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Fracturas en niños
Características:
Los traumatismos son la primera causa de mortalidad entre los niños mayores de 1 año y constituyen una
causa importante de incapacidad permanente. Las causas más frecuentes son las caídas y los accidentes
de tráfico o deportivos.
El tejido óseo infantil presenta una serie de características en su composición y en su fisiología que lo
diferencian del adulto. Estas particularidades condicionan que, en la edad infantil, la respuesta del hueso
al traumatismo sea distinta y que se produzcan tipos de fracturas exclusivos de esta edad
• El periostio es más grueso y resistente, y con mayor capacidad osteogénica. Se rompe con mayor
dificultad, por lo que limita el desplazamiento de fragmentos óseos en las fracturas. También, facilita
reducirlos mediante manipulación cuando están desplazados y mantener la reducción lograda. Por su
capacidad osteogénica, rápidamente se desarrolla el callo reparativo, por lo que acelera la consolidación
de la fractura y acorta la inmovilización.
• El hueso infantil tiene más contenido en agua y menos en mineral, es más poroso, por lo que hace que
se tolere mayor grado de deformidad ante la tensión y la compresión que el del adulto. Esta mayor
elasticidad también es de ligamentos, cápsula articular y tendones, lo que hace que tengan más resistencia
a su rotura que los cartílagos de crecimiento. En los niños, son más frecuentes las fracturas a nivel de las
fisis que las luxaciones. Los niños toleran mejor las inmovilizaciones que los adultos, desarrollando menos
rigideces.
• Mayor capacidad de regeneración tisular, mayor ritmo de aposición-reabsorción ósea que los adultos.
Se incrementa todavía más en caso de fractura, para conseguir la consolidación o en caso de que exista
una consolidación viciosa del hueso que tenga que corregirse por remodelación. Las fracturas consolidan
con mayor rapidez que en el adulto. En general, cuanto más pequeño es el niño, menor será el tiempo
necesario para la consolidación de la fractura. Precisan tiempo de inmovilización más corto, pero también
en caso de producirse una mala reducción de la fractura, el tiempo para corregirla y evitar una
consolidación viciosa es menor. Las fracturas pediátricas remodelan, esto significa que un hueso
consolidado en posición incorrecta, puede corregir con el crecimiento. En este proceso de corrección
espontánea de angulaciones residuales de fracturas en el niño, participan: el periostio, el endostio y las
placas de crecimiento vecinas al foco.
• Hipercrecimiento: es una de las respuestas del hueso infantil a los traumatismos. Las fracturas diafisarias
de los huesos largos de las extremidades inferiores y, en menor medida de las extremidades superiores,
experimentan frecuentemente un estímulo de crecimiento longitudinal del segmento fracturado. Se
produce en los 18-24 meses tras la fractura y, posteriormente, se estabiliza. Se produce, sobre todo, en
fracturas tratadas quirúrgicamente que abordan el foco de fractura y, menos, si el tratamiento es
conservador. La corrección espontánea de la dismetría o desalineación es posible, pero no ocurre de una
forma sistemática. Es debido a un proceso biológico de estimulación fisaria, resultado de la hiperemia que
se produce en la vecindad del hueso fracturado durante la consolidación y el proceso de remodelación.
Este hipercrecimiento después de la fractura ocurre, sobre todo, en niños por debajo de los 10 años y, es
mayor, cuanto más próxima esté la fractura a una fisis activa. En los niños mayores de 10-12 años, la
remodelación y el estímulo de crecimiento son menores.
Tipos:
- Fracturas ocultas
- Fracturas en rodete
- Incurvación traumática
La fractura de Toddler es una fractura espiroidea de tibia, no desplazada, que se produce en niños menores
de 4 años, por fuerzas de torsión. Se produce por debajo del periostio. La clínica puede ser inespecífica y
hay que sospecharla cuando aparece de forma brusca cojera o rechazo a la carga sin antecedente
traumático claro. La exploración es normal salvo la cojera y puede localizarse o no el punto de dolor a la
palpación. Con frecuencia, no es visible en las radiografías convencionales y, a veces, solo es demostrable
en una de las proyecciones. A menudo, se diagnostica tardíamente, al aparecer el callo de fractura a los
20-30 días. Si se diagnostica, se inmoviliza con yeso suropédico 2-3 semanas. El pronóstico es bueno, ya
que cura siempre sin secuelas.
Incurvación plástica
Debido a una gran elasticidad del hueso, a una menor mineralización, a un periostio más grueso y a unos
canales haversianos mayores, el hueso se deforma sin llegar a fracturarse. Se produce fundamentalmente
en: el cúbito, el radio y en el peroné. La deformación plástica más frecuente es la del cúbito asociada a una
fractura en tallo verde del radio. Se trata de una patología típica del niño, aunque se han descrito casos en
adultos jóvenes. Se produce por la acción de una fuerza sobre el hueso que excede el límite elástico (aquel
que permite al hueso mantener su configuración normal al retirar una carga), pero que es inferior al límite
fracturario. Provoca una curvatura fija que, posteriormente, no se modifica al retirar la fuerza. El
diagnóstico se basa en la sintomatología y en las pruebas de imagen complementarias. Los síntomas y
signos de la deformación plástica del antebrazo son principalmente: la deformidad, moderado dolor a la
palpación y limitación de la rotación del antebrazo. La tumefacción y el dolor espontáneo pueden ser
mínimos.
Es una fractura incompleta. Se localiza en huesos con diáfisis finas, como los del antebrazo o la clavícula y,
menos frecuentemente, en tibia o fémur. Se producen por fuerzas que intentan angular el hueso por un
mecanismo de flexión o torsión. Si al intentar flexionar el hueso, resulta un fallo en la resistencia ósea a la
tensión, se rompe el periostio y la corteza ósea en el lado convexo, mientras que en la concavidad, el
periostio se desprende sin llegar a romperse. Se producen como consecuencia de una caída o un accidente
leve.
Se producen como consecuencia del arrancamiento de la apófisis, producido por tracción muscular o
tendinosa. Suelen producirse en adolescentes deportistas, debido a una tracción violenta o repetitiva de
los músculos o tendones sobre las apófisis.Las posibles localizaciones son: tuberosidad isquiática
(músculos isquiotibiales), espina ilíaca anterosuperior (músculo tensor de la fascia lata y sartorio), espina
ilíaca anteroinferior (músculo recto anterior), trocánteres femorales (músculo glúteo en el mayor y psoas
ilíaco en el menor), tuberosidad tibial anterior (tendón rotuliano del cuádriceps), epitróclea (musculatura
flexora del codo), base del quinto metatarsiano (tendón del peroneo corto) y apófisis vertebral en anillo.
Cartílago de crecimiento:
Función
- La función de la fisis o cartílago de crecimiento es permitir el crecimiento en longitud de los huesos (tanto
largos como cortos) a través del proceso de osificación endocondral.
Estructura
- La fisis es la placa o disco epifisiario que se forma entre la epífisis y diáfisis de los huesos largos.
- Todos los huesos largos tienen dos fisis con excepción de las falanges de las manos, falanges de los pies
y los metacarpianos: las falanges presentan sólo fisis proximales, en cambio los metacarpianos sólo fisis
distales excepto el primer metacarpiano que tiene una proximal.
- Una vez que termina el crecimiento en longitud del hueso la fisis es reemplazada por la línea epifisiaria.
- Las fisis también pueden encontrarse en relación a las apófisis, las cuales son regiones sobresalientes de
un hueso que sirven para inserciones musculares (ej.: tuberosidad anterior de la tibia, tuberosidad del
calcáneo, trocánter mayor del fémur proximal).
Son las fracturas más graves, porque pueden tener repercusión sobre el crecimiento. La clasificación más
frecuentemente utilizada es la de Salter y Harris (SH), que diferencia 5 tipos según el trazo de fractura y su
incidencia en la fisis.
Tipo III: la fractura transcurre a través de la epífisis y fisis y se separa de la metáfisis sin lesionarla (11%).
La incidencia de las fracturas fisarias con respecto al total de las fracturas infantiles, se encuentra alrededor
del 21%.
En el niño existen básicamente dos tipos de pie plano, el pie plano flexible y el pie plano rígido.
El pie plano flexible se caracteriza por ser un pie con una estructura esquelética normal pero con mucha
flexibilidad en sus articulaciones. Por ello, cuando el niño se pone de pie y apoya su peso, el puente se
hunde y el talón se desvía hacia afuera. Sin embargo, cuando lo hacemos poner de puntillas, vuelve a
aparecer el puente y el talón se coloca corregido hacia adentro. El término flexible se refiere a la movilidad
de las articulaciones del pie y su capacidad para corregir estos trastornos de alineación. Este es el tipo de
pie más frecuente en el niño y se considera una situación de normalidad durante los primeros años de
vida.
El pie plano rígido se caracteriza porque existen uniones anómalas entre los huesos del pie. Ello provoca
una deformidad con menor altura del arco longitudinal y una desviación en valgo del talón. Cuando el niño
se pone de puntillas, la postura del pie no cambia debido a que la movilidad está bloqueada por la unión
entre los huesos. Existen dos tipos básicos de unión anómala, entre los huesos astrágalo y calcáneo o entre
los huesos calcáneo y escafoides. La primera provoca un bloqueo mucho más rígido. Esta situación es
definitiva y no cambia con la edad.
Básicamente hay que comprobar que se trate de un pie plano flexible y descartar el llamado pie plano
rígido.
El médico debe realizar una completa exploración muculo-esquelética del niño con especial atención al
tobillo y el pie. En la exploración general debe valorarse si el niño presenta algún cuadro de hiperlaxitud
ligamentosa que pueda contribuir al "hundimiento" del pie en carga.
Es importante también estudiar el patrón angular y rotacional de las piernas y el patrón de marcha para
descartar otros componentes de mala alineación esquelética.
Las dos maniobras básicas para compobar que se trata de un pie plano flexible son el "Jack test" y pedir al
niño que se coloque de puntillas.
Si la exploración es compatible con un pie plano flexible, normalmente no es necesario realizar estudios
radiológicos.
Si por el contrario se trata de un pie plano rígido, probablemente habrá que realizar estudios por la imagen
para determinar el tipo de malformación ósea subyacente.
En general, el pie plano flexible no requiere tratamiento. Se trata de pies normales que evolucionarán
espontáneamente hacia una mejoría de la alineación.
Conviene estimular el desarrollo de la musculatura propia del pie mediante ejercicios como caminar de
puntillas, o más sencillo, caminar descalzo por casa.
Debemos evitar el uso de calzado rígido porque no permite un correcto desarrollo del pie. No aconsejamos
el uso de plantillas ni otro tipo de dispositivos o calzado ortopédico.
Tampoco aconsejamos la corrección quirúrgica del pie plano flexible, porque lo consideramos un pie
"normal" que mejora con la edad y que no produce problemas dolorosos ni funcionales.
Existen diversas técnicas quirúrgicas que modifican la situación en la que articulan los huesos del pie, justo
debajo del tobillo. En general consisten en colocar un soporte entre los huesos astrágalo y calcáneo con el
objetivo de aumentar la altura del arco longitudinal interno.
En general sólo indicamos la corrección quirúrgica en casos extremos, generalmente asociados a otros
trastornos óseos y en pies dolorosos o con una deformidad progresiva.
En casos de pie plano rígido por uniones óseas anómalas, si es poco sintomático suele ser suficiente con
tratamiento rehabilitador que revierta la contractura de la musculatura peronea. Si existen esguinces muy
repetidos o dolor que no cede con tratamiento rehabilitador, se ha de plantear una cirugía de resección
de la unión ósea anómala.
Pie talo valgo: Es una anomalía relativamente frecuente en el recién nacido, en la cual el pie está en flexión
dorsal y en pronación. En general es de evolución benigna, consistiendo su tratamiento, si es necesario,
en masajes repetidos y en el uso de férulas si persistiera esta posición. Si la deformidad no se corrige
rápidamente o es resistente, se pueden aplicar vendajes correctores enyesados. Es importante descartar
siempre una luxación congénita de cadera (LCC) o algún tipo de trastornos neurológicos como espina
bífida.
Pie cavo: En esta patología existe un aumento de la bóveda plantar o arco longitudinal, que puede estar
asociado con una desviación en varo del calcáneo y retracción de los dedos (dedos en garra). Es una
patología rara en los niños, y la sintomatología se hace presente en la adolescencia y en el adulto. Aparece
dolor, porque el peso del cuerpo es soportado por la cabeza de los metatarsianos y por el talón.
Alrededor del 80% de los pies cavo en el niño se deben a alteraciones neuromusculares, que en algunos
casos son de índole familiar. Las enfermedades neurológicas más frecuentes en estos niños son: la
enfermedad de Charco-Marie-Tooth, el disrafismo espinal y la lesión motora cerebral.
En los casos leves el tratamiento conservador es mediante el uso de plantillas de apoyo metatarsal, y el
tratamiento quirúrgico está indicado solo cuando la deformidad es intensa e incapacitante.
Pie equino varo; El pie equinovaro, también llamado pie zambo, es una deformidad congénita del pie en
la cual éste aparece en punta (equino) y con la planta girada hacia adentro (varo).
Su frecuencia es aproximadamente de 1 por cada mil niños, el 50% de los casos bilateral y es el doble más
frecuente en niños que en niñas
Complicaciones
La propia malformación suele cursar con un menor tamaño del pie (en general un centímetro) y de la
pantorrilla (alrededor de un centímetro más delgada). Si el niño tiene los dos pies afectos, no suele
reconocerse, pero si tiene sólo deformidad en un pie, sí se percibirá una leve asimetría. Sólo en algunos
casos pueden existir un primer dedo más pequeño o una pierna algo más corta, en general sin repercusión
funcional.
Sin embargo, si no se lo trata, el pie equino varo puede causar problemas más graves. Estos pueden
incluir lo siguiente:
Artritis. Es probable que tu hijo padezca artritis.
Baja autoestima. El aspecto inusual del pie puede hacer que la imagen corporal de tu hijo sea
una preocupación durante la adolescencia.
Problemas producidos por los ajustes para caminar. Los ajustes para caminar pueden impedir el
crecimiento natural de los músculos de la pantorrilla, producir llagas o callosidades en el pie, y
causar un andar extraño.
El diagnóstico es clínico tras el nacimiento se observa la forma del pie hacia abajo (equino) y adentro
(varo) y comprobando que por manipulación no somos capaces de obtener una posición normal.
sin embargo, en los lactantes mayores las pruebas radiográficas pueden resultar útiles tanto para
valorar la gravedad de la deformidad como para ver si el tratamiento conservador ha sido efectivo.
Dado que esta malformación congénita se produce durante los primeros meses de la gestación suele ser
posible su visualización en el estudio ecográfico del feto de 20 semanas, por lo que cada día es más
habitual el diagnóstico de sospecha prenatal.
El tratamiento en el período de recién nacido se realiza con yesos correctores y con manipulación. Al
tercer mes de vida, alrededor de 40 a 50% estará corregido, y alrededor de 60% necesitará de un
tratamiento quirúrgico (si persiste hasta los 8 meses)
2. RODILLA
Cuando el niño nace, el eje de sus piernas está en un discreto varo. Con la marcha muchos niños
acentúan esta posición en varo que se había corregido durante su primer año de vida. Lo acentúan
y lo mantienen hasta los dos o tres años. Generalmente mejora coincidiendo con la retirada del
pañal. Continúan creciendo y desde esta fecha hasta los cinco o los seis años, van situado las
piernas en una posición de valgo. Siguen creciendo y llegan a la edad adulta con el valgo fisiológico
que hemos dicho al principio. Es decir, desde que nace hasta que llega a la edad adulta, el niño
puede ir modificando estos ejes de forma llamativa y a veces muy exagerada. E incluso, podría
pasar de una forma en varo a otra en valgo y sería normal.
Genu valgo patológico: es la persistencia de la distorsion del eje de las piernas por encima de
los 10 años, suelen presentar dolor en la cara anterior de la rodilla, tienen dificultad para
correr, e inestabilidad rotuliana (tiene a luxarse) las causas pueden ser:
Alteraciones congénitas.
Displasias óseas.
Traumatismos.
Infecciones óseas.
Alteraciones metabólicas.
3. COLUMNA
¿Qué es la escoliosis?
La escoliosis afecta a la columna vertebral. Aunque la columna vertebral sea la pieza ósea que va
a lo largo de toda la espalda, no es un hueso aislado. Consta de muchos huesos pequeños
(llamados vértebras) que están unidos entre sí por un tipo de tejido elástico llamado "cartílago".
Esto le da a la gente flexibilidad para doblarse, estirarse, mantener el equilibrio e, incluso, para
andar.
La escoliosis ocurre cuando las vértebras forman una línea curva en vez de una línea recta. A
veces, las vértebras también rotan (o se retuercen), como si la columna fuera un sacacorchos.
Esto puede causar problemas de salud.
Tipos de escoliosis
Los especialistas en ortopedia y los traumatólogos (médicos u otros profesionales que tratan los
problemas óseos y musculares) agrupan la escoliosis en varios tipos. Conocer el tipo de escoliosis
que padece una persona ayuda a los profesionales de la salud a tratarla.
Escoliosis idiopática. Se trata del tipo de escoliosis más frecuente. Los niños la pueden desarrollar
a cualquier edad, pero la mayoría de las veces ocurre alrededor de la pubertad, cuando el niño
hace el estirón. Los expertos no saben exactamente por qué se desarrolla este tipo de escoliosis,
pero se suele dar por familias.
Escoliosis congénita. Este tipo de escoliosis ocurre cuando algo va mal en la forma en que se
desarrollan varias vértebras mientras el bebé se encuentra todavía dentro del vientre materno.
Este problema puede pasar desapercibido hasta que el niño hace un estirón, lo que suele ocurrir
sobre los dos años de edad o entre los 8 y los 13 años.
Escoliosis provocada por una afección médica. Algunos niños desarrollan escoliosis porque
tienen un problema de salud de larga duración que afecta al sistema muscular o esquelético. Por
ejemplo, los niños con distrofia muscular, parálisis cerebral, síndrome de Marfan, u osteogénesis
imperfecta pueden desarrollar escoliosis. Los niños que han padecido tumores o crecimientos en
la columna vertebral también pueden desarrollar escoliosis.
Causas
Los médicos no conocen las causas del tipo más frecuente de la escoliosis —aunque, al parecer,
supone factores hereditarios, debido a que este trastorno suele venir de familia—. Los tipos
menos frecuentes de escoliosis pueden ser a causa de:
Debilidad muscular
Entumecimiento
Reflejos anormales
Pruebas de diagnóstico por imágenes
Las radiografías simples pueden confirmar el diagnóstico de escoliosis y revelar la gravedad de la
curvatura de la columna vertebral. Si un médico sospecha que una enfermedad no diagnosticada,
como un tumor, es la causante de la escoliosis, este podría recomendar pruebas de diagnóstico
por imágenes adicionales, como una resonancia magnética.
Enfermedad De Scheuermann
¿Qué es la enfermedad de Scheuermann?
La enfermedad de Scheuermann, también conocida como cifosis de Scheuermann, es una
afección de la espalda superior. Hace que la parte superior de la espalda se redondee o encorve,
pareciéndose a una joroba.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la enfermedad de Scheuermann?
Los principales signos de la enfermedad de Scheuermann son los siguientes:
Una espalda encorvada o jorobada. A veces el encorvamiento resulta difícil de ver. Otras veces es
más claramente perceptible. Los niños no pueden enderezar la curvatura de la espalda cuando se
les pide que se pongan derechos.
Dolor de espalda. En torno a la mitad de los niños con la enfermedad de Scheuermann tienen
dolor de espalda.
Los signos de esta enfermedad se suelen poner claramente de manifiesto durante el estirón que
acompaña a la pubertad.
4. CADERA
Displasia del desarrollo de la Cadera o Enfermedad Luxante de la Cadera
Patología del desarrollo de la cadera, presente al momento del nacimiento, en que se altera la forma
de la cavidad acetabular del hueso ilíaco, y la relación entre la cabeza femoral y el acetábulo. Esto
determina una cadera luxable o subluxable, o una cadera luxada o subluxada; o una displasia
acetabular. Por esta razón es adecuado referirse a esta entidad como “Enfermedad luxante de la
cadera”, o “Displasia del desarrollo de la cadera”, que pueden tomarse como sinonimia para efectos
prácticos.
Etiología: No está clara. Estas son algunas teorías, que podrían explicar en parte la patología. No
hay acuerdo en el mecanismo exacto que produce una laxitud cápsulo-ligamentosa articular, la
que finalmente puede desencadenar en una displasia, subluxación o luxación de la cadera.
Herencia: aumenta en un 30% la probabilidad de displasia en hijos, hermanos o primos de
pacientes con displasia.
Hormonales: estrona y 17 estradiol, relajan los ligamentos pelvianos maternos para el
parto. Podrían relajar la cápsula articular del RN.
Mecánicos: primer parto, oligohidroamnios, presentación podálica clásica. Estos factores
producen hiperflexión y aducción de las caderas, facilitando la luxación. Útero pequeño,
oligohidroamnios.
Culturales: forma de acunar y envolver a las guaguas en determinados grupos, con
caderas en aducción, y extremidades en extensión. (“Lulo” de algunos indígenas).
Hallazgos clínicos en RN y lactantes
Ninguno de estos signos es patognomónico ya que presentan un alto porcentaje de falsos
negativos y positivos. En las displasias bilaterales pierden valor. Un examen físico alterado puede
corresponder a una pelvis normal, y un examen normal, puede corresponder a una cadera luxada.
Signo de Ortolani: “clic” de reducción de una cadera luxada, mediante la abducción
pasiva. Es positivo hasta los 3 meses de edad en promedio, es muy raro encontrarlo
después de esa edad (Figura 16-16-A).
Menor de un año
Ortopédico de elección: Depende de la oportunidad de diagnóstico. El término “precoz” significa
a los 3 meses de vida o antes, no debiendo sobrepasar los 10 a 11 meses.
Objetivos:
Centrar la cabeza femoral dentro del cotilo.
Mantener la reducción.
Estimular al cartílago trirradiado para conseguir una adecuada cobertura femoral.
Las maniobras para lograr estos objetivos se basan en: flectar la cadera, para su reducción, y
luego abducirla para mantenerla reducida.
Hay distintos aparatos ortopédicos que permiten esto:
Calzón o cojín de abducción de Fredjka.
Arnés o correas de Pavlik.
Botas de yeso con yugo.
Férula de abducción de Dennis-Brown.
En nuestro medio el elemento más utilizado en el tratamiento de
la enfermedad luxante de caderas, es el arnés de Pavlik, que tiene
indicación en lactantes entre 3 y 10 meses, con displasia, displasia
más subluxación o displasia más luxación. En el caso de presentar
solo displasia leve a moderada es aceptado el tratamiento
ortopédico con cojín de abducción, en lactantes menores de 6
meses.
Importante: No se considera el doble pañal como tipo de tratamiento ortopédico de enfermedad
luxante de caderas, por que no es un tratamiento aceptado. Puede utilizarse en aquellos pacientes
que sin tener una cadera con displasia, no presentan una radiografía normal, sino que en el límite.
Mientras se deriva al especialista que indicará el tratamiento y solamente como en un compás de
espera, se puede utilizar, pero jamás como tratamiento. En el lactante mayor de 5 meses no
presenta utilidad alguna.
Conclusiones
- El examen físico no es determinante en el diagnóstico de displasia de caderas. Solo representa
elementos de sospecha clínica.
- La radiografía debe ser tomada a todos los lactantes a los 3 meses de vida y la ecografía es útil
ante la presencia de antecedentes mórbidos que obliguen a un estudio más temprano.
- La radiografía debe ser evaluada por el ortopedista pediátrico.
- La derivación precoz mejora el pronóstico y acorta el tratamiento.
- La falta de diagnóstico y tratamiento oportuno producirá un niño con graves secuelas, y un
adulto-joven con coxoartrosis
Artritis Séptica (AS)
También conocida como: articulación séptica, artritis supurada aguda, osteoartritis séptica en niños
o piartrosis.
Proceso inflamatorio agudo articular producido por invasión y multiplicación de
microorganismos piógenos. Es más frecuente que la osteomielitis, se presenta preferentemente en
RN y niños, comúnmente es una afección monoarticular, siendo la rodilla y cadera las
articulaciones más afectadas.
Esta condición se considera una emergencia médica, puesto que, si no se trata puede causar
pérdida de la función de la articulación afectada y conllevar a shock séptico, una condición
potencialmente mortal. Sin embargo, con tratamiento temprano, la recuperación es óptima en la
mayoría de los casos.
Las vías de contaminación e infección más comunes son:
Hematógena: bacteriemias asintomáticas o algún foco infeccioso a distancia.
Inoculación directa: trauma directo, cirugía articular o artrocentesis.
Contigüidad: infección de tejidos blandos periarticulares y osteomielitis.
Factores predisponentes:
Cirugía previa
Uso de esteroides
Trauma cerrado
Artritis reumatoide
Inmunosupresión
Neonatos: cateterización de la vena umbilical, prematurez, SDRA
Etiología:
La etiología bacteriana es la más frecuente, siendo el S. aureus el agente causal que predomina en
todo los grupos etarios.