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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Capítulo primero; Los orígenes: Ayalas y


Salcedos en los siglos X, XI y XII.

Antes de hablar de los primeros Marroquines, tenemos que hacerlo de sus


antepasados directos: de los Ayalas y los Salcedos, primeros pobladores de los
valles del mismo nombre de Álava y Vizcaya respectivamente, y en cuya historia
podemos remontarnos a los primeros años de este milenio, es decir, al siglo XI en
el caso de los Ayala, o incluso a fechas anteriores al siglo VIII en el caso de los
Salcedo y sus antecesores.

Curiosamente, estas dos nobles casas tienen un origen común en las tierras de
la actual provincia de Álava, un territorio de apenas 3.000 Km2, pues
remontándonos primero hasta finales del siglo VII (año 680), encontramos a los
antecesores de los Salcedos.

Sobre los Salcedo…

En esa época, estando gran parte de la Península Ibérica en poder de los


visigodos (con Ervigio, sucesor de Wamba como rey), se constituyó la provincia
cívico-militar de Cantabria, la última de las ocho en la que dividían los visigodos el
Reino de Toledo 1 . A su frente, y con un poder cuasi absoluto figuraba un Duque,
D. Pedro de Cantabria, Dux Provinciae Cantabriae, primer antepasado de los
Marroquines del que tenemos noticia. Este ducado comprendía aproximadamente
el 60% de las tierras que en la actualidad se engloban dentro de la provincia
alavesa (incluyendo la ciudad-castillo de Victoriacum, hoy día Vitoria-Gasteiz) ,
gran parte de La Rioja (incluyendo la ciudad de Calagurri, actualmente Calahorra)
y las fértiles llanuras de La Bureba, junto a la ribera del Ebro.

Esta región constituía la nueva frontera con las rebeldes tribus de los
Vascones, pueblo a quien los visigodos habían arrebatado la aldea de Gasteiz en
el 581. El rey visigodo Leovigildo dotó de fuertes defensas a su recien conquistada
plaza, en un intento de frenar las cada vez más frecuentes incursiones de los
vascos por las ricas llanuras del Ebro y que había obligado a sus sucesores a
realizar numerosas (e infructuosas) expediciones de castigo contra estas tierras.
Con la finalidad de proteger la retaguardia del reino surgía así la pequeña
provincia de Cantabria, tierras que se separaban pues de la región conocida como
Tarraconensis.

Poco duraría Pedro en su Ducado Alavés, pues en el año 711, y aprovechando


que el rey Rodrigo había desplazado al grueso de su ejército hacia las tierras del
Norte para combatir a Vascones, Cántabros y Astures, los musulmanes,
instigados por dos nobles godos rebeldes, partidarios del rey depuesto Witiza,
cruzaron el estrecho de Gibraltar y se lanzaron sobre las provincias sureñas del
reino. Rodrigo reunió un poderoso ejército, superior al musulmán y atacó sobre el
río Guadalete a los musulmanes del general Tariq Abu Zára. Las tropas
cristianas, pesadamente armadas, no eran tan ágiles como las de su oponente,
dotadas de protecciones de cuero y caballos árabes, mucho más pequeños, pero
más rápidos que los germanos. Todo ello, unido al calor reinante en los días de la
batalla (19-23 julio del 711) provocó pronto un desfallecimiento de gran parte de
los soldados visigodos cuyas bajas se incrementaban muy por encima de las
musulmanas. Aún así, y debido a su superioridad numérica (40.000 cristianos
contra 20.000 musulmanes), la batalla comenzó a inclinarse del lado de los

1El resto eran las siguientes: Galicia, Bética, Lusitania, Cartaginense, Tarraconense, Narbonense (Sur-Este de Francia) y Asturias
(parte de la Galicia actual y tierras al sur de la actual comunidad asturiana).

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

cristianos, cruzando Don Rodrigo el río y rompiendo la defensa árabe de las


huestes del Califa Ben Nusayr.

Cuando la suerte parecía decidida, gran parte de las tropas que protegían uno
de los flancos del ataque del Rey se retiraron por sorpresa y a traición. Eran
visigodos, pero de los ejércitos de los traidores Oppas (obispo) y Sisiberto
(conde), hermanos de Witiza, a quien D. Rodrigo había sustituido en el trono 2 .
Rodrigo perdonó a los rebeldes restituyéndolos en el cargo, en una decisión
equivocada que le pasaría factura. Los traidores habían selleado secretamente un
pacto con los musulmanes en Ceuta unos años antes, para que éstos les
ayudaran a reconquistar el trono con sus tropas, a cambio del pago de grandes
cantidades de dinero. La infamia incluía incluso, el asesinato de Rodrigo, como
medio para allanar el camino de los musulmanes.

Fue así como D. Rodrigo, desguarnecido en uno de sus principales flancos fue
abatido por una lanza sarracena, a pesar de los esfuerzos de su fiel escudero
Pelayo por defenderlo. No se sabe si el rey consiguió huir malherido o si finó allí
sus días, pues son varias las teorías que sostinene que el rey, malherido, pudo
aún huir hacia el norte para intentar reunir a su ejército y seguir presentando
batalla. No obstante, todas las fuentes coinciden en que el rey murió o bien en la
batalla o bien de reultas de las heridas en muy breve plazo de tiempo.

Lo que se sabe es que muerto el rey, las tropas visigodas se retiraron y la


victoria fue de los musulmanes, quienes desbarataron en Écija, pocas semanas
más tarde, un postrero intento de los cristianos de detenerlos.

Libres de cualquier oposición militar seria, y rompiendo el pacto suscrito con


los traidores de Oppas y Sisiberto, los musulmanes tardaron menos de siete años
en dominar las tierras visigodas de uno y otro lado de los Pirineos. Tan sólo
algunos reductos aislados, de escasa entidad, en tierras de las actuales Asturias,
Cantabria y País Vasco se mantuvieron desafiantes, y ello más que por su
potencial bélico, por la falta de interés de Ben Nusayr, quien se centró en la
conquista de las Galias, que acababa de iniciar. Tan sólo un pequeño ejército, al
mando de Abd Munuza quedó para hacer frente a los rebeldes y limpiar los focos
insurgentes que se escondían en las montañas del norte.

El Duque de Cantabria tuvo que abandonar así sus tierras, y se refugió con un
puñado de hombres supervivientes del desastre de Guadalete en las montañas de
Asturias. El pequeño ejército visigodo lo formaban apenas unas decenas de
hombres, entre ellos el aludido Pelayo, lugarteniente (spatarius) del rey Rodrigo,
y los dos hijos de Pedro: Alfonso y Fruela.

Protegidos por los espesos bosques y escarpadas montañas de esa tierra, los
visigodos se unieron a los hasta entonces enemigos astures, quienes se veían
agobiados por las abusivas tasas que les imponían los nuevos amos musulmanes.
Juntos formaron una coalición y se retiraron al interior de Asturias, a la zona
montañosa que rodea Covadonga, donde hicieron frente a los ataques de las
avanzadillas musulmanas con cierto éxito.

El gobernador Munuza solicitó de nuevo el envío de tropas de refuerzo para


doblegar a los insurrectos, que cada día más envalentonados, aumentaban su
radio de acción y hostigaban a los musulmanes en sus propios campamentos. Se
consideraba que en aquél momento, los rebeldes, no superaban los cuatro
centenares, apoyados seguramente por los habitantes de las aldeas de la zona,
que fiaban de los musulmanes menos incluso que de sus pasados enemigos
germánicos.

2 El problema había surgido cuando el padre de Witiza había intentado nombrar a su hijo como su heredero en el trono, cuando la
tradición germánica no contemplaba derechos sucesorios. El rey era nombrado por una asamblea de notables y nunca tenía ese
carácter sucesorio que se pretendía en el caso.

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Finalmente, Ben Nusayr envió 10.000 guerreros al mando del general Alkama
con el fin de apoyar a Munuza y dar inicio a la campaña final de exterminio de los
cristianos.

Tras algunas escaramuzas sin importancia (pues los montañeses rehuían el


combate directo y se limitaban a una táctica más propia de guerrillas), una de las
expediciones musulmanas cayó en una emboscada bien planificada por las
huestes de Pelayo, erigido entonces como jefe de los rebeldes. En un desfiladero
situado en las cercanías de Covadonga, y en pleno invierno del año 722, los
cristianos masacraron con flechas y desprendimientos de roca provocados, a la
vanguardia musulmana.

En documentos de la época se habla de pérdidas fantásticas por parte de los


musulmanes, muy superiores al número máximo de guerreros que podían haber
reunido. Seguramente exageradas, en cifras, las pérdidas iniciales de los
musulmanes, lo cierto es que los restos de la expedición se dispersaron por las
montañas, y lo que no consiguieron los guerrilleros astures lo hizo el crudo
invierno, ante tropas no acostumbradas, y seguramente mal equipadas para
aguantar los rigores del clima montañés.

Pelayo, caudillo de los rebeldes, había iniciado lo que se ha dado en llamar la


Reconquista. Una guerra que duraría más siete siglos (722-1492) y que supondría
la derrota y posterior expulsión de los musulmanes de la Península.

La victoria de la coalición astur-visigótica, permitió aglutinar para su causa a


otros pequeños pueblos del norte, rebeldes a los visigodos hasta entonces, pero
que veían en los musulmanes a unos enemigos más temibles, incrementando
poco a poco, pero de forma creciente y constante, la nóimina de este pequeño
ejército cristiano.

Muerto Pelayo, el fallecimiento prematuro de su hijo Fafila (739) a manos de un


oso, hizo recaer el mando del pequeño territorio cristiano en las manos del hijo
mayor del Duque alavés, Alfonso, casado con Ermesinda, una hija de mítico
caudillo astur. Así, con el título de Rey de Asturias, Alfonso I inició la lenta tarea de
expulsar a los musulmanes de las tierras del Norte, reconquistando una amplia
franja costera y penetrando hacia el río Duero en tierras de León.

La sucesión en las siguientes generaciones hasta entroncar con la rama


Asturiana de la que proceden directamente los Salcedo de Las Encartaciones, es
poco clara, por la falta de registros durante casi dos siglos, por lo que podríamos
hablar sólo en base a conjeturas. Subrayando el hecho de esa falta de certeza, la
sucesión más probable sería, sin embargo, la siguiente:

ƒ Bermudo I (788-792), hijo de Fruela, hermano menor de Alfonso I. Rey


de Asturias.

ƒ Ramiro I (842-850), hijo del anterior, sucedió al alavés Alfonso II 3 ,


quien no tuvo descendencia.

ƒ Ordoño I (850-866), hijo del anterior, Rey de Asturias y León.

ƒ Alfonso III, el Magno (866-910), hijo del anterior, Rey de Asturias y


León. Durante su reinado las fronteras de Asturias se acercarían al
Duero; casi una cuarta parte de la Península había sido ya liberada.

ƒ Ordoño II, (910-924), hijo del anterior, Rey de Asturias y León.

3 Natural de Álava. Era hijo de Alfonso I y la alavesa Doña Munia.

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No obstante, Ybarra y Bergé retoma el hilo de la Casa Real Asturiana hacia la


primera mitad del siglo X, siendo la relación de antepasados de los primeros
Salcedo, la siguiente:

I.- Alonso Ordóñez (presunto hijo menor de Ordoño II) que fue Señor de
muchas tierras en Asturias y de otras sitas en el antiguo territorio de la Liébana
cántabra, donde fundó en el año 955 el Monasterio de Santa María para colocar
en él el cuerpo de Santo Toribio de Mogrovejo. Casó con una señora noble,
llamada Justa (se ignoran los nombres de sus padres). Fueron padres de:

II.- Rodrigo Alonso, al que llamaron de Asturias, Señor del antiguo solar de
Nava, que es el primitivo de esta familia. Contrajo matrimonio con Gonia u Onia,
señora muy poderosa en Asturias y León, naciendo de ese enlace:

1.- Diego Ruiz de Asturias, que sigue la línea.


2.- Fernán Ruiz de Asturias, que fue el primero que usó del apellido Trillo.

III.- Diego Ruiz de Asturias, fue Conde de Oviedo y Señor de Noreña o


Noroña, ricohombre, Gobernador y Capitán General de Asturias, muy señalado
caballero en el reinado de Don Fernando I el Magno. Casó, según afirman
algunos autores, con la Infanta Doña Jimena (hija del Rey Don Alfonso V y de
su mujer Doña Elvira), pero otros tratadistas omiten ese matrimonio y se
concretan a decir, coincidiendo con los anteriores, que dicho Diego tuvo los
siguientes hijos:

1.- Rodrigo Díaz de Asturias.


2.- Fruela Díaz de Asturias.
3.- Fernando Díaz de Asturias.
4.- Pedro Díaz de Asturias.
5.- Rubio Díaz de Asturias, que sigue esta línea.
6.- Bernardo Díaz de Asturias.
7.- Gutierre Díaz de Asturias.
8.- Jimena Díaz de Asturias 4 ,

IV.- Rubio Díaz de Asturias, conde Rubio de Arangoiti, hijo, como hemos
visto, del Conde de Noreña y nieto del rey Alfonso V de Castilla, pobló en
Salcedo y fundó el linaje de este nombre. Casó con Constanza en la que tuvo
una sola hija: Doña María de Salcedo, heredera de todos sus bienes quien
emparentaría con los Ayala uniendo las dos Casas en una sola.

Pero antes de proseguir, y conocida la ascendencia de la rama de los Salcedo,


volvamos atrás para narrar la historia de la Casa de Ayala, aquella de la que los
Marroquines proceden por línea directa de varón y que entroncará con la de
Salcedo en la persona de Doña María….

Sobre los Ayala…

Existen hoy serias discusiones acerca de quién fue realmente el primer Señor
de Ayala 5 ; algunos prestigiosos historiadores como Argote de Molina, Fray Pedro
de Murga, Luís de Varona, Salazar de Mendoza, Floranes, Luís de Salazar,
Fernando de la Quadra-Salcedo, Ybarra y Bergé y el omnipresente Lope García
de Salazar hacen arrancar al linaje de Ayala de un infante de Aragón, conocido

4 Que fue esposa de D. Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador. Tratando de éste dice la Historia Roderici: ”Después de la muerte
de su señor el rey Sancho, que lo crió y tanto amó, el rey Alfonso lo recibió con honores por su vasallo y lo tuvo a su lado con gran amor
y distinción. Le dio por esposa a su sobrina doña Jimena, hija de Diego, conde de Oviedo, de la cual engendró hijos e hijas”.
5 Las tierras de Ayala están situadas en el extremo noroccidental de la actual provincia de Álava, lindante con las tierras vizcaínas de
Salcedo y Gordejuela y las burgalesas del valle de Mena. En el siglo XI las tierras incluidas en el señorío de Ayala se limitaban al
estrecho valle de apenas 14 Km de longitud que discurre de Sur a Norte entre las poblaciones de Amurrio y Arceniega. Su núcleo de
población más importante era Respaldiza. Quexana, el solar de los Ayala está situado apenas a dos kilómetros al Noroeste de esta
última población.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

como "el Santo 6 Infante Don Vela", hijo del primer rey Don Ramiro I (muerto en
1063) o bien de su hijo Sancho Ramírez (m. 1094), rey de Aragón y Navarra. Así
lo explica Lope García de Salazar:

"En tiempo en que reinaba Don Alfonso (VI) en Castilla (1072-1109), que ganó
Toledo, vino un fijo bastardo del de Aragón, al que llamaban Don Vela a lo servir.
E andando este rey D. Alfonso a correr el monte vio dencima la tierra donde agora
es Ayala, que no era poblada, e que se llamaba Sopeña. El Conde Don Vela
pidióle por merced que la diese a que él la poblase. E algunos que allí estaban
que lo quería bien dixeronle: Señor, áyala. E el rey dixo: pues áyala, e por eso ovo
el nombre de Ayala".

Este Conde D.Vela descendería, según Gregorio de Balparda, de los antiguos


Vela alaveses 7 , familia que en las últimas décadas del siglo IX y principios del X
habían ocupado los Condados de Álava 8 y de Castilla 9 . Estos condados
hermanos se formaron años después de la desintegración del Reino Visigodo de
Toledo y de la consiguiente desaparición del antiguo Ducado de Cantabria, del
que ya hemos hablado 10 , pudiendo a duras penas detener el avance musulmán
en estas tierras vasconas con la ayuda de los asturianos, a cuyo Reino
pertenecían.

Castilla y Álava permanecieron bajo el control del Conde Rodrigo, quien dividió
sus posesiones entre dos de sus descendientes, Diego, que sería Conde de
Castilla y Vela, que heredaría el de Álava, que incluía Vizcaya y los valles
occidentales de Guipúzcoa. Una generación más tarde (en el 929), los Velas
fueron despojados de su Condado de Álava por Fernán González, un poderoso
magnate castellano que previamente se había hecho con el control Condado de
Castilla. Este noble castellano ya mantenía disputas con la reina de Navarra, Dº
Toda por la posesión de varias zonas de La Rioja, y como quiera que el depuesto
Conde de Álava, Munio Velaz había casado con la cuarta hija de Dª Toda, los Vela
se convirtieron en enemigos de los Lara (familia a la que pertenecía el castellano).
Los Velas hubieron de buscar refugio en tierras de León, Navarra y más tarde en
el califato de Córdoba. Álava se había perdido, pero Vizcaya, convertida en
Condado, se mantuvo en poder de Munio Velaz, seguramente gracias al apoyo de
Navarra. La enemistad entre los Vela y la familia descendiente del usurpador del

6 El calificativo de "Santo" es parte de la tradición popular ayalesa que le atribuye varios milagros durante la Edad Media.
7 Efectivamente, en noviembre del año 883, figura un Vigilia Scemeniz (Vela Jiménez) , como Conde de Álava (Comes in Alava),
defendiendo las tierras alavesas, que entonces pertenecían al Reino de Asturias, de la incursión con la que las tropas del Emir de
Córdoba pretendían vengarse de los continuos ataques a los que les estaba sometiendo el rey Alfonso III. En esta ocasión, el Conde de
Álava pudo derrotar a los musulmanes, cuando estos atacaban las posiciones cristianas en Castro Cellórigo junto a las conchas de
Haro (¿Castillo de Toloño?). Pocos días más tarde serían nuevamente puestos en fuga, (esta vez en el desfiladero de Pancorbo) por
otro noble astur, el Conde Don Diego de Castilla, al parecer sobrino del Conde de Álava, Don Rodrigo.(Gonzalo Martínez Díez, Álava
Medieval, Tomo I, pág 41). Según Argote de Molina, Vela Jiménez se halló posteriormente en la toma y repoblación de la ciudad de
Salamanca. Las crónicas árabes de la época lo presentan también como defensor del territorio por ellos conocido como Alaba wa-l-
Qiba (Álava y los castillos). "Los castillos" parecen ser las tierras que hoy conocemos como La Bureba, donde en esa época se
levantaban numerosas fortificaciones que protegían las rutas naturales de entrada en Álava por el Sur. Al frente del Condado de Álava
le sucedería al parecer su hijo Munio Velaz (¿912?-959) Gonzalo Martínez Díez, Álava Medieval, Tomo I Capítulo. 9
8 El Condado de Álava incluía por esa fecha (s. IX y X), la mayor parte de la actual provincia de Álava (salvo Valdegovía, una parte de
la actual Rioja Alavesa, Urcabustaiz, Zuya y Ayala que formaban Castilla) , Vizcaya (a excepción de Las Encartaciones que al igual que
en el caso anterior era parte de la Castilla primitiva) y todo el valle del río Deba hasta el mar en Guipúzcoa (aproximadamente un tercio
de la actual provincia).
9 Por Castilla (la tierra de los castillos) se entendía entonces la actual Comunidad de Cantabria (a excepción de Liébana), Las
Encartaciones de Vizcaya, Ayala , Urcabustaiz, Valdegovía (de la actual Álava) y Orduña (actual enclave vizcaíno en Álava) así como
los valles burgaleses de Mena, Losa y parte de La Bureba (incluyendo Pancorbo y Terminón); es decir, que mientras el Condado de
Álava correspondía a lo que en los siglos anteriores habían sido las tierras de los caristios (tribu vascona), la primitiva Castilla se
correspondía exactamente con la antigua Autrigonia, la tierra de los Autrigones, otra posible variante de los primitivos vascones. Será
precisamente en estas tierras, y en la práctica totalidad de sus valles y montañas donde se desarrolle toda la historia de las diversas
ramas del apellido Marroquín entre los siglos X y XVI.
10 A pesar de ello, las tierras de Álava no cayeron en poder de los musulmanes, que se limitaron a realizar constantes incursiones
(aceifas) por ella para atacar a las poblaciones vasco asturianas parapetadas al otro lado de las montañas. Quizás por ser su lugar de
nacimiento, Álava fue una de las prioridades de Alfonso I en su labor reconquistadora; así lo señala González Díez en Álava Medieval
Capítulo I. Durante el reinado de este monarca se recuperó la mayor parte de Galicia, la zona de Cangas de Onís, Liébana y
Transmiera, y se procedió a repoblar (por evidentes razones de índole estratégica) las tierras de Sopuerta, Salcedo y Carranza (en las
Encartaciones) y el valle de Mena. Según este mismo historiador Álava, Vizcaya, Alaón (seguramente Ayala) y Orduña permanecieron
en poder de sus habitantes, vínculándose de inmediato al recién nacido reino.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Condado de Álava siguió sin embargo latente durante varias generaciones más,
pues fueron precisamente los miembros de una de las ramas de la familia, la
instalada en León, los que dieron muerte, junto a la iglesia de San Isidoro de León,
a García Sánchez, Conde de Castilla y biznieto de Fernán González. La venganza
se había consumado exactamente cien años más tarde (1029).

De esta familia (probablemente de un nieto por línea de varón, del Conde de


Vizcaya) descendía por tanto quien se convirtió en fundador del linaje de Ayala, el
Conde D. Vela. Según el jesuíta García de Andoín, Don Vela 11 , contemporáneo
de Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, fue quien mandó contruir la
Iglesia de Respaldiza (donde yace enterrado) y amurallar la aldea de Gasteiz (la
futura villa de Vitoria). Participó al lado de Alfonso VI en la toma de Toledo (mayo
de 1085), siendo precisamente tras esa conquista cuando recibiera de manos del
monarca castellano-leonés el Condado de Ayala. También participó en la
tristemente célebre batalla de Zallaqa/Sagrajas (1086) 12 contra los ejércitos
almorávides de Marruecos y sus parientes de las taifas de Al Andalus. Otros
autores lo hacen acudir también al llamamiento que el 27 de noviembre de 1095
hiciera el Papa Urbano II en Clermont para reconquistar los Santos Lugares de
Israel y que dió lugar a la Primera Cruzada.

No parece que su lugar de residencia permanente fuera el Valle de Ayala.


Entre batalla y batalla es muy probable que residiera en León, donde tenía su
corte el rey Alfonso. Don Vela de Ayala casó en al menos tres ocasiones: la
primera de ellas con la navarra Doña Juliana de Ávalos, de la segunda esposa se
desconoce hasta el nombre, y se cree que la tercera fue "La Varona", señora de la
torre de Villanañe en Valdegovía (sureste de Álava). De ahí que hoy se considere
a los Varonas como descendientes de los Ayala. También se explicaría así la
existencia de numerosas posesiones de los primeros Ayalas en esta comarca
alavesa 13 .

Sea como fuere, príncipe aragonés o conde alavés, lo que sí parece estar más
clara es su sucesión. Así, el segundo Señor de Ayala fue Don Vela Velázquez de
Ayala, que yace enterrado en Respaldiza, al lado de su padre, y que dejó al
menos tres hijos, sucediéndole el primogénito D. Galindo Velázquez. El segundo,
Don Sancho Velázquez, pobló en Mena y después en Balmaseda 14 . Al parecer
hubo un tercer hijo, Lope Velázquez de Ayala, que sería según el historiador
vizcaíno Gregorio de Balparda, el padre de Enneco López, Señor de Vizcaya
(¿1082? 15 ). Arrancarían así las casas de Ayala y Vizcaya, las dos más poderosas
de esta parte del Reino de Castilla de un tronco común.

Don Galindo Velázquez de Ayala, quien al título de Señor de Ayala unía el de


Tenente de "toda Castilla la Vieja" y Señor de la villa de Tedeja, a finales del siglo
XI, casó con Doña María, que como habíamos visto, era la única descendiente del
Conde Don Rubio Díaz de Asturias, Conde de Arangoiti.

11 Podemos estimar que su fecha de nacimiento está en torno al año 1035, pues considerando unos 25-30 años por generación,
Sancho Marroquín habría nacido en torno a 1185 que es, en efecto, el año aproximado de su nacimiento.
12 En esta batalla que tuvo lugar en las cercanías de Badajoz el 23 de Octubre de 1086, las tropas del Rey Alfonso VI de Castilla, que
habían conquistado Toledo unos meses antes, caen derrotadas ante el ejército musulmán comandado por el emir Yusuf B. Tasufin.
Tres años después, en 1089, los mismos contendientes se enfrentarían en Aledo, decantándose esta vez la victoria del lado del
castellano-leonés. M.J. Viguera, De los taifas al reino de Granada -Al-Andalus, s. XI-XV. pág. 36 y 37)
13 Entre ellas las que el VII Señor de Ayala legó a su hijo Fotún Calderón en Nograro, junto a Villanañe.
14 Esteban de Garibay y Micaela Portilla , hacen referencia a la existencia en esa misma época (hacia 1130 según Portilla) de un
Sancho López de Mena, Señor de Castilla la Vieja, Mena, Trasmiera y Ayala ¿?, que habría de ser el mismo Sancho Velazques al que
nos referimos. Esta rama menesa de los Ayala se hayarían con Diego López de Haro en la fundación de la primera villa de Las
Encartaciones, Balmaseda, en el año de 1199.
15 Algunos autores dan la fecha de 1042 como aquella en la que Enneco López alcanzó el Señorío de Vizcaya, de lo que parece
deducirse que no era descxendiente del Conde de Ayala sino del anterior Conde Vela Obecoz.. De todas formas, la fecha de 1082
tampoco parece ser correcta la fecha si aceptamos que Don Vela, su bisabuelo, participó en la batalla de Toledo años después y en la
Primera Cruzada (1095-1099).

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Fig. 1.1 El castillo de Quexana en la actualidad. Falta la muralla que rodeaba el conjunto y las
torres del Noreste y Noroeste han desaparecido, construyéndose sobre ellas un convento de
religiosas.

De la unión de las Casas de Ayala y Salcedo, del matrimonio Galindo


Velázquez de Ayala-María de Salcedo, nació Don García Galíndez de Salcedo
(y Ayala) que tomó el apellido materno, más importante y principal que el de su
apdre, pues entroncaba con el linaje real asturiano y, por tanto, trasladó su
residencia a ese valle, al solar que heredó de su madre: la mítica torre de
Arangoiti 16 .

García Galíndez de Salcedo aparece entre los firmantes de la donación que


hiciera el rey de Castilla de varias de sus propiedades en Valdegobía al
monasterio de Oña. Junto a él aparecen las firmas de otros tres Ayalas, Lope
Díaz, Pedro López y el anteriormente citado Sancho López de Mena 17 . García
Galíndez, que era el IV Señor de Ayala y III de Salcedo, casó con Doña Aldonza
de Salces, hija de Don Sancho García de Zurbano, Señor de Orozco y biznieta de
Don Sancho, Señor de Vizcaya.

Fue precisamente el IV Señor de Ayala quien mandó reconstruir el antiguo


monasterio de Quexana, que al parecer databa del siglo XI. Del matrimonio citado
nacieron tres hijos. Pero el apellido, que en esa época era personal, lo continúa el
segundo hijo que heredó el solar. Debía haberlo tomado el primogénito, pero D.
García Galíndez dividió su fortuna en partes iguales entre los tres hijos, y
entonces el primogénito "no quiso tomar el cargo de mayorazgo de la casa de
Ayala desiendo que no habría con que lo governar como complía". El segundo hijo
Don Sancho García de Salcedo (y Ayala), previo consentimiento de su hermano
mayor, tomó el cargo de jefe de la familia, recibió el solar y continuó el apellido. El
primogénito se estableció en Zorroza y tomó el nombre de Pedro García de
Zorroza y el menor en Basurto, llamándose García Tuerto de Basurto.

16Al parecer la torre de Arangoiti - hoy desaparecida- y que se encontraba en lo que en la actualidad se conoce como barrio de Saratxaga, al pie del
palacio barroco de Amézaga o de las brujas se complementaba con otra fortificación conocida como "El castillar" situada enfrente de la primera, pero
en la otra orilla del río Cadagua. Sería precisamente allí, donde Sancho Ortiz Marroquín edificaría el palacio de Salcedo de Aranguren, más tarde
convertido en torre por su hija María Sánchez Marroquín de Salcedo.
17 Micaela Portilla, Torres y casa fuertes de Álava, pág 871.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Río Ebro

Río Duero

Río Tajo

Fig 1.2 La Reconquista hacia el 1150.

Don Sancho García de Salcedo, el Cabezudo, "que salió muy bueno, e ovo
muy buenas andanzas hasta que finó en la lid de Alarcos" 18 , casó con una hija
del Conde D.Nuño, de cuyo matrimonio nacieron tres vástagos: Furtado Sánchez
de Salcedo y Ayala (VI Señor de Ayala y V de Salcedo; Señor asímismo de
Orduña, Urcabustaiz y Zuya, y tenente del castillo alavés de Zaytegui), Don
Rodrigo "el mejor caballero de lanza que ovo en su linaje", y Doña María Sánchez
de Salcedo. A los descendientes de esta última les correspondería luego ocupar el
castillo de Quexana por quedar sin descendencia la rama principal y llevar, de
nuevo, el apellido "Ayala" 19 . Y es aquí, o mejor dicho en la siguiente generación,
donde empieza nuestra verdadera historia, ya que Don Furtado (Fortún) Sánchez
de Ayala y Salcedo, héroe de la Batalla de Baeza, fue precisamente el padre de
quien daría origen al linaje de Marroquín 20 : Don Sancho Ortiz de Salcedo, VI
Señor de Salcedo 21 , apodado: Marroquín.

De la célebre batalla por la toma de Baeza en la que participó el señor de Ayala


y que tuvo lugar el 30 de noviembre de 1227, nos da cuenta Argote de Molina,
cuya curiosa cita no me resisto a trancribir literalmente: "Cuando los Moros de

18Se refiere aquí a la derrota que las tropas castellanas de Alfonso VIII, sufrieron en 1195 a manos de las tropas musulmanas
comandadas por el califa almohade, Abu Yusuf. La traición de los reyes de Navarra y León, así como la dudosa actuación del Conde de
Vizcaya supusieron la merte de varios cientos de cablleros de Castilla entre los cuales se encontraba el propio Sancho García, quien
había acudido al frente de un numeroso ejército ayalés.
19 Los actuales Ayalas deben su apellido a D. Pedro López de Ayala, un hijo bastardo que el Señor de Vizcaya tuvo en dicho valle, y
que emparentó con la hija de Sancho Pérez de Gamboa, hijo habido del matrimonio entre Pedro Vélez de Guevara y María de Salcedo.
20 Entre la relación de tenencias o territorios en los que se encontraba dividida Álava en el siglo XII y que Gonzalo Martínez Díez
enumera en Álava Medieval figura la de Zaytegui como perteneciente entre, al menos , 1189 y 1198 (exceptuando 1195 en el que dicho
tenente es Iñigo López de Mendoza ) a un Furtado de Álava (¿Ayala?). La coincidencia de esas fechas con aquellas en las que vivió
Furtado Sanz de Ayala, su relación de parentesco con Iñigo López de Mendoza (su suegro) y la pertenencia a él de los territorios que
rodean a Zaytegui (como Zárate, Sarría, Murguía y toda la zona de Urcabustaiz - de la que era como se ha dicho Señor -), nos hace
pensar que tal tenente (uno de los seis o siete existentes) era el mismo Señor de Ayala .
21 Aunque Fernán Pérez de Ayala, Señor de Ayala a partir de 1332 habla, en unos textos a él atribuídos pero que contienen
sospechosas imprecisiones, de su predecesor Juan Sánchez de Salcedo, el Negro, como "Señor de Ayala e de Salcedo", lo cierto es
que Sancho Ortiz recibió la práctica totalidad de las posesiones de los Ayalas en Salcedo, propiedades a las que uniría las recibidas de
su madre (heredera de uno de los más ricos hombres del valle) y las que él mismo consiguió por compra o mercedes reales. Es por ello
por lo que la práctica totalidad de los historiadores modernos consideran a Sancho Ortiz como sucesor en el Señorío Salcedano de su
padre Fortún Sánchez.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Baeza tuvieron aviso de la muerte de su rey, juntáronse con todos los de la


comarca, y combatieron el alcazar de aquella ciudad ( que se encontraba en
manos de los cristianos ), en el cual estaba Don Gonzalo Ybañez de Novoa,
Maestre de Calatrava; que lo defendió con mucho valor. Pero como estaban
desapercibidos de mantenimiento (agua y víveres), no podían sustentarse sin él,
acordaron de buscar remedio como desampara la fuerza, y escapar de la furia de
los moros. Para esto (como consta por memoriales antiguos) mandó el Maestre
con el acuerdo de los principales que allí estaban, poner a todos los caballos las
herraduras al contrario, porque por la huella dellos no fuesen sentidos, antes se
entendiese el día siguiente, que les había entrado socorro. Ordenó también, que
aquella noche saliesen todos del alcázar, y se fuesen a Castilla. Y como viniese la
noche y estuviesen apercibidos, abrieron el postigo y bajaron por aquellas cuestas
y peñascos camino de Castilla. Y ya que estaban a media legua de Baeza,
asomáronse todos en un cerro (que desde allí adelante fue llamado aquel lugar, y
se llama hoy Asomada), y volviendo los ojos a Baeza con tristeza y pesar de
desampararla, vieron que sobre la puerta principal del alcázar estaba una cruz,
que daba de sí gran lumbre y resplandor. Los adalides tuviéronlo a buena señal, y
admirados desta maravilla, esforzáronse todos, y arrepintiéndose de haber
desamparado el alcázar, el Maestre Don Gonzalo (que forzado dellos le había
dejado y agora veía el ánimo que de nuevo habían cobrado) determinó dar la
vuelta con todos a Baeza. Y para que los moros no tuvieran noticia deste suceso,
antes entendiesen que les había venido socorro de Castilla, como los caballos
estuviesen herrados al revés, mandó desherrarlos y herrarlos al derecho, y viendo
que todos estaban apunto de guerra bien aderezados, hízoles rodear aquella
noche la ciudad, y antes del alba entró con ellos en el alcázar, habiendo
despachado aviso al Rey Don Fernando, y robando de camino una alcarria, donde
tomaron algún mantenimiento. Luego que fue de día, acudieron todos los moros
que estaban en atalayas, y dieron aviso a los de Baeza, cómo por muchas partes
habían visto pasar grandes compañías a caballo, y que había entrado gran gente
de socorro en el alcázar de ella. Y como los moros fueron certificados desta
nueva, por el huello de los caballos entendieron, que además de la gente que
parecía haber entrado en el alcázar, no podía ser, sino que habiendo visto pasar
gente por todas partes, estuviesen emboscados los cristianos en algunas celadas
(emboscadas), porque como rodearon la ciudad, y fueron vistos pasar por tantos
lugares, creció en estos moros el alboroto, y desampararon la ciudad, y fueron a
Úbeda, a fin de aguardar consejo de los suyos.

Los cristianos que esperaban ser acometidos por los moros, y vieron, que
aquel día se había pasado sin darles combate, y al día siguiente vieron que no
aparecía el Moro en la ciudad, enviaron un espía a saber la causa de esa
novedad. El cual, les trajo nuevas, como solamente había hallado en Baeza, en
una mezquita (que es agora iglesia de San Pedro), un moro ciego, de quien había
certificado, que por el socorro que entendieron los moros que les había venido,
desampararon la ciudad y se habían retirado a Úbeda, que de nuevo estaba
poblada y fortificada por ellos. Don Gonzalo, entendiendo que luego que los moros
fuesen ciertos, de lo que en el alcázar había sucedido, con mayor ímpetu darían la
vuelta sobre ellos, mandó recoger al castillo las viandas y bastimentos, que en la
ciudad halló, que fueron muchas, con las cuales se entretuvo, hasta que el Rey
Don Fernando les enviara socorro, porque la falta dellas les había forzado a
desamparar la fuerza (fortaleza).

Los moros de Baeza (que en Úbeda estaban) luego que supieron el ardid, que
el Alcayde don Gonzalo había usado, y como no les había entrado ningún socorro,
quedaron muy corridos y confusos, y con muchos instrumentos y aparato de
guerra salieron de Úbeda, y fueron a combatir el alcázar de Baeza. Contra lo cual,
apercibiéndose al Alcayde Don Gonzalo se la defendió con tanto valor, que no fue
parte la muchedumbre de los moros, ni los muchos asaltos y combates que le
dieron para rendirle. Y así los entretuvieron peleando algunos días mientras les
venía socorro de Castilla, que por muy cierto lo tenían, luego que el Rey Don
Fernando supiese el estrecho en que estaban. No fue tan secreta la muerte del
rey de Baeza, que luego no tuviese aviso della el Santo Rey, el cual haciendo

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

apercibir a Don Lope Díaz de Haro (hijo del que combatió en las Navas de Tolosa
- Úbeda- en 1212) ,Conde y Señor de Vizcaya, y le mandó con quinientos
caballeros infanzones hijos de los ricos hombres, e hijosdalgos de España, que en
su corte estaban, sin aguardar otra ninguna gente, fuese en socorro del Maestre.
Partió luego el Conde con estos quinientos caballeros, y entró en el alcázar de
Baeza, año de 1227, día de San Andrés, antes de que amaneciese el día por la
misma puerta, que en su memoria llaman hoy la puerta del Conde, que está en el
alcázar en medio de dos torres. Donde siendo recibido con mucha alegría, y
entendiendo que los moros que en la villa estaban, estarían desapercibidos, los
acometió aquella mañana con ayuda de los caballeros que con el Maestre de
Calatrava, Don Gonzalo estaban, y haciendo grandísimo daño, y matando en
ellos, el Conde por una parte, y el Maestre por otra los pusieron en huida. Los
cuales desamparando la ciudad de Baeza se fueron a Úbeda, y los moros de
úbeda no quisieron darles acogida. Y entonces fuéronse al rey moro de Granada,
el cual les señaló en aquella gran ciudad, que hoy se dice el Albayzin, por haber
sido poblado de los moros desta ciudad de Baeza. Y de más de las memorias
antiguas que desto hay, lo afirman los moriscos de Granada que en él vivían".

Sabemos que entre los quinientos caballeros que acompañaron al Señor de


Vizcaya estaba Fortún Sánchez de Salcedo 22 , Señor de Ayala, quien por otro lado
debía ser persona de avanzada edad. Entre sus acompañantes figuraba su
hermano, Rodrigo Sanz de Salcedo. Desconocemos si le acompañaba alguno de
sus hijos, pues ni Argote de Molina ni Labayru dan más datos sobre la
intervención de los Ayala en esta célebre batalla 23 . Micaela Portilla cita a un
Galindo Velázquez de Ayala entre los que acompañaron al ayalés 24 . También
aparece nombrado como participante en la batalla, Pedro López de Ayala quien
sin embargo no procedía del solar de Arangoiti ni del de Quexana, sino de una
rama bastarda habida en ese valle por el Señor de Vizcaya, Don Lope Díaz de
Haro.

Fortún tuvo un solo hijo en su matrimonio, Sancho García, ya que su mujer,


María Sánchez de Mendoza, Señora de Quintanilla de San García 25 , abandonó
muy pronto a su marido, fugándose con un mancebo portugués: “E seyendo él en
Corte (Burgos, ¿1187?), e fincado ella preñada, metióle el diablo en las orejas la
fama de un caballero portugués que vino a Castilla a faser armas, que era mucho
lozano e fermoso, e fasedor de todas cosas. E tornando todo su arreo, fuese a lo
buscar desiendo que iba a buscar a su marido. E llegada en Quintanilla parió un
fijo en Quintanilla de San García, e mandólo tornar a la tierra de Ayala, e que lo
llamasen San (Sancho) García, como su agüelo 26 , e por esto llamaron aquel
logar, de Santgarcía. E fuese aquella mala muger a buscar a aquel caballero. E
como la él viese tan lozana e fermosa, fuese con ella a Portugal, ca en su tiempo
no había en el Reyno otra más apuesta. E D. Furtado Sanches nunca quiso más
casar e tomó mancebas de linaje e fizo hijos bastardos".

22 También figura en ocasiones como Fortum, Ortum o Hurtado Sanz de Ayala.


23 Aunque existe una relación de linajes participantes en la toma de Baeza hecha por Antonio de Barahona no he podido hacerme con
ningún ejemplar. Las referencias que he podido encontrar en otras obras sólo dan constancia de la presencia en la batalla de Fortún
Sánchez. Otros, como Lope García de Salazar también mencionan al valeroso Rodrigo de Salcedo como particicipante en esta batalla.
No descarto tampoco que el primer Marroquín tomara también parte junto con su tío (como lo había hecho en la defensa de Valencia
en 1203, la expedición a Marruecos ese mismo año o el siguiente y en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212). Además, es curioso
(aunque pudiera no tener nada que ver con el hecho relatado) pero en los primeros años del siglo XVI ya figuran en esa ciudad jienense
varias familias apellidadas Marroquín. y López de Marroquín. En concreto figuran dos López de Marroquín entre la lista de embarcados
en 1509 en dirección a las recien descubiertas "Indias" y un Lcdo. de nombre Juan FranciscoLópez de Marroquín y Marroquín poco
después (1566). Sus padres también residían en la ciudad por lo que podemos presumir que el asentamiento Marroquín en este lugar
es por lo menos de finales del XV. Y sabemos, que despúes de tomarse una ciudad se procedía al reparto de la misma entre quienes la
tomaron, quienes las iban legando en herencia a sus descendientes que terminaban trasladándose allí. Esto currió en el caso de los
Marroquines con la ciudad de Sevilla tomada por los vizcaínos del Señor de Vizcaya entre los que contaba Diego Sánchez Marroquín
de Montehermoso primogénito de Sancho Ortiz de Salcedo.
24Micaela Portilla, Torres y casa fuertes de Álava, pág 871.
25 El nombre de este pueblo de la Bureba (Burgos) es debido precisamente al nacimiento del futuro Señor de Ayala.
26 Se refiere aquí a Sancho García de Salcedo, muerto en la batalla de Alarcos cuando mandaba las tropas ayalesas al servicio de
Alonso VIII.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

El historiador alavés Ricardo Becerro de Bengoa 27 en su Romancero Alavés, y


citando viejas historias populares, transmitidas de generación en generación,
siempre expuestas por ello a deformaciones que alteran el contenido, aún
manteniendo una base cierta, apunta a que el fallido casamiento tuvo otras
consecuencias más graves, pues fue el origen de un conflicto mayor que enfrentó
a los de Arangoiti-Quejana con los Hurtados de Mendoza, viejos enemigos de los
Guevara, como ya hemos visto: 28 .

“Pedro Belez de Guebara


de Iñigo fué sucesor,
y su orgullo y sus pasiones
fratricidas heredó.
Contra Mendozas y Hurtados
hizo su furia mayor,
y para quitarles fuerza
en Salcedo se casó.
Con ellos, allá en Baeza,
las aspas en su pendón
colgó y pudo ser su hermano
por su tierra y por su honor;
pero puede más el ódio
que la más santa razón,
y con Ortun de Salcedo,
que en Baeza conoció
en contra de sus rivales
dispuso alianza feroz,
casándose con su hermana
para intimidad mayor.
Buscó á Salcedo motivo
é incomparable ocasión
de lanzarle á la pelea,
que fácilmente encontró
en la herencia que dejara,
de Quintanilla el señor
Pedro Hurtado, cuya hija
con Ortun ayer casó.
Las tierras de Urcabustaiz
de Ortun, por su mujer son,
y los Hurtados las tienen
porque ellos dicen que no.
En Unzá Ortun aparece
de dueño alzando la voz,
tremolando á viva fuerza
su estandarte de señor.
Desde Izarra los Hurtados,
con belicosa pasión,
cruzando ásperas montañas
marchan de Salcedo en pos.
Y en la angostura de Ondona
de la batalla el fragor
se siente, en cuanto pelea
la ira fraternal atroz.

27 Recogido por D. Mariano Ospina en su web “Caballeros Andantes”.


28 No obstante, lo transmitido por tradición oral no parece ajustarse a la realidad, al menos en lo que a la datación del suceso se
refiere, pues el natalicio de D. Sancho Marroquín, tras la huida de la de Mendoza, fue muy anterior a la batalla de Baeza (Sancho
participó en la de las Navas de 1212). El suceso de Urcabustaiz, en el que el de Salcedo reclama para sí la dote de su infiel esposa, ha
de ser necesariamente muy anterior a lo indicado en este cantar (hacia 1200) por lo que, y aunque es muy probable que tal combate
tuviera lugar, hubo de ser muchos años antes.

16
Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Truinfa Ortún, Hurtado escapa


y en su derrota, el pendón
de las panelas, deshecho,
deja al bravo vencedor.
Desde aquel día, Salcedo
(que un sáuce verde
ostentó siempre en sus
armas) sellando
de tal victoria el honor,
cinco panelas, que juntas
arrancara en un giron
á su enemigo, del sáuce,
en otro escudo colgó.
Los hijos de Ortun, habidos
de ganancia, muchos son,
y por la montaña esparcen
de sus timbres el honor.
Pedro de Mariaca es uno,
Sanz de Gordejuela dos,
tercero Sanchez Perea
cuarto Ortiz de Calderón,
y el alabés Sancho Ortiz
“que en Montehermoso nació”
quinto a quien Marroquín llaman,
de esta casa fundador.
Aún hay otros; de ganancia
hijos de Ortiz muchos son,
quienes el sáuce y panelas
que Urcabustaiz les dió 29 ,
como fieros y gamboinos
en el alto torreon,
de sus solares ostentan,
de la lucha en el fragor.

Abandonado por su esposa el de Arangoiti, hubo de buscar una nueva


compañera. Esta fue la hija de uno de los hombres más acaudalados del Valle de
Salcedo, Martín Sánchez de Santa Marina, vecino de Güeñes, de cuya iglesia de
Santa María se le considera fundador; era además, propietario de una tercera
parte del monasterio del citado pueblo, "que façe la terçia parte del monasterio de
Güeñes" dice Salazar. Con ella tuvo a Sancho Ortiz de Salcedo -Marroquín-
(primero de los hijos habidos fuera de su corto matrimonio) y a su hermano
gemelo Fortún Ortiz de Calderón, fundador del linaje de los Calderones de
Nograro. Pero dejemos que sea Salazar quien cuente la curiosa historia del
apellido Calderón:

"La casa e linaje de los Calderones de Nograro fue su comienço en Fortum


Ortis Calderón, que fue fijo bastardo de don Furtud Sánchez de Salcedo, Señor de
Ayala, que lo fiso en fija de Martín Sanches de Santa Marina, que era hermano de
padre, e de esta madre de Don Sancho Ortis Marroquín, e de Lope Sanches de
Gordejuela. E porque cuando naçió de un vientre con el dicho Sancho Ortis
Marroquín, cuydaron que era muerto, e echaronlo en una caldera por acorrer a su
madre. E como la criatura tornó en sí, començo a gritar tomáronlo las amas, e por
eso llamaronle Calderón e así los que del suçedieron."

Aparte de los citados Marroquín y Calderón, iniciadores de los linajes que


llevan su nombre, el sexto Señor de Ayala engendró al cabeza y fundador del

29 Otro posible origen del escudo más conocido de los Salcedo.

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

apellido Gordejuela, y según algunos, a los primeros Ortiz de Zárate y Ospina de


Mariaca 30 .

Fortún Sánchez de Salcedo, Señor de Ayala, Salcedo, Orozco, Urcabustaiz y


Orduña, el héroe de Baeza, y con el cual el poder de los Ayala-Salcedo alcanzaría
su máximo esplendor llegando hasta las "Asturias de Santillana" por el Oeste,
hasta donde las aguas del Nervión "tienen sabor a mar" (Baracaldo) por el Este,
por Valdegobía de Álava y el Valle de Mena por el Sur y Sur-Oeste, moriría
asesinado poco más tarde en la torre que su hijo Sancho Ortiz Marroquín
construyera en Montehermoso de Salcedo, a manos, según Labayru, de un
hermano (¿?) 31 .

El hermano menor de Fortún era Rodrigo Sánz de Salcedo. A él también se le


atribuye el origen de las panelas en el escudo de los Salcedo, que como ya hemos
visto, otros adjudican a su hermano Ortún. Fue, según otras fuentes, entre las que
se incluye Lope García de Salazar, tras combate personal con el mayor de los
Hurtados, Pedro Hurtado de Mendoza, apodado Cabeza de Oro, a quien derrotó a
la orilla del río Zadorra, en un lugar cercano a la villa de Vitoria-Gasteiz 32 . En esa
época, los Hurtado de Mendoza, Señores de la torre de Martioda en la Llanada
Alavesa, tenían por escudo diez panelas de plata en tres palos de a tres y una en
la punta, sobre fondo rojo, arrebatadas a sus seculares enemigos, los de Guevara,
a los que habían vencido en una de las innumerables escaramuzas en las que los
dos linajes principales del centro y sur de Álava se vieron involucrados en el siglo
XII. A su vez, los Guevaras llevaban las panelas por haber derrotado a los
Mendozas en la célebre batalla de la sierra de Arrato unos años antes; batalla a
partir de la cual se produjo la partición de los principales linajes vascos en dos
bandos, y que se llamaron Gamboa y Oñaz.

También participó en el "viaje" que llevó al Señor de Vizcaya a tierras de


Marruecos, y años más tarde, en 1212, en la batalla de las Navas de Tolosa
(Jaén) junto a su sobrino Sancho Ortiz de Salcedo, el Marroquín. A este valiente
guerrero ayalés hace referencia , asímismo, García de Salazar en Crónica de
siete casas de Vizcaya y Castilla;"..... y este Don Rodrigo Sanz fue cercado del rey
Don Alonso (VIII), en la villa de Balmaseda, que la tenía por Don Diego López de
Haro, Señor de Biscaya, y salió de allí. Seguíanlo los del rey asta Retuerto, y allí
formó a ellos, y benciolos, y mató muchos dellos". Al parecer este suceso, del que
no nos da la fecha Salazar, debió ocurrir durante el enfrentamiento que tuvieron
los reyes de Castilla y León contra el Señor de Vizcaya hacia el año 1202 ó 1203,
y que veremos al tratar del origen del apellido Marroquín, en el capítulo siguiente.

Rodrigo no tuvo hijos, por lo cual hizo heredero de sus bienes a su sobrino y
ahijado Sancho Ortiz Marroquín, según indica Fernando de la Quadra-Salcedo en
los apéndices a la obra de Fray Pedro de Murga, Las casas de Ayala y Murga..
Poco más sabemos de él, excepto que murió a consecuencia de la peste "de San
Lázaro" y que fue enterrado en la capilla del monasterio de Quejana, lugar en el
que residía (la antigua torre solariega del linaje de los Ayalas) y en el que más
tarde (con Fernán Pérez, padre del Canciller López de Ayala) se establecería de
forma definitiva el solar de los Ayala 33 .

30 Aunque parecen tener más crédito quienes afirman que Rodrigo Ortiz de Zárate, Pedro Ospina de Mariaca y Fortún Sánchez de
Perea eran hijos de Sancho García de Ayala, hermano de Marroquín.
31 No he encontrado referencias a este supuesto asesinato en ningún otro lugar. Es probable que Labayru confunda estos hechos con
el intento de asesinato de Fortún por parte de un hermano de su "novia", contrariado por la deshonra que suponía el que María
Sánchez de Santamarina hubiera engendrado un hijo (Marroquín) sin haberse casado previamente con el Señor de Ayala. Este suceso,
del que hablaremos en el próximo capítulo, tuvo también lugar en Montehermoso.
32Se desconoce el motivo de tal enfrentamiento, pero no debió de tratarse de ningún combate pactado de antemano, pues sabemos
que además de las armas, Rodrigo se apoderó del ganado vacuno que el de Mendoza conducía en ese momento. Alguno incluso
apunta a que una discusión por la prioridad en el cruce del Zadorra por un angosto puente, pudo ser origen de ese combate.
33 Aunque la traza actual del edificio es debida a Fernán Pérez de Ayala y a su hijo el Canciller López de Ayala, parece ser que en el
siglo XIII ya tenían los Ayala residencia (torre-palacio) en Quexana, pues fue allí ("en su casa de Quexana") donde Lope Díaz de Haro
visitó a Rodrigo Sanz de Salcedo durante su enfermedad. Modernos estudios arqueológicos también apuntan la existencia primitiva de
una fortaleza ayalesa sobre la que Fernán levantaría el castillo, posiblemente respetando la práctica totalidad de la planta antigua. El
castillo era una edificación rectangular, constituida por cuatro torres esquineras (una de las cuales fue sustituida luego por la torre del

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Historia de la Casa Vizcaína de Marroquín Capítulo I

Para terminar este capítulo, mencionaré que el hermano mayor de Marroquín,


Sancho García de Ayala, heredero de los Señoríos de Ayala, Orduña y
Urcabustaiz, así como de la torre y solar de los Salcedo de Arangoiti, y otras
importantes posesiones en Las Encartaciones, Valdegobía y Castilla (La Bureba,
Losa, Mena y Cantabria) era, en el año 1242, Merino Mayor de Castilla, el más
alto cargo que un noble podía ostentar en ese reino cristiano. Este Sancho García
es el caballero que figura en primer lugar entre la relación de nobles que
acompañaron al Infante Don Enrique y a Don Lope Díaz de Haro -Señor de
Vizcaya-, cuando descontentos de Alfonso X, fueron a Estella al encuentro de
Jaime I de Aragón para ponerse a su servicio 34 . Figuraba también como uno de
los personajes principales de la recien creada Cofradía de Arriaga, en
representación de la cual se le ve firmando el "Privilegio rodado de Alfonso X, el
cual en nombre de los concejos de Vitoria y Salvatierra establece una concordia
con la Cofradía de Arriaga (1258)" 35 . Sancho García tuvo un solo hijo legítimo,
Juan Sánchez de Salcedo, El Negro, que al morir sin descendencia en 1328 dejó
abierta la sucesión en el Señorío de Ayala. Pretendió sucederle Sancho García de
Murga, hijo de un bastardo de Sancho García. Al final, y tras una breve pero
cruenta lucha, son los descendientes de María Sánchez de Salcedo (tía de
Marroquín) quienes establecerían su morada en Quexana.

Quien sucedería a Sancho García de Ayala en la Merindad de Castilla sería


otro Salcedo, pero éste de la casa de Haro, pues era bastardo de Lope Díaz de
Haro, Señor de Vizcaya. D. Diego López de Salcedo, que así se llamaba, firma en
1254 (el 20 de Diciembre) el fuero de Treviño como Merino Mayor de Castilla.
También está presente en el acto de concesión del fuero de Vitoria a la villa de
Salvatierra (una futura posesión de los Ayalas) en 1256 (23 de Enero), el de
Logroño a Corres el 3 de Febrero de ese mismo año y el de Santa Cruz de
Campezo (10 - II - 1256) 36 .

homenaje que puede observarse en la actualidad) unidas por construcciones bajas con tejado a dos aguas (graneros y establos). Todo
ello estaba rodeado por una muralla con cuatro cubos esquineros que se alzaba sobre un talud de terreno. De sus muros sobresalían
de trecho en trecho pequeños torreones de planta cuadrangular, y en su cara Sur existía una gran escalera de acceso.. Al ser
convertido luego en monasterio, se le añadió una capilla-iglesia y las dependencias del convento, siendo derribadas dos torres de las
esquinas y la muralla exterior (cuyos restos son aún visibles en varios puntos). Hoy este antiguo y emblemático edificio del alavés valle
de Ayala, y que amenazaba ruina, se encuentra afortunadamente en proceso de restauración.
34 Micaela Portilla; Torres y Casas Fuertes de Álava, pág 872.
35 No tengo constancia de la presencia de Sancho García en actos o documentos posteriores a esta fecha. Debió de ser en esta
época cuando se produjo su fallecimiento, poco antes que la de su hermano Marroquín.
36Álava Medieval, Gonzalo Martínez Díez.

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