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LOS NO PENTECOSTALES Y EL MINISTERIO DE LA MUJER

Por Marcelo Renjifo y


Sugeis Guzmán Castro

TEXTO: Salmos 68-11; Hechos 2:16-18

INTRODUCCION
Esta palabra leída es un cumplimiento del libro de Joel capitulo 2. El Apóstol Pedro confirmó
que el Espíritu Santo se había derramado como lo había profetizado el profeta Joel y explicó.
¿Por qué, para que, y para quien se derramaría el Espíritu Santo? Pedro dice que el bautismo
en el Espíritu Santo es una promesa para los postreros tiempos y se derramaría sobre toda
carne sin acepción de personas, sean hombres, mujeres y niños, vuestros hijos e hijas
profetizaran en los últimos tiempos, la palabra profetizar tiene 2 dos significados en el tema la
primera es: El don de profecía, un don en el cual Dios le revela misterios, su voluntad, su
palabra y esa persona bajo el Espíritu trae un mensaje profético. El segun do significado para
profetizar proviene de una palabra que es Pregonar esta palabra, significa predicar, proclamar
la palabra de Dios.
PRECEDENTES HISTORICOS DE LAS MUJERES EN EL MINISTERIO
A lo largo de la historia y la práctica de las Asambleas de Dios se demostró que Dios bendijo el
ministerio y el liderazgo de las mujere. Las manifestaciones sobrenaturales y los dones del
Espíritu Santo han desempeñado un papel significativo en el origen, desarrollo y crecimiento
de las Asambleas de Dios. Desde el inicio de nuestra denominación, los dones espirituales han
sido evidentes en el ministerio de muchas mujeres. Entre los primeras pentecostales
encontramos a ministras distinguidas tales como María B. Woodworth -Etter, Aimee Semple
McPherson, Alice Reynolds Flower, Anna Ziese, y Marie Burgess Brown. Sin embargo, aunque
las mujeres tuvieron gran libertad para ministrar en los primeros días de la denominación, la
proporción de mujeres en el ministerio disminuyó radicalmente a par tir de la década de 1920.
Pero en estos últimos tiempos, sin embargo, la tendencia señala que la cantidad de mujeres
con credenciales ministeriales va en aumento.
Los pentecostales alrededor del mundo han luchado por aplicar la verdad bíblica a sus amplios
y diversos contextos culturales. En algunos entornos, el liderazgo espiritual femenino es bien
recibido; en otros, las mujeres están limitadas en su rol ministerial, son privadas de cargos
ministeriales aun en los espacios que fundaron y dirigieron hasta ser grandes ministerios.
No era que una mujer casada ministrara a la par de su marido. De vez en cuando, los maridos
trabajaban en profesiones seculares para apoyar el ministerio activo de su esposa. Muchas
mujeres hasta eligieron privarse del matrimonio para cumplir mejor el ministerio al que el
Señor las había llamado. Mujeres valientes sirvieron en las misiones, tanto locales como
extranjeras, como misioneras, evangelistas, fundadoras de iglesias, pastoras, educadoras, o
cumpliendo otros roles.
Los pentecostales creemos que el derramamiento del Espíritu Santo que comenzó a principios
del siglo XX es el cumplimiento de la profecía: “Y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas. .
1
. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel
2:28,29)
EJEMPLOS BIBLICOS DEL MINISTERIO DE LA MUJER
En la palabra de Dios, en el Antiguo Testamento encontramos existen referencias sólidas de un
liderazgo femenino, como los siguientes ejemplos que destacaremos hoy.
Miriam fue profetisa en Israel durante el éxodo, junto a sus hermanos Moisés y Aarón
(Éxodo 15:20).
Débora, que era no sólo profetisa sino jueza, dirigió a Barac para que guiara al ejército
de Israel hacia un combate exitoso contra los opresores (Jueces 4).
Hulda, también profetisa, autenticó el rollo de la Ley encontrado en el templo y ayudó
a iniciar la reforma religiosa en los días de Josías (2 Reyes 22:14-20; 2 Crónicas 34:22-
28).
El Nuevo Testamento también muestra que las mujeres desempeñaban roles minister iales
importantes en la Iglesia Primitiva.
Tabita (Dorcas) puso en marcha un efectivo ministerio de benevolencia (Hechos 9:36).
Las cuatro hijas solteras de Felipe eran profetisas reconocidas (Hechos 21:8,9). Pablo
señaló a dos mujeres,
Evodia y Síntique, como mujeres que “combatieron juntamente conmigo en el
evangelio” (Filipenses 4:2,3).
Priscila, fue otra de las mujeres que Pablo consideró ejemplar entre sus “compañeros
de trabajo en Cristo Jesús” (Romanos 16:3,4).
Lidia cuya casa estuvo a disposición de los apóstoles. (Hechos 16:13-15,40) y (Hechos
17:4,12,34) nos habla de "Muchas mujeres distinguidas..."
En Romanos 16, Pablo saluda a muchos colegas ministeriales, entre los cuales muchas
eran mujeres. En estos saludos, la palabra que Pablo usa para hablar del
“trabajo” (kopiaō), o la “labor” de María, Trifena, Trifosa, y Pérsida (Romanos 16:6,12)
es una que utiliza con frecuencia para su propia labor ministerial (1 Corintios 16:16; 1
Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 5:17).
(Hechos 12:12) Las mujeres tenían iglesia en su casa. Esto era un gran trabajo que realizaban
las mujeres porque las circunstancias así lo requerían.Ninfa, tenía una iglesia en su casa (Col.
4:15); Apia (Filemón 2).
Y se mencionan otras colaboradoras entre ellas,
Julia esposa de Filólogo-, la hermana de Nereo (15), Trifena, Trifosa y Pérsida (16:12);
Febe, una líder de la iglesia en Cencrea, fue muy elogiada por Pablo ante la iglesia de
Roma (Romanos 16:1,2). Lamentablemente, algunas de las traducciones han oscurecido
la posición de Febe en el liderazgo; por ejemplo, algunas versiones en inglés traducen
el término como “sierva”, pero Febe era diakonos de la iglesia en Cencrea. Por lo
general, Pablo utilizaba este término para identificar a un ministro o líder de una
congregación, y lo aplica específicamente a Jesucristo, Tíquico, Epafras, Timoteo, y su
2
propio ministerio. Según el contexto, diakonos por lo general se traduce como
“diácono” o “ministro”. Aunque algunas traducciones han escogido la palabra
“diaconisa” }. El griego diakonos es un sustantivo masculino. Por tanto, es probable
que diakonos fuera una designación para una posición de liderazgo oficial en la Iglesia
Primitiva. Por tanto, la traducción correcta para el rol de Febe sería “diácono” o
“ministro”.Además, muchas traducciones reflejan inclinaciones similares al referirse a
Febe como alguien que “ha ayudado” (NVI), “ha sido de ayuda” (NTV) para muchos,
incluido el mismo Pablo (Romanos 16:2
Junia, identificada por Pablo como apóstol (Romanos 16:7). A comienzos del siglo trece,
algunos eruditos y traductores masculinizaron su nombre como Junias, al parecer
estaban poco dispuestos a reconocer que había una apóstol mujer. Sin embargo, el
nombre Junia se encuentra más de 250 veces solamente en Roma, mientras que la
forma masculina Junias es conocida en cualquier fuente greco-romana. Pablo
claramente fue un defensor de la mujer en el ministerio.
En la iglesia del primer siglo, encontramos abundantes testimonios de conversión y presencia activa
de mujeres en la comunidad cristiana y Todas ellas desarrollaban los ministerios que fortalecían la
obra de Dios.
Todas ellas según Pablo, tenían dones y profetizaban. Esto quiere decir que las mujeres ya no eran
vistas, al menos en el entorno cristiano, como inferiores y carentes de dignidad. Ahora según parece
están en igualdad con el hombre y también deben ministrar lo que Dios les ha confiado.
Pablo entiende esto y les dice que los dones son para usarse (Romanos 5 12:6-9). Es muy significativo
que Pedro, un hombre tradicional por excelencia, también lo entiende y da sus recomendaciones
para todos, incluyendo a las mujeres. (1ª Pedro 4:10-11).
ARGUMENTACION DE LOS NO PENTECOSTALES
Todavía en este tiempo encontramos congregaciones que no admiten que la mujer hable en la
congregación, mucho menos que ejercite un don, o que profetice o que presida un culto. Se
argumenta que la mujer puede llegar a ser “esposa de pastor” pero “no puede ser pastora” Se afirma
que el ministerio es para los varones solamente. Gente como John MacArthur, Eduardo Alducín, que
se han declarado enemigos de los pentecostales señalan que es una falsa doctrina señalar que las
mujeres pueden ser ministras. Aseguran que: “Las mujeres pueden ser pastores de la iglesia, no
porque el Nuevo Testamento lo permita (1 Timoteo 2.12), sino porque el liderazgo femenino ha sido
siempre una señal distintiva del movimiento pentecostal”1 También afirman temerariamente que:
“Pablo agregó que a las mujeres no se les permitía hablar en la iglesia. Dada la naturaleza de los
servicios típicos de las iglesias pentecostales y carismáticas, si simplemente se siguiera esta
estipulación final, eso significaría terminar con la mayor parte de la falsificación moderna” 2
Penosamente, muchos ministros que dejaron de lado su identidad pentecostal han adoptado la
posición de los no pentecostales, han impedido que las mujeres obedezcan el llamado de Dios al
ministerio. Directores y maestros de varios seminarios pentecostales, habiendo adoptado la posición
de los no pentecostales les recalcan a las estudiantes que se están capacitando: “ustedes se están
preparando solo para ser buenas esposas de pastores” Muchas mujeres pentecostales han aceptado

1
John MacArthur, Fuego Extraño, pág. 80
2
John MacArthur, Fuego Extraño, pág. 149
3
las incorrectas interpretaciones de los no pentecostales, rechazaron el llamado de Dios al ministerio,
resistieron al Espíritu de Dios y apagaron el fuego del don de Dios que está en ellas, le robaron a la
iglesia las bendiciones que el Señor quería proveer por medio de ellas, obedecieron a los hombres
antes que obedecer a Dios.
Los no pentecostales toman como base y apoyo ese versículo donde dice Pablo “que la Mujer calle
en la congregación y si quiere saber algo, que pregunte en su casa a su marido”
En 1ª de Cor. 11:5. Les da permiso con la condición de que se pongan velo.
En 1ª Cor. 14:34,35. Aquí Pablo rotundamente niega a la mujer el derecho a hablar en el templo.
Pero debe entenderse que lo Pablo quiere aquí es que se mantenga todo en orden, porque las
mujeres tomaron muy en serio la libertad que Pablo les dio de profetizar. La iglesia de Corinto era
una iglesia joven y muy carismática, por lo que pronto se salió de todo orden.
Las mujeres a las que se les había permitido desarrollar sus dones, se soltaron el pelo y dejaron de
usar velo en el culto. Lo hacían así porque de esta manera, tiempo atrás adoraban a Isis.
Lógicamente que esto no le pareció bien a Pablo, porque para los judíos llevar el pelo suelto era
señal de prostitución. Pablo no quería que las cristianas se parecieran a las sacerdotisas de dioses
paganos y les dice "Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza.
Porque lo mismo es que sí se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también
el cabello. Y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra"
CONCLUSION. Se observa entonces que el ministro de Asambleas de Dios no debe olvidar su
identidad pentecostal. En este gran y precioso movimiento entendemos que el ministerio de la mujer
es amplio. Ni Pablo ni mucho Dios las limita, pero si les dice:
"Hágase todo decentemente y con orden," (1ª Cor. 14:30).

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