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Algunos apuntes para pensar la enseñanza de la literatura patagónica en sintonía decolonial

Borquez Ciolfi Carolina


Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco/ILLPAT/GITyPC
carolinabciolfi@gmail.com

Picallo Ximena
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco/ILLPAT/GITyPC
xpicallo@yahoo.com

La p ese te e posi ió su ge de los ava es del P. I. T a p as te tuales: u a le tu a so e las


prácticas de lectura de los textos de enseñanza Secunda ia de Le gua Lite atu a . P o e to ue
prevé también pensar el vínculo existente entre la enseñanza de la literatura y la literatura argentina
escrita en Patagonia. Este trabajo, si bien se aleja del corpus de análisis específico que aborda el
proyecto, intenta pensar ese vínculo y por ello se enfoca en el análisis de las trampas o líneas de
fuga que los programas vigentes del Seminario: Literatura Patagónica proponen con respecto a la
trama colonial moderna que consideramos persiste en el Plan de Estudios de la Licenciatura en
Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia
San Juan Bosco.
Partimos del siguiente razonamiento: la enseñanza de la literatura es un producto del mundo
moderno, por ende la colonialidad subyace, invisibilizada, en sus tramas epistemológicas e
institucionales. A saber: qué es la literatura, qué se debe leer en los textos, qué textos se deben leer,
cómo hacerlo, cuáles son las lecturas válidas, qué organización del campo literario se propone no
sólo disciplinar sino también institucionalmente.
Según Edgardo Lander, con el inicio del colonialismo en América comienza no sólo la organización
colonial del mundo sino también la constitución colonial de los saberes, de los lenguajes, de la
memoria y del imaginario (Lander, 2011, 16). La categoría de colonialidad a la que hacemos
referencia es aquella que, siguiendo los postulados de Aníbal Quijano, remite a la estructura de
dominio subyacente al control ejercido durante la colonización; que permanece y se extiende –en
múltiples dimensiones y regiones– una vez acabada esta. Esta categoría refiere a las herencias
coloniales que persisten y se multiplican incluso una vez que el colonialismo ha finalizado, y subraya
también su vínculo constitutivo con la modernidad, ya que no sólo la colonización europea es
fundamental para entender la emergencia de las principales instituciones modernas entre los siglos
XVI y XIX: el capitalismo, la ciencia, el arte, el Estado, sino que también todos los procesos de
modernización en las periferias han sido mediados por la lógica cultural de las herencias coloniales.
En el texto paradigmático del pensamiento decolonial latinoamericano, Quijano propone que:

La colonialidad, en consecuencia, es aún el modo más general de dominación en el mundo


actual una vez que el colonialismo como orden político explícito fue destruido. Ella no agota,
obviamente, las condiciones ni las formas de explotación y de dominación existentes entre
las gentes. Pero no ha cesado de ser, desde hace 500 años, su marco principal. Las relaciones
coloniales de períodos anteriores probablemente no produjeron las mismas secuelas y
sobre todo o fue o la pied a a gula de i gú pode glo al. […] Du a te el is o
período en que se consolidaba la dominación colonial europea se fue constituyendo el
complejo cultural conocido como la racionalidad modernidad europea, el cual fue
establecido como un paradigma universal de conocimiento y de relación entre la humanidad
y el resto del mundo. Tal coetaneidad entre la colonialidad y la elaboración de la
racionalidad-modernidad no fue de ningún modo accidental, como lo revela el modo mismo

1
en que se elaboró el paradigma europeo del conocimiento racional. (Quijano,1992, 440-
441)

Las herencias coloniales de América Latina perviven contemporáneamente en por lo menos tres
áreas complementarias: el racismo, el eurocentrismo epistémico y la occidentalización (violenta o
consentida) de los estilos de vida, que corresponden a las tres categorías centrales elaboradas por
el grupo Modernidad/Colonialidad: la colonialidad del poder, la colonialidad del saber y la
colonialidad del ser. La colonialidad del saber, que nos interesa particularmente en este análisis,
refiere al modo en que la racionalidad tecno-científica es un factor determinante en la generación
y expansión del colonialismo europeo y se convierte desde el siglo XVIII en el único modelo válido
de producción de conocimientos, dejando por fuera cualquier otro tipo de epistemes. La expansión
colonial europea en las Américas supuso un combate contra la multiplicidad epistémica del mundo
y la imposición de una sola forma válida de producir conocimientos, tenida desde ese momento
como universal.
Antes de continuar con el análisis propuesto, enumeramos las premisas fundantes que establece
Edgardo Lander en la organización colonial del saber, el cual según este autor tiene como eje
articulador central la idea de modernidad:

1) la visión universal de la historia asociada a la idea del progreso (a partir del cual se
construye la clasificación y jerarquización de todos los pueblos y continentes, y
e pe ie ias histó i as ; la atu aliza ió ta to de las relaciones sociales como de la
atu aleza hu a a de la so iedad li e al-capitalista; 3) la naturalización u
ontologización de las múltiples separaciones propias de esa sociedad; y 4) la necesaria
superioridad de los saberes que produce esa sociedad ie ia so e todo ot o sa e
(Lander, 2011, 22).

Partimos de la presunción de que en su construcción e institucionalización disciplinar, la literatura


patagónica no ha podido escapar a esa trampa colonial-moderna. Si bien, en un primer momento
podemos pensar que la inclusión de estos Seminarios en la currícula de la carrera de Licenciatura en
Letras significa una irrupción en la construcción del canon literario nacional y un posicionamiento
geopolítico frente al conocimiento, también creemos que paradójicamente su institucionalización
reproduce en el campo literario la organización del territorio que impuso la élite gobernante de
fines del siglo XIX en la construcción del Estado liberal moderno argentino (centro/periferia; Buenos
Aires/interior); construcción asentada sobre las bases del discurso eurocéntrico de la modernidad.
Esta aseveración surge, en principio, del análisis del perfil del egresado, de los contenidos, y
objetivos con los que se incorpora, como materia obligatoria al Plan de Estudio de la Licenciatura en
Letras aprobado en el año 1999 en el ámbito de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de
la Universidad Nacional de la Patagonia, el espacio curricular Seminario: Literatura Patagónica y por
ende se la construye como disciplina y se la institucionaliza. Este gesto, que si bien política y
epistemológicamente podría significar una ruptura, se enmarca en presupuestos que reproducen la
lógica colonial moderna. Leemos esa reproducción, por ejemplo, en el posicionamiento centrista
a te la disti ió esta le ida e t e dis u sos a ó i os los ot os , ue se e io a e el pe fil
profesional del egresado; o en el lugar de enunciación -occidental- que se infiere de la
proposición ele tu a pe a e te del pe sa ie to o ide tal e u iada e los o jetivos de la
carrera, que así formulado excluye toda problematización; o en la mención a la categoría de historia
literaria y no a la de genealogía; o en la inclusión, dentro de los contenidos mínimos de este espacio
curricular, de la literatura patagónica dentro de la tradición literaria occidental presupuesta en la
mención a la categoría de literatura hispanoamericana en lugar de la de latinoamericana, elección

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marcadamente eurocéntrica. Pero, no sólo pudimos leer esa trama colonial moderna en las
mencionadas marcas discursivas, sino también y fundamentalmente, en la insistencia en sostener
acríticamente la noción de literatura regional, particularmente en los contenidos mínimos. La
regionalización que se propone del campo literario presupone la existencia de un centro que ordena
geopolíticamente los saberes respecto de la tradición eurocéntrica occidental, en tanto naturaliza
el proceso de regionalización y en ningún momento se lo problematiza. Coincidimos con el planteo
de María Alejandra Nallim, quien sostiene que:

La noción de región requiere ser desmontada como categoría de análisis, nos exige un
abordaje metacrítico para generar nuevas propuestas epistemológicas y nuevas técnicas
de gestió ultu ales, … a fi de a tualiza sus o stitu e tes e el o te to
latinoamericano y argentino de las últimas décadas del siglo XX y el nuevo milenio. (Nallim,
2012, 5)

En definitiva, con el ingreso de este espacio curricular, el Plan presupone un cambio en el


posicionamiento geopolítico del conocimiento en tanto jerarquiza lo propio. Pero la supuesta
jerarquización de lo propio no está contemplando la problematización que el mismo concepto de
región contemporáneamente supone para que éste pueda funcionar contrahegemónicamente y
pe ita supe a las do as i a ias ue situa o histó i a e te a las egio es e el es e a io
telú i o de la a gi alidad Nalli , , 6 . Ni tampoco cuestiona la construcción eurocéntrica
que piensa y organiza la totalidad del espacio (pero también del tiempo) a partir de la propia
experiencia (y léase como propia, occidental), colocando esta especificidad histórico-cultural como
patrón de referencia superior y universal. Esta forma de organización del saber, dirá Lander, se
transforma en un dispositivo colonizador en tanto se asume como la forma normal, tanto del ser
como de la sociedad o de su organización. (Lander, 2011, 23)
Teniendo en cuenta lo hasta aquí expuesto, nos interesa detenernos en los programas vigentes del
Seminario: Literatura Patagónica para enfocarnos en cómo reproducen o escapan de la trampa
colonial moderna que está implícita en la misma propuesta de institucionalización.
En principio, cabe señalar que ambos programas parten, explícita o implícitamente, del
reconocimiento de que la literatura patagónica es un corpus de escritores y textos vinculados a esa
región geográfica; y que históricamente han sido marginalizados por un centro cultural. Sin
embargo, lo que no ingresa en estos posicionamientos, y que sería oportuno pensar, es el
reconocimiento de cuál ha sido o es, ese centro en función del cual se ha posicionado a la literatura
patagónica en un lugar de marginalidad. Ambos también comparten la postura política y
epistemológica de una institucionalización estratégica de la literatura patagónica. Es por esto, que
el concepto de literatura patagónica se asume, en ambos programas, como aquel que ha permitido
posicionarse estratégicamente en un mapa literario ya trazado. Es decir, como aquel espacio que
permite construir y discutir pertenencias. Cabe aquí una aclaración, una de las propuestas asume
esta institucionalización como un hecho dado. En los contenidos de la Unidad I específicamente se
alude al estudio de la Patago ia o o egió geo- ultu al Casi i, , si i gú tipo de
mención a su problematización. Sin duda siguiendo los planteos de Rodolfo Kusch considera a la
Patagonia como una región geo-cultural signada por la unidad, concepción que naturaliza la
homogeneización y que imposibilita que sujetos que habitan un mismo lugar puedan pensarse y
construirse desde la diferencia.
La otra propuesta parte de la problematización que esta regionalización suscita. Esta
problematización es la primera línea de fuga con la que nos hallamos, ya que la entidad literatura
patagónica está cuestionada, revisada y puesta en tensión tanto en la fundamentación del

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programa, en los contenidos, el corpus y la bibliografía propuesta. Por ejemplo, en la
fundamentación se explicita:

La literatura patagónica no constituye una entidad, sino, más bien, un problema. El


concepto de literatura patagónica es problemático en su formulación misma y puede
decirse que, desde su aparición, ha estado sometido a las tensiones, contradicciones,
inseguridades y ambigüedades de la discusión. Y esto, a pesar de que se trata ya de un
concepto relativamente institucionalizado, como lo muestra la existencia de esta cátedra.
Es probable que, en principio, lo que se halle en el fondo de este concepto problemático
sea una situación: la del escritor provinciano, marginado de los centros culturales del país.
La concepción de una literatura patagónica podría pensarse así como un movimiento
estratégico, de política cultural, llevado a cabo por escritores, profesores e instituciones
(una comunidad de lectores y escritores), con el fin de enfrentar esa situación de
marginalidad. (Williams, 2014, 1)

Y en los contenidos de la Unidad I se verifica ese posicionamiento:

La literatura patagónica: concepciones, debates, discursos; la agenda cultural. Conceptos


de literatura regional, campo literario patagónico, literatura latinoamericana del sur,
identidad cultural y otros. (Williams, 2014, 2)

Una segunda línea de fuga al planteo colonial moderno estaría en la proposición de construir una
genealogía argentina y/o latinoamericana para la literatura patagónica, la cual permita escapar a la
camisa de fuerza impuesta desde la tradición literaria occidental. En sintonía con este planteo,
encontramos, en uno de los programas, u ví ulo e t e lite atu a egio al literatura
latinoamericana del sur Willia s, , ; vínculo que complejiza toda reflexión teórico-crítica
sobre la genealogía en la que se inserta a la literatura patagónica, en tanto presupone una
reconfiguración del campo literario patagónico en función del campo literario argentino, leído éste
desde una perspectiva no eurocéntrica sino latinoamericana. Creemos que esta actitud remeda el
gesto fundante del pensamiento decolonial: el proponer paradigmas otros en tanto rediscutir las
posiciones en que, en este caso la literatura patagónica, ha sido colocada y a su vez sentar posición
desde dónde se lee el campo de la literatura argentina: literatura latinoamericana del sur.
En el segundo programa, hay una intención manifiesta de lee desde u sa e situado Casi i,
2013, 1). El problema está en la genealogía que ese programa construye y por ende en el lugar en
el que coloca a ese saber: su anclaje es la literatura de viaje europea del Siglo XIX. Esto puede
observarse, por ejemplo, en los contenidos y bibliografía consignados en la Unidad I:

Los textos fundadores. El texto del foráneo. El siglo XIX y la construcción del imaginario
sobre la Patagonia. Bibliografía: Pigafetta, Antonio, Guinnard, A.M.; Darwin, Charles;
Bridges, Lucas.

Los textos fundadores de la genealogía propuesta son aquellos que remiten al discurso eurocéntrico
de la modernidad y que reproducen la tradición literaria occidental, por lo cual la intención política
y epistemológica de situar el conocimiento queda desdibujada.
La primera constatación a la que nos lleva el análisis propuesto es que no son muchas las trampas
que los programas le han podido tender al marco que los contiene. Sin embargo, se percibe un
recurrente intento por reconfigurar este campo disciplinar, más allá de los existentes parámetros
institucionales. Los aciertos se dan en mayor medida en tanto se propone una reflexión metacrítica

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de ese mismo campo y la construcción de genealogías que encarnen saberes y experiencias otras,
alternativas al pensamiento eurocéntrico.
Finalmente, y a modo propositivo, consideramos, que a los aciertos ya mencionados podría
sumarse, siguiendo los valiosos aportes del pensamiento decolonial latinoamericano no sólo la
revisión constante de los procesos de producción del conocimiento, en términos históricos y
espaciales, sino también la desnaturalización de las formas canónicas de aprehender-construir-ser
en el mundo; particularmente de aquella que históricamente nos ha situado en el lugar del otro.

Bibliografía:
Casi i, “ilvia. P og a a de “e i a io: Lite atu a Patagó i a , Depa ta e to de Let as “ede
Trelew, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, 2013.

Lander, Edgardo. Cie ias “o iales: sa e es olo iales eu o é t i os e La de , Edga do o p.


La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos
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Latinoamericano de Ciencias Sociales – CLACSO, 2011.

Nalli , Ma ía Aleja d a. P ólogo e Nalli , Ma ía Aleja d a, Lilia a Massa a ‘a uel del Valle
Guzman (dir). La literatura delnoroeste argentino: reflexiones e investigaciones. Vol II. San Salvador
de Jujuy: Universidad Nacional de Jujuy, 2012.

P o e to ACTUALI)ACIÓN 999 DEL PLAN DE E“TUDIO“ DE LA LICENCIATURA EN


LETRAS EN CINCO AÑO“ . Fa ultad de Hu a idades Cie ias “o iales, UNive sidad Na io al de
la Patagonia San Juan Bosco

Quija o, A i al. Colo ialidad Mode idad-‘a io alidad e Bla k u , ‘o i et.al. . Los
conquistados. 1492 y la población indígena de las Américas. Tercer Mundo editores, 1992: 437-447.

Willia s, A iel. P og a a de “e i a io: Lite atu a Patagó i a , Depa ta e to de Let as “ede


Trelew, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, 2014.

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