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Tema 31

TEMA 31. LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV.


CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD CULTURAL

31.1.EL REINO DE CASTILLA.


31.1.1 LA HISTORIA POLÍTICA DE CASTILLA DURANTE LOS SS. XIV Y
XV.
31.1.1.1 LOS REINADOS DE FERNANDO IV (1301-1312), ALFONSO XI
(1312-1350) Y PEDRO I (1350-1369).
31.1.1.2 LOS TRASTÁMARA EN CASTILLA: LOS REINADOS DE
ENRIQUE II(1369-1379), JUAN I (1379-1390), ENRIQUE III (1390-1406)
Y JUAN II (1406-1454).
31.1.1.3 EL REINADO DE ENRIQUE IV (1454-1474).
31.1.1.4 LA UNIÓN DE CASTILLA Y ARAGÓN.
31.1.2 LOS CONFLICTOS SOCIALES EN CASTILLA (SS .XIV Y XV)
31.1.2.1 LA PUGNA SEÑORES-CAMPESINOS.
31.1.2.2 LOS CONFLICTOS URBANOS: LA NOBLEZA Y LA
MONARQUÍA; EL ANTIJUDAISMO.

31.2 LA CORONA DE ARAGON.


31.2.1 LA HISTORIA POLÍTICA DE ARAGÓN DURANTE LOS SIGLOS XIV
Y XV.
31.2.1.1 LOS REINADOS DE JAIME II, ALFONSO EL BENIGNO Y
PEDRO IV.
31.2.1.2LOS REINOS DE JUAN I Y MARTIN EL HUMANO, ULTIMO
SOBERANO DE LA CASA DE BARCELONA.
31.2.1.3 EL INTERREGNO Y LOS REINADOS DE FERNANDO I Y
ALFONSO EL MAGNANIMO.
31.2.1.4 EL REINADO DE JUAN II (1458-1479)
31.2.2 LOS CONFLICTOS SOCIALES EN LA CORONA DE ARAGÓN (SS
-XIV Y XV)
31.2.2.1 EL CONFLICTO AGRARIO CATALÁN
31.2.2.2 LA INSURRECCIÓN FORANEA
31.2.2.3 LAS LUCHAS DE PARTIDOS EN LAS CIUDADES.
BARCELONA

31.3 EL REINO DE NAVARRA.


31.3.1 NAVARRA BAJO EL DOMINIO FRANCÉS.
31.3.2 NAVARRA ENTRE FRANCIA Y LOS REINOS HISPÁNICOS (1328-
1425)
31.3.2.1 EL REINADO DE FELIPE DE EUREOX (1328-1349)
31.3.2.2 EL REINADO DE CARLOS II (1349-1387)
31.3.2.3 EL REINADO DE CARLOS III (1387-1425)
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31.3.3 LA GUERRA CIVIL EN NAVARRA: JUAN II Y EL PRÍNCIPE DE


VIANA.
31. 3.4 LA INCORPORACIÓN DE NAVARRA A LA CORONA DE CASTILLA.

31.4 EL REINO NAZARÍ DE GRANADA.

31.5 EL REINO DE PORTUGAL.

31.6 LA CULTURA DE LOS REINOS PENINSULARES A FINALES DE LA


EDAD MEDIA.

BIBLIOGRAFÍA

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BIBLIOGRAFÍA

- VALDEON, J., SLRACH, J.M. Y ZABALO,J.: feudalismo y consolidación de los


pueblos Hispánicos (siglos XIV y XV). Historia de España, dirigida por Manuel Tuñón de Lara,
Tomo IV. Ed. Labor, (3º edición: 1987). Barcelona, ................

- ELLIOT,J.H.: La España Imperial. 1469-1716. Ed. Vicens-Vives. Barcelona 1986.

- REGLA, J.: Historia de la Edad Media (Volumen II). Montaner y Simón, editores.
Barcelona 1979.

- VV.AA.: Manuel de Geografía e Historia de España: Ibérica. Ed. Vicens-Vives.


Barcelona, 1990.

- Atlas histórico Integral, SPES. ED. Bibliografía. Barcelona 1970.

- VV.AA. De la crisis Medieval al Renacimiento, siglos XIV y XV. Historia de España,


dirigida por Antonio Domínguez Ortiz, T. IV.Ed. Planeta. Barcelona, 1988.

- MARTIN RODRIGUEZ, J.L.: Manual de Historia Medieval de la península Ibérica.

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Desde los inicios del siglo XI y hasta la segunda mitad del siglo XIII se produjo en los
reinos hispanos un cambio radical en el equilibrio de fuerzas existentes entre el Islam y la
Cristiandad. A los pocos años de la muerte de Almanzor, la España musulmana comenzó a
fraccionarse en pequeños reinos las taifas, mientras los núcleos cristianos del norte iniciaban una
expansión sin precedentes que comportó la incorporación de extensos territorios a sus dominios,
sometidos anteriormente al poder político musulmán.

La Reconquista, el proceso de expansión de los reinos cristianos que quedó


prácticamente paralizado desde mediados del siglo XIII hasta finales del siglo XV, se vio
posibilitada por la existencia de unas bases adecuadas:

1) Crecimiento demográfico.
2) Innovaciones técnicas de carácter militar.
3) Una ideología apropiada para la ardua tarea emprendida.

La paralización de la Reconquista coincidió con una época de crisis general. La fase de


expansión que en líneas generales se produjo durante los siglos XI, XII y XIII (siglos de la
expansión europea y del avance sostenido de los reinos cristianos en la península Ibérica) fue
seguida por una fase de regresión en los siglo XIV y XV.

El cultivo de los campos habla experimentado un progreso considerable debido a la


introducción de innovaciones técnicas, roturaciones, etc., constituyendo en punto de partida que
impulsó la división del trabajo y, con ello el renacimiento de las ciudades y del comercio. A
finales del siglo III, cuando parecía que la expansión había alcanzado su techo , la tendencia
empezó a invertirse. Era necesario un nuevo desarrollo de las fuerzas productivas para que el
auge continuara, y este no se produjo. Así surgió la denominada "crisis del Siglo XIV” o “época
de la gran depresión”, que se vio además agravada, por las epidemias, las condiciones climáticas
desfavorables y las guerras.

Esta fase de regresión se prolongó, en términos generales, hasta mediados del siglo XV.

Los reinados hispánicos de este período se caracterizan por las luchas continuas,
motivadas por la búsqueda del equilibrio peninsular y por las guerras civiles provocadas por la
crisis reinante. Los conflictos entre la monarquía y aristocracia ofrecieron caracteres diferentes,
dependiendo de la importancia respectiva en cada reino de las clases burguesas. Así:

a) En la Corona de Aragón y en Portugal la influencia de las oligarquías ciudadanas de


Barcelona, Valencia y Lisboa, amortiguó los conflictos entre ambas. Los dos reinos se
desenvolvieron en una línea de continuidad, orientada hacia la expansión mediterránea en la
Corona de Aragón, asta mediados del siglo XV, y hacia la expansión atlántico-africana en
Portugal. Ambas expansiones recibieron un impulso enorme con los grandes descubrimientos
geográficos.
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b)Castilla, con una polarización social más acusada, hubo de soportar enfrentamientos
más violentos entre la monarquía y la aristocracia; un ejemplo de ello fue la entronización de la
dinastía bastarda de los Trastámara, a la que contribuyó decisivamente la rebelión de la nobleza.
La reacción de la monarquía contra los grandes aristócratas, que tuvo lugar a continuación,
desde en reinado de Enrique II (1369-11379) y hasta el de Enrique III (1390-1406) fue en cierta
medida contrarrestada por la unión de los latifundistas y de la Corona (por motivos
económicos), debido a la riqueza de la lana de la cabaña meseteña, que provocó la
confirmación de los privilegios de la Mesta.

Los conflictos sociales, reflejo de la crisis generalizada de la sociedad feudal, adoptaron


formas muy diversas en función de las características específicas de cada región y de su
situación histórica concreta.

Con los musulmanes reducidos al reino nazarí de Granada, y con Navarra situada en la
órbita francesa, el reino de Castilla y la Corona de Aragón son los dos reinos peninsulares que se
reparten el peso específico de la península. Los reinos peninsulares durante los siglos XIV y
XV son:

a) El reino de Castilla: núcleo castellano-leonés desde que en el siglo XIII León se


uniera definitivamente al reino de Castilla.

b)La Corona de Aragón: formada por Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca y algunos
territorios italianos.

C) El reino de Navarra.

d)El reino nazarí de Granada.

e)El reino de Portugal.

Gracias a la estrecha colaboración castellano-aragonesa, que resurgió ante las nuevas


ofensivas francesas sobre la frontera pirenaica durante la época de Luis XI (1461-1483), se llego
al enlace de Fernando e Isabel -los Reyes Católicos-, que comportó consecuencias
trascendentales para la Historia de España.

El siglo XV en la península hasta 1479,fecha en la que Fernando el Católico hereda el


trono de Aragón (unión dinástica), se caracteriza por la crisis persistente, manifestada en forma
de guerras civiles en castilla, Navarra y Cataluña, y en menor medida en Portugal.

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31.1 EL REINO DE CASTILLA.

A mediados del siglo XIII los castellanos habían arrinconado a los musulmanes en el
reino nazarí de Granada; habían repoblado y colonizado las tierras recién ganadas, debido en
gran parte a la expansión demográfica castellana de esos siglos, mientras, paralelamente, se
desarrollaba la vida urbana y la actividad comercial.

A partir de la segunda mitad del siglo XIII la situación cambió radicalmente, después de
la incorporación de la Andalucía Bética y de Murcia a los dominios de Castilla, siendo el
síntoma más evidente de esto la paralización de la Reconquista desde entonces, y hasta el
último tercio del siglo XV, Castilla estuvo inmersa en continuas luchas civiles y guerras
dinásticas. Estos conflictos protagonizados por la alta aristocracia y los reyes, reflejaban los
problemas que afectaban a la sociedad castellana de aquella época.

Las características fundamentales del reino de Castilla desde finales del siglo XIII y
hasta finales del siglo XV, fueron: la crisis demográfica, las dificultades económicas y las
profundas transformaciones sociales.

Los reinos que formaban la Corona de Castilla (s.XIV-XV) eran: el reino de Galicia, el
reino de León, el reino de Castilla, el señorío de Vizcaya, el reino de Toledo, el reino de
Murcia, el reino de Sevilla, el reino de Córdoba,y el reino de Jaén.

31.1.1 LA HISTORIA POLITICA DE CASTILLA DURANTE LOS SIGLOS XIV


Y XV.
31.1.1.1 LOS REINADOS DE FERNANDO IV (1301-1312), ALFONSO XI
(1312-50) Y PEDRO I (1350-1369).

En el año 1301 era declarado mayor de edad Fernando IV, hijo de Sancho IV de Sancho
IV de Castilla. Su muerte en el año 1312 provocó, debido a la edad con la que contaba su hijo y
sucesor Alfonso XI, un año tan sólo el que fuese necesario establecer un sistema de regencia.

Tras varios intentos de regencias compartidas, que fracasaron por las desavenencias
constantes entre los regentes, en el año 1319 fue nombrada regente exclusiva María de Molina,
abuela paterna de Alfonso.

Toda la época de la minoría de edad de Alfonso XI fue especialmente turbulenta, sobre


todo los años que transcurrieron desde 1a muerte de la reina abuela (1321) y la, proclamación
de la mayoría de edad del rey (1325).

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Una vez proclamado rey, Alfonso XI intentó fortalecer la autoridad de la Corona,y


luchó enérgicamente contra los nobles que se habían levantado durante su minoría de edad
contra ella. Uno de sus éxitos principales fue la liquidación del poderío musulmán en el
Estrecho de Gibraltar, cuando en el año 1340 las tropas castellanas aliadas con las portuguesas,
aplastaron a los musulmanes en la batalla del Salado. Esta derrota de los musulmanes, unida a la
nueva victoria de los castellanos en el año 1343, junto al río Palmones (victoria que a su vez
posibilitó la toma de Algeciras, en l344), liquidó definitivamente el peligro de una nueva
invasión de la península por los musulmanes.

En el ámbito de la política exterior el reinado de Alfonso XI supuso un cambio de


rumbo: Alfonso decidió, frente a la tradicional amistad franco-castellana acercarse a los
ingleses, acordando el matrimonio de su hijo y heredero, Pedro I, con una hija de Enrioue III de
Inglaterra. Su objetivo era el de poder evitar así los obstáculos que existían en la ruta de la
exportación de la lana castellana a Flandes.

Pedro I "El Cruel" sucedió a su padre en 1350. Defensor de la autoridad del poder
monárquico, adoptó una política claramente centralista. Su reinado se caracterizó por la
intensidad que alcanzó entonces el conflicto nobleza-monarquía.

En los primeros años de su reinado, dominados por Juan Alfonso de Alburquerque,


Pedro I tuvo que adoptar medidas excepcionales por la grave situación socioeconómica causada
por la difusión de la Peste negra. A pesar de la gravedad de la situación se formó una coalición
nobiliaria contra el rey, encabezada por Enrique, conde de Trastámara, hijo bastardo de Alfonso
XI, y en la que participaron además los cuatro hermanos también ilegítimos de Enrique:
Fabrique, maestre de Santiago, Fernando, Tello y Juan; y a la que se sumó el propio
Alburquerque cuando en 1353 perdió la confianza del rey.

Las luchas internas de Castilla, con el rey y la burguesía por un lado, y la nobleza por
otro, aglutinada en torno a Enrique de Trastámara; la lucha por el equilibrio peninsular entre
Castilla y Aragón; y la situación internacional (Guerra de los Cien Años), son los
acontecimientos más importantes de este periodo, en el que se iba desarrollando la crisis
castellana, iniciada ya a finales de la centuria anterior.

En el año 1356 Castilla y Aragón entran en guerra debido a un incidente en Sanlúcar,


que coronaba viejas rivalidades existentes entre ambos reinos provocadas por la cuestión de
Alicante, el aprovechamiento de los pastos en el Sistema Ibérico, y más recientemente, por el
deseo de Pedro I de Castilla de conseguir para su reino una salida al Mediterráneo.

El mismo año en que se iniciaban las hostilidades, Pedro IV de Aragón, "El


Ceremonioso", firmaba un tratado de alianza con Enrique de Trastámara, al que se unieron
además varios aristócratas castellanos. Ante el avance en la lucha del rey castellano, las Cortes
catalanas decidieron apoyar a su rey. Esta ayuda recibida, unida a la de Francia y a la del
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Pontificado, inclinaron la balanza a favor de Aragón y del pretendiente al trono castellano


Enrique de Trastámara.

Pero en 1367, y gracias a la alianza con Inglaterra, Pedro I lograba vencer a su


hermanastro en la batalla de Nájera.

Mientras tanto, Pedro IV de Aragón comenzaba a distanciarse de Enrique de


Trastámara, debido a la presión que sobre él ejercían los ingleses, y a la poca seguridad que le
inspiraba la alianza con Francia, concluyendo finalmente con la firma de una tregua con Pedro I
de Castilla, su rival durante tantos años.

Sin embargo, la situación varió nuevamente gracias al apoyo que Enrique recibió de la
nobleza castellana, rebelada contra Pedro I, y de Carlos V de Francia.

El 23 de mayo de 1369 Pedro I de Castilla muere en Montiel a manos de su hermanastro


Enrique, desde entonces Enrique II de Castilla.

31.1.1.2 LOS TRASTÁMARA EN CASTILLA: LOS REINADOS DE


ENRIQUE II (1369-79), JUAN I (1379-9O), ENRIQUE III (1390-1406) Y JUAN II (1406-
54).

Pero el conflicto que había provocado el choque entre la Corona de Aragón y lado
Castilla no se había resuelto aún, y el nuevo rey de Castilla, Enrique II, se negó entregarle a
Pedro IV de Aragón la plaza prometida a cambio de su ayuda (Murcia). Aunque lógicamente la
decisión de Enrique II agudizaba el conflicto entre ambas coronas, Pedro IV de Aragón,
empujado por el desgaste de tantos años de lucha, por la propagación de la peste y por la
carencia de vituallas, se vio obligado a aceptar el Tratado de Almazán (1375), por el que se
acordaba la devolución a Castilla de algunas comarcas en poder de Pedro IV de Aragón y el
matrimonio del futuro Juan I ,heredero de Enrique de Trastámara, con la princesa Leonor, hija
del rey aragonés.

La victoria de Enrique de Trastámara supuso, además de la entronización de su dinastía,


el afianzamiento de la alta nobleza que lo había apoyado contra el legítimo rey. Enrique II,
consciente del peligro que representaba para la propia institución monárquica la existencia de
una alta nobleza de parientes (integrada por sus hermanos e hijos ilegítimos) en torno a la Corte,
decidió apoyarse en otro sector de la nobleza, la de servicio, concediéndoles a sus miembros los
cargos principales del gobierno.

Su victoria supuso también, en el plano internacional, la consolidación de la alianza con


Francia, que continuó vigente cuando se reanudó la Guerra de los Cien Años.

En el año 1379 Juan I sucede a su padre. Juan, siguiendo la trayectoria política de éste,
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impulsó la centralización política, luchó contra la nobleza de parientes y mantuvo la alianza con
Francia (alianza que determinó que Castilla, cuando se inició el Cisma. de Occidente, e1 cisma
de la cristiandad occidental, apoyase al candidato pro-francés Clemente VII).

El problema más relevante del reinado de Juan I fue el portugués. Juan I se había
casado en segundas nupcias con la princesa Beatriz, hija del monarca portugués en 1382, y la
muerte de éste, en 1383 convirtió a Beatriz en la heredera del trono lusitano; coyuntura
aprovechada por el monarca castellano, que entró en Portugal para hacerse cargo del reino en
nombre de su esposa. Inmediatamente surgió la oposición al monarca castellano, centralizada
en Juan de Avis y apoyada por la burguesía de la zona marítima de Portugal. La alta nobleza
lusitana se situ6, sin embargo ,al lado del rey castellano.

En agosto de 1385, Juan de Avis, proclamado ya rey de Portugal, y sus seguidores,


derrotan en Aljubarrota a los castellanos. La derrota fue aprovechada por el Duque de Lancaster,
viejo rival de los castellanos (estaba casado con la heredera de Pedro I), para invadir Castilla.
La resistencia popular que encontró en tierras de León hizo que tuviera que ordenar la retirada.
Por el acuerdo de Bayona que ponía fin al conflicto entre los cas tellanos y el duque inglés, y se
acordó que Enrique (III), el heredero de la corona de Castilla, se casaría con Catalina, hija del
duque de Lancaster y nieta de Pedro I.

Después de una minoría de edad caracterizada por las luchas por el poder, que
enfrentaron a la nobleza de parientes con la de servicio, ENRIQUE III logró afirmar de forma
progresiva el poder monárquico y frenar los abusos nobiliarios y el poder de las Cortes.

En política exterior la característica fundamental de su reinado fue la coexistencia en


paz. Aunque Castilla continuaba aliada con Francia, las relaciones con Inglaterra mejoraron
considerablemente.

Enrique III apoyó las campanas del aventurero francés Jean de Beuhencourt en las Islas
Canarias, apoyo que anunciaba la presencia castellana en aquellas tierras.

En el año 1406 muere prematuramente Enrique III, dejando como sucesor a la Corona
de Castilla a un niño, su hijo Juan.

Durante la minoría de edad de JUAN II, su madre Catalina de Lancaster, y un hermano


de su padre, Fernando de Antequera, duque de Peñafiel, fueron designados regentes.

Cuando se presentó el problema de la sucesión de la Corona de Aragón, Fernando de


Antequera (nieto por 1inea materna de Pedro IV de Aragón) presentó su candidatura, siendo
elegido rey de por el Compromiso de Caspe en 1412. Como durante sus años de regente había
Situado, en los puestos clave a sus hijos (Enrique, Sancho y Juan), cuando abandonó Castilla
para ocupar el trono de Aragón, dejaba tras de si un verdadero partido aragonés, que, formado
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por el bando de los denominados "Infantes de Aragón”,era más poderoso que el propio rey
castellano Juan II, si se sumaban sus bienes patrimoniales y los cargos políticos que detentaban.

En el reinado de Juan II encontramos tres grandes protagonistas: la monarquía, con Don


Álvaro de Luna (favorito del monarca); los infantes de Aragón; y la oligarquía nobiliaria
castellana, que logró finalmente desembarazarse de los infantes aragoneses y del condestable
Don Álvaro de Luna, después de varias luchas en las que se unió con el rey de Navarra, Don
Juan (futuro Juan II de Aragón, e hijo de Fernando de Antequera) e incluso con los infantes de
Aragón, enfrentados a Don Álvaro que finalmente sería ejecutado en 1453.

31.1.1.3 EL REINADO DE ENRIQUE IV (1454-1474).

Cuando Juan Il muere en el año 1454 le sucede su hijo ENRIQUE IV, hombre débil y
enfermo, tuvo como principales colaboradores a Don Beltrán de la Cueva, a Lucas de Iranzo, a
Diego Arias , y a otros varios conversos, legistas o hidalgos, lo que provocó el descontento de
la oligarquía nobiliaria, que muy pronto f orm6 un grupo de oposición al rey , .impulsado por
Don Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo y Don Pedro Girón,,maestre de Calatrava.

En su lucha contra los poderosos, a los que se sumó el marqués de Villena, antiguo
favorito del rey castellano ,Enrique IV, a pesar de contar con la fidelidad de algunos linajes de la
nobleza, tuvo que acceder a sus peticiones. Entre ellas estaba la de aceptar como heredero a su
hermano Alfonso, a quien los nobles manejaban sin problema alguno, en detrimento de su
propia hija Juana (La Beltraneja).

La muerte del infante Alfonso en 14 8 alteró la situación política reinante en Castilla.


Los nobles se dirigieron entonces a la infanta Isabel, hermana de Enrique IV, con el propósito
de utilizarla como habían hecho con su hermano el infante Alfonso, en la consecución de sus
intereses.

Sin embargo Isabel llegó a un acuerdo con su hermano (el Pacto de los Toros de
Guisando, de septiembre de 1468) por el que reconocía a su hermano como rey de Castilla, y
por el que ella nombrada su legítima heredera.

Cuando la Princesa Isabel contrajo matrimonio con Fernando, el heredero de Juan II de


Aragón, Enrique IV, entendiendo que con esa boda Isabel rompía lo pactado en Guisando,
decidió proclamar heredera del trono castellano a su hija Juana (apodada por los enemigos del
rey "la Beltraneja”, pues decían, para impedir que sucediese a su padre, que era del íntimo
colaborador del rey, Don Beltrán de la Cueva).

Aunque Isabel fue proclamada reina de Castilla en cuanto murió su hermano Enrique en
1474, el clii-rc, de confusión que se había generado no desapareció: la guerra civil amenazaba a
Castilla.
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31.1.1.4 LA UNIÓN DE CASTILLA Y ARAGÓN.

Isabel había contraído matrimonio con Fernando de Aragón en octubre de 1469,


apoyada por el rey de Aragón Juan II, y por el arzobispo de Toledo, secretamente, dado que
eran muchas las personas que deseaban que esta boda no se celebrase por las siguientes razones:

a) Muchos de los nobles poderosos de Castilla, que preveían que la alianza reforzaría la
autoridad de la Corona castellana y por tanto disminuiría la suya, se unieron a la causa de Juana
"la Beltraneja” para intentar desposeer a Isabel.

b)Luis XI de Francia , que veía en la unión de las dos Coronas, Castilla y Aragón, un
gran peligro para su reino.

c) Alfonso V de Portugal, candidato defendido por los nobles castellanos para contraer
matrimonio con Isabel (antes de 1469), que en el transcurso de la lucha se puso de parte de
Juana, "la Beltraneja". La elección de Fernando y de Isabel de contraer matrimonio tenía como
fin la unión (dinástica) de las Coronas de Castilla y de Aragón que desde el Compromiso de
Caspe (1412) habían sido gobernadas por dos ramas de la misma dinastía castellana: la
Trastámara.

El matrimonio precipitó la lucha por la sucesión al trono castellano (1469-1479), que


desembocó en una lucha civil que se prolongaría desde 1475 hasta 1479, fecha en la que
Fernando hereda la Corona de Aragón.

El desenlace de la guerra entablada entre la princesa Juana y la princesa Isabel, iba a


determinar la futura orientación política de España. Si triunfaba Juana, los intereses de Castilla
se desplazarían hacia el litoral atlántico (debido a la alianza de Juana con Alfonso V de
Portugal), si, al contrario era Isabel la vencedora, Castilla se encontraría ligada a los intereses de
Aragón en el Mediterráneo.

Aunque ya en 1476, tras la derrota de las tropas de Juana en la batalla de Toro, las
Cortes de Madrigal habían proclamado reina a Isabel I (1474 - 1504), sus aliados los
portugueses no renunciaron a su derecho a ocupar el trono Castellano, y prosiguieron la lucha,
hasta que en 1479 fueron derrotados en la batalla de Albuera. Poco después firmaron con la
reina Isabel el Tratado de AlcaÇovas-Trujillo, que ponía definitivamente al conflicto.

El año 1479 marca así el inicio real de la unión dinástica de las dos Coronas, perseguida
por Isabel y Fernando (Fernando II de Aragón 1479-1516) desde que en 1469 contrajeron
matrimonio.

Con los Reyes Católicos (título concedido a Isabel y Fernando por el Papa Alejandro VI
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en 1494) se inició el período hegem6nico de la Corona de España, cuyo futuro se vio


profundamente influido por el concepto patrimonial del Estado, defendido por Fernando, y
sobre todo por Isabel por el cual los sistemas legales y constitucionales de cada corona
permanecerían separados. Por ejemplo, tras el descubrimiento y colonización del Nuevo Mundo,
las Indias fueron anexionadas formalmente a la Corona de Castilla y no a España.

31.1.2 LOS CONFLICTOS SOCIALES EN CASTILLA (ss. XIV Y XV)

31.1.2.1 LA PUGNA SEÑORES-CAMPESINOS.

En la estructura social del reino de Castilla de finales de la Edad Media, el antagonismo


era el que existía entre los señores y los campesinos: la Castilla de los siglos XIV y XV era
fundamentalmente agrícola, viviendo la inmensa mayoría de la población en los núcleos rurales.
Los excedentes agropecuarios constituían la mayor parte de los productos que se le
comercializaban. Del trabajo de los campesinos extraían la Iglesia, los señores laicos y la
Corona, casi todas sus rentas.

La Iglesia se beneficiaba directamente de la producción agraria a través de los diezmos;


los señores laicos, apoyándose en medidas coercitivas extraeconómicas, obtenían considerables
ingresos por medio del ejercicio de sus derechos feudales (jurisdiccionales, vasalláticos y
solariegos). La Corona a su vez, extraía de las masas rurales el pago de los servicios
extraordinarios, votados en las Cortes por los representantes del Tercer Estado.

En cuanto a las ciudades, es preciso tener presente que las oligarquías urbanas basaban
su poder y su prestigio frecuentemente en las propiedades rústicas que poseían en las comarcas
circundantes, por lo que unido a otra serie de factores ( por ejemplo la simbiosis frecuente entre
el artesano y el agricultor) delimitar el ámbito de la ciudad y del campo resulta una labor muy
difícil. El campesinado sometido al pago de los tributos reales, a la entrega de los diezmos a la
Iglesia, y a las cargas señoriales , soportaba unas condiciones de vida que, siendo norma1mente
bastante precarias, llegaban a alcanzar en multitud de ocasiones niveles de pura subsistencia.
Además, en cualquier circunstancia adversa, por ejemplo, una mala cosecha empeoraba aún más
su situación, empujándolo bien al endeudamiento, bien a la emigración hacia otros lugares.
Cuando la única solución era emigrar las condiciones se agravaban enormemente para aquellos
que permanecían en la aldea (pueblo, caserío ... ) dado que las cargas fiscales normalmente
consistían en una cantidad fija, que entonces debía repartirse entre un número menor de
contribuyentes.

Los campesinos, sobre cuyo trabajo recaía toda la estructura social eran las víctimas
principales de las crisis del siglo XIV, provocadas por unas condiciones meteorológicas
adversas por la pérdida de cosechas, por las epidemias, hambre, presión fiscal, emigraciones,
etc.

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Las guerras continuas que asolaron las tierras de Castilla durante el siglo XIV y el XV
perjudicaron también la economía castellana (la guerra fue "una de las grandes plagas de los
siglos XIV y XV -en Castilla”, según Julio Valdeón). Estas provocaban la destrucción de las
cosechas, la muerte del ganado, la inutilización del utillaje agrícola, etc., además para hacer
frente a los cuantiosos gastos que ocasionaban esas guerras, se hacían continuas peticiones de
dinero que recaían sobre todo sobre los campesinos. En definitiva, sobre los campesinos recayó
la carga más grave de las continuas guerras en las que se vio inmersa Castilla a finales de la
Edad Media, desde los últimos años del reinado de Alfonso XI hasta la Guerra de sucesión que
siguió a la muerte de Enrique IV (1474). No obstante, las repercusiones de las guerras y de las
catástrofes naturales no fueron las únicas causas de la acentuación de la tensión social, del
antagonismo existente entre los señores, y los campesinos. Para entenderna es necesario tener en
cuenta además de la correlación de fuerzas existente entre ambos grupos sociales: existía una
clase gobernante, poseedora de los medios de coerción que dependía del trabajo de las clases a
las que dominaba, los campesinos. E1 conflicto potencial era , por lo tanto, el que oponía a
ambos grupos sociales. Según Julio Valdeón, "el antagonismo entre los campesinos y los
señores se basa en la estructura misma de la sociedad feudal".

A finales de la Edad Media se registró una enorme expansión señorial. Las dificultades
que habían surgido a finales del siglo XIII en la reproducción del sistema de relaciones sociales
(caída de las rentas, los conflictos cada vez mayores entre los nobles y la Corona, etc.) se
resolvieron con el triunfo de la nobleza que había apoyado a Enrique de Trastámara, hijo
ilegítimo de Alfonso XI, en su rebelión para hacerse con la Corona de Castilla. Enrique
recompensó a los nobles con amplias donaciones ("mercedes enriqueñas”: villas, tierras,
derechos jurisdiccionales , etc.).

La, expansión señorial estuvo acompañada por determinados aspectos institucionales


que tuvieron una trascendencia enorme desde el punto de vista económico y social: la difusión
del mayorazgo y el triunfo del señorío pleno, jurisdiccional y solariego. Este aumento del poder
de la nobleza afectó sobre todo al mundo rural, ya que el régimen señorial era esencialmente un
fenómeno de la esfera agraria y campesina. La presión que ejercía la nobleza sobre el mundo
rural (imponiendo a sus colonos contratos de arrendamiento a corto plazo con el fin de intentar
frenar el descenso del va lor de la moneda; violando frecuentemente los usos y las costumbres
de sus villas, etc.) fue sentida con una agudeza especial por los trabajadores del campo, debido a
la depresión económica del momento. Esta presión fue la causa principal del aumento de la
conflictividad entre los campesinos y los señores. Puede decirse que la Edad Media europea fue
un escenario de conflictos, prácticamente interrumpidos, entre los señores y aquellos cue
cultivaban sus tierras.

Los campesinos, un grupo heterogéneo debido a la compleja estratificación social


existente, provocada por factores jurídicos, sociales y económicos, reaccionaron ante la presión
de la nobleza recurriendo a formas concretas de organización. Los concejos fueron el órgano de
expresión de sus quejas durante esos dos siglos (XIV-XV).
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Geografía e Historia
Tema 31

Es preciso tener en cuenta que la presión señoria1 no afectaba únicamente a los


campesinos, sino también a los grupos de población que se encontraban bajo el dominio de los
señores; lo que explica la frecuente incorporación de capas sociales no específicamente rurales
a los movimientos de resistencia.

Según el profesor Julio Valdeón puede señalarse, en líneas generales , dos grandes
grupos de movimientos de resistencia a la nobleza feudal:

1. Los movimientos caracterizados por la moderación (en los que los campesinos
recurren a la resistencia pasiva y a la reclamación jurídica.

2. Los movimientos dominados por la violencia; pero sin olvidar que un conflicto que
comienza siendo moderado puede terminar convirtiéndose en violento y que una simple protesta
por un abuso del señor puede desembocar en una rebelión contra su autoridad.

Otro factor a tener en cuenta a la hora de analizar los movimientos antiseñoriales es el


geográfico: casi todos los movimientos de esta índole que tuvieron lugar en Castilla a finales de
la Edad Media fueron locales; pero el alcance de algunos llegó incluso a ser regional. Mientras
los locales adoptaron, al menos inicialmente, las instituciones municipales para expresar sus
quejas, los regionales tomaron como punto de partida las HERMANDADES (instituciones que
habían surgido para otros fines, como el de defender intereses económicos comunes, luchar
contra el bandolerismo, mantener el orden, etc.), convertidas en un instrumento idóneo para
canalizar las reivindicaciones populares.

31.1.2.2 LOS CONFLICTOS URBANOS: LA NOBLEZA Y LA


MONARQUÍA; EL ANTIJUDAÍSMO.

LOS CONFLICTOS URBANOS

La nobleza, al igual que en el campesinado estaba también jerarquizada : en su cúspide


encontramos a los grandes y ricos hombres, grupo que poseía las principales fuentes de riqueza
y que más beneficios obtenía en el reparto de las rentas; por debajo de este grupo había varias
capas de nobles, poderosos en su ámbito local, pero con un peso específico (poder político,
propiedades, rentas, etc.) inferior al de los grandes.

A finales del siglo XIII, el grupo dominante, detentador del poder político, del
económico y con una situación social privilegiada, estaba ya claramente delimitado en las
ciudades y villas del reino de Castilla. Este grupo terminó monopolizando los puestos de mando
de los municipios. Los labriegos y artesanos de las villas y de las ciudades de Castilla chocaban
directamente con mucha frecuencia con esas minorías de poderosos locales, provocando desde
el siglo XIII, el aumento de la tensión entre ambos grupos sociales.
14
Geografía e Historia
Tema 31

En 1as zonas en las que la presión señorial fue muy fuerte, el pueblo menudo y la
nobleza local, grupos que habían de soportar las consecuencias de la ofensiva señorial, se
unieron en los movimientos de resistencia ( ej.Sepúlveda, Benavente, Trujillo...), mientras que
en los lugares en donde la presión fue menor, por ejem plo en las tierras de realengo, el choque
entre las altas capas de la nobleza y el pueblo fue generalmente más directo.

Los conflictos entre las masas populares y las oligarquías locales se caracterizan por:

1.Ser habitualmente choques muy moderados.

2. Parecerse más a luchas estrictamente políticas que a luchas sociales (aunque una
protesta de carácter político bien pudiera convertirse en un conflicto social, lo que, cuando se
produjo, lo hizo adoptando formas diversas, conformes con las características propias del lugar
en donde se producía).

En algunas ocasiones la base de los problemas fundamentales que se debatían estaban en


el campo (revueltas campesinas ), pero en otras, el punto de partida era específicamente urbano,
aunque después los campesinos de los alrededores se vieran envueltos en el conflicto (revueltas
urbanas).

LOS ENFRENTAMIENTOS ENTRE LA NOBLEZA Y LA MONARQUÍA.

Los enfrentamientos entre la nobleza y la monarquía que se produjeron a finales de la


Edad Media, se caracterizan por su inusitada violencia. Aunque los reyes pudieran aliarse con
determinados sectores para alcanzar objetivos muy concretos (como pudiera ser el
fortalecimiento de sus atribuciones ), los intereses que defendían eran, en última instancia, los de
la estructura social existente; estructura que tenía en su cima a la alta nobleza. Los reyes al
menos teóricamente, no eran portavoces de algún grupo social determinado sino que
representaban a todos ellos.

Los conflictos entre los reyes y la alta nobleza, normalmente su colaboradora inmediata,
no afectaban a las raíces de la sociedad. El fortalecimiento de la institución monárquica, que
detentaba la jurisdicción y el poder político supremos, chocaba en un principio con la estructura
clásica de la sociedad feudal en la que coexistían, al servicio de la nobleza, el poder político y el
dominio señorial; pero a largo plazo esto no fue un obstáculo para la expansión de la nobleza
sino más bien al contrario, fue el re quisitó necesario para que los nobles pudieran consolidar
sus intereses económicos y su preeminencia social, aún a cambio de reconocer que la Corona era
la fuente básica del poder político y de la jurisdicción.

Desde finales del siglo XIII, y hasta finales del siglo XVI, la monarquía y los órganos a
su servicio (Consejo Real, Audiencia, etc.) se fortalecieron mientras, simultáneamente, la
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Geografía e Historia
Tema 31

nobleza feuda1 también conseguía engrandecerse.

Como L. Suárez ha señalado, refiriéndose al resultado final de la lucha nobleza-


monarquía: "La pugna permitió (......) el fortalecimiento económico y social de la nobleza (...)
pero al mismo tiempo el rey pudo recobrar su poder absoluto en el orden político” (en "Los
Trastámaras de Castilla en el siglo XV, 1407-1477 “, Madrid, Espasa Calpe, 1964, en Historia
de España de Menéndez Pidal,Tomo XV) .

EL ANTIJUDAÍSMO

Los judíos constituían un grupo de población que la sociedad cristiana jamás asimiló, y
que, en sus relaciones con los cristianos, sufrieron períodos de tolerancia y períodos de
persecución.

A lo largo de toda la Edad Media, pero con mayor intensidad en sus últimos años,
persistieron en las relaciones entre judíos y cristianos dos características esenciales:

1. Un fuerte sentimiento antisemita por parte de los cristianos.


2. Una tendencia, por parte de los judíos, a encerrarse en su tradición cultural y en su
religión.

La hostilidad inicial de los cristianos hacia ellos estuvo motivada por cuestiones
estrictamente ideológicas : los judíos habían matado a Jesucristo. Si en un principio su presencia
en Castilla fue tolerada, se debió a la esperanza de que se convirtieran a la fe católica, pero
mientras esto sucedía, los judíos permanecieron prácticamente al margen de la sociedad
cristiana: Estaban excluidos de las relaciones feudovasalláticas, no formaban parte de las
comunidades urbanas o aldeanas, etc.; de ahí que, en gran medida, se dedicaran a desempeñar
bien aquellas actividades que eran desdeñadas por el resto de la comunidad (ej: cuestiones f
inancieras) , bien a aquellas otras que precisaban de unos conocimientos determinados (ej. La
medicina, traductores, etc.).

En la Corona de Castilla los judíos se convirtieron en agentes de la economía monetaria:


arrendadores de las rentas reales, y las rentas concejales, prestamistas, tesoreros, etc.

El antisemitismo se fue extendiendo y acentuando entre la población cristiana, pero ya


no exclusivamente por cuestiones ideológicas sino por su condición de protegidos de los reyes y
de los nobles; por la prosperidad de sus negocios; por sus préstamos usureros; en definitiva, por
las actividades financieras a las que se dedicaban. Esta extensión se veía potenciada en los
períodos de crisis económica y social, llegando incluso a adquirir matices violentos. Lo que
inicialmente fue un enfrentamiento por motivos religiosos se transfonnó así en un conflicto
social. A finales de la Edad Media el antisemitismo en Castilla puede ser considerado como una
válvula de escape de las tensiones acumuladas en las masas populares cristianas.
16
Geografía e Historia
Tema 31

Cuando a finales del siglo XV se produjeron las conversiones en masa de los judíos, el
problema no desapareció, ya que el enfrentamiento se dirigió entonces contra los cristianos
nuevos, contra los conversos.

2. LA CORONA DE ARAGÓN.

La problemática general de la Corona de Aragón es mucho más compleja en su


desarrollo que la de Castilla, debido a la complejidad de los distintos estados que componían
dicha Corona: Aragón, Valencia y Cataluña (a esto habría que añadir los territorios que poseía
la Corona aragonesa en el Mediterráneo), y por el peso específico de cada uno de ellos en la
política general.

En las crisis y transformaciones bajo medievales (siglos XIV y XV) que tuvieron lugar
en la Corona de Aragón, podemos señalar varios puntos de partida:

1. El enorme desarrollo político y económico de los siglos XIII y XIV fue obra, sobre
todo, de1 Principado de Cataluña y de las Islas Baleares, descollando sus núcleos urbanos:
Barcelona y Palma de Mallorca.

2. La crisis de finales del siglo XIV afectó esencialmente a Cataluña y a Baleares, que
no empezaron a recuperarse hasta el siglo XVI. Por el contrario Aragón y Valencia
evolucionaron de un forma completamente distinta: Aragón en el siglo XV experimenta una
recuperación demográfica, y Valencia, cuyo sistema agrícola se basa en la utilización de una
mano de obra mudéjar, que permanece en estado de servidumbre, se convierte durante la
segunda mitad del siglo XV con los enfrentamientos que tienen lugar entre los estamentos
privilegiados y el campesinado (guerras remensas) por una parte, y entre la pequeña burguesía
por una parte, y entre la pequeña burguesía y la monarquía autoritaria (guerra civil) por otra.

31.2.1 LA HISTORIA POLÍTICA DE ARAGÓN DURANTE LOS SIGLOS XIV


Y XV.
31.2.1.1 LOS REINADOS DE JAIME II, ALFONSO EL BENIGNO Y PEDRO
IV.

Jaime II (1291-1327) tuvo que hacer importantes concesiones durante su reinado a la


nobleza, como por ejemplo la enajenación de su facultad de imposición directa sobre el
Principado de Cataluña; pero a pesar de ello, logró, gracias al apoyo de las ciudades y al
restablecimiento de la Paz exterior, desarrollar su ofensiva contra el poder de la oligarquía
feudal catalana. ALFONSO EL BENIGNO (1327-1336), sucesor de Jaime II, siguiendo la
misma línea de actuación trazada por su padre, también luchó contra ella. La acción de ambos
monarcas favoreció el principio monárquico, consiguiendo que, aunque pudieron conservar su
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Geografía e Historia
Tema 31

potencial económico, los barones catalanes dejarán de ser un contrincante político de la


monarquía. En Aragón, sin embargo, la alta nobleza no pudo ser des plazada y conservó su
poder político, lo que provocó el enfrentamiento inevitable con la Corona.

A Alfonso el Benigno le sucedió PEDRO EL CEREMONIOSO(1336-1387). Durante su


reinado, y a pesar de los estragos que la Peste Negra causó, y de coincidir con los inicios de la
crisis de finales del siglo XIV, la plenitud de la Corona de Aragón continuó.

La boda en segundas nupcias de su padre, Alfonso, con Leonor de Castilla, matrimonio


del que nacieron dos hijos (los infantes Fernando y Juan ) provocó durante sus años de juventud
enfrentamientos con su madrastra, que intentaban que sus dos hijas heredaran parte del
patrimonio de la corona. Cuando en 1336 mere Alfonso, Pedro hereda la Corona de Aragón, y
su madrastra, Leonor, regresa a Castilla temiendo las represalias del nuevo monarca.

Aunque en un principio mantuvo relaciones hostiles con el rey de Castilla Alfonso XI,
por causa de su madrastra, decidió evitar los conflictos con los castellanos, y cuando éstos
solicitaron su ayuda para luchar contra los benimerines en el Estrecho, colaboró en el Estrecho
(1339-1341). La flota castellana coaligada con los portugueses y apoyada por un contingente
catalano-aragonés, venció a los musulmanes en la batalla de Salado, obligándolos a renunciar a
la lucha. La flota catalano-aragonesa continuó apoyado a los castellanos, vigilando el Estrecho y
participando en la de Algeciras, plaza perdida por los musulmanes en 1344.

El principal objetivo de Pedro el Ceremonioso durante todo su reinado fue intentar que
todos los dominios que habían estado en manos de sus predecesores fueran reintegrados a la
Corona de Aragón utilizó todos los recursos a su alcance para reunificar los Estados que Jaime I
de Aragón había separado al dividir sus dominios entre su primogénito, Pedro el Grande, que
recibió Aragón, Valencia y Cataluña; y su segundo hijo Jaime II, que heredó el reino de
Mallorca, al que se habían sumado los condados de Rosellón y Cerdeña y el serorío de
Montpellier. Desde la creación del reino de Mallorca por Jaime I, hasta su incorporación
definitiva a la Corona de Aragón, llevada a cabo por Pedro el Ceremonioso, el reino insular fue
gobernado por: Jaime II (1276-1311), Sancho (1311-1324) y Jaime III (1324-1349). En el año
1349, y después de haber mantenido muchas luchas con Jaime III, El Ceremonioso logró
derrotarlo en la batalla de Llucmajor (batalla en la que perdió la vida su contrincante),
consumando la reincorporación del reino de Mallorca y los condados del Rosellón y Cerdeña a
la Corona de Aragón.

Respecto a la isla de Cerdeña, a pesar de los numerosos éxitos conseguidos por la flota
catalano-aragonesa, Pedro que pactar con Dº. Leonor de Arbórea (1386), cabecilla de la
nobleza sarda rebelde dado que tanto la rebelión sarda como la guerra naval se habían
convertido en cuestiones endémicas.

Para recuperar la perdida ascendencia catalano-aragonesa sobre Sicilia, Pedro decidió


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Geografía e Historia
Tema 31

contraer matrimonio con la del rey Luis I de Sicilia, Doña Leonor, y acordar el de su nieto,
Martín el Joven, con la sobrina del rey Luis I y heredera del trono, María de Sicilia. Aunque
desde 1377 María llevó el título de reina, quien realmente gobernaba la isla al menos desde
1382, fue Pedro el Ceremonioso.

En la Península el principal problema, de este monarca en sus dominios estalló cuando


proclamó en 1347 a su hija Constanza heredera de la Corona (al no tener hijos varones en aquel
momento), lo que provocó el conflicto con los nobles de Valencia y Arag6n. Los nobles del
reino de Aragón se agruparon en torno a Jaime de Urgel, hermano del monarca, quien defendía
sus derechos sucesorios, violados por la disposición del rey. Aunque éste tuvo que ceder en un
principio a las imposiciones de los nobles aragoneses y valencianos (los llamados unionistas) en
1347 y 1348 respectivamente, logró, con la ayuda de nava rros y castellanos, derrotar en Epila,
en junio de- 1348, a los aragoneses, y en Mistala, en diciembre del mismo año, a los
valencianos.

A pesar de su victoria, los gastos de su política exterior, ya en la segunda mitad de su


reinado, le impidieron gobernar autoritariamente. La mayor parte del poder político terminó en
manos de las Cortes.

Cuando estalló la guerra entre Pedro el Ceremonioso de Aragón y Pedro el Cruel de


Castilla (1356-1-369), la ayuda de las Cortes fue completamente necesaria (Guerra de los dos
Pedros).

Estos fueron los factores de la rivalidad entre ambas Coronas, que provocaron
finalmente el conflicto:

1. La ocupación de. Las tropas castellanas de Alicante (1356) , que quebrantaba el pacto
de Alianza firmado en Atienza (1350) entre ambos soberanos.
2.La ocasión, aprovechando la situación de Castilla, de recuperar la parte del reino de
Murcia a la que en 1304 había tenido que renunciar Jaime II (que en 1356 constituía la mitad
Meridional de Alicante.
3. La intención, según el rey aragonés, de Pedro el Cruel de proclamarse emperador de
España.
4. La alianza en el Mediterráneo de Castilla y Génova, enemiga esta última del objetivo
de Pedro el Ceremonioso: la reintegración a la Corona de sus antiguos territorios mediterráneos.
5. La alianza Atlántica del rey castellano con Inglaterra y del rey aragonés con Francia.

La guerra no hizo más que agravar las dificultades económicas catalano-aragonesas ,


precipitando la decadencia de la Corona, pues aunque Enrique de Trastámara (aliado en la
contienda de Pedro) fue coronado rey de Castilla, se negó a cumplir los pactos establecidos con
el rey aragonés, y, ni le entregó el reino de Murcia, ni las diversas plazas fronterizas prometidas.

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Geografía e Historia
Tema 31

En el año 1375, El Ceremonioso se vio obligado a firmar la Paz con Castilla (Tratado
de Almazán).

El 5 de enero de 1387 muere Pedro el Ceremonioso, dejando tras de sí una corona en


decadencia, (muy intensa en Cataluña) , debida en parte a la crisis demográfica, a la
disminución de la producción y a los enormes gastos de su política imperialista.

31.2.1.2 LOS REINADOS DE JUAN I Y MARTÍN EL HUMANO,


ÚLTIMO SOBERANO DE LA CASA DE BARCELONA.

A Pedro IV el Ceremonioso le sucedió su hijo JUAN I (1387-1396). Durante el corto


reinado de este, la crisis, agravada por el despilfarro de la corte se intensificó.

Su política exterior se caracterizó por la alianza con Francia: por su involución en el


Cisma de Occidente (decidió guardar obediencia al papa de Avión, Clemente VII); y por el
retroceso en el Mediterráneo de los dominios catalano-aragoneses. Aunque en Sicilia, su sobrino
Martín el Joven (hijo de su hermano Martín el Humano) y su mujer, la reina María de Sicilia
consiguieron iniciar un largo período de pacificación. En Cerdeña, sin embargo, la dominación
catalana de la isla, se pudo mantener tan sólo precariamente y gracias a la fidelidad de algunas
ciudades debido a la carencia de refuerzos.

En la península mantuvo buenas relaciones con Castilla y con Navarra, teniendo


únicamente problemas con Granada provocados por incurdiones de almogávares y por
guerrillas fronterizas.

Respecto a la Cº de Aragón su reinado se caracterizó por su intento de gobernar sin las


Cortes, y por su decisión de frenar la democratización de los municipios catalanes; por la
quiebra de la hacienda real, provocada por los excesivos gastos de su corte, y por la
malversación y la corrupción de miembros de su séquito; y por un conflicto social, fruto de la
crisis económica que había iniciado en los últimos años del reinado de su padre, muy grave, que
se produjo en sus dominios: la persecución popular contra los judíos (calis) de varias ciudades
(Gerona, Lérida, Barcelona, Valencia, Mallorca ...)

Martín el Humano (1396-1410) sucedió a su hermano Juan I (sin descendientes


masculinos) cuando éste murió, pero tardó un año en regresar desde Sicilia, (en donde trataba
de fortalecer autoridad real de su hijo y de su nuera) a la península. Su mujer, María de Luna,
regente durante su ausencia, tuvo que enfrentarse con el marido de Juana, la primogénita de
Juan I, Mateo de Foix, por sus pretensiones sucesorias durante un corto período de regencia.

Nada más regresar a la península, el rey Martín el Humano jura los fueros de Aragón
(1397).

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Geografía e Historia
Tema 31

En su Política interior destaca el hecho de haber conseguido prácticamente la unificación


de Cataluña, con la anexión en 1401 del condado de Ampurias, junto con sus intereses por
sanear el patrimonio real.

En el Mediterráneo concedió prioridad a la defensa de Sicilia y de Cerdeña y a la


seguridad marítima. En Cerdeña su hijo Martín el Joven, rey de Sicilia y heredero de la Corona
de Aragón, se enfrentó con los sardos, aliados con los genoveses, derrotándolos en Sanluri
(1409). Su muerte poco después de la victoria, hizo que su padre heredara Sicilia.

E1 mayor problema del reinado de Martín el Humano, reinado que transcurrió en paz
con Castilla, con Navarra, con Francia, e incluso con Granada, fue el que planteó su falta de
descendencia. Murió en el año 1410 dando lugar a un periodo de interregno, finalizado con el
Compromiso de Caspe (1412).

31.2.1.3 EL INTERREGNO Y LOS REINADOS DE FERNANDO I Y


ALFONSO EL MAGNANIMO.

Durante el interregno (3l de mayo de 1410-24 de Junio de 1412) siete pretendientes se


disputaron la Corona de Aragón:
1. Fadrique de Luna, hija natural de Martín el Joven.
2.Jaime de Urgel,bisnieto de Alfonso el Benigno y casado con una hermana de Martín el
humano.
3. Luis de Calabria, nieto por línea materna de Juan I.
4. Fernando de Antequera, nieto por linea materna de Pedro IV el Ceremonioso.
5. Alfonso de Gandia, nieto por línea materna de Jaime II.
6. Alfonso, conde de Denia, hijo de Alfonso de Gandía.
7. Juan de Prades, hijo de Alfonso de Gandía.
La dividida opinión de los diversos reinos de la Corona, provocada por sus distintos
intereses políticos económicos y espirituales, causó un enfrentamiento violento. La división de
los Parlamentos de Aragón, Valencia y Cataluña, la postura decididamente antiurgelista de
Aragón el apoyo a la candidatura, cada vez más extendido, de Fernando de Antequera (regente
en esos momentos de Castilla), unidos a la propuesta de papa Luna, de que cada reino nombrará
tres compromisarios para que, reunidos en Caspe, examinaran los derechos de cada, candidato y
eligiesen por mayoría de votos al nuevo soberano, condujeron a la Concordia de Alcañiz
(febrero de 1412), en la que se decidi6 que el sistema propuesto por Benedicto XIII (el papa
Luna) era el más adecuado para poner fin al interregno.

El 24 de junio de 1412 fue elegido (por 6 votos de los 9 los 3 de Aragón,2 de Valencia y
1 de Cataluña) Fernando de Antequera, primero de la dinastía Trastámara que gobernaba en la
Corona, de Aragón (1412-1416), y hermano de Enrique III de Castilla.

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Geografía e Historia
Tema 31

Fernando había sido nombrado regente de Castilla junto con su cuñada Catalina de
Lancaster, por el testamento de su hermano en 1406. Aunque en un principio gobern6
únicamente la mitad meridional de Castilla ,logro (1408) expulsar a Catalina y gobernarla
entera.

En esta época reemprendió la Reconquista (posibilitada por el despegue demográfico y


económico de Castilla).

Fernando I se enfrentó nada mas ser proclamado rey con la ardua tarea de consolidar su
poder en el interior de su reino.

Primero tuvo que luchar contra Jaime de Urgel, que aunque había aceptado la cedisión
de Caspe y había jurado obediencia a Frenando, no tardó en levantarse contra él, que fue hacho
prisionero en 1413 y condenado a prisión perpetua, y cuyos bienes fueron confiscados. Después
tuvo que enfrentarse con las clases dirigentes de Cataluña, dispuestas no sólo a conservar sus
privilegios, sino aumentarlos, a las que tuvo que hacer importantes concesiones para poder
reafirmarse en el trono. Así creó un régimen constitucional, que limitaba su autoridad en
beneficio de las Cortes y de la Generalidad (su delegación permanente). Pero cuando logró tener
la capacidad suficiente para hacer frente a las exigencias de las Cortes, rompió con esa línea
política pactista.

Con su poder consolidado en el interior del reino, Fernando I se dedicó a llevar a cabo
una activa política en el Mediterráneo, por medio de la cual logró salvar la herencia de Martín el
Humano en Sicilia y Cerdeña, y sentar las bases para la expansión que más adelante realizaría su
hijo Alfonso el Magnánimo.

En cuanto a las relaciones que mantenía con el papa Benedicto XIII, las rompió,
separándose de su obediencia en 1416, poco antes de su muerte, buscando el favorecer la unidad
de la Iglesia.

Cuando murió (abril 1416) dejó unas posesiones mediterráneas pacificadas, pero
amplios problemas políticos y sociales en sus dominios peninsulares (sobre todo en Cataluña).

ALFONSO EL MAGNANIMO (1416-1458) se dedicó durante su reinado a afianzar el


dominio catalano-aragonés en el Mediterráneo, descuidando los intereses de sus reino
patrimoniales, en los que las agitaciones de los remesas catalanes, las luchas en Barcelona entre
la Biga y la Busca y la insurrección de los campesinos mallorquines (forans), ponían de
manifiesto el inicio de una grave crisis política.

Cuando murió (junio de 1458) sin dejar descendientes legítimos, ocupó el trono de la Cº
de Aragón su hermano Juan.

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Geografía e Historia
Tema 31

31.2.1.4 EL REINADO DE JUAN II (1458-1479).

Juan II de Aragón, rey de Navarra y lugarteniente de Cataluña desde 1454 heredó de su


padre, Fernando I (el de Antequera) muchas propiedades en Castilla, lo que le permitió
intervenir en las luchas civiles castellanas, lo que le permitió intervenir en las luchas civiles
castellanas, al frente de la nobleza contraria a don Álvaro de Luna. Por la muerte de su esposa
(con la contrajo matrimonio en 1426) Blanca de Navarra, se convirtió en rey titular de Navarra
en 1441. Esto provocó una enfrentamiento con su primogénito Carlos, príncipe de Viena, quien
se creía, fundadamente, con derecho a ocupar el trono navarro.

En 1444 Juan II se casó con Juana Enríquez, hija del Almirante de Castilla. Una vez
proclamado rey de la Cº de Aragón se dispuso a arreglar los graves asuntos pendientes en
Cataluña, convocando a las Cortes en Lérida en 1460. Mientras tanto, su hijo Carlos, que se
había refugiado en la Corte de Nápoles, y al que Juan II había desheredado en 1455, decidió
autoproclamarse gobernador su padre, motivado por el temor de este a que se proclamará
además rey de Sicilia, el rey persuadido de que su hijo conspiraba contra él, hizo que lo
detuvieran.

La detención de Carlos de Viana provocó una protesta generalizada en Cataluña que,


canalizada a través de los organismos dirigentes del Principado, y unida a la movilización de los
ejércitos de enrique IV de Castilla en favor de Carlos y al alzamiento de los beamonteses
(facción Navarra que defendía los derechos al trono navarro de Carlos de Viana) provocó la
claudicación de Juan II y la consiguiente puesta en libertad de su hijo.

La muerte de Carlos de Viana (septiembre 1461) fue aprovechada por Juan II quien
había visto muy reducido su poder al tener que ceder ante las reivindicaciones políticas de la
oligarquía catalana (debido al conflicto con su hijo), para intervenir de pleno en los asuntos
catalanes. Su primera medida en este sentido fue enviada a su hijo Fernando (futuro Fernando el
Católico) junto con su madre, Juana Enríquez, para que se hiciera cargo de la lugartenencia de
Cataluña.

La crisis política que precedió al inicio de la guerra civil contra Juan II (que se prolongó
desde 1462 hasta 1472) obligó al rey a buscar apoyo fuera de sus fronteras. Lo encontró en Luis
XI de Francia, quien a cambio de su ayudad militar recibiría los condados de Rosellón y
Cerdeña. La guerra civil dividió el Principado en dos bandos: el realista, (apoyado por el rey
francés, por el conde Gastón IV de Foix, por los remesas y por un amplio sector de la Busca)
por un lado, y por el otro la burguesía de la Biga, la Generalitat, la mayor parte de la nobleza y
del clero y un amplio sector popular.

El conflicto era la consecuencia final de un compleja situación política, institucional,


social y económica, que arrancaba ya de la segunda mitad del siglo XIV, protagonizada por las
rivalidades existentes entre varios sectores de la nobleza, el enfrentamiento entre la Busca y la
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Geografía e Historia
Tema 31

Biga por conseguir el control del municipio de Barcelona, las reivindicaciones de los payeses de
remesa y la lucha política entre la monarquía y la burguesía, que tuvo lugar sobre todo en las
Cortes.

En junio de 1462, Juan II fue desposeído por los organismos de gobierno de Cataluña se
dirigieron a Enrique IV (representando por su lugarteniente, el noble navarro Juan de Beaumont,
antiguo partidario de Carlos de Viana) el conflicto catalán se convirtió en un problema de
política internacional.

Enrique IV aprovechó la crisis para disminuir el poder de la oligarquía nobiliaria


aragonesa en su propio reino de Castilla (formada por los infantes de Aragón y sus
descendientes); mientras Luis XI de Francia consolidaba su ocupación en el Rosellón y la
Cerdeña.

La sentencia Arbitral de Bayona (abril 1463), provocada por la política diplomática de


Juan II, y por la que Luis XI era designado árbitro de la diferencias entre Enrique IV y Juan II,
favoreció al aragonés, pues Enrique de Castilla tuvo que abandonar a los catalanes.

Los catalanes que necesitaban que un nuevo rey legitimase su rebeldía, le ofrecieron
entonces la corona al condestable Pedro de Portugal, Pedro IV de Cataluña- Aragón de 1464 a
1466, fecha en la que muere prematuramente.

La contienda se prolongó durante seis años más, hasta que finalmente, y gracias a la
hábil política de Juan II (alianza con Castilla por el matrimonio en 1469 de su hijo Fernando con
Isabel de Castilla, hermana de Enrique IV; y aislamiento del Consejo del Principado) se firmó
en octubre de 1472, la Capitulación de Pedralbes, por la que Juan II obtenía la obediencia de sus
súbditos catalanes.

A pesar de sus enormes éxitos políticos, no logró resolver una larga serie de conflictos
(ejemplo: la cuestión remensa), que fueron heredados por su sucesor FERNANDO II (el Rey
Católico).

31.2.2 LOS CONFLICTOS SOCIALES EN LA CORONA DE ARAGÓN (S.XIV


Y XV).
31.2.2.1 EL CONFLICTO AGRARIO CATALÁN.

El periodo comprendido entre mediados del s. XIV y finales del XV, fue para Cataluña
un periodo de crisis y de revolución, en el que perdió la primacía que hasta entonces había
tenido el Principado en la Corona de Aragón. Aunque la crisis del s. XIV afectó a toda la
Europa occidental, en Cataluña sus repercusiones fueron particularmente profundas y duraderas,
habida cuenta de que provocó una revolución agraria y una guerra civil, que además la
intensificaron.
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Geografía e Historia
Tema 31

Una de las manifestaciones más evidentes de la crisis fue la depresión demográfica que
se produjo como c0nsecuenica de sucesivas catástrofes en toda la Corona de Aragón, pero con
especial intensidad en Cataluña, ya que aunque Valencia también experimentó, como reino
marítimo que era, pudo mitigar los efectos de las grandes epidemias gracias a su auge
económico que atraía a emigrantes de los restantes reinos de la Corona, y Aragón, por su parte,
se encontraba, por su situación geográfica, más protegida.

Aunque las epidemias afectaron con mayor intensidad a los habitantes de las ciudades
(aglomeración, falta de higiene...), en el campo catalán su repercusiones fueron enormes, debido
fundamentalmente a la emigraciones en masa hacia la ciudad de los campesinos más pobres, que
se sentían atraídos por el aumento de los salarios del sector industrial y del comercio, provocado
por la falta de mano de obra (causada por la peste). Como consecuencia de estas emigraciones
se profujo un enorme descenso de la población rural e incluso el abandono absoluto de
numerosos núcleos rurales, y una transformación de la estructura social agraria.

Socialmente, el impacto de la crisis demográfica en el campo fue además muy desigual,


ya que afectó con mayor intensidad a los campesinos pobres que a aquellos que estaban mejor
situados económicamente, que pudieron adquirir más y mejores tierras al quedar bastantes
mansos deshabitados (masos rónecs).

En la revolución remensa del siglo XV las diferencias económicas (intensificadas por la


crisis demográfica) entre los campesinos pobres y los ricos jugaron un papel fundamental. Los
remensas más acomodados y poderosos formaron el partido de los moderados (que alternaba
fases de lucha con negociaciones sindicales), mientras los más empobrecidos formaron un
partido radical que luchó pro conseguir las soluciones más extremas por medio de la revolución
armada.

Los señores (terratenientes)también sufrieron las consecuencias de la crisis demográfica:


por un lado porque los campesinos mejor situados pudieron aprovechar sus dificultades para
redimirse de las servidumbres, y por otro, porque sus rentas, base de su economía, estaban
descendiendo rápidamente como consecuencia de la disminución de la población rural y del
abandono de muchas explotaciones, lo que provocó el decrecimiento de la producción.

Los señores tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos alternativos a sus menguadas
rentas. Algunos decidieron dedicarse a la actividad militar, pero otros muchos optaron por
endurecer la condición servil de los campesinos jurídicamente, agrabando su condición (por lo
que se vieron aún más estrechamente vinculados a la tierra), y económicamente, aumentando los
censos, usos y gravámenes a los que estaban sometidos y arrebatándoles los “masos rónecs”;
sirviéndose para todo ello del “ius maletractandi”: facultad que tenían los señores para,
arbitrariamente, encarcelar a los cultivadores de sus predios y confiscarles sus bienes.

Este endurecimiento de la condición servil, unidos a los estragos causados por la peste,
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Geografía e Historia
Tema 31

provocó el movimiento de emancipación de los remensas.

En un primer momento los campesinos buscaban que se les garantizase la integridad de


las explotaciones que habían ampliado y la abolición de la potestad señorial.

La monarquía, que desde Juan I y hasta la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486)


intentó encontrar una solución legal que pusiese fin al malestar general, autorizó a los remensas
para que crearan sindicatos y convocaran asambleas para canalizar, legal y moderadamente, sus
reivindicaciones, aun a pesar de la oposición de los señores a este sistema de organización.

La monarquía, a pesar de apoyar las reivindicaciones remensas,, no buscaba el provocar


la ruina económica de las clases señoriales (lo que podía provocar la decadencia general de la
Corona9 y por ello defendió, aproximadamente durante un siglo, un proyecto por el que lo
malos usos debían convertirse en rentas o en censos y por el que los remensas dejarían de ser
siervos para convertirse en arrendatarios, obligados a pagar diezmos, primicias, etc.

Los estamentos privilegiados aprovecharon la entronización en Cataluña de Fernando de


Antequera para revocar las medidas filoremensas adoptadas por los monarcas anteriores y para
reprimir al campesinado. Pero Alfonso el Magnánimo (1416-1458) reemprendió de nuevo la
política de sus antecesores. Como la reacción de la nobleza ante la actitud del rey fue inmediata
(obstaculizaron las negociaciones campesinas, los sistemas de recaudación que habían
organizado los sindicatos, etc.) los remensas decidieron emplazar a los señores a comparecer
ante el tribunal del rey. Alfonso sentenció finalmente que los “malos usos” serían redimidos
(1457). El hecho de que su sucesor Juan II (1458-1479), se mostrara dispuesto a cumplir la
sentencia, explica en parte la ruptura que tuvo lugar dos años más tarde (en las Cortes de Lérida
de 1460) entre la Iglesia, la nobleza y el patriciado por un lado, y la corona por otro, y el inicio
de la guerra civil contra Juan II (1462-1472), en la que los tres unidos lucharon contra la política
filorremensa de la Corona, responsable según ellos de la disminución de sus rentas agrarias por
haber favorecido las reivindicaciones de los campesinos.

Aunque Juan II quiso proseguir con su política filorremensa, la resistencia de la nobleza


impidió que el conflicto se solucionase definitivamente, provocando así el que los remensas se
organizaran par iniciar la acción directa, ya que empezaban a desconfiar de la posibilidad de
solucionar pacíficamente sus problemas. Poco antes de iniciarse la guerra civil se produjo el
primer alzamiento remensa (Gerona, 1462).

Durante la guerra civil los remensas, unidos lógicamente a la causa real, lucharon
formando guerrillas. Sus contribuciones más importantes a la causa monárquica durante la
guerra fueron: su defensa de Gerona, sus continuos ataques en el Ampurdán y en la Selva, y el
haber mantenido abiertos los pasos de las montañas para las tropas reales.

Sin embargo, la victoria definitiva de Juan II que puso fin a la guerra civil (Tratado de
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Geografía e Historia
Tema 31

Pedralbes, 1472) no comportó un cambio demasiado favorable para los remensas, ya que el
monarca no reemprendió entonces ninguna acción para resolver su situación (debido
posiblemente a la crisis económica que soportaba la Corona).

Durante el reinado de su hijo y sucesor Fernando II, quien adoptó al respecto una
política de concordia muy prudente, un sector de la oligarquía catalana se levantó de nuevo
contra la corona. Como con su levantamiento favoreció la fuerte depresión económica existente,
logró que las cortes restablecieron plenamente los derechos señoriales y que declararan
anticonstitucional la Sentencia de Alfonso el Magnánimo.

La aplicación de estas medidas, la lentitud de las nuevas negociaciones de los sindicatos


remesas (autorizados otra vez por Fernando II) y la intransigencia señorial, provocaron el
estallido de la segunda guerra remensa (septiembre 1484 - marzo 1485), protagonizada por el
sector más radical del movimiento campesino. Su movimiento armado los situó fuera de la ley y
provocó la división de sus miembros: por un lado se formó una facción revolucionaria, y por
otro una partidaria de la vía legalista.

Fernando II decidió, ante el empeoramiento de la situación provocado por la lucha


armada del sector más radical, que mientras seguía intentando llegar a un compromiso con el ala
moderada, aplastaría al sector armado. El 24 de marzo de 1485 fue derrotado.

A pesar de la derrota, el conflicto agrario podría haberse prolongado de no ser por


Fernando II, que decidió atender las propuestas del sector moderado e imponer una solución
definitiva al conflicto. Así, el 21 de abril de 1486 el rey promulgaba una Sentencia Arbitral por
la que se regulaban las relaciones jurídicas y sociales en el campo catalán, (estipulándose que los
campesinos no podrían ser maltratados y que tendrían derecho a abandonar la tierra cuando
quisieran) y se determinaban las medidas de represión que debían adoptarse contra los
protagonistas de la segunda guerra remensa. (Las disposiciones represivas jamás fueron
aplicadas integramente).

Por una disposición real anexa de 1488, los campesinos obtuvieron la garantía de no ser
desposeídos de los masos ródeos.
Una de las principales consecuencias de la Sentencia Arbitral fue la desaparición del
payés de remensa y la creación del campesino enfitéutico, base de la estructura agraria catalana
hasta la actualidad.

31.2.2.2 LA INSURRECION FORANEA.

Entre 1450 y 1454 se produjo en Mallorca un levantamiento de3 los campesinos (forans)
contra la oligarquía de la Ciudad de Mallorca (ciutadans).

Este conflicto social guardó una estrecha relación con los conflictos acontecidos en el
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Geografía e Historia
Tema 31

Principado: revuelta remensa y la lucha entre la Biga y la Busca; e influyó en ella decisivamente
la situación socioeconómica y política de la isla: Mientras los ciutadans controlaban el gobierno,
los forans, mucho más numerosos, estaban representados únicamente con un tercio en el
General y Gran Consejo (órgano supremo de administración de la isla).

Cuando comenzaron a constituirse nuevas villas (alcudia, Benisalem, Inca, etc.) los
forans más acomodados abandonaron el campo e ingresaron en el estamento de los ciutadans,
que intentaban que los campesinos soportaran sobre sus espaladas lo peor de la crisis existente,

Durante el reinado de Alfonso el Magnánimo (1416 - 1458) la conflictividad social entre


ambos grupos se incrementó, desembocando en una insurrección de los forans. Las medidas
represivas ordenadas por el rey y por el gobernador de la isla, Berenguer Olms, contra los
insurrectos acentuaron la conflictividad (éstos debían, pagar los censos que adeudaban e
indemnizar, además, a los ciutadans y a los recatxas. Forans contrarios a la insurrección).

Después de nuevos enfrentamientos entre la monarquía - oligarquía nobiliaria y los


insurrectos (que situaron por segunda y tercera vez la ciudad de Mallorca), la rebelión fue
definitiva fue definitivamente aplastada (mayo de 1454).

La brutalidad de las medidas adoptadas entonces por el monarca (la decisión de que los
forans pagasen todas sus deudas, la mitad del sueldo de las tropas, las indemnizaciones de los
ciudadanos y de los recatxas, de que no reclamasen los saqueos a los que se habían visto
sometidos por los mercenarios italianos (sacomacos), aliados del monarca, y el pago de una
multa de 150000 libras) provocó:
1. La ruina de las villas.
2. La semidespoblación en bandoleros de muchos forans.
3. La conversión en bandoleros de muchos forans.

31.2.2.3 LAS LUCHAS DE PARTIDOS EN LAS CIUDADES.


BARCELONA.

En los municipios, durante las últimas décadas del siglo XIV se produjeron (debido a las
epidemias, a la escasez de buenas cosechas, a las crisis bancarias, etc.) agitaciones sociales más
o menos violentas, y se formaron partidos, denominados “reformadores”, que realizaron
proyectos de participación en el poder orientados al restablecimientos de la prosperidad perdida.

A mediados del siglo XV la crisis que padecía Barcelona se tradujo en rivalidades


políticas y sociales, protagonizadas sobre todo por las facciones (partidos políticos) llamadas
Busca y Biga.

Ambas facciones querían detentar el control del poder municipal para defender sus
respectivos intereses económicos. La Biga, formada por los ciutadans honrats (miembros de la
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Geografía e Historia
Tema 31

aristocracia de los negocios, que debido a la crisis habían decidido realizar inversiones
inmobiliarias y rendísticas) y los mercaderes más ricos (dedicados al gran comercio de especias
y de productos orientales, y a especular con el trafico de granos en épocas de carestía), había
monopolizado el gobierno municipal desde el siglo XIII.

La Busca, por el contrario, estaba formada sobre todo por mercaderes dedicados a la
exportación, artistas, menestrales de los gremios municipales, artesanos y por algunos ciutadans
honrats descontentos, que se constituyeron, junto con los mercaderes, en la minoría dirigente del
partido. La Busca defendía los intereses económicos de la producción industrial directamente
(sobre todo del sector textil), y del comercio de exportación indirectamente.

Entre los años 1440 y 1450, en los que la crisis catalana se agudizó, la adopción de las
medidas sugeridas por la Biga no condujo a superar la crisis. Esto, unido al creciente
descontento popular y a la pésima gestión de los asuntos públicos, favoreció el acceso al poder
de la busca. Su programa de reformas, que abarcaba a toda Cataluña y no sólo a Barcelona, fue
apoyado por Alfonso el Magnánimo, quién decidió nombrar lugarteniente de Cataluña a
Galcerán de Requeséns (miembro de la Busca desde 1449). En 1453 éste daba un golpe de
estado municipal y situaba en el poder al sector más moderado de la Busca. Un mes más tarde el
rey autorizaba la devaluación monetaria (medida propuesta por la Busca para evitar la huida
masiva de Cataluña de las monedas de oro y de plata).

La biga se opuso insistentemente a la puesta en práctica de esta medida pues, entre otras
cosas, provocaba la disminución de sus rentas (del valor de sus rentas).

El segundo punto del programa de reformas de la Busca era el proteccionismo: la


protección de los productos nacionales frente a la competencia de los extranjeros. Las medidas
adoptadas en esta sentido provocaron también la oposición de la Biga, partidaria del libre
comercio.

Su tercer punto del programa era el de la reforma del gobierno municipal, que se llevó a
cabo disminuyendo los sueldos de los grandes funcionarios, investigando los negocios
fraudulentos realizados desde el poder por los honrats y abriendo a todos los estamentos la
Consellería y el Consell del Cent.

Aunque los tres puntos de reforma de la Busca (devaluación, proteccionismo y


democratización del gobierno municipal) fueron acogidos por gran entusiasmo por el pueblo, su
gran soporte, antes de que finalizara su mandato (7 años) ya había perdido su apoyo, debido en
parte a la oposición permanente de la Biga, que se dedicó a presionar a la Corona en contra de la
Busca y que aprovechó sus problemas y divisiones internas para infiltrarse en el gobierno. Así la
oligarquía barcelonesa, aliada con los grandes señoras territoriales (nobleza y clero) consiguió
hacerse fuerte y decidió:
1. Deshacer el sindicato de los Tres Estamentos, creado por la Busca.
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Tema 31

2. Ejecutar a los dirigentes de la Busca.


3. Declararle la guerra a la monarquía, que había atentado contra sus privilegios, para
intentar recupera la dirección de Cataluña y descargar, en la medida de lo posible, las
consecuencias de la crisis sobre las clases trabajadoras.

La lucha directa contra la monarquía la dirigió la Generalitat, que aglutinaba a la


nobleza, al clero y al patriciado.

La crisis que sufrió Barcelona provocó la cesión de su puesto de capital financiera de la


Corona de Aragón a Valencia.

31.3 EL REINO DE NAVARRA.

31.3.1 NAVARRA BAJO EL DOMINIO FRANCES.

Desde que en el año 1276 un ejército francés sofocara el levantamiento de los navarros
contra su incorporación a Francia, y hasta 1328, Navarra estuvo unida a la Corona de Francia.

Los franceses no sólo se sirvieron de ella para intervenir en los asuntos peninsulares,
sino que además vulneraron claramente su Fuero General, provocando el aumento del
descontento de los naturales del reino, sobre todo de los más relevantes de la sociedad, que
desembocó en repetidos intentos de resistencia, duramente reprimidos por las autoridades
francesas.

Los tres hijos de Juana (hija de Enrique I de Champaña, rey de Navarra y de Blanca de
Artois) y de Felipe IV el Hermoso, segundo hijo del rey de Francia (matrimonio que había
provocado el levantamiento de los navarros) heredaron, sucesivamente, el reino de Navarra.
1. Luis Hutín (1314 - 1316).
2. Felipe el Largo (1316 - 1322).
3. Carlos IV (1322 - 1328), llamado por los navarros el Calvo, al que ni siquiera
reconocieron como rey.

La muerte en 1328 de Carlos IV provocó un pleito sucesorio (ya que carecía de


descendencia masculina y los navarros alegaron una pretendida ley Sálica que excluía del trono
a las mujeres) que fue resuelto por los franceses con la elección de Felipe VI de Valois, primo
de Carlos IV.

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Geografía e Historia
Tema 31

31.3.2 NAVARRA ENTRE FRANCIA Y LOS REINOS HISPÁNICOS (1328 -


1425).
31.3.2.1 EL REINADO DE FELIPE DE EVREUX (1328 - 1349).

Los navarros, contrarios a esta elección, hicieron valer los derechos de una hija de Luis
Hutín, Juana, casada con Felipe, conde de Evreux (miembro también de la casa real capeta). El
matrimonio, respaldado por los navarros, acordó con Felipe de Valois su renuncia al condado de
Champaña y a cualquier derecho a la Corona de Francia, a cambio del reino de Navarra y de los
condados de Angulema, Conqueville y Mortain. Así, y gracias a la firme actitud de los
estamentos navarros, unidos en una misma causa, Navarra se separó (al menos nominalmente)
de Francia. Los nuevos monarcas vivieron durante casi todo su reinado en Francia, gobernando
Navarra por medio de altos funcionarios franceses, igual que habían hecho sus antecesores.

31.3.2.2 EL REINADO DE CARLOS II (1349 - 1387).

El reinado de su hijo y sucesor, Carlos II, se caracterizó por la implantación de Navarra


en los complejos problemas políticos de la época, tanto de Francia como de la península, (el
mayor esfuerzo económico que esto supuso para los navarros coincidió con los estragos que la
epidemia de la Peste Negra (1348) estaba causando en Navarra y en toda Europa) y por la
designación de navarros para ocupar los principales cargos de la administración del reino.

Poco después de ser coronado rey, Carlos II entró en guerra con el favorito del rey de
Francia (Juan II) Carlos de España, al que el rey francés le había concedido el condado de
Angulema, previamente ofrecido por Felipe de Valois a sus padres. Aunque el favorito fue
asesinado por hombres de Carlos II, Juan II no tuvo más remedio que pactar con el rey navarro,
ya que los dominios que éste poseía en Normandía tenían un valor estratégico inestimable en
plena guerra de los Cien Años, Si Carlos II se aliaba con Inglaterra, los ingleses podrían acceder
fácilmente al continente a través de sus dominios normandos.

Cuando Juan II de Francia se enteró que Carlos II estaba iniciando conversaciones con el
duque de Lancaster, decidió poner fin a su pacto y arrebatarle sus tierras de Normandía. Ante la
réplica del rey navarro, Juan II tuvo que avenirse de nuevo a negociar con él, y a devolverle las
tierras que le había arrebatado (1355).

En abril de 1356 Juan II quebrantó de nuevo la paz recién firmada, apresando a Carlos
II. La reacción de los ingleses no se hizo esperar: invadieron, unidos a todos los enemigos de
Juan II, Francia, desde Normandía y Gascuña; y derrotaron al rey francés en la batalla de
Poitiers. Poco después (1357) Carlos II era liberado.

Sin embargo, aunque la población de París (que se había declarado en franca, rebeldía
contra el gobierno) lo recibió con gran entusiasmo, protó comenzó a disminuir su popularidad
(debido en gran parte a su complicidad con los ingleses), mientras que la del delfín (el hijo y
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Geografía e Historia
Tema 31

heredero de Juan II de Francia) se consolidaba.

Carlos II, de todas formas, prosiguió la guerra aliado a los ingleses, hasta la firma de la
paz de Bretigny (1360), por la que prestó homenaje a Juan II y por la que recuperó las plazas de
Normandía, que había perdido nuevamente.

A pesar de la paz, los dos contrincantes (ingleses y franceses, cada uno con sus
respectivos aliados) querían reanudar de nuevo la guerra hasta obtener un triunfo clarísimo
sobre su adversario.

Cuando estalló la guerra entre Pedro I el Cruel de Castilla y Pedro el Ceremonioso de


Aragón, aliado el primero con Inglaterra y el segundo con Francia, Carlos II de Navarra, cuyos
intereses le inclinaban a apoyar al castellano, decidió ponerse al lado de éste, y poco después
negociar secretamente con El Ceremonioso y con Enrique de Trastámara. Objetivos de Carlos
II:
1. Poder utilizar a Castilla para presionar al delfín de Francia (el futuro Carlos V).
2. Mantener con Castilla la paz tanto si en la guerra civil que había en ese reino vencía
Pedro el Cruel o su hermano Enrique de Trastámara, para poder enviar refuerzos desde los
puertos vascos (castellanos) a sus posesiones normandas, amenazadas por el rey de Francia.
3. No provocar con sus alianzas la reacción contra él de ninguna de las dos partes
(Francia-Aragón - Inglaterra-Castilla), ya que dadas sus fuerzas militares Navarra no podría
resistirla.

A pesar de querer mantenerse neutral, tuvo que estrechar sus lazos con los ingleses y con
Pedro de Castilla cuando sus tropas fueron derrotadas por el rey francés (ya Carlos V) en 1364.
Al vencer en la guerra civil castellana finalmente Enrique de Trastámara, su situación
empeoró considerablemente:
1. Al no llegar a un acuerdo con Inglaterra, tuvo que negociar con Carlos V de Francia:
tuvo que renunciar a varias de sus posesiones normandas situadas en la ruta de Normandía a
París.

2. Tuvo que firmar la paz con Castilla (Paz de Briones, 1373), por la que se vio obligado
a devolver Logroño y Vitoria (conquistadas aprovechando la confusión castellana causada por la
guerra civil), y en la que se pactó el matrimonio de su primogénito, el infante Carlos, con
Leonor de Castilla, hija de enrique II de Trastámara.

Poco después, la nueva guerra que entabló con Francia (Carlos V había arrestado al
primogénito del rey navarro junto con dos de sus hermanos, miembros todos ellos de una
embajada que el navarro había enviado a Francia, y había ocupado todas sus plazas normandas,
salvo Cherburgo) comportó:
1. En el exterior: la derrota de sus tropas.
2. En el interior de su reino: la invasión de Navarra por los castellanos, que se habían
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Geografía e Historia
Tema 31

enterado del pacto secreto que había firmado con los ingleses (por el que, a cambio de su ayuda
les entregaría Logroño).

Su falta de recursos financieros, sumada a una ayuda inglesa escasa y tardía, hizo que
tuviera que pedirle al rey castellano la paz incondicional en el Tratado de Briones por el que
Carlos II debía romper su alianza con Inglaterra, y someter sus diferencias con el rey de Francia
al arbitraje de Castilla.

En 1381, fecha de la muerte de Carlos V de Francia, el hijo del rey navarro fue liberado.
Sus buenas relaciones con el nuevo rey de Castilla, Juan I, hermano de su mujer, posibilitaron la
anulación de las onerosas cláusulas del Tratado de Briones.

Su muerte, en 1387, dio paso al reinado de su hijo Carlos III.

31.3.2.3 EL REINADO DE CARLOS III (1387 - 1425).

Su reinado se caracteriza por la paz absoluta con los demás reinos, especialmente con
Castilla, en donde mantuvo unas excelentes relaciones, primero con su cuñado, Juan I, y después
con el hermano de éste, Fernando de Antequera (regente).

En 1413, muertos sus tres hijos mayores, decidió prometer a su hija Blanca (viuda de
Martín el Joven desde 1409) y que era la heredera del trono navarro, con Juan (futuro Juan II de
Aragón), hijo de Fernando de Antequera. Como era obvio que esta unión, celebrada en 1420,
era una baza política de los Trastámaras, las Cortes navarras decidieron que a la muerte de doña
Blanca fuera nombrado rey un hijo del matrimonio, y no Juan II.

En 1421 nacía Carlos, para quien su abuelo Carlos III creó el título de Príncipe de
Viana. En 1425, por la muerte de Carlos III, fue coronada reina de Navarra su hija Blanca. Su
marido, Juan de Aragón, tomaba el mismo título.

31.3.3 LA GUERRA CIVIL EN NAVARRA: JUAN II Y EL PRINCIPE DE


VIANA.

En 1441 muere Blanca de Navarra, dejando en su testamento el reino a su hijo Carlos, al


que le rogaba que no tomase el título de rey sin el consentimiento de su padre. Esta cláusa
provocó la guerra civil entre agramonteses y beamonteses, siendo los primeros partidarios de
Juan de Aragón y los segundos del príncipe de Viana.

La guerra civil Navarra del siglo XV fue el resultado de la oposición entre distintos
linajes nobiliarios, alineados en dos facciones: la de los Beaumont (partidarios de Carlos de
Viana) y la de los Agramont (partidarios de Juan de Aragón).

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Geografía e Historia
Tema 31

La oposición entre padre e hijo incidió directamente sobre las rivalidades existentes
entre los linajes nobiliarios del país. Esto, unido a la arbitrariedad con que Juan II gobernaba,
provocó la conflagración general, la guerra civil que iba a asolar Navarra durante varios años.

Cuando en el año 1450 el príncipe de Viana se escapó del reino para buscar apoyo
contra su padre la ruptura entre ambos se hizo pública y definitiva. Don Álvaro de Luna,
favorito de Enrique IV de Castilla y enemigo acérrimo de Juan II, le ofreció su apoyo a Carlos
de Viana.

En 1455, Juan II desheredaba públicamente a su hijo Carlos, negándole así sus legítimos
derechos al trono, y a su hija Blanca, nombrando herederos a su hija Leonor (hermana de
ambos) y a Gastón de Foix, su marido.

En 1458, por la muerte de su hermano Alfonso el Magnánimo, rey de la Corona de


Aragón, Juan era proclamado nuevo soberano de esta Corona. Desde ese momento el conflicto
con su hijo sobrepasó los limites del reino navarro, alcanzando unas dimensiones y unas
consecuencias mucho más profundas.

En 1460 cuando Juan II ordenó que su hijo fuera apresado (a pesar de haber llegado a un
acuerdo con él ya que temía que se proclamara rey de Nápoles), estalló de nuevo la guerra civil
en Navarra, a la par que una protesta generalizada en Cataluña, lo que provocó la movilización
de los ejércitos de Enrique IV de Castilla en favor del príncipe Carlos ya que Juan II era el
investigador de los levantamientos de los nobles aragoneses que residían en Castilla.

Ante la amenaza de tanto enemigo, Juan II tuvo que claudicar y dejar en libertad a su
hijo (que muere en septiembre de 1461).

31.3.4 LA INCORPORACION DE NAVARRA A LA CORONA DE CASTILLA.

Por el matrimonio de Leonor, nombrada lugarteniente de Navarra tras la muerte de su


hermano, con Gastón de Foix, la casa de los condes de Foix entró a reinar en Navarra. Por los
territorios que éstos poseían al norte de los Pirineos, le debían vasallaje al rey de Francia, lo que
limitaba la libertad de acción de los reyes navarros.

Cuando en 1479 se unen (dinásticamente) Aragón y Castilla, Navarra se convierte en un


reino especialmente amenazado en la lucha que los Reyes Católicos mantienen con Luis XI de
Francia. En 1483, al heredar el trono Navarro Catalina de Foix, los Reyes Católicos y Luis XI
empezaron a presionar para que contrajese matrimonio con su candidato respectivo: Juan, hijo
de los Reyes Católicos, por un lado y Juan de Albret, candidato de Luis XI, por otro. Juan de
Albret estaba además apoyado por las Cortes de los territorios franceses de los Foix y fue
finalmente el marido de Catalina.

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Geografía e Historia
Tema 31

Como la independencia de Navarra era imposible de mantener (dado el antagonismo


existente entre Francia y los intereses de los Reyes Católicos), se intentó varias veces su
partición entre ambas coronas.

En 1512, el conquistador Fernando el Católico la Navarra cispirenaica, Navarra quedó


dividida. Poco después de que iniciase su invasión, llegaron de Roma las bulas, que tan
insistentemente había solicitado, que excomulgaban a los reyes de Navarra por haberse aliado
con los franceses y haber impedido el tránsito por su reino de las tropas de la Santa Liga
(integrada por el Papa, el Dux de Venecia, el rey Católico y Enrique VIII de Inglaterra, y
formada para arrojar de Italia a los franceses) y que entregaban el reino de Navarra a Fernando.

Por las Cortes celebradas en Burgos en 1515 Navarra fue incorporada a la Corona de
Castilla. Los navarros conservarían sus propias leyes, tribunales y Cortes.

31.4 EL REINO NAZARI DE GRANADA.

El reino nazarí de Granada, último reducto de los musulmanes en la península, había


sido fundado en 1238 por Muhammad Ibn al-Ahmar. Este reino comprendía todos los territorios
situados al sur de Sierra Nevada y todo el tramo costero de Andalucía hasta Gibraltar.

La derrota de los benimerines en la batalla del Salado (1340) por las tropas de Alfonso
XI, y la posterior toma de Algeciras, imposibilitaban el que los musulmanes pudieran recibir
ayuda de África de nuevo.

La subsistencia de este reino puede explicarse en gran medida por factores económicos:
antes del siglo XIV, ni Castilla y Aragón quisieron enemistarse con los reinos de Taifas (y
tampoco después con los reinos que resultaron de la desintegración de éstos), ya que de ellos
recibían fácilmente cuantiosos tributos. Cuando a partir del siglo XIV solo quedó Granada,
Castilla quiso mantener abierta la puerta del oro, -Granada- que llegaba a través de ésta desde
Sudán , pues ese oro acababa en sus arcas, ya que con él pagaban los granadinos sus tributos a
Castilla. Es bastante comprensible que Castilla no quisiera prescindir de ese oro, ya que gracias
a él logró convertirse la Baja Edad Media en el centro de acuñación de monedas de ese metal, lo
que le permitió competir con ventaja con los demás reinos de la Europa occidental.

Cuando en 1453 cayó Constantinopla en poder de los turcos, el espíritu de cruzada de la


cristiandad se reanimó. Dos años más tarde Enrique IV de Castilla reanudaba a instancias del
Papa la reconquista, llevando a cabo varias incursiones militares en el reino de Granada, con las
que prácticamente no logró nada.

Fernando e Isabel reanudaron la guerra movidos por el deseo de unificar el país,


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Geografía e Historia
Tema 31

consiguiendo, a base de metódicos ataques, reducir el reino a la ciudad de Granada, que


finalmente se rindió el dos de enero de 1492.

El triunfo de los Reyes CC. Se debió a su prolongado esfuerzo militar y a las divisiones
internas del reino nazarí, que desembocaron en una guerra civil que se desarrolló mientras
tenían que defenderse de los ataques cristianos.

En el año 1515, con la anexión de Navarra, de los cinco reinos que habían estado
luchando durante los siglos XIV y XV, bien por mantener su independencia, bien por imponerse
a los demás, cuatro aparecían por fin unidos bajo una misma Corona: la de los Reyes Católicos.
En la península Ibérica sólo quedaban Portugal y España.

31.5 EL REINO DE PORTUGAL.

Durante el reinado de Alfonso IV el Bravo (1325-1356) el reino lusitano sostuvo de


nuevo frecuentes luchas con Castilla, a pesar de haberla apoyado contra los benimerines en la
batalla de Salado.

Pedro I (1356-1367), sucesor de Alfonso, se hizo eco de la reacción popular contra las
clases privilegiadas. Su heredero, Fernando, quien había aspirado a la Corona de Castilla tras el
fraticidio de Montiel, luchó, aliado con Aragón, contra Enrique II de Trastámara. Por sus
sucesivas alianzas con el duque de Lancaster, entro de nuevo en guerra con Castilla en dos
ocasiones más: en la primera Guido de Monfort consiguió restablecer la paz; en la segunda el
enfrentamiento se saldó con una victoria naval castellana y una victoria terrestre castellana.

Como carecía de descendencia masculina, su muerte planteó un problema sucesorio que


se resolvió por medio de una lucha armada, en la que se enfrentaron todos los aspirantes al trono
lusitano: los hijos de Pedro I de Portugal y de su esposa, doña Inés de Castro; Don Juan, que era
el gran Maestre de la Orden de Avis (hijo ilegítimo de Pedro I); y Juan I de Castilla, cuyas
capitulaciones matrimoniales con la hija de Fernando I, doña Beatriz, establecían que si el rey
lusitano moría sin descendencia masculina su hija heredaría la corona.

En Aljubarrota las tropas del rey castellano fueron derrotadas por Juan de Avis (apoyado
por el pueblo y por la burguesía).

Durante su reinado, Juan I de Avis (1385-1433) gobernó con la ayuda de las cortes; creó
una nueva nobleza adicta a su causa, para contrarrestar el poder de la rancia nobleza lusitana,
que había reconocido los derechos de Beatriz; E intensificó la política africana (en 1415 sus
hijos, Eduardo, Pedro y Enrique, llamado el Navegante, conquistaban Ceuta).

A su muerte le sucedió su primogénito, el rey Eduardo I (1433-1438). Los


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acontecimientos fundamentales de su reinado fueron:

1. La disminución de las concesiones que su padre había otorgado a sus partidarios.


2. La derrota que su ejército, dirigido por su hermano Enrique, sufrió después de haber
sitiado Tánger (1437) a manos de los marroquíes, por la que tuvo que firmar una capitulación en
la que se acordaba la entrega de Ceuta. Esta derrota, unida a la muerte del príncipe Fernando
(que había quedado como rehén en poder de los musulmanes) siendo aún cautivo, provocaron su
muerte.

Durante la minoría de edad de su heredero, Alfonso V el Africano (1438-1481) fue


regente de Portugal el infante don Pedro. Esto provocó la reacción de la nobleza territorial,
contraria durante la regencia a don Pedro (pues este había defendido los intereses de la
burguesía de Lisboa y Oporto, que buscaba la expansión marítima de Portugal, frente a los
suyos propios, totalmente continentales).

La nobleza entonces intentó convencer al monarca de que don Pedro usurparle el trono,
provocando finalmente el enfrentamiento entre ambos. El enfrentamiento terminó con la derrota
y muerte de don Pedro en Alfarrobeira (14499 por las tropas reales.

En 1481 Juan II (1481-1495) sucedió a Alfonso. El nuevo monarca defendió la


preeminencia de la corona; apoyó la causa que había sido derrotada en Alfarrobeira,
rehabilitando la figura del infante don Pedro y orientando su política hacia la expansión
marítima de Portugal; y adoptó varias medidas para desarmar a los nobles feudales.

Durante el reinado de su hijo, Manuel I el Afortunado (1495-1521), se produjo el


apogeo expansionista de la Corona de Portugal.

31.6 LA CULTURA PENINSULAR A FINALES DE LA EDAD MEDIA.

Con las grandes conquistas cristianas del siglo XIII se produjo en los estados cristianos
peninsulares una transformación cultural muy importantes, simultánea a la que experimentó el
resto de la Europa occidental.

En Castilla el latín fue sustituido por el romance, lo que comportó una mayor difusión
de la cultura, patrimonio anteriormente de reducidas minorías ubicadas en iglesias y en
monasterios.

La Universidad de Salamanca, creada en la época de Alfonso X el Sabio, quien impulsó


extraordinariamente las empresas culturales, reanudo sus actividades a comienzos del siglo XIV.
Los sucesores de Alfonso X prosiguieron su labor. Los centros universitarios empezaron a
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impartir entre sus enseñanzas las del Derecho y la Medicina, y ampliaron su esfera de acción
estableciendo instituciones como los colegios mayores.

La obra del canciller Pedro López de Ayala representa la historiografía del siglo XIV.
Su obra abarca los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III. En el siglo XV destacan
los cronistas Diego de Valera, Diego Enríquez del Castillo, Alonso de Palencia y Hernando del
Pulgar.

Los primeros brotes renacentistas se manifestaron en Castilla en el ambiente cortesano


de Juan II (1406-1454). El lenguaje castizo del arcipreste de Hita y el infante don Juan Manuel
es sustituido por un lenguaje más aristocrático, de sintasis latinizante. Los poetas más
importantes del momento son: el marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique. Todos
ellos acusaron en sus obras la influencia italiana.

La corona de Aragón también experimentó profundas transformaciones culturales en los


siglos XIV y XV. Tanto Jaime II como Pedro IV, concedieron mucha importancia a las
empresas. Jaime II, apasionado bibliófilo, legó su biblioteca particular al monasterio de Poblet,
y fundó la Universidad de Lérida, que alcanzó muy pronto un gran relieve por sus estudios
jurídicos. Por su parte Pedro IV, cuya época se caracterizó por la fecundidad cultural, fundó las
Universidades de Perpiñán y de Huesca. Alfonso V el Magnánimo se convirtió en mecenas de
muchos humanistas famosos (Lorenzo Valla, Jorge de Trebisonda, Eneas Silvio, etc.);
subvencionó la traducción de obras clásicas y dictó, en el año 1450, unas ordenanzas para crear
la Universidad de Barcelona.

En Cataluña y en Mallorca se cultivaron en ese período, de forma intensa, la náutica y la


cartografía, ciencias aplicadas a la navegación.

En el campo de la Filosofía y de la Teología destacó, durante el reinado de Jaime II,


Arnav de Villanova, quien además cultivó la medicina.

En la Corona de Aragón predominó entre los géneros literarios la poesía lírica, que se
vio influida en primer lugar por la escuela provenzal, y después por los medios italianos.

En la Corona de Aragón destaca en el siglo XV la figura del humanista valenciano


Ausias March.

En el arte peninsular del siglo XIV destaca, sobre todo, Cataluña, en donde sus
características arquitectónicas podemos encontrarlas perfectamente definidas en la Catedral de
Barcelona (iniciada en el siglo XIII), y en una serie de edificios civiles, como el palacio de
Poblet.

En la pintura destacan los hermanos Serra en Cataluña, y la escuela formada en la


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catedral de Toledo por Starnina en Castilla.

Un fenómeno artístico muy peculiar de este período es el arte mudéjar realizada toda en
ladrillo, con un sistema típico de contrarrestos y bóvedas pero sin ostentación de arabismo;
mientras en la segunda, desde la Toledo musulmana, se combinaba el ladrillo y la mampostería,
y predominaban los arcos de herradura, la decoración de arquillos enlazados y el empleo de
yeserías para decorar interiores.

El arte mudéjar fue también importante en Aragón, en donde destacan sus Torres de
Teruel y la fachada de la Seo de Zaragoza. En el reino nazarí de granada destaca, sobre todos los
demás monumentos, el Palacio de la Alhambra.

En el siglo XV destaca en el mundo del arte Castilla, del mismo que en el siglo XIV
había destacado Cataluña. El realismo y el decorativismo difundidos por los artistas borgoñones
(renacimiento nórdico) influyeron en el arte castellano, que después de nuevo estilo se vio
influido por el arte mudéjar , que se unió a los elementos del gótico florido, para crear nuevas
formas de decoración arquitectónica.

La Corona de Aragón se mantenía mientras tanto fiel al estilo gótico.

En Castilla las obras arquitectónicas más importantes del siglo, que culminarán en el
gótico isabelino, son; San Juan de los Reyes (Toledo), de Juan de Guas y Enrique de Egas; la
Capilla del Condestable de la Catedral de Burgos, de Simón de Colonia; y el Palacio de los
duques del Infantado en Guadalajara, de Lorenzo Vázquez.

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