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EL IMPACTO DE LA PANDEMIA COVID-19 EN EL SECTOR TURÍSTICO

EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, Y LAS OPCIONES PARA UNA


RECUPERACIÓN SOSTENIBLE Y RESILIENTE

El Turismo ha sido una de los sectores más afectados de la economía; esta parálisis
temporal no sólo ha golpeado duramente las economías y el empleo del Caribe, sino
también a muchas comunidades locales en América Latina.
El Turismo en el Caribe representa una proporción significativa del producto bruto
interno (PBI). En abril del 2020, América Latina y el Caribe se ha visto paralizada
temporalmente como resultado de la pandemia por la enfermedad del coronavirus
(COVID-19). Este Este sector es uno de los principales contribuyentes a las
exportaciones, la economía y el empleo en el Caribe; es difícil estimar los impactos a
corto, mediano y largo plazo de la pandemia en el turismo. El impacto muestra que la
caída del turismo puede hacer que el crecimiento total del PBI en el Caribe y América
Latina disminuya en 8 puntos porcentuales.
A medida que los países han adoptado medidas para mitigar el impacto de la crisis en el
turismo, se proporcionan recomendaciones para intensificar la preparación del sector
para la pronta recuperación económica, al tiempo que se mejora la diversificación y la
sostenibilidad ambiental y social.

El papel clave del turismo en el PIB, las exportaciones y el empleo.


El turismo es un generador clave de divisas en toda la región. En el 2019, representó el
42% y el 10% del total de las exportaciones (bienes y servicios) en el Caribe y América
Latina. Tiene muchos sectores estrechamente vinculados, incluyendo la agricultura, la
gastronomía, la construcción, el transporte, la industria creativa y otros servicios. El
turismo impulsa las ciudades, pero en la región también contribuye a las comunidades
locales, costeras y rurales; especialmente en un escenario de recuperación post-COVID.
En el Caribe, la mayoría de las economías dependen casi por completo de los visitantes
extranjeros; debido a que, el turismo ofrece oportunidades al proporcionar horarios de
trabajo flexibles y a tiempo parcial. Las microempresas, las pequeñas y medianas
empresas (MYPE) representan la mayor parte de las empresas turísticas.

La dramática caída del turismo.


La crisis del COVID-19 ha causado una importante caída de la actividad turística en
todo el mundo, a medida que la pandemia llegaba a la región los países cerraban sus
fronteras en marzo, las llegadas de turistas cayeron más de un 50% en marzo y cerca del
100% en abril.
En el Caribe, la mayoría de los puertos y aeropuertos han sido cerrados para impedir la
entrada de visitantes con COVID-19. Se proyectó la perdida del turismo bajo tres
escenarios posibles: alto riesgo (con una expansión del virus y nuevos periodos de
cuarentena), base (donde la economía se reactiva en 90 días) y con reformas (donde la
economía reabre más rápido). Una posible estrategia de recuperación se dirige a nuevos
mercados, donde el sector esta obligado a esperar dos años para alcanzar los niveles de
visitas pre-COVID-19. Los viajes internacionales no se han visto tan afectados en
décadas como por la pandemia, esto se debe en gran medida a las restricciones de viaje
cada vez más estricticas impuestas desde enero. Países de todo el mundo comenzaron
imponiendo prohibiciones o períodos de autoaislamiento de 14 días para viajeros de
ciertos países con altas tasas de infección por COVID-19; la gran mayoría ha impuesto
restricciones a los viajes mediante el cierre en atracciones turísticas, como museos,
playas y parques naturales.

Se esperan grandes caídas en el turismo regional en el 2020.


La estimación del impacto de la caída de la actividad turística en el PIB total está
rodeada de una enorme incertidumbre y depende de varios factores, sobre todo de la
reactivación de los viajes nacionales antes que el turismo internacional, ya que las
restricciones al primero se levantarán antes. Se ha proyectado flujos turísticos
mensuales para el 2020 y 2021, es clave proyectar mensualmente en lugar de flujos
anuales debido a los fuertes movimientos estacionales y al hecho de que algunos países
tenían meses de turismo pico antes de la pandemia.

Diferentes medidas pueden mitigar el impacto de la crisis y acelerar la


recuperación.
Se han adoptado diversas medidas para mitigar los impactos económicos y sociales de
la pandemia en el turismo y preparar al sector para la recuperación. Se diseñó un
programa temporal para ayudar a los trabajadores por cuenta propia afectados por
COVID-19. En algunos países, los hoteles y las asociaciones turísticas han
proporcionado un beneficio de socorro que consistió en un pago de desgravación en
efectivo a los empleados y repartió paquetes con alimentos y otras necesidades básicas
para los trabajadores del sector turismo.
El cierre (temporal) de las empresas relacionadas con el turismo tiene fuertes
repercusiones, ya que deberán adoptarse medidas para apoyar la formalización de los
trabajadores informales en el turismo, con especial atención a los más vulnerables.
Para mejorar la protección y el bienestar del empleo a medio plazo, los gobiernos
podrían promover la creación de sindicatos o cooperativas para proteger los derechos de
los trabajadores. Las agencias de turismo públicas y privadas están organizando
seminarios web de capacitación para promover la tecnología de la información.
Las iniciativas de capacitación y creación para los miembros del sector, desarrollan
paquetes de incentivos para que las empresas se ajusten y se reinventen para adoptar
nuevos modelos de negocio que involucren a diferentes clientes.
El turismo necesita asistencia para mejorar sus habilidades digitales para facilitar la
interacción con los clientes potenciales y aprovechar el comercio electrónico. Las
habilidades digitales implican más que la comunicación en las redes sociales a medida
que florecen las tecnologías innovadoras. Esto ayudar a realizar un seguimiento del
comportamiento de los consumidores y a pronosticar la demanda, mientras que la
inteligencia artificial puede personalizar los viajes para los turistas que buscan
experiencias auténticas.
Las estrategias de marketing internacional deben dirigirse a los grupos que
probablemente viajen primero. Estos incluyen viajeros de lujo y de negocios, que
pueden adoptar más fácilmente el distanciamiento social. Otro grupo es la Generación
Z: el 27% estaría dispuesto a viajar tan pronto como se levanten las restricciones y un
21% unos meses después; y el 15% reanudaría los viajes internacionales una vez que la
vacuna esté fuera. Esta a su vez busca generar experiencias únicas, personalizadas y
sostenibles, favoreciendo el turismo cultural, natural, gastronómico y rural.
Esta crisis es una oportunidad para aumentar la contribución del turismo para alcanzar
los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El turismo puede generar daños
ambientales sustanciales bajo un escenario de negocios como de costumbre. A medida
que la pandemia COVID-19 evolucione, surgirán nuevos desafíos de gestión del riesgo
de desastres.

Conclusiones y sugerencias.
A pesar de que los destinos pueden ser objetivamente seguros, muchos viajeros reacios
al riesgo pueden tratar de evitar la exposición al COVID-19 y decidir no viajar en
absoluto o viajar sólo distancias cortas, evitando el transporte aéreo. Para ello, se debe
adoptar medidas preventivas para minimizar la propagación del virus o posibles ondas
posteriores de infección, esto es fundamental para el desarrollo del sector en esta nueva
normalidad que se da actualmente en todos los países de América Latina.
Es importante evaluar los impactos sociales, económicos y ambientales. También
explorar soluciones más creativas y estimular el uso de las tecnologías digitales, para así
promover un turismo más sostenible e inclusivo a futuras adversidades que se puedan
presentar.
Se surgiere tener como objetivo el desarrollo y la implementación de los protocolos de
salud y seguridad dirigidos a las diversas actividades que se realizan en el sector.
Promover la cooperación entre las organizaciones nacionales de turismo con el objetivo
de mitigar el impacto del COVID-19. Coordinar políticas y medidas sociales para
aumentar la confianza de los viajeros nacionales e internacionales y así mejorar las
capacidades turísticas nacionales y regionales.

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