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Tratado de Alcazobas

El Tratado de Alcazobas o Paz de Alcazobas o Tratado de


Alcazobas-Toledo fue un acuerdo firmado en la villa portuguesa del
mismo nombre, el 4 de septiembre de 1479, entre los representantes
de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, por un lado, y
del rey Alfonso V de Portugal y su hijo Juan por el otro y que fue
ratificado por el rey de Portugal el 8 de septiembre de 1479 y por los
reyes de Castilla y Aragón, en Toledo, el 6 de marzo de 1480.

El tratado resolvió cinco cuestiones principales:

Declaró la paz entre el reino de Portugal y los reinos de


Castilla y Aragón y puso fin a las hostilidades tras la
guerra de Sucesión castellana (1475-1479). Alfonso V
renunció al trono de Castilla e Isabel y Fernando
renunciaron a cambio al trono de Portugal.

Repartió los territorios del océano Atlántico entre Portugal


y Castilla. Portugal mantuvo el control sobre sus
Registro de archivo de la notificación
posesiones de Guinea, Elmina, Madeira, las Azores,
que los reyes hicieron en marzo de
Flores y Cabo Verde. A Castilla se le reconoció la
1480 a su asistente en Sevilla, Diego
soberanía sobre las islas Canarias.
de Merlo, acerca del tratado
Reconoció que el impuesto denominado el quinto real acordado en Alcazobas.
fuese percibido por Portugal en los puertos castellanos,
incluyendo a los barcos que hubiesen zarpado hacia la
Mina de Oro antes de la firma del mismo.

Reconoció a Portugal la exclusividad de la conquista del Reino de Fez.


En paralelo se negociaron las Tercerías de Moura, que resolvieron la cuestión dinástica
castellana a través de dos convenios: Juana la Beltraneja o Juana de Castilla, rival de Isabel
por el trono de Castilla, debió renunciar a todos sus títulos castellanos y optar entre el
casamiento con el príncipe heredero de los reyes Fernando e Isabel, Juan de Aragón y
Castilla, si este así lo decidía al cumplir los catorce años o recluirse en un convento, opción
que escogió.

También acordaron la boda de la infanta Isabel de Aragón, hija primogénita de los reyes Isabel y Fernando,
con Alfonso, el hijo único del rey Juan II de Portugal, príncipe heredero de Portugal. La enorme dote pagada
por los padres de la novia representó la indemnización de guerra obtenida por Portugal.

Firmantes del Tratado


Isabel I de Castilla Fernando II de Aragón Alfonso V de Portugal

Juan, príncipe heredero


de Portugal

Índice
Antecedentes
Guerra de Sucesión Castellana
Rivalidad entre Portugal y Castilla en el Atlántico
Negociación y firma
Contenido del Tratado
Declaración de paz
Reparto del Atlántico
Reino de Fez
El quinto de Guinea
Tercerías de Moura
Aplicación del Tratado
Aplicación inmediata
El Tratado y América
Referencias
Texto original del Tratado
Notas
Referencias
Fuentes secundarias
Antecedentes

Guerra de Sucesión Castellana

Al fallecer el rey de Castilla, Enrique IV en 1474 había dos pretendientes al trono castellano: su hija única
Juana la Beltraneja e Isabel de Castilla, hermanastra de Enrique.

Juana tenía el apoyo de una parte importante de la alta nobleza castellana y de su prometido, el rey Alfonso V
de Portugal. Isabel contaba con el apoyo del resto de la nobleza y de la Corona de Aragón, por estar casada
con su heredero, Fernando.

Las hostilidades estallaron en 1475. La guerra por tierra se desarrolló principalmente en la meseta norte
castellana, decantándose a favor del bando isabelino a partir de la batalla de Toro, 1476. A partir de entonces
el conflicto continuó sobre todo por mar, con flotas castellana y portuguesa luchando entre ellas y compitiendo
por traer riquezas desde las lejanas tierras de Guinea.

La derrota castellana en el mar y la incapacidad portuguesa para ganar la guerra en tierra llevaron a los
contendientes a iniciar negociaciones de paz en 1479.

Rivalidad entre Portugal y Castilla en el Atlántico

A lo largo del siglo XV, los exploradores, comerciantes y


pescadores de Portugal y de Castilla fueron internándose cada
vez más en el océano Atlántico. Los reyes de ambos reinos
impusieron tasas a las mercancías traídas de ultramar y
rápidamente surgieron fricciones sobre a qué soberano
correspondían los impuestos provenientes de cada uno de los
territorios descubiertos. Una controversia clave fue el control
sobre el área de Guinea y la Mina, rica en oro y esclavos. Otro
punto importante fue a quién correspondía el derecho a
conquistar las islas Canarias.

Las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Hierro fueron


conquistadas por caballeros normandos para Castilla entre 1402 y
1405 pero los navegantes portugueses no dejaron de tocar en las
islas y capturar esclavos en ellas.1 En 1431 los soberanos Juan I
de Portugal y Juan II de Castilla firmaron un primer tratado de
paz. Sin embargo, la disputa sobre la posesión de las Canarias
continuó, siendo presentada en el Concilio de Basilea de 1435.2
En 1449 el rey Alfonso V de Portugal llegó a otorgarse el
monopolio del comercio de Canarias.3 Reconstrucción actual de una carabela
portuguesa.
En 1441 arribaron a Lisboa los primeros cargamentos
documentados de oro procedentes de Guinea.2 Si bien
inicialmente el Papado tomó una posición neutral entre Portugal y Castilla en cuanto a sus derechos sobre
África por la bula Rex regum de Eugenio IV (1443). Entre 1452 y 1455 el papa Nicolás V favoreció los
esfuerzos de los portugueses con una serie de bulas, otorgándoles el control exclusivo sobre los territorios
desde los cabos Bojador y Nam hasta toda la Guinea y "más allá hasta donde se extiende la playa
meridional".a Esto llevó a los portugueses a asaltar y apresar barcos castellanos que regresaban de comerciar
en Guinea, provocando un enfrentamiento diplomático entre los dos reinos,b que no llegó a mayores debido a
la muerte de Juan II de Castilla, en 1454, y a la situación de debilidad de su sucesor, Enrique IV de Castilla.4

En 1456 el siguiente papa, Calixto III, confirmó el monopolio de Portugal y además otorgó a la Orden de
Cristo portuguesa la autoridad eclesiástica en todas las tierras desde los cabos de Bojador y Nam "hasta los
indios".c El rey de Portugal adoptó una política comercial abierta, permitiendo a súbditos extranjeros
comerciar en las costas africanas a cambio de los correspondientes impuestos. El único perjudicado era así el
rey de Castilla.

En agosto de 1475, tras el estallido de la guerra, la reina Isabel I de Castilla reclamó que "las partes de Africa
et Guinea" pertenecían a Castilla por derecho e incitó a sus comerciantes a navegar a ellas sin autorización
portuguesa, iniciando la guerra naval en el Atlántico.d

Véase también: Descubrimientos portugueses


Véase también: Conquista de las islas Canarias

Negociación y firma
Las primeras conversaciones de paz tuvieron lugar entre la reina Isabel de Castilla y su tía Beatriz de
Braganza, en el castillo de Alcántara, entre el 20 y el 22 de marzo de 1479. No hubo un acuerdo inmediato y
siguió un largo silencio portugués. La principal dificultad se allanó cuando en mayo Juana de Castilla hizo
público su deseo de ingresar en un monasterio.5

Los encargados de negociar el acuerdo definitivo de paz fueron, por el lado de los reyes de Castilla y Aragón,
Rodrigo Maldonado, oidor de la Real Audiencia, y por el lado del rey de Portugal, João da Silveira, barón de
Alvito. Ambos eran miembros de los consejos de sus reyes respectivos.

El acuerdo final fue firmado por los negociadores en la localidad portuguesa de Alcazobas, el 4 de septiembre
de 1479. Cuatro días después fue ratificado por el rey de Portugal y proclamado en ese reino. Isabel lo ratificó
en Trujillo el 27 de septiembre pero, como su marido el rey Fernando no estaba con ella ese día, hizo falta un
segundo acto de ratificación el 6 de marzo de 1480 en Toledo, siendo pregonado oficialmente el acuerdo el 14
de marzo.

El papa Sixto IV refrendó el Tratado mediante la bula Aeterni regis de 1481.

Contenido del Tratado


En Alcáçovas se firmaron un total de cuatro acuerdos:5

1. Reparto de las zonas de influencia en el océano Atlántico. A este acuerdo es al que se suele
denominar propiamente Tratado de Alcazobas.
2. Destino de la reina/princesa Juana en caso de abandonar el convento, que no tuvo que ser
aplicado.
3. Contrato de matrimonio entre Alfonso, heredero portugués, e Isabel, primogénita de los reyes
de Castilla y Aragón. Estos dos documentos son habitualmente llamados las Tercerías de
Moura.
4. Perdón a los castellanos juanistas.

Declaración de paz
Los monarcas reconocieron los perjuicios causados por la guerra, cuya causa principal afirmaron que fue que
los reyes Isabel y Fernando «se llamaron reyes de Portugal» y Alfonso V de Portugal «rey de Castilla»,
mencionando la labor de mediación de la infanta Beatriz de Aveiro y acordando restablecer la paz entre sus
reinos.

...después del fallescimiento del senor Rey Don Enrrique de gloriosa memoria, rrey que fue de
Castilla e de Leon etc., fuera e al presente son grandes debates e quistiones, desençiones, e
diferencias yntitulandose los dichos senores Rey Don Ferrando e Reyna Doña Ysabel, rrey e
rreyna de Castilla de Leon de Portogal e de los Algarbes etc., e el dicho senor Rey Don Alfonso,
rrey de Castilla e de Leon etc., lo qual diera principalmente causa a muy grandes e muy crudas
guerras...
Tratado de Alcáçovas, manuscrito de Lisboa

...la dicha señora Ynfante Dona Beatris (...) trato e procuro con todas sus fuerças de tratar paz e
conformidad entre ellos, e moviera e praticara algunos medios para los tirar de los dichos debates
e diferencias, guerras e males, e dar asiento e paz entre ellos...
Tratado de Alcáçovas, manuscrito de Lisboa

Reparto del Atlántico

En primer lugar, el Tratado de Alcáçovas incluyó un recordatorio del tratado firmado en 1431 entre Juan I de
Portugal y Juan II de Castilla (paz de Medina del Campo-Almeirim). A continuación repartió los territorios
atlánticos entre Portugal y Castilla, quedando la gran mayoría para Portugal, con la excepción de las "islas de
Canaria".

Los territorios reconocidos a Portugal fueron los siguientes, transcritos del pregón del Tratado conservado en el
Archivo de Simancas, indicándose con notas las diferencias con otras versiones:

Guinea, con sus minas de oro


Islas de la Madera, Puerto Santo e Desierto
Islas de los Azores
Islas de las Flores cabe las Islas de Cabo Verde ["Islas de las Flores, y así las Islas de Cabo
Verde" en otras versiones]
Todas las islas que ahora están descubiertas e cualesquier otras islas que se hallaren o
conquistaren, de las Islas de la Canaria para ayuso contra Guinea ["para baxo contra Guinea"
y "pero baixo e adiante contra Guinea" en otras versiones] y en general todo lo que es hallado
e se hallare, conquistase o descubriere en los dichos términos, allende de que es hallado
ocupado o descubierto, queden a los dichos rey e príncipe de Portugal e a sus reinos,
quitando solamente las islas de Canaria

Los territorios reconocidos a Castilla y León fueron:

Lanzarote, La Palma, Fuerteventura, La Gomera, el Hierro, la Graciosa, la Gran Canaria,


Tenerife e todas las otras islas de Canaria ganadas e por ganar

...no turbaran e molestaran ni inquietaran, de hecho ni de derecho, en juicio ni fuera de juicio, a


los dichos señores rey a príncipe de Portugal ni a los reyes que por el tiempo fueren de Portugal
ni sus reinos, la posesión e casi posesión en que estuvo, en todos los tratos, tierras e rescates de
Guinea, con sus minas de oro e cualesquier otras islas, costas, tierras, descubiertas e por descubrir,
halladas e por hallar, islas de la Madera, Puerto Santo e Desierto e todas las islas de los Azores e
Islas de las Flores cabe las Islas de Cabo Verde e todas las islas que ahora están descubiertas e
cualesquier otras islas que se hallaren o conquistaren, de las Islas de la Canaria para ayuso contra
Guinea, porque todo lo que es hallado e se hallare, conquistase o descubriere en los dichos
términos, allende de que es hallado ocupado o descubierto, queden a los dichos rey e príncipe de
Portugal e a sus reinos, quitando solamente las islas de Canaria, conviene a saber Lanzarote, La
Palma, Fuerteventura, La Gomera, el Hierro, la Graciosa, la Gran Canaria, Tenerife e todas las
otras Islas de Canaria ganadas e por ganar, las cuales quedan a los reinos de Castilla y León...
Tratado de Alcáçovas, pregón del 14 de marzo de 1480, conservado en el Archivo de Simancas

Reino de Fez

Los reyes de Castilla y Aragón reconocieron al rey de Portugal la exclusividad de la conquista del Reino de
Fez.

Otrosi los dichos señores Rey e reina de Castilla e de Aragón (...) no se entremeterán ni
impedirán ni querrán entender ni entenderán en manera ninguna en la conquista del Reino de Fez
(...), antes libremente el dicho señor rey e príncipe de Portugal e sus reinos e sucesores, podrán
proseguir la dicha conquista e la defenderán como los dichos gustaren e por bien tuvieren.
Tratado de Alcáçovas, pregón del 14 de marzo de 1480, conservado en el Archivo de Simancas

El quinto de Guinea

El quinto o quinto del rey era un impuesto percibido por la corona sobre las mercancías traídas por barco a la
Península desde los territorios del Atlántico denominados «Guinea» y «Mina de Oro». En el Tratado de
Alcáçovas los reyes de Castilla y León aceptaron que este impuesto fuese percibido por Portugal en los
puertos castellanos, incluyendo a los barcos que hubiesen zarpado hacia la Mina antes de la firma del mismo.

ahora los dichos muy ilustres rey e príncipe de Portugal (...) han sabido que de estos nuestros
reinos (...) partirían algunas ciertas carabelas a la dicha Mina de Oro e recates de la Guinea [en
las] cuales el dicho ilustre Príncipe ha de haber el quinto, por dar su seguro que dicho es a la
dichas carabelas. A ruego nuestro, e nos lo ofrecimos que le será dado e pagado el dicho quinto.
Tratado de Alcáçovas, pregón del 14 de marzo de 1480, conservado en el Archivo de Simancas

Tercerías de Moura
En paralelo al tratado de Alcáçovas (pero normalmente consideradas como
acuerdos aparte) se negociaron las llamadas Tercerías de Moura, que
resolvieron la cuestión dinástica castellana con dos acuerdos:

A Juana de Castilla, hija del rey Enrique IV de Castilla (apodados


respectivamente "la Beltraneja" y "el Impotente" por sus
adversarios), y rival de Isabel por el trono de Castilla, se le impuso
renunciar a todos sus títulos castellanos y se le ofrecieron dos
alternativas: la reclusión en un convento portugués o la boda con el
príncipe heredero Juan de Aragón, el segundo hijo y el primer varón
de los reyes Fernando e Isabel, si este así lo decidía al cumplir los
catorce años. La excelente señora, como la llamaban en Portugal, La princesa Juana la
eligió la opción religiosa, tomando el hábito el 15 de noviembre de Beltraneja o Juana de
1480.5 Castilla, hija del rey
Enrique IV de Castilla.
Concertaban la boda de la infanta Isabel de Aragón, primogénita de
los reyes Fernando e Isabel, con el heredero del rey portugués
Alfonso de Portugal. Ambos niños serían guardados "en régimen de tercerías" en el castillo
portugués de los Braganza en Moura. Además, se fijaba una enorme dote para la novia, más
de cien mil doblas, que comprendía en realidad una indemnización de
guerra pagada por Castilla y Aragón a Portugal.

La boda de Alfonso e Isabel se celebró en 1490. Al morir Alfonso a los pocos


meses, Isabel contrajo matrimonio en 1497 con el nuevo heredero al trono
portugués, Manuel I de Portugal apodado «el Afortunado». Tuvieron un niño,
Miguel de Paz, que, antes de morir a las dos años, llegó a ser heredero de las tres
coronas peninsulares: Portugal, Castilla y Aragón. Tras la muerte de Isabel, fue su
hermana María de Aragón la que se casó con Manuel «el Afortunado», dando a luz
a una hija, Isabel de Portugal, que después casó con Carlos I de España. De esta
manera, Felipe II de España, hijo de Carlos e Isabel, pudo acceder al trono
portugués tras la desaparición de su titular Sebastián I de Portugal.6

Aplicación del Tratado Isabel de Aragón, hija


primogénita de los
RR.CC.
Aplicación inmediata

En abril de 1480, el rey Alfonso V emitió instrucciones para arrojar al mar a los tripulantes de todo barco no
portugués que fuese interceptado en lo sucesivo en las aguas asignadas a Portugal en el Tratado de
Alcáçovas.e

Los reyes Fernando e Isabel hicieron cumplir el Tratado a sus súbditos. Los que consiguieron licencias del rey
de Portugal pudieron seguir comerciando en Guinea sin problemas. Pero no todos las obtuvieron, por lo que a
partir de 1480 se documentaron numerosas expediciones ilegales y casos de piratería, a la que se vieron
abocados muchos marinos para sobrevivir. En 1489 los Reyes estimaron necesario recordar la prohibición de
penetrar en las aguas y tierras de Portugal y de capturar navíos portugueses.8

El Tratado y América

Durante los preparativos para el primer viaje de Cristóbal Colón, los reyes Isabel y Fernando recordaron a los
vecinos de Palos de la Frontera que se embarcasen en la expedición de Colón la prohibición expresa de ir a la
Mina, ni al trato de ella que tiene el Serenísimo Rey de Portugal.9

Tras el retorno de Colón, que desembarcó en Lisboa antes de poder regresar a Andalucía, el embajador de
Portugal, Ruy de Sande, llegó a la corte de Isabel y Fernando en Barcelona a fines de abril de 1493 para
reclamar que las tierras descubiertas por Colón correspondían a Portugal. No se conocen con seguridad los
argumentos que utilizó. Según el cronista aragonés Jerónimo de Zurita, el embajador propuso que el Atlántico
se repartiese mediante un paralelo a la altura de las Canarias que se extendería sin fin hacia Occidente y que
dividiría todo el mar a lo ancho: al norte la parte castellana y al sur la portuguesa.10 Un documento de los
reyes Isabel y Fernando corrobora que fue esta la propuesta del rey portugués Juan II:

[Juan II] dezía buen medio, para evitar inconvenientes, quel mar Océano se partiese entre Nos [e]
él por una línea tomada desde las Canarias contra el Poniente por ramos en línea derecha, e que
todos los mares, islas, tierras, desde la dicha línea derecha al Poniente hasta el Norte, sean
nuestros, salvando las islas que en aquella parte al presente posee; e que todos los otros mares,
islas e tierras restantes que se hallaren desde la dicha línea hacia el Mediodía, sean del dicho Rey,
nuestro hermano, salvando las dichas islas de Canaria, que son nuestras.
Instrucciones de los RR.CC. a sus embajadores en Portugal el 3 de noviembre de 149311
La mayoría de los libros de historia afirma erróneamente que en Alcáçovas se había fijado el paralelo de
Canarias como límite. En realidad el texto del tratado no menciona ningún paralelo ni hace uso en ningún
momento del concepto de latitud. La propuesta de delimitar el Atlántico de dicha manera debe interpretarse
como una concesión razonable de Juan II que trataba de resolver el conflicto creado por el descubrimiento de
Colón.12 El historiador Juan Manzano consideró falaz la interpretación del Tratado de Alcáçovas según un
paralelo porque el tratado solo se refería a lo que él llama "mar de África", es decir, la parte del mar Océano
entonces navegada y ocupada por Portugal y Castilla, adyacente al continente africano.13 Por el contrario,
Manuel Giménez Fernández, opinó que el Tratado de Alcáçovas en realidad daba a Portugal todo el Atlántico
salvo las Canarias, por lo que las islas descubiertas por Colón forzosamente pertenecían a Portugal. Según
Giménez, el motivo por el que los Reyes Isabel y Fernando tardaron tanto tiempo en autorizar la expedición de
Colón fue por esa inseguridad jurídica, no por motivos náuticos ni por ignorancia.10

En una interpretación más heterodoxa, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, sostuvo que el Tratado de Alcáçovas
incluyó explícitamente territorios americanos: Guinea sería el territorio hoy conocido como las Guayanas
mientras que las Islas de Canaria incluirían islas y costas del mar Caribe. Isabel y Fernando serían, según ella,
bien conscientes de que las tierras que Colón quería descubrir pertenecían por derecho a Portugal y habrían
enviado a Colón solo tras asegurarse de que su aliado Rodrigo Borgia accedía al Papado como Alejandro VI,
de tal manera que las justificadas protestas de Portugal pudieran ser contrarrestadas por una nueva Bula papal,
favorable esta vez a Castilla.14

Sea como fuere, a raíz de las protestas portuguesas se inició un periodo de intensas negociaciones diplomáticas
entre las coronas de Portugal y de Castilla. Isabel y Fernando obtuvieron a lo largo de 1493 una serie de bulas
papales, llamadas hoy día Bulas Alejandrinas, que les otorgaban las tierras descubiertas por Colón y venían a
establecer un nuevo reparto del Atlántico que dejaba obsoleto al Tratado de Alcáçovas. No obstante,
consideraron necesario volver a recordar a Colón, justo antes de partir en su segundo viaje, la prohibición de
tocar en la Guinea ni en la Mina.15 El rey de Portugal protestó pero en el Tratado de Tordesillas de 1494
terminó aceptando un nuevo reparto, ligeramente más favorable a Portugal que el de las Bulas Alejandrinas.

Referencias

Texto original del Tratado

Existen varias versiones del Tratado, con ligeras diferencias entre sí:

1. Manuscrito en castellano ratificado por los Reyes Católicos en Toledo el 6 de marzo de


1480. Conservado en los Archivos Nacionales de Lisboa, gav. 17, maço 6, n.º 16. Transcrito en
Davenport, que incluye el texto original en castellano y una traducción al inglés. La versión en
inglés está disponible en la web del proyecto Avalon (https://web.archive.org/web/2007043016
5034/http://www.yale.edu/lawweb/avalon/modeur/sppo01.htm)
2. Ese mismo texto en castellano fue, según Davenport, copiado por Joseph Soares da Sylva en
su Colleccam dos Documentos, com que se Authorizam as Memorias para a Vida del Rey D.
Joao o I., tomo IV. de sus Memorias para a Historia de Portugal, que comprehendem o
Governo del Rey D. Joao o I. (1730-1734).
3. Pregón del Tratado en castellano (https://web.archive.org/web/20100403043417/http://am
ericaversus.iespana.es/2documentos/8gueraguines/documentos/alcazobas1.jpg)
fechado el 14 de marzo de 1480. Conservado en el Archivo General de Simancas, R.G.S. III-
1480 302. Transcrito (https://web.archive.org/web/20100403043241/http://americaversus.iespa
na.es/trascrip/1490.htm) por Luisa Isabel Álvarez de Toledo.
4. Pregón del Tratado en portugués, dado en Évora el 8 de septiembre de 1479, mencionado
en Harrise, Henry (1897). Diplomatic History of America (en inglés). Londrés: B.F. Stevens.
OCLC 1519816 (https://www.worldcat.org/oclc/1519816).
5. Fragmento del Tratado en castellano (http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/
hist/35761629090154832976613/023600.pdf?incr=1) Transcrito por Cesáreo Fernández Duro
(1930-1908) el 30 de marzo de 1900, de una copia parcial realizada en 1565 y publicado en la
Sección Variedades del Boletín N° 36, Año 1900 (http://www.cervantesvirtual.com/obra/traslad
o-de-los-captulos-del-tratado-de-paces-entre-las-coronas-de-castilla-y-de-portugal-firmado-en-t
oledo-a-16-de-marzo-de-1480-relativos-a-la-posesin-y-pertenencia-de-guinea-costas-mares-e-
islas-de-frica-0/) de la Real Academia de la Historia sacado de una copia simple de letra de
este tiempo que existe en el legajo 1° de gobernación general de Indias, en su archivo general
. El original lleva fecha de 16 de marzo de 1480.
6. Versión en latín del artículo relativo al reparto del Atlántico recogida en la bula Aeterni regis
de 21 de junio de 1481. (en Wikisource)

Notas
a. a capitibus de Bojador et de Nam usque per totam Guineam et ultra versus illam meridionalem
plagam, bula Romanus Pontifex de 8 de enero de 1455. Transcrita en Davenport
b. Carta de Juan II de Castilla a Alfonso V de Portugal, fechada el 10 de abril de 1454. Recogida
por Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias (1561).
c. a capitibus de Bojador et de Nam usque per totam Guineam et ultra illam meridionalem plagam
usque ad Indos, bula Inter caetera de 13 de marzo de 1456. Transcrita en Davenport
d. Provisión de la reina Isabel fechada el 19 de agosto de 1475. Transcrita en Álvarez de Toledo.
e. Orden de Alfonso V fechada en Viana a 6 de abril de 1480.7

Referencias
10. Rojas Donat, 1997.
1. Álvarez de Toledo, 2006, p. 161, tomo I.
11. Manzano y Manzano, 1982, p. 34.
2. Davenport, 1917, p. 10.
12. Szászdi León-Borja, 1999, pp. 547-574.
3. Álvarez de Toledo, 2006, p. 162, tomo I.
13. Manzano y Manzano, 1982.
4. Blake, 1941, p. 190.
14. Álvarez de Toledo, 2006, p. 37, tomo II.
5. Álvarez Palenzuela, 2006.
15. Fernández de Navarrete, 1825.
6. Sanz Hermida, 2004.
7. Blake, 1941, p. 104.
8. Álvarez de Toledo, 2006, p. 283, tomo I.
9. Provisión de 30 de abril de 1492 (http://ameri
caversus.iespana.es/trascrip/colon92.htm?3
&weborama=19#), conservada en el Archivo
de Simancas (R.G.S. IV-1492-19)

Fuentes secundarias
ÁLVAREZ DE TOLEDO, Luisa Isabel (2006). África versus América: la fuerza del paradigma (http://w
ww.herbogeminis.com/IMG/pdf/africa_versus_america.pdf) (2ª edición). Sanlúcar de
Barrameda: Fundación Casa Medina-Sidonia. ISBN 9788460711353.
ÁLVAREZ PALENZUELA, Vicente Ángel (2006). «La guerra civil castellana y el enfrentamiento con
Portugal (1475-1479)» (http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/346939587612472
08143679/index.htm). Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el junio de
2007.
BLAKE, John W. (1941). Europeans in West Africa, 1450-1560 (en inglés). Londres: The Hakluyt
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MANZANO Y MANZANO, Juan (1982). Colón y su secreto: el predescubrimiento (2ª edición).
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SZÁSZDI LEÓN-BORJA, István (1999). «El origen de la Armada de Vizcaya y el Tratado de las
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