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Relativismo Cultural.
Determinismo y libertad.
Razón y pasión.
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INTRODUCCIÓN
Filosofía
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
cias, que a lo largo de la historia han ido fragmentándose en 1 Sólo este reconocimiento
diversas ramas o especialidades cada una de las cuales del carácter esencialmente
atiende sólo a un ámbito específico de la realidad (así han prejuicioso de toda com-
ido surgiendo la astronomía, la biología, la geología, etc.). prensión confiere al proble-
La filosofía es, por lo tanto, un saber general, y como tal ma hermenéutico toda la
agudeza de su dimensión.
pone en cuestión cualquier tema y reflexiona sobre el ser
Medido por este patrón se
humano (¿Qué es el ser humano? ¿Qué significa ser "per- vuelve claro que el histori-
sona"?), sobre la ciencia (¿Es la ciencia un conocimiento cismo, pese a toda crítica
seguro? ¿Cómo se distingue la ciencia de otro tipo de al racionalismo y al pen-
conocimiento?) o sobre la propia filosofía (pues la pregunta samiento iusnaturalista, se
"¿Qué es la filosofía?" es a su vez una pregunta filosófica), encuentra él mismo sobre
entre otras cosas. el suelo de la moderna
Ilustración y comparte
Un aspecto importante es el hecho de que no hay una única impensadamente sus pre-
"Filosofía", como el nombre nos podría hacer creer, sino que juicios. Pues existe real-
es más correcto hablar de filosofías, de diferentes modos de mente un prejuicio de la
ver el mundo y de entenderlo. Por lo tanto no hay un marco Ilustración, que es el que
común general al que todos los filósofos se remitan cuando soporta y determina su
afirman que hacen filosofía. Ahora bien, sería incorrecto esencia: este prejuicio
básico de la Ilustración es
pensar que cada una de estas filosofías es producto exclu-
el prejuicio contra todo pre-
sivo de la originalidad de su creador y que, por lo tanto, cada juicio y con ello la desvir-
filosofía es un mundo aislado sin conexión con las demás. tuación de la tradición. Un
Por el contrario, la filosofía de cada autor está en relación no análisis de la historia del
sólo con las filosofías previas, frente a las cuales reacciona concepto muestra que sólo
(bien para criticarlas, bien para complementarlas), sino tam- en la Ilustración adquiere el
bién en relación con un momento histórico determinado, con concepto del prejuicio el
matiz negativo que ahora
sus peculiares características, necesidades y problemas. tiene. En sí mismo "pre-
Así pues, tanto a nivel histórico como a nivel teórico, toda juicio" quiere decir un juicio
filosofía es una filosofía situada. Veamos con más detalle que se forma antes de la
qué quiere decir esta expresión: convalidación definitiva de
A) Decimos que una filosofía está situada históricamente todos los momentos que
porque se encuentra inmersa en el devenir de los acontec- son objetivamente determi-
nantes. "Prejuicio" no sig-
imientos históricos como un momento más. Ninguna filosofía
nifica pues en modo alguno
puede salirse de la historia y juzgar a los demás "desde el juicio falso, sino que está
exterior". Su situación en un momento concreto de esa en su concepto el que
misma historia conlleva necesariamente un determinado pueda ser valorado positi-
punto de vista que no ha sido libremente elegido. vamente o negativamente.
B) A nivel teórico toda filosofía está situada en el sentido de H. G. Gadamer. VERDAD Y
que incorpora una serie de prejuicios que condicionan su MÉTODO
modo de pensar y que impiden, de esta forma, una supues-
ta "neutralidad y objetividad". El filósofo H. G. Gadamer, en
su obra Verdad y método , hace hincapié sobre la presencia
del prejuicio en toda filosofía, y la imposibilidad de su elimi-
nación, cuestionando también la presunta ventaja de la elim-
inación del prejuicio1.
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UNIDAD 1
Naturaleza y Cultura
Evolución y sociedad
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
ción de los maxilares y de una nueva disposición dental sin 2 La aptitud para la posi-
grandes colmillos. ción bípeda debió de afir-
El proceso de hominización trajo consigo también un proce- marse por las indudables
so de humanización, es decir, una vez constituida la especie ventajas que el bipedismo
humana, se desarrolló el entorno cultural, esto es, el desar- ofrecía en un medio abierto
y poco boscoso. El primate
rollo técnico a partir de la fabricación de instrumentos, las
que podía enderezarse y
relaciones sociales con los congéneres y la comunicación, desplazarse con las articu-
haciendo del ser humano, un ser eminentemente social. laciones posteriores tenía
un mejor control del ter-
NATURALEZA Y CULTURA EN EL COMPORTAMIENTO reno, extendiendo el
HUMANO campo visual. Podía divisar
desde lejos eventuales
depredadores y buscar
cultura refugio a tiempo. Tenía
además mayores oportu-
La palabra cultura y el adjetivo culto poseen usos y significa- nidades en la recogida de
dos distintos. Se considera "falta de cultura" a la ignorancia frutos y bayas para comer;
acerca de ciertos hechos o temas de especial significación. en fin, la mano liberada de
Existen países que poseen "Ministerios de Cultura". Hay las funciones de apoyo y
de sostén, podía usarse
monumentos considerados "Patrimonio Cultural". En todos
para blandir palos o
estos ejemplos la palabra cultura se asocia con saberes, con empuñar piedras, para
obras y creaciones de la inteligencia o del arte humano. defenderse o cazar.
Pero también se usa la palabra cultura para referirse a otros Podemos ver otras venta-
asuntos, como la manera de comer, de vestirse, de salu- jas del bipedismo en el
darse, etc., en un sinfín de comportamientos cotidianos. En incremento de vínculos
este caso la palabra cultura se refiere, a cualesquiera usos sociales y familiares. La
posibilidad de procurarse
y costumbres de una sociedad determinada. alimento y de trasportarlo
De acuerdo con estos ejemplos podríamos definir dos tipos al territorio familiar debió
de cultura: la normativa y la antropológica. La primera se favorecer una división de
relaciona con el cultivo de la mente y del espíritu, a través de los quehaceres entre el
la educación. La segunda abarca las reglas de compor- macho y la hembra: el
tamiento y demás aspectos de la vida de las sociedades. primero se encargó sobre
todo lo de la búsqueda de
alimentos, mientras que la
naturaleza humana y cultura segunda cuidaba de la
prole. El bipedismo, al ser
Aunque la naturaleza y la cultura correspondan a tipos de un comportamiento adquiri-
comportamiento radicalmente distintos (genéticamente pro- do, exigió una relación
gramado/socialmente aprendido), la relación entre la natu- parental más estrecha.
raleza y la cultura no ha de entenderse como la mera yuxta- F. Facchini, “El origen del
hombre”, en:
posición de dos elementos extraños: en el ser humano la InTRODuccIón A lA
naturaleza misma posibilita y exige que sé que despliegue la pAlEOnTOlOgíA.
cultura.
La necesidad de cultura viene impuesta por las carencias
propias de nuestra naturaleza. Lo natural, la herencia biológ-
ica, es escasa en el ser humano. Nuestra estructura biológ-
ica y psíquica nos ha dotado de ciertas necesidades y de
algunas disposiciones constitutivas. Sin embargo, en el
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UNIDAD 1
Naturaleza y Cultura
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
DETERMINISMO Y LIB-
ERTAD
Libertad es entendida
como la propiedad de
determinadas acciones o
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UNIDAD 2
Dimensión del ser humano
Para comenzar actos del ser humano que le permite decidir y elegir entre
varias posibilidades y le hace un ser responsable.
1. Cómo definirías a la Tanto en el lenguaje con que ordinariamente describimos
pasión? nuestras acciones, nuestros proyectos o nuestras deci-
2. ¿Qué consideras preferi- siones, como en los momentos aparentemente más irrele-
ble, estar dominado por vantes de nuestro cotidiano vivir, nos es dado encontrar y
una pasión o no tener reconocer una huella de eso que llamamos libertad. En este
ninguna? Razona tu
sentido la libertad se nos aparece como un hecho, como
respuesta.
3. ¿Tiene algo que ver la algo inmediato, con la suficiente claridad para que no sea
libertad con "hacer lo que necesario hacernos cuestión de ella. Otras veces, en cam-
me dé la gana"? bio, cuando tratamos de descubrir los diferentes motivos
4. Enumera cinco cuali- que han concurrido en una acción nuestra, nos encontramos
dades mentales y cinco torpes, sin saber muy bien por qué hemos actuado como lo
cualidades corporales. hemos hecho, si ha sido libremente o más bien determina-
5. Analiza a tu criterio la
dos (por un impulso, por una coacción, etc.).
frase "mens sana in cor-
pore sano" (una mente Pero ¿y si resultase que la libertad es un simple fenómeno?,
sana en un cuerpo sano). es decir ¿una apariencia? Creemos que nuestras accionas
6. ¿Qué sentidos tiene la son libres y como tales las interpretamos. Pero ¿no estarán
palabra conciencia? nuestras acciones determinadas en un sentido o dirección
inexorable?
Se conoce como determinismo la teoría que niega la reali-
Para debatir dad de la libertad, aunque nos pueda parecer, a causa de un
conocimiento insuficiente, que nuestras acciones son libres.
Lee “Las ruinas circulares” De hecho no los son. En sentido propio y riguroso, el deter-
de Jorge Luis Borges minismo consiste en la afirmación del carácter necesario y
(anexo 2). Con base a la determinado de la realidad, incluyendo sus desarrollos y
lectura argumenta la sigu- movimientos. Es así que lo que solemos llamar "acciones
iente pregunta: ¿Qué
libres", "libertad", "libre albedrío" o "voluntad libre" son
relación existe entre reali-
dad, sueño y libertad? meras apariencias.
RAZÓN Y PASIÓN
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
con los deseos y las inclinaciones. Pero no todos los deseos Vocabulario
ni todas las inclinaciones son pasiones. Hay deseos moder-
ados y hay inclinaciones tranquilas, solamente son pasiones Estoicismo:
cuando van acompañadas de exceso y violencia. Doctrina filosófica que
b) El exceso y la violencia hacen que las pasiones sean irra- nace con Zenón de Citio y
cionales, rebeldes y desobedientes a la razón. La razón rep- mantiene una moral funda-
resenta en este caso la visión lúcida, el conocimiento objeti- da en la razón, el dominio
de las pasiones y la
vo, entonces la pasión tenderá a asociarse a la falta de
aceptación del destino.
conocimiento, a la pérdida del juicio. De este modo, la razón Séneca y Marco Aurelio
representará frecuentemente a la lucidez frente a la locura, fueron representantes del
es decir, la percepción objetiva de las cosas frente a su per- estoicismo romano.
cepción deformada por la pasión.
c) La pasión es una perturbación psíquica que es contraria a
la naturaleza, es decir, contrario a la razón recta y natural.
Razón = Conocimiento Pasión = Irracionalidad
Lucidez Locura
Visión Ceguera
Objetividad Subjetividad / Falta de objetividad
Orden Desorden
Salud Enfermedad
Soluciones al conflicto
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UNIDAD 2
Dimensión del ser humano
3 Esta guerra interior de la lutamente malas, pero si peligrosas en cuanto que su fuerza
razón contra las pasiones puede perturbar e impedir el juicio razonable.
ha hecho que aquellos que 3.- Sublimación: F. Nietzsche se opuso abiertamente a las
han querido la paz queden actitudes estoicas y cristiana señalando que la energía
divididos en dos sectas. pasional puede orientarse hacia objetivos y tareas ideales.
Los unos han pretendido
La pasión, de esta manera, puede espiritualizarse o
renunciar a las pasiones y
convertirse en dioses; los divinizarse. Una idea similar fue desarrollada por S. Freud
otros han pretendido en su teoría del psicoanálisis, en donde se habla de subli-
renunciar a la razón y con- mación. La sublimación consiste en canalizar la energía cor-
vertirse en bestias. Pero no respondiente a impulsos y deseos reprobables empleándola
han podido ni los unos ni en actividades y objetos de carácter superior o cultural. De
los otros. La razón continúa acuerdo con el psicoanálisis, gran parte de las creaciones
ahí siempre, recriminando
la bajeza y la injusticia de
artísticas, religiosas (misticismos), etc. tendrían como origen
las pasiones e impidiendo la sublimación.
descansar a los que se 4.- ¿Conflicto interminable?: Frente a las propuestas ante-
abandonan a éstas. Y las riores cabe pensar que el enfrentamiento entre la razón y las
pasiones permanecen pasiones es un conflicto estructural que pertenece a la
vivas en quienes quieren propia constitución del ser humano y que, por tanto, es inútil
renunciar a ellas.
buscarle cualquier solución definitiva3.
B. Pascal. pEnSÉES.
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
sin éste. Esta teoría según la cual el ser humano se com- Conexión con:
pone de dos sustancias, alma (mente) y cuerpo, fue desar-
rollado en la antigüedad por Platón y coincide fundamental- Mecánica
mente con la doctrina tradicional cristiana. La noción de La palabra autómata
"alma" es una noción complicada, ya que, desde la proviene del latín automăta
antigüedad hasta nuestros días, suele relacionarse con dos y este del griego
tipos de fenómenos distintos: como principio de vida y como automatos, que significa
espontáneo o con
principio de pensamiento. A partir de esta observación
movimiento propio. Según
trataremos de avanzar algo más preguntándonos qué la RAE, los autómatas son
relación existe entre la vida en general y el pensamiento, a máquinas que imitan la
través de las teorías de cuatro filósofos: figura y los movimientos de
1.- El modelo aristotélico: Aristóteles concibe al alma fun- un ser animado. Un equiva-
damentalmente como principio de vida, como causa interna lente tecnológico actual
de todas las actividades vitales, como capacidad vital del serían los robots
autónomos, que, si son
organismo. Todos los vivientes, desde el más elemental
antropomorfos, se conocen
hasta el ser humano poseen vida y, por lo tanto, alma. El con el nombre de
pensamiento humano es una actividad vital que, como las androides.
demás, no aceptaba que el alma humana pudiera existir Busca en internet, revistas,
separada del organismo. periódicos o documentales
2.- El modelo platónico: Para Platón el alma es fundamen- una noticia actual acerca
del uso de autómatas en
talmente el principio del pensamiento, del conocimiento
medicina o biotecnología.
racional. Platón identifica el alma con la razón, que puede Elabora un resumen de
existir y actuar independientemente del cuerpo. cuatro párrafos al respecto
Ciertamente, mientras el alma se halla unida al cuerpo es y comprate tus descubrim-
también principio de vida para éste, pero esta función desa- ientos con tus compañeros
parece cuando el alma se separa del cuerpo; entonces de clase.
vuelve a ser lo que propiamente es: pura razón. Platón acep-
ta, pues, que el alma humana puede existir separada del
cuerpo.
3.- El modelo tomista: Santo Tomás de Aquino insistió en
que el alma y el cuerpo están unidos de modo que forman
una única sustancia (el ser humano) siguiendo en este punto
a Aristóteles, si bien insistió igualmente en que el alma es
una sustancia inmaterial que puede existir separada del
cuerpo. Obviamente en esto último su posición se mantuvo
cercana al platonismo.
4.- El modelo cartesiano: Descartes es más radical aún
que Platón. Alma y cuerpo (o materia) son sustancias het-
erogéneas: el atributo fundamental del alma es el pen-
samiento (toda actividad mental) y el atributo fundamental
del cuerpo es la extensión. Los seres vivos son seres mate-
riales y, por tanto, carecen de alma: no son sino máquinas,
mecanismos ("autómatas") que funcionan meramente de
acuerdo con las leyes de la mecánica. El alma, por lo tanto,
es exclusivamente el sujeto de los actos mentales. En
Descartes se identifican, pues, alma y mente por un lado, y
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UNIDAD 2
Dimensión del ser humano
Vocabulario cuerpo y materia inerte por otro lado. Alma y cuerpo son dos
sustancias distintas, cada una de las cuales no necesita de
Monismo: la otra para existir.
Teoría según la cual existe
solamente un tipo de reali- Monismo y dualismo
dad. El monismo material-
ista afirma que la única La experiencia nos permite distinguir los hechos mentales
realidad existente es la
de los hechos físicos. También nos demuestra que determi-
materia. Sostiene que los
estados mentales son esta- nados hechos mentales ocurren siempre conjuntamente con
dos del cerebro. determinados hechos físicos que tienen lugar en el cuerpo.
A esto surge una nueva interrogante acerca de la relación
existente entre los hechos mentales y el cuerpo.
Monismo
Dualismo
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
aba que la mente es un alma, es decir, una sustancia inma- Para debatir
terial cuya esencia es pensar y que puede existir independi-
entemente del cuerpo. Lee “El hombre de arena”
La dificultad mayor para las teorías dualistas consiste en de E.T.A. Hoffman (anexo
explicar la relación existente entre ambas sustancias, cómo 3). Con base a la lectura
y por qué los hechos mentales van regularmente acompaña- argumenta la siguiente
dos de ciertos hechos físicos, corporales. Las soluciones pregunta: ¿Qué pasaría, si
en un futuro cercano, las
aportadas dentro de la escuela cartesiana son las tres sigu-
máquinas desarrollaran
ientes: cualidades que se
1. Interaccionismo o influencia recíproca, tesis según la atribuyen exclusivamente a
cual los hechos mentales influyen en los hechos físicos y los humanos como sentir o
viceversa. amar?
2. Ocasionalismo. No hay influencia recíproca entre las dos
sustancias (mente y cuerpo). La única causa es Dios, que en
cada caso actúa de modo que ambas series de hechos se
produzcan en perfecta correspondencia.
3. Armonía preestablecida. No hay influencia recíproca
entre las dos sustancias (mente y cuerpo), pero la serie de
los hechos mentales y la serie de los hechos físicos están
armonizadas o sincronizadas de tal modo que siempre que
se produce un hecho en una de las series se produce el
hecho correspondiente en la otra serie.
Además del dualismo cartesiano existe otra forma de dualis-
mo menos radical, que podemos denominar dualismo de las
propiedades. Según esta teoría no puede afirmarse que las
propiedades mentales no son propiedades físicas. Entre
ambos tipos de propiedades existe una estrecha relación.
Esta relación puede denominarse como "emergencia": las
propiedades mentales surgen a partir de las propiedades
físicas, y eso significa que dos organismos con propiedades
físicas idénticas poseen también propiedades mentales
idénticas.
la conciencia y el inconsciente
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UNIDAD 2
Dimensión del ser humano
la estructura de la mente
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ACTIVIDADES
Unidad 1 pasiones?
Unidad 2
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TALLER DE MANEJO DE INFORMACIÓN
Trabajo con documentos
Texto I
Texto II
L a humanidad primitiva era también cabal en su dualidad: cada ser tenía dos caras
en una misma cabeza, cuatro manos y otras tantas piernas, cuatro orejas y dos
sexos (...) Su fuerza y su vigor eran tan prodigiosos que ambicionaron escalar el cielo e
invadir la morada de los dioses. Mal podrían éstos consentirlo, pero tampoco querían
deshacerse de los hombres y aniquilarlos, privándose entonces de los honores y ofren-
das que de ellos recibían. Necesitados, pues, de los mortales, pero temerosos de su
pujanza, Zeus y los demás dioses deliberaron y luego acordaron cortarlos por la mitad,
duplicando su número de esta manera, a la vez que le restaban a cada uno la mitad de
su poder. Este corte, originario de la condición humana actual, desdobló la naturaleza del
ser primitivo, y dejó a cada hombre con la oscura convicción de que el suyo no era más
que medio ser, y con el anhelo de reunirse con la otra mitad, que lo complementaría de
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
nuevo. El ser humano tiene, pues, el afán constitutivo de formar un solo ser, entero y
cabal, con el ser ajeno. Por esto, el amor de unos por otros está implantado en el ser
mismo de los hombres. El amor sería como la expresión de una insuficiencia metafísica.
Pero más agudamente todavía, la expresión misma sería consecuencia de esa mer-
mada condición ontológica del hombre. El amor se lograría en plenitud, y con él se
lograría la plenitud del ser propio, mediante la reunión cumplida con el ser del otro. Pero
este amor puede aspirar a la comunión porque el otro no es un ser ajeno, en el sentido
de ontológicamente extraño al propio: con dos partes disímiles no puede recomponerse
una unidad. El otro es un ser al que llamamos prójimo, o semejante, porque su ser no es
tan ajeno que no pueda apropiarse: tiene constitutivamente la disposición de ser parte del
ser propio. Y esta disposición radical es la que determina la expresión. La palabra es el
nexo de vinculación y de restablecimiento de la "unidad primitiva", como se llamaba el
mito, o sea el modo de lograr la plenitud ontológica...
Eduardo Nicol. METAFíSIcA DE lA EXpRESIón.
Texto III
E se peregrino del ser, ese sustancial emigrante, es el hombre. Por eso carece de
sentido poner límites a lo que el hombre es capaz de ser. En esa limitación prin-
cipal de sus posibilidades, puesto que no tiene naturaleza, sólo hay una línea fija,
preestablecida y dada, que puede orientarnos; sólo hay un límite: el pasado. Las experi-
encias de vida hechas estrechan el futuro del hombre. Si no sabemos lo que va a ser
sabemos lo que no va a ser. Se vive en vista del pasado.
En suma, que el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia. O lo que es
igual, lo que el naturaleza es a las cosas, es la historia –como res gestae- al hombre.
José Ortega y Gasset. HISTORIA cOMO SISTEMA
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JUEGOS
Completa la siguiente frase con las pistas ofrecidas abajo
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2 da
PARTE El Conocimiento
Contenidos:
El lenguaje y el conocimiento.
Lenguaje y pensamiento.
Lógica Formal.
Lógica Proporcional.
El saber científico.
Teoría y experiencia.
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Concepto
comprensión
Término Referencia
significante extensión del concepto
Lengua y habla
LENgUAJE Y PENSAMIENTO
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
RAZONAMIENTO LÓgICO
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
LÓgICA FORMAL
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
El silogismo
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
S - M S - M M - S M - S
S - P S - P S - P S - P
Actividades:
1. Dado los conceptos ROCA, MAMÍFERO y GATO, constru-
ir con ellos un silogismo categórico de forma típica sólido, de
la forma AEE-4.
2. Con los conceptos GUSANO, POLÍTICO y VERTEBRA-
DO, construir un silogismo en forma típica sólido con la
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
forma AOO-2.
3. Con los conceptos ECUATORIANO, CUENCANO y
MADRILEÑO, construya un silogismo categórico de la forma
EIO-2
LÓgICA PROPORCIONAL
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Proposiciones y simbolización
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
¬ ^ V → ↔
Negación Conjunción Disyunción Inferencia Equivalencia
(No) (Y) (O) (Implica) (Si y solo sí)
Ejemplo #1
Para que Elena sea feliz y no gruña basta que esté de buen
Para que P y no Q, basta humor. Nada más si tiene buenas notas Elena es feliz.
que R. Nada más si S P. Luego tiene buenas notas, dado que está de buen humor.
Luego S, dado que R. P: Elena sea feliz
1. R → (P ^ ¬ Q) Q: Elena gruña
2. S → P R: Elena esté de buen humor
3. R → S S: Elena tenga buenas notas
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Actividades
1. Para que Grecia juegue no hay otra vía posible fuera de que
España lo haga; dado que, el hecho de que Grecia no participe en
el juego se produce al ser falso que, a pesar de que Dinamarca
no juegue Francia lo haga. A más de eso, el que Francia no
juegue al no hacerlo España, depende de que Dinamarca no tome
parte en el juego.
2. El hecho de que no se da el caso que Jacinto viva adecuada-
mente en el supuesto de que no estudie humanidades, se pro-
duce derivado de que sus estudios universitarios no se justifican.
La única vía para que él estudiara ciencias naturales sería que ora
estudiara humanidades ora no viviera holgadamente. Luego, no
es el caso que estudie ciencias naturales y su estudios universi-
tarios no se justifiquen. Dado que vivirá de modo adecuado al no
estudiar humanidades, siempre y cuando lleve una vida holgada.
3. Las ventas al por menor aumentan en la hipótesis de que los
salarios suban, dado caso que los precios bajen. Es impre-
scindible que la publicidad aumente al estancarse las ventas al
por menor, para que los salarios suban. La única receta aplicable,
para que a menos que las ventas al por menor aumenten la pub-
licidad crezca, es que los especuladores ganen más. Así pues, no
es una falsedad el afirmar que la baja de precios significará mayor
ganancia de los especuladores.
4. Me atacan cuando estornudo, mas solo me atacan si me defien-
do. Es indispensable que me den iras para que me defienda;
además muerdo las veces que me dan iras. No he mordido. Me
quedo tranquilo, siempre y cuando no muerda ni me ataquen; con
todo, únicamente cuando estornudo me quedo tranquilo. Luego
me defiendo.
5. Estoy contento las veces que no hay bulla y no recibo quejas;
mas solo las ocasiones en que leo estoy contento. Aunque exclu-
sivamente hay bulla en el supuesto de que los vecinos estén, hay
bulla cuando leo. Me pongo molesto siempre y cuando los veci-
nos estén; además recibiré quejas en el supuesto de que me
ponga molesto. No recibo quejas. Luego los vecinos están.
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UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
6. Es imprescindible que Chile boicotee la alianza al no hacerlo Perú, para que Brasil la boicotee.
Es obvio, pues, que el hecho de que Argentina participe en la alianza, es inevitable para que Chile
la boicotee al boicotearla Brasil. Además es falso que se de la situación de que el boicot de Perú
dependa de la ausencia de boicot de Chile, dado caso que Ecuador no se sume a la alianza. Hay
que añadir que, nada más en la hipótesis de que Chile boicotee la alianza Brasil la boicoteará,
siempre que Argentina se una a ella.
7. Nada más las veces que Berta está presente lo está Ana. Pero esta se hallará presente a no
ser que Dora sea elegida. Que ésta lo sea, depende de modo inevitable de que la opinión de Elisa
prevalezca. Es obvio pues, que Carolina será elegida a menos que la opinión de Elisa prevalez-
ca; razón de que, hará que Carolina sea elegida el hecho de que Berta esté presente.
8. Únicamente las veces que no me enojo me aburro; no obstante, me aburro las veces que no
llueve y no tengo visitas. Ahora no llueve. Tengo problemas nada más cuando llueve, aunque solo
no salgo las veces que tengo problemas. Por estas razones no salgo. Pues: para que no me enoje
es indispensable que tenga visitas, mas no salgo las ocasiones que tengo visitas
9. Me animo, siempre y cuando no haga calor y no me miren; sin embargo, exclusivamente las
veces que saludo me animo. No me siento bien cuando me miran, mas solo en el supuesto de que
me miren saludo. A pesar de que únicamente no me siento bien las veces que hay mucha gente,
la verdad es que hay mucha gente solo cuando hace calor. Pero no hace calor. Luego no me sien-
to bien.
10. Ambato o Guayaquil polucionarán. Y, claro, esta situación producirá que los citadinos vayan al
campo y que las vacas se sientan incómodas, en caso de que se diera una superpoblación.
También, que las vacas se sientan incómodas significará que se genere un decrecimiento en la
producción lechera. Además, ciertamente es necesario que Guayaquil no polucione a no ser que
los citadinos vayan al campo y Ambato polucione, en razón de que decrece la producción lechera
aunque las vacas no se sientan incómodas.
11. Hará que Pérez compre el terreno el hecho de que construya un edificio. El que construya un
edificio depende de modo inevitable que el terreno se venda barato. Nada más en el caso de que
construya un edificio Núñez comprará el terreno. Es obvio, pues, que Pérez compre el terreno a
menos que el terreno no se venda barato; en razón de que Núñez compre el terreno a no ser que
se construya un depósito.
12. El que visite a mis padres será condición necesaria de que pare en la frontera. Iré a Canadá
en verano a más de que pare en la frontera, al comprar un auto en primavera o ajustar mi auto
viejo. Mis padres insistirán que me quede con ellos en el verano suponiendo que vaya a visitar-
los. Por lo ya dicho es obvio que no ajustaré mi auto viejo. Dado que, el hecho de que mis padres
insistan que me quede con ellos en el verano, haga que me quede hasta el otoño; mas, no iré a
Canadá en el verano bajo la hipótesis de que me quede hasta el otoño.
13. Egipto se unirá a la alianza, y para ello basta que ya no la rompa Irak ya no la rompa
Marruecos. En consecuencia, únicamente Jordania se suma a la alianza en el caso de que Egipto
se una en el supuesto de que Siria la rompa. Dado que, el que Irak no rompa la alianza a pesar
de Yemen lo haga, es suficiente para que Jordania o Argelia se sumen a la alianza.
14. El puente será arrastrado por las aguas a no ser que los ingenieros hayan cometido un error.
Pues, que el camino de la hacienda esté estropeado depende, de manera inevitable, de que los
ingenieros hayan cometido algún error. Hay que recordar que siempre que continua la lluvia, el río
aumenta. Pero la lluvia continúa a menos que el camino de la hacienda esté estropeado. Además,
hará que el puente sea arrastrado por las aguas, el hecho de que el río aumente.
15. El hecho de que si Sisebuto gane la lotería y Torcuata no demuestre que es un androide es
suficiente para que Máximo recupere su salud, a no ser que caiga una cortina de humo en la ciu-
dad. Sin embargo, todo lo escrito antes no se dará si los bomberos esconden las mangueras y el
gobierno no reconoce el esfuerzo que hacen, si y solo sí la gente tuviera conciencia de su ciu-
dadanía.
Tablas de verdad
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
P ^ Q P v Q
¬ P
V V V V V V
F V V F F V V F
F F V F V V
V F
F F F F F F
P → Q P ↔ Q
V V V V V V
V F F V F F
F V V F F V
F V F F V F
Ejemplo:
Construir la tabla de verdad de la siguiente fórmula proposi-
cional:
[(p → q) → p] → (p v r)
33
UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
[(p → q) → p] → (p v r)
V V V V V V V V V
V V V V V V V V F
V F F V V V V V V
V F F V V V V V F
F V V F F V F V V
F V V F F V F F F
F V F F F V F V V
F V F F F V F F F
Actividades:
Construir una tabla de verdad de las siguientes fórmulas
proporcionales:
a) {[p ^ (q → r)] v [(p ^ r) ↔ ¬ q]}
b) {p → [p v (q v ¬ p)]}
c) (p ^ q) → [p v (r → q)]
d) [(p v ¬ q) → p ^ (¬ q v r)] ↔ [(p v ¬ r) ^ q]
Inferencias
Regla
Doble Negación
De una premisa, p, puede concluirse su doble negación y viceversa.
(DN)
De dos proposiciones, tomadas como premisas, puede concluirse la conjunción de
Conjunción (Con)
ambas.
Simplificación (S) De una conjunción puede concluirse cualquiera de las proposiciones que la componen.
De una proposición, p, tomada como premisa, puede concluirse la disyunción de ésta
Adición (Ad)
con cualquier otra proposición.
Modus Ponens De una fórmula condicional y la afirmación de su antecedente como premisas puede
(MP) concluirse la afirmación del consecuente.
Modus Tollens De una fórmula condicional y la negación de su consecuente como premisas puede
(MT) concluirse la negación del antecedente.
S i l o g i s m o De una disyunción y la negación de uno de sus miembros como premisas puede con-
Disyuntivo (SD) cluirse la negación del antecedente.
De una disyunción y dos condicionales cuyos antecedentes son las proposiciones que
Dilema (D) forman la disyunción, puede concluirse la disyunción de los consecuentes de tales
condicionales.
Cuando las premisas son dos condicionales y el antecedente de una es el consecuente
Transtividad
de la otra, puede concluirse una fórmula condicional formada por el antecedente de
(Trans)
ésta y el consecuente de aquella.
34
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
35
UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
EL SABER CIENTÍFICO
36
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Inducción
El método hipotético-deductivo
37
UNIDAD 3
Formas de adquirir y organizar el conocimiento
4 Los procesos mediante es más bien, una combinación de ambos elementos: experi-
los que se llega a estas encia y deducción. La combinación de ambos tiene lugar en
conjeturas científicas fruc- el denominado método experimental o método hipotético
tíferas no se parecen a los deductivo, que se desarrolló en los siguientes pasos:
de inferencia sistemática. a) Observación: El punto de partida de toda investigación
El químico Kekulé, por
científico-natural se halla en la observación de algún hecho
ejemplo, nos cuenta que
durante mucho tiempo o fenómeno cuya explicación desconocemos. Se observa
intentó sin éxito hallar una que una piedra cae hacia el suelo, que uno objeto cilíndrico
fórmula de la estructura de flota en un estanque, que un proyectil disparado horizontal-
la molécula de benceno mente no cae de manera vertical y uno se pregunta ¿por
hasta que, una tarde de qué?
1865, encontró la solución b) Formulación de hipótesis: El siguiente paso es formular
a sus problemas mientras
dormitaba frente a la
una hipótesis capaz de explicar el hecho o el fenómeno
chimenea. Contemplando observado. Una hipótesis es una conjetura, una posible
las llamas, le pareció ver explicación que se acepta provisionalmente a fin de compro-
átomos que danzaban ser- bar cuáles son sus consecuencias.
penteando. De repente, Las hipótesis pueden ser de lo más variado. No obstante,
una de las serpientes se para que sea aceptable como tal, ha de reunir ciertos requi-
asió la cola y formó un anil-
sitos: ha de servir para explicar el hecho y ha de estar for-
lo, y luego giró burlona-
mente ante él. Kekulé se mulada correctamente, es decir sin contradicciones ni
despertó de golpe: se le ambigüedades. De igual manera en la formulación de
había ocurrido la idea de hipótesis es especialmente importante el genio imaginativo.
representar la estructura En este momento del método, la imaginación, la inventiva
molecular del benceno ocupa un lugar preferente. Como ejemplo tenemos el méto-
mediante un anillo hexago- do que a Kekulé se "le ocurrió" para la fórmula del benceno4.
nal.
C. G. Hempel, FIlOSOFíA
c) Deducción de consecuencias a partir de la hipótesis:
DE lA cIEncIA nATuRAl Una vez establecida provisionalmente la hipótesis, el paso
siguiente consiste en deducir consecuencias de ésta.
Supongamos que, al ver flotar un objeto cilíndrico de madera
formulamos la siguiente hipótesis: "flota porque tiene la
forma cilíndrica". De esta hipótesis cabe deducir una conse-
cuencia: si lo que hace flotar al tronco es su forma cilíndrica,
cualquier objeto cilíndrico habrá de flotar también.
d) Comprobación de consecuencia: El experimento: El
paso siguiente consiste en la comprobación experimental de
las consecuencias derivadas de la hipótesis. Esta compro-
bación solo es posible mediante la experimentación. Así de
esta manera cuando en el experimento no se cumplen las
consecuencias de la hipótesis, ésta queda rechazada y
habrá de formularse otra. Si, por el contrario sus consecuen-
cias se cumplen en el experimento, la hipótesis resulta con-
firmada, reforzada, y se seguirá contando con ella y traba-
jando a partir de ella.
El objetivo final es la formulación de leyes experimentales y
su ulterior integración en teorías.
38
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
La Hermenéutica Vocabulario
39
ACTIVIDADES
1. Responde: ¿Para qué sirven los con- vación sin teoría".
ceptos?
13. Elabora un cuadro sinóptico sobre los
2. Establece en un cuadro las diferencias pasos del método hipotético-deductivo.
entre percepción y abstracción.
14. D. Hume afirmaba que la inducción
3. Razona: ¿Percibir es solo recibir? "es la gran guía en la vida humana" y W.
Von O. Quine afirma que "las criaturas
4. Realiza una investigación sobre los que se equivocan insistentemente en sus
órganos de los sentidos y su conexión con inducciones tiene una patética, si bien
el sistema nervioso. Con los datos encomiable, tendencia a morir antes de
obtenidos realiza un gráfico señalando reproducir su género". Comenta estas
sus áreas de proyección en el cerebro. frases y, a partir de ellas, elabora un
pequeño ensayo (150 palabras) sobre la
5. El filósofo griego Heráclito sostenía, importancia práctica de la inducción en la
según se dice, que todo está cambiando vida humana. Utiliza ejemplos para sus-
incesantemente y que nada permanece tentar tu argumentación.
idéntico. Convencido ello, un discípulo
suyo, llamado Cratilo, decidió no volver a 15. Trabajo en equipo: reúnanse en gru-
hablar por el resto de su vida. Explica que pos de 3 personas y realicen una investi-
relación guarda esta postura con la doctri- gación sobre mujeres científicas desde la
na de su maestro en el marco de la Antigüedad hasta nuestros días. Cada
unidad. grupo se ocupará de una época histórica.
El material investigado servirá de susten-
6. Elabora un ensayo de cinco párrafos to para una exposición oral.
que responda a la siguiente cuestión: ¿la
diversidad de lenguas humanas tiene la
unidad como origen, como fin o como
ideal imposible?
40
3 ra
Contenidos:
La elección moral y su justificación.
El trabajo.
La técnica
El arte.
La belleza.
41
UNIDAD 4
La acción moral
1. ¿Cuál es la diferencia Con el término moral solemos mencionar lo que tiene que
entre inmoral y amoral? ver con un conjunto de reglas referidas a la conducta y al
2. ¿Crees que existe una comportamiento de los seres humanos. Estas reglas pre-
justificación racional de los scriben o codifican dicho comportamiento. Pero moral sig-
actos? nifica también el comportamiento determinado de un individ-
3. Formula algunas nor-
uo, de un grupo o de una sociedad, en relación con un deter-
mas o preceptos morales
que consideres válidos. minado código moral. En otras palabras la moral hace
alusión hacia la forma de comportamiento o de conducción
dentro de una sociedad, en relación a las leyes y a las cos-
tumbres.
En griego, la palabra ethos, de donde procede la palabra
ética, hace alusión a tres palabras: morada, carácter y modo
de ser. De esta manera ethos no es sino el carácter, o modo
de ser que los seres humanos van adquiriendo y haciendo
suyo en su vivir. De esta manera, la ética, expresaría el
carácter o modo de ser de una persona, haciendo referencia
a los hábitos o costumbres a través de los cuales va
fraguando su modo de ser.
42
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Hedonismo
43
UNIDAD 4
La acción moral
utilitarismo
44
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
45
UNIDAD 5
La acción productiva
El formalismo analítico
46
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
47
UNIDAD 5
La acción productiva
1 La vida es acción, no pro- materiales que se han de elaborar1. Para el filósofo griego el
ducción, y por ello el escla- trabajo es una actividad forzada, no libre; no propiamente
vo es un subordinado para humana, sino servil. De ahí el menosprecio del trabajo, y la
la acción (...) Tanto los realidad de la esclavitud entendida como algo natural.
esclavos como los ani- b) Mundo Moderno: A lo largo del mundo moderno el traba-
males domésticos suminis-
jo es cada vez más valorado. Favorecen esta valoración los
tran lo necesario para el
cuerpo (...) Los ciudadanos nuevos sistemas económico-sociales aliados con motiva-
no deben llevar una vida de ciones religiosas y el nuevo desarrollo de las tecnologías.
obrero ni de mercader Lo que en la antigua tradición cristiana se consideraba como
(porque tal género de vida una maldición divina que condenaba al humano al trabajo, la
carece de nobleza y es ética protestante, y el naciente capitalismo lo considerarán
contrario a la virtud) ni tam- como una bendición divina y un signo de su gracia. La activi-
poco deben ser labradores
los que han de ser ciu-
dad productiva del ser humano se asemeja así, a la acción
dadanos (porque tanto creadora de Dios, tesis defendida por Max Weber en su libro
para que se origine la virtud La ética protestante y el espíritu del capitalismo2.
como para las actividades
políticas es indispensable propiedad
el ocio).
Aristóteles. pOlíTIcA
El concepto de propiedad juega un papel muy importante en
la organización social del trabajo y en el modo en que una
2 Según la voluntad sociedad satisface sus necesidades mediante la producción
inequívocamente revelada y el consumo de bienes.
de Dios, lo que sirve para Podemos caracterizar la propiedad como el derecho que se
aumentar su gloria no es el posee sobre cosas. La posesión de cosas, el apropiárselas
ocio ni el goce, sino el
viene requerido por las necesidades naturales del ser
obrar; por tanto, el primero
y principal de todos los humano. Y, de otro lado, la persona, como voluntad racional
pecados es la dilapidación y para el desarrollo de su libertad requiere de una esfera
del tiempo (...) El tiempo es exterior suya en que reconocerse libre.
infinitamente valioso, Desde Aristóteles hasta la Declaración Universal de
puesto que toda hora perdi- Derechos del Hombre se ha afirmado el derecho a la
da es una hora que se roba propiedad. El problema surge cuando se plantean dos cues-
al trabajo en servicio de la
gloria de Dios. Por eso es
tiones: por un lado, la adquisición de la propiedad y, por otro,
también disvaliosa e inclu- la función de la propiedad en el sistema y el modo de pro-
so moralmente reprobable ducción. En ambos respectos la propiedad está en una pre-
en ciertos casos la contem- cisa relación con el trabajo.
plación inactiva, por lo El filósofo inglés J. Locke estableció una interesante relación
menos cuando se realiza a entre propiedad y trabajo: la propiedad de una cosa es resul-
costa del trabajo profesion-
tado del trabajo que se ha puesto en ella. Eso añadido es
al: pues para Dios es aque-
lla mucho menos grata que algo propio y exclusivo de quien la ha trabajado. El trabajo
el cumplimento de su vol- crea el derecho de propiedad, pero ese derecho es limitado
untad en la profesión. Y en por las necesidades de la vida y el trabajo de un humano, de
último término, ya existe el tal manera que el derecho no habilita para aprovecharse del
domingo para dedicarlo a esfuerzo y del producto ajeno.
la contemplación. Así, el valor de las cosas, y la diferencia de valor que hay
Weber, lA ÉTIcA
pROTESTAnTE
entre ellas, viene establecido por el trabajo requerido y
puesto en ellas para su elaboración y producción, convirtién-
48
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Trabajo alienado
Tecnología
La técnica envuelve y vertebra nuestro mundo. Difícilmente A partir del siglo XI apare-
podemos encontrar alguna actividad o rincón de nuestra cen en Europa una serie de
vida en que no tengamos que habérnoslas con artefactos: invenciones y mejoras téc-
desde los más sencillos, como un simple martillo o tenedor, nicas que los griegos, con
hasta los más sofisticados, como las computadoras. un nivel mayor de
Pero la técnica no sólo está presente como un mundo de conocimiento, no llegaron a
crear.
artefactos. En no menor medida e importancia nos la encon-
Discute con otro com-
tramos en nuestro modo de comportarnos, así en nuestra pañero proponiendo dos
manera de proceder sirviéndonos de medios para conseguir ideas que expliquen la
fines, en el método o la técnica que usamos para obtener sequía tecnológica de los
mayor utilidad, rendimiento y eficacia. Todo ello porque griegos.
necesitamos de la técnica, echamos mano de ella, o la
inventamos si no la hubiere, para hacer frente a ciertas difi-
49
UNIDAD 5
La acción productiva
Tecnología y cibernética
50
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
la imagen
51
UNIDAD 5
La acción productiva
52
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
dor: se podría tratar de un signo elevado al lenguaje puro. 4 Esta "estética", que sub-
De alguna manera, el retrato oval es lo que son todas las ordina la forma y la propia
fotografías: otra forma de representar la muerte. existencia de la imagen a
Esto también nos lleva a pensar que una foto puede ser su función, es necesaria-
objeto de tres prácticas: hacer, experimentar, mirar. El mente pluralista y condi-
cional, distinguiendo para
Operator es el fotógrafo. Spectator somos los que compul-
cada fotografía los usos y
samos en los periódicos, libros, álbumes o archivos, colec- los públicos posibles, el
ciones de fotos. Y aquel o aquello que es fotografiado es el uso posible para cada
blanco, el referente, el Spectrum. La interpretación fotográfi- público, da fe de que ellos
ca recae en la subjetividad de quien la lee, esto es porque la rechazan la idea de que
foto es objeto de una lectura, en donde el sujeto mirado es una fotografía pueda com-
aquel sobre quien recae la mirada del otro, el sujeto mirante, placer a "todo el mundo".
Pierre Bourdieu. lA
quien a su vez es el que maneja la situación. De esta man- DISTIncIón
era, la fotografía se convierte en objeto de tres prácticas,
tres emociones o tres intenciones: hacer, experimentar y
mirar.
EL ARTE
Para debatir
La mimesis es connatural al ser humano, pues una de su Lee el "Retrato Oval" de
sus ventajas sobre los demás seres de la naturaleza con- Edgar Allan Poe (Anexo 5).
siste en que la criatura más mimética del mundo y aprende Como pauta elabora una
todo al comienzo por imitación. Pero el ser humano aprende redacción acerca del papel
imitando, ante todo, porque la mimesis es un fuente del retrato como reproduc-
inagotable de placeres. ción de la realidad.
¿Podría, en algún momen-
Imitar es re-conocer, que en gran medida es jugar a re-crear
to, el arte superar a la
las cosas. Porque el sentido de las cosas, el logos de lo que misma realidad?
es, no está acuñado y escrito de una vez por todas, sino que
la realidad misma tiene y es sentido poético. De esta man-
era si el arte y lo bello despiertan placer en nosotros, lo
hacen porque tal placer es esencialmente mimético.
El arte no es una producción siempre igual, sino que se
expresa siempre bajo determinadas condiciones históricas y
sociales. Hoy vivimos bajo el signo de la tecnificación de la
vida, y el arte no ha podido
escapar a su propia historici-
dad.
Hoy se plantea la cuestión de
si la reproductividad técnica
del arte no tendrá como con-
secuencia la pérdida del aura
de lo propiamente artístico,
que tradicionalmente se veía
expresado en el carácter
único e irremplazable de la
obra de arte. Pareciera como
53
UNIDAD 5
La acción productiva
LA BELLEZA
54
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
55
TALLER DE MANEJO DE INFORMACIÓN
Trabajo con documentos
Texto I
Y hay que considerar que de los deseos unos son naturales, otros vanos; y de los
naturales unos son necesarios, otros sólo naturales; y de los necesarios unos lo
son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo, otros para la vida misma.
Un recto conocimiento de estos deseos sabe, en efecto, supeditar toda elección o
rechazo a la salud del cuerpo ya a la serenidad del alma, porque esto es la culminación
de la vida feliz. En razón de esto todo lo hacemos para no tener dolor en el cuerpo ni tur-
bación en el alma. Una vez lo hayamos conseguido, cualquier tempestad del alma
amainará, no teniendo el ser viviente que encaminar sus pasos hacia alguna cosa de la
que carece ni buscar ninguna otra cosa con la que colmar el bien del alma y del cuerpo.
Pues entonces tenemos necesidad del placer, cuando sufrimos por su ausencia, pero
cuando no sufrimos ya no necesitamos del placer. Y por esto decimos que el placer es
principio y culminación de la vida feliz. Al placer, en efecto, reconocemos como el bien
primero, a nosotros connatural, de él partimos para toda elección y rechazo y a él lleg-
amos juzgando todo bien con la sensación como norma. Y como éste es el bien primero
y connatural, precisamente por ello no elegimos todos los placeres, sin que hay ocasiones
en que soslayamos muchos, cuando de ellos se sigue para nosotros una molestia mayor.
También muchos dolores estimamos preferibles a los placeres cuando, tras largo
tiempo de sufrirlos. Nos acompaña mayor placer. Ciertamente todo placer es un bien por
su conformidad con la naturaleza y, sin embargo, no todo placer es elegible; así como
también todo dolor es un mal, pero no todo dolor siempre ha de evitarse. Conviene juzgar
todas estas cosas con el cálculo y la consideración de lo útil y lo inconveniente, porque
en algunas circunstancias nos servimos del bien como de un mal y, viceversa, del mal
como de un bien.
Epicuro, EpíSTOlA A MEnEcEO
Texto II
56
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
Texto III
T oda técnica versa sobre el llegar a ser, y sobre el tramar y considerar teorética-
mente cómo puede producirse o llegar a ser algo de lo que es susceptible tanto
de ser como de no ser, y cuyo principio está en quien lo produce y no en lo producido.
Pues la técnica no tiene que ver ni con las cosas que son o llegan a ser necesariamente,
ni con las que son o llegan a ser según la naturaleza, porque estas cosas tiene sus prin-
cipios en ellas mismas. Y puesto que poiesis y praxis son diferentes, necesariamente la
técnica se refiere a la producción, pero no a la praxis (...) La técnica es, pues, un hábito
productivo juntamente con razón verdadera.
Aristóteles, ÉTIcA A nIcóMAcO
Texto IV
T odos sabemos que el arte no es verdad. El arte es una mentira que nos hace
comprender la verdad; al menos la verdad que se nos da a entender. El artista
ha de saber cómo convencer a los demás de la veracidad de sus mentiras. Si en su obra
no hace más que mostrar que ha buscado e investigado la manera de hacer triunfar sus
mentiras no conseguirá nunca nada (...) Queda fuera de toda duda que esas mentiras le
son necesarias a nuestro yo mental, ya que a través de ellas nos formamos nuestro punto
de vista estético de la vida.
Picasso, REV. THE ART.
57
ACTIVIDADES
Unidad 1 piensen en las repercusiones de tipo
ético en una hipotética situación donde
1. Responde: ¿Cuándo llamamos a una "máquinas de enseñar" sustituyesen por
moral autónoma? completo a los profesores. Escriban sus
ideas en una ficha (cartulina A4) y com-
2. Argumenta en un párrafo cómo podría pártanlas con el resto de sus compañeros.
llegar a ser compatible el utilitarismo indi-
vidualista y el utilitarismo universalista. 7. Responde: Si también pretendiésemos
conocer mediante los sentimientos
3. "Allí donde fueres haz lo que vieres", ¿Cómo podríamos demostrar la verdad de
dice el refrán. ¿Podría ser considerado éstos?
como una norma moral? De ser así
¿Sería considerado una moral autónoma 8. ¿Por qué puede hablarse de la función
o heterónoma? Elabora al respecto un mimética del arte? ¿Qué diferencia la
breve ensayo de cuatro párrafos. mimesis artística de la mera imitación y
reproducción? Argumenta tus ideas en
4. Realiza un cuadro sinóptico sobre los un párrafo y utiliza dos ejemplos.
distintos tipos de éticas materiales.
9. A tu criterio ¿Qué diferenciaría, artísti-
Unidad 2 camente, a una obra de arte de una
fotografía? Sustenta tus ideas con un
1. Reflexiona: ¿Qué significa la expresión ejemplo.
necesidades humanas?
58
JUEGOS
Horizontales
2. Palabra griega para designar a la felicidad
3. Derecho sobre las cosas
4. Reproducción mimética de la realidad que busca belleza
6. Dícese de aquello que mantiene relación con las leyes de la simetría y la proporción
8. Palabra griega para designar ley
Verticales
1. Teoría ética material que afirma que lo bueno es lo placentero
5. Capacidad humana para fabricar instrumentos
7. Actos en los que hay una finalidad conciente
9. Según Barthes, aquello que está detrás de la imagen fotográfica
10. Amor, contemplación de la belleza
2 7
10
59
4 ta
Dimensión social
PARTE del ser humano
Contenidos:
Individuo y sociedad.
Sobre el derecho.
60
UNIDAD 6
Dimensión social del ser humano
1. ¿En qué sentido cabe Que los seres humanos vivamos en sociedad es un hecho
hablar de un "animal políti- claro e indiscutible. Es, además, un hecho inmediato: desde
co" o de un "animal social"? nuestro nacimiento nos encontramos ya en un medio social.
2. Si el humano lo deseara Es un hecho, en fin, irreversible: difícilmente podríamos
¿Podría dejar de ser ani- abandonar, de un modo absoluto y definitivo, la sociedad y
mal social?
romper todo lazo con ella.
3. ¿Es la socialización un
hecho irreversible? Pero también las abejas y las hormigas, en cierto sentido,
Argumenta tu respuesta. integran una sociedad: la colmena, en un caso y el
4. ¿Qué entiendes por hormiguero en otro. Sin embargo, no parece lo mismo "nue-
legitimidad? ¿Es lo mismo stro vivir socialmente" y la organización que se impone a las
legal que justo? abejas y hormigas.
5. ¿Consideras que nues- ¿Es el ser humano un ser social, es decir, un ser originaria
tra sociedad está legítima-
y constitutivamente social? Con ello nos planteamos la
mente constituida?
Argumenta tu respuesta. cuestión de si somos real y verdaderamente seres humanos
6. ¿Qué entiendes por con anterioridad a, e independientemente de nuestra
Contrato Social? relación con los otros seres humanos. Nos preguntamos,
7. Si se dice que todos los pues, si nuestra relación con otros hombres y mujeres no ha
seres humanos, por el de ser fundamental, originaria y constitutiva en relación con
hecho de ser seres
nuestra propia vida en tanto que si con la vida humana.
humanos, poseen dere-
chos fundamentales De responder afirmativamente a esto último, la dimensión
¿Cómo comprender que social del ser humano, expresada y reconocida en el hecho
haya y se consienta la dis- de que vivimos en sociedad, no sería una faceta cualquiera,
criminación? sino que formaría parte de la realidad de nuestro ser. Habría
8. Explica, en tus palabras, que decir que el ser humano no es sólo una realidad moral,
la relación que entiendes sino también una realidad social.
entre derecho y fuerza.
Origen de la sociedad
61
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
sociales. Cuestión
La fórmula de Aristóteles dice que el ser humano es una ani-
mal social y político por naturaleza, Esto significa que esto Libertad e individualidad
constituye un modo de ser de la realidad humana; que es son rasgos distintivos del
algo propio, es decir, peculiar y definitorio de su naturaleza. ser humano. ¿Serían posi-
Y como el ser humano es, entre otras cosas, necesitado y bles éstos en una vida de
libre, ambas dimensiones quedan recogidas en ese "por nat- colmena o de hormiguero?
Argumenta tu respuesta.
uraleza".
Cuando hablamos del origen de las sociedades, la palabra
"origen" no significa el comienzo en el tiempo de cualquier
comunidad social, ni siquiera con respecto a la primera
unidad social que es la familia. Origen significa, más bien,
las causas o razones, sea la satisfacción de sus necesi-
dades, del tipo que fueren, o cualesquiera otras causas, por
las que los seres humanos se vinculan naturalmente en
determinadas comunidades.
Origen, significa también, la finalidad que se persigue en la
constitución de una determinada comunidad. Y es que tam-
bién cabe considerar como origen o causa aquello que
perseguimos y a lo que tendemos, el fin propuesto: es la
causa final de algo, en nuestro caso de la sociedad.
Ahora bien, por sociedad entendemos tanto la comunidad
social que es la familia, como la otra, más amplia y comple-
ja, que engloba a la familia, es decir a la comunidad social y
política. Propiamente nos referimos a la sociedad civil y al
Estado.
El origen de la sociedad está pues, por una parte en la indi-
gencia del ser humana y su consecuente satisfacción de sus
necesidades, y por otra parte en la búsqueda de la preser-
vación y de la seguridad, ya de la propia vida, ya de los
bienes o propiedades o de la hipotética libertad. Pero tam-
bién, la sociedad política debe estar al servicio del bien y vis-
tas a su institución y realización. De esta forma la pólis es y
debe ser una comunidad de seres humanos iguales y libres
que encamine y permita el bien vivir, es decir, vivir en conso-
nancia con aquello que constituya el bienestar de los seres
humanos.
El concepto de socialización
62
UNIDAD 6
Dimensión social del ser humano
63
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
64
UNIDAD 6
Dimensión social del ser humano
65
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
SOBRE EL DERECHO
66
UNIDAD 6
Dimensión social del ser humano
67
ACTIVIDADES
1. A tu criterio, ¿Qué papel juega la cultura
en el proceso de socialización?
68
Anexo 1
El capricho o imaginación o utopía de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos, que no es difícil
confundir con virtudes. Maravilla, en primer lugar, el mucho tiempo que tardaron los hombres en
pensar esa idea. Ciertos ejemplos que Aristóteles atribuye a Demócrito y a Leucipo la prefiguran
con claridad, pero su tardío inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd
Lasswitz. (Entre Demócrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticu-
atro siglos de Europa.) Sus conexiones son ilustres y múltiples: está relacionada con el atomismo
y con el análisis combinatorio, con la tipografía y con el azar. En la obra El certamen con la tortu-
ga (Berlín, 1929), el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivación, o parodia, de la máquina
mental de Raimundo Lulio; yo agregaría que es un avatar tipográfico de esa doctrina del Eterno
Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui, por los pitagóricos o por Nietzsche, regre-
sa eternamente.
El más antiguo de los textos que la vislumbran está en el primer libro de la Metafísica de
Aristóteles. Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogonía de Leucipo: la formación del mundo
por la fortuita conjunción de los átomos. El escritor observa que lo átomos que esa conjetura
requiere son homogéneos y que sus diferencias proceden de la posición, del orden o de la forma.
Para ilustrar esas distinciones añade: "A difiere de N por la forma, AN de NA por el orden, Z de N
por la posición". En el tratado De la generación y corrupción, quiere acordar la variedad de las
cosas visibles con la simplicidad de los átomos y razona que una tragedia consta de iguales ele-
mentos que una comedia, es decir, de las veinticuatro letras del alfabeto.
Pasan trescientos años y Marco Tulio Cicerón compone un indeciso diálogo escéptico y lo titula
irónicamente De la naturaleza de los dioses. En el segundo libro, uno de los interlocutores arguye:
"No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos sólidos e individuales
son arrastrados por la fuerza de la gravedad, resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el
mundo hermosísimo que vemos. El que juzga posible esto, también podrá creer que si arrojan a
bulto innumerables caracteres de oro, con las veintiuna letras del alfabeto, pueden resultar estam-
pados los Anales de Ennio. Ignoro si la casualidad podrá hacer que se lea un solo verso."1
La imagen tipográfica de Cicerón logra una larga vida. A mediados del siglo XVII, figura en un dis-
curso académico de Pascal; Swift, a principios del siglo XVIII, la destaca en el preámbulo de su
indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma, que es un museo de lugares comunes -
como el futuro Dictionnaire des idées reçues, de Flaubert.
Siglo y medio más tarde, tres hombres justifican a Demócrito y refutan a Cicerón. En tan desafora-
do espacio de tiempo, el vocabulario y las metáforas de la polémica son distintos. Huxley (que es
uno de esos hombres) no dice que los "caracteres de oro" acabarán por componer un verso lati-
no, si los arrojan un número suficiente de veces; dice que media docena de monos, provistos de
máquinas de escribir, producirán en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el
British Museum2. Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de
la extraordinaria novela onírica Sylvie and Bruno -año 1893- que siendo limitado el número de pal-
abras que comprende un idioma, lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus
libros. "Muy pronto -dice- los literatos no se preguntarán, '¿qué libro escribiré?', sino '¿cuál libro?'
"Lasswitz, animado por Fechner, imagina la Biblioteca Total. Publica su invención en el tomo de
relatos fantásticos Traumkristalle.
La idea básica de Lasswitz es la de Carroll, pero los elementos de su juego son los universales
símbolos ortográficos, no las palabras de un idioma. El número de tales elementos -letras, espa-
cios, llaves, puntos suspensivos, guarismos- es reducido y puede reducirse algo más. El alfabeto
puede renunciar a la cu (que es del todo superflua), a la equis (que es una abreviatura) y a todas
las letras mayúsculas. Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeración o
reducirse a dos, como en la notación binaria de Leibniz. Puede limitarse la puntuación a la coma
y al punto. Puede no haber acentos, como en latín. A fuerza de simplificaciones análogas, llega
Kurd Lasswitz a veinticinco símbolos suficientes (veintidós letras, el espacio, el punto, la coma)
cuyas variaciones con repetición abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas. El
conjunto de tales variaciones integraría una Biblioteca Total, de tamaño astronómico. Lasswitz
69
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
insta a los hombres a producir mecánicamente esa Biblioteca inhumana, que organizaría el azar
y que eliminaría a la inteligencia. (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecu-
ción y las dimensiones de esa obra imposible.)
Todo estará en sus ciegos volúmenes. Todo: la historia minuciosa del porvenir, Los egipcios de
Esquilo, el número preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un hal-
cón, el secreto y verdadero nombre de Roma, la enciclopedia que hubiera edificado Novalis, mis
sueños y entresueños en el alba del catorce de agosto de 1934, la demostración del teorema de
Pierre Fermat, los no escritos capítulos de Edwin Drood, esos mismos capítulos traducidos al
idioma que hablaron los garamantas, las paradojas que ideó Berkeley acerca del Tiempo y que no
publicó, los libros de hierro de Urizen, las prematuras epifanías de Stephen Dedalus que antes de
un ciclo de mil años nada querrán decir, el evangelio gnóstico de Basílides, el cantar que cantaron
las sirenas, el catálogo fiel de la Biblioteca, la demostración de la falacia de ese catálogo. Todo,
pero por una línea razonable o una justa noticia habrá millones de insensatas cacofonías, de fár-
ragos verbales y de incoherencias. Todo, pero las generaciones de los hombres pueden pasar sin
que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el día y en los que habita el caos- les
hayan otorgado una página tolerable.
Uno de los hábitos de la mente es la invención de imaginaciones horribles.
Ha inventado el Infierno, ha inventado la predestinación al Infierno, ha imaginado las ideas platóni-
cas, la quimera, la esfinge, los anormales números transfinitos (donde la parte no es menos
copiosa que el todo), las máscaras, los espejos, las óperas, la teratológica Trinidad: el Padre, el
Hijo y el Espectro insoluble, articulados en un solo organismo... Yo he procurado rescatar del olvi-
do un horror subalterno: la vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos verticales de libros cor-
ren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como
una divinidad que delira.
70
Anexo 2
Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche, nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagra-
do, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur y que su patria era una de
las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no
está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra. Lo cierto es que el hombre gris besó el fango,
repechó la ribera sin apartar (probablemente, sin sentir) las cortaderas que le dilaceraban las carnes y se
arrastró, mareado y ensangrentado, hasta el recinto circular que corona un tigre o caballo de piedra, que
tuvo alguna vez el color del fuego y ahora el de la ceniza. Ese redondel es un templo que devoraron los
incendios antiguos, que la selva palúdica ha profanado y cuyo dios no recibe honor de los hombres. El foras-
tero se tendió bajo el pedestal. Lo despertó el sol alto. Comprobó sin asombro que las heridas habían cica-
trizado; cerró los ojos pálidos y durmió, no por flaqueza de la carne sino por determinación de la voluntad.
Sabía que ese templo era el lugar que requería su invencible propósito; sabía que los árboles incesantes
no habían logrado estrangular, río abajo, las ruinas de otro templo propicio, también de dioses incendiados
y muertos; sabía que su inmediata obligación era el sueño. Hacia la medianoche lo despertó el grito incon-
solable de un pájaro. Rastros de pies descalzos, unos higos y un cántaro le advirtieron que los hombres de
la región habían espiado con respeto su sueño y solicitaban su amparo o temían su magia. Sintió el frío del
miedo y buscó en la muralla dilapidada un nicho sepulcral y se tapó con hojas desconocidas.
El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar un hombre: quería soñar-
lo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero
de su alma; si alguien le hubiera preguntado su propio nombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no
habría acertado a responder. Le convenía el templo inhabitado y despedazado, porque era un mínimo de
mundo visible; la cercanía de los leñadores también, porque éstos se encargaban de subvenir a sus necesi-
dades frugales. El arroz y las frutas de su tributo eran pábulo suficiente para su cuerpo, consagrado a la
única tarea de dormir y soñar.
Al principio, los sueños eran caóticos; poco después, fueron de naturaleza dialéctica. El forastero se soña-
ba en el centro de un anfiteatro circular que era de algún modo el templo incendiado: nubes de alumnos tac-
iturnos fatigaban las gradas; las caras de los últimos pendían a muchos siglos de distancia y a una altura
estelar, pero eran del todo precisas. El hombre les dictaba lecciones de anatomía, de cosmografía, de
magia: los rostros escuchaban con ansiedad y procuraban responder con entendimiento, como si adivinaran
la importancia de aquel examen, que redimiría a uno de ellos de su condición de vana apariencia y lo inter-
polaría en el mundo real. El hombre, en el sueño y en la vigilia, consideraba las respuestas de sus fantas-
mas, no se dejaba embaucar por los impostores, adivinaba en ciertas perplejidades una inteligencia cre-
ciente. Buscaba un alma que mereciera participar en el universo.
A las nueve o diez noches comprendió con alguna amargura que nada podía esperar de aquellos alumnos
que aceptaban con pasividad su doctrina y sí de aquellos que arriesgaban, a veces, una contradicción
razonable. Los primeros, aunque dignos de amor y de buen afecto, no podían ascender a individuos; los
últimos preexistían un poco más. Una tarde (ahora también las tardes eran tributarias del sueño, ahora no
velaba sino un par de horas en el amanecer) licenció para siempre el vasto colegio ilusorio y se quedó con
un solo alumno. Era un muchacho taciturno, cetrino, díscolo a veces, de rasgos afilados que repetían los de
su soñador. No lo desconcertó por mucho tiempo la brusca eliminación de los condiscípulos; su progreso,
al cabo de unas pocas lecciones particulares, pudo maravillar al maestro. Sin embargo, la catástrofe
sobrevino. El hombre, un día, emergió del sueño como de un desierto viscoso, miró la vana luz de la tarde
que al pronto confundió con la aurora y comprendió que no había soñado. Toda esa noche y todo el día, la
intolerable lucidez del insomnio se abatió contra él. Quiso explorar la selva, extenuarse; apenas alcanzó
entre la cicuta unas rachas de sueño débil, veteadas fugazmente de visiones de tipo rudimental: inservibles.
Quiso congregar el colegio y apenas hubo articulado unas breves palabras de exhortación, éste se defor-
mó, se borró. En la casi perpetua vigilia, lágrimas de ira le quemaban los viejos ojos.
Comprendió que el empeño de modelar la materia incoherente y vertiginosa de que se componen los
sueños es el más arduo que puede acometer un varón, aunque penetre todos los enigmas del orden supe-
rior y del inferior: mucho más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara.
Comprendió que un fracaso inicial era inevitable. Juró olvidar la enorme alucinación que lo había desviado
al principio y buscó otro método de trabajo. Antes de ejercitarlo, dedicó un mes a la reposición de las fuerzas
que había malgastado el delirio. Abandonó toda premeditación de soñar y casi acto continuo logró dormir
un trecho razonable del día. Las raras veces que soñó durante ese período, no reparó en los sueños. Para
reanudar la tarea, esperó que el disco de la luna fuera perfecto. Luego, en la tarde, se purificó en las aguas
del río, adoró los dioses planetarios, pronunció las sílabas lícitas de un nombre poderoso y durmió. Casi
inmediatamente, soñó con un corazón que latía.
Lo soñó activo, caluroso, secreto, del grandor de un puño cerrado, color granate en la penumbra de un cuer-
po humano aun sin cara ni sexo; con minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas noches. Cada noche,
lo percibía con mayor evidencia. No lo tocaba: se limitaba a atestiguarlo, a observarlo, tal vez a corregirlo
con la mirada. Lo percibía, lo vivía, desde muchas distancias y muchos ángulos. La noche catorcena rozó
71
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
la arteria pulmonar con el índice y luego todo el corazón, desde afuera y adentro. El examen lo satisfizo.
Deliberadamente no soñó durante una noche: luego retomó el corazón, invocó el nombre de un planeta y
emprendió la visión de otro de los órganos principales. Antes de un año llegó al esqueleto, a los párpados.
El pelo innumerable fue tal vez la tarea más difícil. Soñó un hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se
incorporaba ni hablaba ni podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido.
En las cosmogonías gnósticas, los demiurgos amasan un rojo Adán que no logra ponerse de pie; tan inhá-
bil y rudo y elemental como ese Adán de polvo era el Adán de sueño que las noches del mago habían fab-
ricado. Una tarde, el hombre casi destruyó toda su obra, pero se arrepintió. (Más le hubiera valido destruir-
la.) Agotados los votos a los númenes de la tierra y del río, se arrojó a los pies de la efigie que tal vez era
un tigre y tal vez un potro, e imploró su desconocido socorro. Ese crepúsculo, soñó con la estatua. La soñó
viva, trémula: no era un atroz bastardo de tigre y potro, sino a la vez esas dos criaturas vehementes y tam-
bién un toro, una rosa, una tempestad. Ese múltiple dios le reveló que su nombre terrenal era Fuego, que
en ese templo circular (y en otros iguales) le habían rendido sacrificios y culto y que mágicamente animaría
al fantasma soñado, de suerte que todas las criaturas, excepto el Fuego mismo y el soñador, lo pensaran
un hombre de carne y hueso. Le ordenó que una vez instruido en los ritos, lo enviaría al otro templo
despedazado cuyas pirámides persisten aguas abajo, para que alguna voz lo glorificara en aquel edificio
desierto. En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó.
El mago ejecutó esas órdenes. Consagró un plazo (que finalmente abarcó dos años) a descubrirle los
arcanos del universo y del culto del fuego. Íntimamente, le dolía apartarse de él. Con el pretexto de la
necesidad pedagógica, dilataba cada día las horas dedicadas al sueño. También rehizo el hombro derecho,
acaso deficiente. A veces, lo inquietaba una impresión de que ya todo eso había acontecido... En general,
sus días eran felices; al cerrar los ojos pensaba: Ahora estaré con mi hijo. O, más raramente: El hijo que he
engendrado me espera y no existirá si no voy.
Gradualmente, lo fue acostumbrando a la realidad. Una vez le ordenó que embanderara una cumbre lejana.
Al otro día, flameaba la bandera en la cumbre. Ensayó otros experimentos análogos, cada vez más
audaces. Comprendió con cierta amargura que su hijo estaba listo para nacer -y tal vez impaciente. Esa
noche lo besó por primera vez y lo envió al otro templo cuyos despojos blanqueaban río abajo, a muchas
leguas de inextricable selva y de ciénaga. Antes (para que no supiera nunca que era un fantasma, para que
se creyera un hombre como los otros) le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje.
Su victoria y su paz quedaron empañadas de hastío. En los crepúsculos de la tarde y del alba, se prostern-
aba ante la figura de piedra, tal vez imaginando que su hijo irreal ejecutaba idénticos ritos, en otras ruinas
circulares, aguas abajo; de noche no soñaba, o soñaba como lo hacen todos los hombres. Percibía con cier-
ta palidez los sonidos y formas del universo: el hijo ausente se nutría de esas disminuciones de su alma. El
propósito de su vida estaba colmado; el hombre persistió en una suerte de éxtasis. Al cabo de un tiempo
que ciertos narradores de su historia prefieren computar en años y otros en lustros, lo despertaron dos
remeros a medianoche: no pudo ver sus caras, pero le hablaron de un hombre mágico en un templo del
Norte, capaz de hollar el fuego y de no quemarse. El mago recordó bruscamente las palabras del dios.
Recordó que de todas las criaturas que componen el orbe, el fuego era la única que sabía que su hijo era
un fantasma. Ese recuerdo, apaciguador al principio, acabó por atormentarlo. Temió que su hijo meditara en
ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser
la proyección del sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo! A todo padre le intere-
san los hijos que ha procreado (que ha permitido) en una mera confusión o felicidad; es natural que el mago
temiera por el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por rasgo, en mil y una noches
secretas.
El término de sus cavilaciones fue brusco, pero lo prometieron algunos signos. Primero (al cabo de una
larga sequía) una remota nube en un cerro, liviana como un pájaro; luego, hacia el Sur, el cielo que tenía el
color rosado de la encía de los leopardos; luego las humaredas que herrumbraron el metal de las noches;
después la fuga pánica de las bestias. Porque se repitió lo acontecido hace muchos siglos. Las ruinas del
santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse con-
tra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió
que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego.
Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con
humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.
72
Anexo 3
Protágoras-Platón
A la vista de estos ejemplos, Protágoras, desconfío de que la virtud sea enseñable, pero, cuando
te oigo decir tales cosas, me siento confundido y empiezo a creer lo que dices, convencido, como
estoy, de la gran experiencia que posees, debida a lo mucho que has aprendido y a lo que tú
mismo has descubierto. Por eso, si puedes demostrarnos con mayor claridad que la virtud es
enseñable, no rehuses, sino demuéstralo.
– No rehusaré, Sócrates –repuso–. Pero ¿preferís que lo demuestre, como un anciano con
jóvenes, relatando un mito, o prosiguiendo con un discurso razonado?
Muchos de los que allí estaban sentados le dijeron que lo expusiese como quisiese.
– Si es así –repuso–, creo que resultará más agradable que os relate un mito.
Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les
llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas
de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando
se disponían sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y a Epimeteo que las revistiesen de facul-
tades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permi-
tiese a él hacer la distribución. «Una vez yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas». Con
este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez,
en tanto que revestía de rapidez a otras más débiles. Dotaba de armas a unas en tanto que para
aquéllas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que
daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto
que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la pre-
caución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar
las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las
cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente,
y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirvieran de abrigo natural y adecuado a cada
cual. A unas les puso en los pies cascos y a otras pieles gruesas sin sangre. Después de esto,
suministró alimentos distintos a cada una: A unas hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles;
y a otras, raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales.
Concedió a aquéllas escasa descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad;
procurando, así, salvar la especie.
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los
brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en
este trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosa-
mente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era
inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante
la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre, Prometeo roba a Hefesto y
a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquél-
la fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella
recibió el hombre la sabiduría para conservar su vida, pero no recibió la sabiduría política, porque
estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en
la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común
de Atenea y Hefesto en el que practican juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto
y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos
necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se
cuenta, el castigo de robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa
de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imá-
genes de dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e
inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los
hombres vivían, al principio, dispersos y no había ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras,
al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para
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FILOSOFÍA
2do Bachillerato
alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían aún el arte de la
política, del que el de la guerra es una parte. Buscaron la forma de reunirse y salvarse construyen-
do ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de
modo que, al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie
quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la
justicia, a fin de que rigiesen las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó,
entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: «¿Las dis-
tribuyo como fueron distribuidas las demás artes? Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo
hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo
mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el pudor entre los hombres,
o bien las distribuyo entre todos?». «Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas;
porque si participan de ellas sólo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciu-
dades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquél que sea incapaz de partici-
par del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad».
Ahí tienes, Sócrates, por qué los atenienses, al igual que los demás pueblos, cuando deliberan
sobre la virtud en arquitectura o en cualquier otra profesión, sólo a unos pocos les consideran con
derecho a dar consejos. Y si alguien que no sea de éstos se pone a dar consejos, no le toleran,
como tú dices, y con razón, añado yo. Pero cuando se ponen a deliberar sobre la virtud política,
toda la cual deben abordar con justicia y sensatez, entonces escuchan, y con razón, a todo el
mundo, como suponiendo que todos deben participar de esta virtud o, de lo contrario, no habría
ciudades. Esta es, Sócrates, la causa de tal comportamiento.
Y para que no creas que te engaño, he aquí una prueba de cómo todos los hombres, en realidad,
piensan que cada particular participa de la justicia y del resto de la virtud política: En las demás
virtudes, como tú dices, si alguien, por ejemplo, dice que es un buen flautista o que sobresale en
cualquier otro arte, sin ser verdad, entonces o se burlan o se indignan con él, y sus parientes,
yendo por él, le recriminan como si se hubiera vuelto loco. Cuando, por el contrario, se trata de la
justicia o del resto de la virtud política, si alguien, de quien saben que es injusto, se pone a decir
en público la verdad sobre su persona, esto, el decir la verdad, que en el caso anterior se consid-
eraba como sensato, en éste, se toma como una locura; pues sostienen que todo el mundo debe
decir que es justo, lo sea o no; y que, quien no simula la justicia, está loco, puesto que no hay
nadie que, en alguna manera, no participe necesariamente de la justicia, a menos que deje de ser
hombre.
74
Anexo 4
El castillo en el cual mi criado se le había ocurrido penetrar a la fuerza en vez de permitirme, mal-
hadadamente herido como estaba, de pasar una noche al ras, era uno de esos edificios mezcla
de grandeza y de melancolía que durante tanto tiempo levantaron sus altivas frentes en medio de
los Apeninos, tanto en la realidad como en la imaginación de Mistress Radcliffe. Según toda apari-
encia, el castillo había sido recientemente abandonado, aunque temporariamente. Nos instalam-
os en una de las habitaciones más pequeñas y menos suntuosamente amuebladas. Estaba situ-
ada en una torre aislada del resto del edificio. Su decorado era rico, pero antiguo y sumamente
deteriorado. Los muros estaban cubiertos de tapicerías y adornados con numerosos trofeos
heráldicos de toda clase, y de ellos pendían un número verdaderamente prodigioso de pinturas
modernas, ricas de estilo, encerradas en sendos marcos dorados, de gusto arabesco. Me produ-
jeron profundo interés, y quizá mi incipiente delirio fue la causa, aquellos cuadros colgados no
solamente en las paredes principales, sino también en una porción de rincones que la arquitec-
tura caprichosa del castillo hacía inevitable; hice a Pedro cerrar los pesados postigos del salón,
pues ya era hora avanzada, encender un gran candelabro de muchos brazos colocado al lado de
mi cabecera, y abrir completamente las cortinas de negro terciopelo, guarnecidas de festones, que
rodeaban el lecho. Quíselo así para poder, al menos, si no reconciliaba el sueño, distraerme alter-
nativamente entre la contemplación de estas pinturas y la lectura de un pequeño volumen que
había encontrado sobre la almohada, en que se criticaban y analizaban.
Leí largo tiempo; contemplé las pinturas religiosas devotamente; las horas huyeron, rápidas y
silenciosas, y llegó la media noche. La posición del candelabro me molestaba, y extendiendo la
mano con dificultad para no turbar el sueño de mi criado, lo coloqué de modo que arrojase la luz
de lleno sobre el libro.
Pero este movimiento produjo un efecto completamente inesperado. La luz de sus numerosas
bujías dio de pleno en un nicho del salón que una de las columnas del lecho había hasta entonces
cubierto con una sombra profunda. Vi envuelto en viva luz un cuadro que hasta entonces no
advirtiera. Era el retrato de una joven ya formada, casi mujer. Lo contemplé rápidamente y cerré
los ojos. ¿Por qué? No me lo expliqué al principio; pero, en tanto que mis ojos permanecieron cer-
rados, analicé rápidamente el motivo que me los hacía cerrar. Era un movimiento involuntario para
ganar tiempo y recapacitar, para asegurarme de que mi vista no me había engañado, para calmar
y preparar mi espíritu a una contemplación más fría y más serena. Al cabo de algunos momentos,
miré de nuevo el lienzo fijamente.
No era posible dudar, aun cuando lo hubiese querido; porque el primer rayo de luz al caer sobre
el lienzo, había desvanecido el estupor delirante de que mis sentidos se hallaban poseídos,
haciéndome volver repentinamente a la realidad de la vida.
El cuadro representaba, como ya he dicho, a una joven. se trataba sencillamente de un retrato de
medio cuerpo, todo en este estilo que se llama, en lenguaje técnico, estilo de viñeta; había en él
mucho de la manera de pintar de Sully en sus cabezas favoritas. Los brazos, el seno y las puntas
de sus radiantes cabellos, pendíanse en la sombra vaga, pero profunda, que servía de fondo a la
imagen. El marco era oval, magníficamente dorado, y de un bello estilo morisco. Tal vez no fuese
ni la ejecución de la obra, ni la excepcional belleza de su fisonomía lo que me impresionó tan
repentina y profundamente. No podía creer que mi imaginación, al salir de su delirio, hubiese
tomado la cabeza por la de una persona viva. Empero, los detalles del dibujo, el estilo de viñeta y
el aspecto del marco, no me permitieron dudar ni un solo instante. Abismado en estas reflexiones,
permanecí una hora entera con los ojos fijos en el retrato. Aquella inexplicable expresión de real-
idad y vida que al principio me hiciera estremecer, acabó por subyugarme. Lleno de terror y
respeto, volví el candelabro a su primera posición, y habiendo así apartado de mi vista la causa
de mi profunda agitación, me apoderé ansiosamente del volumen que contenía la historia y
descripción de los cuadros. Busqué inmediatamente el número correspondiente al que marcaba
el retrato oval, y leí la extraña y singular historia siguiente:
"Era una joven de peregrina belleza, tan graciosa como amable, que en mal hora amó al pintor y
se desposó con él. Él tenía un carácter apasionado, estudioso y austero, y había puesto en el arte
75
FILOSOFÍA
2do Bachillerato
sus amores; ella, joven, de rarísima belleza, toda luz y sonrisas, con la alegría de un cervatillo,
amándolo todo, no odiando más que el arte, que era su rival, no temiendo más que la paleta, los
pinceles y demás instrumentos importunos que le arrebataban el amor de su adorado. Terrible
impresión causó a la dama oír al pintor hablar del deseo de retratarla. Mas era humilde y sumisa,
y sentóse pacientemente, durante largas semanas, en la sombría y alta habitación de la torre,
donde la luz se filtraba sobre el pálido lienzo solamente por el cielo raso. El artista cifraba su glo-
ria en su obra, que avanzaba de hora en hora, de día en día. Y era un hombre vehemente, extraño,
pensativo y que se perdía en mil ensueños; tanto que no veía que la luz que penetraba tan
lúgubremente en esta torre aislada secaba la salud y los encantos de su mujer, que se consumía
para todos excepto para él. Ella, no obstante, sonreía más y más, porque veía que el pintor, que
disfrutaba de gran fama, experimentaba un vivo y ardiente placer en su tarea, y trabajaba noche
y día para trasladar al lienzo la imagen de la que tanto amaba, la cual de día en día tornábase
más débil y desanimada. Y, en verdad, los que contemplaban el retrato, comentaban en voz baja
su semejanza maravillosa, prueba palpable del genio del pintor, y del profundo amor que su mod-
elo le inspiraba. Pero, al fin, cuando el trabajo tocaba a su término, no se permitió a nadie entrar
en la torre; porque el pintor había llegado a enloquecer por el ardor con que tomaba su trabajo, y
levantaba los ojos rara vez del lienzo, ni aun para mirar el rostro de su esposa. Y no podía ver que
los colores que extendía sobre el lienzo borrábanse de las mejillas de la que tenía sentada a su
lado. Y cuando muchas semanas hubieron transcurrido, y no restaba por hacer más que una cosa
muy pequeña, sólo dar un toque sobre la boca y otro sobre los ojos, el alma de la dama palpitó
aún, como la llama de una lámpara que está próxima a extinguirse. Y entonces el pintor dio los
toques, y durante un instante quedó en éxtasis ante el trabajo que había ejecutado. Pero un min-
uto después, estremeciéndose, palideció intensamente herido por el terror, y gritó con voz terrible:
"¡En verdad, esta es la vida misma!" Se volvió bruscamente para mirar a su bien amada: ¡Estaba
muerta!"
76
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