones de la fisis pueden complicarse con arresto del crecimiento temporal o permanente derivando en la
deformidad progresiva de la extremidad. La causa más común es el cierre parcial o completo de la lámina epifisaria, esto
puede ocurrir en cualquier hueso largo, pero es particularmente común en fracturas que involucran al cúbito distal, al
fémur distal y a las placas de crecimiento de la tibia proximal

Consolidación rápida
Las fracturas en los niños consolidan más rápidamente que en los adultos como resultado del mayor potencial de
crecimiento y de la existencia de un periostio más grueso y activo en el niño. Según se va alcanzando la madurez, la
velocidad de consolidación disminuye y se hace similar a la del adulto

Clasificación de las fracturas

Deformación plástica: La fractura se produce por una fuerza que da lugar a un fallo microscópico del lado más tenso del
hueso y no se propaga al lado cóncavo. El lado cóncavo del hueso también muestra lesiones microscópicas por
compresión, en donde el hueso sufre una angulación por encima de su límite elástico, pero esta energía no es suficiente
para producir una fractura
- Es exclusiva de los niños
- Es más común en el antebrazo y, ocasionalmente, en el peroné
- Radiológicamente no se aprecia un trazo de fractura
- La deformación plástica es permanente, pero los niños tienen una gran capacidad de remodelación

Fractura en rodete o torus: Esta fractura representa un fallo en la compresión del hueso, que se produce en la unión de
la metáfisis y la diáfisis
- El radio distal es la localización más frecuente, pero puede ocurrir también en otras regiones
- Esta lesión se denomina torus porque recuerda a la franja más ancha alrededor de la base de una columna griega
clásica
- Son intrínsecamente estables, frecuentemente asociadas con una angulación aceptable y consolidan en 3-4 semanas
con inmovilización simple
Fractura en tallo verde: se producen cuando el hueso se dobla, con fracaso en el lado en tensión (convexo) del hueso. La
línea de fractura no se propaga al lado cóncavo del hueso
- Defectos microscópicos con deformación plástica
- Si la angulación de la fractura es inaceptable, es necesario completar la fractura del hueso por el lado cóncavo si la
deformación plástica mantiene la deformidad
- Tiene un mayor riesgo de pérdida de reducción y requieren un mayor periodo de inmovilización

Fractura completa: Las fracturas que se propagan a través de todo el hueso se llaman fracturas completas. Estas se
clasifican como espiroideas, transversales u oblicuas, dependiendo de la dirección y forma de las líneas de fractura
- Una fuerza rotacional es responsable de las fracturas espirales, y la mayoría
de estas fracturas son estables y curan rápidamente debido al gran área de
superficie
- las fracturas espirales ocasionadas por traumatismos de alta energía pueden
presentar acortamiento del hueso y pérdida de la alineación del mismo
- Las fracturas oblicuas se definen por presentar un ángulo de 30 grados
respecto al eje del hueso, y son frecuentemente inestable
- El patrón de fracturas transversas se produce tras una fuerza sobre 3 puntos y se reducen flexiblemente para ser
exitosas, utilizando el periostio intacto del lado cóncavo como bisagra
- La fractura conminuta es aquella en la que el hueso se fractura en dos o más fragmentos
- Fractura en ala de mariposa es un trazo típico cuando se producen fuerzas de doblado sobre el hueso. Presentan un
fragmento intermedio con forma de cuña
Epifisiólisis: as fracturas de la epífisis frecuentemente afectan a la lámina de crecimiento, por lo que existe la posibilidad
de defecto del crecimiento que derive en deformidad o dismetría y, por tanto, es necesaria la observación a largo plazo
- La fisis distal radial es la más comúnmente afectada, Salter y Harris (SH) clasificaron las lesiones epifisarias en cinco
grupos
✓ La mayoría de las fracturas de tipo I y II de SH suele ser manejada por técnicas de reducción cerrada y no
requiere una alineación perfecta ya que tiende a remodelar con el crecimiento, mientras exista suficiente
crecimiento restante
✓ Una excepción clásica es el fémur distal, donde las fracturas tipo II de SH son inestables y precisan una
reducción anatómica con fijación adecuada
✓ Las epifisiólisis de tipos III y IV de SH afectan a la superficie articular y requieren una reducción anatómica
(menos de 2 mm de desplazamiento) para prevenir la incongruencia articular y realinear las capas de
crecimiento de la fisis
✓ Las fracturas de tipo V de SH no suelen diagnosticarse inicialmente, sino a posteriori, por alteraciones del
crecimiento

Fracturas cerradas: cuando no hay solución de continuidad en la piel adyacente al foco de fractura y no comunica el foco
de fractura con el exterior
Fracturas abiertas: existe comunicación entre el exterior y el foco de fractura
Fracturas más frecuentes
Fracturas del antebrazo: Las fracturas de la muñeca y el antebrazo son muy frecuentes en niños, ya que suponen casi la
mitad de todas las fracturas del esqueleto inmaduro
- El mecanismo de lesión más frecuente es la caída sobre la mano extendida
- Un 80% de las fracturas de antebrazo afecta al radio y al cúbito distal, un 15% al tercio medio y el resto son fracturas
más raras del tercio proximal y de la diáfisis radial o cubital
- Muchas de las fracturas del antebrazo en los niños más pequeños son fracturas en rodete o en tallo verde
- El mejor tratamiento es un yeso corto (por debajo del codo); suelen consolidar en 3-4 semanas
- Las fracturas en tallo verde impactadas del antebrazo tienden a ser intrínsecamente estables (no existe solución de
continuidad de la cortical) y se pueden tratar con un vendaje almohadillado sin necesidad de yeso
- Las radiografías AP y lateral del antebrazo y la muñeca confirman el diagnóstico
- Las fracturas desplazadas y anguladas requieren reducción cerrada bajo anestesia general o sedación consciente
- Se inmovilizan en un yeso, incluyendo el codo, al menos durante 6 semanas
- Las fracturas de muñeca son muy frecuentes. Su incidencia es algo mayor en niños que en niñas y en la extremidad
no dominante. Generalmente, se producen tras una caída con la mano extendida
✓ Sin afectación de la fisis: se localizan a nivel metafisario, pueden ser fracturas en rodete, en tallo verde o
fracturas completas
✓ Con afectación de la fisis (epifisiolisis)
- Dolor e inflamación a nivel de la muñeca, impotencia funcional y puede existir también deformidad según el
desplazamiento.

Fracturas del húmero distal


Las fracturas cercanas al codo reciben mayor atención ya que precisan de un tratamiento más agresivo para conseguir
un buen resultado
- Muchas lesiones son intraarticulares, implican al cartílago de crecimiento y pueden dar lugar a una consolidación
viciosa o a una seudoartrosis
- Como el húmero distal se desarrolla a partir de varios centros de osificación, estos pueden ser interpretados como
fracturas por ojos inexperto
- Una cuidadosa evaluación radiológica es parte esencial del diagnóstico y manejo de las lesiones del húmero distal
- Es importante recordar que el húmero distal es solo responsable del 20% del crecimiento del húmero; de tal forma
que tiene un potencial de remodelación muy bajo
- Para detectar lesiones sutiles es fundamental explorar de forma minuciosa la existencia de inflamación y dolor a la
palpación en las partes blandas
- Son comunes las epifisiólisis de la epífisis humeral distal (fractura transcondílea), las fracturas supracondíleas del
húmero distal y las epifisiólisis del cóndilo lateral o del epicóndilo medial
- El mecanismo de lesión es la caída sobre el brazo en extensión
- En la exploración se debe buscar la localización y extensión de la tumefacción de partes blandas, descartando lesiones
neurovasculares, especialmente la afectación del nervio interóseo anterior o la aparición de un síndrome
compartimental
- La fractura transfisiaria en niños muy pequeños, que no presentan el reflejo de mantener el brazo extendido durante
una caída, debe levantar sospechas de abuso infantil
- Para confirmar el diagnóstico se precisan las radiografías AP y lateral de la extremidad afectada
✓ Proyección anteroposterior: valoraremos la presencia de los diferentes núcleos de osificación, así como la
presencia de líneas de fractura
✓ Proyección lateral: existen unas referencias anatómicas útiles para su valoración, sobre todo, en caso de
fracturas, sin o con poco desplazamiento
▪ Imagen en lágrima, en ocho o en reloj de arena: formada por el estrechamiento del húmero entre las
fosas olecraniana y coronoidea. Cualquier disrupción de la misma, nos hará sospechar la presencia de
una fractura
▪ Línea humeral anterior: una línea que discurre por la parte anterior de la diáfisis humeral, debe cortar
el núcleo de osificación del capitellum por su tercio medio
▪ Línea coronoidea: una línea que se extiende desde la cresta de la apófisis coronoides hacia el húmero,
debe pasar tangencialmente por la parte anterosuperior del núcleo de osificación del capitelum
▪ Una línea trazada a través del eje del radio, debe cortar el núcleo de osificación del capitellum, sea
cual sea el grado de flexión del codo. Si no lo corta, implica que la cabeza del radio está luxada
▪ Signo de la almohadilla grasa: en el codo existen diversas almohadillas grasas que envuelven la
articulación. Cuando se produce, un derrame articular, la almohadilla se despega del hueso,
visualizándose una línea radiolúcida. En el contexto de un traumatismo, la presencia de un signo de
almohadilla grasa nos obliga a descartar la presencia de una fractura

- Si la fractura no es visible, pero hay una alteración de las relaciones entre el húmero y el radio y el cúbito o existe un
signo de la almohadilla grasa posterior, se debe sospechar una fractura transcondílea o una fractura oculta
- Las fracturas supracondíleas desplazadas pueden estar asociadas a lesiones neurovasculares concomitantes
- Requieren de una reducción de la alineación anatómica para prevenir las deformidades y permitir un crecimiento y
desarrollo normales. El método preferido son las reducciones cerradas, aisladamente o asociadas a fijación
percutánea
- La reducción abierta está indicada en fracturas en las que no es posible la reducción cerrada, en fracturas con
compromiso vascular tras la reducción cerrada, en fracturas abiertas o en fracturas intraarticulares, sobre todo en
los niños mayores
Fracturas supracondileas: Son las fracturas de codo más frecuentes (75%). El mecanismo de lesión puede ser de 2 tipos:
✓ Extensión (95%). Se producen como consecuencia de una caída sobre la palma de la mano, con el codo en
extensión. En estos casos, se producirá un desplazamiento en sentido posterior del fragmento distal
✓ Flexión (5%). Se producen por un traumatismo directo sobre un codo que se encuentra flexionado. En estos
casos, el fragmento distal se desplaza en sentido anterior
- Clasificación: en función del grado de desplazamiento, Gartland diferencia 3 tipos:
✓ Tipo I: sin desplazamiento
✓ Tipo II: fractura parcialmente desplazada con la cortical posterior intacta
✓ Tipo III: fractura completamente desplazada
- Las fracturas no desplazadas se pueden tratar de forma conservadora mediante inmovilización con yeso durante 4
semanas
- Las poco desplazadas precisan reducción cerrada bajo anestesia e inmovilización
- Las fracturas con angulación importante o desplazadas precisan reducción quirúrgica, preferiblemente cerrada y
osteosíntesis con agujas de Kirschner

Fracturas de la clavícula
- Las fracturas neonatales se producen por traumatismo directo durante el parto, la mayoría a consecuencia de una
pelvis estrecha o una distocia de hombros
- Las fracturas en la infancia son resultado de caídas sobre el hombro afectado o traumatismo directo sobre la clavícula
- La localización más común de fractura es la unión del tercio medio y distal de la clavícula
- El diagnóstico se hace por el dolor
- Es importante realizar una exploración neurovascular en profundidad para detectar cualquier lesión del plexo
braquial asociada
- Es importante evaluar la función del bíceps ya que es un indicador pronóstico para la función futura
- La radiografía AP de la clavícula demuestra la fractura y puede verse una superposición de los fragmentos
- El diagnóstico se confirma con la radiología simple, debiendo visualizarse la cintura escapular completa para descartar
lesiones asociadas
- Las lesiones de la fisis clavicular posteromedial son particularmente problemáticas debido a su proximidad a los
grandes vasos y a la tráquea. Es necesaria una reducción cerrada o abierta con un equipo de cirugía cardiaca/torácica
alertado
- El tratamiento de la mayoría de las fracturas consiste en la colocación de un vendaje en forma de ocho o de un
cabestrillo simple. El vendaje en ocho facilitará la separación de los hombros minimizando la superposición de los
fragmentos fracturarios
- Las epifisiólisis se tratan con un cabestrillo simple sin tratar de reducirlas
- El tratamiento quirúrgico estaría indicado en fracturas abiertas, en pacientes con compromiso neurovascular
asociado y en pacientes adolescentes con acortamiento mayor de 2 cm.
- La consolidación es rápida, normalmente en 3-6 semanas. En niños delgados, generalmente, se puede ver la
tumoración palpable del callo

Fracturas de la tibia proximal: Las fracturas de la tibia proximal pueden ser lesiones fisarias, lesiones metafisarias o
lesiones por avulsión de las espinas o de la tuberosidad tibial
- Las lesiones fisarias pueden ser aisladas o formar parte de una fractura de la tuberosidad tibial
- Si el segmento distal se desplaza en dirección posterior puede afectar a la trifurcación de los vasos poplíteos
- Es necesaria una minuciosa exploración neurovascular tanto antes como después de la reducción
- Es preferible realizar una reducción anatómica y una estabilización con agujas en las fracturas inestables o en las
epifisiólisis tipos III o IV desplazadas de Salter-Harris
- Las fracturas metafisarias de la tibia proximal, o la denominada fractura de Cozen, son más comunes en el grupo de
edad de 3-6 años
✓ Dan lugar a una deformidad en valgo tardía, incluso si reduce anatómicamente
✓ Esta deformidad se remodela en 1-2 años
- Las fracturas de la eminencia tibial son fracturas de la prominencia ósea en la que se inserta el ligamento cruzado
anterior. El mecanismo de lesión es similar al de una rotura del ligamento cruzado anterior en un adulto
- Las fracturas desplazadas requieren reducción quirúrgica y fijación. Esta se puede hacer de forma abierta o
artroscópica
- Las fracturas de la tuberosidad tibial son frecuentes en los pacientes con síndrome de Osgood-Schlatter
✓ Tener cuidado y vigilar el posible desarrollo de un síndrome compartimental, ya que la lesión se asocia a
lesiones de la arteria tibial recurrente anterior
✓ La lesión puede ser tratada sin cirugía si la fractura está desplazada menos de 2 mm y el paciente no tiene
ninguna pérdida de la extensión (raro). En caso contrario, es preferible la reducción abierta y la fijación interna
Fracturas de la diáfisis femoral: Las fracturas del fémur son frecuentes en los niños. Pueden afectar a cualquier grupo de
edad, desde la infancia temprana hasta la adolescencia
- El mecanismo de lesión varía desde lesiones por torsión de baja energía hasta lesiones por accidentes a gran velocidad
- Se debe sospechar maltrato infantil ante fracturas de fémur en niños menores de 2 años
- Es necesaria una exploración física minuciosa para descartar otras lesiones y valorar el estado neurovascular
- En caso de traumatismo de alta energía, cualquier signo de inestabilidad hemodinámica debe obligar al examinador
a buscar otros puntos de sangrado
- La fractura se visualiza en las radiografías AP y lateral de fémur. También debe solicitarse una radiografía AP de pelvis
para descartar fracturas pélvicas asociadas

Fracturas de la diáfisis de tibia y peroné: Las fracturas de tibia son las más frecuentes del miembro inferior en niños.
Suelen producirse por una lesión directa
- Muchas fracturas tibiales se asocian a fractura del peroné; la edad promedio de presentación es de 8 años
- El niño suele presentar dolor, inflamación y deformidad de la pierna afectada, y es incapaz de apoyar peso sobre la
misma
- En la evaluación es importante la exploración neurovascular distal
- Las radiografías AP y lateral deben incluir la rodilla y el tobillo
- El tratamiento estándar es la reducción cerrada y la inmovilización
- Las fracturas abiertas requieren una irrigación profusa y desbridamiento, así como tratamiento con antibióticos
- La tibia es un hueso subcutáneo; una pérdida grave de partes blandas puede requerir una consulta con cirugía plástica
- Las fracturas de tibia se asocian al síndrome compartimental
Maltrato infantil
Las fracturas son la segunda manifestación más común de maltrato infantil después de las lesiones cutáneas
(hematomas, quemaduras/ abrasiones). Debe sospecharse en niños que todavía no caminan que presentan fracturas de
los huesos largos de los miembros inferiores, no hay patrones o tipos patognomónicos de fracturas por maltrato infantil,
y los traumatismos no casuales pueden ocasionar cualquier tipo de fractura
- Las fracturas transversas de huesos largos son las más prevalentes
- Las fracturas en esquina en la metáfisis son las más clásicas
- Son sospechosas de lesiones no accidentales las fracturas de fémur en niños que todavía no andan (menores de 18
meses de edad), de la metáfisis distal del fémur, de los arcos costales posteriores, de la apófisis espinosa de la
escápula y del húmero proximal
- Se debe investigar todo el esqueleto. Una serie ósea completa (en oposición a una «bebegrafía») es esencial en caso
de sospecha de maltrato infantil para ver si existen otras fracturas en diferentes fases de consolidación
- Algunas enfermedades sistémicas pueden simular maltrato, como la osteogénesis imperfecta, la osteomielitis, la
enfermedad de Caffey y las fracturas de estrés
- Es obligatorio declarar estos casos a las agencias de protección de menores

Diagnostico
Anamnesis: recoger información sobre el mecanismo de la lesión (traumatismo, postura, energía), el tiempo transcurrido
del mismo y los antecedentes personales (alergias, patología de base, medicaciones). Si la anamnesis es incongruente
con las lesiones, se debe sospechar de maltrato

Exploración física
- Ante un paciente politraumatizado, primero se realizará una valoración del estado general del paciente: vía aérea
permeable, ventilación, estado circulatorio... y, posteriormente, se evaluarán los traumatismos de las extremidades
- Exploración del traumatismo periférico
✓ Actitud antiálgica: el niño evita movilizar el miembro lesionado
✓ Localización y valoración del dolor: determinar los puntos de dolor y evaluar la intensidad mediante escalas
validadas y adaptadas según la edad
✓ Inspección: deformidad, tumefacción, erosiones, heridas abiertas, hematomas
✓ Palpación cuidadosa del foco de lesión y de las articulaciones distal y proximal
✓ Exploración neurovascular: perfusión, pulso, movilidad y sensibilidad distal a la fractura
Pruebas complementarias
- Radiología simple: la primera a utilizar en pacientes con sospecha de lesión ósea
✓ Es imprescindible realizar siempre 2 proyecciones y deben incluir las articulaciones distal y proximal al foco
de fractura
✓ En la mayoría de huesos, se solicita proyección anteroposterior (AP) y latera
✓ En las manos y los pies, proyección AP y oblicua, para evitar superposición
✓ En el hombro y la cadera AP y axial
✓ Es fundamental conocer la edad de aparición de los diferentes núcleos de osificación, para evitar diagnósticos
erróneos. En caso de duda, está justificado solicitar una radiografía del lado no lesionado para compararlas
- Tomografía computarizada (TC): se utiliza para el estudio de fracturas complejas que afectan a articulaciones, pelvis
o caderas
- Resonancia magnética (RM): útil en el estudio de partes blandas, osteocondritis
- Ecografía: útil en la valoración de lesiones tendinosos
Tratamiento
1. Atención inicial, en caso de pacientes politraumatizados o inestables, centrada en mantener la vía aérea, el estado
circulatorio... y atender de forma inmediata posibles lesiones potencialmente letales (p. ej.: neumotórax a tensión).
2. Analgesia adecuada al grado de dolor, administrada por vía oral o parenteral. Siempre se ha de administrar antes de
cualquier manipulación del foco de fractura
3. Reducción: Se requiere en casos de fracturas desplazadas. Es recomendable la práctica de éstas bajo anestesia
(general, regional, local)
- Reducción cerrada: Consiste en la colocación de los fragmentos de una fractura en su posición original. Las maniobras
de reducción deben ser inversas a las fuerzas que provocaron la lesión. Pueden llevarse a cabo mediante dos sistemas:
✓ Manipulación: son las manos del traumatólogo y su fuerza las que realiza la reducción
✓ Tracciones: Son dispositivos de pesas y poleas que por medio de una tracción continua mantienen la
reducción. La fuerza necesaria tiene que tener una intensidad equivalente al 5-10% del peso corporal. Existen
dos tipos: cutáneas (cintas adhesivas a la piel) o transesqueléticas (colocación intraósea de agujas de Kirschner
o Steinmann)
- Reducción abierta: En casos en que los métodos anteriores sean ineficaces. Implica la exposición del foco de fractura

4. Inmovilización: constituye el pilar básico del tratamiento del traumatismo periférico. Sus principales objetivos son
aliviar el dolor y evitar posibles complicaciones
✓ Ante la sospecha de fractura inestable o con deformidad, se recomienda colocar una inmovilización
provisional
✓ Si no se palpa pulso distal, está indicado realizar una suave tracción para realinear la extremidad y
descomprimir el paquete vasculonervioso
✓ Esta maniobra se realizará bajo pseudoanalgesia. Una vez que se recupera el pulso, se coloca la inmovilización
provisional
✓ Si se trata de una fractura abierta, limpiaremos la herida, la cubriremos con un apósito empapado en suero
salino y luego colocaremos la inmovilización

5. Quirúrgico: Implantación de un dispositivo en el hueso


- Estabilidad relativa
✓ Fijación interna: Enclavado endomedular, uso en fracturas diafisarias de huesos largos
✓ Fijación externa: se utilizan principalmente en fracturas abiertas, fracturas de pelvis y fracturas de cerradas
con importante lesión de partes blandas (grados CII y CIII de Tscherne)
- Estabilidad absoluta
✓ Placas: placas de neutralización, de compresión, con tornillos bloqueados a la placa, tornillo deslizante
✓ Tornillos de tracción- compresión interfragmentaria.
Tratamiento inicial de las lesiones fisarias
Lesiones tipo I y II
- Las fracturas no desplazadas o con desplazamiento mínimo se tratan mediante inmovilización con yeso
- Las fracturas tipo I o II desplazadas deben reducirse con delicadeza en los primeros 5 días, teniendo presente el
notable potencial de remodelación
- Para evitar una pérdida de reducción ulterior se recomienda fijar con una aguja de Kirschner lisa transfisaria las
fracturas tipo I o II que han precisado reducción
- Si se pierde una buena reducción inicial o si la fractura se diagnostica más de 5 días después de producirse, es mejor
aceptar la reducción inadecuada porque la remodelación mejora la reducción. Si la remodelación es insuficiente,
pueden realizarse osteotomías para corregir la deformidad residual
OJO: La reducción de las fracturas fisarias tipo I o II después de 5 días aumenta el riesgo de dañar la fisis y de detención
del crecimiento porque ya ha empezado la consolidación
Fracturas tipo III y IV

Estas fracturas intraarticulares deben tratarse de inmediato mediante reducción anatómica y fijación para disminuir el
riesgo de cierre fisario y de alteración de la superficie articular. Esto consiste a menudo en reducción abierta del
componente intraarticular y fijación sin atravesar la fisis

Fracturas tipo V
No es posible mejorar estas fracturas mediante tratamiento quirúrgico y solo hay que hacer un seguimiento para detectar
un cierre fisario parcial o completo. Más adelante se describen las técnicas quirúrgicas de rescate si se produce esta
complicación
Fracturas tipo VI (Peterson)
Están causadas por una abrasión periférica de la fisis: por ejemplo, por arrastre sobre la carretera. Se aplican los principios
de tratamiento de las fracturas abiertas. El daño de la fisis suele ser considerable

Seguimiento de las fracturas fisarias


En las fracturas con riesgo alto de cierre fisario es necesario un seguimiento exhaustivo a largo plazo (18-24 meses). Las
fracturas con riesgo alto son:
- Tipos III, IV, V y VI de Salter-Harris
- Fracturas fisarias de alta energía de cualquier tipo
- Fracturas fisarias femorales distales
- Fracturas fisarias tibiales proximales
Debe realizarse un seguimiento clínico y radiográfico. Puede verse una irregularidad en el cartílago de crecimiento en las
radiografías simples antes de que aparezca una deformidad clínica. La RM es muy útil para una valoración más precisa
de la fisis y puede ser apropiada si se sospecha una alteración del crecimiento durante el seguimiento. El tratamiento
debe realizarse antes de que se produzca una deformidad apreciable o una incongruencia articular

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