VO ESPECIAL

UE

REYES CATÓLICOS
N

LA CREACIÓN DE ESPAÑA
WWW.REVISTACLIO.COM / NÚMERO 035/ 5,00 €

00035

8 414090 255318

DON PELAYO Y LA BATALLA DE COVADONGA/EL CID CAMPEADOR/

LOS REYES GODOS/AUSTRIAS Y BORBONES/
LA ARMADA ESPAÑOLA/GRANDES CONQUISTADORES
 ( Editorial)

el pasado presente
DIRECTORA: María Lorente
mlorente@revistascasual.com

COLABORADORES
Blanca Ramos Jarque, Sandra Ferrer, María Lorente
Javier Martínez-Pinna, Directora CLÍO

ASESORES
Óscar Fábrega, Raquel Berenguel, Ángel

Editorial
Sánchez Crespo, Juan Pablo Perabá, Javier
Ramos, Montserrat Rico Góngora,
Mª Ángeles López de Celis

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Juan Ramón Cabarroca L a C RE AC IÓN de ESP AÑ A
Tel.: 675 68 71 49
jrcaba@revistascasual.com

S
C/ Aragón, 186, 1º 4ª.
08011 Barcelona.
Tel.: 93 368 75 61 IN DUDA, AL HABLAR DE LA
Fax: 93 237 58 46 CREACIÓN DE ESPAÑA COMO UNA
EDITA NACIÓN COMPACTA A TODOS NOS
VIENE A LA MENTE LA FIGURA DE
LOS REYES CATÓLICOS. Con la
Administración
C/ Aragón, 186, 1º 4ª.
unión de los reinos de Castilla y León, Isabel I
08011 Barcelona. de Castilla y Fernando II de Aragón conseguían
Tel.: 93 368 75 61
Fax: 93 237 58 46 unificar un territorio que, con el paso del tiempo,
daría lugar a la fundación de la entidad nacional
DISTRIBUYE
tal y como la conocemos en la actualidad.
No en vano, la política que llevaron a cabo
ambos monarcas puso las bases que recogerían
GRUPO BOYACÁ
M-206; km 4,5. 28890 Madrid posteriormente después las siguientes casas
reinantes, como fueron los Austrias y los
IMPRIME
MCC Graphics
Borbones.
902 30 63 16 Pero no todo empieza con los Reyes Católicos,
Impreso en España
sino que en este recorrido histórico por la
Sobreprecio para Canarias 0,15 €
ISSN 2013-5920 creación de España también nos retrotraeremos
Depósito Legal D.L.B. 5168-2017
hasta el gobierno de los reyes godos (que tantos
09/19 quebraderos de cabeza trajeron a infinidad de
estudiantes) y a las figuras de don Pelayo y el Cid
Casual Magazines1
Campeador, que tanto significaron para nuestro
1 Reservados todos los derechos. Se prohibe la reproducción total
pasado conquistador.
o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo foto-
copias, grabados o cualquier otro sistema, de artículos aparecidos
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CLÍO 3
 14

6
34

26

58 66

50
4 CLÍO
 (Sumario)
3 Editorial

ORÍGENES
6 Reyes CATÓLICOS. Los creadores de ESPAÑA
14 ISABEL I. La sombra de una mujer en el trono
22 FERNANDO II de Aragón. El antes y el después del REY CATÓLICO

PASADO Y LEYENDA
26 DON PELAYO.y la batalla de Covadonga
34 El CID CAMPEADOR. Un viaje por la EDAD MEDIA española
42 Reyes GODOS. El pasado olvidado de ESPAÑA

MONARQUÍAS

22
50 Un paseo por la España de los AUSTRIAS
58 BORBONES. El origen de su monarquía en España

CONQUISTAS
42 66 CONQUISTADORES españoles
74 ARMADA ESPAÑOLA. Ocaso y renacimiento

UNIÓN EUROPEA
82 Sombras en el PASADO RECIENTE de España
90 La larga marcha hacia EUROPA

82

74
90

CLÍO 5
LOS CREADORES
DE ESPAÑA
LA VERTEBRACIÓN DE UN PAÍS ES UNA TAREA DIFÍCIL
Y GRANDES PERSONAJES DE LA HISTORIA COMO
ALEJANDRO MAGNO, JULIO CÉSAR O ALFONSO X
EL SABIO FRACASARON EN EL INTENTO.
ISABEL Y FERNANDO DEBIERON PENSAR EN ELLOS
CADA VEZ QUE PROFUNDIZABAN EN LAS REFORMAS
ECONÓMICAS, SOCIALES Y CULTURALES CON LAS
QUE CONFIABAN CONVERTIR SUS REINOS EN UN PAÍS
MODERNO, A LA ALTURA DE FRANCIA O INGLATERRA.
ILUSIÓN Y GANAS NO LES FALTARON. LOS REYES
CATÓLICOS DE CASTILLA Y ARAGÓN DEJARON
UNA IMPRONTA TAN PERSONAL EN LAS TAREAS DE
GOBIERNO QUE NO ES POSIBLE HABLAR DE LA HISTORIA
EUROPEA DEL TRÁNSITO DEL SIGLO XV AL XVI SIN
REFERIRSE A ELLOS.
POR JAVIER RAMOS

F
UE UNA ÉPOCA PROMETEDORA. EL ESPÍRI-
TU DEL RENACIMIENTO REINABA ENTRE LAS
GRANDES PERSONALIDADES DE LA POLÍTICA
Y DE LA CULTURA. LUIS XI, LORENZO EL MAG-
NÍFICO, LUDOVICO EL MORO O MAXIMILIANO
DE HABSBURGO ERIGIERON SÓLIDOS ESTA-
DOS. Además, concedieron al arte el privilegio de
crear la realidad y no solo de reflejarla, mediante
el mecenazgo a artistas singulares.
Leonardo, Miguel Ángel y Durero ofrecieron una diversi-
dad de soluciones a una Europa en busca de su propia iden-
tidad. Se reconciliaron los negocios del Mediterráneo con las
utopías del Atlántico: la aventura marítima de Bartolomeu
Díaz con la de Colón; la cartografía de Martín Behaim con la
astronomía de Copérnico, y, por extraño que parezca, el lujo
con la devoción.
La sociedad europea rechazó las calamidades del pasado,
en especial la peste y el hambre, que habían asolado el conti-
nente durante más de cien años (desde los aciagos días de la
Muer te Negra) y aceptó un nuevo paradigma moral presente

CLÍO 7
Orígenes REYES CATÓLICOS
LA VIRGEN DE LOS REYES
CATÓLICOS, PROCEDENTE
DEL REAL MONASTERIO DE
SANTO TOMÁS DE ÁVILA Y
ACTUALMENTE EN EL MUSEO
DEL PRADO, ES UNA PINTURA
AL TEMPLE SOBRE TABLA DE
123 X 112 CM, Y SU FECHA SE
ESTABLECE ENTRE 1491 Y 1493.
en los libros de Erasmo, Vives,
Ariosto, Rabelais y Lutero. Fue-
ron libros que se difundieron con
rapidez gracias a la expansión
de la imprenta, el revolucionario
invento de Guttenberg. No en
vano, hacia el año 1500, los talle-
res se habían establecido en más
de 250 lugares, desde Sevilla a
Amberes o Venecia.
EL CUERPO ADMINISTRATIVO
La España de los Reyes Católicos
fue una época prometedora en
8 CLÍO
dos sentidos. Por una parte, faci-
litó la toma de importantes inicia-
tivas gubernamentales encamina-
das a la creación de un aparato
administrativo racionalizado, con
regidores y otros funcionarios pú-
blicos que limitaron los excesos de
las autoridades locales y el desme-
surado poder de la alta nobleza.
Y, por otra, ofreció razones para
el optimismo a toda una genera-
ción de hombres y mujeres nacida
en torno a la década de 1450, la
generación de los Reyes.
En sus escritos, Diego de Vale-
ra propuso una panoplia comple-
ta de normas morales con el pro-
pósito de educar a esa generación
en el servicio y el amor a la patria.
Este tránsito a la modernidad no
debía hacerse contra la élite nobi-
liaria y urbana, ya que la experien-
cia de Ricardo II en Inglaterra así
lo aconsejaba.
Los privilegios de la nobleza, de
la Iglesia y del patriciado urbano
no fueron derrocados, pero la ve-
loz expansión de nuevas clases so-
ciales (funcionarios y mercaderes)
y los beneficios de la guerra de
Granada limitaron su influencia.
El ambicioso proyecto político
de Isabel y Fernando pretendía
erradicar las lacras sociales me-
diante la creación de un ideal co-
lectivo. Los cristianos nuevos bus-
caron acomodo en una sociedad
dominada por el casticismo de los
LOS PRIVILEGIOS DE cristianos viejos. La modernidad
LA NOBLEZA, de la española se encontró así unida al
Iglesia y del patriciado desarrollo de la picaresca, al tono
paródico de la novela y al uso de
urbano no fueron la ironía en contra de los poderes
derrotados, pero la públicos.
veloz expansión de Sin embargo, el mayor debate
fue el resultado de la política de
nuevas clases sociales los Reyes Católicos en favor de la
y los beneficios de la unida de la Corona de Castilla y la
guerra de Granada de Aragón, así como la creación
de un estado dinástico que pu-
limitaron su influencia. siera fin a una sociedad diversifi-
 cada y separada, es decir, injusta.
Antonio de Nebrija, a través de
DOS CORONAS EN UNA la Gramática de la lengua espa-
ñola, intentó superar las resisten-
TRAS LA RECONQUISTA CASTELLANA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, cias mediante la más innovadoras
LOS REINOS CRISTIANOS SE HABÍAN REDUCIDO A CUATRO EN de las operaciones intelectuales
EL SIGLO XV. ŶĂƐƟůůĂ͕IsabelŐŽnjĂďĂĚĞƵŶƉŽĚĞƌƚĞƌƌŝƚŽƌŝĂůƋƵĞ del momento: el uso social de la
ŐĞŽŐƌĄĮĐĂŵĞŶƚĞĂďĂƌĐĂďĂŽĐŚŽĚĞŶƵĞƐƚƌĂƐĂĐƚƵĂůĞƐĂƵƚŽŶŽŵşĂƐ;'ĂůŝĐŝĂ͕ lengua castellana, conver tida en
ƐƚƵƌŝĂƐ͕ĂŶƚĂďƌŝĂ͕ĂŵďĂƐĂƐƟůůĂƐ͕džƚƌĞŵĂĚƵƌĂ͕ŶĚĂůƵĐşĂLJDƵƌĐŝĂͿ la inseparable compañera del im-
ƌĂĞůƌĞƐƵůƚĂĚŽĚĞƵŶĂŝŶƚĞƌŵŝŶĂďůĞĐĂĚĞŶĂĚĞƉĂĐƚŽƐ͕ŵĂƚƌŝŵŽŶŝŽƐĚĞ perio español en América.
ĐŽŶǀŝǀĞŶĐŝĂ͕ďĂƚĂůůĂƐĐĂŵƉĂůĞƐLJĂůŐƷŶƋƵĞŽƚƌŽŵĂŐŶŝĐŝĚŝŽ͘ĂƐƟůůĂƐĞ La unidad territorial encontraría
ĐŽŶǀŝƌƟſĂƐşĞŶůĂƉŽƚĞŶĐŝĂŝďĠƌŝĐĂŚĞŐĞŵſŶŝĐĂ͘ también razones en el humanismo
>ŽƐƌĞŝŶŽƐĚĞůƌĞLJFernandoĂŐƌƵƉĂďĂŶĂůĂƐĐŽŵƵŶŝĚĂĚĞƐĂĐƚƵĂůĞƐĚĞ de Lucio Marineo Sículo y Pedro
ƌĂŐſŶ͕ĂƚĂůƵŹĂ͕sĂůĞŶĐŝĂLJĂůĞĂƌĞƐ͕ƵŶŝĚĂƐƚƌĂƐƵŶƉƌŽĐĞƐŽĚĞƐŝŐůŽƐ͘ Mártir de Anglería, quienes pro-
WĞƌŽƵŶĂƐĞƌŝĞĚĞĐŽŵƉůĞũĂƐĐŝƌĐƵŶƐƚĂŶĐŝĂƐƉƌŽǀŽĐĂƌŽŶĂůĚĞĐĂĚĞŶĐŝĂĚĞůĂ pusieron recuperar el sentido uni-
ŽƌŽŶĂĚĞƌĂŐſŶĞŶĞůƐŝŐůŽys͘>ĂĚĞŵŽŐƌĂİĂĨƵĞůĂƉƌŝŶĐŝƉĂůĐĂƵƐĂĚĞů tario de la Hispania romana. Se tra-
ŽĐĂƐŽĂƌĂŐŽŶĠƐ͗ĂƚĂůƵŹĂ͕sĂůĞŶĐŝĂ͕ĂůĞĂƌĞƐLJƌĂŐſŶũƵŶƚĂƐŶŽƌĞƵŶşĂŶ ta, por tanto, de España, una tierra
ŶŝƵŶŵŝůůſŶĚĞŚĂďŝƚĂŶƚĞƐ͕ŵŝĞŶƚƌĂƐƋƵĞĂƐƟůůĂƚĞŶşĂƐĞŝƐŵŝůůŽŶĞƐ͘Ŷ destinada a ser la cuna de una civi-
ĞůŽŵƉƌŽŵŝƐŽĚĞĂƐƉĞƐĞĞůŝŐŝſĐŽŵŽƌĞLJĚĞƌĂŐſŶĂ&ĞƌŶĂŶĚŽĚĞ lización cristiana y europea.
dƌĂƐƚĄŵĂƌĂ͕ƐŽďƌŝŶŽĚĞůƷůƟŵŽƌĞLJĐĂƚĂůĄŶLJŚĞƌŵĂŶŽĚĞůĞŶƚŽŶĐĞƐƌĞLJĚĞ
ĂƐƟůůĂ͕Enrique III͘ LA RECONQUISTA
>ĂĐŝƌĐƵŶƐƚĂŶĐŝĂĚĞƋƵĞĞŶůŽƐĚŽƐŐƌĂŶĚĞƐƌĞŝŶŽƐŚŝƐƉĄŶŝĐŽƐƐĞƐĞŶƚĂƌĂ Se recurrió a la figura de Isidoro
ůĂŵŝƐŵĂĚŝŶĂƐơĂĨƵĞĚĞĮŶŝƟǀĂƉĂƌĂƐƵƵŶŝĮĐĂĐŝſŶĞŶůĂƐƉĞƌƐŽŶĂƐĚĞƐƵƐ de Sevilla para legitimar la Re-
ƌĞƐƉĞĐƟǀŽƐŶŝĞƚŽƐ͗/ƐĂďĞůĚĞĂƐƟůůĂLJ&ĞƌŶĂŶĚŽĚĞƌĂŐſŶ͘hŶŝĚŽƐĂŵďŽƐ conquista como un deber patrióti-
ƌĞŝŶŽƐ͕ƚŽŵĂƌŽŶ'ƌĂŶĂĚĂLJĐŽƌŽŶĂƌŽŶƉŽƌĮŶůĂZĞĐŽŶƋƵŝƐƚĂ͘ co. Esta es la voluntad política de
dĂŶƐŽůŽƋƵĞĚĂďĂŶŽƚƌŽƐĚŽƐƌĞŝŶŽƐĞŶůĂWĞŶşŶƐƵůĂ͗EĂǀĂƌƌĂLJWŽƌƚƵŐĂů͘ los Reyes, mediante la cual se en-
ůĐƌĞĐŝŵŝĞŶƚŽĚĞĂƐƟůůĂLJƌĂŐſŶůŽƌĞĚƵũĞƌŽŶĂƵŶĞŶĐůĂǀĞĨƌŽŶƚĞƌŝnjŽĐŽŶ riqueció infinitamente la memoria
ĂŵďŽƐ͕LJůŝŵŝƚĂĚŽĂůŶŽƌƚĞƉŽƌ&ƌĂŶĐŝĂ͘dƌĂƐůĂŵƵĞƌƚĞĚĞCarlos III el Noble͕ dinástica de las casas reales de
ƐƵŚŝũĂLJŚĞƌĞĚĞƌĂĚŽŹĂBlancaƐĞĐĂƐſĐŽŶƵŶŝŶĨĂŶƚĞĐĂƐƚĞůůĂŶŽLJůĂĐĂƐĂ Aragón y Castilla, pues el deseo
ĚĞdƌĂƐƚĄŵĂƌĂĚŽŵŝŶſƚĂŵďŝĠŶƐŽďƌĞĞůƌĞŝŶŽŶĂǀĂƌƌŽ͕ĂƵŶƋƵĞůĂĂŶĞdžŝſŶ de la unión de los diferentes rei-
ĮŶĂůĨƵĞŽďƌĂĚĞ Fernando el Católico͕ƚƌĂƐƵŶĂǀŝĐƚŽƌŝŽƐĂĐĂŵƉĂŹĂƉŽƌ nos peninsulares arranca en el si-
ĂƋƵĞůůĂƐƟĞƌƌĂƐLJĂĞŶƚƌĂĚŽĞůƐŝŐůŽys/͘ glo XII, cuando un cronista señaló
>ĂƐĐŽƌƚĞƐĚĞWŽƌƚƵŐĂůƉƌŽĐůĂŵĂƌşĂŶĞŶϭϱϴϭƌĞLJĂ&ĞůŝƉĞ//ĚĞƐƉĂŹĂ͕ que “en España todos los reyes pa-
ƋƵĞŚŝnjŽǀĂůĞƌƐƵƐĚĞƌĞĐŚŽƐĐŽŵŽŶŝĞƚŽƉŽƌǀşĂŵĂƚĞƌŶĂĚĞManuel I rientes son”. Se refería al hecho de
ĚĞWŽƌƚƵŐĂů͘ƵƌĂŶƚĞůŽƐƐŝŐƵŝĞŶƚĞƐƐĞƐĞŶƚĂĂŹŽƐ͕ƐĞĐƵŵƉůŝſĂůĮŶůĂ que el emperador Alfonso VII de
ĂƐƉŝƌĂĐŝſŶĚĞůŽƐdƌĂƐƚĄŵĂƌĂ͗ůĂƵŶŝĚĂĚĚĞůĂWĞŶşŶƐƵůĂ͘ Castilla y León estaba casado con
Berenguela, hermana de Ramón
Berenguer IV, conde de Barcelo-
na y príncipe de Aragón. Gracias a
esa unión se consiguió la primera
expedición unitaria contra la, por
entonces, ciudad musulmana de
Almería.

UNA AMALGAMA DE
TERRITORIOS
El Estado dinástico de los Reyes
Católicos fue un conglomerado
de territorios diversos, ver tebra-
dos mediante transformaciones
jurídicas en unos casos y hacen-

CLÍO 9
Orígenes REYES CATÓLICOS

dísticas en otros. La convicción

renacentista de que el Estado
era una obra de ar te, convir tió
la política en la impulsora de las
reformas, pero también en la res-
ponsable de los fracasos. La so-
ciedad no estuvo a la altura de los
proyectos políticos de los Reyes
Católicos, pero tampoco ellos
mismos a veces estuvieron a la al-
tura de las circunstancias.
Se trata de la clásica paradoja de
las épocas prometedoras: es necesa-
rio un fuerte carácter optimista para
iniciar las reformas, pero el predomi-
nio de dicho estado provoca que los
reformistas emprendan transforma-
ciones que superan con creces la ca-
pacidad de cambio en la sociedad en
un breve periodo de tiempo. Y, por
eso mismo, necesitan compensar
con algunas medidas que contentan
a los sectores inmovilistas.
Mientras se trazaban ambiciosos
proyectos de modernización, un po-
deroso grupo cercano a los Reyes
Católicos actuaba incesantemente a
favor de la creación del Tribunal del
6DQWR 2ƓFLR /D SRVLELOLGDG GH TXH
alguien pudiera ser llevado ante un
juez sin garantías jurídicas fue un mo-
mento delicado de la historia españo-
la, pues traicionó siglos de libertad y
seguridad jurídica y atentó contra los
fueros y leyes inscritas en las Partidas.
¿Merecía la pena llevar al país a la rui-
na moral de la delación, del despre-
cio de los derechos individuales y la
opresión de las minorías en nombre
de un imperativo religioso? Y aunque
los Reyes nunca quisieron los efectos
de la Inquisición, sus decisiones pare-
cen desmentirlo. Primero la apoyaron
FRQWUD VLJQLƓFDGRV GLVLGHQWHV \ P£V
WDUGH ƓUPDURQ HO GHFUHWR GH H[SXO-
sión del pueblo judío.
Los monarcas promovieron unas
vigorosas relaciones internaciona-
les, a veces con astucia y otras con
malicia, pero siempre cargadas de
sentido patriótico. Se creó así la

10 CLÍO
 DE EXCOLMUGADOS A CATÓLICOS
CUANDO EL 19 DE OCTUBRE DE 1469, ISABEL Y FERNANDO
CONTRAÍAN MATRIMONIO EN EL VALLLISOLETANO PALACIO DE LA
FAMILIA VIVERO, EN FRÍA CEREMONIA Y CON ESCASOS ASISTENTES,
TODOS LOS PRESENTES TENÍAN PLENA CONCIENCIA DE HALLARSE
PRESENCIANDO UN ACTO PLENAMENTE ILEGAL. Impulsada por la
ĚĞĐŝĚŝĚĂǀŽůƵŶƚĂĚĚĞƐƵƐƉĂƌƟĚĂƌŝŽƐ͕/ƐĂďĞůĐŽŶƚƌĂǀĞŶşĂůŽƉĂĐƚĂĚŽĐŽŶƐƵ
ŚĞƌŵĂŶŽ͕ĞůZĞLJ͕LJƐĞĐĂƐĂďĂƐŝŶŝŶĨŽƌŵĂƌůĞƉƌĞǀŝĂŵĞŶƚĞ͘ĂĚŽĞůŐƌĂĚŽ
ĚĞĐŽŶƐĂŶŐƵŝŶŝĚĂĚĞdžŝƐƚĞŶƚĞĞŶƚƌĞůŽƐĐŽŶƚƌĂLJĞŶƚĞƐĞƌĂƉƌĞĐĞƉƟǀŽĐŽŶƚĂƌ
ĐŽŶƵŶĂĂƉƌŽďĂĐŝſŶƉĂƉĂů͕ƋƵĞůſŐŝĐĂŵĞŶƚĞƐŽůŽƉŽĚƌşĂŽďƚĞŶĞƌƐĞĐŽŶĞů
ďĞŶĞƉůĄĐŝƚŽĚŽĐƵŵĞŶƚĂĚŽĚĞEnrique.
/ŐŶŽƌĂŶĚŽĞůZĞLJĞůƉůĂŶ͕Paulo IIƌĞĐŝďŝſƵŶĂƚŽƐĐĂĨĂůƐŝĮĐĂĐŝſŶĞŶůĂƋƵĞ
ƐĞƐŽůŝĐŝƚĂďĂƐƵĂƉƌŽďĂĐŝſŶĚĞůŵĂƚƌŝŵŽŶŝŽ͘^ŝŶĞŵďĂƌŐŽ͕ĞůWŽŶơĮĐĞ;ĐŽŶ
ŵƵĐŚĂƌĂnjſŶŝƌƌŝƚĂĚŽƉŽƌĞůŝŶƚĞŶƚŽĚĞĞŶŐĂŹŽͿůĂŶĞŐſ͘ƋƵĞůůŽŶŽƉĂƌĞĐŝſ
ĚĞƐĂŶŝŵĂƌĂƋƵŝĞŶĞƐĞƐƚĂďĂŶƌĞĂůŝnjĂŶĚŽůĂŐƌĂŶŽƉĞƌĂĐŝſŶĚĞƵŶŝƌĂůĂƐ
ĚŽƐŽƌŽŶĂƐĂůƉƌĞĐŝŽƋƵĞĨƵĞƐĞ͘ůƐŝŐƵŝĞŶƚĞŝŶƚĞŶƚŽƉƌĞƐĞŶƚſŝŶĐůƵƐŽƵŶĂ
ŵĂLJŽƌŐƌĂǀĞĚĂĚ͕LJĂƋƵĞƐĞƵƟůŝnjſƵŶĂďƵůĂĂŶƟŐƵĂLJƉĞƌƚĞŶĞĐŝĞŶƚĞĂŽƚƌĂƐ
ĚŽƐƉĞƌƐŽŶĂƐ͕ĞŶůĂƋƵĞůŽƐĚĂƚŽƐĚĞůŽƐŇĂŵĂŶƚĞƐŶŽǀŝŽƐƐĞŚĂďşĂŶŝŶĐůƵŝĚŽ
ĨƌĂƵĚƵůĞŶƚĂŵĞŶƚĞ͘ƐƚŽLJĂǀŝŶŽĂĐŽůŵĂƌůĂƉĂĐŝĞŶĐŝĂĚĞůWĂƉĂLJĚĞĐŝĚŝſůĂ
ĞdžĐŽŵƵŶŝſŶĚĞůĂƉĞƌƟŶĂnjƉĂƌĞũĂ͘
Ɛş͕ĂƋƵĞůůŽƐƋƵĞƐĞƌŝĂŶĐŽŶƐŝĚĞƌĂĚŽƐůŽƐŵĄƐĞƐĨŽƌnjĂĚŽƐĚĞĨĞŶƐŽƌĞƐ
ĚĞůĂĨĞƉĂƐĂƌŽŶĂǀŝǀŝƌĂƌƌŽũĂĚŽƐĂůƐĞŶŽĚĞůĂ/ŐůĞƐŝĂ͕ĞŶƵŶĂƵŶŝſŶ
ENLACE DE
>K^Zz^ ŵĂƚƌŝŵŽŶŝĂůůĞŐĂůŵĞŶƚĞŝŶĞdžŝƐƚĞŶƚĞ͘WŽĐŽƐĂŹŽƐŵĄƐƚĂƌĚĞ͕Alejandro
dM>/K^͘
Borja͕ĂƋƵĞůĨƵƚƵƌŽƉĂƉĂŽƌŐŝĂĞĮĐĂnjĂŐĞŶƚĞĚĞůŽƐŝŶƚĞƌĞƐĞƐĚĞůŽƐZĞLJĞƐ
ĞŶZŽŵĂ͕ĐŽŶƐĞŐƵşĂĚĞůWĂƉĂĚĞƚƵƌŶŽĞůůĞǀĂŶƚĂŵŝĞŶƚŽĚĞůĂƐĂŶĐŝſŶ͘

imagen de unos reyes sutiles y vi-

LA RENDICIÓN sionarios. Vemos a Isabel y Fernan-
DE GRANADA. do en el campamento de Santa Fe,
a escasos kilómetros de Granada,
apoyando el proyecto de Colón de
navegar por el Atlántico por una
ruta diferente a la portuguesa; pro-
yecto que daría lugar al descubri-
miento de América.
Imaginamos a Isabel aceptando
de buen grado ese reto, con una
sonrisa en los labios, algo tan extra-
ño en ella que forjó la leyenda de
que tuvo que empeñar sus joyas per-
sonales como prenda del crédito. La
historieta es bonita, aunque falsa, y
demuestra que, ante los aciertos, el
pueblo siempre busca una heroína
generosa como lo será en adelante
Agustina de Aragón encendiendo
la mecha de los cañones o Mariana
Pineda bordando la bandera de la
libertad frente al absolutismo.

CLÍO 11
 Orígenes REYES CATÓLICOS

ERRORES Y ACIERTOS
Otro de los grandes aciertos de los
Reyes Católicos fue el nombramien-
to de Gonzalo Fernández de Cór-
doba, el Gran Capitán. La defensa
de los intereses de la Corona en
Italia se convirtió en el principal ob-
jetivo para este capitán andaluz. El
orgullo de participar en la vertebra-
ción de un nuevo país presidió to-
das sus actuaciones: desde las vic-
torias en el campo de batalla sobre
los ejércitos franceses hasta el buen
gobierno del Reino de Nápoles.
En veinticinco años (los que van
del decisivo 1479 al terrible 1504,
fecha de la muerte de Isabel), la Es-
paña de los Reyes Católicos fue tan-
to un momento decisivo en la mo-
dernización de la sociedad como de
opresión para el pueblo. Su máxima
aspiración fue conseguir la unión
GHƓQLWLYD GH ORV UHLQRV HV GHFLU OD
creación de España.
El lector de estas líneas podrá
mostrar su malestar con este proyec-
to político o, por el contrario, sentir-
se confortado con él, ya que ambas
posturas son habituales en el día de
hoy. Aun así es imposible no atender
OR TXH OOHJµ D VLJQLƓFDU \ TXH KR\
permanece vivo en la memoria so-
FLDOJUDFLDVDODƓUPH]DGHORVV¯PER-
los que los mismos Reyes Católicos
FUHDURQSDUDV¯HO\XJR\ODVŴHFKDV
La suprema ironía de la historia de
España a comienzos del siglo XVI es
que la gente que contemplaba el
proyecto político de los Reyes Ca-
tólicos descubría en él una mons-
truosa confusión. Sin embargo, no
parecían alarmarse por ello, sino
que más bien se exaltaban ante la
perspectiva de un Imperio vincula-
do a la existencia de España. Es una
mirada utópica de la que solo fue-
ron capaces los erasmistas que ro-
dearon al nieto de los Reyes Católi-
cos y heredero de los reinos, Carlos
de Gante, que pasará a las páginas
de la historia como Carlos V.

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 Orígenes REYES CATÓLICOS

RODEADA POR LA POLÉMICA DESDE SU NACIMIENTO, LA LLEGADA DE ISABEL LA CATÓLICA AL TRONO, DE LA

MANO DE SU AMADO FERNANDO, NO ESTUVO TAMPOCO EXENTA DE PROBLEMAS. ECUÁNIME Y VALIENTE,
FUE UNA MADRE ENTREGADA Y UNA REINA CON MANO FIRME. SU ENFRENTAMIENTO CON JUANA
LA BELTRANEJA LA ACOMPAÑÓ HASTA EL FINAL DE SUS DÍAS.

POR FRANCISCO NARLA

E
N EL AÑO 1951 SE CE-
LEBRÓ CON POMPA Y
BOATO EL V CENTENA-
RIO DEL NACIMIENTO
DE ISABEL DE CASTILLA.
LOS ECOS DEL EVENTO
MOVIERON AL ARZO-
BISPO DE VALLADO-
LID, JOSÉ GARCÍA Y GOLDARAZ, A
INTERESARSE POR LA POSIBILIDAD
DE INICIAR LA CAUSA DE LA BEATI-
FICACIÓN. El prelado aprovechó una
visita al que había sido nuncio en España,
Gaetano Cicognani, para hacerle sin al-
haracas o publicidad la consulta y, ante
la respuesta afirmativa, se dio luz verde al
proyecto.
En 1958, bajo la tutela del arzobispo,
dio comienzo al proceso de beatificación
de la reina castellana (acorde a las normas
de la Iglesia católica, estas causas deben
iniciarse en la diócesis donde se produjo
el fallecimiento). Se compuso un equipo
de historiadores españoles a los que dio
el encargo de redactar amplios estudios
sobre los puntos más conflictivos en la
ajetreada vida de Isabel I de Castilla.
Dichos trabajos permitieron a los inte-
grantes del equipo distinguirse en el pe-
ríodo y la figura, y se publicaron varios
libros de gran calado (ante el Tribunal Dio-
cesano se presentó un total de veintisiete
volúmenes). Sin embargo, también hubo
discrepancias, pues algunos de los involu-
crados se quejaron de la manipulación de
ciertos aspectos de la vida de la monarca.
En concreto, se arguyó que algunos de los
historiadores partidarios de la beatificación
habían hecho desaparecer documentos
que podrían comprometer la legitimidad
de Isabel como reina (un rumor que ha per-
durado durante siglos, pues su ascenso al
trono de Castilla fue conflictivo; de hecho,
fueron necesarios dos conflictos cercanos,
incluyendo asesinatos y conjuras).
Pese a la polémica, el proceso sigue su
curso a día de hoy (tanto es así, que desde
1974 es considerada Sierva de Dios por la
Iglesia católica), en buena medida gracias
al apoyo económico del empresario mexi-
cano Pablo Díaz. No obstante, aún no se
ha producido, y no falta quien se apresura
a acusar al Vaticano de dejarse influenciar
por presiones de algún poderoso grupo de
opinión judío contrario a la causa (se en-
tiende que estarían movidos por el rencor,
dada la expulsión de los judíos declarada
por Isabel a finales del siglo XV).
UNA INFANCIA COMPLICADA
Aunque la fecha se ha discutido, la versión
más aceptada reza que Isabel de Castilla,
de la Casa de Trastámara (cuyo origen se
remonta a las tierras gallegas más allá del
Tambre, que es lo que significa el nom-
bre), nació el 22 de abril, Jueves Santo, de
1451 en la localidad abulense de Madri-
gal de las Altas Torres, una pequeña lo-
calidad de realengo (lo que significa que
pertenecía a la corona. Debe entenderse
que en aquellos años las tierras eran de
la corona, de algún noble o de la Iglesia,

14 CLÍO
CLÍO 15
 Orígenes REYES CATÓLICOS
LA LEGITIMIDAD DE
LA BELTRANEJA
Derrotada la niña Juana, su tía
y madrina la obligó a renunciar
a sus títulos de Castilla y acabó
recluyéndola en un convento de
Coimbra, en Portugal.
Juana salió de aquel noviciado,
pero nunca regresó a Castilla.
Murió en Lisboa en el año 1530,
después de años recluida. Y allí
desaparecieron sus restos durante
el terrible terremoto de 1755,
lo que vuelve imposible que las
modernas técnicas de identificación
genética puedan usarse para
resolver al fin la duda de si era o
no hija de Enrique IV (del que sí se
conoce el paradero de los restos).
LA MUERTE DE
ENRIQUE IV
Aunque en el manifiesto que firmó La
Beltraneja se llegó a afirmar que se
había ordenado envenenar al rey con
mucha antelación para evitar que se
pudiera conocer al homicida, no hay
pruebas de ello ni de la implicación
de Isabel. En 1930 el prestigioso
médico Gregorio Marañón publicó su
Ensayo biológico de Enrique IV en el
que señalaba que el arsénico era una
posible causa de la muerte del rey.
16 CLÍO
la propiedad privada no tenía las conno-
taciones del presente), donde residía su
madre, Isabel de Avis, que le cederá su
nombre, poco común en aquellos tiem-
pos del Medievo español.
Era la hermana menor de Enrique,
que reinaría al cumplir ella tres años
como Enrique IV, y sería la hermana
mayor de Alfonso. Y este papel como
hermana marcaría su vida profunda-
mente.
Al morir su padre y acceder al trono
su hermano Enrique, Isabel fue enviada
junto con su madre y su otro hermano a
la villa de Arévalo, donde los tres pasa-
rían ciertas dificultades.
Mientras Enrique se afianzaba en el
trono, su madre sufrió lo que parecían
ataques de locura y los tres tuvieron que
apretarse el cinturón, pues las rentas rea-
les desaparecieron casi por completo. dos principales núcleos políticos y territo-
Aunque no todo fueron sinsabores. En riales de la España cristiana hizo posible
aquellos días de penalidades, la jovencí- que, unos años después, se produjera la
sima Isabel desarrolló el gusto por la lec- unión dinástica de las coronas de Castilla
tura y consumió todos los volúmenes que y Aragón, al casarse Isabel y Fernando).
se pusieron a su alcance. También trabó Enrique IV fue un rey con un papel,
amistad con Beatriz de Silva, a la que cuanto menos, dudoso. Permitió la inje-
más tarde ayudaría en la fundación de la rencia del reino de Aragón en asuntos de
Orden de la Inmaculada Concepción. Castilla y tuvo fuertes controversias con
Se supone que en esos tempranos nobles de ambos lados por la posibilidad
años, a la vez que tomaba afición por la de aliarse con la oligarquía catalana que
lectura, arraigó en ella también un pro- deseaba librarse del peso que ejercía
fundo asco por el ajo, gusto particular sobre ella la corona aragonesa. Resultó
que años después serviría para acuñar un monarca con facilidad para hacerse
una de sus frases más repetidas y co- enemigos, incluso en la propia Corte.
nocidas. Ya como reina intentaron los De ahí que, cuando llegó el momento
cocineros servirle un guiso con ajo que de recibir a su hija recién nacida, ya todo
habían intentado disimular con abun- el entorno nobiliario se había llenado de
dante perejil, pero Isabel lo detectó de maledicencias y habladurías.
inmediato con la exclamación que aca- Nació Juana de Castilla en el año
baría formando parte del acervo popu- 1462, dando por fin una heredera a la
lar: “¡Venía el villano vestido de verde!”.
Gustos gastronómicos aparte, en 1461,
para cuando había cumplido los diez, ENRIQUE IV DE CASTILLA, RETRATADO POR
ella y su hermano Alfonso son trasladados
JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DE LOSADA.
hasta donde estaba emplazada la Corte
en aquellos días, en Segovia. El motivo es
el esperado nacimiento de la hija de los
reyes, la que será bautizada como Juana
y conocida como La Beltraneja. En oca-
siones aparece en los textos como Juana
de Trastámara, pues, igual que Isabel,
pertenecía a esta rama nobiliaria que,
por aquel entonces, curiosamente, era
no sólo la de Castilla sino también la de
Aragón; un hecho muy importante pues
la presencia de una misma familia en los

corona, pero desde antes del parto, en la
Corte se rumoreaba que la niña era hija
del valido del rey, Beltrán de la Cueva
(lo que explica el sobrenombre) y ense-
guida empezaron los tejemanejes políti-
cos entre los nobles y ricos hombres de
Castilla, que se apoyaban en aquellos
chismorreos para negar la posibilidad
de que algún día Juana pudiera reinar.
LA POLÉMICA DE LA SUCESIÓN
Una parte de los nobles se enfrentó al
rey y formó un bando alrededor de su
hermanastro Alfonso (el hermano menor
de Isabel), que tan sólo contaba con
doce años. En la que ha pasado a co-
nocerse como la farsa de Ávila, incluso
lograron deponer al rey Enrique. Pero
Alfonso murió poco después en Carde-
ñosa, quizá envenenado (no podemos
saber si con buenas o malas intenciones,
durante ese tiempo, Isabel permaneció
junto a su hermano).
Muerto Alfonso, los nobles que presio-
naban al rey se agruparon rápidamente en
torno a Isabel para favorecerla como here-
dera en lugar de Juana. Sin embargo, de-
mostrando la capacidad de navegar entre
dos aguas, Isabel no quiso aceptar la corona
mientras Enrique aún viviese, de modo que
se llegó a un acuerdo conocido como la
Concordia de Guisando, o la Concordia de
los Toros de Guisando. Este la proclamaba
Princesa de Asturias (algo que ya había su-
cedido con la Beltraneja unos años antes),
constituyéndose así como heredera de
pleno derecho al trono por encima de su
sobrina y ahijada de bautismo. Momento en
el que comienza una fuerte rivalidad entre
ambas, que tendrá un mal final para Juana.
Poco después del acuerdo en el cerro
de Guisando (el nombre de toros viene
por un grupo escultórico que aún hoy en
día puede visitarse en la localidad abu-
lense de El Tiemblo), Enrique procura
aprovecharse para concertar un matri-
monio que le reporte beneficios.
Isabel no quiso aceptar la corona mientras
Enrique viviese, de modo que se llegó a un
acuerdo conocido como LA CONCORDIA DE
GUISANDO, POR EL QUE FUE PROCLAMADA
PRINCESA DE ASTURIAS.
ISABEL LA CATÓLICA, LIENZO DE LUIS DE
MADRAZO Y KUNTZ, DEL SIGLO XIX, QUE SE
CONSERVA EN EL MUSEO DEL PRADO.
Pese a que desde los tres años Isabel
había estado comprometida con Fer-
nando, hijo de Juan II de Aragón, en los
que serían los últimos meses de vida de
Enrique, este anula ese compromiso para
intentar casarla con Carlos, príncipe de
Viana, a lo que se opuso el rey de Ara-
gón. Volvió a intentarlo con Alfonso V de
Portugal, pero la propia Isabel lo rechazó
por la diferencia de más de veinte años
que los separaba.
Más tarde, fue comprometida con
Pedro Girón (con quien el rey Enrique
tenía buenas relaciones), maestre de
la Orden de Calatrava, pero el preten-
diente murió por causas desconocidas
mientras realizaba el trayecto para en-
contrarse con su prometida.
Luego, Enrique IV intentó casar a su
hermanastra con el duque de Guyena,
hermano de Luis XI de Francia, pero
Isabel volvió a negarse, casi con toda
probabilidad porque en su entorno
todos estaban convencidos de que el
mejor candidato seguía siendo el he-
redero al trono de Aragón, Fernando.
CLÍO 17
 Orígenes REYES CATÓLICOS
PETRONILA, REINA DE ARAGÓN
OTRA DE LAS
GRANDES MUJERES
EN LAS CORTES DE
LOS REINOS QUE
CONFORMARON
LA SIMIENTE DE LA
ESPAÑA ACTUAL FUE
PETRONILA.
Su intervención en los
enlaces matrimoniales
acordados del Medievo
resultó capital para los
años venideros.
Poco sabemos de
su carácter o de sus
desempeños políticos,
pero no cabe duda de
que, con su matrimonio,
estableció un principio
territorial que sigue vigente
en nuestros días.
Hija de Ramiro II el
Monje y de Inés de
Poitiers, Petronila nació
en 1136 para convertirse,
con sólo un año, en
reina de Aragón. Con
esa misma edad celebró
esponsales con quien
habría de convertirse
18 CLÍO
en su marido, Ramón
Berenguer IV. La boda
no tuvo lugar hasta trece
años después.
La decisión de unirla
con el noble Ramón
tuvo un motivo político
fundamental: el condado
que él ostentaba.
Desde los primeros
condados y pagos
nobiliarios establecidos
al sur de los Pirineos
por los herederos del
imperio Carolingio, los
distintos condes fueron
peleando entre ellos,
ganando terreno a las
taifas de Tortosa y Lérida,
y estableciendo lo que fue
la Marca Hispánica hasta
que, llegado el momento,
aprovecharon el cambio
de dinastía en el Imperio
Carolingio para dejar de
jurar lealtad y convertirse
en entes autónomos.
Entre todos ellos destacó
el condado de Barcelona
del que sería titular,
precisamente, Ramón
Berenguer IV.
De modo tal que, al
casarse con Petronila,
reina de Aragón, quedó
sellado el futuro de lo que
sería España.
Aunque la legislación
aplicable es discutible
y muchos historiadores
siguen debatiendo el
modo en el que se
estableció el acuerdo,
fuera como fuese, la
boda impuso la condición
de que la novia seguiría
ostentando su título y
que los herederos serían
reyes de Aragón y condes
de Barcelona, uniendo a
la corona de Aragón los
territorios del condado
catalán.
Así, el condado de
Barcelona iría pasando de
generación en generación
hasta Fernando II de
Aragón, y, siglos más
tarde, en nuestros días, al
actual rey Felipe VI.
El problema para el enlace era que los
novios tenían una relación de consan-
guineidad que lo impedía: eran primos
en segundo grado (sus abuelos eran her-
manos). Esto obligaba a recibir una bula
papal que los exonerase de su parentesco
para que el matrimonio fuese válido, y el
Papa, temeroso de las enemistades que
podría crearse en Portugal, Francia, Cas-
tilla y Aragón decidió no inmiscuirse.
Así, gentes del entorno de Isabel deci-
dieron sacarse un as de la manga y pre-
sentar una supuesta bula firmada años
atrás por el anterior Papa, en la que se
permitía el casamiento.
Como resultado de esta artimaña se
firmaron las capitulaciones matrimo-
niales en Cervera en el año 1469. Sin
embargo, para celebrar los esponsales
se temía que Enrique IV se inmiscuyera,
por lo que hubo de idearse un plan que
DEMENCIA DE ISABEL DE PORTUGAL,
JUNTO A SUS HIJOS, ISABEL Y ALFONSO.

permitiera el casamiento eludiendo las
posibles interferencias reales.
Isabel, que estaba custodiada estre-
chamente en Ocaña, escapó con la ex-
cusa de visitar la tumba de su hermano
Alfonso en Ávila, y Fernando atravesó
Castilla en secreto, disfrazado como
el mozo de mula de unos mercaderes.
Salió como tenían previsto y contraje-
ron matrimonio en el Palacio de los Vi-
vero de Valladolid en el año 1469 (un
par de años después consiguieron la lla-
mada Bula de Simancas, donde el papa
Sixto IV dispensaba la consanguineidad
a cambio de ciertas prebendas que in-
cluyeron la ciudad de Gandía para el
hijo del legado papal).
Esta curiosa anécdota ha dado lugar
a grandes elucubraciones sobre el amor
incondicional de los novios. Sin em-
bargo, la mayoría de los historiadores
están de acuerdo al presentar el enlace
como puramente político. Y lo cierto es
que no se conocieron hasta unos días
antes de la boda, algo que no influyó
en el hecho de que llegaran a amarse
profundamente.
En este ámbito también se han mencio-
nado a menudo los celos de Isabel, que
han sido descritos como patológicos y
han dado lugar a escenas de las que aún
se habla. Y lo cierto es que se le suponen
a Fernando un buen número de galanteos
en los años que siguieron (tuvo varios hijos
fuera del matrimonio). Aun así, ambos de-
mostraron que se tenían en mucha estima.
Anécdotas que lo ilustren hay muchas.
El aragonés dejó escrito en los últimos días
de Isabel: “Su muerte es para mí el mayor
trabajo que en esta vida me podría venir”.
Y ella, estando un día su esposo jugando a
los dados con su tío, el almirante de Casti-
lla, este ganó la partida y, eufórico, celebró
la victoria. Gesto que la reina se apresuró
en recriminarle y el almirante le respondió
que en aquellos momentos no hablaba
con el rey, sino con su sobrino, a lo que
Isabel le replicó: “el rey no tiene parientes
ni amigos, solamente súbditos”.
La mayoría de los historiadores están
de acuerdo al presentar el enlace como
puramente político. Sin embargo, TAMBIÉN
PARECE CIERTO QUE LLEGARON A AMARSE
PROFUNDAMENTE.
LOS REYES CATÓLICOS IMPARTIENDO
JUSTICIA, OBRA QUE SE EXPONE EN EL
PALACIO REAL DE MADRID.
GUERRA DE SUCESIÓN CASTELLANA
Dejando a un lado los sentimientos de los
novios, lo incuestionable es que el matri-
monio les costó un disgusto a ambos, pues
los enemistó con el rey Enrique.
Las aguas bajaron revueltas en los
años siguientes y, finalmente, con la
muerte de Enrique IV, lo inevitable su-
cedió: Isabel, basándose en el acuerdo
de los Toros de Guisando, se proclamó
reina de Castilla y estalló la guerra.
Se la suele conocer como la Guerra de
Sucesión Castellana y tuvo muchas más
implicaciones de las que pudiera pare-
cer en un principio. De un lado se situó
Juana la Beltraneja, de otro Isabel la Ca-
tólica. Y ambas contaban con significati-
vos apoyos nacionales e internacionales.
La Beltraneja se había casado con Al-
fonso V, rey de Portugal, de modo que
contaba con el apoyo del país vecino, al
que pronto se sumó Francia, que desde
años antes venía enfrentándose a Aragón
por el control del Rosellón (en el litoral
mediterráneo de la actual Francia) y otros
pagos del mar interior.
Además, como Francia estaba en gue-
rra con el ducado de Borgoña en aquellos
CLÍO 19
 Orígenes REYES CATÓLICOS
LA SUCESORA DE
ISABEL DE CASTILLA
Pese a que todas las figuras históricas
pueden resultar controvertidas,
con detractores y admiradores por
igual, hay algunas a las que les cuesta
salvarse de la quema, y una de esas
desdichadas es, sin duda, Isabel II.
Llevó el mismo nombre que La
Católica, pero ahí termina todo
parecido. Tras tres matrimonios sin
descendencia, nació, al fin, Isabel
en Madrid, en octubre de 1830. Su
nacimiento supuso graves problemas
dinásticos. Hasta entonces, el heredero
era el hermano de Fernando VII,
Carlos María Isidro, quien no aceptó
el nombramiento de Isabel como
heredera del trono cuando el rey
derogó la prohibición de reinar a las
mujeres (la llamada Ley Sálica).
Para colmo, al poco murió Fernando
VII y, con el trono vacío, el escenario
quedó expedito para las que se
conocerían como guerras carlistas. En
tanto, la pequeña reinaba pero bajo las
regencias, primero de su madre y, más
tarde, del general Espartero.
Se produjo la llamada Sublevación
de la Granja y también la controvertida
desamortización de Mendizábal.
Se siguieron años complejos
marcados por el caciquismo. La última
etapa de su reinado fue de clara
descomposición política. Se dio una
grave crisis económica y las clases
media y obrera exigieron un cambio en
profundidad de las políticas aplicadas.
El final llegó con la incruenta batalla de
Alcolea, que abrió las puertas al triunfo
de la revolución de 1868. La revuelta
supuso el destronamiento definitivo de
Isabel II, quien, en 1870, abdicó desde
su exilio en su hijo Alfonso XII. Isabel II
murió el 9 de abril de 1904 en París.
20 CLÍO
años, estos últimos tuvieron algunas ac-
ciones a favor de Isabel (nada significa-
tivo). También Inglaterra se inmiscuyó sin
demasiadas consecuencias, y el reino de
Navarra, demasiado ocupado en una gue-
rra civil, se mantuvo al margen (estaban
inmersos en una lucha que no sólo era in-
testina, sino en la que también intentaban
librarse de caer en las manos de Aragón o
de Francia, que llevaban años intentando
apoderarse del reino navarro).
El resultado de toda la trama inter-
nacional supuso que la guerra no sólo
se libró en tierra, sino también en el
océano Atlántico, donde las flotas por-
tuguesas se impusieron a las castellanas
por el control de las riquezas de Guinea
(principalmente oro y esclavos).
En el ámbito doméstico los enfrenta-
mientos se enconaron en más de una re-
gión. En el caso de Galicia, por ejemplo,
hubo facciones que se rebelaron contra
la corona de Castilla (a la que pertene-
cía el antiguo reino gallego) y buscaron
alianzas con Portugal.
La guerra, finalmente, terminó en el con sólo tres guardias y, desobedeciendo
año 1479 con la firma del llamado Tra- los consejos del obispo, se enfrentó a la
tado de Alcáçovas, que reconocía a Isa- turba ganándose la fidelidad del pue-
bel y Fernando como reyes de Castilla, blo de Segovia. Además, su actividad
y otorgaba a Portugal la hegemonía del en las campañas militares dejó prueba
Atlántico con la excepción de las islas también de su carácter innovador, pues
Canarias. Este asunto traería consecuen- se hacía acompañar de médicos y ci-
cias que levantarían ampollas después del rujanos (buena parte de ellos hebreos)
descubrimiento de Colón, lo que llevaría para atender a las tropas, lo que la con-
finalmente a la firma del famoso Tratado vierte en una precursora del moderno
de Tordesillas, en el que ambas monar- concepto de hospital de campaña.
quías se repartieron el mundo conocido.
Durante el conflicto se produjo una LA RIVALIDAD CON JUANA
curiosa anécdota que demostró el pe- Por otro lado, antes, especialmente du-
culiar carácter de Isabel. Madre com- rante, y con menos fuerza, después de
prometida con el futuro de sus hijos, la guerra, La Beltraneja puso tanto como
los instaba continuamente a prepararse
para reinar y aceptar los sacrificios que
el cargo conllevaba. Ella acompañó en
esos días a Fernando en las campañas
militares (se quedaba en retaguardia y
se aseguraba de que no le faltase nada
a las tropas, además de participar en
los consejos de su esposo; y eso mismo
seguiría haciendo durante años, incluso
en el largo asedio a Granada), y llevaba
consigo a sus hijos, a los que protegió
siempre con celo, como quedó demos-
trado durante el motín que se produjo
en el alcázar de Segovia durante la gue-
rra. En él, temiendo por la vida de su
hija, cabalgó más de sesenta kilómetros

pudo de su parte para desprestigiar a su
imparable rival Isabel.
Siempre la llamó, despectivamente,
reina de Sicilia, negándole su condi-
ción de castellana (Fernando, además
de heredero al trono de Aragón era rey
de Sicilia) y malmetió cuanto pudo. En
un manifiesto firmado en el año 1475,
La Beltraneja acusa a Isabel de haber
envenenado a Enrique IV para acelerar
su ascenso al trono.
El texto no resulta propio de una
muchachita de su tierna edad, proba-
blemente fue escrito por consejeros
de su círculo, pero ella lo firmó y en
él se incluyen muchas más acusacio-
nes y reproches hacia su madrina. Por
ejemplo, también se menciona el di-
choso asunto de la consanguineidad
de Isabel y Fernando, que hubiera
anulado su matrimonio.
Y, POR FIN, ISABEL REINÓ
Coincidiendo con el fin de la guerra por la
sucesión al trono de Castilla, murió Juan II
de Aragón, su hijo Fernando ascendió al
trono y el matrimonio con Isabel significó
al fin la unión de ambas coronas.
A partir de ese instante, Isabel y Fer-
nando reinarían lidiando con el enorme
proyecto de reconquistar Granada.
Apareció, en circunstancias bien
conocidas, Cristóbal Colón, y se
descubrió un nuevo mundo, ante el
que Isabel fue muy ecuánime, pues
se esforzó, desde la lejanía de Casti-
lla, para que no se cometieran abusos
contra los indígenas y para que se los
cristianizara.
El tema es truculento y espinoso,
y ha dado lugar a mucha literatura,
pero fuera de los razonamientos po-
líticos, la Historia nos dice que los
Reyes Católicos bien pudieron que-
dar escasos de buenas acciones en
las nuevas tierras, pero no de buenas
intenciones. No en vano, su proceso
colonizador fue mucho menos san-
ISABEL DICTA SU TESTAMENTO, JUNTO A
SU MARIDO, FERNANDO EL CATÓLICO. ÓLEO
DE EDUARDO ROSALES, MUSEO DEL PRADO,
MADRID.
griento que otros coetáneos y poste-
riores.
Sin embargo, no hay que olvidar
que durante su reinado se estableció
la Santa Inquisición, se expulsó a los
judíos, se creó la Santa Hermandad
para proteger a los comerciantes
(una especie de cuerpo de policía
para la represión del bandidaje), se
conquistó Granada y hubo guerras en
Italia.
Y así, llegó el final de los días de Isabel la
Católica. Algunos médicos de la época di-
jeron que la culpa fue de las largas campa-
ñas militares y las muchas horas a caballo,
cabalgando. No podemos tener la certeza
de las causas, pero la reina enfermó.
Probablemente el cúmulo de desgracias
no ayudó y, en apenas tres años, la enfer-
medad la consumió hasta que falleció en
Medina del Campo en noviembre de 1504
(las últimas investigaciones abogan porque
pudo tratarse de una hidropesía a causa de
un cáncer de útero). Lo cierto es que murió
acosada por desgracias familiares:
había muerto su madre, su único hijo
varón, su primogénita y uno de sus nie-
tos. Además, su hija Juana, la que sería
conocida por la Historia como La Loca,
empezó a comportarse de manera du-
dosa, y su esposo, Felipe el Hermoso,
la trataba con desaire.
CLÍO 21
Orígenes REYES CATÓLICOS

22 CLÍO
FERNANDO II DE ARAGÓN
EL ANTES Y EL DESPUÉS DEL REY CATÓLICO
FERNANDO II DE ARAGÓN HA PASADO A LA HISTORIA POR SER EL MARIDO DE ISABEL LA
CATÓLICA, PERO EN REALIDAD SU FIGURA COMO MONARCA SE EXTIENDE MUCHO MÁS
ALLÁ DE SU MATRIMONIO, YA QUE FUE UN DESTACADO ESTRATEGA Y UN POLÍTICO QUE SE
ADELANTÓ A SU TIEMPO.

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E
L 7 DE DICIEMBRE DE 1492, DEBAJO DE LAS ESCA-
LINATAS DEL BARCELONÉS PALACIO REAL DE LA
PLAZA DEL REY, AGUARDABA LA MONTURA DEL
REY DE LA CORONA DE ARAGÓN, FERNANDO II,
CONOCIDO COMO “EL CATÓLICO”. El monarca
apareció al abrirse las puertas del palacio y comenzó a descen-
der los escalones. Anticipando infinitud de futuros guiones cine-
matográficos que nos evocan obras maestras, como la escalera
de Odessa en El acorazado Potemkin, del maestro Eisentein, o
las escaleras de la estación de Chicago en Los Intocables de Eliot
Ness, del no menos brillante Brian de Palma, por la espalda, y sin
esperarlo, un hombre, espada en mano, asestó un casi mortal tajo
al Rey en la intersección del cuello con el hombro, provocándole
una profunda herida que, sorpresa y horror mediante, no impidió
a Fernando frenar la reacción inmediata de sus acompañantes que
ya se disponían a dar muerte al atacante, bajo la esperanza de ave-
riguar la motivación o una posible conspiración contra la corona.
Y sí, ocurrió un día de 1492, un año que diríase vórtice en lo uni-
versal alrededor del que gira la futura historia de España.
En 1492 Europa, reinos hispanos incluidos, caminaban hacia una
nueva era. Previamente la imprenta de Gutenberg, hacia 1450, y la
caída de Constantinopla a manos del turco, en 1453, fueron el fini-
quito del largo Medievo y permitieron la llegada de sorprendentes
ideas e inventos, así como el flujo de los antiguos conocimientos
herederos del perdido mundo grecorromano. El pedal de aceleración
de la Historia estaba presionado con fuerza, y Fernando II demostró
ser un hombre a la altura de las circunstancias, aún con sus luces y
sus sombras.
EL NACIMIENTO DE FERNANDO EL CATÓLICO
Fernando nació, sin duda alguna, para vivir tiempos interesantes,
como reza una maldición china, casi exactamente un año antes de la
conquista turca del último vestigio del Imperio Romano, Constantino-
pla (29 de mayo de 1453), el 10 de mayo de 1452, en Sos, Zaragoza.
Hijo de Juan II y Juana Enríquez, y nombrado heredero de la Corona
de Aragón por las Cortes de Calatayud en 1461.
Paralelamente en Castilla el heredero al trono, Alfonso, moría en
1468, reconociéndose a la hermana del rey Enrique IV, la infanta
Isabel, como heredera. Hecho que aprovecharía un inteligente Juan
II para urdir un matrimonio, el de Isabel y Fernando, que aventajara
a ambos reinos, por la unión de fuerzas, frente a sus competidores
inmediatos, Portugal y Francia. Dudamos que el amor tuviera mucho
que ver en este matrimonio, siendo además un motivo de casamiento
relativamente moderno y raro, tanto es así que el 7 enero de 1469
se firmó el acuerdo que dejaba claro que ambos cónyuges actua-
ban conjuntamente y por igual. Sin embargo, el enlace se llevaría
en secreto al no tener como valedor del mismo al Rey de Castilla,
Enrique IV, el 19 de octubre de ese mismo año, y mediante dispensa
papal por tener un antepasado común ambos contrayentes.
El hecho dividió a Castilla inmediatamente provocando una gue-
rra civil nada más morir Enrique, que enfrentaría a Juana la Beltra-
neja contra Isabel y Fernando. Aquí la cosa se complica algo, ya que,
como hemos apuntado antes, Fernando también tiene un ascendiente
común a Isabel, por lo que no dudó en proclamarse heredero al
trono, con lo que tenemos a tres pretendientes que dicen ser reyes de
Castilla, dos de ellos son matrimonio. Fue entonces, con la Concor-
dia de Segovia (1475), cuando el matrimonio fijó la unión de ambas
coronas tanto en Isabel como Fernando, en igualdad de condiciones,
germen de la máxima que identificó su reinado “tanto monta, monta
tanto”, y representó un logro extraordinario para una mujer que ape-
nas salía de la Edad Media, así como un esfuerzo, el de Fernando, en
una época en la que la supremacía masculina estaba fuera de toda
duda. Algo que coloca a ambos en líneas de admiración y estudio
poco trabajadas, quizá por la todavía execrable utilización de exalta-

CON LA CONCORDIA DE SEGOVIA, el matrimonio fijó la unión de ambas

coronas tanto la de Isabel como la de Fernando, en igualdad de condiciones. Este
fue germen de la máxima que identificó su reinado "tanto monta, monta tanto".
CLÍO 23
 Orígenes REYES CATÓLICOS
JUNTO ESTAS LÍNEAS, LOS REYES CATÓLICOS,
FERNANDO E ISABEL. EN LA OTRA PÁGINA, DE IZQUIERDA
A DERECHA, EL GRAN CAPITÁN Y UNA DE LAS CARTAS
ENCRIPTADAS QUE ESCRIBIÓ FERNANDO EL CATÓLICO AL
MILITAR.
ción ultranacionalista durante el franquismo
de sus figuras, sobre todo de Isabel.
El Tratado de Alcàçovas de 1479 puso fin
a la guerra civil y dio con Juana la Beltra-
neja en un convento, ese mismo año tam-
bién moriría Juan II de Aragón, por lo que
Fernando se haría al mismo tiempo con
las dos coronas, Fernando II de Aragón y
V de Castilla. Sin embargo, Isabel tuvo que
ceder y quedarse únicamente con el título
de reina consorte en Aragón, al ser Fer-
nando varón legítimo a la corona por naci-
miento, por lo que sólo Fernando sería rey
a todos los efectos de ambas coronas.
Inmediatamente se pusieron manos a
la obra para darle una pátina burocrática
común a ambos reinos. Esto derivó en una
decisión que se pagaría cara durante siglos, la
Santa Inquisición. En Europa ya existía desde
el siglo XII, pero que en los reinos hispanos
solo existía en la Corona de Aragón, aunque
desde mediados del siglo XV estaba prác-
ticamente obsoleta, pero legal y vigente. En
Castilla, sin embargo, la represión de la here-
jía corría a cargo de la monarquía, sin que
tuviera nada que envidiar en cuanto a saña y
crueldad a la eclesiástica.
UNIDAD RELIGIOSA
La necesidad de un estado eficiente impli-
caba en la época una unidad religiosa, una
red burocrática propia en asuntos religiosos
permitía intervenir a la corona sin la inter-
mediación del Papa de Roma. El creciente
antisemitismo desde el siglo XIV en todos los
reinos, así como el hecho de un reino nazarí
24 CLÍO
aún en la península estaría en las causas de
la creación de la Santa Inquisición. Tam-
poco debemos descartar lo que significa un
poder del estado monárquico dentro de cada
localidad, donde la fuerza de la nobleza
feudal estaba en retirada pero aún podía dar
muchos quebraderos de cabeza. También
sirvió para frenar el creciente poder de fami-
lias conversas ricas, como la de Santángel
(judío converso valenciano que financió el
viaje de Colón), confiscando sus bienes de
forma legal a través de la Inquisición. El 3 de
marzo de 1492, con Granada conquistada
ya, se decretó la expulsión de los judíos, a no
ser que se bautizaran. Entre 1478 y 1481 se
creó la Inquisición en los dos reinos, en 1480
se extendió a Castilla y Aragón la figura del
corregidor y se reorganizó la hacienda real
aprovechando el castigo a nobles rebeldes
por la nueva causa.
Entre los años 1481 y 1492 se llevó a cabo
la conquista de Granada, donde Fernando
reveló grandes dotes militares. Granada capi-
tuló el 2 de enero de 1492. El último reducto
del Islam en la península se había rendido,
y con ello se afianzaba la popularidad de la
unión de Aragón y Castilla, así como la de
sus reyes, que en las capitulaciones de Santa
Fe garantizaban a los musulmanes granadi-
nos la preservación de su lengua, religión y
costumbres. Sin embargo, la Pragmática de
14 de febrero de 1502 supuso la ruptura de
las capitulaciones al ordenar la conversión
o expulsión de todos los musulmanes del
reino de Granada. La titularidad única del
catolicismo, así como el poder totalitario que
llevaba parejo, lo consolidaba y lo proyec-
taba hacia el futuro y hacia Europa, algo que
pesaría mucho en la posterior gestión y con-
solidación del Imperio español. Previamente
el papa Alejandro VI, originario de la Corona
de Aragón, les había concedido el título de
Reyes Católicos a Fernando e Isabel el 19 de
diciembre de 1496 mediante bula papal.
PERÍODOS CONVULSOS
Sin embargo, en Aragón, Fernando no
pudo afianzar una monarquía con mayor
poder del que tenía anteriormente, si
bien puso fin al problema de los remen-
sas, campesinos de Aragón (payeses) que
debían pagar al señor para el que trabaja-
ban las tierras si querían dejarlas. A través
de los denominados contratos de enfiteu-
sis, en la sentencia arbitral de Guadalupe
de 1486, que liberaba así a los payeses
de su sujeción a una tierra y a un señor,
el feudalismo estaba dando sus últimos
coletazos, y Fernando estaba siendo uno
de los instrumentos de ese cambio de
tiempo, al menos en apariencia.
No obstante, fue precisamente un payés
el que intentó, como hemos dicho inicial-
mente, acabar con la vida del rey en el año
1492. Joan de Canyamars fue inmediata-
mente detenido y puesto a disposición de
las autoridades. Bajo tormento confesó que
había sido el Espíritu Santo el que le movió
al magnicidio porque el verdadero rey era él.
Lo cierto es que se desconocen los motivos
del intento de regicidio, quizá demasiado
peligrosos de airear. Si bien es cierto que Fer-

nando le perdonó públicamente, el Consejo
Real lo condenó a muerte ejecutándolo bru-
talmente en las calles de Barcelona. Algunos
autores sugieren que en realidad la sentencia
arbitral de Guadalupe fue un paripé que a
la hora de la verdad no tuvo consecuencias
reales sobre la mala situación de los remen-
sas aragoneses, auténticos siervos feudales, y
que fue este descontento hacia lo que el rey
prometió pero cumplió hipócritamente lo
que motivó el ataque.
POLÍTICA DE EXPANSIÓN
Si bien Castilla volcó su actividad exterior
en el descubrimiento de un nuevo mundo
(nueva ruta hacia las Indias) por parte de
Cristóbal Colón, Fernando se ocupó de la
expansión del reino aragonés hacia Oriente:
Italia, norte de África, Rosellón y Cerdaña.
Con la inestimable ayuda de Gonzalo Fer-
nández de Córdoba, más conocido como
El Gran Capitán, consiguieron reordenar
un ejército medieval y transformarlo en una
moderna máquina de guerra precursora de
los tercios de Flandes con la que expulsaron
a la dinastía del Reino de Nápoles y Sicilia,
así como a los franceses en 1504, sumando
Nápoles a la corona.
En febrero de 2018 se daba la noticia, en
todos los medios de comunicación españo-
les, del desciframiento del código secreto
utilizado entre Fernando el Católico y El
Gran Capitán durante la guerra de Nápoles.
El encargado de este hito de investigación
histórica ha sido el CNI (Centro Nacional de
Inteligencia), que a través de cuatro cartas
FERNANDO EL CATÓLICO mantuvo una
correspondencia con El Gran Capitán,
en la que utilizaba un código secreto
formado por 200 caracteres entre
triángulos, rayas y números.
encriptadas que los protagonistas se envia-
ron entre los años 1502 y 1503, y donde se
escondían más de 200 símbolos secretos, se
ha llegado al mensaje oculto. El contenido ha
sorprendido por la meticulosidad con la que
Fernando ordenaba a El Gran Capitán aco-
meter la gobernanza de Nápoles, envío de
tropas, justicia, recaudación de impuestos,
gestión de los ingresos, e incluso casamiento
de viudas con soldados españoles a fin de
fomentar una integración social que frenara
futuros levantamientos.
El código secreto estaba formado por
200 caracteres entre triángulos, rayas y
números, donde no siempre se correspon-
dían con palabras, sino que a veces era
una letra, otras una palabra o frase, y otras
absolutamente nada. Todo para despistar al
enemigo en su arte de desencriptar códigos
e interceptar mensajes. Pero, como si de la
piedra Rosetta se tratara, un carta escrita
en dos versiones (una parte desencriptada)
puso sobre la pista del desciframiento a los
investigadores del CNI. Este hito no se que-
dará aquí, ya que permitirá conocer mucho
mejor la correspondencia epistolar secreta
de la época y descifrar muchos más docu-
mentos que aún permanecen dormidos en
muchos archivos de Europa, y que nos pue-
den deparar grandes sorpresas. Otro hecho
sorprendente es que el mismísimo rey Fer-
nando escribiera a El Gran Capitán de su
propio puño y letra, algo muy raro entre los
reyes de la época.
En el frente diplomático se intentó aislar
a la poderosa Francia mediante el matrimo-
nio de las hijas de Fernando e Isabel. Lo que
llevó a que la heredera al trono, Juana, injus-
tamente conocida por Juana la Loca, casara
con Felipe el Hermoso, flanqueando a Fran-
cia por el este y restando posibilidades a sus
pretensiones en Italia. Toda esta expansión
internacional se vio fortalecida por la rápida
conquista de los nuevos territorios descubier-
tos en la futura América. Se estaba gestando
un nuevo imperio en Europa.
Al morir Isabel (1504), Juana heredó el
trono de Castilla, sin embargo su esposo,
Felipe el Hermoso, no era Fernando y no
iba a permitir que su mujer acumulara
nada de poder en su detrimento, acorda-
ron el reinado conjunto con gobierno de
Felipe. Algo que Fernando no apoyó. En
1506 moriría Felipe el Hermoso, Cisneros
tomó las riendas del reino ante la supuesta
incapacidad de Juana, a la que Fernando
retiraría en Tordesillas quedándose como
Rey único de Castilla y Aragón. Incluida
Navarra por conquista en 1512 poco le
quedaba por hacer a Fernando salvo testa-
mento. Legó todas sus posesiones a su hija
Juana, pero en su puesto debía gobernar
su nieto, hijo de Juana, Carlos de Gante,
futuro Carlos I de España y V de Alemania.
Mientras tanto Alonso de Aragón (su hijo
natural) regentaría Aragón y el Cardenal
Cisneros Castilla. El 23 de enero de 1516
moría Fernando II en Madrigalejo, Cáce-
res, enfermo de hidropesía. Según dicen
las malas lenguas el abuso de cantárida, un
potente afrodisiaco, fue lo que le provocó
la enfermedad y su muerte.
CLÍO 25
 Pasado LEGENDARIO

DON PELAYO
Y LA BATALLA
DE COVADONGA
INGIMAGE

26 CLÍO
 LAS GRANDES BATALLAS DE TIEMPOS MEDIEVALES, EN LAS QUE CASI SIEMPRE DESTACA LA
FIGURA DE UN REY QUE INTENTA OBTENER PRESTIGIO Y LA CATEGORÍA DE HÉROE, ESTABAN
CARGADAS DE UN ENORME COMPONENTE IDEOLÓGICO Y RELIGIOSO, ESPECIALMENTE EN
LUGARES COMO LA PENÍNSULA IBÉRICA, DONDE EL CONFLICTO ENTRE EL CRISTIANISMO Y
EL ISLAM SE PROLONGÓ DURANTE CASI OCHOCIENTOS AÑOS. EN ESTE CONTEXTO, NO ERA
EXTRAÑA LA CREENCIA EN LA INTERVENCIÓN DE LA DIVINIDAD, TANTO EL DIOS CRISTIANO,
COMO ALÁ, CONVERTIDOS EN ÁRBITROS QUE ENTREGABAN LA VICTORIA A LOS MÁS JUSTOS
Y, POR ESO, PARA GANARSE SU FAVOR, LOS EJÉRCITOS ACUDÍAN A LA BATALLA PORTANDO
COMO ESTANDARTES TODO TIPO DE OBJETOS SAGRADOS Y RELIQUIAS. EN ESPAÑA, UNA DE
ESTAS PRIMERAS ACTUACIONES MILAGROSAS SE PRODUJO EN LA BATALLA DE COVADONGA,
POCOS AÑOS DESPUÉS DE LA CONQUISTA ÁRABE DEL 711.

WKZ:s/ZDZd1EͳW/EE

A
LO LARGO DEL TIEMPO, LA IN-
VASIÓN MUSULMANA DE LA PE-
NÍNSULA IBÉRICA HA VENIDO
CONSIDERÁNDOSE COMO UN
ELEMENTO PERTURBADOR QUE
VINO A INTERRUMPIR EL PROCE-
SO DE DESARROLLO HISTÓRICO
EN LA LÍNEA DE LOS DEMÁS PAÍ-
SES DEL ANTIGUO IMPERIO ROMANO DE OCCIDEN-
TE. De esta manera, la conquista del año 711 provocó una
interrupción de los primeros intentos para crear un estado
XQLƓFDGRTXHVHHVWDEDQGDQGRHQHOVLJOR9,,DOGDUOXJDU
a la aparición de una serie de núcleos aislados en las zo-
QDVP£VVHSWHQWULRQDOHVGHOD3HQ¯QVXOD,E«ULFDTXHIXHURQ
ORVTXHFRQHOSDVRGHORVD³RVVHIXHURQLQFRUSRUDQGR
D OR TXH WUDGLFLRQDOPHQWH FRQRFHPRV FRQ HO QRPEUH GH
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DJOXWLQDGRUGHOFDWROLFLVPRHQRSRVLFLµQDODUHOLJLµQGH
los invasores) y, por otra parte, un aumento del carácter
EHOLFRVRTXHWXYRFRQWLQXLGDGDFDEDGDOD5HFRQTXLVWDD
ƓQDOHVGHOVLJOR;9FRQHOSURFHVRGHFRQTXLVWD\FRORQL-
zación del Nuevo Mundo.
/D U£SLGD FRQTXLVWD TXH OOHYDURQ D FDER Tarik y Muza
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SRVLEOHVLVHWLHQHHQFXHQWDODLQGLIHUHQFLDLQFOXVRFRP-
SOLFLGDGGHODPD\RUSDUWHGHODSREODFLµQKLVSDQRYLVLJR-
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UHVSDUDQRSHUGHUVXVSULYLOHJLRVHFRQµPLFRVSHURRWURV
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GRPLQLRURPDQR\YLVLJRGR

CLÍO 27
 Pasado LEGENDARIO

EL PRIMER REY DE ASTURIAS

En la batalla de Covadonga el indis-
ESTATUA DE
cutible protagonista fue don Pelayo, DON PELAYO.
al que podemos considerar como
el primer rey de Asturias, y al que
la Historia ha querido convertir (en
España) en el personaje con el que
se consolida el concepto de nación
desde un punto de vista mítico, tal y
como ocurre con Arturo en Inglate-
rra o con Beowulf en Alemania.
Para comprender su biografía, al
personaje de carne y hueso, se antoja
necesario alejarnos de la idealización
TXHVHKL]RGHVXƓJXUDHQ«SRFDVDQ-
WHULRUHV SHUR WDPEL«Q GHMDU GH ODGR
la postura abiertamente crítica, hostil
en este caso, que desde la corrección
política se ha tomado hacia una serie
de personajes históricos por motivos
puramente ideológicos.
La historicidad de don Pelayo está
fuera de toda duda, pero es muy
SRFR OR TXH VDEHPRV GH «O (Q ODV
Crónicas alfonsinas se le considera
hijo del duque Favila, mientras que
otras tradiciones le sitúan luchando
junto a su rey Rodrigo en la batalla
de Guadalete acontecida en el fatí-
dico año de 711. En la actualidad, la
tesis que habla sobre el origen astur
del personaje tiene muchos segui-
dores, aunque, en verdad, no existe
QDGD TXH SRGDPRV DƓUPDU FRQ UR-

LA BATALLA DE CLAVIJO: ¿UN EPISODIO MÍTICO CON UN TRANSFONDO HISTÓRICO?

DURANTE ESTE CONVULSO PERIODO DE TIEMPO,
EN EL QUE VEMOS NACER LOS PRIMEROS NÚCLEOS
DE RESISTENCIA CRISTIANOS, se producen
nuevos enfrentamientos con las tropas andalusíes,
algunos totalmente identificados y, otros, puramente
legendarios, como es el caso de la batalla de Clavijo
que se habría producido durante el reinado de Ramiro I
(842-850).
Según cuenta la tradición, el rey asturiano se negó a
pagar el tributo de las cien doncellas al emir cordobés,
y la respuesta árabe no se hizo esperar. Tras asolar las
tierras asturianas, el ejército musulmán capitaneado
por Abderramán II marchó hacia Albelda, en donde se
enfrentó al pequeño contingente astur, que nada pudo
hacer por evitar la derrota.
Ante esta situación tan complicada, los cristianos
se vieron obligados a hacerse fuertes en el monte
Laturce, llamado también de Clavijo, en donde volvió
a obrarse el milagro. Según la crónica del arzobispo
Rodrigo Jiménez de Rada, escrita a mediados del
siglo XIII, Ramiro I tuvo un sueño en el que aparecía el
apóstol Santiago asegurando su presencia en el campo
de batalla al frente de las huestes cristianas. Al día
siguiente el rey marchó al frente de su ejército contra

28 CLÍO
 INGIMAGE
REPRESENTACIÓN
DE LA BATALLA DE
COVADONGA.

tundidad por lo que el debate sigue intrigas y desavenen-

abierto. A pesar de todo, las fuentes
insisten en el origen visigodo de Pe-
layo (Julia Montenegro, de la Uni-
versidad de Valladolid, y Arcadio del
Castillo, de la Universidad de Alican-
te), por lo que, desde este punto de
vista, su participación en la batalla de
Guadalete pudo ser posible.
Según cuentan las fuentes, espe-
cialmente la Crónica Albedense y la
Rotense, escritas en el siglo IX, Pe-
layo era un noble visigodo hijo del
duque Favila. El duque, debido a las
cias que existían en- PELAYO habría pasado su
tre la nobleza goda infancia en la ciudad de Toledo,
fue asesinado por el
rey Witiza, posible-
donde entabló una estrecha
mente por un proble- relación con Rodrigo, futuro rey
ma de faldas. de los visigodos.
Pelayo habría pa-
sado su infancia en
la ciudad de Toledo, donde entabló tiempo deambulando por las tierras
una estrecha relación con Rodrigo septentrionales de la Península Ibéri-
(futuro rey de los visigodos), pero ca, dando muestras de todas las cua-
tras el asesinato de Favila, el joven lidades que en su día tanto alabaron
Pelayo marchó al exilio y pasó el sus biógrafos.

las tropas de Abderramán II (al parecer acompañado

por el apóstol que montaba en un precioso corcel
blanco) para conseguir la victoria en la que fue una de
las batallas más recordadas de la Reconquista, a pesar,
eso sí, de ser una batalla legendaria que no puede ser
refutada por ningún historiador serio. Los estudios
arqueológicos han permitido, en cambio, corroborar
historiográficamente la existencia de otra batalla en
Albelda, esta durante el reinado de Ordoño I hacia el año
860, que habría servido de inspiración para dar forma a
la leyenda.

CLÍO 29
 Pasado LEGENDARIO

EL ORIGEN DEL HÉROE

Dicen que Pelayo era inquieto, tra-
bajador y avisado, que era un hom-
bre cuerdo, justo, bello y religioso.
Tanto es así que, en los momentos
finales del reinado de Witiza, pere-
grinó por Tierra Santa antes de vol-
ver a España y ponerse al servicio
de su antiguo amigo.
Pelayo pronto empezó a desta-
car entre los nobles que apoyaron
al nuevo rey, don Rodrigo, ya que
ocupó un cargo importante en la
corte visigoda: conde de los es-
patarios (guardia personal del
monarca). Como tal luchó junto a
Rodrigo en la renombrada batalla
de la Guadalete, por lo que vivió,
en primera persona, los aconteci-
mientos que a la postre resultaron
definitivos para comprender la
desaparición del joven e inesta-
ble estado visigodo en la Penínsu-
la Ibérica.
Tras el desastre que supuso para
los visigodos la aplastante derrota
a manos de los musulmanes, Pela-
yo volvió a Toledo, y fue allí don-
de el arzobispo Urbano, viéndolo
todo perdido pidió al conde que
salvase las reliquias y los objetos
de poder más importantes que en
aquellos días se encontraban en
la ciudad.
DON PELAYO.
El siguiente episodio es conoci- FEDERICO
MADRAZO.
do por todos: Pelayo huyó hacia
el norte, a tierras asturianas, para
convertirse en el rey del primer rei-

¿DÓNDE ESTÁ ENTERRADO EL CUERPO DE PELAYO?

DON PELAYO FALLECIÓ EN CANGAS DE ONÍS EN EL
AÑO 737 Y SU CADÁVER RECIBIÓ SEPULTURA EN LA
IGLESIA DE SANTA EULALIA DE ABAMIA, EN LA QUE
PREVIAMENTE HABÍA SIDO SEPULTADA SU ESPOSA,
LA REINA GAUDIOSA. Por este movito, en este recinto
se conserva un sepulcro vacío que contuvo los restos
del famoso rey y enfrente el que acogió los restos de su
esposa.
El cronista Ambrosio de Morales dejó constancia en
su obra de que Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y de
León, ordenó trasladar los restos del rey don Pelayo y
los de su esposa a la Santa Cueva de Covadonga para ser
introducidos en un túmulo de piedra.
En el sepulcro se encuentra esculpida la siguiente
inscripción: "AQVI YACE EL SEÑOR REY DON PELAIO,
ELLETO EL AÑO DE 716 QUE EN ESTA MILAGROSA CUEBA
COMENZO LA RESTAVRACION DE ESPAÑA BENCIDOS LOS
MOROS; FALLECIO AÑO 737 Y ACOMPAÑA SS M/gEr Y
ErMANA".
A pesar de todo, muchos historiadores creen que
el traslado de los retos del rey y su esposa nunca se
produjo.

30 CLÍO

CUEVA DE
COVADONGA.
no cristiano de la península tras la significó el nacimiento del núcleo
invasión musulmana del año 711. de resistencia cristiano, el reino
de Asturias, frente a la dominación
PROCESO DE RECONQUISTA musulmana.
Los textos cronísticos del siglo IX Hacia el año 718 tenemos a un
aluden a una alianza entre el ele- bereber llamado Munuza gober-
nando en el norte
peninsular, pero
LOS TEXTOS CRONÍSTICOS del siglo IX muy pronto su
aluden a una alianza entre el elemento autoridad se vio
visigodo y los astures locales que permitió GHVDƓDGD SRU XQ
grupo de dirigen-
a Pelayo hacerse con el poder, mientras tes astures, enca-
que la unión con el duque Pedro de bezados por Pe-
Cantabria significó el nacimiento del layo, que desde
Cangas de Onís
núcleo de resistencia cristiano. decidieron rebe-
larse y dejar de
mento visigodo y los astures loca- pagar impuestos. La actitud desa-
les que permitió a Pelayo hacerse ƓDQWH GH 3HOD\R \ VXV KRPEUHV IXH
con el poder, mientras que la unión contestada con algunas acciones
con el duque Pedro de Cantabria de castigo, pero la incapacidad de
INGIMAGE
INGIMAGE
Munuza para sofocar la rebelión le
llevó a pedir refuerzos a Córdoba,
desde donde llegó un contingente
al mando de Alqama, formado, pro-
bablemente, por unos 1.500 efecti-
vos (aunque las crónicas cristianas
llevan esta cantidad, muy exagera-
damente, hasta los 187.000).
En cuanto a las fuerzas de Pela-
yo no parece que pudieran supe-
rar los 300 hombres, por lo que
debido a su inferioridad numérica,
el guerrero cristiano se retiró ha-
cia un angosto valle de los Picos
de Europa, cuyo fondo cerraba el
monte Auseva, con el objetivo de
acorralar al ejército atacante en un
espacio en donde no pudiese ma-
niobrar. Así llegamos el 722, año
en el que se produjo la batalla que
para muchos marcó el inicio del
proceso de la Reconquista.
ESTATUA DE
DON PELAYO.
CLÍO 31
 Pasado LEGENDARIO

ENTRADA A
Según las leyendas, el enclave LA CUEVA DE
elegido por Pelayo para presen- COVADONGA.
tar batalla a las fuerzas musulma-
nas de ocupación era mágico, ya
que desde antiguo Covadonga se
relacionaba con la presencia de
lo sobrenatural y con el culto a la
Virgen. El origen de este tipo de
creencias es, en cambio, muy ante-
rior, ya que en época precristiana
la cueva estaba asociada al culto
de divinidades femeninas de la
naturaleza, de ahí la facilidad de
vincularlo posteriormente con la
Virgen, tal y como ocurrió en otros
muchos lugares de España, en
donde antiguas creencias paganas
terminaron siendo adaptadas a
través de un característico proceso
de sincretismo religioso.
El 28 de mayo de 722 se inició la
batalla después de que los musul-
manes enviasen al traidor Oppas
(hermano de Witiza, que había per- Afortunadamente (si hacemos las magnificencias del Señor: las
mitido la entrada del ejército de Ta- caso a las crónicas), esta situación piedras que salían de los fundíbu-
riq en 711) a dialogar con los astures, tan crítica pudo ser solventada por los y llegaban a la casa de la Virgen
pero este fue rechazado por Pelayo parte de los cristianos gracias a la Santa María, que estaba dentro de
que le habría recriminado su falta de intervención de la Virgen: "Alqama la cueva, se volvían contra los que
fe y su traición a la cristiandad. mandó entonces comenzar el com- las disparaban y mataban a los cal-
Ante esta situación, los musulma- bate, y los soldados tomaron las ar- deos" (Crónica Albelda, 881).
nes iniciaron el ataque y lanzaron mas. Se levantaron los fundíbulos, Al margen de este tipo de
XQDOOXYLDGHŴHFKDVVREUHORVKRP- se prepararon las hondas, brillaron creencias, debemos suponer que
bres del caudillo asturiano que no las espadas, se encresparon las durante la contienda un grupo de
tuvieron otro remedio más que re- lanzas e incesantemente lanzaron guerreros astures logró hacerse
troceder y buscar cobijo en la cueva. saetas. Pero al punto se mostraron fuerte en algunas de las peque-

PUENTE
INGIMAGE

ROMANO DE
CANGAS DE
ONÍS.

32 CLÍO

ordenada
LA BATALLA DE COVADONGA pasó a retirada en
considerarse como la primera victoria de dirección
un contigente cristiano contra las fuerzas a Liébana,
pero su hui-
andalusíes, lo que habría permitido el da se hizo
nacimiento del reino independiente de aún más
Asturias. dramática
por causa
ñas cimas que jalonaban el lugar, de un desprendimiento de tierras
por lo que cuando los musulma- que, según la leyenda, fue provo-
nes iniciaron el asalto a la cueva, cado, nuevamente, por la inter-
estos cayeron de improviso sobre vención divina.
ellos provocando el desconcierto Al verlo todo perdido, el gober-
entre el contingente de Alqama, nador Munuza decidió escapar de
que nada pudo hacer para impo- Gijón por miedo a la sublevación
ner su destacable superioridad de la nobleza local, pero la trage-
numérica. dia estaba a punto de completarse
Sin poder maniobrar, los hom- para los conquistadores musulma-
bres del contingente musulmán nes, porque los astures lograron
terminaron esperando, uno a uno, darle caza y matarlo en Olalles, un
su turno para ser ensartados por la lugar que no ha podido ser iden-
espada de un soldado astur, hasta tificado.
que le tocó el turno a Alqama, el Desde entonces, la batalla de
cual no pudo sobrevivir a la com- Covadonga pasó a considerarse
pleta derrota de su ejército. como la primera victoria de un
contingente cristiano contra las
LA FORMACIÓN DE ESPAÑA fuerzas andalusíes, lo que habría
Tras la muerte de su general, los permitido el nacimiento del rei-
supervivientes iniciaron una des- no independiente de Asturias y,
CATEDRAL DE
COVADONGA.
mucho después, de otros núcleos
cuya unión daría lugar a la poste-
rior formación del reino de Espa-
ña. Es por este motivo por lo que
no debe de extrañarnos el famoso
dicho de que “Asturias es España y
lo demás tierra conquistada”.
Las dificultades por las que pa-
saba Al-Ándalus fueron aprove-
chadas por el yerno de Pelayo,
Alfonso I (739-757), para efectuar
una serie de campañas hacia el
sur e incorporar el territorio galle-
go al emergente reino asturiano,
el cual alcanza su plena definición
con Alfonso II (791-842), al dotar-
se de una estructura estatal más
compacta y unas fronteras más
definidas. Con este rey se impuso
el Fuero Juzgo como ley del reino
y se adoptó la ortodoxia religio-
sa a través de Beato de Liébana,
frente a la herejía adopcionista
defendida por Elipando, arzobis-
po de Toledo. Desde el punto de
vista ideológico se desarrolló el
neogoticismo, que estableció los
derechos de los reyes asturianos
al considerarse herederos de los
monarcas visigodos.
CLÍO 33
 Pasado LEGENDARIO

ESTATUA
ECUESTRE DEL
CID CAMPEADOR,
UBICADA EN LA
CIUDAD DE
BURGOS.

EL CAMINO
DEL CID
UN VIAJE POR LA EDAD MEDIA ESPAÑOLA

34 CLÍO
 HÉROE PARA MUCHOS, MERCENARIO PARA OTROS, EL CID CAMPEADOR ES, SIN LUGAR
A DUDAS, UNA DE LAS FIGURAS MÁS RELEVANTES DE LA EDAD MEDIA ESPAÑOLA. PERO
RECORDEMOS, AUNQUE SEA BREVEMENTE, LA HISTORIA LEGENDARIA DE ESTE PERSONAJE,
AL QUE LOS ESPAÑOLES HEMOS ADMIRADO, Y PROTEGIDO SU MEMORIA DURANTE SIGLOS,
PARA ANALIZAR DESPUÉS LA SECUENCIA DE LOS DISTINTOS ESCENARIOS DE SU RUTA, UN
VIAJE POR LA HISTORIA MEDIEVAL DE ESPAÑA.
POR DǒE'>^>MW>/^

R
ODRIGO DÍAZ NACIÓ, SEGÚN
AFIRMA UNA TRADICIÓN CONS-
TANTE, AUNQUE SIN CORRO-
BORACIÓN DOCUMENTAL, EN
VIVAR, HOY VIVAR DEL CID,
pedanía perteneciente al ayunta-
miento de Quintanilla de Vivar, si-
tuada en el valle del río Ubierna, a
diez kilómetros al norte de Burgos.
La fecha de su nacimiento es desconocida, algo fre-
cuente cuando se trata de personajes medievales. Al
respecto, se han propuesto dataciones que van desde
1041 a 1057, aunque parece lo más acertado situar dicho
acontecimiento entre 1045 y 1049. Su padre, Diego Laí-
nez, o Flaínez, era, según todos
los indicios, uno de los hijos del EL JOVEN RODRIGO
magnate Flaín Muñoz, conde de
León, en torno al año 1000. Como
se destacó en la batalla,
era habitual en los segundones, siendo bastante probable
Diego se alejó del núcleo familiar
para buscar fortuna. En su caso, la
que fuera a partir de
halló en el citado valle del Ubierna, aquel momento, cuando
destacando por su arrojo, durante
la guerra con Navarra, librada en
ganó el sobrenombre
1054, siendo rey Fernando I de de Campeador, es decir,
Castilla y León. "el Batallador", que le
Fue entonces cuando Laínez
adquirió las posesiones de Vivar, acompañaría durante
en las que seguramente nació Ro- toda su vida.
drigo. Pese a ello, él nunca perte-
neció a la corte, posiblemente porque su familia cayó en
desgracia a principios del siglo XI, al unirse a la subleva-
ción contra Fernando I. En cambio, Rodrigo fue pronto
acogido en ella, criándose como miembro del séquito del
infante don Sancho, primogénito del rey. Fue este quien
lo nombró caballero y con el que acudió al que posible-
mente sería su primer combate, la batalla de Graus, cerca
de Huesca, en 1063.
Al fallecer Fernando I, en 1065, prevaleció la vieja cos-
tumbre de repartir los reinos entre los hijos del monarca,
dejando al mayor, Sancho, Castilla; a Alfonso, León y a
García, Galicia. El equilibrio de fuerzas se manifestó inesta-
ble desde el principio, por lo que muy pronto comenzaron
las fricciones, que acabaron en guerra abierta.
En 1068, Sancho II y Alfonso VI se enfrentaron en la ba-
talla de Llantada, a orillas del Pisuerga, en la que venció
el primero. En 1071, Alfonso logró controlar Galicia, que
quedó nominalmente repartida entre él y Sancho, aunque
los enfrentamientos no acabaron, y, en 1072, se libró la
batalla de Golpejera o Vulpejera, cerca de Carrión, en la
que Sancho venció y capturó a Alfonso, adueñándose de
su reino. El joven Rodrigo, que rondaba por entonces los
veintitrés años, se destacó en la batalla, siendo bastante
probable que fuera a partir de aquel momento, cuando
ganó el sobrenombre de Campeador, es decir, "el Bata-
llador", que le acompañaría durante toda su vida, hasta el
punto de ser habitualmente conocido, tanto entre cristia-
nos como entre musulmanes, por Rodrigo el Campeador.
Tras la derrota de don Alfonso, que se exilió en Toledo,
Sancho II reunificó los territorios gobernados por su padre.
Sin embargo, no disfrutaría mucho
tiempo de la nueva situación. A fi-
nales del mismo año de 1072, un
grupo de nobles leoneses des-
contentos, agrupados en torno a la
infanta doña Urraca, hermana del
rey, se alzaron contra él en Zamora.
Don Sancho acudió a sitiarla con su
ejército, cerco en el que Rodrigo
realizó también notables acciones.
Durante el sitio, el rey perdió la
vida, al ser abatido por el caballero
zamorano Bellido Dolfos.
LA OSADÍA DEL CID
La imprevista muerte de Sancho II
traspasó el trono a su hermano Alfonso, que se apresuró
a ocuparlo, desde su retiro en Toledo. Las leyendas del
siglo XIII han transmitido la célebre imagen de un severo
Rodrigo que, erigiéndose en portavoz de los desconfia-
dos vasallos de don Sancho, obligó a jurar, en la iglesia
de Santa Gadea, en Burgos, a don Alfonso, su inocencia
en todo lo referente a la muerte de su hermano. Aquella
osadía le costó al Cid la enemistad perpetua del nuevo
monarca. Bien es cierto que nadie le exigió nunca seme-
jante juramento y, además, el Campeador, que figuró re-
gularmente en la corte, gozaba entonces de la confianza
de Alfonso VI.
Es más, por aquellas fechas, alrededor de 1074, el rey
lo casó con su prima tercera doña Jimena Díaz, una noble
dama leonesa que, según las investigaciones más recien-
tes, era además sobrina segunda del propio Rodrigo

CLÍO 35
 Pasado LEGENDARIO

CATEDRAL DE
BURGOS, DONDE
DESCANSAN
LOS RESTOS
MORTALES DEL CID
CAMPEADOR.

36 CLÍO

por parte de padre. Un matrimonio de
semejante alcurnia era una de las aspi-
raciones de todo noble que no fuese de
primera fila, lo cual revela que el Cam-
peador estaba bien situado en la corte.
Pero, por entonces, Alfonso VI man-
tenía en el trono de Toledo al rey títere
Alqadir, pese a la oposición de buena
parte de sus súbditos. En 1080, mientras
el monarca castellano dirigía una cam-
paña destinada a restaurar el gobierno
de su protegido, una incontrolada par-
tida andalusí procedente del norte to-
ledano se adentró por tierras sorianas.
Rodrigo hizo frente a los saqueadores
y los persiguió con su mesnada hasta
más allá de la frontera, lo que, en prin-
cipio, era solo una operación rutinaria,
y Rodrigo Díaz cayó en desgracia. Con
tal motivo, el rey, tomando una decisión
ejemplar, desterró al Campeador.
EL EXILIO
Rodrigo Díaz partió al exilio segura-
mente a principios de 1081. Como otros
muchos caballeros que habían perdido
antes que él la confianza de su rey, acu-
dió a buscar un nuevo señor a cuyo ser-
vicio ponerse, junto con su mesnada. Al
parecer, se dirigió primeramente a Bar-
celona, donde a la sazón gobernaban
dos condes hermanos, Ramón Beren-
guer II y Berenguer Ramón II, que no
consideraron oportuno acogerlo en su
corte. Ante esta negativa, el Campeador
optó por encaminarse a la taifa de Zara-
goza y ponerse a las órdenes de su rey.
RODRIGO
DÍAZ DE VIVAR
NACIÓ EN FECHA
DESCONOCIDA A
MEDIADOS DEL
SIGLO XI.
Cuando Rodrigo llegó a la capital
aragonesa, aún reinaba, ya achacoso,
Almuqtadir, el mismo que la había re-
gido en tiempos de la batalla de Graus
y uno de los más brillantes monarcas de
los reinos de taifas, celebrado guerrero
y poeta, que mandó construir el palacio
de la Aljafería. Pero el viejo rey murió
poco después, quedando su reino re-
partido entre sus dos hijos: Almutamán,
rey de Zaragoza, y Almundir, rey de Lé-
rida. El Campeador continuó al servicio
del primero, a quien ayudó a defender
las fronteras contra los avances arago-
neses por el norte y contra la presión
leridana por el este.
Temiendo un inminente ataque, el rey
de Zaragoza envió a Rodrigo a supervi-
sar la frontera nororiental de su reino, la
más cercana a Lérida. Por tal motivo, a fi-
nales del verano o comienzos del otoño
de 1082, el Campeador inspeccionó
Monzón, Tamarite y Almenar, cercana
a Lérida. Mientras les tomaba a los le-
ridanos el castillo de Escarp, en la con-
RODRIGO DÍAZ partió al exilio a principios
de 1081. Como otros muchos caballeros que
habían perdido antes que él la confianza de
su rey, acudió a buscar un nuevo señor a cuyo
servicio ponerse, junto con su mesnada.
HÉROE DE LA RECONQUISTA
RODRIGO DÍAZ DE VIVAR FUE
UN CABALLERO CASTELLANO,
HÉROE DE LA RECONQUISTA,
que llegó a dominar, al frente
de su propia mesnada, todo
el levante de la Península
ibérica, a finales del siglo XI, y
de manera autónoma respecto
de la autoridad de rey alguno.
Consiguió conquistar Valencia y
estableció en la capital del Turia
un Señorío independiente, que
perduró en el tiempo hasta su
muerte, el 17 de junio de 1094. Su
esposa y heredera, Jimena Díaz,
lo mantuvo hasta 1102, año en
el que pasó de nuevo a dominio
musulmán.
fluencia del Cinca y del Segre, Almundir
y el conde Berenguer de Barcelona pu-
sieron sitio al castillo de Almenar, lo que
obligó al Campeador a regresar.
Tras negociar infructuosamente con
los sitiadores para que levantasen el
asedio, Rodrigo los atacó y, pese a su
inferioridad numérica, los derrotó por
completo y capturó al propio conde de
Barcelona. La campaña de Morella, en
Castellón, en 1084, se desarrolló de ma-
nera similar. El Campeador, después de
saquear las tierras del sudeste de la taifa
de Lérida y atacar incluso la imponente
plaza fuerte de Morella, fortificó el cas-
tillo de Olocau del Rey, al noroeste de
aquella.
Almutamán murió en 1085, y le su-
cedió su hijo Almustaín, a cuyo servicio
siguió el Campeador, pero por poco
tiempo. En 1086, Alfonso VI, que por
fin había conquistado Toledo el año
anterior, puso sitio a Zaragoza con la
firme decisión de tomar la plaza. Sin em-
bargo, el 30 de julio, el emperador de
CLÍO 37
 Pasado LEGENDARIO

38 CLÍO

Marruecos desembarcó con sus tropas,
los almorávides, dispuesto a ayudar a
los reyes andalusíes frente a los avances
cristianos. El rey de Castilla tuvo que le-
vantar el cerco y dirigirse hacia Toledo
para preparar la contraofensiva, que se
saldaría con la gran derrota castellana
de Sagrajas, el 23 de octubre del mismo
año. Fue por entonces cuando Rodrigo
recuperó el favor del rey y regresó a su
patria.
EL REGRESO A SU PATRIA
Después de permanecer en la corte
hasta el verano de 1087, Rodrigo partió
hacia Valencia para auxiliar a Alqadir, el
depuesto rey de Toledo al que Alfonso
VI había compensado de su pérdida si-
tuándolo al frente de la taifa valenciana,
que se encontraba en la misma débil
situación que había padecido el trono
toledano.
Después de ahuyentar al rey leridano
y de asegurar a Alqadir la protección de
Alfonso VI, Rodrigo se mantuvo a la ex-
pectativa, mientras Almundir ocupaba la
plaza fuerte de Murviedro, hoy Sagunto,
avanzando de nuevo hacia Valencia. La
tensión aumentaba y el Campeador vol-
vió a Castilla, donde se encontraba en la
primavera de 1088, seguramente, para
explicarle la situación a don Alfonso y
planificar las acciones futuras.
A continuación, y sin explicación ni
mandato aparente, Rodrigo comenzó
JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
DESTIERRO DE
RODRIGO DÍAZ
DE VIVAR.
a cobrar para sí mismo en Valencia y en
los restantes territorios levantinos los tri-
butos que antes se pagaban a los con-
des catalanes o al monarca castellano.
Tal actitud sugiere que durante su estan-
cia en la corte, Alfonso VI y él pactaron
una situación de virtual independencia
del Campeador, a cambio de defender
los intereses estratégicos de Castilla en
el flanco oriental de la Península.
EL ORIGEN DEL CID
En cuanto don Alfonso se enteró de
la situación, envió instrucciones a Ro-
drigo para que se reuniese con él. El
Campeador avanzó entonces hacia
el sur, aproximándose a la zona de
Aledo, pero a la hora de la verdad no
se unió a las tropas procedentes de
Castilla. Alfonso VI consideró inad-
misible la actuación de su vasallo y lo
condenó de nuevo al destierro, expro-
piándole sus bienes por delito de alta
traición. A partir de este momento, el
EL REY DE CASTILLA tuvo que levantar el
cerco y dirigirse hacia Toledo para preparar la
contraofensiva, que se saldaría con la gran derrota
castellana de Sagrajas. Fue entonces cuando Rodrigo
recuperó el favor del rey y regresó a su patria.
EL CANTAR DEL MÍO CID
ENTRE LOS AÑOS 1143 Y 1207, LAS
GESTAS Y LAS ANDANZAS DE RODRIGO
DÍAZ DE VIVAR fueron recogidas en el
Cantar del Mío Cid,
una loa plasmada en
un texto, de autor
anónimo, que relata
hazañas heroicas
inspiradas libremente
en los últimos años del
caballero medieval. Ha
pasado a la posteridad
como Campeador,
es decir, experto en
batallas campales, y
como Cid, del árabe
dialectal Sidi, que
significa Señor.
Campeador se convirtió en un caudi-
llo independiente y se dispuso a se-
guir actuando en Levante, guiado tan
solo por sus propios intereses.
En principio, el Campeador limitó
sus planes a seguir cobrando los tribu-
tos valencianos y a controlar algunas
fortalezas estratégicas que le permi-
tiesen dominar el territorio, es decir, a
mantener el tipo de protectorado que
ejercía desde 1087. Mientras tanto,
Alfonso VI, que pretendía recuperar
la iniciativa en Levante, estableció una
alianza con el rey de Aragón, el conde
de Barcelona y las ciudades de Pisa
y Génova, cuyas respectivas tropas y
flotas participaron en la expedición,
avanzando sobre Tortosa, entonces
tributaria de Rodrigo, además de la
propia Valencia, en el verano de 1092.
El ambicioso plan fracasó, y Alfonso VI
hubo de regresar a Castilla al poco de
llegar a la capital del Turia, sin haber
conseguido su objetivo.
CLÍO 39
 Pasado LEGENDARIO
EL CAMINO DEL CID
UNA VEZ REPASADO EL EXTRAORDINARIO PERIPLO
DEL HÉROE MEDIEVAL, EL VIAJERO AFICIONADO A LA
HISTORIA, PODRÁ RECORRER LAS RUTAS DE SUS BATALLAS
Y LOS CAMINOS DE SU DESTIERRO, MARCADOS POR LA
COMUNIÓN ENTRE LO LITERARIO Y LO TURÍSTICO.
El RECORRIDO ENTRE BURGOS Y LEVANTE abre los ojos
al paisaje de un país en el que persiste su sello inconfundible,
sobre todo, en Castilla y Aragón. El recorrido atraviesa ocho
provincias: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel,
Castellón, Valencia y Alicante. A lo largo del camino se
puede disfrutar de varios lugares declarados Patrimonio de
la Humanidad, como son la catedral de Burgos, el mudéjar
aragonés, la Lonja de Valencia o el Palmeral de Elche.
El punto de partida se sitúa en la localidad que le vio nacer, Vivar,
a ocho kilómetros de Burgos, un indeterminado día entre 1043 y
1050. Desde aquí, El Cid partió igualmente hacia el destierro, tras la
jura de Santa Gadea.
Vivar es un pequeño municipio que apenas cuenta con 350
habitantes. Aparte de estar vinculado al destierro del Cid, también
lo está a la carta de arras que el propio Rodrigo Díaz otorgó a su
amada doña Jimena, con ocasión de su casamiento, así como a la
presencia del Convento de Nuestra Señora del Espino, que albergó
durante siglos el manuscrito del Cantar del Mío Cid.
Desde Vivar se baja hacia Burgos, donde la estatua ecuestre
del héroe legendario, luciendo en todo su esplendor, preside el
centro de la ciudad de la que fue expulsado y proscrito después
de la afrenta al rey Alfonso VI. De allí partió El Cid al destierro
mientras las gentes entonaban a su paso: "Que buen vasallo si
tuviera buen señor".
En la RUTA ENTRE BURGOS, SORIA Y GUADALAJARA está
muy viva la huella del Cid. Covarrubias, la famosa villa fundada
por Chindasvinto, es una ciudad típica castellana que conserva el
encanto de siglos de pasado inmortalizado en una arquitectura
señorial y en un casco histórico de postín, declarado Bien de Interés
Cultural. Para algunos historiadores, no está demostrado que El Cid
pasara por allí, pero siempre ha formado parte de la ruta.
Siguiendo los pasos del héroe legendario, se llega al municipio de
Santo Domingo de Silos, pero antes, merece la pena detenerse en
la villa de Retuerta. Se trata de una pequeña población por la que
también atraviesa la Ruta de la Lana. Un histórico cruce de caminos
para apenas un centenar de habitantes.
La sombra de Rodrigo Díaz de Vivar continúa viaje por una serie
de pueblitos que conducen a la provincia de Soria. Uno de ellos
es Caleruega, que cuenta con una estatua de El Cid en su plaza
principal. También es conocida como la ciudad de las brujas. Ya en
la provincia de Soria, la ruta se adentra en territorios que aparecen
en el Cantar, como San Esteban de Gormaz, Berlanga de Duero o
Medinaceli.
Las calles de la villa de Medinaceli lucen inscripciones del
Cantar en muchas de sus esquinas. Se presenta como una
villa de pasado celtíbero, romano, árabe y cristiano. Se dice
que en estas tierras está enterrado Almanzor, el poderoso
y temido caudillo de la España musulmana, tras su derrota
40 CLÍO
en la batalla de Calatañazor. Es imprescindible detenerse a
admirar su puente romano de tres arcos.
Desde aquí, el viajero puede tomar dos caminos alternativos:
hacia Aragón, para llegar a Alcocer y Calatayud, donde El Cid
combatió, para seguir por el Valle del Jiloca hasta Daroca o
Gallocanta, adentrándose en la provincia de Guadalajara,
atravesando Layna hasta Molina de Aragón.
Forma parte del recorrido por la provincia alcarreña Robledo
de Corpes, lugar en el que las hijas de El Cid sufrieron la afrenta de
los infantes de Carrión, según recoge el Cantar. Robledo de Corpes
se ubica en el tramo Tierras de Frontera, tanto en su recorrido por
carretera como por los senderos. Situado en la ladera del Pico del
Otero, predominan las construcciones de pizarra características de
los pueblos de la Arquitectura Negra.
Partiendo de Molina de Aragón, camino de Levante, se atraviesa
la provincia de Teruel. Una de las primeras paradas la hacemos en
Poyo del Cid, en cuyo altozano don Rodrigo construyó una fortaleza
desde la que dominaba todo el valle. El Campeador utilizó el pueblo
como cuartel general desde donde emprendió sus cabalgadas por
el valle del río Martín, teniendo en cuenta que siguiendo su cauce
se llega hasta el Mediterráneo.
En VALENCIA se pueden encontrar algunos rastros, pocos
para ser una ciudad tan importante en la biografía del Cid: una
avenida, un hostal en el casco antiguo, un instituto público y
una estatua en la plaza de España. En Valencia terminó su vida
el caballero medieval un día de 1099, aunque, sin duda, su
imagen más icónica se conserva en el municipio castellonense
de Peñíscola, donde falleció.
Para finalizar, el Cantar del Mio Cid no cita, salvo en el caso
de Denia, la presencia del Cid en ningún lugar de la provincia
de Alicante, aunque hacia el año 1088, desterrado por segunda
vez y hallándose en Elche, Rodrigo Díaz de Vivar, sintiendo la
necesidad de afianzar su posición, recorrió buena parte de la
provincia levantina.
Y, de este modo, damos por finalizado el CAMINO DEL CID, un
recorrido que cuenta con distintos ramales que unen determinadas
poblaciones e itinerarios con el camino principal.
EL DATO
INDEPENDIENTEMENTE DE LA OPCIÓN QUE ESCOJA EL VIAJERO, LAS
PERSONAS QUE RECORRAN EL CAMINO DEL CID PUEDEN SOLICITAR EL
SALVOCONDUCTO, CREDENCIAL QUE CERTIFICA EL PASO DEL VIAJERO
POR LAS DISTINTAS LOCALIDADES DEL CAMINO. PARA CONSEGUIR
DICHO DOCUMENTO, ES PRECISO ESTAMPAR AL MENOS CINCO SELLOS
OFICIALES POR PROVINCIA, EXCEPTO EN EL CASO DE LAS PROVINCIAS
DE SORIA Y CASTELLÓN, DONDE SOLO SON NECESARIOS CUATRO
SELLOS. ESTE SALVOCONDUCTO SE EXPIDE GRATUITAMENTE EN LA
SEDE DEL CONSORCIO CAMINO DEL CID Y EN OTROS PUNTOS DE LA
RUTA, EN SU MAYORÍA OFICINAS DE TURISMO. EL DOCUMENTO
RECUERDA AL QUE SE UTILIZABA EN LA EDAD MEDIA PARA ASEGURAR
EL PASO LIBRE Y SEGURO DE VIAJEROS Y MERCANCÍAS.

A partir de ese momento, solo los
almorávides se opusieron al dominio
del Campeador sobre las tierras levan-
tinas, y fue entonces cuando el caudi-
llo castellano pasó definitivamente de
una política de protectorado a otra de
conquista. En efecto, a aquellas altu-
ras, la tercera y definitiva venida de los
almorávides a Al-Andalús, en junio de
1090, cambió radicalmente la situa-
ción, resultando evidente que la única
forma de retener el control sobre Le-
vante frente al poder norteafricano pa-
saba por la ocupación directa de las
principales plazas de la zona.
Por consiguiente, el Campeador
volvió a Levante y, como primera
LA CONQUISTA DE VALENCIA concedió un
respiro al Campeador, que pudo consagrarse
a nuevas conquistas en los años siguientes, de
modo que en 1095 cayeron la plaza de Olocau
y el castillo de Serra.
JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
LA CASA DE
RODRIGO DÍAZ
DE VIVAR, EN
ZAMORA.
medida, puso cerco al castillo de
Cebolla, hoy El Puig, cercano a Va-
lencia, en noviembre de 1092. Tras
la rendición de la fortaleza, a media-
dos de 1093, el guerrero burgalés
tenía ya una cabeza de puente sobre
la capital levantina, que fue cercada
por fin en julio del mismo año. Sin
embargo, a finales de 1092, el cerco
se restableció y ya no se levantaría
hasta la caída de la ciudad. Enton-
ces, los almorávides, a petición de
los valencianos, enviaron un ejército
mandado por el príncipe Abu Bakr
ben Ibrahim Allatmuní, el cual se
detuvo en Almussafes, a unos veinte
kilómetros al sur de Valencia, retirán-
dose sin presentar batalla. Ante la
imposibilidad de apoyo externo, la
situación se hizo insostenible y, por
fin, Valencia capituló ante Rodrigo el
15 de junio de 1094. Desde enton-
ces, el caudillo castellano adoptó el
título de "Príncipe Rodrigo el Cam-
peador" y seguramente recibiría
también el tratamiento árabe de Sídi
"mi señor", origen del sobrenombre
de Cid o El Cid, con el que acabaría
por pasar a la Historia.
La conquista de Valencia concedió
un respiro al Campeador, que pudo
consagrarse a nuevas conquistas en
los años siguientes, de modo que en
1095 cayeron la plaza de Olocau y el
castillo de Serra.
LAS ÚLTIMAS CONQUISTAS
A principios de 1097, se produjo la
última expedición almorávide en vida
de Rodrigo, comandada por Muham-
mad ben Tashufin, la cual se saldó
con la batalla de Bairén, a unos cinco
kilómetros al norte de Gandía, ganada
una vez más por el caudillo castellano,
esta vez, con la ayuda de las huestes
aragonesas del rey Pedro I, con el que
Rodrigo firmó alianza en 1094.
Esta victoria le permitió proseguir
con sus conquistas, de forma que a
finales de 1097, el Campeador ganó
Almenara, y el 24 de junio de 1098
logró ocupar la poderosa plaza de
Murviedro (Sagunto), que reforzaba
notablemente su dominio del Levante
peninsular, su última conquista, dado
que, apenas un año después, posible-
mente en mayo de 1099, el Cid falle-
cería en Valencia de muerte natural,
cuando aún no contaba cincuenta y
cinco años, edad normal en una época
de baja esperanza de vida.
Aunque la situación de los ocupan-
tes cristianos se mostraba compli-
cada, aún consiguieron resistir dos
años más, bajo el gobierno de doña
Jimena, hasta que el avance almorá-
vide se hizo imparable. A principios
de mayo de 1102, con la ayuda de
Alfonso VI, la familia y las gentes del
Campeador abandonaron Valencia,
llevando consigo sus restos morta-
les, que serían inhumados en el mo-
nasterio burgalés de San Pedro de
Cardeña.
CLÍO 41
 Pasado LEGENDARIO

EL REY GODO
ÉGICA. MUSEO
DEL PRADO.

LOS REYES
GODOS
EL PASADO OLVIDADO DE HISPANIA

42 CLÍO
 LA LISTA DE LOS TREINTA Y TRES REYES GODOS HA SIDO UNA TORTURA PARA TODA
UNA GENERACIÓN DE ESCOLARES ESPAÑOLES, UNA CANTINELA DE NOMBRES QUE
HABÍA QUE APRENDERSE DE MODO IRREFLEXIVO. UNA LETANÍA QUE, ADEMÁS, TENÍA
SUS ERRORES: POR UNA PARTE, LA LISTA COMENZABA EN ALARICO I, QUE JAMÁS PISÓ
HISPANIA, Y, POR OTRA, ERA MUCHO MÁS AMPLIA, YA QUE EN ELLA NO SE INCLUÍA
A IUDILA, SINDILA, SUNIEFREDO Y ARDO. ACTUALMENTE, SE CONSIDERA QUE HUBO
TREINTA OCHO REINADOS, INCLUYENDO DOS GOBIERNOS DUALES Y ALGÚN REGENTE.

POR PEDRO GARGANTILLA, UNIVERSIDAD FRANCISCO DE VITORIA

P
ARECE SER QUE EL ORIGEN ACA- tula medio, desplazando a gran parte de los vándalos.
DÉMICO DE ESTE LISTADO SE Un grupo de estableció allí, mientras que otro se diri-
REMONTA AL SIGLO XVIII, BAJO gió hacia el sureste, asentándose en la actual Ucrania.
EL BENEPLÁCITO DE CARLOS III, A finales del siglo III hay un nuevo asentamiento en
UNO DE LOS MONARCAS MÁS Rumanía, que coincide en el tiempo con la descompo-
CULTOS DE NUESTRA HISTORIA. sición de los godos en “godos del este” y “godos del
Encomendó a fray Martín Sar- oeste” (visigodos).
miento que elaborara una lista de En la época romana tardía los godos se dividieron en
todos los reyes para hacer estatuas que adornaran la dos ramas: los ostrogodos-greutungos (esteparios), que se
balaustrada del Palacio Real de Madrid. establecieron en la actual Ucrania, entre el Don y el Dniés-
Pocos, de los atribulados alumnos, comprendieron ter, y los visigodos-tervigios (de los bosques), que vivían
que el gobierno de aquellos entre el Dniéster y el Danubio.
reyes duró más de dos siglos y LOS VISIGODOS El 9 de agosto del año 378 se
que cubrieron una parte impor- produjo un punto de inflexión
tante de nuestra historia, desde
realizaron importantes en su historia. Alarico, un joven
la caída del Imperio Romano aportaciones, algunas caudillo de tan sólo veinticuatro
hasta la invasión peninsular de
los musulmanes en el 711.
de las cuales han años, humilló a las legiones ro-
manas en la célebre batalla de
La historiografía clásica ha tra- sobrevivido a los siglos: Adrianápolis, en la que falleció
tado con desdén a la monarquía
visigoda, rodeándola de un halo
códigos jurídicos, el emperador Valente. Nada vol-
vería ser igual para los romanos,
de niebla, con traiciones, asesi- delicadas obras de a partir de ese momento su va-
natos, penurias, hambrunas, su- orfebrería, filósofos que lioso imperio se convirtió en un
ciedad y pestes. Es cierto que en castillo de naipes.
parte fue así, pero los visigodos dejaron una impronta en En el 382 el emperador Teodo-
realizaron importantes aporta- la Humanidad... sio negoció con los visigodos, ce-
ciones, algunas de las cuales diéndoles los territorios de Tracia
han sobrevivido a los siglos: códigos jurídicos, deli- y eximiéndoles del pago de impuestos. El único com-
cadas obras de orfebrería, filósofos que dejaron una promiso que tenían los bárbaros era servir como tropas
impronta en la Humanidad, marcas territoriales… federadas en el ejército de Oriente. Hasta el año 395 se
disfrutó de cierta estabilidad, pero ese año falleció el em-
EL ORIGEN DE LOS GODOS perador, y se repartió el Imperio entre sus dos hijos: Ho-
La procedencia original de este pueblo germánico norio se quedó con Occidente y Arcadio con Oriente.
hay que buscarla en Escandinavia, se piensa que en Este reparto originó una nueva crisis, ya que los visigodos
aquellas frías latitudes se asentaron entre los siglos sintieron que sus intereses se habían menoscabado.
II a.C. y III. Sería hacia el año 50 a.C. cuando se pro- Alarico fue proclamado rey de todos los visigodos e
dujo el arranque oficial de la expansión hacia terri- inició un enorme periplo que le llevó a irrumpir en la
torios más cálidos, y lo harían desde la isla sueca de península Itálica en el otoño del 400. Diez años después
Gotland, de la cual deriva su nombre. ocupó Roma, durante seis días y seis noches se suce-
En los siglos I y II d.C. los godos estaban localiza- dieron los incendios, saqueos, torturas y asesinatos. El
dos en la zona de Wielbark (Pomerania), en la región tesoro más preciado que adquirieron las huestes visi-
de Netza-Warthe, en Polonia, y en el valle inferior del godas fue Gala Placidia, hija de Teodosio y hermana
Vístula. Poco a poco fueron trasladándose hacia el Vís- de Honorio y Acadio.

CLÍO 43
 Pasado LEGENDARIO

LOS GODOS EN HISPANIA

En el año 410 la malaria acabó con
la vida de Alarico, sucediéndole en
el trono Ataulfo. El nuevo soberano,
incapaz de controlar la maquinaria
burocrática romana, pactó con Ho-
norio su salida de la península itálica
y su establecimiento definitivo en la
Galia. En aquellos momentos esta re-
gión era un verdadero polvorín. Los
francos, burgundios, hunos, godos,
suevos, vándalos, alanos… acampa-
ban a sus anchas frente a la impasi-
vidad de los emperadores romanos.
Ataulfo pacificó la provincia, fijó su
residencia en Narbona y se desposó
con Gala Placidia, convirtiéndose en
el hombre fuerte de esa parte de Eu-
ropa. En el Parque de la Florida (Vito-
ria) hay una escultura de Ataulfo que
destaca especialmente por su be-
lleza, en ella el rey porta un escudo
con cara de mujer, que representa a
Gala Placidia.
En su afán “apaciguador” trató de rea-
lizar lo mismo en Hispania, pero a poco
de instalarse en Barcelona fue asesinado
por uno de sus esclavos, llamado Du-
bius. La misma suerte corrió Sigerico,
su sucesor, así como una lista inter-
minable de reyes, lo cual propició
la leyenda del morbus gothorum.
Se calcula que al menos una ter-
cera parte de los reyes visigodos
fueron asesinados.

EL PRÍNCIPE MÁRTIR
Los veinte años previos a la entroni-
zación de Leovigildo fueron los más
confusos de la dominación visigoda en
la península ibérica. A la muerte de su
hermano Liuva, este monarca quedó
como único soberano y asoció al go-
bierno como corregentes a sus dos
hijos, Hermenegildo, el primogénito,
y Recaredo. A Leovigildo debemos el
Códex Revisus, gracias al cual se per-
mitió que hubiera matrimonios mixtos.
En el año 579 el monarca con-
certó la boda entre su hijo Leovi-
gildo, un joven de quince años, e
ESTE LIENZO DEL Ingunda, una princesa tres años
REY GODO AGILA menor, hija de los reyes francos
FORMÓ PARTE DE LA SERIE,
NUNCA ACABADA, DE Sigiberto de Austrasia y Brune-
MONARCAS VISIGODOS
PINTADA CON DESTINO AL quilda. La llegada de la infanta gala
PALACIO a Toledo generó grandes tensiones
DEL BUEN RETIRO.
palaciegas con la reina, defensora a

44 CLÍO

ultranza del arrianismo. A pesar de
las presiones de su abuela, Ingunda
no quería renunciar al catolicismo ni
recibir el bautismo arriano. Las des-
avenencias entre ambas llegaron a
tal extremo que en cierta ocasión
su abuela Godsvinta, desesperada,
"le sacudió por el cabello y la de-
rribó a tierra, le dio patadas hasta
hacerle sangre y después ordenó
que fuera desnudada y sumergida
en un estanque lleno de peces".
Para evitar que estas escenas do-
mésticas fueran a mayores y que
trascendieran los muros palacie-
gos, Leovigildo decidió reasentar al
nuevo matrimonio en Sevilla.
Este cambio de residencia coinci-
dió en el tiempo con el obispado de
Leandro, hermano de San Isidoro
de Sevilla. Entre aquel e Ingunda
–nuestra lady Macbeth– acabaron
convirtiendo a Hermenegildo al cris-
tianismo, suceso que molestó sobre-
manera a la corte toledana.
Para colmo de desdichas, el hijo
del soberano se declaró rey indepen-
diente en el invierno del año 579, con
el apoyo de la comunidad bética. En
poco tiempo los rebeldes se apode-
raron de Lusitania y de las provincias
de la Bética, ante la impasividad de
Leovigildo. Inicialmente, el monarca
visigodo se mostró reticente en com-
LA SOCIEDAD VISIGODA
LA SOCIEDAD VISIGODA FUE
EVOLUTIVA. Inicialmente
había dos pueblos totalmente
segregados, por una parte los
hispanorromanos, que eran la
mayoría, se consideraban a sí
mismos romanos, acuñaban
su moneda y se regían por
las leyes romanas. Por otra,
los godos –gens gothorum–
que ocuparon las capas más
altas de la administración y
que se regían por sus propias
leyes. Además, tenían su
ESTATUAS DE LOS
REYES VISIGODOS propia moneda –el tremises–,
SITUADAS EN LA que equivalía a un tercio del
PLAZA DE ORIENTE,
DE MADRID. solidus, la moneda romana de
oro de cuatro gramos de peso.
batir contra su hijo, pero al final se
desencadenó una guerra civil que
se prolongó durante cinco largos
años, durante los cuales Hermene-
gildo acuñó moneda propia, con la
leyenda "Regi a deo vita" ("Que Dios
conceda vida al rey") y pactó con los
pueblos limítrofes, todos ellos cató-
licos, a saber, suevos y bizantinos.
Al final, las tropas visigodas asedia-
ron Sevilla, obligaron a los suevos a
replegarse –en la retirada fallecería
su rey Miro– y negociaron una reti-
rada con los bizantinos (les entregó
30.000 sólidos).
Hermenegildo terminó huyendo
a uña de caballo hacia el castillo de
San Juan de Aznalfarache, acompa-
ñado por veinte caballeros, donde
resistió varios días más. Hasta allí se
desplazó su hermano Recaredo para
buscar una salida razonable a la gue-
ATAULFO fue asesinado por uno de sus
esclavos. La misma suerte corrió Sigerico, su
sucesor, así como una lista interminable de
reyes, lo cual propició la leyenda del "morbus
gothorum". Se calcula que una tercera parte
de los reyes visigodos fueron asesinados.
CLÍO 45
 Pasado LEGENDARIO

EL REINADO DE LOS REYES GODOS

REINO ARRIANO DE TOLOSA

ATAÚLFO SIGERICO WALIA TEODORICO

414 A 416 416 416 A 419 419 A 451

TEODORICO II EURICO ALARICO II

TURISMUNDO 453 A 467 467 A 484 484 A 507
451 A 453

REINO ARRIANO DE TOLEDO

GESALICO ANAKARUCI TEUDIS TEUDISELO

507 A 511 511 A 531 531 A 548 548 A 549

AGILA ATANAGILDO LIUVA I LEOVIGILDO

549 A 554 554 A 567 567 A 573 573 A 586

46 CLÍO
REINO CATÓLICO DE TOLEDO

RECAREDO LIUVA II WITERICO GUNDEMARO

586 A 601 601 A 603 603 A 610 610 A 612

SISEBUTO RECAREDO II SUINTILA SISENANDO

612 A 620 621 621 A 631 631 A 636

,/E^ͳ
CHINTILA TULGA VINTO RECESVINTO
636 A 640 640 A 642 642 A 629 649 A 672

WAMBA ERVIGIO EGICA WITIZA

672 A 680 680 A 687 687 A 701 701 A 709

DON
ENTRE LOS AÑOS 612 Y 621, Sisebuto
RODRIGO se sentó en el trono de Hispania. Era
709 A 711 un hombre culto, pero también muy
intransigente. Ha pasado a la Historia como
el instigador de la primera persecución
contra los judíos.

CLÍO 47
 Pasado LEGENDARIO

rra civil, el príncipe sedicioso acabó

pidiendo perdón y aceptando un
exilio a Valencia. Una vez instalado a
orillas del Turia se escapó para pedir
auxilio a los francos, pero fue captu-
rado en Tarraco y ejecutado por el
conde Sisberto (585), poniendo fin
al proceso de rebeldía.
Un año más tarde falleció Leovi-
gildo y le sucedió en el trono visi-
godo su segundo hijo, Recaredo.
En el III Concilio de Toledo (586)
el nuevo Rex Gothorum anunció
públicamente su conversión al ca-
tolicismo, abandonando definiti-
vamente la fe arriana como credo
oficial del reino. Recaredo consiguió
sin necesidad de rebelión ni violen-
cia lo que Hermenegildo ansiaba.

SISEBUTO, EL REY ASTRÓNOMO

Entre los años 612 y 621 Sisebuto
se sentó en el trono de Hispania,
tras el mandato breve pero intenso
del rey Gundemaro. Era un hombre
culto, refinado y con una enorme
curiosidad por todo lo que le ro-
deaba, pero al mismo tiempo era
muy intransigente. Ha pasado a la
historia como el instigador de la pri-
mera persecución contra los judíos.
A comienzos del verano del 612
promulgó una ley antihebrea, por la
cual miles de semitas pobladores de
más de doscientas juderías se vieron
perjudicados, poniendo en jaque su
presencia en la península Ibérica.
La cara B de su reinado fue su
querencia por las bellas artes y la
ciencia. Disponemos de datos fe-
hacientes sobre su interés por las
ciencias en general, y a la mecánica
celeste en particular. A petición
del monarca, San Isidoro de Sevilla
(560-636) escribió un tratado titu-
lado “De rerum natura” (Sobre la
naturaleza), a comienzos del siglo
VII, en el que trataba de sintetizar
todo el conocimiento científico del
momento. Fue un libro muy cono-
cido en toda Europa.
Cuando el rey Sisebuto recibió
el libro le respondió con una carta-
tratado, en verso y en latín, titulada
“Epistula Sisebuti”. En ella expli-
caba de forma racional, precisa, sin
utilizar ningún tipo de supersticio-
nes, los eclipses de sol y de luna. Es
posible que Sisebuto se aficionase
LA CURIOSIDAD
a la astronomía durante su periodo
de aprendizaje en el monasterio de LA MONARQUÍA VISIGODA
Agali, próximo a Toledo, en donde ERA ELECTIVA, un calificativo
algunos monjes se dedicaban al que no ayudaba a la paz,
estudio de los astros. los magnicidios era una
La razón de este tratado hay que forma rápida de hacerse
buscarla en una serie de hechos con el poder y poner fin a
astronómicos que ocurrieron a co- conspiraciones y rencillas
mienzos del reinado de Sisebuto. familiares. Para evitar estos
En el 611 hubo dos eclipses de atentados el rey Suintila
luna, al año siguiente hubo otros quiso imponer una monarquía
dos eclipses de luna y uno parcial hereditaria, una pretensión
de sol, en el que se oscureció el que fue frustrada por una
87% de la superficie solar a su paso sublevación.
por Toledo, la capital del reino.
UNO DE LOS EPISODIOS MÁS INSÓLITOS
DE LA MONARQUÍA VISIGODA fue el
reinado de Wamba, que ha pasado a la
Historia como "el tonsurado". Le quitaron
las ropas y le pusieron las de un monje.

48 CLÍO

Estos acontecimientos produjeron,
obviamente, una cierta alarma entre
la población hispana, situación que
algunos aprovecharon para entresa-
car la lectura del libro del “Apocalip-
sis” y la posibilidad de un cercano fin
del mundo.
El libro de Sisebuto pudo estar
alentado por una finalidad tranquili-
zadora. De su lectura se desprende
que la tierra era esférica, ya que
habla de una “umbra rotae” (som-
bra redonda) y de globus. Sisebuto
adopta una concepción aristotélica
del cosmos, se describe un universo
geocéntrico, con la Tierra inmóvil,
en torno a la cual giran la luna, el sol
y los demás astros. La luna sería el
cuerpo celeste más próximo a noso-
tros y serviría para distinguir la zona
sublunar, en donde todo es corrupti-
ble, y la región supralunar, en la cual
habría un éter incorruptible y eterno.
EL REY TONSURADO
Uno de los episodios más insólitos
de la monarquía visigoda ha sido el
reinado de Wamba, que ha pasado
LOS REYES
GODOS RECADERO II
Y LUVA II, LOS CUALES
FLANQUEAN EL
ESCUDO DE ESPAÑA
SITUADO EN LA PARTE
SUPERIOR DE LA
FACHADA DEL
PALACIO REAL.
a la historia como “el tonsurado”. Los
historiadores que se han acercado
a su figura coinciden en que fue un
buen político, un buen soberano y un
buen guerrero.
Su llegado al trono fue forzada,
sucedió a Recesvinto cuando un
santón, que decía hablar por man-
dato divino, lo seleccionó para ser
proclamado rey. A pesar de sus re-
ticencias iniciales, se vio obligado
a dejar su casa labriega y, ante una
enorme aclamación, fue coronado
rey en la actual Bamba (Valladolid)
en el año 672.
Durante los ochos años de su
reinado tuvo que hacer frente a
numerosas rebeliones internas de
la nobleza, luchas entre católicos y
arrianos, así como las interminables
luchas entre los vascones.
En una de esas rebeliones cató-
licas el monarca puso en su contra
a todo el sector católico, que se
conjuró contrario a sus ideas. Le
prepararon un bebedizo, que con-
tenía esparteína (un alcaloide que
se obtiene de a partir de la escoba
negra) y le sumieron en un sopor
semicomatoso. En esa situación le
realizaron una tonsura monacal, le
quitaron las ropas y se las cambia-
ron por la de un monje, para que
fuera ordenado.
Una ley prescribía que ningún
godo podía reinar si en algún mo-
mento de su vida había vestido los
hábitos, por eso cuando Wamba
recobró el sentido no le quedó más
remedio que reconocer a Ervigio
–el cabecilla de la conjura– como
nuevo rey.
Wamba se retiró al monasterio de
Monjes Negros de San Vicente de
Pampliega, actualmente desapa-
recido, donde falleció una década
después; tiempo suficiente para
que pudiera mover los hilos de la
corte y casar a su sobrino Egica
con la hermana del rey Ervigio. A la
muerte de este (687) el sobrino de
Wamba fue coronado rey.
LA ÚLTIMA TRAICIÓN
Con la muerte de Wamba comienza
el principio del fin del reino de los
visigodos, la monarquía entró en de-
cadencia y se acentuaron las disen-
siones entre los nobles. En el año
710, después de una guerra civil
entre los partidarios de Witiza y los
de Rodrigo, este fue proclamado
y ungido como nuevo monarca. En
su reinado se entremezclaron toda
suerte de aspectos legendarios y
reales, sin que se sepa a ciencia
cierta dónde terminan unos y donde
comienzan otros.
Es sobradamente conocida la es-
cena en la cual Rodrigo observa de
forma lúbrica a la bella Florinda,
hija del conde Julián, así como el
encuentro forzado. La noticia corrió
como la pólvora hasta Ceuta, en
donde un desolado padre buscó la
fácil venganza, permitiendo el paso
hacia Hispania.
En abril del 711 un contingente
bélico compuesto por casi siete
mil guerreros, al frente de los cua-
les estaba Tariq Ibn Ziyad, lugar-
teniente de Musa, gobernador del
norte de África por delegación del
califa de Damasco. El resto es otra
historia.
CLÍO 49
 Monarquías AUSTRIAS

Un paseo por la
España de los

50 CLÍO
AUSTRIAS
ESPAÑA Y SUS PRINCIPALES CIUDADES ERAN EL CENTRO
NEURÁLGICO DEL MUNDO EN ESE IMPRECISO PERÍODO
DENOMINADO SIGLO DE ORO QUE SE DESARROLLÓ ENTRE LOS
SIGLOS XVI Y XVII, Y CONTINUÓ SIÉNDOLO HASTA LA MUERTE
DE CARLOS II, EN EL AÑO 1700. CIUDADES COMO MADRID
O SEVILLA ENCERRABAN ENTRE SUS ENTONCES REDUCIDOS
LÍMITES UNA VARIOPINTA Y BULLICIOSA POBLACIÓN. DE TODO
HABÍA EN AQUELLAS POPULOSAS CIUDADES, INCLUYENDO
SICARIOS, VALENTONES, RUFIANES Y PROSTITUTAS, AMIGOS DE
LO AJENO, TAHÚRES Y FALSOS MENDIGOS. CONOZCAMOS LOS
BAJOS FONDOS DE LA ÉPOCA DORADA ESPAÑOLA.

J
POR ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO

ERÓNIMO DE BARRIONUEVO, EN UNA CARTA FECHADA EN EL

AÑO 1654 DECLARA QUE EN MADRID HAY CADA NOCHE MIL
ROBOS Y ESCALAMIENTOS DE CASAS, no muy diferente era lo que
se vivía en Sevilla, Valladolid o Toledo, aunque estas últimas dos ciuda-
des habían perdido protagonismo desde que Madrid se convirtió en
corte. Dice: “Andan los los ladrones en cuadrilla de diez en diez y de
veinte en veinte. La justicia, de noche, en viendo tres o cuatro de cama-
rada, luego los enjaulan, con lo que no caben en las cárceles de pie”.

LADRONES ESPECIALIZADOS
En el siglo XVII había escaladores, los que usaban escala para introducirse en las ca-
sas; salteadores de tejados o altaneros que utilizaban la técnica de meterse por las
ventanas altas de las viviendas, a estos también les llamaban grumetes o guzpata-
UHURVW«UPLQRSURYHQLHQWHGHOOHQJXDMHGHJHUPDQ¯DHQHOTXHJX]SDWDURVLJQLƓFD
agujero. Otros se dedicaban a quitar las cosas de las manos de su propietario y salir
FRUULHQGRHUDQORVKRPEUHVGHOHYD\PRQWHSRUHOKHFKRGHTXHOHYDUVLJQLƓFDED
huir llevándose algo. Más tarde, el término correr se asimiló al de robar, así que estos
ladrones de rápidas manos y veloces pies pasaron a denominarse corredores, y los
especializados en arrebatar capas, prenda muy valiosa en la época, fueron conocidos
como capeadores. También abundaron los cicateros. Hoy día se emplea esta expre-
sión para referirnos a un avaro o tacaño, pero entonces tenía otro sentido. La bolsa
donde se llevaba el dinero era conocida como cica, así que cicatero era el ladrón
de bolsas, cortador de bolsas o aliviador de sobacos. Estos solían pulular allí donde
DEXQGDEDODJHQWHHQLJOHVLDVƓHVWDV\FRUUDOHVGHFRPHGLDV+DEODQGRGHLJOHVLDV
había especialistas en llevarse el dinero de los cepillos y las cajas que contenían dine-
ro, estos eran los juanes o devotos del maese Juan.
Los que hurtaban en tiendas y mercados se conocían como bajamaneros, término
despectivo, dado el poco valor de lo que solían hurtar; y en esta colección de ladro-

CLÍO 51
 Monarquías AUSTRIAS
nes, que como podemos ver eran algo
más que simples pícaros de literatura, se
hallaba el grupo de los desmontadores,
unos personajes que no se arredraban
a la hora de quitar a tirones la ropa del
desdichado que caía en sus manos. Con
habilidad y fuerza, quitaban a su víctima
la capa, el jubón y si era preciso, hasta
las calzas. La noche era peligrosa, por-
que era la hora de los embozados, que
cubiertos y aprovechando la oscuridad
de las calles, ocultaban sus intenciones.
SICARIOS Y VALENTONES
Los nobles y los hidalgos luchaban entre
sí por cuestiones de honor, y las cuchilla-
das y estocadas no eran infrecuentes en
las oscuras esquinas. Cualquier simple-
za, la mínima discusión, el entrometerse
en una riña, una mirada de más o una
palabra altisonante servían para encres-
par los ánimos y desabrigar el sobaco,
es decir, desenvainar la espada. Sin em-
bargo, el mundo del hampa contaba
52 CLÍO
con personajes mucho más siniestros,
CRIMEN DE con auténticos asesinos a sueldo que
JUAN DE TASSIS,
CONDE DE
cumplían a la perfección el encargo a
VILLAMEDIANA. cambio de precio. En 1622 causó sen-
sación en Madrid el crimen de Juan de
Tassis, conde de Villamediana, proba-
blemente a manos de mercenarios del
conde duque de Olivares. Ese mismo
año también mataron a Fernando Pi-
mentel, hijo del conde de Benavente.
Los asesinos hacían sus emboscadas
empleando el resplandor de una antor-
FKDTXHSRUPHGLRGHXQDSODFDUHŴHMD-
ba la luz en la víctima, de tal modo que
podían ver su rostro y su cuerpo sin ser
vistos, y sin darle opción a defenderse
por quedar deslumbrado. Además, uti-
lizaban espadas de mayor longitud que
la permitida, pintando de negro una
buena parte del extremo para alcanzar
a su víctima con facilidad y evitar que el
brillo del metal denotara la verdadera
longitud del arma. Desenfundaban con
facilidad su espada empleando muelles
que la hacían saltar y así poder estar en
disposición de usarla antes que el con-
trario para dejarlo a buenas noches,
como entonces se decía, o lo que es lo
mismo, muerto. En algunas ocasiones
LOS ASESINOS hacían su objeto era propinar una paliza más
R PHQRV VHYHUD R GHVƓJXUDU URVWURV D
sus emboscadas cuchilladas. Estos eran verdaderos ase-
empleando el resplandor sinos a sueldo, mercenarios sin escrú-
de una antorcha. De tal pulos, porque también había entonces
un grupo de individuos, a los que se
modo, actuaban sin ser llamaba valentones, que más que ac-
vistos, y no daban opción tuar, intimidaban con fanfarronerías, y
a la víctima a defenderse, que presumían de ser desalmados de-
lincuentes. Solían arrimarse al cobijo de
ya que quedaba algún señor para meter miedo y hacer
deslumbrada por la luz. de guardia personal, pero no tenían la
destreza ni la sangre fría de los verda-
deros sicarios. Quevedo los describe
LA CURIOSIDAD
así: “Estos, por la mayor parte, son gente
EN LA PERIFERIA URBANA TAMBIÉN plebeya, tratan de parecer más bravos
EXISTÍA UNA DELINCUENCIA TXHOLQGRVYLVWHQDORUXƓDQHVFRPHGLDV
ESPECIALIZADA. Los cuatreros eran los sobre medias, sombrero de mucha falda
que robaban animales de cuatro patas, y vuelta, faldillas largas, cleta de ante, es-
los más valiosos. Al ladrón de gallinas se le toque largo y daga pulida; comen bode-
llamaba gomarrero porque una gomarra gón de vaca y a menudo, bastimento de
era una gallina y un gomarrón, un pollo. cuerpo pero que engorda. Beben a fuer
El gruñidor robaba cerdos. Y el almiforero, de valientes, y dicen, quien bien bebe
caballos, y el bobatón, corderos. bien riñe. Sus acciones son algo temera-
rio; dejar caer la capa, calar el sombre-
ro, alzar la falda, ponerse embozados y
abiertos de piernas, y mirar a lo zahíno.
3U«FLDQVHPXFKRGHUXƓDQHV\DQGDQGH
seis arriba, llaman a consejo a todos, en
ofreciéndose ocasión de pesadumbre
a uno, y dan entre diez una cuchillada
a un manco. Desean tanto opinarse de
EUDYRVTXHFRQƓHVDQORTXHQRKLFLHURQ
aunque sea en perjuicio suyo”.
Eran estos valentones individuos des-
prestigiados, de ellos se decía que en
vez de espada llevaban doncella por-
que nunca la habían desenvainado. Por
cierto, es innumerable la cantidad de
acepciones que en la época se utiliza-
ban para referirse a la espada: joyosa,
ƓVSHUWDYHOORVDFHQWHOODUHVSHWRVDFD-
QUEVEDO
EXFKHEULOODQWHƓORVDHWF DESCRIBE A LOS
ASESINOS Y SICARIOS
DEL SIGLO DE ORO EN
FALSOS MENDIGOS SUS OBRAS.

El mundo marginal de los siglos XVI y

XVII se completaba con los mendigos.
Había pobres de solemnidad, recono-
FLGRV DV¯ RƓFLDOPHQWH TXH DFXG¯DQ D
los conventos a por un plato de comi-
da, normalmente a por la famosa sopa
boba. Otros eran mendigos profesio-
nales, gentes que no tenían inconve-
niente en hacerse heridas, infectarlas
\ PRVWUDUVH DV¯ SDUD FDXVDU DŴLFFLµQ
Acosaban a los transeúntes con sus
gritos, sus lamentos y toda una para-
fernalia de rezos, dichos y el muestrario
de mutilaciones y llagas, verdaderas
RƓQJLGDV\DTXHHUDQPDHVWURVHQOD
materia del engaño.
Los mendigos tenían sus especia-
lidades. Los clamistas pedían por las
calles y en las iglesias, y algunos, los
más atrevidos, se dedicaban a pedir a
la cordobana, es decir, semidesnudos y
en invierno, para causar aún más pena
a los viandantes. Quevedo los describe
así: “El manco pudiendo aprender el
RƓFLRGHWHMHGRUHOFRMRGHVDVWUHFRP-
pra muleta, estudian la lamentona y pla-
ñidera y otras acciones de pordiosero;
andando de iglesia en iglesia, de casa
en casa, ya moviéndose los ánimos con
la lastimosa, ya con la inoportuna. Bribo-
nes de la sopa, clamistas de la siesta y
mil zampalimosnas”.
La mendicidad era para muchos de MANCEBÍAS, RUFIANAS Y
los que la practicaban un buen nego- PROSTITUTAS
cio. Terminada la faena, comían, ves- /DSURVWLWXFLµQIXHPX\FRP¼QHQDTXH-
tían y bebían mejor que mucha de la lla sociedad. Las restricciones y contro-
gente que les había aportado algo les que contra ello se fueron prodigan-
de dinero, e incluso algunos de ellos do, de nada sirvieron. Al parecer, había
fueron sorprendidos y detenidos des- en Madrid unas tres mil mujeres públi-
pués de comprobar su prosperidad. FDV FRQWURODGDV TXH RƓFLDOPHQWH VH
Se estima que en el Madrid del siglo dividían en mancebas, que eran las que
XVII, los mendigos constituían un diez compartían la vida maritalmente con un
SRU FLHQWR GH OD SREODFLµQ \ HOOR VH hombre; cortesanas, asalariadas de una
debía a que era una forma de vida me- cierta categoría; y rameras, cantoneras
nos dura y mejor retribuida que la que o busconas, que esperaban en casas,
cabía esperar trabajando en un digno calles, esquinas o cantones. Estos eran
RƓFLR los títulos de las mujeres que ejercían
LA JERGA DE LOS ASESINOS
ESTE MUNDO VIOLENTO TENÍA UN LENGUAJE PROPIO, EL DE GERMANÍA, una jerga
ƋƵĞƵƟůŝnjĂďĂŶĞƐƚĂƐŐĞŶƚĞƐƋƵĞĐƵĂŶĚŽŵŽƌşĂŶĂŚŽƌĐĂĚŽƐůŽŚĂĐşĂŶƉŽƌĞŶĨĞƌŵĞĚĂĚĚĞ
ĐŽƌĚĞů͖ƋƵĞĞŶǀĞnjĚĞĐŽŶĨĞƐĂƌďĂũŽƚŽƌƚƵƌĂ͕ŐĂƌŐĂƚĞĂďĂŶ͖ƋƵĞůůĂŵĂďĂŶĚĞƐŵŝƌůĂĚŽƐĂůŽƐ
ůĂĚƌŽŶĞƐĂƋƵŝĞŶĞƐƐĞĐŽƌƚĂďĂůĂƐŽƌĞũĂƐ͕ƉĞŶĂŵƵLJĐŽŵƷŶĞŶƚŽŶĐĞƐ͖ƋƵĞĚĂďĂŶƵŶŚƵƌŐſŶ͕
ĞŶǀĞnjĚĞƵŶĂĞƐƚŽĐĂĚĂ͕ŽƋƵĞůůĂŵĂďĂŶĂůǀĞƌĚƵŐŽ͕ũŝŶĞƚĞĚĞŐĂnjŶĂƚĞƐ͕LJĂƋƵĞĞůǀĞƌĚƵŐŽ
ƐĞƐƵďşĂĞŶĐŝŵĂĚĞůƌĞŽĐŽůŐĂĚŽƉĂƌĂĂĐĞůĞƌĂƌůĂĂƐĮdžŝĂĚĞĞƐƚĞ͖ƉĂƌĂƋƵŝĞŶĞƐĚĂƌƵŶƐŽƉůŽ
ĞƌĂĚĂƌĐĂŹƵƚŽ͕LJĐĂŶƚĂƌĞůƚƌŝƵŶĨŽĚĞĞƐƉĂĚĂƐĞƌĂƉĞĚŝƌƐŽĐŽƌƌŽ͖LJƋƵĞƚĞŶşĂŶĞŶĐŽŵƷŶ
ƉĞƌƚĞŶĞĐĞƌĂůŵƵŶĚŽĚĞůĂĐĂƌĚĂʹƐĞůĞƐůůĂŵſĂƐşƉŽƌƋƵĞŵƵĐŚŽƐĚĞĞƐƚŽƐǀĂůĞŶƚŽŶĞƐLJ
ƐŝĐĂƌŝŽƐƉƌŽĐĞĚşĂŶĚĞůŽĮĐŝŽĚĞĐĂƌĚĂĚŽƌ͕ƋƵĞƐŽůşĂŶĂďĂŶĚŽŶĂƌƉŽƌƐĞƌƉŽĐŽƌĞŶƚĂďůĞʹ͘

CLÍO 53
 Monarquías AUSTRIAS

tabernas, con un ramo en sus casas, a la

de forma independiente, porque a ellas
había que añadir a las ocupantes de
mancebías, toleradas, reglamentadas e
incluso amparadas por los gobiernos.
Estas mancebías, con sus burdeles, exis-
tían en todas las ciudades y destacaban
las de Madrid, Sevilla, Toledo, Valladolid,
Barcelona, Córdoba, Granada y las de-
más poblaciones provistas de universi-
GDGSRUVHUORVHVWXGLDQWHVFOLHQWHVƓMRV
de estos establecimientos.
En la cumbre de esta sociedad estaba
la manceba, que, como hemos señala-
do, vivía con un hombre maritalmente.
Con estas mancebas había quienes sos-
CERVANTES RECOGIÓ
EN EL "QUIJOTE"
ALGUNOS DE LOS
PERSONAJES DE BAJA
CUNA DEL SIGLO
DE ORO.
tenían un largo concubinato, pero otras
se alquilaban por meses y se las llamaba
amesadas. Después se situaba la corte-
VDQD TXH ƓQJ¯D SUHWHQVLRQHV \ SURFX-
raba disimular su condición, y a la que
llamaban también tusona o dama del
tusón, por referencia irónica a la máxima
orden de caballería que era el Toisón
de Oro. Las rameras o marcas, eran otra
categoría y, según su nivel, se denomi-
naban marcas godeñas –las de marca
mayor–, damas de achaque, damas de
PDQWRGDPDVGHPDQHMR\JXLVD/XH-
go estaban las simples rameras, así lla-
madas porque se anunciaban como las
malicia. Existían también las busconas,
que vivían fuera de la casa llana, y estas
podían ser cantoneras, o sea, que ace-
chaban a los paseantes en los cantones
o esquinas, mozas del partido, niñas del
DJDUURHWF<ƓQDOPHQWHHQODV¯QƓPDV
mancebías se contaban las izas, las rabi-
zas, las colipoterras, las hurgamanderas,
las golfas, las mulas de alquiler y las en-
J¾HUDGDVŊPXMHUHVPD\RUHVSRFRDWUDF-
WLYDV\GHEDMDUHWULEXFLµQŊ
Las mancebías, burdeles o casas lla-
QDVRƓFLDOHVHVWDEDQJREHUQDGDVSRUHO
llamado padre de la mancebía o de las
PXMHUHVGHQRPLQDGRWDPEL«QWDSDGRU
que era nombrado por el dueño de la
casa. El Ayuntamiento de la ciudad de-
bía aprobar su nombramiento.
2WUD FRVD GLVWLQWD HUDQ ORV UXƓDQHV
TXLHQHV VLQ SHUPLVR RƓFLDO VH GHGL-
caban a extorsionar a las prostitutas,
maltratarlas y quedarse con sus ga-
nancias,. Los burdeles se conocían con
innumerables eufemismos: cambios,
FHUFRV FRUWLMRV GHKHVDV PDQŴDV
guantas, montes, vulgos, campos de
pinos, monte, montaña, aduana, be-
rreadero... También se los conoció por
lo guisado. Al postigo de la casa se le
llamaba el golpe, y echar el golpe era
cerrar la casa. Al mozo o portero se le
apodaba mozo de golpe, guardada-
mas o guardapostigo. La ganancia en
el trato se llamaba caire o cairo.
&RPR\DKHPRVDSXQWDGRORVUXƓD-
nes eran gentes de la peor condición
y mal vistos socialmente. Sin embargo,
ODV PXMHUHV S¼EOLFDV VRO¯DQ VHU ƓHOHV D
VXUXƓ£QLQFOXVRPDQLIHVWDEDQKDFLD«O
un amor sumiso. Una extraña mezcla

EL MADRID MÁS CANALLA

LAS PROSTITUTAS QUE SE MOVÍAN POR EL MADRID CALLEJERO RECIBÍAN VARIAS DENOMINACIONES.
Las especializadas en acompañar a soldados eran llamadas maletas; escalfafulleros se denominaba a las que
encandilaban a valentones; mulas del diablo a las que mantenían relaciones esporádicas con religiosos, porque
las que vivían amancebadas con ellos se denominaban en la jerga, devotas; las más maduras y con sobrepeso eran
pandorgas; piltroferas y trotonas las que recorrían al día varios domicilios prestando sus servicios; trucha era la
joven, y abadejo, la vieja; y zurrapas o gorronas de puchero en cinta, las de más baja categoría. A la hora de pagar
sus servicios la mayoría cobraban por adelantado, al trin tin y batín, porque si no lo hacían así, había muchos
individuos sin escrúpulos que les daban perro muerto, es decir, se iban sin pagar.

54 CLÍO
de sumisión y masoquismo se daba en
aquellas mujeres que sufrían constantes
malos tratos por parte de esos despre-
ciables sujetos, que se referían a ellas al
ofrecerlas diciendo que tenían la vaca o
la yegua en la dehesa.
Para CervantesHORƓFLRGHDOFDKXH-
te era no solo digno, sino necesario,
y en el propio Quijote hace esta re-
ŴH[LµQ(ORƓFLRGHDOFDKXHWHTXHHV
RƓFLR GH GLVFUHWRV \ QHFHVDU¯VLPR HQ
OD UHS¼EOLFD ELHQ RUGHQDGD \ TXH QR
OH GHE¯D HMHUFHU VLQR JHQWH PX\ ELHQ
QDFLGD\DXQKDE¯DGHKDEHUYHHGRU\
H[DPLQDGRU GH ORV WDOHV FRPR OH KD\
GH ORV GHP£V RƓFLRV FRQ Q¼PHUR UH-
SXWDGR \ FRQRFLGR FRPR FRUUHGRUHV
GHORQMD\GHVWDPDQHUDVHH[FXVDU¯DQ
PXFKRV PDOHV TXH VH FDXVDQ SRU DQ-
GDU HVWH RƓFLR \ HMHUFLFLR HQWUH JHQWH
LGLRWD\GHSRFRHQWHQGLPLHQWRFRPR
VRQPXMHUFLOODVGHSRFRP£VDPHQRV
SDMHFLOORV \ WUXKDQHV GH SRFRV D³RV \
GHSRFDH[SHULHQFLDTXHDODP£VQH-
FHVDULDRFDVLµQ\FXDQGRHVPHQHVWHU
GDUXQDWUD]DTXHLPSRUWHVHOHV\HODQ
ODVPLJDVHQWUHODERFD\ODPDQR\QR \VDELHQGRTXHODPLUDEDQ\OOHJDQGR
VDEHQ FX£O HV VX PDQR GHUHFKD 4XL- LAS MANCEBÍAS DORVFRUD]RQHVOOHQRVGHGHVHR(OP¯R
VLHUD SDVDU DGHODQWH \ GDU ODV UD]RQHV DE MADRID eran QRIXHPHQRV\HUDXQDSXWDGHOXMRWD-
SRU TXH FRQYHQ¯D KDFHU HOHFFLµQ GH
ORVTXHHQODUHS¼EOLFDKDE¯DQGHWHQHU tan comunes como SDGDGHPHGLRODGRTXHVHGLU¯DTXH
VXURVWURHUDQLHYH\JUDQD5RVDTXHVH
WDQQHFHVDULRRƓFLRSHURQRHVHOOXJDU las tabernas o los FRQVHUYDEDHQDPLVWDGHVSDUFLGRSRU
DFRPRGDGRSDUDHOORDOJ¼QG¯DORGLU« bodegones. Los ODELRV \ PHMLOODV /RV GLHQWHV EODQFR
DTXLHQORSXHGDSURYHHU\UHPHGLDU.
Como puede comprobarse, la prosti- alcaldes tenían muy PDUƓO\ODVPDQRVTXHGHUDWRHQUDWR
HOHYDEDQHOPDQWRQHJURDƓFLRQDEDQ
tución y el trato carnal en todas sus va- reglamentado el DORVFRUD]RQHV\HOWDOOH\HOSDVRRFD-
riedades no solamente era común en la funcionamiento de los VLRQDQGR SHQVDPLHQWRV ODVFLYRV 7DQ
«SRFDVLQRQHFHVDULRMXVWLƓFDGR\GH-
fendido a ultranza. burdeles madrileños. ULFD\JDODQDFRPRFDUJDGDGHMR\DVŋ
UHFLELGDV\QRFRPSUDGDVŋPHVHGXMR
Las mancebías de Madrid eran tan co- \OOHJDPRVDOWUDWRDPRURVRc4X«FHMDV
munes como las tabernas o los bodego- )UDQFLVFR GH 4XHYHGR DƓFLRQDGR WDQQHJUDVHVIRU]DQGRODEODQFXUDGH
nes. Los alcaldes tenían muy reglamen- al buen comer, buen beber y buen vi- ODIUHQWHTX«PHMLOODVGRQGHODVDQJUH
tado desde la tercera década del siglo vir, nos detalla su relación con una de PH]FODGDFRQOHFKHHQJHQGUµORURVD-
XVII el funcionamiento de los burdeles estas prostitutas, en su caso de cierta GRc4X«ODELRVHQFDUQDGRVJXDUGDQ-
madrileños. Las ordenanzas de mance- categoría, una tusona, dice él, porque GRSHUODVTXHODULVDPXHVWUDFRQUHFD-
bía publicadas en 1621 disponían que al maestro le gustaban los placeres de WRc4X«FXHOORTX«PDQRVTX«WDOOH
las mujeres públicas llevaran medios FDOLGDG QR HQ YDQR FRP¯D HQ ƓJµQ 3DV«ODQRFKHFRQHOOD$PDQHFLPRV\
mantos negros, algo así como las mo- que era el establecimiento más delica- TXHG« FRQIXVR (UD DTXHOOD PXMHU OD
dernas mantillas, por eso las llamaban do de cuantos abundaban en el mun- YLVLµQTXHYH¯D"6HOHYDQWµU£SLGR\IXH
damas de medio manto, diferente del GR GH OD KRVWHOHU¯D PDGULOH³D 9HQ¯D DFRPSRQHUVH6HKDGHVDEHUTXHOR
que llevaban las honradas, que era man- SRUODFDOOHGHO1L³RKDFLDP¯XQDPXMHU SULPHURTXHKDFHQODVPXMHUHVHQGHV-
to entero. KHUPRVDUL«QGRVHGHPLVSDVRVFRMRV SHUWDQGRQRHVYHVWLUHOFXHUSRVLQROD

CLÍO 55
 Monarquías AUSTRIAS

palabra naipe que proviene de las

iniciales de su supuesto inventor,
un sevillano llamado Nicolás Pepín,
que acompañaba los naipes con sus
iniciales “NP”, de ahí naype o naipe.
En cualquier caso, hay diferentes
teorías al respecto, incluso la que
atribuye la invención de los naipes a
un madrileño que después se trasla-
dó a Sevilla. También fue famoso el
llamado juego de trucos, en el que
se apostaban importantes cantida-
des de dinero, y que no era otra cosa
que el actual billar, pues se practica-
EDFRQERODVGHPDUƓO\WDFRVFRQ-
sistiendo en golpear las bolas del
contrario, en hacer carambolas y en
otros logros similares.
Todas estas actividades se realiza-
ban en lugares concretos que reci-
bían distintas denominaciones según
la distinción de quienes los regenta-
ran o si poseían o no licencia. En las
casas de conversación se reunían los
personajes más selectos, y en ellas se
apostaban grandes cantidades de di-
nero que llegaron a costar la ruina de
familias enteras. Estaban regentadas
por personas de alto nivel social.
cara, la garganta y las manos. Luego se es que era costumbre que para darse El mundo del juego tenía su pro-
ponen las sayas. Me di cuenta de que a conocer, las prostitutas ocultaran la pia jerga y, por supuesto, sus perso-
aquel cabello era comprado y no cria- mitad de la cara y medio ojo con su najes. Así, el enganchador se encar-
do, que las cejas tenían más de ahuma- manto, lo que hizo que se las deno- gaba de atraer a incautos con dinero
das que de negras, que la blancura del minara lechuzas de medio ojo; lo de hasta el lugar de juego, donde los
rostro y de las manos era untada. Así lechuzas por la nocturnidad. pedagogos se prestaban a darles
están tan cargadas de afeites que, aun- consejos y enseñarles supuestas ha-
que fueran bellas, y mi tusona lo era, no LOS TAHÚRES bilidades para ganar, que tenían por
lo parecen cuando se les derrumba la Los dados y los juegos de naipes objeto desplumar a estos inocentes
arquitectura del rostro y lo enjalbega- eran los más practicados. Curiosa- a los que llamaban blancos, en con-
do del cuerpo". Dice Quevedo que la mente, dice Covarrubias, en su Te- traposición a los negros, avezados
mujer venía tapada de medio lado, y soro de la lengua castellana, que la jugadores conocedores de todo
tipo de artimañas. Los apuntadores
CASAS DE JUEGO o guiñones, por medio de guiños,
muecas y gestos, comunicaban a sus
EXISTÍAN LAS CASAS DE JUEGOS AUTORIZADAS cómplices cuáles eran las cartas que
POR REAL LICENCIA, normalmente bajo la llevaba el contrario. Los contadores,
dirección de inválidos de guerra, con recomendación estaban al tanto del dinero perdido
ƐƵĮĐŝĞŶƚĞƉĂƌĂŽďƚĞŶĞƌůĂůŝĐĞŶĐŝĂƉƌĞĐĞƉƟǀĂ͘Ŷ por los jugadores, o por el que les
ĞůůĂƐƐĞũƵŐĂďĂĂůŽƐŶĂŝƉĞƐ͕ƉĞƌŽŶŽĂůŽƐĚĂĚŽƐŽ͕ quedaba por perder hasta ser des-
ĂůŵĞŶŽƐ͕ĞƐŽĚĞĐşĂůĂŶŽƌŵĂƟǀĂ͘&ŝŶĂůŵĞŶƚĞ͕ůĂƐ plumados completamente, momen-
ĐĂƐĂƐůůĂŶĂƐ͕ĂďŝĞƌƚĂƐĂƚŽĚŽĞůŵƵŶĚŽ͕ŽůĂƐƉƌŽƉŝĂƐ to en que avisaban a los prestadores,
ĐĂƐĂƐĚĞƉƌŽƐƟƚƵĐŝſŶ͕ĂĐŽŐşĂŶĂũƵŐĂĚŽƌĞƐĚĞƚŽĚĂ que adelantaban fondos a cambio
ĐŽŶĚŝĐŝſŶ͘ de intereses usurarios cobraderos

56 CLÍO
SRUPHGLRGHPX\PDODVDUWHVVLQR LUIS DE
se les reembolsaba a tiempo. Los GÓNGORA
ERA UN GRAN
barateros permanecían a la espera AFICIONADO AL
JUEGO, LLEGANDO A
de recibir alguna propina por parte PERDER SU FORTUNA
GHO JDQDGRU \ VL TXLHQ JDQDED QR EN UNA PARTIDA.

era uno de esos taimados negros, la

H[WRUVLµQ\ODDPHQD]DVHUY¯DFRPR
PRGRGHREWHQHUXQSRUFHQWDMHGH
las ganancias. Los modorros pasa-
ban la noche haciéndose los dor-
PLGRV VLQ MXJDU SDUD LQFRUSRUDUVH
D¼OWLPDKRUDFXDQGRORVMXJDGRUHV
HVWDEDQFDQVDGRV\FRQVXVVHQWLGRV
DWURƓDGRV )LQDOPHQWH DOJXQRV QR
MXJDEDQVHOLPLWDEDQDPDQWHQHUODV
velas siempre encendidas, o incluso
D WUDHU RULQDOHV SDUD ORV GHVFRQƓD-
GRV MXJDGRUHV TXH QR VH DWUHY¯DQ D
GHMDU OD PHVD GH MXHJR SDUD HYLWDU
trampas; eran los despabila velas u
orinaleros.
(VWH SDQRUDPD HUD HO KDELWXDO HQ
XQD JDULWR GH MXHJR SHUR WDPEL«Q
existían tramposos profesionales
que hacían lo que entonces llama-
EDQŴRUHVGHFLUWUDPSD&DVLVLHP-
pre en connivencia con el garitero,
los tramposos eran una cuadrilla
SE ESTIMA QUE 1658 ]DEDSDUWLGDVHQVXYLYLHQGDPDGULOH-
ña de la calle del Niño, trágicamente
PX\ ELHQ RUJDQL]DGD (O FLHUWR TXH había en Madrid casi SDUD «O OODPDGD KR\ G¯D FDOOH GH
HUD TXLHQ MXJDED SUHSDUDED ODV cuatrocientos tahúres 4XHYHGR $OO¯ SHUGLµ VX IRUWXQD \
cartas, que entonces eran de mate-
ULDOHVEXUGRV\SLQWDGDVDPDQRODV
dedicados a estas artes. En tuvo que poner en venta su casa,
que se había convertido en casa de
marcaba raspándolas, doblándolas, 1540, un viajero flamenco conversación, de la que Quevedo,
señalándolas con un buril o recor- afirmaba que en España QRSRG¯DVHUGHRWURPRGRVHKL]R
tándolas. Además, el cierto era un
auténtico prestidigitador, los naipes
se jugaba a los naipes más propietario desahuciando a su anti-
JXR GXH³R 4XL]£ SHUGLµ *µQJRUD
VHPRY¯DQSRUVXVPDQRV\GHVDSD- que en ninguna otra parte VX GLQHUR HQ DTXHOORV MXHJRV TXH
recían como por arte de magia, del de Europa. llamaban de estocada, consistentes
mismo modo que volvían a venir a HQ DSRVWDU VREUH FDUWDV WDSDGDV \
ellas en su momento oportuno. QDQFLDV GH XQD FDQWLGDG ƓMD GH GL- de los que existían varios, como el
Otro miembro de la cuadrilla era nero o de una puñalada, si se ponía andabobos, la carteta, el parar o los
HO UXƓ£Q GLVWLQWR DO GHGLFDGR D OD pesado. vueltos.
SURVWLWXFLµQ \ D YHFHV HMHUFLHQWH Se estima que en 1658 había en 2WURV MXHJRV GH PHQRV ULHVJR
GHDPERVRƓFLRVTXHVHHQFDUJDED Madrid casi cuatrocientos tahúres de- HUDQHOMXHJRGHOKRPEUHHOUHQWRL
de hacer desaparecer los naipes en dicados a estas artes, pero un siglo los cientos, el faraón, el repáralo, sie-
FXDQWR WHUPLQDED OD SDUWLGD (O HQ- DQWHVKDFLDXQYLDMHURŴDPHQFR WH\OOHYDUODSULPHUDTXLQFHVODŴRU
ganchador traía a los incautos que DƓUPDEDTXH(VSD³DVHMXJDEDDORV el capadillo, el reinado, las quínolas;
iban a perder el dinero. A veces se naipes más que en ninguna otra parte \ PX\ LQRFHQWHV OD WDED HO SDOPR
colaba en la partida algún otro pro- GH(XURSD\TXHLQFOXVRHQODVSREUHV \ HO KR\XHOR $KRUD ELHQ VDEHU HQ
IHVLRQDO XQ HQWUXFKµQ \ FRPR HQ- YHQWDVGRQGHHVFDVHDEDODFRPLGD\ qué consistían es tarea ardua inclu-
tre tramposos todos se conocían, le HOYLQRQXQFDIDOWDEDXQDEDUDMD so para los estudiosos de la materia
invitaban a abandonar la partida, a Luis de Góngora, acérrimo enemi- que tratan de indagar en los docu-
FDPELRGHXQSRUFHQWDMHHQODVJD- JRGH4XHYHGR\YLFHYHUVDRUJDQL- mentos de la época.

CLÍO 57
 Monarquías BORBONES

BORBONES
El origen de su monarquía en España
CON LA MUERTE DE CARLOS II, ÚLTIMO REY DE LA CASA DE
AUSTRIA, SE DESENCADENÓ UNA GUERRA DE SUCESIÓN EN
ESPAÑA QUE AFECTÓ A LAS PRINCIPALES POTENCIAS DEL VIEJO
CONTINENTE. EN 1713 FELIPE V FUE FINALMENTE RECONOCIDO
COMO NUEVO REY DE ESPAÑA, INICIANDO UN PROGRAMA
DE REFORMAS QUE ANTICIPARON EL GRAN DESARROLLO Y
LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA QUE PROTAGONIZÓ EL PAÍS
DURANTE EL SIGLO XVIII. DURANTE SU REINADO, ESTE PRIMER
REPRESENTANTE DE LA CASA DE BORBÓN EN ESPAÑA, IMPULSÓ
LA RACIONALIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN PARA FORTALECER
EL ESTADO Y DE ESTA FORMA PROMOVER EL DESARROLLO
ECONÓMICO DE UN REINO SUMIDO EN UNA FUERTE CRISIS
ECONÓMICA. FELIPE V TAMBIÉN PUSO EN MARCHA UN PROCESO
DE REFORMA AGRARIA PARA SUPERAR EL ANCESTRAL ATRASO DEL
CAMPO. NO MENOS IMPORTANTE FUE SU INTERÉS POR FOMENTAR
EL COMERCIO, LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL Y MEJORAR LAS VÍAS
DE COMUNICACIÓN Y ASÍ POSIBILITAR LA FORMACIÓN DE UN
MERCADO NACIONAL, MIENTRAS QUE, POR OTRA PARTE, GRACIAS
A SUS MINISTROS SE PRODUJO UNA ESPECTACULAR RECUPERACIÓN
DEL PODER DE LA MARINA QUE, EN LOS SIGUIENTES AÑOS, LOGRÓ
PONER CONTRA LAS CUERDAS A LA TODOPODEROSA ARMADA
BRITÁNICA. A PESAR DE TODO, FELIPE V HA SIDO UNO DE LOS
REYES MÁS DENOSTADOS Y VILIPENDIADOS DE NUESTRA HISTORIA.
¿CUÁLES SON LOS MOTIVOS?

WKZ:s/ZDZd1EͳW/EEz:hEW>KWZ

58 >1K
 JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
RETRATO DEL REY
FELIPE V.

CLÍO 59
 Monarquías BORBONES
LA ARMADA
ESPAÑOLA
TRAS LA MUERTE DE CARLOS II
LA SITUACIÓN DE LA ARMADA
ERA DESASTROSA: apenas dos
docenas de barcos se podían
considerar en condiciones de entrar
en combate. Esto explica el gran
empeño que se depositó en la
reforma que pusieron en marcha
grandes estadistas del momento,
como:ŽƐĠWĂƟŹŽ y el Marqués
de la Ensenada. El primero
emprendería una ambiciosa
reorganización territorial, creando
ůŽƐƚƌĞƐĚĞƉĂƌƚĂŵĞŶƚŽƐŵĂƌşƟŵŽƐ
–Norte, Mediodía y Levante– en los
que se construyeron las tres bases
navales que aún hoy perduran en
España: Ferrol, Cádiz y Cartagena.
La Armada española llegaría a
dar marinos de la talla de Blas de
Lezo o Pedro Mesía de la Cerda, y
posteriormente, durante el reinado
de Carlos III, de Jorge Juan.
BLAS
DE LEZO.
60 CLÍO
L
A HISTORIA DE
LOS BORBONES
EN ESPAÑA ES
TURBULENTA, una
larga travesía a lo
largo de los tres
últimos siglos, y su
origen lo podemos
hacer remontar a la muerte sin
descendencia del último rey de
la dinastía de los Austrias, el 1 de
noviembre del año 1700. Carlos
II había sido proclamado rey a la
tierna edad de cuatro años, pero
nunca se puso demasiado esme-
ro en su educación, puesto que
se creía que viviría poco tiempo.
A su falta de formación se le sumó
el escaso interés por las letras y su
falta de resolución y capacidad de
mando, defectos desastrosos para
un gobernante y que hicieron que
sus decisiones estuvieran siempre
influenciadas por las personas de
su entorno. A partir de 1696, la sa-
lud del rey sufrió un deterioro im-
portante, al punto que se empezó
a especular con su muerte y a dar
por hecho que no tendría hijos.
Quedaba sobre la mesa la cues-
tión de la sucesión a la Corona
española, un aspecto de trascen-
dental importancia que provocó
una compleja red de intrigas pa-
laciegas con implicaciones en las
relaciones diplomáticas entre las
potencias europeas.
A PARTIR DE 1696, la
salud de Carlos II sufrió
un deterioro importante,
por lo que se empezó a
especular sobre su muerte
sin descendencia. Quedaba
sobre la mesa la cuestión
de la sucesión a la Corona
española, un aspecto que
provocó una compleja red
de intrigas palaciegas.
FELIPE DE
ANJOU A SU
LLEGADA A
ESPAÑA.
En un primer testamento, que
no se ha conservado, redactado
el 13 de septiembre de 1696, Car-
los II legaba todos los dominios
de la Monarquía a José Fernando
de Baviera, de tres años de edad,
príncipe elector y bisnieto de Feli-
pe IV. Sin embargo, José Fernan-
do moriría tres años después. Ante
esta situación el Consejo de Esta-
do emitió una consulta en donde
se especificaba "que Vuestra Ma-
jestad ceda el todo de la Monar-
quía a un nieto del rey de Francia,
con la seguridad de no haber in-
corporación de las dos coronas",
aunque el rey no tomaría la deci-
sión definitiva hasta que desde el
Consejo de Castilla se le puso en
conocimiento del "abismo de con-
fusión en que quedarían estos rei-
nos si V.M. faltase sin dejar dadas
sobre la sucesión las más eficaces
providencias".
Finalmente, el 3 de octubre de
1700 Carlos II firmó un nuevo tes-
tamento por el que nombraba he-
redero universal a Felipe de An-
jou, futuro rey Felipe V, nieto del
rey de Francia Luis XIV.
GUERRA DE SUCESIÓN
Las potencias europeas, sobre
todo Inglaterra y Países Bajos, re-
accionaron desfavorablemente,
pues veían con enorme recelo el
aumento de poder del rey de Fran-
cia, que, con toda seguridad, iba a
ejercer una notable influencia so-
bre su joven e inexperto nieto.
Por otro lado, el emperador
Leopoldo I, de la Casa de los Habs-
burgo, también reclamaba dere-
chos a la Corona española en la
persona de su hijo menor, el archi-
duque Carlos, alegando lazos fami-
liares. Ante esta situación, y tenien-
do en cuenta el peligro que para
muchos reinos europeos suponía la
posible unión dinástica de Francia
y España, el Viejo Continente entró
en estado de ebullición.
Luis XIV, tras consultar a sus mi-
nistros, aceptó el testamento. Cual-
quier movimiento se tenía que dar
con precaución para evitar un con-
flicto de gran envergadura a nivel
europeo que hiciese peligrar la su-
pervivencia de las grandes poten-
cias del continente. En contra de lo
prometido, el 1 de febrero de 1701
EL ORIGEN DE LA
BANDERA NACIONAL
DURANTE EL REINADO DE
FELIPE V, en 1732, se dispuso
que todos los buques de guerra
españoles debían enarbolar la
bandera nacional, blanca con el
escudo de armas reales. Sería
en 1785 cuando Carlos III, tras
un concurso convocado para
elegir una bandera para nuestra
Armada, adoptó la definitiva roja
y gualda por ser más fácilmente
visible en el mar por sus vivos
colores. En un principio sería
limitado a barcos de guerra,
extendiéndose posteriormente
a puertos y fuertes costeros. No
sería adoptada oficialmente como
bandera nacional hasta 1843 por
Isabel II.
Luis XIV cometió la temeridad de
anunciar el mantenimiento de los
derechos de Felipe V a la Corona
de Francia (lo que en la práctica
suponía la futura unión dinástica
de España y Francia). A esto se le
sumó la concesión a Francia por
parte del rey de España de impor-
tantes privilegios económicos a las
colonias americanas, entre ellos el
monopolio de importación de es-
clavos, el famoso “asiento”, en con-
tra de los intereses del codicioso
reino de Inglaterra.
Esto es mucho más de lo que es-
taban dispuestos a aceptar ingle-
ses y holandeses, que, junto con
los austriacos, firman el Tratado
de la Gran Alianza de La Haya, por
el que se apoyan las pretensiones
austríacas al trono español. Final-
mente, el 15 de mayo de 1702 las
potencias firmantes del Tratado
declararon la guerra a Francia y a
España.
La Guerra de Sucesión comen-
zó en la frontera de Francia con
el resto de los Estados firmantes
de la Gran Alianza, trasladándose
después a la propia España, don-
CLÍO 61
 Monarquías BORBONES
de se convertió en una guerra ci-
vil. La Corona de Aragón apoyó al
archiduque Carlos, mientras que
la de Castilla lo hizo a Felipe V. La
guerra se prolongó hasta 1714,
cuando cayó Barcelona en manos
de los ejércitos del rey borbón.
Allí, Rafael de Casanova, máxima
autoridad militar de la ciudad, ne-
gándose a rendir el último bastión
del archiduque Carlos, dictó el 11
de septiembre un llamamiento
que decía "[…]todos como verda-
LA CORONA DE
ARAGÓN apoyó al
archiduque Carlos,
mientras que la de
Castilla lo hizo a Felipe
V. La guerra se prolongó
hasta 1714, cuando
cayó Barcelona en
manos de los ejércitos
del rey borbón.
62 CLÍO
deros hijos de la Patria, amantes de
la libertad, acudirán a los lugares
señalados, a fin de derramar glo-
riosamente su sangre y su vida por
su Rey, por su honor, por la Patria
y por la libertad de toda España".
Y LLEGARON LOS BORBONES
Cuando Felipe V fue obligado a
viajar hacia España para ser nom-
brado rey, no era más que un niño
delicado, criado entre mimos y
con una preocupante tendencia
hacia la melancolía. Según sus
biógrafos, entre ellos Henry Ka-
men, en la vida de nuestro primer
representante de la dinastía bor-
bónica podemos encontrar mu-
chas luces, aunque también no
pocas sombras.
Al parecer, Felipe V sufría un
trastorno bipolar que le provoca-
ba constantes cambios de humor y
comportamientos de tipo maníaco
depresivo. Los primeros síntomas
no tardaron en aparecer; corría la
mañana del 4 de octubre de 1717
EL SITIO A
BARCELONA. BATALLA
DE ALMANSA, POR
RICARDO BALACA.
SIGLO XIX.
y el rey se preparaba para salir a
cabalgar (una de sus grandes afi-
ciones) cuando de golpe sufrió un
serio ataque de histeria que llegó
a sorprender, e incluso a aterrori-
zar, a propios y extraños. Sin salir
de su asombro, los cortesanos ob-
servaron a su rey en un estado de
enajenación total, cubriéndose la
cabeza con sus brazos tembloro-
sos al asegurar que estaba siendo
atacado por los inclementes rayos
del sol. A partir del 1728 sus brotes
depresivos no hicieron más que in-
crementarse, tanto que, según los
cronistas, llegó a recibir, en ciertas
ocasiones, a algunos embajadores
europeos sin pantalones y vestido
con una simple camisa de dormir.
A pesar de sus evidentes trastor-
nos mentales, Felipe V "el Animo-
so" tuvo el buen criterio, durante
sus momentos de lucidez (que
también los tuvo), de rodearse de
importantes personalidades y des-
tacados políticos sobre cuyas es-
paldas recayó la responsabilidad
 JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
RETRATO DEL
ARCHIDUQUE
CARLOS.
LA CONSTITUCIÓN
DE 1812
EL PROCESO DE
CONVERSIÓN DE ESPAÑA
EhE^dKͳE/ME
MODERNO iniciado por los
primeros borbones llegaría
a cristalizar a principios
del siglo XIX con la primera
Constitución de nuestra
historia, aprobada el 19 de
marzo de 1812, mientras los
española (especialmente el
pueblo en armas) luchaban
contra el francés para
recuperar su independencia.
Compuesta por 384
artículos, la conocida como
“la Pepa” consagraba la
soberanía nacional, la división
de poderes y los derechos
políticos fundamentales,
como la libertad civil, de
prensa y el derecho de
propiedad, de los que
gozaban los españoles “de
ambos hemisferios”.
de sacar a la monarquía hispánica
de la galopante crisis que sufría
desde finales del siglo XVII.
Durante su reinado se inició en
España toda una serie de reformas,
tanto administrativas como eco-
nómicas o militares, que supusie-
ron un cambio de paradigma con
respecto a los reyes de la anterior
dinastía. La reforma de la Adminis-
tración llevada a cabo estuvo mo-
tivada por diversos factores, entre
los que cabría destacar el carácter
rígido, ineficaz y burocratizado de
la anterior Administración y el he-
cho de que la monarquía tuviera
que implantarse en medio de una
guerra civil, lo que propició refor-
mas más radicales.
La máxima expresión de lo que
fueron estas reformas la tenemos
en los llamados Decretos de Nue-
va Planta, puestos en marcha du-
rante la Guerra de Sucesión y que
supusieron la supresión de los fue-
ros de Aragón, Valencia, Cataluña
y Mallorca. Estos territorios fueron
organizados, al igual que el resto
del país, en provincias y capitanías
generales (excepto Navarra y Vas-
congadas). Al mismo tiempo, para
mejorar la eficacia del Estado se
introdujo la figura de los intenden-
tes, que desempeñaban múltiples
tareas, entre ellas las relacionadas
con la hacienda, la guerra y el or-
den público. La combinación de
esta centralización político-admi-
nistrativa con una serie de refor-
mas de tipo económico orientadas
por primera vez a una concepción
mercantilista de la economía tuvo
efectos beneficiosos para el con-
junto del país, poniendo las bases
de la recuperación económica y la
modernización de la maquinaria
del Estado.
REY POLÉMICO
Es precisamente en lo referente al
proceso de centralización política
llevado a cabo por los distintos
gobiernos del rey donde radica el
aspecto más polémico de la bio-
CLÍO 63
 Monarquías BORBONES
JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
RETRATO DE LA
REINA ISABEL II.
grafía de Felipe V, hasta tal punto
de que en algunas regiones de la
España actual se le sigue conside-
rando uno de los grandes respon-
sables de los males que aquejan
al país desde tiempos pretéritos
(aunque para ello se haya hecho
uso de un evidente proceso de
manipulación histórica con fines
políticos).
Como dijimos, el reinado de los
primeros borbones en España se
caracterizó por el intento de esta-
EL REINADO DE
LOS PRIMEROS
BORBONES EN
ESPAÑA se caracterizó
por el intento de
establecer un programa
de reformas para
dar solución a los
muchos problemas que
aquejaban al reino.
64 CLÍO
blecer un programa de reformas
para dar solución a los muchos
problemas que aquejaban al reino,
pero también por crear un nuevo
modelo de Estado en el que se in-
crementase la igualdad entre las
distintos territorios que formaban
la monarquía, aunque para ello
fuese necesario reducir los privile-
gios económicos que representa-
ban los antiguos regímenes fora-
les, señoriales y regionales.
Este es el verdadero motivo
por el que los grupos más bene-
ficiados económicamente, celosos
guardianes de sus propios privi-
legios en contra de los intereses
del reino, hayan cargado las tintas
contra la decisión de los primeros
borbones de suprimir los fueros
(¡estatutos jurídicos de origen me-
dieval!), pese a que la supresión
de estos privilegios y, por lo tan-
to, de los fueros que beneficiaban,
lógicamente, a la alta aristocracia
supusiesen en realidad el origen
del desarrollo económico de las
regiones periféricas del reino al
quedar libres de exenciones y li-
bertades señoriales y forales que
obstaculizaban su desarrollo. Se-
gún Pedro Insua, este centralismo
y uniformización administrativas
que se originó entonces y tomó
fuerza ya en el siglo XIX "fue pues
un elemento de liberación, ligado
a este mismo proceso de nacionali-
zación, que permitió, en principio,
la disolución de las oligarquías lo-
cales y regionales".
MÁS REFORMAS
El reformismo de los distintos go-
biernos del rey Felipe V continuó
con Fernando VI el Prudente
(1746-1759), con quien España
mantuvo una política de neutrali-
dad gracias al buen hacer de José
de Carvajal y el Marqués de la
Ensenada, centrando su acción de
gobierno en la restauración del
poder naval para así poder mante-
ner abiertas las vías de comunica-
ción con los territorios americanos,
 JUNTO A
ESTAS LÍNEAS,
CARLOS IV. A LA
DERECHA,
FERNANDO VII.
EL DATO
En sus escritos, los
ilustrados españoles
(Olavide, Floridablanca,
Jovellanos…) se refirieron
a los problemas nacionales
como elementos de un
conjunto y, por eso,
abogaron por una serie de
programas para mejorar
la situación del campo, de
las infraestructuras, de la
industria y para fomentar el
libre comercio.
RETRATO DE
JOVELLANOS.
seriamente amenazados por el in-
cremento del poder de la Armada
británica, a pesar de su derrota
frente a la monarquía española
en la anterior Guerra del Asiento,
en la que brillaron, con luz propia,
marinos de la talla de Blas de Lezo
o Pedro Mesía de la Cerda.
A Fernando VI le sucedió Carlos
III en 1759, iniciándose un perio-
do de treinta años de importantes
reformas que abarcaron múltiples
aspectos de la actividad económi-
ca, política, cultural y religiosa, pi-
lotados, todos ellos, por una serie
de personajes imbuidos del espíri-
tu de la Ilustración y que contribu-
yeron a difundir los principios so-
bre los que se sustentó el Estado
nacional.
LA FORMACIÓN DEL ESTADO
MODERNO
Desgraciadamente, la mera exis-
tencia de esta política reformista
por parte de la Corona y las me-
didas progresistas de sus minis-
tros ilustrados terminaron asustan-
do a los grupos privilegiados, tal
y como se puede comprobar con
los sucesos acontecidos durante el
motín de Esquilache en 1766.
En 1788, cuando murió Carlos
III, la sociedad española se encon-
traba dividida entre los que pre-
tenden continuar por la senda de
la modernidad y los que se aferra-
ban en defender sus privilegios,
dando la espalda a los intereses
del reino.
Con los reinados de Carlos IV y
Fernando VII, la monarquía espa-
ñola se adentró en aguas turbu-
lentas, obligada a superar un reto
que llegaba a amenazar su propia
supervivencia, aunque, a pesar de
todo, nada pudo detener la forma-
ción del Estado moderno del que
seguimos siendo deudores, proce-
so este que se desarrolló a lo largo
del siglo XIX cuando España dejó
atrás las estructuras del Antiguo
Régimen durante el reinado de
Isabel II
CLÍO 65
 Conquistadores españoles AMÉRICA

CONQUISTADORES
ESPAÑOLES
INGIMAGE

66 CLÍO
 JAMÁS EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD HA OCURRIDO UN SUCESO SIMILAR A
LA CONQUISTA DE AMÉRICA. LA TOMA DE POSESIÓN DE TODO UN GIGANTESCO
CONTINENTE, POR EL EMPUJE Y LA ACCIÓN DE UNOS POCOS AVENTUREROS QUE
ENTREGARON A LA MONARQUÍA HISPÁNICA UNO DE LOS MÁS VASTOS TERRITORIOS
QUE NUNCA HAYAN ESTADO BAJO UNA SOBERANÍA UNIFICADA. UN HECHO SIN
PARANGÓN EN LA HISTORIA.

POR MIGUEL DEL REY, HISTORIADOR

"N
O LLEGÁBAMOS NI SIQUIERA A CUATROCIENTOS CINCUENTA SOLDADOS. Con-
servábamos perfectamente en la memoria los consejos y avisos que nos habían dado
los indios de Guaxocingo, Tlascala y Talmanalco, para que no entrásemos en el territo-
rio de México, que nos habían de matar en cuanto lo pisásemos. Sabiendo todo eso,
¿qué hombres del Universo se hubiesen atrevido salvo nosotros?
Nos pusimos en marcha y avanzamos por la calzada que se adentraba en las tierras
desconocidas. Al rato, llegamos a otra calzadilla más estrecha que se dirigía a Cuyoa-
can, una ciudad donde habían construido unos templos altos como torres que utiliza-
ban para adorar a sus dioses. Allí nos detuvimos; debíamos estar ya muy cerca de Tenochtitlan, la capital del Imperio mexica,
HGLƓFDGDVREUHLVODVHQHOODJR7H[FRFRSRUTXHDOROHMRVVHYH¯DQRWUDVWRUUHFLOODVVHPHMDQWHVDODVTXH\DKDE¯DPRVYLVWRDQWHV
&XDQGRƓQDOPHQWHOOHJDPRVQRVOOHYDURQDDSRVHQWDUHQXQDVFDVDVJUDQGHVGRQGHKDE¯DKDELWDFLRQHVSDUDWRGRV
nosotros, que habían sido de Axayaca, el padre de Moctezuma. Allí tenían grandes ídolos de piedra con lugares para
adorarles y una recámara muy secreta, en la que nos enteramos que se encontraba un gran tesoro de piezas de oro y
joyas con piedras preciosas, que había heredado de su padre, pero que él nunca tocaba.
El lugar tenía grandes estrados, y salas muy entoldadas de muros de piedra y tierra. El suelo estaba barrido y enrama-
do, pero las camas eran solo unas esteras en el suelo con toldillos encima, porque aquí, como no las usan, no se da cama
a nadie, por muy gran señor que uno sea.
Nos repartimos las habitaciones por capitanías, y, aunque parecía que habíamos sido bien recibidos, nos dieron la orden
de que tanto los soldados de a pie como los de a caballo, estuviésemos muy atentos a lo que pudiese ocurrir, y situásemos
nuestra artillería en la parte más conveniente para nuestra defensa. Después, ya instalados, como nos tenían preparados sun-
tuosos alimentos según sus usos y costumbres, comimos. Nadie sabía lo que nos esperaba". Bernal Díaz del Castillo, "Historia
verdadera de la conquista de Nueva España".

LA CONQUISTA DE UN CONTINENTE
(VHYLGHQWHFRPRORKDVLGRVLHPSUHTXHHOƓQ¼OWLPRGHFXDOTXLHUH[SHGLFLµQGHFRQTXLVWDHVHFRQµPLFR$P«ULFDQRIXH
ODH[FHSFLµQODFRURQDFDVWHOODQDQHFHVLWDEDUHFXUVRV\ODSRVLELOLGDGGHDEULUQXHYDVUXWDVFRPHUFLDOHVKDFLDHORHVWHIXH
ODPHMRURSFLµQDQWHHOEORTXHRWXUFRGHORVFDPLQRVWHUUHVWUHVKDFLD$VLDFX\DY¯DPDU¯WLPDWDPEL«QHVWDEDEORTXHDGDSRU
los portugueses.

CLÍO 67
 Conquistadores españoles AMÉRICA
Es común hacer coincidir el inicio de
la conquista con el mismo Descubri-
PLHQWR UHDOL]DGR SRU Cristóbal Colón
en 1492, es decir, pensar que los espa-
ñoles llegaron a una tierra que acaba-
ban de hallar y desembarcaron para
conquistarla. Pero nada más lejos de la
UHDOLGDGDXQTXHSDUH]FDVRUSUHQGHQWH
no entró en los cálculos iniciales con-
quistar ningún territorio; ni siquiera se
tenía en aquellos años conocimiento de
la magnitud de las tierras descubiertas.
Las primeras expediciones de Colón
se pueden circunscribir a misiones de
exploración en busca del paso hacia
Asia y también a indagar sobre los recur-
sos naturales de las islas que se encon-
traban. Las únicas acciones militares pre-
YLVWDVSRUHQWRQFHVHUDQODVGHUHFKD]DU
a los portugueses, si llegaban a enviar
naves a las tierras recién descubiertas,
ante los derechos que invocaban de ser
de su pertenencia.
Realmente, de hechos de conquista
\FRORQL]DFLµQQRSXHGHKDEODUVHKDV-
ta el primer enfrentamiento serio entre
nativos y castellanos en la batalla de la
Vega Real en 1495, que abrió a estos el
gran valle del Cibao en la isla Española,
permitió su expansión hacia el sur, y dio
lugar a los primeros establecimientos
y núcleos urbanos hispanos en Améri-
ca, como La Isabela o Santo Domingo.
Pero, no es el todo cierto, en realidad,
la expedición de las bulas papales, que
otorgaban a los reyes españoles las tie-
rras descubiertas, eliminó el tener que
plantearse cuestiones de soberanía,
entre otras cosas, porque tampoco se
LGHQWLƓFDEDDYHUGDGHURVUH\HVDTXLH-
nes tener que discutírsela. Convertidos
todos los indígenas, por obra y gracia
de las bulas, en súbditos o vasallos, al
someter sus rebeliones o insumisiones
no se creía que se estuviera haciendo
otra cosa que castigar un delito.
La corona no dio ninguna instrucción
de conquista a los primeros navegantes
y capitulantes –Ojeda, Bastidas, Nicue-
sa–. Sólo entendió que se hiciera la gue-
rra cuando en 1514 se decidió llevarla
68 CLÍO
JUNTO A ESAS
LÍNEAS, ESTATUA
DEL ALMIRANTE
CRISTÓBAL COLÓN,
SITUADA EN EL
CENTRAL PARK DE
DE,ddEΈEhs
zKZ<͕͘hh͘Ή͘
a cabo contra los indios caribes de las guste, es hora de dejar atrás de una
costas colombianas y El Darién, y eso se YH] OD GHVFULSFLµQ TXH KL]R Miguel
lo encomendó a Juan Ponce de León de Cervantes de la conquista en El
—noble, y veterano de la campaña de celoso extremeñoGHƓQL«QGRODFRPR
Granada— y a Pedro Árias Dávila, aris- "refugio y amparo de los desespera-
tócrata segoviano, que antes de llegar a dos de España, iglesia de los alzados,
América había combatido en la guerra salvoconducto de los homicidas, pala
de Granada, en las de Portugal y Francia y cubierta de los jugadores, añagaza
y en las de África. general de mujeres libres".
La conquista como tal fue algo que No sólo es falsa, está sacada de con-
llegó de forma imprevista; un breve pro- texto y escrita desde el rencor. Cervan-
ceso de no más de 60 años en el que tes, como la mayoría de los hombres de
mediante diversas acciones, unos pocos su tiempo, solicitó al Consejo de Indias,
hombres fueron capaces de explorar y alegando sus servicios a la corona, la
derrotar a grandes imperios y pequeñas contaduría del Nuevo Reino de Grana-
tribus; y no solamente mediante hechos da, el cargo de contador de galeras de
de armas, sino también mediante un há- Cartagena de Indias, la gobernación
bil e inteligente uso de la diplomacia, la de la provincia guatemalteca de Xoco-
política y otros aspectos de la vida indí- nocho o, en su defecto, el corre-
JHQDTXHƓQDOPHQWHGHFDQWµODEDODQ]D
de su lado. A diferencia de lo que hicie-
URQRWURVLPSHULRVDODYH]TXHVHFRQ-
TXLVWDED VH FRORQL]DED PHGLDQWH XQD
ingente fundación de municipios en los
que se instauraban las leyes castellanas
y se creaban instituciones políticas y reli-
giosas propias.
LOS HOMBRES DE LA CONQUISTA
Por mucho que a los detractores de la
presencia de España en América les
 ofrecía a la baja nobleza y a los plebeyos
unas oportunidades de ascenso social
desconocidas en cualquier otro come-
tido. Una primera vía era la promoción
interna, un objetivo muy difícil de alcan-
zar, pero no imposible. En el Ejército
español se podían lograr los grados su-
periores después de permanecer varios
años en el servicio activo y destacar en
los combates por valor o la habilidad en
el manejo de las armas.
Junto a la promoción, en el Ejército
había otra vía mucho más difícil: obtener
mercedes por los servicios prestados a
ESTATUA DEL la corona. Ya no se concedían feudos
NOBLE JUAN
PONCE DE LEÓN. como en la Edad Media, pero sí se otor-
gaban títulos nobiliarios, señoríos o há-
bitos de una orden de caballería.
Al Ejército iban pues los hombres con-
vencidos de que el desempeño de una
gimiento de la Paz. El Consejo denegó mientras que los menores podían elegir profesión tan eminente les distinguiría,
todas sus peticiones y, en consecuencia, entre los estudios de leyes, la teología o por humilde que fuera su nacimiento,
arremetió contra las Indias. unirse al Ejército. Si se renunciaba a los del resto de la plebe, elevándolos con
estudios, la vida castrense sólo dejaba sus proezas a una clase social superior.
CARRERA MILITAR dos caminos: combatir en Italia o em- Otra cosa muy distinta es que su sueño
En la España del siglo XVI, los hidalgos barcar hacia las Indias. Los hombres que se hiciera siempre realidad.
no tenían más que algunas posibilida- marcharon a América posiblemente es- Hidalgos y plebeyos se encontraron
des de carrera y su título les prohibía taban desesperados y tenían mucho de al pisar el interior del continente ameri-
rebeldes, pero prin- cano una sociedad muy diferente de la
cipalmente querían que tenían los indios de las Antillas, la
LA CONQUISTA no duró más de 60 que se les recono- única que conocían hasta entonces. El
años y fue llevada a cabo por unos ciesen los servicios militarismo impregnaba todos los as-
pocos hombres, capaces de explorar y prestados a Dios y
al rey y, como dijo
pectos de la cultura, había un urbanismo
muy desarrollado y existían ejércitos con
derrotar a grandes imperios y pequeñas Bernal Díaz del un alto grado de profesionalización, pa-
tribus. Castillo, "hacer ri- recidos a los europeos en organización
quezas, que todos y disciplina.
trabajar manualmente. El mayor de los los hombres comúnmente buscamos". Sólo el carácter popular de la activi-
hijos heredaba las tierras de su padre La carrera militar, aparte de riqueza, dad bélica les resultó inconcebible. De
hecho, en la forma de combatir de los
pueblos que encontraban a su paso, se
PH]FODEDOD[RFKL\Dµ\RWORJXHUUDŴRUL-
JUNTO A ESAS
LÍNEAS, DESEMBARCO da —una especie de juego caballeresco
DE CRISTÓBAL COLÓN
EN AMÉRICA. destinado a capturar prisioneros para
A LA IZQUIERDA, EN
LA OTRA PÁGINA,
alimentar a los dioses— y la campaña
BUSTO DE PEDRARÍAS de tipo imperialista, con móviles eco-
DÁVILA.
nómicos, basada en la emboscada y la
aniquilación sistemática de la población.
Pautas de conducta que contrastaban
con las de los castellanos, tan militaristas
como cualquiera de sus enemigos, pero

CLÍO 69
 Conquistadores españoles AMÉRICA

con un comportamiento en la guerra

muy distinto al de sus adversarios. Mata- BARTOLOMÉ
DE LAS CASAS.
ban cuando combatían, pero en Europa
se respetaba, por lo general, la vida de
civiles, mujeres, ancianos y niños, que
no solían participar en la defensa de las
ciudades sitiadas.
Tradicionalmente los cronistas de In-
dias menospreciaron el papel de las tri-
bus nativas en la conquista de América,
dejando toda la gloria de las victorias a
los españoles. No es cierto. Muchas de
las tribus nativas se aliaron con los ex-
tranjeros para vencer a sus enemigos en
rencillas locales. Por ejemplo, las masa-
cres de Cholula y Tenochtitlan, durante
la campaña de México, tan criticadas
por Bartolomé de las Casas, está com-
probado, le pese a quien le pese, que
las realizaron también los guerreros alia-
dos de Cortés, muchos de los cuales se
habían unido a los españoles sólo para
SRGHUYHQJDUVH\VDFULƓFDUDWRGRVORV golpe de mano, una acción rápida en mar capitanías. Además, en las Indias,
prisioneros que pudiesen coger. la que cayó el emperador inca; la con- la expansión quedó siempre encomen-
Esas rencillas fueron muy bien aprove- quista del cono sur
chadas por casi todos los conquistado- americano, sin em- EN LAS INDIAS, la expansión quedó
res. Hernán Cortés, sin los tlaxcaltecas o bargo, fue una lenta siempre encomendada a unidades
los totonacas, poco podría haber hecho
para derrotar a la gran ciudad de Teno-
sucesión de distin-
tas expediciones,
irregulares voluntarias, que agrupaban
chtitlán, primero en manos del dubitati- casi ninguna militar, combatientes de todas las armas en un
vo Moctezuma, pero durante el ataque que terminó con la número muy reducido.
ƓQDOGHIHQGLGDSRUCuauhtemoc, terri- creación de varios
ble guerrero, sobrino del anterior, que asentamientos hispanos en la zona y su dada a unidades irregulares voluntarias,
plantó cara de forma muy seria a pesar incorporación como virreinato casi sin que agrupaban combatientes de todas
de la epidemia de viruela que diezmó darse cuenta. las armas en un número muy reducido,
a sus ejércitos. Tampoco Sebastián de y que esperaban su recompensa del re-
Benalcázar habría logrado vencer a ORGANIZACIÓN Y TÁCTICAS parto del botín
los ejércitos quiteños de Rumiñauí y de En 1496, con las ordenanzas dictadas
Quizquiz sin la colaboración de los caña- por el rey Fernando para la guerra HERNÁN
res, los cuales habían sido masacrados del Rosellón, los ejércitos españoles CORTÉS.

previamente por estos al apoyar a Huás- quedaron ordenados en "coronelías",

car en la guerra civil que vivió el Imperio
inca justo antes de la llegada de Pizarro
y sus hombres.
Son muchos los distintos factores
que intervinieron a lo largo y ancho del
continente, así como la variedad de cir-
cunstancias y lugares en que ocurrieron.
Nada tiene que ver, por ejemplo, la con-
quista del Perú con la conquista del Río
de la Plata; el primero caso fue un típico
compuesta cada una por veinte "capita-
nías" de doscientos cincuenta soldados
aproximadamente. Esta organización
contaba con unos 5.000 hombres, a su
vez divididos en piqueros, rodeleros, ar-
cabuceros y ballesteros.
En las campañas americanas iniciales
se siguieron un buen número de estas
pautas, aunque al ser un grupo reduci-
do de hombres nunca se pasó de for-

70 CLÍO

PPero Afán de Ribera y Gómez (Costa Rica, 1568-
1573)
PFrancisco de Aguirre (Chile, 1540-1581)
PJuan de Ahumada (Chile, 1557-1596)
PJerónimo de Alderete (Chile, 1540-1556)
PDiego de Almagro (Perú, 1524-1535, Chile, 1535-
CON NOMBRE PROPIO
PPedro de Mendoza (Argentina, Paraguay 1534 - 1537)
PPedro Menéndez de Avilés (La Florida, 1565 -
1567)
PFrancisco de Montejo (Yucatán, 1527-1546)
PDiego de Montemayor (Malaga 1588-
Monterrey, México 1611)
1537)
PGonzalo de Alvarado (Cuba, 1511, México,
1518-1521, Guatemala 1523-1527, Perú, *1533-1535,
México, 1540-1541)
PPedro de Alvarado (México, 1519-1521,
Guatemala 1523 -1527, Perú, 1533-1535, México,
1540-1541)
PAntonio de Aragón (Tucumán).
PDiego de Artieda Chirino y Uclés (Costa Rica,
1577-1589)
PRodrigo de Bastidas (Panamá, Colombia, 1468-
1527)
PSebastián de Belalcázar (Ecuador y Colombia,
1533-1536)
PLorenzo Bernal del Mercado (Chile, 1549-1596)
PBartolomé Blumenthal (Chile, 1540-1585)
PMelchor Bravo de Saravia (Chile, 1557-1575)
PGonzalo Calvo de Barrientos (Chile, 1533-1537)
PAlberto del Canto y Diaz de Vieira (Mexico,1611)
PJuan de Cavallón y Arboleda (Costa Rica, 1560-
1562)
PPedro Luis de Cisternas (Perú, Chile)
PHernán Cortés (México, 1518-1522, Honduras,
1524, Baja California, 1532-1536)
PPedro Cortés de Monroy (Chile, 1555-1598)
PAlonso Dávila (México, 1520-1533)
PPedrarias Dávila (Costa Rica, Nicaragua y Panamá,
1514-1531)
PNicolás de Federmann (Venezuela y Colombia,
1537-1539)
PMartín de Goiti (Manila, Filipinas, 1570-1571)
PJuan de Grijalva (Yucatán, 1518)
PDiego Gutiérrez y Toledo (Costa Rica, 1543-1544)
PFelipe Gutiérrez y Toledo (Panamá, 1535-1536)
PPedro de Heredia (Colombia)
PFrancisco Hernández de Córdoba (Yucatán, 1517)
PDiego Hernández de Serpa (Venezuela, 1524-
1570)
PGonzalo Jiménez de Quesada (Colombia, 1536-
1537, Venezuela, 1569-1572)
PJuan Jufré (Chile, 1541-1579; Argentina, 1562)
PMiguel López de Legazpi (Filipinas, 1565-1571)
PDomingo Martínez de Irala (Argentina, Paraguay
1535 - 1556)
P3£QƓORGH1DUY£H]/D)ORULGD
PDiego de Nicuesa (Panamá, 1506-1511)
PVasco Núñez de Balboa (Panamá, 1510-1519)
PÁlvar Núñez Cabeza de Vaca (Estados Unidos,
1527-1536, Paraguay, 1540-1542)
PAlonso de Ojeda (Venezuela, Colombia,
Guyana, Aruba)
PCristóbal de Olid (Honduras, 1523-1524)
PFrancisco de Orellana (Río Amazonas, 1541-
1543)
PFrancisco Pizarro (Perú, 1509-1535)
PGonzalo Pizarro (Perú, 1532-1542)
PHernando Pizarro (Perú, 1532-1560)
PJuan Pizarro (Perú, 1532-1536)
PJuan Ponce de León (Puerto Rico, 1508, Florida,
1513 y 1521)
PGiuseppe Reggiana (México, Cuba)
PAlonso de Reynoso (Honduras y México 1536-
1548, Perú 1549-50 y Chile, 1551-1567)
PRodrigo de Quiroga (Chile, 1540-1580)
PJuan de Ampudia (Colombia, Ecuador)
PJorge Robledo (Colombia, Guatemala, Perú)
PJuan de Salcedo (Norte de Filipinas, 1570-
1576)
PHernán Sánchez de Badajoz (Costa Rica, 1540-
1541)
PMiguel Sánchez de Guido (Costa Rica, 1560-
1565)
PHernando de Soto (Estados Unidos, 1539-
1542)
PInés de Suárez (Chile, 1541)
PMartín de Ursúa, (Petén, región de Guatemala,
1696-1697)
PPedro de Valdivia (Chile, 1540-1552)
PLucas Vázquez de Ayllón (Estados Unidos,
1524-1527)
PFrancisco Vázquez de Coronado (Estados
Unidos, 1540-1542)
PJuan Vázquez de Coronado (Costa Rica, 1562-
1565)
PDiego Velázquez de Cuellar (Cuba, 1511-1519)
PSebastián Vizcaíno (México, Filipinas,
California)
PBeltrán de Zetina (Yucatán, 1527-1546)
CLÍO 71
 Conquistadores españoles AMÉRICA

FRANCISCO
PIZARRO.

Las tácticas utilizadas en América se

nutrieron de lo aprendido en Europa,
pero fueron diferentes. No era nece-
sario, por ejemplo, que los piqueros
lucharan en formaciones cerradas para
hacer frente a las cargas de caballería
que tantos quebraderos de cabeza ha-
bían dado en la Edad Media.
Dadas las nuevas características del
entorno natural, con espesas selvas
en la zona de Centroamérica, siempre
se intentó luchar en espacios abiertos
donde la superioridad enemiga no im-
portaba, ya que podían desplegar todo
su potencial.
Durante la conquista de América nun-
ca hubo un gran ejército expedicionario
español al mando de unos generales
\ FRQ XQ DUPDPHQWR XQLƓFDGR \ SR-
deroso. Todo se realizó mediante un
instrumento jurídico denominado "ca-
pitulación": una concesión real que se se podían dar cargas de caballería pesa- *XHUUDGH,WDOLDVHPRVWUDURQLQHƓFDFHV
otorgaban a un capitán en concreto y da "a estribo" como se hacía en Europa, muy pronto, en cuanto los indios deja-
por la cual obtenía el permiso para for- HV GHFLU FDUJDQGR FRQWUD ODV ƓODV HQH- ron de temerlas.
mar una expedición —que tenía que su- migas equipado con una armadura de El arma básica de todo combatiente
fragar de su propio bolsillo—, y un terri- placas y una lanza de grandes dimen- en la Conquista de América fue la espa-
torio delimitado en el cual podía llevar siones, pero sí "a la jineta", con una ca- da. Las había de dos tipos, a una mano
acabo la acción conquistadora y coloni- ballería ligera armada con una lanza de o a dos manos. Las primeras podían
]DGRUD(OEHQHƓFLDULRGHODFRQFHVLµQ poco grosor y un escudo de reducidas utilizarse junto a un escudo, las segun-
WHQ¯D TXH ƓQDQFLDU R EXVFDU ƓQDQFLD- dimensiones llamado "adarga". das eran pesadas y de gran longitud.
ción para todos los preparativos y, cuan- En contra de lo que se suele decir, Estas últimas se utilizaban para partir las
to más dinero consiguiese, de mayor las diferencias de armamento y equipo picas, pero en América no serían muy
envergadura podía ser la campaña, jugaron un papel secundario en la con- comunes sólo aparecerían en las últi-
tanto en hombres como en suministros. quista. Las armas de fuego portátiles o mas expediciones. El Renacimiento dio
Los expedicionarios también aportaban de mano —arcabuces, espingardas y es- a los soldados de infantería la que sería
lo que tenían para poder participar, muy copetas— que comenzaron a ser comu- su arma predilecta por varios siglos: la
pocos iban a sueldo. Estimaban cual iba nes en 1503, tras las batallas de Garella- HVSDGDURSHUDGHƓORUHFWR\EDVWDQWH
ser el fruto de la aventura y, en función no y Ceriñola, dadas durante la Primera gruesa.
de lo aportado, así sería lo obtenido.
Cada uno llevaba sus armas: su espada
y su escudo, o incluso, si eran más ricos
su propio caballo, algo muy valorado.
El caballo fue el único recurso llevado
desde Europa que fue efectivo durante
toda la conquista. Los aztecas nunca lo-
graron superar la tremenda impresión
que les provocó verlo por primera vez.
Las cargas de caballería resultaron tan
HƓFDFHVTXHVHHPSOHDURQLQFOXVRHQ
la toma de Tenochtitlan, aunque era atí-
pico el uso de jinetes en un asedio. No

72 CLÍO
 VASCO
NÚÑEZ DE
BALBOA.
JUAN
PONCE
DE LEÓN.
(O FRQTXLVWDGRU HVSD³RO D ƓQ GH
cuentas, un soldado de infantería, nor-
malmente avanzaba entre sus nume-
rosos enemigos protegiéndose de sus
JROSHV\ŴHFKDVFRQXQDURGHODŋXQSH-
TXH³RHVFXGRPHW£OLFRŋ\GDQGRWDMRV
y estocadas. Parece una visión más pro-
pia de la Edad Media, y lo cierto es que
HQ(XURSDODURGHODVHHVWDEDGHMDQGR
de usar, pero sus buenos resultados en
$P«ULFDODKLFLHURQFREUDUXQDUHQRYD-
da trascendencia.
Petos, corazas, grebas, y el resto de
SLH]DVGHODVDUPDGXUDVGHKLHUURŋTXH
VH FDOHQWDEDQ EDMR HO VRO GH ORV WUµSL-
FRV KDVWD KDFHU LQFµPRGR VX XVRŋ
SRFRSRG¯DQKDFHUFRQWUDODVFRUWDQWHV
EL CONQUISTADOR ESPAÑOL, que a fin
de cuentas era un soldado de infantería,
normalmente avanzaba entre sus enemigos
protegiéndose de sus golpes y flechas con
una rodela y dando tajos y estocadas.
QDYDMDVGHREVLGLDQDLQVHUWDGDVHQSD-
los que sus enemigos utilizaban como
espadas; y, los perros, defraudaron
bastante cuando se lanzaron contra
guerreros protegidos con gruesas co-
UD]DVGHDOJRGµQDFROFKDGRWDQHƓFD-
ces, que los españoles las adoptaron
rápidamente. Buena prueba de ello es
TXH FXDQGR ORV KRPEUHV GH &RUW«V
se enfrentaron a los de Narváez en un
combate convencional a la europea,
iban vestidos, en palabras de un prota-
gonista, con cotas de algodón. Sólo las
prendas de cabeza se mantuvieron: los
MLQHWHVHUDXVXDOTXHOOHYDUDQFHODGD
que tapaba todo el rostro; la infantería
XWLOL]µ FRP¼QPHQWH HO PRUULµQ XQ
casco que presentaba un borde amplio,
con curvatura y unos extremos muy ca-
UDFWHU¯VWLFRVTXHVHU¯DLGHQWLƓFDGRSDUD
VLHPSUH FRQ OD 0RQDUTX¯D KLVS£QLFD \
su imperio.
Los con-
quistadores,
en general,
se comporta-
ron como la
KLVWRULD \ VX
educación les
pedían. Eran
KRPEUHV FRPR QRVRWURV FDSDFHV GH
las acciones más valientes y más co-
EDUGHV TXH SRG¯DQ OXFKDU MXQWR D VXV
FRPSD³HURVKDVWDODPXHUWHXRULQDUVH
de miedo durante el combate, como re-
FRQRFH%HUQDO'¯D]&RQIXQGLUHOUHŴHMR
GHODFDOGHODVFDVDVHQODOHMDQ¯DFRQ
palacios de plata, cuando las cosas iban
bien, o transformar un asedio en la ante-
VDODGHOLQƓHUQRFXDQGRLEDQPDO
Está claro que no eran los perso-
QDMHV FDEDOOHUHVFRV GH ORV OLEURV TXH
leía Don Quijote, pero tampoco los
VHUHVPLVHUDEOHV\ODGURQHVTXHLQMXV-
WDPHQWH QRV KD UHŴHMDGR OD KLVWRULR-
grafía de los países afectados, directa
o indirectamente, con la conquista de
América.
En cuanto a las expediciones, su-
frieron constantes contratiempos,
tuvieron que salvar multitud de obs-
W£FXORV\PXFKDVGHHOODVWHUPLQDURQ
en estrepitosos fracasos. Nadie regaló
QDGDSRUORTXHQRKD\TXHQHJDUOD
SHULFLD\ODFDSDFLGDGGHVDFULƓFLRGH
HVRVKRPEUHVTXHEXVFDQGRXQIXWX-
URPHMRUDWUDYHVDURQPDUHVYLROHQWRV
y desconocidos y recorrieron a pie
miles de kilómetros de selvas, desier-
tos, montañas y terrenos infestados de
enemigos que pretendían acabar con
ellos en cuanto se despistasen.
7DPSRFRKD\TXHROYLGDUTXHDSH-
VDU GH TXH KXER YLROHQFLD OD FRURQD
castellana siempre trató de moderarla
por su propio interés, y legislar para
tratar de defender a los nativos ame-
ricanos. Durante esos duros años fue-
ron emitidas las Leyes de Burgos y las
Leyes Nuevas de Indias para suavizar
HVHFKRTXHTXHVXSXVRHOHQFXHQWUR
de dos civilizaciones radicalmente dis-
tintas en todas las facetas de la vida. La
corona, a través de la Iglesia, llevó una
ingente labor de evangelización y de
educación de los nativos en los valo-
res occidentales y trasladó a América
todos sus conocimientos y su cultura
fusionándose con la ya existente, no
VXVWLWX\«QGROD 'H KHFKR ODV QXPH-
rosas ciudades que se fundaron de-
ELHURQHVSHUDUYDULRVVLJORVKDVWDTXH
las autoridades españolas decidieron
RUJDQL]DUXQHM«UFLWRUHJXODUTXHUHDO-
mente protegiera sus intereses.
CLÍO 73
Conquistadores españoles ARMADA

ARMADA
ESPAÑOLA

74 CLÍO
ORIGEN, OCASO
Y RENACIMIENTO
EN EL SIGLO XVIII
A FINALES DEL SIGLO XVII LA SITUACIÓN
DE LA ARMADA ESPAÑOLA ERA CRÍTICA,
CON UNOS BARCOS ESCASOS Y DE MALA
CALIDAD, INCAPACES DE HACER FRENTE A
LAS MONARQUÍAS RIVALES QUE ANSIABAN
CONTROLAR LAS RUTAS COMERCIALES QUE
UNÍAN EUROPA CON AMÉRICA. ESTA SITUACIÓN
CAMBIÓ EN EL SIGLO XVIII, CUANDO EMPEZARON
A DESTACAR UNA SERIE DE PERSONAJES
QUE, CON EL APOYO DE LA NUEVA DINASTÍA
BORBÓNICA, HICIERON DE LA ARMADA UNA
TERRIBLE MÁQUINA DE GUERRA QUE LLEGÓ A
ATEMORIZAR A LA TODOPODEROSA INGLATERRA.

WKZ:s/ZDZd1EͳW/EE

E
SPAÑA SIEMPRE MIRÓ HACIA EL MAR,
AL MENOS HASTA FECHAS MUY RECIEN-
TES. Después de nuestro largo y sufrido
proceso de reconquista, los principales rei-
nos cristianos quisieron ver más allá del ho-
rizonte buscando nuevas posibilidades de
expansión, tanto territorial como económi-
ca, lo que les llevó a aventurarse en mares
desconocidos y peligrosos.
Desde finales del siglo XV los intereses en política
exterior de la Corona de Aragón se orientaron hacia el
Mediterráneo, imponiendo su dominio sobre las islas de
Cerdeña y Sicilia, al igual que en el sur de Italia. Mientras
tanto, Castilla miró hacia el Atlántico y el norte de Áfri-
ca. La unión de ambas coronas durante el reinado de los
Reyes Católicos obligó al emergente Imperio hispánico a
hacer frente a un número cada vez mayor de compromi-
sos, ya que la defensa de los intereses aragoneses provo-

CLÍO 75
 Conquistadores españoles ARMADA

EL GRAN
MARINERO ESPAÑOL
DEL SIGLO XVIII
JORGE JUAN.

que únicamente podía conseguir-

se gracias al enorme esfuerzo que
protagonizó la Armada española
que durante 200 años logró man-
tener estas rutas abiertas. A lo lar-
go de estos dos siglos, los barcos
españoles se enseñorearon de los
mares, protagonizando hechos
heroicos al igual que dolorosos
fracasos.

LA GRAN CRISIS DEL có el choque con una Francia que
SIGLO XVII se reflejó en ya miraba de forma indisimulada
hacia la Península itálica con la in-
la marina, puesto que tención de imponer su dominio en
la total falta de recursos una zona ahora disputada con los
llegó a provocar el españoles.
Mientras tanto, la empresa co-
abandono de los barcos lombina puso en manos de Castilla
en los puertos, por falta un enorme imperio colonial, cuya
de personal e incluso de supervivencia sólo era posible si
antes se aseguraba el control de
repuestos para reparar las rutas comerciales entre Amé-
sus averías. rica y los puertos europeos, algo
EL ABANDONO DE LA MARINA
De esta forma llegamos a fina-
les del siglo XVII, especialmente
al caótico reinado de Carlos II,
cuando la decadencia española ya
era algo incontestable.
La gran crisis del siglo XVII se
reflejó en la marina, puesto que
la total falta de recursos llegó a
provocar el abandono de los bar-
cos en los puertos, por falta de
personal e incluso de repuestos
para reparar sus averías. Al mis-
mo tiempo, los astilleros españo-
les languidecían por el retraso de
los pagos, por la falta de pedidos
y, por supuesto, por los daños in-

76 CLÍO

͏^1^Yh͘͘͘
...desde el punto de vista de la
RƓFLDOLGDGHQJosé Patiño
FUHµODLQŴX\HQWH5HDO&RPSD³¯D
de Guardamarinas y la Academia
en Cádiz, que tan buenos
resultados dará en las siguientes
G«FDGDV"$OO¯ORVMµYHQHVRƓFLDOHV
conjugaban las enseñanzas
teóricas, imprescindible para
formar a los futuros hombres
de mar, con la práctica de los
antiguos veteranos que les
transmitían su compromiso con el
cuerpo y el amor a la Patria.
JOSÉ
PATIÑO.
fligidos por los ataques de unos
enemigos a los que no se podía
hacer frente.
Y es que durante la segunda mi-
tad del siglo XVII la situación de la
marina era mucho más que preca-
ria, con barcos arcaicos y escasos
en número que debían llevar a
cabo misiones de defensa desde
el Mediterráneo hasta las costas
del Pacífico.
Por si esto pueda parecer poco,
la ausencia de una política cen-
tralizadora, especialmente en lo
que se refiere a la Armada, con-
tribuyeron a restar operatividad a
nuestros escasos barcos. De esta
forma, nueve flotas sin ninguna
comunicación entre ellas, lan-
guidecían en unos puertos poco
protegidos. Las cuatro escuadras
de Galeras con 25 unidades distri-
buidas entre España, Nápoles, Si-
cilia y Génova, estaban llamadas
a desaparecer, ya que este barco
no podía hacer frente a los mo-
dernos navíos de línea que empe-
zaban a imponerse en el mar.
NAVÍOS DE
LÍNEA DEL
SIGLO XVIII.
NULA PROTECCIÓN
La Real Armada del Mar Océano,
encargada de proteger las costas
peninsulares sólo contaba con dos
navíos de 90 cañones, dos de 60 y
un patache de 40. Algo totalmen-
te insuficiente, si se tiene cuenta,
además, la desaparición de la Ar-
mada de Flandes.
Siendo importante la defensa de
nuestras costas, más lo era la pro-
tección de los barcos de mercan-
cías que venían del Nuevo Mundo,
para la cual la sólo se contaba con
once barcos de la Armada de la
Guarda de la Carrera de Indias,
uno de 70 cañones, para proteger
las rutas comerciales atlánticas.
Por su parte, la Armada del Cari-
be, una zona conflictiva y disputa-
da por varias potencias europeas,
sólo contaba con 4 barcos, uno
de 60 cañones; mientras que la
antigua Armada del Mar del Sur,
ni siquiera se podía considerar
como tal, ya que la ausencia de
cualquier navío de guerra obligó,
en más de una ocasión, a artillar
CLÍO 77
Conquistadores españoles ARMADA

barcos mercantes para defender-

se de ataques de los piratas.

TRAS EL REINADO DE CARLOS II

Si la situación era complicada a me-
diados de este siglo, empeoró mu-
chos más mientras según fue trans-
curriendo el reinado de Carlos II.
En 1694 las fuerzas navales es-
pañolas ya sólo contaban con diez
navíos, la mayor parte en desas-
trosas condiciones, por lo que a
partir de 1700 se debía recurrir a
los barcos franceses para proteger
las rutas comerciales.
Sin embargo, la desaparición de
los Austrias trajo consigo la en-
tronización de una nueva dinastía
con la que se produjo una notable
mejoría y, especialmente, un inten-
to de cambio de las anquilosadas
estructuras de tradición feudal
(las que pretendían conservar el
archiduque Carlos y sus aliados
en España) mediante un proceso
de centralización y concentración
operativa similar al modelo fran-
cés, que tan buenos resultados
estaba dando al otro lado de los
Pirineos.
LA CRISIS DURANTE EL REINADO DE
La racionalización en la gestión CARLOS II
de los asuntos públicos, al igual
que la centralización y el estable- DURANTE EL REINADO ƐĞĞŶĐŽŶƚƌĂďĂŶ͕ĂƉĂŐĂƌ ƉŽƌƉĂƌƚĞĚĞůĂƉŽďůĂĐŝſŶ
cimiento de un sistema más iguali- DE CARLOS II, LA ĐĂĚĂǀĞnjŵĄƐŝŵƉƵĞƐƚŽƐ͘ ĞƐƉĂŹŽůĂLJŵƵĐŚŽŵĞŶŽƐ
tario, desde el punto de vista legal ECONOMÍA ESPAÑOLA La Mesta también se ůĂŝŶĞdžŝƐƚĞŶĐŝĂĚĞƵŶ
y de las finanzas (al menos desde SE ENCONTRABA ƌĞƐŝŶƟſĐŽŶůĂĐƌŝƐŝƐ͕ ƉƌŽLJĞĐƚŽŶĂĐŝŽŶĂů͕ƐŝŶ
el punto de vista territorial) se con- EN SITUACIÓN CASI ŝŶĐĂƉĂnjĚĞƐŽďƌĞƉŽŶĞƌƐĞ ƵŶŵĞƌĐĂĚŽƵŶŝĮĐĂĚŽ͕
virtió en la piedra de base sobre la IRREVERSIBLE, con la ĂůƉƌŽďůĞŵĂĚĞůĂ en donde cada reino
que se sustentó el renacimiento de agricultura totalmente ĚĞƐƚƌƵĐĐŝſŶĚĞƉĂƐƚŽƐ ĐŽŶƐĞƌǀſƐƵƐƉƌŽƉŝĂƐ
la Armada. En apenas unos años, estancada y ajena como consecuencia de ůĞLJĞƐ͕LJƐƵƐƉƌŽƉŝĂƐ
esta volvió a convertirse en un te- ĂĐƵĂůƋƵŝĞƌƟƉŽĚĞ ůĂƐĐŽŶƟŶƵĂƐŐƵĞƌƌĂƐ ŝŶƐƟƚƵĐŝŽŶĞƐ͕ƐƵƐ
rrible herramienta bélica que hizo ŝŶŶŽǀĂĐŝſŶƋƵĞƉŽƚĞŶĐŝĂƐĞ ƉĞŶŝŶƐƵůĂƌĞƐ͘>ĂŝŶĚƵƐƚƌŝĂ ŵŽŶĞĚĂƐLJƉĞƐĂƐLJ
temblar a la propia Inglaterra. ƐƵƉƌŽĚƵĐƟǀŝĚĂĚ͘ů y el comercio dejaron ŵĞĚŝĚĂƐƉƌŽƉŝĂƐ͕ůŽ
Hombres como Patiño, el Mar- hambre, la guerra y las ƉƌĄĐƟĐĂŵĞŶƚĞĚĞĞdžŝƐƟƌ͕ que sin lugar a dudas
qués de la Ensenada o el Marqués ĞƉŝĚĞŵŝĂƐƉƌŽǀŽĐĂƌŽŶƵŶ ĂůŶŽƐĞƌĐĂƉĂĐĞƐĚĞ ƉĞƌũƵĚŝĐſůĂƐƌĞůĂĐŝŽŶĞƐ
de Vitoria, con el apoyo de la mo- ǀĞƌƟŐŝŶŽƐŽĚĞƐĐĞŶƐŽĚĞůĂ ƉŽĚĞƌĐŽŵƉĞƟƌĐŽŶůŽƐ comerciales entre las
narquía, hicieron de la Armada Es- ƉŽďůĂĐŝſŶ͕ĞƐƉĞĐŝĂůŵĞŶƚĞ ƉƌŽĚƵĐƚŽƌĞƐĞƵƌŽƉĞŽƐ ĚŝƐƟŶƚĂƐƌĞŐŝŽŶĞƐƋƵĞ
pañola una organización operativa ĞŶĞůĐĂŵƉŽ͕ĞŶĚŽŶĚĞ ŵƵĐŚŽŵĄƐĐŽŵƉĞƟƟǀŽƐ ĨŽƌŵĂďĂŶĞůƌĞŝŶŽ͘ŶĞƐƚĞ
gracias a la construcción de nue- ůŽƐĐĂŵƉĞƐŝŶŽƐƐĞǀŝĞƌŽŶ ƋƵĞůŽƐŶƵĞƐƚƌŽƐ͘ ĐŽŶƚĞdžƚŽůĂƐŝƚƵĂĐŝſŶĚĞůĂ
vos barcos y la formación de nue- ŽďůŝŐĂĚŽƐ͕ĂƉĞƐĂƌĚĞůĂ dĂŵƉŽĐŽĂLJƵĚſůĂƉĠƌĚŝĚĂ Armada se vio seriamente
vos oficiales. nefasta situación en la que ĚĞůƉŽĚĞƌĂĚƋƵŝƐŝƟǀŽ ĐŽŵƉƌŽŵĞƟĚĂ͘

78 CLÍO
 GRANDES NOMBRES
FLOTA ESPAÑOLA
CAPITANEADA Uno de los personajes que más
POR EL GRAN destacó en lo que realmente fue
MARINO
BLAS DE LEZO. la reconstrucción de la Marina de
Guerra española fue José Pati-
ño, un individuo dotado de gran
inteligencia y un sincero afán de
servicio al bien público. Para él la
mayor preocupación seguía sien-
do dotar a la Flota de Indias de los
medios necesarios para recuperar
la iniciativa en el mar y garantizar
la actividad comercial con los te-
rritorios españoles de ultramar.
Entre sus grandes logros des-
tacan la publicación de las Orde-
nanzas de la Armada de 1717, en
las que se centralizaban todas las
fuerzas existentes, la construcción
del Arsenal de la Carraca, la crea-
ción de las Compañías de Caballe-
ros Guardamarinas (que tan buenos
resultados dio) y el impulso para la
construcción de buques de guerra
para que la Armada contase con
ODVVXƓFLHQWHVXQLGDGHVFRQODVTXH
afrontar sus responsabilidades.
Su labor, unida a la existencia de
una estructura de estado mucho
más racional, tuvo como resultado
más inmediato la creación de una
flota compuesta, en el momen-
JUNTO A ESTAS
LÍNEAS, RETRATO to de su fallecimiento acontecido
DEL REY CARLOS II en 1736, de 34 navíos de guerra,
DE ESPAÑA.
15 fragatas y muchos más buques
menores (paquebotes, bombar-
das, balandras…). ¿Cómo fue po-
sible este acelerado renacimiento
de la Armada?
En primer lugar, porque después
del final de la Guerra de Suce-
sión se abrieron nuevos arsenales
tanto en España como en tierras
americanas. Más importante es,
si cabe, la elaboración de nuevos
planes para la construcción de
barcos más modernos, mientras
que, por otra parte, se insistió
en la importancia de asegurar el
abastecimiento de los materiales
necesarios para garantizar la ope-
ratividad de los navíos. Además

CLÍO 79
 Conquistadores españoles ARMADA

de hacer hincapié en la necesi-

dad de formar adecuadamente a
nuestros oficiales, se hicieron au-
ténticos esfuerzos para estable-
cer nuevos métodos que permi-
tieran la obtención de dotaciones
humanas para los barcos.
Este enorme trabajo de reor-
ganización de la Armada se lle-
vó a cabo a través de las nuevas
Secretarías de Estado, que elimi-
naron a los antiguos e inoperan-
tes Consejos de los Austrias. La
encomiable labor de José Patiño,
con el que se introdujo la Inten-
dencia de Marina, resultó decisi-
va en este sentido y para enten-
der el esplendoroso futuro de la
Armada en los siguientes años.

NUEVOS TIEMPOS
Ya en 1717 se publicaron las fa-
mosas Ordenanzas de Patiño,
consideradas como el punto de
arranque de un complejo desa-
rrollo legislativo para adaptar la
Armada a los nuevos tiempos.
Uno de los elementos a destacar
en este sentido es la ambiciosa
reorganización territorial llevada
a cabo por el mismo Patiño, que
en 1726 creó tres depar tamen-
tos marítimos: Nor te, Mediodía EL RESURGIR DE LA ARMADA
y Levante, en donde se constru-
yeron las tres bases navales que L A INTENDENCIA ƐĞǀŝŽƌĞŇĞũĂĚŽ͕ Blas de Lezo Ž͕ŵĄƐ
aún hoy siguen destacando por DE MARINA FUE ƉŽƐƚĞƌŝŽƌŵĞŶƚĞ͕ ƚĂƌĚĞ͕Jorge Juan͕LJ
su impor tancia; nos referimos a UN ORGANISMO en la aparición de en acciones navales
Ferrol, Cádiz y Car tagena. EFIC A Z, Y UNA algunos marinos ŐůŽƌŝŽƐĂƐ͕ĐŽŵŽůĂ
El Depar tamento Nor te te- INSTITUCIÓN ŝůƵƐƚƌĞƐ͕ĐŽŵŽPedro del San Ignacio de
nía asignada la vigilancia de los CENTR ALIZ ADA, Mesía de la Cerda͕ Loyola.
mares situados entre la frontera cuya misión fue
atlántica francesa y el nor te de la de gestionar
Por tugal. Al Depar tamento de los asuntos
Mediodía le correspondía la zona económicos y PEDRO MESÍA
>Z͕
situada entre el sur de Por tugal logísticos de la CAPITANEABA
hasta el cabo de Gata, y el De- Armada. Esto "EL GLORIOSO".

par tamento de Levante, desde se tradujo en

el cabo de Gata hasta la frontera un espectacular
con Francia. crecimiento
Poco después, en 1732, se dis- cuantitativo y
puso que todos los barcos de cualitativo que

80 CLÍO

guerra españoles debían arbolar
la bandera nacional, blanca con el
escudo de armas reales, pero dis-
tinguiendo las que se armaban en
Ferrol, Cádiz o Cartagena. No fue
hasta 1785, cuando tras un con-
curso convocado para elegir una
bandera para nuestros buques, se
adoptó la definitiva roja y gualda,
en un principio para los barcos de
guerra y más tarde para puertos y
fuertes costeros, tanto de la Ma-
rina como del Ejército. Como cu-
riosidad, debemos destacar que
la utilización de esta bandera se
popularizó durante la Guerra de
Independencia, por inspirar altos
sentimientos patrióticos, hasta
que en 1843 Isabel II la convirtió
en la Bandera Nacional.
”EL ÚLTIMO
COMBATE DEL
GLORIOSO”.
ÓLEO DE FERRER
DALMAU
MUSEO NAVAL
DE MADRID.
Otro de los aspectos que urgía
modificar era el que se refería a
la marinería, ya que hasta el siglo
XVII el empleo no tenía un carác-
ter permanente, lo que dificultaba
su efectividad.
Para solucionar este problema,
y dotar a nuestros barcos de unos
marineros más aptos para el ser-
vicio, se promulgó en 1737 la Or-
denanza de Matrícula, por la que
se establecía que sólo podían
ejercer la navegación los que se
hubiesen matriculado para servir
en los buques de la Armada. La
Ordenanza incluía nuevos privile-
gios: los matriculados quedaban
exentos del sor teo de quintas
para servir en el Ejército, no que-
darían sujetos a la justicia ordina-
ria sino a la de Marina, serían los
únicos que podrían par ticipar en
actividades pesqueras y de co-
mercio marítimo, podrían jubilar-
se a los 60 años (tras 30 de servi-
cio) conservando sus privilegios,
se les garantizaba la paga y, es-
pecialmente, se crearon nuevas
academias en donde se instruía
en el ar te de la navegación.
En lo que se refiere a la cons-
trucción de nuevos barcos cabe
destacar la labor de Bernardo
Tinajero y, especialmente, del
prestigioso diseñador de buques,
Antonio de Gaztañeta, que des-
de principios del siglo XVIII es-
tableció proporciones diferentes
para los buques de guerra con
respecto a los de tipo mercante,
consiguiendo barcos más rápidos
y maniobrables, superiores inclu-
so a los de los ingleses.
Por fin, los nuevos navíos espa-
ñoles empiezan a ser, nuevamen-
te, admirados y temidos en las
potencias extranjeras, lo que em-
pezó a preocupar a países como
Inglaterra, empeñados en asentar
su hegemonía mediante el control
de las rutas marítimas.
Después de este primer perio-
do, en el que es posible ubicar
cronológicamente la Guerra del
Asiento, tenemos una etapa en-
tre el 1750 y el 1765, en la que se
construyeron barcos de inspira-
ción inglesa siguiendo las direc-
trices del prestigioso navegante,
científico y espía alicantino, Jorge
Juan, enviado por el Marqués de
la Ensenada a Inglaterra para es-
tudiar la técnica que utilizaban los
barcos británicos. La excelencia
de su trabajo se dejó ver en la apa-
rición de estos navíos en los que
se conjugaba la ciencia y la técni-
ca, al igual que la robustez de su
estructura, haciendo que algunos
de ellos estuviesen operativos du-
rante cien años.
CLÍO 81
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

RECIENTEMENTE SE PRESENTABA UNA PROPUESTA DE LEY QUE ESTABLECÍA UN PERÍODO DE 25 AÑOS PARA
QUE PUDIERAN SER CONOCIDAS AQUELLAS MATERIAS DE CARÁCTER RESERVADO. CON ESTO SE PRETENDÍA
ACABAR CON EL DESCONOCIMIENTO NO SÓLO DE LOS SECRETOS OFICIALES, SINO TAMBIÉN DEL PLAZO
INDETERMINADO QUE ESTOS PODÍAN SERLO. SE QUERÍA ACABAR CON LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA SOBRE
SECRETOS OFICIALES DATADA DE 1968.
POR RODRIGO PALACIOS, AUTOR DE MOTIVOS PARA MATARΈ/dKZ/>,^Ή

82 CLÍO
L
OS SECRETOS MÁS SU-
GERENTES SON AQUE-
LLOS SOBRE LOS QUE
SE PUEDE ESPECULAR:
¿QUIÉN ERA EL “ELE-
FANTE BLANCO” DE-
TRÁS DEL 23F? ¿QUIÉN
MATÓ A KENNEDY?
¿QUIÉN ERA JACK EL DESTRIPADOR?
SON SECRETOS QUE, AL MENOS, SA-
BEMOS QUE EXISTEN. Sin embargo,
los verdaderamente endiablados son
aquellos de los que ni siquiera somos
conscientes de que tengamos que ha-
cernos preguntas.
El acceso a la información es una de
las asignaturas pendientes de nuestro
país. La reciente propuesta de reno-
vación de la Ley de Secretos Oficiales
ha refrescado el caso del cierre de los
archivos históricos del Ministerio de
Asuntos Exteriores y de los archivos
históricos del Ministerio de Defensa,
de cuyos motivos nunca se ha llegado
a recibir explicación alguna.
CÓMO SE DESCUBRIÓ EL CIERRE
En el año 2012, dos investigadores del
Departamento de Historia Contempo-
ránea de la Universidad Complutense
de Madrid se toparon con un secreto
del que nadie había tenido todavía no-
ticia. Álvaro Jimena Millán presentó en
marzo de aquel año una solicitud para
acceder a información sobre las rela-
ciones de España con China, Japón y
Filipinas entre 1975 y 1982. Por otro
lado, Carlos Sanz Díaz pidió acceso
a documentación sobre las relaciones
hispano-alemanas en 1970 y 1982.
A ninguno de los dos se les permitió
acercarse a la información requerida.
La secretaría técnica del Ministerio res-
pondió negativamente, alegando que
los documentos estaban afectados por
el acuerdo del Consejo de Ministros
del 15 de octubre de 2010 sobre polí-
tica de seguridad de la información de
Asuntos Exteriores.
Jimena y Sanz no cabían en su
asombro. Al tratar de informarse
sobre lo acontecido en el citado 15
de octubre de dos años antes, nin-
guna publicación oficial hacía men-
ción a ningún acuerdo semejante en
Consejo de Ministros. Esto podía ser
así en el caso de que dicho acuerdo
CLÍO 83
 Actualidad UNIÓN EUROPEA
ENTREVISTA A CARLOS SANZ
–Usted se encontró con el
cierre de los archivos del
Ministerio de Exteriores
a raíz de una solicitud
de acceso a información
que necesitaba para
continuar con un trabajo de
investigación. ¿Ha tenido que
recurrir a archivos de países
extranjeros?
–He avanzado buscando
otras fuentes, como prensa
y documentos publicados,
así como los fondos de
otros archivos españoles.
Pero la investigación no
está completa, y no podré
terminarla sin consultar
la documentación de
Exteriores, que es la central
para la cuestión que estoy
analizando. Afortunadamente
los archivos alemanes
están abiertos y he podido
encontrar mucha información
allí, así como en los archivos
de Estados Unidos.
–Deben de ser muchos
los investigadores que
se han visto afectados
por este cierre o por la
demora indefinida en la
desclasificación de los
documentos de Defensa.
–Nadie conoce el número
exacto de las investigaciones
estancadas o de las personas
afectadas. Antes del traslado
de la mayor parte de sus
fondos a otros archivos en
2012, Exteriores recibía unas
300 solicitudes de consulta
al año. Desde entonces se
han dado cifras muy bajas
de solicitudes de consulta
rechazadas por parte de la
Administración, lo que haría
pensar que los afectados son
84 CLÍO
muy pocos. Pero hay que
tener en cuenta que en los
últimos cinco años, muchos
estudiantes de doctorado
e investigadores han
renunciado a estudiar temas
internacionales o militares por
la imposibilidad de acceder
a determinados fondos,
o se han visto obligados a
reorientar sus investigaciones.
Directamente han renunciado
a solicitar la consulta de esos
fondos.
–2017 podría ser recordado
como el año de aprobación
de la nueva Ley de Secretos
Oficiales, a raíz de la
propuesta del PNV. ¿Qué
opina de este texto?
–Es una propuesta de
reforma de la ley de 1968
que va en la buena dirección,
en mi opinión. Lo más
destacable es que establece
plazos de desclasificación,
algo que ahora no tenemos.
El texto de todos modos
puede mejorarse: pueden
establecerse plazos más
breves aún para materias
que puedan abrirse antes por
interés científico, histórico
y social, o cuya clasificación
como materia reservada deje
de tener sentido porque su
revelación no vaya a afectar
a ningún interés esencial del
Estado.
–¿Cree que 25 años son
pocos para un país con una
historia reciente tan agitada
como la nuestra?
–25 años es un plazo
homologable al que se
observa en otros países. Para
algunos documentos sobre
materias sensibles, como
espionaje o cooperación
militar, no es inusual que se
establezca un plazo mayor,
de 40 o 50 años, por ejemplo.
Sin embargo, lo importante
es que la clasificación sea
la excepción en lugar de la
norma, que esté sujeta a
plazos previsibles, y que haya
mecanismos transparentes de
clasificación y desclasificación.
A este respecto, las
particularidades de la historia
española no pueden justificar
excepciones. Países con
historias tan traumáticas
o más como la nuestra
han abierto hace mucho
sus archivos, porque el
conocimiento del pasado es
clave para cualquier sociedad
democrática.
–Es evidente que la
modificación de la
LSO beneficiaría a los
investigadores pero, ¿saben
si ocurriría lo mismo en el
caso concreto de los archivos
declarados secretos en el
acuerdo de Consejo de
Ministros de 2010?
–En principio sí, porque la
ley está por encima de los
acuerdos del Consejo de
Ministros. Pero dependería
de si la reforma se aplica
con carácter retroactivo o
no, y de qué establezca la
modificación sobre los plazos
de acceso. Es de esperar
que los parlamentarios que
redacten la reforma de la
LSO tengan en cuenta toda
la casuística que generaría
un texto no suficientemente
claro, para evitar que la
situación se embrolle aún
más.
fuera un secreto; uno del que nadie
había sabido antes nada.
Carlos Sanz insistió en conocer el
contenido de aquella reunión, y tres
meses después recibió la respuesta
oficial. El documento no era extenso,
apenas cuatro páginas. La introduc-
ción ocupaba gran parte de las dos
primeras. Se abría espacio para la lista
de temas que habían pasado a quedar
guardados bajo llave. Y el panorama
era desalentador, ya que la práctica
totalidad de la información concer-
niente a las relaciones diplomáticas
de España estaban recogida dentro de
aquellos diecisiete implacables epí-
grafes: estrategias en negociaciones
políticas de seguridad, económicas y
comerciales; posiciones españolas en
conflictos internacionales o internos;
despliegue de unidades españolas y
aliadas tanto en España como en mi-
siones internacionales; acuerdos de
seguridad y defensa con otros países;
asuntos relacionados con crímenes de
trascendencia internacional…
Apenas se hizo pública la noticia, el
resto de investigadores se echaron las
manos a la cabeza. No tenía ningún
sentido. El efecto de la prohibición al-
canzaba a legajos de los fondos histó-
ricos que databan del siglo XV.
El texto del Consejo de Ministros
explicaba en la introducción que la
clasificación tenía por objeto “evitar
que asuntos que afectan a la política
exterior de España se vean desprotegi-
dos”. Era un argumento comprensible
para referirse a hechos que estuvieran
teniendo lugar en la actualidad o que,
aun habiendo ocurrido años atrás,
fueran lo bastante sensibles como
para suponer una amenaza contra la
seguridad de nuestro Estado o de es-
tados amigos. Pero la pregunta era:
¿realmente toda aquella inmensidad
de fondo documental tenía la misma
importancia? Evidentemente, no.
LOS 10.000 DOCUMENTOS DE DEFENSA
Los archivos históricos de Exteriores
no fueron los únicos que acarrearon
disgustos a los investigadores en 2012.
Aquel mismo año se produjo otro
hecho igualmente grave, que afectaba

a un buen número de papeles del Mi-
nisterio de Defensa.
Siendo ministra Carme Chacón, el
ejército realizó un extenso análisis de
documentos para terminar por elaborar
una lista de elementos cuya desclasifi-
cación ya no se consideraba que entra-
ñara peligro alguno para la seguridad
del Estado. Allá por 2011, la ministra
solicitó la desclasificación de aquellos
10.000 papeles del período compren-
dido entre 1936 y 1968, esto es, desde
el comienzo de la Guerra Civil hasta
bien entrada la segunda mitad de la
dictadura de Francisco Franco. Se pre-
sentó como “la mayor desclasificación”
de la historia de España. La comunidad
académica, como es lógico, se frotaba
las manos.
El equipo de Defensa encargado de
la catalogación adelantaba que entre
los fondos analizados había informa-
ción sobre actividades de censura,
expedientes sobre desertores y des-
terrados, batallones de trabajo, cam-
pos de concentración, actividades de
espionaje español en la etapa de la
dictadura, planes de respuesta ante
posibles invasiones extranjeras y do-
sieres políticos afectos al protectorado
de Marruecos y a la cesión de material
bélico por parte de Estados Unidos…
Un verdadero tesoro gracias al cual se
podrían esclarecer asuntos de nuestro
pasado reciente que hasta el momento
habían permanecido buceando entre
los rumores.
MINISTERIO DE DEFENSA
CARME CHACÓN EN SUS LABORES
COMO MINISTRA DE DEFENSA
DURANTE EL GOBIERNO SOCIALISTA.
Pero una vez más, las esperanzas bablemente haya provocado inquietud
de los investigadores quedaron con- ante la hipotética sensibilidad en el ac-
denadas al ostracismo con un sonoro ceso a nuestra información clasificada.
portazo en las narices. El cambio de Empezando en 2007 nos encon-
Gobierno trajo consigo la negativa del tramos con la detención de Roberto
nuevo ministro de Defensa, Pedro Mo- Flórez, exagente del CNI acusado de
renés, que en 2012 declaró inadmisi- llevar a cabo una filtración de datos
ble la desclasificación alegando “que secretos de bastante envergadura. La
la difusión de determinada informa- investigación demostró que Flórez
ción podría perjudicar las relaciones consiguió reunir documentación sobre
diplomáticas de nuestro país y dañar la denominación y claves internas de
a terceros”. los diferentes organismos del Centro,
su estructura, sus delegaciones en el
ESPECULANDO SOBRE LOS MOTIVOS exterior y hasta un listado de su perso-
Si bien no ha habido una respuesta nal por orden alfabético. La abogacía
oficial específica sobre los motivos del del Estado no llegó a demostrar que la
cierre –más allá de la consabida cau- información hubiera pasado a manos
tela genérica frente al “peligro para la extranjeras, pero sí fue evidente que,
seguridad nacional”–, se ha especu- de haberlo logrado, habría sido “sus-
lado mucho sobre las posibles razones ceptible de perjudicar la seguridad na-
que han llevado a que ambos archivos cional o la defensa nacional”.
hayan quedado sellados en 2012. Nin- El siguiente incidente de importan-
guna fuente gubernamental ha concre- cia ocurrió cuando en el año 2008
tado las causas, pero echando la vista resonaron ecos de un informe que el
atrás nos encontramos con una suce- Parlamento Europeo había publicado
sión de acontecimientos que muy pro- dos años antes declarando que exis-
Siendo ministra Carme Chacón, el ejército realizó un
extenso análisis de documentos para terminar por
elaborar una lista de elementos cuya desclasificación
YA NO SE CONSIDERABA QUE ENTRAÑARA
PELIGRO ALGUNO para la seguridad del Estado.
CLÍO 85
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

REFUGIADOS ESPAÑOLES EN EL tía evidencia de una “supuesta utili-

CAMPO DE INTERNAMIENTO DE
Z'>^ͳ^hZͳDZ͕&ZE/͘
GRANDES DESCONOCIDOS
LA DESCLASIFICACIÓN Existieron, en todo
DE DOCUMENTACIÓN caso, elementos comunes
POSTERIOR AL AÑO en ambos bandos. El
1936 podría ayudar a primero de todos fue
completar importantes la desorganización,
huecos de información y caracterizada en el caso
despertaría la conciencia de las Checas por el
sobre un episodio tan hecho de que, antes de
traumático como la guerra. que el gobierno tomara
Fueron diferentes los cartas en el asunto,
modos en los se retuvo ya existían grupos
a los apresados durante comunistas y anarquistas
la Guerra Civil. El bando que habían creado
nacional utilizó campos sus propios centros de
de concentración. En retención de prisioneros.
sobre tratamiento de
prisioneros de guerra.
Ambos bandos recurrieron
al uso de la tortura o el
trabajo forzado. Ambos
fueron ejemplos de
legitimación de la violencia
como manera de reducir la
fuerza del enemigo.
Existieron Checas a lo
largo de todo el territorio,
aunque con especial
relevancia en Madrid,
Valencia y Barcelona.
Se hizo especialmente
zación de países europeos por la CIA
para el transporte y la detención ilegal
de presos”. Posteriormente, se con-
cretó la cifra de 1.245 escalas de vue-
los de la CIA en aeropuertos europeos
transportando a presos destinados a
la base militar de Guantánamo. En
línea con este asunto saltó la alarma
cuando, en noviembre de 2008, El
País tuvo acceso a la documentación
secreta que más tarde sería conocida
como los “papeles de Guantánamo”,
con los que quedaba demostrado que
los vuelos de aquel conjunto que ha-
bían cruzado por territorio español lo
hicieron con consentimiento de nues-
tro Gobierno. A raíz de esta filtración,
el entonces ministro de Asuntos Exte-
riores y Cooperación, Miguel Ángel
Moratinos, anunció la necesidad de
ÁNGEL CANTERO

el bando republicano, Asimismo, en el lado famoso, el Comité

en cambio, se extendió franquista hubo mucho Provincial de Investigación
como fenómeno principal de improvisación en el Pública o la de La
el de las Checas: grupos establecimiento de los Escuadrilla del Amanecer.
que actuaban a modo supuestos campos dado el En cuanto a los
de policía política con el crecimiento del número de campos de concentración
objetivo de capturar a prisioneros a medida que del bando nacional,
personas sospechosas avanzaba el conflicto. también los hubo a
de simpatizar con el Como segundo lo largo y ancho de la
enemigo, y cuyo nombre elemento común Península, destacando por
provenía de las “ChK” podemos mencionar un importancia los de Miranda
rusas (abreviatura funcionamiento al margen de Ebro, y Albatera,
de “Chrezvytchatna de la legalidad o de la fundado al acaba la guerra PEDRO MORENÉS DETUVO LA
a Komissia”, esto es, observación de cualquier a partir de un campo de INICIATIVA DE CARME CHACÓN PARA
comisión extraordinaria). acuerdo internacional trabajo republicano. DESCLASIFICAR DOCUMENTOS.

86 CLÍO

tomar medidas en la revisión de la
manera en la que España clasificaba
sus documentos.
El año siguiente (2009) fue testigo
de nuevos asaltos contra la seguridad
de la información del Estado cuando
se produjeron más de 40 ataques in-
formáticos graves contra institucio-
nes clave, entre los que figuraban
dos ataques directos contra el CNI y
otros dos contra el Centro Criptológico
Nacional, el órgano que garantiza la
seguridad de las tecnologías de la in-
formación en la Administración y que
depende del propio CNI.
Y 2010 fue, seguramente, el año
más pródigo de lo que llevamos de
siglo en cuanto a filtraciones de in-
formación secreta se refiere. En el
mes de julio dio comienzo el in-
ternacionalmente conocido como
“escándalo Wikileaks” con la pu-
blicación masiva de más de 90.000
documentos confidenciales sobre la
guerra de Afganistán, en los que se
desvelaban detalles de operaciones
encubiertas de EE.UU. para asesinar
a líderes enemigos con intención de
evitar la intromisión de la justicia, o
muertes de civiles no reconocidas por
su ejército.
Una filtración de semejante calado
sufrida por la nación más poderosa
del planeta pudo terminar de poner
los pelos de punta a nuestro Gobierno,
para que llegado el 15 de octubre tu-
viera lugar la mencionada reunión se-
creta del Consejo de Ministros, en la
que se decidió bloquear la puerta de
acceso a multitud de información.
Probablemente, hubo quien resopló
aliviado cuando se encontró con lo
que quedaba por llegar. En noviem-
bre, EE.UU. recibiría un nuevo ba-
tacazo cuando Wikileaks atacó de
nuevo publicando más de 250.000
cables del Departamento de Estado
que dejaban al descubierto numero-
sas indiscreciones diplomáticas.
Al contrario que en otros países de nuestro
entorno, UN EPISODIO QUE SE HACE
SECRETO EN TERRITORIO ESPAÑOL PUEDE
PERMANECER ASÍ PARA SIEMPRE.
ARCHIVOS RESPECTO A LO
ACONTECIDO DURANTE LA GUERRA
CIVIL ESPAÑOLA SE HARÍAN PÚBLICOS
DE PRODUCIRSE LA DESCLASIFICACIÓN.
NUESTRA LEY DE SECRETOS OFICIALES
El cierre de nuestros archivos históricos
y la ausencia de explicación sobre los
motivos reales del mismo era solo la
punta del iceberg. Lo verdaderamente
frustrante ha sido siempre el descono-
cimiento de la duración de una situa-
ción semejante.
La legislación española vigente sobre
secretos oficiales data de 1968, en
plena dictadura, y solo fue modificada
levemente diez años después. Está tan
denostada que atribuye la potestad
para clasificar documentos, además de
al Consejo de Ministros, a la Junta de
Jefes de Estado Mayor (JUJEM), orga-
nismo que ya no existe como tal dentro
del organigrama de nuestro ejército. Es
un detalle que da cuenta del abandono
al que se ha visto sometido el texto, y ni
siquiera es el más importante. Lo rele-
vante de aquella ley es todo aquello de
lo que carece: no define el número de
años que un determinado documento
debe permanecer bajo custodia guber-
namental antes de ser desclasificado.
Esto significa que, al contrario que
en otros países de nuestro entorno, un
CLÍO 87
 Actualidad UNIÓN EUROPEA
EL ORIGEN DEL CNI
El grupo encargado de la revisión de los
10.000 documentos del fondo histórico
del Ministerio de Defensa aseguran que
parte de la información corresponde con
acciones de espionaje durante la etapa del
franquismo. Fue en aquel tiempo cuando
se cimentaron las bases de los servicios de
inteligencia españoles.
Al igual que ocurre con otros órganos del
nuestro sistema democrático, los servicios
de inteligencia tienen origen en precedentes
organizaciones de carácter militar que
fueron transformadas durante el transcurso
de la transición para adaptarlas a las nueva
realidad social hacia la que se aspiraba
llevar a España. El CNI fue precedido del
CESID (Centro Superior de la Defensa), que,
a su vez, provenía del viejo SECED (Servicio
Central de Documentación), creado por
Carrero Blanco en la década de 1970 a
partir de la Organización Contrasubversiva
Nacional.
La OCN tiene origen en la preocupación
que en España provocaron las revueltas
estudiantiles de mayo de 1968 en Francia.
El Gobierno comenzó a tomar conciencia
de la importancia que podía tener un
grado semejante de rebeldía dentro
de nuestras aulas, motivo por el que se
iniciaron movimientos de infiltración en
la universidad. A partir de los informes
generados fue posible tomar un mejor
pulso al entorno estudiantil. A raíz de los
resultados, otros ministerios solicitaron
contar con un servicio similar, y el espionaje
interno se extendió a otros ámbitos.
Más adelante, Carrero Blanco contaría
con el SECED para el diseño de un plan de
acción en caso de una hipotética muerte de
Franco. El éxito más conocido del SECED fue,
sin duda, la Operación Lobo, consistente en
la infiltración de un topo dentro de ETA y
que facilitó la detención de más de la mitad
de los miembros de la banda.
88 CLÍO
secreto que se hace secreto en territo-
rio español puede permanecer así para
siempre.
VIENTOS DE CAMBIO
El pasado mes de noviembre fue admi-
tida a trámite por un estrecho margen
una propuesta de ley, presentada por el
PNV, para actualizar nuestra oxidada
ley de secretos. Incluía el estableci-
miento de 25 años de duración para las
materias secretas (más una ampliación
de otros 10 años en ciertos casos) y 10
años para las reservadas, y limitaba la
potestad de clasificación de documen-
tos al Consejo de Ministros. Sería un
gran avance, desde luego, pero esta
despertó ciertos recelos porque su ar-
tículo quinto estipulaba un efecto de
carácter retroactivo para su puesta en
práctica. Si la ley se hiciera efectiva
mañana, todos los secretos de más de
25 años de edad que guarda el Estado
tendrían que pasar a conocimiento qué futuro los espera. El hecho de que
público de forma inmediata. Viajando en 2010 fueran consideradas secretas
atrás en el tiempo, 25 años nos lleva todas aquellas materias que hasta en-
a 1992, lo que implica que se abrirían tonces no lo eran, ¿significa que habría
las arcas informativas sobre multitud de que esperar hasta 2035 para volver a
hechos anteriores plagados de incógni- tener acceso a ellas? La respuesta, a
tas: la dictadura, la transición, el 23-F, decir verdad, es algo difusa, lo que
la guerra contra el terrorismo… Suena quizá indique una necesaria revisión
descabellado. Es de suponer que desde de aquel dictamen al mismo tiempo
el momento en que se planteó la posibi- que se revisa la Ley de Secretos.
lidad de aprobar una ley de este tipo, el
Gobierno habría preparado un plan de UNA CARTA PARA TODO AQUEL
contingencia para otorgar ese plazo de QUE QUIERA LEERLA
emergencia de otros diez años a multi- Desde que se produjo la clausura de
tud de asuntos que no interese que hoy los archivos, los investigadores no
día pongan los pies en la calle.
En todo caso, la propuesta del PNV
era un tanto escasa. No entraba en
detalle sobre la manera en la que se
realizaría la gestión documental, lo
que no permitía que aquellas personas
interesadas en la desclasificación de
un determinado documento contaran
con la posibilidad de realizar un mí-
nimo seguimiento del estado en el que
se encontraba durante los años en los
que permanecía a resguardo. En defini-
tiva, era una propuesta que continuaba
siendo un tanto opaca.
Para el caso concreto de los archivos
que fueron cerrados por Exteriores, por
ejemplo, cabe la duda de preguntarse

se han quedado de brazos cruzados.
Carlos Sanz y Álvaro Jimena forman
parte de un grupo de más de 300 pro-
fesionales del mundo académico, pe-
riodistas, historiadores, archiveros y
otros ámbitos sociales en pos de un fin
para un cierre que consideran “injus-
tificable”. Tardaron poco en preparar
una carta en la que exigieron “la in-
mediata reapertura de dichos fondos
y la garantía de su accesibilidad para
todos los investigadores en el plazo
más breve posible”, al considerar que
“de ninguna manera cabe justificar las
trabas que se está imponiendo al ac-
INFORMACIÓN RELATIVA AL GOLPE
DE ESTADO DEL 23 DE FEBRERO DE
1981 PERMANECE OCULTA BAJO LA
LEY DE SECRETOS OFICIALES.
ceso a dicha documentación histórica
por medio de argumentos inverosími-
les”. Pusieron de manifiesto el enorme
perjuicio que la situación suponía
para multitud de trabajos de investi-
gación llevados a cabo en España y
en el extranjero, pero también quisie-
ron recalcar que consideraban el cie-
rre como un “daño a la imagen y el
prestigio del país más allá de nuestras
fronteras, así como la degradación de
la calidad de la democracia española”.
La carta, en definitiva, no era una
solicitud de reparación por una
afrenta profesional, sino que fue es-
crita en aras del beneficio social,
entendiendo que, sin el acceso a la
información de su propia historia era
imposible para la población “hacer
del conocimiento crítico de su pa-
sado la mejor guía para una construc-
ción consciente de su futuro”.
Detrás de aquella misiva llegaron
muchas respuestas y reacciones po-
líticas, y no puede negarse que se
produjeran avances. Los archivos de
Exteriores fueron divididos en dos
porciones y trasladados a nuevos em-
plazamientos. Los anteriores a 1930
se encuentran en el Archivo Histó-
rico Nacional, y ya pueden ser con-
sultados. Una pequeña victoria. Sin
EL HEMICICLO VOTA LA LEY PROPUESTA
POR PNV PARA LIMITAR LOS AÑOS QUE
UN ARCHIVO PERMANECE BAJO LA LEY DE
SECRETOS OFICIALES.
embargo, los posteriores a 1930 aca-
baron en el Archivo General de la Ad-
ministración, y como criterio general
no se permite el acceso a ellos.
De los archivos históricos de De-
fensa no ha vuelto a saberse nada. De
vez en cuando surgen promesas de
revisión por parte del Ministerio, pero
luego terminan por silenciarse y todo
queda otra vez como al principio.
El proceso sigue alargándose. Los
pasos pequeños abren fugaces huecos
para la esperanza. Tal vez 2017 sea el
año del nacimiento de una nueva ley
de secretos, medio siglo después de la
última, que ayude a convertir a nuestra
democracia en una más parecida a la
que merecemos. O tal vez todo vuelva
a quedar bloqueado. Quién sabe.
Mientras tanto, al margen de las
dificultades, la resistencia de los in-
vestigadores es puesta a prueba día a
día. Son muchos los que han tenido
que acudir a archivos extranjeros en
busca de información para intentar
terminar sus trabajos sobre el mismo
país en el que nacieron y residen.
Una situación rocambolesca.
Ocurra lo que ocurra, hay una cosa
de la que podemos estar seguros: no
van a darse por vencidos. Nunca lo
han hecho.
CLÍO 89
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

VENTANAL DEL PARLAMENTO

EUROPEO.

90 CLÍO
LA LARGA MARCHA
HACIA EUROPA
HISTORIA DE LA INTEGRACIÓN DE
ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA

>EdZ^WHE>hE/MEhZKWΈhΉEK^/MhEE'K//MEWhEdh>͕^/EK
Yh^dZdMhEdZ:K/>dKE>d/DWK͕E>Yh:h'ZKEhEWW>/DWKZdEd
/&ZEd^&/'hZ^WK>1d/^Eh^dZKW1^͘&/E>DEd͕^h,^/ME>^KDhE/^
hZKW^͕&/ZDK>ϭϮ:hE/KϭϵϴϱWKZ>WZ^/Ed>'K/ZEK&>/W'KE>͕
WKE1&/E>WZ1KK/^>D/EdK/EdZE/KE>E>Yh^EKEdZ^WH^
YhZ>^'hE'hZZDhE/>͘

WKZDǒE'>^>MW>/^

A
NTES DE ADEN-
TRARNOS EN LAS
COMPLEJAS Y DILA-
TADAS NEGOCIA-
CIONES QUE NOS
CONDUJERON A mente, el sistema político español suponía
LA INTEGRACIÓN
DE ESPAÑA EN LA
COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA
Y QUE SE EXTENDIERON DURANTE
OCHO LARGOS AÑOS, ENTRE 1977 Y
1985, ES IMPORTANTE SUBRAYAR, EN
PRIMER TÉRMINO, EL AISLAMIENTO
INTERNACIONAL EN EL QUE ESPAÑA
SE ENCONTRABA SUMIDA DESDE EL
FINAL DE LA SEGUNDA GUERRA MUN-
DIAL, consecuencia directa de las relacio-
nes que Franco había mantenido con las
potencias del Eje y la propia naturaleza
dictatorial de su régimen.
Como apuntan las acertadas tesis de
Charles Powell, director del Real Instituto
Elcano, España estaba fuera cuando empe-
zaron a sonar los primeros compases del
proceso de creación de una nueva Europa
que, aunque el gobierno de Franco se es-
forzó por superar a lo largo de la década
de los sesenta, apenas tuvo éxito. Real-
una anomalía en el seno de Europa, lo que
obligó a las autoridades comunitarias a di-
señar una política de condicionalidad de-
mocrática. Es decir, mientras en España no
imperara un régimen democrático, nuestro
país quedaría fuera de los foros de decisión
europeos. No obstante, la Europa demo-
crática siempre abogó por la condena sin
paliativos al régimen político en sí, pero sin
JHLYLUSHY\W[\YHWHYHWVKLYPUÅ\PYWVZP[P-
vamente en el desarrollo socioeconómico
del país.
Dentro de estos parámetros transcu-
rrieron los años sesenta, hasta alcanzar el
Acuerdo Preferencial de 1970, que esta-
blecía un vínculo cada vez más explícito
entre la adhesión de España a la Comuni-
dad Europea y el acceso a la democracia,
es decir, entre la democratización y la eu-
ropeización del país. Y así lo entendieron
los agentes políticos, sociales y económi-
cos del momento.
UNA ESPAÑA NO DEMOCRÁTICA
Si retrotraemos el análisis a los orígenes y
objetivos fundacionales del proyecto de
integración europeo, las relaciones entre
la España del General Franco y las institu-
ciones comunitarias iniciales difícilmente
podían haber sido fáciles. Las Comunida-
des Europeas que surgieron a mediados
del siglo XX pretendían, como objetivo
irrenunciable, superar las consecuencias
del período de entreguerras. Por lo tanto,
España y sus circunstancias eran vistas por
la mayoría de los europeos como el fantas-
ma anacrónico de una época felizmente
superada. No está de más recordar, que,
junto con Finlandia, España fue el único
país de la Europa occidental excluido del

>1K 91
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

Plan Marshall y, por extensión, de todas las

organizaciones surgidas bajo el paraguas
de la política norteamericana de recons-
trucción del Continente.
Como no es difícil comprender, un ré-
gimen como el español no podía tener
cabida en el Consejo de Europa ni en la
Organización del Tratado del Atlántico
5VY[L,UKLÄUP[P]HSHL_JS\ZP}UKLSH,Z-
paña franquista del incipiente proceso de
integración europeo se produjo a instancia
de las propias democracias europeas, con-
denando a nuestro país a una dependen-
cia extrema de los Estados Unidos. Pero
ninguna de ellas se negó a comerciar con
España, en la seguridad de que un bloqueo
económico dañaría más a la población
que al régimen que se pretendía hostigar.
,ZT\`NYmÄJHSHHÄYTHJP}UKLSTPUPZ[YV
de Asuntos Exteriores francés del momen-
to, Georges Bidault, durante un debate ce-
lebrado en la Asamblea Nacional francesa,
sobre la llamada "cuestión española": "Il
ACTUAL PARLAMENTO EUROPEO EN
n’y a pas d’oranges fascistes; il n’y a que BRUSELAS, BÉLGICA.
des oranges" ("No hay naranjas fascistas,
solo naranjas").
A pesar de las escasas simpatías que des- LA CEE NACE AL MARGEN DE ESPAÑA Castiella, se desplazó a París para mante-
WLY[HIHLSYtNPTLUKL-YHUJVHSVSHYNVKL La creación, en 1951, de la Comunidad ner una reunión con el General Charles
la década de los cincuenta las democracias Europea del Carbón y el Acero (CECA) de Gaulle, en septiembre de 1959, y con
europeas estrecharon lazos comerciales y apenas tuvo impacto en España, debido a Maurice Couve de Murville el mes si-
económicos con España. Y gracias al de- la escasa importancia de ambos sectores guiente, con motivo de la celebración del
cidido apoyo norteamericano, en noviem- en la economía nacional. Por tanto, Espa- trescientos aniversario del Tratado de los
bre de 1950, la ONU revocó las sanciones ña no fue invitada a participar en el proce- Pirineos. Todo parecía indicar que España
JVU[YH -YHUJV WLYTP[PLUKV LS YL[VYUV KL so de creación del citado organismo euro- podía tener cabida en el proyecto gaullista
los embajadores a Madrid y el ingreso de peo, pero tampoco lo fue a tomar parte en la "Europa de las Patrias", aunque Madrid
España en la Organización Mundial de la SHZULNVJPHJPVULZX\LJVUK\QLYVUHSHÄY- también hizo lo posible por ganarse la
Salud (1951), en la UNESCO (1952) y en ma de los Tratados de Roma de 1957, que JVUÄHUaHKLSH9LW‚ISPJH-LKLYHSKL(SL-
la Organización Internacional del Trabajo dieron lugar al nacimiento del Euratom y THUPHX\LLUHX\LSTVTLU[VYLHÄYTHIH
(1953). A otro nivel, pero también determi- de la Comunidad Económica Europea. A su hegemonía política y defensiva en el
UHU[L JVU[YPI\`} LS *VUJVYKH[V ÄYTHKV WLZHYKLSHKPÄJ\S[HKLUSHX\LZLTV]xHU Continente.
con el Vaticano en agosto de 1953. Más las relaciones, en aquel año los seis países Castiella visitó Bonn en 1959 y el mí-
tarde, en 1958, España ingresaría igual- fundadores de la Comunidad compraban tico ministro de Economía alemán y pa-
TLU[LLULS-VUKV4VUL[HYPV0U[LYUHJPV- el 30% de las exportaciones españolas y dre de su milagro económico, Ludwig
nal y en el Banco Mundial. vendían a nuestro país el 23% de sus im- Erhard, le devolvió la visita en mayo de
Sin embargo, los acuerdos de 1953 con portaciones. 1961. Algo similar sucedió en relación
Estados Unidos tuvieron también conse- Llegados a este punto, el ministro de con el Reino Unido, siempre reticente a
cuencias negativas para las relaciones de Asuntos Exteriores español, Fernando nuestra incorporación a Europa. La susti-
España con la Europa democrática, si te-
ULTVZLUJ\LU[HX\LLZ[HZLILULÄJP}KL
la contribución española a la defensa oc- Mientras en España no imperara un régimen
cidental, a través de las bases americanas democrático, NUESTRO PAÍS QUEDARÍA FUERA
en nuestro suelo, sin tener que dar nada a
cambio.
DE LOS FOROS DE DECISIÓN EUROPEOS.
92 CLÍO
 SOLICITUD DE ASOCIACIÓN
PRESENTADA POR CASTIELLA A LAS
COMUNIDADES EUROPEAS EN 1962.

tución del laborista Anthony Eden por el

LA DEMOCRATIZACIÓN DE ESPAÑA conservador Harold MacMillan permitió
el intercambio de visitas ministeriales en-
[YL ` -\LHÄUHSLZKLLZ[L‚S[P-
ES CLARIFICADOR situación. Hay que hecho mismo de mo año cuando el Reino Unido formalizó
EN ESTE SENTIDO PRGHUQL]DUVH\SDUD formar parte de ella. La su solicitud de adhesión a la Comunidad,
EL TEXTO QUE ello será necesario adhesión lleva consigo incorporándose a la determinante Políti-
UTILIZABA RAIMUNDO enfrentarse a la aceptación del acervo JH(NYxJVSH *VT‚U X\L ]LYxH SH S\a LU
BASSOLS, Embajador determinados grupos comunitario. Pero,  ;VKVLSSVZLWLYÄSHIHJVUULNH[P]P-
de España ante la de presión. Es difícil además, en los tiempos dad para las exportaciones españolas. Las
Comunidad entre 1977 y tomar la decisión de que corren, no hay medidas aprobadas por Bruselas y la pos-
1982, sobre las razones cambiar legislaciones apenas dudas, ni entre [LYPVYÄYTHKL\UHJ\LYKVKLHZVJPHJP}U
TXHMXVWL¿FDEDQOD en una democracia los partidos políticos ni con Grecia en julio de 1961, no hicieron
VROLFLWXGGHDGKHVLyQ nueva, por temor a las en la ciudadanía, sobre ZPUVJVUÄYTHYSHZVZWLJOHKLX\L,ZWH-
"La Comunidad Europea, repercusiones que el la conveniencia de entrar ña resultaría seriamente perjudicada en el
en los últimos años, ha hecho en sí pudiera en Europa. Es fácil de U\L]VTHWHLJVU}TPJVL\YVWLVX\LZL
adoptado una legislación tener. La adhesión marca explicar que nuestras estaba dibujando.
PRGHUQD\H¿FD]HQORV el camino del progreso, transformaciones Franco y su alter ego, el almirante Carre-
aspectos económicos sin coste político legislativas son la ro Blanco, contemplaban la Comunidad
y sociales. España se alguno en la contienda consecuencia lógica JVUYLJLSV`UVKLZLHIHUX\LLSYtNPTLU
debate en cambio en electoral interna, ya de la aceptación de la fuera humillado ante un eventual rechazo,
una maraña de viejas que la transformación opción europea, evitando pero los tecnócratas lograron convencer-
estructuras legislativas, legislativa y la con ello el coste político SLZ,ZWH|HKLIxHHZWPYHYH una asociación
algunas obsoletas, PRGHUQL]DFLyQVH que las transformaciones susceptible de llegar en su día a la plena
defendidas por sectores nos imponen desde jurídicas podrían integración  JVTV L_WSPJHIH SH ZVSPJP[\K
de la sociedad que fuera, desde la propia acarrear en unas nuevas ÄUHSTLU[LWYLZLU[HKHWVY*HZ[PLSSHLUML-
VHEHQH¿FLDQGHWDO Comunidad, por el elecciones". brero de 1962.

CLÍO 93
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

LA SOLICITUD DE CASTIELLA
En respuesta a tal solicitud, la Comisión
Política de la Asamblea Parlamentaria de la
Comunidad aprobó una resolución basada
en el famoso "Informe Birkelbach", según
la cual "los Estados cuyos gobiernos no tie-
nen una legislación democrática, y cuyos
pueblos no participan en las decisiones
de gobierno, [...] no pueden pretender ser
admitidos en el círculo de los pueblos que
constituyen las Comunidades Europeas".
Como era de esperar, la censura evitó
que la opinión pública española tuviera
conocimiento cabal del veto político co-
munitario, pero no pudo acallar a la opo-
sición antifranquista, que utilizó el veto a
partir de entonces como arma arrojadiza
JVU[YHLSYtNPTLUWVYZ\THUPÄLZ[HPUJVT-
patibilidad con la Europa democrática.
El veto de De Gaulle a la candidatura bri-
tánica en enero de 1963, tuvo como efecto
la paralización de todas las demás, lo que
aprovechó el gobierno español para recor-
dar a Bruselas que su carta de 1962 aún no
había obtenido respuesta. Finalmente, en
julio de 1967, Bruselas ofreció a España la rramienta para garantizar que el proceso caras de la misma moneda, si bien, ambos
posibilidad de negociar un mero Acuerdo democratizador avanzara, objetivo que se procesos no fueron simultáneos sino con-
Preferencial, opción neutra que se deriva- cumplió con la celebración de las Eleccio- secutivos. Así vino a demostrarlo el impac-
ba de la situación política provocada en nes Generales de 1977. to que causó el intento de golpe de Estado
Grecia por el golpe de los coroneles. A partir de ahí, los acontecimientos se que tuvo lugar el 23 de febrero de 1981. La
La adhesión del Reino Unido a la Co- precipitaron. No había tiempo que perder; lectura, para algunos, tenía que ver con la
munidad, que ya se había interpuesto en bastante se había perdido ya. Marcelino JLY[PÄJHJP}UKLX\L,ZWH|HH‚UUVLZ[HIH
el camino de los negociadores españoles Oreja, ministro de Asuntos Exteriores, en preparada para ingresar en la Comunidad,
a principios de los sesenta, volvió a frustrar nombre del segundo gobierno de Adolfo mientras que otros lo interpretaron como
nuestras esperanzas en 1973. Por otra lado, Suárez, presentó una nueva solicitud de la evidencia de que había de hacerlo a la
el creciente deterioro de la situación polí- integración en Bruselas, el 28 de julio de menor brevedad.
tica tras el asesinato de Carrero Blanco, en 1977, en esta ocasión, apoyada tanto por La aspiración de democratizar España
diciembre de 1973, situó a las autoridades el voto unánime de las Cortes recién elegi- a través de su incorporación a Europa se
españolas en una posición negociadora das, como por la opinión pública española convirtió en la clave del discurso político
poco favorable, como demostró la retirada en su conjunto. de los años setenta y ochenta, entendiendo
de los embajadores de los Nueve, salvo Concretando, durante la Transición, los la europeización como modernización y
Irlanda, a raíz de las ejecuciones de sep- españoles lograron ser aceptados como como superación del atraso secular.
tiembre de 1975, pocos meses antes de la europeos de pleno derecho en la medida En última instancia, cabría hablar del
muerte del dictador. en que fueron capaces de desarrollar insti- proyecto europeo como instrumento para
tuciones y hábitos democráticos, de tal for- SHKLÄUP[P]HZ\WLYHJP}UKL\UJVTWSLQVKL
LA TRANSICIÓN MIRA A EUROPA ma que los procesos de democratización inferioridad colectivo, cocinado a lo largo
Tras la muerte de Franco en 1975, los pri- y europeización se convirtieron en las dos de muchas décadas.
meros gobiernos de la monarquía intenta-
ron salir de la vía muerta que suponía el
Acuerdo Preferencial en vigor, para pasar La censura evitó que la opinión pública española
cuanto antes a las negociaciones para la TUVIERA CONOCIMIENTO CABAL DEL VETO
integración de pleno derecho. La opo-
sición utilizó el veto de 1962 como he-
POLÍTICO COMUNITARIO.
94 CLÍO
 TRAS SER ELEGIDO PRESIDENTE,
SUÁREZ SE REUNIÓ CON SU HOMÓLOGO
FRANCÉS GISCARD D'ESTAING.

El propio don Juan Carlos aprovechó su

RELACIÓN CON PAÍSES EUROPEOS discurso de proclamación como rey para
recordar solemnemente a todos los espa-
ñoles, el 22 de noviembre de 1975, que "la
LA MUERTE DE como monarcas, y al Declaración de Lisboa idea de Europa estaría incompleta sin una
FRANCO Y LA que no viajaba un jefe de de 1981 y la reapertura referencia a la presencia del hombre espa-
PROCLAMACIÓN Estado español desde de la verja fronteriza en ñol y sin una consideración del hacer de
DE JUAN CARLOS hacía sesenta años. 1982 actuaron como muchos de mis predecesores. Europa de-
FUERON RECIBIDAS Sin embargo, el Estado bálsamo que desembocó berá contar con España, porque los espa-
CON ALIVIO Y europeo que armonizó la en una notable mejoría ñoles somos europeos. Que ambas partes
ESPERANZA POR estrategia más ambiciosa de las relaciones anglo- así lo entiendan y que todos extraigamos
PARTE DE LA EUROPA y coherente para España españolas. las consecuencias que se derivan es un ne-
DEMOCRÁTICA. Por IXHOD5HS~EOLFD)HGHUDO Por su parte, las cesidad del momento".
ello, la primera visita de Alemania. relaciones con Bélgica,
de Adolfo Suárez El proceso de tradicionalmente hostil ESPAÑA SE ACERCA A EUROPA
al extranjero, tras democratización permitió al régimen franquista, Como sucediera a principios de los sesen-
su investidura como estrechar lazos con otros VHEHQH¿FLDURQHQJUDQ ta, respecto de la toma de decisión pesaba
presidente, en julio de Estados europeos que medida de los vínculos el temor a que Grecia y Portugal, que ha-
1976, tuvo París como se habían mostrado existentes entre las bían presentado sus solicitudes respectivas
destino, donde fue reticentes hacia España, familias reales, como en junio de 1975 y marzo de 1977, pudie-
recibido por Jacques debido al carácter no demostró la primera sen culminar sus negociaciones antes que
Chirac, presidente de la democrático del régimen YLVLWDR¿FLDOGHORV5H\HV España. De esta forma, Grecia, distancián-
República. En octubre franquista, aunque, si de los Belgas a Madrid dose hábilmente de los demás aspirantes,
del mismo año, don Juan bien, en el caso del Reino en 1978. Algo parecido consiguió ingresar en la Comunidad en
Carlos y doña Sofía Unido, el contencioso sucedió con Holanda, enero de 1981, de la mano de Francia.
efectuaron su primera sobre Gibraltar país que recibió a los La solicitud de adhesión española fue
YLVLWDR¿FLDOD)UDQFLD continuaba siendo un Reyes de España en recibida, una vez más, con una mezcla de
primer país en recibirles escollo insalvable. La 1980. alegría y aprensión por parte de los Nueve.

CLÍO 95
 Actualidad UNIÓN EUROPEA

Como ya hemos visto, la primera fase de nuestro país en el tablero internacional y se tivos del Ejecutivo cambiaron de orden,
las negociaciones se abrió con la presenta- empleó a fondo en desarrollar una política convirtiéndose en prioritaria la adhesión
ción de la solicitud formal por parte de Es- exterior "europea, democrática y occiden- de España a la Comunidad. Consecuen-
paña en julio de 1977, a la que respondió tal", en sus propias palabras. cia de la huella de la Generación del 14,
la Comisión con un dictamen favorable a Calvo-Sotelo era un decidido atlantista y el europeísmo estaba muy presente en la
la adhesión en noviembre de 1978. Tras el no veía contradicción alguna entre la per- ÄSVZVMxHWVSx[PJHZVJPHSPZ[HJVUJYL[HTLU[L
preceptivo plácet del Consejo de Ministros tenencia de España a la OTAN y su posible en las tesis de Ortega y Gasset, que ya en
y del Parlamento Europeo, las negociacio- presencia en otros foros internacionales. Es 1909 había conminado al PSOE a ser el
ULZZLPUPJPHYVUVÄJPHSTLU[LLUMLIYLYVKL más, desde su perspectiva, la solicitud de "partido europeizador de España". Famosa
1979. Acto seguido, Francia manifestó su ingreso en la Alianza Atlántica, aprobada es la cita orteguiana: "España es el proble-
intención de retrasar las mismas. Alarmado por el Pleno del Congreso de los Diputa- ma, Europa la solución".
por la actitud francesa, Suárez viajó a París dos en octubre de 1981, reforzaría la po-
en noviembre de 1979 para entrevistarse sición española a ojos de los países miem- ÚLTIMOS PASOS HACIA EUROPA
con el presidente galo, Giscard d’Estaing, bros de la Comunidad Económica Europa. ( ÄUHSLZ KL   LS .VIPLYUV LZWH|VS
y el primer ministro Raymond Barre, sin La solicitud de adhesión a la OTAN, consiguió de Bruselas el desbloqueo de
conseguir avance alguno. ]LYPÄJHKH ÄUHSTLU[L LU TH`V KL   algunos capítulos de la negociación que
,U Q\UPV KL   ZL JVUÄYTHIHU SVZ desató una controversia política, en la que llevaban años en vía muerta, pero a princi-
temores de los negociadores españoles, no fue posible el debate sereno y enrique- pios de 1985, todavía no se habían supera-
al vincular Francia la adhesión de España cedor que hubiera sido deseable. do las discrepancias existentes en algunos
y Portugal a la solución de los problemas Con la llegada de Felipe González y su puntos cruciales, entre ellos, la agricultura,
internos que aquejaban entonces a la Co- Gobierno socialista monocolor, los obje- la pesca, loa asuntos sociales, Canarias y
munidad, en especial, al "cheque británi-
co", a la reforma de la PAC (Política Agraria
Común) y a la reforma del presupuesto. RELACIÓN CON PAÍSES EUROPEOS
La jugada gala se basaba en la pretensión
KL TVKPÄJHY SHZ YLNSHZ KLS Q\LNV H MH]VY
de Francia antes de que la siguiente am- EN EL PROCESO Kohl, decididamente acabó con las reticencias
pliación pudiera privarle de la posibilidad DE INTEGRACIÓN partidario de la francesas, en vista de lo
de hacerlo. A pesar del nuevo rumbo que DE ESPAÑA A ampliación por razones cual el rey Juan Carlos
tomaba la política francesa, con la elec- EUROPA, LO políticas, económicas y el presidente González
ción de François Mitterrand como nuevo VERDADERAMENTE y estratégicas. Felipe se desplazaron a
presidente, la realidad es que este avanzó DECISIVO NO FUE González visitó París en noviembre
por el mismo camino que su conserva- LA NEGOCIACIÓN Alemania en mayo de y diciembre de 1983
dor antecesor. En el colmo de los males, BILATERAL ENTRE 1983, y ofreció a Kohl respectivamente,
la situación de impasse coincidía con una BRUSELAS Y MADRID, su apoyo incondicional logrando que Mitterrand
profunda crisis política en España, que des- SINO EL DEBATE al despliegue de misiles reconsiderase su
embocaría en la dimisión de Suárez como INTERNO ENTRE Pershing en suelo postura. El punto
presidente del Gobierno y el posterior LOS ESTADOS YA alemán, a pesar de que de no retorno no
intento de golpe de Estado de febrero de MIEMBROS, que se el programa electoral se alcanzó hasta el
1981, sucesos que debilitarían la capaci- veían obligados a del PSOE se había Consejo Europeo
dad negociadora de España. alcanzar un acuerdo posicionado a favor de la de Fontainebleau,
Debido a las circunstancias concurren- previo sobre el coste de eliminación de los misiles celebrado en junio de
tes, Adolfo Suárez se vio obligado a ocu- la ampliación. de alcance medio en el 1984, en el que se logró
parse con más dedicación y energía a la A pesar de la territorio europeo. De este un acuerdo sobre la
política interior de España, que a la exte- sintonía ideológica, modo, el apadrinamiento contribución británica a
rior y, dentro de esta, se volcó en el mun- Mitterrand no parecía de la candidatura los fondos comunitarios
do árabe y América Latina. Además, el muy dispuesto a hacer española por parte de y sobre la reforma
presidente español siempre albergó serias concesiones ni a Alemania quedó patente de la PAC, lo cual
dudas sobre la conveniencia de ingresar España ni a González. durante el Consejo permitió a Mitterrand
en la OTAN, cuestión crucial en la que Es- El Gobierno español Europeo de Stuttgart, anunciar el ingreso de
paña se debatía. Pero su sucesor, Leopoldo buscó la complicidad celebrado en junio de España y Portugal en
Calvo-Sotelo, tomó las riendas del Ejecu- del alemán y la de 1983. Pero la positiva la Comunidad el 1 de
tivo con una visión distinta del papel de su canciller, Helmut actitud de Alemania no enero de 1986.

96 CLÍO
 LA IMPORTANCIA DE LA UE
La adhesión de España a la CEE siempre estuvo
estrechamente ligada a la permanencia de
España en la OTAN. Prueba de ello es el hecho
de que Felipe González no se arriesgase a
convocar el referéndum sobre la OTAN hasta
octubre de 1984, una vez desbloqueadas
las negociaciones con la Comunidad, ni a
celebrarlo hasta marzo de 1986, cuando la
adhesión de España ya era un hecho.
dĂůǀĞnjƐĞĂďƵĞŶŵŽŵĞŶƚŽƉĂƌĂĂĮƌŵĂƌ
que la adhesión de España a la Comunidad
Económica Europea fue la culminación a un
lento proceso de convergencia socioeconómica
LJƉŽůşƟĐĂĚĞƐƉĂŹĂĐŽŶůĂŵŽĚĞƌŶŝĚĂĚLJ
ĞůƉƌŽŐƌĞƐŽ͘ƉĞƐĂƌĚĞůĂƐĚŝĮĐƵůƚĂĚĞƐƋƵĞ
surgieron a lo largo de los años, el resultado
de la negociación fue razonablemente
ƐĂƟƐĨĂĐƚŽƌŝŽ͘
>ĂƐŽĐŝĞĚĂĚĞƐƉĂŹŽůĂĐŽŶǀŝƌƟſůĂŝŶƚĞŐƌĂĐŝſŶ
ĞŶƵƌŽƉĂĞŶƵŶŽďũĞƟǀŽŵĞƚĂƉŽůşƟĐŽ͕LJ
el apoyo sin reservas de todos los poderes FIRMA DEL ACTA DE ADHESIÓN
ĨĄĐƟĐŽƐĞdžƉůŝĐĂĞůĠdžŝƚŽĚĞůĂŵŝƐŵĂ͘ DE ESPAÑA A LAS COMUNIDADES
EUROPEAS POR PARTE DE FELIPE
GONZÁLEZ, EL 12 DE JUNIO DE 1985.

las relaciones con Portugal. Ya bajo presi-
dencia italiana de la Comunidad, en mar-
zo de 1985, se acordó un período transito-
rio de siete años para la integración de los
productos agrícolas, con una ampliación
de al menos cuatro años para los más com-
petitivos. Pocos meses después, se alcan-
zaba un acuerdo sobre pesca, despejando
LSJHTPUVWHYHSHÄYTHKLS;YH[HKV`KLS
(J[HKL(KOLZP}UHSH*VT\UPKHKÄQHKH
para el 12 de junio de 1985.
Giulio Andreotti, presidente italiano,
tomó personalmente las riendas del último
tramo de la negociación. Aunque el grue-
ZV KLS WHX\L[L `H ZL OHIxH YLZ\LS[V SVZ
ÅLJVZ UVZLSVNYHYVUJLYYHYOHZ[HWVJVZ
KxHZHU[LZKLSHMLJOHWYL]PZ[HWHYHSHÄYTH
KLS;YH[HKV-\LYVUWYLJPZHZZLZLU[H`\UH
rondas, veintinueve de ellas ministeriales,
con negociaciones maratonianas hasta
altas horas de la noche, lo que, según los
negociadores, favorecía a la delegación es-
pañola, a todas luces mejor trasnochadora.
Andreotti se involucró en el proceso hasta
LSL_[YLTV`WHZHIHSHZUVJOLZKL\UHOH-
bitación a otra, de una sala a la siguiente
SSL]HUKV`[YH`LUKVWYVW\LZ[HZ`OHJPLUKV
KLHIVNHKVKLSKPHISVKL\UVZ`KLV[YVZ
KLQ\La`WHY[LKLOtYVL`]PSSHUV[PYHU-
KV`HÅVQHUKVZLN‚UJVU]PUPLYH+LIPLU
UHJPKVZLZZLYHNYHKLJPKVZ`LSZL|VY(U-
dreotti mereció siempre el reconocimiento
KLSVZLZWH|VSLZWVYZ\THNUxÄJV`KLZPU-
teresado esfuerzo.
-PUHSTLU[LLS(J[HKL(KOLZP}UKL,Z-
WH|HHSHZ*VT\UPKHKLZ,\YVWLHZM\LÄY-
mado en Madrid el 12 de junio de 1985,
WVYLSWYLZPKLU[LKLS.VIPLYUV-LSPWL.VU-
zález Márquez, en el salón de columnas
del Palacio Real. Presentes en el solemne
HJ[V LS 4PUPZ[YV KL (Z\U[VZ ,_[LYPVYLZ
Fernando Morán LS :LJYL[HYPV KL ,Z[HKV
KL9LSHJPVULZJVUSHZ*VT\UPKHKLZ,\YV-
peas, Manuel Marín`LS,TIHQHKVY9L-
presentante Permanente ante las Comuni-
KHKLZ,\YVWLHZGabriel Ferrán.
-LSPWL .VUamSLa WYVU\UJP} HX\LSSHZ
WHSHIYHZX\L`HMVYTHUWHY[LKLSHOPZ[V-
YPHKL,ZWH|H`KL,\YVWH! España aporta
su saber de nación vieja y su entusiasmo
de pueblo joven con la convicción de que
un futuro de unidad es el único posible. El
ideal de la construcción europea es más
válido que nunca, porque nos lo impone
las exigencias del mundo de hoy, y más
aún el de mañana".
El Acta de Adhesión de España a las Comunidades
Europeas FUE FIRMADO EN MADRID EL 12 DE
JUNIO DE 1985, por el presidente Felipe González.
,USHTPZTHMLJOHZLJLSLIY}\UHJ[VZP-
TPSHYLU3PZIVHWHYHYH[PÄJHYSHPU[LNYHJP}U
KL7VY[\NHS<UVZKxHZKLZW\tZLS` 
de junio de 1985, el Consejo de Ministros
se reunió en Milán para iniciar la reforma
de la Comunidad que conduciría al Acta
ØUPJH,\YVWLHLUMLIYLYVKL 
;YHZ ZLZLU[H H|VZ KL OPZ[VYPH SH <UP}U
,\YVWLH JVTW\LZ[H OV` WVY ]LPU[PVJOV
miembros, es motivo de encendidos deba-
tes. La brecha abierta por el Reino Unido
con el brexit es, por primera vez, un ejem-
plo palpable del deterioro del europeísmo
ZPU ÄZ\YHZ X\L ZPLTWYL JHYHJ[LYPa} H SH
,\YVWHJVT\UP[HYPHHWLZHYKLZ\ZS\JLZ
`Z\ZZVTIYHZJVUZLJ\LUJPHKL\UHJYPZPZ
económica de primera magnitud que gol-
peó de lleno al Continente, pero también
KLSHKLZJVUÄHUaHKLSVZL\YVWLVZLUSH
capacidad de sus instituciones para solu-
cionar sus problemas reales.
¿Y si camináramos hacia el contrapun-
[VVY[LN\PHUV`SH,\YVWHKLOV`O\IPLYH
KLQHKVKLZLYSHZVS\JP}U&,SM\[\YVKLSH
U\L]H,\YVWHLZ[mWVYLZJYPIPY
CLÍO 97