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Manual de

Alain Reynier �
Alain REYNIER
Ingeniero Agrónomo
Enólogo

MANUAL
DE

VITICULTURA
Guía técnica de Viticultura

6.ª edición
revisada y ampliada
2ª Reimpresión 2012

Equipo de traducción dirigido y coordinado por:


V. SOTÉS RUIZ y J. A. DE LA IGLESIA GONZÁLEZ

P. BAEZA TRUJILLO, P. DEL ESTAL PADILLO, C. GARCÍA GARCÍA, V. GÓMEZ MIGUEL,


C. RUIZ GARCÍA y J. YUSTE BOMBIN

Ediciones Mundi-Prensa

2012
Ediciones Mundi-Prensa
Avda. Filipinas, 50, bajo, puerta A
28003 Madrid (España)
Tel. (+34) 902 995 240
Fax (+ 34) 914 456 218
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La edición original de esta obra ha sido publicada en francés con el título:

MANUEL DE VITICULTURE

8eme édition
por Technique & Documentation, 11, rue Lavoisier, París.

© Technique & Documentation, 200 1 .Edición francesa


© Ediciones Mundi-Prensa, 200 1 . Edición española (2° reimpresión 2012)
Depósito Legal: M. 9.789-2002
lSB : 978-84-7114-946-6

o se permite la reproducción total o parcial de este libro ni el almacenamiento


en un si tema informático, ni la transmisión de cualquier forma o cualquier
medio, electrónico, mecánico, fotocopia, registro u otros medios sin el permiso
previo y por escrito de los titulares del Copyright.

IMPRESO EN ESPAÑA - PRINTED IN SPAIN


PRÓLOGO

Esta obra no es ni u n tratado ni un compendio de Viticultura, es un manual téc­


nico que presenta las nociones esenciales del cultivo de la vid. Concebido en este
espíritu, he querido que sea una verdadera guía profesional para el uso de viticul­
tores y técnicos vitícolas en el ejercicio de su oficicio.
El Manual de viticultura tiene esta ambición de responder a las necesidades de
conocimiento e i nformación de los profesionales de la viticultura. En efecto, los
.vi ticultores y l os técnicos del sector, enfrentados a las variaci ones climáticas, al
comportamiento específico de las variedades, a las agresiones fl uctuantes de pla­
gas y enfermedades, a las dificultades humanas y económicas, deben, a lo largo
del año, elegir y tomar las decisiones más apropiadas a la gestión del viñedo. Para
esto, necesitan estar informados en áreas muy variadas que sean objeto de especia­
l idades diferentes.
Estableciendo l azos de unión entre ciencia, técnica y práctica, este manual
profesional reúne en una m isma obra l os elementos del saber para hacer elec­
ciones razonadas y, al mismo tiempo, proporciona l as i n formac iones prácticas
del saber hacer, tan útiles para l a reali zación de los trabajos de p lantación, de
conducción del v i ñedo o de protección fitosanitari a. Este manu al responde
también a l as exi gencias del currículum profesional elaborado para l a obten­
ción del diploma del título de técnico superior en Viticultura-Enología. Como
consejero técnico de la comisión de renovación de este títu lo, he querido que l a
obra siga fielmente el espíritu y desarro l l o pedagógico d e l programa de esta
formación .
La pri mera parte es una presentación de las vides cultivadas: calendario de
l os trabajos anuales del viñedo, funcionamiento biológico de l a vid, estudi o de
l as variedades, de los patrones y de l as formas de multiplicaci ón de l a vid. La
segunda parte es una guía de la plantación de una parcela de v i d : 11\étodos de
diagnóstico del terreno, razonamiento de l as elecciones técnicas que conciernen
a la variedad, al patrón, al sistema de conducción y a la reali zación de la planta­
ción . La tercera parte es una guía de las intervenciones realizadas en las v iñas
en producción , a nivel del suelo (mantenimiento y fertilización) y a nivel de l a
parte aérea (poda, operaciones e n verde, vendimias). L a cuarta parte e s u n a guía
de la protección razonada del viñedo con un deseo de eficacia para l le ar a
buen término l a cosecha, respetando los equi l i brios biológicos y el medio natu­
ral .
IV MANUAL ÚE V ITICULTURA

En el año 1997 se hizo una revisión total de la 7.ª edición. En esta nueva edi­
ción, cada uno de los capítulos se ha actualizado y he completado la cuarta parte
con el estudio de la podredumbre ácida y de la «cicadela» pruinosa, temas de
actualidad a los que se enfrentan ciertos viñedos. He intentado conservar el espí­
ritu del l ibro para que el Manual de Viticultura pueda prestar a los viticultores y
estudiantes los mismos servicios que en el pasado.

Alain Reynier
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

El cultivo de la vid es, j unto con el trigo, uno de los más antiguos realizados
por el hombre. La Biblia ya hace al usión a ello « . . . Noé, agricul tor, comenzó a
labrar la tierra y plantó una viña. Bebió de su vino y se embriagó . . . » (Génesis, 9).
A partir de ahí y en el curso de los siglos, la viticultura, más que otras activida­
des agrícolas, se ha ido impregnando de tradición para poner a disposición de los
hombres las variedades cuyos nobles productos han alegrado el corazón y abierto
su espíritu.
Sin embargo, en el curso de los últimos decenios, el cultivo de la vid ha evolu­
cionado fuertemente y las técnicas modernas se han i do desarrollando para facili­
tar el trabajo del viti cultor y permiten responder a las exigenci as de una produc­
. ción ligadas a las leyes de la economía y sometidas a los gustos cambiantes de los
consumidores.
Para saber y saber hacer estas modernas técnicas el viticultor debe estar for­
mado y tener perfectamente asimilado el conoci miento fundamental de dichas téc-:
nicas y su evolución tecnológica.
Es por eso que la Viticultura necesita obras de calidad contrastada que presen­
ten en sus páginas todo el abanico de las técnicas vitícolas. Esta 8. ª edición fran­
cesa, 6. ª española, de Alain Reynier, agrónomo, enólogo y profesor de la Facultad
de Enología de B urdeos, es una de esas. Y aunque el autor modestamente la titula
Manual de Viticultura, podemos decir de ella que se ha convertido ya en una obra
maestra en el ámbito de la Viticultura.
El profesor A. Reynier va desgranando de una forma sencil la, clara y pedagó­
gica, desde el conocimiento de l as variedades, pasando por su obtención, multipli­
cación, plantación, técnicas de cultivo, protección integral del viñedo, hasta la
recolección y vendimia de sus cosechas, con una puesta al día puntual . Esta senci­
llez aparente hace asequible y necesario este libro para técnicos, estudiantes y para
cualquier aficionado y amante del cultivo de la vid y el vino.
Una vez más, Mundi-Prensa demuestra que quiere seguir siendo puntera en
todos estos temas relacionados con la agricultura, al hacer esta versión en lengua
española que posibilite J legar a todos los hispano-parlantes los últi mos conoci­
mientos y avances del cultivo de la vid.
Nuestra felicitación por su magnífica presentación, que hará que su acogida
esté en la medida del entusiasmo que el autor ha puesto en su redacción, y que será
además una contribución al mantenimiento de su renombre como Editorial .
Finalmente, nuestro agradecimiento nuevamente a Mundi-Prensa por habernos
confiado la traducción de esta 8.ª edición francesa, 6. ª española, del Manual de Viti­
cultura de A. Reynier, que hemos intentado hacer tal y como se merece la obra.

Los traductores
_,

INDICE

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . III

Prólogo a la edición española V

PRIMERA PARTE. LAS VIDES CULT IVADAS

Cap. l. Calendario de trabajos y ciclo biológico de la vid ............ 3


1. La vid, l as estaciones y los trabaj os .... ...... .................... 3
2. Ciclo vegetativo . .. . . ................... . ... ........... ...... 8
2.1. Los lloros .. ... . ........ .. .. ........ ........ ... . ........ 8
2.2. El desborre ......... . ........... . .............. ...... . .. 9
2.3. El crecimiento . ......................................... 12
2.4. Evolución de los sarmientos y de las yemas latentes después de la
parada de crecimiento ............................ .. . .. ... 20
3. Ciclo reproductor ............................................ 21
3.1. La iniciaciónfloral .... .... .. .......... . ................. 21
3.2. Floración, polinización, fecundación ........ . .......... . .. .. 24
3.3. Desarrollo de las bayas ................. : ... .. ...... .... .. 26

Cap. 2. Ampelografía y mejora varietal ................ ........... 39


1. Familia de las Vitáceas ............. .. ............... .......... 39
2. Nociones de variedad y de encepamiento ......................... 41
2.1. Origen d e las variedades .......................... .. ...... 42
2.2. Noción de encepamiento .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
3. Variedades .. ..... .. . . . ...... . .. ........... .. ........... .... 47
3.1. Variedades de vinificación: encepamiento de los viñedos de Francia47
3.2. Variedades de mesa .... ... ...... .......... ...... . ........ 65
4. Portainjertos ......· ....................... ............. : . . .. . 68
4.1. Origen de los portainjertos .... ... .......... ............... 68
4.2. Características de los principales portainjertos ................ 70
5. Mejora varietal .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . T
5 .1. Mejora del encepamiento por vía vegetativa ...................
5.2. Mejora varietal por vía sexual para la creación de nuevas variedades80
6. Ampelografía práctica o cómo reconocer las variedades y los portainjerto
6.1. Métodos ampelográficos ................................. .
6.2. Caracteres ampelográficos ................................
VIII MANUAL DE VITICULTURA

Cap. 3. Multiplicación de la vid .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

.
1 Producción del material de propagación .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
1.1. Sector de Las maderas y de Las plantas de vid . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
1. 2. Producción de material injertable en pleno campo .. . . . . . . . . . . . . 103
1.3. Producción en invernadero del material injertable . . . . . . . . . . . . . . 108
2. B ases fisiológicas del estaquillado y del injerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
2.1. Riza génesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
2. 2. Callogénesis . ..... .. ... . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .. .. . . . . 111
3. Técnicas d e estaquillado y d e injerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. 113
3.1. Producción de barbados por estaquillado de madera agostada . . . . . 113
3.2. Producción de plantas-injerto por injerto de maderas agostadas . . . 114
3.3. Injerto en verde de taller . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 24
3.4. Normas de comercialización de Las maderas y de Las plantas de vid 1 26
4. Técnicas de regeneración de viñas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ·
1 26
4.1. Reposición de marras .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
4. 2. Sobreinjerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 28
4.3. Rebaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
4.4. Acodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134

SEGUNDA PARTE. ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 137

Cap. 1. Observar, evaluar y acondicionar el terreno ................. 139

1. Observar y evalu ar el terreno .. . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139


1.1. Determinar el estado general de la parcela a plantar .. . . . . . . . . . . 139
1. 2. Observar el suelo en profundidad y tomar las muestras de tierra para
su análisis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 1
2. Acondicionar y preparar el terreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
2.1. Desbrozado de la maleza o arranque de La viña preexistente . . . . . . 144
2. 2. Manejo de Los terrenos de ladera.. . . ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
2.3. Nivelación y aterrazamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
2.4. Drenaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
2.5. Acondicionamientos que limitan los efectos del viento y del aire frío . 15 2
2.6. Desfonde y subsolado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
2.7. Abonado de fondo antes de la plantación .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 155

Cap. 2. Razonar las alternativas técnicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . 157

1. Reglamentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
1.1. Decisiones con respecto a La reglamentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
1 .2. Regulari::,ación de las plantacibnes de vides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 8
1.3 . Reglamentación de nuevas plantaciones .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
1.4. Reglamentación de las replantaciones .. . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . 159
1.5. Primas de abandono .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 1
1.6. Planes de reestructuración y reconversión . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . 16 1
1.7. Reglamentación del encepamiento .. ... . ... .. . .. . .. . . ...... . . 16 2
ÍNDICE IX

2. Razonar la elección de la variedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 74


2. 1 . Elección según del valor específico de la variedad . . . . . . . . . . . . . . 1 74
2.2. Adaptación de las variedades al medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 77
2.3 . Influencia de las prácticas culturales sobre el comportamiento de la
variedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 79
3 . Razonar la elección del patrón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 80
3 . 1 . Resistencia a los parásitos del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 80
3 .2. Adaptación a los terrenos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
3 .3 . Elección del patrón en función de la variedad y del objetivo de pro-
ducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 84
4. Razonar la elección del sistema de conducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 87
4. 1 . Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 87
4.2. Evolución de los sistemas de conducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 89
4.3 . Parámetros de la irnplantación de las cepas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
4.4. Parámetros de la forma de las cepas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 98

Cap. 3.- Realizar la plantación ..... .. .. .. ... . . ..... .... .... ...... 209
1 . Preparar y realizar la plantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 209
1 . 1 . Preparación superficial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 209
1 .2. Trazado, marcado y empiquetado de la plantación . . . . . . .. . . .. . . 209
1 .3 . Época de plantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 21 1
1 .4. Petición, recepción y preparación de las plantas . . . . . . . .. . . .. . . 21 1
1 .5 . Formas de plantación ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 214
2 . Cuidar l a plantación e instalar e l empalizamiento . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 216
2.1 . Cuidados posteriores a la plantación . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 216
2.2. Injerto en campo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 217
2.3 . Poda deformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 217
2.4. Instalación del empalizamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 219
3 . Evaluar el coste de l a plantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 226
3 .1 . Montaje de los trabajos de preparación del terreno . . . . . .. . . .. . . 226
3.2. Montante de los gastos de plantación . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . 227
3 .3 . Coste de plantación de una hectárea de viña . . . . . . . . . . . . . . .. . . 229

TERCERA PARTE. CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 1

Cap. l. Fundamento y práctica del mantenimiento del suelo ....... .. 233


1 : Laboreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
1 . 1 . Objetivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
1 .2. Efectos del laboreo tradicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
1 .3 . Práctica del laboreo del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
2. Escarda química : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ·. . . . 242
2. 1 . Objetivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
2.2. Efectos de la escarda química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
2.3 . Nociones sobre las malas hierbas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
2.4. Herbicidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 1
2.5 . Práctica de la escarda química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 8
2.6. Material de escarda química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
X MANUAL DE V ITICULTURA

3. Cubierta vegetal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267


3.1. Objetivo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
3.2. Efectos . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 268
3.3. Cubierta natural controlada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270
3.4. Cubierta vegetal permanente . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272

Cap. 2. Planificar y llevar a cabo la fertilización . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 275


1. B ases de la p lanificación de la fertilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
1.1. Objetivos de La fertilización . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . 275
1.2. Necesidades de La vid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
1.3. Distribución y actividad de Las raíces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
2. Elementos nutritivos y práctica de l a fertilización . . .. . . . . . . . . . . .. . . . 278
2.1. Potasio (K+) u óxido de potasio (K20) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
2.2. Fósforo (P) o anhídrido fosfórico (P205) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281
2.3. Nitrógeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 284
2.4. Calcio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
2.5. Magnesio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . 284
2.6. Hierro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
3. Abonado de fondo antes de l a plantación . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 285
3. 1. EL análisis del suelo es indispensable pero no suficiente . . . . . . . . . 285
3.2. Enmiendas orgánicas .. . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286
3.3. Corrección de suelos ácidos . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288
3.4. Restablecimiento de Las reservas de P205 y K20 . . . . . . . . . . . . . . . 290
4. Abonado de mantenimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
4.1. Balance mineral . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . 290
4.2. Diagnóstico del viFtedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 1

Cap. 3. Razonar y practicar la poda . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . 295


1. Principios de la poda . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 296
1.1. Limitar el alargamiento y envejecimiento de La cepa . . . . . . . . . . . . 296
1.2. Limitar el número de yemas para armonizar y regularizar La produc-
ción y el vigor . . . . . . ... . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
2. Determinación y reparto de la carga . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . 301
2.1. Determinación de La carga .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
2.2. Reparto de La carga . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304
3. Sistemas de poda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... .. . . . . . . . . . . 306
3.1. Podas mixtas simples . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
3.2. Podas en abanico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31O
3.3. Podas en cordones - Poda en cordón Royat. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314
3.4. Poda en vaso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
4. Elem�ntos prácticos de la poda . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 317
4.1. Epoca de la poda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
4.2. Afecani-::.ación de la poda . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . 318

Cap. 4. Razonar y realizar las operaciones en verde . .. . . . . . . . . . . . . . . 321


1. Despampanado y espergurado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322
1.1. Objetivos . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . 322
ÍNDICE XI

1.2. Práctica del despampanado .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323


2. Empalizado de la vegetación u operaciones de elevación y recogida . . . . 325
2.1. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
2.2. Práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
3. El despunte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
3 .1 . Objetivos del despunte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
3 .2. Práctica del despunte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
4. Deshojado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330
4.1. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330
4.2. Práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330
5. Incisión anular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 1
5 . 1 . Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
5 .2. Práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
6. Aclareo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
6.1 . Para las uvas de mesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
6.2. Para las variedades de vinificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332

Cap. 5. Fundamento y organización de la recolección . . . . . . . . . . .. .. . 335


1 . Recolección y conservación de las uvas de mesa .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 335
1 .1 . Fecha de la recolección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335
1 .2. Recolección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
1 .3 . Cincelado y acondicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
1.4. Conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
2. Vendimia de l as u vas de vinificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338
2.1 . Determinación de la fecha de la vendimia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338
2.2 . Práctica de la vendimia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342

CUARTA PARTE. PROTECCIÓ N RACIONAL DEL VI ÑEDO 349

Cap. l. Enfermedades fisiológicas .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351


1 . Alteraciones de l a floración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 1
1 .1 . Pérdidas después de la floración: corrimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
1.2. Pérdidas antes de la floración: <<filage» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 3
1.3. Desarrollo de las bayas sinfecundación: «millerandage» . . . . . . . . 354
2. «Fo l letage» - (Apopl ej ía) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 354
3. C lorosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
3.1. Síntomas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
3.2. Causas de la enfermedad.. .......... ... .. ... .. . ........... 35 6
3 . 3 . Condiciones de desarrollo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 6
3 .4. Medios de lucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 8
4. Desecación del raspón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361
4.1. Síntomas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 1
4.2. Causas y condiciones de aparición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361
4.3. Medios de lucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
5. Alteraciones de la resi stencia de los azúcares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
5 .1. Enrojecimiento y flavescencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
5.2. Pardeado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363
XII MANUAL DE V ITICULTURA

Cap. 2. Accidentes climáticos . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365


1 . Heladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . ..... . .. 365
l . l . Heladas de otoño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ........ . .. 365
1 .2. Heladas de invierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. 366
1 . 3. Heladas de primavera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . ... . .. 367
2. Granizo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ...... ... 37 1
2. 1 . Graniza precoz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... . . .. 372
2.2. Granizo tardío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ........ ... 373
2.3. Medios de prevención y seguros anti-graniza . . . . . . . ....... . ... 373
3. Escaldado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ... . . . .. 374
.
4. Los rayos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ...... ... 374
5. Vientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . .. . 374

Cap. 3. Enfermedades y plagas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 3 77


1 . Filoxera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377
1 . 1 . Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379
1 .2. Biología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 380
1 .3. Circunstancias favorables y daños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 380
1 .4. Lucha contra la filoxera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 1
2. Enfermedades producidas por virus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 382
2. 1 . Principales virosis de la vid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 382
.
2.2. Detección de las enfermedades por virus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 385
2.3. Medios de lucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386
3. Amaril leamientos de la vid debidos a fitoplasmas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388
3. 1 . Flavescencia dorada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388
3.2. Madera negra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389
3 . 3 . Detección de los amarilleamientos por fitoplasmas . . . . . . . . . . . . 390 .

3.4. Protección contra los amarilleamientos•por fitoplasmas . . . . . . . . . 390


4. Enfermedades de la madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392
4. 1 . Eutipiosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392
4.2. Yesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 396
4.3. Podredumbre radicular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 398
4.4. Pie negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
5 . Enfermedades bacterianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
5. 1 . Necrosis bacteriana de la vid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
5 .2. Verrugas y agallas de la corona (crown-gall ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
5.3. Enfermedad de Pierce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403

Cap. 4. Enfermedades del follaje y de los racimos . . . . . ... . . . . .. . . . . 405


1. Excoriosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . .. .. .. . . .. . . . 405
1.1. Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...... . . .... .. . 405
1.2. Epidemiología de la excoriosis y daños . . . . . . . .... ... .. . . . . .. . 406
1.3. Condiciones de desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . .. ... . . . . 406
1 .4. Lucha contra la excoriosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . .. ... . 407
2. Brenner o enrojecimiento parasitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . ... 407
2. 1 . Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... 408
2.2. Causas y condiciones de desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. 408
ÍNDICE XIII

2.3. Circunstanciasfavorables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408


2.4. Medios de lucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408
3. Oídio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
3 .1 . Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
3 .2. Biologfa y daños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
3 . 3 . Condiciones favorables de desarrollo del ofdio . . . . . . . . . . . . . . . . 41 1
3.4. Lucha contra el oídio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 412
4. Black rot . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 8
4.1. Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418
4.2. Epidemiología del black rot . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419
4.3. Condiciones de desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420
4.4. Lucha contra el black rot . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 I
5. M il di u . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422
5 .1 . Sfntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422
5 .2. Biología del mildiu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
5 .3. Condiciones favorables y daFws . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426
5.4. Protección razonada contra el mildiu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427
6. Podredumbre gris . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 1
6.1 . Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 442
6.2. Desarrollo epidemiológico de la podredumbre gris . . . . . . . . . . . . . 443
6.3. Circunstancias favorables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
6.4. Lucha contra la podredumbre gris.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 444
7. Podredumbre ácida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 448
7 .1 . Manifestación de la podredumbre ácida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 448
7 .2. Daños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 449
7.3. Epidemiología de la podredumbre ácida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 449
7 .4. Circunstancias favorables a la podredumbre ácida . . . . . . . . . . . . . 45 0
7 .5 . Protección contra la podredumbre ácida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 1
8. Puesta a punto de l a protección razonada en un viñedo . . . . . . . . . . . . . . . 45 2
8. 1 . Etapas de la puesta en marcha de la protección razonada . . . . . . . . 45 2
8 .2. Elaboración de un programa provisional de tratamientos contra las
enfermedades criptogámicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 3
8 . 3 . Asegurar una pulverización de calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 6

Cap. 5. Plagas que afectan a la vegetación o los racimos . . . . . . .. . . . .. 465


1 . Ácaros de l a vid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . .. . . . . .. . . . . . . .. 465
1 . 1 . 4 carosfttófagos . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . .. . . . . . . . .. 465
1 .2. Acaras predadores . . . . . . . . . . . . . . . . ... . .. . . . . . . . .. . . . . . . .. 468
I . 3 . Lucha contra los ácaros . . . . . . . . . . . . ... . .. . . . . . . ... . . . . . . . . 468
2. Orugas o poli l l as del racimo . . . . . . . . . . . . .. . . .. . .. . . . .. . . . . . . . . . 474
.
2.1 . Síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 474
2.2. Causas y daños . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . 476
2.3. Daños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . .. . . . .. . . . . . . . . . 477
2.4. Lucha contra las polillas del racimo . . . . . . .. . .. . . . .. . . . . . . . . . 478
2.5 . Utilización de la confusión sexual . . . . . .. . .. . .. . . . .. . . . . . . . . . 480
3. Plagas secundarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . ... . . . . . . .. 482
3. 1 . Mosquito verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. 482
3 .2. Cicadélido pruinoso . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . .. . . . . . . . . . 483
XIV MANUAL DE VITICULTURA

3 . 3 . Cortadores de yemas .. . .. .. . .. . . ..... . . .... . .. . . . . . .. . . . . . . . 485


3 .4. Conejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 486
Bibliografía .. . . . .. . . . . .. .. . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 489
Fuera de texto 1 (fotos Alain Reynier) . . . . . . . . . . . . . . . . entre páginas 82 y 83
• Ampelografía
Fuera de texto 11 (fotos Alain Reynier) . . . . . . . . . . . . . entre páginas 402 y 403
• Carencias
• Accidentes fi siológicos
• Accidentes climáticos
• Clorosis
• Filoxera y virus
• Decaimientos
• Enfermedades de l as hoj as y de los racimos
• Plagas y enfermedades
PRIMERA PARTE

Las vides cultivadas

1. Calendario de trabajos y ciclo biológico de la vid

2. Ampelografía y mejora varietal

3. Multiplicación de la vid
CAPÍTULO 1

CALENDARIO DE TRABAJOS
Y CICLO BIOLÓGICO
DE LA VID

1 . La vid, las estaciones y los trabajos


2. Ciclo vegetativo
3. Ciclo reprodu ctor

C omo p l an ta perenne, l a vid ocupa el suel o durante treinta a cuarenta años y


no e n tra en producción hasta el tercero o c u arto año después de l a plantación . S u
v i d a es u n a sucesión d e ciclos an uales i n terdependientes, pues l as condiciones de
vege tación a lo l argo de un ciclo de bidas a l medio y a l hom bre , tien e n i nfluenc ias
en los ciclos vege tativos siguientes.
A l o l argo de cada ciclo anual , la vid asegura:
- el creci miento y desarro l lo de los órganos vege tativos (pámpanos, hoj as,
zarc i l los y raíce s), su pere n n idad medi an te e l almacenamiento de reservas
(agostamiento) y la adqu i si ci ó n de endolatenci a de l as yemas: es el ciclo
vegetativo;
- el creci miento y de sarrol lo de los órganos reproductores ( i n florescencias,
flores y bayas) y su maduración: es e l ciclo reproductor.

1 . LA VID, LAS ESTACIONES Y LOS TRABAJOS

L a activ i dad del v i ticu l tor en el v i ñe do sigue unos ri tm os marcados por las
estac iones y la evolución de l a v i ñ a . Los trab ajos de u n a campañ a v i tíco l a comien­
zan mucho antes del de spertar de la vegetación en primavera, en marzo o abri l , se
ace leran a lo l argo de la pri mav era y l leg an a ser particularme n te i n tensos desde
4 MANUAL DE VITICULTURA

mi tad de mayo a mi tad de j u l i o , durante el c reci m ie nto activo de la vegetación, la


floración y creci m iento de los raci mos. El período de las vendi m i as, tan i n tenso y
ex altante , marc a el fi n de los trabajos de l a c ampañ a mientras que la vid conti n ú a
s u c i c l o biológico.
Tras la vendi m i a, la v i d adqu iere, progresivamente, u n color otoñal, pierde las
hoj as y e n tra en u n a fase de reposo. Para e l viticultor, la actividad de la cam paña se
term i n a con la vendi m i a y los trabaj o s de v i n i ficación , pero co mienza otra . De e sta
forma los tra bajos se sucede n si g uiendo unos i ti nerari os téc nicos diferen te s seg ú n
los v itic u l tores y l a s explotaciones y v ariables e n función de las condiciones c li má­
ticas, de la n aturaleza del sue lo y de l as v ides.
J u sto an tes de la caída de la hoj a o i n me di atamente después, el vi ticultor apro­
vech a un período sin l l u v i a p ara efectuar el aporte de e n miendas orgánicas y mi ne­
rales y real izar los tra bajos de m an ten i m ie n to del suel o . Es tam b i é n , el momento
de reahzar o preparar el arran que de las v i des descabezándolas, baj ando los alam­
bres y arrancando los postes y l as cepas. En este m i smo período se retiran las ata­
duras del emparrado.
U n a vez q ue han caído l as hoj as co m i enza l a poda que se extiende desd e
novie m bre a marzo , siempre con i n terrupciones para reali zar otros trabajos en l a
v i d o e n la bodega. E n l as exp lotaciones pequeñas y cuando e s posi ble podar e n u n
lapso d e tiempo bastan te corto , e ] viticultor puede seguir el viej o refrán « podar
pro n to , podar tarde, nadie qu iere la poda en m arzo » ; pero cuando cada v i ticu ltor
ha de podar 30.000 , 40 .000 cepas o más, comienza e n noviem bre o d iciem bre l as
operaci ones de poda.
E s u n período e n e l q ue los días son cortos y no siempre las condiciones c l i m á­
ticas hacen ag rad able el trabaj o . L a pod a es la i n tervención hu man a m ás i mpor­
tan te en el manej o del vi ñedo; generalmente real izada por hombres, m ientras que
l as m ujeres rea l i z an arranque de los sarmien tos.
Dur ante el período i nvernal se procede a l a retirada y q ue m a de l a m adera de
poda, a menos que sea tri turada directam e n te en las calles. Al term i nar los trabaj os
de la poda o a medida q ue van fi nalizando en cada parcela, el viticultor rea l i z a el
m an te n i m ie n to del e mparrad o , cambi an d o los postes y alambres e stropeados y
m an teniendo los otros. Después, se atan l as cepas y varas a los tutores y alam bres
respec ti vamente . S egú n los i tinerarios téc ni cos e l egidos, la pre poda precede las
operaciones de pod a y supri m e todo o parte del arranque y tri turado de la m adera
de pod a .
S i s e real iza el m anten i m ie nto de l sue lo medi ante escarda q u ím ica, l as pul veri­
z ac i o n e s d e h e r b i c i d a s se h ac e n , g e n eral m e n t e , un poco a nte s d e l de sborre.
D u rante este período se hace n , a veces, tratamien tos de invierno a las cepas p ara
pro teger las heri das de p od a de los ataq ues de ci ertos hongos. Por ú l t i m o , se
e x t i e n d e n en el su e l o el a b o n ado de pri m avera y e ve n t u a l m e n te se e n t i e rr a
medi an te una l abor d e desca l ce .
E n m arzo o abri l , L a salida d e la vegetación m arca el co m i enzo d e u n nuevo
ciclo de la vid y de los trabajos q ue debe n , en lo sucesivo , adaptarse a la evolución
de é sta y a l as condiciones c l imáticas. La vid p asa por sucesivas etap as que son
especi a l mente determ i n antes de su desarro l lo a lo largo de la campaña y para l a
el aboración d e l mosto :
- con el de sborre aparecen los riesgos de heladas pri m avera les q ue pueden
destru i r todo o p arte de la cosech a y com pro meter l a pere n n i d ad de l as
cepas; e ste ri esgo preoc upa hasta pri ncipio d e l mes de m ayo; e l vi ti cultor
L'
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C/)
Protección <
Tratamientos del s
follaje y raci mos tTl
Tratamientos maderas
viñedo C/)

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Mantenimiento: Mantenimiento empalizado �t:l
º y renovación
Reposición m arras Intervenciones ;:¡:.
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Plantación
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Operaciones
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+ fijación + arqu eado + atado
r Recoleccion
I

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Si
� N 1D1E1F1M/A1 M / J 1 JL /A/ S / O

Trabajos y labores
enmiendas abonos superficiales Intervenciones
Fertilización y/o a nivel
escarda química del suelo
y/o
Mantenimiento del suelo cubierta vegetal
(JJ
6 MANUAL DE VITICULTURA

está de sarm ado contra este ri e sgo c l i mático, a excepc ión de vi ñedos donde
se tom an medidas concretas de protección (Chablis, Champagne) ;
- desde el desborre a l a floración , se desarrol lan los brotes sobre l a madera
podada y e l esqueleto de la cepa; el v i ti c u l tor i n terviene para supri m i r aque­
llos que n o pre sentan i n terés, es l a o peración de desyemado o despampa­
n ado; e s , a l o l arg o de este pe ríodo cuando se toman l a s dec i si o ne s d e
co menzar l o s tratam ien tos a fi n de proteger a l o s pám panos jóvenes y a l o s
raci mos con tra enfermedades y plagas (excori osi s, b l ack rot, oíd i o , m i ldi u,
ác aros y g usanos del raci mo) ; hac ia la floración se procede a l a subida de
los pámpanos y su colocación en tre l o s alam bres, y unos d ías más tarde a su
desp u n te;
- l a precocidad de la cosecha y el potenci al de prod ucción se j ueg an en el
mo mento de la fl orac i ó n ; la duración de l período fl oración -vend i mia e s u na
con stante para c ada valiedad en u n a región determ i n ada ( 1 00 día s para Pinot
noir en B o rgoña ó 1 10 días para M erlot en B urdeos) ; condiciones c l i m átic as
poco favora bles en el momento de la floración ( l l u v i a o frío) i m p lic an u n
accidente fi siológ ico l l a m ado corr i m iento que se traduce e n u n a reducción
del n ú mero de bayas por raci mo;
- a partir d e l a fl orac i ón y d u rante 5 a 6 seman as, l o s rac i m o s están espe­
c i a l m e n te e x pu e stos a los ataq u e s de n u m e rosos hongos y p l agas, razón
por l a q ue el v i ti c u l to r asegura una p rotec c i ó n fito san i t ari a rig u rosa. L as
op er ac i o n e s de e m p arrado y desp u n te se re p i te n c o n e l fin de con tro l ar y
o rd e n ar e l c reci m i e n to de l o s p á m p a n o s . S eg ú n la rese rva h íd r i c a del
suelo y l a p l u v i o m e tría d e l año , l a p ar ad a de cre c i m i en to vegetativo tiene
l ug ar antes o desp ués durante e l veran o . C u an d o e l v i ti c u l tor c o n sidera
q u e a l g u n a s parc e l as ti e n e n sobrec arg a de rac i mo s , p racti c a e l a c la reo
de rac i m o s ( v e n d i m i a v e rd e ) ; a lo larg o de todo el pe río do de c reci ­
m i e nto, c o n tro l a e l de sarro l l o de l as m al a s h ierbas por v ía mec á n i c a o
q u ím i c a ;
- después v i e n e e l envero qu e m arca el i nicio de la m ad uración de l o s rac i­
mos; las condiciones c l i máticas y en partic u l ar, l a l l uvia , s o n determ i n an tes
para la cal idad de ese año; d urante e l período de m aduración, el viticultor
e stá prácti ca mente desarmado ; ap arte de u n ú l ti mo tratamie nto con tra la
podredu m bre gri s y el deshoj ado a n ivel de rac i mos, no es abso lutamente
con trolable lo que pase en el vi ñedo .
Después de haber co m bati do las e n fermedades y p l ag as y de haber preparado
y m antenido las cepas desde el o toño an terior, el v i t i c u l to r se pre para p ara l a
vendi m ia ; su preocu pac i ó n pri n c i pa l e s e l eg i r l a fecha adec u ad a d e l as vend i m i as
p ara reco lec tar los rac i mos m adu ros, pero tam bi én sanos, si n podredu m bre gri s;
es una deci sión q ue no e s fác i l de to m ar pues l as condiciones de m ad u raci ó n no
son n u nc a i g u a les de un año a otro; después tiene lugar la ven d i m i a que se desa­
rro l l a durante una a tres semanas seg ún l a i m portanc i a del v i ñedo y la u rge n c i a
de e n trar a reco lectar. C o n l as vend i m i as term i n an los trabajo s de l a c a m p añ a
v it íc ol a.
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Reposo invernal e iclo vegetativo


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� Lloros Desborre Parada de crecimiento C aída de las hojas



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Floración Envero Mad u rez


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C u ajado
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�­ Maduración
� C recimiento de los órganos reproductores

C iclo reproductor

A. Reynier
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8 MANUAL DE VITICULTURA

2. CI CLO VEG ETAT I VO

2 . 1 . Los lloros

2 . 1 . 1 . Observaciones
A n tes de l a en trad a en vegetación , se observa, al fina l del i nvierno, una exuda­
ción a nivel de l as heri das de pod a , que co m ie nza por un si m p le rez u m o para
h acerse m ás i n tenso y deten erse . La duración de los l lo ros e s genera l m e n te de
varios d ías, pero a l canz a h asta tres o cuatro se m an as.

2 . 1 . 2 . Mecanismo
Los l l oro s correspo nden a la e n trad a en activ i dad del si ste m a rad i c u l ar por
acc ión de la elevaci ón de la temperatura del suelo. S e produce una acti vación de la
respiración ce lular, una rec uperación de la absorción de ag ua y de e l ementos m i ne­
rales, así com o u n a movi l ización de l as reservas. L a conducción se ree mprende
baj o l a acción de los fenómenos osm óticos y provoca un movi m i e n to asce ndente
de s av i a , l l a m ada p re s i ó n rad i c u l ar. E n ause n c i a de vegetac i ó n , esta sav i a se
derrama a n ivel de l as heri d as de poda . L a can tidad de l íquido que se derrama es
genera lme nte poc a y a vece s i m portante (de 0 ,2 a 3 li tros por cepa) , depende del
patró n , la edad de la cepa, ( m ás en cepas j óvenes) y la velocidad de recalenta­
m i ento.
E l cese de los l l oros está provocado por e l de sarro l l o de bacteri as q ue form an,
en el l íq uido, u n a m asa v i scosa que l l ev a consigo la o bturación de los vasos leño­
sos.
Los l lo ro s tienen u n a c o m posi c i ó n d i fere n te de l a sav ia b ru ta q ue c i rcu l a
duran te Ja vegetación. Son m ás ri cos en co mpuestos orgán i cos (azúcares, ácidos),
lo que prueb a la mov i l i zación de re servas , y menos ri cos en m ateri as m i nera les.
Los l loro s no parecen j ugar un pape l fi siológico . I ncluso c u ando son abundan­
tes, no parece provocar u n debi l i ta m ie n to de la cepa. Puede n , sin em bargo causar
i nconveni entes:
- au mentando l a sen si b i l i dad a las he l adas p ri m avera les de las yemas rehidra­
tadas por su exudaci ó n ; por e l l o se acon sej a, en la poda, realizar u n corte
ob l icuo opuesto a l a yema;
- d i ficu ltando l a formación del tej i do de so ld adura en e l c aso del i nj erto de
campo ; por e l lo se acon sej a desc abezar e l patrón varios días an te s de l a ope­
ración del i nj erto.
LAS VIDES CULTIVADAS 9

Pulgar

F igura 3
Morfología de una cepa de vid.
El tronco se divide en brazos (madera vieja) que portan la madera de poda (pulgar y vara) sobre los que se desa­
rrollan los pámpanos (P) que a su vez se ramifican en nietos (n); los chupones (p) se desarrollan a partir de yemas
de madera vieja.

2 . 2 . El desborre

2 .2 . 1 . Observaciones
C u ando en pri m avera l as ye m as comi enzan a h i nc harse, l as esca m as protecto­
ras que las rec u bren se a bren y l a borra que se ve a l prin c i p i o aparece a l exterior;
por e l l o rec i be el n o m bre de des borre esta pri mera m an i festación del c reci m ie n to .
L a fech a de desborre es u n estado fe nológico i mport an te a determ i n ar; s e h ace
referenci a p ara e l lo a los estados de refe rencia de Baggiolini y c ada vez m ás , a
los estados de refe rencia de Eichho rn y Lo re n z . La e sc a la de B aggi o l i n i , m ás
antigua ( 1 9 52) y c aracteri zada por letras, hac e referenci a a 1 6 estados feno lógi cos
b i e n defi nidos. E n 1 97 7 , Eichhorn y Lorenz, de l a estación de Ne ustadt, propusie­
ron una escala caracteri z ada por u n a crono l ogía d i sconti nu a de c i fras de 0 1 hasta
50 q ue perm i ten preci sar ciertos estados fe no lógi cos i n termedios:
10 MANUAL DE VITICULTURA

- yema de invierno (estado A ó 0 1 ) que c aracteri za la v i d en su e stado de


latenci a i nve rnal recubi erta por dos e scamas pardas;
- yema de algodón (e stado B ó 03), la y e m a está h inchada, es v i si b le la borra
algodonosa y pard a, las e scamas están separadas;
- pun ta verde ( estado C ó 05) , cuando la yema e stá al argada e hi nchada , e ste
estado caracteri za el momen to en que la p u nta del joven brote atraviesa l a
borra y s e hace v i si bl e .
E l estado q ue mejor re sponde a la defi n i ción de desborre e s e l estado B d e
B aggiolini o e l estado 03 de Eichhom y L orenz, si n e m b argo hay q uienes prefi eren
el estado C ó 05. E l estado B ó 03 es el e m pl eado habitualmente por los v i ti c u l to­
res y ex peri men tadores. No todas las y e m a s de una cepa desborran al m i s m o
t i e m p o . S e fij a, genera lmente , l a fech a de desborre en el m o m e nto e n que el 50%
de las yem as han pasado por el estado B .
Observando e l desborre e n u n a vara o asta n o arq ue ada, se apreci a q ue l as
ye m as de la extre m i d ad desborran l as pri m eras; ésta es u n a c aracterístic a del creci ­
m i ento q u e se l l a m a ac rotonía . Esta p recocidad e n e l desborre de l a s ye m as de l a
extremi dad tiene co mo consecuenci a re trasar o i m pedir el desborre de las yemas
de rango i n ferior por inhibición por co rrelación. Este fenómeno de corre lación
e n tre yemas se m an i fie sta:
- cualqui era que se a la longitud del sarmiento con m ás de dos ye m as;
- de forma i ndependiente en cada l ado de l sarm iento (ortósti co) .
Se constata que no todas las yemas dej adas e n la poda de sborra n . E l porcentaje
de desborre es un cri te ri o técn ico i m portan te , pues co ndiciona el potenci al de cose­
cha. Las yemas que no arrancan pueden enco n trarse en la base de la m adera de
poda o a m itad de l a m adera l arga; se h ab l a de la presencia de « ventanas» . Esta
ausenci a de desborre tiene diversas causas: acroton ía, carga excesiva con re lación
al vi gor de la cepa, alteraciones de las yem as por gran i zo, heladas, hongos ( exco­
riosi s) o parási tos an i m ales ( pu lg u i l l a) .

2 . 2 . 2 . Mecanismo d e l d esborre
D u ra n te e l i n v i erno y e l co m i e n zo de l a pri m avera, la acti v i d ad c e l u l ar de la
y e m a se m an i fi e sta de sde qu e l a te m peratu ra supera u n c i e rto u m bra l , l l a m ado
u m b ral d e c recimiento o c e ro d e vege tació n , q u e se s i t ú a alrededor de 1 0º C.
Al p ri n c i p i o , e sta acti v i d ad e s de corta d u raci ó n y de poca i n te nsidad p u e s crece
con la su b i d a de las te m peraturas, las acc i o ne s d i ari as de l a te m peratura son
ac u m u l ativas.

2 .2 . 3. Condi ciones de desborre

2.2.3. 1 . Factores climáticos

La t e mperatura del a i re es el pri ncipal fac tor desencaden ante d e l i ni c i o de l a


ac ti v i dad b i o ló g i c a de l a s y e m as y act ú a m u y p ro n to d urante e l i n v i e rn o . E n
efecto , e l desborre es l a consecuencia d e los efectos acu m u l ados de l a s acc i o nes
d i ari as de l a temperatura d u rante e l i n v i erno y co m i enzo de la p ri m avera. Un
i nv i ern o suave i mp li c a u n des borre precoz y v iceversa. Por otra parte , e l tipo de
c l i m a i n terv i e n e m o d i fi c a n do e l efecto térm i co ; el desborre es m ás tardío y
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LAS VIDES CULTIVADAS 11

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A B c o
Yema de invierno Yema de algodón Punta verde Salida de hojas
01 03 05 06

E F G H
Hojas extendidas Racimos visibles Racimos separados Botones florales
09 12 15 separados
17

K L
Plena floración Cuajado Tamaño guisante Racimo cerrado
23 27 31 33

M N o p
Envero Madurez Agostamiento Caída de hojas
36 38 41 43 - 47

F igura 4
Estados fenológicos de la viña según Baggiolini (letras) y Eichhorn y Lorenz (cifras).
12 MANUAL DE VITICULTURA

homogéneo en zonas septentri onales o co n t i n e n tales que en zon as meri d i o n ales


o te m p l adas.

2.2.3.2. Influen cia de la variedad

No todas las variedades desborran al m i sm o tie m po . Las vari edades de desbo­


rre precoz (Chasselas doré , Aram o n ) pueden desborrar casi tres se m an as antes que
las m ás tard ías (Cari ñe na, R iesl i ng, U gni b l an c , O l i vette noir) . Es curioso con sta­
tar q ue la m ayoría de las variedades de desborre precoz tam bi én m aduran an tes,
aunque no siempre es el c aso ya que, por ej e mp l o , Aramon y G arn acha (variedades
de v i n i fi cac ión) y el M üsk üle (variedad o riental de mesa ) tie ne n u n desborre pre­
coz y madurez tardía.

2.2.3.3. Factores biológicos

El vigor: las cepas que h u b i eran adq u i ri do a lo l argo del c i c l o a nte ri or u n


exceso d e v igor o n o hubieran acu m u l ado sufi c i en te s reservas (débi les por enfer­
medades o acciden tes c l i m áticos) tienen u n desborre m ás tard ío .
L a posición de l a yema e n e l sarmiento y e n la cepa: e l desborre co m i enza por
la extre mi dad de los sarmientos podados, después, progre sa hac ia la base ; a conti­
n uaci ó n , pueden desborrar c iertas ye m as de J a corona y de m adera vieja.

2.2.3.4. Factores culturales

E L v i t i c u l tor i n fl uy e vo l u n tari a m e n te o i n vo lun tari a m e nte en la fec h a de des­


borre :
- actuando sobre l a te m peratura a nivel d e las yemas por l a elección d e las
parce l as y altura de form ación de l as cepas;
- modificando las condiciones de c i rc u l ación de la sav i a en el sarm i e n to y
l i m i tando los efectos de la i n h i bición por corre l ac ión por la poda y e l arq ue ­
ado ;
- retrasando l a salida d e las y e m a s de la base p o r una p o d a tard ía; esta prác­
tica se uti liza a veces en parcelas con riesgo de heladas .

2.3. El crecimiento

2 . 3.1 . Manifestacion es del crecimiento

2.3. 1 . 1 . Crecimien to del pámpano

Tom ando co mo referencia los e stados de B aggi o l i n i , se pasa sucesi vamente de


yema en reposo (estado A), a los estados: yema de al godón (estado B ) , punta verde
(estado C), sal i d a de hoj as (e stado D), hoj as extendidas (e stado E), raci mos v i si ­
bles (estado F) y raci mos separados (estado G ) . Los otros estados carac te rizan,
esenci almen te, la evo l ución del ap arato re productor.
E l creci mien to de un p á mpano procede n te de u na yema laten te co mprende tres
fases:
LAS VIDES CULTIVADAS 13

0 Yema pronta
desarrollada

I
Yema
terminal

lnfiorescencia

\ /
Yema latente

Sarmiento

A. Reynier

F igura 5
Dinámica del crecimiento de las yemas de la cepa.
Y. L. (yema latente) y. p. (yema pronta) y. s. (yema secundaria).

1 . La yema latente (Y. L.) compuesta de la yema principal (y. p.) y de las yemas secundarias (y. s .), está en estado de
dormición en el sarmiento.
2. En primavera, la yema principal se desarrolla dando un ramo foliado, las yemas secundarias permanecen
dormidas.
3 . A nivel de un nudo y en la axila de las hojas se encuentra una yema pronta (y. p.) y una yema latente (Y. L. ) .
4 . L a y. p. s e desarrolla y la Y. L. entra en dormición durante el verano.
5 . En el otoño, la dormición de las yemas latentes va desapareciendo progresivamente hasta la primavera
sig uiente.
14 MANUAL DE VITICULTURA

al pri nci pio, u n período de acel eración lenta del crec i m i en to a lo largo del
cual l as v ari aciones di ari as son todav ía débi les;
a con t i n u ac i ó n , u n período de c rec i m i e n to d i ario ráp ido con una p arad a
mo men tánea en l a floración ;
- por ú l t i m o , u n período de crec i m i e n to ralenti z ado que term i n a en l a parad a
de crec i m i e n to .
La parada d e creci m i e nto que s e manifi esta por un enderez a m i e n to d e la yema
termi n al que se deseca y c ae , sucede norm almente a fi nal de j u l io , pri ncipio de
agosto, es decir, unos 100 a 1 20 días después del desborre , aunque hay una gran
vari abi l idad seg ú n las condi ci o n e s c l i m áticas de l a pri m avera y el vigor de l as
cepas.

cm

2 3 u
1 . Crecimiento lento.
2 . Crecimiento rápido con ralentización
en la flora (F).
3. Crecimiento ralentizado y caída del
ápice (TJ.

�· .
Crecimiento en longitud .
.

.
.
Velocidad diaria
.
de crecimiento.
• ,
' • .
•,
.
•,
.
� .
.
.
.

2 3

A M j JL

Figura 6
Crecimiento en longitud del pámpano.

2.3 . 1 .2. Crecimien to de los órgan os axilares del pámpan o

El creci rrti ento de las hoj as, z arci l los y ramos antici pados (ni etos) se rea liza al
mi smo tiempo que el de los en trenudos suby acentes.
El crec i m i e n to de los ramos a n t i c i pados n acidos de l as yemas pro n tas no
e m p i eza hasta q ue exi ste una cierta d i stanci a al ápice del pámpano. Su longi tud
depende:
LAS VIDES CULTIVADAS 15

- de la posición de la ye m a pronta e n el pám pano: so n m ás l argos en J a zona


med i a del pámpano;
- de los fen ó menos rítmicos: a l igual que los entren udos, l os n i e tos son ge­
neral me n te m ás largos a n ivel de los n udos sin zarci l lo (fig ura 7 ) ;
- d e l v i g or, q ue aumenta el n ú me ro , l a velocidad de crec im i e nto , el diámetro y
la l on g i tud de los n i e tos.
Después de un despu n te se con stata que l os nie tos adq uieren un crec i m ien to
m ucho más acti vo . Esta ac tivación del c rec i m i en to es debida a l a supresión de l a
ye m a termi n a l q u e ej erce u n efecto i nh i b i dor, l lamado dom inancia ap ical. Esta
i nh i b i ci ón , ej ercida por la yema te rm i n a l , es p arcial para l as ye m as pro n tas, m i e n­
tras q ue es total para l as yemas l ate ntes. Por e l l o, u n c i erto n ú mero de ye m as pron­
tas y n in g un a yema l a tente entra e n c recim i ento.

Figura 7
Expresión de la acrotonía sobre el desborre de las yemas latentes del sarmiento.

2.3. 1 .3. Crecimien to en la cepa

El cre c i m i e n to de l o s p á m panos de u n sarm i e n to no es el m i s m o y se corre s­


pon d e con e l d e su rango en este sar m i e n to ( fi g u ra 8). Se c o nstata, en efecto ,
q ue la l o n g i tud de J o s p á m panos de u n a vara d i sm i n u ye de J a extre m id ad h aci a
l a base .
Esta d i ferenci a de crec i m ie nto de los ramos n acidos de un m ismo sarm ie nto es
otra man i festación de la acrotonía o de los fenómenos de corre l ac i ón del crec i ­
mie n to . L as ye m as q u e desborran pri mero ej ercen u n efecto i n h i bidor en l o s ramos
si tuados debaj o .

2 . 3.2 . Mecani smo del c recimi ento


El crec i m i en to es el resu ltado del au mento de tam año de las cé l u l as preexi ste n­
tes (aurex i s) y de la m u l ti p licac ión cel u l ar ( m eresi s) . Se sabe q ue la yema late nte
está formada de m e ri ste mos pri m arios o pu n tos vegetativos y de e sbozos de hoj as,
de z arc i l l os y de entren udos. E l creci m i e n to del ramo e s e l resu ltado de la su m a de
los crec i m ientos de c ada uno de estos órg anos y de la actividad de l meri ste mo ter-
16 MANUAL DE VITICULTURA

\V�

F igura 8
Expresión de la acrotonía en el desborre, el crecimiento y la longitud de los sarmientos
en varas oblicua (1) u horizontal (2).

mi n al . C ada entren udo tiene u n crec i m iento propio y los entren udos sucesivos par­
ticipan e n cade n a en la elongación del pámpan o .
E l c reci miento está necesari amente asoci ado a l a actividad fi siológica d e los
d i ferentes órganos de l a p l an ta entera que aseg uran:
la absorción de ag ua y elementos mi nera les a ni vel de las raíces y su con­
ducción h aci a los p á mpan os;
l a fotosíntesi s a n ivel de l as hoj as, que perm i te l a síntesis de azúcares;
la re spiración que, por deg rad ación de los azúc ares princi pal mente , propor­
ciona l a e nerg ía n ecesari a a la p l anta, permi tie ndo la multipl i cación cel u l ar,
los fenómenos de absorción y de mi gració n , la sín tesi s de otras sustan c i as
orgánicas;
l a conducción de m etabo l i tos, es deci r, el transporte de sustancias e l abora­
das (azúcare s, ácidos org áni cos, sustanci as de crec im iento , etc . ) ;
l a tran spi ración q u e permi te l a elevación d e l a sav i a, la refrigeración d e los
órganos y el i n te rcam bio gaseoso , n ecesarios a l a fotosín te sis y a l a respi ra­
ción , m an tenie ndo abiertos los estomas.
La alimentación hídrica y m i neral es i ndi spensable para las d i fere ntes fu ncio­
nes de los órg anos de la cepa. Ade m ás, e s necesario que e l órgano en creci m ie nto
encuentre a su a lcance azúcares en cantidad suficiente para sati sfacer las i n tensas
nece sid ades de l a re spi ración y de la biosíntesis. Estos azúcares son su m i n i strados
bien por la fotosín tesi s local, es dec i r, a n ivel del órgano (caso de las hoj as y bayas
LAS VIDES CULTIVADAS 17

Fotosíntesis
o
Extremidad
e:
vegetativa CI)
·e
·�o
CI)
'O
111
o
e:
«I
e

Fruto joven
Formación de azúcares
(en las hojas)

Agua

e:

·�
"5
E
:::::1
o
«I
CI)
'O
111
C onducción o
e:
«I
C)

Partes vivaces
(agostamiento)

Vasos liberianos
Vasos leñosos

K+ -1
,- --
Ca++ 1 Solución I
.. 1 Raíz
NH + I
4 f del suelo 1
Ca++ L _ - - -l Absorción

F igura 9
Fisiología de los órganos de la vid.
Absorción por las rafees; migración de savia bruta; fotosíntesis, respiración y transpiración por las hojas; migra­
ción de la savia elaborada por las hojas primero hacia los órganos en crecimiento y después hacia los órganos
de acu mulación .
18 MANUAL DE VITICULTURA

j óvenes) , bien por J a fotosín tesi s de hoj as adu l tas q ue producen m ás de lo que con­
s u m e n para sati sfacer sus propi as nece si d ades, o bien , p o r la m ov i l i zación de
re servas a l m acen ad as en l as p artes v ivaces. A sí, las m i g raciones de asi m il ados
(azúcares, ácidos orgáni cos, e tc . ) se efectúan entre l os d i ferentes órganos de la
p lanta por los vasos cond uctores.
E n u n pámpano en crec i mi e nto se pueden disti ngui r tres zon as cuyas activida­
des metaból icas son d i ferentes:
- el áp ice vegetativo que com prende la yema term i n al y las hoj as jóvenes que
n o han alcan z ado l a m i tad de su tamaño norm al ; está compuesta por órganos
jóvenes e n crec i m i en to caracteri zados por una prod ucción de azúcares i nfe­
ri or a sus necesi dades de re spiración y de bi osíntesi s, una presión osmótica
débil y u n a respi raci ó n fuerte;
- la zona in termedia está co m puesta de hojas ad u ltas cuya prod ucción de azú­
care s p or fotosín tesi s es superior a las necesi dades; e stas hojas s o n exporta­
doras de az úcares h ac i a los órganos en c rec i m i e n to (extremidades vegetati ­
vas de los p ámpanos, rad i ce l as e i n florescenci as) y, m ás tarde , hac i a los
órganos de alm acen amiento (partes vi vaces y bayas del raci mo) ;
- la zona basal o de hoj as adu ltas envejecidas, cuya actividad se ral e n tiza; si n
e m b argo, participan en el m e tabo l i sm o general de la p l anta y p u ede n , a
veces, j ugar de nuevo un papel p ri ncipal si el estado fi sio lógi co de la pl anta
ente ra lo perm i te (como e n el c aso , por ej emplo, de u n despunte de m asi ado
severo ) .
E l se ntido de l as m i g raci ones evo luciona a lo l argo d e l crec i m i ento c o m o se
i ndica en la fi gura 1 0 .

2 . 3. 3. Condiciones d e l c recimiento

2.3.3 . 1 . Factores climáticos

En tre 1 0 ºC , um bral de crec i m iento aparente, y 30 ºC , el creci m i e n to aumen ta


con la tem peratura. E l óptimo se si túa alrededor de 25-30 º C . Por encim a de 30-
3 2 ºC e l crec imi e n to se ralentiza y se detiene hac i a 3 8 ºC .
L a luz actúa sobre todo por la duraci ón de la i l u m i n ación : la vid es u na pl anta
de día l argo , de modo que el crec i m iento es m ás activo en j un i o y pri ncipio de
j u li o .
La pluviometría, actuando e n la a l i me n tación de agua, e s también un factor d e l
crecim i ento , so bre todo a l fi n al del m i sm o .

2.3.3.2. Influen cia de la variedad y del portainjerto

L a i n tensidad del c reci m i e n to depende:


- de la variedad: C ari ñena, G arnacha U gni blanc, son genera l m ente v igorosas;
- del portainjerto: el creci m i e n to de los brotes de u n a varied ad depe n de del
v igor que l e confiere e l porta i nj erto que le sirve de siste m a radicular ; en
efecto, cu ando eJ portai njerto Ri pari a G lori a de M ontpel lie r en sue lo poco
fé rti l , confi ere una débi l c apacidad de creci mi ento al i nj erto, los brotes de la
cepa tienen un creci m iento débi l ; por el contrari o , cuando el port ai njerto es
vigoroso o , si e l sue l o es férti l , l a cepa desarro l l a un n ú m ero i m portante de
brotes vigorosos.
LAS VIDES CULTIVADAS 19

Alargamiento
del pámpano

- -

Desborre Floración Parada de


crecimiento

Figura 1 O
Evolución de los flujos de savia durante el crecimiento.
1 . Al principio, el crecimiento del pámpano joven se hace a expensas de las reservas.
2. Las hojas adultas exportan azúcares hacia los órganos consumidores: hojas jóvenes e inflorescencias.
3 . Después de la parada de crecimiento, el sarmiento tiene hojas adultas que exportan azúcares hacia las partes
vivaces, los racimos y las hojas viejas.

2.3.3.3. Influen cia de las técnicas de conducción y de man ten imiento


de la vid

La capaci dad de c reci m i e n to de l a cepa depende , de m anera general , de l a


expansión y actividad de su siste m a radicular y tam bién d e l estado de l o s vasos
conductore s (pocos obstác u los a l as m igraciones i n tern as) y de l as reservas ac u m u ­
lad as en las partes vi vaces. Para cepas que hayan alcanzado un de sarro l l o si mi lar al
fi n al del i nvierno, el v i gor puede variar dependie ndo de l as condici ones a m bienta­
les, y a sean favorables (exposi c i ó n , n aturaleza del sue l o . . . ) o l i mi tantes (heladas,
enfermed ades) . EJ vi ticu ltor i n terviene d i recta o i n d i rectamente en l os fenómenos
de crec i m ien to , determi n an do la carga de yem as en la poda, actuando sobre el
m icrocl i m a de l a vegetación , e n l a posi ción , e l n ú mero y l a longitud de l a m adera
de poda en la ferti lidad del suelo o bi e n , medi ante el desp u nte se i n te rru mpe el cre­
ci miento del pám pano y favorece e l de los nietos.
20 MANUAL DE VITICULTURA

2 .4. Evolución de los sarmientos y de las yemas latentes


después de la parada de crecimiento

2 .4.1 . El agostam iento


M ie ntras los raci mos m aduran , se asiste a un cam bio de aspecto de los pámpa­
nos: e l color verde de saparece al m i smo tiempo que se diferencia netamente l a cor­
teza q ue encon traremos e n i nvierno e n el sarm i e n to . E l pámpano se h ace m ás d u ro
i mpregnándose de l i g ni na y acu m u l ando sustanci as de reserva, en particu l ar a l m i ­
dón ; e l agostam i en to co m i e n za durante la m aduración d e l o s fru tos, prosigue tras
l a madurez, mie n tras las hoj as v ivas no esté n vac ías de la m ayor parte de l as sus­
tancias que han e l aborado. D e este agostam i ento depende la resistenci a a l as hela­
das i nvern ales, e l vigor de los pámpanos en l a p ri m avera siguiente y, para l as ope­
raciones de m u lti pl icación vegetativ a, l a rean udación del estaqu i l l ado y de l i njerto.
El agosta m i e n t o aseg u ra , p u e s , la pere n n i d ad de la p l anta y perm i te su m u l ­
ti p l icaci ó n . Todo aq u e l lo que con tri buye a la destrucción prem atura del fo l l aj e
(helad as precoces, enfermedades cri ptogámicas, de shoj ado excesivo) co m pro m e te
e l agostam iento . Es preciso esforzarse en proteger e l fol laj e h asta el fi n a l del perí­
odo normal de vida activa; éste es, por eje mp lo, el p ri ncipio de los tratami e ntos
efectuados con tra los ataques de m i ldi u de o toño.

2 .4.2 . Caída d e las hojas o d efoliación


H aci a e l fi nal del agostam ie nto, las hoj as ad q u i e ren los co lores otoñales y
c ae n , l a p lanta en tra e n fase de reposo vegetativo.

2 .4. 3 . Dormición de las yemas


L as ye m as l aten tes, form adas en l a axi l a de l as hoj as, no se desarro l l an e l año
de su for m aci ó n . Q u edan e n e st ado de l atenc i a h asta la p ri m avera si g u i e n te
pasando por ci nco fases:
- fase de paralatencia: las y e m as tienen l a facu ltad pote ncial de desarro ­
l l arse , pero q uedan en reposo en el pám pano en creci miento , sufriendo la
i n fl uencia i n h i bidora de la yema term i n a l y de la anticipada. E s durante esta
fase cuando la yema se organ i z a, form ando los esbozos de l as hoj as, de los
zarc i l l os y de las i n florescencias. El vigor del pám pano y l as condiciones
c l i m át i cas d urante e sta fase i nfl u yen en el grado de org a ni zac i ón de las
yemas;
- fase de en trada en endolatenc ia: l as yemas pierden en dos o tres se m an as l a
fac ul tad de desborrar. Esta e n trad a e n dormición sucede con l a p arad a de
creci m iento de los pámpanos y e l comi enzo del agostamiento . Estaría baj o
e l control de una hormona vegetal (el ácido a bc ísico) e mitida p o r l as hoj as
ad u l tas. La e n trad a en dormición e mpieza por l as yemas de la base del pá m ­
pan o y a lcanza progresi va mente a las del ápice;
- fase de endo latencia: l as yemas quedan dorm idas de agosto a noviem bre
si n sufrir modificaci ones profu n das;
- fase de salida de endo latencia: baj o la acción de los pri meros fríos de otoño
las yemas recuperan progresivamente la apti tud al desborre . El fenómeno se
LAS VIDES CULTIVADAS 21

produce a l a c aída d e las hoj as y d e forma progresi va, d e l a base haci a la


extre m i dad del sarm i e n to ;
- fase d e ecolatencia: las yemas han rec uperado e nto nces s u fac u ltad d e des­
borrar, pero permanece n en reposo , pues las con diciones cli m áticas ex teri o­
re s no son favorables al crec i m i e n to . S i n e m b argo , reemprenden u n a activ i ­
dad i nterna cada v e z q u e h ay días soleados y bastante cálidos a p artir d e
enero-febrero . Esta acti v i dad p a s a desaperc i b i da a nue stros oj os, pero l a
s u m a de estas acti v i dades di ari as conduce prog resivamente a s u m an i fes­
tac ión v i si b le que es el desborre .

F igura 1 1
Fases de la dormición de las yemas latentes.
1. Predormición .
2. Entrada en dormición.
3. Dormición.
4. Salida de dormición .
5. Postdormició n .

3. C I CLO RE PROD U CTOR

El desarro l l o de los órganos re productores e m pi ez a con la i n i c i ación de las


i nflorescenci as en l as yemas l aten tes e l año precedente y la d i ferenci ación de l as
flores en pri m avera; de sp ués se desarrol l an sucesivamente la floraci ó n , e l c u aj ado,
el crec i m i ento y la m aduración de las bayas del rac i m o .

3 . 1 . La in iciación floral
L a ferti l i dad de l as ye m as representa la exteriorización de su i n ic i ac i ó n flora l ,
resu l tado de la acc ión de fac tore s ex ternos y factores ligados a la p lanta. Es e l
resu ltado d e d o s fe nóme nos d i st i n tos:
- la ind ucción flo ral, que es e l fenó meno fi si ológ ico de l a percepción de estí­
mulos que determ i nan la d i ferenci ación de un meri stemo haci a la consti ­
tución de u n a i n florescencia ;
- la i n iciac ión flo ral , propi amente d icha, que e s e l fenómeno morfo lóg i co de
la d i ferenciación de la i n fl ore scenc i a y de las flores.

3 . 1 . 1 . Mecanismo d e la ini ciación floral


L a i n i c i ación de las i n floresce n c i as ( i n i c i ac ión i n floresce n t i a l ) co m i enza e l
a ñ o anterior a l a aparición de l as i n fl ore scenci as, e n las y e m as de l a base y p ro­
gresando gradual mente h ac i a l a extre m idad . A l pri n c i p i o se prod uce l a i ni c i ac ión
de tres a c i nco esbozos de hoj as, después su cede la de l as i nfl ore scenci as y la de
22 MANUAL DE VITICULTURA

sus hoj as opuestas. La in iciación de las flores co m i enza en la pri m avera s ig u ie nte,
algunos d ías an tes del desborre , formando l as ram i ficaci ones del rac i mo de orden
2 y 3 y prosigue h asta l a fl oración d i fe re n c i an d o los órganos de los botones fl ora­
les.

3 . 1 .2 . Noción de fertilidad de las yemas


S e m i de y a se a e n n ú mero de i n flore scenci as, y a se a e n n ú mero de flores, a
parti r de medidas efectuadas en e l p á mpano:
- el n ú mero de i n flore scen c i as e s cuanti fic able e n i nv ierno medi ante cortes de
yemas o, mejor, de spués del de sborre, es lo que e l v i ticultor l l am a salida
cu ando cuenta el n úm e ro de rac i mos;
- el n ú m ero de flores se deter m i n a algunos días an tes de l a floració n , sabie ndo
q ue h ay muy bue n a corre l ac ión en tre la longi tud de la i n flore scen c i a y el
n úmero de flores.
La fertilidad potencial expresa el n úm ero de i n florescenci as o de flores por
yema desborrada , y l a fertilidad práctica el núm ero de i n florescenci as o de fl ores
por yema dej ada en la poda.

3 . 1 . 3 . Condi ciones de la ini ciación fl oral o factores de variación de la


ferti lidad de l as yemas

3. 1 .3.1 . Factores climáticos

En j u n i o y comien zos de j ul io, la i lu m i n ación es el factor principal de la i nici a­


ción de las i nflorescenci as. L a te m peratura tiene una i n fluenci a cuanti tativa en la
i ni ci ación de las i n florescenci as, favoreciendo el metabo l i smo genera l de la cepa,
el crec i m ie nto de los pámpanos y la org an ogénesis de l as yemas.
E n la pri m avera siguiente l a acci ón de l a tem peratura juega un papel i m por­
tan te a lo largo de l a d i ferenc i ac i ón de los órganos fl orales; a baj a te m perat ura, el
n ú mero de flores es m ás e levado, pero e l de las i nflorescenc i as e s m ás baj o que a
temperatura elevada; por e l con trari o , cuando e l desborre se retrasa, por una poda
tardía, por ej emplo, se con stata un aumento del n ú mero de i n flore scenc i as .

3. 1 .3.2. Factores biológicos

La ferti l i d ad de l as y e m as au m e n ta con el vi gor de la m adera en l a que se


encuentran , au nque a veces las m aderas excesivamente v igorosas son menos férti ­
les. Todos los factores que actúan so bre e l vigor, co mo la poda, l o s abonados, el
portai nj erto, i n fl uyen en l a ferti lidad de las yem as.
L as di stin tas yemas de una cepa tienen fertil idades distin tas que depende n de
su grado de organización :
- l as y e m as pri nci pales de l as ye m as laten te s son l as m ás férti les;
- l as yemas sec undari as son poco férti l e s o estériles;
- las y e m as pro n tas son poco fé rti les ge neralme nte, aunque ciertas variedades
prese n tan habitualmente rac i mos en los brotes antici pados n acidos de estas
ye m as prontas;
- l as yemas de la corona o de la m adera viej a presentan una ferti l i dad débil o
nula.
LAS VIDES CULTIVADAS 23

La ferti li dad varía e n fu nción del ran go que oc u pe n las yemas late n tes e n el
sarm i en to : la ferti l i dad e s más e levada en las y e m as si tuadas en la m i tad del sar­
mi e n to y m ás débi l en l as ye m as de la base . Este gradi e n te de fertil i dad está en
rel aci ón con la comp lej i dad de las yem as, que es m ayor en aque l l as que se han for­
m ado duran te el período de crec i m i ento m ás i n ten so .

Fertilidad potencial
en número de flores Cabernet sauvignon
Merlot
1 3 00 Pinot noir
Cabernet sauvignon

1 1 00
Ugni blanc
Merlot

900
Cabernet franc
Ugni blanc

700
Pinot noir

Cabernet franc

500

300

1 00

2 3 4 5 6 7 8 9 10 Rango de las yemas

Figura 1 2
Fertilidad de las yemas expresada en número de flores según el rango de las yemas en la madera de
poda para diferentes variedades (trazo continuo) y para las yemas de los chupones (punteado)
(según Casteran, Reynier y Rivet).

3 . 1 .3.3. Factores cultu rales

El v i ti cu l tor puede modi fi car la ferti lidad de una cepa y l a ferti lidad g lobal de
l a parcela med i an te las téc n i cas de cu l ti vo q ue i n fluyen en e l v igor (abo n ados,
carg a en l a poda), e n el porcentaje de desborre por l a poda (carg a débil y poda
corta), so bre l a fecha de desborre (poda tardía) y en e l m i croc l i m a i n d ucido por l a
e lección del si ste m a d e conducc i ó n .
24 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 2 . Floración, pol in ización, fecundación

3 . 2 . 1 . La floración
La floración corresponde a la expansi ón de l a flor por la apernua (dehi scenci a)
de la corol a , q ue se deseca y cae. S e produce ge neral mente en j u nio , pero la fecha
varía con la variedad y las condic iones c l i m áti c as del año .
No tod as l a s flores d e u n rac i m o y , e n con secuenci a, de u n a parcel a, s e abren a l
m i sm o tiempo, la floraci ó n s e e scal ona de d i e z a q u i nce d ías. L a dehi scencia d e l
capuchón y s u caída están favorecidas por l a i n so l ac ión y el calor ( m ín i m o 1 5 º C ) .
A veces el c ap uchón n o cae a causa de l a l l uv i a o, de v igor i n suficiente, las fl ores
quedan encapuchadas. Después de la caída del c apuchó n , los estam bre s se separan
de l gi neceo, y efectuando una rotac ión de 1 80º li beran el polen .

Figura 1 3
Mecanismo de la floración (antesis).

3 . 2 . 2 . Pol i nización
L a po l i n i z ación es la l i beración y tran sporte del pole n . Puede ser i n d i recta
( alóg am a) o d i recta (autogamia). L a a loga m i a e s o b li gatori a para las variedades
femen i n as (Ohanes, M agdalena, Angev i n e , O l i vette b l anche ) que deben de estar
asociadas en cul tivos m i x tos con v ariedades herm afroditas cuya floración se pro­
duzca en el m i smo período. En l as variedades herm afrod i tas, la alogam i a perm i te
u n a mejor fec undació n .
LAS VIDES CULTIVADAS 25

Polen

Núcleos polares

... \
' \
\ '
\1 ' ,
, ,
Sépalo
,1
1 1'

,,,,.
-- 1
'
' 1
\ 11
1 r
- - \
' 1 ,'
1 1 1 1
' 1 I '
� 1 1 1'
,, 1 .

Figura 1 4
Polinización de la flor y germinación del grano de polen.

3 . 2 . 3 . Fecundación
S e trata d e una doble fecundac ión , l a d e l a oosfera y l a d e los núcleos po lares.
A m e n udo n o se completa l a fecundación de los cuatro óvulos, pudiendo exis-
tir varios tipos de sem i l l as:
pepita normal;
pepita vacía, formad a por los tegu m e n tos pero sin e m bri ó n ;
pepita estenospérmica, form ada por u n e m brión pero si n teg u m e n tos; e s
blanda rudi men tari a y no vi able;
sin pepitas.
A estos tipos de pepi tas corresponden los tipos de bay as :
baya con semillas, que c o n tie n e u n a o vari as pepi tas du ras y comple tas,
m i en tras que las otras están vacías, es el caso genera l ;
baya apirena de tipo Sultan ina, q u e contiene pepitas estenospérmi cas; esta
ap i re n i d ad s u l t an i a n a e s perm a n e n te en a l g u n as variedades ( S u l tan i n a ,
Perlette) o acc idental en v ariedades p i re n as;
26 MANUAL DE VITICULTURA

- baya apirena de tipo Corin to, no contiene pepitas y es el re su ltado de la


polinización si n fecundaci ón ; e sta apirenidad cori n ti a n a es permanente en la
Cori nto negra y accidental e n otras vari edades; l a baya q ueda pequeña; e s el
caso d e « m i l lerandage» en l a s variedades c o n se m i l l as;
- baya verde, n o contiene pepitas y corresponde a u n ovario no pol i n i zado y,
en con secuenc i a, n o fecundado; l a baya es muy peque ña y queda verde .

3 . 2 .4. Cuajado y alteraciones de la floración


E l n ú mero de frutos m aduros es siempre i n ferior al n ú mero de flores que están
diferenciadas. U n cierto n úm ero de flores fecundadas evo l ucionan a frutos, se dice
que cuajan, mientras que un cierto n ú mero de flores no pol in izadas y de ovarios
fec undados caen , se dice que se co rren. E l té rm ino corri m i e n to corresponde a la
caíd a de fl ores y de ovari os.
La tasa de cuaj ado e s un térm i n o q ue corresponde al n ú mero de bayas que q ue­
dan en e l raci mo e n re l ación a l n ú mero de flore s de la i n florescenci a. L a tasa de
cuaj ado e s re lativamente baj a , i nc l u so en ausencia de corri m i e n to . Es i nversamente
proporcional al nú mero de flores por i n florescenci a. Es m ás elevado en variedades
de rac imos pequeños ( variedades alsaci an as), q ue en variedades con grandes i nflo­
rescencias (Cari ñ e n a y Aramon ) . L a tasa de cuaj ado de l as i nflorescencias de un
mi smo pám pano decrece de sde la base hac i a la ex tremi dad .

3 . 3 . Desarrollo de las bayas


El desarro l l o de las bayas e m p i eza co n la po l i n i zac i ón y conti n ú a h asta el
estado de m ad urez . S e traduce e n u n crec i m iento e n vo l u m e n de l as bayas acom pa­
ñado de u n a evo lución de l as c arac terístic as físic as (co l or, fir m eza) y de la compo­
sición q u ímica de las uvas (azúcares, ácidos, compuestos fe nól icos) . S e disti nguen
genera lmente tres períodos a lo largo del de sarro l l o del fru to :
- un período herbáceo, durante e l c u a l la baya, verde y dura , engorda y se
co m porta como un órgano c lorofí lico en crec i m ie n to ;
- un período d e maduración, durante e l c u a l l a baya c a m b i a de color, e ngorda
de n uevo y se co m porta como un órgano de transformación y, so bre todo, de
al m ace n am i e n t o . C o m i e n z a con un pe ríodo de evol uc i ó n ráp i d a de l as
característi cas físi cas y bioquím i c as de la uva, e l e nvero , y ter m i n a con el
estado de m adurez;
- un período de sobremadu ración, durante el cual l a uva se pasifica, mientras
q ue su composición q u ím i ca evo luci ona y puede sufri r ataq ue s de hongos
(Botrytis cinerea).

3 . 3 . 1 . Creci miento de las bayas


El c reci miento en vol u m e n de l as bayas, desde el cuaj ado h asta la m ad uración
de la uva, se efectúa en tres fase s:
- fase I o de crecim ien to rápido: dura de cinco a siete sem an as y se re aliza en
p ri ncipio (h asta los 20-25 días después de la antesis) por pro l i feración y
agrandamiento ce l u l ar;
LAS VIDES CULTIVADAS 27

Longitud

Volumen
F de las bayas

D
- -
-
--
-- - '
,,,. b
/
/ 1
/ 1 .·
/ l .·
\
11 111
/

D F T M

Figura 15
Crecimiento de la baya de uva (B) desde la floración (F) al estado de mad urez (M);
crecimiento de la inflorescencia ( 1 ) y del pámpano (P) ;
crecimiento d iario (b) y fases del crecimiento de las bayas (1, 1 1 , 1 1 1 ). (Alain Reyn ier) .

- fase JI o de crecimien to ralentizado : dura so l am e nte algunos días para l as


varied ades precoces y a veces hasta cu atro se m an as para l as variedades tar­
d ías. Es una fase de transición que tiene l ugar alrededor del envero y d u ran te
l a m i s m a se alcanz a la m adurez fi sio lógic a de las sem i l l as.
- fase /JI o de crecim ien to ráp ido: rea lizada ú n i ca mente por agrandamiento
ce l u l ar.
El tamaño fi n al de l a baya depe n de de la variedad y de los efectos del c l i m a , de
la alimentación hídrica, de l as p ráctic as de c u l tivo y de l a c an tidad de uva por cepa.

3.3. 1 . 1. Factores climáticos

La acc ión co m bi n ada de la te m peratura e i l u m i n ación favorecen el creci m ie nto


de las bay as, su volumen fi n al p arece estar i n fluido, pri ncipal m e nte , por las condi­
ciones de a l i me n taci ón h ídrica e ntre l a floración y el e nvero . U n a buen a alimenta­
ción en ag ua durante este período es un factor que favorece el ren dim ie nto m ien­
tras q ue u n período de sequía l o l i m i ta.
28 MANUAL DE VITICULTURA

3.3. 1 .2. Factores biológicos

La varied ad : la for m a y la di mensión de la baya son caracteres espec ífi cos;


exi ste n variedades con bayas peq ueñas (la m ayoría de las variedades de v i n i fica­
ción) y variedades con bayas grande s ( m uchas de l as variedades de me sa) . Por o tra
parte , la e strnctura de la pulpa v aría con las variedades: d uran te la fase I I I l as cé lu­
l as de las variedades de v i n i ficación se l aceran y l a pulpa se h ace j ugosa; por el
con trario, en l as vari edades de mesa las mem branas celulares de la pulpa q uedan
i ntactas y la baya es c arnosa.
La s upe rficie folia r : el creci m iento de l as bayas y el rendi m iento dependen
de la productividad del fo J l aje y de l a re l ación vo l u men g lobal de las bayas/pro­
ductividad del fo l l aje. Si la superfi ci e fo l i ar e s i n suficiente para asegurar la ali men­
tación de un nú mero grande de raci mos, el volumen de c ada u no de ellos q ueda
peq ueño. Los fac to re s culturales que i n fl uyen en el desarro J lo de la vege tación
( de n si d ad , siste m a de e m pa l i z a m i ento, desp u n te ) o e n l a cantidad de rac i mos
(carga de ye m as por cepa) tendrán i n fl uencia en e l crec i m iento , vol u m e n de l as
bayas y su estado de m adurez y, en consecuencia, en el rend i m i ento y calidad.
E l número de pep itas : la flor pol i n izada puede dar una baya au nque no haya
fecu ndació n , el tam año de l a baya quedará, e n este c aso, pequeño; e n g e ne ra l , el
tam año de l a bay a au menta c o n el n ú m ero de pepi tas.

3.3. 1 .3. Factores cultu rales

El contro l de l as m a l as hi erbas medi ante l aboreo o e scarda q u ímica, el vigor


que le confiere e l porta i njerto , los abonados y la carga, i nfluyen en e l tam año de
l as bayas.

F igura 1 6
Morfología del racimo y corte de una baya.
1 . Racimos antes de la vendimia.
2 . En la baya se distingue el hollejo (p), la pulpa (P) , las pepitas (p') y el pincel (p").
LAS VIDES CULTIVADAS 29

3 . 3 . 2 . Metabolismo du rante el período herbáceo


E l creci mie n to herbáceo de l a baya se produce si m u ltáneamente a l crec i m iento
de l pám pano y del raspó n . Fi naliza a n tes, al m i smo tie m po o m ás tarde seg ú n los
años. En el curso de este período herbáceo , l as bayas se comportan co mo órganos
c lorofílicos e n c reci m i en to . Su respi ración e s activa, con u n m áx i mo al cabo de
cu atro sem a n as después de l a antesis, y su fotosínte sis, inte n sa al pri ncipio, dis­
m i nuye progresi vamente h asta e l fi n a l d e l período.

3.3.2. 1 . Las bayas h erbáceas son órgan os consumidores

L as b ayas verdes son cen tro de d e m anda de su stan ci as el aboradas por las
hoj as. E stán en competencia con l as hoj as de la extre m i dad del pám pano y con los
n ietos. S on pri ncipalmente l o s azúcares l o s que m igran hacia las bayas verdes.
Transportados e n estado de sacarosa, se hidro lizan en fructosa y g l ucosa . Estos son
ex portados al pri ncipio de forma i n tensa por l as hoj a s situadas a nive l de los rac i­
mos, y después por las de l a parte med i a del pámpano.
L as bayas verdes rec i be n tambi én ácido málico proven i e n te de l as hoj as y de
l as raíces. U n a cierta cantidad de ácido tartárico producido por las hojas jóvenes
migra, tam bién haci a los frutos jóvenes. Los az úcares y áci dos orgánicos se uti li­
z an en parte durante l a respi ración (ciclo de K re bs) para producir energ ía al m ace­
nada e n for ma de ATP (adenosÚl trifosfato), que se uti li z a después en los procesos
de creci m iento y de bi osín tesis.

3.3.2.2. Las bayas verdes son órganos productores

D urante este período herbáceo l as bayas verdes tienen actividad fotosintética.


La prod ucción de az úcares es, si n embargo, i nsuficiente para sati sfacer las nece­
sidades de las bayas. No o bstan te , n o es despreci able y participa, con los azúcares
i mportados, en las modi ficaciones bioquími cas de los fru tos jóvenes. L as bayas
verdes si n tetizan tam bién ácidos orgán i cos, p rinc ip a lm e nte ácido m ál i co y ácido
tartárico .
En las bayas verdes, la producc ión de áci do málico es superior a su degrada­
ción , se a l m acenará y será u ti l izado m ás ade l an te d urante su m aduraci ó n . La sÚlte­
sis de ácido tartári co se rea l i z a s i m u ltáne a me nte en las hojas jóve nes y en l as
bayas verdes. Al fi n a l del período herbáceo, e l con te ni do de las bayas en az úcares
es baj o ( 1 0 a 20 g/kg de raci mo verde) m ie n tras q ue el de ácido m á lico y ácido tar­
tári co son e levados.

3.3.2.3. Regulación h ormonal

L as aux i n as sinteti zadas e n los órg an o s j óvenes en creci m ie nto esti m u l an l as


divisiones cel u l are s y el ag randam i e n to de las cél u l as. L as g i bere l i n as favorecen l a
elongació n . Las citoq u i n i n as, l a s divisiones ce l u l ares y J a sín te si s d e ami noácidos.
En l a uva verde estas tres sustancias de crec i m iento se encuentran en conten idos
que pasan sucesivam ente por u n m á x i m o para las a u xinas, l as g i bere l i n as y l as
citoqui ni nas, m i en tras que aparece n e l áci do absc ísico y el eti leno que participan
en la maduración de los frutos .
30 MANUAL DE VITICULTURA

� [rr
� : :::: � ¡
o
Sac osa
li ,

� Up ,dos

..

��/iP�1 ��º
Ac ,do c itnco

� ci �
Respwa -
l
ll
Azúcares
Ac , do málKOo � -
'\' __J
N
Aminoácidos

1 l�1 l
c a2 o2
Transpiración
º2 co2 / C onducción
Respiración
Fotosíntesis

Tallo

Conducción

- - - - ,..----�
1
1 +
K
1
1 c a+ + Agua J
Suelo 1
++
1 Mg Absorción
I MO
1 3
Sacarosa � Almidón

Sustancias
tt
Ácido cítrico ú) Ácido cítrico


Raíces de
crecimiento
Ácido málico NH3

A. Reynier Aminoácidos

Figura 1 7
Esquema del metabolismo de la vid.
A nivel de las hojas, los azúcares formados por fotosíntesis son almacenados en las partes vivaces (madera y raí­
ces) y en los frutos o bien utilizados en la respiración y síntesis de ácidos orgánicos (ácido tartárico, málico y cítri­
co), de aminoácidos, con el nitrógeno absorbido por las raíces, polifenoles (materias colorantes y taninos) y de lípi­
dos y sustancias del crecimiento.
A nivel de raíces, el agua y los elementos minerales absorbidos migran hacia las partes aéreas; las reservas de almi­
dón acumuladas son utilizadas para la respiración de las raíces, en la fabricación de ácido cítrico y citoquininas, de
las que una gran parte migra hacia los pámpanos en crecimiento.
LAS VIDES CULTIVADAS 31

3 . 3 . 3 . Metabolismo du rante el período de mad u ración


El período de m adu ración se m an i fiesta por u na modific ación física y bioq u í-
m i ca del rac i m o :
modificación física: l a b a y a verde s e colorea, s e ablan d a, engord a de n uevo ;
las cé l u l as de la pu l pa de l as varied ades de v i n i ficación se ro mpen, l as bay as
son j ugosas en la m adurez;
modificac ión b ioquím ica: l a acidez d i sm i n u ye m ie n tras q ue e l contenido
en az ú c ares, c o m p ues tos fe n ó l i c o s ( tan i n o s y m a ter i a c o lorante) y en
c o m p ue stos aro m áticos au menta; e sta evo l ución comienza por u n a fase
de transi c i ón , el envero, de corta du ración (ocho a doce d ías, general­
m e n te) , y c o n ti n ú a por una fase de m adu ra c ió n . Si l o s rac i m o s n o se
reco lectan, evo l u c i o n an aún dura n te u n a fase posterior l l a m ada fase de
sob remadu ración.

3.3.3. 1 . Enriquecimiento en azúcares

El pri ncipio de la m aduraci ón sucede norm a l mente despué s de l a parada de


creci mien to de los pámpanos. El metabo l i smo de la p l an ta se caracteri za por:
u n a fotosín tesis in tensa, y a que l a superfi c i e fo liar e s i mportan te y las condi­
ciones c l i m áticas so n favora bles (luz, te m peratu ra) en el sup uesto q u e l a
transpiración no esté l i m i tada ( seq u ía, p o r ej e m p l o) ;
una respiración moderada, pero menos i n tensa que e n los órganos jóvenes, de
manera q ue la parte de azúcares degradados por respiración es m ás reducida
que duran te e l período de creci miento de los pámpanos y de las bayas verdes;
una conducción (o m igración) impo rtan te de azúcares h ac i a los órganos q ue
tienen fu n c ió n de al m acenami e n to de reservas: l o s raci m o s y las p artes
vivaces (sarm i e n tos, partes aéreas de l tronco y siste m a radic al ) .
E l envero corresponde a u n a acu m u l ación brusca e i m portante de azúcares e n
l as bayas. E stá aco mpañada d e u n a modi fi c ación del color de las u vas, s e d i c e que
enveran. Este enriquec i mien to rápido es e l re su ltado de u na modificaci ón del sen­
tid o de las migrac iones:
por un a p arte , los p roductos de La fotosín tesis cesan tempora l men te su c ircu­
l ación descendente hac i a l as p arte s v ivaces y se dirigen ún icamente hacia
Los racimos, todos los sarm i en tos partici pan en esta migraci ó n , los azúcares
de los sarmie ntos no fructíferos (principa lmente n i etos) se d i rigen haci a los
sarmientos que ti enen rac i mos;
por otra parte, las reservas en azúcares (sacarosa y principalmente almidón) de
la madera y del sistema radicular son movi lizad as repenti namente y en propor­
ción más o menos i m portante en beneficio de los racimos; el nivel de estas
reservas es i mportante para aseg urar un buen comienzo de la mad uració n ;
cuando J a s reservas d e las partes vivaces h a n di smi nuido a lo largo d e ciclos
vegetativos anteriores y la fotosÚltesis actual es i n suficiente para satisfacer las
exigencias de volumen i mportante de los racimos, en ese caso podemos obser­
var una maduración insuficiente ; la hi stori a del vi ñedo, la edad, el man teni ­
mi ento , el control permanente de los rendi mi entos y l a buena actividad de las
hoj as, son otros factores que condicionan l a evol ución de l a m aduración .
D u ran te la maduración el c rec i m iento del contenido en azúcares de la u va
obedece a tre s procesos :
32 MANUAL DE VITICULTURA

I \
1 1
1 1
1 1
1 1
1 T

\ t¡
,
1
-


L - - - ,
1
cp 8
< Resp. --+ import.

1
p.o. débil --+ demanda

BA�10 :
Transpiración activa

,
AT --+
1 _ _ _ _ _ _ _ J Producción
AM (almacenado)
1
de ác. org .
Hoja joven aminoácidos

Importación de azúcares
Exportación de ác. tartárico
T

cp8 > Resp. � import. de azúcares


p.o. débil
Transpiración activa
1
Azúcares Producción de ác. orgánicos
....

\
.... _/ Producción de azúcares
Importación de azúcares
Hoja adulta Inflorescencia (competencia)
cp8 > Resp. Export. de ác. tartárico

J
M ig ración ...____

....---
Ac. tartárico Ac. málico

1
Ac . cítrico

t
Almidón
A. Reynier

Absorción Raíz

Figura 1 8
Síntesis y migración de los metabolitos durante el crecimiento de los pámpanos
y de las uvas verdes.

Las hojas adultas producen por fotosíntesis (cp.) azúcares de los que una parte es utilizada para la respiración (R) y
otra fracción migra hacia los órganos en crecimiento (hojas jóvenes, inflorescencias y uvas verdes).
A nivel de estos órganos en crecimiento hay un consumo de azúcares por respiración superior a la producción por
fotosíntesis, los tejidos son ricos en ag ua y tienen una débil presión osmótica (p. o.), por lo que se produce una
migración de los azúcares de los órganos productores (hojas) o de los órganos de almacenamiento (partes vivaces);
estos órganos jóvenes elaboran ácido málico (AM), que permanece en el mismo lugar y especialmente en las uvas
verdes, y ácido tartárico (AT), que migra hacia las raíces; finalmente, ácido cítrico, que es sintetizado a nivel de las
raíces .
LAS VIDES CULTIVADAS 33

ese nciaJ mente por migración de azúcares producidos por fotosín tesi s;
- por mov i l ización eventual de reservas;
por tran sformaci ón de ácido málico en azúcare s, cantidad q ue no es i m ­
portante.
G l ucosa y fructosa se acu m u l an en la bay a. M i e ntras que l a uva verde contiene
so bre todo g l ucosa, al final del e nvero e l contenido e n fructosa au menta y e n algu­
nas v ariedades puede ser superior al de g l ucosa. L a ri queza en azúc are s de l as
bayas en la m adurez, depende de la v ariedad, del cli m a del año, del te rreno, del
régi men hídrico, del patrón y del conj un to de técnicas de cu ltivo del v iñedo;
e n un m i smo vi ñedo se obse rva una gran vari abi lidad del conte nido de azúca­
res entre las bayas de di sti n tas vari edades en un momento determi n ado; esto
depende de su genotipo que condiciona la duración del su ciclo biológico y
de su período de maduración, así co mo de su rendi miento fotos intético; tam­
bién se han observado diferencias en tre c J ones de una m isma variedad;
- la i nfluenc i a del efecto variedad- portai njerto es muy i mportante para deter­
m in ar el ni v e l del contenido de az úcares en las bayas; para una variedad
dete rm i n ada, la elecci ón del portai nj erto i n tervi ene modifi cando el vigor de
la p l anta, el re ndi m ien to , la duración del ciclo vegetati vo, la fec ha de madu­
rez y el con tenido de az úc ares en l as bayas. E l retraso de la m aduración pro­
vocado por ciertos portai njertos es parti c u l armente perj udicial en variedades
tardías; en u n medio dado, u n port ai nj erto q ue confie ra vig o r a la c e pa
i nduce un a mayor m asa vegetativa pero tam bi é n u n ren d i m i ento superior
con la con secuencia, a menudo, de una dismin ución del contenido de azúca­
re s y de la cal idad de l as bayas. Aná logamente , es conocido que un portai n ­
j erto q u e confi ere u n vigor i n suficiente, p o r fal ta de adaptació n al medio, y
en parti cular a la naturaleza, la ferti lidad o la reserva h ídrica del suelo, pro­
d uce v i ñ as con vegetación in suficiente y por tanto la m adu ración de los rac i­
mos es i ncompleta; por ej emplo, Riparia G loria de M ontpe l l ier que confiere,
norm a l mente , a la variedad un ciclo vegetativo corto, u na m aduración pre ­
c oz y una producción de calidad , puede , e n situaciones de seq u ía y poco fér­
tiles ser muy d é b i l y no permitir u n a madur ación suficien te de las bayas;
e l efecto del año en el contenido de azúcares es bien conocido ; en una región
determinada, l a m aduración de las vari edades depen de de la i nfl uenci a de las
condiciones c l i m áticas del año , e ste efecto está particu larmente m arcado en
las regiones vitíco las septentrion ales; si l as condiciones térmicas tie nen una
i n fluencia i m portante durante la fase de creci miento de los órganos en pri m a­
vera, son l as condiciones de i l u m i n ación y e l b al ance h ídrico du ran te e l
verano l as que tienen una i nfluencia pri mordial e n l a evo lución del contenido
en azúcares en las bayas y en la cali dad de la vend i m i a en general;
e l e fecto del terro ir, defi n ido co m o e l medio e n e l q ue se e n c u e n tra e l
v i ñedo, es decir, el c l i m a local y e l suelo, i n fl u ye en l a fi siolog ía de la v i ñ a y
en el contenido de azúcares de los rac i mos y tam bién i n fl uye claramente en
el conte n i do de co mpuesto s fenólicos y e n l a c al i dad sen sori a l de los v inos;
e l rend i m iento de las v i ñ as ej erce u n a i n fl uenc i a en el contenido de azúcares
de las bayas: las v i ñ as con escaso ren di mie n to no son sie m pre de buen a cali­
dad y hemos demostrado que u n a mej ora del vigor y de la prod ucción favo­
rece la evolución de la maduración ; sin em bargo, a p artir de un cierto n ivel
de rendi m i e n to , vari able seg ú n la variedad, los años, e l terroir y los tipos de
v in o a prod uci r (40 a 50 h l/ha para v i nos de cali dad en zonas se ptentriona-
34 MANUAL DE VITICULTURA

% > Respiración

Hoja adulta
Almacenamiento / migración
de azúcares por '-
AM --+ azúcares

maduración
Competencia /
'- agostamiento

/ con maduración
\
con
� volumen uva
alimentación
hídrica


Baya
Hoja adu lta
Volumen
cp5 > Resp. de las u

Migración Materia colorante


:· 1
o-º" Azúcares

�� �
X�)( �
() --� .:¡ /
o .¡

�+
1.
" AT
/ /...
.
() AM
/ .
�midón
/ .··

0-
Cuajado Envero Madurez
Agua
K•

A. Reynier

Absorción

Figura 1 9
Síntesis y migración de los metabolitos durante la maduración.
El contenido en azúcares de la uva aumenta por migración procedente de las hojas adultas y por transformación
del ácido málico (AM). La acidez disminuye por dilución debida a la llegada de agua, por transformación del ácido
málico en azúcares y por combustión respiratoria (R); el porcentaje de ácido tartárico (AT) permanece casi estable
con aumento después de las lluvias y disminución durante los períodos secos.
LAS VIDES CULTIVADAS 35

les) , el con te n i do de azúc ares de l as bayas y la cali dad d e l o s v i nos disminu­


yen ; esta re lación i nversa re ndi m iento/contenido en azúc ares, es la j ustifica­
ción de la l i mi tación de los rendi m i entos en las zonas VQPRD o de los v i nos
de la tierra; sin e m bargo, no hay si empre un antagonismo absol uto entre ren­
d i m ie n to y cal i d ad y a q ue a menudo l o s a ñ o s de calidad corresponden a
años de rendi m ie n to superior a la medi a ; esto se p rod uce cuando las condi ­
ciones c l i m áti c as de l año, y a menudo, indirecta mente , la d e años anteri ores,
permi ten u n buen desarro l l o de los procesos de e l a boración de la cosecha
(e n cantidad) y una foto sÚltesis ac tiva y ad aptada a estos niveles de rendi­
m iento (ferti l idad de las yemas, bue n nivel de reservas e n al m i dón en las
partes vivaces, creci m iento favorab le a la edificación de una superfi cie fo l i ar
suficiente si n amontonami ento de l a vegetación , de sarrol lo correcto de l a
fl oración sin corri m iento n i m i l l erandage, balance h ídrico favorable durante
la pri mera fase de desarro l l o si gu iendo u na dismi nución progresiva y por
ú lti m o una i nsol ación m áx i m a a partir de l a floración); a veces cuando el
aumento del ren d i miento es cau sado por factores naturales muy generosos
(sue lo férti l , reserva hídrica no li m i tan te) o por la i n tervención del v i ti c u ltor
sin p revi a reflexión (elecc ión de u n portai njerto m uy vigoroso , ferti l ización
excesiva) e ntonces, los rendi m i e ntos elevados no permiten l a acu m u lación
de c an tidades excesi vas de azúc ares en las bayas.

3.3.3.2. Disminución de la acidez

E n el curso del crec i m iento vegetativo las h oj as y l as bayas verdes son la sede
de sín tesis de ácidos orgánicos, cuyos contenidos d i sm i n uy e n a lo l argo de l a
maduración . Esta di s m i n ución de la ac idez tiene diversas c ausas:
- deg radación respiratoria: los ác idos orgánicos si rven de sustrato a la res­
p i ración . La degrad ación aumenta con la te mperatura ( la aci dez de las u vas
m ad uras es m ás reducida los años de verano cálido) e ta degrad ación afecta
so bre todo al ác ido m ál i co h asta 30 ºC , al ác ido m á lico y al ácido tartárico
por debaj o de 30 ºC;
transformación de ácido málico en azúcares: la síntesis de az úcar a parti r
de ác ido m á lico, participa en Ja d i s m i n ución de l a ac idez y en el e nriqueci­
m iento e n azúcares. Parece q ue l a producción de azúcare s por esta v ía es
l i m itada;
- fen ómenos de dilución: durante la maduración la uva engorda por aporte de
ag u a procedente de las raíces, lo q ue contri buye a d i sminuir l a concentra­
ción en ácidos;
m igración de bases proceden te s de l as raíces, que se traduce en un aumento
de J a alcal i n i dad de l as cenizas.
L a d ism i n ución de la acidez durante l a fase de maduración se debe a l a contri ­
bución de estos cu atro fe nómenos. El contenido de cada uno de los ácidos orgáni ­
cos es el resultado del equi li brio entre los recursos y l as pérdidas por co m bu stión
respiratori a o tran sformación. Así, e l conten i do en ácido mál i co d i sm inuye porq ue
las degradaciones son i m portantes, m i e n tras que las m i g raciones h ac i a los raci mos
son reducidas. E l contenido en ác ido tartári co ex pre sado en m i l ieq u ivalentes por
cien bayas permanece se nsi blemen te con stante, ya que l as síntesis y las migracio­
nes eq uil i bran las pérdidas por respiración . E l equi l i brio ácido-base de los rac i mos
depende de l conte nido rel ativo de ácidos orgáni cos y de potasio .
36 MANUAL DE VITICULTURA

La aci dez fi nal del rac i m o varía en fu nción de la i n teracción vari edad-portai n­
j erto , de las características del m e di o y de las prácticas c u l turales:
- l a variedad y el portainjerto : l as variedades de mesa y algunas de v i ni fica­
ció n , como el Pi not noir, S y rah y la G arnacha, dan v i nos poco áci dos al con­
trario que G amay o M an seng ; el portai nje rto i n te rviene ac tuan d o so bre e l
v igor, p ue s é ste i n fl uye en e l m etabo l i smo de los áci dos (creci miento m ás
acti vo, retraso fi si o lógi co, re traso de l a m aduración y degradación m ás
lenta) y en la absorción de cationes, potasi o , en particular (el S 04 absorbe
mejor el potasio q ue gran parte de otros portai njertos) ;
la ad aptación de l as variedades a condiciones climáticas Locales: razón por
la q ue una variedad de m adurez tard ía en una zona geog ráfica co n l i m i taci ón
cli m ática (zona septen trional p ara una varied ad mediterránea, por ej e m p lo)
no permi tirá l a maduraci ón comp leta de los rac i mos, y con servarán con te n i ­
d o s elevados de áci dos (caso d e l U gni b l a n c en C hare n tes) ; a l con tra rio, u na
v aried ad precoz en z o n a m ed i te rránea d ará v i nos de baj a acidez;
efecto del año: un verano cálido actúa e n e l contenido de ácido tartárico y
en la degradac ión del málico;
e l m icroc lima de racimos: l os racimos a l a som bra y los que están amonto­
n ados son siempre más ácidos que los q ue e stán bien i lu m i n ados; e l áci do
málico es el que es sen si b le a los efectos térm icos a nivel de los raci mos
mientras que e l ácido tartárico resiste de m anera discreta e i nconstante a la
i lu m i n ación y temperatura;
el vigor de Las cepas: el vigor favorece la producción de ácidos orgánicos
durante e l período de c reci m i e n to y reduce las posi bi lidades de degrad ación
a l o largo de l a maduración , principalmente a causa del a monton amiento de
la vege tación y escasa exposición de los racimos a la luz; a lo l argo de vera­
nos lluviosos, cuando la parada del crec im i ento no está bien m arcad a o se
produce una foli ación tardía de los nietos durante la m ad uración , la aci dez
de las bayas perm anece alta; e n tonces, se con stata que las bayas grandes de
v i ñ as v igo rosas e stán m e n o s m adu ras q ue l as bay as pequeñ as, son más
po bres en ácido tartárico y m ás ricas en m ál ico;
la alimentación h ídrica excesiva, n atura l procedente de las preci pi tacione s o
provoc ada por riegos exce sivos al fi nal de la maduraci ón , i m p l i ca u n a dismi­
n ución de l a acidez al aumentar el vol u men de l as bayas, por d i l ución de l
contenido de l a p u lp a y por u n a gran absorción de potasio;
la escarda química: i m plica, a menudo, una dismi nución de l a acidez de los
mostos que se puede explicar, en p arte , por la prese nc i a de un siste m a radi­
cular superfici al m u y favorable a absorber a g u a y potasio tras u na preci p i ta­
ción duran te la fase de m aduración .

3.3.3.3. E volu ción de los compuestos fen ólicos

Los compuestos fenó l icos son sustanci as orgáni cas c u y a e structura química
co mprende una o varias funciones « fe no l » . Los compuestos fe nól icos p articipan
en Ja col oración de la uva y en las propiedades vi suales y gustativas del v i n o . S e
d isti nguen:
- ácidos fenólicos;
- an tocianas, pri ncipales constituyente s de los pigmentos roj os;
- fl avonoi des, pri nc i pales constituyente s de los pigmen tos a m ari l los;
LAS VIDES CULTIVADAS 37

- tan i nos, constituyente s de l color, de l a estructura y de l a astri nge nci a de l o s


v i nos.
En el m omento del e nvero , l as bayas verdes pierden l a c lorofi l a y evo lucionan
a roj as o más o menos a m ari l l as . Esta evo lución que prosigue dur a n te la m adura­
ción perm i te d i stinguir l a vari edades ti ntas de las bl ancas. Esta coloraci ón debida
a l a m ateri a co lorante, antoc i anos (roj os ) y flavo noides (am aril los) no afecta m ás
que al hol lej o ; si n e m bargo, l a pulpa de algunas vari edades, l lamadas ti ntoreras,
acu m u l an an toci anos. Al m i smo ti e m po , otras sustanci as org án i cas, los tani nos,
sufren u nas mod i fi caciones cuanti tativas y cualitativas en los hol lejos y pepi tas.
Tras l a v i ni ficación , los compuestos fen ó l i cos se encuentran en el v i n o y parti cipan
e n sus características organolépticas.
Los constituyente s m á s i mportantes son los antoci anos y los tani nos. S u evolu­
ción du ran te l a maduración es uno de los factores determ i n an tes de la cali dad de
l as u vas:
- en los hollejos, los an toc i anos aparecen e n el envero , y su concentraci ón
aumenta más o menos regu larmente para ral e n tiz arse en l a pro x i mi d ad de la
madu rez ; el hol lej o contiene también ácidos fenólicos, tan i nos y un poco de
fl avon o les; el aumento del contenido de tani nos (proci anidi n as) está l i gado
al de los antoci anos y a los az úcares, una variedad tinta, rica en azúcares e stá
bien prov i sta, general mente, de an toc i anos y tan in os;
en la p u lpa se encuen tran los ác idos fe nól icos, algunos tan i nos y, excepcio­
n al me n te, antoc i anos (variedades tin toreras);
en las pep itas, la concen tración en tan i nos extraíb l es d i s m i n u ye a lo largo de
la m aduración o a veces durante el e nvero; l as pepitas también contienen
ácidos fenólicos; los tani nos de l as pep itas (proci anidi n as más o menos poli­
merizadas) son di sti n tos a los de los hol lejos y dan astri ngencia y am argor;
en los raspones au menta la concen tración de tanin os débi l men te y también
su amargor.
U n rac i mo m aduro es rico en an tocianos y taninos fáci l mente extraíbles, m i e n ­
tras que la ex tracción de J o s tan i nos de l as pepi tas es re lativamente moderada. Por
el con trario , cuando un rac i mo n o está com pletamente m ad uro , el contenido de
an toci anos y tani nos de los hol lejos e s bajo y son más d i fíc i l mente extraíbles. Los
comp uestos fen ó J i cos parti cipan de m anera i m portan te en la cali dad visual y orga­
noléptica de los v i nos (cuerpo , arm azó n , estrnctura, e speso y c arnoso) y también
e n sus defectos (amargor, dureza, falta de cuerpo). L a s c arac terísticas de los v i nos
t i n tos dependen de l a natura leza, estru ctura y concen tración de compue stos fe nól i ­
c o s del racim o en el momento de l a cosecha y de s u evo l ución a l o l argo de l a v i n i ­
fic ación y de l a crian z a d e l v i n o :
l o s a n toci anos del v i n o evo l u c i o n a n a lo l argo de l a v i n i fi c ac i ó n , de J a
c ri an z a y de l a con servación ; u n a p arte s e deg rada p o r o x i d ac i ó n y por
efecto térmico, otra se combina de diversas formas con los taninos dando
co mp l ejos an toc i anos-tan i n os bastante estables; al m i smo tiempo, c iertos
azú cares del m osto ( an toc ianósidos) se pueden com b i n ar con su stanc i as
prod ucidas por l as levaduras para dar polifenoles específicos del vino , los
castavino les, i nco loros pero considerados precu rsores del color, de un roj o
más i n tenso y m ás e stab le ;
los taninos de los h o llej os y de las pepitas, y a veces de los raspones, son
extraídos en d iverso grado segú n el estado de m adurez , la variedad y la n atu­
raleza de e stos tan i nos; sufre n a lo l argo de la v i n ificación y de la cri anza del
38 MANUAL D E VITICULTURA

v i no n u merosas reacciones de po l i meri z ac i ó n : en pre senci a de oxígeno a lo


largo de la cri anza, los tan i nos se poli meri z an d ando grandes mo léculas y
prod uciendo un suavizamiento organoléptico del v i no ; en ausenc i a de oxí­
geno y en p resencia de te m perat ura re lativamente alta (> 20 ºC) el vi no se
despoj a a lo l argo de la con servación y pierde u n a parte de su c uerpo .
La co loración y l a tipicidad fenólica de los mostos dependen del genotipo de l a
v i ñ a culti vada, del m e d i o y de l as técn i cas de cultivo:
la colo ración de las bayas se favorece por la i l u m i n ación d i recta de l os rac i ­
m o s ; el exceso de agu a o l a seq u ía y l as te m peraturas exce si vas tienen u n
efecto negativo;
la concen tración de comp u estos fenólicos es muy diferen te de una variedad
a otra; es alta en la G arnacha ti ntorera y A bouriou (4 a 5 g/kg), medi a en
C abernet- S au v i g non, S yrah , C ariñena (2 g/kg), baj a en C i n saut, C a be rnet­
fr anc , Aramon, Pinot noir ( menos de 1 g/kg);
el terroir e s un e le m e n to determi n ante de l a tip i c idad fenó lica de l os mostos
y los v i nos: e l contenido en antoc i anos en bayas de u n a m i s m a vari edad
p uede v ari ar m ás del 60% seg ún e l terro ir (90 a 1 60 mg por 1 00 g de bay as
de L a variedad Cabernet franc en el Valle de l Loira); l os vi nos de calidad pro­
ceden de cepas cuW vadas en terroirs que favorecen la sín tesi s de az úcares y
com puestos fen ó licos, pe ro tam bién, variaciones en la n aturaleza y conte n i ­
d o s rel ativos d e l o s d i ferentes compue stos, d a n tipos de v i nos sen si b lemente
d i fere n tes;
el rol de los azúcares e n la sín tesi s d e antoci anos ha si do pro bado h ace
mucho tiempo; en e l envero , l a coloración de l as bayas acompañ a a l enr i ­
q ueci m i ento en azúcares, cualquier b l oqueo en l a m igración d e los az úcares
favorece la co l oración de los h o l l ej os.
La síntesis de compue stos fen ó licos está l igada al metabol i smo g eneral de l a
p l anta; l o s siste m as de conducción q ue aseg uran u na buena prod uctivi dad de l a
veg etac i ó n , u n a bue n a i l u m i n ación y u n a temperatura mode rada a n i vel d e l o s rac i ­
m o s , favorecen la acu m u lación de co m p uestos fen ó l i cos; p o r el co ntrari o , u n ren ­
d i m i en to excesivo, u n a superficie fo l i ar i n suficiente o e scasa i l u m i n ación debido a
una estructura i n adecuada, tienen un e fec to n egativo .

3.3.3.4. E volución de los componentes aromáticos

En general , las bayas son poco aro m áticas m i e ntras q ue los vinos de la m ayo­
ría de las variedades nob les ex presan características arom áti c as específicas m ás o
menos m arcad as. Así, S yrah da v i nos m u y aromáti cos muy carac terísticos mien­
tras que e l raci mo no se d i ferencia apenas de otras vari edades. E l potencial aro m á­
tico de u n a v ariedad depende de sustanc i as q ue está n :
- bajo form a l i bre y p o r tan to perce pti b les a n i v e l de rac imo , están constitui ­
das por terpenos o alcoholes terpéni cos q u e j uegan u n papel e n l a tipicidad
de Ja vari edad , co mo es eJ caso de los mosc ate les;
en forma combi n ada, consti tuyendo los precur sore s de aro m as en el raci mo,
con stituidos por p o l i terpenos, mono terpenos, carotenoides, h eterósi dos y
ácidos fenól icos; su potencial aro m ático no se m a nifiesta más que a lo largo
de l a v i n i ficación o envej eci m i e n to del v i n o .
CAPÍTULO 2

AMPE LOGRA F ÍA Y MEJORA VARIETAL

1 . Fam i lia de las Vitáceas


2. Nociones de variedad y de encepamiento
3. Variedades
4. Portainjertos
5. Mejora varietal
6. Ampelografía práctica o cómo reconocer las variedades y los
portainjertos

L a a mp el og rafía, q u e eti m o l ó g i c a m e n te si g n i fi ca « de scripción de la v i d » ,


abarca tres aspectos complemen tarios:
- la descripción de las variedades y de las especies de vid persiguiendo su
identifi c ación por medio de la util i z ación de c aracteres m orfológicos o de
caracte res i n ternos reve lados a p artir de m arcadores bioq u ímicos y molecu­
lares;
- el estudio de la evolución y de las re l aciones en tre vari edades;
- la valo ración de las apti tudes y la potencialidad de las vari edades, de los
portai njertos y de la especi es de las q ue provienen .

1 . FAMI L I A D E LAS VIT Á CEAS

La vid perte nece a la familia de las Vitáceas . Las p l an tas de e sta fa m i l i a son
arbu stos tre padores, a modo de lianas, de tallo frecuentemente sarm e ntoso, aunque
a veces herbáceo, q ue presentan z arc i l los opuestos a las hoj as.
L a fam i l i a com prende diec i n ueve gé neros, entre los que citare mos e l géne ro
Parth enocissus al que pertenecen las viñas v írgenes (P. tricusp idata y P. quinque­
folia) , origi nari as de Asia y de A m é rica de l Norte, y e l género Vitis , ori g i n ario de
las zonas cálidas o tem p l adas del hemi sferio Norte (A mérica, Europa y A si a) .
40 MANUAL D E VITICULTURA

E l género Vitis, al cual pertenecen las v i des c u l tivadas, e stá di vidido en dos
secciones o subgéneros: Eu vitis y M u scadin ia. Tod as l as e species de l gén ero son
pl an tas de tallos sarme ntosos, provi stos de z arc i l los o de i n flore scencias opuestas a
l as hoj as. Las espec ies de las dos secciones se di sti nguen por los caractere s princ i­
pales siguie n tes:

Tabla 1
Características de Euvitis y de Muscadinia

Eu vitis Muscadinia

zarcillos bifurcados si mples


corteza del sarmiento no adherente adherente, con lenticelas
diafragma del nudo presente ausente
número cromosómico 2n 38
= =
2n 40

El su bgé nero Muscadin ia comprende tres e spec ies ori g i n ari as del S ur-Este de
los Estados U n idos y de M éxico. S o l amente la espec ie Vitis rotundifo lia es cu l ti ­
v ad a en estas reg i o nes. Diversas v aried ades tintas, roj as y b lancas , de raci mos
pequeños y bayas m adurando separadamente si rve n , e n l os e stados d e l Su r de los
Estados U n i dos, para el con sumo de uvas frescas, para la fa bricación de mermela­
das y helados y para la el aboración de v i nos cuyo gusto , m u y particul ar, e s poco
apreciado por l o s europeos . Esta especie , resistente a la mayor p arte de l as enfer­
medade c ri ptogámicas, prese nta i n terés para la mej ora varieta l .
E l subgénero Eu vitis com prende las v erd aderas v i des q u e pueden ser cl asi fica-
das segú n su d i stri bución geográfica n atura l :
en América del Norte vari as e spec ies, q u e prese ntan pocas aptitudes u vífe­
ras, a excepci ón de V. lab rusca, resi stentes a la fi loxe ra, han sido u ti lizad as
com o portai nj ertos o p ara la o btención de portainjertos y de h íbridos pro­
ductore s d i rectos. E n tre las m ás i mportan tes, se c i tan : Vitis riparia, Vitis
rupestris, Vitis berlandieri, Vitis co rdifolia, Vitis lab rusca, Vitis candicans,
Vitis c inerea. Vitis labrusca presenta aptitud e s bastante próxi m as a Vitis
vin ifera : sen si b i l i d ad a fi l ox e ra , a u n q ue m e n o s q u e la especie e uropea,
buena re spuesta al estaqu i l lado y al i njerto, bue n a adaptación a condiciones
c l i m átic as tem p l adas; pero se di st i ng ue por u n a m ayor re sistencia al frío,
u n a buen a resi ste n c i a a l a s e n fermedad e s de l a parte vegetati va ( m i ld i u ,
oidio), un a re si stencia m u y grande a l a podredu m bre gri s, u na se nsi b il idad a
la c l orosi s y por el gusto m u y afram buesado y soso de sus bayas (g u sto a
zorro), apreci ado por los a meri canos en los zu mos, las m ermelad as y los
v i nos obte nidos con las uvas;
en Eu ropa y en A sia occiden tal, u n a sol a e speci e , V. vin ifera, pre se n t a
g randes c u a l i d ades p ara l a prod ucc i ó n de v i no s , de u vas de m e sa y d e
u v a s p asa s . L a s v i d e s c u l t i vadas ti e n e n fl o res h e r m a frodi t as ( a veces
fe m e n i n as) m i e n tras q ue l as v i de s sal v aj e s son di oicas . E sta e s pe c ie e s
c u l ti v ad a e n l as z o n as te m p l ada s, se m u lti p l i c a b i e n por v ía vegetat i v a
pe ro p re se nta u n a gran sen si bi l i d ad a l a fi l o xe ra y a l as e n fermed ades
cri ptog á m i cas;
LAS VIDES CULTIVADAS 41

en Asia orien tal, más de ve i n te espec ies, se nsi bles a l a fil oxera, a la c lorosi s
y en ge neral a las e n fe rmedades cri ptogám ic as, no presentan apen as aptitu­
des p ara la producción de uvas. E n tre estas especies, V. amurensis h a sido
utilizad a en c iertos paíse s co mo geni tor p ara la obtención de nuevas vari eda­
des debido a su resistenci a al frío i nvern a l .

Familia Vrtáceas

Géneros Ampelopsis Cissus Vitis Patthenocissus Otras

Sub-géneros Ewitis Muscadinia

Grupos Americano Euro-asiático Asiático

Es pecies V. riparia V. rupestris V. berlandieri V. labrusca V. vinífera V. am urensis V. rotundifolia

Variedades Gloria Rupestris Carignan Pino! Cabernet Gamay Chasselas


de Montpellier de Lot

Figura 1
Familia de las Vitáceas.

2 . NOC I O N ES DE VARI E DAD Y DE E N CEPAMI E NTO

La v a riedad e s el tér m i n o uti l i z ado por el v iticultor para desi g n ar un cultivar


de vid. S in em bargo no se trata de variedades p uras, en el sen tido botánico de la
pa labra (sa l vo l as obtenci ones recie ntes) . H asta los ú l ti mos años, se consi de raba la
variedad c o mo un cul ti v ar, en el sen ti d o que se le d aba entonces, es dec ir u n a
variedad cultiv ada con sti tuida por u n conj u n to d e i ndivi duos q u e tienen e n común
caracteres morfológicos y tec nológicos bastante parec i dos co mo para desi gn arlos
baj o e l m i sm o n o m bre .
Actu al mente se con sidera que e l térmi n o c ultiva r h a tomado u n sentido m ás
restri ngido: e s el conj u n to de i ndividuos o bten idos por v ía vegetati va de u na p l anta
de se m i l l a , que corresponde a un c lon provi n i en te de u n a pepita. L as variedades
prov inientes de c ruzamientos, como Dan l as, C arla, A l ic an te B o u schet, son los c u l ­
ti vares.
La variedad cul tivada e s en general u n a pob lación d e clones (vari edad po l i ­
c lonal), en l a q ue e l c lo n desi gna e l conj u n to de copias exactas d e l a descendenci a
por vía vegetati va de una cepa madre . S i an taño se m u l ti p l i c aban y se cultivaban
los c lones j un tos sin di sti nc ión , actual m e n te e l v i ticultor planta se paradamente uno
o varios c l ones de la variedad que é l h a e legido. En efecto, los trabajos de selec­
ción clonal h an perm i tido identi fic ar, den tro de l a pob lación de v i des de una varie­
dad, los i n d i v i du o s más aptos p ara sati sfacer l os o bj etivos d e producc i ó n , de
m anera que cada una de las yemas han sido m u ltiplicadas sep arad amente por e sta­
q u i l l ado o por i nj erto co n st i t u y e n d o así u n a p o b l ac i ó n ho m o g é n e a ( vari e d ad
monoc lonal) de p l antas de v i d del m i smo c l o n .
42 MANUAL D E VITICULTURA

2 1
. . Origen de las variedades
Ciertos i n dicios (pre sencia de polen, de se m i l las y de hoj as fosilizadas) perm i ­
t e n decir q ue l a vid existía en l a era terc i ari a en Asia menor, Europa oriental y en
A mérica. A lo l argo d e l cuaternari o, ciertas e species han so brevivido a la s agre sio­
nes sucesi vas de las gl aci aciones en refug ios pre servados por el frío. Se encuen tran
Vitis silvestris, re ag rupando las formas salvajes, o lamb ruscas , de Vitis vinifera,
en la flora espontáne a en Tran scaucasi a, en Greci a, en I ta l i a, en Francia, en A lema­
nia y en España en e l curso del cuatern ari o .
Pero e l c ul tivo de l a v i d se h a i ni c i ado a parti r del refugio de Tran scaucasi a
donde los hom bre s se han sed e ntarizado y h a n desc u bi erto e l i n teré s a l i m entici o
de esta pl anta. Las l a m b ruscas o n p l antas dioicas cuyos frutos ácidos y poco
azuc arados só l o se prod uce n en l as pl antas fe me n i n as . El n ú mero y l a d i versid ad
de form as, las sem i l l as y l as m utac io n e s h a n de bido favorecer la ap aric ión de
for m as herm afrodi tas m ás i n teresan te s para e l c u l tivo . Los h o m bres de estas
reg i ones l as han m u ltip l i c ado por estaq u i l l ad o , y después h an domestic ado con
la poda.
Las varie dades pro v i e n e n así de la selecci ó n hecha en estas pob l ac i o ne s de
l a m bru sc as. Las m i graciones del h o m bre h ac i a el S ur (Palesti n a, E g i p to) y des­
p u é s h ac i a el O e ste ( G rec i a y e l i m pe ri o ro m an o ) h a n aseg u rado e l tran spo rte
de estas pri m era s vari e dade s h aci a otras reg i o n e s . Estas varie dades han con ti ­
n u ado evol u c i o n a n d o a l o l argo de m i l e n i os y han pod i do cruzarse con las l a m ­
bru scas i ndíg e n as . A l m i smo t i e m po , estas l a m bru scas i n díg e n as eran p uestas
e n c u l t i vo por l o s pue b l o s i n v asores . De e ste m odo l as vari edades actu a l e s p ro ­
v i e n en d e la evo l uc i ó n y de l a selecc i ó n de l as l am bruscas i n d íg e n as a s í c o mo
d e l c ru z a m i e n to n atura l de estas for m a s c o n l as varied ade s i mp ortadas en d i fe ­
re n te s épocas.
L as v ariedades ori e n tales, q ue han sufri do la se lección d i ri g i d a por el ho m ­
bre desde h ace m ás de sei s m i le n i os , están m u c h o m ás alej adas de las l a m bru s­
cas que las vari edades de nue stras regi ones, cu y a evolución no tiene más de dos
m i l e n i o s . A l g u n as vari edades pro pi as e stán b asta n te próx i m as a l as fo rmas sal­
vaj e s, como por eje m p lo : Petit verdot (si n . L am bru sq uet), R i e sl i n g , Fer S erva­
dou, P i n o t .

2 . 1 . 1 . Los grupos d e variedad es en Europa y en Asia


E n l as diferentes áreas de cu l ti vo de l a vid de la cuenca med i te rránea, e l profe­
so r ru so Negru l h a di sti n g uido difere n tes grupos ecogeográficos, l l a m ados Proles:
- la Pro les pon tica, ag rupa l as variedades de Grec i a , R u m a n ía , H u n g ría,
Georg i a y Asi a m e nor, surg i das de las l a m bru scas de Transcaucasia y c arac ­
teri zadas p o r rac i mos m edi anos, c o n bayas generalmente redondas y aptas
para la producción de v i nos o de uva de mesa: Furmi nt, Ve rme n ti no , Cl ai ­
rette, Cori n to , C h aouch, S aperavi ;
la Pro les o rien talis, agru pa las variedades d e Armen i a , Azerbayán , I rán ,
Afgani stán , con grandes rac i mos y con bayas gruesas, de forma a men udo
oval , uti l izadas generalmente como uva de m esa o p asa: D atti er de B e yrouth
(Rosaki o H afi z a l i ) , O h anes, S u l tanina (Tcherkirdeksiz o Kish m i sh ), M os­
catel de A l ej andría, C i n saut, Cornic hon ;
LAS VIDES CULTIVADAS 43

NOIRIENS

· · ·.
·
·..

Figura 2
Zonas de origen o de expansión de los principales grupos ampelográficos franceses
(según Bisson).

- l a P roles occ iden talis agrup a vari edades de E uropa occidental (Fran c i a ,
A l e m ania , España, Portugal , I tali a) . F u e c o n los griegos y desp ués con los
rom anos c u ando el c u ltivo de la vid se de sarro l l ó en estos paíse s a p artir de
variedades de la Pro les pon tica y de la P roles o rien talis y de la domestica­
ción d e las vari edades autócto n as . Las variedades de la Proles occ iden talis
están c aracteri zadas por rac i m os m edi anos, de bayas redon das, peq ueñas y
j ugosas, aptas para l a prod ucción de v i no s : P ino t, G am ay, C hardonn ay,
A l i goté, A leáti co , A l b i l l o , M on astre l l , S é m i l l on , S au vi g no n , C aberne ts,
R iesling . . .
44 MANUAL DE VITICULTURA

2 . 1 . 2 . Fam ilias y grupos de variedades en Francia


El conde Od art, en e l sig l o XIX, y ade más Levado u x , a partir de 1 9 50, h an
i nten tado ag rupar l as variedades francesas por fami lias o gru pos. U n a fam i l i a de
variedades es, p ara el conde Od art, « l a re unión de vari as variedades de una m is m a
especie de v id que ti enen todas uno o varios c arac teres comunes» .
L o s g rupos o fam i l i as de v ariedades de Levad o u x corresponden a los sortoti ­
pos de Neg ru l . Eng l o ban u n conj unto de variedades del m i s m o origen geográ­
fi co que p rese n t an e n c o m ú n caracteres a m pelográfico s y agro n ó m i cos si m i l a­
res. C i ertas fa m i l i as ti e n e n un área de c u l ti v o m u y l i m i tada y pre se n tan u n a
dé b i l v ari a b i l i d ad , c o m o e s e l caso de l a fam ilia d e los Man sien s, q u e co m ­
prende e l Peti t M an se n g , e l Gros M an se n g, e l Tan n at, culti vado s cerca d e los
P i ri n eos, así como l a fam ilia de lo s No iriens (Pinot no ir, C h ardo nn ay, M e l o n ,
Ti n torera de C b er, G a m ay, etc . ) . P o r e l contrari o , otra s fami l ias p rese n tan u n a
m e n or h o m og e ne i da d, co m o l a fam ilia d e l o s Ca rmenets, q ue co m p re n de e l
M e rlot, el C abe rnet franc, el Cabernet sau v i g n o n , el P e t i t ve rdot, e J F e r se rva­
dou, o l a fam ilia de los Co ts, con e l M a l be c , l a Neg re tte, e l Val d i g u i é , l a M éri l le ,
e l Tan nat.
E n tre l as otras fa m i l i as , c i te m o s l a fam ilia de las Fo lles ( Fo l l e b J a n c h e ,
J ur aiwon, Ondenc) , l a fam ilia de los Messiles (Cheni n , Mesl ier, S au v ignon , P ineau
de Aunis, B équignol) , la familia de los Gouais (Ali goté) , la fam ilia de los Sérines
( S y rah , M arsan ne, Rou ssan n e , Vio g nier), la fam ilia de las variedades Rhénans
( S y l va ner, Ries l i ng . . . ) .
Actualmente , l a s v ariedades de u n a región d e prod ucción vi tícol a provienen de
una o varias fam i lias de variedades au tóc tonas así como de i m portaciones proce­
dentes de otras reg iones o de otro países.

2 . 2 . N oción de encepamiento
El e ncepamiento es el conj un to de variedades que son uti li zadas para l a pro­
ducción de un tipo de v i no o de producto (vino, uva de me sa) o cu lti vadas en un
áre a de prod ucci ó n .

2 .2 . 1 . Encepami ento mono o plu rivarietal por tipo de producción


Cie rtos vinos deben su originalidad a u n a sol a variedad :
- E s e l caso d e varios v i nos d e cali dad prod ucidos en reg iones determi n adas
(VQPRD ) :
• en ciertas reg iones, l o s v i nos l l ev an l os nom bres de l as vari edades a partir
de las cuales son o bte n idos: por ej e m p lo e n A l saci a (Chasse l as, S y lvaner,
Riesh ng, Pinot gris, Gewurztra m i ner, etc . ) o en el País nantai s con el M u s­
c adet ( M u scadet) y el G ros P l an t (Gros plant o Fo l l e b l ancbe);
• en otras reg i on e s de denominac i ó n , los vinos prod ucidos a p artir de una
so la vari edad l l ev an los n o m bre s del área de prod ucció n , como e l Beau­
j o l ais (Gamay), los grandes c ru s d e B orgoñ a (Pi not noir en ti nto y Ch ar­
don n ay en b lanco ) , e l C o n drieu ( Vi o g n ier), e l Co m as y el H erm itage
( S yrah ) , e l Vo uvray (Chen i n ) , e l S ancerre ( S a u v i g no n ) , e l Coñac ( U g ni
b l an c );
LAS VIDES CULTIVADAS 45

• otros vi nos l levan el nom bre d e l a variedad pri nci pal y de la región d e pro­
ducción : C l ai rette de D i e , M uscat de R i vesal tes, M uscat de Frontignan ;
• el caso también de l os vinos varietales, producidos y co merciali zados con
éx i to e n n u m erosos p aíses extranj eros: C a l i fo rn i a , C h i le , Á frica del S ur,
Austra li a. S e trata m uy a menudo de variedades de calidad ori gi nari as de
E u r o p a c o mo C h ardo n n a y, S au v i g n on , C he n i n , C o l o m bard , M e r l o t ,
C abemet sauvi gnon , M a l bec, Pi not noir, S yrah ( S h i raz), Te m pran i l l a . E n
Francia, esta producción de v i nos de variedades s e desarro l l a en l a regi ón
meridional a p artir de l as variedades precede ntes y de algunas otras varie­
dades de gran calidad ; los vinos son comerci a l i z ados dentro de la c atego­
ría de v i n o s de mesa o de v i nos del país.
Pero lo más frecue nte e s la asoci ación de d iversas variedades, lo q ue permi te l a
obtención d e un v i no eq u i li brado y d e u n a fe l i z armonía e n tre los carac teres espe­
c ífi cos de las variedades (azúcare s, ac idez, aro m as, tan i nos, m ate ri as coloran te s) :
- en la zona meridion al de Cüte s-du-Rhone, C hate au neuf-du-Pape por eje m ­
p l o , e l encep amie n to compre n de var i as varied ades: G arn acha, M azuelo,
S y rah , C i n saut.. . ;
- e n l a regi ó n d e B urdeos, las d iversas deno m i n aciones co mprenden tam bién
vari as variedades; p ara los v i nos t i n tos: M erlot, C abernet sau v i g no n , C aber­
net franc y en escasa proporción Cot y Peti t verdot; para los vinos b l ancos:
S é m i l lo n , S au v ignon y a veces M uscade l l e ;
- en C hampagne, al l ado de los v i nos blancos de blancos, p rovi nie nte s excl u ­
sivamente de Chardon nay, l o s v i nos d e Ch a m p ag ne resul tan a menudo de la
mezc l a de Pinot noir, C h ardonn ay y M e u ni er;
- en Al sac ia, j u nto a los v in o s varietales, l a asociación de variedades como
C h asse l as, S y l vaner, Pi not b l anc y Auxerro i s produce e l edelzw icker;
- en e l valle del D uero , se cu ltiva para la producción de O porto una m u lti tud
de variedades b l an c as (Codeg a, Gouveio, M a l vasí a fi n a , M a lvasía reí . .. ) y de
vari ed ad e s ti n tas ( M a l v as í a preta, M o u ri sc o t i n to , T i n t a a m are l a , Ti nta
barroc a) .
Para la p rod ucción de uva de me sa, e l e ncepamiento co mprende u n conj unto
varietal caracteri zado por el color, l a forma de l os raci mos y e l peri odo de madura­
ción . Estas vari edades son cu lti vadas en Franci a en el M i di medi terráneo, el val le
del Ród ano : Ch asse las, Ital i a, C ard i n a l , D attier de B eyrouth, M u sc at de H am ­
burgo, A lphonse L aval lée . . .

2 . 2 . 2 . Reglamentación d el encepami ento por área d e producción


El encepam i e n to e s tam bién el término uti l izado para desi gnar la lista de las
vari ed ades de u n a zon a geográfi ca, de u n a zona adm i n i strativa o si mp lemente de
u n a explotac i ó n v i tícola, i n c lu so si e ste encepamiento e n u n lugar dado p uede
tener vari as fi nali dades de producci ó n .
E l leg i sl ador h a fij ado al c abo de u n l argo tiempo l a l i sta de variedades q u e son
cul tivables en una zona de producción :
- todas las variedades cultivadas son c lasi ficadas por uni dad ad m i n i strativa de
los países de la U n i ó n Europea (departamento en Franci a, Land en A l e m a­
n i a, prov i ncia en Ita l i a) en variedades recomendad as y en variedades autori ­
z adas. Las variedades reco me ndadas proporcionan v i nos c u y a cali dad está
reconoc ida; pueden ser c u ltivadas y repl antadas, en u na superfi cie eq u iva-
46 MANUAL DE VITICULTURA

lente , mie n tras que las pl antaciones de vari edades autoriz adas sufren u n a
reducción d e l 3 0 % de los derechos d e p l an tación c o n el fi n de no alentar su
cultivo (con la excepci ó n de las n uevas o bten c io nes) ;
- las l i stas más restrictivas de varied ade s son fij adas por decre tos para la pro­
d ucci ón de v i nos de calidad producidos en reg iones determ i n adas ( VQPRD)
y v inos del p aís; estas l i stas comprenden variedades pri ncipales y variedades
co mplemen tari as, como por ej e mp l o :
• en el vi ñedo meridional de Fran cia, las deno m i n ac i ones d e vino s ti n tos d e
la zon a d e l Rose l lón , Corbi eres, M i nervois, i ncluyen vari as variedades:
Garnacha ti nta (al menos e l 50% ) , S y rah y M o n astre ll (al menos e l 1 0% ),
Cariñena, C i n saut;
• en e l v iñedo de C ahors, conplementando al Auxerrois (o Cüt) que debe
re presen tar al menos el 70% del encepami ento de la exp lotación vi tíco l a,
otras vari edades tienen cabida: Tan n at, MerJot, J uran<;on ti nta . . .

2 .2 . 3 . Evolu ción d e l encepamiento


El encepamiento de las regiones v i tícolas evol ucio na bajo el efecto de i m pera­
tivos, el más frec ue n te soc ioeconómico (red ucción de l con su mo de v i nos de mesa
e i n teré s crec i ente por los v i n os de cal idad) , pero tambi én a causa de cambios de
si tuación políti ca (am p l i ación de la U n ión Europea y etapas sucesivas de l a con s­
trucción del mercado común del v i n o ) . Otras razones, como los ataq ues devastado­
res (fi loxera) o de enfermedades a las cuales ciertas variedades son sen si b les (fla­
v e sc e n c i a dorad a) pueden en trañ ar u n a m o d i fi c ac i ó n rad i cal o progre s iva d e l
e ncepamiento.
Desde hace tre s dece nios e l encepam i en to del viñedo francés está en plena evo­
lución con la m arginali zación o la desaparic ión de variedades híbridos productores
directos o de variedades prod uctivas plantadas después de l a i nvasión de la fi loxera.
La renovación del encepamiento, acompañando a la red ucc ión de las superficies
pl an tadas de v i ñedo y l a reestructuración del v i ñedo, tiene esencial mente en c uenta
l a adaptación de l a variedad al terro i r con e l fin de producir v i nos de c al i d ad
teniendo en la m ayoría de casos u n a ti picidad . Desde 1 979 a 1 9 88, fecha de l úl ti mo
censo S CEES - In see, la evo lución de las superficies ha s ido l a si g u i e n te : S y rah
(+ 1 20% ) , M on astre ll (+7 8,3 % ) , C a bernet sauvignon (+5 8 , 8% ) , M erlot (+56 ,3 % ) ,
C abernet franc (+ 3 3 , 8 % ) , para las variedades tintas, y S auvignon (+7 1 ,2 % ) , Char­
donnay (+5 2 , l %), Riesling (+32 ,9 % ) , M oscate l de grano menudo (+24,7 % ) para
las v ariedades blancas. En el m i smo período las superficies h an sido reduci d as para
A ramon , Cariñena, Alicante bouschet Gro l leau , A u bu n , J u ran<;on noir, U g n i blanc,
S é m i l l on , Garn acha blanca, Te rret b l anc, B aco blanc . . .
L as pri ncipales vari edades culti vadas e n e l v iñedo francés en orden decreci e n te
por superficies:
- para la s vari edades ti n tas de vino: C ari ñena, G arn acha, M erlot, C i n saut,
C abernet sauvignon, Aramo n , G a m ay, C abernet franc, S y rah , Pi not. . .
- para l as v ariedades blancas d e v i n o : U g n i blanc, C h ard o n n ay, S é m i l lo n ,
Garn ach a, S auvigno n , M e lon, C h e n i n . . .
- para l a s variedades ti ntas de mesa: M o scatel de H a m burgo, A l phonse L ava­
llée , Card i n al, Vale nsi . . .
- para l as variedades blanc as d e m e sa: Chasselas, G ros vert, S ervant, Italia,
C l airettes, D attier de B eyrouth , Dan las.
LAS VIDES CULTIVADAS 47

3. VARI E DADES

No tod as las variedades tienen l a m i s m a vocación v itíco la. Como con secuenci a
d e J as carac terísti cas morfológicas d e J o s raci mos y de J as bayas, como por ej em­
plo L a compaci dad , el grosor y la forma de l as bay as, el espe sor del hollejo, la con ­
si stenci a d e l a pul pa, el n ú mero d e pepitas, y en función de l desti no d e l as uvas, se
d i sti nguen vari as categorías de vari edades:
- Las variedades de vino, de bayas j ugosas que se prestan al pren sado: G arna­
cha, M erlot, S yrah , C ariñen a, C abernet sau v i g n o n , M elon , Gamay, C h ar­
donn ay . . .
- Las variedades de mesa, d e racimos suel tos, con bayas bastante gruesas, con
pulpa cruj i ente y de piel re si ste n te : Datti er de B eyrouth, Ital i a, C ard i n a l . . .
- Las variedades destinadas a l secado , de bayas generalme nte api renas (si n
pepi ta) y pulpa bastan te con siste n te : S u l tan i n a ( B ) , Cori nto (N), Pe rlette,
au nque a veces de bayas con se m i l las como e l Mosc ate l de Alej an d ría y el
Rosak i .
S i n em bargo, ci ertas variedades tienen varios usos. E s el caso d e l Moscatel de
Alej andría que es uti l izado a la vez como uva de mesa, uva pasa, uva de v i no p ara
l a prod ucción de vino moscatel y de vino p ara dest i l ar y producir alcohol . La S u l ­
tan i n a perm i te l a prod ucción e n e l mi smo v i ñedo de uva de mesa, uva pasa y vi no
bl anco seco de sabor bastante neutro , siendo en parte e stos dos ú lti mos tipos de
producción dest i l ados p ara l a prod ucci ón de R akki (en Turq u ía) , del Ouzo (e n G re ­
c i a) o del Arak (en Oriente M edio).

3 . 1 . Variedades de vinificación: encepamiento de los viñedos de


Francia

3 . 1 . 1 . Encepamiento de Alsacia
Caracteriz ados por su frescura, su frutosidad delicada y su bouquet suti l , los
v i nos de Alsaci a L levan general mente el nombre de las variedades de donde proce­
de n ; con la excepción del P i not noir, que e s v i n i fic ado en rosado, las variedades
son todas v i ni fi c adas e n b l anco.
Sylvane r : bayas esféric as verde s, p u n tead as con puntos pardos que toman un
color am ari llo dorado con buena exposi c i ó n ; vigorosa, medi anamente re si ste nte a
l as heladas de pri mavera y de i nvierno, desborra algunos d ías an te s que el Rie s­
J i ng ; maduración de seg unda época temprana, reg u l armente productiva, produce
un v i n o de una destacable fre scura, bastante ác i do , dotado de un fruto di screto
pero seg uro .
Gewürzt raminer : bayas de color rosa a rojo c l aro , es u n a forma amoscatel ada
de una fam i l i a de vari edades conocidas c o n e l nom bre de Trami ner o de S avag n i n
q u e i ncl u yen ti pos no aromáticos c o m o el K levner cultivado en e l B aj o Rin o como
el S avag n i n bl anco del J ura ; desborre precoz , sensi ble a l as heladas, maduración
de segunda época tardía , v igorosa pero poco prod uctiva, sen si b le al oidio, produce
=
un vino muy estructurado, de aroma especi ado (gewürz especi ado) que envuelve
la n ari z y l le n a la boc a .
48 MANUAL DE VITICULTURA

Riesl ing : v ari edad re n a n a por exce l e nci a , de b ayas pequeñ as, e sféri cas, de
c o l or verde c l aro a a m ari l l o dorado, con m anchas p ardas en p l en a m adurez ;
desbo rre tard ío , m aduraci ó n de seg u n d a época pero más tardía que S y l van er;
muy c u l tivada ta m b i é n e n A l e m an i a y e n Europa centra l ; se nsi ble a l o i d i o y a la
podred u m bre g r i s, c apaz de m ad u rar c o n baj a t e m p e ratura; c u l ti v ad a e n l as
m ej ore s si tuacio n e s ( l ad e ra s b i e n expuestas e n sue l o s de p i z arro sos o arc i l lo ­
sos) , produce un v i no fi no y con cl ase q ue d a u n b ou q uet ag rad able de fru tos i ­
d ad d e l i c ad a , u n c ue rpo y u n a aci de z bastante pro n u nc i ad a pero extre m ada­
m e n te fi n o .

Sylvaner Riesling

F igura 3
Variedades alsacianas.

P inot blanc: forma b lanca de l Pi not noir, c apaz de dar resul tados destacab les
e n situaciones medi as, su vino asoc i a fre scura, fi nura, cuerpo y suavi dad ; el P i not
b l anc está a men udo asoci ado a l Auxe rrois; estas dos variedades forman la parte
más i m portan te de los v i n o s de base de la D . O . Cré mant de A l sac ia .
Pinot g ris o Tokay P inot gris es una forma g ris del P i n ot no ir, no es ori g i nario
de Tokay ( H u ngría) , prod uce uno de los m ejores vinos de A l saci a, el aro m a puede
ser flora l , acercándose a la v i o leta, de fruto seco o de ave ll ana; este v i n o se con­
v i e rte en espirituoso cu ando proviene de uvas m u y maduras.
M oscatel bla nco d e g ra n o m e n u d o : o M o scatel de A l saci a, e s l a m i s m a
varied ad q ue l a q ue s e encuentra en l a reg ión meridional ( e n Fronti g n an o e n Rive­
saltes) p ara l a p rod ucción de v i nos d u lces n aturale s; en Alsacia es ge neralm ente
dem asi ado tardía; produce un vi no bl anco seco afrutado y amoscate l ado, pero lo
más frecuente es que e sta v ariedad e sté ree m p lazada por el M u scat Ottonel de
m ad uración m ás p recoz pero de producción muy caprichosa.
Pinot noir: prod uce un vino tinto agrad able capaz de e nvejecer y sobre todo
un rosado afrutado agrad able.
LAS VIDES CULTIVADAS 49

3 . 1 . 2 . E ncepamiento de Champaña
El encepa m i ento ha e stado reg l amen tado por la Jey de 1 927 que e stab leció Ja
l i sta de variedades que pueden ben efici arse de la deno m i n ación Champaña: P i not
n o i r, C h ard o n n ay y M e u n i er se reparten apro x i m adamen te cada una u n terc i o
so bre e l conj u nto de l as su perfic ies e n producci ó n , y d o s viej as varied ades locales
que no ex i sten m ás q ue en cantidades i n si g n i ficantes: Arban ne y Pe tit meslier.
P inot noir: ha sido cu l ti vada desde siem pre en Cham paña, es l a m i sm a varie­
dad que l a que permite l a producción de l os grandes vi nos de B orgoña; será e stu­
d i ada en esta reg ión ; m aduración de pri mera é poca, podada en cordón Royat, se
encuentra sobre todo en los m ej ore s pagos de la montaña de Rei m s , aportando al
champán cuerpo , vigor y p resentac ión .
Meunier o Pinot meunier: brote y hoj as jóvenes al godonosas, de hojas rasga­
das profu ndamente por senos lateral es cóncavos, de raci mos peq ueños a medi os,
de bayas esféricas n egroaz u l adas con z u mo blanco; desborre tardío, m e nos sensi­
ble a las helad as que el Pinot noir; m aduración de pri mera época, se poda e n 3-9-6
(poda del valle de la M arn e), sen sible al oidio y a la podredum bre gris; productiva,
v i ni :fi c ad a en bl anco, produce un v i no menos fi n o , menos ácido y envejece m ás
rápido; c ultivada so bre todo en el val le de la M ame y en situaciones de m al a expo­
sición y en las zonas baj as.
Chardonnay: vari ed ad b l anca, l l am ada a veces P i n o t b l anc (pero no e s u n
P i no t ) , P i n o t b l anc C h ard o n n ay o i n c l u so B l anc d e C ra m a nt, d e l n o m bre d e l
vi ñedo considerado como el mejor pago de l a ladera d e l a s uvas blancas; rac i m os
pequeños, co mpactos, de bayas e sfé ricas o li geram e nte o b longas, de color amari l l o
a m b arino al sol ; m aduración de pri mera é poca tardía, un poco después que el Pi not
noir; poco férti l , se poda largo ( poda de Chab l i s ) ; sen sible a m i ld i u , a oidio y a
mi l leran d age; do m i n a en la l ade ra de los bl ancos donde está ex puesta al Este pues
teme los v i e n to s q ue v i e n e n del Oeste , productiva o m ed i an a m e n te producti va
seg ú n l a c arg a y e l v i go r de l as v i ñ as, aporta a l c ha m p á n fi n ura y e legancia.

3 . 1 . 3 . E ncepamien to d e Borgoña
E l v i ñedo de B orgoña se extiende de N orte a S ur sobre los departame ntos de
Yon n e (Chab J i s) , de la Cote d ' O r (Cóte de Nuits y Cóte de B eaune), de l S ao n a y
L o i ra ( re g i ones de M ercu rey y M acon n ai s) , y de l d i strito de Vi l l e franche-su r­
S aone en el Ródan o ( B eauj o lais) .
La un i dad ampe lográfi ca de esta vasta región es notab le :
- el encepam i e n to tinto compre nde el Pino t noir para todos l o s grandes v i nos
tintos y rosados de la Cote de N u i ts y de la Cóte de B eau ne y el Gamay noir
de zumo b l an co p ara e l B eauj ol ai s, el M acon tinto, e l B orgoña corri e nte y e l
B orgoña de gran cali dad,
el encepamiento b l anco comprende el C hardonnay para los grande s vi nos de
Chablis, de l a Cóte B eaune y del M acon n ai s, y el A l i goté p ara el B orgo ñ a
A li goté .
Pinot noir o Pinot negruzco, l l amado Burgunder en A lemania: desborre pre­
coz , lo q ue le h ace sen sible a las helad as de pri m avera, m aduración de pri m era
época; bastante v i gorosa y poco férti l , conducida con poda corta ( vaso) o con poda
larga (Guyot si m p le), con densi dad de p lantación e l evada, se n si b le a l a podredu m ­
bre g ri s; un a de l as v ariedades m ás po l i morfas, siendo l as cuali dades eno lógicas
50 MANUAL DE VITICULTURA

Pinot noir Chardonnay

Figura 4
Variedades de Champaña y de Borgoña.

m u y vari ables seg ú n el ti po; la selecc ión clon al ha perm i tido con servar ú n icamente
los mej ores clones ad aptados a los d i fe re ntes terrenos; prod uce u n v i no t i n to de
gran calidad , destacable por su bouquet que adqui ere todo su valor en los terrenos
calcáreos sufi cientemente arci l l osos de l as laderas bien expuestas de B orgoña; sus
productos pierden su d i stinción e n los c l i mas más cálidos pero g uardan su fi nura
en las situacione menos so l e adas co mo en Champaña, en Alsaci a, so bre las ori l l as
alemanas del R h i n , en S uiza.
Gamay noir de zumo blanco: variedad típica del B eaujolais; desborre precoz y
por tanto sen si ble a las heladas de pri m avera, y m adurac ión de pri m era época tar­
d ía; vigor medio, férti l , conducida en poda corta (preferentemente vaso) , con una
den sidad alta; los Gamays constituyen u n a población muy p o l imorfa , que i n c l uye
vari edades con pu l pa colore ada, den o m i n adas G a m ays ti ntoreras (G a m ay fréau,
G amay casti l l e) o se m i t i n toreras (G a m ay de B ouze, G a m ay de Chauden ay) ; el
G amay noir de zumo bl anco es el único que da u n v i no de calidad, con tal q ue el
rendi m i e nto n o sea exce si vo ; con trariamente a l P i not, su s m ej ores prod uctos se
obtiene n en suelo graníticos del N orte del B eauj o l ai s donde produce v i nos ligeros
afrutados, fi nos, fác iles de beber; variedad m u y cultivada fuera de l B eauj o lais, se l a
e ncuentra e n B orgoña, donde s u cali dad es m u y i n fe rior a l Pinot, en e l val le del
Loira para la el aboración de vinos ti ntos y de vi nos rosados, en el J u ra y en S aboya.
Chardonnay: l l a m ada B e aunoi s en C h ab l i s, A u ve rn at en el valle del Loira,
deno m i nad a si n razón Pinot blanc y P i not Chardo n n ay a veces e n Champaña; des­
borre precoz (antes que e l Pi not n o ir) , m aduración de pri mera époc a tardía ; vigo­
rosa y poco férti l , conduc ida con alta den sidad en poda l arg a (tipo Guyot si m p le ,
G uyot d obl e o si mple con arqueado muy pronunciado en M aconnais o en abanico
m ú lti p l e l l am ado poda de Chabli s); se n si ble al aborto de flore s y al m i l lerandag e ;
sen si b le a m i ld i u , oidio; prefiere l as tierras m argosas; produce l o s grandes vino s
b lancos de l a Cóte d ' Or ( M o n trachet, M e ursau l t . . . ) , de los pri meros grandes crus
b lancos de J a regió n de M e rcurey ( R u l l y) y del M aconn a is (Poui l l y-Fui ssé) y los
v i nos de Chab l i s e n Yon n e .
LAS VIDES CULTIVADAS 51

A ligoté : vari edad menos fi n a que e l Chardonnay; desborre precoz y madura­


ción de pri mera época; v igorosa y median amente férti l , conducida en poda corta o
l arg a; sen si b le a l m i l d i u y a l a podre d u m bre gri s ; p rod uce l o s grandes v in o s
corrie n te s de B orgoña, so lo o asoci ado al C h ardo n nay.

3 . 1 .4. Encepami ento del Jura


El vi ñedo de Franc he-Comté se local i za en el departa mento de l J ura alrededor
de C h ate au-Chalon , Arbois y É toi l e . C in co variedades se cul tivan p ara l a prod uc­
ción de vinos con D . O .
E n tre l a s vari edades tin tas, Poulsard es l a cepa n o b l e del vi ñedo de J u ra y l a
m á s i mportan te e n superficie; sen s i b le a las heladas de primavera (por s u desborre
p recoz ) , m ad u ración de seg u n d a época, se n si b le al c orri m i e n to por el ti e m p o
fresco y l as l l u vi as en floración , prefiere las pendie ntes bien ex puestas; poco pro­
ductiva, produce v i nos tintos del icados, alcohólicos, de un color de piel de cebo l la,
con u n bouquet de lici oso. L as otras dos vari edades tintas son Trousseau, vigorosa
y productiva, que da un v i n o rico en alcohol y de bue n a con servación pero menos
fi n o que Pou lsard , y e l P inot noir, l l a m ado Pinot fi no , v i ni ficado e n ti n to o a veces
en b l anco para dar con el Po u l sard u n vi no e spumoso .
E l e n c ep a m i e n to b l a nco c o m pre n d e e l Savagnin blanc, q ue produce l o s
afa m ados v i n os a m ari l l os de C h ate au-C halon y d e Arbo i s y c u yo e speso h o l lej o
p er m i te l a sobre m ad ur a c i ó n e n l a c e p a , y e l C ha rdonnay, l l am ad o G a m ay
b l anc o M e l on en el J u ra, qu e prod uce, asoci ado al S avagn i n , v i nos só li dos,
a lcohó l i cos, de l arg a conservación , y con el P i n ot n o i r v i n o s apto s p ara l a fo r­
m ac i ó n de espu m a .

3 . 1 .5 . Encepami ento d e Saboya


E sta región montañosa produce v i nos de D . O . plenos de personalidad (vi nos
de S aboy a, rou ssette de S aboya, e sp u m oso de S aboya, v i no de B ugey, C répy,
S eysse l ) a p artir de un e ncepamiento muy vari ado:
• Variedades b lancas:
- Jacquere es l a pri nci pal variedad de los v i nos b l ancos secos de S a boya;
su desborre es tardío y su m aduración e s de segunda época tardía; varie­
d ad prod uctiva, que da v in os de aromas flora les, l igeros, de consumo
j oven ;
- A ltesse o Roussette , variedad de segunda época tardía, poco sen si b le a l a
podred um bre g ris, permite vendi mias tard ías, prod uce , sol a o asociada a
C hardon n ay o a M o ndeuse b l anca, bien vino b l anco seco p le no de aro­
m as, bien un v i n o bl anco d u lce , burbujeante o espu moso ;
- Fendant, nom bre que s e le da a C hasselas, e s l a vari edad de l a denomin a­
ción Cré py, en la ori l l a del l ago Lé m an t;
- Roussanne o Bergeron, G ringet y Molette blanca comp letan el e ncepa­
miento de los v i nos b l ancos.
• Variedades tin tas: Mondeuse (todavía l l a m ada M o lette negra , M outeuse, o
M ondouze) es la vari edad autócto n a, de desborre tardío y m adu ración de
segun d a época, produce u n vino ácido y de baj a graduación y a q ue se c ultiva
en una situación poco favorable para l a maduración de l as uvas, pero puede
dar u n vino de cali dad, apto p ara e nvejec i m i e nto , si l as cepas e stán bien
52 MANUAL DE VITICULTURA

expuestas y ti enen un re ndi mien to li m i tado . Gamay noi r y Pi not noir com­
p le tan actualmente e l conj u n to v ari etal ti n to .

3 . 1 .6. Encepami ento d e la región del Ródano


L as varied ades de e sta región son n umerosas, están re l ac ionadas con l a mayor
parte del e ncepamiento del viñedo meri di onal .
No obstan te , el encepam i e n to de C 6te s-du- R hone septen trional i ncluye u n a
so la variedad para l os v i n o s tintos de C6te-Rotie, He rm i tage, Crozes- Hermi tage,
S ai n t-J osep h, Comas (S yrah) y como m áx i mo dos vari ed ade s para Los vinos b l an­
cos de Condrieu y Chate au-Gri l let ( Vi og n i er) , de S ai nt-Peray, S ai nt-Joseph y Her­
mi tage ( Roussan n e y M arsann e ) , de C l airette de Die (C lairette y Mo scatel b lanco
de grano men udo, todavía l l a m ada M oscatel bl anco de Frontignan ) .
Al contrari o , e l e n cepamiento d e C6tes-du-Rhone meridional (Chateauneuf­
du -Pape, Gigondas, Tav e l , L irac . . . ) , i nc luye u na m u l ti tud de variedades para adap­
tarse a l as d iferente s condiciones pedoc l i máti cas y a las var i aciones c l i máticas de
l as cam pañas, en tre l as cuales se di stin guen :
- las variedades tin tas: Garnacha ti nta, S y rah , M o n astre l l , C ari ñena, Cou­
noise , Picapo l negra, Terret noir, C i n saut, M usc ard i n ;
- las va riedades b lancas : C l ai rette , R o u ssan n e , M a rsan n e , B ou rbo u l e n c ,
Viog nier, U gn i b l anc, Garnacha b l anca.
Syrah: v ariedad ti n ta de calidad , trad icional en C6tes-du-Rhone y e n expansión
en e J viñedo meridi onal para J a producción de vinos mo novarietales y VQPR D ; des­
borre tardío , maduración de seg unda é poca; conducida tradic ion almente en pod a
l arg a pero a veces en poda corta con los c lones q ue son más prod uctivos; prod uce
vinos con cuerpo , ricos e n color, con un bouq uet co mplejo básicamen te afrutado y
floral (violeta, casi s, frambuesa, especi as) ; se cultiva so la en C6tes-du-Rhone sep­
tentrional p ara l a producción de los grandes v i nos de C6te-Rotie, Hermi tage, Cor­
n as, S aint-Joseph .. ., o en Lang uedoc-Roussi l lon para la producción de vinos mono­
varietal es; en otros casos, S yrah se asoci a con otras variedades.

Figura 5
Syrah.
LAS VIDES CULTIVADAS 53

Viognie r: vari edad b l anca d e c a l i dad, uti lizada so la e n l as D .O . Condrieu y


C h ate a u - Gri l l e t ; con pro b l e m a s de corri m i e n to , poco fé rti l , podada e n varas
( an;on ) , empalizada so bre postes, cu ltivada e n terraz as en l as D .O . ci tad as ante ­
riormente, produce v i nos b l ancos m u y fi nos, con cuerpo y d o m i n anci a de vio leta.
Está p rese n te también e n C otes-du-Rhon e m eri d i o n a l y tiende a extend erse en
L ang uedoc par a la producción de v i nos monovarietales.
Marsanne: vari edad blanca asociada a men udo a R oussanne en el encepa­
m i e n to de C otes-d u - R hone septentrional y de S abaya, b ase de l as D . O . S ai nt­
Péray, S ai nt-Jose ph , Herm i tage, Crozes - H ermitage ; m aduración de tercera época,
vigorosa; conducida en poda corta; variedad m ás prod uctiva que R oussanne, da
v i no s l i gera m e n te pe rfu m ados qu e n o son de tanta cali dad ( m enos bouquet y
fi n ura, e nvejecimi ento m ás rápido) que los de Roussanne; en l a región meridional,
en situación m ás cálida que en C6tes-du - R h6ne se ptentrional, e sta variedad carece
a veces de aci dez , y de be ser reservada prefere n temente a suelos bastan te bien a l i­
m e ntados e n ag ua; c o n l a excepci ón de ci ertos p agos y de v i ni fic ac ión particular,
M arsan ne con sti tuye m ás bien u n a base p ara m e zc l ar.
Roussanne : ligeramente m ás precoz ( m aduración de segunda época) q ue M ar­
san ne, es una variedad poco prod uctiva, sensible a la sequ ía y a la podredum bre
gris; prod uce vi nos en general bien equi l i brados, poderosos y generosos, de gra n
potencial aro m áti co.
L as demás variedades son estudiadas con el encepamiento del v iñedo med i te ­
rráne o.

3 . 1 . 7 . Encepami ento del viñ edo mediterráneo


E l vi ñedo abarc a los departa m e ntos del l i toral medi terráneo, fo rmando de
Oeste a Este, l as zonas de R osel lón, Lang uedoc, C6te s-du - R h6ne sur, Provenza y
Córceg a. Es u n v i ñedo an tiguo en que e l encepamiento autóc tono (Ci n saut, C l ai ­
rette, Pic apo l , A u bun) ha sido do m i n ado progresivame n te a lo l argo d e l o s siglos
por la s variedades i m portadas de España (Cariñena, G arn acha ti nta, M on astre l l ,
M orraste l . . . ) y de I t a l i a ( U g n i b lanc) . Este v iñedo s e beneficia d e condiciones c l i ­
máticas más favora bles a la m ad uración de la u v a que l as otras regiones francesas.
A l l í se encue n tran variedades de v i n i fic aci ón de m aduraci ón de segunda y tercera
épocas y la m ayoría del v iñedo de producción de uva de mesa.
E l encep amiento del M idi está en p lena evol ución para ad aptarse a las conse­
cuenci as de los cam bios po l íti cos, económ icos y de hábitos de con su m o . E l ence­
pamiento no se orienta h acia la prod ucción de vino de mezcl a , sino al contrario ,
h acia vi nos be bib les t a l c u a l , de v i n os perso n ali z ados p o r la variedad y e l terroir
( vi n os del país) y haci a la prod ucci ón creciente de vi nos de D .O .

3. 1 .7. 1 . Variedades tintas

Cariñena: l l a m ada m adera d ura, orig i n ari a de C ariñena en Aragón (Españ a)


donde se l lama M az uela de la Rioj a ; desborre tardío, mad uración de tercera época
tardía, vi gorosa de porte erguido, se poda en pu lgare s y le va bi en la poda e n vaso;
muy sen sible al oídio, sen sible al m i l di u y a la podredum bre gris, productiva en
llan ura, medianamente p rod uc tiva en l aderas; prod uce u n vino con cuerpo, rico en
alcohol, co l oreado , a vece s dem asi ado tánico, astringente con cierto am argor a
menudo, poco agradable; a menudo asoci ado al vino de otras variedades (Aramo n ,
54 MANUAL DE VITICULTURA

C i n saut, G arn ac h a) y a variedades mejora n tes, origin arias del S u r-Oeste (M erlot y
C abernet sauvig non) o del valle de l Ródan o (S yrah ) ; variedad de calidad asoci ad a
a G arnacha e n l a D .O . Fitou, y a Garn acha, S yrah y M on astrel l en l a D . O . C6te s­
du- Rh6ne ( m áx i mo 30% ) .
Garnacha tinta : vari edad por exce lenci a d e las reg iones medite rráneas, exi ste
baj o diversas formas ( ti n ta, gri s o blanca); ori g i nari a de A ragón donde l leva el
nom bre de garnatxa, convertido en granaxa en Cata l uña, y después gre n ache en
francé s; desborra de spué s de Aram on pero a n tes q ue C ari ñena; a pesar de su porte
erguido resiste bien la seq u ía; es u n a variedad sen si b le al corri m i e n to para e stable­
cer e n terreno pobre ; debe ser podada corta, pues es fructífera; es muy sen si b le a la
yesca; maduración de te rcera época, vigorosa, se n si b le al mi ldiu y a la podredu m ­
br e gris; da u n v i n o c o n cuerpo , su ave y a lcohólico, sensible a l a oxidación , que
tom a e l g usto a ran c i o al envej ecer. C u lti vad a sobre todo e n el R o se l lón y en
C 6tes-du-Rh6ne, se de sarro l l a e n Langue doc en razón de sus cual idades organo­
lépticas y de la se lección de c lones menos sensibles al corri m iento, asoci ad a en el
encepamien to de v i nos VQPRD y vinos de m e sa a C ariñena, C i n saut, Aram o n ; l a
G a rn acha t i n t a perm i te obtener vi nos du lces naturales ( B any u l s, M aury, etc . ) y
v i n o s tin tos secos, ricos e n alcoho l , g e ne rosos ( D . O . C h ate au n eu f- d u - P ap e y
C 6tes-du-Rh6ne) así com o rosados (D . O . Tave l y C h usclan).
C insaut (o C i nsau l t) : variedad con dos desti nos, de n o m i n ada guiñada para la
producción de uva de mesa; vari edad de desborre tardío, m aduración de seg u nd a
época tard ía, p or l o tanto más precoz que C ariñena y G arnacha ti nta; vi g o r medio,
porte abierto , es podada e n pulgares (en vaso o en cordón d e Royat) ; se n si b l e al
m i ldi u , al oídio y a l a podredu m bre gri s, m uy sensi ble a l as p l ag as; produce uva de
m e sa de calidad pero sensible al transporte ; producción medi a en l aderas donde da
un v in o fi no , bastan te alcohó lico que aporta suavidad a C ariñena y a Garnacha a
l as que e stá asoci ado; producción el evada en llan ura donde el vi no es poco alcohó­
l ico y poco coloreado, sin carácte r. Form a parte del encepami e n to de n u merosas
D . O . merid i o n a l e s (Coteaux du L a n g u e d o c , C h ate a u n e u f- d u - Pape, C6te s-d u ­
R h6ne . . . ) .
A ramon : variedad prod uctiva m u y cu l ti vada en l lanura, era l a dominan te en e l
B aj o Languedoc para la producción de vi nos de mezcla; desborre precoz , madura­
ción de te rcera época, férti l , se conduce e n vaso y en pod a corta; se nsible al m i ldi u
y a la podred u m bre gris ; v i gorosa, porte abierto, m uy productiva, da un vino de
consumo corri e n te de dé bi l grad uación en l lanura , pero de m ejor cal i dad e n coli­
n as. Su cu ltivo está en fuerte regresión , siendo ree m p l az ada, seg ún los sectores,
por Garnac ha y l as variedades m ej oran tes.
Monastrell: variedad de origen español; desborre tardío , p articu larmente i n te­
resan t e en las si tuaciones problem áti c as de heladas, m aduración de tercera época;
porte erguido, conduc i d a e n vaso , bastan te sen sible al m i ldiu y al oidio pero resi ste
b i e n l a podre d u m bre g ri s ; p o c o p rod u c t i v a , sop orta l o s c l i m as c á l i d o s p ero
req uiere suelos profu ndos; prod uce u n v i n o de bue n a c al i dad , con cuerpo, aro m á­
tico, co loreado , u n poco duro al principio pero apto para envej ecer; de c u l tivo l i m i ­
tado porque s u i nj erto e s difíci l ; varied ad d e calidad q u e s e e ncuentra en l as D .O .
B an do ! , C assi s, C6te s d e Provence . . .
Aubun : variedad ti n ta, cu l ti vad a e n e l val le d e l R ódano, l a A l ta Provenza y e l
L ang uedoc, bastante próxi m a a Counoise , pero s e d i sti ngue por u n desborre y u n a
m ad ur ación (tercera época) m e nos tard ía; variedad vigorosa, bastante prod uctiva,
resi ste n te a l as hel adas de pri m avera, al oidio, al m i ld i u y a la podred u m re gris.
LAS VIDES CULTIVADAS 55

Te rret noir: forma J a m ás cultivada d e las terret ( te rret gri s, terret blanc, te rret
bourre t), desborre tardío y m ad uración de tercera época; vi gorosa y medianamente
productiva, se n si ble al corri m iento , al oidio y al m i ld i u pero parece poco sen si b le a
la podred u m bre gri s; produce un v i n o poco coloreado, fresco y li gero asoci ado a
me nudo con los de G arn acha y de M o nastre l l ; forma parte del encepami ento de l as
D . O . C hateauneuf-du-Pape, C6tes-d u-Rh6ne, Coteaux-du-Lan guedoc . . .
Otras variedades son cultivadas e n l a región meridional pero n o cu bren m ás
q ue peq ueñas su perficies (Picapol negra, Ti bour e n ) .
E n Córceg a, j un to a l as variedades d e l M i di , s e encuentran variedades locales,
base de los v i nos de D . O . :
Nielluccio : e s l a S angiovese de Tosc an a c u l tivada en la región de Chianti e n
Italia, d e desborre precoz y m aduración de tercera época; variedad q u e domina l a
D .O . Patri monio, v i n i fi cad a e n t i n to o e n rosado, a menudo asociada a u n poco d e
G arn acha o de C i n sau l t; e l v i n o posee u n a gran fi n ura, u n grado elevado pero con ­
servando u n a buena acidez .
Sciaccarello: cuyo n o m bre sign i fica «cruj i en te bajo el d i e n te » , es una variedad
ti n ta de de sborre tardío y m aduración de tercera época; cultivada so bre todo en L a
reg ión d e Aj accio y d e S arte ne , l o s v inos son med i an a mente coloreados, pero m u y
aro m áticos, fi nos y di sti ngu idos.
Ve rmentino : l l am ada M alvasía o M a lvoi sia, vari edad que fue muy c u l tivada
en los vi ñedos europeos q ue bordean e l M edi terráneo; variedad b l anca, de m adura­
ción de tercera é poc a; recolectad a u n poco más tarde, e l contenido en azúcares de
l as uvas aumenta tan de pri sa co mo su acidez c ae, J o que perm i te el aborar grandes
v in os li corosos ( M avasía de L i p ari ) o vinos «passeri l l és» (C ap Corse ) .
Se está p roduciendo a partir de los años se tenta una p rofunda evolución d e l
encepamiento meridional c o n i m portan te s pl an taciones d e M erlot, C abernet sau­
vignon , S y rah , C h ardonn ay . . .

3. 1 .7.2. Variedades blan cas

Garnacha b lanca: forma b lanca de la G arnacha ti nta con l as m i smas exigen­


c i as ecol ógicas y apti tudes agro n ó m i cas; cul tivada sobre m i l l are s d e hec táre as,
desde el Rosel lón hasta el valle de l Ródano; prod uce graduaci ones elevadas y ac i­
deces general mente dé bi les; e l v i n o de G arnacha b l a nc a es partic u l armente se nsi­
ble a l a oxidación ; l as precauciones en e l momento de l a recol ección y durante el
transporte de uva, el co n tro l de te m peraturas ( 1 7 - 1 8º C ) du ran te la fermentaci ón y
l a protección d e l v i no duran te la con servación permi te n m an tener l a estructura aro­
mática, en verdad poco i n tensa pero de bue n a com p l ej idad , co mpuesta de notas
florales, afrutado de carne bl anca. Esta vari edad perm i te producir vinos bl ancos
secos, fi nos y li geros, y a que l as u vas son recog idas precoz mente (para conse rvar
un buen nivel de acidez) ; recolectada más tardíamente , su v i n o aporta a lcoho l y
estructura a los v i nos b l ancos secos meridionales; pero esta variedad tradicional­
mente se uti li z a para l a e l aboración de v i nos dulces n aturales, so bre todo de ti po
rancio ( a c ausa de su aptitud h ac i a la o x i daci ón ) .
Clairette: variedad b l anca ( a veces rosa) , con d o s desti nos; l l a m ada ta m bi én
B l anquette en A ude (no confundir con B l anq uette de L i moux q ue es M auz ac) ; des­
borre bastante tard ío , m aduración de tercera época; v igorosa y de porte erg u ido, se
debe c u l tivar con prefere ncia en los sue los pobres o secos, e i nj ertar sobre portain­
jertos débi les por su se n si b i l i dad al corri m i en to , se pod a e n v aso a u n a o dos
56 MANUAL DE VITICULTURA

y e m as, se nsi ble al mi ldiu y a la poli l l a del rac i m o , poco sen si b le al oidio y a la
excoriosi s; produce u n vino con cuerpo rico en alcohol si los re ndi mientos perma­
necen moderados; prod uce con el M o scatel b l anco u n vino espumoso especial,
C l airette de Die, que rec uerda al Asti e spu m a n te ; variedad de los v i nos b l ancos de
D .O . C l airette -de - B e l l egarde y C l airette-du- Languedoc; y fi n a l men te en tra en el
encepamiento de los v i nos de l as D .O . C assis y B ando l .
Moscatel blanco de grano menudo: variedad típicame nte m e di terránea, se
encuentra so bre todo e l l i toral , en Turqu ía ( bornova mi sketi ) , en Greci a (samos) ,
e n Itali a ( asti spu mente) , en Francia (VDN Frontignan, R i vesaltes, L u n e l ) ; desbo­
rre precoz y maduración de seg unda época; vigor débi l a m edio, porte abierto , se
poda en vaso ; produce un v i n o amosc ate lado y alcohólico; u ti l izada so la para la
e l aboración del VDN M u scat de Frontig nan , e stá asoci ada al M oscate l de A l ej an ­
dría para la prod ucción de M u sc at d e R i ve sal tes y a C l aire tte para la producción de
D . O . C l ai rette-de- D i e . H ay que destacar q ue e l M o scatel de A l ej andría es u n a
variedad de maduración tardía, menos fin a q u e el M o scatel de grano men udo y q ue
se uti li z a como uva de mesa y para pasas en otros paíse s medite rráneos.
B ourboulenc: vari edad de ciclo l argo , que desborra pro n to y m adura tarde
( tercera época) ; vigorosa y rústica, se n si b le al m i ld i u ; de e stado san i t ario (virus)
defectuoso por el momento; variedad p rod ucti va q u e debe ser cu ltivada e n los
pagos precoces para q ue sus uvas al cancen una buena maduració n ; se encuentra en
Provenza (D.O. B andol, C assi s, Coteaux d ' Ai x -e n-Provence) así como en Langue ­
do c (Corbieres, M inervois, C l ape ) .
Ugni blanc : vari edad de origen i tal i ano do nde es l l amada Trebbiano toscano o
Trebbiano flo ren tino, cultivada en P rovenza ( si n . Cl airette de granos redondos);
de sborre tardío, lo que la pre serva bastan te a menudo de l as hel adas pri mavera les,
aunque se n si b le a las heladas de i nvierno; m aduración de tercera época, muy vigo­
rosa, conducida en vaso en poda corta, los pám panos son muy sensi bles al vi ento ;
bue n a v ariedad de prod ucción abundante y reg u l ar en el M idi donde da u n vino d e
mesa alcohólico y poco ácido, de gusto neutro, mezc l ado a menudo c o n Clairette,
G arn ac h a bl anca o M o scate l . En tra en el encepamiento de las D . O . de L anguedoc
(Costieres-du-Gard, Coteau x - du - L an g uedoc) y de Prove n z a ( B ando l , Cütes de
Provence , Cassi s, Cütes-du-Ventoux).
O tras vari edades b l ancas son c u l tivadas en el M i di medi terrán eo: Garnacha
bl anca, Garn acha gri s y M ac abeo en el Rosel lón para l a producción de V D N , Ver­
mentino o M al vasía de Córcega que da v i n o s b l ancos secos, muy eq u i l i brados y
fi nos.

3 . 1 . 8 . Encepami ento del Bord elés


E l v i ñedo de B urdeos se si túa en el departa mento de G ironde, en l as proxi m i ­
dades de los c ur sos del G ironde, del Garo n a y del Dordoña.
El encepamiento del B orde lés i ncluye vari edades au tócton as: M erlot, C abernet
franc, Cabernet sauv ignon , C üt y Petit verdot en tre las tintas; S é m i l lo n , S au vig ­
n o n , M u scadelle e n tre l as b lancas.
Los v i n o s de B urdeos se obtienen de l a mezcla de los vi nos de diversas varie­
d ades. L a proporción d e vari edades varía segú n l as zo n as de denom i nación y los
cru s ; así, Cabernet sau v ig non dom i n a los gra n d es c ru s d e l M édoc y, por con tra,
M e rlot es la pri ncipal vari edad de los mej ores c ru s de S ai n t- É m i lion y del Pome­
ro l .
LAS VIDES CULTIVADAS 57

Figura 6
Variedades del viñedo mediterráneo.

1 . Aramon 4. Cinsaut
2 . Cariñena 5. Clairette
3. Garnacha 6. Alicante - Bouschet
58 MANUAL DE VITICULTURA

muscadet B cabernet franc N


gros plant B grolleau N
chenin B chenin N

sylvaner B
gewurztraminer
nesllng B
p1not B
p1not g ris
chasselas B
muscat B

ugni blanc

sémillon B
sauvignon B
muscadelle B
merlot N marsanne B
carbernet franc N roussane B
cab. sauvignon N syrah N
g renache N

ugni B
juranc;;o n B
22 A baco B
mauzac B
mauzac B muscat B
piquepoul B A Reynier
chasselas B

F igura 7
Encepamiento de las regiones vitícolas francesas.

3. 1 .8. 1 . Variedades tintas

Me rlot: desborre precoz, sen si ble a las he ladas de pri m avera, m aduración de
seg unda época (antes q ue los C abernet y después que Cüt) ; vigorosa y prod uc tiva
e n ause ncia de corri m i e n to , a l que es muy sensi ble; se nsible a l a podredum bre
gri s; conducida en poda l arg a ( poda Guyo t) ; sus v i nos son mezcl ados con los de
Cabernet sauvignon y C abe rnet franc, a los cuales aporta riqueza alcohól i c a, doci ­
l i dad y suav id ad ; prod uce v i nos m ás l igeros sobre a l uviones, aren as o gravas fi l ­
trante s y v i nos con cuerpo , coloreados y m á s tánicos sobre suelos arci l l osos, argi ­
localcáreos o gravas arci l l osas (S aint- É m i l i o n , Po mero l ) .
Cabernet sauvignon: variedad noble de l B ordelés q u e se extiende en l o s otros
vi ñedos del S u r-Oeste del M i d i ; desborre y m aduración m ás tardíos q ue Cabernet
franc y so bre todo que M e rlot; se n si b l e a excori osi s, desecación del raspón , y
oídio, poco sensi ble a la podredum bre gri s; aporta al v i n o cuerpo , bouquet y longe­
vidad ; asoci ada a M erlot y a C abernet franc e n proporciones vari ables seg ú n l as
zonas de prod ucción y los c rus, do m i n a en los crus m ás prestigiosos del M édoc ;
LAS VIDES CULTIVADAS 59

variedad de producción reg u l ar y rarame n te excesiva; s e adapta bien a l o s suelos


are nosos de gravas, que se secan rápidame n te , y a ciertos suelos calcáreos superfi ­
ci ales donde l as v i ñ as encue ntran cond i ciones propi c i as p ara u n buen fin a l de
maduración , lo que e s ind i spensable para que pu eda expresar sus cualidades y su
tip ic id ad ; recol ectada m adura , con rendimiento moderado, el v i n o de Cabem et
sauvignon es muy aro máti co mientras es j oven , rico en alcoho l y buenos tani nos,
que favorecen su mej ora en barri cas.
Cabernet franc : v ari edad que se encuen tra en todo el Oeste vi tíco la, l l amada
B ouchet en S ai nt- É m i l i o n , B ouchy e n los Pirineos atlánticos, B reton e n e l val le
del Lo ira; mad uración de segu nda época, e n tre M erlot y C abernet sau v i g n o n ;
vi gorosa y bastan te prod uctiva pero c u y a producción e n l a s viñas viejas es bastan te
i rreg ul ar, inconvenie n te que desaparece con las p lantas se leccio nadas; sen si b le al
oídio, poco sen sible a l a excoriosis y a la podredumbre gris ; vi n i fi cada so la pro­
duce, en el val le del Lo.ira, un v i no ti n to su ave, con cuerpo y con un bouquet espe­
c i a l , l i berando un aro m a de fram b uesa (B o urg ue i l , S ai nt-N icolas de B ourg ue i l ,
C h i n on ) ; e n e l B orde lés e stá asoci ada a M erlot y a C abernet sauvignon , aportando
fi n ura y larg a conservac i ó n ; su producción en e l e n cepamie nto q ueda siem pre
l i mitada al 20-25% como máximo en S ai n t- É m i li on y Grave s, donde se cu ltiva
fun damentalmente.
Cot: todav ía deno m i n ada M al bec o Pre yssac (en S ai n t- É mi l i o n ) , variedad
menos cultivada que las precede n tes en razón de la calidad medi a de sus v i nos y de
su sensibi lidad a l corrimiento y a la podredu mbre gris; por contra, es l a p ri nc i p al
variedad del v i ñedo de C ahors donde es ll amada Auxerroi s; variedad de desborre
precoz y mad uración más precoz que las ante riores.
Petit verdot: antigua variedad del B ordel és que madura muy tarde, man te ­
nie ndo una elevada aci dez, es uti li zada e n asociación c o n los C abernet e n M édoc;
se cultiva poco.

3 . 1 .8.2. Variedades blan cas

Sémillon : variedad b l anca, menos c u l ti v ada q u e en o tras épocas, típica d e l


B ord e lé s y v i ñedos l i m ítrofe s ; m ad u rac i ó n de seg u n da época ( an t es q ue l as
vari e d ades ti n tas) , vigorosa, fé rti l , con ducida en vaso (en S a uternes) o con pod a
Guyot ; sen s i b l e al m i l d i u al comi enzo d e l c reci mie n to , desarro l l a bien l a p od re ­
d u mbre n o b le p ara l a e l aboración de v i n os l icorosos ( S auternes, B arsac, M on ­
b az i l l ac . . . ) ; mezclada con S au v i g non b l anc si rve tam b i é n para l a e l aborac ión d e
v in os b l ancos secos (Entre-deux - M e rs, Pre m i e re s-cótes-de-B ordeau x , G raves,
e tc . ) ; si em pre se aso c i a con otras vari e d ad e s , p u e s sola c are c e de nerv i o y
carácter.
Sauvignon: vari edad q ue se encuen tra tam bién en el valle a l to y med io del
Loira (S ancerre , Poui l l y -sur-Loire , Tourai ne ) ; cu ltivada en e l B ordelés, bien p ara
la el aboración de un vino basado en S a uvignon, o bien, más general m e n te aso­
c i ado con otras variedades ( S é m i l lon y M uscade lle) para l a elaboración de v i nos
bl ancos frescos y secos (Entre-deux- M ers, B layai s . . . ) , o vinos b lancos secos de
cri a n z a (Graves) o vino li coroso (S auternes, Loupi ac , B a rsac . . . ); vari e dad de
madurac ión en segunda é poca, m e n o s fé rti l q ue S é mil lon, s e poda larga; se nsi b l e
al corrimiento , al oidio y a l a podredu m bre gris ; sometida a decadenc i a precoz por
euti pi osi s y yesca; variedad poco productiva, difíci l de cultivar pero que da v inos
de gran c l ase , con c uerpo y de color dorado.
60 MANUAL DE VITICULTURA

Muscadelle: variedad de desborre tardío, m adu ración de seg u nda é poca pre­
coz; poco v i gorosa y conducida con poda l arg a; sen si ble al m i l lerandage, a l as
pol i l las del rac i m o , al oi dio y a la podred u m bre gris; produce u n vino poco ácido,
li gera mente amosc ate lado, rarame n te se emplea sola, entra e n baj a proporción en
el encepam i en to de los vinos b lancos li corosos, de los vino s b l ancos du lces y de
l os v i nos b lancos secos.
Ta m bién se encuentran en el Borde lés diversas variedades bl ancas de menos
i m portanc i a: Colom bard e n e l borde de Ch arentes, y Ug ni b l anc en Entre-Deux­
M ers.

Merlot Cabernet sauvignon

F igura 8
Variedades del Bordelés.

Folle blanche Mauzac

F igura 9
Variedades blancas del Sur-Oeste.
LAS VIDES CULTIVADAS 61

3 . 1 .9. E ncepamiento del resto d e vi ñedos del Sur-Oeste


Esta ampl ia región, con no menos de diez departamentos, en tre el vi ñedo del
B orde lés y el v i ñedo de L ang uedoc, i ncl uye un mosai co de vi ñedos q ue se puede
su bd i v i d i r geog ráfi c amente en tre s sec tore s: l os v iñedos d e l G aro n a y de sus
afl ue n tes o del H au t- Pays ( B ergerac , D u ras, M armande , B uzet, Cahors, Fronton,
Vi l l audric, G ai l l ac ... ) , Armag n ac y e l v i ñedo pi renaico.
El e n cepam iento de ti po bordelés se encuentra c asi de form a idéntica en los
vi ñedos del B e rgeracois, de B uzet, de Cotes du M arman d ai s y de D uras. E n los
otro s v i ñedos, e l e n ce p a m i e n to c o m pre nde pri n c i pal m e n te variedades locales
como: p ara l os v i nos ti n tos, Tan n at e n M adi ran, C6tes de S ai nt-M ons y Tursan ,
Negrette en C6tes du Fro n tonn ais, Auxe rrois en Cahors, Duras y Fer servadou en
G ai l lac ; para l os b l ancos se encuentran Ug n i blanc y B aco blanc e n Arm ag n ac,
B aroq ue en Tursan , M an seng y Courbu e n J urarn;on y en Pacherenc-du-Vic-B i l h,
M auzac y Len de l ' el (lejos del oj o) en G ai l l ac .
Auxe rro is : n o m b re local de C 6t o M a l bec, pri nci pal varie dad d e l a s D . O .
C ahors e n Quercy e n l as pendi e n tes q u e do m i n an el valle d e l Lot; encuentra e n
dicha zon a l a s condiciones m ás favorab les para la ex pre sión d e s u s cualidades:
co lor, frutosi d ad y suav idad .
Juran�on noi r: l l a m ado Dame noire en Quercy, o Fo l le noire , variedad de
segunda época de m aduración , vigorosa y férti l , sen si ble a l a podredu m bre , da un
vi n o ti n to corriente , de gu sto franco y poco coloreado.
Mérille: tam b i é n de la fa m i l i a de los C6t, de segunda época de m aduración , da
un vino ti n to ordin ario.
Négrette : de l a fam i l i a de los C6t, culti vada en el val le del Garo na (Fronton,
Vi l l audric ) ; sen si ble a los p arásitos; proporciona aromas m u y c aracterísticos; su
dé b i l acidez ex ige que sea aco mpañada por variedades complemen tarias.
Vald iguié : de la fam i l i a de los C 6t, l l amada A ramo n de l S ur-Oeste o G ros
Auxerrois, de tercera época de m aduración ; poco sen si b l e al oídio, gran prod uctor
de vino tinto ord i n ario .
Tannat: variedad pirenaica d e desborre tardío, m aduración de tercera época,
prese n te so bre todo e n las zo n as de producción de la D .O . M adi ran , donde repre­
sen ta d e l 30 a l 50% del encepamie nto ; sen si ble al oidio, al mi l diu y a l a podred u m ­
bre gris; s e poda en l argo; vari edad prod uctiva q u e d a un v i n o m u y co loreado con
aro m as pri mari os de fram buesa; c argado de tan i nos, e l vino j oven es áspero ; se
suav iz a al cabo de varios años.
G ros manseng y Petit manseng: variedades b l ancas, cu ltivadas en e l áre a de
producción de la D . O . J u ran<;on ; variedades de tercera época tardía, Peti t manse ng ,
poco productiva, da l o s vi nos m ás destacados, s e mantiene en la cepa para con se ­
guir l a so bre m aduración de l as u v a s y l a elaboraci ó n de vinos su aves con arom a
típico d e frutos exóti cos; G ros m anseng, m ás prod uctiva, d a m ás bien u n vino seco
de calidad.
Mauzac: l l am ada B l anquette en Aude, variedad cu ltivada e n el S ur-Oeste y el
M id i , de maduración e n segunda época tardía, v igorosa y férti l , conducida con
poda en pulgares; poco sen si ble al oidio; prod uce vi nos b l ancos secos, grasos y
afrutados poco áci dos o v i nos b l ancos de base espumosos en Gai l lac en Tam , y en
L i moux (B lanquette de Li moux) en Aude.
Ugni blanc y 22 A Baco son las pri ncipales variedades b l ancas culti vadas en
Gers para la producción de Armag n ac .
62 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 1 . 1 O. Encepamiento del país de Cognac


El vi ñedo de C ogn ac e stá orien tado casi únicamente haci a la producción de
ag uardien tes de Cog n ac a partir de v ariedades bl ancas, de las cuales la pti nci pal es
U gni bl an c que represe n ta e l 98% de las superficies destin adas a la producción de
v i nos b l ancos. Las otras variedades b l ancas son Colom bard y accesori amente S au­
vignon, Fo J le bl anche y Juranc;on blanc. S auvig non b l anc y a no está autori z ada
desde 1 9 85 para l a producci ón de aguardientes pero su bsi ste p ara e l P i neau de
C hare n tes y el vino de mesa. Las vari edades ti ntas no repre sentan más que el 5 %
d e las superficies d e v i ñedo ( Merl ot, C abernet sauvignon, C abernet franc , C6t) .
Ugni blanc: es u n a variedad de ori gen meridional ; su desborre tardío no le
p roteg e si e mp re de l riesgo de las heladas pri m avera les; m ad uración de tercera
é poca, madu rando difíc i l me nte sus uvas en C h aren tes, pero es en dicha si tuaci ón
cuando da un vino poco alcohólico (7 a 9 % ) , áci do, muy apropiado para la desti la­
ción . Variedad vigorosa y prod uctiva (70 a 1 30 h l/ha de medi a regional seg ú n los
años) ; podada con m adera l arg a (Guyot si mple, doble o con arq ueado) o se m i l arg a
(cordones); conducido en viñas baj as estrechas o en viñas altas; muy se nsi ble al
m i ld iu pero bastante resistente al oí dio y a l a excoriosis, sus u vas n o son atac adas
más que muy tardíamente y muy débi l m e n te por la podred u m bre g ri s, lo que per­
m i te al v i tic u l tor pro longar l as vend i m i as si n au mentar l as pérdidas por Botrytis
c inerea; exce pcionalme n te , ciertos años tardíos las u vas son tocadas por l as hela­
das de otoño ( 1 9 80). E n C h aren tes, U g n i b lanc sirve si mu ltáneamente para la ela­
borac ión de vino desti nado a la desti l ación para la e l a boración de cognac, de vi nos
encabezados para la exportación , de v i n o b lanco seco y de P i neau de Charen tes.
Colombard : m aduración de segun d a época, sus u vas m aduran m ej or que l as
de U g n i blanc, produce un v i n o de mesa ord i n ari o y un ag uardiente de cal idad , no
obstante i n fedor al de U gni blanc; se n si b l e al corri m i e n to , y al oidio, pero bastante
resi stente a l a podredu m bre ; v igor medio; conducida e n poda l arga .

3 . 1 . 1 1 . Encepamiento del val l e del Loi ra


E l v iñedo del valle del Loira abarca u n a qui ncena de departam e ntos a lo l argo
del río Loi ra y de sus afl ue n tes, e specialmente l os de la m argen i zq u ierd a. Pre senta
una gran di versi dad desde la región de S ai n t-Pourc;ai n (al sur de N evers) hasta l a
reg i ó n nantesa.
E ste v iñedo se encuentra en e l l ím i te septentrional p ara e l cu ltivo de l a vid, con
u n a i n fl u e n c i a oce á n i c a c u y a i m p o rtan c i a d i s m i n u y e d e O e ste a E ste . S i n
e m bargo, los veranos demasi ado bru mosos e i n sufi cientemente cálidos no perm i ­
ten , cerca d e l océ ano , u n a com pleta m aduración . L a reg ión m ás cálida s e sitúa en
To ur a i n e ( B ourg ue i l y C h i no n ) , donde l a i n fl u e n c i a oceán ic a c o n fl uye con la
i n fluencia con ti nental.
E sta vasta región produce a la vez v i nos bl ancos, ti n tos o rosados, vi nos secos,
esp u mosos o l icorosos, vinos tran q u i los y vinos efervescentes. E l encepamiento es
muy variado y com prende variedades de orígenes muy diversos:
- variedades autóctonas de J a fam ilia de las Messiles: Chenin b l anc (o Pineau
del Loira) , Chen i n noir (o Pi neau de A u n i s) , Gro l leau, B équig n o l , Arboi s (o
Peti t Pi neau), S auvignon ;
- variedades ori gi n ari as del S ur -Oeste, de l a familia de los Carmenets ( B reton
y Cabernet sauvignon) y de la fam i l i a de los C6ts;
LAS VIDES CULTIVADAS 63

variedades ori gin ari as del Este, de la fam ilia de los Noiriens (Pinot noir y
M e lon ) ;
fi n alme nte S auvignon, que h ace l a transición entre los Cheni n s y los C aber­
nets del Oeste y M esli ers del Este .

3 . 1 . 1 1 . 1 . Variedades blancas

C henin : sinón i mo de Pi neau del Loira o Gros Pi neau, muy cu lti vada en A nj ou
y en Tourai ne , e stá en e l ori gen de n u merosas deno mi n aciones; v igorosa, de des­
borre bastante precoz, madura tardíame n te (seg u nda época) , se recolecta haci a la
segunda q ui ncena de octubre ; l a producción puede ser muy im port ante , racimos
apretados y se n s i b les a l a podredum bre gris, si n embargo, esta podred um bre puede
ser noble y permitir la el aboración de v i n os l i corosos de gran calidad (Coteaux-du­
L ayon , Anj ou, Coteaux-de- la-Loire); e sta vari edad puede ser v i n i ficada, seg ú n Jos
pagos y los años, como v i no b l anco seco, como v i n o e sp umoso o licoroso, como
vino ligero ; su v i no, de l arg a con servación, e s afru tado con mucho aroma; podada
en vaso alarg ado o en pulgares.
M uscad e t : l l a m ad a M e l o n en B org o ñ a ; des borre preco z , m ad u rac i ó n de
seg unda é poca, vigor medio; sensi ble a las enfermedades y so bre todo a la podre ­
dum bre gris; prod ucción bastan te i m portante de un vi no b l anco seco pero sin aspe­
rez a, de aroma alegre que l leva el nom bre de la variedad ( M u sc adet) .
Gros plant: o Fol l e blan c he , maduración de segunda época tard ía, muy vigo­
rosa; muy sen si b l e a la podredum bre gris, lo q ue ha hecho que se abandone en la
región de Cog n ac después de la i nvasión fi l o xérica, sen si b le a b l ac k-rot y expuesto
a las he l adas primaverales; gran prod uctora, da u n v i n o de poco grado y mu y
ácido .

Ugni blanc Colombard

Figura 1 O
Variedades de Charentes (Cognac).
64 MANUAL DE VITICULTURA

Sauvignon Me Ion

Figura 1 1
Variedades del Valle del Loira.

Sauvignon: l l a m ada B l anc-fu m é en Pou i J Jy -sur-Loi re , S uri n en Tourai ne, Fié


e n Poito u ; desborre tardío y m aduración de segunda época, m uy vigorosa, teme al
oídio, a la excoriosis, a la eutipiosis y a la podred u mbre gris; poco prod uctiva, da
en el Cen tro un vino bl anco seco , fresco (acidez: 5 a 5 ,5 g/l expresado e n ác ido tar­
tári co) y afru tado, cuyo aro m a, fuerte m e n te pro n u nci ado, recuerda a boj en los
sue los calizos l igeros, a cassi s en los suelos calcáreos m ás pedregosos, a la retama
en l as are n as y en las arci l l as no calcáreas; da, en el B ordelés, genera l mente en
mezc l a con S é m i l l o n , u n v i n o b l anco seco fresco y afrutado (Entre -de ux-M ers), un
vino bl anco afrutado y robusto de l arg a con se rvación (Graves) , u n vino b lanco
l icoroso ( S auternes, B arsac , etc . ) .
Chardonnay: o Auve rn at blanc, poco cult ivada en e l val le d e l Loira pues se
adapta m a l al c l i m a oce áni c o ; medi an amente prod uctiva, desborre precoz y madu­
ración de pri mera época, es recol ectada u n a qui n ce n a antes que Cheni n .

3 . 1 . 1 1 .2. Variedades tintas

Cabernet franc : o B reto n , es l a vari edad ti nta de calidad del valle de l Loi ra y
espec i al me n te e n B ourgueil y en C hi n o n .
C rolleau: tod avía l l amada G roslot de C i nq - M ars o Pi neau de S au m ur; m adu­
ración de seg un da época, vigorosa y férti l , se conduce en poda corta; gran produc­
tora, da unos vinos de calidad media, fre scos y li geros, sobre todo rosados.
Cabernet sauvignon : a menudo asoci ado a B reto n para dar vinos rosados.
Gamay noir: o G am ay negra de zumo blanco, de sborre precoz, y por eUo se n ­
si ble a l as he lad as, m ad uración d e pri mera época, gran productora; en mezc l a con
C a bernet, Gro l l e au o Cot da so bre todo v i n o s rosados agradables y afrutados;
puede ser v i n i ficada so la, como es e l c aso de los v i nos ti n tos de la D .O . Anjou
gamay.
Pineau d e Aunis: l l a m ad a anteriormen te P la nta de A u n i s , es C h e n i n n o i r ;
maduración d e segunda época, vigorosa y prod uctiva, da vinos rosados m u y afru­
tados; poco culti vad a .
LAS VIDES CULTIVADAS 65

3 . 2 . Variedades de mesa
L as v ariedades para la producción de uva de m e sa prese ntan c aracte rístic as
parti culares:
- rac i m o s g e n e ra l m e n te b a sta n te g ru e so s , poco c o m p ac tos, q u e perm i te n
coger los granos de l raci mo, y Llevan bayas de d i m e n sión homogénea;
- bayas de tam año medio a g rueso, de forma m ás fecuente m ente oval (ovoide,
obovoide, ci li ndroide, etc . ) que redonda, de hol lejo espeso y resi stente , con
p u lpa carnosa ( poco j ugosa) .
L a producción de uva de mesa está actu almente en tran sformac ión para adap­
tarse a la dem an d a de los con su m i dore s . Se aprecia u n a c l ara regresión de l a
d e m anda de vari edades d e granos pequeños, o ri e n tándose el co nsu m idor hac ia
u vas de mesa d e granos gruesos.

3 . 2 . 1 . Criterios d e el ección de varied ades de uva de mesa


L as variedades de mesa se caracteri zan por el col o r de las bayas (am ari l lo ,
verde , negro, violeta) , p o r l a é poca de m aduración q ue determ i n a s u distri bución
geográfica y su valor c o merci al , y fi nal mente por su sabor y su perfu me ( uvas
amoscate ladas o de sabor si m p le) .
S eg ú n su época de m aduración, l as v ariedades se dividen en vari os grupos con
rel aci ón a Ch asse l as:
- grupo de maduración 1 , que m adura antes que C h asselas : Perl a de C saba
( B ) , M adeleine angevine O berlin ( B ) , C ardi n a l , Pri m a ( R ) , I sa ( B ) , J ao u m et
( B ) , Delhro ( N) , Ora ( B ) , Perlaut ( B ) ;
- grupo de madu ración 2 , q ue m ad ura de O a 2 semanas después de C h asse l as :
Panse precoz ( B ) , Ad m irab le de Courti l ler ( B ) , C h aouch ( B ) , L ival ( N ) ,
J aoumet B , Ex a lta ( B ) ;
- grupo de madu ración 3 , que m adura d e 2 a 3 se manas después d e C h asse las :
S u ltan i n a ( B ) , A l phonse L aval Jée ( N) , M osc ate l de Ha m burgo (N ), Oei l l ade
(N ) , B icane ( B ) , L i stan ( B ) , D an l as ( B ) ;
- grupo de madu ración 4 , q u e m ad ura de 3 a 4 sem a n as después d e C h asse l as :
Ital i a (B), D attier de B eyrouth ( B ) , D a bouki (B), M osc ate l de A lej andría
( B ) , Gros co l m a n , Ita J i a ( B ) , R i bo !. (N), S u l i m a ( B ) , M ad i n a ( B ) ;
- grupo d e madu ración 6, q u e d e 5 a 6 sem anas después d e C h asse l as: G ros
vert (B), S ervant (B), D an ugue (N), Ahmeur bon ah meur (N) ;
- grupo d e maduración 7 , q u e m adura d e 6 a 7 se manas después d e Chase las :
Aledo (B ) , O l i vette noir, O h anes ( B ) .
L a calidad gustativa de las u vas e s u n elemento esenc i al d e é x i to d e u n a varie­
dad de uva de mesa. Esta depende del nivel de m aduración de l as uvas (co n te nidos
en az úcar y acidez ) , de l sabor natura l de l a variedad q ue p uede ser si m p le (Chasse­
las, S ervan t) o amoscatelado ( m uscats) , de la presenci a o ausencia de pep itas.
L a ap titud para el transpo rte y 1.a aptitud para La conservación en frío consti ­
tuyen también cri terios i m portantes de elección de u n a variedad seg ú n el modo y
la época de comerci alización.
Los fac tores eco lógicos y ag ronómicos a tener e n cuenta para l a e lección de
variedades de uva de mesa a pl antar e n una explotac ión dada son de si m i l ar n atura­
leza que los v i stos para las u vas de v i n i ficación .
66 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 2 . 2 . Vari edades de granos pequeños

3.2.2. 1 . Variedades blan cas

C hasselas d o rada es l a pri n c i p a l vari edad c u l ti vada en Fra n c i a ; variedad


b l anca precoz (a parti r de pri ncipios de agosto ) , se adapta b i e n a las reg i o ne s
me ri d ion ales y produce, seg ú n las si tuac i o n e s geográfi c as, desde ago sto hasta
pri n ci p i o s d e n ovi e m bre . E l rac i m o e s m e d i a n o a grande, a l argado, l as bayas
son pequeñas y redo n d a s . Vi gor m edi o , fác i l de conducir; so porta b ie n el trans­
porte pero su co m erci a l i z ac i ó n e s so l a m ente naci onal , e s poco apreci ad a e n el
ex tranj ero .
Exalta ( M osc ate l de H a m burgo N x Perlette B ), es una variedad se m i precoz
( + 1 ,5 a +2) , de fuerte vi gor, con bayas de color verde -amari l lo, con pepitas ausen­
tes o peq ueñas, q ue tienen una fuerte potencialidad gustativa (aro m a de moscate l ) .
Danuta ( Datti er de B eyrouth B x S u ltana m o scata B ) , variedad apire n a d e
estación , c o n bayas de forma e l íptica, vigorosa y productiva, buena aptitud para el
transpo rte .
Madina (Card i n al R x S u ltan i n a B ), vari edad api rena de estació n , u vas esféri ­
cas a e l ípticas, verde-am ari l lo, v igorosa pero de potencial de rendi mi e n to débi l a
medio, de gu sto neutro.
Se rvant y G ros vert son dos vari edades b l ancas tardías de granos peq ueños o
medios c uya venta e stá en regre si ón , porque en los m ercados entran en competen ­
cia con variedades de granos g ruesos, A ledo y Ohanes.
Las otras variedades bl ancas tienen menos i mportan cia comerci a l : A dm irable
de Courti l ler, J aoumet, M adeleine angevi ne Oberli n .

3.2.2.2. Variedades n egras

M oscat e l de Hamb u rgo es u n a v ari ed ad de m ed i a estac i ó n , de rac i m o s


medianos, bayas e l i p soidales, n egras, j ugosas, c o n sabor l igeramente amosc ate­
l ad o; vi gorosa y productiva, está bien adaptada a las col i n as secas; se poda en
varas, porque es poco fé rti l en las y e m as de la b ase ; variedad muy apreci ada por su
fin ura; se cultiva e n Vaucluse , Var, Aude y tam bién e n e l valle del Garo na.
Oeillade , variedad con dos desti nos, l l a m ada tam bién C i n saut; m aduración de
media estaci ó n , vigorosa y productiva, está adaptada a la producción en coli n as; se
poda en pu l gare s, da racimos con bayas ovoides.
A lvina (A lpho n se L aval l ée N x S u ltani na B ), ú n ica vari edad api rena de bayas
negras, vigorosa y medi an amente productiva, se poda en varas, debe ser cul tivada
en situ aciones cáli das para favorecer la co loración de las bayas.

3 . 2 . 3 . Variedades de granos gru esos

3.2.3. 1 . Variedades blancas

Dattier de Beyrouth ha si do i m portada al fi n al del sig l o pasado de O ri e n te


M edio. M u y culti vada en la cuen c a mediterránea bajo nu m erosos si nóni mos: H afi z
a l i y R az aki en Turq u ía, B ol gar e n B u lg aria, R osaki en Grecia, Régin a en I tali a.
Esta vari edad es m u y heterogénea y co m prende vari as formas que todas tienen
bayas g rue sas pero q ue son m ás o menos al argadas (ci l indroides u obovoides) , cru-
LAS VIDES CULTIVADAS 67

j i en tes; maduraci ón de medi a e stación ; su c u l tivo necesi ta u na poda larg a y e l


e m pal i z amie n to d e l a vegetación .
Italia es una excelente uva de e stación, apreci ada por los consumidores por su
c arne l i gera mente cruj i e nte y su gu sto a moscatelado ; es u na variedad obte nida por
cruzamiento de B i can e con M o scatel de H am burgo. Sus rac i m os son grandes, de
granos ovoi des; se poda en varas; se debe evi tar cu ltivar l a en situaciones de dema­
si ad a ferti lidad, en las que los raci mos se co lorean m al y son sen sib les a la podre­
dum bre gri s.
Danlas (D abouki x C h asse las) y Perlaut (Cinsaut x Perle de Csaba) son dos
variedades n u evas, más precoces que C h asse l as , de rac i m o s más g rue sos, cuyo
c u l tivo puede re alizarse en Hérault, Gard , Vaucluse (y Var para Dan las) ; Pe d au t se
conduce e n poda corta y Danlas en poda larga.
Danam (Dabouki x M o scatel de H a m burgo) y Datal (Datti er de B eyro uth x
M o sc ate l de Alej andría) so n también dos variedades de media estació n , de granos
gruesos.
Ora ( [ Ci n saut N x Perle C saba B ] x Cardinal), e s una variedad muy precoz
( m adurac ión - 1 ,5 a -2), poco sen si b l e a la podredum bre gris, de bayas am ari l lo­
dorad as, de pe líc u l a fi n a y con sabor agrad able .

Tabla 2
Otras variedades de mesa obtenidas por selección

Variedades Color Obtención Regiones Características

M irei lle B lanca Italia x Perla de Csaba Hérault, Gard Uva amoscatelada, precoz.
Isa B lanca Gloria de Hungría M idi, Sur-Oeste M aduración como Chasselas
x C ardinal o más precoz, racimo medio,
baya esférica, dos veces m ás
voluminosa q ue la de
Chasselas, color dorado, con
gusto moscatel.
Perlaut Blanca Cinsault x Hérau lt, Gard, Precoz, fértil, en poda corta,
Perla de Csaba Vauduse tardía.

3.2.3.2. Variedades rojas y negras

Cardinal, obtenida por c ruzamiento de Flame tokay (Ah meur bou ah m eur) y
de R i bier (A l phonse L avallée), es u n a variedad precoz de granos gruesos (princi­
pios de agosto , p ri ncipios de septiembre) , su coloración roj a es a veces i mperfecta
cerca del pedicelo; raci mos l argos, sue l tos, con granos gruesos con mucha pruína
apreciados por los consu m i dores.
A lphonse Lavallée, l la m ada R i bier e n C al i forni a, e s u n a variedad de granos
negros, fi rmes, de m edi a e stación (fi n ales de agosto, pri ncip ios de octu bre en e l
M id i ) , re si stentes a l tran sporte ; productiva, s e conduce e n vaso o e n cordón .
68 MANUAL DE VITICULTURA

Delh ro (Alphonse L aval lée x Perle de C saba) es una variedad precoz (-2) de
sabor si m p le; Del hro debe ser conducida en cordón pues es se nsi ble al m i l leran ­
dage cu ando se conduce en poda larga .
Lival (A lpho nse L aval lée x Lignan ) , e s u na vari edad p recoz, d e granos negros
más pequeños que C ard i n a l .
Ribol (Oliv ette b l anca x Al phonse L aval lée N) es tard ía (octu bre a diciem bre),
de granos g ruesos, pulpa carn osa y sabor neutro .

4. PO RTA I NJ E RTOS

Fue l a i nvasión fi loxéri c a lo que i mp u so a l os viticultores el recurso al i njerto


de la vid, el mejor procedi m i en to que perm i te pre servar las variedades de V. vin i­
fera de los ataques de fi loxera. El i njerto ha l l evado a los i nvesti g adores a crear
n umerosos portainj ertos, entre los c u ales debe escoger el viticultor.

4 . 1 . Origen de los portainjertos


Los portai nje rtos pertenecen a especies de origen americano de l gén ero Vitis o
resu ltan de crnzamientos e n tre e stas e species ( V. riparia, V. rupestris, V. berlan­
.
dieri . . . )
L as so lucione s q ue se busc aron para i nj ertar la vid fuero n , sucesi vamente:
- l as especies a merican as V. riparia y V. rupestris, q ue permiti eron poner en
march a l a reconsti tución del v i ñedo; pero su extensión fue l i m i tad a por la
aparición en los suelos m u y calcáreos de u na afección del vi ñedo, de orden
fisiológico : l a clorosi s (e n C hampagne y en C hare ntes en particular) ;
- los híbridos V. riparia x V. rupestris, p ara buscar aptitudes i n te rmedi as en tre
las especies parentales;
- l a especie americana V. berlandieri, resisten te a la caliza, pero difíc i l de
estaqu i l l ar; fue h i bri dada con V. vin ifera, V. riparia y V. rupestris;
- el So lon is, encon trado en A mérica en los suelos salinos, m uy hú medos;
- los h íbridos c o m p lej o s e n tre l as especi e s y a c i tadas, como por ej e m p l o
( [ vinifera x rupestris] x riparia) o ( riparia x [cordifo lia x rupestris] ) .
Orien tadas haci a o bj e ti vos precisos (resi stenci a a J a fi l oxera y a l a caliza en
parti cular), que no fueron si empre perfectam ente alcan z ados, e stas i nvestigaciones
conduj eron a la o btención de p atrones que p resen tan apti tudes m u y diversas. Los
pri ncipales caracte res, que serán otros tantos c ri terios a considerar en la e lección
del patrón , se refieren a:
- l a resi stencia a fi loxera;
- el vigor conferido;
- la faci lidad de estaqui l l ado y de i njerto;
- l a resi stencia a l a cali za;
- l a ad aptación a las condiciones del medio : sequ ía , humedad, sal ;
- l a acción sobre el ciclo vegetati vo de l i nj erto y sobre J a cali dad de las uvas.
LAS VIDES CULTIVADAS 69

CORDIFOLIA

44-53 M

LABRUSCA

Vialla

Solonis

1 61 6 e

2 1 6 - 3 CI

RIPARIA RUPESTRIS

1 01 - 1 4 MG

\
3 309 e

1 6 1 - 49 e

Gravesac 99 Richter
420 A MG
1 10 R
Téléki 5 BB­
1 447 Paulsen
Téléki 8 8
1 1 03 Paulsen

1 r
S.O. 4
1 40 Ruggeri
R.S.8.1
BERLAN DIERI


41 8 MG
333 EM
Fe real

t
VI N I FERA


1 96 - 1 7 CI
4 01 0 CI

Figura 1 2
Genealogía de los diferentes portainjertos.
70 MANUAL DE VITICULTURA

4 . 2 . Características de los principales portainjertos

4 . 2 . 1 . Riparia gloria de Montpell ier


Confiere al i njerto u n vigor débi l en los suelos pobres pero suficiente en los
suelos arcil losos.
B uena respuesta a l estaq u i l lado y al i njerto.
M uy sen si b l e a la c lorosi s (6% de caliza activa o 5 de I PC ) .
Teme l a seq uía y los vientos c álidos, tolera bastante bien u na c ierta h u medad,
aguanta e n terre n os salinos hasta 0,4 ppm de N aC l .
Favorece l a fructificación y ade l an ta l a m aduración de l a uva.
Adaptado en los buenos terrenos frescos y férti les; puede ser considerado en la
mayor parte de los suelos n o cahzos que pre se nten una buena estructura y un co n­
tenido correcto de m ateri a orgán ica y en ciertos terrenos arg i lo-ca lcáreos poco clo­
rosantes en que l a costra calcáre a e s compacta y bastan te profunda.
E s aconsej able so bre todo p ara l a prod ucción de v i nos de calidad y de uvas de
mesa precoces.

4 . 2 . 2 . Rupestris de Lot
Prod uce u n g ran vigor al pri ncipio del creci mien to vegetativo.
B uena re spuesta al estaq u i ll ado y a l i njerto.
Poco re sistente a l a clorosi s ( 1 4% de caliza activa o 20 de I PC ) .
M u y sen si b le a l a sequía en terren o superficial, pero s u siste m a radicular pro­
fu ndo le perm i te ex pl orar e l suelo en profu ndidad, te me la hu medad, se adapta
bastan te bien en terrenos sal i nos ( menos de 0,8 ppm de N aC l ) .
Puede provoc ar corri m i en to y retrasar l a m ad uración .
Per m i te sacar provecho de suelos pedregosos, pobre s , pero sufi ce n te m ente
profundos.
Es conveniente p ara l a búsqueda de buenos ren d i m i en tos o para sacar provecho
de terrenos poco férti les. A uti lizar en las zonas meridional es.

4 . 2 . 3 . H íbridos de Riparia x Rupestris


E stos h íbridos confi eren u n vigor medio y u n a precocidad favorab le a la cali­
dad pero son sen si bles a la sequ ía y a l a c l orosi s .
3309 C (Couderc) : m ás próx i m o a R upestris q u e a R iparia p o r s u s carac teres
ampelográficos y sus apti tudes.
Vigor y precocidad med i a n as.
B uena re spuesta a l estaq u i l lado y al i njerto .
R esi stenci a bastante débi l a la clorosis ( 1 1 % de cal iza activa y 10 de I PC ) pero
superior a R ip aria g loria, es conveniente general me n te en suelos profu ndos p oco
cal cáreos, en are n as n o cal cáreas dura s poco c lorosantes; te me la seq u ía , so bre
todo en c l i m a meridional y to lera poco el exce so de hu m edad ; es un portai nj e rto
recomendable bajo un e nfoque de calidad pero se comporta peor en suelo ácido
que e l 1 0 1 - 1 4 MG y el Grave sac .
1 01 - 1 4 MG ( M i l l ardet y G rasset) confiere un vigor m ás débi l que e l 3309 C y
u n a m ayor precoci dad.
LAS VIDES CULTIVADAS 71

S e n si b le a l a ac i dez d e l o s suelos y a J a prese ncia d e caliza; n o resi ste J a seq u ía,


tol era e l exceso de h u medad; v a bien en los terrenos arc i l losos frescos, da buenos
resul t ados en n u m erosos sue los con tal que n o sean ni dem asi ado pobre s ni dema­
si ado secos.

Figura 13 Figura 14
3309 Couderc. 1 6 1 -49 Couderc.

Figura 16
1 1 O Richter.

F igura 1 5 Figura 17
Téléki 5 88. 4 1 8 Millardet y Grasset.
72 MANUAL DE VITICULTURA

4 . 2 .4 . H íbridos de Riparia x Berlandieri

Estos portai nj ertos confieren al i njerto un vigor de débi l a medio e n genera l , y


a veces fuerte cuando los sue los son profundos con un balance h ídrico no l i m i ­
tante. S on bastante resi sten tes a l a caliza pero te men e l exceso d e h u medad y son
sen si b les a la ti losis.
1 6 1 -49 Coude rc e s de vigor medio; su re spue sta al estaq u i l lado e s medi a; su
respue sta al i njerto en campo e s mejor que al i njerto en taller. Su resistenci a a la
caliza es muy buen a (25 % de cal iza activa o 60 de I PC ) . S ensible a l a seq uía, es
bastan te toleran te a la h u medad pero sen si b le a l a tilosis ( so bre todo e n suelos arci­
l losos) y puede pre sen tar una mortali dad i m portante los 1 5 pri meros años después
de la p l antac i ó n . Pre fiere los suelos sanos, b i e n dre n ados, profu ndos; confiere
v igor y p rod ucción reg ul are s pero sin exceso , dando v i nos ricos en alcohol y bien
coloreados.
Téléki 5 BB difiere del 1 6 1 -49 C sobre todo por su menor resi stenc i a a la c lo­
rosis (20% de caliza acti va o 40 de I PC ) ; m anifi esta a m e n udo l a ti losis y la asfi x i a
rad i c u l ar en tierra fuerte l o s pri m eros años; tiene e l defecto, e n e l c aso de injerto
en campo, de i nducir al franqueamiento de la varied ad . Presenta a veces una falta
de afi ni d ad q ue cond uce a una mortal i d ad esc alonad a de las cepas; poco resi sten te
a la seq u ía; favorece el desecam i en to de l raspón; vi goroso en los sue los fértiles, las
uvas carecen de az úcares y pol i fenol es; se acomoda bien en los sue los fi ltrantes
(aren as i n c l u so h ú m ed as , tierras arg i lo-calcáreas o argi lo -si l íceas) ; p resenta l a
mayoría d e las veces los i n conveniente s de l S 04, pero e s m ás capri choso y m ás
i rreg u l ar.
8 0 4 ( se l ección Oppenhe i m de Té léki nº 4 ) , de origen alemán , pre se n ta l a
m i s m a resistencia a l a c lorosis q ue e l Té léki 5 B B ; responde mejor a l estaq u i l l ado
y al i njerto q ue e l 1 6 1 -49 C y e l Té léki 5 B B , teme menos l a sequía y tolera l os
subsuelos hú medos. Confi ere al i njerto un desarro l lo rápi do, un gran vigor y una
fuerte producci ón pero u n retraso en la m aduración , lo q ue es perj udicial para el
buen fin de l a m aduración ; e l grado alcohólico de los v i nos es a m e nudo i n sufi ­
ciente mientras que la aci dez perm anece elevada, c o n tan inos duros y g u stos her­
báceos; este exceso de v i gor en ti erra de ferti l idad media o alta favorece la podre­
d u m bre g ri s ; es u n portai nj erto que m an i fi esta la asfi x i a rad i c u l ar y la ti losis
durante los pri meros años e n las tierras fue rte s y a la sal i da de otoños e i nviernos
ll uviosos; se n si b le a la carencia de m agnesio y al desecamie nto del raspón (dando
v i nos ácidos y delgados).
420 A - M G , re sponde bien a l estaq u i l l ado pero algo p eor al i nj erto , sobre
todo en campo en pri m avera; re siste bien la c l orosis ( I PC 40) ; te me la sequ ía y
se adapta mal a los terrenos h ú m edos en i nv i erno y pri m avera, en parti c u l ar en
l as ti erras com pactas o en suelos arc i l l o sos; a veces sen si b l e a la c are n c i a e n
potasio; s u v i gor es m ed i o , a veces d é bi l , pró x i m o a l d e R iparia ; retrasa l a m ad u ­
raci ó n , sobre todo en terrenos fríos , p o r lo q ue n o c o n v i e n e a l as variedades tar­
d ías en terren o s frío s; da excelente s resu ltados en l a s tierras arg ilo-calcáreas bas­
tante profu ndas, en las gravas y los su e los arg i l o-gravoso s donde el s u b suelo es
fi l trante.
RSB l , obte n i do por R e sség u i er y se leccionado por B i ro lleau en C hare ntes,
homologado e n 1 97 1 ; buena respuesta a l estaq ui ll ado y a l i njerto ; re sisten te a la
c lorosi s como e l 1 6 1 -49 C pero poco ad aptado a los suelos de tiza en C h a mp ag ne
( mortal i d ad el pri mer año ) ; resi ste bien l a seq u ía y no prese nta la se nsi bi l idad a l a
LAS VIDES CULTIVADAS 73

ti losi s del 1 6 1 -49 C ; m uy v i goroso , so bre todo l o s pri meros años; producti vo, da
ren d i m i e n tos y riquez as en azúcar superi ores al 4 1 B; va b ie n en Champagne en
l os suelos arg ilo-calcáreos poco fértiles y, e n Charente s, ree mp l az a e n esos mis­
mos suelos al 1 6 1 -49 C y al 4 1 B .

4 . 2 . 5 . H íbridos d e Rupestris x Berlandieri

Estos portai nj ertos m an i fi e stan u n a m u y buena resistenc i a a la c lorosi s y u n a


buen a adaptaci ó n a déficits h ídricos i m portantes. Confiere n a la variedad un fuerte
v igor, pudiendo ser excesivo en suelo profundo y con reserva h ídrica sufic ie nte;
si n embargo son portai njertos ad aptados a las zonas medi terráneas y para dar vigor
e n sue los superfi c i a les, secos, calcáreos, donde favorecen l a calidad .
1 1 0 Richter, prese n ta u n gran vi gor.
S u respuesta al estaq ui l lado es a men udo mala (agostam i e n to d i fíc i l ) ; su res­
puesta al i nj erto en campo es cl ara mente mejor q ue al i nj erto de tal ler.
Resi stencia a l a c lorosi s sufi ci e nte ( 1 7 % de caliza activa o 30 de I PC , h asta 85
en sue los arci l losos sobre calizas duras en Ch are ntes) .
B u e na resistencia a la seq u ía en l as tierras argi lo-si l íceas, pero te me la hume­
dad perm anente de l su bsue lo.
Confiere v i gor, productivi dad y re trasa la m aduraci ó n ; si n e m bargo perm i te
obtener v i n os de buena calidad en l a región meridional; permi te a l a vid desarro­
l l arse n orm almente en los sue los cálidos, secos y áridos ( arenas , gravas o arg ilo­
cali zas en el S ur -Oe ste) d ando v i nos de excelente calidad .
99 Richter, responde bien al estaqui l l ado y m u y bien a l i nj erto en cabeza o e n
C ad i l l ac, pero el i njerto de taller e s difíci l .
S u v i gor e s l i geramente i n ferior a l del 1 I OR .
Resi ste general m e n te hasta u n valor de 30 d e I PC , a veces m ás (85 en C h aren ­
t e s en suelos arc i l losos sobre c a l i z a dura) .
Resistencia medi a a la seq u ía ; a veces sen sible al desecamiento del raspón y a
la care nci a de m agnesi o.
Confiere v igor y producti v idad con menor calidad que el 1 I OR y u n a sen si bi l i­
da d m ayor a la podred um bre gris.
1 1 03 Paulsen, de ori gen si c i l i ano, prese nta respecto al l l OR las ven taj as de
u n a mej or respue sta al e staq u i l l ado y al i nj e rto, de un desarro l lo precoz, de u n a
menor sen si b i l idad a l a hu medad y s e adapta mejor a contenidos e levados d e arc i ­
l l a. Vi goroso , parece i n teresante e n l o s terrenos com pactos.
1 40 Ruggeri es muy v igoroso y rústico; resi ste bastan te bien l a sequ ía y se
desarro l l a bien en l os suelos calcáreos, mejor que e l 4 1 B en los suelos superfic ia­
les y secos; te me la hu medad , favorece el desecam ie nto d e l raspón ; a partir de u n a
cierta edad, s e produce a veces u n a mortal idad i m portante de l as cepas, en particu­
l ar en los terrenos u n poco demasi ado compacto s, h ú medos en i n v ierno; gran pro­
ductor y re tard ador de la maduració n , se debe desacon sej ar para la prod ucción de
v i nos de calidad ; a u ti l i zar en vez del 4 1 B en los suelos calcáreos, secos, superfi ­
ci ales, se comport a bien en los suelos esq u i stosos del S ecund ari o .

4.2 .6. H íbridos de Vinifera x Berlandieri

Estos portai njertos p rese ntan i n terés por su resistencia en los sue los m u y calcá­
reos, pero m a n i fi estan a veces sensi bi li dad a fi loxera.
74 MANUAL DE VITICULTURA

4 1 B M illardet y de G rasset: obte n i d o por cru z a m i ento de C h asse l as x ber­


la n d i eri ; re spuesta al estaq u i l l ado y al i nj e rto de ta l ler a men udo medi ocre s ;
b ue n a re s p u e s t a a l i nj erto e n c a m p o ; po rt a i nj e rt o u su a l e n C h a re n te s y en
C h a m p ag n e por su a l ta re si sten c i a a l a c l orosi s (40% de caliza activa y 60 de
I PC ) ; p ue de , si n e m bargo , m a n i festar l a c l oros i s ci ertas pri m averas m uy l l u v i o ­
s a s en l o s su e l o s m uy c lorosan tes c o n subsuelos m argosos, h ú medos y fresco s,
c o m p actos, no penetrab les por l as raíces; m ed i an a m e nte re s i stente a la seq u ía ;
su resi ste nci a a l a fil o xe ra e s s u fi c i e n te pero s e h an o bservado ataq u e s e n te rre­
nos cal cáreos, secos, su perfi c i a le s; se n si ble a los n e m átodos ( m el oidog y n e s ) ;
sen s i b l e a l a h u m edad so bre t o d o e n s u b s u e l o c o m pacto, m e d i an a m e n te re s i s­
te n te a l a seq u ía (e n las ti err a s superfi c i ales y m arg osas, l a s vi ñas d e m asi ado
c arg ad as so bre 4 1 B sufren seq u ía ) ; provoca en los pri m e ro s años q ue l as v i ñ as
tengan u n desarro l lo u n poco l en t o ; por l o tanto, e ste p o rtai nj erto confi ere u n
v i gor med i o pero no con v i e n e e n suelos m arg o so s y p oco profu n dos, retrasa el
des borre , lo q ue e s una ven taj a e n l as si t u ac i o n e s g é l i das; productivo y reg u l ar.
333 EM, ob te n i d o por cruzam i e n to de C a bernet sa u v i g n on con berl a nd i e ri ;
presenta g ran des c u a l i d ades: es al m e n o s tan resi stente a la cl orosi s co m o e l
4 l B , es m ás v i g oro so y so porta m ej o r l a seq u ía , tolerando l a h u medad . A veces
puede provoc ar co rri m i e n to en vari edades fi n a s ; pero su c u l ti vo muy red u c i do
se e x p l i ca so bre todo por su desarr o l l o m u y l e n to y su dé bi l prod u c c i ó n de
m adera.
Fe rca l e s resi stente a l a c lo ro s i s ; o b t e n i d o por el I n s t i tuto N ac i o n a l de
I nv est i g ación Agron ó m i c a, por cru z a m i e n to de BC 1 ( berl and i eri x colo m b ard )
y 3 3 3 E M ( C a be rn e t sa u v i g n o n x be r l a n d i e ri ) ; re s i ste n te a l a fi l o x era, con
mej or re spuesta al e staqu i l l ado y a J i njerto q u e e l 4 1 B ; muy resi stente a la c l o ­
ros i s ( I PC de 1 20 ) ; su res i stenc i a a l a seq u ía es m ej o r q u e l a d e l 4 1 B pero i n fe ­
rior a l a d e l 1 40 R ugger i ; resi ste b asta n te b i e n e l exceso de h u m ed ad e n pri m a­
vera; confi ere u n v igor, i nferior al del 1 40 Ru y se n si b l e m e nte p arecido al del
4 l B ; i n duce una m ad u rac i ó n m ás p recoz y, a i g ual re n d i m i e n to , u n a ri q ueza e n
az úcare s l i gera m e n te su perior a l a d e l 4 1 B ; si n e m barg o , m an i fi e sta care nc i a e n
m ag n e s i o d e spué s de a b o n ad o s p o tá s i c o s e x c e s i v o s ; p u e d e ser p l a n t ado e n
todos l o s s uelos calc áreos, excepto en l o s de m asi ado su perfi ci a l e s , en l ugar d e l
4 l B ; p o r contra, en l o s s u e l o s c a lcáreos, superfi c i a l e s y seco s , es p re feri b l e
p l antar e l 1 40 R u .

4.2.7. Otros portai nj ertos


44-43 Malegue (Riparia x [Riparia x Co rdifolia] ) tiene un v i gor m ed io , se
m u ltipl ica bien ; pero e s poco resi stente a la clorosis, te me la h u m edad y sobre todo
confiere al i njerto la carenci a m agnésica.
Los h íbri dos complej os de Riparia x Vin ife ra x Rupestris: 1 96 - 1 7 Castel y
40 1 0 Castel so n sen si ble s a la c lorosi s (6 % de caliza activa), poco m u l ti pl i cados y
prácticamente rese rvados al S u r-Oeste en los suelos pobres, h ú medos en i nvi erno y
e n prim avera.
G ravesac, o bten i do por el I NR A medi ante cruza m i en to de 1 6 1 -49 C con 3309
C ; la cepa m adre es v igorosa y bue n a prod uctora de m adera pero confie re u n v igor
medio al i nj erto ; e ste portai nj erto tiene u n a buena aptitud para el enrai z a mi e nto y
el i njerto , u n a bue n a afi n idad con l as pri ncipales variedades, u na resi stenc i a med i a
LAS VIDES CULTIVADAS 75

=
a la caliza (IPC 2 0 ) ; está acon sej ado para suelos áci dos, arenosos o arenoso-gra­
vosos, h ú m edos en pri m avera, para la producción de v i no de c ali dad .
Vialla, h íbri do de R iparia x Labrusca, se n sib l e a l 4% d e c al i za acti va, d e m a l a
resi stenci a a l o s ataques d e fi lox era, n o e s uti l izado m ás q u e en l o s suelos e sq u i sto­
sos del B eauj o lais.
Fi n a l mente, los h íbridos derivados de S o lonis, 1 6 1 6 Couderc y 2 1 6-3 Castel,
prese ntan co mo i n teré s e senci al su resistencia a la sa l i n idad . E n efecto, salvo el
1 1 03 P y q uizás e l 1 96- 1 7 C aste l , todos los portai nj ertos citados a nte riormente
temen la prese ncia de sal . A esta resistencia, que a lcanza e l 0 , 1 % en el c aso del
2 1 6-3 Cl, se añ ade una toleran c i a sat i sfactori a a la humedad . Estos portai njertos
encuentran su u ti l i zación en los vi ñedos del l i toral mediterráneo.

5. MEJ ORA VARI ETAL

L a v i d sal vaj e e s u n a pl anta dioica. L as variedades c u l ti vad as h a n sido obte n i ­


d a s por selecci ó n d e i ndi v iduos hermafroditas (monoicas) aparecidos en l a s po b l a­
ciones sal vajes o ya cu lti vadas. S e h an m u ltipl icado por v ía vegetativa (estaq u i­
l l ado , i njerto) y no s e d i ferenci an dem asi ado de las formas de origen en cuanto a
los otros caracteres. L as variedades son heterocigóticas y están , de hecho, consti­
tui das por i nd ivid uos cu yos fen otipos son p arec i dos, pero los genotipos son más o
menos difere n tes: se puede hablar de po b l aciones de clones con sti tuyendo vari eda­
des-po b l ación . La m ej ora varietal se puede h acer por v ía vegetativa, selecc i on ando
e n las p o b l aciones e x isten te s los indiv i duos o las variedades que pre se nten los
caracteres buscados, o por vía sexual, creando nuevas varjedades.

5 . 1 . Mejora del encepam iento por vía vegetativa


L as variedades uti l i zadas en u n a regi ó n de prod ucción h an sido progresiva­
mente se leccionadas por los viticu ltores porque presentaban suficiente s ven taj as
para poder tolerar sus eventuales defectos. La mejora de l as variedades por v ía
vegetati va puede ser real izada modifi cando l a proporción de variedades, i ntrodu­
c i e ndo variedades ex tranjeras o se l eccionando los i n d i v iduos más i n tere sa n te s
den tro d e las v ariedades-pob l ación .

5 . 1 . 1 . Mod ifi cación de l a relación de vari edades


En tre las variedades de mesa, C hasse las e s l a m ás cu ltivada, l as otras varied a­
des están , o e n progresión ( I ta l i a) o en regresión (Datti e r de B eyrouth, Admirable
de Court i l ler, J ao u met) . E n u va negra, M oscatel de H a m burgo y A l phonse L ava­
l l ée dom i n an la p rod ucci ó n .
En tre Las variedades de vin ificación, la mejora del encepam i ento se ha real i ­
z ado a l o largo de los ú l ti mos vei n te años por el abandono d e l os h íbridos produc­
tores directos, por l a regre sión de l as v ari edades autori z adas (Aramo n , B ouchales,
Valdiguié) y, a l contrario, por la prog re sión de variedades tales co mo Garn acha,
C i n sault, M erlot, C abernets, P i n ot, S yrah .
76 MANUAL DE VITICULTURA

5 . 1 . 2 . Introducción de variedad es «extranj eras »

Para l a prod ucción de v i nos con den o m i n ación de origen con trol ada o VDQS ,
la i ntroducción de variedades que no re sponden a los «usos antiguos, leales y cons­
tan tes» no es teóri camente posi ble debido a La reg l amentación m u y e stricta en la
m ateri a. Por el contrari o , para mejorar la calidad de los vino s de mesa se ha recu­
rrido, e n el M id i y en muchos p aíses, a la i n troducc i ó n de variedades l l am ad as
mejora n tes. L as variedades nobles de las reg iones que prod ucen los grandes vi nos
son i ntroduci das con e ste fi n , pero e n e stos i n tentos hay q u e te ner sie m p re en
me n te l o s dos pri nci p i o s siguien tes:
u n a vari edad trasladada a otra reg ión geog ráfi ca no co nserva sus cual idades
más que si los ren d i m i entos permanecen en u n n ive l razonable .
las difere n te s variedades ti enen u n a m ayor o menor adaptabi lid ad . Entre las
vari edades b l an cas, C h ardonn ay, S auvignon , R iesl i ng , pueden adaptarse a
d i versas situac i o nes, pero p arece q ue C h e n i n tie ne alg u n as d i fi c u l tades.
Entre l as vari edades t i ntas, los C abernets y e l M erlot del B ordelés, y S y rah
de Cütes-du-R hone tienen una gran faci l i dad de adaptaci ó n , m ie ntras q ue
M onastrel l y Pi not noir tienen una débi l adaptab i l idad .

5 . 1 . 3 . Selección d entro de las variedad es existentes

L as v ariedades tradi cionales están consti tuidas por u n conj u nto de i ndiv iduos
que n o prese n tan caracteres idénticos en los aspectos morfo lógico, agronómi co y
organoléptico: son vari edades-po b l ación .

5. 1 .3. 1 . Causas de la heterogeneidad de las variedades

E l origen policlonal: l as vari edades resultan de c ruzamientos n aturales sucesi­


vos y del man ten i mi e n to de los i ndividuos m ejor adaptados al medio donde se
desarro l l a n ; estos i n d i v iduos se parecen sin ser i dé nticos.
L as m u taciones: se trata de modificac iones que i n tervienen e n l a morfología o
los caracteres de las variedades; pueden pasar de saperci bidas o ser v i s i b les; ciertos
mutan tes han si do mul ti pl icados por v ía vegetativa y con stituyen u n a nueva varie­
dad (Gew ürztra m iner) .
La infección por enfermedades viróticas que modific an el aspecto y la fi siolo­
gía de los i n d iv iduos; e stas e nfermedades son i n fecci osas y se transm i ten por esta­
q u i l l ado o i nj erto , así co mo por vectores p ara algunas de e l l as.

5 . 1 .3.2. Métodos de selección

5 . 1 .3 . 2 . 1 . Selección masal

Se basa e n l a observación en campo y consi ste en escoger en una parcela las


cepas q ue no presentan síntom as de enfermedades de v irus y que tienen un desa­
rrollo vegetati vo y una p rod ucción tan sati sfactorios como se a pos ib le . La m adera
de las ce pas re tenidas es m u l ti p l i cada de forma mezc l ada.
LAS VIDES CULTIVADAS 77

5 . 1 . 3 . 2 . 2 . Selección clonal

Consi ste en e scoger las cepas que pre sentan re sul tados ópti mos y e stán exentas
de e nfermedades v i róticas. Después, las p lantas sel eccion ad as son m u l t i p li cad as,
sin mezc l ar, agru pando so lamente la descen de n c i a de una m i s m a cepa-m adre. El
conj u n to de estos i ndiv iduos consti tuye u n clon que se defi n e como la descenden­
c i a vegetativ a correspondiente de u n a cepa- m adre e l egida por su i dentidad i nd i scu­
tible, sus caracteres fenotípicos y su estado sani tario .
A sí, l a se lecci ó n c l o n a l e s , a l a v e z , sani tari a y genética:
es sanitaria porque permite eleg i r los clones que no presentan virosi s (entre­
n udo corto, e n ro l J ado, j aspeado, acanaJ adura del tronco, m adera acorchada)
por med i o de observac i ones en campo y median te pruebas e n i nvernadero y
de l aboratorio;
es genética porque pretende tam bién una mej ora de l a variedad , especi al­
mente en lo referen te a la c ali dad, la prod ucti v i d ad , la resistencia a las enfer­
medades cri ptogámicas, la reg u l aridad de prod ucc ión . Esta e lección se efec­
túa te n i e n d o en c u e n ta n u m erosos c r i teri os, u no s c u l t u ra l e s ( fe c h a de
desborre , fecha de m adurac i ó n , i m portanci a del corri m i en to y deJ m i l leran­
dage, resiste n c i a a Ja podredum bre , v igor de la cepa , etc. ) , otros tecnológ i ­
cos, tales como l a concentrac ión de azúcares, de ácidos, de poli fe n o les, e l
an á l i si s y la degustación d e v i nos después de la v i n i fi caci ó n .
E L obj etivo es poner a di sposición de los v i ticu ltores p l antas li bres de v i rus,
que presen ten buenas c aracterísti c as culturales y que proporcionen productos de
calidad .

5 . 1 .3.3. Etapas de la selección clonal

5 . 1 . 3 . 3 . 1 . Prospección

La prospección , que constituye u n a prese l ección de l vi ñedo, consiste en local i ­


zar e n todo el áre a de cultivo d e l a variedad , p arce las d e v iñedo q ue p arezcan p arti ­
cul armente i n te re santes en el aspecto san i tari o y en e J productivo; después de tres
años, como m ín i mo , de observaciones sobre la morfología, el estado sani tario y e l
con tro l de l as producci ones ( peso de u v a o n ú mero de raci mos) , c iertas cepas (50 a
200 ) , cabezas de clon , son reten idas.

5 . 1 . 3 . 3 . 2 . Selección de clones para su homologación

• Selección sanitaria
El objeti vo con s iste en o btener m ater i a l l i bre de v i ru s p e l i grosos. S o bre e l
materi al d e Jos clones rete n i dos después d e las prospecciones, e l segui m i e nto de
un c ierto n ú m ero de e n fermedades v i róticas p erm i te no con se rvar m ás q ue l as
cepas sanas para some terlas a homologación. L a sel ección sani tari a se apl i c a a l as
variedades y a los portai njertos.
Las v i rosi s rev i sadas son actu a l mente el entrenudo corto bajo dos formas (gra­
pev i n e fan leaf v i rus o GFLV y mosaico arábico o arabic mosai c v i rus ArM V ) , el
e nrol l ado o grape v i ne associated leafro l l v i rus, GLRaV, el j aspeado o grape v i n e
Fl eck v i rus, G FL k V, la enfermedad d e la m adera riz ada o ac analadura de l tro nco o
leg n i o ricci o bajo dos form as (grapevi n e ste m pitti n g y grapevi n e stem grow i n g ) ,
78 MANUAL DE VITICULTURA

la enfermedad de la madera aco rchada o corky bark ; a estas ci nco v i rosi s estudi a­
das para las varied ades v i n íferas se añaden para los portai nj ertos la necrosis de los
n e rvios de l a vid (grape vine v e i n necrosis) y e l mosaico de los nerv ios (grapevi n e
v e i n mosai c).
Dos técni cas de evaluación son uti l izadas suce sivamen te:
• u n a primera verifi c ac ión es re alizada medi an te el sero lógico ELISA en con ­
tenedores, a razón d e u n a o d o s estac as por clon ; este te st, uti l i zado para el
e ntre n u do corto (GFLV, ArM V) , e stá basado en la reacción de a ntic uerpo
(séru m) - antígeno ( v i rus) ; l a adhesión de u n a enzi m a a los antic uerpos pro­
voca una reacc ión coloreada (si el v i rus está pre sente en la m ue stra) que es
medida por un espectrofo tó m etro y co mparada a la de una m ue stra testi go
sana; si e l test es negativo, l a m adera de esta cepa es i n troducida en uno de
las i n stituc i ones de se l ección ( 1 c l on I contenedor) ;
• e l indexage es entonces apl i c ado: esta evaluación, que consi ste en i njertar el
c lon a testar so bre u n a vari edad i ndic adora ( i ndex ) elegida por su capacidad
de exteri orizar rápidamente y de forma típi ca los sínto m as de u n a v i rosis
determ i n ad a, e s apl i c ada seg ú n dos técn i cas (parte 3 , capítulo 3);
• e l i ndex age so bre e stacas- i nj e rto leño sas ( 5 a 6 i n d i v i du o s con servados
dura n te 3 años e n v iveros) ;
• el i n dexage sobre estacas- i njerto herbáceas sobre las cuales la m an i festaci ón
de síntomas se produce de 2 a 3 meses después del i nj erto (técn i ca m ás
rápida pero que necesi ta del m ateri al creciendo todo el año , co n u na su perfi ­
c i e de i nvernadero i m portan te) .
Después de u n a segu nda veri ficaci ó n , los c lones enfermos, pero que pre senten
c a l i dades tec n o ló g i c as i n teresantes así como c i ertas vari edades monoc l o n a l e s
(portai njertos o variedades obte nidos p o r cru z am iento) , p ueden ser tratados por
te rm o terap i a ( téc n i c a cad a vez menos u ti l i z ada) o por m i c ro i nj e rto del á p i ce
(extre m id ad meri ste m áti ca de la yema), normalmente exen to de partíc u l as v i rales.

• Selección genética
Sólo es posi ble para las variedades de poblac ión po lic lonal y es tanto m ás fáci l
d e l levar a cabo cuanto m ás i m port an te e s la vari abi l idad de l a población . Permite
e l control de los principales parámetros de calidad. Consi ste en e legir e n l a pobla­
ción prese leccionada los c lones que representan a un alto n i ve l la e spec i fi cidad
varietal .
Los c lones exentos de vi rus peli grosos son p ue stos en u na colección de estudi o
so bre e l m i smo portainj e rto bajo e l control de l o s «organi smos de selecc ión ti po
A» (Inra y En tav) con el fi n de com pararlos en un m i smo med i o y en condiciones
de cu lti vo i dé n ti cas. A parti r del cuarto ciclo vegetati vo y durante ci nco años, son
obj eto de medidas con el fi n de testar sus com porta m ie ntos en comparación con
las de un clon añadido conocido ( 1 0 cepas/ c lo n ) en alternancia con una fi l a tes­
ti go : observaciones en c u l tivo (estados fenológicos, corri m ien to ), contro l del vigor
( peso de m adera de poda) y de l a cosech a ( n úmero y peso de los rac i mos, azúc ares,
acidez , contenido en p o li fenoles) , m i cro v i n i fi cación seguida de deg ustación tri an ­
g u l ar ( 2 c lones y testigo); este estud i o es real i zado a la v e z q u e los tests sani tarios.
Los cl ones rete ni dos son pre sen tados para su apro bación q ue es decidida por e l
m i n i sterio de Agricu l tura previ o i n forme de l a sección « Vi ñ a » del C om i té téc n i co
perman e n te de se lecci ó n (CTPS ) ; son e ntonces regi strados por O n i v i n s y m u l t i p l i ­
cados b aj o su contro l .
LAS VIDES CULTIVADAS 79

5 . 1 . 3 . 3 . 3 . Conservación de los clones seleccionados

Las cepas- m adres de los clones apro b ados ( m ate ri al i n i c i al) son co nservados al
abrigo de contami n aciones por enfermedades v i róti cas y otras transmisibles por el
m ateri al vegeta l , tales com o l a s enfermed ades bacteri anas (verrugas, enfermedad
de Pi erce, necrosis bacteriana) y las e n fermedades por fi top lasmas (fl avescencia
dorad a) . E n Francia, l a conse rvación h a sido estab lecida en l as are n as de l a Esp i ­
g u e tte, e n e l c a m p o d e l Organ i s m o n ac i o n al p ara l a m ej o ra d e l a v i ti c u l t ura
(Entav) , donde l os c lo n e s ( m aterial i ni c i a l ) , selecc i o n ados por el In ra y por e l
E n tav, encuentran condiciones poco favorables para la transmi sión de e nfermeda­
des v i róticas p ues dich as arenas ape n as podrían alberg ar muy pocos nemátodos
vectores de v i rus. Esta con servación es o bj e to de un seg u i m ie n to sani tario rigu­
roso : contro les v i su a l es reg u l a res y tests v i ro lógi cos.

5 . 1 . 3 . 3 .4 . Experimen tación de los clones seleccionados

Las aptitudes de los c lones apro bados deben ser valoradas en condiciones de
c u l tivo. S e ponen campos de en sayo con e l fi n de preci sar las característi cas c u ltu­
rales, tecnológicas y org ano léptic as de los c lones, y determ i n ar su adaptación a
difere n tes situ aciones ( l l an ura, co l i n a) de l as reg i ones de prod ucc i ó n .
L a s parcel as de comportamiento tienen u n número l i mi tado de c lones. Los c lo­
nes aprobados son estudiados y comparados, entre ellos y con dos c lones conocidos,
seg ún un d i spositi vo en bloques al azar con al menos ocho repeticiones. El control
del comportamiento trata sobre la anotación de los estados fenológicos, el peso y l a
calidad d e la cosech a con v i n i ficación sep arada y deg ustación d e los vinos.

5 . 1 . 3 . 3 . 5 . Producción del material

Los c lones así aprobados están represen tados por un peq ueño n ú mero de cepas
que h ace falta m u ltipli c ar p ara poner e ste m ateri al se lecc io nado a di sposi ción de
los v i t i c u l to res. E sta m u ltip l ic aci ó n de l m ateri a l se lecci o n ad o , l l a m ado en e ste
estado « m ateri al i n i c i a l » , es re alizado en dos etapas:
Ja prem ultiplicación : a parti r del m ateri al co n se rvado en Ja Espi g uette, el
E ntav produce m ateri al i n icial e n fa m i l i as sanitari as desti n ado a los e stable­
ci m i en tos de premu l t i p l icación (estableci m i e n tos ti po B ) ; antes de la d i stri ­
bución , las plantas son o bjeto de u n control san i tario por test E L I S A .
S e entiende p o r fam i l i a san i tari a, e l conj unto de p l antas obten idas de u n sólo
pie de u n m i s mo clon por m u ltipl icac ión vegetati va en pri mer grado . En c aso
de i njerto, la fam i l i a sani tari a es l a descendencia de pri mer grado obten i d a
d el conj u n to d e i njertos d e un so l o pi e de u n m i smo c lo n de v i nífera so bre
l as estacas de un solo pie de un mi smo clon de portai nj erto .
En Franci a, la pre m u l ti p l i cación es re alizada por los organi smos p ú b l i cos
(cámaras de agri c u ltura, com i tés i n terprofesionales ... ) o privados (viveri stas)
de premulti p l i cación reu nidos por el M in i sterio de A g ri c ul tura y controlados
por e l O n i v i n s. El los establecen v ides madre s de pre m u l ti pl i cación y produ­
c e n plantas dest i n adas a l o s m u l ti p l i cadores respetando reg las de i m p l an ta­
ción y de cond ucción rigu rosas para evi tar al m áx i mo los riesgos de conta­
mi nación por entre n u do corto . E l lo s producen material de base destinado a
los organ i smos y v iv eri stas m u l ti pl i cadores;
80 MANUAL D E VITICULTURA

- la m ultipl icac ión e s re a l i z ad a por o rg a n i s m o s ( s i n d i c ato, coopera ti va,


cámara de ag ricul tura ... ), por v iveri stas privados o i nc l u so por vi ticu ltores.
L as vides m adres de m u ltiplicación clona! son i n staladas e n terrenos sanos,
es deci r que han ten ido u n reposo del suelo du ran te al menos 1 0 años si n
v i ñ a, n i n i nguna re brotación de v iñedo, sin desi nfecc i ó n , con l a necesidad
de presentar l a p arce l a un año an tes de p l an t ar con el fi n de aseg urar su
e stado ; los p recedentes como eri ales, hu ertos, son o bj e to de un examen
estri c to , y puede ser req uerido un anál i si s nem ato lóg i co y/o una desi nfec­
ción del sue lo e n caso de duda. E l los prod ucen m aterial certificado que será
d i stri buido a los viticultores.

5 . 2 . Mejora varietal por vía sexual para la creación de nuevas


variedades
L as p l an tas n ac i das de se m i l l as de las bayas de u n a m i s m a variedad son gené­
ticamente d i ferente s unas de otras y di sti ntas de l a variedad p arental por el hec ho
de l a d i sy u nción de caracteres, debido a l a heterocigosis de las variedades paren ta­
les. Es posi ble, por tan to , rea l iz ar una se lección en el i n te rior de una descendenc i a
m a n teniendo sól o l o s i n d i v iduos que pre sentan u nas c aracterístic as m á s favorables
que los q ue exi sten en J a variedad-pob laci ó n . Tam bién se pue den c ruzar variedades
d i ferentes con el fi n de aume ntar la heterogeneidad de los desc endiente s y o bte ner
i nd i viduos q ue j un te n e n su genoma característi cas i n tere sante s que h asta e ntonces
ex i stían en cada una de l as vari edades parentales.

5 .2 . 1 . Objetivos

5.2. 1 . 1 . l'ortainjertos

Au nque el conj u nto actual de porta i njertos se a bastan te a m p l i o , n o siempre


perm i te re spo nder a l as ex ige nci as de las condiciones de l medio o del cultivo . Los
obj eti vos de se lección de portai nj ertos deben perm i ti r sati sfacer a los difere ntes
prod uctores i nvolucrados e n su cu ltivo :
- para el productor de estacas de v i vero o de e stacas i nje rtables: calidad y
reg u l aridad de la producción de sar m i e n tos;
- para el vi veri sta: re spuesta a l estaq ui l lado y a l i nj erto ;
- para el v i ticul tor: afin i d ad con l as variedades y los c lones, adaptación de los
portai nj ertos al terren o .
L as l íneas de i nvesti gación v a n actua l m e nte e n tres d i recciones:
- obtención de portai nj ertos que provoquen débi l vigor y alta precocidad para
l as situ aciones de balance h ídrico l igeramente excedentari o y medianamente
c lorosantes, j un tando las calidades de ri paria con la resi stenci a a la c l orosi s,
para los suelos arg i lo-calcáreos en c l i m a oceán ico ;
- o btención de portainj ertos resi sten tes a la sequía p ara las si tu aci o nes d e
ba lance hídrico m u y defi c i tario p ara l o s terre nos po bres d e las laderas d e
zonas medi terráneas;
- obtención de portai nj ertos suficen te mente resi ste ntes a l entren udo corto y/o
a Xiphinema index, y adaptados a las di fere ntes condiciones pedoc l i m áticas.
LAS VIDES CULTIVADAS 81

5.2. 1 .2. Uvas de vin ificación

Las vari edades actuales han si do se leccionadas e m p íri camente por sus c u a l i da­
des tecnológicas y organo lépticas pero p re sentan defectos, so bre todo en lo que se
refiere a su se n si bi li d ad al corri miento y al « m i l lerandage», a l as e nfe rmedades
cri ptogámi cas (mi ldi u , podred u m b re gri s, excoriosi s, oidio) o a los ataques de p l a­
gas ( ácaros, ne m atodos, cicade l as) .
La mej ora vari etal de l a uva de v i n i fi c ación tiene como o bjetivo pri nci pal crear
n uevas varied ades que, m an te ni endo al menos l as calidades u víferas u org anolépti­
cas de las variedades tradi cion ales, prese nten una resi stenc i a al m enos parc i al a l as
al teraciones fi siológi c as o a los ataques de hongos y p l agas. S e conoce e l fracaso
de los h íbridos p rod uctores di rectos en esta materia . Estos habían sido o bte n i dos
por h i bridación i nte respecífica. ¿Estará esta v ía prohi bida? N o , puesto que co n
n uevos geni tores y estrategi as m ás el aboradas, la i nvesti g ación ha lanzado progra­
m as de se lección h ace y a algunos años.

5.2. 1 .3. Uvas de mesa

Al n i ve l de resi stenci as fi siológicas o parasi tari as, el o bjetivo es el m i smo que


para l a uva de v i n i ficación . Adem ás, se buscan uvas m uy precoces y m ás tardías,
de racimos medios o gruesos y vari edades s i n pepitas.

5 .2 . 2 . Métodos
Los cruz a m i e n tos en tre especies han sido el o bje to de tra baj os i m portan tes
después de la i nvasión f il o xé ric a p ara o b tener porta i nj ertos re siste n te s a fi loxera y
adaptados a l as d i fere n te s condici ones c u l turale s así como h íbridos prod uctores
d i rectos; estos ú l ti mos presen taban l a ventaj a de ser resi ste n tes a fi loxera, en parte
resi ste n tes a l as e n fermedades cri p tog á m icas, y de tener aptitudes u v íferas . D e s­
g raci adam e n te, n o daban v i nos de calidad y por e l l o su cultivo ha sido abando­
n ado .
Los cruzamientos i n trae specíficos e n tre variedades de V. vin ifera han permi­
tido en e l pasado o btener n uevas v ariedades de u va de mesa (I ta l i a , Card i n al) y
variedades de v i ni ficación ( A licante bouschet) . Para com p letar bien l a se lección de
n uevas variedades, es nece sario p asar dos etapas, una que com ienza en el c ruza­
m i en to, que i ncluye la selección y la experi mentaci ón, y otra q ue i ncluye la m u lt i ­
p l icación .

5.2.2. 1 . Selección y experimen tación

D espués de la c astrac ión y de la po l i n i zación de las flores, L as se m i l l as o bte n i ­


d a s después d e l cruza m ie n to son pue stas en i nvernadero y despué s e n v ivero . C ada
u n a de estas p l an tas representa una n ueva variedad potencia l q ue e s e l o bj eto de
una p ri mera evaluac ión, durante 4 a 5 a ñ o s (Etapa I de l a se lección) so bre l a base
de las característi cas fe nológ i c as, de las aptitudes c u lturales y de l as c aracterístic as
cualitativas.
Las p l an tas eval uadas co mo más i nteresante s son e nv i adas, por una parte bajo
la forma de 5 cepas a un con se rvatorio (materi a l i ni c i a l ) , y por otra parte baj o l a
form a d e 1 2 cepas para u n a experi mentación en pleno campo don de son obj eto de
82 MANUAL D E VITICULTURA

observaciones y medi das durante cinco años (Etapa II de la se lecc i ón) . Las varie­
dades m ás promete doras pasan en seg uida a u n en sayo en vari as loca l i d ades (parce­
l as de 20 a 25 áreas) p ara estud i ar su comportamiento c u l tural y comprobar l as
cualidades de las uvas y de los v i n os produc idos. Final mente se sol i c i ta l a i n scrip­
ción en e l c atálogo de variedades y e speci es de v i d .

5.2.2.2. Multiplicación

El E ntav es el multipli cador. A n tes i nc l uso de l fi n de la Etapa de selección y


experi me ntación puede efectuar tests san itarios sobre l as vari edades m ás i n te re­
santes y proceder a una m u l ti plicación rápida en i nvern adero . El m ateri al así pro­
ducido sirve p ara i nstalar parcelas de premulti p l i c ación en el Inra y el Entav. U n a
vez q ue l a vari edad es i n sc rita en e l catál ogo, es posi b l e proporcionar material d e
base para el estab leci miento de vi ñas m adres de i njertos.
Ampelografía

Riparia gloria: 1 0 1 - 1 4 MG:


1 . RG-surnidad globu losa. 6. 1 01 -1 4 MG-seno peciolar en U . abierta.
2 . RG-hoj a cu neiforme, 3 d i e n tes angu losos. Rupestris de Lot:
3. RG-scno peciolar en l i ra. 7. RL--Sum idad glabra, HJA acanalada.
4. RG-borra de pelos sedosos. 8. RL- H A ren i forme plegada en canal, glabra .
5. RG-pi losidad sedosa sobre los nervios. 9. RL-SP en corchete.
- - -
1 . 420 A S vel losa, bla nca a l igeramente carmi nada. 2. 420 A HJA arañosa, bri l l ante,
- -
bro nceada. 3. 420 A HA c u neiforme poco cortada excepto en la base, SP en l i ra, nervios más
- -
cl aros q ue el l imbo que es verde oscu ro. 4. 4 2 0 A P acosti l lado, g l abro de n udos violetas hasta la
extremidad. 5 . 3309 C S P de HJ en V. 6. 3309 C S P de HA en U abierta de base a men udo
- - - -

desguarnec ida. 7 . S04 sumidad vel losa b l anca, zarc i l los trifu rcados. 8. S04 l IA c u nei forme,
- - - -

SP en U abierta. 9. S B B HA cuneiforme, redondeada, S P en l ira, P rojo vi noso.


- -
1 . 1 61 -49 C - HA cuneiforme, +típ i ca riparia, l igeramente ondulada, d ientes L3 divergentes. -
2. 34 EM - HA e n tera, tri l obu l ada, o n d u l ada, déb i lmente revol uta, SP en U . - 3. 41 B - SP en l i ra. - 4. 41 B - HA
c u neifo rme de bordes revo l utos. - 5 . 333 EM - HJA vel losa, bronceada, roj iza. -
6. 3 3 3 EM - HA orb i c u lar, con SP en l i ra cerrada de base desguarneci da. - 7. 333 EM - P acasti l lado, vel loso en la
extrem i dad. - 8. B C 1 - HA cuneiforme, S P en l i ra. - 9. 99 R - HA ren i forme, pequeña y puntiaguda, en c a n a l d e
bordes tomentosos, s i n bri l l o, S P e n V.
1 . 1 9 6-1 7 Castel HA cu neiforme, grande, S P en l i ra estrecha. 2. 1 6 1 6 C HA cu neiforme de
- - -

d ientes muy agudos, l imbo verde c l a ro. 3. 2 1 6-3 Castel - HA ren iforme, de dientes angu losos, S P
-

e n corchete o en U de base ancha. - 4. Gewürztraminer aspecto de la vegetación en pri mavera. -


-

-
5. Gewürztraminer HA orbicu lar a pentagonal, l i mbo arañoso, SP de bordes superpuestos. -
6. Riesling - HA orb i c u l ar de 3 o 5 lóbu los, SP de bordes superpuestos. 7. Sylvaner HA orbicul a r,
- -

entera o tri lob u l ada, glabra y fi na. - 8. Pinot noir HA orbic u lar, entera, ampol l ada, en embudo. -
-

9. Pinot meunier 1 �A orbicu lar ele SL profu ndos, SP en l i ra cerrada.


-
1 . Pinot meunier - Sumidad y HJ algodonosos b l ancos. - 2. Gamay - HA orb i c u lar, SP en V. -
3. Chenin - HA orbicular, recortada, base de nervios roja. - 4. Chardonnay - P pardo rojo. -
5. Chardonnay - HA orb i c u l ar, SP en l i ra de base desguarnecida. - 6. Melon - HA orbicu lar de bordes
revol u tos, SP en l i ra. - 7. Melon - aspecto del fol l aje de perfi l . - 8. Grolleau - H A orb i c u l ar, SP en l i ra,
base de nervios roja. - 9. Sauvignon HA orbicular tri lobu lada, SP en l i ra, órganos verdes.
1 . Sauvignon - raci mo peq ueño, compacto, troncocó n i co. 2. Colombard HA orbicu lo­
- -

- -
cuneifo rme, de lóbu los i nvol utos, SP en V. 3 . Colombard raci mo c i l índrico, a l ado. - 4. Sem i l lon -
HA orb i c u l a r pri mero i nvolouta y después revol uta, SP en l i ra. 5. Sem illon rac imo a lado y hoja
- -

revol uta. - 6. Muscadelle H A orb i c u l o-ren iforme de d ientes ang u losos, pu nto peciolar rosado. -
-

7. Merlot HA cuneifo rme de lób u l o term inal en lengua de gato, S P en U, 8. Merlot raci mos. -
- - -

9. Cabernet franc HA orb i c u lar, lóbu los i nferiores en «cresta de gal lo » .


-
1 . Cabernet sauvignon HA orbicu l ar, 5 lóbulos, 4 SL de fondo cóncavo y SP en l i ra de base
-

desguarnecida (aspecto pun7onado), d ientes oj iva les. 2. Cabernet sauvignon raci mos pequeños
- -

- -
c i l i ndro-cón i cos. 3 . Malbec HA orb i c u l a r entera con S L a menudo e n forma de dedo. - 4. Mal bec
- -
- raci m os med i os, a lados. - 5 . Petit verdot HA orbicu l a r, larga, abarq u i l l ada de bordes revo l utos.
7. Ugni blanc HA gra nde, orb ic u l a r, festoneada, d ientes gran des, oj ivales en muerán, de l igera
-

amar i l l ez, l i mbo jaspeado fuertemente abul lonado, SP en l i ra. 8. Ugni blanc raci mos muy
- -

grandes, a l ados. 9. Syrah HA orbiculo-Lroncada, 3 o 5 lóbu l os, S P en l i ra estrecha.


- -
1 . Garnacha - HA c u neiforme, gl abra, SP en l i ra, S LS rasgados. - 2. Cariñena - HA muy grande,
sr en U . - 3. Aramon - HA c u nei forme, SP en V, d ientes a ngu l osos. - 4. Monastrell - l l A
cu neotroncada, plana, S P en l i ra. - 5 . Macabeo - H A gra nde, tomentosa de l i mbo vel loso­
pubcscente, SP en l i ra. - 6. Clairette - HI\ orb icul ar, S LS de fondo agudo, SP cerrado de bordes
superpuestos. - 7 . Dattier de Beyrouth - racimo. - 8. Merlot - 9. Sultanina - racimo grande
c i l i ndrocón ico de bayas pequeñas.
Fotos: Alain Re y nier
LAS VIDES CULTIVADAS 83

Tab l a 3
Nuevas variedades de vinificación obtenidas por selección

Región de
Nombre Color Origen genético Características
producción

Aran el B lanca Garnacha gris x Midi M aduración próxima a


S ai nt-Pierre doré M erlot, se adapta bien a
terreno frescos y secos; bueno
y regulares rendi m ientos, los
vinos tienen un color pálido y
aromas e legantes.

Arriloba B lanca Raffiat de M oncade Todos los M aduración precoz, cercana


x Sauvignon depart. a Sauvignon, vigor medio,
vitícolas vino fino, aromática.

Arinanoa Tinta M erlot x Petit verdot Oeste y Productiva, poco sensible a


Suroeste podredumbre, vino coloreado
afrutado.

Calad oc Tinta Garnacha N x Cot M idi y Rendi miento elevado, buen


Córcega grado, color medio a fuerte.

Ch asan Blanca Li stan x Chardonnay Todas la M aduración medi a precoz,


regiones vino poco ácido y aromático.

Chenanyon Tinta Garnacha N x M idi M adur. anterior a Cariñena,


Juranyon N vino de mesa, con
personalidad, buena calidad .

Clarin Blanca Clairette x Ugni B Ide m . ldem.

Eg iodola Tinta Fer servadou x M idi y litoral M aduración precoz, muy alto
A bouriou atlántico rendi minento si carga es alta,
para vinos rosados o
te mpranos.

Ekigaina Tinta Tannat x Cabernet M idi y Precoz, poco sensi ble a la


sauvignon Suroeste podredu mbre, vino muy
coloreado.

Ganson Tinta Garnacha N x Oeste, Sur- Conviene en zonas un poco


Juranyon N Oeste Midi tardías.

Graman Tinta Garnacha N x M idi y S ur- M aduración media,


Aramon Oeste rendi miento ba tante elevado,
grado medio.
84 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 3 (continuación)

Región de
Nombre Color Origen genético Características
producción

M arselan Ti nta Cabernet sauvignon M idi M aduración media, ligeramente


x Garnacha N m ás precoz que Garnacha tinta,
vigor moderado, se adapta bien
a los terrenos frescos a muy
secos, rendi mientos medios,
poco sensible al corrimiento, da
vi nos equi librados, muy
coloreados de aromas bien
tipificados, delicados y
especia dos.

Liliorila B lanca B aroque x Oeste y Débil rendimiento, vino muy


Chardonnay Suroeste aromático, fuerte grado.

M onerac Tinta Garnacha N x M idi , Sur- Adaptad a a conducción en


Aramon Oeste e mpalizada.

Perdea B lanca Raffiat de M oncade Oeste y Productiva, vino fino,


x Chardonnay Suroe te aromática.

Portan Tinta Garnacha N x Todas Precoz para zonas tardías,


Portugués azul las regiones vino con personalidad.

Semebat Tinta B aroq ue x Cot Oeste y M aduración media,


S uroeste costa atlántica productividad media, vino
coloreado, equili brado.

Segalin Tinta J uranyon N x Lot M aduración media,


Portugués azul producción media, vino
coloreado, equili brado.

6. AMPE LOG RAF ÍA PRÁ CT I CA O COMO RECO NOC E R LAS


VARI E DADES Y LOS PORTAI NJ E RTOS

El reconoci m iento de l as vari edades y de los portai nj ertos es ú ti l para el hom­


bre del campo , es la ampelografía práctica que está basad a e n l a observación de los
caracteres morfo lógicos de l as variedades. Los métodos descriptivos son u ti l i zados
tam bién por los i nvestigadore s o los org an i smos ofici ales para la identifi cación de
plantas desconocidas. Pero l as di fi cultades encontradas con e stos métodos, so bre
todo p ara la identifi cación de m adera y de pl a n tas de vid, y de dife re ntes c lo nes de
una m i sm a variedad , h an l l evado a los i nvestigadore s a poner a punto nuevos méto­
dos de i denti fi c ac i ó n .
LAS VIDES CULTIVADAS 85

6.1 . Métodos ampel ográficos

6.1 . 1 . Método d e la ampelografía práctica

L a ampelografía práctica tiene por o bj eto e l reconoc i miento de las varieda­


des y los portai nj e rtos más corri en te s . D e l ante de una cepa, e l ej ercicio de reco ­
n oci m i en to co n si ste en detectar los rasgos desc ri ptivos q ue perm i tan d i st i n g u i r
al i nd i v i duo y reu n i r c aractere s q ue i de n t i fiquen u n a variedad o u n portai nj erto .
E sto supo n e e l apre nd i z aj e de u n leng uaj e re l ativo a l a descri pción de los c arac­
teres, a l a p uesta a p u n to de un método y a la uti l i z ación de referencias a m pelo­
g ráficas.
E l aprendizaj e d e l reconocimiento de l as variedades no puede h acerse más que
contando con una colección, que sirva de referencia, donde las vari edades a reco­
n ocer, reu n i d as y agru padas seg ú n su origen geográfico o su pertenenc i a a fam i l i as
de vari edades, p uedan ser comparad as.
En una p rim era fase, las vari edades son descri tas a parti r de c aracteres visua les
cualitativos como la forma, el color, la ve l l osidad de los d i fere n te órganos. La
observación se cuida mucho más so bre l as c aracterísticas de las hoj as, su forma, su
contorno, su aspecto y sus hendiduras ( senos) . L as observaciones sobre los brotes,
los pámpanos, los sarmientos, las bayas y los raci mos completan esta c aracteriza­
ción . A la vez , l as re laciones e ntre v ariedades (ori ge n , evo l ución , paren tesco) y sus
aptitudes son estudi ad as.
Es i n teresante proceder a una apro x i mación por gru po o fami l i a . E n efecto , l os
difere n tes portai njertos y la diversi dad de variedades p ueden ser reu n i d as seg ú n su
pertenencia a una fam i l i a o a u n g rupo: fami l i a de los noiriens, gamays, carmenets,
folles, rhénan s, . . . para las vari edades, h íbri dos entre e pecies de Vitis ( riparia x
rupestris, riparia x berlandieri . . . ) para los portainje rtos. D espués de h aber l l egado
a l conoc i miento de los c aracteres comunes de c ada grupo o fam i l i a , l a identifica­
ción se hace den tro de u n g ru po detectando caracteres p articulare s. Es u n mé todo
atractivo pues pe rmi te el acceso al reconocimiento de n u merosas variedades a par­
tir del c onoci m ie nto convertido en i n tuitivo de un n ú mero l i m i tado de tipos fami­
l i ares.
Es prec i so c o m e n z a r por el reco n o c i m i e n to de los portai nj ertos porq u e l o s
c aracteres e n tre fa m i l i as de h íbridos so n tan d i ferentes q ue perm i te n e st a b l e ­
ce r c l av e s d e determ i n ac i ó n . L a d i st a n c i a g e n é t i c a d e l a s e s p e c i e s q u e h an
serv i d o p a ra o b te n e r l o s porta i nj e rtos h ace q u e s u s c arac te ríst i c as morfo l óg i ­
c a s estén c l ara m e n te d i feren c i ad a s y q ue s e p u e d an e nc o ntrar en su s de sce n ­
d i e n tes l o s rasgos descri p ti v o s de l as especi e s . P o r c o n tra , d e n t ro de l a espe­
c i e Vi tis vin ife ra , c u y o n ú m e ro d e v a ri e d a d e s e s d e v a r i o s m i l l a r e s , l a s
d i fe re n ci as e n tre ti pos so n m e n o s m arcad as y l o s l ím i tes e n t re d o s g ru p o s a
veces i m p reci so s . N o o bstante, es u n a apro x i m ac i ó n i n teresante y prácti c a de
l a a m pe log rafía.
L a repeti ción de las obse rv ac i ones y el entren amiento en difere ntes coleccio­
nes permiten l legar al reconoc i m i ento práctico de u n a serie de variedades y de por­
tai njertos. E s esto lo que se pide a los alumnos de l as c lases para la titu l ación de
técnico superior en v i ticul tura y enología.
86 MANUAL D E VITICULTURA

6.1 .2 . Métodos científicos

6. 1 .2. 1 . Métodos descripti vos

Los métodos uti l i zados a parti r del sig l o X I X son e senci al mente desc ri pti vos,
u ti l izando c arac teres morfol óg icos. L as v ari edades son descritas m i nuciosam ente
en colección , los caractere s v i sual es cualitativos como la forma, el color, la vel lo­
sidad, son cod ifi cados y se hacen medidas preci sas sobre l as hoj as ( l o n g i tud y
ángulo de los nervios, longi tud y anchura de las hoj as) , so bre las bayas y l o s rac i ­
m o s . Estas descripciones sirven d e refere nc i a y h an sido reu nidas en l o s l i bros de
a m pe l o g rafía: A mpelog rafía de P. Vi a J a y V. Ve rmorel ( 1 90 1 - 1 9 09 ) , Reg istro
ampelog ráfico de l a O I V ( 1 96 3 ) , Variedades de u va de m esa de J . B ran as y
P. True l ( 1 965-66), Tratado de ampelografía práctica ( 1 985) y Variedades y viñe­
dos de Francia ( 1 988- 1 990) de P. Galet.
E n los p ri nc i pales p aíse s vi tíco l as, se han realizado trabajos a m pelográficos a
partir de colecc i o nes establecidas e n fincas p ú b licas de los centros de i nvestiga­
ción . En Franci a , la fi nca de Vassal del cen tro del Inra e n M ontpellier, reag rupa en
1 2 hectáreas m ás de 7 .500 accesiones, provi n i e n tes de 35 paíse s d i ferentes, q ue
corresponden a m ás de 3 . 500 variedades. C ada accesión es o bjeto de u n a descri p­
ción con la ayuda de 7 5 c arac teres a m pelog ráficos. Se han establecido y con ser­
vado fi cheros re lativos a 5 . 500 identificacio nes. En un pri mer momento , fueron
obj eto de tratamiento mec anográfi co (fi chas perforadas) pero los medi os i nformá­
ticos permiten actu almen te u n acceso m ás rápido a l as i n formaciones así como tra­
tam i e n tos m ás eficaces y an álisis estad ísti cos.
Los c aractere s de scri tos con sti tuyen datos cual i tativos o btenidos por observa­
ción pero también datos cuantitativos medidos. Estos ú lti mos, base de la ampelo­
metría i n iciada por R avaz y afi n ada por Galet, han tratado sobre l as medi das de
longitudes y so bre l as medidas de ángu l os realizadas so bre las hoj as y, accesori a­
m e n te, so bre otros órganos. Pero n uevos métodos, util i zando la i n form ática, son
puestos a punto por i n vestigadores de di feren te s países: uti l ización de tablas para
d ig i talizar, siste m as inform áti cos que uti li zan el ratón con i m ágenes de v ídeo q ue
perm i ten obtener l as coordenadas de p u n tos específicos de l as hoj as, análi s i s de
i m ágenes.

6 . 1 .2.2. Métodos que u tilizan marcadores

Para d isponer de m é todos m ás efic aces y fi ables, los i nvestig adores se ori entan
hacia técni cas de i nvestigación m ucho m ás genera l izables co mo el anál i si s i soen ­
z i m áti co y las técnicas d e análisis d e l A D N , que co mien zan a aportar u n a ayuda a
la a m pe lografía tradicional tanto a nivel de la i dentifi cación como a nivel del e stu­
dio de las re l aciones entre ge noti pos.
LAS VIDES CULTIVADAS 87

6.2. Caracteres ampelográficos


Las variedades se d i sti nguen por n u merosos caracteres que se pueden observar
o medir.

Antes de floración - - - - --- - ------- -- - - Sumidad

F loración ------------------------------- Hoja joven apical


Hoja joven basal
Pámpano
Inflorescencia

¡/
¡ /
¡ /
, ,

Parada de crecimiento ------------- Hoja adulta


en el envero Peciolo

6
Madurez industrial --- --- - - - ---- - - - - - - Racimo
Baya
Pedicelo
Pepita

Otoño ------------------------------------ Sarmiento

A. Reynier

Figura 1 8
Investigación de caracteres ampelográficos:
órganos a observar y periodos de observaciones.
88 MANUAL DE VITICULTURA

6.2 . 1 . Tipos de caracteres ampelográficos

6.2. 1 . 1 . La vellosidad

Los órganos de la vid pueden se r g l abros (si n pe los) o p re sentar ve l losidad.


Los difere n tes ti pos de vell osi dad se di sti n g uen :
• por l a form a de los pelos:
- l anosos ( largos y flexuosos) ;
- sedosos (cortos y ríg i dos como los d e u n cepi llo) ;
• por la den sidad de l o s pelos en orden creciente:
- v ellosidad l anosa: arañosa;
ve l l osa suave;
algodonosa;
- v e llosidad sedosa: pube sce nte;
aterciopelada.

6.2. 1 .2. Color

Es un c arácter muy i m portan te para los rac i mos, la su m idad y las hoj as j óve­
nes; el color puede ser uniforme, en p l ac as ( marrón, cobrizo) o ri beteado ( c armi­
nado) .

6.2. 1 .3. Forma

S e observa a la vez la forma general , el co ntorno (forma de los die ntes, del
se no peciol ar) y l a superficie de las hoj as ( l i sa, ondul ada), el porte de los pám pa­
nos, el aspecto de los raci mos, su co mpacidad , etc . . . E stas observac iones son efec­
tuadas en los periodos más favorables a la expresión de estos tipos de caracteres
cuando los órganos h an alcanzado un cierto desarrol lo (figura 1 8).

6.2 . 2 . Caracteres ampelográficos d e l a hoja


El tam año de la hoj a es apreci ado por la superficie del l i m bo : grande (Cari­
ñena, Ugni blanc, Ri pari a Gl ori a), media (Che n i n b l anc), peq ueña (Garnacha ti n ta)
o muy pequeña (R u pe stri s de Lot) . Puede ser también apreci ada por la longitud y
l a anchura d e l l i m bo (L y 1). U n a hoj a está organizada alrededor de los nervios. S u
form a está determ i n ada por l as longitudes d e los nervios ( L l , L 2 , L 3 , L 4 y L' 2 ,
L' 3, L' 4) y por l o s ángulos en tre l o s nervios (a, B, y). L a hoj a e stá deli m i tada por
e l se n o peciolar ( S P), e l sen o l ateral superior ( S L S ) e i n ferior (S LI ) que sep aran
los lóbu l os (LT, L L S , L L I) . S e di sti nguen cinco tipos pri ncipa les de hoj as: reni­
forme , cuneiforme , orbicular, troncada y cordiforme.
LAS VIDES CULTIVADAS 89

L'4 L4

LT

- - - - - - -
L1

Figura 1 9
Caracteres ampelográficos de la hoja.

Hoja ren iforme: hoj a en tera, en form a de ri ñón, m ás ancha q ue larg a, caracteri -
zad a por:
- ángulos m u y ag udos;
- nerv ios c u y a su m a a + B < 90º y a + B + y < 1 30º;
- sen o pec i o l ar abierto y poco profu ndo;
- nervios cu yas longitudes respec tivas son apro x i m adamente :
L3 = 2/3 L 1 y L 4 1 / 2 L 1 ;
=

- ángulo del lóbu lo te rm i n a l o btuso � 90º.


Hoja cuneiforme: hoj a que, siste m áticamente , se i n scri be en un rectáng u lo ter-
m i n ado por un tri ángulo , caracteri zad a por:
- L > 1;
- sum a de ángu los de l os nervios a + B próx i m a a 90º;
- sum a de ángulos de los nervios a + B + y = 1 20º a 1 40º;
- L 1 � 2 L3 y L 1 <= 3 L4.
90 MANUAL DE VITICULTURA

I
I

L3

L1

B e
¡ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
! L4 :
1
/

L'3 I / L3
I '
I

\
\

I
\
I
\
I

/ / L2
/
L12 ' ,
A. Reynier
L1
L1

F igura 20
Formas de las hojas.
A. Reniforme.
B. Cune iforme .
. Orb icu lar.

Hoja orbicular: hoj a q ue puede i n sc ri bi rse en u n c írculo, t an l arga como ancha


(L = 1 ) , carcteri z ada por:
suma de ángulos (a + B) pró x i m a a 1 20º,a + � 60º; =

nervios L2 y L' 3 en la prolongación como L3 y L' 2 ;


nervi os L 2 L' 3 y L' 2 L 3 forman u n a X ;
sen o pec i o l ar m u y profundo y cerrado .
Hoja troncada: hoj a d e tipo orbi cu lar pero c o n los nervios L 3 y L' 3 m á s cor­
tos .
Hoja cordiforme: hoj a de tipo cune i forme pero con L l m u y largo dando un

aspecto ge neral de la hoj a en form a de corazón .


LAS VIDES CULTIVADAS 91

• Forma del seno peciolar

e n l l ave
U V ?JV V
en U en V en l i ra estrecho de bordes superpuestos

• Forma d e los d ientes

corto

A med io

/\ (') /\ /( alto

rect i l ín eo cón cavo convexo arqueado

• Aspecto del limbo

V t.
• < • l �

p l a no aca n a l ado i n vo l uto revo l uto tormento so

6.2 . 3 . Caracteres ampelográficos del sarmiento


U n sarmi en to está con stituido po r u n a sucesión de entren udos, sep arados por
abultamientos, los n udos, a l nive l de l os cuales se i n sertan las hoj as, las i n flore s­
cenci as o los zarc i l los, la y e m a pronta y la yema laten te .
L a longi tud d e l sarmie nto puede vari ar desde menos de u n metro hasta vari os
metros. E sto depende de l n ú mero y la l o n gitud de los entren udos y varía con :
- la especie y l a vari edad : V. riparia, V. berlandieri ti enen entrenudos largos;
V rupestris y m uc h as variedades de V vin ífera tienen entren udos y sarmien­
tos m ás cortos;
- el vigor: expresa la i n ten sidad de creci m iento y depende de l as condiciones
presentes a nivel de l suelo (al i mentación en agua y mi nerales, co mpetencia de
m al as hierbas, portai njerto, estercol ado) o sobre la parte aérea (temperatura e
i n solación a nivel del fol l aje, n ú mero de yemas dej adas en l a poda, modo de
empalizamiento). U n a cepa vigorosa ti ene sarmientos l argos y gruesos;
92 MANUAL DE VITICULTURA

- las en fermedades y los parási tos ti enen general m e n te un efecto negativo


so bre el crec i m iento red uciendo la activi dad del fol l aj e ( m i ld i u , oidio, áca­
ros, c lorosis) o la de las raíces (filoxera, podred u m bre ).
Se d i sting uen dos partes a l o l argo del sarm iento :
- en la base u n a parte preformada que existía en el e stado de e sbozo d e l a
y e m a , q u e dio l ugar a l n aci m i e n to d e l sarmiento, y q u e com prende d e cuatro
a diez en tren udos seg ún el vigor, la vari edad , el rango de los sarmientos
so bre la m adera de dos años;
- a con t i nu ac ión , una parte neofo rmada que se ha desarro l l ado a lo largo de l a
pri m avera a p arti r de u n a ye m a term inal del pám pano herbáceo e n creci ­
miento.
E l porte de los sar m i e n tos, que da e l aspecto general de l a m adera del aiio e n
l as c e p a s si n e m p a l i z a r, e s e rg u i d o e n c i e rtas v aried ade s c o m o C ari ñ e n a y
Juran�on bl anc, caído en Aram o n , exten di do en V. riparia y sus descendkn te s y
arbustivo en V rupestris.
E l sar m i e n to está con sti tuido por u n a sucesión de entren udos cuya sección es
frecuentemente e l íptica con una cara m ás redondeada bajo la ye m a late n te y m ás
p l an a en e l l ado opuesto .

6.2.4. Caracteres ampelográfi cos del pám pano


El p á m p an o herbáceo ti e n e la m i s m a m orfo logía general que el sar m i e n to
observado despué s del agosta m iento o a la caída de las hoj as. No o bstan te , pre­
senta algunas características p arti cul ares:
- el p á mp an o ac aba en una ye m a term i n a l m i e ntras que ésta no existe en el
sarm i e n to ; l l eva i nflore sce nci as, hoj as y y e m a s pro ntas q u e e stán i g u a l ­
mente en crec i m iento;
- e l color del pámpano es genera l m e n te verde, pero el dorso e s a me nudo m ás
co loreado (roj i zo) que e l vientre; a veces, el n udo está coloreado de forma
difere n te q ue el en tren udo;
- l a v ell osidad, es decir l a pre senci a de pelos, es u n c arácter ú ti l p ara e l reco-
noci miento de variedades.
La sum idad : es l a parte del p á m pano por enci m a de J a pri m era hoj a separad a:
- forma: abierta (Rupestris de Lo t), m edi a, globu losa ( V riparia ) ;
- ve l losidad : los pelos puede n ser l an o sos ( largos y flexuosos) o sedosos (cor-
tos y erg u i dos) o ausentes (glabros) ;
- color: l a pigmentación antoc i án i c a (rojo) puede estar ause n te o local i z ad a
(ri beteado) o concerni r a tod a l a su m i d ad; a m enudo la c o loración viene
dada por la de los pelos.
Las hojas jóvenes superiores:
- forma: abiertas, acan a lad as (R upestris de Lot), otras;
- ve l losidad y color.
El pámpano:
- con torno o sección : l i so, angu loso , de c an uti l l o (berlandieri) ;
- vel losi dad : es a men udo dé bi l pero puede ser caracte ríst ica, por eje m pl o :
algodon oso a sedoso (M acabeo, M e u ni er) o sedoso (3306 C):
- col or: a men udo diferente e n el vientre q u e en e l dorso de l os pámpanos; a l
nivel de l o s n udos; coloración uniforme o c o n ran uras coloreadas;
- porte del pámpan o : ergui do (C ariñena) o qui l loso (S auvignon) , caído, fl áci do .
LAS VIDES CULTIVADAS 93

El zarcillo :
- di stri bución : di sconti n u a ( V vin ífera) o continua ( V labrusca ) ;
- longitud: corta ( Aramon noir) ; medi a (Pinot no ir) ; l arg a (Chasse l as b lanc) ;
- forma: si mple, si n ra mificación (Muscadin ia) , bi o trifurcada.

6.2 .5 . Caracteres ampelográficos del racimo


L a forma del rac i mo en m ad uración e stá determ i nada por la form a i nici al de la
i nfl orescenci a así como por e l n ú mero y el volumen de l as bayas, l o que perm ite
dist i nguir racimos c i l índricos, cón icos, p i ra m idales, alados. U n carácter m ás i n te­
resan te es l a compaci dad del raci mo q ue puede ser sue l to (Perla de Csaba), medi o
(Chassel as bl an c ) o co mpacto (Pinot noir). Para l as varied ades de v i ni fi c ación , l a
com paci dad e s u n fac tor d e sen si b i l idad a l a podred u m bre gri s. Para la producción
de uva de mesa, se utiU zan vari e dades de raci mos sue l tos.

6.2.6. Caracteres ampelográfi cos de la baya


El grosor de la b aya es u n a característica varietal . Es expresad a de diferentes
m a neras por l o s ampelógrafo s, bi e n sea por la m ed i a de su l o n g i tud y de su
anchura ( peq ueña: < 1 2 m m ; medi a: 1 2 a 1 8 m m ; gru e sa: 1 8 a 24 m m , y m u y
gruesa : > 24 m m ) o b i e n sea m u lti pl i cando estas dos medidas. La u n i form idad de l
grosor es un c arácter i mportante para las u vas de mesa.
La fo rma d e la baya e s vari ab l e segú n l as v ari edades: a p l anada (No b l i n g
bl anc), esféric a (Ch asse l as b l anc) , e l íptica, ovoide, o bovoide, c i l índri ca, fusiforme,
arquead a (Comichon b l anc) . U n m ismo rac i mo puede tener bayas con formas sen ­
si blemente difere n tes ( Dattier d e B eyrouth).

ó o
apla nada esférica
o
ovo ide
o
e l i psoide

o
o bovo ide
o
c i l índrica
o
fu s i forme
Q
arqueada

El color de la baya es u n carácter ampelográfico y tec no lógico muy i m por­


tante. A n tes de l envero, los granos son verdes, pero después de dicho estado fi sio­
lógico el color del hol l ej o depe nde de la vari edad : verde- a mari l lo (Ch assel as) , rosa
(Chasse l as rose o S ultan i na rosa), rojo, roj o-gri s (Pi not gri s) , rojo oscuro-violeta,
azul negro (Pi not noir) , roj o negro. D ado que l a pulpa no está general mente colore -
94 MANUAL DE VITICULTURA

ada, el color del v i n o e s debido a los compone ntes fenólicos ( antoc i anos, fl avonas)
contenidos e n e l hol lej o . No osbtante, c iertas variedades, l l amadas t i n toreras, tie­
nen adem ás la p u lpa colore ad a, como e s e l c aso de A l i can te bousc het.
La consistencia de la baya es fi rme a n tes de l envero y se abl anda después del
e nvero . L as v ariedades de v i n i ficaci ón tienen bayas b l andas y j ugosas m ie ntras
que l as variedades de mesa tienen frec uente me nte bayas carnosas.
El sabor es un carácter tecno lógico i m portante para las variedades de v i n i fica­
ción y las v ariedades de mesa: sabor neutro, débi l , aro m áti co, amoscatelado.
La separación del pedicelo e s u n c arácter i n teresante para apreci ar l a resi sten­
cia al tran sporte de variedades de mesa y la apti tud para la recol ección mecánica
de vari edades de v i n i ficaci ó n .

Tab l a 4
Principales caracteres ampelográficos de las especies del género Vitis

V. riparia V. rupestris V. berlandieri


(Ripari a Gloria de Montpellier) (Rupestris de Lot)

Sumidad
Pubescente Glabra Algodonosa blanca carminada
G lobosa Brillante, aplanada
Verde pálida Plegada en canutillo
En curva

Hoja adulta
Grande Pequeña Pequeña a media
Cuneiforme ( l ) Reniforme (2) C uneiforme, entera.
Dientes anguloso , Dientes oj ivales Dientes ojivales,
3 dientes terminales afi lados. medi o . aplast., poco visibles.
SP (3) en lira. SP muy abierto en llave SP en lira.
Limbo delgado, liso, Li m bo denso, bri llante, Limbo denso, mate,
ondulado, suave, en canutil lo bordes enrollados
con nervios verdes. con nervios rojizos. con nervios verdes.
Envé con nervios Envés del limbo Envés arañoso .
pubescentes con y nervios glabros.
mata de pelos sedosos
en las bifurcaciones.

Pámpano
Liso, verde claro Rojizo, Acastillado,
glabro de sección lisa, de sección li a, velloso en extremidad
entrenudos largos. ligeramente anguloso.

l . Cuneiforme: en forma de pico . A. Reynier


2 . Reniforme: en forma de riñón.
3. S P: Seno peciolar.
LAS VIDES CULTIVADAS 95

Tab l a 5
Clave de determinación de portainjertos clasificados por familias

Hoja adulta reniforme


Pámpano liso, ligeramente anguloso, glabro,
rojizo con pruina, entrenudos cortos.
SP abierto en l lave Rupestris de Lot

Pámpano acostillado, rojizo o violáceo Rupestris x berlandieri


(sal vo 1447 P de hoja
orbiculo-reniforme)

Hoja adulta cuneiforme


Pámpano de sección lisa, glabro, verde claro
con largo entrenudos,
sumidad globosa, verde pálido, en curva,
grandes hojas de 3 dientes terminales
afi lados, envés con nervios pu bescentes
con mata de pelos en las bifurcaciones.
SP en lira Riparia gloria de Montpellier

Pámpano anguloso, glabro


sumidad globosa en curva,
hojas peq ueñas Riparia x rupestris

Pámpano acastillado con entrenudos largos,


nudos violetas (salvo 34 EM),
su midad vellosa,
blanca con borde carminado Riparia x berlandieri

Pámpano muy aco ti llado


sumidad algodonosa blanca
con borde carminado,
hoja adu lta con bordes revolutos,
seno peciolar en lira con fondo ensanchado 41 B

Hoja adulta orbicular


Pámpano muy acasti llado
sumidad algodonosa muy carminada,
vellosa suave en la extremidad,
seno peciolar en lira
con bordes rectilíneos y de base desguarnecida 333 EM

A. Rey nier
96 MANUAL DE VITICULTURA

Tab la 6
Caracteres ampelográficos de los híbridos riparia x rupestris

1 0 1 - 14 MG 3309 e

Tipo + riparia + rupestris

Sumidad Globosa, bri llante, Glabro, verde bri llante


pubescente en los nervios

Hoja joven Plegada B riUante

Hoja adulta Grande Pequeña


forma Cuneiforme, con bordes Cuneiforme de contormo redondeado
involutos formando embudo
escotadura 3 dientes terminales Entera, dientes ojivales
brillo del limbo Apagado, B ril Jante
transparente de reflejos rosas
tacto Suave Satinado
seno peciolar En U muy abierta En V (hojas jóvenes)
convertida en U abierta de bordes
convexos y a menudo con ba e
de guarnecida (hojas adulta )
vellosidad Nervios pubescentes Glabro

A. Rey nier
LAS VIDES CULTIVADAS 97

Tab l a 7
Caracteres ampelográficos de Rupestris de Lot y de los híbridos rupestris x berlandieri

Caracteres comunes hojas reniformes y dientes ojivales


pámpano acostillado
Caracteres particulares
Limbo Pámpano Seno peciolar Variedad

Limbo brillante
plegado en canal glabro
- liso, verde azulado Gl abro en corchete Rupestris Lot
HJ cobrizas, muy brillantes

- con ampollas finas Gl abro, rojo en el extremo en U muy abierta 1 10 R


acanaladas
HJ muy bronceadas
bri llantes, con ampollas
Limbo brillante Ligeramente pubescente, en lira abierta, 1 40 Ru
nervios de hojas violáceo punto peciolar rojo
pubescentes HJ verde pálido, brillantes

Limbo sin brillo


- involuto con bordes glabro, rojo en en V muy abierta 99 R
tomentosos el ápice y con n udos
h. pubescentes violetas en Ja base.
por debajo Sumidad arañosa,
en curva
- tomentoso con umidad araño a en U abierta de base 1 103 p
bordes involutos, Nudos violetas desguarnecida (JI)
glabro con nervios Sumidad arañosa,
pubescentes blanco rosado
Sumidad vellosa en lira abierta 1 447 p
de ribete rosa
HJ arañosas cobrizas

A. Rey n i e r
98 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 8
Caracteres ampelográficos de los híbridos riparia x berlandieri

Caracteres comunes
* Hoja adulta cuneiforme, 3 dientes terminales puntiagudos,

borra de pelos pubescentes en la ax ila de los nervios, dientes ojivales


* Pámpano acostillado

Pámpano N udos Hoja Variedad

Pubescente Violetas L i m bo de bordes revolutos,


salvo la extremidad salvo sum idad abarquillado en punto peciolar
SP en V
HJ arañosas bronceadas 8B
Verdes Entera de bordes revolutos, SP en U ,
a veces de base desguarnecida
HJ arañosas verde pálido 34 EM

Semi pubescente Violetas salvo Peciolo y envés de limbo pubescentes


en lo nudos la extremidad (hoja adulta tipo + riparia)
SP abierto, casi en U y a menudo
de base de guarnecida
L i m bo plano, con ampollas fi nas y
ondu lado entre Jos nervios, de bordes
rectilíneos, con los dientes terminales
de los nervios L2 y L' 2 retorcidos en
« bigote», HJ arañosas cobrizas 16 1 -49 e
Peciolo y limbo glabros o débi lmente
pubescentes, limbo de borde i nvolutos
en copa y de contorno redondeado,
SP en füa
HJ arañosas, cobrizas S BB
Limbo con ligeras ampollas, glabro
SP en lira, base de los nervios rojos
Nervios pube cente
HJ vel losas, débil mente bronceadas RSB 1
Nervios y peciolo pubescentes
L i m bo sin bri llo, ondulado, de bordes
invol utos verde-amari llo, plegada en
el punto peciolar
SP en U abierta y zarcil los trifurcado
Hojas jóvenes arañosas S04
Glabro Violetas Hoja adulta pequeña, gruesa, verde
hasta la oscura de nervi os más claros,
extremidad limbo plano, con ampol las finas,
hoja pubescente, SP en lira,
algunas hojas de SLS profundo
HJ muy brillantes, arañosas 420 A

A. Rey n i e r
CAPÍTULO 3

M ULTIPLICACIÓN DE LA VID

1 . Producción del material de propagación


2. B ases fisi ológicas del estaquil lado y del injerto
3 . Técnicas d e estaquil lado y de injerto
4. Técnicas de regeneración de viñas

L a vid puede ser mu l ti p l ic ada por vía sex ual (se m i l la) o por v ía asex uada (esta­
q u i l l ado , acodo , i njerto) . La se m i l l a n o perm i te con servar los caracteres de l a
p lanta q u e h a p roducido l a s pepitas; e ste procedi miento d e m u l t i p lic ación está
reservado a los se leccion adores y a los hi bri d adores para la creación de n uevas
variedades y patrones. E l v i ti c u l tor está i nteresado m ás di recta mente por los proce­
d imien tos de m u l ti p l i cación vegetativa.
El estaquillado c o n si ste e n colocar e n un m ed i o favorable u n frag m e n to de
sarmi ento sep arado de l a cepa, p ara q ue se desarro l len raíces y u n s istem a aéreo
i dé n ti co s a la p l a n ta- m ad re. Después de la i nv asión fi loxéri ca e ste procedi m i e n to
h a perd ido mucha i mportanci a; prácticamente abando n ado p ara las v ariedades
de V. vinífera, se uti l i z a fu ndamenta l m e n te p ara l a p rod ucción de barbados de
p atron es.
El acodo con si ste en en terrar en el suelo un sarm ie nto que perm anece u nido a
la cepa hasta que haya reproducido u n a n ueva p l anta, que después es separada de
l a p lanta madre ; e ste procedimiento es práctico para reemplazar e n una viña l as
pl antas que fal tan (m arras) ; no puede ser u ti l i zado, como el estaqu i l lado, m ás que
cuando l a fi loxera no sea de temer; en presencia de riesgo de fi l oxera , que suele ser
el c aso genera l , es preferi ble no separar el acodo .
En c iertos c asos se enti e rra l a cepa entera para que puedan enrai z ar l o s sar­
m ien tos que l leva. Es un p rocedi m ie n to que se uti l i zó an te s de la i nvasión fi lo xé­
ri ca pero que despué s se ha abandon ado.
1 00 MANUAL DE VITICULTURA

El injerto co nsi ste en fij ar u n a porci ón de sarm ie nto, l l am ado variedad, púa o
si mplemente i njerto , de sti n ada a producir la parte aérea de la cepa, so bre otra frac­
ción de vegetal, el patrón o porta- i njerto , que produce el siste m a radicular y sirve de
soporte . Aunque origina gastos suplemen tarios para la i mp lantac ión de un vi ñedo,
este procedi mien to es el q ue se u ti l i z a con más frecuencia; es el q ue perm i te asoci ar
la calidad de las variedades y la resistencia a la fi loxera de los patrones.

1 . PROD U CC I Ó N D E L MATERI AL DE PROPAGACI Ó N

1 . 1 . Sector de las maderas y de las plantas de vid


A n tes de la i nvasión fi loxérica el v iñedo se establecía franco de pie, sobre l as
propi as raíces de las vad ed ade s. S u re novación se hacía por estaqui J lado o acodo.
La fi loxera, al atacar l as raíces de las p l an tas de V vin ifera i m puso y general izó el
u so del i njerto. Para el establec i miento de l as v i ñ as, los viticultores recurri eron a
pl an tas en rai z ad as de patrones ( barbados) que i njertaban en el campo un año m ás
tarde y también a pl an tas e nraizadas de V vin ifera y de híbridos productore s direc­
tos. La prod ucción comerc i a l de m ateri al de propagación estaba l an z ad a y había
n acido el oficio de vi veri sta vitíco la. Desde entonces la prod ucción de barbados ha
di s m i n ui do enormemente y ahora, en Franci a, no represe nta m ás q ue el 4,7 % de
l as estacas y estacas-injertadas p l antadas. Actual m e nte l a p l antación de vi ñas e s
hace esencialme n te con plantas- i nj erto produci das po r l o s vive ristas.

1 .1 .1 . Profesionales del sector


E stos profesionales aseguran la prod ucción y la comercial i z ación del materi al
de propagación (estaqui ll as, estacas, i nje rtos), de los barbados y de l as p l an tas­
i njerto . El n ú m ero de productores y negoc i an tes en m adera y p l antas de v i ñ a dismi­
n uye desde hace varios decenios: de 7 .000 aproxi m ad am e nte en 1 970, son 1 .536 en
1 998 , de los q ue 1 .002 son prod uctores de plantas. Se asi ste a un fenómeno de con­
centración de la profesión en la región meridional y en Aquitan i a-Charentes.
E stos profesionales, diplomados con el título de una o varias actividades, están
reparti dos en ci nco categorías n o excluyentes las unas de l as otras.
Categoría A C u lt i vadores de viñas m adres de patrones
Categoría B C u ltivadores de viñas m adres de i njertos
Categoría C E stableci m i entos de pre m u lti p l i cación
Categoría D Productores de pl an tas ( barbados, p l an tas- i njerto , en viveros tra­
dicionales o por forzado en i nvernadero)
Categoría E O btentores de n uevas variedades
Categoría F N egoc i an tes, cooperativas, agrupaci ones de aprovisionamiento
o tod a e m presa de di stri bución de m ateri al de m u l ti p li c aci ón
vegetati v a de l a v id
Categoría G Corredores en m ateri al de propagación vegetativa de l a v i d .
L a O n i v i n s con tro l a su s activ idades, espec ial mente en l o refere n te al e stado
sani tario de l as viñas, las condiciones de cu ltivo y de comerci alización de l m ateri al
de m u l ti p l icación .
LAS VIDES CULTIVADAS 1 01

1 . 1 .2 . Viñas-madres de patrones

Aseg uran la producción de estacas y de estaquil las. L as supe rfi ci es de vi ñas­


m adre s de patrones son de 1 .905 h a en 1 99 8 , de los q ue 1 . 7 84 ha están en produc­
ción , rep artidos principalm e n te e n l a región meridional (PACA 3 8 % , L anguedoc­
Roussi llon 22 % ) .
D esde el fi n al d e la gue rra h asta 1 9 7 5 , se han d u p l i c ado l as su perficies d e pies
m adre s (4 . 87 5 h a e n 1 97 5 ) p ara aco meter l a renovación del v iñedo, l a renovaci ón
del vi ñedo, l a m ej ora de l e ncepamie nto (regresión de los híbri dos productores
directos y reconversión de l vi ñedo), la extensión y la ree structuración en ci ertas
reg iones de producción .
E l v iñedo d e Cognac h a pasado d e 62 . 500 h a e n 1 962, con u n 1 /4 d e varieda­
des ti ntas, a 94 .000 ha en 1 980 pero con un 96% de U g ni B l anc. S i n e m b argo
durante el período 1 976- 7 8 , se produce u n a caída brutal de l as superficies de cam­
pos m adres de p atrones (-27 % ) por la i n fluencia de dos m edidas ad m i n i strativas:
- la p rohi bición de establecer viñas m adres con m ateri al e stándar cl ase E l i te y
la obligación de uti l i zar m ateri al certifi cado ,
- la uti li z ac ión exc l u siva de derechos de rep lantac ión para l as n uevas p l anta­
ciones.
Después ha p roseg uido la reducci ón de l as superficies, de u na m anera m ás
lenta pero conti n u a , en 1 7 años (de 1 9 7 1 a 1 99 8) l a pérdida ha sido del 42% . Esta
evo l ución acompaña a l as po l íti cas de restricción de p l an taciones, de p ri mas de
arranque si n renovación , de contingentación de las nuevas p l antaciones y de l os
transfers, de ayudas a l a reestructur ac ión de l viñedo de vino de mesa y de uvas de
mesa. L as superficies de v i ñ as en prod ucción han pasado de 1 .3 1 0 .000 ha e n 1 97 5
a 920.000 ha en 1 996.
E l re parto de superficies de los princi pales patrones es e l siguiente : S 04 (349
h a), 1 1 0 R (344 h a) , 3 309 C ( 254 ha), 4 1 B (209 ha) , 1 40 Ru ( 1 84 h ) , 1 0 1 - 1 4 M G
(69 h a) , 1 1 03 P (62 ha), 5 B B (54 ha), 1 6 1 -49 C (69 ha), Perca l (7 1 ha). L a evo lu­
ción varietal de los c a m pos m adres ha acompañado la reco nversión del vi ñedo en
Francia y en e l extranj ero con u n a reg resión del Rupestri s de Lot, 44- 5 3 , 333 EM,
99 R y e l au mento del 3309 C , 1 40 Ru, Percal, Gravesac , RSB 1 .
Desde 1 99 1 , la comerci a l i zación de m adera de patron e s de categoría estándar
está prohi bi da. Actu a l m e n te las superficies e n producción son el 97 ,5% en m ate­
rial certificado, e l resto es m aterial de base destin ado a la p re m ultiplicación .

1 . 1 . 3 . Viñas-madres de injertos
Producen las púas que aseg uran la prod ucción de uvas. Son v i ñ as establec i d as
con materi al de base , producido por los Establ eci m ientos de se lección y de pre­
m u lti pl icación , respetando las si guien te s normas de i mp l antación : terre no exen to
de cultivo de viña o de rebrotes desde al menos hace 1 2 años, aislado de e scorre n­
tías d e aguas q ue pudieran conta m i n arlos y sie ndo eventu a l m e n te obj eto de u na
desi nfección contro l ad a p o r la On ivins.
Las superficies de viñas m adres de i nj ertos repre sentan 1 .594 ha repartidas en
las difere nts reg iones v i tícol as con u n predo m inio de l as reg iones B orde l ai s-Cha­
ren tes ( 3 2 % ) y M idi ( 3 2 % ) .
1 02 MANUAL DE V ITICULTU RA

1 .1 .4. Producción de barbados y de plantas-injerto


Las plantas injerto representan aproxi madamente un 95% de l as colocadas en
el campo. el estaquillado tradicional para l a producción de harbados ahora es poco
i mportante. Después del i njerto en tal ler, y a la sal ida de la estrati ficación, l as esta­
cas i njertadas son puestas a enrai zar o hien en v iveros tradic ionales o hien en
i nvernaderos para el forzado. A continuación se ofrecen los datos de las estacas
plantadas en 1 998 ( fuente Onivi ns ) :
- estaq u i l las d e patrones 9 mil lones
- estacas-i nj ertadas 247.4 -
• en v iveros tradicionales 222,7 -
• forzado en i nvernaderos 24,7 -
• en replantación 4,.3 -
La evol ución de las cantidades usadas de las princ i pales variedades da una idea
de la política de mejora varietal, especialmente en el v i ñedo mediterráneo.

Tabla 1
Evolución de 1 985 a 1 998 de las cantidades de estacas-injerto plantadas en los viveros tradicionales

Variedad 1998 1996 1985

merlot N 43,9 28,2 1 5,5


grenachc N 23,5 1 8,2 1 1 ,8
syrah N 20,5 1 4,8 1 2,3
cabernct sauvignon N 23,8 1 3,8 1 2,2
chardonnay B 24,3 1 2,2 1 3,02
ugni blanc 5,6 9,6 7,6
pinot.N 1 3,3 9, 1 1 4,9
gamay N 5,7 6,5 8,7
sauvignon B 5,9 6,5 3,9
cabemet franc N 8,5 5, 1 6,3
mcunjer N 3,5 2,9 5 ,4
muscat a petits grains B 3,1 2,7 1 ,2
chenin B 1 ,8 2,2 1 ,6
vi ogni cr B 1 ,3 2, 1 0, 1
carignan N 1 ,9 1 ,8 11
caladoc N 2,3 1,1 -

melon B 1 ,2 1 ,6 3,6
-
grenache B 1 ,6 0,4
cinsaut N 1 ,2 1 ,6 8,9
temprani llo N 3,9 1 ,6 2,3
-
scmillon B 1 ,3 08
mourvedre N 1 ,9 1 ,2 2,3
LAS VIDES CULTIVADAS 1 03

1 . 1 .5 . Control del sector por la Onivins


L a Ofici n a nacional i nterprofesional de los v i nos (Onivi n s) aseg ura, por su ser­
vicio de control , la aplicación de la reglamentación en m ateri a de se lección, de pro­
ducción de m adera , de p rod ucci ón de plantas, de acondicionamie nto y de co merc ia­
l i zación de m adera y de p l a n tas de v i d . E stos con tro l e s ti e n en por o bj eto l a
verificación d e l a buen a conservación d e l a selección san i taria efectuada respecto a
l as v irosis. Tam bi é n tienen por o bj e to detectar otras enfermedades tran sm i si b les
que pod rían atacar a las cep as m adres, en particu lar la fl avesce nci a dorada.
Los contro les en l a producción de las cepas m adres, de l as plantas cu ltivad as
en v ivero o forzadas en i nvernaderos d an lugar a tests sani tarios E l i sa para detectar
virus como el entrenudo corto , a notifi c aciones y operaciones de trabajo , como por
ej emplo la depuraci ón varietal en los v iveros q ue i m p l i c a u n a segunda revi sión por
los agente s de l a O n i v i n s p ara contro l ar su ej ecución .
Los con tro les so bre el acondicionamie nto y Ja co mercialización de la m adera y
de las p l an tas de v i d se re al izan en los al m acenes y locales de se lecc ión y de aco n­
dicion am i e n to de los productore s y de los negoci an tes, en l as mercancías q ue l le ­
gan al c l ien te , p roductor de p l an tas o viticultor, e n las feri as y e n los m ercados.
E stos con tro les, real i zados por m ue streo, l l eg an a san c i o n ar diversas infracciones
tales como e l i n c u mp l i m i en to de las n ormas de comerci alización , defectos de pre­
cintado so bre e l m ateri al certificado, etiquetado o bo letín de tran sporte no confor­
mes con la reg l amentación . U n a eti q ue ta S R PV- O nivins , de color az u J , aco mpaña
al m ateri al certificado .

1 . 2 . Producción de material injertable en pleno campo


L as condiciones de producción de púas necesari as para el i njerto se han vi sto
an tes ( 1 . 1 . 3 ) ; aq u í só lo se van a estudi ar las técni cas de producción de m ateri al
agostado de patrones.

1 .2 . 1 . Cultivo de p ies madr es de patrones


El cu ltivo de las v i ñ as m adres de p atrones, también l l a m ados pies m adres, uti­
l i za l as técnicas particul ares siguientes:
- débil densi dad de p l antación co m prendida e ntre 1 .000 y 3 .000 pies/h a;
l as cepas son conduci das en cabez a de m i m brera so bre tronco corto ;
forma li bre , si n e m p a lizam ien to, lo que si mplific a la conducción y d i s m i ­
n uye l o s gastos de c u ltivo; en las reg iones m ás se p ten tri on ales q ue el M idi
med i te rráneo, l a vegetación se conduce sobre u n e mpalizamiento p ara favo­
recer el agostamiento de la m adera, pero el c u l tivo es más caro ;
poda propiamente dicha re al izada en fe bre ro - m arzo ;
m an ten i m i en to de l sue lo con herbicidas y/o l a boreo mecánico entre la reco­
lección de la m adera y el mes de m ayo siguiente;
s i n trat a m i e n tos, porq ue los patron es son resi stentes a l as e n fermedades
cri ptogám icas, salvo algunos que pueden se r atacados por el m i ldi u (4 1 B en
años h ú medos) , la eutipiosis ( Pe rc al ) , l a flavescenci a dorada o l a fi loxera
g al l íco J a (3309C, 99R); l as heladas y el grani zo p uede n dañar la m adera y
reducir su calidad ;
1 04 MANUAL DE VITICULTURA

- recolecc ión de la m adera e n o toño, preparación de haces y transporte rápi do


hasta los locales de preparac ión de la m adera.

Figura 1
Campos de pies madres de patrones en Italia y en Rumanía.

1 .2 . 2 . Preparación d e las estacas y estaqui l las


L a preparación de la m adera i nc l uye tres fase s:
- eli m i n ación de los z arci l l os lignificados, de los en tre nudos y de las partes no
agostadas; e ste trabaj o es m ás o menos largo segú n los patrones, por eje m ­
p lo es m ás rápido e n e l S 0 4 , poco ram i ficado , q u e e n e l 1 40 R u ;
- el desye m ado, que es la su pre sión de l a s yemas en l o s sarm ientos;
- e l corte de l os sarmientos en frag mentos, estacas o estaqu i l l as, dej adas con
un taló n , es decir seccionadas por debaj o de u n nudo.
E l desti n o de las estacas varía con e l diámetro de l as m aderas:
- los extre mos y los nietos con diám etro i n ferior a 3,5 mm o las bases con diá­
metro superior a 1 4 m m son e l i m i n ados;
- l as estaq u i l las para barbados deben tener como m íni mo un diá metro de 3,5
mm y una longi tud de 5 5 cm, son acondicionadas en paquetes de 200 ó 500;
LAS VIDES CULTIVADAS 1 05

las estacas i nj ertables debe n tener un diámetro en el e xtre mo más fi no com­


prendido en tre 6,5 y 1 2 mm y e l diám etro m ás grueso i n ferior a 14 mm; son
talonadas a 2 cm de la base de la ye m a i nferior y cortados en metros ( 1 ,05 m
co mo m ín i mo) o en fracciones de 28 a 30 c m ; las estacas-metros se acondi­
cio n an e n paq uete s de 200 y son eti q ue tados.

> 3,5 mm

Estaquillas

Diámetro mínimo
de 3,5 mm
Longitud > 55 cm
Estacas injertables
0 mínimo comprendido entre 6,5 y 1 2 mm
0 máximo < 1 4 mm
Estacas de púas
0 mínimo de 6,5 a 1 2 m m

Figura 2
Preparación de las estacas y estaquillas y normas por tipo de estacas.

Estas operaci ones son manuales o mecam c as. La m áq u i n a Menadier realiza


u n a l i mpieza rápi da y grosera de las m aderas no con servando m ás q ue l as q ue res­
ponden a l as n ormas, l o que permite e l i m i n ar m ás de l 40% de l vol u men reco lec­
tado. Otra máq u i n a ( De moisy ) perm i te el desyemado mecánico de l as m aderas ya
li mpi as con ayuda de fresas. Una segunda generación de m áqu inas propone la rea­
l i z ación de l as dos operac i o n e s si m u l tá n e a m e n te por un si stem a de c u ch i l l as
girando en se ntido i nverso ( M e n adi er) o por un si ste m a de quemado de los órg anos
a e l i m i n ar. La m áq u i n a Vi tinova perm i te efectuar las tres operaciones graci as a
c uc h i l l as rotativas tangenci a les y a l a transferencia de l as m aderas hac i a u n siste m a
d e corte , y todo e l lo contro l ado por ro bótica. E sta ú lti m a m áq u i n a perm i te u na
ganan c i a de tiempo de u n 50% c o n re lación al trabajo m an ual .
1 06 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 3
Fraccionado manual de los patrones (Viveros Gentié).

1 .2 . 3 . Conservación de la madera y de las p lantas


La pri mera de las condiciones para tener buenos re sul tados en el estaqui l l ado y
e n el i njerto es d i sponer de m ateri a l vegetal en perfecto estado de fre scor, es deci r
que presente un color franco bajo l a corteza y u n a médu l a acuosa. L a segunda con ­
dición es te ner m aderas en perfecto estado san i tario; e n efecto la v i tali dad de l as
m aderas se p uede a lterar en el transc urso de l a con servación :
- por deshi drataci ón : se ha demostrado q ue el enraizamiento es i mposi ble si l a
pérdi da de agua es superior a l 20 % ;
- por d i s m i n uc ión d e l as re servas e n g lúcidos i ndispe nsab les para l a respira­
ción de los tej idos: la i mportan c i a de estas pérd idas e s función de l a tempe­
ratura , del grado de desec ac i ó n , de la longitud de las estaq ui ll as; en e l caso
de estaq u i l l as su merg idas, l as pérd i das e n g lúcidos son debidas a fer menta­
ciones i ntracel u l ares;
- por la prese nc i a de hongos, y parti cularmente de Botrytis cinerea y de la
excoriosis ( Phomopsis viticola) que se de sarro l l an a expen sas de l as reservas
de l as m aderas.
En consecuencia, l as condiciones de con servac ión ( fuerte higrom etría , baj a
te m peratura y tratami en tos antifúngicos) tendrán como o bj etivo evitar e stas a l tera-
ciones:
- conse rvación tradicional: p ara las estacas y l as púas se hace en un local
fresco y h ú medo (una bodega, una g ruta o si m i l ar) e n haces q ue son co loca­
dos horizontalme nte; p ara las e staq u i l las se h ace en e l agu a corrie nte de un
arroyo o en un si lo excavado e n are n a, turba o tierra, en paquetes colocados
vertical mente ;
LAS VIDES CULTIVADAS 1 07

- conse rvación en cámara frigorífica a te m peratura de 1 ºC (m áxi mo 4 ºC)


e higrometría de 96 a 98 % , meti das en sacos de pl ástico o de yute ; es u n procedi­
m iento m ás costoso pero aseg ura una exce len te conservación ; e s ampli amente u ti­
l i zado p or los viveri stas i mportan tes para e l m ateri al de m u l ti p l icación : estaq u i l las,
estac as metros, estacas, caj as de e stacas- i nj ertadas (en e spera de forzado), p lan tas­
i nj erto (e n espera de ven ta) ; así l as m aderas pueden ser conservadas varios meses o
i nc l uso hasta el año siguiente en c aso de m a l a ven ta.

F igura 4
Fraccionado y desyemado mecánico de los patrones (Viveros Gentié).

1 .2 .4 . Desinfección d e las estacas y d e las p ú as


Las maderas que serán conservadas en cámara fri gorífica pueden desi n fectarse
an tes de su puesta en con servación o eve n tual m e nte después, sumergiéndolas en
u n a solución de su lfato de quinolei na:
l as maderas o las estacas son , en p ri mer Jugar, su m ergi das en agua durante
24 horas y de spués desi n fectadas. Las púas son podadas en febrero , su mer-
1 08 MANUAL DE VITICULTURA

gi das durante 24 horas en agua, recortadas, co locadas en sacos de yute y eti­


q uetados;
- después, las estacas se sumergen e n agua du ran te 3 horas en una solución de
su lfato de q u i n ol eína (agu a a 1 0- 1 2 ºC ) , que se pre senta com o tres produc­
tos: Ch in osol w ® , Travacide ® a la dosis de 0,25 a 0 ,5 % , o C h i n o l i n LG ® a la
dosis de 1 a 1 ,2% (dosi s débi l si l as m aderas e stán sanas al principio o dosis
fuerte e n el caso de m aderas ya i n fectad as o q ue deban ser con servadas m ás
de dos me ses) ; e l ag ua no debe ser calcárea, se verifica con un test colori mé­
3
trico (test Aq uamerk ®) y s e corrige l a dureza del agua añadiendo 1 0 c m de
ác ido su l fú ri co concen trado po r grado de dureza y p o r m etro c ú bico de
agua; los reci pientes de sumersión no serán n i de hormigón n i de m etal, uti­
lizando, por tanto, pl ástico o m adera;
- después de e scurri rlas bien se colocan l as e stacas en sacos de plástico que
serán cerrados herméticamen te y conse rvados en cámara fría.
Las maderas y las estacas conservadas en bodegas pueden ser desinfectadas an tes
del injerto; después de sumergi rlas en agua durante 24 horas se desinfectan 3 horas en
una sol ución de los fungicidas precedentes a dosi s normal, se escurren y se i njertan .
L as so luciones de desi nfección se re n uev an c ada 3 sum ersiones. L as aguas uti­
l izadas debe n ser i mperativamente neutra l i z adas con 200 g de cal apagada y med i o
decili tro de ag ua o x i genada a l 3 5 % para 1 00 litros. S e forma un depósito e n e l
fondo que s e l leva al basurero y entonces e l ag u a ya puede tirarse al desagüe .

1 . 3 . Producción en invernadero del material injertable


L a prod ucción bajo i nve rnadero de m ateri al i nje rtable, y en particu lar l a s púas,
se desarro l l a por razones de seguridad san itari a pero tam bién por la necesi dad de
m u ltip licar rápidamente (en un ciclo vegetativo) y en cantidad ( 1 20 a 1 45 ye m as
por p l anta) m ateri al a partir de un n ú me ro li mi tado de i ndividuos (caso de nuevas
variedades o n uevos clones) . Esta técnica, l l a m ada de multiplicación rápida, es
u ti l i zada por los e stableci m ien tos de sel ección, de pre multiplicación y tam b i é n por
e mpre sas privadas.
La técn i c a consiste en c u l tivar en i nvern adero, si n calefacci ó n , p l a n tas para
l a p roducción de pú as. Plan tas en rai zadas de l a vari edad a m u l ti p l i car son i n sta­
l adas en e l i nvern adero e n c u an to la te m peratura a m b i e n te no de sc i e n de por
debaj o de 1 0 ºC , a una d i stanci a de 1 5 c m u n as de otras, sob re u n sustrato q u e
p uede se r puz o l a n a (gran u l o m etría de 6/ 1 0 , m ateri al de ori gen volcán i co , poroso
y con buen a capac i dad de retención de agua ) o l a n a de roc a ( m anej ab l e pero
deli cad a desde e l p u n to de v i sta de porosi d ad , d i fíc i l de rehid ratar después de
h u mectación seguida de u n a desecac i ón en presencia de e le m entos nu tri ti vos ) .
L as p l antas s o n ali m e n tadas, con ayuda d e u n siste m a g o t a a gota o de tubos
porosos, por una so l ución nutri tiva comerci a l , del m i smo tipo que las uti l i zadas
para los c ultivos hortíco l as o flora les, ap licad as en agu a a un pH 6 a 6,5. Al desa­
rro l l arse l as p lantas los brote s son e mpalizados en un siste m a monopl ano vertic al ,
suficiente me n te alto (2,5 m) para permi ti r una buena i l umi nación de l as hoj as y
por tan to un agosta m ie n to sati sfactorio de l as m aderas. L as plantas son protegidas
contra en fe rmedades y pl agas ( m i ld i u , o i di o , podredu m bre gri s, ácaros, thri ps,
coch i n i llas) ten i e ndo la prec auci ón de l i m i tar e l e m pleo de los productos que desa­
rrol lan fenómenos de resi stencias .
LAS VIDES CULTIVADAS 1 09

Después de J a reco lecci ón de la m adera, las pl an tas quedan en el m i smo lugar


( m áx i mo 3 años) . Reci ben u n ri ego reg u l ar y m ín i mo cada tres d ías en l an a de roca
y sol amente uno por sem an a so bre puzolana, para m a ntener v ivo e l siste m a radicu­
l ar y l a p l an ta.

2. BAS ES FISI OL Ó G I CAS DEL ESTAQ U I L LADO


Y DEL 1 NJ ERTO

Los procesos fi si ológicos desarro l l ados en la multip licación vegetativa son la


rizogénesis, corre spondiente a la e m i sión de raíces, y la callogénesis, correspon ­
diente a l a e m i sión de cal l os y a l a form ación de u n tejido de soldadura entre varie ­
da d y patrón .

2 .1 . Rizogénesis

2 . 1 . 1 . Aspectos anatómicos
L as raíces que se desarro l l a n so bre u n sarm iento son raíces adve nti ci as que
n acen en el cam b i u m o en l as células situadas en la proxi m idad de esta capa gene­
ratriz (l íber, periciclo).
L a rizogénesis se produce por etapas:
- pri mero una activación general que se man i fiest a por modifi c aciones de las
cé l u l as de ciertos tej idos; e l citop lasma se hace más de nso , los n úc leos y los
nucleolos se d i l atan de manera i mportante ;
después, u n a evol ución diferencial que conduce so l amente a c iertas cé l u l as a
con sti tuir u n a zon a meriste m átic a p ri mari a cuyo desarro l lo futuro está deter­
m i n ad o: el campo morfogenético de la raíz . E stas cé l u l as meri ste m áticas se
m u ltipli can pri mero de u n a m anera desorde n ada, después de u n a m anera
polarizada con sti tuyendo progresivamente u n e sbozo de c i l i ndro cen tral, la
aparic ión de Ja corteza y de la epiderm i s de Ja fu tura raíz y la edifi cación de
la cofi a. E ste esbozo de raíz se al arg a si m u l táneamente , atraviesa los tej i dos
que la separan del exterior y aparece en la superficie.

2 . 1 .2 . Aspectos morfológicos
L as raíces aparecen l a m ayoría de l as veces cerca de la base de l a estaq u i l l a y
preferen te me n te al nivel de Jos n udos, como por ej e m p l o en Rupe stri s de Lot. Pue­
den igual mente aparecer a lo l argo del entren udo, e s e l c aso de l as v i n íferas M er­
lot, Cabemet franc, U g n i b lanc, por ejemplo.

2 . 1 .3. Aspectos fisiológicos


El n ac i mie n to de las raíces depende del medi o en el que se encue ntra la esta­
q u i l l a y de l as c aracterístic as propias de esta estaqui l la.
110 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 5
Rizogénesis: formación de una raíz adventicia en un sarmiento.

2. 1 .3. 1 . Influen cia del medio

La rizogéne si s se real i z a cuando se reúnen ci ertas condiciones del medio: ele­


vada h u medad , buen a oxigenación de los tej idos e n vía de m u ltiplicación ac tiva y
tem peratura co m prendida en tre 24 y 30 ºC ; la hu medad es Lm factor i n d i spensable
de la rizogén esi s; tem peratura, ai reación y hu medad debe n reu n i rse si m u ltánea­
me n te p ara que se m an i fie ste l a rizogénesi s .

2. 1 .3.2. Influen cia genética

Tod as las especies y variedades no tienen la m is m a apti tud para la ri zogénesi s.


Al g un as se estaq u i l l an fác i l mente, co mo V vin ifera, V riparia, V rupestris. Otras
enraízan d i fíc i l mente, como V berlandieri, lo q ue expl ica el porqué no existen
patrones comerc i ales de esta espec i e . Finalmente , otras no emite n raíces, como
V aestivalis, V co rdifolia, etc . , y todas las e pecies asi áti cas.

2. 1 .3.3. Papel de la yema

La yema ej erce u n a acción general mente esti m u l an te so bre la ri zogé nesi s: u n a


estaqui l l a q u e l leva u n a ye m a enraíza mej or q ue las estaq u il l a s desyemadas o que
un trozo de entrenudo.
E sta acci ón e sti m u l adora de l a y e m a :
es con ti n u a y s e ej erce durante tres se manas;
no es con stante a lo largo del año : i mportante du rante el período he rbáceo
del pámpan o , d i sm i n uye duran te la dorm ic ión de las ye m as y se m ani fiesta
de n uevo después de l a ruptura de l a dormición ;
es de n aturaleza hormonal : la apl i cación de aux i n as sobre estaq u i l las desye­
m ad as favorece la e m i sión de raíces; esta acc ión puede ser obte nida a lo
LAS VIDES CULTIVADAS 111

largo de todo e l año, lo que prueba que l a yema no e m i te au x i n a durante la


dormición y q ue en ningún mo mento los tej i dos e n donde nacen l as raíces
tienen una dormición propia.

2. 1 .3.4. Influen cia de la calidad de las maderas

L a cal i d ad de las maderas depende de las condiciones de cultivo de las cepas


m adre s y de l as condiciones de conservación de las m aderas.
- el conten i do en ag ua: los pám panos en crec i m i e n to e tán co mpuestos de un
80 a 90 % de ag u a, mie ntras que después del agostamiento su con tenido se
reduce a 45-5 5 % con vari ac i ones del 1 0 al 1 5 % ; en el tran scurso de su con­
servaci ón las estaqui ll as pueden sufri r pérdidas en ag ua q ue , si son uperi o­
res al 20 % , provocan daños i rreversi bles; i ncluso una rehidratación antes de
la p l antac ión en v ivero no permi te desbloquear la ri zogénesi s;
el contenido en g l úcidos: consti tuyen una fuente de energía, especial mente
para la respi rac ión de l as estaq u i l las y para l a neoform ación de raíces; el con­
ten i do en al m i dón no e s el bue n cri terio de apreci ación de las reservas g l ucí­
dicas de la m adera pues los azúc ares i nso lubles, ac u m u lados durante el agos­
tamiento se hidro lizan en parte durante el otoño y el i nv ierno, de manera que
es m ás si g n ifi cativo el contenido en g lúcidos totales (el test de yodo es i nsufi ­
ciente); un defecto d e agosta mie nto de las m aderas en J as cepas madres o una
pérdida de gl úcidos, por respi ración o por fermen tación in trace l u l ar en medio
asfi x i ante d uran te l a con servac i ó n , reduce la resp uesta al estaq u i l l ado; la
i nte nsidad de la pérdida varía con L a temperatu ra de conservac ión, el grado de
hidratación de las m aderas, l a longitud de l as estaq ui l l as.

2 . 2 . Cal logénesis

2 .2 . 1 . Aparición del cal lo


U n frag m e n to de e n t ren u d o , c o l o cado e n c o n d i c i o n e s favora b l e s ( serrín
h ú medo a 25 ºC por ej emplo), con o si n yema, es capaz de emitir u n a m asa celu­
l ar al n i vel del corte , l l a m ada c a l l o . Este callo e s una m asa amamelonada b l anco­
a m ari l l e n ta , m ás o m e nos vo l u m i nosa , fo r m ad a por u n tej i do i n d i fe re n ci ado
cu yas célu l as son tanto m ás g randes y con parede s m ás d e l g adas c u an to m ás
rápid a es su form ación . E l c al lo resu lta de .l a pro l i fe ración del cambi u m y de l as
cé l u l as i n ternas de.l fl oe m a, que reaccionan a.l n i ve l de los corte s produciendo un
tej ido cicatric ia.l .
L a localización del cal lo e t á e n re l ac ió n c o n l a actividad de l cambi u m :
- el cal.lo e s m ás abundan te so bre e l v ientre y e .l dorso del sarmi e nto, pues l a
cap a subero-fe lodérmica e s a l l í m ás activa y m ás precoz;
- la aparición del callo puede ser po lari zada, es dec i r, form arse prefere n te­
mente e n uno de l os extremos del frag mento de tallo:
- l a pol ari d ad es vari able seg ún l as especies: fuerte en V vin ífera, por eje m ­
plo, que no forma c a l l o en l a parte api c al , e s débil en l a s espec ies V. riparia,
V. berlandieri y sus h íbridos que forman callo en los dos extremos;
- l a po laridad es vari ab le seg ú n e l mo mento del año;
112 MANUAL DE VITICULTURA

- la y e m a ej erce un efe c to e sti m u l a n te so bre la fo rm ación d e l c a l l o ; e ste


efecto es sec tori al y polari z ado hacia la parte morfo lógi camente i n ferior de
l a yema; e ste efecto decrece con el alej amiento ;
- la formación d e l c a l l o t i e n e lugar m ás rápida y más fác i l m ente so bre l as
puntas agudas de l as secciones obl icuas .

2 .2 . 2 . Mecanismo d e la so ldad u ra
La so ldadura se realiza por la pro li feración de l o s callos al n ivel de l as seccio­
nes del patrón y de la variedad . Las dos zonas cambi ales deben coi ncidir y l as
secciones deben se r prefere n te me n te obli cuas, de m anera que au m enten l as super­
ficies de contacto . L as cé l u l as de los do s cal los se e ntre lazan y después, en cad a
uno d e e l los, s e d i ferencia un c a m b i u m n eoformado q ue ori g i n a haces l i beriano­
leñosos . La vasc u l ación e n tre v ari edad y patrón se establ ece progresivam e n te
(fi gura 6) .

2 .2 . 3 . Factores qu e intervi enen en la soldad ura

2.2.3. 1 . Condiciones del medio

La humed ad es i ndi spe n sable: los tej i dos deben ser ri cos en ag u a ( m ás del
90%) y e l med i o debe evitar l a deshi dratación de las cél u l as de los cal los, de ahí e l
i n terés en mantener una fuerte hum edad pero evi tando el desarrollo de la podre­
dum bre gri s .

líber cambium

�/ ¡
médula
madera

�� V
��
�� ��
� ��
�� cambium
neoformado � ..·
• ')

�� ��
�� p
��
�� ��
2 3 4

Figura 6
Mecanismo de la soldadura.
1. Puesta en contacto de la variedad (V) y del patrón (P) .
2. Emisión del callo por la variedad y el patró n .
3. Unión de las células frontales d e los callos y diferenciación d e un cambium neoformado.
4. Diferenciación de vasos cond uctores de líber y de leño y conexión de los dos individuos.
LAS VIDES CULTIVADAS 113

L a te mperatura necesari a para la so ldadura e stá com prendida en tre 23 y 30 ºC ,


por ello las estacas i nj ertad as son colocad as en un local calie nte en el caso de i njer­
tos de taller; por debaj o de 1 5 ºC la soldadura es lenta , por e nc i m a de 30 ºC e l
tej ido de so ldadura e s frági l y ti e rn o .
L a aireación d e l l ocal debe permitir una re spi ración activa de las célu l as en e l
curso de s u m u l t i p l i caci ón y de s u diferenciación .

2.2.3.2. Factores biológicos

Para que la so ldad ura se re al i ce en buen as condici ones es preci so q ue las


m aderas uti l i z adas sean:
- ri cas en ag ua: el ag ua es necesari a para la turgescenc i a de las células en d i v i ­
sión , d e a h í l a con servació n de las m aderas evi t ando l a deshidrataci ó n ( loc al
f r esco y h ú m edo o cám ara frigorífica) y re mojo e n ag ua durante 24 a 48
horas antes del i nj erto ;
- ricas en almidón : l a soldadura no se hace con maderas empobrecidas en sus­
tanci as orgáni cas ( g l ú c idos, lípidos, po l i fe no l e s) , por e l l o e s i nteresante
tener m aderas bien agostadas y con servad as a bajas tem peraturas;
- aptas para e m i ti r un tej i do de so ldadura : en efec to, un ri tmo en dógeno pone
en m arc ha la e m i sión del callo que e s m ás fác il de m arzo a septi e m bre .

3 . T É CN I CAS DE ESTAQ U I L LADO Y D E I NJ E RTO

Las técnicas tradiciona les de estaqu i l lado y de i njerto uti li zan m ate ri al de m u l ­
tiplicacion agostado que per m i te la producción de barbados, p l antas- i njerto, p l an­
tas e n pot y p l antas i nj e rtadas «in situ » . L as necesid ades de seguridad sanitari a y
de m u lti pl icaci ón rápida de variedade s y clones han favoreci do el desarrollo de
técni c as que uti l i zan m ateri a l de m u lti p l i cación vegetati vo herbáceo (cu adro 2 ).

3 . 1 . Prod ucción de barbados por estaquillado de madera


agostada
E l estaqui llado de la v i d con si ste en provocar el desarro l lo de raíces so bre un
fragmento de sarm iento o de ramo, l l a m ado estaq u i l la. En la práctica el estaqu i ­
ll ado en vi veros tradi c i on a le e n Fran c ia y en España n o s e aplica m á s q u e a l as
estaq u i l las de patrones para la producción de barbados.
S i n embargo, el pri nc i p i o y las técni c as de estaq u i l l ado atañen tam bién a las
estac as-i njertad as sal i das de la estrati fic ación (cámara c ál i da después de i njertar)
para l a producción de p l antas-i nj erto o p l antas en pot. S u enraizamiento pone en
prácti ca técnicas de c u l ti vo en v iveros o en i nvernaderos.
En p ri m avera, e n cuan to l as tem peraturas son favorab les, las e staq u i l l as se
sacan de los J ugare s de con servac ió n y se pl antan e n vi veros desde fi nales de
marzo hasta pri n cipios de m ayo:
- e l suelo de vivero de be ser l i gero , fért i l , reg able y sano , es dec ir, que no haya
teni do viña o q ue haya sido desinfectado contra los nem atodos vectores de
1 14 MANUAL DE VITICULTURA

enfermedades de v i rus. Es desfondado a fi n ales de verano y preparado en


superficie a fi nales de i nvierno;
- l as estaq u i l l as comerc i a l i z adas tienen una longitud m ín i m a de 55 cm para
l os patrones y de 30 c m para las v i n íferas, c o n al m e no s c i nco yemas uti li za­
bles;
- la p la ntac ió n se h ace e n l ín e as espac i ad as de 7 0 a 1 00 c m y a raz ón de
tre i nta estaq ui l las por metr o , a m ano o con m áq u i n as ; después del riego y
el ase n tam k n to de la ti erra con tra la estaq ui l l a, e l aporc ado asegu ra J a
prote c c i ó n c o ntra l a d e s h i dr atac i ó n y fav o rece e l e n r a i z a m i e n to ; u n a
c u b i erta de p l ást i co q u e cu bra e l c a b a l l ó n fac i l i t a e l m a n te n i m i e n to d e l
v i vero ;
- el cui dado del vivero comprende riegos c uy o n úmero es función de l a plu­
viometría (3 a 4 como m ín i mo ) , un control de las m al a s hierbas y eventual­
mente uno o m ás tratami entos para los patrones más se nsi b les (híbri dos de
vin ifera x berlandieri) y para los v iv eros de estaq ui l l as de V. vin ifera;
- la reco lección de los barbados por arranque mecánico se hace en otoño; se
se lecc ionan y se empaquetan en m anojos de 50 y se etiq uetan con una eti­
q ueta azul para e l m ateri al certifi cado y u n a etiqueta am ari l l a para e l m ate­
ri a l stándar, so bre la que figura el nombre de la var iedad , el nombre y d i rec­
ción del vendedor.
Los vi veros son controlados en Fran c ia por los in spec tore s de la O nivi ns, q ue
veri fi can e l estado san i tari o y la p urez a varie tal . Los barbados de patrones desti na­
dos a la comerciali zación deben tener una longi tud m ín i m a de 30 cm, medida entre
e l punto i n ferior de i n serción de las raíces y el lugar de desarro llo del brote supe­
rior, y u n d iámetro m ayor de 5 mm medido en el centro del entrenudo por debaj o
d e l brote supe ri or.
El porce n taj e de estaqui .l l as e nrai zadas depende de la cali dad de las m aderas
uti l i zadas (agostamien to, estado sani tario), de las condiciones de con servación de
l as estaq u i l las, del cuidado del v ivero y, fi n al mente , de las variedades: muy buena
resp ue sta (superi or al 70%) para R i pari a glori a, R u pestri s de Lot, 3 309C y 1 0 1 - 1 4
M G , pero m al a ( i n ferior al 35 % ) para 4 1 B y 1 1 0 R .

3 .2 . Prod ucción d e plantas-i njerto por injerto d e maderas


agostadas

El i nj erto de las v i ñ as es i nd i spensable p ara el cultivo de V. vin ifera a c au sa de


la pre senci a de fi loxera en la m ayoría de los suelos. Uni c amente las vi ñas cu ltiva­
das en arenas o so m etidas a sumersión pueden ser cu lti vadas francas de pie, es
deci r so bre sus propi as raíces. E l i nj erto puede hacerse o bien «in si tu» so bre bar­
bados de p l antones en el terreno, o en tal ler antes de la pl antac ión. Se parte de l
fenómeno fi siológico de la cal logénesi s que pe rmi te la so ldadu ra en tre la púa y el
patró n :
- l a p ú a t i e n e c o m o func ión e m i ti r u n t a l l o y p o r e l lo debe estar pro v i sta d e
una ye ma,
- el patrón tiene como cometido desarro l lar e l si ste m a radicular de l a pl anta.
LAS VIDES CULTIVADAS 115

Tab l a 2
Técnicas de multiplicación para la producción de plantas

Técnicas Material vegetal agostado Material vegetal herbáceo

Estaqui llas Estaqu illas herbáceas

t
Cultivo Forzado Forzado
Estaquillado en en en
vivero invernadero

t
Barbados
t
Plantas en pots B arbados en pots

Púas sobre estacas injertables Púas herbáceas


sobre estaquillas herbáceas

Forzado en cámara climatizada


Injerto después en invernadero
de
tal ler

Cu ltivo Forzado Cultivo


en en en
vivero invernadero vivero

Plantas-injerto Plantas en pots Plantas-injerto Plantas en pots

Injertas en el propio terreno Injertos herbáceos sobre


barbados en viveros

j
Injerto de
asiento
«in situ»

Plantas injertadas Plantas-injerto A. Reynie


116 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 2 . 1 . Sistemas de injerto
L as diferentes posi b i l i dades de conexión entre el patrón y la variedad son m ú l ­
tip les. L a fi g ura 7 prese nta d i fe re n tes si stem as u ti l i z ab l es en inj e rtos d e taller,
i nj ertos « i n situ» y en so breinj erto.

3.2. 1 . 1 . Injerto Omega

E s e l método de i nj e rto m ás uti li zado (90% apro x i m adam e nte de los i njertos
de tal ler); se prac tica ú n i ca mente con máqui na. La púa l l eva en su base una ranura
en forma de raí l cuya sección rec uerda a la letra griega omega (.O.) ; el patrón pre ­
senta un ah uecamiento de l a m i sma fo r m a ; los do s ele men tos del i njerto a s í prepa­
rad o s son e n sa m b l ados au to m áticame n te por l a m áq u i n a ; para co n seg u i r u n a
buen a so ldadura e s aconsej able colocar la ye m a de l a púa e n el m i smo plano q ue
las del patró n , re spetando l a alte rn an c i a y parafi n arlos i n mediatamente; esta téc­
nica es senci l l a y se puede aprender rápidamente (fig ura 7 o).

3.2 . 1 .2. Injerto inglés

Es un i njerto con corte s o b l i cuos ( 45º) con una l e ng üe ta practicada lo m ás


cerca posi ble baj o la yema de la púa y sobre el e ntre nudo superior de la m adera del
patrón ; l a sección e s una elipse cuyo ej e pri ncipal debe e star e n el p l ano de l as
ye m as . Para aseg urar un mejor con tacto de l as zonas cam bi ales, se e li gen m aderas
del mi smo d i á m etro . Las leng üetas so n practi cadas e n el tercio supe rior de l a
e l i pse, l a de l a p ú a s e levanta para h acerla penetrar en l a hendidu ra d e l patrón y
recíprocame nte, asegu rando así la so lidez de la e nsa m b l adura que no es necesari o
atar (fi g ura 7 b ) .
E l inj e rto in gl és s e rea l i z a a mano o con u n a m áq u in a, de pedal o con si ste m a
n e u m ático. L a m áq u i n a efectúa l o s cortes obli cuos y l as hendiduras para l as len­
güetas. E l operari o realiza el ensa m b l aje con las man o s . Los rend i m ie ntos horari os
son del orden de 300 a 500 i njertos.
Tam bién se uti li zan vari antes del si ste m a i ng lés:
- injerto inglés simple, que comprende cortes oblicuos pero sin l e n g üeta. Se
uti l iza para e l i nj erto en verde a parti r de pá mpanos herbáceos. L a un ión es
frág i l y debe ser conso l idado por una ci nta ad hesiva flex i b l e y proteg ida de
l a deshidratación (fig ura 7 a);
- injerto en rayo de Júp iter, que co mprende corte s o b licuos y un corte vertical
con e l i m i n ación de una parte de m adera. No hay leng üeta y las secciones de
los dos elem entos se aj ustan por contacto . Presenta la ventaj a de fac i litar la
ensam bladura con tal de que los cortes estén bien hechos; si n e m b argo, el
corte verti cal puede provocar grie tas en las m aderas y la so l idez de Ja unión
debe asegu rarse con una atadura (fi gura 7c) .

3.2. 1 .3. Injertos de h endidura

Consi sten en raj ar el patrón vertical mente segú n su diámetro m ayor para i n trodu­
cir la púa cortada en forma de cuña. S e uti li zan varios tipos de i njertos de hendidura :
- injerto d e hendidu ra to tal: s e practican corte s o b l i cuos, en forma d e c u ñ a
a a m bos l ados de la y e m a c u an do la púa y e l patrón so n d e l m i smo diá m e -
LAS VIDES CULTIVADAS 117

Injertos ingleses

Injertos de hendidura

o n

f3 Con hombros C on biseles


oblicuos
Otros injertos

n ()

o k p
A. Reynier

Figura 7
Sistemas de injerto.
a. Injerto inglés simple.
b. Injerto inglés mostrando la preparación de los cortes (b1 ), la situación de la lengüeta (b2) y la ensambladura (b3).
c. Injerto en rayo de J úpiter.
f. Injertos de hendidura mostrando la preparación de la púa (f1 ), la ensambladura vista de frente (f2) y de perfil (f3) y
dos variantes.
o . Injerto Omega.
i . Injerto de incrustación o de cuña.
k. Injerto Cadillac.
p. Injerto a la mallorquina o de escudete.
118 MANUAL DE VITICULTURA

tro , e stos co rtes deben ser p l a nos para ev i tar l a desecaci ó n . La púa se
i n troduce en el patrón ; para mej orar la so ldad ura y red uci r la anch ura de l a
c uña , l os i nj ertos s e puede n cortar c o n ho m bro s o c o n b i se les o b l icuos
(fi g ura 7 f) ;
- injerto de hendidura simp le: la p ú a s e corta e n do ble b i sel, cuando el patrón
es de un d i á metro l i gera mente superior a la variedad. Se coloca so bre l a
z o n a exte rna d e l patrón para q u e las zonas cam bial es q ueden en contacto
(figura 7 i ) ;
- injerto d e hen didu ra do b le: u t i l i zado c u ando e l patrón e s de d i á m e tro
grueso, consi ste en co locar una p ú a cortad a en cuña en cada extremo de l a
hendi dura d e l patrón (figura 8 ) .

3.2. 1 .4. Injertos de costado

E l injerto de Cadillac puede susti tuir al de hendidura total cuando se realiza el


i nj erto tardío, llamado de otoño . Se practic a a finales de agosto o principios de
septi em bre . En el patrón se da un corte a un lado, sin alcanzar la médu l a . L a púa
del i njerto , en bi sel, con una o dos yem as, e s i ntrod ucida e n la i ncisión . El con­
j un to s e a t a. E l patrón s e decapita e n la p ri m avera sigui e n te . L as ventaj as de e ste
si ste ma residen en la época de i njerto, en que J a tem peratura es favorable para la
soldadura, y en l a posi b i l i dad de volver a i njertar la hen d i d ura e n la pri m avera
sig uiente en caso de que no prenda ( fi gura 7k) .

3.2. 1 .5 . Injertos de esc udete

S e l l ama escudete a una yema acompañada de una l á m i n a de corteza que le


rodea. Si se co loca este escudete, que actúa como i nj erto , debajo de la corteza de
u n p atrón o i ncrustado en el tronco, l a so ldadura del conj u n to se re aliza rápida­
m e n te si l a operac ión se h ace en buenas condiciones.
El injerto a la mallorquina es un i njerto de esc u dete con yema dorm ida que se
practica a fin ales de agosto so bre p l an tas in situ . E l esc udete tom ado de un sar­
m i ento bien agostado se i n troduce en el costado del patrón en una enta l l adura rea­
l i zada previ amente al n ivel del suelo (figu ra 7p).
E l i njerto de e scudete tam bién se u ti l i z a cuando se hace sobre i nj erto aéreo e n
v i ñ as de 2 a 1 5 años de edad . L os s istemas que m á s s e recom i endan e n l a actu al i ­
d ad son :
- e l injerto e n T leñoso, l lamado T budding ( o T bud) e n i ng lés y T leño so en
españ o l , real i zado e n l a floración co locando una p l aca del escudete baj o l a corteza
prev i amente hendida en forma de T o de T i n verti da (fig ura 1 2 a y b );
- el injerto en escudete en u n cajetín preparado en el tronco, l l am ado chip ­
budding ( o ch ip -b u d) , real izado a l i ni c i o de l a vege tación (estados B y C ) enca­
j ando e l escude te en el tronco (fi g ura 1 2 c ) .

3.2.2. I nj erto d e asiento


E l i nj e rto se rea l i z a so bre p l an tas i n sta l adas en el vi ñedo desde hace vari os
m e ses a varios años. E s una técn ic a que se u ti l i z a so bre todo e n las regi o n e s
m eri d i on a l es, d o n d e l as con d i c iones c l i m áticas favorece n la soldadura. S e puede
rea l i z ar:
LAS VIDES CULTIVADAS 1 19

en pri m avera : i njerto a ojo ve lando;


- a fi n ales de verano: i nj erto a ojo durmi endo;
durante e l creci m iento : i nj erto e n verde (poco uti l izado) .

3.2.2. 1 . Injerto a ojo velando (en prima vera)

El patrón , p lantado uno o dos años antes, se decapita a ras del suelo varios d ías
antes de que te nga lug ar el i njerto , en m arzo- abri l . En el mo mento del i njerto, se
refresca la herida y se prepara el patrón como para un i nj e rto de hendidura. L as
p ú as, conservadas en are n a h ú meda o en cámara fría, son lavadas y re moj adas en
ag ua para pe rm i ti r su re hi dratac ión . S e cortan con una o dos y e m as y se preparan
para los d istintos tipos de i njertos de hendid ura, si m p le o dob le .
Los i njertos se atan con rafia o con pl ásti co o cualquier otro m ateri al que asegure
la so li dez de la ensambladura. Se aporcan con tierra fi na q ue recu bra la púa dos o
tres centímetros. El aporcado se cuida para q ue man tenga su pape l protector y se e l i ­
m i nan l as m al as h ierbas. L as p l an tas son desbarbadas d o s veces (fin ales d e junio y
pri ncipios de agosto) eli m i n ando las raíces que se desarrollan en la variedad .

3.2.2.2. Injerto a ojo durmiendo (finales de verano)

El patrón , pl antado general mente en la pri m avera anteri or, sufre un despunte
de los p á mp an os p ara l i m i tar su transpiración . L as púas se tom an de v i ñ as san as,
el i g i e n do maderas agostadas. Los sarm ie ntos desti nados a su m i n i strar yemas se
cortan por enci m a de los raci mos, excepto en las vari edades precoces en l as que, si
l os rac imos ya se h an recolectado, se pueden seccionar desde la base . L as extre m i ­
dades de l o s sarm i e n tos i n sufic ie ntemente agostadas no s e gu ardan . Las p ú a s se
to m an el m i smo día, o c o m o m u cho ante s la v íspera, y se con servan hasta su
e m p l eo en un trapo h ú medo. H ay que procurar coger pocos sarmientos de u n a
m is ma cepa para no debi l i tarla.
H ay que i njertar duran te J a sav i a de agosto, es dec ir a fi nales de agosto-pri n c i ­
p i os de septiem bre, después de las pri m eras l luvias de fi n a les de agosto , o m ejor
un poco antes. E l período favorab le puede vari ar l igeramente con las regiones y
tam bién con las condicio nes cl i m áti cas del añ o . El suelo debe estar m u l l i do, con
objeto de d i sponer de tierra fi n a para l a confección de l os aporcados. Se utiliza el
i njerto a l a m a l lorqu i na o e l injerto Cadillac.
Después de la e n sam b l ad ura se realiza un aporcado cuidado o para favorecer
l a soldadura y proteger l a p l anta h asta l a prim avera siguiente . S e acon sej a despun­
tar los p á mp anos del patrón a la m i tad de su l ong itud para favorecer l a so ldadura.
General mente el desborre de la yema del i nj erto no ti ene lugar hasta l a pri m avera
siguiente ; sin e m b argo si el otoño es particularm ente su ave la yem a desborra y da
un pámpano que se helará, au n q ue el crec i m i e nto de año siguie n te estará asegu­
rado por e l de sarro l l o de las ye m as secund ari as.
Al i nicio de l a vegetación en el año siguiente :
verificar s i e l i njerto e stá vivo: e n caso afirm ativo rehacer e l aporcado; en
caso negativo re i njertar de hendi du ra;
decapi tar el patrón con la tij era, oblic uamente , evi tando dej ar un tocón exce­
siva mente l argo y tampoco cortar demasiado cerc a del i nj erto ;
- entu torar pronto los pámpanos jóvenes que son frági les y de m as iado sensi­
b les al v i ento .
1 20 MANUAL DE VITICULTURA

En el transc urso de l a vegetac ió n :


- atarlos a m e dida q ue v a n crec iendo;
- supri m i r periódicamente los re brotes de los patrones con la tij era;
- desbarbar los pámpanos lo más rápidamente posi ble y en repetidos pases;
- d ar los cuidados habituales de m an te n i miento de un v ivero (l abores al suelo,
tratamientos) .

Figura 8
Injerto in situ (1) y sobreinjerto (2).

3 . 2 . 3 . Injerto de taller en maderas agostadas

3.2.3. 1 . Preparación de las estacas injertadas

Las maderas de los patrones y de l as variedades se sacan de los l ugares de con­


servación y s on re hidratadas po r i n mersión en ag u a d uran te u n tie m po variable
segú n l as variedades (uno a cuatro días) . Después, sufren sucesivamen te las opera­
ciones si guientes:
- las estacas de los patrones son di v i di das en fracciones de 24 a 30 c m de lon­
g i tud, seg ú n l a longi tud de las plantas q ue se quieran o btener, y tal onadas
bajo una yema; se les e l i m i n an las yemas y normal mente se desin fectan con­
tra Bo trytis cinerea;
LAS VIDES CULTIVADAS 1 21

las púas se podan a una yema y se desi nfec tan ;


- so bre l as fracciones de los patrones y de l as variedades se hacen cortes a
m an o o a m áqu i na; se h ace l a unión en tre a m bos y se o btienen las estacas­
i njertadas [figu ra 9 (2) ] ;
eventual mente se e fectúa u n a l i g ad ura (i nj erto d e hendidura);
las estaca - i nj ertadas se parafinan para evitar las pérdidas de agua al n ivel de
la so ldadura; e ste parafi n ado es e fectuado en caliente con parafi n a o cera
q ue contienen productos anti botrytis.

3.2.3.2. Estratificación de las estacas-injertadas

Consi ste en co loc ar l as estacas-i nj e rtadas en un medio favora ble a la formación


de l tej i do de so ldadura. Se ponen e n caj as y se meten en un local c ali ente , donde
se a posi ble reg u l ar la tem peratura (24-30 ºC) , la hu medad (estado higro m étrico
superior al 90%) y renovar el aire. E x i ste n dos m an eras de estratifi cación de l as
estacas- i njertadas:
- estratificación en serrín : l as e stacas- i nj ertadas se colocan e n c aj as de
m adera cuyas paredes están forradas con una te l a de p l ástico y de una capa
de serrín h ú me do ; las caj as están en posic i ón o b l i cu a para el llen ado; las
estacas-i nj e rt ad as se colocan verti cal men te en c apas sucesivas, sep aradas
por el serrín , ten i e ndo cuidado en poner todos los pu n tos de i nje rto al mis m o
nivel y no pon i endo serrín so bre las ye mas;
estratificación en agua : e n c aj as de pol i estireno e stan c as, se coloca e n e l
fo ndo u n a capa de ag u a d e 1 0 c m apro x i m ada m e n te adi c i o n ada c o n 3 g
de su l fato de cobre por 1 00 l de agua y carbón de m adera tri turado ; u n a
l á m i n a d e p l ástico s e pone en la parte su perior de l as e stac a s- i nj e rtadas
p ara con servar la h u medad; se q u i t a despu és del de sborre de l as yemas
para ree m p l azarla por otro fi l m estanco su spe ndi do por enci m a de las
c aj as.
U n a vez llenas l as caj as se colocan en l a cám ara caliente, donde l a temperatura
es man teni d a a 24-28 ºC durante 1 5 -20 d ías; para l as caj as cubiertas con una c apa
de serrín el calentam i ento e s forzado durante los primeros d ías (28-30 ºC), des­
pués se m antiene a 26 ºC y l uego se reduce progresivame n te,
E l estado higro m étrico debe se r si e m pre superior al 90 % . En pre se nc ia de
calor y de fuerte hu medad, la Bo trytis cinerea encuentra condiciones favorables
p ara su desarro l l o ; conviene tratar con S u m i sc lex ® d urante l a e stratifi c ación y
detener el calentami ento en cuanto se ha form ado el callo; en este mo mento se dej a
enfri ar la cám ara o se transfi ere las c aj as a otro local ; después las estacas - inj e rto
son parafin ad as de nuevo tras h a ber recortado los brotes. Se conse rvan en cám ara
fría a 2 ºC y se ponen en vivero o se fuerzan en i nvernadero . Se obti enen así, al
cabo de tre s se m an as aproxi m adamente , estacas-i nj ertadas q ue después ti e nen q ue
e m itir raíces.

3.2.3.3. Enraizamien to de las estacas injertadas

Después de l a e stratifi cación , e l e nrai zami ento de las estac as i njertad as puede
hacerse o bien e n vivero o con forzado en i nvernadero .
1 22 MANUAL DE VITICULTURA

3 4

5 6

Figura 9
Técnicas de injerto de taller.
1 y 2. Ejecución del injerto inglés.
3 . Estaca injertada después de la estratificación con su callo de soldadura.
4 . Forzado de las estacas - injertadas en invernadero.
5 . Franqueamiento de las estacas-injertadas en vivero.
6. Planta en pot después del forzado.
LAS VIDES CULTIVADAS 1 23

3 .2 . 3 . 3 . 1 . Cu ltivo en vivero de las estacas-injertadas

• Elección y preparación del suelo


El suelo del vivero debe:
ser c al i ente y aireado y, por consi g u i e n te , l igero y permeab le , conservando
todo el fre scor; no contener c al i za e n proporción dem asi ado el evada para el
o l os patrones c u l ti vados. Son los sue los s i l íceo- h u m íferos profundos los
más convenientes;
ser san o : no con te ner restos de raíces que agraven la transmisión de podre­
dum bres o degeneración i n fecci osa a las plan tas j óvenes;
estar si tuado en la proxi m i dad de un punto de ag ua q ue perm i ta el riego.
An tes del i nv ierno se debe hacer un desfonde q ue puede l legar hasta 0,50 m de
profundidad, así como un abonado de fondo i mportante. Antes de plan tar las estacas
i njertadas en pri mavera, unas labores superficiales perm i ten o btener en superficie
una tierra muy d iv idida. U na desinfección del suelo puede ser necesaria para destruir
los nematodos vectores de la degeneración i n fecciosa o l arvas de otros parásitos.
• Plantación de las estacas- injertadas
S e hace cuando la te mperatura del suelo y de la atmósfera es sufi ci en temente
e levada, e n tre a b d l y mayo según la región y el año , y cu ando no son de te mer los
riesgos de hel adas. L a p l an tación puede h acerse e n zanj a o con p l an tador; la pre ­
caución esenci al e s ali near l o s i njertos en altura, de ta l manera que l os pu ntos de
so ldad u ra estén todos a la m i sm a altura, li gerame n te por e nci ma del n i ve l del
sue l o. Las l íneas se espac i an de 0,70 a 1 m ; so bre cada l ínea se p lantan 27 estacas­
i nj ertadas por metro . S o bre un área de v i vero se pone n, por tan to , unos 3 . 300 i njer­
tos . Las p l an tas se aporcan li geramente , de m anera q ue e sté n recu biertas de u n a
capa d e 3 a 4 cm de t ierra muy fi n a.
• Mantenimiento del vivero
el suelo se conse rva blando en superfic i e y exento de malas hierbas grac i as a
frecuentes bi nas o a u n a cubi erta de plástico y al de syerbado quím ico ;
hasta fin ales de ago sto se practican riegos en función de las necesidades;
p ara comp letar el abon ado de fondo se puede efectuar un abonado fol i ar con
fosfato amón ico y n i trato potásico ;
los tratam ie ntos aseguran la pro tección fi tosan i tari a de las jóvenes pl antas
que son particularmente se nsi b les a las e nfermedades c ri ptogámicas, sobre
todo mildiu y oídio, y con tra los cicadéli dos que tran sm i ten la flave scenc ia
dorada.
el desbarbado de los i nj ertos: en con tacto con la ti erra la variedad e m i te raí­
ces; en agosto se destru yen los aporc ados y l as soldaduras q uedan al ai re , l as
raíces de sarro l l adas en la variedad se q u i tan con una navaj a.
En noviembre las pl antas-i njerto son arrancadas, pod adas, parafi nadas, trata­
dos con un anti botry ti s y con se rvadas en c ámara fría a 2 ºC en caj as tapadas con
p lástico negro y servi d as en la prim avera en este embalaje o expedidos en c aj as de
cartón .

3 .2 . 3 .3 . 2 . Forzado en invernadero de las estacas- injertadas

A la sal i d a de la cám ara c al i en te, l as estacas-i njertad as se parafi nan y se colo­


can en reci pi entes de turba q ue contienen un medio de cu ltivo compuesto general-
1 24 MANUAL DE VITICULTURA

mente por tu rba , are n a, m an ti l l o y abonos de li beración lenta. Los pote s se ponen
unos contra otros so bre una c apa bl anda, de turba por ej emplo, con ten iendo even­
tualmente resi stenc i as e léctricas para c alentar e l fondo . El i nvern adero se calienta
a 30 ºC al pri nci pi o, y después se mantiene si es posi ble a 25 ºC ; ri egos frecuentes,
baj o form a de niebla, m an ti enen un estado higrométrico elevado del 7 0 al 80 % .
L as p lantas permanecen e n e l i nvern adero h asta que l a soldadura del i njerto sea
muy só lida y el si ste m a rad i c u l ar esté bien de sarro l l ado , o sea, se i s a siete sem a­
n as. L as p l an tas se acl i m atan progresivamente a la te m peratura exterior y e stán
d i spue stas p ara p l an tarse e n el v i ñedo .
E l forzado en i nvernadero presenta so bre e l v ivero las siguientes ventaj as:
- para e l v iverista, e l forzado perm i te u na enorme economía de terrenos de
v i vero, un m ayor porcen taje de enraizami ento (70% en l ugar de l 5 7 % ) , u n a
rotaci ó n m ás rápida de l o s cap i tale s , u n a gananci a de tie mpo porque l as
p l a n tas son entreg ables al c abo de dos m e se s en l ugar de un año y hay
menos riesgos de conta m i n ac ión por l as v i rosis;
- para e l v iticu l tor, las plan tas en potes o tiestos per m i te n efectuar pl antac io­
nes tardías de pri m avera o de otoño, reemplazar las m arras poco tiempo des­
pués de hacer una pl antación y e scoger la combi n ac ión vari edad-patrón el
mismo año .
S i n embargo , l as p lantas en potes son frág i l e s y es nece sario tom ar precaucio­
nes parti c ul ares e n la pl antación : dej ar l as raíces larg as, y por tanto p l antar e n un
hoyo bastan te ancho , dej ar los brotes e n teros y regar vari as vece s, si es necesari o,
para evi tar e l m arch itam iento .

3 . 3 . I njerto en verde de tal ler


El i nj erto herbáceo o i nj e rto en verde , uti li z ad o en tra baj os c i entífi cos, ha
en con trado actua l m e n te un desarro l l o i n du stri al para l a producción de p l an tas
i nj ertad as.
Las variedades y los patrones son m u l tiplicados in vitro por microestaq u i l l ado.
Las estacas herbáceas enraizadas son sacad as después de los tubos de v i drio y
colocadas en i nvernadero hú medo en pequeños recipientes de turba. D espués de l a
acli matación d e l as p l an tas, e l i nj erto e n verde s e realiza seg ú n uno d e los m étodos
pue stos a punto :
- Inje rto sob re estaquilla en pot ( m é todo M oet y Chandon) : este método
consi ste e n to m ar una púa herbác e a con u n a yema de l a estaq u i l l a de l a
variedad y e n i njertarla con hendidura tota l sobre e l patrón cultivado en pot,
man te n i e ndo la unión con un m ateri al. autoadhesivo tran sparente . C u l tivado
en i nvern adero h asta el agostami e n to de los brotes, estas p l an tas- i njerto se
pon e n en v ivero o se plan tan d i rectamente en el c am po al fi n al del i nvierno.
- Inj e rto sob re estaqu illa con una yema ( m étodo M u m m ) : co n si ste e n
tom ar u n a púa herbácea c o n u n a yema e i njertarl a c o n hendid ura total so bre
un a estaqu i l l a herbáce a igualmente con u na yema d e l patrón tomada de l a
estaqui l l a e n pot. El i njerto s e rea l iza c o n u na m á q u i n a . L a s e stacas-i njerta­
das herbáceas, m an te n i d as u n i d as por u n a pequeña pi nza, son co locadas en
i nvern adero h ú medo sobre lana de roca para permitir la sol dadura, el desa­
rrol l o de l i njerto y el enraizamiento del patrón . Esta téc nica ha sido desarro­
l l ad a por varios v iveri stas.
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1 26 MANUAL DE VITICULTURA

3 .4. N ormas de comercial ización de las maderas y de las plantas


de vid
• Pl antas- i nj erto :
- tres raíces al menos bien de sarro l l adas y conven i e n te m e nte repartidas, so l­
d adura sufi c i e nte, regu l ar y só lida;
- lon g i tud de l tallo (p atrón) de 20 c m m ín i mo;
- brote agostado de al menos 8 c m (posi bi lidad de comerci alización con brote
recortado y parafi n ado);
- acondicionam ie n to en paquetes de 25 (50 ó 1 00 en sacos de p l ástico).
• B arbados (de patrones):
- tres raíces al menos bi en desarro l l adas y co nven i e n temente repartidas ;
- brote agostado d e a l menos 1 0 c m ( 6 c m para l o s Vinífera x B erlandieri),
d istan c i a raíz - brote >30 cm, 0 > 5 mm en medio del entren udo.
• P l an tas e n pots: buen estado vegetativo, buen e nrai zamiento y brote bien desa­
rrol lado, so ldadura co n so l i dada y calo regularme n te repartido.
• Estacas i njertab le s y púas:
- d i ámetro en e l extre mo m ás fi no de 6,5 a 1 2 m m (6 a 1 2 m m para l as estacas
i njertables de V rupestris) con menos del 25% de sarmientos con 0 < 7 ,5
mm;
- diámetro m á x i m o e n el extremo m ás grueso: 1 4 m m ;
- tal on ada a 2 c m co mo m ín i mo del l a yema i n fe rior;
- l on g i tud m ín i ma de 50 c m para e stac as de púas y de 1 05 p ara l as estacas
i njertables;
- acondicionamiento en paquetes de 1 00 ó 200 para las estacas de púas (varas
con 5 ye m as uti l izables), de 500 para las púas de una yema, de 200 para las
estacas i njertables.
• Estaq ui l l as:
- d iámetro e n e l extre mo m ás fin o : 3 ,5 m m ;
- long i tud m ín i m a de 5 5 c m ;
- acondicionam i e n to e n paquete s d e 200 ó 500.

4. T É C N I CAS DE REG E N E RACI Ó N DE VI Ñ AS

Desde los pri meros años de la pl an tación el v i tic u l tor está o b l i g ado a ree m p l a­
zar l as p lan tas que h an fal l ado, es l a reposi ción de m arras o de rep l an tes. Tam bién
puede decidir mod ifi car las vari ed ades de su viña y practicar e l so bre i nj erto antes
que arrancarlas. Ade m ás y conforme l a v i ñ a va e nvejeciendo, el v i ticultor i nter­
v iene p ara ree m p l azar las p lan tas que faltan medi ante repl antes o a vece s por
acodo de una pl anta próxi m a y, eve ntua l m e nte, por rebaj e para vol ver a real i zar
compl etamen te la form ación de una ce pa. Ta m bién se ha uti l i zado en C al ifo rni a
i njertos de apuntal amiento para i njertar u n patrón n uevo sobre p l antas i n situ antes
de q ue m ueran por la filoxera p lantando u n barbado de p atrón al l ado del pie a pro­
teger, i njertando su tal l o en la base de l a cepa.
LAS V IDES CULTIVADAS 1 27

4 . 1 . Reposición de marras
E l fal l o e n el arraigo de las pl antas después de la pl antación es general mente
de bido a u n a mala preparac ión de los suel os o a una co locación defectuosa de las
p l an tas, y a veces a plan tas de mala cal id ad . S e i mpone la susti tución de l as plantas
en el pri mer año y no pl antea problemas parti cul ares. L a reposición es realizada a
fi n ales de inv ierno con pl antas- i njerto o con pl antas en pot de uno, o mejor de dos
años.

Figura 1 1
Reposición de marras.

Pero , en una v i ñ a en producción, al cabo de varios años se prod uce un decai­


m i en to . La población de cepas se hac e heterogénea, algunas se debi l itan y m ueren,
y su proporción aumenta con el tie mpo. No es raro encontrar parcelas con porce n­
tajes de mortalidad del 5 a l 1 5 % , pero a veces puede su bir h asta e l 20, 30, 40 50 e
i nc l uso al 60 % de cepas q ue faltan . L as c ausas de estos decai mientos son diversas :
- re lac ionad as con el sue lo, de orden físico (compaci dad , asfi x i a radicular) o
q uímica (cl orosi s, fitotox icidad, c arenci as) ;
- causas cli m áticas: heladas, sequía;
- cau sas fi topato lógicas: euti pi osi s, yesca, podredum bres, agrobacteri u m , fla-
vesce ncia dorada;
- malas práctic as culturales: m a l a elección de l as técnicas o práctic as erróneas
a ni vel de poda, m anej o del sue lo, protecci ón de heridas;
1 28 MANUAL DE VITICULTURA

- mala e leccion de las p l antas, i n adaptación del patrón al suelo , al c l i m a , a la


variedad , o p l an tación defectuosa.
El m an ten i m iento de l potencial de producción , desde un p u nto de v i sta cuanti­
tativo pero so bre todo c u ali tativo, nos obliga a aseg urar u na reposición regu l ar de
l as marras. El re plan te se hace cada año y en un viñedo en producci ón concierne a
un 2 a 5 % de la pob l ación global de cepas de la explotación . Con certez a es prefe­
rible re alizar reg u l armente esta susti tución de p l antas que hacerl a de u na m anera
episód ica por o l eadas.
Pero la co l oc ación en el terreno de pl antas jóvenes y nuevas en m edio de u n a
pobl ación adulta, en un agujero ocupado precedente mente por u n p i e q u e no ha
podido viv ir, pre senta dificu ltades de i mp l an tación . E n efecto s e con stata que, a
veces, los dos o tres pri meros años las pl an tas nuevas se desarro l l an bien pero des­
pués, algunas decaen en su crec i m iento . Pasados 1 0 años l as cepas que han adq u i­
ri d o un buen vigor son plenamente producti vas.
El rep lante de be hace rse uti lizan do un patrón que confiera u n buen vigor a la
p l anta j ove n , so bre todo los pri meros años, y bien adaptado a las condiciones edá­
fic as m ás apre m i an tes que las encon trad as en e l m i smo sue lo por las p l an tas i nicia­
les. El suelo debe prepararse de m anera que se m u l la 30 a 40 c m si es posi ble ; el
trabaj o se hace con azada o con ahoyador pero en este caso evi tando el apel m aza­
mie n to de l as parede s, sobre todo en sue los arci l l osos. Los m ejores resultados se
obti enen , en zona atlántica, con p l an tas en pots de dos años. L as p lantas- i nje rto
con raíces largas ( 1 0 cm) puede ser uti.lizadas.

4 . 2 . Sobreinjerto
El sobre i nj erto perm ite modifi car el encepa m iento de u n vi ñedo si n tener q ue
recurrir a su arranque. Esta técnica se uti l i z a para adaptar l a prod ucción de los
viñedos a la dem anda de l mercado, uti l i zando por ej emplo variedades mejoran tes,
n uevas vari ed ade s o vari edades más apropi adas. El so bre i njerto puede rea l i zarse
so bre v i ñ as de menos de qui nce años bien con hendidura al nivel del suelo, prote­
gido con un aporcado, o bien a m ayor altura, sobre el tronco o los brazos, pero ase ­
gu rando la protección con tra la desecac ión de los tej idos de soldadura p o r diferen­
tes proced i m i e n tos.

4 . 2 . 1 . Sobreinjerto al nivel d el suelo en hendidura


L a cepa se decapita en e l mes de abri l u nos centím etro s por enci m a del suelo
con u n as t ij eras de podar o co n u n a si erra procurando no desg arrar l a corteza. L a
herida, p lana y h orizo ntal , s e refre sc a con l a ayuda d e la n avaj a d e i nj ertar o l a
serpeta.
El tronco se h iende verticalmente por el cen tro con u n c uchi l lo de buen tajo
so bre 25-35 mm . Dos p ú as de 2 y e m as, bien agostadas y conse rvadas fre scas, cor­
tadas en bise l , so n colocadas en los bordes de la he ndi dura procurando que haya
u n buen co ntacto e n tre las cortez as. D e spués de l atado con rafi a, prev i am e nte
sumerg id a e n agu a, se realiza u n aporcado con tierra fi na o arena para mantener
fresca l a zona próxima al p u n to de i njerto . Este método tradi cio nal es una solución
de seguridad en las reg iones donde la pri m avera no es cálida con reg u l aridad .
LAS VIDES CULTIVADAS 1 29

Tab l a 3
Técnicas de sobreinjerto

De hendidura En escudete

Al nivel T. leñoso
Aéreo Chip-bud
del suelo (T-bud)

Época Finales de marzo Inicio de Floración Inicio de vegetación


a principios de crecimiento. (cuando la corteza (desde hinchamiento
abril. del tronco de las yemas a la
se despega). floración).

Injertos 1 ó 2 púas con 2 yemas conservadas Escudete con 1 yema preparado en el


en frío y colocadas en los extremos momento de injertar a partir de
de la hendidura. maderas conservadas en frío en
cajas con arena h úmeda
y fo ndo agujereado.

Protección Aporcado con Pintura Banda plástica o adhesiva


arena o tierra fina. bituminosa aplicando el escudete sobre el tronco
(flintkote o musgo con protección de flintkote y
más arena). desinfección con ben late.

Decapitación Antes de l injerto Inmediatamente Después del


del tronco (la víspera) después del injerto, injerto (cuando los
efectuada bajo el nudo. después despampanar brotes tienen
en la base y hacer 3 a 5 cm)
incisión anu lar. sobre l as maderas
de poda de la cepa
(20 cm por encima
del injerto).

4 . 2 . 2 . Sobreinjerto aéreo
En las reg iones vitíco l as bastan te cál idas y secas, se puede practicar el i nje rto
por enci ma del sue lo a condición de to m ar las precauci ones necesari as para evitar
la desec ac ión de los tej idos en la pro x i m idad del punto de i nje rto. Se p uede, para
un cierto n ú mero de métodos, n o decapi tar la cepa h asta el año siguien te pero el
porcen taje de éx i tos n o es tan bueno.

4.2.2 . 1 . Sobreinjerto aéreo con hendidura sobre el tronco (figura 12d)

L a decapitación de la cepa es prev i a al i nj erto y se rea liz a al ini cio de la vege­


tación (a bri l normalme nte) , por encima del suelo. Se procede de la misma manera
que se descri bió antes, pero después del atado con rafi a, no hay aporcado. L a pro­
tección de l a zona i nj ertad a con tra l a de secac ión puede asegurarse de dos m aneras:
1 30 MANUAL DE VITICULTURA

- bien se a con una p i n t ura bi t u m i n o sa (Fli n tkote ® ) ap l icada e n dos capas


sucesivas separadas por una hoj a de papel y renovada cu ando e sta protec­
ción se cuartea;
- o con un a capa de m u sgo recién recogido y bien verde, mantenido en la zon a
de i njerto c o n u n cono de pl ástico q ue s e puede pre parar c o n bandas de 20 x
40 c m , recortad as de sacos de abono por eje mp l o ; el m usgo se aprieta en e l
cono q u e después es re l lenado de arena hasta l a segu nda yema de las púas.
E ste musgo y esta are n a, man teni dos húmedos por ri egos frecue ntes (5 a 8
días de i n tervalo), favorecen l a form ación de l a sold adura.
Los brotes j óvenes, sal idos de las yemas de los i njertos, son g u i ados, atados y
protegidos contra enfermedades y se les e l i m i n a n las i n fl orescencias. E l cono de
pl ástico se mantiene dur a n te un año . D u rante el i nvie rno se h ace una pod a con
obj eto de vo lver a formar l a cepa.

4.2.2.2. Sobreinjerto aéreo en h endidura sobre chupones

Este método con si ste en practic ar el i njerto sobre dos chupones con servados en
l a b ase de l a cepa y podados como pul gares. El i njerto se hace de hendidura total ,
hacia fi nales de m arzo o p ri ncipios de abri l , con púas de dos yemas parafi n adas
previ amente . C o n vaso s de i nj e rto o c o n bote l l as de p l ásti co , l l e n a s de are n a
h ú meda o de tuba, s e consigue man tener fresc a la zon a d e l i njerto . L o s brotes y las
yemas l aten tes situ adas en los sarmi en tos son supri midas; e l tronco e s decapi tado .
Este método e s válido para cepas d e más d e 1 5 años, o con troncos tortuosos o
n ecrosados que no permi ten encontrar sobre el tronco u na zona de madera rectil ínea.

4.2.2.3. Sobreinjerto aéreo en escudete (figuras 12a y b)

4 . 2 . 2 .3 . 1 . Escudete en T leñoso en la floración (T-bud)

E l e scudete se prepara en el momento del i njerto a partir de m adera con servada


e n caj as con arena h ú meda guard adas en cámaras frigorífi cas. P ara e l lo se entalla
e l sarm i e n to co menzando 2 c m por enci m a de la yema y descendiendo después la
hoj a de l a navaj a hasta 2 cm por debaj o de la y e ma; se hace un a segunda e ntal la­
d ura, o b l ic u a y e n el m i sm o se n tido que la p receden te comen zando 1 c m por
de baj o de l a yema.
E n e l tronco de l a cepa se practican dos i ncisiones e n forma de T, sep aran do y
levantando los bordes con l a n avaj a de i njertar p ara i n se11ar i n mediata mente el
escudete. S e ata apretando con un hi lo de nylón o con u na ci nta de pl ásti co . Gene­
ral mente se colocan dos escude tes a una y a otra parte del tronco para evitar poste­
riores necrosi s del tronco. E l conj un to puede protegerse en F l i ntkote ® .
El tro nco es decapi tado, segú n los o perari os, antes o después del i njerto y hay
que e l i m i nar todos l os brotes que se desarro l le n en el tronco en cuanto comiencen
a crece r.

4 . 2 . 2 . 3 .2. Escudete al princ ip io de la vegetación ( chip-bud)

El escudete se prepara, en el momento del i njerto (entre el de sborre y la flora­


ción), a parti r de m adera con servad a en frío y h u m i di ficada. U n a ental l adura a 30º
LAS VIDES CULTIVADAS 1 31

protección con pintura bituminosa

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protección con m usgo

Figura 1 2
Técnicas de sobreinjerto.
a. Sobreinjerto en T leñoso (T- budding).
b. Sobreinjerto en T leñoso invertido.
c. Sobreinjerto con escudete (chip - budding).
d. Sobreinjerto aéreo con hendidura sobre el tronco.
1 32 MANUAL DE VITICULTURA

se hace a 1 cm por debaj o de la yema y una seg u nda, comenzando 2 a 3 cm por


e n ci m a de e l l a y h aciendo u n ángulo g radual perm i te desprender el e scudete.
E n el tronco se e l i m i n an las tiras de corteza viej a y se prepara u n cajetín levan­
tando un a e sq uirl a de m adera con dos cortes de la n avaj a. E l escudete se encaj a en
l a cuña y se apri eta bien por u n lado de m an era que coi ncidan l as zonas cambi ales
atando bien e l conj u n to con una c i n ta adhesiva de p lástico, pero dej ando l i bre la
yema. General men te . se colocan dos esc udetes a a m bos lados de l tronco. L a deca­
pitación del tronco se realiza cuando los brotes tien en 3 a 5 cm de longitud y se le
d a pendi e n te al corte para evi tar que la sav i a caiga sobre l as yemas. S e desinfecta
esta herida del tro nco con B e n l ate y se em bad u rn a con F l i n tkote ® u na o dos se ma­
n as m ás tarde. S e puede dar un corte con una sierra en l a base del tronco para fre­
nar la su bida de sav ia.
E l porce n taj e de éxi tos puede ser de l 90% y los fal l os se pueden so lucionar en
j u n io por e l so bre i nj erto e n T leñoso . E sta téc n i ca es menos costosa q ue el T
leñoso porque es m ás rápida ( 1 3 i njertos a la hora en lugar de 1 1 ) . Por el con trario
los resu l tados son a veces peore s si las condi ciones c l i m áticas son poco favorables
e n l a pri m avera. H ay q ue tener e n cuenta dos reg las principales:
- uti l i zar i njertos bien frescos y e n buen estado san itario , recogidos, sal vo en
el c aso de l i njerto de verano, con vari os meses de ante l ación y con servarlos
en las condiciones preci sad as m ás arri ba;
- decapitar la cepa lejos de l p u n to de i nj erto , para evi tar que la desecación del
tronco se propag ue hasta el n i vel del i nj erto; para fac i l itar l as corri e nte s de
sav i a se dej a u n ti rasavi as lo m ás cerca posi b le por enci m a del i njerto .

4.2.2.4. Cuidados posteriores al sobreinjerto

U n os quince días después d e l so brei nj erto es preci so con trolar el estado de la


so ldadura , verificar las atadu ras y, si e s necesari o, reh acerl as. En el tronco se e l i ­
m i n arán reg u larme n te l o s brotes que salg a n y en e l i njerto no s e conservará m ás
que un so lo p á m pano que será conve n i e n te me nte e m palizado y reci birá l os trata­
mi entos fi tosani tari os adecuados.

4 . 3 . Rebaje
E l rebaj e consi ste en podar la cepa en el tronco y reform ar su esqueleto a partir
de chupones. E sta téc nica se h ace excepcion al mente , bien después de l as h e l adas
de in v i erno, o cuando l a cepa comienza a pre sentar síntom as de eutipiosis o si se
va a h acer una m odificación del si ste m a de conducción .
El n aci miento de chupo nes en el tronco de algunas varied ades se produce bas­
tante fácil mente, es el caso de la U g n i blanc en Ch aren tes, pero mucho más difícil­
mente en otras, como la C abernet sauvignon, po r lo q ue antes de practicar esta muti­
lación de la cepa convi ene asegu rarse de l a presencia de maderas de reemplazo.

4.3.1 . Rebaj e de vides helad as en invierno


El restabl ec i m i e n to de las cepas afec tadas, con o sin reposición de m arras, se
h ace cuando no se i m pone un arran q ue de la v i ña.
LAS VIDES CULTIVADAS 1 33

Cuan do la coro n a só lo está parcialmente destruida, si la poda ha si do an terior a


la helada, no se procede i n medi atamente al rebaj e después del frío , siendo urgen te
esp erar a ver si re brotan chupones. S i l a poda no se había hecho todavía en e l
momento d e l a helada, s e procede si mple mente a una poda preparatori a. E n pri m a­
vera u n desbrotado tardío , severo si h ay pro l i feración de chupones o l i m itado en
algunas vari edades como Meun ier en Champag ne , permi te conservar e n lo posi ble
varios ch upones sobre los brazos o e l tronco; en las vari edades en las que la inser­
ción de los chupones es frág i l , es aconsej ab le un pinzamiento precoz para favorecer
un n ac i m iento vertical de l as m aderas de reem p l azo: los brotes se empali zan para
evi tar que no se arrastren por el sue lo y conseguir que se separen de la m adera viej a .
La re alización de l a p o d a durante el i nvierno sigui en te varía seg ún la posi ci ón
de los chupones en la cepas:
en las cepas cu yo tro nco está i n tacto y cuyos brazos, h e l ados en parte , l l evan
chupones, se conserva y se pod a en pulg ares algunos chupones; se e l ige los
q ue parecen mej ores para reformar los brazos y, si l a ce pa es v i gorosa, se
p uede dej ar una vara para asegurar una p roducció n , l as partes helad as se
supri men y se queman;
en l as cepas cuyo tronco está helado pero que l levan varios chupones, se
con serva un pri mer c h upón , el m ejor situado para form ar un tronco ( m uy
baj o, en el ej e de la l ínea, vigoroso, bien agostado y sano).
E s empali zado verticalmente y cortado a l a altura de seada; en cepas jóvenes
y vigorosas se puede con servar otro chupón p ara que dé prod ucción; se pod a
a la m i sma altura que el pri mero o acodado en «co l a de vac a» so bre el alam­
bre de sostén (en las v i ñas empal i zadas) ; l as parte s heladas son supri midas.
en las cepas cuyo tronco n o tiene m ás que un chupó n , éste se p od a a l a altura
desead a para e 1 fu turo tronco o, en las v i ñ as e m palizadas, acodado so bre el
alam bre dej ando una c arg a moderada que perm i ta una producción de uva;
l as v i ñas de 7 - 8 años pueden ser tratadas así.
L a formación de los brazos es rea lizada al año siguiente . L a supresión de l as
maderas muertas se h ace prefere n te m e n te con tij eras eléctric as; l as heridas son tra­
tad as con E sc udo ® .

4 . 3 . 2 . Rebaje de cepas atacadas de eutipiosis


Esta enfermedad , que produce el decaim iento progresivo de l as p l antas baj o el
efecto del hongo que la carcome desde e l i n terior, no p uede cu rarse y solo es posi­
b le l a l ucha preventiva aunque es difíc i l de realizar. En las cepas que presentan los
primeros síntomas es posi ble pro longar l a vida de la planta practicando e l rebaje.
La localizac ión de las pl antas enferm as se hace en m ayo-pri nc i pios de j u n i o y
las cepas se m arcan con p i n tura o con u n a c inta de p l ásti co . En el m omento de l
espergurado se con serva al menos u n c h upón bien situado en e l sen tido de l a línea,
a ser posi b l e , y es e m pal i zado . En el i nvierno siguiente , l a poda y el re baje deben
ser realizados por dos equ i pos di sti ntos. E n i n v i erno o e n pri m avera an tes del des­
borre, se corta el tronco, preferente m en te con una tij era e léctri ca p ara reali z ar u n
co rte l i m pio, enc i m a d e l ch upón y p o r debajo d e la parte necrosad a . El tronco
n u n c a se con serva co m o tutor; l a heri d a se protege con u n re c u b ri m i e n to de
Escudo en i nvierno o n aturalmente por los l loros si e l corte se h ace cuando e l los se
m an i fiestan . E l chupón se sostiene por un tutor y tod as l as m aderas son sac adas y
q ue m adas. En la pri m avera del año siguien te , l a cepa e stá restaurad a .
1 34 MANUAL DE VITICULTURA

4.4. Acodo

E l acodo consi ste e n h acer nacer raíces sobre u n sar m iento antes de q u e ha y a
si do separado de la c e p a en que está i n serto . Este procedi mie nto , norm almente uti­
l izado para l a m u ltiplicación vegetativa a n tes de l a l legada de l a fi loxera, se uti li z a
muy poco ahora. S i n e m bargo ciertos viticultore s lo practic an ahora para la susti tu­
ción de las p l an tas que faltan ; en ciertos países este procedi m i ento se encuen tra a
veces para obte ner pl antas enraizad as de patrones y a veces de V. vin ifera. Pero
atención , los sarm i e n tos de l as variedades c u l tivadas son sen si bles a l as picad uras
de fi l oxera y corren el pe ligro de ser de struidos origi nando un debi l i tamiento de las
cepas y su mortalidad.

4.4.1 . Acodo si mple

E s real izable c u ando los sarmi e n to s s o n flex i bl e s (en sav i a desce ndente o
asce n de n te) . Cuando se trata de produci r plan tas en rai z adas, un sarm i e n to , todavía
u n ido a la cepa, es ente rrado, sobre u n a longi tud corta, haciendo sal ir u na porción
del sarm i e n to de manera que emerj a n u n a o dos ye m as; tod as las yemas e ntre l a
i n serción d e l sarm iento y l a en trada en tierra son e l i m i n adas. En el o toño s e pue­
den arran car las p l an tas para transp l antarlas no g u ardando m ás q u e uno o dos
m an ojos de raíces bien con sti tuidos.
C u a ndo e l acodo si m pl e e s practi c ado para l a su sti tuc i ó n de una p l a n ta q u e
fal t a e n u n a v i ñ a , e l acodo e nr a i z ado qu e se q ue dan e n e l l u gar, s e p rocede de
m anera l igera m e n te d i st i n ta . E n e l e m p l az a m iento de l a cep a viej a s e arrancan
c u i d adosame nte l o s re sto s de l as raíces y se e x c ava una zanj a desde l a cepa
vec i n a . U n sarm i e n to de l o n g i tud sufi c i e n te , e l e g i d o e n tre l os q u e n o se van a
uti l i z ar e n la pod a, se entierra en la z a nj a y se cur v a vertic a l m e n te haciendo
e merger el ex tre m o en el l ugar deseado; se fij a con u n t u tor; al nivel de e sta c u r­
vatura es i n teresante h u n d i r el sarm i e n to m ás profu n d a m e n te p ara favorecer l a
e m i si ó n de raíce s . L a z a nj a s e rel le n a c o n tierra blanda q ue s e aprieta contra e l
sarm i e n to . L a p arte e m e rg e n te d e l sarm i e n to es podada a d o s y e m a s y s e e l i m i ­
n an todas l a s y e m as e n tre l a cepa y l a e n trad a e n tierra. Es pre feri b l e no aportar
a bono e n l a z anj a si n o so l a m e n te a l a p l anta-m adre . Norm a l m e n te se re a l i z a el
corte (se parac i ó n del acodo por secci ó n de l « cordón u m b i l ical » ) , pero a causa
de la fi loxera, siem pre prese n te en los suelos, es preferi ble no hacer l a separa­
ción del acodo de la p l an ta- m ad re . E sto permi te a la n ueva p l an ta ser a l i m e n ­
tad a p o r s u s prop i as raíce s pero tam b i é n p o r J a p l anta- m adre l i m i tando s u de bi ­
l i ta m i e n to .

4 .4.2 . Acodo por Versadi o acodo G u yot

Un sarmiento , procedente de una cepa y d e long itud sufic ie nte , e s dirigido


haci a el punto en que debe ser i n stalada l a n ueva pl anta; curvado de u na manera
vertical descendente, hundido en la tierra a u n a profundidad de 20 a 25 cm en u n
aguj e ro previ am en te p reparado y abonado ; todas l as ye m as entre l a p lanta- m adre y
el suelo son e l i m i n adas, salvo las dos si tuadas cerc a del suelo. E l corte puede tener
lugar al i nvierno si guiente si se transp l an ta la nueva p l anta.
LAS VIDES CULTIVADAS 1 35

4.4. 3 . Otras técnicas de acodo


E l acodo chino puede ser practicado si se q ui ere obtener varios acodos a parti r
de un sarmiento . Este es te ndi do hori zontal mente , a u na profundidad de 6 a 8 c m ,
e n una fosa e n d o n d e es m an te n i do c o n ayuda d e pequeños piq uetes; s e supri men
l as yem as en tre l a cepa-madre y el l ugar en donde e l sarmiento penetra e n tierra.
E n la p ri m avera , e n cuanto los brote s alcanzan 1 5 a 20 cm se llena l a fosa con tie ­
rra mezc l ad a c on man ti llo; es preciso mantener u na humedad suficiente po r riegos
reg u l ares, con o si n m u lchi ng seg ú n l a capacidad de rete nción del suelo. El corte
puede tener l ugar en el i nvierno siguiente ; los acodos m ás débi les se ponen en
vivero.
E l acodo áereo es u n a c uri osi dad , practi c ado a veces en c iertos países para
obtener una n ueva p lanta e nrai zada o por algunos aficionados p ara asegur ar la con ­
se rvación en potes dura n te el i nvierno. E n e l transc urso d e l creci mi ento d e u n pám­
pano se ap lica al n ivel de los n udos u n a m asa de ti erra m an tenida por u na envo ltura
de tel a o de m u sgo envuelta en p lástico.
SEG U N DA PARTE

Establecimien to
del viñedo

1. Observar, evaluar y acondicionar el terreno

2. Razonar las alternativas técnicas

3. Realizar la plantació n
CAPÍTULO 1

ÜBSERVAR, E VAL UAR


Y ACONDICIONAR EL TERRENO

1 . Observar y evaluar el terreno


2. Acondicionar y preparar el terreno

1 . OBSERVA R Y EVAL UAR EL T E RRE NO

E l problema q ue s e presenta a l v i ticultor an tes d e l a plantación es la e lección de


las técnicas mejor adaptad as a l as deficienci as y cualidades de l terreno . ¿ Qué por­
tainjerto, q ué trabajos de acondicionamiento del terreno y de preparación del suelo,
qué si ste ma de conducci ón ? Esta e lecc ión ex ige un buen conoci miento del medio
( pe ndiente , rég i men de l lu v i as, ri e sgo de heladas) y de l suelo (estabi l idad estructu­
ral , ferti l i d ad) que se o btiene medi an te l a o bservación del terreno, de l a vegetación
y tanto de l perfi l de Jos suelos como de los correspondientes análisi s de tierras.

1 . 1 . Determinar el estado general de la parcela a plantar


Para tener u n conoci miento concreto de la p arcela a p lantar y tom ar l as dec i ­
siones oportunas, e s aconsej able recoger l as o bservaciones del terreno so bre un
p lano realizado de antemano.

1 . 1 . 1 . Establecimiento d el plano de la parcela o del viñedo


Si el establec i m iento de l p l an o de l a p arcel a no se p uede h acer a p arti r del
p l an o parcel ario de l a expl otación , e s posi b le recurrir a u n topógrafo o a la foto-
1 40 MANUAL DE VITICULTURA

g rafía aé rea de l serv1 c 10 reg i o n a l del IGN ( In sti tuto Geog ráfico Nacion al); en
efecto , este serv i c i o puede re producir m e d i an te peti ción p re v i a l as fotog rafías
aére as de un a zona deter m i n ad a. El p lano catastral es ú t i l como ele mento de refe­
rencia, pero sólo en raras ocasiones las parce las de cu ltivo coinciden con las par­
ce l as catastral es.
E ste p lano parcelari o d i señado so bre soporte papel o so bre soporte electrónico
(están di spon i bles m uchos tipos de soporte s para d i buj ar el p lano y calc u l ar auto­
m áticamente l as superfici es), e s i n tere san te compl etarlo con un l evan tam i e n to
topográfico que puede ser obte ni do fác i l mente a p artir de l as curvas de nivel del
mapa IGN a escala 1 : 2 5 .000 ; se puede m ejorar l a preci sión de este levantamiento
con observaci ones directas sobre el terre no si n u ti l i zar medios profesio nales, como
los uti l izados por los topógrafos, a n o ser que se a necesario realizar u n dren aj e . Si
se trata de acondici o n ar o pl an tar u n a g ran superfi cie , es necesario comenzar tra­
z ando el siste m a parcelari o y determ i n ar el posi b le e m pl aza m ie nto de los cam i n os
de acceso. É stos deben e star previstos para ser uti l izables en cualquier estación y
permitir la recuperación de las ag uas de escorrentía sin ocasionar excesivos ahon ­
damientos.

1 1 2 Observaciones a efectuar
. . .

Es por la observación superficial, recorriendo l a parcela, por la q ue se ponen


e n evidencia ciertas deficien c i as del terren o . Conviene señ a l ar l as pecul i aridades
observadas q ue se refieren a los puntos si guie ntes:
E l se ntido e i m portanc i a de l as pendien tes dom inan tes: estas i nform aciones
son úti les p ara determ i n ar l a ori e n tación de las fil as, el acondicionamie nto
de l terre n o ( n i ve l ac i ó n , aco n d i c i o n a m i e n to de terre n o s en p e n d i e n t e ) ,
e mp l azamiento de l a s cal les y z anj as.
El sen ti do y la l oc a l i zación de la circulación natural de las aguas de esco­
rrentía : permiten detectar l as zonas suscepti b les de sufrir erosió n .
L o s puntos d e estancam iento d e agua y l as zonas húmedas (encharcab les),
susceptibles de provocar fenómenos de asfi x i a radicular: s e localizan p o r l a
observación di recta de las ag uas superfici ales, de la vegetación n atural, por
la localización de zonas de march i tamiento ( si exi ste asfi x i a de las raíces de
l a v i ña, las secciones de l as raíces son rosadas en vez de color m arfi l ); esto
es úti l p ar a tomar decisiones so bre las o bras de dre n aj e , la real ización de
zanj as, la preparación del terreno o la e lección de portai nje rtos;
La exposició n , la presencia de depresiones , la proximidad de bosques , la
orientación y la intensidad de vientos dominantes: permiten apreci ar l as
ven taj as (condicione s favorab les para una buena m aduración) y los i n co nve­
nientes del c li m a local de la p arce l a (riesgos de helada de pri m avera como
factor l i mitante de l a m aduración ) ;
La naturaleza y el estado de La vegetación in situ : s i s e trata de vi ñas, se
observa el v igor de l as cepas, se i nvestigan l as zonas q ue presen tan sínto­
mas de carencias , de enfermedades, de m arc h i tamiento i dentifi cando l as
causas de e stas ano m al ías ( podredum bre , yesca, eutipiosis, asfi xia , cloro­
sis, v irus, fl avescenci a dorad a, pro b le mas ag ro nóm icos . . . ) ; en au senc ia de
v iñas, se señ ala la n aturaleza y e l v i gor de la vegetac ió n , q ue da i ndicacio­
nes útiles so bre l a n aturaleza físi co -q uímica del suelo y so bre su régi me n
h ídrico .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 41

El conj u n to de estas observaciones son de gran u ti l i dad para el acondiciona­


mie n to del terreno, la preparación del sue l o , la e lección de portainj ertos, la i n ter­
pretación del análi si s del suelo, la e lección de la orientación de l as fil as . . .

1 . 2 . Observar el suel o e n profundidad y tomar las muestras d e


tierra para s u anál isis
Graci as a l a tom a de muestras de tierra obtenidas en los sondeos en disti n tos
pun tos prefij ados e n l a p arce la, es posi ble conocer los perfi les del suelo y del sub­
sue l o. El perfil edáfico es la sucesi ón de capas u hori zon tes q ue exp li can la form a­
ción y evol ución de los suelos. E l perfil cultural perm i te descubrir el m odo de
colonización radic u l ar y apreci ar los efectos del c u l ti vo so bre el suelo y los seres
vivos q ue lo habi tan .

1 . 2 1
. . Examen del perfi l cultu ral
S e efectúa un ag ujero con la pala o , mejor aún, con L a ayuda de una excavadora
m ecán ica (retroexcavadora) que permita descender y ausc u ltar las p aredes. Los
diferentes horizontes son observados co men zando por arri ba y, raspando con un
cuch i l lo , se detectan las dife renci as de compactaci ón, de estructura, de hu medad y
el modo de co lonización de l as raíces:
- El esp esor del suelo: es necesari a una deter m i n ada profu ndi dad p ara q ue el
siste m a radicu l ar se desarro l l e de forma suficie nte y a li mente a la viña de
u n a manera reg u l ar; esta a l i me n tac ión ha de ser suficiente pero si n exceso en
pri m avera p ara aseg urar el crec i mi e n to , ade m ás de perm i ti r u n rac i o n a­
miento moderado y progre si vo de sde la floración h asta la m adurez de los
raci mos. C u ando la capa explotab l e por las raíces e s superficial y poco
espesa debido a la pre sencia de un horizon te q ue no permite la penetración
de las raíce s, l a fi si ología de la vid puede ser perturbada en pri m avera por un
exceso de ag ua en e l suelo y, en el veran o , por Ja sequía.
- L a homogeneidad del perfil : debaj o de l a capa arable, se encuentran fre­
cuentemente los horizonte s menos favorables tales como u n a capa arc i l losa,
un banco de cal iza du ra, alias , que necesi tan l a u ti li zación de medi os espec í­
fi cos de preparac ión del terren o .
- La asfixia del suelo : l a s condiciones de asfi x i a en e l pe rfi l dependen de l a
pre sencia de u n a c a pa i m permeable a las i n fi ltraciones (alias, arci l la, roc a
d ur a) , de la i m pe rmeabi li dad del suelo en sí m is mo y es determ i n ada por l a
textura y l a e structura de l as diferente s capas y , por ú lti m o , de l n ivel de l a
capa freática en l as di ferente s estaciones.
- La forma de distribución de las raíces: un siste m a radicular so mero loc a l i ­
z ado e sencialmente de m anera horizontal debaj o de u n hori zon te compac­
tad o, h ú m edo o d u ro (roca c a l i z a e n S ai n t- É m i li o n , zona c o m p actad a a
c ausa de u n a capa arc i Hosa, de u n a sue la de l ab or o de u na zon a ape l m a­
z ada por el paso d e ru edas de tractor por el mi smo si tio, alias) , puede per­
turbar el fun c i o n a m i e nto de l a v id c o mo lo h ace un sue l o superfi c i a l , a
menos que algunas raíces puedan i ntroducirse por deter m i n adas fi suras de
la roca co m p acta o del subsuelo arci l loso. C u ando el si ste m a radicul ar pre -
1 42 MANUAL DE VITICULTURA

senta raíces que sube n hac i a la superfi cie o raíce s que se distri buyen por
m uchos n iveles a partir del ej e pri nci pal de l portai nj e ito , i ndica q ue algu­
nos años l a h u m edad del suelo l lega a ser excesiva en l o s horizonte s poco
profundos. A veces se o bserva, por el co n trari o , u n m arch i tamiento de l as
raíces profu ndas, están negras y en v ía s de desco m posición ; e l conoci ­
mie n to del perfi l cu ltura l perm i te preg u ntarse si han de pone rse en p ráctic a
eve n tuales mejoras.
A parti r del reconoc i m ie n to de los horizontes, de los perfiles culturales , o
i gua lmente de los perfiles edáficos, es posi ble establecer un mapa de sue los de l a
parcela o del v iñedo.

1 .2.2. Toma de mu estras de tierra


L as m uestras a an alizar deben se r re presentativas de l as parcelas. Para e l lo es
nece sario re al i z ar una decena de extracciones por m uestra en cada zona homogé­
nea. Como e l si stem a radicular de la vid exp lora l as c apas profundas del sue lo , es
nece sario to m ar muestras se paradas del sue lo (de O a 30 cm) y del su bsue Jo (de 60
a 90 c m ) .
Las extracciones s e efectúan c o n u n a pala o c o n l a barrena poniendo la tie rra
del suelo en un c u bo o en un recipiente de vend i m i ar y la del subsuelo en otro . E n
cada recipiente l a tierra s e mezcla, s e e l i mi nan l as p iedras y g u ij arros de u n diáme­
tro superior a 2 m m para que los an á l i si s só lo se reali cen so bre la tierra fi na. U n
k i l ogramo d e tierra por m uestra s e mete en u na bol sa d e plástico proc urando iden­
tifi car la m uestra de form a preci sa ( n o m bre d e l l ugar, n ú mero o no m bre de l a p ar­
cela, de la zona en la p arce l a, suelo o subsuelo . . . ) .
L a s extracciones s e efectúan prefere n te m e nte e n u n s u e l o b i e n e scurri do o
seco ; de hecho es difíc i l efec tuar un a extracción com p leta en u n suelo m uy seco y
li gero o mezc lar una tierra m u y fuerte y h ú meda. La to m a de m uestras se hará con
t i e m po sufi c i e n te a n te s de l a p l a n taci ó n para d i s p o n er de i nfor m ación en el
momento de elegir e l portainj e rto y pedi r l a p l anta a l v iverista. Es i m portante no
esperar hasta e l ú lti mo momento (el ti e m po necesari o para o bte ner l o s resu ltados
de los análisis después del envío de m ue stras al laboratorio es de 1 a 2 meses);
parece razonable efectuar este trabaj o antes o de spués de l a vend i m i a del año que
precede a l a p l a n tación.
Cada muestra se envía al laboratori o aco m pañada de u na fi cha q ue i n c l uye su
i de n ti ficación y u n a serie de i n form aciones rel ativas a las o bservaciones efectua­
das y a l as referenci as re lativas a:
- la topog rafía ( si tuación y pendi e n te) , a La n atur aleza del suelo y del su bsuelo
(n aturalez a de la roca m adre, pre sencia de caliza dura o friable, de arena, de
alias) ;
- a l a s característi c as h ídri cas d e l suelo (humedad d e l terreno o suelo fi l tran te
y seco, presencia de zonas encharcables);
- a tod o fac tor q ue pueda l i m i tar el buen fu n c i o n a m i e n to d e l siste m a ra­
d i c u l ar.
- al precedente c ul tu ra l ( naturaleza y estado de l a vegetación)
Estas i nformaciones son i n d i spensables para la i n terpretación de los resul tados
analíticos, la elección de portai nj erto y l a determ i n ación del abon ado de fondo .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 43

1 .2 . 3 . Análisis del suelo antes d e la plantación


Los análisis de suelos perm i ten preci sar J as c aracterísti cas físi cas y q u ími cas
de los suelos y de los subsuelos.

1.2.3 . 1 . Análisis físicos


La f{ranulometría proporciona los porce ntaj es de p artíc u l as clasi ficados por
categorías ( arcil la , l i mo, arena fi n a , arena gru e sa) ; las proporciones respectivas de
estos elementos determi n an la te xtura del suelo que es u na de la s carac terísti cas
fu ndamen tales de l sue l o y que i nfl uye sobre sus pro piedades;
La estabilidad estructural es l a apti tud del suelo para resistir a la degradación
debida a los agentes de degrad ac ión . M i entras que la est ructura de un sue lo en un
momento d ado define el modo de ag ru pamiento de los con sti tuyentes só lidos, y el
estado de división y de agreg ación de l sue lo, l a estabili dad estructural prec isa la
so l i dez de e ste estado, es deci r, su resistencia a los age n tes de degradación. En
efecto , e l estado de l sue lo evo l uciona baj o la acc ión de las preci pitaciones, de las
heladas o de l as i ntervenciones del v i ticu ltor (en m i e ndas, l abores d e l suelo, paso
de m áq ui nas . . . ) .

1.2.3.2. Análisis químicos


- La aprec i ación del e stado y de l as c aracterísticas de la materia orgánica son
útiles porque la m ateri a org ánica participa j unto con la arc il l a en el compor­
tamien to del terren o .
- E l pH es u n i ndi c ador de los ri e sgos de aci de z , de l a i n tensidad de l a acti ­
v id ad biológi c a y de las d i spon i b i l id ade s potenci ales de e l e m e ntos ferti l i ­
z antes.
- La capacidad de in tercambio catión ico ( C I C ) determi n a l a cantidad de
cationes ( b ases) que e l s u e l o es capaz de absorber y permite conocer l a tasa
de saturación de l complej o arci l lo-hú m i co ; su conoci m ie nto es sobre todo
necesari o en los sue l os ácidos ( p H < 6,5) para defi n i r su estado cálcico y
precisar la n ece sidad y l a i ntensidad d e l enca lado .
- La determ i n ación del conte n i do e n caliza activa de los suelos y d e l I PC
(índice de poder clorosante) es necesari a para la e lección del portai njerto y
permite preci sar el modo de i n tervención para preven i r los riesgos de c loro­
sis férrica.
- La determ i n ación de los conte nidos de los principales elementos fertilizan­
tes como el potasio, el m agnesio, e J fósforo y s i s e tie ne u n problema de
carencia o de toxicidad, las dosi s de o l i goe lementos o proporción de los e l e ­
mentos obj etivos de la ferti lización razonada ante s de la p l an tación .
La i nterpretación de los resultados de los análisis es efectuado por el la borato­
rio l oc al q uien precisa el portai njerto que, segú n su opi n ió n , mejor se adapta a esa
parce l a y las e n m iendas y abon ados a aportar e n e l momento de la p lantación y a lo
largo de los años si g u i e n tes. Es quizás úti l , tam bién , discutir esos resu ltados con
u n téc ni co local que con state J as informaciones dadas re lativas a la vari ed ad y al
obj etivo de prod ucción . Es el m o m e n to de h acer buenas e lecciones q ue aseguren e l
fu turo d e la p arce l a e n cuanto a s u potencial cualitativo, s u n ive l d e re ndi m iento y
su sosten ibi lidad.
1 44 MANUAL DE VITICULTURA

2. ACON D I C I ONAR Y PR E PARAR EL TERRENO

La preparación d e l terre n o con sti tuye u n o d e l o s e l e mentos esenciales d e cara


al resu J tado de la pl antación , siendo a menudo nece sari o re al izar trabajos re l ativa­
me n te i m portan tes. Con ocasión de realizar una p l antación o una rep l antación , el
viticul tor se enfrenta a condicionamientos del m ed io c u yos efectos debe l i mi tar
con la preparación de l terre no to m an do desde un pri ncipio tod as las precauciones
para decidir l as i n tervenciones a rea l i zar. D e e sta form a, e l v i ticu ltor puede verse
ob ligado:
- a e l i m i n ar l a vegetación in situ por el desbroce de la maleza o e l arranque de
las viñas precede n tes;
- a l i m i tar l a erosión del sue lo y faci l i tar el trabajo de terrenos en pe ndiente
por el acondicionamiento de los terrenos aledaños ,-
- a reg u lar e l rég i men de aguas y l a profu n di dad de suelo explotab le y a sea
con operaciones de n ivelació n , subsolado y drenaje, ya sea l uc hando contra
la seq uía con técnicas de eco n o m ía de agu a y con el riego siem pre y cuando
esté autorizado;
- a l i mi tar los riesgos de heladas con e l drenaje del aire;
- a mej orar e l perfil cu ltural medi ante desfonde o subsolado.
- a com batir los p arásitos de l suelo (podre d u m bre , n e m atodos) m ed i an te e l
descanso del suelo, l a desvi tal ización de Las cepas y la desinfección quí­
m ica.
- a mejorar la estab i l i dad estructural , l a estabilidad biológica y la ferti l idad
del suelo m ed ia n te enm iendas (org án ic as , c a l i z as, e tc . ) y e l abonado de
fondo.

2 . 1 . Desbrozado de la maleza o arranque de la viña preexistente


La vegetación existe n te es supri m i da, el sue lo es desprovi sto de toda la vegeta­
ción v i sibl e pero tam bién de raíces y re stos vege tales q ue se encuentren e n terra­
dos. Es prec iso con siderar el caso en que el terreno esté cubierto de arbolado o
ma leza, es deci r, ocupado por p l an tas no an uales, y el caso más frecuente en las
explotaciones v itíc o l as donde la pl antación sucede al arran q ue de u n a v i ñ a preexis­
tente e n la m i s m a p arcel a .

2 . 1 .1 . Caso de tierras bald ías o arboladas


El terren o debe ser desprovi sto de l a vegetación exi stente , los árbo les son aba­
ti dos, la maleza y los tocones son reti rados cuidando e l i m i n ar e l m áx i m o de raíces,
parti cul armente si se trata de un desbroce de enci n as o se con stata la presenci a fre­
c ue nte de p odred u m bre . Todos los re stos vegetales retirados son e l i m i n ado o que­
m ados in situ. L as rocas son arran cadas, destruidas por medio de explosivo s o
ex traíd as con ayuda de pa las ex c avadoras. E l suelo se so m ete a vari as labores pro­
fundas para extirpar e n c ada pasada e l m áx i mo de raíces, incluidas las m ás peq ue­
ñ as; seguidamen te , e l suelo es dej ado en reposo vari o s años.
Si se trata de una pradera o de u n e ri a l , c o n v i e n e destru i r l a vegetac ió n
medi an te l a s acciones culturales adecu adas: pasad as cruzadas de discos en el c aso
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 45

de u n a pradera o arados re peti dos en el caso de un terre no i nvadido por malas hi er­
bas; e stas i n tervenciones son precedi das, si es nece sario , por la ap li cación de her­
bicidas sistémicos y n o residuales como el g l yphosato.

2.1 .2. Caso de terrenos plantados de viña

La re p l antac i ó n de viña so bre viña e s corrie n te siendo necesario tener e n


cuenta u n a serie de l i m i tac iones agronó micas y san i tari as:
Limitacio n es agronómicas: l a viña qu e ha ocupado u n terreno durante 40 a
60 años h a agotado el sue lo por di sm i n ución o por lavado de ciertos ele­
me n tos e senci ales p ara su e struc tura y su fertil idad (empo brec i m i ento de
materi a org ánica y en ci ertos eleme n tos ferti l i z antes, so bre todo en hori ­
zo ntes profu n dos y , en ocasi ones, aci d i fic ación) o , por e l contrario , h a pro­
vocado la ac u m u l ac i ó n de c i e rtos e l e m e n to s fe rti l i z an t e s aportados en
exceso , poco asi mi l ab les o poco lavables tales com o el P205 ( an h ídrido fos­
fóri co) y el K 20 ( potasa) , o de ci erto s ol igoele m e nto s aportados por los tra­
tamientos o l i berados por aci d i fi cación del suelo (cobre, a l u m i nio , m an g a­
n eso , etc . ) ; por otra p arte , la p e rm a n e n c i a d e l c u l t i v o , la d i fi c u ltad d e
tra baj ar horizonte s profu n dos y l as p asadas re peti d as de tractore s y otros
úti les de c u ltivo, provoc an u n ape l m azami ento de los horizonte s supe rfic ia­
l e s , u n a c o l m at ac i ó n o e n co stra m i e n to de h o r i z o n t e s profu n d o s y u n a
explorac ión preferenci al d e ci ert as capas por parte d e las raíces; e sta situa­
ción a men udo reduce peligro samente la vida biológica de los sue l o s q u e es
preci so recupe rar; e n defi n i ti va, la uti l iz ación de herbicidas de acción resi ­
dual p ara el manten i m i ento de la v i ñ a precedente ha podido provocar l a
ac u m u laci ón de estos productos;
Limitaciones san itarias: la fu tura p l antación puede ser conta m i n ad a por
enfermedades v íri c as, e l entren udo corto , transmi si b les por nem atodos vec­
tore s que viven so bre los restos de l as raíces de la viej a v i ñ a enferm a, y por
la podredumbre , hongo saprófito que vive bajo l a cortez a de las raíces; estos
nem atodos y e stos hongos se m antienen vivos sobre los restos radic u l ares
dura nte varios años después del arranque. La desinfección del suelo después
del arranque de u n a viña con en trenudo corto no basta para pro teger a la
n ueva v i ñ a de una contam in ación si l a plantación e s realizada dem asi ado
rápidam e nte, y a que el tratamien to n o alcanz a sie m pre una capa de suelo lo
bastante espesa como p ara afectar a tod as las raíces.
Por e l lo es i mportan te esperar para rep l an tar la v i ñ a despué s de l arranque de la
viña antigua. E l descanso del suelo du rante 6 ó 7 años como m ín i mo , con trabajo
del suelo encam i n ado a extraer el m áx i mo de raíces, practic ando u n barbecho des­
nudo o con c u l tivos anuales (cebada o aven a) , es l a técnica a practicar porque per­
m i te , al mismo tiempo, la regeneración del suelo bajo el p l ano agronó m i co y el
saneamiento con tra pudriciones y vectores de e n tren udo corto , todo el lo preser­
vando el medio.
A pesar de todo , a men udo el v i ticultor está obligado a replantar v i ñ a so bre
viña. Después de rea l iz ar l as e n m iendas del terreno p uede , llegado el caso, apl i car
técnicas más rápi das como l a desvi tali zación de cepas y la de sinfección q u ím ica
del suel o.
1 46 MANUAL DE VITICULTURA

2. 1 .2 . 1 . Desvitalizació n de cepas
S e re a li z a por p u l veriz ación so bre el fo l l aj e de la v i ñ a de u n herbi c i d a si sté­
m ko ( g l i fo sato a 1 2- 1 8 l/h a seg ú n l a con centración de l prod uc to co merci a l en
3 00 l/h a de caldo) j usto después de l a ú l ti m a cose c ha y m i e n tras e l fo l l aj e aún
e s fu n c i o n a l . Es i n d i spensable c u i dar detalles a l a hora de re a l i z ar e sta opera­
c i ó n , como e l eg i r d ías si n v i ento o la u ti l i zación de paneles recu peradores p ara
evi tar u n a eventual con tam i n ación de v i ñ as cercan as; el arranque de la v i ñ a se
l l eva a c a bo en a br i l - m ayo d e l año s i g u i e n te . E sta de s vi tali z a c i ó n puede ser
i n teresante ta m b i é n en la l uc h a con tra la flavesce n c i a do rada y la nec ros is b ac­
teri an a .

2. 1 .2.2. Desinfecci ón del suelo contra los nematodos vectores


Es posi ble so l i citar un análisi s nem ato lóg ico a un laboratorio para conocer l a
presencia y l a densidad de poblaciones de n ematodos vectores de enfermedades
v íricas. Cada m ue stra, efectuada en pri m avera o a fi nales de l verano partiendo de
una cuare n tena de to m as en las parcelas ho mogéneas o de una decen a para c ad a
una d e l a s z on as d e p arcelas heterogéneas, está constituida por 1 k g d e tierra y 2 5 g
de raici l las; el conj u nto se i n troduce en u n a bolsa de plástico sobre la q ue anotare­
mos l as referenci as de la muestra ; esta ú lti m a puede ser h u m i difi cada y con se rvada
e n fresco esperan do l as sucesi vas o peraciones y a q ue los n e m atodos deben perma­
necer v i vos.
La desin fección química, si se decide l levar a cabo, se reali za preferen te mente
por fu m i g ación o, en su defecto, por i ncorporación al suelo de gránu los:
- Des infección por fumigació n : S e re aliza con fu m i g an te s (dicloropropeno)
e n un suelo seco y re mov i do a una profundidad de 40 a 60 cm; e l su e l o
debe estar fi n am ente desmen uzado e n superficie, su te m peratura a 30 cm
de profu n didad debe situ arse e n torn o a los 1 6 ºC (entre 14 y 1 8 ºC ) con el
fi n de permitir l a d i fusión de los prod uctos sin provocar su volati l iz ación
fuera del sue l o . E l trata m i e n to de desi nfección con fu m iga nte convi ene l le­
varl o a cabo prefere n te m e n te en pri m avera o en otoño , u n año después del
arranque y, al menos, e n tre 3 y 6 m eses antes de l a p lan taci ó n ; l a ap l i c ac i ó n
de l fu migante s e realiza c o n la ay uda de un aparejo de rej as adec u ado co n
dos profundi dades de i n yección y e n e spacios de 3 0 c m ; después de l a ap l i ­
c ación e s n ecesario p asar u n a g rad a c o n e l fin de tapar l as grietas abiertas
por la rej a del arado y de asentar el sue lo con la ay uda de un rod i l J o o un
crosskill para evi tar el ascenso de vapore s a la superficie del sue lo. Se dej a
reposar e l sue lo durante al menos tres m e se s y después se trabaj a con e l fi n
de ai rear y de expu l sar los vapores. S e podría tam bién tratar en abri l - m ayo
(al medi odía si el sue lo está suficiente m ente recalentado) y p l antar e n pot
en j u l i o - agosto p ero e s téc ni c a m e n te p referi ble e sp erar u n añ o antes de
rep l antar;
Desinfección por incorporación de grán ulos: E l tratami e nto se re al i z a a
menudo con aldi carbe (Té m i k 1 0 GCR)) que se prese nta en forma de m icro­
gránulos. Este producto , poco i nfl uenci able por l as condi ciones c l i m áti cas,
se uti l i z a prefere n temente en otoño pero su ap licación p uede ser even tual­
mente ret ardad a ya que n o es fi totóxi co . S u apli cación se ha de evitar des­
pués de la pl antación y en l as parce l as dre n adas . D espués de u na prepara-
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 47

ción m uy fi n a de la capa su perficial, este producto se incorpora im perativa­


mente al sue lo con la ayuda de u n a se m bradora de sem i l l as de canalones.
Todo l a d i stri bución e n superficie está prosc ri ta. Aunque destru ye los ne ma­
todos, este producto no ti ene n i n g ú n efecto so bre los restos de raíces, por lo
q ue es i m portan te poner especi a l c u i dado en l a e x tracción del m áx i mo
n ú m ero de éstas.

Tab l a 1
Productos nematicidas de desinfección de los suelos

Concentración del
Principio activo Nombre comercial Dosis
Principio activo

Dédisol B
Télone 2.000
Dicloropropeno Dorlone 2.000 1 . 1 00 g/l 500 l/ha
Anéma B
S hell DD92

Aldicarbe Temik l OG 10% 2 0 0 kg/ha

Puede ser i n tere sante co m b i n ar el descanso del su e l o con la desv italización de


cepas y la desi n fección del sue l o . La desinfección es bue n a en suelos superfici ales
pero resulta a men udo i n sati sfactori a e n sue los profu ndos donde l as e nfermedades
víricas se mani fiestan de n uevo varios años después de l a p l antac ión . Es posi ble
hacer un dob le desfonde con reposo del suelo de l a 3 años, efectuar posterior­
mente la desin fección después del segu ndo desfonde y au me n tar l as dosis i n dica­
das en un 50 % .

2. 1 .2.3. Desinfecci ón del suelo contra la podredumbre


La desi nfección de sue los co n ta m i n ados por la podredum bre ( Parte 3, cap í­
t u lo 3) es ahora posi ble con u n a buena efi cacia (de l orden d e l 7 0 % ) con u n a téc ­
n i c a basada e n meta m sodio ( Esaco), homologado e n 1 99 8 . E l s u e l o debe estar
prev i ame n te preparado co n esmero efectuando dos l aboreos cruzados co m p l eta­
dos con labore s superfi ci ales para desme nuzar la ti erra. La des infección e s real i ­
z ad a duran te l a fase activa d e l hongo ( mayo o septi e mbre) co n dosis d e 2 .000 Uha
de p roducto co merc i a l i n yectado a 40 c m de profu ndidad con la ay uda de apara­
tos c l ásicos de desi n fección . Pueden u ti l i z arse aparejo s donde l as boq u i l las e stén
separad as unos 30-40 c m au nque está com prob ado q ue se obtienen buenos resu l ­
tados c o n espaci am i e n tos más g randes y a q ue e l producto s e d i funde en vapor d e
su lfu ro de c arbo no q ue s e propaga fáci l me n te p o r el sue l o . A título i ndi c ativo, e l
coste p o r hectárea de la de si n fección ( producto y aplic ac i ó n ) e s del orden d e
2 1 .000 F HT· La desi n fección p uede tam bi é n hacerse con u n prod ucto a base de
tetratiocarbon ato , Enzo n e .
1 48 MANUAL DE VITICULTURA

2 2 Manejo de terrenos de ladera


. .

Los terrenos en pendi e n te tienen problemas de erosión, de condiciones de tra-


baj o y de mecanización :
Problemas de erosión: sobre un sue lo l lano, el agua de lluvia se infi l tra y se
estanca cuando se alcanza la capacidad de campo . S obre un suelo en pendiente,
e l agua de lluvia se reparte en agua de infi ltración y en agua de escorrentía. H ay
escorrentía cuando la intensidad de las precipitaci ones es superior a la capaci­
d ad de infi ltración . La veloci dad de este ag ua de escorrentía aumenta con la
i mportancia de la pendiente y la distancia recorrida; ade más arrastra partículas
de tierra prod uciendo la erosión de l sue lo . Esto trae como consecuencia la dis­
minución de la profun didad del suelo en cotas altas, e l desarrai go de las cepas y
la acumulación de tierra, ferti l i zantes y eventualmente herbicidas en zonas
depri midas. Para paliar estos i nconvenientes, es posi ble actuar aumentando l a
i nfi ltración del agua y dismi nuyendo l a intensidad d e la escorrentía;
- Las condiciones de trabajo a pie o con maquinaria: si el terreno tiene una fuerte
pendi ente, la ej ecución de trabajos man uales de manteni miento de l suelo, de tra­
tamientos y de recolección es más difícil , más pesada y m ás pel igrosa;
En fu nción de la pendiente , se pueden considerar diferentes ti pos de aco ndi­
cionamiento :
Para pendientes inferiores a l 1 0 % , l a erosión es genera l mente débil y e l c u l ­
tivo s e pueden hacer en l a di recci ón de la pendiente ; es el caso m ás ge neral ;
para red u c i r l a erosi ó n , l a l o n g itud de l as fi l as será tanto menor c u an to
mayor sea l a pendi e n te , las ave nidas de agua p ueden ser reconducidas p ara
evi tar La en trada de agua proveniente de zon as al tas ( acondi cionamiento de
fosas y re alización de surcos e n V ) y, en la parte i n fe rior de las fi l as de v i ñ a,
acondicionamiento de canales o cabal lones que sirvan de colectores.
Para pendientes del JO al 2 0 % , comienza a ser necesario el cu ltivo seg ún las
curvas de n i vel . L a mecanización es m ás difíci l au nque posi b le , especi al­
mente con tractores con corrección de i nc l i n ación .
- Para pendientes superiores al 2 0 % , es necesario fraccionar la pe ndiente y
acondi cio n ar terrazas o bancales cuya longitud d i sm i n uy a con la i m portan­
cia de la pendi e n te co mo, por ej e m pl o, en Cótes-du-R hone septentrional, en
el J ura o en B an y u ls; l as terrazas debe n estar i ncli n adas hac i a la parte supe­
rior p ara evi tar el riesgo de abarrancamientos. La mecan iz ación es más difí­
cil que en l l ano, lo que explica la desapari ción de nu m erosos vi ñedos en
terrazas. Al gunos de estos v i ñedos son m an te ni dos graci as a la cali dad de
sus prod uctos, al de sherbado quím i co y a la ten acidad de sus viticultores.
En Los vi ñedos pedregosos, se pueden uti li zar J as piedras para J a co nstrucción
de los muros de suj eción de l as terrazas pero aquellas extraídas del i nterior del suelo
a me nudo se desmen uzan fáci l mente y los m uretes no resiste n m á s allá de u nas
poc as décadas. Cuando las condiciones Lo perm i ten , el estableci miento de taludes
con vegetac ión herbácea es el si ste m a más ventajoso ya q ue l as hierbas, una vez
establecidos sus siste mas radic u l ares, m an tienen el talud de forma duradera.
Estos acondicion amientos se co mpletan con e l estab leci mi ento de una red de
drenes y canaliz aciones que capte las ag uas de escorrentía y disipe su energ ía. Estas
i nfraestructuras atenazad as han sido generalmente efectu adas bajo el m arco de pro­
gramas colectivos de reestructuración como por ejemplo en el Jura o en Aleman i a.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 49

F igura 1
Acondicionamiento de terrenos en pendiente en Banyuls (arriba),
en el valle del Duero en Portugal (en el centro y abajo).
1 50 MANUAL DE VITICULTURA

2 . 3 . N ivelación y aterrazamiento
La n ive lación y el aterrazamiento del terreno , realizados con el m ateri a l dispo­
ni ble o de form a mecan i zada con máqui nas de e m puj e (pal as mecán icas, bulldo­
zer, etc), co nsi ste e n reducir las i rreg u l aridades de la su perficie y au mentar el volu­
me n de suelo exp lotable . E l terreno es acondicionado p ara permitir a las aguas de
escorren tía su evacuación si n ac u m u l ación ni erosi ones. Esto co ncierne a parce las
de pe ndientes m ás suaves aun q ue los terre nos con pendie ntes fue rtes también pre­
sen ten i rreg u l aridades en superfi ci e . La n i v e lación debe, ade m ás de supri m i r l as
i rreg ul a ridades, dar un perfi l al terreno de forma que las ag uas de e scorre ntía se
evacuen por las zonas de dren aje y que todas las zon as posi bles dispongan de u n a
profundidad suficiente de suelo.
C u ando se nivela n o e s recomendable colocar e n l a superficie l as capas de sub­
suelo i n férti les (arc i l l a, roca, capa cali za, e tc.) y co l m atar las depre siones con la
tierra bue n a de cu ltivo pues lo q ue conseg ui mos es p l an tar en capas estéri les, i n fér­
ti les, asfi x i an tes o c lorosan tes. Para evitar e sto , es nece sario retirar l a cap a arable
buen a a un terreno cercano o a otra p arte de la parce la, se procede a la n ivelación
de l su bsuelo y se recubre a conti n u ación con la c apa de tierra bue n a al m ace nada.
Se pueden aprovechar estos trabajos para re ali z ar aportes de tierra e n zonas que lo
necesi ten como reg ueros de agua, e n hondonadas o en la parte baj a de l a pen­
diente . Esta tierra se di spone, no só lo en l as zon as donde el subsuelo e s superfic ial
(zonas altas), si no tam bién en l as zonas ce n trales de l as p arcelas para abo m b arlas y
faci l itar la evacuación de ag uas hac i a los extre mos de l as fi las, si rvie ndo los reg ue­
ros de colectores; un dre n aj e de e stos reg ue ros se puede rea li zar donde ocasionen
u n a erosi ón de m asi ado i m portante .
Todos e stos trabajos de n ivelac i ó n , de aterraz amiento y, e n general , de prepa­
ración del terreno , deben ser re alizados con el suelo e scu rrido, es deci r, no sat u­
rado de ag u a . Después de u n periodo l l u v ioso no e s suficiente con q ue el suelo se
h aya secado superfi ci al me n te p ara d arle u n a buena prestancia y volve rl e apto p ara
soportar si n daño e l paso de máqui n ari a pesadas pues provoc are mos su co mp acta­
ción en profundi dad . L as p l an tac iones re ali zadas e n suelos compactados pre se n­
ta n a menudo zon as do n de el enraiz am i e n to de l as p lantas es d i fíc i l y a que e l si s­
te m a rad i c u l ar del portai nj e rto se desarro l l a m a l ; a l g u n os años m ás tard e , se
puede con statar la m orta lidad de pl an tas por pie negro , enfermed ad debida a u n
hongo (p arte 4 , capítulo 3 , párrafo 4 .4) ; e n esas situaciones, l as v i ñ as adu l tas se
debi li tan norm a l m ente con m ayor rap i dez por los efectos de la asfi x i a radic u lar o
del fo l le taj e .

2 .4. Drenaje
E l agu a s e encuentr a en tre los pri ncipales factores de la producción v i tícola. S u
contenido en e l suelo debe osci lar norm almente entre d o s l ímites: uno m áx i m o ,
q u e corresponde al punto de escur rido p o r e n c i m a d e l c u al l as condiciones s e vuel ­
ven asfi x i an tes para las ra íces, y un m ín i mo que corresponde al pu n to de marchita­
miento por debaj o del cual l as re servas de ag u a e n e l suelo n o permite n una ali ­
mentación suficie n te d e l a viña. A l o l argo del año, e l con tenido d e ag ua del suelo
varía e n re l ación con l as preci pi taci ones y la evapo tran spiración .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 51

Para favorecer J a i m plantaci ón radicu l ar y la al i mentación hídric a de la v i ñ a en


condiciones apropiad as a la c alidad de los rac i mos, es necesari o i n tervenir para
reg u l arizar el régi me n de ag ua en e l sue lo, por reg l a general, e l i m i n ando el ag u a
exceden te , faci l i tando l a escorrentía superfici al p o r nivelación o favoreciendo la
i nfi l tración e n profu ndi dad por dre n aj e . E n ciert as situaciones con poc a reserva de
agua y baj a pluviometría durante e l peri odo vegetativo, es necesari o con te m p l ar l a
i n stalación de un siste m a de riego cuando e sta autorizado . El dre n aje s e h ace nece­
sari o sie m pre q ue el n ivel de ag u a su bterránea se encuentre de m asi ado próx i mo a
l a superficie i mpidie ndo u n desarrol lo y funcionamiento norm al de l as raíces. Per­
mi te poner a disposición de las raíces un g ran volumen de tierra sin problemas. S e
facili ta l a s labores cultural es y s e di spone de mucho m ás tie m po para realizarlas.
L as raíces penetran m ás p rofu ndamente y se re aliza en mejores condiciones un
racionamiento esti val del ag ua, reg u l ar y p rogresivo necesario para aseg urar una
buen a maduración de los raci mos. Los trabaj os de dre n aj e pe rm i ten l a u ti l ización
de ti erras poco favorables al desarro l l o de raíces pero q ue presentan u n potencial
c u al i tativo i n teresante y, q ui z ás , excepci o n a l (C hateau Pétru s, por ej e m p l o , e n
Pomerol ) .
La necesid ad de d ren aje s e aprecia p o r el aspecto de la vegetación tan to si
co m prende especies de zonas h ú m edas (cañas, co las de cabal l o , ran ú nculos . . . )
como por c iertos comportamie ntos d e l p recede nte cu ltura l ; l a s secciones de raí­
ces de v i ñ a so metidas a asfi xi a ti enen un color rosa, quizás m a rrón-roj i zo m ás
o scuro por el centro o así m i sm o de color az u lado en l u gar de m arfi l . El examen
d e l perfi l d e l suelo rev e l a l as capas i mpermeab les q ue provocan e l exceso de
hu med ad y p rocura val iosas i n di c aci o n e s para l a ej ecución de l o s trabaj os . A ntes
de proceder al dre n aj e h ace fa lta trazar un p l ano topográfi co de la parce l a, con su
situación dentro de la cuenca vertien te y la red h i drográfic a con el fi n de e legir
los e mi sari os y de eval uar, eventual m e n te , l a entrad a de ag uas del exterior. Este
p l an o es úti l m e n te c o m p l etado con un e s t u d i o de l o s pe rfi l e s c u l tu r a l e s d e l
terre no con e l fi n de co m prender las causas de l a hi dro m orfía, de apreci ar l a per­
meabi l id ad de los su e l o s y de eval u ar los ri e sgo s de co l m atación m i n eral o bac­
te ri an a d e l os d re n e s . E l s a n e a m i e n to h íd ri c o del s u e l o se puede e fe c t u a r
mediante fo sas abiertas pero e sta técn i c a causa i mp ortan tes pérdidas de l a su per­
fic i e de l suelo, e storba el p aso de trac tores y n ecesita co stosas l a bores de m a n te­
n i m i e n to . S e mej ora, q u i z ás cu briendo l as fosas después de h a ber acond i c i o n ado
en el fon do un si ste m a de evacuación de las agu as . S i n e m b argo , como el prec io
de co ste de estos trabaj o s excede e l de l dre n aje prop i a me nte d icho, se prefiere
este ú l ti mo.
El drenaj e co nsi ste en evac uar e l exceso de ag ua con la ayuda de canalizacio­
nes en terradas, en m a m postería o pl ástico, a las q ue se da l a pend i e n te nece sari a.
Los i n conveni ente s señalados m ás arri ba desaparecen , pero l a colocación de los
drenes debe ser efectuada de una m anera muy cui dadosa, ya que si no, se producen
obstrucciones y son necesarias costosas i n terve nciones para restaurar los tubos al
estado funcional. E l drenaje represen ta u n a i nversión i m portante (20 a 55 .000 fran­
cos/ha), vari able seg ún la topog rafía del terreno, la densidad de drenes, la natura­
leza del suelo que nec esi ta a veces que los d renes se recubran con g ravi l l a , l a
i mportanci a d e l a s o bras com p le mentari as. A parti r de l o s resu l tados d e l levan ta­
miento topográfico e hidro l ógico y del e studio edafo lóg ico, el técn ico fij ará l as
características de la red de drenaj e :
1 52 MANUAL DE VITICULTURA

- em plazamiento y pen diente de los colectores pri nci pales y sec u ndari os;
- sentido de l os drenes, pe ndientes l ím i tes a re spetar;
- profundid ad y separaci ón de los dren es;
- uti li z ación o n o de terraplenes porosos o de fil tro s antico l m ataciones.

2 . 5 . Acondicionam ientos que l i m itan los efectos del viento y del


aire frío
Las zonas e x p uestas al v ie n to ( m i stra l en l as C6te s-d u - Rh6ne, autan y tramon­
tan a en Corbi eres, v ie n tos del Oeste so bre la fachada atl á nti ca) y las situaciones
su m i sas al aire frío y h ú m edo p ueden afectar a l a viña y producir d años i mportan­
tes ( roturas, sali ni dad, fo l letaj e , heladas, m i ld i u , podredu m b re gri s) .

2.5.1 . Drenaje del a i r e frío y d el a i r e húmedo


E l aire frío c i rc u l a a lo larg o de las pendientes como lo h ace u n a m asa de
agua, p uede ser bloqueado por u n d iqu e o un m u ro so bre el q ue se acu m u l a , de
o tra manera desc i e n de a cotas baj as donde puede estan c arse en las hondonadas si
no es m ov i l i z ad o por el v i ento. E n i n v i ern o y so bre todo en p r i m avera, la acu m u ­
l ac i ó n d e a i re frío a u m e n t a l o s r i e sg o s d e h e lad a . Por o tra parte , u n s u e l o
c u bi erto de vegetac i ó n (pradera, se to, bosq ue, eri ales) refresca el ai re q u e se des­
p laza a p arce l as veci n as , so bre todo si e stán si tuadas m ás abaj o . D urante l a te m ­
porada, l a prese n c i a d e aire fre sco y h ú medo crea l a s condiciones favorabl e s
p ara l as e n fermedades c ri p tog á m i c a s ( m i l di u , pod redu m b re g ri s) y re trasa l a
m aduraci ó n .
Para l i m i tar estos efectos, hace falta favorecer la c irculación d e a ire . En l lano o
en fon d o de v a l l e , es p rácti c a m e n te i m posi b l e m od i fi c ar el c arác ter g é l ido e n
i nvierno y pri m avera y m ej orar e l m e soc l i m a para el periodo activo de l a vegeta­
c i ó n . Sobre l as pendie n tes la evacuación del a ire deberá busc arse i n tervi nie ndo, en
l a medida de lo posi b l e , con la supresión de setos en partes i n feriores, desbroces y
aclareos de bosques vec inos, pl antac i ones siguiendo el sentido de la pendie nte o
abom bando el terre no a la hora de rea l izar la n ivelación . Como sucede a m e n udo
q ue las m asas vegetales, en l a parte superior o i n ferior de la parce la ( bosques, soto­
bosques, setos) se encuen tran próx i m as, no se p lantara a menos de 1 5 a 30 m e tros
seg ú n las situaciones.

2 .5.2. Setos cortavientos


L as situaciones fuertemente expuestas al v i en to p ueden ser, en c iertos momen­
tos, nefastas para la v i ñ a y prod uci r daños (ramas raj adas o arrancadas, vegetación
« pei nada» e i n cl i naciones en e l se ntido del v i e n to a veces con de seq u i li bri o e struc­
tural del porte , o las e spalderas volcadas) favoreciendo la seq u ía, quizás l a fo l l etaj e
por aumento de l a evapotranspiración , dificultando los tratamien tos fi tosani tarios y
herbicidas, favoreciendo la sal i ni zación en los vi ñedos del l itoral medi terráneo o
del atl ántico ( Í le-de-Ré por ej e m p lo).
Para l i m i tar e stos efectos, es nece sario reducir la vel ocidad del viento con la
ayuda de cortav i entos que pueden ser perm eab les o i m permeables:
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 53

- los cortavien tos permeables : que dej an pasar u na parte del ai re (40 % del
total e n l a parte fron tal) están constitu i dos por dos fi l as de árbo les se paradas
en tre 1 2 y 1 5 veces su altura ( l a protección pasa a 20 veces cuando el corta­
vientos está aislado en su entorno).
- los cortavientos impermeables: están con sti tuídos por h i leras de con íferas
tupidas y separadas menos de 5 veces su a l tura, m ás a l l á de este m áxi mo, el
vien to se revuelve y provoc a turbulencias; se puede mejorar la di spersión
del v ien to con Ja ayuda del seto cortav iento manteniendo permea b l e l a base
de la fi l a .

2 .6. Desfonde y subsolado


D esp ués del acondicionamiento del terreno, e l viticultor d e b e preparar e l suelo
re moviendolo hasta una cierta profu ndi dad. En efecto , las raíces de las p l an tas
j óven es deben encontrar las co ndici ones favorab les para su desarro l l o duran te e l
trascurso de l os pri meros años. E l si ste m a rad ic u l ar de la v id está e ntonces e n u na
fase d e exp loración y co lonización donde la desarro l l o condiciona el éxito de la
pl an tación y l a puj an z a i n icial de l as pl an tas. Como co n secuencia, los difere n tes
horizontes removidos y explorados e n un pri ncipio de forma preferente por l as raí­
ces, van a reco brar una heterogeneidad bajo el efecto de la desapari ción progresi va
de los efectos del desfonde o del su bso l ado.
L a re moción debe favorecer l a exploración lateral y l a pene tración de l as raíces
en los hori zontes p rofundos, i g ual que baj o la zona que será trabaj ad a . Es deseable
que e l sistem a radi c u l ar se a bastante de n so e n e l horizon te trabaj ado (se con stata
q ue el máximo de raíces se encuentra en tre 20 y 50-60 c m ) pero tam bién i m porta
que u n a parte de las raíces se i n stalen m ás profundamente con el fi n de favorecer l a
resistenci a a la seq u ía d e l a v i d y d e permitir u n a alimentación d e ag ua moderad a
duran te la fase de m aduración .
- Cuando el s istem a radicular de la vid es sólo s up erficial, d e bi do a u n a
remoción i ni c i al i n su fi ciente o d e condiciones l i mi tan tes a l a penetración de
l as raíces (alias, capa freática, roc a dura, arc i l l a compacta), la ali mentación
de agu a de las pl antas corre el riesgo de ser excesiva en pri mave ra e i nducir
u n vigor elevado y, quizás, condici ones de asfi x i a radicul ar; m ás tarde, a l o
largo de l verano , la seq u ía d e l a zon a su perfi c ial explorada por las raíces
corre el riesgo de produci r u n e strés h ídrico q ue ori g i n e u n a m adu raci ón
i ncom pleta mientras q ue, al con trari o , la reh umectación de e sta zona por l as
l l u v i as ante s de l a cosech a tendrá un efecto i n m ed i ato so bre la turgencia de
los raci mos y ocasi on ará una pérdida de calidad por m ad uración i nsuficiente
y por desarro l l o de la podredum bre gris en los granos del rac i m o .
- Cuando una parte del sistema radicular está instalado en profundidad, l a
alimentación h ídri ca y m i neral d e l a v id s e real iza e n pri m avera por l as raí­
ces superfici ales, pero , en el fun1ro, y a medida q ue se produce la desecación
vertical del suelo, l a cabel lera rad ic u l ar si g ue su creci m ie n to p artic u l ar­
me n te sobre las raíces m ás pro fund as; esta reacti vación a fi na les de pri ma­
vera de la absorción radicular en las capas profundas del suelo perm i te a
estos v iñedos resi stir m ejor l a seq u ía y asegurar un racionamiento reg u l ar y
progresi vo, condición favorable para asegurar una bue n a m aduraci ón de los
rac i mos y reducir los riesgos de podred u m bre gris .
1 54 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 2
Desfonde.

La re moción del suelo antes de l a p l an tación consiste entonces, en desco mpac ­


tar, en frag mentar el suelo y subsuelo h asta unos 40-70 cm de profundidad con el
fi n de crear Jas condiciones de ai re ación y ferti lidad favorable s para la i m p lanta­
ción del si ste m a radicular en u n g ran vol u men de sue lo, pero tam bién en agrietar el
subsuelo en profundidad para facilitar l a penetración de de termi n adas raíces. La
el ección de l a téc nica, del momento y de la profundi dad de real ización de l. as l abo­
res de remoción se determ i n an a partir del conoci miento del perfil de l suelo. Es
también la ocasión p ara extraer el máxi m o de raíces por razones de orden sani ta rio
(entre nudo corto y podred u m bre ) .
E l desfonde (o desfond ado) propiamente dic h o , e s u n a l abor profunda real i ­
z ad a p ara tod a l a d uración d e l a v i ñ a , l as p asadas u l teriore s d e l arado n o excederán
de 1 5 -20 cm con la excepción de determi nados su bso l ados. Es una labor muy
i mportan te que debe h acerse con m ucho cui dado. El desfonde no está concebido
más q ue para los suelos en los que l a c ap a arable y la cap a profunda son sen si b le­
mente de la misma composi ción , o como mucho, cuando las cuali dades de la ti erra
profun d a pueden correg i r ciertos defectos del sue l o .
L a profundidad deseable aumenta a l a v e z que los riesgos de seq u ía : de 0 ,4 a
0 ,5 metros en B o urgogne y Champagne, p asa a 0 ,6-0,7 en el M id i . En los terrenos
profundos y homog , neos, so bre todo en el c aso de aren as, no e s necesari o alcanz ar
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 55

grandes profundi dades porque la modifi cación con seg uida es de corta duración.
C u ando te m e m o s u n exceso de ag u a , el trabaj o se e fe c t ú a seg ú n la l ín e a de
m á x im a pendi e n te ; al contrario , en las si tuaciones que h agan presagi ar seq u ía, l a
l abor es reali zada en e l sen tido perpe n d i c u l ar a l a pendiente ; cuando s e vaya a
abom bar la parcela en terreno l lano para faci l i tar la evac uación del ag u a de e sco­
rrentía por los c an ales, se re alizarán l as l abores vertiendo la tierra h ac i a centro de
l a parce la.
Esta labor profu nda debe ser efectuada varios mese s an te s de la p l antación,
preferente mente e n e l tran scurso del verano o a comienzos d e l otoño p ara l o s sue­
los de textura fuerte , con buena estabi l i dad e struc tura l , porque l a alte rnanci a de
pe riodos donde el suelo está seco, h ú medo, he lado fac i l ita la separación de la tie ­
rra. E n cam bio c u ando l o s conten idos e n l i mos y are n as muy fi nos dan al suelo u n
carácter enfangante (battant) y asfi x i an te, e l desfonde s e efectúa c uando e l suelo
está e scurrido (ressuyé) en i nv ierno o al pri nc ip io de la pri m avera, algún tiempo
antes de la p l antación . Es necesario e v itar u na l abor de desfonde en terreno arc i­
l l oso cuando e l s u e l o está m u y hú medo, aún m á s si l a labor en tierra m ateri a orgá­
nica y a que se form ará una suela de labor que podría l i m i tar l a profundidad de
estab leci m iento de las raíces.
S o bre los desbroces de m asas de enci nas y en las p arcelas en las q ue se han
arrancado viñas atacadas de entrenudo corto o de podredu m bre , es aconsej able espe­
rar y reali zar vari os desfondes y extrai gan cuidadosamente el m áxi mo de raíces.
El subsolado por paso del subso l ador o del ri pper viene a c o m p l e m en tar o
ree m p l az ar a l de sfonde, cuando el suelo no perm i te la l a bor profunda, por exce so
de pedregosidad , caU za, arci l l osa o con u n a excesiva concen tración de sal . El su b­
so l ado permi te frag m entar l a tierra evi tando l a su bida de partícu las no deseables y
pobres a l a superficie . L a preparación del suelo se puede h acer ú n i camente por
pasadas sucesivas del su bso l ado o de l rippe r especi a l m e n te cuan do e l suelo es muy
pedregoso con m u y poca tierra fi n a (esqui stos) . C u ando e l suelo e s d i fíc i l de pre­
para r, e l su bsolado puede preceder a u n desfonde moderado (horizonte superfi c i al
c o m pactad o , d i fíc i l m e n te penetrabl e ) . En n i n g ú n c a so , e l subsol ado perm i te
ex traer l as raíce s. E l trabaj o debe forzosamente ser realizado cuando el sue lo e sté
seco o, al menos, bien e scurrido de cara a fac i l i tar l a frag mentación y la formación
de g rietas; l a mej or época se sitúa en pleno verano.

2 . 7 . Abonado de fondo antes de la plantación


L as en miendas y el abonado de fondo ti e ne n p o r obj eto l a m ej ora conj un ta de
l as propiedades de l suelo (consu ltar e l capítulo sobre l a fertil ización en l a p arte 3 ,
capítu lo 2 ) :
- mejorar la estabi l i dad estru c tura l , la permeabi li dad , la profu ndidad ex plota­
ble;
- favorecer l a al i mentación m i neral de l a v i ñ a j oven durante el periodo de
enrai zamiento;
- correg i r c ierto s defectos del sue l o : acidez o exceso de cali z a, c arencia o
toxi ci d ad de ciertos o l igoeleme ntos;
- a l m ace nar e n profundidad reservas de el ementos poco movi bles co mo e l
áci do fosfórico y l a potasa e n sue los arci l l osos.
1 56 MANUAL DE VITICULTURA

2 .7.1 . Enmi endas orgánicas


La m ateri a org án i ca es un e le m e n to e sencial de la ferti lidad de los sue los.
Ahora bie n , m uchos suelos vitícolas son pobres en humus ( 1 a 2%) y l a si mple
compensación de pérdidas an uales (de l orden del 2%) exige aportes m asivos. L a
mejora d e l a re serva d e h u m u s n o puede h acerse m ás q ue c o n un aporte i m portante
de m ateri a orgán ica de ori gen vegetal . L a n aturaleza de las m ate rias orgánicas uti­
l izadas es muy vari ada: estiércol , c o m post urban o , restos de rac i mos tras l a destila­
ción , cortezas de re si nosas, turbas ... E l tone laj e a aportar depende de la tasa de
h u m u s del suelo, de su tex tura, y de su estabi l idad estructural , pero tam bién de la
n aturaleza de l a e n m ienda. U n aporte medio a base de estiércol de vaca, corre s­
ponde a 40- 50 to neladas/ha.
Para ev itar la formación de un hori zo n te asfix ia nte en profu ndi dad, p arti cu­
l armente en suelos l i m oso s, l as e n m i e n d as org án i c as han de ser en terrad as c o n
u n a l abor de al zado de profundi d ad media. Pueden s e r e n terrad as tras e l des­
fo nde, en parti cu l ar si se h a practicado la desi n fecc ión del sue lo . C uan do so n
n ecesarios aporte s cálcicos y org ánicos no conv iene ponerlos en contacto y, por
tanto, se i n corpo raran a l suelo sucesi vamente por m e di o d e la bore s o trab ajo s
superfici ales.

2 .7.2 . Corrección de su elos ácidos


U n cierto n ú mero de v i ñedos están i n stalados sobre suelos áci dos: e n Roussi­
Uon , en Graves y M édoc e n B urdeos, en A lsace, por ej e m p l o . Esta acidez está
li gada tan to al de sbroce de zonas foresta les donde el p H e stá cerc a de 4,5, co mo a
l a acidificación por pérdida de cati o nes, fenómeno aún m ás i m portante cuando el
suelo es más permeab l e .
La correcci ón de sue los c o n un p H excesivamente ácido y c o n dé bil tasa d e
saturación d e l a c apacidad de i n tercambi o es indispensable para evitar l o s rie sgos
de tox icidad por aluminio, por m an g aneso o por cobre o los riesgos de carencia
por B oro . Para e l l o se uti lizan cali zas desm enuzadas o e n m i endas calco -m ag n esia­
n as. L as dosi s a aportar pueden ser i m portantes (5 a 20 t/ha) pero se fraccionan y
reparten en varios años cu ando el suelo es m uy permeable; estas dosi s se determi­
nan a parti r de l an álisi s del sue lo.

2 .7.3. Abonado mineral de fondo


E l d esfonde es l a ocasió n p ara aportar en profu ndidad los e l e m e ntos poco
m o v i b le s como l a potasa y e l anhíd rido fo sfóri co . L as dosi s a aportar son deter­
m i n adas a parti r del análisis del su e lo . L a fo rma del apo rte depe nde del p H del
sue l o: por ej e m p lo , el potasio e s aportado en forma de e scori as e n suelos áci dos
y de c loruro o de sulfato e n sue l o s c a l cáreos. E l abonado p otásico de fondo con
desfonde n o e s uti l i z ado e n los suelos perme a b le s n i e n los su elos ácidos, u n
abonado reg u l ar de m an ten i m ie n to e s sufi c iente para s ati sfacer las necesi dades
de l a v i d .
CAPÍTULO 2

RAZONAR LAS ALTERNATIVAS TÉCNICAS

1 . Reglamentación
2. Razo nar la elección de la variedad
3. Razo nar la elección del patrón
4. Razo nar la elecc ión del sistema de cond ucción

1 . REG LAME NTAC I Ó N

1 . 1 . Decisiones con respecto a la reglamentación

1 . 1 . 1 . Marco legal

E 1 c u l tivo de la vid e stá reg u l ado en los países de la Unión europea por e l reg la­
mento (CE) 1 49 3/99 , del Consej o , de 1 7 de m ayo, que e stablece la org an i z ación
común d e l mercado v i ti v i n ícola y por los reg lamentos que lo de sarro l l an .
E n España, j un to a normativa n aci onal q u e adapta los reg l a mentos com u n i ta­
rios, debe tenerse en cuenta la L ey 25/ 1 970, de 2 de dici e m bre, E statuto de la Viña,
del Vi no y de los Alcoholes.

1 . 1 . 2 . Principios
La regulación de las p lantaciones de viñas con variedades clasi ficadas como
u vas p ara v i n i ficaci ón ti ene los siguientes o bj etivos:
a) adaptar el potenc i al de p rod ucción a las necesidades del m erc ado,
b) g arantizar l a mej ora cuali tativ a de los vi nos,
1 58 MANUAL DE VITICULTURA

e) esti m u l ar l a com peti tiv idad de la v i ticu ltura europea en los merc ados i n ter­
n acionales,
d) red ucir los nive les de de sti l ac ión ; y
e) fomentar l a formación de agrupaciones de productores que contri buyan a l a
obtención de los o bj e tivos perseguidos.
La normativa actual l i m i ta la autorización de las plantaciones de vid para v i n i ­
fi c ación a l as rep lan taciones de spués de u n arranque; consti tu yendo u n a excepci ón
la autorización de las n uevas p lantaciones.
Tam bién q ueda prohi bido el so breinjerto de vari edade s de uvas de v i n i ficación
e n variedades de uvas que n o sean de v i ni fi c ación .
Para p l an tar v i des h ac e fal ta poseer un d e rec h o de rep lan taci ón , adq u i rir u n
d erecho d e p l antación medi an te tran sfe re n c i a de dere c h os, o benefi c i arse de
un a auto ri z ac i ó n de n ueva p l an tac i ón . A d e m ás , l a s p lantac i o n e s deben re a l i ­
z arse re spetan do l a reg u l ac i ó n p arti c u l ar re l ati va a l a s condiciones de produc­
c ió n de los v i no s del p a ís o de los v i n o s de c al i d ad produ c ido s e n reg i o n e s
determi n ad as.

1 .2 . Regu larización de las p lantaciones de vides


El c u l tivo, en España, de v i des para v i nifi cación requiere autoriz ación prev i a a
la p l an taci ón de la autori dad com pete n te de la Comuni dad Autóno m a donde se
encuentre l a p arcel a a p lan tar.
L a producción de l as parcelas de v i ñedo para v i nifi cación p la ntadas irregul ar­
mente antes del 1 de septiem bre de 1 99 8 sol o p odrá comerc ial izarse con destino a
desti l aci ó n . S i n embargo , el Real Decreto 1 472/2000 , ha establecido, en aq ue l l as
reg iones donde se haya efectuado un inven tari o del potencial vi tíco l a y si n perj u i­
cio de l as sanciones previ stas e n e l artículo 2 del Reglamento (CE) 1 493/ 1 99 9 , un
si ste ma de reg u l ari z ación de éstos v i ñedos, medi ante :
a) Concesión de derechos retroactivos demostrables cuando s e h ay an c u m­
p li do deter m i n adas condiciones (arranques su sti tuti vos, cultivo anterior a l a
L ey d e l E statuto de l a Vi ña, e l Vi n o y l o s A lcoholes, medidas de concen tra­
ción p arcel ar i a o de exprop i ación ) , o
b) Aportando derechos de re p l an tación que c u bran l a superficie a reg u l arizar
i n crementad a e n u n 50 % .
L a reg u l ariz ación corresponde al órg ano compe te nte de la Com uni dad A u tó­
n o m a en l a q ue rad i que la p arcel a a reg u l arizar y deberá solicitarla el productor
antes del 3 1 de m arzo de 2002.
Los v iñedos p ar a v i ni fi cación p l an tados i rreg u larmente después del 1 de sep ­
ti em bre de 1 99 8 deben ser arrancadas po r e l propietario , sin perj u icio de las san­
ciones q ue corre spondan .

1 . 3 . Reglamentación de nuevas plantaciones


Aún cuando l a nueva plantación de v ides con variedades c lasific adas co m o
uvas para v i ni ficació n , queda prohi bida h asta e l 3 1 d e j ul i o de 20 1 0 , salvo e n casos
de expe ri mentación v i tíco l a, c u l ti vo de pl antas m adre de i njerto o en el m arco de
ESTA BLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 59

medidas de concen tración parcel ari a o de expropiación, los estados m ie m bros de


l a U n ión europea podrán conceder derechos de nueva plantación antes del 3 1 de
j ul i o de 2003 p ara superfi ci e s destin adas a l a prod ucción de vinos con De no m i na­
ción de Origen o de v i n o de mesa desi g n ado medi ante u na i ndicaci ón geográfi ca
cuando se haya reconocido que, debido a su calidad, l a producción de ese v i no e stá
muy por debaj o de su demanda.
Los dere c h o s de n u e v a p l a n t aci ó n de berán ser u t i l i z ad o s : p ara los fi n e s
a u torizado s, p o r los produc tores benefi c i arios y ej ecu tados a n t e s de q ue fi n a­
l i c e l a seg un d a c am p añ a s i g u i e n te a aque l l a en l a q u e se h a y a concedido. L o s
d erechos n o u t i l i zados dura n te ese periodo p as aran a u na reserva n a c i o n a l o
reg i o n al .
L o s derechos d e pl antación d e n ueva creación concedidos por l a Co misi ón de
l a Unión europea a los estados m i e m bros h a n sido de 5 1 .000 h a contingentad as
por países ( 1 7 . 3 5 5 ha para España, 1 3 .565 ha para Francia, 1 2 .933 ha para Italia,
e tc . ) , desti n an do 1 7 .000 ha a u n a reserva c o m u ni tari a.
Los derechos de l a reserv a comu ni tar i a podrán ser adj udicados por la Co mi­
sión a l os e stados m i e m bro s p ara que s e a n aplicados e n reg i ones donde pueda
demostrarse l a exi stenc i a de necesidades adicionales.
Los derechos adj udi cados a España por la Unión Europe a serán distri buidos
p or el M i ni ster i o de Ag ri c u l tu ra , Pesca y A l i mentación e ntre las C o m u n i dades
A utónomas ten i endo en cuenta los siguientes cri terios:
1 . Prec io de la uva y del vino en c ada C o m unidad A u tóno m a .
2 . Porc e n taj e de v i n o co m erci a l i z ado e n cada C o m u n i d ad A u tóno m a con
Denomin ación de O rigen o con i ndicación geográfica e n rel ación con su
producción tota l de vino.
3 . Porcen taje de v i n o comercializado e m bo te l l ado o envasado en cada Comu­
n i d ad Autónoma e n rel ación con el total prod ucido o comerci ali z ado.
4 . Porcen taje y evolución de l a superfic i e de viñedo de cada Comun idad A u tó­
noma i n scrita en Deno m i n ación de O rigen o e n vino de m esa con indica­
ción geográfica, re specto de su supe rficie total de v iñedo.
5. Porcentaje de l a producción total de vino de la Co mu nidad A u tónoma que
se desti na a l a desti lación vo l u n tari a .

1 .4. Reglamentación de las replantaciones


Los productores que hayan procedido al arranq ue de u n a superficie p l an tada de
v id adquieren derec hos de rep l an tación por una superfici e equivalente en cultivo
puro a la superficie arran c ada. Tam bi é n podrán adq u i rir derechos de re plan tación
anticipada p ara p l an tar una superficie deter m i n ada l o s productores que se compro­
metan a proceder al arranque e n una superficie p l an tada de vid eq uivalente a ntes
d e que fi n al i ce l a seg un d a cam pañ a po steri or a l a p l a n tac ión de l a superfici e .
D icho co mpro m i so de berá i r aco m pañ ado de l as g aran tías q u e establezcan las
autoridades compete n tes.
Los derechos de rep lantación se ej erci tarán dentro de la exp lotación para la
que se concede. No obstan te , los derechos de re plantación podrán tran sferi rse tota l
o p arcialmen te a otra explotación dentro del m i smo E stado m i e m bro :
a) C u ando la parcela a la que perte nezcan los derechos se transfiera por cual ­
quier negocio j urídico ín te r v i vos o morti s c au sa.
1 60 MANUAL DE VITICULTURA

b) Cuando se tran s m i ta los derechos a una parcela q ue se desti ne a la produc­


ción de v i n o s de D e n o m i n ación de Ori g e n o v i nos de mesa desi g n ados
med ian te i ndicación geográfi c a o al cultivo de v i ñ as p ara i njerto .
No se autori za la tran sferenci a de derec hos de rep l antación antici pada o cuya
vigencia ha p rescrito .
La tran sferenci a de derechos no podrá en n i n g ú n caso suponer incre m e nto del
potencial productivo v itícola; los E stados miem bros deberán tom ar l as medidas de
aj uste correspondiente .
E n cu mp l i mi e n to de esta norm a y para l a cam paña de re p l antación 2000- 200 1 ,
e l m i n i sterio de agri c ul t ura, Pesc a y A l i mentació n , con base a l o s datos de l as
comunidades A utónomas ha p u blicado (O . M . de 8 de noviembre de 2000) los ren ­
d imi entos a tener e n cuenta e n l a tran sferenci a de derechos cuan do s e deban efec­
tuar los correspondientes aj ustes de superficie para cu m p l ir los req u i si tos co m u n i ­
tarios d e n o i n cre men tar e l potenci al productivo vitícol a .
L o s derechos d e re pl antación de berán utili zarse antes de q ue fi nalice la octava
campaña sig uiente a aque l l a durante la cual se haya procedido al arranque previ a­
m e n te dec l arado. Adem ás, los derechos adqu i ridos por transferen c i a de berán uti l i­
z arse a n tes de q ue fi na l ice l a seg unda campaña desde l a autori zación de l a tran sfe­
renc i a.
La autori z aci ó n de transferen c i a de derechos co rresponde al M i n i sterio de
Agri c u l tura, Pesca y Ali men taci ó n :
a) C u ando s e real i ce e ntre p arce las que s e encuentran situadas e n distin t as
Comunidades A utóno m as,
b) C u ando, aún perteneci endo l as p arcelas a la m i s m a C o m un idad Autónoma,
l a transferencia de derechos pretendida suponga l a sa lida o la e n trada de
derechos en u n a D e n o m i n ac i ó n de Origen que abarq u e el terri to ri o de
v ari as Comunidades A utóno m as.
Corre sponde conce der l a autorización de tran sferencia de derechos de rep l an­
tación a las Com u n i d ades Au tónom as c u a n do s e realice en tre ti tu lares de parce l as
que estén si tuados dentro de su territorio , excepto e n e l caso b) , anterior.
No se considerará tran sferencia la cesión de derechos de replantación e n tre
dos p arce las del m i smo tit u l ar. No obstan te, cuando se trate de parcel as situad as
en d ife re n tes Co m u n idades A u tó n omas, o u n a de e l l as e n u n a D e no m i n ación de
Origen que abarque el terri torio de vari as C o m u n i d ades A utóno m as , se rá nece sa­
ri a, com o requis i to p revio a la autori z ación de p l antación por la C o m u n i d ad A utó­
n o m a correspondiente, l a auto ri zación del M i n i sterio de Agri c u l tura, Pesca y A l i ­
mentación .
L a autoriz ación de tran sferencia de derechos de repl an tac i ó n está supeditada al
c u m p l i miento de l sol icitan te de las condiciones siguiente s :
a) Te ner regu l arizada la totalidad de su vi ñedo de conformidad c o n l a norm a­
tiva v itíco l a v igente.
b) No h aber transferido derechos de repl a ntación , ni h aberse benefic i ado de
una pri ma de abandono defi n i tivo, durante la campaña en curso o durante
las c inco campañ as p recedentes.
e) L as p l a n taciones a efectuar con derechos de plantación debe rán cumplir la
normativa reg u l adora específica de l a D en o m i n ación de Origen corre spon­
diente o tener derecho a comerc ializar e l vi no de mesa producido con u na
i ndicación geográfica.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 61

1 .5 . Primas de abandono
Podrá co ncederse , a l o s p roductore s de superfic ie s vitíco las cu ltivada s con
variedades califi c adas para la producci ón de uvas de v i n i ficación , u na pri m a por el
abandono defi n i ti vo de la v i ticu ltura en una superficie determ i n ada en el m arco de
P l an e s de A bandono aprobados por las Comunidades A utónomas. En dichos P l a­
nes se del i m i tarán l as superficies en las que serán aplicadas l as pri m as y las condi­
c i ones que s e deben c u m p l i r p ara poder o ptar a la medida.
La Unión europea e stablece el l ím i te m áx i mo de l a pri m a por arranq ue , corres­
pondiendo a los E stados m i e m bros fij ar el i mporte apl i cable en el ámbito de su
territorio , ten iendo en cuenta:
1 . El rendi miento agrícola o l a capacidad de producción de l a explotación.
2 . E l m étodo de producción .
3. La superficie de que se trate en rel ación con la superficie total de l a explotación.
4. E l tipo de v i n o produci do.
5 . La exi stenc i a de c u l ti vos asoci ados.
L a concesión de l a pri m a su pondrá para el vi tic u l tor la pérdida de l derecho de
replan tación de l a superficie o bjeto de la pri m a .

1 .6. Planes de reestructuración y reconversión


Con el fi n de adaptar l a producción a la dem anda de l mercado , l a Unión euro­
pea ha establecido u n régi me n de ayu d as para l a reestructuración y reconversión
de los v iñedos desti n ados a l a p roducción de u vas de v i n i fic ación:
L as acciones acogi d as al rég i men son :
a) reconversió n varieta l , i n c l u ida l a efectuada mediante sobre i njerto ,
b) rei m p l an tación de v i ñedos,
e) mej ora de l as técnicas de gestión de v i ñedos.
E l rég i men no cubre la re novac ión de vi ñedos por edad , l as acciones q ue se
hayan benefici ado de ayudas en los ú lti mos d iez años , los v iñedos con menos de
diez años, y aquellos v i ñedos cuyos titulare s no te ngan reg u l arizadas l a total i d ad
de sus parcel as.
E l rég i men de ree structuración y reconversión se desarro l l ará a travé s de Jos
P l anes correspondiente s que i n c l u i rán l as acciones a reali zar y que, pre sentados
por los i n teresado s, deberán ser apro bados por los servi ci o s correspondientes de l a
C o m u n i dad Autón o m a en donde radi q ue n l as parce las afectad as p o r e l Plan .
Los P l anes de ree structuración y recon versión no i ncremen tarán , en n i ng ú n
caso , el pote n c i al d e producción d e l a superfi ci e afectada p o r l o s m i smos.
S a lvo c i rcunstanci as especi ales que acon sejen l a ad m i sión de P l anes i ndiv i dua­
les, é stos serán colectivos, con u n n ú mero m ín i m o de 20 v i ticu l tores. Las C o m u n i ­
d ades A utón o m as podrán reducir a 5 e l n ú me ro de viticultores afectados p o r los
Pl anes c uando c i rcun stancias especi ales así lo aconsej e n .
Corresponde a las Comunidades Autón o m as apro bar l o s Planes de reestructu­
rac i ó n y reconve rsión ten i e n do e n c u e n ta los c ri terios de pri o r i d ad del R e al
Decreto 1 47 2/2000, pero e stableciendo l as prioridades particu l are s de sus regio­
nes, potenci ando e speci almente a los jóvenes agri c u l tore s y a los agri c u l tore s a
títu l o principal .
1 62 MANUAL DE VITICULTURA

Los P l anes se rán ej ecu tado s en un m áx i mo de ocho años si gui e ntes a su apro­
bación por la C o mu n i dad Autó n o m a, siendo el p l azo m áx i mo de ejecución de c ada
medidas de cinco años.
La ayuda fi nanciera com u n i tari a p ara la ejecuci ó n de los Planes de ree structu­
ración y reco nversión no superará e l 50 % de los costes del P l an . No o bstante, en
l as zonas de obj etivo 1 (Reg lamento ( C E) 1 260/ 1 99 9 , de Consej o , de 2 1 de j unio
de 1 999 podrá l legar al 7 5 % . E l M i n i sterio de A g ri cultura, Pesca y A l i mentación
ha estableci do los i m portes máxi mos ad m i si ble s de los coste s de reestructur aci ón
y reconversión en e l anej o I I de l Real Decreto 1 472/2000, de 4 de agosto .
L as ayudas se destinan a co mpen sar a los productore s p artic i pante s en e l p l an
en la pérdida de i ngresos deri vada de l a aplicación del m i smo, y a participar en los
costes de las acciones de l P l an .

1 . 7. Reglamentación del encepamiento


La especi e Vitis vin ifera L. o el c ruce de esta especie con otras del género vitis
puede dest inarse a:
1 . Producir uva p ara l a e l aboración de v inos p ara consu m o h u m an o directo.
2. Producir uva de mesa.
3. Producir uva p ara desti nos p arti c u l ares distin tos de loa anteriores (zumo de
uva, sec ado, uva para la i ndustri a con servera, etc.).
4 . Prod ucir m ateri al de m u l t i p l i c aci ó n vegetat i va de l a v i d y de la q u e se
obten g a l a p arte subterránea de l a p lanta (Patrón o portainj erto ).
E l Reg la m e n to ( C E) 1 493/9 9 , d e l C o nsej o , establece que l as p l an t aciones,
rep lantaciones o rei njertos de variedade s con de stino a l a producción de vino e n la
U n ión europea deben de pertenecer a una c l asific ación establecida por los diferen­
tes Estados m i e m bros. L a c l asi ficación tiene tres categorías para la uva p ara v i ni fi ­
cació n : reco mendadas, autori zadas y d e con servación vegetal .
El R eal Decreto 1 472/2000 , de 4 de agosto , e stablece p ara cada C o m u n idad
A utónoma u n a l i sta de v arie dades reco mendadas y variedades auto ri z adas de u v a
de v i n i ficac i ó n y de uva de mesa y de variedades recomendadas p ara p atro nes
(A nej o).
E sta cl asi fi c ación y las medi das indi cati vas de l a po l ítica vitiv i n íco la tienen
como fin al i d ad ori e ntar a los v i ti c u l tores en l a elección de las vari edades y p atro­
nes de su v i ñedo en el se n tido de calidad .

1 . 7.1 . C las ificación de las variedades de vid

A. VARIEDADES DE UVA DE VINIFICACI Ó N

l. Comunidad Autónoma de Galicia


Provinc ias: A C oruña, Lugo, O u re n se y Pontevedra

Variedades recomendadas:
A l bari ño, B .
B l anca d e M on terre i , B .
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 63

B rance l l ao , B rance ll o, T.
C ai ñ o tinto , Caiño bravo, C achón , T.
Espadeiro , Torneiro , T.
Ferrón, T.
Gode llo, B .
L ado , B .
L oure ira, Loureiro b l anco, M arqués, B .
Loureiro ti n to , T.
M e n da, T.
M ere n zao , M aría Ordoñ a, B astardo, T.
M ourató n , Negreda, T.
M oz a Fresca, Dona B lanca, B .
S ousón , Ti n ti l la, T.
Torrontés, B .
Tre ix adura, B .

Variedades autorizadas:
A l bi l lo, B .
C ai ñ o bl anco, B .
G arn acha ti n torera, T.
Gran Ne gro, T.
Palomino, B .
Pedral, Dozal , T.
Tempran il lo , T.
Vi ura, M acabeo, B .

2. Comunidad Autónoma del Principado de A sturias


Variedades recomendadas:
N i nguna.
Variedades autorizadas:
A l barín bl anco, B .
A lbil l o, B .
G arn acha tintorera, T.
M e n da, T.
Picap o l l b lanco, E x tra, B .
Verdej o negro, T.

3. Comunidad Autónoma de Cantabria


Variedades recomendadas:
N inguna.
Variedades autorizadas:
M e n da, T,
Palom i no , B .
1 64 MANUAL DE VITICULTURA

4. Comunidad Autónoma del País Vasco


Provincias: Á lava, G u i púzcoa, Vizcaya

Variedades recomendadas:
G arnacha ti nta, T.
Grac i ano, T.
Ondarrabi B e l tza, T.
O ndarrabi Zuri , B .
M azue l a, T.
Tem prani llo, T.
Vi ura, B .

Variedades au torizadas:
Fol l e B lanche, B .
Garnacha bl anca, B .
M al v asía, B .

5 . Comunidad Foral de Navarra


Variedades recomendadas:
C abernet S au v ignon, T.
Garnacha ti n ta, T.
Graci ano, T.
M azue l a, T.
M o scatel de grano menudo, B .
Tem pran i l lo, T.
Vi ura, B .

Variedades au torizadas:
C hardon n ay, B .
G arnacha blanca, B .
M a lvasía, B .
M e rlot, T.

6. Comunidad Autónoma d e La Rioja


Variedades recomendadas:
C hardonnay, B .
Graci ano,T.
M azue l a, T.
M oscate l de A lej andría, B .
M osc atel de Grano M en udo, B .
Pinot Noir, T.
Temprani ll o, T.
Vi u ra, B .
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 65

Variedades autorizadas:
G arnacha b l anca, B .
G arnac h a tinta, T.
M a lv asía , B .
M on astre l l , T.
Pare l l ada, B .
X arel lo, B .

7. Comunidad Autónoma d e A ragón


Provin cias: H uesca, Terue l , Z aragoza

Variedades recomendadas:
C abernet S auv ig no n , T.
C hardonnay, B .
G arn ac h a bl anca, B .
G arn ac h a peluda, T.
G arn acha tinta, T.
Gew urz-Tram i ner, B .
J uan Ibáñez, Concej ó n , T.
M azuela, T.
M e rlot, T.
M ori ste ! , T.
M oscate l de Alej andría, B .
Pinot noi r, T.
Riesl i n g , B ,
Tem pran i l lo , Cenci be l , T.
Vi ura, M acabeo, B .

Variedades autorizadas:
A lcañó n , B .
B obal, T.
C abernet F ranc , T.
C he n i n , B .
Derechero, T.
Gamay, T.
G arn ac h a tintorera, T.
Gracian o , T.
M al v asía, R oj a l , B .
M i g uel del Arco, T.
M o n astre l l , T.
Pare l l ad a, B .
Parraleta, T.
Robal, B .
S yrah , T.
X are l l o, B .
1 66 MANUAL DE VITICULTURA

8. Comunidad Autónoma de Cataluña

Provincias: B arcelona, G irona, Lleida, Tarragon a

Variedades recomendadas:
C abernet Franc , T.
C abernet S auvignon, T.
C hardonnay, B .
Garnacha bl anca, B .
G arn acha peluda, T.
G arnacha tinta, L ladoner, T.
M azuela, S am só, T.
M e rlot T.
M o n astre l l , Morastre l l , T.
M o sc atel de A lej an dría, B .
Pare ll ada, M on tonec , M on tonega, B .
Picapol l bl anco , B .
Pinot n oi r, T.
R iesli ng , B .
S au v i gnon bl anco, B .
S yrah, T.
Te m pran i l lo, U l l de L J e bre , T.
Trepat, T.
Vi ura, M acabeo , B .
X are l l o , C artoixa, Pansa ! , Pan sa B lanca, B .

Variedades au torizadas:
C hen i n , B .
Gew urztra m i ner, B .
G arnacha tin torera, T.
M a lvasía, S u birat p arent, B .
M a lvasía d e S i tges, M al v asía g rossa, B .
Pedro X i m é nez, B .
P icapo l l negra. T.
S umoll, B .
S u m o l l , T.
Vi n yater, B .

9. Comunidad Autónoma de las Islas Baleares

Variedades recomendadas:
C a l let, T.
M an to negro, T.
M o l l , Pen sal bl anca, Prensa l , B .

Variedades autorizadas:
C abernet S auvi gnon , T.
C hardo n n ay, B .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 67

Fogoneu, T.
M acabeo, Vi ura, B .
M al v asía, B .
M erlot, T.
M o n astre l l , T.
M o scate l de Alej andría, B .
Parel lada, B .
S yrah, T.
Te m pran i l lo, T.

1 0. Comunidad de Madrid
Variedades recomendadas:
A l b i l lo, B .
G arn acha tinta, T.
M alv ar, B
Tem prani l lo, Cenci bel , Tin to fin o , T.

Variedades au torizadas:
A irén , B .
C abernet S auvignon, T.
M erlot T.
Pare l l ada, B .
Torrontés, B .
Vi ura, B .

1 1 . Comunidad Autónoma de Castilla y León


Provincias: Áv i l a, B urgos, León , Palenci a , S al a m aca, Segovia, Soria, Val ladol i d ,
Za mora

Variedades recomendadas:
A l bi l lo, B .
Garnacha ti nta, T.
M a lvasía, R oj al , B .
M encía , T.
M o sc ate l de grano menudo, B .
Prieto Picudo, T.
Tem prani l lo, Ti n to fi no, Tin to del P aís, T.
Tin to de Toro , T.
Verdej o, B .
Vi ura, M acabeo, B .

Variedades autorizadas:
C abemet S auvignon, T.
Chel va, B .
Doña B l anca, B .
G arnacha roj a , T.
1 68 MANUAL DE VITICULTURA

G arn acha ti n torera, T.


Godello, B .
J u a n García, T.
M a l bec, T.
M erlot, T.
Negra l , T.
Palom i no, B .
Pinot N oir, T.
R ufete, T.
S au v i g non bl an co , B .

1 2. Comunidad Autónoma d e Castilla-La Mancha


Provincias: A l bacete, C i udad Rea l , Cuenca, Guadalaj ara, Toledo

Variedades recomendadas:
A irén , B .
A l bi l lo, B .
C olorai llo,T.
G arnacha ti n ta , T.
G arnac h a tin torera, T.
M alvar, B .
M e rseguera, M eseguera, B .
M on astre l l , T.
M osc ate l de grano m en udo, B .
Ped ro X im é nez, B .
Tem pra n i l l o , Cencíbe l , J acivera, T.
Ti nto Ve l asco, Frasco, T.
Torrontés, Aris, B .
Vi ura, B .

Variedades au torizadas:
B obal , T.
C abernet S au v i g n an , T.
C hardon n ay, B .
Forcal l at ti nta, T.
G arnacha peluda, T.
J aé n , B .
M a l vasía, B .
M arisancho, Pard i l l o , B .
M erlot, T.
M orav i a agri a, T.
M orav i a dulce, C ruj idera, T.
N egra l , Ti n to basto , T.
Petit Verdot, T.
Roj al ti n ta, T.
S auvignon B l anc . B .
S yrah , T.
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 69

Ti n to pampana bl anca, T.
Ve rdoncho, B .

13. Comunidad Valenciana


Provincias: A l i ca n te, C aste l lón , Valencia

Variedades recomendadas:
B obal, T.
C abernet S auvignon, T.
C hardonn ay, B .
G arn acha ti nta, Gironet, T.
G arnacha ti n torera, Ti ntorera, T.
M a lvasía, S u bi rat, B .
M erlot, T.
M erseguera, Exqui tsagos, Verdo si l l a, B .
M o n astre l l , T.
M osc ate l de A lej and ría, B .
Pedro X i mé nez, B .
P l an ta fi na de Pedra l ba, P l an ta Angort, B .
Te m pran i l lo , Ti nto fi no, T.
Vi ura, M acabeo , B .

Variedades autorizadas:
A iré n , Forcal lat b lanca, B .
B on i caire , E m bo li c ai re , T.
Pinot noir, T.
P l an ta nova, Tardana, B .
Tortosí, B .
Verd i l , B .

14. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia

Variedades recomendadas:
A irén , B .
G arn acha ti nta, T.
M e rseguera, M eseg uera, B .
M o n astre l l , T.
M oscate l de A lej andrí a, B .
Ped ro X i mé ne z , B .
Tempra n i l l o , Cen c íbel , T.
Verdi l , B .
Vi ura, M ac abeo, B .

Variedades autorizadas:
B on i caire, T.
Cabemet S au v ignon , T.
Forcal l at bl anc a , B .
Forcal l at ti n ta , T.
1 70 MANUAL DE V ITICULTURA

G arn acha ti n torera, T


M alv asía, B .
M erlot, T.
M orav ia dulce, C ruj idera, T.
S y rah, T.

1 5 . Comunidad Autónoma de Extremadura


Provincias: B adajoz, C ácere s

Variedades recomendadas
Al arij e , B .
B orba, B .
C abemet S auvig non, T.
C hardon n ay, B .
C ayetan a B l anca, B .
G arnacha tinta, B .
M erlot, T.
Pardi ña, H oj a vuelta, B .
Pedro X iménez, B .
S yrah, T.
Te mpran i l lo , Cencíbe l , Ti n to Fino, T.
Verdej o, B .
Vi ura, M acabeo , B .

Variedades au torizadas:
B obal, T.
C he lva, M o n túa, B .
C i g üe n te, B .
Eva, B eba de los S an tos, B .
G arn acha Tintorera, T.
Graci ano, T.
Jaén B l anco, B .
Jaén Ti n to, T.
M al var, B .
M azue l a, T.
M on astre l l , T.
M ori sca, T.
M oscate l de Alej andría, B .
M osc atel d e Grano M e n udo, B .
Pare ll ada, B .
Perru n o , B .
Pi not Noir, T.
S auvignon B lanc, B .
Torron tés, B .
X arello, B .

1 6 . Comunidad Autónoma d e A ndalucía


Provincias: Almería, C ádi z , Córdoba, Gran ada , Hu e l va, J aén, M á lag a, S ev i l l a
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 71

Variedades recomendadas:
B aladí verdej o , B .
G arrido fi n o , B .
Listán , B .
M o sc ate l d e Alej andría, B .
P a lomin o Fino, B .
Palo m i no, B .
Pedro X i méne z , B .

Variedades au torizadas:
A irén , L airé n , B .
C abernet Franc , T.
C abernet S auvignon, T.
C hardon n ay, B .
C al agraño , Jaén, B .
C he lva, M o n tua, U va R ey, B .
D orad i l la , B .
G arn acha Tin ta, T.
M acabeo, B .
M erlot, T.
M o l i nera , T.
M o l l ar cano, T.
M o n astre l l , T.
M o sc atel de grano m e nudo, M o sc atel morisco, B .
Perruno, B .
Pinot Noir, T.
Prieto Picudo , T.
R ome , T.
S auvig non B l an c , B .
S yrah, T.
Te mpran i l lo , T.
Tin ti l l a de Rota, T.
Torrontés, B .
Vij i riego, Vij ari ego, B .
Zalema, B .

1 7. Comunidad Autónoma d e Canarias


Provincias: L as Pal mas, S anta Cruz de Tenerife

Variedades recomendadas:
A lbil l o, B .
B ermej ue l a, M armaj uelo, B .
C aste l lana N egra, T.
Forastera B l anca, Doradi lla, B .
G u al , B .
L i stán Negro , A lm uñeco, T.
M a l vasía, B .
M alvasía R osada, T.
1 72 MANUAL DE VITICULTURA

M oscate l de Alej andría, B .


Negra m o l l , M u l ata, T.
S abro, B .
Tin til l a , T.
Verdel l o, B .
Vij ariego, D iego, B .

Variedades autorizadas:
B astardo b lanco, B aboso bl anco, B .
B astardo n eg ro , B aboso negro, T.
B reval, B .
B urrabl anca, B .
C abernet S auvign on, T.
L i stán B l anco, B .
L i stán Prieto, T.
M erlot, T.
M o sc atel Negro , T.
Pedro X i ménez, B .
Pinot Noi r, T.
R uby C abernet, T.
S yrah, T.
Te mprani ll o, T.
Torrontés, B .
Vij ariego N eg ro , T.

B . VARIEDADES DE UVA DE MESA

Todas las Comunidades Autónomas

Variedades recomendadas:
A l bi l lo, B .
A le do, B .
A l fonso L avallée, T.
C ardi n al , T.
C alop, B .
C orazón de C abrito, Teta d e vaca, B .
Quiebrati n aj as, Pizzutello, T.
C hasselas dorada, Franceset, B .
C he lva, M on tua, B .
D omi nga, B .
Eva, B e ba de los S an tos, B .
I m peri al, N apoleón, Don M ari ano , T.
Ital i a, B .
Leopoldo l I I , T.
M o linera, T.
Moscatel de A l ej andría, M oscatel de M á l aga, B .
N aparo, T.
O h an es, B .
ESTABLECIMIENTO DEL V IÑEDO 1 73

P l an ta m u l a, T.
P l an ta nova, Tardana, Tortozón , B .
R agol , T.
R e i n a de l as Vi ñ as. B .
R oseti , Rosaki , R eg i n a, D attier de B eyrouth, B .
S u ltani n a , B .
Va lenci bl anco , B .
Va lenci ti nto , T.

Variedades autorizadas:
Autum B lack, T.
Autu m S eedless, B .
B lac k Rose , T.
B lush S eedl ess, T.
C al meri a , B .
C enteni al S eed le ss,B .
C hristmas Rose, T.
C ri m son S eedl e ss.
Dobouki , B .
D aw n S eedless, B .
Doña M aría, Do n n a M aría, B .
E arly M u scat, B .
S ugra fiv e, B .
E merald S eed less, B .
Exotic , T.
Fantasy Seedless.
Flame seedl ess, T.
Gold, B .
M atilde, B .
Perlette, B .
Q ueen , B .
R ed Globe, T.
R uby S eedless, T.
S ug ra on e, B .

C . VARIEDADES D E DESTINO PARTICULA R

Todas las Comunidades Autónomas

P roducción de pasas :

Variedades recomendadas:
M o sc ate l de Alej andría, B .
S ultan i n a , B .

Variedades autorizadas:
S ugra fi ve, B .
S ug ra one, B .
1 74 MANUAL DE VITICULTURA

Variedades de portainjertos

Todas las Comunidades Autónomas

Variedades recomendadas Abreviaturas

1 B l anch ard = B erlandieri x Colombard BCI


1 96- 1 7 Castel = 1 203 Couderc (Mourviedro x Rupestris M artín) x Riparia G lori a 1 96- 1 7 c
6736 Castel = Riparia x Rupestris de Lot 6 736 C !
1 6 1 -49 Couderc = Riparia x Berlandieri 1 6 1 -49 c
1 6 1 6 Couderc = Solonis x Ripari a 1616 c
3309 Couderc = Riparia tomentosa x Rupestris M artín 3 309 c
333 Escuela Montpellier = Cabemet Sauvignon x B erlandieri 3 33 EM
1 3-5 E.V.E Jerez = Descendencia de B erlandieri Resseguier n.º 2 1 3-5 EVE
5 A M artínez Zaporta = Autofecundación de 4 1 B S A MZ
4 1 B M i l lardet-Grasset = Chasselas x Berlanclieri 41 B M
420 A Millardet-Grasset = Berlandieri Grasset x Ri paria 420 A M
1 9-62 Millardet-Grassel = Malbec x Berlandieri 1 9-62 M
1 1 03 Paulson = Berlandieri Resseguier n.º 2 x Rupestris de Lot. 1 1 03 p
3 1 Richter = Berlandieri R esseguir n. º 2 x Novo M exicana 31 R
99 Richter = Berlandieri Las Sorres x Rupestris de Lot 99 R
1 1 0 Richter Berlandieri Resseguier n.º 2 x Rupestris M artín
= 1 10 R
1 40 Ruggeri B erlandieri Resseguier n. 0 2 x Rupestris de Lot
= 1 40 Ru
5 BB Teleki-Kober = B erlandieri x Ri paria 5 BB T
S04 Selección Oppenheim del Teleki n.º 4 Berlandieri x Ri paria
= S04
Rupestris du Lot R de Lot

2. RAZONAR LA E L ECC I Ó N DE LA VAR I E DAD

L a e lección de l as variedades es determi nante para orien tar l a producción v i tí­


cola de una explotación o de una reg ión. C ada variedad tiene c aracterísticas especí­
fi cas c uya ex presión puede ser mod u l ad a por l o s e l e m e n to s n aturales (c l i m a y
suelo) y p or las técnicas de conducción y los cuidados e legidos por el v i ticultor.

2 . 1 . E l ección según el valor específico de la variedad

2.1 .1 . E poca de madurez


Para el desarro l lo y la m adurez de su s frutos, c ada variedad tiene exigen c i as
espec íficas relativas a sus necesidades en calor y su régi men lúdrico que determi­
n a n l a precocidad rel ativa de l o s estados fen o lógicos y e n p arti cu l ar de l a época de
m adurez . L as vari ed ades son clasifi cadas en varios grupos en com paraci ón con la
m adurez de la variedad C h asse l as, to m ada como referenci a.
Para l as v ariedades de v i n ifi c ación, se di stingu e :
- e l g rupo de las variedades p recoces, m adurando dos se manas a ntes que
C h asse l as: B aco no i r;
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 75

- el grupo de las variedades de primera época, m adurando 5 días antes o des­


pués q ue C h asse l as: A l i goté, Gam ay, M e u nier, Pi not gris, Pinot noir. . .
- e l grupo de las variedades de segunda época m adurando 1 2 a 1 5 días des­
pués q ue C h assel as: C i n saut, C abernet S au vigno n , M erlot, Chardon n ay . . .
- e l grupo de las variedades de tercera época, m adurando 2 0 a 3 0 después
que Chasse l as: M az ue l a, Aram ó n , Garnacha, C l airette , U gni blanc . . .
- e l grupo de las variedades de cuarta época madurando 35 a 4 5 d ías después
de Chassel as.

2.1 .2. Características organolépticas


L as varied ades se di stin guen por el color y el g usto de sus u vas y las cal i dades
org an olépticas de los v inos e l aborados:
- el colo r: p ara l a e l aboración de los vinos t i n tos, las variedades deben pro­
porcionar color suficiente ; actua lmente , e scogie ndo l as variedades que están
mejor adaptadas al terroi r, contro l ando los rend i m i e n tos y uti lizan do técn i ­
c a s de v i n ificación que perm i tan u n a mejor extracción de l o s polifenoles e s
posi b le o b te n er n o r m a l m e n te v i no s sufi c i e n te m e n te c o l ore ados; c i ertas
varied ades l lam adas ti n toreras, en las que tanto el hollej o como l a p u lpa
contienen an toc i anos, tienen u n fuerte poder co lorante ;
los aromas: c iertas variedades e stán c aracteri zadas por un aro ma afru tado
( M erlot, M o u rvédre) , o tras por aro mas e specíficos (S yrah , C abe rn et S au ­
v i g n o n , S au v i g no n , C h ardo n nay, Vi ognier, M o scate l , Chen i n , Rie s l ing) o
un aro m a ne utro ( U g n i b lanc, S e m i l lo n , Aramo n ) ; los aro mas conte n idos
en l as u vas son l i bre s en parte pero en su m ayoría se encue ntran general ­
me n te b ajo form a co m bi n ad a o en el estado potencial a n ivel de precursores
quím i cos;
- el equilibrio en boca o la finu ra de los vinos dependen de l as condiciones de
m adurez , de la ad aptación de las v ariedades al terroir y de l a tecnología apli­
cada en la bodega.

2.1 .3. Produ ctividad


E l rend i m i e n to de u n a variedad , e n una situación dada, debe ser suficiente para
q ue la producción sea económicamente i n tere sante ; sin e mb argo no debe ser exce­
sivo a fin de evitar el descenso de la calidad y e l i ncre mento de l a receptividad de
las plantas a l as enfermedades criptog ámi cas. El rendi m i e nto de las vari edades es
muy fluctu ante segú n las condiciones c l i m áti c as y edáfic as; con todo la vari edad
tiene u n a productividad que le es propia:
- Varied ades con fuerte productivi dad : C i n saut, M azuela, Aram o n , A l icante
bouschet, R iesl i n g , S y lvaner, Ugni b lanc, M arsann e , Vermenti n o , B ourbo u ­
l e n c , G arn acha b l anca, M acabeo.
- Variedades con p rod ucti v i d ad m ed i a : P in o t m e u ni er, Pino t n o i r, M erlot,
Garn acha ti n ta, G a m ay, S yrah , C h ardo n n ay, S em i l lo n , M u sc adet, S au v i g ­
non , C h e n i n bl anc
- Variedades con p rod uctivi dad m ed i a a débi l : M o urviedro, C abernet S auvig­
n o n , Cabemet fran c , Roussan ne.
1 76 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1

Escala de madurez y localización geográfica de variedades de uva de vinificación


Localización
Variedades blancas Variedades tintas
geográfica

Grupo de madurez de primera época


Nord-Este A ligoté, Chardonnay, Auxerrois, Pinot noir
Petit meslier Cot
Oeste M elon, Gamay de Bouze, Gama y
Gamay de Chaudenay

Grupo de madurez de segunda época


Nord-este S ylvaner, S avagnin, Riesling , Gros meslier,
Gewurztraminer
Oeste Chenin, Sauvignon, Arbois, Muscadet, Pineau d' Aunis
Grolleau, Gros plant, Colombard B reton,
Folle blancbe
S ur-oeste S emi llon, S auvignon, Muscadelle, Cabemet S auv.
Colombard, M auzac, L il iorila, Juran�on, Cabernet franc
Fer M erlot
Sur-este Viognier, M arsanne , S yrah, M ondeuse
Roussanne
Mi di M uscat, Roussanne Portan, Tibouren Alicante Bousc.
M erlot, Syrah

Grupo de madurez de tercera época


Oeste U gni blanc
Sur-oeste Gros manseng, Petit manseng, Tannat M erille, Petit Verdot
Région mediterránea C Jairette, Vermentino, Bourboulenc, M az uela, Aramon
Ugni blanc, Tempranillo, Terret
Garnacha, Caladoc

A. Rey ni e r

2 . 1 .4. Exigencias cu lturales


E ntre los criteri o s de e lección de l as v ariedades h ay que considerar ciertas exi­
gencias que pueden a lterar el buen funcion amiento de l as viñas y l i m i tar e l re ndi ­
m i e n to, la calidad o la perenni dad de l as cepas.
• Sensibilidad a las heladas de primavera: en u n terroir dado esta se nsi b i l idad
depende sobretodo de l a p recocidad de l desborre :
- variedades con desborre p recoz: Chardonn ay, A l i goté , M e lo n , C h asse l as,
Cheni n , M arsan ne, Roussan ne, Aramon , Merlot, P inot noir, Cot, Gamay;
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 77

- variedades con desborre medio: Fo l le bl anche, M auzac, S au vigno n, S y l ­


vaner, S emi l lo n , C abernet franc, Alican te B ou schet, G arn ac h a;
- variedades con desborre tardío: U g n i b lanc, Riesl i n g , C i n saut, M ou rvie­
dro, Piquepo u l , S y rah , C abemet S auvignon , Pinot meunier;
• sensibilidad al corrimiento: l as vari edades que son sen si b le s tienen prod uc­
ciónes i rreg u l ares: Cot, G arn acha, Viognier, M erlot (en la zona borde lesa y
en e l S u roe ste pero poco en e l v i ñedo meridional ) ;
• sen sibilidad a l a p odredum b re gris:
- m uy sensib les: Fo l le b l anche, M uscadet, S e m il l o n, S au v i g n o n , Chen i n ,
M u scade lle, G arnacha blanca, M acabeo;
- sensibles: G arn acha ti nta, M erlot, C i n saut, Pinot, M azuela (en sue lo férti l
y en las zonas con m ad urez tardía) , M eu nier, Chardonnay, C o lo m b ard ,
M auzac , Gro l leau
- medianamen te sensibles: S y rah , Aramon
- poco o m uy poco sensibles: C abernets, U gni b l an c . .
- sensibilidad a las enfermedades de la madera: las cepas d e l as vari eda-
des sensi ble a la eutip iosis ( U g n i blanc, C abernet S auvigno n , Che n i n ,
C i n saut) , a l a yesca o a l a excoriosis son difíc iles d e podar y s e debi l i tan
prematuramente .

2 . 1 . 5 . Aptitudes tec nológicas


L as variedades de v i n ificación se d i sti nguen por el desti no de las uvas:
- las variedades para la producción de vinos generosos o de postre: Garnacha,
M oscatel , S e m i l lón, C laire tte ;
- l as variedades p ara l a producción de vinos de c rianza aptos para l a con ser­
vaci ón: (Pi not, S yrah , C abemet S a uvignon, M erlot, Cabemet franc, Tan n at,
Fer,en tre las variedades ti n tas y C h ardo n n ay, S auvignon , C heni n , S avagni n,
Riesl ing , Viognier, M an seng entre l as variedades blancas;
- l as v ar ied ade s p ara la p rod u cc i ó n de vinos jóven es: M az u e l a, C i n saut,
Ara m o n , Gam ay, Cot, Grol leau, P i n eau d ' Aun i s en tre l as varie dade s ti n ­
t a s y A l i g o t é , M au z a c , U g n i b l an c , Fo l l e b l a nc h e e ntre l as v ari e d ades
blancas;
- l as variedades para l a prod ucci ó n de vinos de base esp umosos: C h ardo n n ay,
Pinot noir, M eu n ier en Champagne, A l i goté, C lairette, M auzac, M oscate l ,
Chenin en o tras regiones;
- l as v ariedades para l a producción de vinos de base para destilar q ue permi ­
ten l a el aboración d e ag u ardientes: U g n i b lanc, B aco blan c .

2 . 2 . Adaptación de las variedades al medio


Acabamos d e poner en evidencia q u e l a s variedades tienen carac teres q u e les
son específi cos. S i n e m b argo , estos c aractere s n atur a l e s li gados al patri m o n i o
genético de l a v ariedad pueden expresarse de u n a m anera diferente segú n e l cli m a
reg i o n a l , el te rroi r, l a s p rácticas c u l t ural e s e n e l v i ñedo y tecn o lóg i c as e n l a
bodega.
1 78 MANUAL DE VITICULTURA

2 . 2 . 1 . Variedad y c l ima regional

L as variedades de m adurez tardía n o s o n culti vad as más que e n las zo na s m ás


cáli das. L as variedades de v i n i ficación que dan v i nos q ue tienen aro mas, fi n ura,
cali dad son c u l tivadas en las zonas l ím i te s desde e l p u nto de vista cli máti co para la
m aduración de sus raci mos, como por ej e m plo las vari ed ade s pri m era época en
A l saci a, B orgoña y C h am paña, las vari edades de segunda época e n el Borde lai s o
el valle del Loira .
E l áre a d e ad aptación de las variedades es amp l i a p ara algunas, c o mo el C aber­
net franc (del val le del Loi ra a los Piri neos) , e l Gamay (del B eauj ol ais al Loi ra) , el
U gni b lanc (de Italia a la región de Coñac) , mientras que e s poco i mportante p ara
otras como el M o scatel ( Fron ti g n an ) , e l S avag n i n ( J ura) , el M anseng (J uranc;o n).
E l v i n o de un a misma v ari edad cul tivado en dos regiones diferente s no prese nta l.os
m i smos caractere s: e l U g n i b l anc da en e l M idi u n v i n o b l anco seco y poco áci do
m i e n tras que en C h arentes da u n v i n o gener al mente de poco grado pero bastante
ácido, lo que perm i te su con servac ión antes de la de sti lación p ara la producción
del coñac . Por ú lti mo, en u n a m i sm a reg ión el c l i m a del año actúa sobre e l co m­
portami en to de l as variedades. Así es c o m o segú n l a i mportancia y e l reparto de l as
l l u v ias, de la i n so l ación y de las tem peraturas, la calidad de la vend i m i a será dife­
ren te : de ahí la noción de añada.

2 .2 . 2 . Variedad y suelo

L a calidad y l a ti picidad de u n v i n o provienen en gran parte de la i nfluenci a del


suelo so bre l a v ariedad . L a experienci a de v arias generaciones de v i tic u l tores, l os
estudios de los científi cos y de los técn i cos sobre las potenci ali dades vitíco las de
los terroi rs y e l comportamie n to de las v aried ades ha permitido del i m itar zonas de
producci ón , en l as que ciertas variedades particularmente bien ad aptadas al medio,
reve l an un a calid ad y una ti picidad de los v i nos completamente ori g i n ales. Esto ha
con ducido a l a de l i m i tación de áre as de producci ón de vino s con denomi nación de
origen y v i nos de la tierra. Pero e n e l i n terior de estas zonas con topografías y tipos
de suelo variados, las vari e dade s reg i o n ales encuentran condiciones pedoc l i m áti ­
cas más o menos favorables q ue m od i fican su com portam i en to y las cal idad de l os
v i nos producidos.
U n a v ariedad está bien adaptada a u n suelo c uando l as potencial idades ofrec i­
das por el medio corresponden a su s exigencias térmicas e h ídri c as p ara o btener la
cali dad ópti ma en el ti po de v i n o buscado:
- e l clima l oc al , depe ndiendo de l a alti tud o de l a topografía, p uede ser:
• el factor domi nante de la bue n a ad aptación de u n a variedad : por ej e m p lo
l as cualidades aro máti cas, l a armonía y e l frescor de los v i nos de Gew ürz­
trami ner son particularme n te pre se n te s en con diciones térmicas re l ati va­
me n te frescas, como e n A l sacia, a fi n de que el rac i mo g u arde una acidez
suficiente ;
• e l factor l i mi tante del éxito de u n a v ariedad : p o r ej e m p lo e l c ultivo de
variedades con desborre precoz en situaciones he l adizas o de variedades
con m adurez dem asi ado tard ía para el medi o ;
- ciertos tipos de suelo son m ás favorables a l a expresión de l a calidad d e l a s
variedades de u n áre a de producci ó n , p o r ej emplo:
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 79

• e l Gamay so bre l as are n as graníti c as del B eaujolais;


• el Pinot noir sobre los terrenos c al i zos poco arci l lo sos de B orgoña, m ie n­
tras que so bre las tierras b l ancas m argosas da v i nos más tánicos y sobre
l as tierras dec alci ficadas del sur de N u its S ai nt-Georges el vino tiene un
g usto a pera sal vaje;
• el C hardonnay, en B orgoña, so bre los sue los m ás bien arci l losos proceden­
tes de m argas;
• e n genera l , es el conj un to de las pote nc i a l idades v itícolas del terroi r (cl i m a
loca l y suelo) l as q u e condicionan la adaptación de la variedad para u n a
producc ión de calidad , c o m o p o r ej emplo para e l v iñedo mediterráneo:
• Garnacha, M azuela, C i n saut (dé b i l exigencia e n agu a pero bastante ele­
vada en calor) e stán mejor adaptadas a sue los secos baj os cli m a medi terrá­
neo sem i - árido o h ú m edo te m p l ado; C i n saut da buenos v inos en suelo
p o bre m i e n t r a s que p ro d u c e v i no s de p o c a c a l i d a d en s u e l o fé r t i l ;
M azue la , ori g i n ari a d e regiones español as más cáli das que l a reg ión m eri­
dional francesa, no conviene en todas partes, e spec i a l m en te en a l titud, en
los suelos fértiles y en los sectores con clima menos medi terráneo e n los
que hay un c i c lo vegetativo más l argo , u n a d i fi c u l tad p ara alcanzar la
p le n a m adurez y en donde e stá expuesta a los ataq ues de l hongo de la
podredu mbre gris; l a Garn ach a tin ta, m ás p recoz que la M azuel a, produce
un vino m ás alcohóli co , m enos astri nge nte y de mejor cali dad , si n caracte­
re s i n deseables;
• M ourviedro, exige n te a l a vez en ag ua y e n calor, va mejor en med i as l ade­
ras de áreas se m i -áridas;
• S y rah, sufre con la sequía, pre fiere un biocli m a medite rráneo h ú medo
tem p l ado en l adera;
• M erlot, C abemet S auvi gnon y Cot, e stán mejor adaptadas, en la reg ión
meri d i o n a l , a l as zonas m ás h ú med as y m ás frescas ( menos suj etas al
clima típ ico mediterráneo) en l as q ue n o sufri rán de seq uía y donde p ue ­
d en tener u n a m aduración m ás lenta y m ás tard ía; en la reg ión bordelesa,
por el con trari o , los buenos terroirs de C abernet S au v i g non son los sue los
arenosos de g ravas sí como en los suelos calizos supe rficiales; m á s tardío
q ue el M e rlot da un v i no con poco grado , poco color, vegetal cuando su
m aduración es i nsuficiente .

2.3. Influencia de las prácticas culturales sobre el


comportamiento de la variedad
S eg ú n l as mod a l i dades de la i n tervención d e l h o m bre al n i v e l d e l c u ltivo
(p atrón , densi dad, pod a , con ducc i ó n , m anej o del sue l o , protección del vi ñedo,
el ección de la fec ha de vend i m i a) y de l a transform ación de Jos raci mos (vinifica­
ción , crianza del v i no, envej ec i m i en to , desti l ación, etc . ), una m is m a variedad , en
un terroir dado, podrá perm itir e l aborar v i nos a n i ve les cualitativo s d i fere n tes.
Corre spon de al viticultor efectuar l as mej ores elecciones técnicas:
- la e lección d e l p atrón es u n elem ento fundamental del con trol d e l ren d i ­
m iento , de l a madurez y de l estado san i tari o de l a vendi m i a, del v i g o r y de l a
perennidad de l as cepas; e n l a región de producción del coñ ac , de spués d e l a
1 80 MANUAL DE VITICULTURA

cri si s fi loxéri ca, la prac tica del i nj erto originó u n i ncreme nto de l a sensi b i l i ­
d ad de l a Fol le b lanche a l a podredu m bre g r i s y l a desaparic ión de esta
variedad de esta región ;
- segú n le sistem a de conducción (densi dad , e mpalizado, pod a . . . ) la produc­
c ión de l a v ariedad será modifi cad a; la poda corta, por ejemplo, no permi te
siempre obtener un rendi m i en to suficiente con las variedades poco férti les . . . ;
- l a p rotección sani tari a es i n d i spensable para asegurar u n buen estado fisioló­
gico de J as cepas y su pere n ni dad, la madurez y la i n tegridad de los raci mos,
e l l a debe adaptarse a l a se n si bi lidad y la receptividad de l as variedades.

3. RAZO NAR LA E L ECCI Ó N D E L PAT RÓ N

L a elección de l patrón es un elemento fu ndamental del e stableci m i ento de l a


parcela de v i ñ a pues condiciona e l de sarro l l o de l a s p l antas, e l rendi m iento y l a
cali dad de l a cosecha, a s í c o m o e l vi gor y l a perennidad de l a v i ñ a . E sta elección se
h ace ten i e ndo en c ue n ta ciertas difi cultades de la parce l a (parási tos del sue lo, fac­
tores l i m i tantes del sue lo), de la v ariedad a cultivar y del o bjetivo de producción.

3 . 1 . Resistencia a los parásitos del suelo

3 . 1 . 1 . Resiste n c ia a la filoxera

L a re sistencia del p atrón a la fi lo xera es i n d i spensable; este p ulgón está sie m ­


pre p resente en l o s viñedos y puede m an i festarse de nuevo si encuentra raíces sen ­
si bles. E n cambio, el i nj e rto de l a s v ari edades sensi bles sobre patrones cuyas raí­
c e s re s i sten a l a s p i c ad ur a s d e l p u l g ó n es a ú n e l m ej o r p ro c e d i m i e n t o d e
protección . La m ayor p arte d e l o s patrones c u ltivados en E urop a re siste n suficien­
temen te a l a fi loxera. S i n e m bargo, l a sen si b il idad de V. vin ifera reaparece m ás o
me nos m arcad a en ciertos h íbridos, en p arti cu l ar en los patrones siguientes:
- muy sen sibles: 1 6 1 3 C;
- sen si bles: Aramon X rupestri s G anzi n n.º 1 y n . º 9 , 1 202 C, 93-5 C , Grézot l ;
- débil me nte sensi b les: 40 1 0 C aste l .
L o s viticultores d e C al i forni a acaban d e pasar por u n a dolorosa experiencia
puesto que se h a n v i sto o b l ig ados a arrancar varios m i les de hec táreas de v i ñ as
i njertadas sobre Aramon x rupe stri s G anzi n n . º 1 , conoci do desde h ace m ucho
ti e m po como sen si b l e .
Tam bién s e ha observado q u e el 4 1 B y e l 333 E M , cuya resi stencia e s en gene­
ral suficiente, puede n mostrar en los suelos muy favorables a la f ilo xera (terrenos
calizos, secos, superfi c i ales) u n cierto debil i tamien to . En estas condiciones p arti ­
cul ares, es acon sej able uti l izar m ás bien el 1 40 R u o el Percal .

3. 1 .2. Res isten c ia a los nematodos e ndo pa rásitos (Meloidogynae)

L a resi stencia de los patrones varía con l a especie de nematodos pre se ntes en
el sue l o. E n l as situaciones críticas, e s nece sario proceder a an á l i si s nematológicos
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 81

an tes de escoge r el p atrón . Para M. arenaria, que se encuentra en las arenas del
l i toral mediterráneo, son :
- resiste ntes: S 04 , 5 B B , 8 B , 9 9 R , 1 40 Rug geri , 44- 5 3 , 40 1 0 C l , Fercal;
- medianamente resi stentes: Ripari a g loire , 34 E M , l l OR , G rave sac ;
- sen si bles: 3309 C , R u pestri s de Lot, 4 1 B , A rX 9 , 2 1 6-3 C I , 1 96- 1 7 C l , 1 6 1 -
49C , 333 EM .
Los patrones resi sten tes a M. incogn ita son : S04, 5 B B , 1 0 1 - 1 4 M G, 1 6 1 6C .
Para M . hap la l o s p atrones m ás re sistentes son R iparia, R upestris, 5 B B , 9 9 R .

3.2. Adaptación a los terrenos


El sistema radi cular del patrón debe estar adaptado a la n aturaleza, a l pH, al
n iv e l de humedad (o de sequ ía) y a la fertilidad de los terrenos en donde está p l an ­
tado. C iertos p atrones convienen mejor q ue o tros, están m ás adaptados a l a s l i m i ta­
ciones del suelo.

3 . 2. 1 . Resistencia de los patrones a los suelos ca lcá reos

La apreci ación del poder cl orosan te de un suelo se ex presa por el índice Dro u i­
neau -Galet, q ue repre senta e l porce n taj e de caliza activa to lerada p o r e l patrón y
por el Indice de Poder Clorosante ( I PC ) , que refl ej a m ejor esta to leranci a , ya que
tiene en c uenta e l con tenido en caliza acti va (C0 3C a) y tam bién e l hierro ex traíble
( Fe ) . J uste y Pouget ( I nra) h a n deter m i n ado e l valor de I PC por l a fórmu l a :

C a liza activa e n % x 1 0 .000


IPC = --- ---· ---· ---
2
( Hierro fáci l mente extraíble en p p m )

y han estab lecido u n a e sc a l a de re si stencia de los p atro nes en función de este


índice.
E l exceso de caliza e n el suelo provoca la clo rosis (parte 4, capítulo 1 ) que se
m an i fiesta por u n a c o loració n a m ari l l a - bl a nquecin a de l as hoj as, cuyos n ervios
queda n , general mente , verdes, y por desórdenes fi siológicos perj udiciales a l creci­
mi ento , al re nd i m i e n to, a l a m aduración de las vas y a la perenni dad de las cepas
en los c asos graves y repetitivos. La elección de l patrón re sistente a l a caliza debe
tener en cuenta también l as disponi bi l i dades e n agu a del suelo.

3 . 2 . 2 . Adaptación a los suelos ác idos

N o existe n i ng ú n patrón resisten te, es por lo que conviene corregir la acidez de


los suelos con pH < 6,5 por e n m iendas cali zas o calco m agnésicas. Los patrones
mejor adaptados son el 1 40 Ruggeri , e l 3 309C y el G ravesac ; este ú ltimo está par­
ticul armen te ad aptado a los suelos de gravas áci das, h ú medos en prim avera y secos
en veran o; por el con trari o, 1 0 1 - 1 4M G y 99R son se nsi bles a la acidez .

3 . 2. 3 . Adaptación a l a seq u ía

L a vid es fam osa por su adaptación a la seq u ía ; si n e m bargo, n o todos los


patrones son capaces de soportar una seq uía esti val i n ten sa, en particu l ar en l as
1 82 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 2
Escala de resistencia de los patrones a los suelos calizos

Valor límite de IPC


Caliza Patrones
activa Suelos arcillosos sobre
INRA
caliza dura (CNC)

4 Vialla 2
6 Ri paria Gloria 5 2
9 3309, 1 0 1 - 14 10
14 Rupestris de Lot 20
Gravesac 20
17 99 R , 1 1 03 P, S04 30 85
20 f5 B B , 420 A, 1 1 0 R 40 50
25 1 6 1 -49 C, RSB l 50 50
40 41 B 60 50
40 333 EM 70
25 1 40 Ru 90
> 25 Percal 1 20 85

A. Reyn ier

regiones mer i d i o nales. La seq u ía se m an i fiesta por u n a desec ac i ó n del l i m bo ,


seg uida de la caída de las hoj as, de u n a parte m á s o me nos i mportante d e l fo l l aj e :
- muy re si ste n tes: 1 1 0 R , 1 40 R u , 1 447 P ;
- medianamente re si stentes: 4 1 B , 333 E . M . , RS B 1 , S 04,
1 6 1 -49 e, 1 96 . 1 7 c 1 , e, 2 1 6-3 c 1 ,
Gravesac , Ru pestris d e L o t 9 9 R , 1 1 03 P, Percal
- sen si b les: Riparia G lori a , 1 0 1 - 1 4 M G , 3 309 C, 5 B B , 420 .

3 .2 . 4 . To lerancia a la h umedad del suelo


Los terrenos h ú medos h ay q ue ev itarlos e n el cul tivo de l a v i ñ a; sin e m b argo,
existen v iñedos de l l an uras o valle s, establec i dos en terrenos que j u stifi c an l a e lec­
ción de patro nes que to leran la hu medad persi ste n te :
- tolerante s: R iparia g l oi re , 1 6 1 6C , G 1 , Vial la, 1 1 03P S 04
cuand o es plantado en suelo a humedad equivalente,
5 B B , 333 EM, Percal,
1 0 1 - 1 4 M G y Gravesac
(para un exceso temporal de h umedad en primavera)
- sen si b les: 420A,99R, 1 1 0 R , 3 309 C , 4 1 B .

3 .2 . 5 To lerancia en suelos sal inos


Ningún patrón re si s te u n conte n i do en sal superior al 1 por 1 .000 .
- R upestri s, 1 6 1 6C , 3 1 R , 1 202 C : O 0,8 % %o;-

- 2 1 6-3 Cl, G 1 : O 1 30 ;
-

- V vin ifera: O - 2 %o;


ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 83

Escala de vigor conferido por el patrón sobre la variedad

Riparia Gloire
Vigor
Riparia x rupestris
fue rte
10 L - 14 .. .. 3309C

Riparia x Berlandieri
.. ..
420A 1 6 l -49C S04 5 BB R S B l

Vinífera x Berlandieri

Rupestris x Berland
. ...
Ru.pestris du Lot
.. ...

Escala de adaptación de los patrones en función del balance hídrico del suelo

E x c e d e ntario

Riparia Gloire suelos secos


.. ..
Riparia x rupestris
3306C • > 3309C
1 0 1 - 1 4 MG Gravesac

Vinifera x Ber/andieri
4LB • > 333EM

Riparia x Berlandíeri
5BB oll( > S 04
1 6 1 -49C 420A

Rupestris x Berlandieri

Suelos húmedos 1 1 03P l l OR 1 40 Ru

Escala de resistencia de los patrones en función del poder clorosante de los suelos

Riparia Gloire (Las c i fras i nd ican el valor


... 5 máxi m o d e resiste n c i a
Riparia x rupestris expresado e n I PC d e l sue lo)

Gravesac-rupestris du Lot
------ 20
Rupestris x Ber/andieri
------ 3 0
Riparia x Berlandieri
----- 40-50
Vinifera x Berlandieri
-------;- 60-70
140 Ruggeri
----- 90
Fercal
L 20

A l a i n Reyni er

Figura 1
Escalas de las aptitudes de los patrones.
Estas escalas no tienen valor absol uto. Su presentación es pedagóg ica y permite situar los g rupos de patro­
nes unos en relación con los otro s . No hacer l ectura vertical para comparar d iferentes patrone s .
1 84 MANUAL DE VITICULTURA

3 .2 . 6 . Anoma l ías fisiológicas de c ie rtos patro nes

E l l 6 l -49C tiene el defecto de formar ti lo si s e n sus vasos, lo q ue puede ocurrir


esté i nj ertado o no . E n plantas j ó venes, e sta obstrucción puede i m pedir e l desborre
del i nj erto y p rovocar u n a p roporc i ó n más o m e no s i mportante de m orta l idad.
S o bre viñas de 4 a 5 años de edad , después de u n desborre norm al , se produce a
veces, haci a e l mes de j u nio, u n a pérdida de turgescen c i a de l as extremidades de
l os pámp anos seguida de una de sec ación; entonces hay que desp u ntar i n mediata­
me n te para l i m i tar el efecto de l a ti losis; l as viñas de m ás edad ya no tienen m ás
acc i de n tes de e ste tipo, i nc l u so en prese n c i a de ti losi s , las cepas son un poco
menos v igorosas pero tienen u na vegetación suficiente.
Los diferen tes p atrones no tienen l a misma capacidad de absorción de los ele­
m e n tos min erales; es así que para el Perc al y el S 04 se nota u ne ali mentación exce­
siva en potasio pero defici taria e n m agnesio, lo que puede i nducir una c arencia en
m ag nesio por desequ i l i brio de l a rel ación K/M g . Se observa e l fenómenos i nverso
par 3309 C , 1 40 Ru y l 1 03 P.

3 . 3 . E l ección del patrón en función de la variedad y del objetivo


de producción

3 . 3 . 1 . Relaciones variedad/patró n y casos d e incom patibil idad

La i n apti tud de la v ariedad y del patrón para tener una vida duradera y armo­
n iosa se llam a i ncompati b i l idad cuyas c ausas p ueden ser:
- una diferencia de d i ámetro entre i nj erto y p atrón ( l a Ripari a nunca adq uiere
un gran d i á me tro) ;
u n a so ldadura i nco mp leta;
una for m ación de obstáculos q ue i m piden la circul ación de l a sav i a en los
vasos conductores;
una so ldadura i m posi ble en tre especie s genétic amente dife re n tes, pero e ste
no es general m e n te el c aso de la viña puesto que el i njerto e ntre especie s de
Vitis funciona bien;
un m al fu ncion a m i e n to fi siológ i co desp u é s de l a so ldadura de l a parej a
variedad/patrón , c i temos por ej e m p l o :
• l a i ncompatibi l idad e ntre e l J aou met y e l 57 R p ara l o s cuales, después d e
un a u n ión perfecta, l a s p l an tas dec ae n e n l o s pri meros a ñ o s porque los
azúc ares e l a borados por las hoj as de l a vari edad no l leg an a pasar a través
de la soldadura y e mi grar h ac i a las raíces;
• l a i ncom p atibil idad de ciertos clones de S yrah sobre 1 1 O R .

3 . 3 . 2 . Vigor conferido a l a va riedad

Los p atrones ej e rcen un efecto so bre e l de sarrollo, e l vigor, l a prod ucción , la


fecha y el e stado de m adurez de las variedades. E n las m i smas condiciones de c u l ­
ti vo, un c lon i nj e rtado tendrá un co mportamiento difere n te seg ún el patrón em ple­
ado . El p atrón confi ere a l a variedad u n c ierto nivel de v igor.
L a uti l iz ación de un p atrón vigoroso contri buye a aumentar la capacidad de
producción de la cepa y, por tan to , l a posi bi l i dad de o btener rendi mi entos eleva-
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 85

dos. Esta in fluencia es tanto m ás m arcada en cuanto q ue el vigor de l portai nje rto
tiende a conferir a la m adurez un retraso que puede i mpedi r el m adurar norm a l ­
me n te a u n a v ariedad re l ativamente tardía, m ientras q u e , recíprocamente, el p oco
vigor de un patrón con tri buye al debi l i tamie nto de l as cepas y al precocidad de l a
m aduración .
Vigo r conferido a La variedad:
- Dé bi l : Ri paria Gl ori a de M on tpe l l i er;
- M ed io: 1 0 1 - 1 4 M , 3 309 C, 420 A, 1 6 1 -49 C, 4 1 B , Grave sac , Percal;
- Elevado: 1 1 0 R , 1 1 03 P, S 04, Rupestri s de Lot, 1 40 R u , RSB l .
E n co ncl usió n , la dificul tad de e leg i r u n patrón resi de en la necesidad de conj u­
gar, sin o al conj un to, al menos a v arios de e stos c ri te ri os: no exi ste e l p ortainj e rto
i deal que posea e n su m ás alto grado e l conj u nto de cuali dades deseadas. Es pre ­
ciso retener un a gama de patrones adaptados a u n a o m ás l i m i taci ones del medi o :
- a l a re acción d e l suelo y al índice de poder c lorosante q ue constituyen la pri­
mera serie de factores l i mi tantes;
- al régi men hídríco, que no depende únic amente de la consti tución física del
suelo y del su bsuelo, sin o
- tam bi é n d e l a topografía d e l terren o , d e la i m portancia y reparto d e l as l l u­
v i as; el exceso de hu m edad o de seq uía puede converti rse en un segu n do
factor l i m i tan te ;
- a la ferti lidad y a la profu n didad del suelo p ues el vigor q ue alcan z ará l a
cepa será la resu l tan te de l vigor propio d e l p atró n , de s u adaptación al medio
y de l a fert i l i dad del terreno;
- al contenido en sal en los v iñedos del l i toral m arítim o .
U n a v e z tenidas e n cue n ta l as observaci ones preceden tes, s e orien tará la e lec­
ción en tre los p atrones q ue ofrezcan sufi ci en tes posi bi lidades de adaptación al
medio y que permitan alcan z ar los o bj etivos de producció n :
- hac ia aq uel los q u e puedan m an tener l a cepa e n u n estado de vigor contro­
lado, si se quiere obte ner v i nos de cali d ad ;
- h acia aquellos q u e sean suscepti bles d e conferi r a la cepa u n vigor suficiente
si se desean cepas con gran desarro l lo (dé bi l densidad de p l an taci ó n , tronco
el evado) y co n e l evada prod ucción por cepa; tam bién se podrá recurrir a
p atrones bastante v igorosos cuando las plantaciones sean hechas en suelos
muy p oco férti les, poco profundos y secos; el 1 40 Ru se adapta mejor que el
4 1 B en los suelos muy calizos poco profundos y secos.
......
S uelos húmedos en primavera Suelos bien drenados Suelos secos co
a'i


Patrones IPC


Medianamente profundos Superficiales Poco profundos Profundos Profundos Superficiales
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Riparia gloria 5

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ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 87

4 . RAZO NAR LA E L ECC I Ó N D E L S I STEMA DE CO N D U CC I Ó N

Contrariamen te a su e stad o sa lvaj e , l a v i ñ a cu l tivada co nstituye u na p o b la­


ción de cepas cuya i m p l an tación e s organ i z ad a y g u i ada en su de sarro l l o por el
v it i c u l tor, se dice qu e e s conducida. An te s de p l an t ar una parcela de v i ñ a, e l v i ti ­
c u l tor h a de dec i di r la d i stanci a e ntre fi las e n fun c i ó n de cri teri os económicos, de
las carac terísti c as del materia l de l a explotación y de l a estructu ra de l a parce l a.
S eg ú n e l m arco de plantación e l eg ido que determ i n a el poten c i a l de l as cepas, e l
ren d i m i e n to y el n i v e l cuali tativo de l a p roducción dependerá de otras decisiones
re l ativas a la conducción de l a vi ña, razó n por la que se habla de si s tema de co n ­
d ucci ó n .

4 . 1 . Defi n ición
E l si stema de con ducci ón se defi ne por e l conj u n to de las técni cas e scogidas
por el v i ticultor para el e stabl eci m i e n to de la v i ñ a y e l con tro l de su desarro l l o .
E s t á carac teriz ado po r l o s p arámetros sigu i e n tes:
- modo de i mp l an tación de l as cepas a n i ve l de una parce la :
• den sidad de cepas/h a;
• separación en tre fi J as;
• separación en tre cepas en la l ínea;
• ori e n taci ó n de l as filas;
- forma dada a la cepa :
• altura y forma de l tronco;
• sistema de poda;
• siste m a de empalizamiento ;
- i mport ancia y modo de reparto d e la vegetación y de l o s racimos en el trans­
cu rso de l período acti vo de vegetación :
• carg a/cepa;
• conducción de l fo l l aj e (despunte, e levación de los pámpanos, deshoj ado
e tcétera) ;
• contro l de la producción ( ac l areo , an i l l ado, etc . ) .
Para cada u n o de estos parámetros, e l viticu ltor d e b e e legi r en tre l as diversas
técni cas u ti l izab les. E l conj u n to de las técnicas e scog i d as form a u n a com bi n ación
ori g i n al cuyos efectos agronómicos y econ ó micos son específicos para un medio
dado y p ara u n a asoci ación de u n a vari edad y de u n p atrón . U n a e lección dife ­
re n te de un a de las téc n icas modi fi c a l a com bi n ación y l o s efecto s so bre la pro ­
ducción .
E ntre estos p arámetros, a l gunos comprometen la conducción de l v i ñedo p ara
un l argo período, pues son difíci l m e n te modificables como son e l modo de i mp lan­
tación de la cepas y de su forma. L a e lección del v i tic u l tor antes de l a plantaci ón e s
determi nante para el comportamiento futuro d e l vi ñedo, principalmente en l o q ue
afecta al rendim iento, calidad de l a vend i m i a y costes de p roducció n . P ara los
otros p arámetro s, l as e lecc i o n e s té c n i c a s so n an u a l e s y, por tanto, p ueden ser
modificadas más fáci lme n te .
1 88 MANUAL DE VITICULTURA

F igura 2
Sistemas de conducción.
1 . Viña ancha en cordón sobre u n alambre con sarmientos l i bres descendentes.
2 . Viña ancha, empalizamiento abierto en T con los sarmientos l i bres descen dientes.
3 . Viña e strec ha, empalizam iento vertical con los tal los ascendente s .
4 . Viña a n c h a en vaso c o n los tal los l i bres y d e porte c aído.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 89

4.2 . Evolución de los sistemas de cond ucción


L a evo lución de los siste m as de conducción se ha hecho lentamente en el cu rso
de los sig los; los viticultores h an modificado la form a de conducción del v iñedo
para adaptarse a las n uevas condiciones ecológi c as, agronómicas o socioeconómi­
cas . A n te s de l a i nv asi ón fi loxéric a l as v i ñ as se conducían en peq ueñas pob l aciones
p róx i mas al estado salvaj e o e n poblaci ones densas, al az ar (Champ ag ne) o en
l íneas ( M édoc) . E x i stían e ntonces tres c ategorías de siste mas de conducci ó n :
- las viñas altas que se desarro l l a n so bre árbo les (olmos, m oreras) , de l as q ue
se encuentran aún ci ertas formas en Ital i a (siste m a B e lu ssi) o en zonas q ue
tod avía n o h a n sido destruidas por la fi loxera (a ori lla del M ar N egro e n
Turquía, p o r eje m p l o ) ;
- las viñas bajas, c o n densidad e levada y cuya vegetación e r a g u i ada so bre
soporte s de ram as secas;
- las viñas muy bajas, con una gran den si dad (30 a 50 .000 cepas/ha) cuya
vegetación estaba li bre o e m p a l i z ada sobre estacas ind ividuales.
E l desarrol lo de la mecani z ación y sobre todo la destrucción del v iñedo por la
fi loxera y su p osterior recon stitución a fi n ales del sig lo pasado han bri ndado la
ocasión de estab lecer los v i ñ edos so bre n uevas bases: i nj e rto, ali neación de las
plantacion es, se paración de las fi l as, e m p a l i z amiento colectivo de las cepas en l as
zonas septe n tri onales. Así, por ej emplo, e l v i ñedo se ha «estandarizado» y se han
con sti tuido dos grandes ti pos de conducción de la viña:
- en e l Midi mediterráneo se h a desarrol lado l a conducción en vaso , con u n a
den sidad media d e 4 .000 cepas/ha, c o n disposición a m arco real o en tresbo­
li l l o, si n e m pali z a m i e n to y permi tiendo cruzar las labores;
- en las zonas septen trionales l a reco n stitución de los v i ñedos ha adoptado la
conducción e n líneas, con sep araciones e ntre 1 y 2 m , c o n empalizamiento
colectivo con dos o tre s niveles de alam bres y uti l i zando la poda Gu yot en
muchas reg iones con deno m i n ación de ori gen .
E ste v i ñedo ren ov ado es m ás p roductivo que el que e xistía anteriormente . L os
ren d i m i e n tos h an au men tado rápidamente por d iversas causas : abandono de las
ti e rras m ás d i fíc i les de m ec an i z ar, e l ecc i ón de terrenos fé rti les, u ti l i zación de
variedades productivas y de h íbridos productores directos, c u l ti vo más racional de
la vi ña, e mp leo de sistemas de poda con cargas m ayores, m ejor lucha contra los
parási tos y u ti l i z ación de ferti li zan te s.
U n a n ueva etapa e n la evolución de los sistemas de cultivo se ha producido
desp ués de la cri si s de superp rod ucción de los años 1 9 50- 1 955 y los daños causa­
dos por l as heladas de i nv ierno de 1 956. Al no poder actu ar so bre los precios de
venta del v i n o , los v i ti c ul tores h an protegido sus ing re sos aumentando los rendi­
mien tos y disminu yendo los costos. E l aumento de los ren d imientos se h a o btenido
por los siste m as de conducci ó n , por los abonos y por la carga, entre otras técnicas.
Por el contrario, l a reducción de los costos de prod ucción ha sido posi ble por u n a
modificación profunda de l os si stem as d e conducción . C o n el fi n d e dismi nuir l as
necesidades de m an o de obra, que represe nta l a parte m ás i mportan te de los gastos
de producción, se h a en say ado el cu l tivo en fi l as, arranc ando con frecuenci a una
fila de cada dos e n los v iñedos antiguos (Charen tes, CETA de C adillac , Gers) o
adoptando dicha separación cuando se esta b lecen las n uevas p l antaciones en u n
gran número d e regiones.
1 90 MANUAL DE VITICULTURA

Estas viñas altas y anchas de las que aún quedan varios miles de hectáreas, están
caracteriz adas por se paraciones de entre 2 ,5 a 3 ,6 m con u n a den si dad media de
2. 5 00-3.000 cepas/ha, troncos altos (80 a 1 50 cm), sistemas de p od a con varas largas
arqueadas o en cordones, sistem as de empalizamiento con sti tuidos por un p l ano ver­
tical o por sistem as cada vez más senci l los para l i m itar las i nversiones y los trabaj os
de recogida de la vegetación . El desarrollo de estos sistemas de cepas altas y anchas
n o se ha ex tendi do en gran escala pues el comportamiento de las cepas es diferen te al
q ue tienen l as viñas cl ási cas estab lecidas con m arcos m ucho m ás pequeños; e n
efecto, n u merosos ensayos reali z ados en el transcurso d e los ú l ti mos treinta años en
cli mas templados han demostrado que los vinos producidos en viñas altas con calles
anchas son siem pre, para un mi smo rendim iento, de calidad i nferior a los obten idos
en v iñas más densas, como se pone de manifiesto en los resultados del ensayo del
INRA de B urdeos (cu adro 4) . Por el contrario, la economía que se reali z a con estos
si ste m as de conducción es i m portan te , ya que resu lta del orden de 20-40% .
S i se l i m i ta el rendimiento de l as v i ñ as altas y separad as, es posi ble o btener
una cal idad equivalente a la de las v i ñ as b aj as. Pero p ara l leg ar a estos resultados
los v i ticu ltores han debido aceptar u n a pérd i da de cosec ha del orden del 20 al
30 % , que económic amente no re sulta aceptable.
A la v ista de e stos resu ltados los v i ticultores han adoptado tres actitudes ante
la elección de los siste m as de conducci ón :
algunos, cada vez m ás n umerosos, bien porque e stán convencidos y porque
la reg lamentación les i ncita a p roducir vinos de calidad suficiente, e stable­
cen l as v iñas a densi dades superiores a 4.000 ó 5 .000 cepas/ha, com b i n ando
j u ici osamen te la anchura de calle y la superfic ie fo liar ex puesta o reco bran
los sistemas de conducción tradicionales q ue y a han probado e n el aspecto
cuali tativo; poner en m archa medios mecánicos que son concebidos y u ti li­
zados en función del si ste m a de conducción de la vid, m ientras que antes, el
sistema de conducción se ad aptaba a las e xigenci as de los costes de produc­
ción y a las di fi cu ltades de uti l ización de las máq u i n as;
o tros, cada vez menos n u merosos, só lo se ocupan de la ren tabilidad inme­
diata bu scando e l i ncre me n to de los rendimientos y l a dis minución de los
costes de producción u ti l i zando todos los medios de productividad (carga,
abon ado , suelo férti l) y la econo m ía de la m ano de o bra (gran anchura de
calle, e mpalizamie n to monoplano vertical si m p li fic ado o conducción e n
cordones c o n porte li bre de sce n de n te ) ; l a cali dad e s medio cre , como lo
prue ban n u merosos ensayos;
- por último, algunos conscientes de la baja calidad provocada en las v i ñ as
altas y anchas adoptan e stos si stem as por razones económ ic as, pero mej oran
el si ste m a de poda y sobre todo de empali zamiento a fi n de au men tar J a
superficie fo l i ar q ue reci be l a rad i ación so l ar para q ue permita u n a mejor
m aduración de los rac i mos. D e este modo, hemos asistido al desarro l lo de
sistema con doble p l ano de vegetación , en U o en l i ra; p articularmente i n te­
resados h an estado los productores de u v a de m esa (chasselas de M o i ssac) y
los v i ti cu ltores de v ar iedades p ara v i n i fic ación de v iñedos más recie n te s
(Napa Val ley en C a li forn i a, po r ej e m p lo) pero s e ha n ex ten dido poco a otros
v i t icu l tore s por razones téc n i co -económ i cas. S i n e m bargo, e stos ú l ti mos
conscientes de mej orar la m aduración de los raci mos, conducen sus v i ñas
con una c arga y ferti l i z ación moderados, u na anchura de calle no excesiva y
mejorando el empalizamiento de su v i ñedo.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 91

Tab l a 4
Comparación viñas bajas estrechas/viñas altas y separadas a igual rendimiento (INRA Burdeos)

Viña baja Viña alta


despuntada y ancha

Características:
Variedad Cabemet-S auvigon/S 04
Den sidad 5 .050 plan tas/ha 2 .525 plantas/ha
( 1 ,8 x 1 , 1 m) (3,6 x 1 , 1 m)
E mpalizamiento Monoplano vertical
Carga/cepa (mefü) 9 ,5 yemas 1 6,8 yemas
Poda Guyot Arqueado
Resultados:
Rendimiento (hL/ha) 40,5 39,4
Grado 1 1º 1 0º
Peso madera (kg/ha) 2 .4 1 4 2.4 1 1
Tipo de vino Vino d e crianza tipo Vino más ligero
«premiere cotes» tipo B u rdeos
de Burdeos o B urdeos superior

En el momento de l a e lección el v i ti c u l tor que se enfrenta a pro b l e m as econó­


m icos a n iv el de m erc ado (cri si s e structural de superproducción , dism i n ución del
consumo de vino de mesa, co mpetenc i a i n tracomuni tari a e i nternacional etc.) y a
nivel de l a exp lo tación (coste y difi c u ltad de encontrar mano de o bra cualificada),
e l i ge el si ste m a de conducción , ten iendo e n cuenta los sig uiente s motivos:
- producir v i nos de c al idad en cantid ad suficiente, resaltando, si e s posi b le, la
tip i c idad de l suelo;
- disminuir los costes de producc i ón organizando y mecan i z ando los trabaj os.
Pero ¿ es posi b le reducir los costos de prod ucción y mecanizar las operaciones
de cu l tivo si n dismi nuir la calidad de la uva? E l análi si s de los parámetros de los
si ste mas de conducción va a perm i tir dar re spuesta a esta preg unta.

4 . 3 . Parámetros de la imp lantación de las cepas


E l m odo de i m p l an tación de l as cepas de una p arce l a está caracteriz ado por los
si guientes parám etros:
- den sid ad o espacio ocupado por c ada pl anta;
- d istan c i a e ntre p l antas e n l a línea;
- anchura de c a l l e ;
- ori e n tación de l as fi l as.

4 . 3 . 1 . Den sidad d e plantación

E l esp acio ocu pado por cada cepa i n fluye so bre las posi b i l i dades de i n stala­
ción d e l si ste m a radicu l ar, e l pote n c i a l de l a p lanta y e l de sarrol lo de l a parte
aére a . L a s d e n s i d ad e s m ás frec u e n te m e nte u ti l i zad a s se s i t ú an en tre 3 . 00 0 y
1 92 MANUAL DE VITICULTURA

1 0 .000 cepas por hectárea. Por debaj o de 3 .000 p l antas/h a las cep as tienen un
desarrol lo i ndividual i m portante, pero i n suficiente para colon iz ar todo e l espacio
p uesto a su d i sposi c i ón , si e nd o el rend i m i e n to por hectárea i n su fi c i e n te . Por
enci ma de 1 0 .000 plantas/ha, al contrario , su potencial es, con frecuencia, dé bi l y
su cultivo resulta más c aro .
Los v iñedos que prod ucen vinos de calidad tienen generalmente densidades com­
prendidas entre 5 .000 y 1 0 .000 pl antas/h a. Para u n mi smo tipo de conducción (vaso o
monopl ano vertical) estas densidades e levadas ralen tizan los fenómenos fi siológicos
de la cepa favoreci endo la m aduración y la producción de uvas de calidad ( 1 ) .
Respecto a l as viñas a m arcos amplios, se constata que en l as v i ñ as e strechas:
el ren dimiento y l a cal idad son más el evados; los v i nos son , general mente,
más ricos e n compuestos fenólico s (antoc i ano s y tan inos) y más aptos p ara
envejecer;
el v i gor y la producc ión in di v i d ual de l as cepas es me nor;
l a m aduración es más precoz;
l a re l ac i ó n g rado/rendi miento d i s m i n uye menos rápidamente o , d icho de
otra manera, l a cali dad de los v in o s en v i ñedos den sos es menos sensible a
l as v ariaciones de rendim iento .
A veces, la d i s m i n ución de la de nsidad s e acompaña:
- de un aumento de l a potenci ali dad de las cepas;
de un aumento de la producción por cepa;
- de una reducción de la superficie fol i ar expuesta por kilo de rac imo , lo que
reduce l as posi bi li dades de madurac ión , a menos que se modifique al mismo
tie mpo la poda y el sistema de conducción a fi n de mantener una rel ación
superficie fo l i ar expue sta/peso del raci mo suficiente ;
d e un período d e i n stal aci ón más lento, pues l o s fenómenos d e co mpe tencia
lateral en tre plantas i n terv i enen más tarde;
de una peor exploración del suelo ; e l e ntramado radicul ar es menos tupido
en v i ñ as a baj a densidad, lo que puede acarrear algún problema en condicio­
nes de seq uía.
En conclusión , el efecto de l a densidad de p l a ntaci ó n depende de su i nciden c i a
so bre l a i mportanci a y la activi dad de l a parte aérea. Toda modifi cación de l a den­
si dad debe estar aco mpañ ada de l a modifi cación de otros pará metros, pri ncipal­
mente de l a superficie fol i ar expuesta a la l u z mediante l a e lección de u n a forma de
conducción adecuada .

4.3.2. Marcos de plantación

La disposi ción de las pl a n tas en u n a parcela está determi n ada p o r l a se parac ión
de l as l íneas entre sí y por la di stan c i a existen te e ntre dos cepas contiguas dentro
de una fi la. Trad icional mente h an sido frecuen tes las d i sposiciones a marco real o
a tresbo l i l lo, en l as que l as distan c i as de sep araci ón entre plantas veci n as eran
idé n ti cas, lo que permitía u n a mejor exp lotación del suelo por las raíces y asegu ­
ra ba u n a buen a cubierta vegetal.

( 1 ) N . del T : L a s cifras d e plantas p o r hectárea, tanto en plantaciones de alta como d e baja den­
sidad, se refieren a viñedos franceses. En España l as densidades son mucho más bajas y son frecuentes
1 . 200 cepas/ha en gran paite de La Mancha y difícil mente se superan las 3.500 cepas/ha, cifra a Ja que
se aproximan ú n icamente en Rioja y Jerez, principalmente.
m
(/)
5
Tab l a

Densidades de plantación to


()

Metros 1 1,10 1,15


Distancia entre cepas en la línea

1 ,20 1 ,25 1,30 1,40 1,50 1,75 2



z
a
t:::j
3 ,60 2.777 2.525 2.4 1 5 2.3 1 4 2 .222 2 . 1 36 1 .894 1 .85 1 1 .587 1 .330 tTJ
l'
3 ,50 2.857 2.597 2.494 2 . 380 2 .285 2 . 1 97 2 .040 1 .904 1 .632 1 .428 <
3 ,40
3 ,30
2.94 1
3.030
2.673
2.754
2.557
2.635
2 .405
2 .525
2 .357
2 .424
2 . 262
2.33 1
2 . 1 00
2 . 1 64
1 .960
2 .020
1 .680
1 .73 1
1 .470
1 .5 1 5
�·
t:'
o
3 ,20 3. 1 25 2.840 2.7 1 7 2 . 604 2 . 500 2 .403 2 .232 2 .083 1 .785 1 .562
3,10 3.225 2.932 2.808 2 .688 2 .580 2 .48 1 2 .304 2 . 1 50 1 .843 1 .6 1 2
3 3.333 3.030 2 .898 2.777 2 .666 2 . 564 2 .380 2 .222 1 .904 1 .666
2 ,90 3.448 3. 1 34 2.998 2 .873 2.758 2 .652 2 .463 2 .298 1 .970 1 .724

2 ,80 3.57 1 3.246 3. 1 05 2 .876 2 .857 2.747 2 .55 1 2 .380 2 .040 l .785
-; 2 ,60 3.846 3.496 3.344 3.205 3 .076 2 .958 2 .747 2.564 2 . 1 97 1 .923
(,)
Q.) 2 ,50 4.000 3.636 3.478 3 .333 3.200 3 .076 2 .857 2 .666 2 .285 2 .000
"O

2,40 4. 1 66 3.787 3.623 3 .472 3 .333 3.205 2 .976 2 .777 2 .380 2 .083
1-o
::s 2 ,20 4.545 4. 1 32 3.952 3.787 3 .636 3 .496 3 .246 3 .030 2 .597 2 .272
.e=
(,) 2,10 4.76 1 4.329 4. 1 40 3.968 3.809 3 .663 3 .40 1 3 . 1 74 2.72 1 2 .380
i::
� 2 5.000 4.545 4.347 4. 1 66 4.000 3.846 3 .57 1 3 .333 2 .857 2 .500
1 ,90 5.263 4.784 4.576 4.385 4.2 1 0 4.048 3 .759 3.508 3 .007 2 .63 1
1 ,70 5.882 5.347 5. 1 1 5 4.90 1 4.705 4.524 4.20 1 3 .92 1 3 .36 1 2.94 1
1 ,50 6.666 6.060 5.797 5 .555 5 .333 5 . 1 28 4.76 1 4.444
1 ,40 7. 1 42 6.493 6.2 1 1 5 .952 5.7 1 4 5 .494 5 . 1 02
1 ,30 7.692 6.993 6.688 6.4 1 0 6. 1 53 5 .9 1 7
1 ,20 8.333 7.575 7.276 6.944
1 ,10 9.090 8.264
1 ,00 1 0.000 A. Reynier ....,¡,


w
1 94 MANUAL DE VITICULTURA

Como consecue n c i a del de sarro l lo de la mecan ización y de la conducci ón


colec tiva de la vegetación , se h an i m puesto l as disposiciones en l íneas. Estas dis­
posi c iones se dan tanto en zonas con vi ñedos de grand cru, con separaciones entre
l íneas de 1 ,30 a 1 ,50 m, trabaj adas con trac tore s estrechos o zanc udos (A l saci a,
B orgoña, Champagne y B urdeos) co mo e n o tras situaciones en que l as sep aracio­
n e s en tre l íneas p ueden superar los 3 m. E n u n v iñedo, l a determi n ación de la
anchura de calle es uno de Jos elementos c l ave de Ja potencialidad (vigor g lo ba l)
de l as cepas y de l o s costes de producción .

4.3.2. 1 . Calles inferiores a 2 metros de an chura

L as v i ñ as co n c a lles comprendidas e ntre 1 y 2 m de anchura se denom i n a n


viñas e strechas y tienen den sidad elevada. L a densidad radicular es i mportante y l a
vegetación aseg ura u n a c u bierta vegetal tan to m ás homogénea cuan to m ás e stre­
chas sea n l as c al l es , porq ue l as pérd i d as de i lu m i n ación en l as e n tre líneas so n
menores. La a ltura de l a vegetación es pequeña y debe l i m i tarse p ara evitar e l so m ­
brea mien to que produce u n a fi l a sobre otra a s í co mo l o s ri esgos de seq u ía.
Sin e m bargo, l a a ltura de la v egetación e n v i ñ as apoy adas debe aumentar a
medida que lo h ace l a separación e ntre l íneas; el ópti m o se sitúa e ntre 0,8 y 0,6
veces la anchura de l a calle ( l a a l tura de vege taci ón se mide en tre e l p u n to al to del
despunte y e l p u n to b aj o de l a vegetación ) . L a separación de 2 m en v i ñedos con­
ducidos es e l l ím i te m á x i mo por encima d e l cual , l a superficie fol i ar expuesta de
una conducción a u n so lo p l ano vertical es ya i n suficien te . Para esta anchura l a
a ltura de vegetación h a de estar entre 1 ,2 y 1 ,6 m l o q ue corre sponde , sumando l a
a l tura a l a q u e s e encue n tra e l pun to m á s b aj o d e l a vegetac ión , a tener u n a altura
total por enci m a del suelo en tre 1 ,8 m (en el caso de tronco bajo ) y 2,4 m ( lo que es
i rreali sta pues la v i ñ a en espaldera es muy sensi ble al v iento y ade m ás no es posi ­
b le el desp u n te ) .
C u ando l a cubierta vegetal está constituida p o r cepas en form a l i bre (vaso) , de
vigor moderado y base bastan te ancha, la mayoría de l as hoj as reci ben suficiente
energ ía p ara fotosintetiz ar y permi tir u n a m aduración ópti m a . Cuando au menta l a
di stanci a entre fi las, hay que abrir e l vaso alargando los brazos p ara fac i l i tar l a i l u­
m i n ación y l i m i tar e l amonton amiento . Pero por enci m a de una ci e rta separación
lo s v asos se h acen m uy vol um i nosos y n o fac i l itan l a mecani z ación .
E l desp u n te permi te control ar la altura y e l amontonamiento del fol l aje , y a
veces se co mplementa con una defo l i ación a ni vel de los raci mos. Para un rendi­
miento razonable l a calidad conseguida es e levad a pero los costos de estab lec i ­
mi e n to y de culti vo de l as v i ñ as con m arco estrecho s o n e levados.

4.3.2.2. Calles c on anchura superior a 2 metros

En estos casos l as vi ñas se denomi n an anchas y a baj a densidad . Cada cepa


explota u n volumen de suelo más i mportante , pero la densidad radicular es m ás
dé bi l . E l pote n c i a l y l a producción de c ad a planta son e levados, con riesgo de
amo ntonamiento del fo l laj e i n duciendo un m icroc l i m a de hoj as y de rac i mos des­
favorable. El empal izam ien to de la vegetación se hace necesario, pero debe ele­
girse con m ucho cuidado la forma m ás adecuada que permi ta lograr u n m icroc l i m a
favora ble para u n a p rod ucción d e calidad . Ya hemos visto antes que l a s vi ñ as al tas
y anchas establecidas en espaldera verti cal asce ndente o con pámpanos descenden -
m
(/)
Tab l a 6

Tiempos de trabajos de poda y empalizamiento por diferentes sistemas de conducción del viñedo Bordelés to


()

Médoc
Viñas bajas con densidad alta

Sauternais Libournais i .er Cótes Bx


Viñas altas y anchas

Entre-Deux-Mers

z
a
Sistemas Densidad t:j
1 0. 000 6.600 6.560 5.500 5.200 2.300 2.300 2.300 tTJ
l'
de Poda GD GD GO-GS GS GD Arqueado Cordón Leia
<
conducción E mpalizamiento 2 alambres 3 alambres 3 alam bres 3 alam bres 3 alam bres 5 alam bres 1 alambre 2 planos
�·
t:'
Trabajos en invierno 208 138 1 59 1 53 1 50 61 60 52 o
• Poda 1 15 76 66 56 52 25 53 22
• Retirada de madera 3 3 55 45 46 23 - 20
• Atado de varas 70 46 30 37 42 18 4 15
• M antenimiento
• E mpalizamiento 20 13 8 15 10 7 4 5
Operaciones en verde 76 52 1 79 78 65 20 23 15
• Despampan ado 30 20 57 21 20 12 15 8 (mee.)
• Elevación pámpanos 40 26 59 50 24 4 (mee.) - 7 (mee.)
• Despunte 6 6 5 7 21 3 8 o
• Deshojado - - - - - - - -

Total 284 1 90 330 23 1 215 80 83 77

Criterios:
Poda de invierno 700 700 795 800 800 736 347 780
(cepas / día)
Operaciones en verde 7 ,6 7 ,8 27,3 14,1 1 2 ,5 8,6 10 6,5
( 1 .000 cepas / hora)
....!.
G-D: Guyot doble; Guyot simple; GO: vaso. A . Reyn ier �
Vl
!-O
O"i

Tab l a 7
Tiempos de trabajo para la conducción de las viñas según diferentes sistemas de conducción en Burdeos.

Viñas bajas con densidad alta Viñas altas y anchas

Médoc Sauternais Libournais vr Cotes Bx Entre-Deux-Mers

Densidad 10.000 6.600 6.560 5 .500 5.200 2.300 2.300 2.300

Poda GD GD GO-GS GS GD Arqueado Arqueado Cordón


S i stemas Empalizada 2 alambres 2 alambres 3 alambres 3 alambres 3 alambres 5 alambres 5 alambres l al ambre
de Mantenjmiento T. del
conducción del suelo suelo Qu ímico
Vendimia V. manual V. mee.

Trabajos de invierno 210 1 40 1 63 1 55 1 60 75 75 63


(Poda + Retirada de madera
Atado de varas + un Tratamjento)
M antenimiento del suelo 26 26 18 44 38 19 3 19
Operaciones e n verde 84 60 1 70 78 65 45 45 29
(Poda en verde + Tratamientos) 2:::
:i>
Total antes de vendimjar 230 226 351 277 263 1 39 1 23 111 2
Vendi mia 1 84 1 80 337 171 1 00 1 20 6 1 45
f::
t:'
trl
Total 504 406 688 448 363 259 1 29 256
ª
(')
A. Reynier

e::
::;:i::i
:i>
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 97

tes de cordones daban un rendi m i e n to igual, pero con vi nos de cali dad i n fe ri or a
los de las v i ñ as baj as y estrechas. S e di ce que estos siste m as de conducción no per­
m i ten un microclima favorable pues la cubierta vege tal es muy heterogénea (pér­
dida de i n tercepción l u m i nosa en tre fi l as, amonton amiento de la vegetación y raci ­
m o s sombreados) y e l amonto n amiento de l a vegetación no permite que l legue l a
l uz a tod as l as hoj as.
Cuando la cubierta vegetal pre senta varias capas de hoj as segui das, l a pri m era
capa e i n term i tentemente la seg unda del l ado donde i nci de el sol , reci ben sufi­
ciente energía p ara tener u n a actividad fotosin tética normal. L as otras c apas de
hoj as, en e l i n terior de l a vegetación , tie n e n u na déb i l actividad fotosintética. Su s
esto m as e stán abi ertos c o n m ás frecuenc i a, tran spi ran y crean u n microc l i m a favo­
rable al desarrol lo de enfermedades cri p tog ámicas (oídio, podredumbre gris); ade ­
más, som brean los rac i mos retrasando e l proceso de m adurac i ó n . Los d ías so lea­
dos l a pri m e ra c apa de hoj as o p u e s ta al so l rec i be u n a rad i ac i ó n d i fu sa q u e
represe n ta en tre e l 1 5 y e l 2 0 % de l a rad i ación directa. Los días cubiertos las dos
caras de la cubierta vegetal reci be n la misma can tidad de e nergía. Por e ste motivo,
para anchuras de calle i m portantes, con u n a alt ura de vegetación l i m i tada y m an te­
n i endo el ti po de conducción e n espaldera, l a superfi cie fol i ar i lu m i n ada es i n sufi ­
cien te .

Tab l a 8
Ensayo de separación de cepas en la línea en viñas anchas, misma carga/ha, misma conducción,
cv. Ugni blanc en Cognac, M. Portet según Lafont, Couillaud y Gay-Be/lile

Distancias 3,2 X 0,8 ID 3,2 X 0,95 ID 3,2 X 1 , 1 5 ID 3,2 X 1 ,50 ID

Den idad 4.000 3.200 2.700 2 .000


hl/ha 1 50 1 67 1 .64 181
Grado 7,09º 6,8 1 º 6,7º 6,7º
hl de alcohol/ha 1 0,37 10,94 1 1 ,23 1 1 ,67
Peso madera poda kg/ha 3.260 3. 1 60 2 .950 2 .875

Las v i ñ as estab leci das a gran separaci ón en tre las fi l as presen tan un i n terés
económico claro p ara reducción de costes de i nversión y de culti vo del orden del
20-40% con re lación a v i ñ as baj as. S i n e m b argo , e stas v i ñ as no se j u stifican m ás
que si l a producción de uva responde al o bj e tivo único del rendi m ie nto .

4.3.3. La orientación d e las filas

Para e legi r la ori e n tación de las fi l as e n una p arce l a se tienen en cuenta los
siguientes e lementos:
- la topografía del terreno: si la pendiente e s fuerte , las fi las van seg ún las
curvas de n i ve l ; para pe ndientes medi as a débi les, la p l an taci ón se hace en el
sentido de la pendiente ;
- la insolación : la fotosíntesi s, fu ente de l a a l i m en tación c arbo n ada de las
plantas con c lorofi l a, aumenta con l a i n so l ación . E n el transcurso de u n día
1 98 MANUAL DE VITICULTURA

de p ri m avera o de verano, la in so lación aumen ta, en un principio, desde el


amanecer, e s m áx i m a al medio día y después di smi nu ye hasta la puesta del
sol . L a mej or actividad fisiológica del fo l l aj e se o btiene en l as fi l as con una
orientación norte-sur o noroeste-sureste ;
- l a parcela: l a p lantación e n e l sen tido de m ayor longitud de l a parcel a o en e l
m i s m o sen tido que las p arcelas vecin as es genera l mente recomendada c o n
v i stas a una mecan i z ación del culti vo .
Para l a m ayoría d e l o s v i ñedos la ori entación norte- sur es la mej or. E l p l ano
vertical N-S c apta m ás i lu m i n ación que el p l ano vertical E-0, e i nduce a la vez un
mayor vigor, una m ejor prod ucción y un grado alcohól ico m ás e levado.

Tab l a 9
Comparación de la orientación de las filas
Ensayo INRA en Latresne (3 3)

Orientación de las filas Norte-Sur Este-Oeste

Peso de cosecha (kg/ha) 3.4 1 5 2.470


Grado probable 10,5º 1 0, l º
Acidez total (meq/L) 1 33 1 33
Peso de madera (kg/ha) 2.025 1 .557

4.4. Parámetros de la forma de las cepas

4.4 . 1 . Altura del tronco

La cep a p uede g u i arse a ras del suelo, e s el caso de los pies madres de p atrones
y de l as v i ñ as c u l ti vad as e n regiones de c l i m a continental m u y m arcado para prote­
gerse de las heladas i nvern ales, tal es el c aso de las vi ñas c u l tivadas en reg iones
se m i desérticas p ara reducir l a longitud de los vasos conductores de sav i a bruta
desde la raíz hasta la parte aérea. Por el contrario , en otros casos, se p uede desarro­
l lar con un tro nco m u y largo , es típico de las p l an tas si lvestres q ue trep an por Jos
árboles, así como e n p l an tas c u ltivadas e n parral . E n la práctica corriente, los tron­
cos t i en en una alt ura qu e osci l a de 40 c m a 1 50 c m . L a e levación de l a altura de l
tro nco t i e n e co mo efec tos princi pales:
- en pri m avera, dis m i n u i r l os rie sgos de heladas y de contam i n ación por el
mil d iu
- e n verano y en el transc urso de la m aduraci ón, au mentar l a sensi b i lidad a l a
seq u ía porque l a vegetación y l o s rac i m o s están m ás alej ados de las raíces,
dismi nuir los riesgos de podredu m bre a condición de que e l aire circu le por
debaj o de la vegetación y retrasar l a m aduración . La sensi bi l i dad a la sequía
se manifiesta m ás cuando el suelo es poco profundo, las v i ñ as son jóvenes,
v igorosas y de porte caído.
Así pues, a excepción de buscar una m ej or re si stencia fren te a las hel adas pri ­
m averales, no tie n e i n teré s formar troncos m u y a l tos.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 1 99

4 . 4 . 2 . Sistemas de poda

S e trata de elegir l a form a que se va a dar a las cepas, del reparto de los ele­
mentos fructíferos y de su long i tud (varas y m adera de ree m p l azo) . Esta elección
depende de l a densidad de p l antac ión y de la altura del tronco así co mo de l a ferti­
l idad de l as variedades y del n ú m ero de ye m as (carga) q ue e l v i ticu l tor quiere dej ar
en la poda anual (apartado 3 , capítu lo 3) .

4.4.2. 1 . Forma del esqueleto

E l e sq ue leto de la cepa queda determ inado por el número y ori e n tación de los
brazos. Estos pueden di spon erse segú n arqui tecturas muy vari adas q ue podemos
agru p ar en cuatro c ategorías pri nc i p ales p ara los si ste m as de poda m á s u suales:
- La cepa simple, con sti tui d a por u n tro nco que se prolonga en u n brazo rudi­
me ntario que l l eva uno o dos elementos de poda; e l caso m á s corriente es
que el brazo l leve u n tallo fructífero y un pu lgar de ree m p l azo (poda Guyot
s im p l e , poda e n arco de Cóte - Rotie) .
E l aban ico , con stituido por un tronco y unos brazos d ivergen tes en u n p lano
vertical (poda Guyot doble, poda del M édoc, poda Chablis, etc . ) .
E l cordón, consti tu i do por un tronco sobre c u y a parte horizontal se encuen­
tran los pu lgare s (cordon Royat) o v aras o una poda mi xta.
E l vaso, const ituido por u n tronco y unos brazos re partidos en e l e spacio
so bre los q ue se encuen tran uno o varios e l e m e n tos fructíferos, general ­
mente pulgares (vaso de Langue doc, de B e aujolai s, etc .) y m ás raramente
v aras ( vaso tradicional de S u l tani n a en el mediterráneo oriental) .
L a e lección de la forma depende de m uchos cosn1 m bres locales, de la densidad
de p lan tación y de los Reglamentos en el c aso de las Denomi n aciones de Origen.

4.4.2.2. Número y longitud de los elementos de la poda

C u alquiera que sea la arqu itectura elegida co mo esqueleto , e l n úmero y l a lon­


g i tud de los e lementos de poda dependen de l a carga y de la varied ad . D i stingui­
mos:
- poda corta: se dice que la poda es corta cua ndo poda mos los sarm i entos de
u n año de modo que tengan entre 1 y 3 y e m as francas; e l n úmero de pulga­
res dej ados por cepa depende de la carga a dej ar por cepa .
- poda larga: s e dice q u e l a poda e s l arga cuando poda mos Los sarmi e n tos de
modo q ue tengan más de tres o cuatro yem as; e sta m adera, l l a m ad a segú n
l as zon as « baguettes», astas, viveros o arcos s e encuentran e n n ú m ero m ás
reducido q ue los p u lgares.
- poda m ixta: se dice que l a poda es m i xta cuando se dej a a l a vez elementos
cortos y l argos, las varas aseguran la producción y los eleme ntos cortos sir­
ven, generalmente de m adera de reem p l azo ten iendo por fin al i d ad l i m i tar e l
alargamie n to .
L as podas cortas permiten li m i tar e l alargamiento de l a m adera y contro l ar e l
ren d i m i en to mej orando, así, l a cali dad de la vendi m i a pero n o pueden e m p l e arse
en v ariedades c u y as ye m as de l a base son poco fértiles, salvo si esta fertilidad
p uede mej orarse con un gran vigor de l as cepas o m ed i ante cond iciones c l i m áti­
cas y cul turales. L a s podas larg as tienen u n menor porcentaj e de desborre , riesgo
200 MANUAL DE VITICULTURA

Fi liación de l os sistemas de p oda

Cepas individuales

Guyot Poda en
simple arco

Abanicos

Guyot doble Doble arco

Cordones

Royal Cordón Poda Poda


doble C azenave Sylvoz

Vaso

A . Reynier

F igura 3
Filiación de los sistemas de poda.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 201

de desg uarn ec im ien to de l a base o h aci a m i tad de l a vara lo q ue supone u n ri esgo


d e al argamiento de la estructura y debi litamiento de la cepa; tam bién puede con­
l levar u n a sobrecarg a de raci mos con una conce n tración y amontonami ento e n el
extre m o de los tal los fructíferos así co mo un amonto n a m i e n to de l a vegetación
perj ud i ci a l p ara l a acti v i d ad fotosintética y por tanto para l a ópti m a m ad uración
de l os raci mos.

4.4 . 3 . Sistemas de empal izam iento

El empal iz a miento tiene un doble fin :


- m an tener e l esqueleto d e l a pl anta y los ele mentos fructíferos e n una c ierta
posición defi n i d a por el sistema de pod a : es el empalizamien to de sostén, y
- d isponer el fo l laj e en e l espacio di ri g iendo e l creci miento de los pámp anos:
es el empalizam ien to de los pámpanos.
En ausencia de empal izamiento , l os pámpanos j óvenes crecen y tom an , des­
pués del de sborre , i ni c i a l mente una direcció n vertical, p ara después curvarse baj o
l a acción d e s u propio peso . Esta curvatura se produce tan to m ás pro nto y con m ás
i ntensidad c u an to m ás l lorón sea el porte n atural de la variedad (caído o péndulo) y
má s v i gorosa sea la p lanta ( sue l o férti l , densidad baj a, portai nj erto v igoroso etc . ) .
E sta cu rvatura favorece el crec i m i en to de l o s n ietos y l o s pámpanos a s í caídos difi­
c u ltan el paso para las labores de c u ltivo de la viña. El empalizamiento permite
guiar e l crecimiento de los p ámpanos y d i sponer l as hoj as y los rac i mos en e l espa­
cio; esta disposición actúa directame n te so bre las fu nciones fi siológ icas del fo l l aje,
so bre e l m icroc l i m a de e sto s órg anos y, consecue n te m e n te , so bre l a fi s i o l ogía
gen eral de l a cepa y su producci ón.

4.4.3. 1 . Influen cia del modo de empalizamiento sobre la fisiología de la vid


y sobre su producción

E l fo l l aj e con sti tuye un captador de energía sol ar q ue tran sform a la e nerg ía


l u m inosa en energía química con producción de azúcares y otras sustan c i as orgáni­
cas . A hora bien, e l rend i mie n to fotosintético es dé b i l porq ue sol amente e l 1 % de la
en erg ía l u m i nosa i ncidente es transformada en energ ía q u ím ica. Este rendi m iento
depende de la i n te n si d ad de l a fotosíntesi s y de l a c antidad de superficie fo l i ar i l u ­
m i n ada:
- la in tensidad de la fotosíntesis depende de l a luz ( i n tensi dad , duraci ón del
día) , de l a tem peratura (ópti mo 20-25 ºC y parada h aci a 30 ºC apro xi m ada­
mente ) , de !a ali mentación h ídrica;
- la superficie foliar de una parcela de viña es de dos a sei s veces superior a la
superficie del sue l o . Este coeficiente es l l am ado índice fol i ar.
L a producción fotosi n téti ca de una p arcela aumenta con e l índice foliar, pero a
parti r de un cierto n ivel el amontonamiento del fo l l aj e viene a l i m i tar el número de
hoj as que rec i be u n a i l u m i n ación d i recta. Indice fo l i ar y amonto n a m ie n to d e l
fol l aje l levan a definir l a noción de homogeneidad de l a cub ierta vegetal:
- una cubierta vegetal es homogénea cuando la recepción de la i l u m i n ación e s
i dé n tica en cualquier punto de l a vegetació n .
u n a cubierta vegetal es heterogénea c uando l a recepción de l a i lu mi n ación
se h ace so bre m asas de vege tación separadas por extensi ones de sue lo des­
nudo.
202 MANUAL DE VITICULTURA

3 4

5 6

Figura 4
Diferentes sistemas de poda.
1. Poda en cola de M aconnai s . 4. Cordón Royat en Cotes du Rhóne.
2 . P o d a e n Guyot d o b l e en Graves. 5. Vaso bajo en C hateauneuf-du-Pape .
3. Cordón Royat en N aoussa ( G rec i a ) . 6. Vaso alto con porte caído en lznik (Turquía) .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 203

La heterogenei dad de la cubierta vegetal di smi nuye J a eficaci a d e J a energía lumi­


nosa y la producción fotosi ntética con rel ación a u n a cubierta homogénea. Cuando las
p lantas son cultivadas a gran densidad de p l an tación, Ja cubierta vegetal es bastante
homogénea, p ues la vegetación de cada cepa es dé bil y poco amontonada, la i n tercep­
ción luminosa es buena. Por e l contrario, cuando l a densidad d ismin uye, tanto para l as
viñas conducidas en vaso como para l as formas e mpalizadas, la proporción de sue lo
desnudo y el amontonamiento del fol l aje au mentan y, con secuentemente, la i ntercep­
ción lum inosa es peor. El viticultor puede actuar sobre la ho mogeneidad de la cubi erta
vegetal y sobre el m icrocli m a medi ante el e mpalizamiento .
Con e l fin de c aracterizar un si ste m a de conducción , s e h a propuesto un index
foliar q ue tiene en c uenta l a superficie fo l i ar externa de la cubierta y e l amontona­
miento del fol l aj e . E x i ste muy buen a correl ación e ntre el índ ice fol i ar y la i l u mi na­
ción i n terce p t ad a ( ta b l a 1 O). Ta m bi é n e s po si b l e c al c u l ar Ja superfi c i e fo l i ar
expuesta m u l tipli c ando la superficie fo l i ar por el index fo liar

Tab l a 1 O
Relación entre el index foliar y la energía luminosa (PAR) captada por la cubierta (Carbonneau)
Viña ancha Viña ancha Viña ancha Viña despuntada
Sistema de conducción
plana semiabierta en V abierta en U tradicional

% de Ja energía luminosa 1 5,7 2 1 ,8 34,5 27,8


(PAR) interceptada
lndex foliar 0,48 0,7 1 1 ,1 8 1 ,02

4 .4 . 3 . 1 . 1 . Influencia del empalizam ien to sobre el m icroclima

L as viñas estrechas tradicion ales dan vinos de calidad cuando el rendi miento no
so brep asa un cierto l ím i te . Ti enen un m i crocli m a m ás favorable a nivel de hoj as y
racimos que los v iñedos con dé b i l densi dad de p l an tación . E n las vi ñ as anchas y
a ltas, a excepción de l doble p lano de vegetación vertical (l ira) , los e mpalizam ientos
en un so lo pl ano o e n V reci ben una i lu m i n ación más dé bi l que las viñas baj as. Esto
explica, en parte , los malos resultados obten idos por esto s sistemas a b aj a densidad .

4.4. 3 . 1 . 2 . Influencia del empalizam ien to sobre l a fisiología d e la vid

Las condiciones microcl i m átic as i n ducidas por el si ste m a de conducción y en


particu l ar por el e mpalizam i e n to ac túan sobre l as diferen tes fu nciones fi siológi cas
de la cepa, co m pro b ando l os siguien tes efectos:
- el rendim ien to fotosin tético: con rel ación a l as v i ñ as e strech as tradicionales,
e l rend i m iento de las v i ñas al tas y anchas es función de J a superficie fo l i ar
i lu m i n ada; los si ste m as con e mp al i z a miento abierto tienen un m ejor rend i ­
m iento fotosi ntétic o .
- e l vigor de las viñas: l as conducidas a baj a de nsidad son , en pri ncipio, m ás
v i gorosas.
- l a fertilidad de las yemas dej ad as e n la poda es m ás elevada en l as v i ñ as tra­
dicion ales y en el doble e mpalizamiento vertical en U dada la mej or i lu m i ­
n ación de l a s ye m as.
2 04 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1 1
Influencia del sistema de conducción sobre el microclima
Ensayo INRA de Burdeos en Latresne
(segú n Carbonneau, Casteran y Lec/a ir)

Viña
Viña ancha Viña ancha Viña ancha
despuntada
plana en V en U
tradicional

% radiación total captada (PAR)


por las hoj as 1 5,7 2 1 ,8 34,5 27,8
% de cielo para los raci mos
(con lente ojo de pez) 6,3 7,6 2 1 .8 18 2
Diferencia de temperatura de las
hojas/aire - 1 ,22 +0,32 +0,39 -1
Diferencia media de te mperatura
de los racimos/ aire +0,06 +0,27 +0,62 +0,82
ETR (mm) estacional 297 355 314 306

Tab l a 1 2
Influencia del sistema de conducción en la fisiología de la vid
(según Carbonnea u)

Viña
Viña ancha Viña ancha Viña ancha
despuntada
plana en V en U
tradicional

Rendimiento medio fotosintético


(mg C0 2 /dm 2/h) 6,9 9,0 0,8 9 ,0
Long itud media del sarmiento
(cm) 1 84 234 200 98
Peso medio de la madera/m 2
(kg) 0,26 0,35 0,22 0,22
Número medio de flores por
yema brotada 726 746 912 854

4 .4 . 3 . 1 . 3 . Influencia del empalizamiento sobre la producción y la calidad

L as viñas estrechas tradicionales producen vinos de c al i dad que han dado l a


reputación a las regiones de producción . Los resul tados de e ste ensayo , y a confir­
m ados en otras si tu aciones, m uestran q ue e s posi ble m ejorar la calidad de los
vinos o bte n i dos e n viña ancha desarro l l an do sufi ci en te m en te la superficie fo l l ar
i l u m i n ad a y redu c i e ndo e l amonton am i en to del fol laj e por e l e m p a l i z a m i e n to .
E ntre los factore s de cali dad modificab les p o r e l siste m a de conducción están e l
grado alcohólico probable, el p H , l o s po lifenoles y tam bién l o s aro m as.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 205

Tab l a 1 3
Influencia del sistema de conducción en el rendimiento y la calidad
Variedad Cabernet Sauv1gnon
(según Carbonneau, Casteran y Leclair)

Viña
Viña ancha Viña ancha Viña ancha
despuntada
plana en V en U
tradicional

Producción (hl/ha) 46,5 56 60 47,5


Grado alcohólico probable 1 0,9 1 1 ,7 1 1 ,6 11
Polifenoles totales en ho!Jejos
(índice de Folin/ 1 00 g de bayas) 5,2 5,5 6, 1 5 ,4
Antocianos de los hollejos
(mg/ 1 00 g de bayas) 1 85 230 283 202
Taninos de los hollejos 480 43 1 547 504
Á cido mállco del mosto
(meq/1) 68 90 66 63

Calificación en la degustación 1 1 ,89 1 2,70 1 4,69 1 3 ,80

4.4.3.2. Diferen tes sistemas de empalizamien to

4 .4 . 3 .2 . 1 . Viñas sin empalizamien to de los pámpanos

La conducción de la viña si n empal i za m iento se u ti liza :


- en l os v iñedos de las zonas medi terráneas que gozan de u n a i n so l ación sufi ­
ciente p ara aseg urar una buena m aduración y d e u n a p l uviometría moderad a
durante el período vegetati vo, l i m i tando los riesgos de enferm edades cri pto­
gámicas, y cuyas cepas generalmente sól o l levan p ulgares . Las v i ñas débi les
no presentan dificu ltades p ara su c u ltivo . Por el contrario, las vi ñas vi goro­
sas p l an tean m ás prob lemas y son conduci das bien con tronco corto (30-50
cm) con v ariedades de porte erg uido cuyos p ámpanos son despuntados p ara
permitir el p aso por entre las cepas, o b ien con tronco m ás alto en el c aso de
vari edades de porte l lorón , y con la vegetac ión formando una campana alre­
dedor d e l tronco . E n este c aso , l a altura d e l tronco está reg ul ada por la longi­
tud de los p á m panos para que al arquearse no toquen el sue l o ; es e l caso de
los vi ñedos antiguos v i gorosos c u l tivados en terreno l l ano en el M idi francés
o de algunos v i ñedos del M editerráneo orie ntal ;
más raramente , en v i ñ as de zonas no mediterráne as, pues la viña encuen tra
con d i c i o n e s c l i m á ti c a s m e n o s favorables, se hace n ecesari o d i sponer la
vegetación de tal m anera que teng a una actividad ópti m a y protegerlo contra
los accidente s climáticos y los ataq ues de p arásitos.

4 .4 . 3 .2 .2 . Viñas con empalizamien to co lectivo

Antes de la i nvasión fi loxérica, las viñas e staban generalmente en formas l i bre s


pero con gran den sidad de p lantación y culti vadas a m ano; c o m o consecuenc i a de
206 MANUAL D E VITICULTURA

la reconstru cc i ó n del v i ñe do , el e m pa h zami e n to colecti vo se h i zo necesari o a


causa del aumento de v igor de las cepas (menor densidad , e m p leo de patrones,
etcé tera) y de la mec ani z ación de los trabaj o s cu lturales. Actualmente las vi ñas se
conduce n , por lo general, de forma colectiva, e s deci r, empleando soporte s que
comparten v ari as cepas, e s e l caso del v iñedo de Champagne, La A l sacia , B orgoña,
B urdeos, etc. y cada vez m ás del v iñedo meridional , debido a la i n troducción de
variedades con poda larga y a la necesi dad de mecani zar las d i ferentes i n tervencio­
nes en el v i ñedo, i nc l u yendo la poda y la vendi m i a.
E l empalizamien to colectivo de la vegetación se p uede hacer en e l se ntido ver­
tical, obl icuo u hori zon ta l .

- Empalizam ien to colectivo vertical


Los p ámpanos se m an tienen verticales por medio de alambres. S eg ú n el v igor
de l as cepas, l a i mportancia de l fo l l aj e a e m p alizar es dife re n te . Esta es la razón de
que en la práctica se di stinga entre viñas b aj as y altas. El fac tor determ i n an te de
este vigor de l as cepas (potencialidad) es la densi dad de p l antación, determi n ada,
pri ncipal mente , por l a se paración e n tre las cepas:
• Emp a lizam ien to de las viñas con pequeñas sep a raciones e ntre l ín eas: se
e ncu entran en las zonas prod uctoras de v i nos de calidad ( 5 .000 a 1 0.000
cepas /ha) con una se p aración en tre fi las com pre ndida e n tre 1 y 2 m, la
superfi cie d i ri g ida, es general mente, poco i mportante a lo l argo de l a fi l a
pero m u y alta p o r hec tárea s i l a altura d e desp unte está en rel ación c o n l a
separación entre fi las.
• Empalizamiento de las viñas con gran separación entre l íneas: c uando l as
cepas son vi gorosas, debido a la b aj a de nsidad de p l an taci ón, J a superficie de
la espaldera debe adaptarse para favorecer l a di stri bución de l a v egetación,
evitando su amontonamiento; e s posi b le actuar sobre la altura de l a esp aldera
e n viñas altas y anchas con un monoplano verti cal hasta un l ím ite de 1 ,8 m
(200 a 2 1 0 c m de altura de de spu nte desde el sue lo) . Teóri camente , se p uede
actuar sobre el e spesor de la vegetaci ón abriendo e l p lano de vegetación
adoptando formas en U , lo qu e mej ora la fotosín tesi s y L a i l u m i n ación de l os
raci mos; entre estos ú l ti mos, los si stem as en l i ra han te n ido gran éxito en L a
producción d e Chasselas d e moi sac pero no p arece i n teresar a otros v i ticul­
tores.

- Empalizamien to co lectivo horizon tal


Los pámpanos reposan sobre u n soporte horizontal situado general mente a 2 m
de altura : es e l caso de los túneles, pérgolas o p arrales en Pou il les (Italia), de los
C:: a rdak e n Denizli (Turquía) . Este siste m a rara vez aseg ura una buen a di stri buci ón
del fol laje y favorece el oídio, está re servado a l as regiones m u y solead as .

- Empalizam ien to oblicuo


Es un si ste m a i n termedio entre Ja conducción verti cal y l a hori zontal . O frece
u n a mayor superfi c ie para la d i stri bución del fo l l aj e que el pri m ero y u n a mej or
aire ación que e l segundo. Puede te ner uno o dos p l anos o b l ícuos: pérgola simple
(con un brazo) y pérgola doble (con dos brazos) . Estos siste m as se e m plean espe­
ci al mente en el norte de Ita l i a (Pi amonte, A l to Adige y Trenti no) .
ESTABLECIM1ENTO DEL VIÑEDO 2 07

3 4

Figura 5
Sistemas de conducción.
1. Viña con separac ión débil ( Sauternes).
2 . Viña con g ran separación (viñ a alta en Entre- deux- M ers).
3 . Viña con calles anchas y conducción en lira.
4 . Viña con calles anchas y conducción en V.
CAPÍTULO 3

REA LIZAR LA P LANTAC IÓN

1 . Preparar y rea l izar la p lantación


2. Cu idar la plantac ión e i nstalar e l emp lazam iento

3. Eva luar e l coste d e la planta c ión

1 . PRE PARAR Y REAL I ZAR LA PLA NTAC I Ó N

1 . 1 . Preparación superficial

E l desfonde dej a el terreno desi g u al en superficie y e l subsolado no m ul l e la


capa arab le. S o n necesari as las operaciones c ulturales complementarias p ara o bte ­
ner una tierra suficie n teme nte dividida en superficie. C u ando e l suelo está estabil i ­
z ado y seco, u n a labor de 30 a 4 0 c m permi te el enterrado d e l a s e n m iendas y del
abonado de fondo y l i m i ta e l rebrote de las m a l as h ierbas antes de l a p l antación . E l
desm enuzamien to superficial e s real i zado preferente mente con e l uso d e la grada o
del escari fi cador an te s que el rotavator pues este ú lti mo, mal e m pleado, es nefasto
para el mante n i miento de la estructura del sue lo.

1 .2 . Trazado, marcado y empiquetado de la p lantación

E l trazado de la pl antación consi ste , por u n a parte, e n defi n i r so bre el terreno


los l ím i tes de la p arce l a preserv ando u n espac i o sufi ci ente para los g iros (5 a 7
metros en caso de vend i m i a mecán ic a) y las cu netas, y por otra p arte en m arcar el
e m p l azami ento exacto de cada cepa de forma que se o btenga u n reparto regu l ar; es
21 0 MANUAL DE VITICULTURA

preci so v i g i lar so bre todo la rectitud de l as líneas. El marcado de las fi las y de las
cepas se h ace frecuentemente con c uerda ; esta operación podrá ser facili tada con­
siderablemente utilizando un cable metálico marcado fij ando señales en co bre a la
d i stan c i a e legi da entre los pies. E l empiquetado e s real i zado col ocan do, en los
emplazamientos previ stos para las cepas, pequeñas picas de m adera que se han
escogido suficientemente largas p ara servi r de tutores a las p lantas durante los pri­
meros años ( acac i a o bam bú) .

1 . J alonar sucesivamente:
- el extremo de las filas,
- la fila más corta.
2 . D i bujar dos perpe n d i c u l ares a l a
fi l a más corta a la altura d e l a ter­
3 c e r a p i c a p a r t i e n d o de c a d a
extremo.
3. M arc a r el e m p l az a m i e n to d e l a s
fi las c o n l a ayu d a de las p i c a s , el
rectán g u l o a s í fo r m a d o e s obte­
nido fijando dos h i los de h ierro en
el emplazamiento de las filas.

Figura 1
Trazado antes de la plantación.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 21 1

1 . 3 . É poca de plantación
S e dispone en principio de todo el peri odo de reposo vegetativo de la vid para
efectuar l a p lantación. S i n e m bargo el frío y l a humedad del i nvierno, l a n aturaleza,
la prep aración y el estado del suelo a p lantar son factores que l i mi tan e ste periodo y
retardan frecuentemente l as plantaciones. Así la expe rienci a prueba que, si el cli m a
y los terrenos l o perm i ten, l as pl an taciones precoces (diciembre, enero , febrero) dan
excelentes re sul tados. Por e l contrario, l as p lantaciones tardías en la estación, des­
pués de l pri m ero de j ul io, en pots o con plantas tradicionales corren el riesgo de ser
un fracaso pues l as p l an tas estarán más expuestas a l as condi ci ones de sequía y ten ­
drán más dificultades de agostar antes d e l a s heladas d e otoño. En l a práctica:
- las p lantaciones de barbados o de p lantas-injerto tradicionales (traídos de
v iveros) deben ser hechas en i nv ierno, antes de l desborre de l a v i d , cu ando
e l suelo e sté suficientemente seco ; cu a ndo se p l anta en abril -mayo, es p re ­
ciso g uardar l as raíces más larg as y no cortarl as a ras del portai nj erto ;
- sin embargo , las pl antaciones más t ard ías p ueden hacerse con p lan tas en
p o te, después de que los suelos más húmedos en pri mavera se hayan secado,
so bre todo para los sue los de tende ncia li mosa;
- l as plantaciones de otoño son posi b les e n l os v iñedos meridionales con p lan­
tas agostadas y en reposo vegetativo .

1 .4. Petición, recepción y preparación de las plantas

1 .4 . 1 . Petició n de las plantas

Una vez que se h a elegido la variedad y el port ai nj erto , que se dispone del
derecho de p lantación y que se ha fij ado la fecha de p l an tación , es i n tere sante que
lo antes posi b le , i nc l u so un año antes de l a pl antación , pedi r las p l antas a su prove­
edor habitua l .
¿ Qué tipo d e p lantas pedir ? L as p l an tas p ueden ser bien de barbados de por­
tai nj erto o de variedades, este es un c aso actual m e n te muy raro , o de p l an tas­
i nj erto traí d as de v iveros, c aso más frecuente para las p l antaciones de i nvierno o
p ri ncipios de pri m av era, o de p l antas- i nj erto en potes o e n c artó n forzadas e n
i nvern adero , l l amadas « p lantas- i nj erto de pri m avera» p ara l a s p l antaciones tardías
de mayo a fi nales de j u n i o . L as pl antas- i nj erto en pots ll am adas « de otoño » , creci ­
das un tiempo más l argo y en potes más grandes por e l viverista, se p ueden p l an tar
en otoño a yema e n reposo así como duran te el invierno.
¿ Se deben elegir los c lones ? L a situación san i t aria de las v i ñ as de los años cin­
c uenta ha conducido a los respon sables técnicos de l a viticultura a desarrol l ar la
se lección , pri mero m asal , y después c l on a ! . L as p lantas o btenidas de selección clo­
n al ofrecen l a garantía de estar exentas de enfermedades v íricas y pre sentan aptitu­
des v i tícol as y eno lógicas específicas. Es preci so pedir a l v iveri sta y a l asesor v ití­
c o l a c u a l e s so n l o s c l o n e s qu e más convienen p ara el te rre n o , el portai nj erto
escog ido y para el ti po de producción deseada. La i n sta l ación de u n a v i ñ a con
p l an t as de u n m i smo clon pre senta e l i n teré s de una p l an tación homogénea. S i n
embargo , l o s c lones son criticados, s e reprocha q ue son mu y p rod uctivos y deterio­
ran l a origin alidad de l a producción :
21 2 MANUAL DE VITICULTURA

en cuan to al re ndi m i ento , e s cierto que estas p l an tas no su fren e l efecto


moderador de los v i ru s y q ue son todas i dé n ticamente productivas; conviene
por l o tanto elegir clones medi an amente productivos y ap l icar n u evas alter­
nativas téc n i cas, en el momento de la p l antación y de la conducción, tra­
tando de reducir el v i gor g lobal de estas v i ñas (eleg ir portai njertos m e nos
v i gorosos, e stablecer balances h ú m i cos y m inerales m ucho más p recisos y
que no favorezcan el vigor, etc . ) ;
en cu anto a l a ori g i nali dad de la producción, es ci erto que s e p ierde diversi ­
dad si todo e l m un do u ti l i z a los m i smos clones; el vi no producido corre el
riesgo de no tener la complej idad aromática, factor de tipicidad y de c a l idad,
que pueden tener los v i nos producidos a parti r de una población policlonal ;
convi e n e e n tonces procurar u n a diversi dad p l an tando separadamen te o suce­
sivamente varios clones de la m i sm a vari edad de acuerdo con l as p l an taci o ­
nes; es una sol uc ión de seg uridad que p uede conve n ir a l a m ayoría; no obs­
tante , si se qu i ere l levar a lo m ás alto la ori g i nalidad de l pago, e s p reciso
pen sar en con servar l a d i versidad po l i c lonal de las v iej as poblac i o nes de
variedades m ie ntras h aya todav ía ti e m p o , con sti tuyendo conservatori o s,
como algunos h an hecho ya, o recurriendo de n uevo a la selecci ón m asal
contro lando el estado sani tario de l os p i es escogidos para no m u lti p l ic ar l as
p l antas enfermas.

1 .4 . 2 . Recepc ión y p re paración de las plantas

Al rec i bi r las pl antas, y en presenci a del proveedor, es preciso j uzgar la cal idad
de l as p lantas a p artir de un muestreo prev i o en los p aquetes de p l antas:
e l vigor debe ser medi o , preferir l as p lantas cuyo d iámetro m ín i mo es de 7
m m , pero l a pre se n c i a de raíces abu nda ntes y de brotes m u y l arg os n o
mejora el agarre n i el desarro llo futuro de l a s p l antas;
l a so ldadu ra debe ser sólida, e s decir que resi sta la presión norm al de un
dedo. y sobre todo estar presente en todo el perímetro , pero u n call o mu y
grueso no e s una señal de cali d ad;
s e p restará una atención p arti c u l ar a l a frescura de l as p l an tas c o n una n avaj a
se verifi c a que el talón , la so ldadura, el portai njerto y e l brote agostado de
l as p l antas no m uestran signos de a l teración (ennegre c imiento m ás o m e nos
acentuado) ;
l as p l an tas- i nj erto obte n idas con i njerto omega ( 9 5 % d e los c asos) deben
tener, preferente mente , una púa muy corta bajo su yema.
En caso de anomalías graves se rechaz a la m ercancía, pero afortunadame n te
este c aso se produce raramente; las reservas pueden ser hec has j u n to al proveedor
e n c aso de dudas so bre la c a lidad . El v i ti c ul tor podrá tomar g arantías del v iveri sta,
form al izándo l as en un con trato de compra y, por prudencia, haciendo efectu ar los
controles, en lo que concierne al e stado sani tario de l as p l an tas; en efecto , ade m ás
de l as e n fermed ade s por v i ru s , a l g u n as de l a s c u a le s p u e d e n ser d etec tada s
medi ante e l te st E l i sa , l as p l antas de v i veros pueden s e r portadoras de agente s
patógenos que, de sarrol lándose en la m adera después de la p l antación , hi potecan
l a v i d a de l a futura v i ñ a : Xyloph ilus ampelin us, agente de la necrosis bacterian a,
Agrobacterium vitis que provoca las verrugas y se trans m i te por e l m aterial vegeta l
y los fi top l asm as, respon sables de la flavescenc i a dorada.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 21 3

3 4
Figura 2
Diferentes operaciones de la plantación.
1. Empiq uetado.
2. Preparac ión de las plantas.
3. Preparac ión del hoyo.
4. Plantación en el hoyo.

Cuando las p l antas no h an sido conservadas en cámara fría en el v ivero y son


reci bid as poco ti e mpo antes de la plantación (ocho a diez días), se conservan a la
so m bra con l as raíces en ag u a o en su e m balaj e e n caj a-palé o en c artón en un local
fre sco ; cuando su conservación debe d urar un tiempo m ás l argo, es preci so colo­
carlas, desde el momen to de su recepción, e n una zanj a con m anti llo, tierra fina o,
preferentemente, are n a fre sca. No obstan te, l as p lantas son general mente conser­
vadas en cámaras frías por l os v i veristas y pueden ser entregadas e l día de la p lan­
tación, preparadas y pue stas bajo e m ba laj e pl ástico. L as p l an tas en potes pueden
ser conse rvadas alg unos d ías a l a luz, pro tegi d as de l so l y de las corri ente s de aire,
m an te niendo l a fre scura de las p lantas con riegos l igeros e n p u l veri z ación.
En el momento de l a p l antaci ón, las p l an tas e nraizadas se preparan cortando
l as raíces a una cierta di stancia del talón :
21 4 MANUAL DE VITICULTURA

si se p lan ta en invierno con p lan tas tradicionales, l a l ongi tud a dej ar e n las
raíces depende del modo de pl an tación (8 a 1 5 cm para p l antac iones con
ahoyador, 1 a 2 cm para p l an taciones con p i stol a o barrena); no se dej an m ás
que dos o tre s ye m as en la p ú a de i nj erto ;
si s e p lanta e n ab ril o mayo c o n p lantas-injerto tradicionales, es preci so
dej ar más raíces ( 1 0 cm) p ara tener m ás reservas y p l antar con el pico;
si se p lan ta con p lantas- injerto en p o tes de o toño, es preciso cortar con
podadora los ri zos de las raíces;
a veces las plan tas están preparadas por el viverista y l l eg an li stas para ser
p l an tadas, están recubiertas de p arafi n a que las protege de la desecación .

1 .5 . Formas de p lantación

1 . 5 . 1 . Pla ntac iones manuales

E l enraizamiento de l a p lanta j oven se h ace fác i l mente si e stá en contacto con


la tierra m u l li d a : es l a plantación por hoyos l a q ue se realiza con m ej ores condi­
ci ones, parti cul armen te en terrenos d i fíci les de preparar. U n hoyo, sensi b lemente
c ú bico por haberse hecho con p ico, es abierto de tal m anera que el tutor q ue ha
servido de señal s e encuentre en uno de los l ados; s e e c ha en el fondo del ho y o tie­
rra m u l l i da so bre la cual se col ocan las raíces, te ni endo cuidado de que l a p l anta
esté apoyada con tra el tutor; se riega y se recubren l as raíces de tierra fi n a q ue se
apreta e n e l caso de las p lantas-i nj erto traíd as del viveri sta sin apretar por ser p l an ­
tas e n potes o e n carton es; se l lena desp ués e l hoyo con tierra fi na y s e hace, alre­
dedor de la planta, un pequeño montón de ti erra si la planta no ha sido sometida a
un segundo parafi nado poniéndola a l a brigo contra l a deshidratación, si no se dej a
l l ano . Esta forma de pl antación es uti lizada sobre todo para las plantaciones en
terrenos arc i l l osos y pesados con tal que esté n bien seco s, con p l an tas traídas de
viveros, p ara la p l antación de plantas en pote s así como p ara l as rep lantac i ones.
Las p l antac i ones con ahoyador de 10 a 1 5 c m de d i ámetro no permiten sie m ­
pre conseguir l a s mismas condiciones que con el pico. E n l a s ti erras pesadas, sobre
todo si están hú m edas, se corre el peli gro de tener u n a en las paredes; las raíces no
podrán atravesar las p aredes y se de sarro ll arán como e n u n a m aceta de flores.
Las p l antaciones m anuales son ta m bién realizadas con palo, barrena (hoyo de
4 a 5 cm de d i ámetro) , o espoleta (vara m etál ica que l l eva en su extre m o dos
pequeños dientes que perm iten bloquear e l talon de la p lanta, util i z a b le e n terre no
dóc i l . Las p l antas son por l o tanto puestas en el terreno en un espacio red ucido de
algu nos centímetros de ancho después de h aber s ido recortadas severa mente . Estas
formas de p lantación que ponen las p l antas en tierra con m e nos e smero que en l a
p lantación en hoyo de ben ser desechadas e n los suelos pesados, arc i l losos o l i mo­
sos co mpac tos. S e conocen los fracasos de brotación , notablemente en Jos suelos
mal preparados o con estado estructural i nestable; a veces pueden perm anecer bol ­
sas d e aire a nivel d e l as raíces, a pesar d e l apretado e n l a cepa.
La p l antaci ón con ayuda de chorro de agua con presión es uti lizada a veces.
Esta técnica perm i te real i z ar las operac i ones muy ráp i do pero necesi ta que las
plan tas se an recortad as muy cortas; con e sta técnic a l as p l antas están expue stas a
la asfi x i a radicul ar, fun damental mente en prese nc i a de suelo con una fuerte pro ­
porción de arci l la .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 21 5

¿A qué profundidad se deben colocar las p lantas-injerto ? Tanto si se plantan a


m ano como si se p l an tan a m áq u i n a, l as plantas-i nj erto no están general mente bas­
tante profu nd as e n e l suelo. E n efecto , algunos meses más tarde o al cabo de los
pri meros años, se obse rva que que ciertas cepas p arecen «zancudos» con un punto
de i nj erto alej ado d e l suelo y de l as raíces. cuyo punto de anc l aje es superficial;
esto n o es tolerable pues e s l a manifestación de u n a p l an t ación chap ucera o hecha
si n te ner en cuenta las exi genci as de las p l antas y e l comportamiento de ciertos
suelos después de la plantación . El punto de i njerto de vides adu ltas debe e ncon­
trarse a 2 c m por enci m a del n i ve l medio del suelo; si está por debajo se corre el
peligro de franqueamiento, si está muy por e nc i m a se arriesga de sufrir desecación
del i njerto a pesar del parafi n ado, de e stré s hídrico y de destrucción por las hela­
das. E s por l o que se procurará que l as p l an tas e stén suficiente mente profu ndas y,
en suelos que se hi nchan después de la ú lti m a labor, se p lantará con el punto de
i nj erto li geramente por debaj o del nivel medio del suelo, donde se procurará hacer
esta l abor b astante antes de l a época pre v i sta p ara la p l an tación .
Tam bi é n es posi ble p l antar plantas p re instaladas en el interior de un tubo
de p l ásti co pro l ongado e n la b ase por marc as que g uían las raíces (Ceptonic) . Los
brotes jóvenes, guiados en el tu bo , se desarro ll a n sin tutor suplementari o estando
protegidos de c hoques y de herbicidas; la respuesta es exce lente con tal que no se
p l an ten en terreno dem asi ado húmedo en invi erno o dem asi ado seco en pri m avera.

1 .5 .2 . Plantaciones mecán icas

L a m ayor parte de las m áq u i n as están concebidas seg ún l a m i s m a tecno log ía.


Una rej a acan alada cava un surco e n e l que una lengüeta m óv i l deposita l a p l anta y
el tutor, desp ué s u n as cuchi l l as restab l ecen el su rco y u n as ruedas aseg uran el
apre tado de la ti erra alrededor de la p l anta, fi n al mente dos rej as reg u lables asegu ­
ran e l aporcado de l as p l an tas. E l posicionam iento de l a máq u i n a sobre l a fi l a e s
ralizado p o r diversos di spositivos de guiado (vi sor óptico sobre e l tractor o sobre
h i lo de g u ía, o g u i ado por láser) . L a separación en tre fi las puede ser indicada si m­
p lemente por u n pequeño surco trazado l ateral mente por una cuchi l l a c o locada e n
e l extrem o de u n brazo extensi ble. E l espaci amiento e ntre p lantas en l a fi l a es rea­
li zado por diversos procedi m i entos seg ú n las m arcas (l ectura a parti r de un hilo de
trazado, cordel con marc as metálicas, c adena con p inzas l levada por una rueda con
m uescas) . Varias m arcas ofr ecen m áqui n a s de p l an tar: Cavai l lere, C adurcienne,
C l émens, C o l l ard , Fon tan. L as tasas de éxi to son tan buenas como en l as p l an tacio­
nes man u ales; es i mpresc i nd i b le p l an tar e n una tierra fi n amente dividida (pase de
una grad a rotati va so bre el suelo seco) y de reg ar copi osamente después de l a p lan­
tación (3 a 4 li tros de agua en cada cepa) . Sin e m bargo, se observa a veces q ue los
prend i m i e ntos son in sufi ciente s en suelos arcillosos, pero parece que los frac asos
son atri bui b les más a u n a m al a preparaci ó n del suelo y a los cuidados i n suficientes
después de l a p l antación que a l a form a de plantaci ón .

1 . 5 . 3 . Caso de las p lantaciones bajo p lástico

S e utili zan p l an tas inj e rtadas y parafi n adas, podadas a dos yem as; se p l antan
so bre un pequeño montón, el i nj e rto fuera del sue lo . Un p lástico de polieti leno
negro , de u n a anch ura de alrededor de un me tro y de u n espesor de 80 a 1 00
m icras, es desenrol lado mecánicamente . B asta perforar el p l ástico en el e m p l aza-
21 6 MANUAL DE VITICULTURA

m i e n to de las p l an tas. Ci ertas prec auci ones son necesari as: no estirar dem asi ado el
p l ástico y desherbar o b l igatori amente u n a b anda a c ada l ado del p l ástico. Esta téc­
n i c a ofrece ciertas ventaj as :
- l i m i ta los gastos de m ano de obra d urante l o s pri m eros añ os;
- aseg ura una vegetació n más v igorosa y una entrada e n prod ucción más p re-
coz ( a veces en el seg undo año) .

2 . C U I DAR LA PLANTAC I Ó N E I N STALAR


E L EMPAL I ZAMI E NTO

E l desarrol lo de l as p lantas e stá l i g ado a las condiciones encontradas por l as


raíces y l os brotes durante los pri meros m eses y los pri meros años. Convi ene li mi­
tar l a co mpeten c i a de m alas h ierbas, proteger l as p l antas contra enfermedades y
p l agas y formar l os brazos. S e actú a tam bi é n p ara i njertar las raíces colocad as un
año an tes y para form ar las cepas.

2 . 1 . Cuidados posteriores a la p lantación


Se de ben crear co ndi cione s amb ientales para l as p l an tas que no perj u diq uen su
i nstalación . Sin e m b argo, e n l as tierras ricas, el v i gor excesivo de l as p l an tas p uede
acarrear, al c abo de 2 ó 3 años, problemas fi siológicos de l as p l antas (defo l i ación,
e n roj ec i m i e n to o a m ari l l e am i e n to de l a veg e tac i ó n seg ui do de m a l formación
fo l i ar) . Por otro lado, l as p l antas deben estar proteg i das contra l as enfermedades,
l as p l ag as y e l viento que pueden l i mitar el de sarro l lo , e l agostamiento y l a v i ab i l i ­
d a d d e J a m adera.

2 . 1 . 1 . Manten im ie n to del suelo

El sue l o debe m an tenerse l i mpio por labores y form as superfic iales o por des­
herbado q u ím ico, para l i m i tar la competencia de las malas hi erbas:
- el cu idado mecán ico : es a menudo preferi ble cultivar e l suelo pues permite
al si ste ma radi cular establecerse en profundidad, lo que au menta la resisten­
c i a de las pl antas jóvenes a l a seq u ía; e l trabajo es reali zado con herramien­
tas de trabaj o superfici al (espirocu l tores, esc arifi c adores) y descaballonado­
res;
- el desherbado quím ico: es re al i z ado antes del desborre ap l i c ando sobre l a
fi l a, i nmed i atamente desp ué s d e l a p l antación , herbicidas de preemergenci a
no fi totóxicos, a l a vez que el esp ac i o i nterlíneas es c u l tivado . L a e lección
del herbic ida de preemergencia tiene en cuenta la n aturaleza de l as m alas
h i erbas que se de sarro l lan h a b i tu a l mente e n la p arcela de la explotación
(gra m íneas o dicoti ledóneas) ; en caso de i nvasi ón posterior por m a l as hier­
bas, uti l i zar herbicidas de poste mergenc i a anti gram íne as e specíficos (Ferv i ­
n a l , S tratos, Ultra, Eloge, Fusi lade X 2 ,Targa + ) ; l o s herbic idas fol iare s no
específicos, a base de paraq uat (Gramoxone) o de glifosato (Roundup), q ue
son fi totó x i cos para l as pl an tas, e x i g e n las m áx i m as precauci ones en su
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 21 7

empleo; efectuar en ti e m po cal m ado un pase con moch i l a o con una lanza
provi sta de campan a para evi tar l as salpicad uras so bre l as p lantas.

2 . 1 . 2 . Protección contra los conejos

Pueden p rovocar, so bre todo si la p arce l a e stá p róx i m a a bosques o setos,


d años i mportante s so bre una p arte de l a p arce la. C o mo los daños no se l i m i tan a
los bordes, es preciso proteger el conj un to de la parcela con envol turas i ndivi dua­
les q ue se co locan e n el momento de la p l antación .

2 . 1 . 3 . Tratam ien tos fitosan itarios

El fol l aj e es protegido con tra el m i ld i u y l as b acteri as con el caldo bordel és y


contra el oíd i o con azufre moj a ble . Los tratam i entos anticri p togá m i cos serán con­
tin uados basta m ás tarde que los aplicados para las v i ñ as adu ltas. H ay q u e to m ar,
si es necesario, prec auciones p ara proteger l a s p l an t as con tra los c aracoles y l as
b abosas en tie m po de l l u v i a (tratam i e n tos e n p u l veri zación con L annate, L arv i n o
M esuro l ) , contra los ácaros, so bre todo la acariosi s, con acari cida apropi ado . En
l as zonas d e riesgo, n o o l v idar tratar l as v i ñ as j óve nes con tra l a fl ave sce nc i a
d orada .

2 . 1 . 4 . Otros cu idados después de la plantació n

- desbrotado esmerado y progresivo a fin d e l i m i tar el n ú mero d e pámpanos;


- conducción de los pámpanos so bre u n tutor;
- desbarbado, consistente en supr im ir en j ul io -agosto , l as raíce s que h an bro -
tado so bre el i njerto;
- reposición de m arras por p lantac ión e n hoyo de las p l an tas-injerto tradicio­
nales o de p l an tas en potes;

2 .2 . I njerto en campo
E l i nj erto e n c a m po de p l an t as e n r a iz ad as se h ac e g e n e ra l m en t e a l a ñ o
siguien te de l a p lan tación c o n hendid ura p lena (parte 1 , cap ítulo 3 ) .

2 .3 . Poda de formación
L a cepa está form ada, en l os pri m eros añ os de p l antac ión, por el estab leci­
m i ento del tron co y de los brazos respetando l os pri ncipios siguientes:
- formar el tronco a parti r de un sarm i e n to de v igor suficiente, pero no exce­
sivo , de una sol a vez , l i m i tando l o s efectos de c icatrices debidas a las podas
en verde, y so bre todo de invierno;
- formar los brazos, e n las podas con 2 brazos simétricos y en vaso , al m ismo
nivel con el fi n de que sean de v i gor si m i lar y de e q u i l i brar la estructura de
l a cepa;
- ap l i c ar la poda de fructificación so bre cad a uno de l os brazos.
21 8 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 3
Mantenimiento del suelo después de la plantación.

Figura 4
Cubierta plástica de una viña joven.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 21 9

La s cepas j óvenes se podan a dos y e m as y a que no producen sarm ien to s de


v igor suficien t e . E n genera l , l as p l an tas colocadas e n l a ti erra, p od adas a do s
y e m a s d an e n pr i m av e ra vari o s brote s so bre l a m adera d e p o d a y so bre l a
coro n a ; a travé s d e de s brotados progre si vos se conservan dos o tre s b i e n coloca­
dos, al p ri n c i p i o d e l a vegetac ió n , despué s u n o sol o desde e l pri n c i p i o d e l ag os­
t a m i ento o, a m ás tard ar, en la poda de i n v i erno . El sarm i e n to c o n servad o debe
e star b i e n si tuado, lo m ás próx i m o po si b l e del p u n to de i nje rto, b i e n i n sertado,
con e n tre nudos de l o n gi tu d m e di a y e n la pro l o n g ación verti cal del t a l l o . P ara
que el tronco se a recti l íneo , el atado com i en z a de sde que los brotes t i e n e n 2 0 a
30 c m .
E l tro nco se forma genera l m e nte e n l a pod a de i n v i erno del pri nc ip io de l a
« tercera hoj a» ( tercer año d e vegetac i ó n ) . E l sar m i e n to con servado p ara formar
e l tron co se dej a e n tero , rodeado por el h i lo de e mpalizamiento , o cortado a l a
al tu ra d e l esta b l ec i m i e n to d e los brazos. Este p u n to d e b i furcac i ón d e l a cepa es
desi g n ado con el n o m bre co m ú n de cru z . S u a l tura varía seg ú n l as reg iones y los
siste m as de pod a : b astante cerca d e l suelo p ara e l vaso de C h ateauneuf-d u - Pape
o del B eauj o l ai s así c o m o para el Guyot si m p le tradicional e n B o rgoñ a o e n el
P aís de N a n tes; su al tura e s de 3 0 a 50 cm p ara las v i ñas pod adas en G u y ot del
S ur-Oeste y d e l B ordel é s o para e l vaso d e l L an g uedoc, de 9 0 a 1 20 c m p ara los
siste m as con arqueado de C h aren te s o de A l saci a, de 1 50 a 200 c m p ara los si ste­
m as d e v i ñ as muy altas o e n pérgola. El punto de cruz debe estar situ ad o por
de baj o del a l am bre portador de los brazos. En el momento de la pod a, los anti c i ­
p ados s o n supri m i do s y e l sarm iento p u ede ser desyem ado dej ando 3 a 4 y e m as
bien co locadas para formar los brazos y asegu rar, si l a v i d en tra en l a « tercera
h oj a» , u n a p ri mera fructifi c ac ió n . E n prim avera, los c h u pones desarrol l ados al
n iv e l d e la coron a o so bre el sar m iento- tronco , fuera del n i v e l de los brazos, son
desyem ados si e sto n o se hizo en i n v i e rno ; no se m antienen m ás que los brotes
bien si tuados y se supri m e n l as yemas secu n dari as, los anti c i p ados de la base y
u n a p arte de los raci m o s si su n ú m ero es excesi vo . A l año siguiente , la poda de
fo rmación se re aliza de una form a parti c u l ar en cada si ste m a de poda (parte 3 ,
cap ítulo 3 ) .

2 .4. I nstalación del empalizam iento

E l e m p alizamiento de la viña e s practi cado desde hace m ucho ti e m po en la


m ayor parte de las regiones v i tíco las septe ntri on ales y se desarro lla en las regiones
meridionales con l a i n trod ucción de vari edades mejorantes, el e m p l eo del no c u l ­
tivo y e l desarro l lo d e l a mecan i z ación d e l as ven d i m i as.

2 .4. 1 . Postes

Los postes deben ser resi stente s p ara soportar el peso de la vegetación y de la
cosecha, duraderos para perm anecer si es posi ble en la v i ñ a todo e l tiempo de su
producció n , flex i bles en c aso de recolección mecán i c a y tener u n buen a m arre en
e l suelo p ara n o tumbarse b aj o e l efecto de pre siones (go lpe de viento , tensión de
los al am bre s) .
220 MANUAL D E VITICULTURA

2.4. 1 . 1 . Postes de madera

L a m adera es el m ateri a l m ás empleado ( 80 % de l as com pras) . Los postes de


m adera tienen u n a buena firmeza en el suelo pero c arece n de flexi bil i dad para l a
reco lección m ecánica. S u calidad depende d e l as aptitudes d e l a especie p ara resi s­
tir la p udrición y a ser tratada.
La acacia y e l castaño son especies muy uti lizadas; tienen una buena resisten ­
cia natural a l a pudrición s i son sacadas de m adera de e dad suficiente y ti enen
mucha médul a; desgrac i adamente los postes que se encuentran actual m e n te tienen
de m asiada al bura, parte ex teri or de l a m adera sen si b le a l a podredum bre . E l cas­
taño resi ste un poco menos que la acac ia . Para e stas dos especies. es preferi ble u ti ­
l izar poste s raj ados q u e redondos q ue son tom ados de m aderas m ás jóvenes. L a
i mpregn ación de estas maderas e s d i fíc i l .
E l p ino es u n a especi e c o n débil resi stencia n atural pero q u e s e i mpregna muy
bien a condición de tra bajar en autoc l ave, en cuyo caso su resistenci a es excel en te .
Los postes d e v i ñ a de pino i nyectado ti enen actualm e n te la m ayor longevidad a
condición de uti l i z ar redondos m ás que raj ados, de haberlos dej ado secar de 3 a 6
me ses antes del tratam i ento, de h aberlo s descortez ado prev i amen te y sac arlos
punta, de practi car la i nyección en autocl ave después de provocar el vacío y ap l i car
a presión e l producto que v a a reemplazar a la savia. Para e ste tratam i ento se u ti l i ­
z an sales metálic as a b ase de cobre , de cromo y de arsénico (CC A ) ; l a creosota q u e
t i e n e u n a muy buen a eficac i a presenta e l i nconveniente de d a r mal g u sto al vi no
obtenido de vendi m i a s m ec án i c as. A fin de asegurar la calidad de u n trat amiento,
es suficiente con trocear el poste a m ás de 20 c m de los extre mos y de exa m i n ar el
corte . Debe ser co loreado e n gri s verdoso hasta l a méd u l a . Pero este examen no
permite apreci ar l a cali dad y l a concentración de los productos u ti l izados. Só lo l a
certifi c ación « M adera+» d e l Centro Téc n i co d e M adera y d e l M ue b le (CT BA )
garantiza esta característica. Un nuevo método de tratamiento es uti li zado desde
h ace poco por ciertas e m pre sas, tratándose de u n proced i m i en to de calentamiento
a alta te mperatura, convirtiendo l a m adera en hidrófoba, que re siste a l as podre­
d u m bres y a los i n sectos.
El douglas, reci entemente uti l izado como poste , p arece tener una re siste nci a
natura l i n teresante.
E l azobé e s una m adera i m p u tresc i bl e p rov i n i e nte de árbo l e s exóticos de
Á frica, es una m adera q ue bradiza y su duración h ace muy difíc i l l a fij aci ón de los
soportes de alam bre de hierro , siendo poco i n teresante como poste s de viña.
E l abeto y e l abeto del Norte no ti enen re sistenc i a n atura l a l a pudrición, se
i mp reg nan mal pero p ueden ser en adelante tratados a alta temperatura .

2.4. 1 .2. Postes metálicos

Presentan la ventaj a de ser fác i lm e n te colocados en los terrenos no pedregosos


y de perm i ti r u n a fij ación rápida de los h i los de soporte de la vegetación por un sis­
tem a de muescas i n tegrado . Con d é bi l sección y flex i b les, se adap tan bien a l a ven­
d i m i a mecánica, a l as v i ñas estrech as, pero p ueden tu m barse e n los suelos m u l l i ­
d o s y dobl arse s i no tienen u n a sección e studiada para resistir el e m pal izam iento y
al viento. Tienen homogeneidad técnica y u n a resistencia mecán i c a elevada. S u
longevidad e stá l igada a l a calidad y a l a c an tidad d e revesti miento d e protección
uti l izada. S ufren una corrosión acelerada en los suelos áci dos. Los aceros galvan i -
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 221

z ados prese n tan u n a buena re lación precio/longevi dad . L o s postes metá l i cos pue­
den ser revestidos de poliéster ap l i c able sobre acero bru to o galvan i z ado. El acero
i noxidable tie ne u n a gran longevi d ad pero su preci o l i m i ta su empleo .
Los materi ales uti l i zados son el h i erro galvan i z ado, el acero y una aleaci ón
al umi n io-zinc. Los postes actual mente uti l izados son de v arios tipos:
- los angulares, e n acero ordi nari o, deben ser suficien temen te d i mension ados
en espe sor o bien real izados a parti r de aceros espec iales p ara no do b l arse,
- los perfilados tienen u n a mej or re si sten c ia mecánica y son perforados para
e l paso de los h i los de e mpalizamiento . Los perfi l ados en acero ord i n ario no
resi ste n sufi c iente mente l a corrosió n ; los perfi l ados g a lvan i zados resi sten
mej or en l a medi da que el revesti m i ento es m ayor (80 a 1 00 m i cras) y q ue
ha sido realizado en cali e n te ; los reve stimientos en aleación de aluminio y
de zinc, propue sta recientemente , p arecen m u y re si stentes; los perfi lados e n
acero inox idable parecen i n teresantes; fi nal m en te los m ás resistentes a la
corrosión pero los más caros son los poste s en acero austénico ( 1 8 % cromo
+ 10 % níque l).

2.4. 1 .3. Otros postes

Otros vari os m ateri ales son u ti li zados para la fabri c ación de poste s:
- el hormigón y el horm igón p retensado ; los postes son pesados y por tan to
difíciles de m an i p u l ar; poco flexi b les, se ad aptan mal a la vend i m i a mecá­
n i ca;
- el p lástico , los postes son flexi bl es y tienen u n a buena fij aci ón si su sección
es de d i mensión suficiente; s in e m b argo, se dobl an en muchos c asos cuando
los calores son fuertes en verano. Estos postes de be n estar armados con un
tubo de acero para asegu rar una rel ación flex i bi l idad/soporte de l a carg a;
- los materiales comp u estos están propuestos reciente me n te , su comporta­
miento es desigu al según los en sayos.

2 .4 . 2 . Los alam b res de em pal izam ien to

El alam bre de h ierro galvan izado es el m ateri al m ás corrientemente u ti l izado.


El alambre i n feri or que sostiene la cepa debe ser robusto, se adoptará del nº 15 o
1 6 , los otros alam bres, que sostienen los pám panos, serán m ás débi les: nº 1 3 a 1 5,
so bre todo para los al am bres de elev ación móvi les.

Tab l a 1
Características de alambres de hierro galvanizados

Diámetro Longitud Peso d e 1 00 m


Número
en 1 / 1 0 mm en m/kg en kg

13 20 42 2, 4
14 22 35 2, 9
15 24 29 3, 5
16 27 24 4, 2
18 34 13 7, 6
222 MANUAL D E VITICULTURA

E l alam bre en acero inoxidable tiene una resi stencia mecáni ca y una duraci ón
superior al a l am bre galvan i z ado . L as secciones de h i lo son menores así como el
peso a uti lizar por hectárea, pero l a i nversión es m á s e levad a.
E n las d isposi c i ones clásicas, el pri mer alam bre, o alam bre de estruct ura, es
colocado a una altura que varía entre 0,40 y 0,70 m. Los otros alam bres se suceden
sobre dos o tre s pi sos, con i n tervalos de 0 ,2 5 a 0 ,40 m . La superficie de empaliza­
mi ento, determi nada por la di stanci a que separa el h i lo m ás a l to del h i lo de forma­
ción , debe ser suficien te para aseg urar l a m áxi m a di stri bución del conj un to de la
vegetación .
L a conducc ión de viñas altas y anchas ya señal adas al hablar de las disposicio­
nes de p l an tación se c aracteriza no so lamente por grandes espacios en tre l íneas,
si no también por una elevación del e mpalizamiento .

Tab l a 2
Características de alambres en acero inoxidable

Resistencia
Diámetro Longitud Peso de 100 m
correspondiente en
en 1 / 1 0 mm en m/kg en kg
alambre galvanizado

12 1 13 o 884 1 4- 1 5
14 88 1 , 1 36 1 5- 1 6
16 63 1 ,587 1 6- 1 7
20 40 2,500 1 8- 1 90

2.4.3. Los anc lajes


Los alam bres son tendidos desde los postes de los extre mos de la fi l a, q ue son
estabi lizados por diversos procedimien tos de anclaj e :
- anc l aje c o n i ncli nación d e l poste de cabeza:
• e staca de m adera tratada de 70 c m sobresaliendo de 10 a 1 5 cm del suelo,
• barra cil índri c a de 10 m m de diámetro y de 1 , 1 0 de longitud, cuya base
e stá hundida en el horm igón,
• hélice ga l vanizada de 1 00 a 1 20 mm que se aprieta e nroscando en el suelo
con la ayuda de una l lave ; e ste práctico siste ma es conveniente e n los sue­
los si n pi edras,
• dado (20 kg) o estaca (9 ,5 kg) de horm i gón;
anc l aje si n i nclinación del poste de cabeza :
• fij ac i ó n d e l seg u n do po ste , d i stante c o m o m ín i m o 2 m d e l po ste de
c abeza, po r u n alam bre que v a desde la c im a del segundo hasta la base de l
primero ,
• j a balcón calz ando el poste de cabeza.
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 223

30

1 . Empalizamiento de v i ñ as bajas
30 estrechas d e la zona de B u rdeos ,
1 ,5 X 1 , 1 m ,
poda en Guyot doble.
50

2. Empalizamiento de viñas estrec has


50 en M aconnais ( Borgoñ a ) ,
1 ,1 X 1 ,1 m,
poda c o n arqueado de M aconnais.
30

30

40
3 . Empal izamiento de v i ñ as bajas
estrechas en C harentes,
30 1 ,8 x 1 m , poda en Guyot doble
( 37 % del viñedo, según l a estación
vitícola de Cognac).
30

60

25
4 . Empalizamiento de v i ñ as altas
25 en C harentes con i nterlíneas
estrechas ( 2 x 1 , 1 0 m ) o en
30 v i ñ as anchas ( 3 x 1 ,2 m ) .

40

70

A . Reynier

F igura 5
Diferentes sistemas de empalizamiento.
224 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 6
Empalizamiento a tres niveles.
d e P i no! noir conducido a 1 x 1 ,20 m , podado en cordón Royal, en Champaña

Figura 7
Empalizamiento a dos niveles.
de Chenin en Vouvray conducido a 1 ,5 x 1 m, podado en p u l g ares (o vaso alargado)

40

poste
de 1 ,80 m

t 0 1 00

Figura 8
Empalizamiento a dos niveles para cordón en poda corta
C aso de G arnacha o Cariñena conducida a 2,5 x 1 ,25 m, en el M i d i .
Este empalizamiento p u e d e s e r utilizado para el vaso. Puede s e r simpl ificado manteniendo s ó l o el alambre
bajo o elevado con postes de 1 ,50 m fuera del suelo y 3 n iveles de h i lo : 1 a 70 c m , 1 a 1 1 0 cm y 2 alambres
sobre crucetas a 1 50 c m .
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 225

Observac ión de l a naturaleza y de la


localización de síntomas o de zonas
de p u d rición.

Año
Observación del perfil cu ltu ral ,
toma de muestras
de tierra
Nx

Declaración de intenc ión de arran q ue


e A rranque de v i ñ a
)

Declarac ión de final de arran que


N oviembre e Desfonde
)

Reposo del suelo

Elección del portainjerto


E lección de la variedad Año
Elección del si stema de con ducc ión N-1

o l i c i tu d d e p la n ta s
(-���s_____�______���- )

Operaciones
cultu rales

Verano
Abonado de fon do
Labor o desfonde

D e s in fe c ci ón
(-��__ _ __ ____��)

Año de
plantac ión
N Operaciones
cultu rales
Dec laración de intenc ión de plantac ión

(-��-P-la n tac ió n
______�� )

Dec laración de finalización de trabajos

A. Reynier

Figura 9
Ejemplo de programación técnica de la preparación del suelo
y de la plantación de una parcela de viña.
226 MANUAL D E VITICULTURA

3. EVAL UAR EL COSTE DE LA PLA NTAC I Ó N

E l mon tan te de l as i nversi ones p ara l a i n stalación de u n a parce l a de v r n a


depende esenci al mente de l a i m portan c i a de l o s trabaj o s real izados antes de l a
p l an taci ón p ara l a p reparación de l terreno y d e l a opción de l siste m a d e conduc­
ción eleg i do .

3 . 1 . Montante de los trabajos de preparación del terreno


Se trata de trabaj o s que pueden ser real izados, si e l v i ti c u ltor lo co nsi dera
nece sario, un año o vari os años antes de l a p lantación . E n l a eval u ación del co ste
de p l an tación , el montante de todos los trabajos p re sentados a conti n u ac ión no se
s u m an . Los precios son expre sados s in i n c l u i r i m pue stos para una hectáre a de
terreno, y en francos franceses (F) .

3 . 1 . 1 . Arranque de la viña p recedente

- v i ñ as en vaso: arranque só l o en la exp lotación 900 F


- v i ñ as e m pa l i z ad as : e l arran q ue de l a v i ñ a v a prec e d i d o de u n a p o da a
m u erte , de l a retirada de los alambres de hierro y del arranque de los postes,
el conj u nto representa un montante de :
• arranque de cepas en la exp lotación (2 h a 450 F) 900 F
• recog i da de postes, h i los de hi erro y cepas (80 h a 55 F) 4.400 F
• mecan i zac i ón (25 h a 1 40 F) 3 .500 F

3 . 1 . 2 . Desinfección del suelo

- preparación del terre no antes de l a desi nfección 250 F


- productos: Te lone II, D orlone II o DD92 ( 500 1) 1 2 .220 F
- Tem i k (200 kg) 1 7 .350 F
- apl i c ac i ó n : i nyecci ó n b aj o presión por e mpre sa p ara
los productos a b ase de dicloropropeno 1 .200 F
- esparc i m i en to con se m bradora a chorri l lo p ara Te m i k 800 F
- pase d e rod i l lo o d e grada 250 F

3 . 1 . 3 . Saneam iento h íd rico del terreno

- l as z anj as: los gastos dependen de su l on g itud y de su d imensión , los costes


i n d icativos en terreno normal/ 1 00 metros li neales son :
zanj a d e 1 m d e profundidad : 2 . 800 F con tierra sin reti rar
3 .400 F con tierra retirad a
zanj a de 1 ,50 m de profundidad: 4 .400 F con t ierra sin reti rar
6 . 600 F con tierra re tirad a
zanj a de 2 m de p rofu ndidad : 5 . 500 F con tierra sin retirar
8 . 800 F con tierra retirad a
- drenaj e por galería dre n an te reali zada con pala mecánica a 90 c m de profun­
didad, un total de 9 .920 F de l a si guien te m anera:
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 2 27

colocaci ón y acondicionamien to de un colector de d i ám e tro


1 00 m m sobre 80 m de largo a 24 F e l m l 1 .920 F
colocación y acondicionami en to de 1 4 an ten as de diámetro
65 mm rep artidas en espiga ( 400 m a 20 F el m l ) 8.000 F
- dre n aj e por hi lera en drenes desnudos de 50 m m a 1 2 m de
separación con desagüe d i recto a z anj a:
colocaci ón y acondicionam i en to de 850 m a 1 0,50 F/m l 8.925 F
- dre n aj e por h i lera de drenes de PVC de 7 5 m m con revest i m i e n to
de gravas, con sep aración de 7 m , desag üe por colectores, salida
c i mentada y protegida por rej a 5 2 .000 F

3 . 1 . 4 . Abancalam iento y n ivelac ión

- fij ación de l perfi l de los pasi l los y nive l ación (pala + transporte)
(8 h a 3 7 5 F) 3 .000 F
- nivelación con bu ldozer (9 h a 450 F) 4.050 F
- despedregado: 8 h a 1 80 F 1 .440 F

3 . 1 . 5 . Derechos de p lantación ( 1 .700 a 8 .000 F segú n l as regi ones) 6 .200 F

3 . 2 . Montante de gastos de p lantación


S e incluyen aquí los gastos rel ativos a l a preparación del suelo, a l a p lantación y a
la i nstalación del e mp alizarniento así como al cui dado de la viña durante los dos pri­
meros años. El coste horario de la m ano de obra incl uye las cargas sociales y un 1 O %
de aumento a títul o de permi sos pagados. los coste s de las operaciones son evaluados
a p artir de casos concretos, u obtenidos de la lectura de diferentes publicaciones.

3 . 2 . 1 . Trabajos y acondicionam ientos an tes de la plantación

3.2. 1 . 1 . Desfonde

- desfonde con arado ( 1 1 h a 280 F) a 60 c m 3 .080 F


(este montante varía desde 2 . 800 F e n terre no l l ano
hasta 6.300 F en l aderas)
- su bsol ado o ríper 1 .900 F

3.2. 1 .2. A nálisis del suelo

- anál is i s gran u lo métrico 1 10 F


- an ál isi s físi co-q uímico norm al 390 F
- suplemento por o l igoelemento 30 F

3.2. 1 .3. A bonado de fondo orgán ico

- estiércol de bovi n o a 1 60 F/tonelada ( 1 00 a 1 55 F/tm precio de salida según


3
e l tipo de estiércol) o 90 a 1 05 F/m siendo u n p recio medio de la tonel ada
de h umus estable a 1 . 850 F
228 MANUAL DE VITICULTURA

- com post de hece s y oruj os a un precio muy vari able seg ún la duración y el
modo de compostaj e y seg ú n l a región ( 1 7 F l a tonelada sal ida de fábrica en
Corbieres, 42 F en el Rose l lón, 70 F en el B orde lés) siendo u n p recio medio
de la tone l ada de humus esta ble a 1 . 200 F
- com post urbano de 29 a 36 F l a tonelada sal i da de fábri c a siendo u n precio
medio de la tonelada de h u m u s estable a 900 F.

3 . 2 . 2 . Trabajos y acondicionam ientos de plantación

3.2.2. 1 . Plantas

Los p recios de l as p lantas son muy sen si bles a la demanda del mercado de
m adera y p l an tas de v i ñ a, que está suj eta a la coyu ntura del m ercado del v i no y a
l as medi d as reg lame ntari as e n m arcadas en la U n ión Euro pea. Estos precios son
diferentes seg ú n l as regiones de producción. A los precios i ndicativos es preciso
añadir una tasa p arafi sca l destin ad a a l fi nanciamiento del ENTAV (0,05 F p ara una
pl anta-injerto y 0,0 1 6 F para un barbado) .
- p lantas- inj erto tradicionales a raíz desnuda
(región L an g uedoc -Rousi l lon, Provenza
Valle de l Ródano, S u r-Oeste, B orde lés
Valle del Loira, Cognac) 4a6F
- p l an tas-inj erto e n otras reg iones 5 a8F
- p lantas-i nj erto e n potes 6a9F
- p l an tas en barbado 2 ,2 a 2 ,9 F

3.2.2.2. Necesidades de mano de obra para las operaciones de plantación


man ual (para 1 000 cepas)

- trazado , m arc ado , empiquetado 1 5 a 30 h/ 1 .000


- p lan tación : barbados 50 a 60 h/ 1 .000
p lantas-injerto a raíz desnuda 30 a 40 h/ 1 .000
p lantas- i nj erto e n potes 45 a 65 h/ 1 .000
- ri ego después de plan tació n :
p lantas- injerto a raíz desnuda 1 2 h/ 1 .000
p l an tas- i nj erto en potes 3 2 h/ 1 .000
- aporcado de barbados 20 h/ 1 .000
Para l os b arbado s, es preci so añad i r 3 m i nu tos/p l an t a par el i nj erto al año
siguiente, o sea 250 horas p ara una p lantación de 5 .000 p l antas/h a.

3.2.2.3. Cubierta plástica

550 metros de longitud, 1 , 1 O m de ancho 5 . 800 F

3 . 2 . 3 . Gastos de em pal izam iento

S u poniendo u n a parcela cu adrada de 1 00 m de lado, pl antada a 1 ,5 m por 1 m ,


o se a 6 . 666 cepas/ha, con u n empal i zamiento d e u n alam bre portador e n hierro g a l ­
v an i zado de 1 6 ( 2 4 m/kg) y d o s elevadores de 1 4 (35 m /kg), e l coste del e m paliza­
miento es el sigui ente:
ESTABLECIMIENTO DEL VIÑEDO 2 29

1 alam bre de 1 6 (66 fi las x 1 00 m/fi l a x 1 h i lo) / 24 m /kg 275 kg


= =

2 alam bre s de 1 4 = (66 fi l a s x 1 00 m/fi l a x 2 hi los) / 35 m/kg = 377 kg


o sea 652 kg de alam bre de hierro galvan i z ado ( a 4,80 F/kg), 1 386 postes ( 2 1 por
fi la a 1 3 F por u n i d ad ) y 1 32 m achones de hélice (a 9 F) . La co locación del e m pa­
l i z a miento necesita 40 a 5 5 h/h a para los postes, 45 a 60 h/ha p ara los alam bres y
1 2 a 1 8 h/h a para los anc l aj es, o sea un total de m ano de obra de 60 a 1 20 h/h a
segú n las p l antac iones y la org an ización del trabaj o .

3.3. Coste de p lantación de una hectárea de viña


L o s gastos a tener e n c uenta referen te s a la preparación d e l terreno, el acondi­
cionami ento de l suelo , la p l antac ión propi amente d icha y e l c u idado de l a p l an ta­
ción durante los dos pri meros años. A lgunas i ndicaciones han sido hechas prev i a­
m e n te en lo referente a l os g asto s de preparación d e l terre n o . Estos son m u y
vari ables segú n la n aturaleza del terreno, s u e stado, y e l p recedente c u ltura l . Estos
gastos, que p ueden ser i mportan tes, deben reflexionarse en cuan to a su uti l id ad y a
l as consecuencias fi nanci eras de estas i nversiones.

3 . 3 . 1 . Tabla de amortización

S egún l a normativa de 16 de octu bre de 1 984 (aún en v i gor), los gastos li gados
a l as p l antaciones de v i ña son c lasifi cados en tres c ategorías segú n la durac ión de
amorti zación :
- gastos a a morti zar en 25 años: com pras de p l an tas, gastos de p reparación de
fondo ( n i velación, terraz as, desfonde) y gastos de p l antac ión propi am en te
d i chos;
- g astos a amortizar e n 1 0 años: compras de postes, de m arcadores, de alam­
bre s de h i erro, de anc l ajes, drenaj e y gastos de m ano de obra y de trabajos
mecán i cos l i g ados a l trazado , m arcado, e mp i quetado y la co locación del
empalizami en to ;
- otros gastos son amortizados en 1 2 años.

3 . 3 . 2 . Ejem plo de coste de plantación (ca rgas d i rectas sin im puestos)

3.3.2. 1 . Características de la viña

P l antac ión a 1 50 c m x 1 1 0 c m
N ú mero de cepas = 5 .460
P l an tas- i njerto tradic ionales
E mpalizami en to a 4 alam bres

3.3.2.2. In versiones del primer año

Suministros
E stiércol 4 5 tone l adas a 1 45 F 6 . 5 2 5 ,00
Ferti lizante 2 ,2 ton e l adas a 246 F/ 1 00 kg 5 .4 1 2 ,00
Plantas 5 .460 a 5,25 F 28.665 ,00
M arcadores ( 1 m ) 5 .460 a 2, 1 0 1 1 .466,00
230 MANUAL D E VITICULTURA

Fungici das 720,00


Varios 500,00
Man o de obra
M arcado ( 1 3 5 h a 60 F) 8. 1 00 ,00
P l antación (245 h a 60 F) 1 4. 700 ,00
Cuidado de la p lantación (220 h a 60 F) 1 3 .200 ,00
Trac ción y material
P l antac ión 28 h a 95 F 2 .660,00
Cuidado 42 h a 95 F 3.990,00
Trabajos contratados (desfo nde) 4.850 ,00
Total g astos del pri mer año 1 00.788,00

3.3.2.3. Inversiones del segun do año


Suministros
A lam bre de hierro (97 5 kg a 4,80 F ) 4.680,00
Poste s de 1 ,65 m ( 1 .365 a 1 2 , 1 0 F ) 1 6.5 1 6,50
Anclajes ( 1 50 a 1 2,30 F ) 1 . 845 ,00
P l antas de reposición ( 1 1 0 a 5 ,25 F ) 5 7 7 ,50
Fe rti l izante 420 ,00
Productos de tratamie ntos 920 ,00
Varios 500 ,00
Man o de obra
Empalizami e n to (70 h a 60 F) 4. 200,00
Cuidado de la p l antación ( 280 h a 60 F) 1 6. 800 ,00
Trac ción y material para mantenimiento (65 h a 95 F) 6. 1 75 ,00
Tota l g astos del seg undo año 47.954,00
TOTAL GENERA L 1 48.742 Francos

Tab l a 5
Costes de establecimiento de una hectárea de viñedo en diferentes regiones vitícolas (1 997)

Sistema de conducción Champaña Bordelés Cognac Midi

Densidad 8350 5000 3 300 3600


Poda Chablis Guyot Arqueado Cordón
Empalizamiento 3 n iveles 3 niveles 4 niveles 3 niveles

Sumjnistros 85750 65700 48750 43500


plantas 4 1 7 50 25500 1 6900 1 8000
empalizamiento 32500 28600 23500 1 5400
varios 1 1 500 1 1 600 8350 1 0 1 00
Trabajos contratados 1 5000 1 4500 7 500 1 5000
M ano de obra 64300 52000 42900 29200
Tracción y material 1 7400 1 5 800 1 3700 9 1 50

Total general (sin impuestos) 1 82450 1 48000 1 1 2850 96850


A. Reynier
T ERC ERA PART E

Conducción del viñedo

1. Fu ndamento y práctica del mantenimiento del suelo

2. Planificar y llevar a cabo la fertilización

3. Razonar y practicar la poda

4. Razonar y realizar las operaciones en verde

S. Fu ndamento y organizació n de la recolección


CAPÍTULO 1

F UNDAMENTO Y PRÁCTICA
D E L MANTENIMIENTO D E L SU E LO

1 . Labo reo

2. Escarda q u ím ica

3. Cubierta vegetal

E l manten i m ie nto del sue lo tiene como o bjetivo pri ncipal conseg u ir u n as co ndi­
ciones favora b les para el desarrol lo de l a v i d actuando so bre :
- las propiedades físico-quím i cas y e l rég i me n hídrico de los suelos;
- el desarro l l o de las m a l as h i erbas durante el periodo vegetativo, con el fi n de
ate n u ar los ri esgos de heladas pri m averales y de l i m i tar la com petenci a por
la a l i mentac ión h ídrica y m i neral q ue m antienen fre nte la vid.
Durante m ucho ti e m po este o bj etivo se ha conseg u i do ú n i camente medi ante el
l aboreo, pero desde h ace vari os años, se h an desarro l l ado otras técn i c as de m an te ­
n i m i ento d el sue l o : la e scard a qu í m ic a y la c u b ierta vegetal .
D urante los ú ltimos treinta años, el atractivo de los herbi c i d as por parte de los
v i ti cultores se ha de bido pri nci pal m ente a:
• la red ucción de las horas de trabaj o de esta técnic a en rel ación al la boreo;
• la aparición de productos efi cace s;
• la puesta a punto de prog ram as de actuac ión;
• el desarro l l o de l a mecan i z ac ión de la vend i m i a ya q ue exige una buena con­
si sten c i a del suelo.
Pero ta m b i é n , esta técn i c a ha encon trado sus l i m i taci o nes e n e l desarro l l o
de m a l as h i erbas re si sten tes a l o s herb i c i d as y en la cre c i e n te nec esi d ad de pro­
tec c i ó n d el m e d i o am b i e n t e . Por otra p arte , l a b ú sq ue da de un m ej or contro l
d e l rend i m i e nto de las v i ñ as m u y v i goro sas y de u n a m ayor c a l i d ad de l a uva,
h a ori en tado a los v i ti c u l to re s h ac i a e l de sarro l l o de o tra té c n i c a , l a c u b i erta
2 34 MANUAL DE VITICULTURA

vegeta l . Actu al m e n te , los v i ti c u l tore s d i sponen de estas tre s téc n i c as que ll evan
a c a bo si m u l t án e am e n te e n su ex p l o taci ó n y, a veces, i n c l u so en l a m i s m a p ar­
cela.

1 . LABOREO

1 . 1 . Objetivo

El m an ten i m i ento de los suelos vi tícolas medi ante laboreo es u n a práctic a m uy


anti g u a que tiene por o bjeto:
- mejorar las propiedades físi cas, químicas y biológicas del sue l o ;
- favorecer el desarrollo de la v i ñ a ;
- destrui r l as m a l as hi erbas y a n u merosos parási tos.

1 . 2 . Efectos del laboreo tradicional

1 . 2 . 1 . E fectos favorab l es

1 .2. 1 . 1 . Sobre las propiedades del suelo

• mejora la estructura al m u l l i r e l suelo apel m az ado: fraccio na y expone l as


p artíc u l as de tierra a los procesos a l ternan tes de humectación y desecación
( l luv i a, so l , hielo);
• reg u l a el rég i men hídrico de l sue lo, favoreciendo l a evacuación del exceso de
agu a de l l uvi a y ta m bién fac i l i tando la i nfi l tración para consti tuir l as reser­
vas en profundidad ;
• aire a el suelo con l a consigui ente evolución d e la m ateri a orgán ica;
• enti erra las e n m i endas y los ferti l i zantes.

1 .2 . 1 .2. Sobre el desarrollo de la vid

• establecimiento del sistem a radi c u l ar en profundidad: l a destrucción de raí­


ces superficiales perm i te la pen etración de o tras en profundidad, lo que es
favorab le para u n a buen a reg u l ación de la ali mentaci ón h ídric a de la v i d ,
p arti c u l armente los a ñ o s de secos ( 1 9 76, 1 990).
• pro tección del c u e l l o co n tra l o s g randes fríos, med i an te aporcado de las
cepas ( heladas i nvern ales por de bajo de - 1 5 a - 1 8 ºC);
• e l i m i n ación de los daños ej ercidos por l as malas hierbas a l enterrarl as o cor­
tarlas.
• red ucción del ri esgo de con tam i n ación por e n terrado de l inóc u l o (mi ldi u ,
b l ack -rot) .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 235

Figura 1
Efectos favorables y perjudiciales del laboreo.
Efectos favorables Efectos perjud iciales
Destrucción de malas hierbas. Destrucción de las raíces superficiales.
Acumulación e infiltración del agua. Formación de una suela de labor.
Aireació n , permeabilidad del suelo. Riesgos de clorosis en suelos calizos.
Mullido del suelo. Riesgos de heridas y de propagación de
I nstalación de raíces en profundidad . enfermedades

1 . 2 . 2 . E fectos desfavo ra bles

1 .2.2. 1 . Sobre las propiedades del suelo

posi ble degrad ación de l a estructura del suelo a l trabaj ar, por ej e mplo, u n
suelo m u y h ú medo, por afloramiento d e u n horizonte i n fértil s i s e e mplean
aperos rotativos o, por formación de suela de labor;
e l suelo m u l lido favorece l a erosi ó n , hace d i fíci l el paso de m aq u i n ari a en
algu n as p arcelas tras una l lu v i a o periodo h ú medo y agrava los riesgos de
clorosis;
au mento de l os ri e sgos de seq u ía e n situaciones de déficit hídrico.
236 MANUAL D E VITICULTURA

1 .2.2.2. Sobre el desarrollo de la vid

- muti lación del siste m a radicular superfi c i al y propagación de algunas enfer­


medades y p l ag as del suelo (podred u m bres, ne m atodos, etc . );
- heri das en el tronco (a veces corte total o arran q ue) y penetración del i nó­
culo de algu n as enfermedades de la m adera (yesca, euti piosis, enfermedades
bac teri an as como Agrobac teri u m ) ;
- aumento d e l ri esgo de hel adas pri m averales y d e corri miento si s e J abra e n
período se nsi ble .

1 .2.2.3. Sobre el control de las malas hierbas

- poca persi stencia de los efectos del l aboreo;


- arrastre de se m i l l as a la superficie favorec iendo su germ i n ación ;
- multipli caci ón por d i v i si ón y tran sporte de p l antas v ivaces en e l se nti do de
l a l abor.

1 .3 . Práctica del laboreo del suelo


E l laboreo superfi ci a l con sti tuye tod av ía u n a p ráctica corr ie nte de m an te n i ­
m i e n to del sue l o e n a l g u no s v i ñedos. E l v i ti c u l tor re a l i z a u n a suces ión d e ope­
rac i o n e s c u l turales tales como l as l abore s de aporcado y desaporc ad o , l abore s
poco p rofu n d as y l abores superfi ci ales. Con e l l o i n tenta aprovech ar lo m ej o r
posi b le l o s efecto s favorab l e s de e stas l abore s e l i g i e n d o el ti po y n ú m ero de
i n terve nciones e n fun c i ón de l a é po c a , d e l suelo y d e l estado de desarro l lo de l a
p l anta.
E l laboreo consi ste en so m e te r al suelo a u no s e sfuerzos m o me n táneos con
l a ayuda de los aperos ade c u ados con e l fi n de p asar su estructura de u n e stado
i n ic i a l conocido a un estado fi na l desead o . La c a l i dad de la l abor, re a l izada por
una m áq u i n a , depende de la reg u l ac ió n de l a m i s m a p ero tam b i é n del estado i n i ­
c i a l d e l s u e l o y , pri nc i pa l m e n te , de su co n s i stenci a . Esta consi ste n c i a p uede
defi n irse como la re si ste nc i a q ue ofrece el suelo a la defor m ac i ón y rup tura;
é sta depende :
• en gran medida de la hu medad del suelo: en un suelo dado, cuando la hume­
d ad aumenta por efecto de las prec i p i tac iones, pasamos de una consistenc i a
dura e n un suelo seco , a u n a consi stencia friable, a con t i nuac ión p l ástic a y
por ú l ti mo l íqui da;
• y tam bi én de l a textura del suelo : e n efec to, para una misma humedad , s i
l abramos u n suelo l i m o - arc i l l oso se o b tendrá un horizonte desmi g aj ado
m i en tras que el l aboreo de un sue lo arci U oso, de consi stenci a dura, produci rá
sali da de terrones.
El período d u rante el c u a l se p uede l a brar el suelo varía en fu n c i ó n de su
estabi l i d ad e struc tural y de l a c u an tía de l a s p rec i p i tacio n e s . E n los suelos arc i ­
l l osos o l i m o - arci l l osos, d o n de e ste peri odo p uede s e r corto, h ay q ue prever
u n a m ayor d i sp o n i b i l idad de m aqu i n ar i a u orien tarse h ac i a téc n i ca s de l aboreo
a m ayor velocidad c o m o es el c aso de los apero s p ara u n l a boreo poco pro­
fu n d o .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 237

1 . 3 . 1 . Esquema clásico de l aboreo

1 .3. 1 . 1 . Labor de aporcado en otoño

D espués de la vendi m i a se hace una l abor de aporcado echando tierra sobre e l


c u e l l o de las cepas, q u e quedan a s í cu biertas, protegiéndol as de l o s grandes fríos.
En el centro de la cal le, se fo rm a un surco que si rve para la evacuac ión del ex ceso
de ag ua.
Esta l abor se hac e después de l a vendi m i a y ante s de l as pri meras hel adas,
cuando e l suelo está seco ; m u l l e el suelo compactado por los pase s sucesivos de
maq ui naria pesad a, en p artic u l ar de las vendi miadoras; perm i te enterrar los a bonos
y e n m iendas. En los suelos pesados es preferi ble retrasar la época de esta labor o
u ti lizar otra técnica de m anten i m i ento del sue lo. Fi n a l m en te , en las v i ñ as no e m pa­
l i zadas con gran desarrol l o (por ej e mplo, vasos vigorosos) es dific i l ejecutar e sta
labor de otoño.
L a l abor de aporc ado s e ll eva a cabo c o n un arado v iñero, q ue es un arado m úl ­
t i p le compuesto de un b astidor y do s seri e s de cuerpos de verte deras; l as vertederas
que vol tean haci a la derecha se colocan a la derecha en el bastidor y l as q ue vol­
tean a l a i z q u i erda se ponen a l a izqui erda del m i smo; fi nal mente , un cuerpo doble,

F igura 2
Labor de descalzado (arriba) y labor de aporcado (abajo). C: caballón¡ D: descaballonado¡ R: surco.
238 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 3
Aporcado de la viña.
Arado viñero en posición de aporcado (arriba).
Viña aporcada en otoño (abajo).
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 39

l l am ado cuerpo aporcador, perm i te real izar un surco en el cen tro de la calle. L a
profundidad de esta l abor alcanza los 18 a 20 c m en suelos ligeros y profundos;
puede ser menor e n los suelos arc i l losos y superfi c i ales.

1 .3. 1 .2. La.bor de descalce a final del in vierno

A la sa lida del i nv i erno se h ace una labor de descalce echando la tierra haci a la
calle. L as cepas q uedan desc u b iertas pero q ueda u n a banda de ti erra, a lo largo de
la fi la, l lamad a caballón. É ste ú lti mo e s descalzado en el momento del descaballo­
n ado que se reali z a mecánicamente con unos aperos l lamados descaballonadoras.
E sta l abor de descalce se real i za después de la poda y desde el momento en que
el suelo esté seco, a fi nales de i nv ierno y a vece s a p ri n c ipios de pri mavera en zonas
septentrionales. Perm i te en terrar las malas hierbas ya de sarrol l adas y favorecer l a
aireación, el m u l l ido y e l secado d e ti e rras ench arcadas, faci l i tar la pe netración del
agu a de l l u v i a y e l i m i n ar la vegetación del suelo, lo que l imita e l riesgo de heladas y
las primeras contami n aciones de mildi u . S e l leva a cabo con el arado v iñero, colo­
cando los dos cuerpos de vertederas en posición i nversa y se supri me e l cuerpo
aporcador. S obre el b asti dor se pueden fij ar h acia el exterior descabal l o nadoras
automáticas. La profundidad de esta labor es de 8 a 1 2 cm en las regi ones septen­
tri onales y h asta 1 5 a 20 c m e n el M idi o en sue los ligeros, sensi bles a la sequía.

1 .3. 1 .3. La.bores en primavera y verano

Durante e l período v egetativo de la v i d , el v i ti c u l tor realiza l a bores poco pro­


fundas que perm i ten m u l l i r el suelo y a l isarlo. E stas labores, se comp letan con u n
labo reo superficial q ue perm i te destruir l a s malas hierbas y m an tener una estruc­
tura m u l l i d a en superficie. Estas labores c u lturales l i m itan la ascen sión de agu a
almacenada e n profundidad así como s u evaporación y faci li tan l a i nfi l tración del
ag ua de l l uv i a .
E n mayo s e hace una labor l ige ra (6 a 8 c m e n el norte y 1 5 c m c o m o m áx i m o
en el sur) con el arado v i ñ ero, allanando el sue lo . S e h ace una segunda labor super­
fic i al de ali sado al com ienzo de m adurac i ó n .

1 . 3 . 2 . Renovado interés por las labo res poco p rofu ndas

Los prob l em as encontrados por l a práctica de la escarda q u ím i c a (re sistencia


de l as adventi c i as a las triazi n as, contam i n ación de capas freáticas) h an renovado
el i n terés por el l a boreo . Los v i ticu l tores desean poner en p ráctica téc n icas senci­
l l as y m ás cómodas que el la boreo c lásico.

1 .3.2. 1 . Para el laboreo bajo la línea

E x i sten i n tercepas, con sti tuidos por u n a cuc h i l la l i sa q u e trabaj a hori zontal­
mente ( i n tercep as de B runet, B oi sselet, b in ador i nte rcepas de Egretier, . . . ) o ape ­
ros rotati vo s ( D i scom ati c I I de B o i sse l et) . Los aperos de cuch i l la, genera l m e nte
de acero y d e unos 3 5 -60 c m d e longi tud y 8- 1 0 de anchura trabaj an perpendicu­
l armente a l sentido de avance d e l tractor; las cuch i ll as penetran unos 3 a 6 c m e n
e l sue lo y a veces v a n p rovi stas de deflecto res q ue aseguran un l i gero descabal lo­
nado.
240 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 4
1 . Arado viñero en posición de descalce.
2 . Vibrocultor; 3 . Extirpador; 4 y 5 . Cultivador con dientes rígidos (4) o reja de golondrina (5).
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 241

E l desp l azamiento d e l o s i n tercepas para superar l as cepas y postes, s e reali za


ya se a por si m p le presión y retroceso por e l e m p uje de l a tierra m ientras avanza
(Ti po Actisol), y a se a por u n mecani smo hidráulico, electro-h idráu l i co con efecto
si m p le o doble ( D i scomatic II, Egreti er, B o i sse let, B runet, . . . ) o i nc l u so d i ri g i do
por u n si stema de u l trason idos.
El empleo de los i n tercepas permi te su sti tuir a l as descaballonadoras, o supri ­
m i r el no-cultivo, pero só lo se puede uti li z ar en condiciones secas y cu ando la
banda de tierra b aj o l as cepas no tiene m uchas m a l as h ierbas.

1 .3.2.2. Para el laboreo en la calle

E l v i ti cu l tor puede e leg i r e ntre d i st i n to s materi ales q ue l e permi te n m u l l i r


superfici almente el sue l o , dej arlo l i so y e l i m i n ar las m a l as hierbas:

1 . 3 .2 . 2 . 1 . Aperos de p úas

• Los cultivadores de p úas rígidas , equipados con dientes rectos o curvos, a


menudo reforzados por unos resortes esp i rales, e q u ipados con rej as l i sas o
convexas, reversi bles, perm i ten tanto un trabaj o profundo para descompactar
y dej ar l i so un sue l o tras la vendi m i a y a n tes de la poda co mo se rv i r para
b i n ar (trabaj o superfi c i al ) en p ri m avera y veran o ; a veces el basti dor es
extensi ble p ara adaptarlo a las d i stin tas anchuras de calle.
• Los c u l ti vado re s de d i e n te s fl ex i b le s ( v i brocu l tivadores) , de acero l i so o
esp iralados de acero c arré ( S p i ro v i g ne de E g re ti er) , permi te n u n trabaj o
superfi ci a l ( 6 a 1 5 c m ) a a l ta ve l oc idad para afi nar y destru i r las adventi c i as
jóvenes cuando l as con dic iones lo exij an (pri m avera-verano) .
• Los extirpadores, aperos con dien te s y p ú as triangu l ares, con o sin resortes
e sp i rales de retroce so (tipo Actiso l o B iocu l tor de Gard ) , permi ten la des­
compactación del suelo y pueden su sti tui r, sie m pre q ue se trabaj e en l l ano, al
arado y al cul tivador segú n el t i po de suelo.

1 .3 .2 . 2 . 2 . Los ro tovato r

Los aperos rotativos de ejes horizontales (rotocultor de Kuhn , p o r ej e m p lo) son


i nteresan te s para destru ir la cubie rta vegetal abundan te o para pu lveri z ar la superfi ­
ci e d e l suelo; por otra parte, no deben uti l iz arse m ás q ue en suelo seco y tienen e l
i nconveniente d e mezclar l a s capas de suelo y formar una costra superficial q u e
d i s m i nuye l a i n fi l tración del ag ua.

1 . 3 .2 . 2 . 3 . La g rada de discos

L as p iezas que tra b aj an son u nos d i scos cóncavos, cuyo ángu l o de ataq u e
p uede variar de O a 30º seg ú n e l tipo de apero y de reg l ado, montados sobre dos o
cuatro brazos. Estos aperos van suspendidos o arrastrados y pueden situarse , según
los mode l os, tanto en tractore s zancudos como e n i nterlíneas. Estas gradas de di s­
cos presen tan el riesgo de compactar e l suelo si está húmedo, p u l verizar e n exceso
(evi tar, por tanto, en suelos pesados) y p ropagar l as ad venticias v ivaces fraccio­
nan do los ri zomas.
242 MANUAL DE VITICULTURA

2 . ESCARDA QU Í M I CA

2 . 1 . Objetivo
L a esc arda química tiene por fin alidad la destrucci ó n de las malas h ierbas dis­
minuyendo (escarda química localizada o te m poral ) o supri miendo e l l aboreo ( no­
c u l tivo ) .

2 . 2 . Efectos de la escarda química

2 . 2 . 1 . Efectos favora bles

2.2. 1 . 1 . Sobre las propiedades del suelo


- mejora de la estructura del suelo;
- evo l ución favora b le de la m ateri a orgánica en los horizontes superfici ales;
- aumento de la con si stencia del suelo, lo q u e fac i l i ta l a c irc u lación de la
maq u i n aria para los tratami entos y la reco lecció n ;
- reducción de l a erosión en pendientes moderad as;
- mante n i miento de la v i ñ a en si tuaciones de difíci l acceso a l os apero s mecá-
nicos (re l i eve accidentado, terrazas).

2.2.1 .2. Sobre el desarrollo de la vid


- eli mi n ación de los i n conve n i en te s de l as l abores ( he ri das en el tronco, muti ­
l ación de raíce s, menos cepas arrancadas a ree mplazar);
- colonización por el si stem a radicular de los horizontes superficiales, más
férti les;
- en com paración con las v i ñ as mantenidas medi an te labores, el no-c u l tivo
total i m p lica u n au mento de vigor y a menudo, de la producció n ;
- reducción de l os rie sgos de he ladas primaverales y de clorosis.

2.2.1 .3. Sobre el control de las malas hierbas


- con sigue un suelo li mpio permanente , mientras q ue l as labores de c u l tivo
dej an a veces que se i n stalen las adventicias;
- reduce los riesgos de re siembra y de división de las malas h ierbas que se dan
con las l abore s de c u l tivo o la cubierta vegetal.

2.2.1 .4. Sobre los costes de culti vo


ahorro de 1 5 a 40 h de mano de obra por hectárea seg ún la densidad de plan­
tación y el tipo de v iñedo; el laboreo exige 30 h de trabajo e n el M idi y 45 a
50 h en el oeste, mien tras que la aplicación de herbicidas en no cu ltivo no
exige más de 4 a 5 h;
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 243

N ú mero d e raíces

50 1 00 50

/' s
/

\
--- .
;m- "
"
/ "


/
\ /
/
/
• /
/

\
• •
1
/
1

\ ,. A: No c u ltivo + e l i m i nación de h ierbas.


B . C u b ierta vegetal .
C : Laboreo .

1 10 _ __ _ __ _ __ _ -- _ -- - -- Profu n d idad
l ím ite de o bserv a c i ó n

Profu n d i d ad
cm

Figura 5
Número medio de raíces en función de la profundidad y del modo de mantenimiento del suelo.

- reduce los tiempos de trabaj o en períodos p u n ta y de sobrecarg a de trabajo


(e n i nv ierno y so bre todo en m ayo-j u nio), lo que permite re ali z ar mejor las
i n terve nciones en l a v i ñ a (poda, de spampanado, recogida de vegetación , tra­
tamientos);
- ahorro de 20 a 3 0 h de tracci ó n por hectárea;
- reduce l a potencia de los trac tore s y supri me la m aq u i n aria de para l aboreo .
244 MANlJAL DE VITICULTURA

Tabla 1
Influencia de las distintas técnicas de mantenimiento del suelo en la producción y el vigor
(en un mismo ensayo llevado durante 30 años por el Inra de Burdeos)

Suelo desnudo
Cubierta Vegetal Laboreo
mediante No-cultivo
(A) (B) (C)

Peso medio del racimo (g) 88,3 79,8 90,4


Peso de cosecha (g/ccpa) 1515 1 1 34 1 639
Cosecha (hl/ha) 58,9 44, l 63,7
Grado alcohólico probable 1 2,9 1 3,0 1 3,0
Acidez total (H2SOil) 4,80 4,5 1 4,68
Peso de madera de poda (g/cepa) 40 1 245 300

2.2.2. Efectos desfavorables

2.2.2.1. Sobre las propiedades del suelo


- evacuación más difíci l de las aguas superficiales en terrenos l lanos;
- erosión del sucio en fuertes pendientes con formación de cárcavas y descal-
zado de cepas;
imposibilita el enterrado de l a materia orgánica y de los fertilizantes;
- riesgo de re�i duos en el suelo y en las aguas subterráneas.
.

2.2.2.2. Sobre el desarrollo de la vid


riesgo <le fi totoxici<la<l de la mayor parte de los herhici das, lo que aca­
rrea daños más o menos graves (decol oraciones, deformaciones o que­
maduras fo l iares y a veces l a muerte de las cepas ) y variables segú n l a
naturaleza d e l os herbicidas y l as dos is absorhi das por vía fol i ar o vía
radicular:
- riesgo de franqueamiento si el punto de injerto está enterrado.
- mayor sensibi lidad a las heladas invernales;
- riesgos de contami nación de mi ldiu cuyos huevos <le invierno no son ente-
rrados en el suelo;
- dificul tades en la reposición de marras, que deben ser protegi das en e l
momento de l a aplicación d e los herhicidas.

2.2.2.3. Sobre el control de las malas hierbas


- el empleo de herbicidas exige un buen conocimiento de la flora adventicia,
de l as formas de acción de los herbicidas y un buen empleo del material con­
cebido para este uso;
l a escarda q uímica produce una i nversión de la flora con desarro l l o de
adventicias resistentes a los herbicidas, pri ncipal mente a las triazinas.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 245

2 .3 . N ociones sobre las malas h ierbas


2 . 3. 1 . Defi n ic ión
U n a mal a hierba, to mada en e l sentido a m p l io del término, e s :
- u n a pl an ta adventicia, y a q ue germ i n a sobre u n terreno si n haber s ido se m­
brada en é l ;
- una p lanta perjudicial, ya que es d a ñ i n a p ara e l cu l tivo.
U n a pl anta adventi c i a es, general m e n te, u n a espec ie di sti n ta de la del cul tivo,
pero p uede ser de la m i s m a especie: e s e l caso de las siem bras natura les de pepitas
de vid que aparecen a veces en las v i ñas desyerbad as con herbicidas. Una p l anta
adventi cia puede ser to lerada por el c u ltivo si su pre sencia no e s demasi ado perj u ­
d icial : c aso de la cubierta n atural contro l ada o de la c u bierta artificial. U n a p lanta
adventi cia se convierte e n m ala h ierba cuando su prese nc i a e s i ndeseable y se hace
perj udici al p ara el c u l tivo en el que se desarro l l a.

2 . 3 . 2 . Efectos perjud i c iales d e las ma las hierbas

2.3.2. 1 . Para el desarrollo de la vid


L as mal as hierbas pueden perj udi car el desarro ll o de la v i d :
- A n i vel de l a parte aérea:
• Efecto en el m icroc li m a con sus con secuenci as so bre el riesgo de heladas
y de enfermedade s.
• Efecto e n l a ocupación del e spacio aé reo (caso de l a corregüela q ue trepa
por las cepas) .
- A nivel de l a parte subterránea:
• Efecto por la ocupación de l os horizontes del sue lo : l as p l an tas anuales, y
sobre todo las v i vace s, colonizan los horizontes superfic iales; algunas de
el las e m i ten sustancias nocivas p ara la vid, a nivel de l as radice l as.
• Efecto so bre la absorción del agu a y e l ementos mi nerales: competencia
entre la v i ñ a y las m alas h ierbas.
G lobalmen te , los daños de las m al as h ierbas se mani fie stan por una competen­
cia que perj udica e l desarro l lo aé reo y su bterráneo de la v i d .

2.3.2.2. Daños para la producción


La co m petenc i a e ntre l as m a l as h ierbas y la vid, tiene como consecue ncia :
- a co rto plazo: una reducci ón de la cosecha, u n a modi ficación de l a cali dad
de l as bayas y u n a di sm i n ución del v i gor;
- a medio p lazo : una reducción de la ferti lidad de las yemas y de l a produc­
ción , así como un e nvej eci miento acel e rado de l as cepas.

2 . 3 . 3 . Categorías de las malas hierbas

2.3.3. 1 . Las pla ntas an uales y plantas plurian uales

2 . 3 . 3 . 1 . 1 . Duración del ciclo de desarrollo

L as p lantas anuales se reproducen por semilla y tiene n un c iclo completo de


de sarro l lo (desde la germ i n ación a la p rod ucción de una nueva se m i lla) en una
campaña.
Tahlél 2 1-w

Malas hierbas: clave de determinación de gramíneas de los viñedos O"°I

1 ESTÍPULAS MUY 1; Lígula membranosa Estípulas largas abrazando al tallo. · (Lolium mult{norum Lmk.)
MARCADAS mediana Base de los tallos a menudo enrojecida.
Hojas glabras, brillantes, enrolladas en l a base.
Espiga simple, espiguillas insertas a lo largo del eje del raquis.

Lígula membranosa Planta vivaz con rizomas rastreros a escasa profundidad. (Agropyrum repens P.B . )
corta, truncada Hojas glabras. gruesas con nervios anchos y prominentes.
1 Espiga larga y aplastada, espiguillas alternas y dispuestas sobre el eje del raquis.

Planta vivaz con sistema subterráneo desarrollado (rizomas) y parte aérea rastrera (estolones). ( Cynodon dactilon Pers.)
Hojas superpuestas sobre un plano� limbo corto terminado en punta. más o menos vellosa.
Panícula digitada marrón violácea, formada por 3 a 9 espigsas que parten del mismo punto.
Lígula ciliada
Planta anual sin rizoma. (Setaria viridis (L.) Beauv. )
Hojas glabras lanceoladas y aplastadas.
Espiga cilíndrica corta con sedas erizadas verdes y rojizas.

Sin l ígula Planta anual o bianual de porte erguido. tallo con sección oval. (Eclzinoclzloa crus Galli
SIN ESTÍPULAS Hojas anchas onduladas y glabras. lL) Beauv.)
Panícula formada por varias espigas reunidas en racimo. 1
Espiguillas vellosas con espinas erizadas.

Planta anual de porte semierguido. raíces fibrosas. (Digitaria sanguina/is \L.)


Hojas muy vellosas a menudo rojizas, lígula corta dentada. Scop.) 3:::
;¡;:..
Forma una panícula que recuerda los dedos de la mano. z
Espigui llas alargadas. finas a menudo violáceas. e
;¡;:..
r
Lígula membranosa Planta vivaz con grandes rizomas. tallo en roseta. CAÑOTA ti
tTl
corta Hojas planas con limbo ancho con nerviadura central blanca. (Sorghum halepense (L. )
<
Lígula no dentada, gran panícula ramificada. piramidal. con numerosas espiguillas. Pers
ñ
Planta anual de pequeño tamaño. POA e

Hojas glabras. plegadas en su base, terminadas en espátula. (Poa amrua L . ) e


,...;
Pequeña panícula. :;:::;
;¡;:..
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 247

Las p lan tas b ienales tienen un ciclo de desarro l lo q ue se c u mp l e en dos ciclos


vegetativos. Form an una roseta de hoj as el pri mer año y forman sus órg anos re pro­
ductores a lo largo del seg undo año . Se reprod ucen únicamente por semillas.
Las p lantas p lu rian uales posee n órganos vegetativos de conservación (rizo­
m as , hij uelos, b u l bos, tubérc u l os , e tc . ) que les permi ten de sarro l l arse d urante
varios c iclos vegetati vos.

2 . 3 . 3 . 1 . 2 . Épocas de germ inación


L as sem i l l as de las difere ntes e speci es vegetales no tienen las mi smas exigen­
c i as térmi cas, lo que explica que algunas germ i ne n e n otoño-invierno, otras e n pri­
mavera y fi n almente un c ierto n úmero de ellas en verano. Se p ueden establecer
varios grupos de se m i l las seg ún sus exigencias térmicas (M ontegut, 1 9 83 ) :
E species q ue germ i nan fác i l e i ndifere n temente en tre O y 3 5 º C , sin dorm i ­
c i ó n n i i nh i bición .
E species sin dormición n i i nh i bici ó n , pero cuya germi n ación depende de la
te mperatura ; algu n as germ i n an mejor con frío, entre O y 1 0 ºC de octu bre a
abri l , mientras q ue otras germinan mej or con calor y luz, entre 1 5 y 35 ºC de
mayo a septiem bre .
- E species que ti e n e n u n a dormición o una i n h i bición antes de l a germinación
debido a condiciones c l i m áti cas parti c u l ares.

2.3.3.2. Las plantas vivaces


S e dice que una p l an t a es v iv az cuando tiene c apacidad de regeneración vege­
tativa a partir de yemas su bterráneas. É stas forman un clon de p lantas procedentes
de un ún ico i ndivi duo i n i c i al .

2 . 3 . 3 .2 . 1 . Modo de regeneración
L as plantas vivaces aseguran su regeneración a p arti r de e stolones (Ranunculus
arvensis L.), de rizomas (Ag ropyrum repens ( L . ) P. B . , Equisetum spp . ) , de ri zomas
y e stolo nes ( Cynodon dac tilon L . ) , de bu l bos o de bu l b i l los (A llium vin eale L .
Muscari spp . , A llium ampelop rassum L . ) , de tu bérculos, de h ij uelos.

2 . 3 . 3 .2 . 2 . Épocas de desarrollo
L as yemas que tienen los órg anos su b terráneos de las p l an tas vivace s e ntran en
reposo, general men te , e n otoño. L a brotación de las p lantas vivace s se escalona
seg ú n l as especies du rante l os meses de i nvierno, de pri m avera o de verano . A lgu­
n as especie s crecen en i nv i e rno ( Cirsium arvense S copo l i , Agropyrum repen s (L.)
P.B ) ; otras, como l a Convolvulus arvensis, L. aparecen a principio de primavera.
F i n al me n te , se prod ucen nuevas brotaciones duran te el período vegetativo como
consecuencia de las i n tervenciones mecánicas o q u ímicas.

2. 3.4. Características de las ma las h ierbas de los viñedos


2.3.4. 1 . Abundancia y diversidad de adventicias
La c an ti dad y la variedad de se millas (o de yem as en v ivaces) es co nsiderable
en l as v i ñ as que han sido trabaj ad as mecán icamente . L a ocupac ión del suelo por
248 M A N UA L D E VITICULTU R A

Tabla 3
Características para reconocimiento de algunas adventicias dicotiledóneas

Plantas en roseta y después con tallo erguido

Conyza canadiensis L. Planta anual de genninación otoñal o primavera-verano.


Tallo ramificado.
Hojas alternas, enteras, lanceoladas de horde ciliado.
Flores en capítulos, lígulas blanquecinas, numerosos capítulos.
Sonchus asper L. Planta anual, presente todo el año.
Tallo hueco que posee un jugo lechoso.
Hojas alternas abrazadas por su base al tallo, de bordes recortados, con
dientes punzantes, sin peciolo.
Geranium molle L. Planta anual de germinación otoñal o primaveral.
Tallo florífero erguido.
Hojas optestas, orbiculares, palmeoladas, dispuestas en abanico.
Agudas, muy pubescentes.
Flores terminales rosas con 5 pétalos escotados.
Malva sylvestris L. Planta bianual o plurianual, con raíz pivotante de germinación otoñal.
Inverna en estado de roseta y después desarrolla un tallo erguido con
numerosas yemas.
Hojas suborbiculares, palmeoladas con los lóbulos plegados formando un
embudo, marrón rojizo desde el punto peciolar y a lo largo del peciolo.
Stellaria media L . Planta anual que puede germinar todo el año.
Tallo ramificado erguido o tumbado que puede enraizar en los nudos.
Hojas opuestas, enteras,.dípticas tenninadas en un mucrón, peciolo
ciliado, flores pequeñas, blancas y terminales.
Convolvulus arvcnsis L. Planta vivaz con sierpes, rastrera o trepadora.
H�jas alternas, con forma de herradura tenninada en pico.
Flores axilares, corola de blanca a rosa, con forma de embudo.

A. Reynier
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 249

Chenopodium 2 Sonchus 3 Erigeron 4 Geranium


album L. asper L. crispum Pourret molle L.

5 Epilobium 6 Digitaria 7 Senecio 8 Capsela


tetragonum L. sanguinalis (L.) vulgaris L.
Scop.

9 Solanum 1 O Polygonum 1 1 Equisetum 1 2 Cynodon


nig rum L. persicaria L.

Figura 6
Algunas malas hierbas de los viñedos (A. Reynier).
250 MANUAL DE VITICULTURA

Plantas con tallos erguidos

Senecio vulgaris L . Planta anual presente todo el año.


Tallo verde o violáceo.
Hojas alternas, con forma de espátula dentada con bordes ondulados.
Pequeños capítulos terminados con flores amarillas.

Chenopodium a/bum L . Planta anual de primavera-verano.


Tallo alargado al pri ncipio, harinoso sobre todo en la extremidad, borde
anguloso.
Hojas alternas, pecioladas, harinosas de color verde azulado.
Numerosas pequeñas flores verdosas en la cima y en la axila de las
hojas.

Polygonum persicaria L . Planta anual de primavera-verano.


Tallo erguido, ramificado y roj izo.
Hoja alterna , enteras, sin dientes, lanceoladas con una gran m ancha
negra en la mitad.
Estipulas ciliadas y soldadas formando u na v aina membranosa.
Espigas de flores rosadas.

Amaranthus retroflexus L . Planta anual de verano .


Tallo erguido, herbáceo, grueso, pubescente, a menudo rojizo.
Hojas alternas, enteras, ovoides, verdes ceniza, veJJosas por su cara
inferior, peciolo largo.
Flores muy pequeñas, verdosas, reu nidas en espiga densa.

Solanum nigrum L. Planta anual de primavera-verano.


Tallo erguido y robusto.
Hojas enteras o dentadas ligeramente, amplias en la base, cordiformes a
lanceo ladas, en canal, más o menos cubiertas de pelos.
Flores b l ancas reunidas en grupos de 2 ó 3, el fruto es una baya negra.

Epilobium tetragonum L. Tallo erguido cuadrangular.


Hojas enteras, estrechamente lanceoladas cuya base se prolonga sobre el
tallo (recubriéndolo), sin o con peciolo corto, glabras o pubescentes en
los nervios.
Flores rosas en la axila de las hoj as terminales de los tallos y de sus
ramificaciones.

A . Reyn ier
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 251

tan tas adve nticias se ve favoreci da por l a baj a den si dad d e plantac ión del viñedo,
pues dej a una gran superficie desocupada.
La pre senc i a en el viñedo de di stintas especies se explica por la disconti n u i d ad
de la ocupación del sue l o y por la u ti li z ación de técni c as diferentes para el man te­
ni mi ento del mi smo en la fi l a y en l as calles. Por eso , en las calles pro l i feran las
adventi cias an uales, que se desarrollan rápidamen te e ntre cada dos labores, y las
adventi ci as vivaces de ri zomas o de bul bos (o bu l bi l Jos), que se regeneran con c ada
l abor. Por el con trari o, en la lín ea las adventicias p l uri anuales o vivaces, herbáceas
o a veces, leñosas, encuentran condiciones más favorables, ya que ahí el trabaj o
d e l suelo e s m ás difíci l d e realiz ar.
C u an do e l v i ti c u l to r uti l i z a o tras té c n i c as de m a n te n i m i e n to del sue l o , se
encuentra siempre u n a localización prefere nte de los d i ferentes tipos de mal as
hierbas con u n a composición florística de l as poblaciones diferente seg ú n l as téc­
ni c as y regiones.

2.3.4.2. E volución de la flora


L a flora n atural de u n vi ñedo evo l uciona bajo e l efecto de l as vari aciones del
medio y de las i n tervenciones del viticu ltor:
- el medio am biente de las ma las hi erbas se ve modificado por l as vari aciones
cli máticas an uales y estacionari as, pero so bre todo por el modo de imp l an ta­
ción del v iñedo;
- las i n tervenci ones de l os viticultores son las p ri nc i pales c ausas de la evo l u­
ción de l a composición florística de l as malas hi erbas.
E n tre estas i n tervenciones, l a práctic a del no-cultivo total que susti tuye al man-
ten imiento mecánico tradicional ti ene como con secuenci a:
- la d ismi nución de la abu ndanci a de adventici as an uales;
- la aparición de especies n uevas procede n tes del medio circundan te ;
- la evolución de la composición de la flora haci a l as e species p luri anuales y
vivaces;
- la aparición de e speci es resi ste n tes a los herbici das.

2.3.4.3. Resistencia de las adventicias a los h erbicidas


L o s fen ómenos de resiste n c i a se manifi estan p refere n teme nte fren te a l as
materi as activas de pree mergenci a de la familia de las tri azi n as ( si m az ina , terbuti ­
l azi na). L as plantas resi sten tes son fundamentalmente :
• E n tre las d icoti ledóneas: Amaranth u s retroflexus L . , Chenopodium album L . ,
Epilobe tetragonun L . , Conyza canadiensis L . , Sonchus asper L . , Solan un
n igrum L . , Polygonun persicaria L.
• En tre l as gram ín e as: Digitaria san g u in a lis ( L .) S co po l i , Poa ann ua L . y
Setaria viridis (L) P. B .

2 .4. H erbicidas
2 .4. 1 . Modos de acción
Los herbicidas deben aseg urar la destrucción de las malas hierbas si n ser tóxi­
cos para la v id , i n cluso a l cabo de varios años por efecto acumu l ativo o por des-
252 MANUAL DE V ITICULTURA

censo progresivo hacia l as raíces. Algunos herbicidas actúan por vía radicular,
siendo absorbidos por l as radículas de las plantas adventicias; actúan preventiva­
mente y deben apl icarse sobre suelo desnudo. Otras actúan curativamente por vía
foliar sobre l as adventicias ya desarrolladas, por contacto o por sistemia, es decir,
tras la penetración en la p lanta y circulación en la savia.

2.4.2. Herbicidas preventivos o de pre-emergencia


Impiden la emergencia de l as plántulas co rri o consecuencia de ser absorbidos
por l as raíces y se l l aman también herbicidas residuales, persistentes o de posi­
ción. Son poco solubles y permanecen en la capa superficial del suelo, en donde
son degradados o transformados lentamente. S u s efectos se prolongan varios
meses.

2.4.2.1 . Antigramíneas
Orizalina (Suiflan) : presenta una buena selectividad desde el momento de la
p lantación de la viña. Eficaz sobre gramíneas anuales y estivales; actúa sobre cier­
tas dicotiledóneas, incluso resistentes a las triazinas, particularmente eficaz contra
Amaranthus, Chenopodium, Sonchus. Util izada sola, su espectro de acción es i nsu­
ficiente. En caso de flora mixta hay que asociarla con el isoxaben o con una tria­
zina (simazina, terbutil azina) y/o con diurón.
Norflurazon (Zorial): actúa por absorción radicular, muy buena persi stencia,
aunque muy fitotóxica; apl icable a viña de más de 4 años. Actúa contra todas las
gramíneas anuales. Cuando la tasa de arcilla es superior al 1 0- 1 5 % blanquea el
Agropyrum sin destruirlo (blanqueamiento y enanismo).
Butralina (Amex 820), napropamida (Devrinol) y procimidona (Kerb Flo)
se utilizan poco, pues sus efectos son insuficientes e irregul ar es.

2.4.2.2. Antidicotiledóneas
Isoxaben (Rokenyl 50): presenta una excelente selectividad frente a Ja vid de
más de un año. Tiene buena persistencia de acción más allá de la vendimia. Eficaz
contra dicotil idóneas, incluyendo l as resistentes a l as triazinas (Amaranthus, Che­
nopodium, Senecio, Conyza), pero no contra Epilobe, Persicaria y Mercurialis. Su
acción es insuficiente contra gramíneas estivales (Setaria, Digitaria y Poa). Debe
apl icarse antes de mediados de marzo.

2.4.2.3. Antigramíneas y antidicotiledóneas


Diuron: Actúa esencialmente por absorción radicular, pero también penetra en
las plántulas antes del estado fenológico «dos hojas». Es poco soluble y fuerte­
mente adsorbido a la arcil l a y l a materia orgánica; su persistencia de acción es de
cuatro a cinco meses. B uena eficacia contra gramíneas y dicotiledóneas anuales o
bianuales y contra l as resistentes a las triazinas.
Sin embargo, el d iurón tiene una fitotoxicidad i mportante para l a vid por
absorción radicular, sobre todo en suelos arenosos y poco profundos en primaveras
l l uviosas; evitar su empleo en primavera. Los síntomas de fitotoxicidad se mani­
fiestan por una clorosis de los nervios que avanza por el limbo. Dada su poca per-
CONDUCCIÓN DEL V I ÑEDO 253

Tabla 4
Herbicidas de preemergencia

Nombre . Edad mínima


Materia activa Concentración Dosis/ha Toxicidad
comercial de la viña

Herbicidas de preemergencia

Diurón Karmex, 80 p 1 00 D 2.25 kg 4 años Ncl


Dinurex, Novex 2.25 L
Flo
Diurón + Vcgcpron DS 1 65 g/L D 4 años Ncl
Simazina + 80 g/L S 1 0.9 L
Aceite del 360 g/L H
petróleo

Diurón +
Simazina Peral Vigne 250 g/L D 6L 4 años Ncl
250 g/L s
Clcry 330 D + 1 60 S 6L
·····-···· -··········--

Diurón + Fenican 285 g/L D 5L 4 años Xn


Terbutilacina 285 g/L T
Compliss 250 g/L D 5L Xn
250 g/L T
El ron 285 D + 1 85 T 6L

Diurón + Dirimat, Quintet 2 1 4 g/L D 8L 4 años Xn


Oryzali na 243 g/L o

Diurón + Solicam S 40 p 1 00 D 4.5 Kg 4 años Xn


Norl1urazón 40 p 1 00 N

Diurón + Basalte 225 g/L D 5L 4 años Xn


Pendimetalina 250 g/L p
Mclkior 200 g/L D 6L Xn
1 80 g/L P

Dichlohenil Surfassol G 6.75 p 1 00 90 kg 4 años Xn


Cazaron G

Fluxioxazina Pledge 50% 1 .2 kg en 4 años


invierno
0.8 kg en
abril-mayo

lsoxabén Quatuor
Cent 7 500 g/L 2L 1 año Ncl
1 25 g/L 8L

Isoxahén + Sextan Prepack 1 1 1 g/L I 6.75 L 4 años Xi


Simazina 222 g/L S
- - -- - ·-
254 MANUAL D E VITICULTURA

N apropamida Devrinol F lo 450 g/L 9L Desde Nc l


plantación

Oryzalina Surflan 480 g/L 8L 1 año Xn

Oxyfluorfén + Emir 274 g/L 3.5 L 3 años


Propizamida 2 1 4 g/L

Pendi metalina Prowl 400 400 g/L 8L 4 años

Terbutilacina + Axian 334 g/L T 7L 4 años Nc l


terbumetona 1 66 g/L Te

le (poco peligroso); Xi (irritante); Xn (nocivo) A. Reynier

si stenci a, es el que m ás se u ti l i z a en programas fr accionados o secuenciales, como


aplicación com ple m e ntari a e n j un i o -j ul i o a m i tad de dosis . Se comercial i z a en
form a líquida o po lvo moj able, apl icándose a razón de 2,25 kg/ha o L/h a de pro­
ducto comerci al el pri mer afio de emp leo y 1 ,5 kg/h a o L/ha los años sucesivos. S e
recom ienda n o l abrar el suel o tras s u aplicación . E n l a s formulaciones comerci ales
puede encon trarse como materi a activa so l a ( K armex , Din urex , S eduro n , Novex
Flo) o, m ás corri e n temente, asociado a otra m ateri a acti va de pree mergenci a: con
li n u ro n y terbaci lo (Tri so l ) , con terbutil az i n a (Elro n , Compliss) , con O ryzali n a
( D i ri m a ! , Quitet) , con pendi metal i n a ( B asalte).
Simazina: e ste herbicida posee u n a buena eficaci a con tra u n gran n ú mero de
gramín e as y dicoti ledóneas anuales. S u fi totoxici dad potencial es i mp ortante , pero,
a la dosi s recomendada, sólo se m an i fiesta sobre plantas jóvenes en sue los pe rme ­
a b les. Los sín to m as de fi totoxicidad s e man ifiestan p o r u n a m ari l leamiento de l
l i m bo ( blanco amarillen to) de tipo clorótico .
E ste prod ucto consti tuye el herbici da base de los p rogramas de e scard a q u í­
mi ca. L a aparición de ti pos resi ste n tes y los riesgos de conta m i n ación han hecho
que su empleo se haya restrin gi do mucho. Es aco nsej able cambiar reg ularmen te de
materia activa, n o forzar las dosi s y fraccionar las aplicaciones. En las formulacio­
nes comerc i al es, la si mazi n a si empre se asoci a a o tra materi a activa de pree mer­
gencia, el di u rón , por ej e m plo, pero la legislación limita el empleo de si m az in a a
1 .000 g/ha/año y de diurón a 1 . 800 g/ha/año .
Terbu tilazina y terbum etona (Axi an ) : actú a co ntra nu merosas gram íneas y
d icotiledóneas anuales. Presenta u n efecto i n teresante fren te a Convo lvu lus.
Diclobenil ( S urfassol G ) : b astan te vo l áti l y so l u b l e , tiene u n a persiste n c i a
de acción b astante l arg a , qu e frec u e n te m en te p rovoca fi toto x i c i dad e n J a v i d .
C o n v i e n e n o u t i l i z ar l o d e s p u é s d e l d e sb o rr e , n i e n s u e l o s per m e a b l e s . S e
co m ercia l i z a e n for m a de grá n u lo s p ara d i spersarse e n agu a. L a dosi s de e m p leo
es d e 90 kg/ha de prod ucto com erc i a l . Pre se n ta c ierto i n te ré s por de stru i r los
Equ isetum y Po lig o n u m persicaria; tam b i é n actú a con tra un g ran n úmero de
p l antas anu ales y b i an u ales, a s í co m o c o n tra Convolvu lus, Cirs i u m , y A g ropy­
rum y Cyn odon . S u e l evado p recio y su fi totoxici dad l i m i tan su e m p leo . Los
s ín to m as d e fi toto x i c i d ad se m an i fi e stan por u n a c lorosi s m arg i n a l q ue evo l u­
cion a a n ecro si s .
Flu mioxazine ( P ledge ) : herbi c i d a autori z ado a razón de 6 0 0 g de m . a ./ha.
Actúa por contac to produciendo la necros i s de las se m i l l as que e stán germ i n ando.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 255

Larga persistencia. Puede utilizarse en aplicación única o secuenci al a razón de 1 .2


kg/ha a finales del otoño y comienzos del invierno y 0 . 8 kg/ha en abril -mayo. Es
fitotóxico por contacto para la viña por lo que han de tomarse grandes precaucio­
nes durante los tratamientos: tratar viñas de más de 4 años, pues al desborre, las
yemas están a una al tura superior a los 40 cm. Si se hacen aplicaciones en viñas
baj as, realizarlas en noviembre o diciembre lo más tarde. Este herbicida actúa con­
tra gramíneas y dicotiledóneas, anuales y bianuales.
Oxyfluorfen (Emir) : asociado a la propizamida en la especialidad comercial
Emir, es u n herbicida fol i ar de preemergenci a que actúa por contacto en el
momento de la germinación de las adventicias. Apl icado a comienzo del i nvierno,
el oxyfluorfen es eficaz contra las dicotiledóneas mientras que la propizamida es
una antigramínea. Esta asociación tiene una buena eficacia contra las gramíneas de
i nvierno (Lolium y Poa annua L.). Es fi totóxico para los órganos aéreos de l a viña.
En los programas de tipo secuencial, es obligado su uso durante el reposo vegeta­
tivo de la vid.

2.4.3. Herbicidas de postemergencia


Actúan, por absorción foliar, sobre malas hierbas ya desarrolladas. No son
selectivos de la vid y son fi totóxicos si tocan las hojas de la planta. Se emplean
para destruir una flora adventicia ya desarrollada. En no-cultivo, intervienen como
complementarios de los herbicidas de preemergencia a finales del invierno, para
l iberar el suelo de la vegetación adventicia y después, a lo l argo de la estación,
para controlar el desarrollo de las plantas vivaces. En la técnica de cubierta natural
controlada, aseguran solos el mantenimiento del suelo frente a las adventicias .
L a forma d e acción d e estos herbicidas e s d e dos tipos:
acción herbicida por contacto: sólo se destruyen los órganos herbáceos toca­
dos por el herbicida. Esta acción es localizada y temporal ;
acción sistémica: l a materia activa absorbida por las hoj as migra por toda la
planta y la destruye totalmente; esta acción es progresiva, pero es más rápida
cuando l a plan ta tratada está en plena vegetación.

2.4.3.1. Herbicidas de contacto de postemergencia


Queman la vegetación herbácea mediante la pulverización, pero no tienen nin­
gún efecto sobre l as partes leñosas : son frenantes. Su acción es de corta duración,
ya que l as malas hierbas rebrotan a partir de l as reservas acumuladas en el sistema
radicular. Es pues necesario hacer varios tratamientos a l o l argo de una campaña.
Dicuat (Reglone) y Paracuat (Speeder, Call i quat 40 . . . ): estos dos herbicidas
de contacto pertenecen a la misma fami l ia química de los dipiridilos. Son activos
en presencia de la luz sobre todos los vegetales con clorofila y se degradan en
contacto con el suelo. Son muy tóxicos para el hombre y deben manejarse con
precaución .
Actúan sobre numerosas dicotiledóneas anuales o vivaces. Su acción es insufi­
ciente sobre Allium, Equisetum, Aristolochium, Hedera y Sedum. La eficacia del
paracuat es buena sobre las gramíneas, mientras que la del dicuat es insuficiente.
Se emplean a la dosis de 4 a 1 2 L/ha de producto comercial según l as formulacio­
nes, preferentemente en tiempo cálido; dicuat y paracuat están asociados en el
Gramoxone Plus.
256 MANUAL D E VITICULTURA

Glufosinato de am on io ( B asta F l ) : actúa sobre el conj u n to de la flora tanto


anual como v ivaz no l eñosa, i ncluyendo l as especies difíci les de destru i r como
Equ isetum, Poten tilla. Se uti l i z a solo o e n asoci ación con u no de acción radicular
en prim avera y en veran o .

2.4.3.2. Herbicidas sistémicos de postemergencia

Absorbidos por las hoj as, y a veces por l as raíces, son capaces de ser tran sporta­
dos por la sav ia y destruir a distancia el conj unto de órganos de las malas h ierbas.
Por ello p ueden de struir l as raíces y los órganos v ivaces de l as plantas perennes
(rizo mas, bu lbi l l os, ... ) . S u eficacia aumenta con la i n tensidad de la circulación de la
savia y se manifiesta al cabo de algunos días o de alg u nas sem anas. Estos herbicidas
no son selectivos y deben u tilizarse con precaución (evi tar proyecciones sobre l a
vegetación d e la v i ñ a y preferentemen te s i n l l uvia en las 1 0 a 2 4 horas si guientes) .
A m in otriazol + tiocian ato de amonio ( Weedazol TL, Radaxon e TL, . . . ) :
absorbi do por las hoj as, el ami n otri azol bloquea la síntesi s de clorofi l a, lo cual
i mp l ica e l b l an q ueami e n to de las hoj as. Este herbicida es tran sportado por la savia,
pero su acción e s lenta. E s eficaz sobre l a m ayor parte de l as adventic ias anuales o
v ivaces. S e uti l iza so bre todo en i nv ierno p ara destru ir las malas hierbas en creci ­
miento. A l g un as de e l las son m á s sen si bles en determ i n adas épocas:
- l as z arzas y gram as en otoño ;
- el ajo de las v i ñas en diciem bre-enero;
- el ray-grass a fin a l del otoño y pri ncipio del i nvierno .
S u persi stencia en el sue lo es de cuatro a ci nco se man as, lo q ue exp l i ca su efi ­
cacia sobre l as plan tas j óvenes que p rovienen de se millas en germi n ación. Al ser
so l uble en agu a puede ser fi totóxico en sue los muy permeables. La dosi s de u ti li­
z ación es de 1 2 a 1 8 L/ha de u n a e speci ali dad q ue con tie ne 240 g/L de m . a. Si se
añade u n moj ante ( aceite de petróleo) se puede reducir la dosis .
Glifosato : absorbi do po r v ía foli ar, el glifosato migra y actúa rápidamen te , con
buen tiempo, so bre las adventicias en vegetación acti va. E s muy eficaz sobre l a
casi totalidad de adventici as, i ncluidas l a grama y la corregüela. S e util i z a sobre
todo con tra las pl antas v ivaces a una dosi s de 2 . 200 a 4.300 g de materia activa/ha
y a 1 200 g/L con tra l as an uales.
E s poco sol u b le e n ag ua y queda i nactivado en contacto con el suelo. No per­
si ste, p or tanto, en el suelo y no es absorbido por las raíces. Se p re senta en formu­
l aciones comerci ales con di sti n ta con ce n tración : R oundup y Roundup B i oforce
(360 g/L ) , Roundup Geoforce (42% ) i ncluyendo un activador, i n teresante sobre
todo a fi nal de la pri m avera o en veran o con tra l as v ivaces en creci miento activo,
B uggy (240 g/L) y Azural AT ( 1 20 g/L) p ara emplearse a fi na l del i nvi erno . El
roundup no es se lectivo y produce gran des daños a l a vid si es absorbido por sus
hoj as: achaparramiento de la vegetación con hoj as abullo nadas y de forma anormal
y mortalidad de l as cepas más afectadas.
Sulfosato (O urugan , S upra! , R adi an ) : actúa sobre adven tic i as anuales y v iva­
ces, fundamentalmente so bre plantas con rizomas (grama, cardos) , con gran poder
de mi gración asce ndente y descen dente , con actividad herbicida alta a baj a dosi s.
S e pre senta con di sti ntas con ce n traciones: Ourugan posee 480 g/L , se e mplea a
dosi s de 2-6 L/ha añ adiendo un moj an te ( l L /ha), S upral y R adian poseen 1 60 g/L ,
se emplean a dosi s de 1 .500 g/h a de m . a. contra las anuales y de 3 .000 a 4 .500 g/ha
con tra v ivaces, sin añadir moj an te .
CON DUCC IÓN DEL VIÑEDO 257

Tabla 5
Herbicidas de postemergencia

Materia
activa
Nombre
comercial
Concentración
Dosis/ha
Anuales
Dosis/ha
Vivaces
Toxicidad n••!OO�
aphcac100

Herbicidas de contacto

Glufosinato Bsta F l 1 50 g/L G L 4L 5L Xn Primavera


de amonio Final EV- 1 50 3L

Paracuat + Gramoxonc I OO g/L P + 6L -


T
Dicuat Plus 50 g/L D
-
Di cual Reglone 200 g/L D 4L T

Paracuat Specdcr I OO g/L P SL T

Numerosos 40 g/L p 20 L T
productos

Herbicidas sistémicos

-
G l ifosato Destroyer l 20 1 20 g/L G 9 a 18 L Ncl Primavera,
fin de
Buggy 240 g/L G 4.5 a 9 L 9L Xi
invierno,
verano

Roundup 360 g/L G 3 a6L 7L Nd Fin de


Bioforcc invierno.
primavera

Roundup 42% G 3 a 6 kg 6 kg Nd
Geoforce

Glifosato + Azural AT 1 20 g/L G 9 a 12 L 15 a 18 L Ncl


surfactante
·-·----

-
Sulfosato Supra!. 1 60 g/L S 9a 18 L Ncl
Radian

Touchdown 640 g/L S 2.5 L 9L


Sulfosato + Ourugan + 480 g/L S 3 a6L 6L Xn
surfactante Oural S + I L + l L

Aminotriazol + Wccdazol TL 240 g/L A 10 a 12 L 15 A 18 1 Xn


tiocianato Radoxone TL + 2 1 5 g/L T
de amonio
··--·-

Aminotriazol Oritlan 1 60 g/L A 12L 1 5-20 Xn


+ Tíocianato 1 43 g/L Ta
de amonio 40 g/L G
+ Glifosato
Glifazolc 1 20 g/L A 12 L 1 5- 1 8 L Xn
1 07 g/L Ta
60 g/L G

Azural Duo 1 20 g/L A 12 L 1 5-20 Xn


1 08 g/L Ta
60 g/L G
-
Paracuat + Giror 40 g/L P lO L T
Aminotriazol l ll ico + 240 g/L A
+ Tiocianato + 250 g/L Tp

Nlc ( poco pdigmsol: Xi ( i rritante); Xn ! nocivol; T ( hixicoJ A. Reynicr


258 MANUAL D E VITICULTURA

Aminotriazol + glifosato (con o sin tiocianato de amonio: Glifazole, Azural


Duo, Oriflam) se emplea a final del i nvierno-primavera

2.4.3.3. Herbicidas sistémicos antigramíneas específicos de postemergencia


Se utiliza a veces como sol ución complementaria contra las gramíneas estiva­
les o en viveros o en plantaciones jóvenes contra l as gramas (Agropyrun y Cyno­
don) y el Sorghum alepensis. En l as regiones meridionales su acción es a menudo
insuficiente, pues no se pueden emplear con mucho calor. Tienen una acción espe­
cífica contra l as monocotiledóneas y se uti l i zan contra l as gramíneas anuales o
vivaces. Los antigramíneas específicos actualmente empleados son el fluazifop­
butyl (Fu s i l ade), sexthoydine (Fervi nal X2), cyclocidine (Stratos), quizalofop
ethyl isómero D (Targa D+ ) . No emplearles en condiciones de mucho calor.

2 .4.4. Asociación de herbicidas de pre y postemergencia


Existen en el comercio productos que contienen una asociación de un herbi­
cida de acción preventiva, absorbido por vía radicular con un herbicida de acción
curativa, absorbido por vía fol iar. Se deben apl icar antes de que la cobertura del
suelo por las adventicias sea muy i mportante, ya q ue la materia activa de preemer­
gencia ha de alcanzar el suelo, pero siempre antes de que estas últi mas emerj an,
para tener una eficacia completa (tabla 6).
Terbutilazina + aminotriazol (Carazol): la acción de pre-emergencía está ase­
gurada por la terbutil azina, que es una materia activa próxima a la simazina, y la
acción de post-emergencia la asegura el ami notriazol . Sobre todo u ti l i zada en
acc ión complementaria o de apl icación tardía. Este producto se puede emplear en
viñas jóvenes a partir de dos años.
Flazasulfuron (SL 160): herbicida de preemergencia y postemergencia, actúa
por absoción radicular y foliar contra gramíneas y dicotiledóneas, a excepción de
Solanum nigrum L. y Veronica sp. En preemergencia, su buena persi stenci a per­
mite controlar l as adventicias durante todo el ciclo vegetativo de la vid. En poste­
mergencia, ha de apl icarse cuando las plantas son jóvenes. Es un herbicida selec­
tivo para viña mayor de cuatro años. En presencia de adventicias ya desarrolladaJ:,
mezclar 50 g de fluzasul furon con un herbicida sistémico foliar a base de glifosato
(Azural) o de sulfosato (Supral).

2 . 5 . Práctica de la escarda química

2 .5 . 1 . ¿Cómo razonar la escarda química?


Para la puesta a punto de un programa herbicida, es requisito indispensable un
buen conocimiento de l as malas hierbas y del modo de acción de los herbicidas .
Primero hay que determi nar cuál es la flora del viñedo en l as distinta épocas,
seguir su evolución y saber cuál es la mejor época para intervenir con tal o cual
herbicida. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta el estado de la viña (cuidado
con las fitotoxicidades por vía radicular en viñas jóvenes y en toda las viñas por
vía foliar) y la naturaleza del suelo (riesgos de acumulación o de l ixiviación de
residuos). Por ú ltimo, el programa debe ser real izable (hacer un cronograma de lo
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 259

Tabla 6
Herbicidas de pre y postemergencia

Dosis/ha de
Materia activa Nombre Concentración producto Edad mínima Toxicidad
comercial comercial de la viña

Terbutilacina Carazol 200 g/L T 15 L 2 años Xn


+ Aminotriazol 200 g/L A
+ Tiocianato 1 80 g/L Ta
de amonio

Terbuti lacina Prius 3 1 2 g/L T 10 L 2 años Xn


+ Glifosato 1 2 5 g/L G

Si mazina B aral 1 25 g/L S 8L 4 años Xi


+ Diurón 1 87 g/L D
+ Glufosinato 1 00 g/L G

Terbuti lacina M ascotte 235 g/L T 6.5 L 4 años Xn


+ D iurón + 2 1 2 g/L D
Glifosato 1 50 g/L G

Isoxabán + Taurus 55 g/L I 18 L 1 año Xn


Aminotriazol + 200 g/L A
Tiocianato
de amonio

Aminotriazol + Amigo 200 g/L A 15 L 4 años Xn


Di urón + 1 00 g/L D
Tiocianato 1 80 g/L Ta
de amonio

Di urón + Cliron GD 1 25 g/L D 12 L 4 años


Glifosato 1 00 g/L G

Fl azasulfurón SL 1 60 50 g/ha de 4 años


materia activa

trabajos de todo el año y materi al necesario) y dar resp uesta a ciertas exigencias
económicas.

2 . 5 . 2 . Puesta en práctica
E l éxito de la escarda q uímica en suelo desnudo se basa en vari as reg las:
- Dejar el suelo llano antes del i nv ierno evi tando los terrones y hoyos.
- Eleg ir los herb icidas en fu nción de la flora, del ti po de suelo y de la edad del
viñedo.
- Aplicar los tratamien tos en la época más favorable.
- A lternar los p rogramas de escarda química.
2 60 MANUAL DE VITICULTURA

Tabla 7
Flora adventicia del viñedo y elección de los herbicidas

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Herbicidas de preemergencia Herbicidas de postemergencia

Amarantus sp. (Amaranto) ++ ++ ++ ++ + + ++ ++ ++


Chenopodium sp . (Cenizo) ++ ++ ++ + ++ + ++ ++ ++ ++
Conyza sp. (Erigeron) + ++ ++ + ++ ++ ++ ++ ++
Galium spp. (Amor del hortelano) ++ + + ++ + ++ ++ ++
Sonchus sp. (Lechecino) ++ ++ ++ + ++ ++ ++ ++ ++ ++
Solanum sp.(Tomatito) + ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++
Stellaria sp. (Hierba pajarera) ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++
Polygonum sp. (Hierba pejiguera) ++ + ++ + + ++ ++
Senecio sp. (Hierba cana) ++ ++ ++ + ++ ++ ++ ++ ++

Gramíneas estivales
(panizo, setaria, digitaria)

Allium sp. (Ajo de l as viñas) + ++ + +


Epilobum sp . (Adelfilla) ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++
Convolvulus sp. (Corregüela) + + ++ ++
Malva sp. (Malva) + + + +
Muscari sp. (Guitarrero) + + +
Potentilla sp. (Poten ti lla) + + +
Equisetum sp. (Cola de caballo) + + +
Rumex sp. (Acedera) ++ ++ ++ + + ++ ++
Rubus sp. (Zarzas) + + +
Sedum sp. (Siempreviva) + + + +

- Realizar una p ulverización de calidad, con un aparato en bue n estado mecá­


n ico, equipado con boq u i l l as de abani co o de espejo en buen estado y bien
reg ul ad a ( alida con stan te y con tro l de la presión).

2 . 5 . 3 . Fu ndamento de los programas para aplicación de herb icidas


Al i n i ci o del no-c u l tivo, la escard a q u ímica consi stía en ap licar un herbicida
de pree merge nci a ( l a si mazi n a) sobre suelo l i m p i o , asoci ado o no a un herbicida
de p ostemergenci a al fi n al del invierno so bre suelo cubierto , y con trol ar, a conti­
n uac i ó n , las m al as h i erbas medi ante una i n terve nción co mp l e m e n tari a con u n
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 261

herbicida d e po ste mergenci a , prin cipalmente contra l a s vivaces. L o s fenóm enos


de i nversión de la flora, la re sistencia a l as triaz i n as y la protección del medio
ambien te , conduj eron a reducir e l e m p leo de la sim az i n a y del d i u ró n como herbi­
ci das de preemergen c i a , lo que ha l levado a efectuar aportes fracci o n ados y a
replantear los programas h erbi c i das poniendo en práctic a l a alte rn anc ia de pro­
g ra mas.
A tendie ndo a los di sti n tos tipos de sue lo, c l i m a y flora adve nticia, pode mos
consi derar di sti n tas estrateg i as basadas en los modos de ap lic ación de los herbici­
das de preemergenci a.

2.5.3. 1 . Aplicación ún ica de un herbicida de preemergencia antes del desborre

Este progra ma puede tenerse en cuenta en suelos pesados, arci l losos, con aso­
c i aciones que contengan diu rón o diclobenil ( S urfaso l , por ej e m p lo) y con u n a
posi ble apl icación de postemergencia en verano . S i n embargo , n o es aconsej able
en suelos l igeros y es poco eficaz con tra Amaran th us, Solanum y gramíneas estiva­
les.
Tam bi é n es posi ble una sola aplicación con especi alidades comerci ales que
tengan una buena persi stenc i a ( ori zalina e i soxabén) y caracteri z adas, además, por
u n a buena se lectivi dad. Por el con trari o, c ada una de las materias activas ti ene un
espectro l i m i tado: la o rizalina actú a muy bien contra l as gram ín e as estivales y
ciertas d icotiledóneas (Amaranthus, Chenop odium y Sonchus) mientras que el iso­
xaben es muy eficaz con tra dicoti ledóneas resi stente s a las tri azi n as ( salvo e l Ep i­
lob ium, Mercu rialis y Polygonum) pero poco efic az contra l as gramíneas. S eg ú n la
flora adve n tici a, elegi re mos una u otra de estas materias activas o una mezcla de
am bas. Otra mo léc u l a, el norflu razón ta m bién se puede emp lear pero , su acción es
i n suficien te por sí so la y no es selectivo para la v i d .
Para q u e se an eficaces, l o s herbicidas re siduales deben penetrar e n l o s prime­
ros centímetros de suelo, razón por l a que es necesario efectuar tratamientos con
u n a dosi s de 500 L/ha y en é poca favorab le (al menos si deseam os asoci ar u nos
herbicid as de postemergen c i a) :
- febre ro : Cent 7 , Sextan , S urflan y Zori al ;
- fi nal de m arzo : especiali dades que contengan diurón.
En pre senci a de flora y a desarrollad a a fi n al del invie rn o , h ay que tratar, ade­
más, con u n herbicida de postemergencia de con tacto , p ara u na flora compuesta de
a n u a les, o con un herbi c i da si sté m i co ( g l i fosato, a m i no triazo l ) p ara una fl ora
m i xta de anuales y plurianuales v iv ace s.

2.5.3.2. Aplicación de h erbicidas de preeemergencia en dos aplicaciones

E n p resenci a de u n a flora resi sten te a las tri azinas, y e n p articular Solan u m ,


A m aranthus y gramíneas e stivales, o e n suelos li gero para reducir l o s rie sgos d e
fitotoxicidad , l a esc arda q u ímica se real iza e n dos apl icaciones, u n a antes d e l des­
borre y otra a fin al de m ayo-j un i o , ya se a con la misma materia activa, tratándose
entonces de escarda quím ica fraccionada, ya sea con distintas materias activas,
hablamos entonce s de escarda quím ica secuencial:
Primera aplicación antes de fin al de m arzo con una e spec i ali dad basada en
d iurón o en oxyfluorfén (Emir) o terbuti l ac i n a (Pri u s de terbuti lacina, Prius
7 L o C arazo l 10 L ) o de ori zal i na ( S urfl an 5-8 L ) y, en si tuación de dicoti le-
2 62 MANUAL DE VITICULTURA

febrero marzo abril mayo junio julio agosto

preemergencia
basada en simazina y herbicida de postemergencia
diurón o diclobenil

Cent 7 a 8L
Herbicida de postemergencia
o Ouatuor 2 L o
sistémico
Taurus 1 8L

Diurón Herbicida de
1 200 g/ha postemergencia

Herbicida de
Preemergencia con Preemergencia con
postemergencia sistémico
diurón a diurón a
1 000 g/ha 800 g/ha

Diurón
( Carazol 1 OL ) 1 700 g/ha Herbicida de postemergencia
de contacto o sistémico
Emir a 3.5 L o Diurón
Surflan 6L 1 200 g m . a./ha

Herbicida de Herbicida de
postemergencia postemergencia de Herbicida de postemergencia
sistémico contacto o sistémico de contacto o sistémico
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 263

Tab l a 8
Programas de escarda química

Aplicación única de un herbicida de preemergencia

Programa U l : basado en triazina y diurón


- Adecuado en suelos pesados, sometidos a escarda quím ica desde hace poco tiempo, sin resistencias a las triazi-
nas, en viña de más de 4 años.
- Eficacia insuficiente contra Amarantus retroflexus, Digitaria sanguina, Senecio vulgare y Solanum nigrum L.
- Apl icación antes del desborre.
- Posible asociación con oryzalina contra Amarantus retroflexus, isoxaben contra Senecio vulgare y Erigeron, nor-
flurazón contra Solan.um nigrum.
- Si el suelo está cubierto antes del de borre añadir un herbicida de postemergencia (Weedazol a dosis de 12 L/ha
en presencia de dicotiledóneas, o Azural AT a dosis de 1 0 L/ha).
Programa U2: basado en isoxabén
- Al ternativa po ible a los otro programas herbicida pero de alto coste e i11egularidad de los re ultado pues nece­
sita lluvias tras la apl icac ión, y eficacia reducida en presencia de materia orgánica sobre el suelo.
- Eficacia insuficiente contra .Mercuriahs, Epilobium, Polygonum persicaria, gramíneas. Se puede utilizar desde la
plantación .
- Asociación posible con oryzalina (Surflan) o norflurazón (Zorial) para aumentar el espectro de acción, pero este
último es fitotóxico en viña joven.
- S i el suelo está cubierto en el momento de la aplicación, añadir aminotriazol y mezclar o utilizar Taurus.
- Apl icación precoz de enero a marzo en uelo húmedo y ante de una ll uvia.

Programa U3: basado en diurón a baja dosis (menos de 1 .800 giba)


- Para parcelas poco infestadas por adventicias, para util izar alternando con otros programas herbicidas.
Económico.
- Aplicación tras el desborre contra adventicias poco desarrolladas.

Aplicación fraccionada de herbicidas de preemergencia

- Para suelos arcillosos (superior al 1 5%) es una buena solución pues los inconvenientes (riesgos de fitotoxicidad,
resistencias, residuos) son limitados. En este programa pueden sustituirse las triazinas por dos aplicaciones de diu­
rón, la primera con 1 .000 g/ha de m.a. y la segunda con 800 g/ha. Apl icación antes del desborre en asociación con
oryzalina (Surflan) o l soxabén (Cent 7) o norflurazón (Zorial) para completar las dosis bastante bajas del diurón
y responder al control de u na flora particular.
- Si el suelo está cubierto, añadir aminotriazol (Weedazol 1 2 L/ha) o glifosato (Azural AT 1 O L/ha), o elegir un her­
bicida de pre y postemergencia (Carazol 1 2 L, Prius 1 0 L, Ma cotte 8 L, Baral 8 L) en una primera aplicación .

Aplicación secuencial de herbicidas de preemergencia

- En suelos ligeros no es posible el empleo de diurón más que en una segunda apl icación . En viñas jóvenes, la pri­
mera aplicación se puede hacer con isoxabén (Cent 7) u oryzalina (Surflan).
- Aplicación en suelo húmedo entre enero y marzo, antes de una lluvia.

Programa cubierta natural controlada a base exclusivamente de postemergencia

- Este programa no emplea herbicidas de preemergencia. Económico aunque hay riesgo de fitotoxicidad por la pro­
yección sobre la vegetación en apl icaciones tras el desborre.
- La primera apl icación son un istémico a base de glifosato (Azural AT 1 2 L) o ulfosato (Ourugan 3 L/ha o Supra!
9L/ha aumentando las dosis sobre las vivaces), o aminotriazol si la flora dominante es de dicotiledóneas.
- La segunda aplicación se hace con u n sistémico en región atlántica, la tercera aplicación con u n herbicida de con­
tacto (Basta F l 4 L/ha o Gramoxone Plus 6 L/ha) o un sistémico (contra Convolvulus) tras un emparrado cuida­
doso 8 días antes del tratamiento.
2 64 MANUAL DE VITICULTURA

dóne as, de i sox abén (Cent 7 con dosi s de 5-8 L) . Si la flora ya está desarro­
l l ada, u ti lizare mos adem ás, un herbi cida de postemergenc ia a b ase de ami­
notri azol o de glifosato ( Az ural AT) .
- Seg u n da aplicac ión durante e l e stado de p l á n t u l a de l a s adventici as, e n
m ayo o j unio, c o n especialidades com erci ales a base de si m azina + di urón.
Si hemos empleado l a simaz i n a e n la primera aplicación, utilizare mos u n a
especi alidad basada e n terbu ti l aci n a + di urón e n l a segunda apl ic ación . E n
presenci a de flora desarrol l ada, e m p learemos, adem ás, un herbici da de pos­
temergencia, ya sea de contacto ( Speeder, Gramoxone , Rég lone o B asta) o
si stémico (ami notr i az o l , g l i fosato, sulfosato) . Con el g l i fosato y su lfosato
pode mos reducir la dosi s a la m i tad (6 L de Roundup) , a condición de tratar
con 200 L/h a . Podemos h acer un tratamiento i ntegral o sólo de p archeo.

2 . 6. Material de escarda quím ica

La apli cación de herbi cidas ex ige una gran u niformidad de reparto en el suelo
y una buen a protección con tra las proyecciones de gotas sobre l a vegetación de la
v i ñ a debido a su fi totoxicidad .

2.6. 1 . Tipos de pu lverizadores empleados pa ra los herbicidas

2.6. 1 . 1 . Pu lverizadores de chorro a presión

Los pu lveriz adore s de c horro a presión son los mej or adaptados para reali z ar la
d ispersión . Para la esc ard a total, estos aparatos va n provi stos de u n a barra fij a p ara
e l i m i nar las mal as hi erbas de la calle y, a a m bo s lados, unos e l e mentos retráctiles
por con tacto, eq ui pados frecuentemente con u n as campan as de protecci ón para las
i ntervenciones durante el periodo vegetativo de la viña. Para su aplicación en la
l ínea, podemos uti li zar l o s e lementos pl egab les de estos mate ri ales o e l m ateri al
de stin ado al despam pan ado q u ímico si la anchura a tratar e s suficiente.

2.6 . 1 .2. Las centrífugas

Permiten la e l i m i n ac i ó n de l as m a l as h ierbas de m anera ópti m a u ti li zando


pequeños vol ú menes /ha de caldo, del orden de 40 a 60 litros . U n a ve na de l íq ui do
es proyectada so bre un di sco que gira a 2 . 000 rpm , aque l l a es desp lazada haci a la
periferi a debido a la fuerza centrífug a y revienta e n gotitas de un diámetro superior
a 1 00 m i cras.

2 .6.2. Regu lación y util izació n d e los aparatos de chorro a presión


Para q ue un h erbi cida dé los m ej ores re sultados posib les h ay que apli carlo
correctamente al sue lo o sobre l as m alas hi erbas a tratar. Por e ste motivo , e l mate­
rial de apli cación debe estar en perfecto estado de u so y correctamente regu lado, a
fi n de realizar una red de i m p actos lo más densos posi bles, con una buena homoge­
nei dad de reparto .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 65

2.6.2. 1 . Cómo realizar un buen reparto de producto

E l elemento determ i n an te en e l reparto del producto es la boqui l l a . E n los apa­


ratos a presión y de chorro a pre sión , los bastidores l l evan u n as boq u i l l as c u yo
n ú mero y sep araci ó n depende del tipo de boquil l a y de l a anchura tratada . L as
boqui l las de abanico y de espej o están adaptadas a l as exigencias de u na buen a
pulverización para esc ardar en ciertas condiciones:
- Las boqu illas de aban ico ti enen u n orificio de forma e l íp tica que orig ina, al
paso del líquido, u n chorro con forma de cono aplastado o de pince l . Estos
conos tienen ángulos de difusión diferentes segú n las característic as de l as
boqui l las, siendo p referi bles l as boqu i l l as de 80º a 1 1 0º . La presión de tra­
bajo aconsej ada es de 2 a 3 bar para la esc arda química, pudiendo l legar
hasta los 5 bar e n otras apl i c aciones. La separación de l as portaboquil l a s y l a
al tura d e l bastidor debe n perm i ti r u n buen reparto . El recu bri miento de los
haces debe estar entre e l 30 y el 3 5 % , por l o que es necesario u n distancia­
miento de 40 c m p ara boq u i llas de 80º y de 60 cm p ara boqu il las de 1 1 Oº y
alturas de 40 a 60 c m .
- Las boquillas de espejo tienen u n a p ared curva donde choca e l l íquido a su
sali da . El áng u lo de difusión vari a en tre 80º y 1 50º, siendo preferi bles las
boqui l las de 1 1 0º . La pre sión de uti l i z ación debe e star comprendida en tre
0 . 5 y 1 . 5 bar. Estas boq u i llas permite n trabaj ar a baj a p resió n , dando gotas
bastan te gordas que moj an si n e m i ti r bru mas. Las boqu i l l as se sitúan a 40
cm de altura, y l as se paraciones varían en tre 60 cm (para gran c audal con
recu bri miento del 5 0 % de u n a p arte a otra) y 1 00 cm (para apl icaciones a
bajo vo l u men con m u y poco recu bri m i e nto) .
E l caud a l de las boqu i llas se modifica al c abo de u n tiempo vari a b le de uso . E n
efecto , el ori fi ci o d e l difusor en e l i n terior de l a boqui l l a s e gasta p o r e l p aso del
l íq uido. L a durac ión del difusor depe n de de la n aturaleza de los productos emp lea­
dos para el tratami e n to , de l a pre sión de trabajo y, so bre todo, del m ateri a l del que
esté fabricado . Tras 5 0 horas de trabaj o , e l aume nto del gasto en difusores de latón
es del 40% , en l as de acero inoxi dable es de l 20% . Por e l con trari o , l as de al u mi ni o
son l as más resistentes, el aumento del gasto constatado tras 50 horas no es más
que e l 3 % . A sí, l a reg u l aridad de l gasto está aseg urad a en l as p asti l l as de alumi n i o,
pero son c aras. Puede n e m pl earse pasti llas de otros m ate ri ales pero su gasto ha de
con tro larse con reg u l ari dad y no hay que dudar en cambiarlas (difusor y c irc u ito)
desde que se con stata una variac ión superior al 1 0- 1 5 % .

2.6.2.2. Control del gasto de las boqu illas

E l control se reali z a en p arad a, co locando bajo cada boq u i l l a un cubo, el apa­


rato func ionando a la presión requeri da y al régi men óptimo de la to m a de fuerz a
( 540 r.p. m . ) ; medi mos l a canti dad de l íquido q ue h a salido al cabo de u n m i nuto
con la ayuda de una pro beta (repeti r e ste con tro l en tre dos y tres veces por boq ui ­
l l a) . En la m ayoría de los c asos, con statamos diferenci as sig n i ficativas e ntre l as
disti n t as boqu i l l as debido al de sgaste m ás rápido de ciertas pastil las. Tras c am b i ar
las p astil l as defec tuosas, comprobar que l os gastos vu e l ven a ser homogéneos.
Tam bién podemos calcular e l gasto que de bería tener c ad a boq u i l l a, por la can­
tidad de caldo deseada por ha, de l a siguiente m anera: calcu l ar pri mero el gasto/ha
del pulverizador en u n m i n u to = (cantidad de c a ldo deseada/h a x anc hura de l trata-
266 MANUAL DE VITICULTURA

miento x velocidad de avance)/600; a continuación dividir este gasto/mi n del pul­


verizado por el número de boquillas.

2.6.2.3. Regulación del gasto por hectárea


Dependiendo de l a maquinaria, la regul ación del gasto se efectúa bien a nivel
de l as boquil l as, bien actuando sobre la presión de la bomba o sobre la velocidad
de avance del tractor.

2.6.2.3. 1 . Control de las condiciones de utilización del tractor


Verificar de vez en cuando el régimen de la toma de fuerza del tractor con
ayuda de un tacómetro. Debe ser de 540 revoluciones/minuto. Para conocer la
velocidad de avance del tractor, se procede de la siguiente manera: cubrir con el
tractor una distancia jalonada de 1 00 m, a un régimen motor de 2.000-2. 1 00 revo­
l uciones/minuto para tener un régi men de la toma de fuerza de 540 revolucio­
nes/minuto, anotar l a rel ación de l a caja de cambios y cronometrar el tiempo en
segundos.
Velocidad de avance (mis) =
Distancia recorrida en metros / tiempo en segundos

2.6.2.3.2. Control del gasto por hectárea

El gasto del aparato en litros/minuto puede obtenerse en parada, sumando los


gastos/minuto de cada boquil l a. También se puede proceder como sigue: l l enar la
cuba de agua hasta una referencia bien visible, poner en marcha el aparato durante
dos m i nutns y midiendo ia -.:2�t1dad de agua perdida a partir del nivel de agua de la
cuba. La áiferenci a de agua permite calcular el :
Gasto del aparato en l itros /minuto =
Diferencia del contenido de agua / 2 minutos
A partir del gasto/mi nuto, obtenemos el gasto/ha mf'diante la siguiente fór­
mula:

gasto de la máquina en L/min x 600


Vol umen/ha = ---------�-----------

velocidad de avance en km/h x anchura tratada en m

Por último, el gasto puede controlarse en campo de la manera siguiente: J lenar


el circui to, poner en marcha el aparato en parada, referir un n ivel , cubrir una dis­
tancia dada, en l as condiciones y a la velocidad del tratamiento, después de este
recorrido mirar el nivel de agua en l a cuba, calculando la cantidad de agua expul­
sada. Esta cantidad de agua va a permitir apreciar el volumen dispersado por hec­
tárea, efectuando los cálculos como el del siguiente ejemplo:
tiempo empleado por el tractor para recorrer 1 00 m = 1 minuto 1 O s, l a velo­
cidad del tractor es por tanto de 5,2 km/h
anchura tratada por l a barra portaboquillas: 1 .5 m
distancia recorrida: 500 m
cantidad de agua empleada: 37,50 L
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 67

2
- la superficie tratada en por tanto de 500 x 1 .5 = 750 m

37,5 X 10.000
El vol u me n/ha es d e : = 5 0 0 litros/ha
750

A sí, con esta máqui n a tenemos un gasto de 500 L/ha con u n a ve locidad de 5 ,2
k m/h .

2.6 .2.4. Cálculo de la can tidad de produ cto a emplear

Para determin ar l a c antidad de prod ucto a i n troducir en l a cuba, hay que cono­
cer: l a dosi s de l producto a emp l e ar, la c an ti dad de caldo/ha que di stri buye l a
máq uin a y l a capacidad d e la c u b a. Emp l e an do l a máq u ina precedente (g asto 500
L/ha y cap acidad de l a cuba de 600 l itros), p ara a p licar e l producto a l a dosi s de 3 ,5
L de materia ac tiva, con un producto comerc i al con e l 50% de materia activa, l a
c an tidad d e producto comerci al a i ntroduci r en l a cuba es d e :

3,5 x 1 00/50 x 6001500 = 8 ,4 l i tros

2.6.2.5. Limpieza y mantenim iento del pulverizador

Es un punto muy importan te que desgraci adamente es muy a men udo ignorado
por los v iticul tores.
- A n tes del invierno , h ay que l i mpi ar cuidadosame n te el materia l y l as boqu i ­
l l as, vaciar de ag ua l a bomba, e l circu i to de retorno y el c irc u i to de l íquido.
- A n tes de cada trata m ien to , hay qu e co mpro b ar e l nivel de acei te de l a
bom ba, l a presión d e aire del c i rcui to d e retorno, rea lizar los eng rases; no
sac ar e l filtro en el mo mento de l l l e n ado.
- Inmediatamen te tras cada tratamien to , l i mpiar la cuba y enj uagar e l circuito
con ag ua l i mp i a, desmontar y limpiar los fi ltros. Algunas máq uina s van pro­
v i stas de u n a reserva de ag u a que les permi te rea li zar la li mpieza en campo.
E n n i n g ú n c aso , e l agu a de l ac l arado n o se puede arroj ar a la alcantaril l a , n i
a u n a depuradora n i a u n a fosa próxi ma a un p u n to d e agua.

3 . C U B I E RTA VEG ETAL

3 . 1 . Objetivo
En algunas si tuaciones, se ocupa e l suelo con una cubi erta vegetal buscando :
- l imitar la erosión y l a escorrentía de las ag uas;
- fac i l i tar e l p aso de la maqu i n ari a;
- mejorar la estructura físi co-q u ímica de los suelos;
- reducir el vigor de la viña y mej orar la cal idad de l a vendi mia;
- encon trar una alternativ a a l a prácti ca de la e scarda q u ímica.
2 68 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 2 . Efectos

3 . 2 . 1 . E fectos favorab l es

3.2. 1 . 1 . Sobre las propiedades del suelo

- e l i m i n a l a erosión üwe rnal y reduce l a erosión estival ;


- mej ora l a estructura del sue lo debido a la acción de las raíces;
- mej ora el nivel de m ateri a orgánica y en consecuenc ia aumenta la porosidad,
l a consi sten c i a , la esta b i l i d ad e structural , la permeabi l i d ad , así como la
capacidad de re tención de ag ua;
- deseca los suelos con h u me dad excesiva y tie n e u n efecto « m u l c h » e n
verano ;
- au menta la con si stencia del suelo en épocas l l uviosas en los vi ñedos con
poca pendiente , lo q ue faci l i ta e l paso de l a m aq u i n ari a para los tratamientos
y 1 a recolecci ó n ;
- aume nto de l a microflora y de l desarro l lo de l as l o m brices de ti erra.

3.2. 1 .2. Sobre el desarrollo de la vid su producción

- disminuye el vigor de l as plantas y su rendimiento en situaciones donde l a


reserva d e agua de l suelo no es l i m i tante y l as l lu v i as están b i e n reparti das
en verano;
- ade l anta la m aduración y aumenta la riqueza e n azúc ares y polife no le s de
los mostos de ci ertas regiones;
- disminuye los riesgos de clorosi s y los ri esgos fi tosani tarios, p ri ncipalmente
ataques de podredum bre gri s.

3.2. 1 .3. Efec tos en el terren o económico

- reducción de los trabaj o s relacionados con la dism i n ución del vigor, tales
como las operaciones en verde, la poda y la re ti rada de la m adera ;
- dismin ución de l a s pérdidas de cosecha p o r u n a m ayor regularidad de los
rendim ientos, particu l armente en sue los pesados.

3 . 2 . 2 . Efectos desfavo rab les

3.2.2. 1 . Sobre las propiedades del suelo

- mantiene u n a humedad favorable al de sarrollo de hongos p arásitos (Botrytis


c ine rea, O idio ) ;
- desecación excesiva d e l sue lo en período seco ;
- disminuye l a di spo n i bi l i dad de l n i trógeno, sobre todo en prese ncia de gra-
mín eas;
- dismin uye e l volumen de suelo exp lorabl e por l as ra íce s de la vid;
- riesgo de descal zado de p l an tas en fuerte pendiente .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 69

Tabla 9
Efectos de la cubierta vegetal en las propiedades del suelo
(R. Morlat A. }acquet y C. Asselin)

Sin cubierta Cubierta vegetal

M ateria orgánica % 1 ,92 2,86


Densidad aparente p. 1 .000 1,15 1 ,53
Resistencia a la penetración kg/cm 2 26,20 1 7,30
Capacidad de campo % 2 1 ,40 23,80
Inestabilidad estructural 1,15 0,80

3.2.2.2. Sobre el desarrollo de la vid y su produ cción

- Debi l i ta el vigor de las cepas debido a l a competenc i a en la ocupación del


suelo y por el agua. Este debi l itamiento l leg a a ser grave e n períodos secos,
en suelos que ten gan poc a re serva ú ti l y con p atrones débi les, provocando
un amaril leam iento y un desecami e n to prematuro de las hoj as, una pérdida
de rendimiento y de l a calidad (bloqueo del e nvero y de l a mad uración) y u n
debi litam i e n to d e l as cepas p o r reducción d e l agostamie n to .
- Aumento de l ri esgo de hel adas pri m averale s.
- D i smin ución de los riesgos de podredumbre gris.
- E mpo brec i miento de los mostos en sustanc ias n itrogenadas lo q ue i mp lic a, a
veces, u n a mayor duración de la fermen tación a lcohó lica.

Tab l a 1 O
Efectos de la cubierta vegetal en la producción de Cabernet-Sauvignon en Anjou
(R. Morlat A. }acquet y C. Asselin)

Tratamientos Escarda química D 100* Cubierta vegetal 50%

Rendimiento hL/ha 87 76
Azúcares g/L 1 47 1 59
Acidez g/L 6A 6)
Antocianas mg/1 00 bayas 1 1 0,0 1 52
Índice de polifenoles totales 23, 1 27,3
% B otrytis 67 29
Degustación de los vinos: visión 1 1 ,6 1 5,6
olfato 1 2, 1 1 2,6
gusto 1 1 ,5 13,1

S uelo limo-arcilloso e n superficie y arcillo-limoso e n profundidad con gran reserva hídrica.


* D 1 00 = Escarda quúuica total (no-cultivo).
270 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 3 . Cubierta natural controlada

3 . 3 . 1 . Principio
Es u n a técnica de m an ten i m i e n to del suelo por la c u al la vegetación herbácea
n atural es to l e rada en e l v i ñ edo d u ra n te una p arte d e l año, g e n e ra l m e n te en
i nvierno, de spués es destru i da e m pleando herbi ci das de poste mergencia. Antes del
de sborre, el suelo q ueda despro v i sto de cubierta vegetal, después, a lo largo de la
estación, l as adventici as son contro ladas manteni éndol as en u n n i vel aceptable de
co m pe tenci a con l a v i ña. En efecto , no p arece i n di spensa b l e q ue e l su e l o del
vi ñedo esté si empre igual . No h ay i nconven iente en que la hi erba se desarro lle en
i nv ierno o a lo largo de l a estación , si su presencia no dañ a de manera sig n i fic ativa
l a producción de la v i ñ a .
E sta técn ic a apareció c o m o so lución a l as dificu ltades encon tradas p o r e l uso
repe tido de los herbicidas de p reemeergenci a que h an provocado:
- aparición de p l an tas resi stentes a las tri azinas y e l desarrol lo de vivaces difí­
ciles de con tro l ar;
- puesta en práctica de progra m as de esc arda q u ím ica asoc iando vari as m ate­
ri as activas de p ree mergenci a con acciones complementari as lo que eleva e l
coste de mante n i m iento del suelo;
- l i m i tación del em pleo de la si m azi na (tri azi n a) y del di urón debido a los
riesgos de residuos en el suelo y en las aguas.

3 . 3 . 2 . Práctica
La puesta en práctic a de l a cubierta natural contro lada supone una buen a espe­
ciali zación del viticultor:
- buen conoci m iento de las malas hi erbas;
- vigi lanc i a de su desarrollo, i nte rv i n i endo en el momento adecuado, e s dec ir,
ante s de que su creci m iento supere los 20 cm;
- e lección j uiciosa de los herbi cidas de p ostem erge nci a en función de l a flora
y del momento de in tervención;
- pul veriz ación cuidadosa: regulación de los equipos y di spositivo de protec­
ción;
- ri gor en el despampanado y emparrado, para evitar cu alquier acci dente de
fi totoxicidad.

3.3.2. 1 . Destrucción de /a flora in verna/justo antes del desborre

E ste pri mer tratam iento, re al i z ado so bre toda la superficie del sue lo, tiene por
obj eto destrui r l a cubierta vegetal que p uede estar compuesta de gramíneas, dicoti­
ledóneas anu ales y p l uri an u a les. S e realiza a fi n a l de m arzo-pri m eros de abri l
sobre h ierbas de unos 10 cm con he rbic idas sisté m icos, preferen te me n te , en parti ­
cul ar g l i fosato ( 1 .5 a 2 . 1 L de m . a./ha en form a de A zural AT, Destroyer, B uggy,
Roundup con Genami n) y sulfosato ( 1 .4 a 2. 9 L de m . a./ha en form a de Ourag an
con 0 . 5 % de Oura) . C u ando la cubi erta vegetal e stá dom i n ada por dicoti le dóneas,
fundmen talmente, Geran ium sp . , Malva sp . , Epilobium sp . , e s p referible u ti l i zar
ami notri azol a dosi s de 1 2 a 1 5 L de producto com ercial por ha (Weedazo l , Rado­
xone, Trad iazole, D i azole) .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 271

F igura 7
Escarda química localizada en la línea con labores poco profundas y laboreo superficial en la calle
(arriba) o cubierta vegetal con laboreo en cal/es a/temas (en e/ centro) o cubierta vegetal y escarda
química en calles alternas (abajo).
272 MANUAL DE VITICULTURA

3.3.2.2. Control de las adventicias primaverales y estivales


Se realiza un segundo tratamiento con los mismos productos sistémicos, desde
que la flora espontánea supera una altura de 20 cm o, a más tardar, fin de junio
comienzo de j ul io, para controlar la flora estival de anuales y de vivaces intervi­
n iendo cuando Convolvulus y Cynodon y e] resto de l as vivaces están en pleno cre­
cimiento. Para evitar cualquier fitotoxicidad, se real izará un emparrado cuidadoso
8 días antes del tratamiento.
Los años secos será suficiente con dos intervenciones. Por el contrario, los
años l luviosos y con fuerte potencial de infestación, el desarrol1o de la flora a final
. .
del verano (Amaranthus, Conyza . ) se puede reducir mediante apl icación de un
sistémico o de u n desecante (Basta F1 o Gramoxone) o mediante siega con una
segadora. El coste de la puesta a punto de esta técnica es entre 20 ó 30% inferior al
coste de l a escarda química, y entre el 35% al 45 % inferior al l aboreo.

3.4. Cubierta vegetal permanente

3.4.1 . Principio
La cubierta vegetal permanente consiste en mantener un tapiz de hierba en
todas l as call es, o en call es alternas. Está asoci ada obligatoriamente a la escarda
química en l a l ínea. La cubierta vegetal permanente existe desde hace mucho
tiempo en ciertas regiones, fundamentalmente de viñedos de calles anchas, porque
mejora la consistenci a del suelo para el paso de la maquinaria. También se ha desa­
rrollado en otros viñedos, pues presenta interés por el control del rendimiento y
mejora de la calidad de los v iñedos muy vigorosos o demasiado productivas. Por
último, es un medio de lucha contra la erosión. Esta cubierta permanente puede ser
natural, a partir de una flora espontánea adaptada (Lolium, Poa) y constituir una
cubierta herbácea homogénea y a un n ivel de competencia aceptable para la viña.
A menudo es preferible sembrar la cubierta.

3.4.2. Práctica de la cubierta permanente sembrada

3.4.2.1. Elección de la especie


En viticultura, l a cubierta se real i za esencial mente con gramíneas (Lolium
perenne, Poa pratensis, Festuca arundinacea y Festuca rubra) que se eligen en
función de l as condiciones ecológicas del medio y del poder de competencia bus­
cada. Se prefieren l as variedades de crecimiento lento (siegas menos frecuentes) y
resistentes al paso de l a maquinaria. Es posible sembrar una sola especie en siem­
bras otoñales realizadas en buenas condiciones; por el contrario, se recomienda
sembrar una mezcla que contenga un máximo del 30% de Lolium perenne, en
siembras primaverales o realizadas en condiciones difíciles; esta última especie
ocupa el terreno mientras las otras se instalan (en particul ar con la Festuca rubra
semi-rastrera) .
Cuando el objetivo prioritario de la cubierta vegetal sea la consistencia del
suelo para el paso de maquinaria, es preferible la Festuca arundinacea, el Loliurn
perenne o la Poa pratensis. Para disminuir el vigor de l as cepas podemos actuar a
CON DUCCIÓN DEL VIÑEDO 273

la vez sobre la elección de una especie en función de su capacidad de competencia,


muy fuerte para l a Festuca arundinacea, fuerte para e] Lolium perenne y media
para l a Poa y la Festuca rubra) y sobre el porcentaje de suelo cubierto.
Cada gramínea tiene sus propias exigencias : la Festuca rubra rastrera y el
Lolium perenne toleran poco la sequía, la Poa tolera poco el exceso de agua. La
Festuca arundinacea se comporta bien en presen c i a de agua y tol era bien l a
sequía.

3.4.2.2. Siembra
Se realiza preferentemente a final del verano, final de agosto comienzo de sep­
tiembre en vendimia manual, o tras la vendimia mecanizada en un suelo adecuado.
Si l as condiciones c l imáticas no permiten la siembra otoñal , es posible reali zarl a
e n primavera, pero teniendo l a precaución d e guardar u n a calle d e cada dos para
perm itir el paso de maquinaria y aumentando en 1 O kg la dosis de siembra normal ;
en caso de pradera i ntegral, 40 a 50 kg/ha de Lolium perenne o Poa y de 50 a 60
kg/ha para Festuca spp.
La siembra se realiza, tras una buena preparación del suelo (desmenuzado en
superfi cie y asentado en profundidad), a voleo o en líneas con sembradoras donde
los modelos están adaptados a la anchura del viñedo (0.5 a 2.2 cm).

3.4.2.3. Mantenimiento
La cubierta se siega regularmente con la ayuda de una desbrozadora de marti­
l los o girodesbrozadoras provistas de unos martil los que le permiten controlar la
altura de corte, o de cuchillas especiales equipadas de tres elementos con ejes ver­
ticales.
Para limitar l as pérdidas excesivas de vigor debidas a la cubierta vegetal, se
puede realizar un aporte nitrogenado localizado en l a fil a (20 unidades de n i tró­
geno líquido, por ejemplo).
CAPÍTULO 2

P LAN I FICAR Y L L EVAR A CABO LA F ERTI LIZACIÓN

1 . Bases de la p lan ificación de la fertilización


2. E lementos nutrit ivos y práctica d e la fertil ización
3. Abonado de fondo an tes d e la plantación
4. Abonado de ma nten im iento

L a ferti l i zación es uno de los medios de los que di spone el vi ti cultor para con­
trol ar el vigor de l as v i ñas con v i stas a conseguir el equ ilibrio deseable en tre ren ­
dimien to y calidad. La planifi cación de la ferti l i zación se i n tegra dentro de una
estrategia más g lobal de técni c as del con trol de la producción y de gestión de la
pob lación de cepas de u n a parce la. En tre estos medios se encuentran el acondicio­
n a miento y la p reparación del terre no antes de l a p lantación, l a poda y el m an te n i ­
mi ento de l s u e l o tras la plantaci ón .

1 . BASES DE LA PLA N I F I CAC I Ó N D E LA F E RTI L I ZAC I Ó N

1 . 1 . Objetivos de la fertil ización


La fertiliz ación debe re sponder, po r una parte, a los o bjetivos de calidad de la
producción y a J a conservaci ón de las ce pas de viña y, por otra parte , a m an tener el
potencial agronó m i co de los terroirs ( 1 ) :
- La satisfacc ión de las n ecesidades en elemen tos m in erales necesarios p ara
la nu trición de l a vid: la vid to m a del suelo los e lementos necesarios para la

(1) N. del T : H e m o s d e c i d i d o mantener J a pal abra «terro i r » , puesto q u e e s u n tér m i n o i nternac i o n a l me nte
reconoc i d o .
276 MANUAL DE VITICULTURA

nutrición de la parte aérea y su bterránea; l as necesi dades son débi les pero el
exceso o l a insuficienc i a de u n e le mento en trañ a pro b l e m as fi siológicos que
comprometen m ás o menos e l vigor y l a cosecha del año así com o l a peren­
nidad de las cepas si no se aporta alguna corrección al suelo .
- El manten imien to o el restablecim ien to de los potenc iales agronóm icos de
los suelos : en efecto , l o s suelos v i tíco l as se degradan con motivo de la per­
m an e nc i a de la v i ñ a (efecto acum u l ativo de l as extracciones) y de l as pérdi­
das normales de l as re servas de l as m ateri as ferti l i z an te s en el sue lo. Esta
degrad ac ión se m an i fi esta ta m bi é n por un e m pobrec i m i e n to en m ate ri a
orgáni ca cuyo p ape l en el suelo es pri mord i a l desde el p u n to de v i sta físico,
bio lógico y q u ím i co . Final me n te , la acidi ficación de ciertos suelos conlleva
tox icid ades por cobre , a l u m i nio, m anganeso o c arencias. El mante n i m i en to
del valor agronóm ico de los sue l o s es i ndispen sable para asegurar la peren­
nidad de las característi cas d e l terroir y, l a de la vid que a l l í se cultiva.

1 . 2 . N ecesidades de la vid
L as canti dades extraídas por l as cepas sobre u n a hectáre a , para fabricar su
estructura, fo l l aj e , engrosar l as p artes perennes y aseg urar la produ cc ión varía,
para el conj unto de l os viñedos, dentro de los siguientes l ím i tes:
- N itrógeno: 20-70 kg
- Fósforo: 3 - 10 kg
- Potasio : 25- 70 kg
- C alcio: 40- 80 kg
- M agnesi o : 6- 1 5 kg
- Az ufre : 6 kg
- Hierro : 600 g
- B oro : 80- 1 50 g
- Cubre : 60- 1 20 g
- M anganeso : 80- 1 60 g
- Cinc: 1 00-200 g
L a v id , por tanto , tiene pocas necesidades. El p ropósi to de l a fertili zación , p ara
una producción de cali dad, tiene por o bj etivo m an tener la a l i mentación m i neral a
u n nivel medio y sobre todo evi tar l as carencias o l as i n su ficiencias. La vid re ac­
ciona bien a los aportes de potasio pero éstos deben estar en rel ación con el re ndi­
miento y el nivel cual itati vo buscados.

1 . 3 . Distribución y actividad de las raíces


La fertilización no es eficaz más q ue si l as raíces encuentran en el suelo las condi ­
ciones normales de alimentación en agua y en e lementos minerales. Estas condiciones
dependen , por una parte , de las posi bi li dades de colonización y de di stri bución de las
raíces en el suel o y, por otra, de l a capacidad específica de absorción de los ele mentos
por el binomio variedad/portainjerto. La di stribución y el funcionamiento de l as raíces
en profundi dad dependen de l os factores agronómi cos sig uientes:
- La n aturaleza del suelo (capa arab le y cap a profunda) definida por l os anál i ­
sis físi cos y químicos, el perfil edafo l ógico y, sobre todo, e l perfi l cul tura l ;
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 277

A
e

A. Reynier

Figura 1
Influencia de diferentes factores sobre la distribución del sistema radicular.

A. I nfluencia de la topografía y de una capa freática ( n ) ; a 1 • enraizamiento profu ndo; a2• e n raizamiento
superficial .
B. Influencia de la heterogeneidad de los distintos horizontes.
C . Enraizamiento superficial .
D. Influencia de la densidad de plantación: vides juntas ( d 1 ) y vides espaciadas (d2).

ft Conducción

-- u �

K+

Suelo
ca++
Agua �
M g++ 1
Absorción

N03·


Sacarosa p- Almidón
ti- Ácido cítrico
Ác . cítrico
Raíces Sustancias
de Resp.
crecimiento , (
/ N H3
A c . málico

A. Reynier Aminoácidos

Figu ra 2
Funciones biológicas y metabolismo al nivel de las raíces.
278 MANUAL DE VITICULTURA

- La profundidad de este suelo : un suelo profundo perm i te a l as raíces exp lo­


rar u n gran vo l u men de tierra, l as v i ñas al l í son general m e n te m ás v igorosas
y m ás resistentes a la seq u ía ;
- E l perfi l h ídrico: l as raíces s e desarrollan en l as z o n a s suficientemente pro­
v i stas de ag ua, pero sin e xceso de h u medad;
- E l portainj erto : cada portainj erto ti ene u n a c ap acidad de explorac i ón del
suelo que le e s p ropi a (superfi c i al p ara la riparia g loire de Mon tpelier, pro­
fu nda para la rupestris de Lot) y una c apacidad de absorci ón específic a q ue
se traduce en un v igor de l a cepa m ás o menos grande;
- L a densidad de pl antaci ón : determ i n a el volu men de suelo di spon ib l e para
cada p lanta.

2. E L EME NTOS N U T RI T I VOS


Y PRÁCT I CA D E LA F E RT I L I ZACI Ó N

2 . 1 . Potasio (K+) u óxido de potasio (K20)

2 . 1 . 1 . Pa pel del potas io


Cuanti tati vamente es el catión m ás i m portante de la cél ul a vegetal . I n terviene
en los pri nc ip ales mecan i s m o s fi siológicos, l a fotosínte sis, l a re spiración y l a
transp iración :
- Participa en la neutrali zación de los ácidos orgánicos formados, favorece la
respi ración y activa el creci m iento : e s un facto r de vigor y de rendimien to ;
I nterv iene aumentando l a fotosíntesi s, l a m igración y la ac u mu lac ión d e
az úcares en l o s frutos: e s , por tanto, un fac to r d e calidad. Tiene una gran
facu l tad de despl azamiento a través de las mem bran as cel u l ares y acompañ a
a l a s molécu l as orgán icas e n s u m igración desde l o s lugares de síntesis hasta
los lugares de uti lización donde se depositan como reservas ( bayas y p artes
v i vace s) . S i n e m b arg o , u n a ali men tación potásica excesiva, e s u n factor
determinante de la baj ada de acidez de los mostos y de los v i nos;
Faci l i ta el buen re parto de las reservas en tre las disti n tas parte s de la pl anta:
es por lo tanto, tam b i é n , u n fac tor de salud y de perenn idad;
I nterviene en la regu l ación de la apertura y cierre de esto m as : es un facto r de
resistencia a la sequía. No permi te u na reducción del consumo sino u n a
m ayor eficienci a d e l ag ua p o r una extracción superior y u n a mej ora d e l a
acti v id ad fotosi n té tica.

2 . 1 .2. R itmo anual de absorc ión de potas io


A lo largo de l peri odo de creci m i en to de los sarm ientos la c antidad de potasio
acu mul ado por l a vid aumenta, p asa por un primer m á xi mo entre l a floración y l a
p arada d e crec i m iento, tras e l c u a l disminuye antes d e aumentar d e nuevo durante
la m ad u rac i ó n . L as n ecesidade s d i ari as p ue den suponer entre 1 y 2 kg/ha/día
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 79

dur an te la fase de creci m iento y hasta 3 kg/h a/día duran te la m aduración para las
v i ñ as carg adas. La absorción de potasio es di stinta en función :
- de la variedad : fuerte p ara g arn acha, aramon, carignan;
m ás débil p ara syrah, cabernet sauvignon, cinsaut;
- del portai nj e rto : débi l para 1 1 03 P, 1 40Ru, 4 1 B , l l OR ;
fuerte p ara S 04 y 44- 5 3 .
Las defi cienci as s e m anifiestan a lo l argo de d o s fases críti cas: en j u l io p o r la
flavescencia o e l en rojecim ien to m ineral y a fi nales de verano por el pardeado.
E stas carencias pueden e star l i g ad as a u na fij ación del potasio en el sue l o o a u n
exceso de necesidades, l i gado a una carga excesiva, pero tam bién a l as deficiencias
li gadas a un m al fu ncionami en to radicular relacion ado con un exceso o una in sufi ­
ciencia de ag ua e n e l suelo. E l exceso de absorción de potasio p uede , a l a i nversa,
cre ar una carencia re l ativa en m agnesio.

2 . 1 . 3 . El potasio en el suelo
La fracción absorbi da por l a v i d es reti rada de la so lución del sue lo, es el pota­
sio i n tercam b i ab l e q ue se en cuentra en for m a de iones, l i bre en la so l u c i ó n o
ad sorbido sobre el comp lej o . E ste potasio i ntercam biable no representa m ás de un
1 ó 2 % del potasio total y a q ue l a cantidad m ás i m portan te de potasio se encuen tra
fij ada al complej o absorbe nte, ligado a l as arci l l as. Este potasio fij ado no es uti li­
zable m ás que a l argo p lazo, su l i beración está supedi tada a l a i n fluenci a d e l
ambien te y d e l as prácticas c u lturales. El potasio i n tercambiab le e s e l resu l tado d e
u n equ i l i brio d i n á mi co entre e l complej o absorbe nte y l a solución del suelo:
- una parte del potasio de la solución del suelo p uede ser retrograd ada a l as
capas de arci l l a de tipo i l lita o mont mori l loni ta, e stos iones K+ no son asi m i ­
lables a corto pl azo; este movi miento e s favorec ido p o r la el evaci ón d e l p H ,
p o r l a abundancia de iones C a++ y p o r l a sequía . Tras u n aporte de abono, e l
poder fij ador del sue lo puede ser esti m ado p o r l a fórm ula: A % + 1 5 , donde
A es el conte n i do en arci l l a. Por tanto, con un aporte de 1 00 kg de K 20/ha,
un sue l o que tiene un 20% de arcil la fij a 3 5 kg de K 20/ha;
- l a regeneración de los iones K+, e s dec ir, e l retorno a l a form a i n tercambia­
ble, es posi ble cuando e stos vayan dismi nuyendo en J a so lución del suelo.
- u n a parte de potasio de la so lución del suelo es e li m i n ada por l as agu as de
i n fi ltración, la i mportancia de e ste l avado depende de la textura de l suelo,
del régi men h ídrico y de la abundanci a de J a cubierta vegeta l .
L a m igración de potasio en e l suelo es bastante déb i l e n los suelos arc i l losos y
más i mport ante en los sue los con menor comp lej o absorbente . L a capacidad de
retención del sue l o de c ati ones ( K +, c a++, Mg++, etc . ) , medido por e J anál i si s del
sue lo, se l l ama capacidad de in tercambio de cationes (CI C ) . La parte q ue repre ­
senta e l p otasio en l a CIC es con siderada como n orm al p ara u n valor m e dio del 4%
(p ara l os suelos c o n C IC comprendida entre 1 00 y 1 80 m eq/kg) ; a l con trario , p ara
suelos m uy arenosos, con débil C IC ( <50 meq/kg) la cantidad ópti m a de K/C IC
desciende a l 2%, m i entras que para los suelos muy arc i llosos, con fuerte CEC
(>200 meq/kg) , e s de un 5 % ) . Para aprec i ar l a capacidad de un sue lo para alimen­
tar la v i d en potasio , hace fal ta tener en cuenta el valor de la C IC y e l contenido
relativo de este e lemento en tal C I C ; de e ste m odo, p ara un valor de K/C I C d e l 2 % ,
en un suelo arenoso e l aporte d e potasio s e l i m i tará a un abo n ado d e m an teni ­
mie nto, mientras q u e para un sue l o arci l loso, será necesari o real izar un abon ado de
2 80 MANUAL DE VITICULTURA

rec uperaci ón y a q ue esto se corresponde con una si tu aci ón de care n c i a . En e l suelo


are n o so , los aporte s serán m ode rado s pero m á s frecuentes. En su e lo s c o n u n a
fuerte C I C l o s aportes de berán ser m u c h o m ás i mportante s, m i e n tras q u e los efec­
tos de u n a bonado potási co e n un sue lo enri q uecido se harán sentir durante m ás
l argo tiempo.

2 . 1 .4. Evaluación d e las neces idades y de los aportes


L as e xtracciones a n uales por hec tárea debidas a l as h oj as, l as ram as y las u vas
son de 25 a 80 kg, pero l as hoj a s y, a veces, los sarm i e n tos, si son desmenuzados,
son resti tu ídos. Por tanto, l as exportacio n e s rea l e s debidas a l a ven d i m i a son re l ati ­
v a m ente b aj as. La fertil i z aci ón consi stirá e n tonces en aportar las canti d ades nece­
sari as p ara una alimentación equili brad a de l a vid, n i demasiado elevadas y a que
en trañaría un vigor excesivo y u n desc e n so de l a c a l i dad con rie sgos de m a n i festa­
ción de care n c i as en m ag n esio, n i d e m asi ado dé bi les.

2. 1 .4. 1 . A bonado de fondo en la plantación y abonado de recuperación

El abonado potásico de fondo persigue ese n c ia l mente corregi r las i n su ficien­


c i as de los suelos. El cálculo de l a can ti dad de potasio a aportar en l a p lantaci ó n de
l a vid se determ i n a a parti r de los an á l i si s de l suelo y del subsu e l o , te n ie n do en
cuenta:
- la riqueza en K20 in tercambiable (en °loo de tierra fi n a) y e l conte n i do en
arc i l l a (en % ) : la c an ti d ad a aportar:

R = (d x T x c)

donde d es l a d i ferencia e ntre l a c an ti d ad dese able y la c an ti d ad dosifi cada, T el


peso de tierra fi n a, c e l coeficiente de m ayorac i ó n por la fij ación de K 20 por el
sue lo ;

c = 1 000 I (850 - con te n i do e n arc i l l a)

A sí, un suelo con el 20% de arc i l l a y 0 , 3 0%0 de K 20 no ti e ne nece sidades de


abonado de recuperac i ó n , pero con 0 , 1 25 °fo0 está i nsu fi c i en te pro v i sto ; para conse ­
g u ir u n conte n i d o deseable d e l 0 , 2 5 5 %0 e s necesario aportar: 0, 1 30 x 3 . 000 t/ha d e
ti erra x 1 ,20 = 468 u n i d ades de potasa;
- la tasa de potasio in tercambiable en relación con l a capac i d ad de i n terc a m ­
b i o d e cationes (C I C e n m e q°fo0 ) q u e i n dica la tasa de saturac i ó n K/C IC °lo0 ;
e l c á l c u l o d e l a b o n a d o d e re c u p e ra c i ó n , e x p r e s a d o e n k g d e p o ta s i o
( K 20/ha) , s e reali z a apl i c an d o l a fórmula sig u i e n te :

R = D x T x c x 0 ,047 x CIC

donde D es la d i feren c i a e n tre la tasa de saturación deseable y l a tasa reflej ada en


e l aná l i si s y 0 ,047 e l coeficiente de conversión de potasio meq/kg en K 20 °fo0 .

2. 1 .4.2. Abon ado de mantenimiento

Para un suelo norm a l m e n te provi sto , reaj u stado antes de l a p lantación , l o s


aportes an u a l e s de m an te n i m iento corresponden a l a ecuac ió n :
CONDUCCIÓN DEL V IÑEDO 281

Mantenimiento = exportación + lavado + fijación


En los suelos provistos, l as fijaciones son de poca i mportanci a y l as exportacio­
nes se l imitan a las cantidades contenidas en los productos de cosecha y en las
,.
ramas por lo que dependen poco del rendimiento. Unicamente el l avado varía según
la permeabi l idad de los suelos. La potasa es móvil en los suelos arenosos pero es
muy poco móvil en los arcillosos y limosos, ya sean ácidos, neutros o calcáreos.
Los análisis del suelo y los análisis foliares, efectuados regularmente, permiten
ajustar los aportes a las necesidades de la vid y del suelo. Las normas de i nterpre­
tación de los contenidos en potasio dada por el anál i si s de l os peciolos tomados en
el envero, tienen en cuenta los contenidos en magnesio:
K!Mg i nferior a 1 Carencia potásica
K!Mg superior a 1 O Carencia magnesiana
K!Mg entre 3 y 8 Nutrición potásica y magnesi ana normales
Se puede seguir también la evolución de los contenidos en potásio de los
peciolos expresados en % de materia seca (MS), algo que el l aboratorio de suelos
de la Cámara de Agricultura de Gironde interpreta así:
K/MS % 0- 1 ,0 Carencia de potasio
K/MS % 1 ,0- 1 ,5 Alimentación mediocre
K/MS % 1 ,5-2,5 Alimentación elevada

2 . 1 .5. Formas de aporte


En la plantación, aprovechando un desfonde o una l abor profunda para local i­
zar l a potasa en profu ndidad en los suelos que tengan un poder fijador suficiente.
En los suelos con una baja CIC frecuentemente no es necesario reali zar aportes.
Para los abonados de corrección o de mantenimiento, es preferible l ocalizar los
fertilizantes en l a proximidad de l as raíces ya sea realizando los aportes en profun­
didad con un localizador de rej as, en el centro de la interlínea en viñas estrechas o
en el borde de la l ínea plantada para las viñas anchas, ya sea en superficie en forma
de bandas estrechas. Los aportes tienen l ugar una vez a final es de invierno.
La potasa se apl ica bajo la forma de fertil izantes simples:
El ClK (cloruro) con un 60% de K20, el menos caro pero l ibera el cloro.
S04K2 (sulfato) con un 50% de K20 es interesante en suelos muy calizos, en
suelos poco profundos y en suelos con mal drenaje para l imitar la clorosis,
en suelos sali nos para l imitar la salinidad y, preferible para l os aportes tar­
díos o en l as terrenos inundables (Camargue, Narbonnais).
- Patentkali con un 28% de K20 y un 9 % de MgO.
Los aportes pueden realizarse también bajo la forma de fertil izantes compues­
tos binarios o ternarios con el fin de reducir los costes de distribución y de simpli­
ficar el trabajo.

2.2. Fósforo (P) o anhídrido fosfórico (P205)

2 .2 . 1 . Papel del fósforo


En viticultura es difíci l poner en evidenci a el papel del ácido fosfórico. No
parece tener influencia en los rendimientos más que en l a medida en que corrige
2 82 MANUAL DE VITICULTURA

l as c are nci as de n i tróg en o , d i s m i n u ye n d o la se n si bi li d ad al corrim iento y a l as


enferm e d ades cri ptog á mi c a s . De forma g eneral se le con sidera como reg u l ador del
desarro llo de l as p l a n tas. S e le atri buye u n papel en la e volución de l o s frutos. Los
sarm i entos bien p ro v i stos en P205 son su scepti b les de ac u m u l ar a ú n más reservas
amiláceas y producen brotes más fértiles. E l fósforo favorece el desarro llo de l as
raíces por lo que es i n d i spen sable en la i nstalació n de las p l antas d u rante los pri­
meros años que s i g ue n a l a p l antac i ó n .

2 . 2 . 2 . E l fósforo en e l suelo
Es un e l e m en to m uy poco móv i l en el sue lo y q u e se enc u entra en d i st i n tas for­
m a s acce sible a l as raíces:
- P20 5 e n l a so l u c i ó n d e l suelo: c o n stituye la reserva restri n g i d a pero i n media­
tame n te di spo n i b l e ;
- P205 ad sorbi d o p o r e l co m p lejo arc i l lo - h ú m i c o : constitu ye lo ese n c i al de l a
re serva d i g amos « i n terc am bi able» que s e l i bera fác i l m e n te p ara compe nsar
l as pérd i das por e x trac c i o n e s ; e sta fo r m a , c o n s t i t u y e con la an te ri o r l a
re serv a l l a m ad a « as i m i l able» ;
- P205 l i g ad o a la m ateri a orgánica d e l suelo con stituye u n a reserva m o m e n tá­
neamente no d i spon i b le pero progresivam e n te li bera b l e ;
- P205 no di spon i b l e , b loqueado en forma de fosfatos i n so l u b l es o m u y poco
so l u b les, procedentes de la roca m adre ya se a por prec i p i taci ó n progresiv a
de l o s fosfatos d i sueltos en l o s suelos calizos o , p o r e l c o n trario , m u y ácidos.
D e esta forma, so l a m e n te el P20 5 d i sue lto y el P 205 adsorbido i n terv i e n e n en l a
a l i m entaci ón i nmedi ata de l a v i ñ a, l a s otras for m as de P205 del su e lo están fue rte­
m e n te rete n i d a s en e l su e lo , son poco l i x i v i adas. La dosifi cación de esta fracción
de P205 deno m i n ad a « asi m i l ab l e » e s obte n i d a por varios métodos:
- método D y er para l a s tierras ácidas o n e u tras por e x trac c i ó n con ácido
cítrico ;
- método Joret Morg an para l as tierras c a l i z as y las l i mosas próx i m as a la neu­
trali d ad por extracción con o x al ato amónico .
L as nor m as de i n terpretac i ó n genera l m e n te ad miti das p ara los res u ltados de
los a n á l i si s de suelo son los si g u i en te s en °/00 en peso de ti erra fi n a :
- S ue l os pobres: < 0 , 1 2 °loo
- S uelos medios: 0 , 1 2-0,30 °loo
- S ue l os ri cos: > 0,30 °loo
E stas c i fras no son m á s q u e un valor i ndic ativo ya q ue es preci so tener e n
c u e n ta l o s c o n ten idos de arci l l a, d e m ateri a org á n i c a y de c a l i z a . P o r tanto , La
riqueza óp tima en P205 (glkg) de un suelo es l a si g u i en te , segú n la S C PA :
- 1 0% d e arci l l a S ue l o ác ido ( m é todo D yer) : 0 ,20-0,30 g/kg
S uelo alcali no (J ore t Hérbert) : 0 , 1 5-0,25 g/kg
- 30% de arc i l la S ue l o áci d o : 0 ,30-0,40 g/kg
S ue l o alc al i n o : 0,25-0,30 g/kg

2 . 2 . 3 . Evaluar las necesidades y los aportes de P 205


E s en la p l antación donde debe n aj u starse los niveles de fósforo en e l suelo
aprovechando e l desfonde p ara l oc a l i z arlo e n p rofu ndidad . E sto faci l i tará e l e nrai ­
z am i e n to d e l as p l antas y aseg urará a l argo p l azo u n a a l i m e n taci ó n sufi c i e n te e n
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 283

fósforo durante varios años, incluso durante toda la vida d e la v i ñ a . En efecto, las
extracciones no repre sentan m ás allá de 3 a 1 0 kg/h a/año.
En los suelos ricos, donde l a reserva del suelo en P205 asi m i lable es suficiente,
e l abonado fosfatado (con un coeficiente de uti l iz ación de 5 a 1 0% ) tiene como
papel princi pal compen sar l as exportaciones y aquél las pérdi d as debidas a la evo­
l ución del P205 en suelos m u y áci dos o m u y calizos: es u n abonado de manten i­
m ien to o de restitución.
En los suelos pobres, e l abonado fosfatado (con u n coefi ciente de u ti l iz ación
de 20 a 30 % ) tiene el papel de cubrir las nece sidades de la v i ñ a in situ y de contri ­
buir a enri q uecer progresi vamente el suelo ; es el abonado de recuperación ; antes
de una p l antac i ó n , el aporte se rá sufi c i e n te para consti tuir un anti c i po a l argo
p lazo : es el llamado abonado de fondo.
A t ítulo indi cativo, l as si gui entes canti dades son considerad as por el I N R A
para un abon ado de fondo o un abonado de recuperación, ex presadas e n uni dades
de P205/ha:
- E n suelos calizos ricos (P205 > 0,2 °fo0) : 1 00 U/ha
m ediana mente provi stos: 200 U/ha
po bres (P205 < 0 , 1 °fo0) : 300 U/ha
- E n suelos neutros o ácidos ricos: 200 U/ha
medios: 300 U/h a
pobres: 400 U/h a
Para e l abonado de mante n i m iento , no se efectúan aportes de P205 en l os sue­
los ri cos o se l i m i tan a 20 U/ha/año. Se control a que en el mome nto de los análisis
peciolares en el e nvero el contenido en fósforo supere el 0, 1 5 % de l a m ateri a sec a.

2 .2.4. Formas de aporte


Los abonos fosfatados son enterrados con la l abor de desfonde anterior a la
plantación; para el abonado de las v i ñ as ya plan tadas se enti e rran por subsolado o
en bandas a lo l argo de la fi la.

2 . 2 . 5 . Abo nos fosfatados


Se encuentran en e l merc ado n u merosos abonos fosfatados sim ples o co m ­
puestos (binarios PK , N P - tem arios N P K ) c u y o origen está en la exp lotación d e
fosfatos natura les ( m i n as de fosfatos) o la siderurg i a ( m i n as de hi erro) . Todos estos
abonos se disoc i an m ás o menos ráp i d a men te en el suelo , pero todos aportan i ones
fosfóricos que l legan a ser asi m i l a b les cualquiera q ue se a su ori gen :
- los fosfatos natu rales blandos o fosfatos tric álcicos (so l u bi l i dad 0 , 1 mg/1 a
pH 7) con 26 a 3 3 % de P -?05 no se deben emplear m ás q ue en suelos con p H
'

i nfe ri or a 6 , 5 ;
- el p hospal o fosfato aluminocálcico ( so l u b i lidad 2 m g/l a pH 7) con 34% de
P205, no debe e mp learse m ás que en suelos con pH superior a 6 ,5 ;
- las esco rias de defosfo ración (solubilidad d e 4 a 5 mg/l a p H 7 ) con 1 1 a
1 8 % de P205 y 45 a 50% de CaO, se pueden emplear en todo t i po de sue los
aunque prefere n temente en suelo áci do; .
- e l fosfato b icálcico (solubilidad 1 20 m g/l a p H 7) con 40% de P205 se p uede
e mp lear en todos los suelos pero está p artic u l armente i ndicado e n suelos
muy cal izos en los q ue se retrograda m u y lentamente ;
2 84 MANUAL DE VITICULTURA

Jos superfosfatos ( so l u bi hdad 50 gr/l a pH 7 ) con 2 5 % de P205 y 20% de


C aü p ara e l superconcentrado o 45% de P205 y 1 8% de C aü p ara e l super­
tri p le , no debe uti li z arse en abonado de fondo en los suelos muy calizos y a
q u e s e retrogradan a s u forma i n so l u b l e , s e usa e n abonado de m an te n i ­
miento.

2 . 3 . N itrógeno
EJ nitrógeno au menta genera l me nte el vigor y Ja capacidad de producción de l as
cepas. U na ali men tación excesiva en nitrógeno provoca la mayoría de l as veces un
aumento de la sen si bilidad de l a vid a enfermedades criptogámicas y al corrimiento
así como una reducción de la cal idad. La absorción de n itrógeno por la cepa p asa
por tre s fases críti cas: la floración, el crec i miento activo de las ram as y eJ engrosa­
miento rápido de los fru tos. La m ayor parte de los suelos permi ten la alimentación
de l a vid en nitrógeno a partir de la mi neralización de la m ateria orgánica bajo el
efecto de l c alor y la hu medad. Contenidos de 1 ,5 a 2 % de m ateri a org ánica son sufi­
cientes p ara la ali me ntación n i trogenada de l a v id . Si se desea, u n aporte orgánico o
mineral p uede j u stificarse pero l i m i tado a 30 unidades de ni trógeno/h a/año; este
lím i te es válido en la m ayor parte de las regiones vi tíco las para co mpensar las pér­
didas y l as extracciones. Este l ím i te puede ser so brepasado en algun a ocasión si se
con stata q ue el vigor es i nsuficiente o rebaj ado si este vigor es de m asiado fuerte. En
Cham pagne y en Al sacia, el l ími te se fij a en 50 unidades/ha/año .
L o s abonos orgánicos, ú nicas reservas perd urables d e n i trógeno en e l suelo,
son general mente prefer i b l es a los aporte s mi nerales . N o o bstante, si se decide
efectuar estos ú l ti mos, se uti li zará su forma amoni acal en el momento del desbo­
rre, suficiente m en te pron to para que el ni trógeno te nga tiempo de descender a l as
raíces y poder ser uti l izado en e l momento de máx i m a de manda en j unio-j ul i o . L a
forma n i tricoamoni acal e s i n teresante e n los suelos perm eables u n m es m á s tarde
si se prevén pérdidas por l avado.

2 .4. Calcio
I n terviene en e l metabo li smo celular neutralizando los ácidos formados; es el
ele mento do m i n an te , de l poder tam pón in tracelu lar, reg ulando el pH del j ugo ce lular.
L as necesi dades de l a vid en calcio están generalmente sati sfechas; no obstante
se de berá v i g i l ar p ara mantener en e l sue lo un a tasa de calcio suficiente p ara u n a
bu ena estructura y u n b u e n mecan i smo del poder absorbe nte . Recordemos q u e
ciertos portainjertos soportan mal una ta s a de caliza activa e levada ya q u e son sen ­
si b les a l a c lorosi s. No es tanto e l c a l c i o el responsable de la cl orosi s como e l
exceso de anión bicarbon ato y el pH alcalino del suelo.

2 . 5 . Magnesio
E n tra en l a composición de la clorofi la; ne utraliza los ácidos orgánicos y parti­
cipa con el calcio y el potasio en el bal ance iónico intrace l u l ar. L a carenc i a en
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 285

m agnesi o s e puede manifestar duran te u n a absorci ón i n suficiente de m agnesio,


aparece en suelos li geros y ácidos som etidos a l avado o en suelos que hayan rec i­
bido abonados potásicos m u y fuertes. C ie rtos portai nj ertos, como e l 44-53 Male­
gue y el S 04, son p arti cu larme n te se n si bles a esta carencia de m agnesio. Se m an i­
fiesta p or un amari l leamien to del borde de l a hoj a q ue progresa en digitaciones
i nternervi ales. E l v i ticul tor puede aportar la m agnesia baj o la forma de caliza dolo­
m íti ca, de cal m agnesi an a o de sulfato de magnesi o .

2 . 6. H ierro

E l hierro absorbido por las raíces es i ndi spensab le para Ja síntesi s de la cloro­
fil a e i nterviene e n los procesos de la respi ración y de la fotosínte sis. El h i e rro está
prese nte en los suelos don de es absorbido general mente sin pro b le m a por l as raí­
ces de las plantas. S i n embargo , un exceso de caliza en la so l ución del suelo y en
presencia de otras condiciones favorecedoras, com o un insu ficiente agostam iento
de la m adera a lo l argo del ciclo vege tativo precedente y de condiciones cli m áti cas
difíc i les para el creci m iento en pri m avera, pue den ac arrear problemas en l os meca­
nismos de absorción y de m i gración del h ierro provocando l a c lo rosis.

3 . ABONADO DE FON DO A NTES DE LA PLA NTAC I Ó N

L a ferti l i zación a l argo p l azo pretende cre ar en e l sue l o , desde de la p lantación,


un ambiente favorable para J a coloni zación y e l buen fu ncionamiento de las raíces
de la v iñ a:
- restab leci e n d o u n n i v e l sati sfactori o de l a m ateri a o rg á n i c a d e l s u e l o
mediante enmiendas orgánicas;
- corrigi endo las pérdidas de calcio y la aci dificación del sue lo con e n m i endas
calizas;
- re stab leciendo Ja ferti l i d ad del suelo , compati ble con e l vig or, el re n d i ­
miento y el n i v e l de cali dad buscados, medi ante en m iendas potásic as, fosfó­
ricas y m agnesianas.

3 . 1 . El análisis del suelo es indispensab le pero no suficiente


L a p l ani ficación del abonado de fondo descansa so bre e l conoc i m i ento de l as
c arac terísti cas físicas y quím i cas del suelo y del subsuelo, determ inadas por el aná­
l i sis de l as m uestras de ti erra y la o bservación del perfi l del sue l o . E l análisis
aporta i n formaciones, de orden cuan ti tati vo , pero esas referenci as no son suficien­
tes, y a que:
- por una p arte , l as m uestras no repre sentan m ás que el suelo de l a m uestra,
por lo q ue e s necesario efectuar para una zona apare ntem ente ho mogénea,
una docena de to m as para conform ar u na m ue stra repre sentativa;
- por otra p arte , l as i n formaciones sob re el perfi l del suelo (textura, compa­
cidad , hu medad de los di sti n to s hori zonte s) , sobre la si tuación de l a p ar-
2 86 MANUAL DE VITICULTURA

c e l a ( i n fluencia del ambi e n te a nivel té rmico e h ídri co) y sobre la re acción


de l a v id o de l a v egetación ex i ste n te antes de la preparación del te rre no,
son necesari as p ara l a i n te rpretaci ón de los análi s i s del sue lo c o n v istas a
p lanifi car l a fert i l i zación, a per m i ti r l a e l ección d e l portai nje rto o la selec­
c i ó n d e c i e r to s tra b aj o s de acon d i c i o n a m i e n to y de p re p ar ac i ó n d e l
terreno.
L as tomas se p ueden re a l i zar en c u alq uier mo m e n to d e l año; no o bstan te ,
parece ev idente que no es conveniente hacer la ex tracción poco después de los
aporte s de en m ie ndas o de abonos. E s necesario extraer separad amente el suelo (0-
30 c m de p rofundidad) y el su bsuelo ( 30 c m en adel ante) y a q ue las raíces de l a vid
son suscepti bles de co lonizar l as do s zonas que serán acondicionadas y enmenda­
das en e l momento de l a preparación del suelo. L as extracciones se efectú an con la
barrena o con la pala.
E l l aboratorio re a l i z a los análisis deseados por e l v i ti c u l to r. E n p ri n c i p i o es
ú ti l conocer l as c aracterísticas del suelo (gran u lo metría, m ate ri a org ánica, p H ,
conte n i do en c a l c i o q ue cond icionan l a tex tura y l a e structura d e l sue lo) y l o s
contenidos de anhídrido fo sfórico, p otasa y m agnesia que i ndi quen l a s d i sp on i ­
bi li dades de e l e m e n tos ferti l i z an te s . L o s an áli sis com p l e m en tari os p u e den ser
pedidos e n casos p arti c u l a re s , si se i n t u y e la i n fl u e n c i a del exceso de c a l i z a
(determi n ac ión de c a l i z a activa y d e l índi c e d e p oder c loro sante ) , del exceso d e
aci dez ( l o s conten idos de c i e rto s o l i goe l e mentos ta les c o m o cobre , manganeso ,
a l u m i nio) .

3 . 2 . Enmiendas orgánicas

3 . 2 . 1 . Materia orgán ica de los suelos vitícol as


L a materia o rgánica de los suelos comprende e l conj un to de seres vivos y de
restos vegetales y an i m al es presen tes en el sue lo en un mo mento dado, naturales o
aportados por el hom bre . L a m ateri a orgánica del suelo se encuen tra en perpetu a
evo lución . La m ateri a orgánica de origen ani m al sufre en el suelo una degradación
por los mi croorganismos que no dej an más que los ele mentos m i nera les si mples,
en solución o fij ados so bre com p lej o arc i l lo-húmico. La materia orgánica de ori­
gen vegetal cond uce , bajo l a acción de los microorganismos, de una forma lenta o
rápida:
a la formación de gas c arbóni co y de materi as mi nerales (ni trógeno, az ufre,
fósforo . . . ), es el proceso de mineralización; e stas sustan c i as de m i neral iza­
ción se d i funden en la so lución del suelo y p ueden ser absorbidas por las
pl antas, o fij adas por el co m pl ej o arc i l lo-hú m i co del suelo, o lavadas;
a la producción de c o m p l ejos h ú m i cos que permanecen re lativamente e sta­
b les: es e l p roceso de h u m i.ficación que produce e l h u mus; estas sustanc i as
h ú m i c as provienen de l a reorgani z ación de e l e mentos de desco m posición
prove n i e n te s pri nc i pa l m e n te de l a l i g n i na y de la c e l ulosa; este h u m u s
evo luciona é l m i smo p ero m u y lentamente a C 0 2 y a sustanc i as m i nerales.
El contenido en m ateria orgáni c a de los suelos v itícolas es general mente in fe ­
ri or al 2 %, l o m ás frec uente en tre 1 y 2% , algunos suelos están p o r debaj o de l 1 %,
lo que es muy i n suficien te , y otros po r enci m a de l 2 % , lo que favorece el v igor de
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 287

l as v i des. E n fu nción de la naturaleza d e l suelo, l o s aportes de m ateri a orgánica


j ueg an un papel parti cu l ar:
- en suelos poco áci dos, el h u m us se co m b i n a fác i l m e n te con l a arc i l l a p ara
for m ar el comp lej o arc i l lo - h ú m i co q ue es la b ase de la ferti l i d ad de l o s
suelos;
- en suelos arenosos, el aporte de m aterias orgáni cas m ejora l a estructura, l a
re tención de ag ua, l a ac ti v idad biológica y l a c ap acidad de i n tercambi o d e
cationes;
- en suelos de li mos enfang an tes (battan ts), las m ateri as orgánicas permiten
una mej ora i nteresante de la estructura del suelo;
- en las tierras pesadas arci l losas, m ejoran l as propiedades mecán icas de los
suelos.

3.2.2. Balance húm ico


H acer un balance es evaluar las entrad as y salidas. Para l a materia orgánica, se
debe mantener e l stock a un cierto ni ve l ; p ara que e l bal ance re sulte equili brado, es
necesario que las sali das, es decir las pérdidas de m ateri a orgánica por m i nerali za­
ción, no so brepasen las entradas, es deci r los aportes de m ateri a orgánica fre sca.
Antes de la p l an tación, e s necesario reequ i l i brar el balance p ara compensar u n
e mpobreci miento d e los suelos por i n suficienc i a d e aportes a l o largo d e los años
an teriores y en razón de l a d ifi c ultad de locali z ar estas e n miend as en el sue lo
c u ando l a viña está e stablecida.
U n suelo v i tíco la está medi an amente provisto cuando contiene entre 1 ,5 y 2%
de materia orgánica en el horizonte superficial, el 2 % en los suelos p obres en arc i ­
ll a y el 1 ,5 % para l o s demás sue los.
Las pérdidas por m ineralización (salidas) repre sentan u n 1 o u n 2 % por año
seg ún la naturaleza físi co-q u ímica y la aci dez de] suelo. A modo de ej emplo, si el
contenido en el an á l i si s es de u n 1 % de m ateri a orgánica cuando el contenido nor­
mal e s del 2 % , el déficit en m ateri a orgánica es de u n 1 %, lo que representa, p ara
u n e spesor de ti e rra de 25 c m . que pesa 3 . 500 ton e l adas/h a, 3 5 ton e l ada s de
h u m u s/ha ( 3 . 500 x 1 / 1 00 ) . D e esta forma s e pueden e stab lece r las tabl as i ndicati­
vas siguientes (a modifi c ar en función de Ja densidad y de l a profundidad del suelo
y de los contenidos en m ateri a orgánica buscados) :

Déficit de h u m u s en % Aportes de h u m u s/ha


1 ,5 52 t
1 35 t
0,5 17 t
o S ue lo con m an te n i miento

Las fuen tes de materia orgánica (entradas) son diversas y la cap acidad de estas
materi as orgánicas de fabricar el humus, de evolucionar y de li berar los m ateri ales
ferti l izantes, es variable según su n aturaleza. El valor de una enmienda depende de :
- su con tenido en materia seca, m u y vari able seg ún el producto ;
- la relación C/N (carbono/ni trógeno): i nforma sobre el grado de evolución d e
la e n m i enda; cu an to m ás dé bi l , m ás deprisa s e desc o m pon drá la m ateri a
orgán ic a y viceversa:
• 1 4 > C/N : descomposi ción rápi d a y li beración elevada de n itrógeno.
288 MANUAL DE VITICULTURA

• 14 s;
C/N < 1 9: descomposición media y débil l iberación de nitrógeno.
• 19 s;C/N s; 50: descomposición lenta a muy lenta; l iberación de nitró­
geno sin consecuencias en el suelo.
• CIN según la enmienda: más de 40 para rastrojos
20 a 40 para estiércol poco hecho
1 O a 20 para estiércol bien hecho
Menos de 1 O para el abono verde
el coeficiente isohúmico (k l ) : Informa sobre la cantidad de humus esta­
ble que va a ser aportado por la enmienda; cuanto más elevado es este
coefi c iente, mayor aptitud tendrá l a e n m ienda p ara aportar humus al
suelo:
• Valor del coeficiente i sohúmico: rastrojo (paj a) : 1 O a 20%
estiércol : 30 a 50%
restos de racimos: 30 a 50%
sarmientos: 30%
abonos verdes: Débil
- el índice de estabilidad biológica (IS B ) : Permite apreciar la velocidad y la
amp li tud de la mineralización de las materias orgánicas en el suelo; su valor
varía de O a 1 00%, he aquí algunos ejemplos:
• Valor del ISB : rastrojos (paja) : 1 5 a 25 %
madera: 20 a 30%
estiércol : 1 5 a 45%
corteza de frondosas: 40 a 80%
corteza de resinosas: 60 a 1 00%
turba: 80 a 1 00%
los contenidos en elementos fertilizantes.
S i l a elección de la enmienda depende de estos coeficientes, es necesario tam­
bién tener en cuenta, el precio de vent� de la unidad fertil i zante y de la cantidad de
humus estable que será producido. Es necesario al mismo tiempo examinar las
posibilidades de adquirir esta enmienda y tener en cuenta el vol umen de producto
a transportar y repartir.
Final mente en la elección de la enmienda deben tenerse en cuenta criterios
ecológicos:
- riesgos de polución por metales pesados aportados por ciertas enmiendas
como los restos fecales y l os compost urbanos, riesgos de acidificación por
los restos de racimos si no son neutralizados;
- riesgos físicos por aporte de desechos no degradables y quizás peligrosos
para el hombre, los animales y el material como los restos de vidrio.
- degradación del paisaje por los desechos plásticos.

3.3. Corrección de suelos ácidos

3.3.1 . Origen y consecuencias de la acidez de los suelos


Un suelo puede tener una reacción ácida, neutra o alcalina, según la concentra­
ción de iones H+ del agua que circula en él . La medida de esta concentración deter­
mina el pH del suelo. La causa esencial de la acidez de los suelos es la falta de cal­
cio y, eventualmente, de magnesio.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 2 89

En todos los suelos, el calcio y el m agnesio se encuentran bajo dos formas


i ntercam bi ables: di su e l tos en la sol ución del sue lo, form a bajo la q ue son absorbi­
das por l as p lantas, y fij ad as ( adsorbidas) so bre comp lejo arcil lo-húmico. En los
suelos calizos, se encuentra tam bién el calcio en estado sól ido , b aj o forma de
cali za, que con stituye una reserva m ás o m enos dispon i b le para ali mentar l as otras
dos formas. Pero en los sue los áci dos, no h ay reserva acce si ble, la solución del
suelo l lega a abastecer de calcio a la pl anta en detri mento de aquel que está fij ado
so bre el co m p lej o arci l lo-húm i co ; de esta form a, el suelo se aci di fica m ás.
L a acidez de los suelos es pe l igro sa por sus consecuencias sobre las propieda­
des de estos suelos: n u l a o e sc asa evol uc i ón de l a m ateri a orgánica del su elo,
reducción de l a e stabi l i d ad e strucnual de l os suelos, lavado de los e le m en tos m i ne ­
rales, l i beración de i o n e s tóx i cos (cobre,mang aneso, alu m i nio)en l a solución del
sue l o . Los sue los ác idos se encue ntran en d i stin tas reg i ones vi tícolas: terrazas
esqui stosas de B anuy ls, sue los gran íticos de B e auj o l ai s, sec tores de S au m u r y de
A njou, ciertas zonas v itícolas de M adi ran , de J urarn;on y de Armagnac, de G raves
y del Entre-deux- mers en B urdeos . . . E sta acidez resu lta de la evolución edáfic a por
arrastre de base s en profundidad . Las v i ñ as no sufren di rectamente la acidez de l os
suelos, pero sufren l a s consecuencias por la degradación de l as propiedades de l os
suelos y por la apari ción de toxici dades i nducidas por c iertos e lementos l i berados
en la so lución del suelo.

3 . 3 . 2 . E nmiendas cál c icas y magnesianas

3.3.2. 1 . Determinación de las necesidades de cal

La corrección de la aci dez del suelo (pH < 6 ,5) se re ali za med i an te un aporte
de cal (Caü) que con sti tuye el encalado de rectificación . El pH deseable en v i ti ­
cultura s e encuentra e n torno a 6,5 en l o s suelos l igeros, ricos en sílice y e n humus
y en a lrededor de 7 en suelos pe sados, arc i llosos o l i mosos. Para au m entar e l p H
en una unid ad , s e debe aport ar aproxi m adamente :
- 1 .500 a 2.000 k g d e C aü en tierras arenosas l igeras.
- 2 .000 a 3. 000 kg de C aü en ti erras l i mosas.
- 3 .000 a 4.000 kg de C aü en ti erras arc i l losas o h u m íferas.

3.3.2.2. Prin cipales enm iendas cálcicas y magnesianas

- los productos crudos (calizas o dolomías donde el calcio e stá en form a de


carbonatos):
• cali zas mo l i das: 45 a 55% de C aü
• c raies (c ali z as organógenas b landas) : 50 a 5 5 % de C aü
• enmiendas calizas y magnesianas: 3 5 % de Caü y 8% de M g ü
• dolo m ías: 20 a 30% de C aü y 1 8 a 2 1 % de Mgü
• m argas: 25 a 45% de C aü
• maerl: 40 a 50% de C aü y 2 , 5 a 6% de M g O
- l o s productos coc idos ( c a l re su ltante de J a cocción de calizas y poseen e l cal­
cio en su form a de óxi do) :
• cales v i vas agrícolas: 70 a 90% de C aO
• cales agrícol as apagadas: 50 a 72 % de Ca O
• cales m agnesi anas v ivas: 45 a 7 5 % de C aO y 1 8 a 40% de M g O
290 MANUAL DE VITICULTURA

- las e n m iendas org áni c as: abono de hongos: 8 a 1 0% de C aü


- los abonos: escorias Thom as: 40 a 50% de C aü
fosfatos naturales: 40 a 50% de C aü

3.3.2.3. Criterios de elección de las enmiendas calizas

Se tendrá en c uenta:
- el coste de la u nidad neutralizante que corresponde al peso de la cal que
ti ene la m i s m a acción que 1 00 kg de e n mi enda, lo que corresponde p rinci­
pal mente al contenido en C aü , sa lvo para l os fosfatos natural es c u yo valor
neutrali z an te n o represen ta m ás que la déc i m a parte del contenido en cal;
- la rapi dez de acción que depende de la gran ulometría de la en m i enda y de s u
so l u b i l i d ad ; l as c ales y l a s c a l i z a s fi namente m o l i d a s ti e n e n u n a acc i ó n
rápida;
- de la co modidad de e mpleo.

3.4. Restablecimiento de las reservas de P205 y K20


L as dosi s p ueden ser m u y varia b les en función del análisis del suelo, del por­
tainj e rto y de la producción esperada . Los aportes de ácido fosfórico y de potasa
son efectuados durante el desfonde :
- en suelos norm almente provi stos (0, 1 5 °loo de P205 y 0 , 1 5 °loo de K 20 ) para
una producción de calidad :
• 200 uni dades/h a d e P205 e n suelos calizos y 3 00 e n suelos neutros o áci ­
dos.
• 300 unidade s/h a de K 20 en sue l os arcil losos o lim osos y O e n suelos are­
nosos.
- en suelos po bres (< 0 , 1 0 °loo de P205 y < 0 , 1 0 °loo de K 20 ) :
• 300 unidades/ha de P205 en suelos c alizos y 400 en suelos neutros o áci ­
dos.
• 600 unidades/h a y m á s de K20 en suelos arci l losos o l i m osos y 200 en
suelos arenosos.

4. ABO NADO D E MANT E N I M I E NTO

El abon ado de m an te n i m ie nto en potasa y en anh ídrido fosfórico ya ha si do


presentado anteriormente, aqu í abordaremos únicamente el bal ance m i neral y los
métodos de d iagnóstico del v iñedo.

4 . 1 . Balance m ineral
E l abondado de manteni mi en to e s tá destin ado a compensar l as exportaciones
netas de las viñas. Un balance teórico de fertilización permi te apreciar las necesi­
dades en elementos fertilizan tes.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 291

Entradas (E) Salidas (S)


- M i nerali zación de la m ateri a orgánica - Cosecha
- Residuos orgánicos (sarmie ntos, fol l aje . . . ) - L avado: K, Mg, C a, N
- Precipitaciones atmosfé ri c as F ij ación por el suel o : K , P

Reservas asimilables (R) - M alas hierbas y órganos


perennes

Fertilización si: E+R < S


En la práctica, no es posi ble calcu lar e ste balance teórico . El v i ticu l tor dispone,
sin embargo , de medios p ara apreci ar e l estado de salud fisiológi c a de la p lanta y
frenar los problemas debidos a un dese q u i l i brio, una i n suficiencia o un exceso de
uno o v arios ele mentos nutri tivos.

4 . 2 . Diagnóstico del viñedo

L a observación del v iñedo y e l análisis de los resu l tados de l a p roducci ón e n e l


momento de la cosecha (rendi m i e nto y cal idad) v i sualiz an l o s elementos de apre­
c i ación de l as necesi dades de la v i d , del nivel de al i men tación a lo largo de la cam­
paña y de las reacciones de l a vid en e l transc urso del año .

4.2. 1 . Observación diagnóstica d e la vid


Las diferentes p arcelas de Ja explotación se encuentran en un estado vegetativo
diferente por di versas razones que ti enen que ver con la estructura de esas parcelas
(condiciones ed afo-climáticas locales, naturaleza y edad del binomio variedad/por­
tainjerto, si stema de conducción), con su hi storia (cúmulo de efectos de los azares
climáticos y de las i ntervenciones del viticu ltor en un sen tido favorable o desfavora­
ble) y con su nivel de prod ucción . La apreciación de este estado vegetativo realizada
ten iendo en cuenta el v igor medio de l as cepas, de la i mportancia y de las cau sas de
debi lidad, de los síntom as visuales de las carenci as o de la tox ici dad con sti tuye un
elemento esencial de la determi n ación de las necesidades de cada parcel a .

4.2. 1 . 1 . Vigor

Se aprec i a por la i m portancia de la madera y de l a masa fo l i ar; u n a v id vig o ­


ro sa ti ene u n crec i m i ento activo, ra mas con en tren udo s largos, n u m ero so s an tic i­
pado s (n ietos), u n n ú m ero i m portante de rac i m os ; por el contrari o , u n a v i ñ a
d é b i l o poco v ig o rosa tiene u n a veg etación enclenque, pocas ram i fi c aciones c o n
en tren u dos corto s, u n a po bre prod ucción; e l vigor d e u n a parcela de v i ñ edo, se
apreci a p asando entre l as hi l eras y c a l i brando según una escala c u a l i tativa de
v ig or de 1 a 5 :
l . vid de m uy poco vigor: % desborre débi l , ramas peq ueñas con en tren udo s
cortos y pequeño diámetro , hoj a s peq ueñ as, vegetación poco densa, rac i ­
m o s peq ueños y poco n umerosos, bayas de p oco vol u men;
2 . vid de poco vigor: algunas ye m as no han brotado, l a m ayor p arte de l as
ram as ti enen en tren udos m edios (en longitud y espesor) aunque alg u n as
292 MANUAL DE VITICULTURA

son dé bi l es, l a vegetación no e s ni densa ni c l ara, l as hoj as son de medi anas


a pequeñas, l a producción es i nferior a la med i a;
3 . viña de vigor medio : tod as las yemas o casi todas h an brotado, los en tren u ­
dos tie nen u n a ta l l a norm a l , la vegetación forma u n a cubierta vegetal o una
corti na bastante densa sin superposición de fo l l aj e, l a producción es nor­
m a l , la m aduración y el agostamiento son c o m pletos;
4. viña de vigor elevado : se observa un exceso de m adera, j u nto a maderas
o riginadas por yemas dejadas en la poda se encuen tran con traciegas, los
tal los están ramificados (n ietos), l a vegetación es bastante densa con una
producción superior a la nor m al ;
5 . viña d e vigor excesivo : l a v i ñ a p re sen ta u n a vegetación su perp ue sta, l a
p arad a d e crecimiento tarda e n m an i festarse , a menudo, l a e spesura d e l as
hoj as ocu l ta l os rac i mos que son n u m erosos, vo l u m i nosos y verdes durante
bastante tie m po; los tal los son gruesos con en tren u dos l argos, ram i ficados,
l as con traciegas y los pámpanos sobre la m adera v iej a pro l i feran pero el
agostam iento de determi n ad a m adera es i ncomp leta.

4.2 . 1 .2. Síntomas de carencias

- la carencia potásica: los sín to m as son diferentes según la época y Ja natura­


lez a de la v ariedad pero conciernen so bre todo a l as v i ñ as jóvenes y comien­
z an siempre por e l extre mo superior de l as ramas y se propag an e n seguida a
l as hoj a s de más edad :
• duran te e l verano, l as hoj as presen tan u n a decol oración tras u n a m ari l lea­
mi etno m argi nal en l as v ariedades b l ancas (flavescencia) o u n enrojeci­
m i ento en l as variedades roj as (en rojecim ien to m ineral) que i nvade pro­
gresivamen te los nervios y la total i dad o parte de l l i m bo produci endo un
tinte m ás v i o l áceo; el l i m bo se e ngrosa, volviéndose l acio y quebradizo, e l
borde de las hoj as s e enro l la sobre l a base; las necrosis p ueden aparecer en
l os puntos donde e l enrojec i miento ha co menzado, l as ramas se agostan
de forma i ncompleta conservando una fracción apical en verde.
• durante l a m aduración , l as v i ñ as de m asiado c arg adas de raci mos p ueden
presentar bruscamen te , en la parte superior de las hoj as, bandas m arrones
negruzcas o m arrones c hocolate , m ás o menos extendidas m ientras que l a
c ara i n ferior per m anece verde ; estas zonas s e localizan e n l a p arte soleada
d el l i m bo , y re spetan frecuentemente los nervios principales; l as hoj as se
desecan y c aen comenzando por la base y progre sando h aci a lo alto; l a
m aduración de l os raci mos e s fre nada, i n c l u so b loqueada y u n a p arte de
los sarm ientos perm anece herbácea (pardeado).
la carencia magnesiana: l o s pri m eros síntom as ti enen u n a l oc a l i z ac i ón
totalme nte opue sta a l a flavescen c ia y a l en rojecimien to m in eral, aparecen
sobre las hoj as de l a base de l as ra m as, m ás precozmente que en el caso de l a
carencia en potasa:
• en l a floración o a veces antes, las necrosis aparecen so bre el l imbo, en
posición ci rc u l ar, de form a eq uidi stante al p u n to peciol ar y a 1 0 ó 20 mm
del borde del l i m bo ;
• después de l a floración y a l com ienzo d e l verano, las h oj as enfrente y
so bre los rac i mos presentan coloraciones amari l las en l as variedades blan ­
c as y am ari l l as p asando a roj as o d i rectamen te roj as e n l as variedades
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 293

roj as ; esas coloraciones, al pri ncipio marginales, progresan en digitacio­


nes internerviales en forma de racimos;
el hambre de nitrógeno : amaril leamiento bastante general del fol l aje y
caída prematura de l as hojas más viej as ;
la clorosis férrica: los síntomas son m u y variables e n intensidad según las
parcelas y las condiciones climáticas de primavera, aparecen en primavera:
• en los casos de clorosis benigna, se observa al mismo tiempo sobre el con­
j unto del fol l aje de la cepa, una simple decoloración amaril lo pálido del
l i mbo que comienza entre los nervios, mientras que estos últi mos perma­
necen verdes largo tiempo, y que disminuye para terminar por desaparecer
al fi nal del crecimiento.
• en los casos de clorosis graves, se observa un blanqueamiento del l imbo
que avanza por los nervios mientras que los bordes de l as hojas se dese­
can, las hoj as jóvenes se enroll an, se secan y caen ; l as ramas detienen su
crecimiento mientras que los nietos y una tercera generación de ramas
aparece en forma de ramas cortas y erguidas, dando un aspecto enmara­
ñado al conj unto (escobas de brujas).
la carencia en boro: los síntomas comienzan en torno a l a época de flora­
ción con un brusco amarilleamiento de las hojas que deriva en manchas y en
necrosis en la parte media de l as ramas; estas hoj as presentan manchas,
entre los nervios, de color amaril l o o rojo vivo, en principio aisladas y con­
fl uyendo después para formar digitaciones internervi ales; l as necrosis apare­
cen en el centro de l as manchas o en la periferia del l i mbo; l as hojas jóvenes
se quedan pequeñas, gruesas e hinchadas entre los nervios; el ápex de las
ramas se deseca, l os nietos se desarrollan dando ramas cortas; en l os casos
graves, las flores se echan a perder y las inflorescencias se secan, l as bayas
nuevas se quedan pequeñas y toman un aspecto plomizo;
salinización: se m an i fiesta en verano, cuando el suelo se seca, por l as
necrosis del borde de las hoj as que pueden ser aisladas o constituir una que­
madura marginal del l imbo que puede abarcar todo o parte del l i mbo, provo­
cando la caída de l as hoj as adultas; una segunda vegetación se desarrolla
pero el agostamiento del follaje es incompleto; si el fenómeno se reproduce
al año siguiente, puede producir la muerte de la planta; estas necrosis margi­
nales o estas quemaduras de las hojas se observan también tras el paso de
vientos sal i nos en los v i ñedos de los l i torales mari nos, sobre todo con
motivo de temporales equinociales (Ile-de-Ré);
la toxicidad por cobre: se observa un desmedro de l as ramas, su marchita­
miento y l a muerte de las cepas; el si stema radical se atrofia.

4.2.1.3. Estado sanitario

El exceso de vigor de las vides se acompaña a menudo de una sensibilidad


mayor a las enfermedades del follaje y de los racimos; la reducción del vigor que
se impone si se desea mantener un fol l aje activo y obtener una vendimia madura y
sana, conduce al viticultor a disminuir los aportes de m ateriales fertil izantes,
incluso a enyerbar para favorecer la competenci a por la explotación de las reservas
del suelo.
294 MANUAL DE VITICULTURA

4.2.2. Análisis parcelario


El conoci m i en to del rendi miento y del estado de m adurez de cada u n a de las
parc e las es un modo de apreciar la c apacidad de l as v i ñ as de exp lotar l as reservas
d e l suelo. U n rendi mi e nto elevado y una m adurez i mperfecta (baj o con te nido en
azúcares y en polifenoles, aci dez e levada) pueden ser el i ndicativo de un exce so de
a l i m e n tación hídrica y m i neral . Cuando el rendi m i ento y el vigor son baj os, es
necesario busc ar, entre l as c ausas de este de b i l i ta miento , aquellas que estén l igadas
a la a l i mentación h ídri ca y mi nera l .

4.2.3. D iagnóstico fol iar


Parti en do del principio de qu e l a s h oj as son e l l a boratorio de la pl anta, e l
m é todo consiste e n contro l ar l a ali m e ntación m ineral p o r e l análi si s de éstas. Los
cri terios de una buena ali mentación m i neral se estab lecen en los viñedos de refe­
ren c i a que producen bien y reg u l arm e n te. Los resu ltados del an á l i si s de los v i ñe­
dos donde q uiere determin arse e l a bonado se com paran con estos criteri os. S ó lo e l
contro l periódico de l a p arcela permi te apreci ar e l aume nto o l a disminución de J o s
contenidos e n ele mentos ferti lizantes absorbi das por las p l antas, l o cual permite
corregir u n exceso o déficit de ali mentación por tal o cual elemento . Así conce­
bido, el an á l i si s fo l i ar es un i n stru m e nto de i nterés p ara la planificación razonada
de la ferti l i z ación.
L as m uestras de h oj as son recog idas en vein te o treinta p l an tas identificadas,
bien representativas del v igor medio y repartidas por tod a l a extensión de Ja p ar­
cela. S e prefiere las hoj as situadas frente a los rac i mos. L as hoj as son pesadas y
secadas ante s de ser envi adas al l aboratori o .
L as tom as son efectuadas genera lmente e n J a floración y en e l e nvero anali z án ­
dose los li m bos y l o s pecio los; no obstante, el análi sis de l o s peciolos to m ados en
e l envero bastan general mente para tener u n buen conocim i en to del vi ñedo . Los
análisi s de l l a boratorio informan so bre N , P205, K 20 y son expresados en porcen ­
taje de m ateri a seca. Los res u l tados trasladan por una parte, la i n tensi dad de l a a l i­
men tación y p or otra parte, de l equi l i brio ali men tario; perm i ten u n a comparación
con los v i ñedos de referenci a y con Ja situación anterior. E ste m étodo perm i te
poner en evidenci a los déficit alimentarios e i ndi car, tras h aber repetido estos aná­
l i si s durante tre s añ os o m ás, los abon ados de recu peración nece sarios. La difi c u l ­
tad de este método re side e n e l establec i miento de los criteri os de referenci a que
varían de una región v i tíco l a a otra.

4.2.4. Anál isis del suelo


U n anál i si s periódico cada ci nco años m ás o menos, perm i te segu i r, al igual
q ue con las hoj as, l a evo l ución de l os contenidos en e le mentos minerales disponi ­
bles en e l suelo. No per m i te por sí sól o fij ar l as c antidades a aportar pero pone n a
nuestra di sposición los valore s cuanti ficados de las reservas del sue l o .
CAPÍTULO 3

RAZONAR Y PRACTICAR LA PODA

1 . Princ ipios de la poda


2. Determinación y repa rto de la ca rga
3. Sistemas de poda
4. E lementos prácticos de la poda

L a vid es una liana que, en form a si lve stre , adqui ere un gran desarrol lo. L a pro­
d ucción de madera g an a prioridad entonces so bre la producción de frutos, q ue se
hace muy i rreg u l ar, pequeña en re lación al espacio oc upado por la cepa y de c al i ­
d ad m u y mediocre . L a poda consi ste e n supri m i r parci al o total mente ciertos órga­
nos de la v i d : pám panos, sarm ientos, ye m as y, eventualmente , hoj as y raci mos. La
poda tiene como fi n alidad :
- Lim itar e l alargamien to d e los sarm ientos y del esquel eto d e l a cepa con el
fi n de reducir el envejecimi ento y contener e l desarro l l o en un espacio com­
p ati ble con e l cu ltivo .
- lim itar el n úmero de yemas a fi n de reg ulari z ar y armoni zar la prod ucción y
el v i gor de cada cepa.
L as operaciones de poda pueden di st ri buirse e n dos categorías:
- la poda en seco o poda de i nvierno que se realiza durante e l reposo vegeta­
ti vo;
- l as podas en verde, o podas de verano, que agrup are mos b ajo el nom bre de
operaciones en verde, que se practican sobre la vid en p lena vegetación .
296 MANUAL DE VITICULTURA

1 . PRI NCI PIOS DE LA PODA

1 . 1 . L imitar el alargamiento y envejecimiento de la cepa


Cu ando se poda, se trata de dej ar en l a cepa sarm ientos podados a longi tud
vari able; se d isti nguen:
- los pu lgares, que llevan únicamente las dos yemas axi lares de la base (consi­
derando la yema ciega como y e m a de l a coron a;
- l as varas, que l levan al menos cuatro ye m as axi l ares.

A . Reynier
2

F igura 1
Expresión de la acrotonía sobre el desborre, el crecimiento y longitud de los sarmientos para made­
ras de poda en posición horizontal (1) u oblicua (2).

El alargami en to de los brazos de l a cepa e s e l resultado de u n a propiedad fisio­


lógica de la vid, llamada acro tonía, rel acionada con su estado de li ana, que favo­
rece e l creci mi ento en e l extre mo de los sarm ien tos:
- en un sarm i ento se observa q ue las yemas y los ramos de la extremi dad tie ­
nen una p recocidad de desborre y un v i g o r mayor; l a s yem as si tuadas en una
posi ción media y basal tienen u n desborre retardado en alg unos días y un
creci mien to m ás débi l ; si e l s arm iento tiene u n núm ero de y e m as dem asi ado
i mportante, e sta i nfluenci a puede ser tal que algunas yemas n o desborren y,
por tanto, el porce ntaj e de desborre de las y e m as dej adas en la poda es i nfe­
rior al 1 00 % ; eso tendrá u n a i nfl uenci a sobre la producción del año y sobre
e l alarg amiento del e squeleto, si al re al i z ar la poda no se tiene la p recaución
de con servar sarm i entos del e squeleto ( brazos y troncos);
- en una cepa no podada, este fe nómeno se repite en cada uno de los sarmien­
tos, de m anera que tod a la vegetación se sitúa c ad a año e n el extremos de los
sarmientos del año anterior; e l lo p rovoca un alargamien to del esqueleto y
una c ompe tencia entre ramos, lo q ue conduce a un debi l itamiento de la cepa.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 297

Esta te ndenci a a la acrotonía tiene vari as ex plicaciones:


un nivel de organización diferente de l as yemas en re l ación con l as condicio­
nes de su i ni c i ac i ón e l año p recedente ; en los ramos e n cre c imien to , las
yemas de la base, m ás rudi men tari as, tie nen una c apacidad de crec i miento
i n ici al m ás reducida;
una mejor conexi ón con el si ste m a vasc u l ar de las pri m eras yemas de sborra­
das y una pre sión de savi a m ás fuerte en la p arte apical del sarm iento;
una inhi bición correl ativa de l a s y e m as baj o e l efecto de sustancias de crec i ­
m iento, d e tipo auxín i co, q ue se manifiesta m á s o menos seg ún l a s condicio­
nes de poda (nivel de c arg a por cepa, longitud de las m aderas de poda y
posición de las m i s m as) y l as condi ciones c l i m áticas en pri m avera.
La acrotonía varía seg ú n l a s vari edades (las v ariedades de fuerte acrotonía
deberán podarse más pronto y a maderas cortas) , el v igor de la cepa (l a s vides
dé b i l es tienen una acroto n ía m ás m arcada) , e l ri gor de l invi erno (los i nv iern os
poco rigurosos l a favorecen) , e l tipo de e mpalizam iento. Por otra p arte , el al arga­
m i ento de la m adera v iej a so bre l a que se multiplican las heri das de poda acelera el
envej ec i miento de la cepa. A nivel de cada herida se form a un cono de m adera
m uerta que pe netra m ás o menos profundamente y d ificulta l a circulación de la
sav ia . Conviene, por tanto, esforzarse en l i m i tar el alargami ento de l a m adera viej a
y e J n ú mero d e heri das d e poda.

F igura 2
Búsqueda del alargamiento mínimo
por el acoplamiento de las ramas fructíferas (izquierda), por el arqueado (derecha).
298 MANUAL DE VITICULTURA

Para evitar el alargamiento de ]as maderas y del esqueleto se pueden emplear


dos métodos:
- e] arqueado, que consi ste en plegar más o menos fuertemente Ja madera
Jarga para ] imitar Ja inhibición correlativa de las yemas de la base bajo e]
efecto de la orientación del sarmiento; por otra parte, e] plegado, a] estirar o
aplastar Jos vasos conductores, constituye una verdadera barrera de savia
que favorece el desarrollo de ]as ramas de la base. La dificultad de este
método reside en la determinación de la intensidad del arqueado que debe
ser suficien te para asegurar e] desarro1lo de los ramos de la base sin i mpedir
una alimentación correcta de los ramos de la extremidad que Jlevan los raci­
mos más numerosos;
la poda mixta, por la instalación en l os brazos, por debajo de l a madera
larga, de un pulgar destinado a producir l as maderas de reemplazo; éste es el
principio del sistema conocido con e] nombre de poda del doctor Guyot.
Cada año, la madera l arga (vara) del año anterior se suprime así como la
madera que la l leva. Se podan, entonces, los dos sarmientos desarrol lados
por el pul gar que se había conservado el año anterior; el de la base da el pul­
gar, el otro da la vara.

A Reynier

2 3

Figura 3
Influencia del arqueado sobre el desarrollo de los ramos.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 299

Figura 4
Poda mixta tipo Guyot.
1 . Pulgar.
2. Vara.

Por eso el primer principio de la poda consiste en l imitar el alargamiento, favo­


reciendo el desborre y el crecimiento de maderas de poda cerca de los brazos y del
tronco. Eso no quiere decir que deba proscribirse todo alargamiento de las made­
ras, pero que si se ha decidido este alargamiento, debe ser razonado, limitado y
temporal (poda Chablis, poda del «valle del Mame», por ejemplo). Esta limitación
del alargamiento se hace actualmente de una forma demasiado estricta por los
podadores ya que las invasiones de enfermedades de l a madera, y en particular la
yesca y la eutipiosis, se ven favorecidas por l as prácticas que consisten en coger
maderas de retomo directamente en los brazos. Esta elección lamentable lleva al
podador a suprimir porciones de brazo y a dejar heridas de poda de gran diámetro
que aumentan las posibilidades de aterrizaje de esporas y hongos. Las v iñas que
tienen una larga vida deben su l ongevidad, a falta de otras causas de marchita­
miento, a generaciones de podadores que han cogido casi siempre las maderas de
poda sobre madera de dos años evitando hacer cortes en l as maderas más gruesas y
más viej as. Eso supone que los podadores sean verdaderamente técnicos y que no
tengan que real i zar una cadencia diaria excesiva. Eso también supone que las
cepas se poden y despampanen por el mismo podador cada año con el fi n de ase­
gurar una continuidad en las maneras de hacerla.

1 .2 . Limitar el número de yemas para armonizar y regularizar la


producción y el vigor
El número de yemas dej adas en l a poda, llamado carga, determina el rendi­
miento por cepa y por hectárea pero causa una modificaci ón de los otros elementos
del equili brio de la planta: porcentaje de yemas desborradas, vigor, i luminación de
l as hojas y racimos, calidad de la cosecha. La elección de l as yemas, basada en el
conocimiento de una segunda propiedad fisiológica de la vid, su fertilidad, es un
medio de controlar el nivel de producción y de actuar sobre el equilibrio de los ele­
mentos citados anteriormente.
300 MANUAL DE VITICULTURA

i:r yema fértil

e yema poco fértil

x yema infértil
A. Reynier

Figura 5
Fertilidad de las yemas según su emplazamiento en la cepa.
b. yema ciega. g . chupón.
s. sarmientos. v. yema en madera vieja.

Dadas l as variaciones de fertil i dad de l as yemas en función de su posición,


es fáci l concebir que la poda l arga es necesaria para l as variedades l lamadas
poco férti les, ya que l as yemas de la base de las maderas de un año contienen
pocos o n i ngún esbozo de racimos ( cabernet, pinot no i r, ugni blanc, sultani na,
por ejemplo). Por el contrario, para l as variedades muy fértiles (aramon, cari ­
ñena), l a uti l i zación de l a poda l arga puede provocar una superproducción y u n
deb i l i tamiento d e l a cepa, por lo que e s preferible entonces l a poda corta. Final­
mente, para l as variedades de ferti lidad media, l a elección entre poda corta y
poda l arga está determi n ada por el vigor de l a planta, bajo l a i n fluencia com­
p lej a del propio vigor de la variedad, del portai njerto y de la fertil idad del suelo,
n atural o adquirida.
El dom i n io de l a producción en una óptica de mejora cualitativa de l a vendi­
mia queda asegurado en gran parte por el n ivel de carga y por la elección del
si stema de poda, e n maderas cortas o e n m aderas l argas. Es preferib l e para
domi n ar el ren d i m i ento, l i m i tar el n úmero de raci mos por cepa eva l u ando
correctamente la carga en el momento de l a poda mejor que el i m inar raci mos
durante el verano. La elección de l os si stemas de poda en pulgares (poda e n
cordón Royat, por ejemplo), permi te conservar s o l amen l e para la fructi ficación
l as yemas de l a base de l as maderas cuya fertil i dad es más déb i l que l as de l as
varas. S i n embargo, para l as variedades de fert i l i dad déb i l , l a poda corta l imita
mucho más los rendimientos en los años de déb i l «sal ida» . Por el contrario, los
riesgos de sobrecarga son más grandes en l as maderas l argas l os años de fuerte
«salida» .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 301

2 . DETERM I NAC I Ó N Y REPARTO DE LA CARGA

E n el momento de podar, ante cada pie de vid, el podador debe h acer eleccio­
nes y decidir l as m aderas a conservar y el nú mero de yemas a dej ar en la cepa. Para
esta decisión, debe tener en c uenta los e leme ntos sig ui en tes:
- la expansión y el vigor de la cepa actuales y dese ados;
- la carga requerida para conseg uirlo y e l reparto de la carga para o btener una
cosecha conveniente al nivel del re ndi mi ento y de la c ali dad man te ni endo un
esqueleto equili brado.

2 . 1 . Determi nación de la carga


L a carg a es el n ú mero de yemas dej act a s en la cepa despué s de la poda, eso
representa el número m á x i mo de sarmien tos normales (sarmientos, i n sertos en la
m adera de dos años) que podrán encontrarse en la cepa al fi nal del período de vida
activa.
Pero , así defin ido, este térm ino no tiene sen tido, en lo que respecta a la fructifi­
cación , nad a más que en la medida en que se tiene en cuenta la ferti lidad de las
yemas dej ad as y, por consiguien te , de su reparto en la cepa y de Ja ferti lidad habi­
tual de la variedad. Dete rm i nar la c arga ópti m a, o al menos apro x i m arse , e s una de
l as principales preocup acione s del v i ti c u ltor. Dej ar u n a carg a demasiado débil ori­
gina una pérdid a puesto que no utiliza más que una parte de las posi bilidades de
producci ó n ; los p á m panos so n v i goroso s, se desarro l l an chupones, y e l v i gor
au menta; este vigor excesivo puede provoc ar el corrimien to, que acentúa e l dese­
q u i l i brio entre el desarrol lo de las m aderas y la producción de frutos. Recíp roca­
mente una c arg a de masi ado grande , al ori g i n ar muchos raci mos, reparte la capaci­
d ad de producción de l a cepa entre los frutos y los pámpanos demasiado nmerosos,
lo que c ausa una m ala m aduración , u n agostamiento i n suficiente y u n debili ta­
mi ento de Ja p l anta.
¿ E x i ste pues u n método preciso de determinación de J a c arg a? E l pod ador,
acostu m brado a esta tarea y conociendo bien su viñedo, apreci a en un v i stazo el
vigor re lativo de cada cepa y eval ú a la c arga (c) q ue debe dejar. S e pueden dar
i nd icaciones por la com p aración de la c arga del año anterior (Cn_1 ) , todavía visi b le
en la madera de dos años y por el número ( N) de sarm ientos desarrollados :
- si N= C11_ 1 , se puede conservar la carga anterior ya que la capacidad de
creci miento de la cepa ha perm i tido l a brotaci ón de todas l as yem as y su
desarro llo con un v i gor suficien te ;
- si N > C n_ 1 , hay que au mentar la c arga y a que ha habido un aumento de
vigor q ue conviene dominar con e l aumento de la carga;
- si N < C n_ 1 , conviene reducir la c arg a ya que el deb i l i ta miento podría agra­
varse si se mantuviese Ja mi sma carg a.
S e trata evidentemente de u n método empírico y la determi n ación del nú mero
de m aderas tiene cierta i nterpretación . El vigor de cada sarmie n to debe ser tenido
en cuenta a la hora de h acer el con teo, so l amente los sarm ie n tos norm a l m e nte
de sarrollados cuentan por u n i dades, los sarmientos de vigor más débil se ponderan
a la baj a (coeficiente 0,5 por unidad), las bri ndillas no se c uentan pero las maderas
m u y vigorosas son afectadas por el contrari o por un coeficiente superior a 1 .
302 MANUAL D E VITICULTURA

A Reyn ier

2 3

F igura 6
Consecuencias de la variación de carga sobre el vigor y el crecimiento relativo de los pámpanos.
1 . Carga demasiado d é b i l : nietos ( p ) , chupones ( g ) .
2 . C a r g a óptima.
3 . Carga demasiado fuerte .

Se podría decir tam bién que cada cepa tiene una capacidad de creci miento i n i ­
c i al e n pri m avera, resu ltado d e l vi gor adqui ri do du ran te l o s ciclos vegetati vos pre­
cedentes y de las re servas almacenadas en las partes vivaces. Esta c ap acidad de
creci m i ento puede ser comparada al caudal de una bomba que abastece una red de
riego . Si esta bom ba ali menta un n ú mero muy débil de aspersores, el c audal de
cad a uno es fuerte , su alcance es grande; por el contrario si e l n úmero de asperso­
res es d e masiado elevado con rel ación al caudal i n icial, e l alcance de c ada uno de
e l los es dé bi l . En Ja v i d, las corri en te s de sav i a se co m portan e sque m áti camente de
la misma form a. C u ando l a c arg a es de m asi ado fuerte con re l ación a l a c apacidad
de c recimi ento de la cepa, el fluj o de sav i a debe rep artirse en u n n ú m ero excesivo
de ye m as y brotes, no tod as desborran , los otros tienen un creci miento l i m i tado , e l
n úmero d e raci m os e s i mportan te pero l a m adurez e s i nsufi ci ente. S i e ste exceso
de c arga se conserva al año sigu iente, el v igor de las cepas disminuye lo m ismo
que la producción y la m aduración l o que puede conduci r a un de bi l i ta m iento y a
un marchitamiento progre si vo de las cepas. A la inversa, si la carga es i n suficiente ,
s e obse rv a u n renuevo d e l v igor d e las m aderas, u n creci m ie n to d e l a fertilidad de
las y e m as y m a n i festac i o ne s de corri m i e n t o , con retrasos de m ad u rac ión , a
menudo perj udici ales para la c ali dad de l as uvas. Por tanto, la evaluación de l a
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 303

Cll
Q.
(!)
-2.
(J)
o
E
"()

15
z 14
18 13 o
12 z \ .. N . º racimos/cepa

17 11 15
10 14 � \ ¡·
o
09 1 3 .D
(J)
.. - .. /
(!)
08 1 2 -o
'¡ft.
15 07 1 1
06 1 0 90 """ N . º racimos/yemas
""" . dejados en la poda
14 05 09 80
� N.º racimos/yema desborrada
70 % desborre

Carga ( N . º yemas/ha)
50 000 70 000 90 000 1 1 o 000 1 30 000
Cll
.e
e
::l
Q.
o Cll
.e
o
ü
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Cii "5
I I
o
13 -o _
_ º HI de alcohol puro/ha
Cll o
I
(5 // x- · - �
1 50 HI vino/ha

/ I ./
1 2 1 40

9º2
/ / /º¡�

11
1 30 9°1

9°0
·�
// �/ •\Xe -----

1 20 8º9
1,

8º8 ¿/
x
\. ----- • Grado

1 0 1 00 8º7

Carga (yemas/ha)
50 ooo 70 ooo 90 ooo 1 1 o ooo 1 30 ooo

Figura 7
Influencia de la carga sobre el desborre y la fertilidad (arriba).
Influencia de la carga sobre la producción (abajo).
Ugn i blanc/ru pestris de lot. - Ensayo en LA de l'Oisel l erie (1 6).
3 04 MANUAL DE VITICULTURA

c arga es pri mordi al para el equili bri o de la cepa, para la reg u l aridad y para la cali­
dad de l a producción .

2 .2 . Reparto de la carga
Los cortes de tijera a dar en el mo mento de l a poda deben conducir:
- por una p arte, a l a form ación y manteni m iento de la cepa seg ún una arq u i ­
tectura definida p o r el sistem a de poda e legido, e s l a poda d e formación q u e
comienza después de l a p l an tación pero q ue debe ser obje ti vo perm anente
con vi stas a dar y m antener la forma de la cep a , a equi l i brar las difere n tes
partes del esqueleto entre sí y a l i m i tar el alarg ami ento y envejeci m i ento de
los brazos;
- por otra parte , a la se lección de yemas férti les para aseg urar la prod ucci ón y
perm itir la ai reación y la i l u m i n ación de l a corona aérea en las mej ores con­
diciones, así como a l a selecc ión de yemas que permitan la emisión de sar­
m ientos de reem p l azo, es la poda de fructificación.
D urante l os tres o cuatro pri meros años si gui entes a l a p l an tación , la poda de
l as cepas jóvenes tiende sobre todo a form arlas pero l uego, la poda anual, permite
rea lizar s i m u l táneamente la poda de formación y la poda de fructi ficación .

2.2.1 . Poda de formación


L a cepa está form ada, en los p ri meros años de l a p l antación, por e l establec i ­
mi ento d e l tronco y de los brazos respetando los princi pios siguientes:
- formar el tronco a partir de u n sarmiento recto , de vigor suficiente pero no
excesivo, de u n solo vástago, l i m i tando los efectos de las c icatri ces debi das
a las podas en verde y, so bre todo, a l as podas de invierno;
- formar los brazos, p ara l as podas e n abanicos a dos brazos si métricos y p ara
los vasos, al m i smo nivel con el fi n de que sean de vigor si m i l ar y q ue se
pueda asegurar el equi l i brio del esq ueleto de la cepa ;
- ap licar l a po da de fructifi c ación en c ada uno de l o s brazos.
L as cepas j óvenes se podan a dos ye m as, en tanto que no produzcan sarmientos
de vigor suficientemente . En genera l , las p l an tas recién p l an tadas, podad as a dos
ye m as d an en pri m avera varios brotes so bre l a m adera de poda; por medio de des­
brotados progre si vos se co nse rvan dos o tres bien si tu ados, a com ienzos de l a
vegetación, despué s uno solo a partir de l comienzo del agostamie nto o , lo m ás
tarde, en la pod a de i nv ierno. E l sarmiento con se rvado debe estar situado l o m ás
próxi mo posi ble al pun to de i nj erto , bien i np l an tado , con e n tren udos de longi tud
medi a y en la pro longación vertical del tallo. Para q ue el tronco sea rec til íneo el
atado (entutorado) com i enza desde que los brotes tienen 20 a 30 c m .
E l tronco q ueda formado general men te a fi na les del segundo año , e s decir, e n
l a poda p recedente a l tercer año de vegetación (tercera h oj a) . E l sarmien to conser­
vado para el tronco se dej a en tero y rodeado en el alam bre de e mpalizamiento o
cortado a la a l tura del establec i m iento de los brazos. Este punto de bifurcación de
l a cepa se desig n a con el n o m bre de c ru z . S u a ltura varía segú n l as ragiones y sis­
tem as de poda : bastan te p róx i m o al suelo p ara e l vaso de C hate auneuf-du-Pape o
de B eauj o lais, para el G uyot si mple tradicional en B orgoña o en Pays Nantais, a
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 305

30-50 c m para v i ñ as baj as e n poda G u yot de l S uroeste y d e B ordelai s, o para el


vaso de Languedoc ; e s de 90- 1 20 cm p ara los si ste m as en arqueado de C h arentes o
de Al sace , de 1 50-200 c m p ara los sistemas de v i ñ as m u y a ltas o en pérgola en Ita­
lia. E l p u n to de anc l aj e de los brazos o cruz debe estar si t uado por debaj o de l alam­
bre portador de los brazos. E n el mome n to de la poda, se supri men los ramos anti­
c i p ados ( n ietos) y el sar m i e n to p uede ser desy e m ado dej ando 3-4 ye m as b ie n
si tuad as para formar l o s brazos y asegurar, s i la v i d e n tra en su « te rcera hoj a» , u na
pri mera fructificaci ón . E n pri m avera, los chupones desarro l l ados a n ivel de la cica­
triz o so bre el sarmiento, aparte de los conservados p ara preparar los brazos, se
desyeman . Este desye m ado, a veces, se h ace en i nv ierno cuando no se tem a n las
h e l adas de pri m avera. En pri m avera sólo se con servan los brotes bien situados,
suprimiendo las con tra-ye m as, los nietos de la base y una parte de raci mos si su
n ú mero es excesivo.
L a formación diferenciada de cada siste m a de poda co m ienza al año sig ui e n te,
generalmente al fi nal del tercer año, un año m ás pro nto si e l v i gor de la planta ha
permitido e stablecer e l tronco antes.

2.2.2. Poda anual


L a poda anual es necesari a para armoni zar J a fructificación y la vegetación en
función de l vigor de J a cepa y para m an tener e l equ i l i brio de la cepa. Es diferente
en función del siste m a de poda elegido y con siste en e legir los ramos fr uctíferos y
los ramos de ree m p l azo.
U n si stem a de poda es e l conj un to constituido por u n e squeleto pri ncipal, es
decir, u n tronco y uno o varios brazos, sobre el que se dej an los ramos fructíferos y
los de reemp l azo que pueden ser podados lagos o cortos:
- la poda es corta cuando los sarmientos se podan a 2 ó 3 y e m as francas; se
den omin an e n tonces pu lgares, p i tones, etc . ; es el c aso de la pod a en vaso y
de la poda en cordón Royat;
- la poda es larga cuando los sarmientos se podan a m ás de 4 yemas y ento n­
c e s s e l laman varas, espadas, uveros, etc . ; e s e l caso de l a p o da en arq ueado;
- la poda es mixta cuando se apl ica so bre l a misma cepa l a poda corta y la
poda larg a, es el c aso de l a Guyot, de l a poda C h ab l is, de la poda del valle
del M ame.
Para u n a carg a eval u ad a a 12 yem as, por ej e m p l o , es teóricamente p osi ble
reparti rla de vari as m aneras:
- so bre 6 p ulgare s a 2 yemas en brazos que form a n un vaso abierto o alinea­
dos e n u n cordón ; e stos siste m as son conve n ientes p ara variedades c u y as
y e m as de J a base so n bastante férti les o para dism i n ui r l a producción de
variedades m edi an amen te férti les se leccio nan do sol am e n te l as y e m as fruct í­
feras menos productivas; los p u lgares j uegan entonces u n doble pape l , el de
fructificación y el de m aderas de ree m p l azo; en el momento de la poda, el
p ulgar de ree m pl az o se elige so bre el sarmiento i nferior;
so bre una sola vara de 12 yemas que aseg urará una producción superior a la
d i stri bución a n terior con un riesg o de ausenci a de m adera de ree m p l azo
cerca de la base ; para re medi ar esto la vara se e m paliza arq ueada;
sobre dos m aderas a 6 ye m as, esto se practica frecuente mente e n v ides equ i ­
li brad as y todavía j óvenes pero s e corre el riesgo d e no te ner m aderas de
reemp lazo en la base y por lo tan to de alargar el esqueleto;
306 MANUAL DE VITICULTURA

- so bre 2 sarm ientos a 5 yemas y 1 pulgar a 2 yemas , las varas que asegu ran la
fructi ficación y l as m aderas de reem p l azo se encuentran en e l p ulgar y en la
base de una de las varas; se trata por tanto de u n a poda m i xta.
L a elección del si ste m a de di stri bución de l a carga depende de la ferti lidad de
l as y e m as, del vigor de la vid, de l as costu m bres reg ion ales y de la mecanización
de l as operaciones de poda.

2 . 2 . 3 . Pod a de rejuvenecim iento


A pesar de todas l as prec auciones q ue se tomen, l os efectos conj ugados del
alargamiento del esqueleto y de l as heridas de poda provocan un debi l i ta mien to
más o menos rápido de las cepas. E sto se puede remedi ar en cierta medida, practi ­
cando e l rej uveneci m i en to m ed iante un re baj e de los brazos viejos so bre brotes
j óvene s que se h abrán con servado en el desbrotado . El rej u venec i m iento tiene , si n
e m bargo, algunos i nconvenientes, por u n a parte, obliga a practicar grandes heridas
de poda que serán p uertas de entrad a p ara las enfermedades de l a m adera y, por
otra, sus efectos están l i mi tados a pocos años. N o obstante , si la operación se h ace
en su momento, polonga notablem ente la v ida de la cepa.

3. S I STEMAS DE PODA

L as viñas se form an segú n diferentes si ste m as de poda que se diferencian por


la d isposición en el espacio del torneo, de los brazos y de l as m aderas de poda . Los
si stemas de poda m ás corriente s son los sig uientes:
- La cepa simple, constituida por u n tronco prolong ado por u n brazo rudimen­
tario que l leva una o dos m aderas de poda; por lo general el brazo l leva una
ram a fructífera y u n pul gar de retomo (poda G u yot si m p le, poda en arco de
Cóte-Róti e ) ;
- el aban ico, con sti tuido p o r un tro nco y d o s o varios brazos divergente s que
parten de un m i sm o p unto y están di spue stos en u n m i smo p l ano, por lo
general vertic al (poda Guyot doble, poda d e l M édoc , poda e n C h abli s, etc .)
o a veces o b li cuo (poda de l a región de N evsehir en Anato li a) ;
- e l cordón, consti tuido por u n tronco del q ue u n a parte, di spuesta horizontal­
mente , l leva pulgares (cordón Roy at) , o varas, o una poda m ix ta;
- el vaso, con sti tuido por u n tronco y brazos d i stribuidos en e l espacio l le ­
vando uno o varios ramos fructíferos generalmente p u l gares (vaso de Lan­
g uedoc, vaso de B eaujolais . . . ) o m ás raramente varas.

3 . 1 . Podas mixtas sim ples

3 . 1 . 1 . Pod a C uyot simple


Es una poda mi xta so bre un tronco corto . L a cepa ll eva un pu lgar a dos ye m as
y u n a vara cuya longi tud de pende d e l vigor de la cepa. La v ara e stá formada siem ­
pre por el sarmiento superi or y el pul gar por e l sarmiento i n ferior d e l p u l g ar del
año anterior.
CONDUCCIÓN DEL V IÑEDO 307

Poda en arco en Cóte Rótie.

Figura 8
Podas simples.
308 MANUAL DE VITICULTURA

D espués de haber estab lec i do el tronco, la poda de fo rmación de la cepa con­


si ste en podar los sarm i en tos situados por debaj o del p unto de anc l aje como sigue:
- e l sar m iento superior de sti nado a se r conducido sobre e l a l am bre se co n­
serva como ram a fructífera y se poda dej ando de cinco a ocho yemas según
su v igor;
- el sarmi en to situado por debaj o se poda en p u l g ar con dos yemas.
Posteri ormente, en la poda anual, se supri me la ram a fruc tífera y en e l pu lgar
antiguo, la m adera m ás b aj a ( n ac i da de l a pri mera yema franca o a veces de la
ciega) se pod a a dos yemas; será e l n uevo p u l g ar: l a otra se poda a u n a cierta longi­
tud en fu nción de la carg a que se quiera dej ar; por lo general , esta ram a fructífera
ll eva 7 -8 yem as, a veces menos y a veces m ás, en re l ación con la ferti li dad de las
variedades, l a densi dad de p l antación, el vigor de l as cepas, e l nivel de producción
de seada y la reg lamentación de la deno m i nación de orige n . L a vara se e mpali za
horizontal mente sobre el a l a m b re . En el c aso de q ue no ex ista una m adera de
retorno proporcionad a por el p u lgar, se con servará l a vara sobre l a antigua rama
fructífera.
La poda G u y o t si m p l e red uce al m ín i m o e l alarg a m i e n to d e l esqueleto pero
corre e l ri esg o de ser d e bi li tante para la cepa si no se h ace una determ i n ac i ón
correct a de l a c arg a . E l l o p rovoca u na he terog eneidad en l a d i stri bución de l a
co sech a , l os rac i mo s del extre m o de l a vara, m ás n u mero so s y m á s vo l u mi n o sos,
tienen una m ad u re z retard ada con re l ac i ó n a l o s q ue hay en l as m ade ras n ac idas
de l as y e m as de l a b ase . Ade m ás , l a vegetación es deseq ui li brada y l as heri das
i mportantes están todas l oc a l i z adas e n el tronco l o q ue favorece l os ataques de
yesc a y euti pi osi s. Para red uci r e sto s i n conven i e n tes, se p uede form ar la cepa en
guyot mi xta, e s decir, una cepa con dos brazos, de los c u ales uno l l eva u n g u y ot
si m p l e , e l otro u n p u l g ar, alternando cada año l a posición de l a vara en l o s bra­
zos. La poda g u yot s i m p le to m a fo rmas d i fere n te s seg ú n las regi on e s; e l tronco
es m ás co rto en la p i n ot noi r en B orgo ñ a q ue en l a c abern e t franc en S ai n t E m i ­
lion.

3 . 1 .2. Poda en arco de Cote- Rotie


S e trata de una poda análoga a la poda Guyot si m p le, pero la vara, en l ugar de
ser e mpalizada horizontalmente, se encorv a en arco o acodo, la punta hacia abajo
so bre una pequeña estaca en posición o b l i c u a y l a vara atad a a su ve z a otra e stac a
q u e mantiene e l e sque leto de l a cepa. Todos l o s brotes son e levados y atados a las
estac as .

3 . 1 . 3 . Poda en cola del Maco n nais


L a cepa, de tronco corto, l leva una pod a de tipo G uyot cuya vara, de 8- 1 2
ye m as, sufre u n arqueado alrededor del segundo alam bre p ara ser atada al alam bre
i n ferior. Este si stema se apl ica a la vari edad c h ardonnay. C u ando el v igor l o per­
m ite, el v i ticultor da a c ada cepa dos col as y dos pulgares . La poda de i nvi erno se
completa en el mo mento de la floración medi an te un pinzamie nto por enc i m a de
los rac i mos de los ramos situados en la p arte descendente de l arqueado . E sta téc­
nica permite una mejor redi stri bución de l a savi a e laborad a, l i m i tar el corri m i en to
y favorecer el vigor de l as m aderas de ree m p l azo cerca del tronco.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 309

Poda de 1 . ª' año 2.º año Poda de 2.º año

3 .ª' año Poda de 3 . ª' año Empalizado de la vara

4.º año Poda de 4.º año

Figura 9
Poda de formación de Guyot simple.
31 0 MANUAL DE VITICULTURA

2 3 A. Reyn i er
Poda G uyot

Figura 1 O
Poda Guyot simple.
1 . Poda en invierno del año A; en la madera de 2 años (en b lanco) se deja un pu lgar en la base y una vara a
x yemas (en función de la carga);
2 . Durante el períod o vegetativo, los sarmientos se desarrol lan en las maderas de poda, l a vara ha proporcio­
nado l a cosecha, los dos sarmientos nacidos del pu l g ar son las maderas d e reemplazo;
3 . En la poda de i nvierno A + 1 l a vara se suprime totalmente y, en las maderas de reemp lazo , el pu l g ar poda­
do a dos yemas se elige sobre el sarmiento más bajo, l a nueva vara sobre el otro; é ste se podan yemas
> ó < según la variación de vigor con statada; después se arq uea y ata sobre el alam bre portador.

3 . 2 . Podas en abanico

3 . 2 . 1 . Poda Guyot doble


L a cepa está consti tui d a por u n tronco con dos brazos que l levan cada uno una
vara y un p u lg ar. Para La poda de fructificación, con relación a la Guyot simple,
este si ste m a perm i te repartir l a c arga sobre dos m aderas m ás cortas que sobre una
sol a rama fructífera (2 p u lgares a 2 yemas y 2 varas a 5 ye m as en l ugar de 1 p u l ­
g a r a 2 yemas y una vara a 1 2 ye m as, por eje m p lo) ; a s í s e evi tan l o s riesgos de

A. R eynier
Figura 1 1
Poda Guyot doble.
El pie lleva dos brazos sobre cada uno de los cuales se aplica l a poda Guyot simple; l a parte derecha repre­
senta el aspecto d e las maderas antes de la poda y l a parte izquierda después.
CO DUCC TÓN DEL V I Ñ EDO 31 1

Tabla 1
Podas de Borgoña y Beaujolais.

Variedades Sistemas de poda Sistemas de conducción DOC

GAMA.Y - Vaso bajo 8.000 pies/ha DOC Macon - DOC Macon


de 3 a 6 cuernos - empalizado sobre estacas - Beaujolais DOC
a tres alambres. centros experimen­
- tronco corto llevando tación.
4 a 6 cuernos.

Pi OT OIR - Guyot simple 1 0.000 pies/ha - Borgoña DOC


- empalizado 3 alambres -- Borgoña villages
cada metro. y crus.
- tronco corto y vara - Crémat de
acodada. Borgognc rosé.

CHARDONNAY - En cola del Maconnais 8.000 pies/ha - DOC


- 8 a 1 2 yemas/vara Macon-Pouilly
fuertemente arqueada - Fuissé
- Empalizado a 3 alambres
- Pinzamiento de las ramas
en el extremo del arqueado
por debajo de los racimos.

- Abanico de Chablis 5.500 pies/ha - Chablis DOC


- 1 x 1 ,70 en la fila
- 2 a 3 varas sobre esqueleto
de longitud desigual
y renovado.
- Empalizado de las varas
hacia abajo de la pendiente.

- Guyot simple - 1 0.000 pies/ha - Borgoña DOC


- Cordón Royat - Cordón en viñas jóvenes blanco.
para reducir el vigor.

ALIGOTÉ - Guyot simple 1 0.000 pies/ha - Borgoña Aligoté


- Cordón Royat - Empalizado 3 alambres - Aligoté de St. B ris
por metro.
- Limitación del vigor
de clones vigorosos. A. Reyni8r

superproducci ón y de al argamiento del esqueleto. En cambio, si las varas son


demasiado largas con rel ación al v igor de la cepa. se corre el riesgo de u na super­
producción, de una mala maduración de l as uvas y de un i mportante dehi l i ta­
m i c n to . La poda en Guyot doh lc, al reparti rse l as heri das sobre dos brazos,
entraña, por lo general , u n decaimiento menos rápido de l as variedades particu lar-
31 2 MANUAL DE VITICULTURA

mente sensi bles a l as enfermedades de la madera, con la condición de elegir l as


maderas de poda (fructíferas y de retorno) en los pulgares antiguos. Este sistema
se emplea mucho en vi ñas bajas con un empal izado horizontal de l as varas. En
función de la carga, se regula la longitud de l as varas ; en el Médoc, donde la den­
sidad de p lantación es elevada (6.500 a 1 0.000 cepas/ha), cada rama fructífera no
lleva más que 3-4 yemas; en otros sitios suelen llevar 5-8 yemas. Las viñas altas a
gran separación y empalizado vertical util i zan a menudo el Guyot doble formado
por un tronco algo prolongado por dos brazos que l l evan cada uno una vara fructí­
fera arqueada con 8- 1 5 yemas ; por lo general no se conservan pulgares, ya que los
sarmientos desarrollados en l a base de l a madera y antes del arqueado tienen un
vigor suficiente para poder uti l i zarlos como madera de poda el invierno siguiente.
Para la formación del Guyot doble se procede como para el Guyot simple, es
decir, formando el segundo brazo un año más tarde, o bien eligiendo desde la poda
del trecer año dos maderas situadas por debajo del alambre de empal izado de los
brazos y a los dos l ados del tronco, en el plano de la fila de la viña. Entonces se
podan a un número de yemas variable según el vigor de la cepa; se empal izan en
posición oblicua, si el punto de anclaje es bastante bajo o en posición horizontal
sobre los hilos portadores de los brazos.

3.2.2. Poda en abanico de la Cote chalonnaise

Es una poda antigua que se apl ica todavía en las viñas de Gama y noir con j ugo
blanco para l a producción de B ourgogne «passe-tout-grain s » ; del tronco muy
corto parten de 3 a 5 brazos distribuidos en el plano de l a fil a y podados en pulga­
res con dos yemas.

3 .2.3. Poda en Chablis

La cepa de tronco corto posee varios brazos dispuestos en el pl ano de la fi l a,


terminados en varas de 4-5 yemas atadas hacia l a parte baja de l a pendiente. Las
varas se conservan sobre los sarmientos de las extremidades del año anteri or; e l
esqueleto está compuesto entonces por u n a serie d e brazos d e edades diferentes
y d ispuestos en abanico ; el alargamiento del esqueleto se compensa cada año
suprimiendo el brazo más l argo y dej ando en la base de la cepa un pul gar de
rejuvenecimiento (gancho). Esta poda se aplica a la chardonnay en Chablis. En
Champagne la reglamentación prevé un esqueleto cada 30 cm (es decir, tres por
metro o cuatro por 1 ,20 ó 5 para una separación de 1 ,50 m) l levando cada uno
una vara de cinco yemas para la chardonnay, cuatro para pi not fi no; l a altura
máxima de la última yema de vara no debe sobrepasar 60 cm por enci ma del
suelo.

3.2.4. Poda del valle del Mame

La cepa de tronco corto posee después de la poda un brazo terminado por una
vara a 6 yemas, una vara a 9 yemas y un pulgar a 3 yemas. Esta poda apl icada en
Champagne exclusivamente a Meunier, de tipo 3-9-6, asegura una recuperación
anual del brazo a partir de una sola costi lla.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 31 3

t
60 cm
\ máximo

1 50 cm
Poda Chablis sobre C hardonnay

1 5 cm m i n i
¡+-- )-1

t
60 cm
máximo

1 50 cm
Poda de cordón Royal sobre Pi not noir

50 cm
máximo

A. R eynier

1 1 0 cm
Poda del val l e d e l Marne sobre Meun ier

F igura 1 2
Podas de Champagne.
31 4 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 3 . Podas en cordones - Poda en cordón Ro yat


Es una poda corta so bre u n esquel eto l argo . La cepa pre senta, en la parte hori­
zontal , brazos e sp ac i ados reg u l armente q ue l levan p u l g ares a dos y e m as.
La form ación del cordón se efectúa c l ásicamente de la siguien te m anera:
- los dos p rimeros años, las p l an tas se re b aj an a dos y e m as p ara o b tener
m aderas suficiente m en te vi gorosas;
- poda del 3 . er año: el sar m iento conservado para formar el tronco es elevado
y curvado horizontalmente p ara for m ar un brazo; este sar miento debe ser
situado conve nientemente en la pro longación vertical de l a cepa y te ner las
yemas di spuestas arri ba y abaj o en la parte horizontal; se dej a u n a longi tud
de 3 5 -40 cm en l a parte hori zontal y se poda so bre una yema situada en la
parte de abaj o ; el sarm i en to se enro l l a una so l a vez alrededor del alambre .
L as y e m as de l a parte vertical del tronco se supri men en i nv ierno excepto
una, situada por de baj o del alambre portador, que perm i tirá o btener, en e l
caso de un cordón b i l ateral un seg undo brazo mientras q u e e l desyemado d e
pri m avera, supri m i rá l o s brotes si tuados p o r debaj o de la parte hori zonta l ,
excepto la ú ltim a; arri ba s e dej an l o s brotes e sp ac iados de 1 2 a 1 8;
- cuarto año de poda: los sarmientos de todas las ye m as si tuadas por enc i m a
de l tronco se podan a d o s ye m as, en pu lg ares, constituyen l o s brazos, e l
brote terminal ori g i n ado p o r la yema conservad a abaj o s e pod a a tre s o cua­
tro yem as y se ata sobre el alam bre en la prolongación del tronco. En el
m o m e n to d e l desy e m ado, se s u pr i m i rán tod o s los brotes s i t u ado s p o r
debaj o, salvo el últi m o si s e debe todavía prolongar el cordón ;
- quin to año de poda: la pri mera parte de l cordón l l eva brazos que tienen dos
sarmientos c ada uno; só lo se dej ará u no por brazo (el m ás bajo) podado a
dos yemas. Los sarmientos aparecidos en l as p rolongac iones se podarán en
pu lgares a dos yem as.
E s posi ble form ar los brazos a p artir de los n ie tos. D urante el seg u ndo año de
vegetación, so l a mente se conserva un p á m p ano p ara formar e l fu turo tronco; los
ni e tos se supri men por la base para aumentar e l vigor de La parte superior. En la
poda del segundo año, en e l i nv i erno sig u iente, si dos de los n i etos desarrol l ados
b aj o el alam bre tienen un v igor suficiente, se e mpalizan horizontalmente p ara for­
m ar el cordón , si no son su pri midos m edi an te u n a poda m u y corta y el co rdón
sólo se for m a al año siguiente for m ando u n brazo y después el otro brazo al año
po sterior.
La poda en cordón Royat ti ene co m o :
- ven tajas: l a poda anu a l es fác i l y ráp i d a de realización ; l o s racimos están
separados, bien aire ados y so leados, y los tratam ientos les l leg an perfecta­
mente ;
- inconven ientes: l a poda d e form ación e s larg a y deli cada ; l a curvatura del
tronco no siem pre e s reg u l ar; los sarmientos n ac idos en el pri mer y en el
ú l ti m o brazo son , por lo genera l , muy vigorosos, los nacidos en los brazos
de la p arte m e d i a de m asi ado dé b i les y el podador encuentra di fi c u l t ades
para eq uili brar L a vegetación.
Para evitar e l desgu arneci m i ento de los pulgare s del centro de los brazos y e l
envejeci m i ento prem aturo del cordón e s reco mendable practi car, para l a supresión
de m aderas no se leccionadas durante l a formación del cordón , un desbrotado pre-
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 31 5

2.º año 3_ er
año

. .

4.º año

,, '� ''-

n� n
-
.....

5.º año

Figura 1 3
Poda de formación del cordón Royal.

coz, en estado E-F, completado en verano por un segundo desbrotado en el tronco.


Se evitará siempre hacer cortes rasos q ue originan necrosis en la parte horizontal
del cordón, lo que perj udica la circulación de la savia; además, al actuar así se dis­
pone más fácilmente de maderas de reemplazo para volver a formar los pulgares a
partir de l as maderas nacidas a partir de las yemas de l a base.
31 6 MANUAL DE VITICULTURA

El cordón R o y at u n i l ateral se d e b i l i ta tan to m ás fác i l m e n te c u an to m ás


aumenta su longitud. Incluso para se paraciones de 1 m en la fi l a es preferi ble for­
mar la cepa en cordón b i lateral a dos brazos de 30-40 c m con p u l g ares espaciados
a unos 1 0 c m de medi a ; eso supone que desde el pri ncipio no haya h uecos en la
distri buc ión de los pulgares y e spec i al m e n te en e l centro. Por eso , se sue l e c ruzar a
veces l os brazos del cordón p ara h acer volver l a posi ción de los pri m eros p u l g ares
cerca del ej e del tronco y formar los brazos preferente mente a parti r de los ni etos
para tener en trenudos m ás cortos.
La transformación en cordones de v i ñ as podadas en Guyot se h ace por algunos
viticultores con e l fi n de regul ar l a prod ucción y practicar l a prepoda mecánica. E n
e l momento de l a poda, dos m aderas bien situadas para formar l o s brazo s ( atados
baj o e l al am bre portador y a d é b i l di stanci a uno del otro ), e legi das sobre el p ulgar
o en l a base de l a vara, se empali zan hori zontalmente sobre elalambre. No con­
v i ene conserv ar como fu tu ro cordón l a rama fructífera que acaba de produci r
podando d irectamente a dos ye m as los sarmientos, se conducirá rápidame n te a u n
cordón c uyos p u l gares e starían m a l repartidos y c o n desig u a l vigor. E n e l caso que
se q uisiera proceder así, convendría practicar, duran te l a pri m avera-verano , un des­
brotado severo p ara seleccionar los sarmi e n tos a conservar.

3.4. Poda en vaso


E l vaso e stá constit u i do por un tro nco que soporta brazos d i sp uestos en el
esp ac i o ; su n úm ero es v ar i able y cada u n o l leva genera l m e n te p u l g are s a dos
yemas. Este si ste m a de poda está m uy extendido en las regiones mediterráneas y
tam bién en otras reg iones ( B eauj o lai s, al gunos vi ñedos del valle del Loi ra) .
Para formar un vaso, se actúa de la m anera siguiente :
en la p lantación, conservar u n sarmiento y podarlo a dos ye mas;
segundo año: las dos yemas dej adas el año ante rior h an origi nado dos sar­
mientos;


A. R eynier

Figura 1 4
Podas en vaso en cepas a 3 y 4 brazos.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 31 7

• si la cepa e s vigorosa, podar a dos yemas estos dos sarmi entos;


• si l a cepa es débi l , conse rvar uno sol o a dos yemas;
- tercer año de poda:
• si la cepa tiene cu atro sarmientos, elegir tres bien di spuestos y podarlos a
dos ye m as;
• si la cepa tiene dos sar mi entos, podarlos a dos yem as;
- cuarto año de poda:
• s i la c e pa ti ene sei s sarmientos, elegir cuatro b ie n repartidos en el e spacio
y pod arlos a dos yemas, éstos constitui rán e l e squeleto;
• si l a cepa tiene cuatro sarmien tos, eleg i r tres y pod arlos a dos ye m as.
C u ando e l esq ue leto esté formado, se conti núa cada año la poda dej ando u n
pulgar en cad a brazo.

4. E L EME NTOS PR ÁCT ICOS DE LA PO DA

4 . 1 . É poca de la poda
La poda, en pri ncipio, puede hacerse d urante todo e l período de reposo vegeta­
tivo, e s decir, desde la caída de las h oj as h asta la ú lti m a sem ana anterior al desbo­
rre. Pero este amplio período está l i m i tado por:
- l as fuertes heladas de invierno durante las cuales no se de be podar; en esos
m omentos los sar mientos son quebradi zos, los cortes poco l i m pios y los tej i ­
dos expuestos nuevamente al ai re son m u y sen sibles a l hielo;

Figura 1 5
Poda manual en Borgoña.
31 8 MANUAL DE VITICULTURA

- los ri esgos de hel adas pri m averales; las podas precoces provocan un desbo­
rre m ás precoz de las yemas conse rvadas y l as exponen a las heladas de pri­
mavera, l as podas t ardías tie nen efectos contrarios;
- los problemas de m an o de obra, tanto en el c aso de grandes exp lotaciones
vi tícolas en donde la poda se extiende en un largo período como en las
explot aciones de po licu ltivo en las que hay que h acer o tros trabajos se h acen
a partir de la salida del i nv ie rno .
Te n i end o e n c u e n t a estos d i fe ren tes fac tore s , l a poda de l a v i d se h ac e n o r­
m a l m ente en d i c i e m bre-e nero -fe b re ro . E l v i ej o d i ch o « tai l l e tót , tai l l e tard ,
r i e n n e v a u t l a t a i l le de m ars» , s o l a m e n te c o n serva su v a l o r e n e l c aso de
p e q u e ñ o s v i ñedos e n donde s e está seg uro de te rm i n ar l a p o da antes de l de s­
borre .
La poda preparatori a qu e consi ste en supri m ir en novi e m bre todas l as m aderas
i n ú ti les y en re b aj ar l as otras dej ando dos o tres y e m as su ple mentari as que se
supri mirán lo más tarde posi ble antes del desborre , permi te conci l i ar, en cierta
medida, las ventaj as de la poda precoz y l as de la poda tardía. Pero la necesidad de
dos i ntervenciones perj udica a l v i ticultor, y l a poda preparatoria , a pesar de su i n te ­
rés, sólo s e practica excepcional mente.

4.2 . Mecan ización de la poda


La poda se hace general mente con podaderas m an u ales que tienen l as ventaj as
de tener un precio de com pra razonable, m anej ables y de un m an teni m ie n to fáci l y
econó m ico. Pero l a poda manual es exigente en m ano de obra ( 1 0 a 1 2 horas por
1 .000 cep as p ara G uyot, por ej emplo, a lo que hay q ue añ adi r de 6 a 8 horas para la
ex tracción de m aderas, o sea, u n total de 1 6 a 2 0 horas. Es u n a prácti c a larg a,
mi nuciosa pero fastidiosa por lo repeti tiva, a veces se tarda de 8 a 1 2 sem an as en
i nv ierno. La mecani z ación tie ne por fi nalidad reduc ir l a cantidad de esfuerzo y los
tiem pos de trabaj o .

4 . 2 . 1 . Poda asistida
L as podaderas neumáticas: e l aire co mpri m ido empuj a un pi stón q ue acciona
l a cuchi l la; se pueden u n i r vari as podaderas a u n grupo mon tado sobre u n tractor o
u n a carreti l l a. E l trabaj o en equipo es, p ues, posi ble, pero eso exige u n a buen a
org ani z ación del equi po y de l o s podadore s d e rendi m i en tos se nsi blemente equiva­
l e n te s . L as podaderas n e u máticas so n p o te n te s y eco n ó m i c a s para tra b aj o s de
varios pod adores, sus preci o s osci lan de 700 a 2 . 800 francos. S i n em bargo, e stas
podaderas tienen una dependencia con respecto a la fuen te de aire compri mido y
probl emas de enfri a m i en to y de e scarch a.
L as p o daderas eléc tricas: la c uc h i l l a e s acc i o n ad a por u n pequeño motor
e l éctrico con te n i do e n el cuerpo de la pod adera y a l i men tado p o r baterías m o n ­
t a d a s e n un c i n t u rón l l evado por e l podador; l a a u ton o m ía de e s t o s aparato s
está l i m i tada a 1 0 horas. S on si l e n ci o sas y perm i ten u n a poda i n divi d u a l , su
m an ej o es mej o r que el de las n e u m át i c as y el mov i m ien to de la cuch i l l a es
p rog resivo p ero son c aras (500 a 8 .200 francos y es acon sej a b l e una rev i sión
anual) .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 31 9

Figura 1 6
Prepoda mecánica con las podadoras semi-automáticas Pe/lene
para los cordones (arriba) y para las viñas en arqueado (abajo).
320 MANUAL DE VITICULTURA

4.2.2. Prepoda mecánica


La prepoda prepara la poda y facilita su ejecución . Permite reducir la longitud
de los sarmientos y suprimir la recogida de las maderas en viñas empalizadas. La
prepodadera de Ja Société Pellenc consta· de una cabeza de poda montada sobre
chasis adaptables hacia adelante, a Jos l ados o a Ja parte de atrás del tractor; está
constituida por dos series de discos apilados a una parte y otra del empalizamiento,
montadas sobre un si stema pendular cuyos dos elementos verticales se abren
manual o h idráu licamente al paso de los postes. La prepodadera B inger France 33
consta de un cuadro portador equipado por una parte de dos módulos de discos
portadores y por otra parte de jaulas de protección circular en l as que giran sierras.
La prepodadera de la sociedad Ferrand, adaptada para los vasos en viñas conduci­
das sobre un solo alambre, consta de una sierra rotativa horizontal y elevadores de
tornillos sinfín que llevan Jos sarmientos cortados hacia una trituradora a rotor. Las
prepodaderas son i nteresantes sobre todo _para l as viñas conducidas en cordón
Royat y en vaso; permiten una economía de tiempos de poda, de recogida y tritu­
rado de l as maderas en un 50%. Para l as viñas podadas en varas, la prepodadera,
equipada con 3 ó 4 platos para cortar las extremi dades de l as maderas empal iza­
das, permiten reducir el esfuerzo, el tiempo empleado en la recogida de maderas y
en l a limp ieza de los alambres.
CAPÍTU LO 4

RAZONAR Y R EALIZAR LAS O P ERACION ES EN VERD E

1 .- Despampanado y espergurado
2 . Empalizado de la vegetación u operación de la elevación y recogida
3. El despunte
4. Deshoj ado
5. Incisión anular
6. Aclareo

L as operaciones de poda en verde se efectúan durante el período de actividad


vegetativa para completar l a poda de invierno y asegurar un mejor equ i li brio entre
la parte vegetativa y los órganos productivos. En ellas se i ncluyen :
- la supresión de brotes y pámpanos que salen del tronco y de los brazos (des­
pampanado) y de los chupones que salen del patrón (espergurado) ;
- e l empalizamiento d e l a vegetación (pámpanos) u operaciones d e eleva­
ción.
- l a eliminación del extremo de los pámpanos procedentes de las yemas deja-
das en la poda (pinzamiento o despunte);
- a veces la eliminación de los nietos (desnietado);
- el deshojado a nivel de los racimos en la época de maduración;
- l a incisión anular;
- el aclareo o eliminación de algunos racimos (cincelado).
322 MANUAL DE VITICULTURA

R r
I
1�
A R eyn ier

Figura 1
Diferentes operaciones en verde.
R : Despunte
E : Esperg u rado
r : desnietado
e: d e shojado
c: Ac lareo o cincelado

1 . DESPAMPANADO Y ESPERG U RADO

1 . 1 . Objetivos
E stas operaciones consisten en supri m i r todos los brotes jóvenes y pámpanos
i nú ti les que brotan en los brazos, el tronco o los que salen del patrón con e l fin de
conseguir los efectos siguientes:
- eliminar órganos vegetativos, fructíferos o no;
- reducir los ri esgos de contaminaciones pri m ari as de mi l di u ;
- limitar el riesgo de fi totox ici dad de l o s herbici das sisté micos;
- p reparar l as operaciones de poda de i nvierno reduciendo el tiempo de poda;
- participar en el establecim ien to de las cepas como complem ento de las
podas de fo rmación de invierno.
E l n ú mero y e l v i gor de los p ámpanos dependen :
- de la variedad: la ugni bl anc emi te pocos pámpanos mientras q ue en las c in ­
saut, g amay, sy rah , merlot, colom bard, c l airette, m u scat b l anc, s o n m ás fre­
cuentes;
- de l vigor de las cepas.
CONDUCCJ()N DEL V I ÑEDO 323

1 .2. Práctica d e l despampanado

Trad i c i o n a l m e n te se rea l i za a m a n o pero este proced i m i e n to l argo y costoso, e s


ree m p l azado l a m a y or ía de l as v e c e s p o r m e d i o s m e cá n i cos y m e d i o s q u ím i c os.
El despa111pa11ado mamwl se real i 1,a e n t re e l d e s b o rre y l a fl o ra c i ó n e n u n a
( o d o s ) v e c e s s o b re p á m p a n o s h e rb á c e o s , fác i l e s d e d e s p re n d e r, a n t e s d e q u e
com i e n ce e l e n d u re c i m i e n to d e J a hase . S i s e re a l i za d e m as i ad o p ro n to e s p re c i so
vol v e r a pasar para s u pri m i r l o s p á m p a n os q u e brotan m á s tarde y, s i se rea l i za
d e m a s i ado tard e , e l t ra b aj o es m ás d i fíc i 1 y m ás l argo . El d e s p a m p a n ad o man u a l es
e x i ge n te en m a n o Je o b ra ( Je 15 a 35 h oras/ha seg ú n l a vari edad y d e n s i d a d de la
p l a n t ac i ón ) y se i n terv i e n e poco a n tes de una época d e t ra b aj o s ( e l ev ac i ó n d e l a
vege t ac i ó n , de s p u n te , tratam i e n to s ) .
El despampanado mecán ico c o n a y u d a d e ce p i l l os rot a t i vo s , d e c o rreas o d e
b anJas d e c a u c h o , p e r m i te l a l i m p i eza d e l t ro nco d e l as cepas aJu l ta s . E l reg l aj e de
la fu e rza d e de s p a m p a n ad o se h ac e por la v e l oc i d ad d e ro t ac i ó n en l as m;iq u i n a s de
arras t re h i d ráu l i co . Estas m á q u i n as s ac u d e n l as cepas y pu eden d a ñ ar l as p l a n tas
j ó ve n e s . E n l as v i ñ as a d u l t a s , los pies jóvenes d e s u s t i t u c i ó n de m arras pueden ser
escam o teados c o n l as m áq u i n a s e q u i padas c o n m a n d o d e se para c i ó n de l os ce p i ­
l los.
El despampanado q u ím ico u t i l i z a e l e fe c t o d e s e c a n t e d e c i e r t o s p ro d u c tos
e m p i c ados h a b i t u a l me n te c o m o h e rb i c i d as de c o n tac to ( d i q u at , paraq u at , g l u fo s i ­
n a to de armon i o ) . La e fi c ac i a d e l a i n te rve n c i ó n d e pe n d e d e l a fec h a d e ap l i cac i ó n
y d e l a c a l i d ad d e p u l v e r i zac i ó n :
- l a fec h a de a p l i c ac i ó n : l o s p ro d u c t o s a hase Je d i q u a t y de paraq u a t se a p l i ­
can cu ando e l 80% d e l o s p á m p an o s t i e n e n u n m ín i mo d e 30 c m , por e l
c o n t rari o , c o n e l g l u fos i n ato d e a m o n i o h a y q u e i n te r ve n i r a n t e s d e q u e l o s
p á m p a n o s a l c a n c e n l a l o n g i t u d de 30 c m . La b u t ra l i n a ap l i cada c o n p i n c e l
e n l o s brazos, p e r m i te b l o q u e a r o red u c i r l o s brotes d e l o s hra1,os d e s d e e l
e st ad o E - F.
- l a i m por tan c i a de l a c a l i dad de la p u l v e r i z ac i ó n : se u t i l i za n p rc k rc n te mc n t e
boq u i l l a s c o n c h o rro p l a n o q ue i n s t a l ad as sobre u n pórt i co pe n d u l a r q u e v a

Tab l a 1
Productos utilizables para el despampanado

Dosis de empleo del


Materia activa
producto comercial

dicuat l litro/hl

paracuat 1 00 gil 2 litros/hl


paracuat 40 g/I 5 l i tros/hl
dicuaL 50 g/I 1 ,4 l i tros/hl
+ paracuat 1 00 gil
g l u fos i n ato 1 ,25 l itros/hl
de a m on i o 1 50 g/I
butralina 75 g/I 6 l itros/hl
3 24 MANUAL DE VITICULTURA

por enci m a de la cepa y perm i te la p u l veri z ación por los dos lados de la
m i s ma. El caudal de c aldo/ha debe ser de 240 a 500 li tros/h a, en función de
la de nsidad de p lantación, con el fin de i mpreg n ar bien los p á mp anos. Eso
corresponde a 80- 1 00 litros de c aldo por ki lóm etro lineal. En variedades que
produzcan muchos pá m panos y especi al mente en v iñas altas y anch as, es
necesario h acer u n a segunda ap licación p ara controlar todos los pámpanos.
L a adi ci ón de aceite (Agral a 9 0- 1 1 0 m l/hl o S oprader a 75-85 m l/h l ) al
diquat o al paraqu at mej ora la eficiencia. La pulveri z ación se h ace a baj a
velocidad ( 2,5 a 3 km/h) . Para evi tar m oj aduras fitotóxic as e l aparato va pro­
v isto de protectore s alrededor de los chorros y no se deberá p u l veriz ar con
m ucho v iento . Estas m áq u i n as perm i ten realizar el despampanado de 2 a 4
hec táreas/día o una hec tárea en aproxi m adamen te dos horas y m e d ia.

Figura 2
Despampanado químico.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 325

2 . EMPAL I ZADO DE LA VEG ETAC I Ó N


U OPE RAC IO N ES DE E L EVAC I Ó N Y RECOG I DA

2 . 1 . Objetivos
No se puede l l a m arla propiamente una operación de poda en verde sino que es
una operación que se realiza en la vege tación de l as vi ñas e m pali zadas. Perm i te
evi tar el amonton ami ento del fo l l aj e perj udici al para la fotosíntesis y para l a cali­
d ad de l as u vas y reducir la o bstrucción de la vegetación e n las c a l les, l o q ue
pod ría estorbar el paso de l as m áquinas.

2 . 2 . Práctica
La elevación y recogi da de l as viñas e mpali zadas en un p lano vertical se h a
h e c h o tradicion a l m e nte a m a n o . E s un trabajo q ue exige u n a o vari as pasadas
seg ú n e l tipo de empal i zado y e l v igor de l as vides:
- cu ando los alam bre s de e mpal i z ado son fij os los pámpanos se pasan en tre
los alam bres;
- cu ando el empal i zado di spone de alam bre s elevadores móv i les, la vegeta­
ci ón se coloca m ás rápida mente en posición vertical en la pri mera pasada
subiéndolos y m an teniéndolos j u ntos con ayuda de grapas o fij ándolos con
clavos o muescas incluso en los postes. Una o dos pasadas suplementari as
perm i ten subir estos alam bres móv i le s y e m pali z ar los nuevos bro tes.
Los tie mpos de elevación m an u al v arían en función del tipo de empal izada, de
l a separac ión de las vides y de su v i gor, de la fecha de ejecución y del cui dado con
que se h ag a el trabaj o . Para las v i ñ as de u v a de mesa, se necesitan de 50 a 1 20
horas/ha (90 a 1 20 h/ha p ara las e m palizadas en l ira) . Para las v i ñ as de uva de vini­
fic ación e stos tie m pos varían de 1 5 a 40 h/h a: calc u l ar de 4 a 5 h/ 1 .000 p l antas en
v i ñ as con una densi dad superior a 6 . 500 pl an tas/ha y de 8 a 9,30 h en tres i n te rven­
ciones en las v i ñ as de baj a den si dad de p lantación (2,30 h p ara la prim era, 5 ,30 h
para la seg unda y 1 ,30 h p ara la tercera) .
L a elevación mecán ica se puede h acer con dos tipos de m áq u i nas:
- las elevado ras de a lam b res con e n g ra n ajes m ó viles u t i l i z a b l e s en l o s
v i ñedos eq u i p ados c o n a l a m b re s m ó v i l e s : estos al am bres se c o g e n en
d i abo l o s y son e l e vado s c o n l a ayuda de d i scos c o n m uescas a la a l tura
d ese ad a y de sp ué s se grap an . Esta operación se re a l i z a en 1 ,5 a 5 h/ha,
seg ún l as v i des, a una veloci d ad d e 3 k m /h . E stas m áq u i n as, cuya i nver­
sión en 1 9 9 1 costaba de 80 a 9 2 . 00 0 francos, se amortizan en 240 k m
l i ne a l es de e mp a l i z ada. Pued e n ser e mp l e adas c u a l e s q u i era q u e sean l as
den si d ades de p l an tac ión adaptando su mon taj e a un tractor de cal les o
z a n c udo ;
- elevado ras a cuerdas, en l o s v i ñedos no e q u i p ados de a l a m bre s m óvi l e s :
la veget ac ión se sube pro gresivamen te graci as a u n si ste m a d e d o b l e tor­
n i l lo si n fín o con c i n ta en posición o b l i c u a en el se ntido del av ance . S e
m an tiene en s u l ugar m edi ante e l de sarro l l o y g rap ado d e c intas bi odegra­
d abl es.
326 MANUAL DE VITICULTURA

3. EL DESPU NTE

3 . 1 . Objetivos del despunte


El desp unte o p i nzamiento consi ste en supri m i r l a extre m i dad de los pámpanos
en creci miento para conseg u i r los efectos siguientes:
- efectos fiso lógicos: li m i tar e l corri m i ento de l as variedades q ue tienen ten­
denci a a este pro b l e m a y a veces la sequ ía;
efectos p rácticos: fac i l itar el p aso de l as máqu i n as de cu l ti vo y de trata­
mientos supri m i endo una vegetación excesiva;
efectos sob re el microclima de Los racimos: mejorar su soleamiento y ai rea­
ción reduciendo la so mbra proyectada por una fi l a sobre otra;
efec to s sob re La sensibilidad a las enfermedades: supresión de órganos
j óvenes sensi bles a los ataques de hongos ( m i l d i u) ;
efectos sob re la morfología de Las p lantas: m antener el porte erg uido de los
pámpanos reduciendo su long i tud an tes de q ue adquieran u n porte péndu l o .

3 . 2 . Práctica del despunte

3 . 2 . 1 . É poca
El desp unte se practica después de la e levación y recogi da de l os pámpanos en
l as v i ñas e m pali zadas. L a frecuenci a de l as i n tervenciones es vari able según e l
vigor de las v i ñ as, la v ari edad y l a s condiciones del m e d i o . E l n ú mero de despun­
tes es má s i mp ortante en los v i ñedos sep te n tionales en donde l as v i ñ as están e mpa­
l i zadas y tienen un crec i m ie n to m ás tardío que en los viñedos m e ridionales.
El pri mer despu n te es e l m ás i mportante . Debe de h acerse e n e l m o mento ade­
cuado . En efecto, los prod uctos de la fotosín te si s e laborados por l as hoj as adul tas
e m i g ran , dura nte el período de creci m i en to , haci a los órg anos jóvenes, l as flores y
l as extre m i d ades de los pámpanos que están, por tanto, en compete nc i a para l a uti­
l i zación de estos metabo l i tos. E l o bjetivo de este pri mer despunte e s desviar las
corrientes de sav i a el aborada en benefi ci o de las in florescenci as en un mo mento en
que tienen una nece sidad i mportante , es decir, en l a época de la fecundación . Para
las varied ades sensi bles al corri m i ento, el efecto de este primer despunte e s m ucho
más significati vo q ue para las vari edades que no l o son , el porcentaj e de cuaj ado se
mej ora si la époc a del despunte se h a elegido bi en.
- p racticado demasiado pro n to, an te s o al princi pio de la floración, puede
tener u n efecto contrario provocando u n a re acción de l a planta que aumenta
e l crec i m i ento de l o s n i e tos y, por co nsig uie nte, au menta e l efecto de l a
co mpetenci a;
- p racticado demasiado tarde, después de l a floración, no tie ne efecto so bre
el cu aj ado ;
- el mejo r período se si túa en plena floración o a fi nales de la floració n .
L o s desp unte s siguientes s e realizan en función d e l crec i m iento de l o s pámpa­
nos y de los efectos dese ados. Es preferi b le desp u ntar j u sto ante s de un tratamien to
ya que eso fac i l i ta el acceso a los órganos a pro teger y perm ite repartir m ejor e l
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 327

producto . U n despunte hecho 5- 1 0 días después d e u n trata m ien to a base d e un


fungicida sisté m i co , se traduce en u n a pérdida de e fi caci a del tratamiento.

Tab l a 2
Influencia de la fecha del despunte en viñas conducidas en vaso en Montpelliet¡
variedades cariñena y garnacha (Vergnes)

Número de bayas/racimo
Tratamientos
Cariñena Garnacha

S i n despuntar 1 44 101
Pinzamiento desde el momento de la 1 56 92
aparición de las inflorescencias en el pámpano
Despunte de 6-7 hojas 1 0 días antes 1 53 84
de la floración
Despunte de 6-7 hojas hecho 171 108
en plena floración

Tab l a 3
Comparación de la intensidad del despunte realizado a finales del cuajado
sobre Cariñena/R 99 en vasos, 2 x 1)5 m
(según Tourrette y Wagnet¡ lnra Montpellier)

Testigo Rl R2

S uperficie foliar total en m 2/cepa (s) 0,94 0,42 0,39


Nietos (% s) 34 42 58
Resistencia estomática 1 ,10 0,89 0,83
% iluminación captada por:
• las hojas en el cuajado 34,5 43,5 4 1 ,5
• Jos racimos un mes después del cuajado 12 8, 1 13

Testigo: 1 o despuntado.
R 1: Despuntado del 50% del pámpano.
R2: Despuntado del 75% del pámpano.

3 .2.2. I n tensidad
Los despunte s tienen efectos favorables sobre e l c u aj acto y l a fi siología de la
v i d c uando no son demasi ado severos; si lo son reducen el v igor, el re ndi m iento y
la c alidad. El rendi miento se ve poco modificado por la i ntensi dad del desp u n te
practicado después del cuaj ado; por el contrari o , los estados fenológicos se retra­
san y los e lementos de la cali dad son m ás débi les (grado, co lor, poli fenoles tota­
les). O tros ensayos muestran que el despunte tal y como se realiz a en la práctica
corriente tiene , l a m ayoría de l as veces, un m arcado efecto depre sivo y q ue un des­
punte menos severo perm i te aum entar el vigor de l as p l antas, la cali dad y, al fi n a l ,
328 MANUAL D E VITICULTURA

el rendi mi ento. En con secuencia, el despu n te no debe se r de m asi ado severo , pero
en v i ñas estrechas es u n a operación necesari a para fac i l i tar el paso para l i mi tar l a
so m bra producida y el desarro l lo d e l a podredum bre gri s.

Tab l a 4
Incidencia de la intensidad del despunte
en el rendimiento y la calidad sobre cariñena/R 99
(lnra Montpellier)

Testigo Rl R2

Rendimiento kg/cepa 4,89 5,07 4,25


Grado probable 1 1 ,06º 9,67º 8,70º
Á cido málico meq/l 61 62 68
Polifenoles mg/I ácido g al . 474 369 274
Antocianas d e los hollejos mg/l 612 4 14 248

Testigo: No despuntado.
R l : Despuntado del 50% del pámpano.
R2: Despuntado del 75% del pámpano.

Tab l a 5
Efecto de la intensidad del despunte sobre el vigor,
el rendimiento y la calidad, merlot!rip. gloria.
Ensayo ITV, lnra, Cámara de Agricultura 33

Cabemet
Merlot
Sauvignon

a b a b

Peso de cosecha
• 1 974 2 ,20 2 ,2 1 1 ,50 1 ,6 1
• 1 97 5 0,48 0,56 0,50 0,94
Grado alcohólico
• 1 974 9,5° 1 0,3º 9,5º 9,9 º
• 1 975 1 2, l o 1 2,2 º 1 1 ,2º 1 1 ,6º
Acidez total
• 1 974 4,7 4,5 6,5 6,0
• 1 97 5 4,9 4,8 7,0 6,6
Antocianas (mg/ 1 00 g)
• 1 975 1 49 171 1 52 1 67
Peso de madera d e poda (kg/cepa)
• 1 975 0,26 0,33

a: despunte normal.
b: despunte a +30 cm.
G A M A D E D E S P U NTA D O R A S C O L LA R D A C O NTRA- C U C H I L LA S . n
Tractore s zanc u d o s o
8e
n
n
º'
v
tTl
l'

C')
3
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� t:l
TRACTO RES 2 F I LA S : M onofi la : H 5 0 0 - 3 filas: H 3500 P a r a viñedos del M i d i Despu ntadora espec i al POLY-BOB modelo s : o
� 1 fila + 2 1 12 fi las: H 3250 con vegetación m ás espesa 2112 fi las Tipo H 600 P B
� TRACTORES 3 F I LA S : 2 filas comp letas: H 2500 DESPUNTADORA M O N O F I LA H 600 adaptación sobre los soportes de reci pientes
-o
e:
4 f i l as comp letas: H 4500 de tratamiento de origen
::::s
� Trac tore s e n tre líneas

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J U P I TE R : 600 D E / 600 DR J U P ITE R : 600 DRS J U P I T E R : 600 DRS J U P ITER: 600 D R S
::::r-
800 DE / 800 DR 800 DRS 800 DRS 800 D R S

' 300 ¡ 400


VENUS ET HYDROMATIC V
300 S / 400 S
j •

300 ES / 400 ES 300 E / 400 E
HYDRO MATIC VL
V 400 L / V 700 L
1
V 500 LS / V 700 LS w
N
NOTA : La cifra corre s ponde al n úmero de e lem entos de corte. �
3 30 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 2 . 3 . Tipos de despu ntadoras


La mecanizac i ón de esta operación se ha hecho ya corriente y los constructores
ofrecen varios tipos de despuntadoras (con barra de corte , con sierras, con sierras
rotati vas) m ontadas so bre tractor o arrastradas sobre patines.

4. DESHOJ ADO

E s una práctica que, como el despunte , es suscepti ble de m ej orar la calidad de


la cosecha. El deshoj ado es de u so corriente en los v i ñedos que producen vi nos
bl ancos licorosos y ocasi onal en los q ue producen uva de m esa.

4.1 . Objetivos
El deshoj ado consi ste en supri mir las hoj as a n ive l de los racimos con v i stas a
conseg uir los efectos siguientes:
- aumen tar la temperatura, el so leam ien to y la aireación a nivel de l os raci­
mos;
- mejorar la colo ración y la maduración de las bayas;
- reducir la podredum b re gris medi ante una mejor ai reación durante el perío-
do de m aduraci ón ;
- reducir el tiempo de vendim i a m an u a l , p artic u l armen te en l as u vas de me sa;
por el con trario el deshoj ado no pre senta ningún in teré s para la vendi m i a
mecán ic a;
- favorecer el acceso a Los rac im o s de los tratamien to s tardíos con tra l a
podredu m bre g ri s;
- favo recer el desarro llo de la p odredu m b re n o b le d uran te el pe ríodo de
so bre m aduración p ara l a prod ucción de v inos l icorosos.

4.2 . Práctica
El d e shoj ado se practi c a a n i ve l de l o s rac i m o s so bre la c ara de La fi l a
e x p uesta a l sol saliente o d e l l ad o q u e e sté m á s a l a so m bra . Puede ser he c ho
de m anera p recoz , en el c uaj ad o , p ero de u n a m anera m oderada, p ara con seg u i r
u n a m ej o ra de l m i c roc l i m a de l o s raci m o s y favorecer su m ad u ración a s í c o m o
l i m i tar l a se n si b i l i d ad a l a podre d u m bre g ri s . E n otro s c aso s , se real i z a u n o o
dos d ías antes de l a s ven d i m i as m a n u ales, p ara red uc i r su durac i ó n . L o s e fe c ­
to s benéfi c o s de l de shoj ado sólo s e consiguen actu ando so bre l as hoj a s v i ej as
c u y a act i v i d ad fo to sintética es d é bi l . S i se h ace d e m asi ado pro nto y d e m a s i ado
severa me nte , d i s m i n u y e la superfi c i e fo l i ar e n p le n a act i v i d ad provocando u n a
d i s m i nución d e l a c a l i dad y d e l rendi m i e n t o . Puede co m bi n arse c o n u n des­
pun te m e nos severo p ara c o m pensar e st a d i s m i nución de su perfi c i e fo li ar. El
deshoj ado, e n c iertas cond i c i o n e s c l i m áticas p art i c u l are s (temperaturas e l eva­
d as y baj a h ig ro m etría ) , puede favorecer un esc a ldado de los rac i m o s ( parte 3 ,
cap ítu lo 2) .
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 331

E l deshoj ado manual e s una operac ión exi gente e n m ano d e o bra (30 a 50
hora s/h a seg ú n l a d e n si dad de la p l an t a c i ó n ) , pero actu a l m en te ex i sten o tros
medios de deshoj ar por medio de:
- defoliadoras neumáticas que funcionan o b ie n i n suflando aire a gran pre­
sió n , l o que l acera las hoj as (G a l v i t) , o bien aspi rando l as hoj as q ue po ste­
riormente son cortad as por las p a l as de un venti lador (C arteau , D abrigeon)
o por h oj as de si erra (C auderay) . A este conj un to asp i ración/corte se le ha
añadido rec i e n te m e n te una c i nta tran sportadora q ue l l eva la vegetación
h aci a l a m a l l a de aspiración coloc ad a delante de una barra de corte alterna­
tivo ( Av i dor) ;
- defoliado ras térm icas: las h oj as se sec an medi ante radi anes l u m i nosos ali­
men tados con gas ( S ousli koff) ; el deshoj ado de una hectárea de v i ñ a nece­
sita 6 horas y media a l a veloci dad de 1 k m/h .
E l deshoj ado q u ím ico h a sido o bj e to de en sayos, especi almen te con c lorato de
m agnesio y etefon, pero e stas su stancias no se e m p l ean ya debido a los efectos
secundarios nefastos para la vendi m i a . E l deshoj ado es u n a técnica q u e encarece
l os coste s de prod ucción y sól o se practica cuando la m ej ora cualitativa de las u vas
se repercute en el precio de venta. El deshoj ado m anual cuesta de 1 .500 a 2 . 500
francos/ha . El deshoj ado neumáti co permi te rebaj ar e stos costos si l a m áq u i n a se
e m p lea so bre m ás de 20 h a, e s deci r, 800 f/h a so bre 50 h a (amorti z ación 7 años,
precio de co mpra 1 00 . 000 francos) .

5 . I N C I S I Ó N A N U LA R

5 . 1 . Objetivos
E sta operac ión e s poco c orri en te e n Fran c i a , se e m p le a p ara l a prod ucción
de u va d e me sa con el fi n de mej o rar el g ro sor de los raci mos y su pre se n tación .
L a i n c i si ó n a nu l ar c o n si ste en q u i tar u n a n i l l o de tej i dos l i beri anos (3 a 6 m m
d e anc h u ra) e n u n sar m i ento o e n e l tro nco a fi n d e b loquear l as m igraciones de
savia e l aborad a h ac i a las p artes v iv ac e s y ori en tarl a s hac i a los rac i mos. Lo s
c o n ten i d o s en a z ú c are s y e n susta n c i a s de c re c i m i e n to , espec i a l m e n te áci do
g i beré l i co , au m entan en l a s i nflore scenc i a s o los rac i m o s . E sta i n terru pc i ó n e s
m o me ntánea y a q ue l a c o n du c c i ó n s e resta blece de c u atro a sei s semanas de s ­
pués.

5 . 2 . Práctica
S eg ú n el obje tivo busc ado, se realiza e n épocas diferentes:
- en la floración, l a incisión an u l ar origina un au m ento del porcen taje de cua­
j ado , del tamaño de los granos, del rendi m ien to y del v i gor pero con fre­
cuen c i a se acompaña con u n a d i sm i n ución de los azúcares, sin duda a causa
del vol u m en de l as uvas (caso de la corin to negro en Grec ia) ;
- e n e l envero, l a i nci sión anu l ar favorece l a co loración y e l conteni do e n az ú­
cares de l as b ayas (caso de la ch asse l as de Moissac) .
332 MANUAL D E VITICULTURA

La inci sión se ejecuta m anualme nte sobre los sarm ientos que deben desapare­
cer en l a poda con tij eras de dos hoj as paralelas e sp aci adas varios m i l ímetros, l l a­
mad as p inzasavias. Los m i smos efectos se buscan con éxito en las variedades api­
renas (corinto, su ltani n a, perlette) m edi ante p u l ve riz aciones de g i bere l i n a so bre l as
i nflorescencias en p lena floración .

6. ACLAREO

Esta operación s e real i z a so bre todo p ara mej orar l a pre sentación de l as uvas
de mesa (form a de los racimos y grosor de las uvas) y, excepcional mente , para
reducir la producción de l as uvas de vin ificación c u ando se anunci a excesiva. Con­
si ste en supri m i r y a sea u v as ( c i n c e l ad o ) o bien p o rc io n e s de raci mo ( p i n z a­
m iento) , o una proporción bastante i mportante de rac i mos (caso de l as uvas de
v i n i ficac ión) .

6. 1 . Para las uvas de mesa


El c in celado se re a l i z a q u i tando b a y as, pre fe ren te m e n t e d e l i n te ri o r d e l
rac i mo . M i nucioso y costoso, sol amente s e practica en uvas d e mesa de l uj o culti ­
vadas e n i nvernadero o en vi ñedo (chasselas de M oi ssac ).
E l p inzamien to e l i mina una p arte de l a extre mi d ad o del ej e secundario de los
raci mos. Per m i te reduc i r la co mpacidad y homogeneizar el grosor y la di stri buci ón
de los granos.

6.2 . Para las variedades de vinificación

6.2.1 . Aclareo manual


Puede consistir en supri m i r el excedente de raci mos de las vides jóvenes de 2 a
4 años; e so podría com prometer el desarrollo de su si ste m a radic u l ar y perj udicar
su v igor; entonces se debe p racticar pronto, poco tiempo después de la floración.
E n las v i ñ as adu l tas e s u n a técnica de contro l de l a prod ucción con vistas a favore­
cer la madu ración de l as uvas. Las uvas que q uedan e stán mejor ali mentadas y a
que l a relación superficie fol i ar i lu m i n ada/pe so de uva s e ve aumentada. Para tener
u n efe c to sign i fi c ati vo , e l a c l areo m an u a l , deno m i n ado a veces vend i m i as en
verde, debe hace rse antes pero cerca del envero y supri m ir por lo m enos el 30% de
las u vas.
Época de aclareo: si se hace de m asi ado pronto an te s del envero, favorece el
v igor de l as cepas, l a ferti li dad de las yemas y provoca un riesgo de superproduc­
ción para e l año siguiente; prac ticado después del envero e s menos i ntere sante ya
que, como disminuye e l rend i m i en to , tiene menos efecto sobre la calidad.
In tensidad del aclareo: si e s i nferior a l 30% no tiene efecto notable sobre l a
disminución d e l a cosech a y a que l as bayas restan te s aumen tan de volu men (caída
del 3 5 % de producción para u n ac l areo del 50% ) . S i n embargo , puede valer en par-
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 333

celas medianamente productivas, hacer un «aclareo cual itativo» que consiste en


suprimir racimos cuando varios de el los están agrupados, con el Ji n de que los que
quedan estén más aireados y más i lumi nados, y que sean menos sensibles a Botry­
tis cinerea. Por el contrario para obtener a la vez una baja de rendimiento y mejora
cualitativa, es necesario supri mir de 30 al 50%1 de los racimos. El aclareo puede
tener por objeto también la supresión de gajos (racimillos).

Tabla 6
Efecto del aclareo sobre la producción y la calidad

Producción Densidad Acidez (g/I)


Testigo Aclar. Testigo Aclar. Testigo Aclar.

Tokay (kg/cepa) 3,32 2,6 1 .093 1 . 1 06 5,29 4, 9


Muscat (peso de 50 racimos) 4, 94 5,70 1 .07 1 1 .076 3,52 2,94

Aclar: Aclareo del 30% el 1 1 de agosto.

Antes de la intervención, se debe efectuar en julio una evaluación del potenéial


de producción de las parcelas por conteo de los racimos sobre una muestra de 1 O
veces 5 cepas por parcela. Ú nicamente las parcelas más cualitativas que manifies­
ten tener un potencial de producción demasiado alto serán objeto de un aclareo
severo.
Aunque l as cosechas en verde estén actual mente de moda, es una técnica que
debe ser considerada nada más que como un medio de intervención provisional y
no uti lizarla si stemáticamente todos los años. En efecto, en el caso de ad areo pre­
coz, el vigor de las cepas se orienta hacia el engrosamiento de las bayas restantes,
al crecimiento de los brotes y al aumento de la ferti l idad de las yemas l atentes de
las maderas. Y así, el potencial de rendimiento del año siguiente se ve aumentado,
lo que obl iga a aclarear de nuevo. Es por esto que la búsqueda de la cosecha
supone un estudio global del dominio del rendi miento y del vigor que establece los
medios técnicos razonados en el momento del establecimiento de la viña (prepara­
ción del terreno, enmiendas, elección del patrón y del clon de la variedad) y
durante el mantenimiento de la misma (carga en yemas, fertil ización, regulación
del régimen hídrico . . . ).

6.2.2. Aclareo químico


El aclareo manual es exigente en mano de obra. Es por lo que desde hace
mucho tiempo se ha intentado uti lizar las propiedades de abscisión de un regulador
de crecim iento, el etefon. El conocimiento de la uti l ización de este producto es
posible actualmente pero se exige una gran técnica. En efecto, los resultados obte­
nidos dependen de los parámetros siguientes:
estado de las bayas en el momento de la aplicación.: el empleo del etefon
entre el cuaj ado y racimo cerrado depende de la importancia del aclareo
deseado, el porcentaje de aclareo dismi nuye con el aumento del grosor de
334 MANUAL DE VITICULTURA

l as bayas. En las variedades medi terráneas, la escala de aclareo siguiente es


la propuesta por el ITV en función de la reducción de cosecha buscada:
• superior al 70% : tratar al pri ncipio del cuajado
• del 30 al 60% : tratar sobre bayas de 4 a 7 mm
• del 1 O al 20% : tratar sobre hayas de 8 a 1 O mm

Tabla 7
Efecto del aclareo con etefon

Nb Peso Peso Peso


Modalidades racimos/ cosechado 1 racimo 200 Grado Acidez pH
cepa kg/cepa g bayas

Testigo 20,4 4,5 224 396 1 0, 50 4,07 3,35


Aclareo manual 1 0,8 2,8 264 410 1 1 ,70 3,5 1 3,48
Aclareo etefon 14 2,3 1 68 404 1 2,30 3,75 3,52

- dosis de empleo y técnica de aplicación: esta sustancia de crec imiento se


uti l iza a la dosis de 360 g de materi a activa/hectárea de una form ulación
específica para la vid (2 l itros/ha de Sierra a 1 80 g/I de etefo n ) . Sol amente
es eficaz si los raci mos son moj ados directamente por el producto. Para l a
supresión d e los gajos d e rcaci mo, e l CIVC e n Champagnc i ndica tratar
con 2,5 l/ha de Sierra en los estados 33 a 35. Las pulveri zaciones deben
permi tir una buena apl i cación del producto sobre las dos caras de la zona
fructífera.
Con el aclareo con ctefon, la reducción de la cosecha se consigue por una
reducción del nú mero de bayas por racimo mientras que con el acl areo manual esta
reducción se obtiene por disminución del n úmero de racimos. Esta técnica parece
interesante a la vez desde un punto de vista cualitativo y desde un punto de vista
económico.
CAPÍTU LO 5

F U NDAME N TO Y ORGA NIZACIÓ N


DE LA RECOLECCIÓ N

1 . Recolección y conservación de las uvas de mesa


2. Vendimia de las uvas de vinificación

L a recolección agrupa al conj unto de operaciones que permiten separar l as uvas


de l as cepas y llevarlas hasta el l ugar de almacenamiento, para l as uvas de mesa, o
a l a bodega para las uvas de vinificación. El térmi no recolección se adopta para la
recolección de l as uvas de mesa, mientras que el de vendimia es más adecuado
para las uvas de vinificación.

1 . RECOLECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LAS UVAS D E M ESA

1 .1 . Fecha de la recolección

La calidad de la uva de mesa depende:


- de la variedad: los racimos deben ser característicos de la variedad;
- del aspecto del racimo, definido por su dimensión, su compacidad, que debe
ser media, y la regularidad de los granos;
- de l as características de las bayas: la dimensión, defi nida tanto por el peso
medio como por el diámetro, la firmeza o turgencia valorada al tacto, el
color, la ausencia de defectos (bayas agrietadas, atacadas de podredumbre,
desprendidas del raspón), la originalidad y fi nura del gusto.
336 MANUAL DE VITICULTURA

El gusto es sumamente i mportante para la determinación de l a cal idad; es


característico de la variedad, pero depende del grado de maduración, por lo tanto,
es pri mordial la determinación de la fecha ópti ma de recolección. A lo l argo de la
maduración, el color de las bayas, el contenido en azúcares, la acidez y los aromas
evolucionan en el sentido de una mejora de la cal idad. Después del estado de
madurez, la evolución continúa, pero la calidad dismi nuye.
Este estado de madurez industrial puede ser apreciado por:
criterios visuales o gustativos: color de la base del pedúnculo, color y sabor
de las hayas;
medidas del contenido en azúcares y de la acidez del j ugo extraído de l as
uvas.
Las fechas de recolección dependen pues estrechamente de las condiciones cli­
máticas del año, de las zonas de producción y de las variedades. Desde el punto de
vista comercial , se establece un escalonamiento de cosechas, que, para Francia, es
como sigue:

Tabla 1
Planning de recolección de uvas de mesa

Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre

Variedades bl.ancas

Chasselas
Languedoc
Provenza
Sud-Oeste ---

Datlier de Beyrouth
Provenza
Italia
Provenza
Gros vert
Provenza

Variedades negras

Cardinal
Languedoc
Provenza
Alphonse-Lavallée
Langucdoc
Provenza
Moscatel de Hamburgo
Languedoc Provenza
Olivette noire
Provenza
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 337

La fecha de recolección se determinará también teniendo en cuenta la duración


del almacenamiento y la forma de conservación. Se constata, en efecto, que l as
uvas recogidas más precozmente resi sten mejor al transporte y son menos sensi­
bles a las alteraciones durante la conservación; pero, ¿estas uvas son también apre­
ciadas por los consumidores?

1 .2 . Recolección -
La recolección debe hacerse con precaución para no estropear las bayas. Los
racimos se manipulan por el pedúnculo. Dado que todos los racimos no maduran a
la vez, es conveniente efectuar varias pasadas en el viñedo. Los racimos se separan
de la cepa cortando el pedúnculo con tijeras y se colocan en bandejas o caj as .

1 .3 . Cincelado y acondicionamiento
El cincelado consiste en suprimir con tijeras los granos anormales, lesionados,
o atacados de podredumbre. El acondicionamiento consiste en colocar los racimos
en caj as, cuidando la presentación: papel amarillo para las uvas blancas y papel
rojo o violeta para l as uvas negras. Los racimos se colocan unos contra otros para
evitar choques durante las manipulaciones posteriores. Las cajas son de madera, de
cartón ondul ado o a veces de espuma de poliestireno expandido.
Estas operaciones de cincelado y de acondicionamiento, sean realizadas en el
campo o en los almacenes, requieren mucha mano de obra.

1 4 Conservación
. .

Para conservar la uva, con el fin de retrasar su puesta en los mercados de con­
sumo, existen varios procedimientos:

1 .4.1 . Conservación en las plantas


Para variedades tardías, cultivadas en zonas de otoños suaves, los racimos se
pueden mantener en las propias cepas y recogerlos antes de las primeras heladas.

1 .4.2. Conservación con raspón fresco


Los raci mos se recogen con un trozo de sarmiento de 8 a 1 O centímetros de
longitud y después se colocan en locales frescos y bastante húmedos, con. e l
extremo del sarmiento introducido e n u n recipiente con agua adicionada con car­
bón vegetal (método Thomery).

1 .4.3. Conservación frigorífica


Desde su recolección, los raci mos pueden enfriarse, bien en un camión frigorí­
fico estacionado en el propio campo, o en cámara frigorífica. Este método permite
3 38 MANUAL DE VITICULTURA

conservar l as uvas generalm ente duran te uno o dos meses, y hasta cinco o sei s
m ese s para alg u n as v ariedades co mo Ohanes. E n efecto, l a s baj as tem peraturas
ralenti z an l as funciones v i tales de la uva ( resp i ración, transpi ración) .
L as u vas sufre n , en principio, u n a pre rrefri geración e n u n a cámara frigo rífica
venti l ada preferente mente con ai re forz ado y h umedecido, a u n a temperatura de
O ºC ; la tem peratura debe baj ar a 8 ºC al fi nal de l a prerrefrigeración si las uvas van
a ser co merc ia liz adas en menos de 4-6 d ías. P ara duraciones de conse rvación m ás
l argas, l as u vas deben l levarse a O ºC (O a 4 ºC) ; a conti n uaci ón , esta temperatura
se m antiene constante en la cámara, o bien la uva se l leva a o tro l ug ar de conserva­
ción a O ºC y 9 5 % de humedad re l ativa.
Por ú lti m o , e l e m p l eo de S02 perm i te la p rotección de l as u vas con tra los
mohos; para e l lo, se u ti l izan varios procedi m i entos:
- p ul veri z ación de una sol ución de metabisu l fito de sodi o ;
- fu m i g ación periódi c a de las uvas, con servadas en bolsas de P V C co locados
en el interior de l as cám aras frías, hac iendo una pri mera fum igación a la
dosi s del 1 por 1 00 del vo lumen de la bolsa , durante 20 m i n u tos, y después
una fum i gación cad a sem a n a a la dosi s de 0,25 por 1 00;
- por d i fusión conti n u a de S 0 2 a parti r de una dosi s de metab i su lfi to de sodio
o de potasi o , en estado só lido o l íq uido, co locado en e l i n te rior del e m b al aje,
pero aislado e n saq u i tos de p ape l o de p l ástico alveol ado.
A l a sali d a de l a conservación en frío , el calentam iento de l as u v as no debe de
ser bru sco .

2 . VE N D IMIA DE LAS U VAS DE VI N I F I CAC I Ó N

L as uvas de vin ificación se recogen a fi n ales de verano cuando están m aduras.


Los v i ticu ltores, apre m i ados p ara l levar a la bodega su cosecha, tienen tendencia a
comenzar demasi ado pronto la vendi mia. Para uva tinta, algunos d ías de m aduración
suplemen tari a perm i ten, a menudo, mejorar la cal idad de las uvas por un enriqueci ­
m iento en azúcares, una disminución de l a aci dez y una evolución favorab le de los
poli fenoles; si n embargo, al retrasar la vendi m i a, se corre el riesgo de podredu mbre
gris, si el tiempo es l l u vioso. Para la producción de vinos blancos secos, q ue deben
de tener frescura, y para otros tipos vinos, no es conven iente retrasar la vendi m i a.

2 . 1 . Determi nación de la fecha de la vend im ia


E x i sten varios medios com plementari o s p ara deter m i n ar esta fecha: observa­
ciones en e l v i ñedo y an ál i si s de m uestras de u va en laboratori o .

2 . 1 . 1 . Observacio nes en el vi ñedo

2. 1 . 1 . 1 . Control de los estados fen ológicos

Para c ad a vari edad c u l ti vada en una regi ó n , el período co mprendido entre l a


p le n a floración y e l estado d e m adurez e s bastan te constante: d e 1 00 a 1 1 5 d ías
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 3 39

seg ú n las vari edades, 1 00 días para P i not noir en B orgo ña, 1 1 0 días para Merlot en
B urdeos, de 95 a 1 1 0 p ara C h ardo n n ay en Champagne. Tras l a fecundació n , al
fin a l de la floración, el reloj biológico de cada variedad lleva al j oven fruto así for­
m ado a su estado de m adurez con una duración específi ca, de 65 d ías desde la
plena floración h asta el e nvero, y de 45 días desde el e nvero a la m adurez, o sea, un
-
total de alrededor de 1 00 a 1 1 0 días + ó 3 -4 días. E ste valor, i ncluso aunque sea
aprox i m ado, es i nteresan te para prever la organización del eq u i po de vendi m i a y l a
preparación de la bodega.
Preci siones complem e n tari as, ú tiles p ara la preparación del equipo de vendi­
m i a, se p ueden o btener o bservando l as viñas en e l mo mento de la floración y del
envero con e l fi n de anotar, para cada parcela, e l comienzo y e l fi n al de estos esta­
dos fen o lógicos. E llo da una idea del i n tervalo q ue separa a las p arcelas precoces
de las parcelas tardías y perm i te p rever el orden de recogida. Tam bi é n , da cue nta
de la duración del desarro l lo de los estados fenol ógicos y se puede eval uar el esca­
lonamiento de la m aduración en una m i s m a parcela y en el conj un to del v iñedo . S i
la maduración d e los racimos d e u n a parce la e s homog é ne a y precoz, podrá vendi­
mi arse rápi damente e n cuan to se con siga el ópti mo de m aduración; por e l con tra­
rio, si la floración es e scalon ada y tard ía, la recolección de berá ser escalonada y
retardada, si el tiempo y el estado sani tario de las uvas lo permi te n . La observación
de la floración no es fáci l de realizar, pues ti ene l ug ar en u n momento c argado de
trabajos y porque está con streñida, por tanto, habrá que contentarse con l as obser­
vaciones y anotaciones del envero. S i n e m bargo , esta técnica de 1 00 o 1 1 0 días,
sólo ofrece i nterés en las reg iones y para las vari edades en las que la duraci ón
media floración- m adurez es con stante y conocida; en efecto, para muchas varie­
dades, sobre todo blancas, aquella duración fluctúa con los años.

2. 1 . 1 .2. Apreciación del estado vegetativo de las viñas

La apreci ación v i sual del vigor, de la producción y del estado sanitari o de las
uvas per mi te co mpletar las i n form ac iones sobre el comienzo y la posi ble evo lu­
ción de l a m aduración .

2. 1 . 1 .3. Degustación de u vas

H acia el fi n al de la m aduración, la degustación de las uvas aporta i nformacio­


nes so bre e l sabor y sobre la m ad urez fe nólica de las uvas de variedades tin tas, en
los que se con stata l a pérdida progresiva del sabor herbáceo y l a evolución favora­
ble de los tani nos.

2 . 1 . 2 . Con tro les ana l íticos de la mad u rez de las uvas


A p arti r del envero, se reali zan regu larmente to m as de m ue stras de bayas. Es
n ecesario co menzar suficiente m e n te pronto pues el conoci m i e n to de l a d i n ámica
de l a evolución de los azúcares, de la aci dez y de los compon entes fenólicos faci ­
lita la i nterp re tación de los resultados. Se se leccio n an parcelas de refere nci a en
cad a sector de la explotación , en fu nción de la variedad , de la edad de las viñ as y
de su v igor. E stas p arcelas son seg uidas todos los años y, duran te u n m i smo año ,
reg ularme n te a partir del e nvero . C u ando l as cepas de u n a m i sm a variedad l legan
a l a m adurez, se generalizan l os con troles al conj u n to de parce l as que habi tua l -
340 MANUAL DE VITICULTURA

m ente ti enen una m ad u rez equivalente, con el fi n de verificar e l prog ra m a provi ­


sion al de recogida, prep arado a p arti r de las observaciones re l ativas a los estados
fen ológ icos.
Para o btener resul tados fi a b les a lo l argo de l a m aduración , e s necesari o efec­
tuar de 200 a 300 puntos de recogida por parce la, vo lver cada vez a las m i sm as
fi l as, loc a l i z án d o l a s y m arc ándo l as , y proced e r de la m i s m a m an e ra en c ad a
pasada. Se efectúan i das y veni das en l a s fi las, recogiendo alternativamente so bre
la fi la de la derec ha y de la izq u ierda, al azar en tre los raci mos de los pámpanos de
la zona media de las cepas conducidas en cordones o en G uyot. Se evitan las filas y
l as cepas del borde y solamente se re alizan las tom as de m uestras en cepas de
vigor medio. Las to m as se hacen siempre a la misma hora.
Se p ueden u ti l izar m uchos métodos de m uestreo, c ada u no de ellos con su s
ven taj as e i nconven i en tes:
método de las doscien tas bayas: se to m an de 200 a 300 bayas, al azar, a
razón de u n a b ay a por cepa. Es necesario tom ar bayas de arriba, del medio y
del extre mo , del exteri o r y de la c ara oculta del rac i mo . L a representatividad
de la m ue stra depen de de la calidad del trabaj o del que to ma las m uestras.
Para permitir un seg ui mi e n to b astante o bj etivo de la maduración , es necesa­
ri o que e l tom ador de m uestras sea sie mp re el mismo, y que proceda sie m­
pre de la m i sm a m anera; l o s re sul tados están , a men udo, sobree sti m ados
porq ue se recoge n , prefere n temente, l as bayas m ás expuestas.
- método de p artes de racimos: se sep ara un total de dosc i e n tas bayas p or
fracciones de raci mos de 3 a 5 bayas conti g uas. L as u vas se recoge n de l a
parte m edi a de l o s cordo nes o de l a poda G u yot, o sobre u n brazo d e v ig or
medio p ara las cep as en v aso . L a p reci sión de los resu l tados es mej or reco­
g iendo fracc i ones de raci mos del pri mer raci mo del pám p ano (de rango 1 ) .
L as to mas se h acen de la p arte alta de un rac i m o y l uego de la baj a del
sig u i e n te . E ste m é todo per m i te h acer u n m ue streo q ue reflej a bi e n los con­
teni dos medios e n az úc ares, ácidos, p o l i fenole s de los h o llejo s y el pH de
l a cepa.
método de rac imos en teros: p ara o btene r u n muestreo repre se ntativo del
estado de m adurez de l a parcela es deseable tomar u n gran n ú mero raci mos.
E n la prác ti ca, nos con tentamos con 1 5 a 20 raci m os, en todos los estados de
m adurez, recogiendo un raci mo por cepa, a todos los n iveles, de c ada lado
de la calle . Este m é todo permi te u n m uestreo rápido, pero nece sita escoger
cuidadosa mente las muestras, para o btener va lore s repre sen tativos. E n re la­
ción con el método de las doscientas b ayas, da resultados m ás variables, su
precisión aumenta con el n ú m ero de rac imos y permi te conocer el peso de
los raci mos.
S e pesan las b ay as para medir su e n grosamiento , se extrae e l j ugo con u n a
pren sa manual p ara determi n ar e l con te n i do e n azúcares y l a acidez . L o s resultados
de los an álisis de los az úcares, de la aci dez total , de la re l ación AZ/AC ( azúcares
totales/acidez total) , y los pesos m edios de las uvas se trasladan a un gráfico. S e
constata que las curvas tienen u n a pendiente mayor al comienzo, mientras que
hacia e l estado de m adurez las evo l ucion e s de los dife re n tes compone ntes son más
débi les.
Para la determ i nació n de la fecha de vendi m i a , puede u sarse, por tanto, la evo­
lución de los con teni dos de los co mponentes de las uvas, con e l fi n de comprender
l a evolución de l a m aduració n :
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 341

a partir de las variaciones del peso medio de las uvas a lo largo de la madu­
ración: este peso aumenta desde el envero hasta el estado de madurez, alre­
dedor de la cual se mantiene estacionario durante varios días; a continua­
ción, el peso de la uva tiende a disminuir, débi l pero regularmente, por
pérdida de agua a nivel del raspón y de la baya, si el año es seco;
a partir de la evolución de los contenidos en azúcares: la riqueza en azúca­
res, del j ugo, aumenta desde el envero hasta Ja madurez, primero l enta­
mente, luego de forma más importante, variable según las condiciones cli­
máticas ; a continuación, el contenido en azúcares se estabil iza, antes de
continuar aumentando lentamente por efecto de la pérdida de agua de la
baya a lo l argo de l a sobremaduración.
- a partir de la evolución de la acidez: tras llegar a un máximo en el envero, el
contenido en ácidos disminuye hasta el final de la maduración ; la fecha de
vendimia se determina, a menudo, a partir del contenido en ácidos, que si es
muy débil , los vinos corren el riesgo de ser planos, y si es muy fuerte, los
vinos serán desagradables. También, se puede expresar l a acidez a partir de
pH, que expresa la acidez real: cuanto más bajo es el pH, más elevada es la
acidez.
a partir de la relación AZIAC, índice de madurez tecnológica: aumenta a l o
l argo d e la maduración, primero rápidamente, pasa por u n punto d e infle­
xión, y l uego puede decrecer. A partir de los datos de años anteriores, obte­
nidos para la misma variedad y en condiciones climáticas similares, es posi­
ble deducir, por extrapolación, el posible momento de vendimia. En efecto,
se sabe, para cada variedad, que los valores de la rel ación AZ/AC evolucio­
nan hacia un valor representativo del equilibrio óptimo entre los azúcares y
l a acidez. Se considera que valores comprendidos entre 35 y 50 representan
una excelente calidad de vendimia para determinadas zonas, aunque en
otras, estos valores son superiores o inferiores; en Borgoña, el valor de este
índice puede variar de 22 a 50 según los años, las variedades y las parcelas;
para Pinot noir, se puede admitir que su madurez es insu ficiente siempre que
la rel ación AZ/AC sea inferior a 35, pero es excepcional para valores que
pasen de 45 . En Champagne, el índice de madurez AZ/AC está comprendido
entre 1 7 y 25 ( 1 7,3 en 1 996 y 20,4 en 1 998, 24,9 en 1 989, según CIVC). No
obstante, este método también tiene sus l ímites, pues este índice está basado
en el contenido de los azúcares y de la acidez total del j ugo de la pulpa, sin
tener en cuenta el contenido celular de los hollejos (polifeno]es, aromas) y
no siempre hay un vínculo directo entre este índice AZ/AC y l a madurez
fenólica. Por otra parte, se sabe que el aumento de azúcares y la pérdida de
acidez son fenómenos que no están, en absolu to, l i gados. Utilizado por
numerosos viticultores y técnicos, este índice es una buena herramienta de
ayuda a la decisión, teniendo en cuenta sus l imitaciones.
a partir del seguimiento de la madurez fenólica, para las uvas tintas: los
compuestos fenól icos, que son l a materia colorante (antocianos) y los tani­
nos, aumentan a lo l argo de l a maduración, pasan por un máximo y luego
disminuyen. Las evoluciones son diferentes según la naturaleza y l a locali­
zación de estos compuestos: en los hollejos, se acumulan los antocianos y
algunos taninos, mientras que otros taninos tienen contenidos que disminu­
yen en las pepitas. Por otra parte, la extracción de estos compuestos varía
según su naturaleza: los taninos de l as pepitas se vuelven cada vez menos
342 MANUAL DE VITICULTURA

extraíb les, lo cual es favorab l e a la cali dad pues se trata de tan i nos duros y
astri n gen tes; por el contrario, los antoci anos y los tan i nos de los hol lejos se
v u e l v e n m á s fác i l m e n te l i b e ra b l e s e n l a prox i m i d ad de l a m ad u re z , su
extracción es m áx i m a cuando las uvas están ligeramente so bre m aduras. E l lo
no quiere decir, por tanto, q ue sea necesario recol ectar lo m ás tarde para
tener l a m ejor c a l idad . En efecto, l a evo l uc ión de l os antoci anos varía según
las v ariedade s, los años y l as parcelas. L a m adurez fenólica e s pues la apti ­
tud de un a uva para ceder su s compue stos fe nól i cos. Está demostrado que el
seg ui miento de los antocianos es suficiente p ara c aracterizar esa m adurez
fe n ólica. Este m é todo es n uevo, la determ i n ac i ón d e l peri odo ópti m o de
reco lección e stá por prec i sar para c ada u n a de l as variedades de l as difere n­
t es zon as de p rod ucción . E n l a prác tica, los az úcares y l a aci dez s o n dosifi ­
cados so bre u n a m uestra obte n i da por presión; e l tri turado d e u n a m uestra de
200 bayas es dosificado por otra parte, para determ i n ar el con tenido en an to­
cianos, i ntensi dad colorante, . . .
L a u ti l i zación d e e stos difere n tes métodos de determi n ación d e la fecha d e l as
vend i m i as con sti tuye unas herram ientas de ayuda a l a dec isi ó n , q ue son com p le­
mentari as. A n tes de vend i m i ar, es deseable que l as v i ñas sean v i si tad as por e l v i ti ­
c u l tor y e l enólogo. D egustando las u vas, observando e l estado d e l as viñas y con
los resu ltados de los análisi s de los controles de m adurez, el los deciden l a fecha y
el orde n de reco lección de las parce l as. En general , todo trastorno de la m adura­
ción (hielo, ataque de m i l d i u , e n fri amie n to , l l u v i as, ataques de polil l as del raci m o
o d e podred u m bre gris) p rovoca siempre u n a pérd ida d e cosecha, e n c an ti dad y
cal i dad, por lo que i n teresaría u n a vendi m i a previ a a la co mp leta m adurez . Al con­
trario, en otros c asos, se prefe ri rá retrasar e l m o m e n to de recogida, p ara benefi ­
ciarse de las condiciones c l i m áticas del fin al de la estación, que asegurarán u na
m aduración co m p leta y cual i tativa de l as u vas, c o n la re serva de q ue las condicio­
nes c l i m áticas y e l estado san i tario de l as u vas lo perm i tan .

2 . 2 . Práctica de la vendimia
E n u n a explotación , la madurez se p rod uce de u na forma e scalonada p ara las
difere n tes parce l as en fu nción de la topografía y de la variedad. L a vendi m i a se
comienza, por tanto , por las v ariedades m ás precoce s en las parcelas en l as q ue la
m ad u rez está m á s ade l an tad a . E s n ece sari o v e n d i m i ar vari ed ad p o r v ariedad.
C uando las uvas están e n el ópti mo de su m adurez, hay que vendi m i ar l o m ás rápi ­
damente posi b l e , por l o q ue h a y q ue di sponer d e u n i m portante eq u i po de vendi­
m i adores o de una m áq u i n a de ven d i m i ar de e levado rendi m i e n to .

2 . 2 . 1 . Vendim ias manuales


El personal de l as vend i m i as es una m an o de obra ocasio na l y no profesional .
Los equipos de vendi m i adores son m ás o menos i mportantes segú n la d imen sión
de l as explotaci o nes. L a reco lección se h ace de manera sati sfactoria siempre que
se den las i n strucc i ones preci sas y se con trole la c al i dad del trabaj o . Pero los v i ti ­
cultore s están c ad a vez m ás i n tere sad os e n l a mecani z ac i ó n d e l as vendi m i as,
debido a l as elevadas carg as sal ari ales y soci ale s y a l os pro bl e m as de a l oj am i en to
de los vendi m i adores.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 343

F igura 1
(Arriba): Vendimias tradicionales a comienzos del siglo xx,
en casa del bisabuelo del autor.
(Abajo): Vendimias manuales y vendimias mecánicas
al final del siglo xx.

2 .2.2. Mecan izac ión de las vendimias

2.2.2. 1 . Las máquinas de vendimia

Tras l a apari c i ó n de la pri mera máqu i n a en 1 97 1 , en e l v iñedo francés, s e h a


produci do un a rápida progresión d e máq u i n as auto motri ces y d e m áqui nas arras-
3 44 MANUAL DE VITICULTURA

tradas. Se han propuesto varios tipos de m áqui nas, pero el si ste m a q ue m ás se ha


ge neral i z ado es el de sacudida lateral. L as b ay as se separan del pedúnculo grac i as
a una e nerg ía mec áni c a, aplicada alternativame nte por medi o de u n conj unto de
m ayales o sacudidores. Los granos de uva caen sobre escamas o cangi lones que
aseguran l a estanquei dad a l n i ve l de las cepas y transportan l a cosecha a l a tolva de
a l m acenamiento por medio de u n a nori a de cangilones.
En el S i tev i n itech de 1 997, el con structor A L M A ha pre se ntado u na nueva
m áq u i n a arrastrada , S e lecta 98, que di spone como novedad, de u n tú nel selecti vo
formado de toldos fij ados so bre las b arras, separando la zona fructífera superior
del fo l l aje, l o que l i mita la caída de las hojas y m ej ora la l i m pieza de la vend i m i a.
E l preci o de e sta m áqui na equ i pada con c uatro extrac tores, dos de e l los con tri tura­
dores, es de 325 .000 francos .

Figura 2
Máquinas vendimiadoras, Braud en 1 980 (arriba) y
la SB 33 de Braud en 1 997 (abajo).
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 345

F igura 3
Máquina vendimiadora Braud SB 56.

NEW HOLLAN D - B R AU D propone , en la gama S ap h i r, una serie de automo­


trices (SB 33 a SB 64) con corrección de i n cl i n aciones, motori z ad a de 4 o de 6
c i l indros, de 74 a 1 1 7 CV. Para v i ñedos estrechos, de ancho de p l an tación mín i ma
de 1 ,30 m , e sta gama ofrece , para un precio compren d i do entre 530.000 y 5 80 .000
francos: la S B -33 y la S B -3 5 que tiene m o tores de 74 CV atmosféricos para la 33 y
de 9 8 CV so bre al i mentados para la 3 5 . Para las v iñas anchas y altas, la S B 60 está
e q u i p ad a con u n m o tor de 6 c i l i n d ro s de 1 1 8 C V, q ue se vende a l p re c i o de
7 20 .000 francos; l as SB 53 y SB 5 5 están equ i p adas de motores de 90 y 1 02 C V,
respectivamente. Los modelos de la gama S aphi r tienen u n siste ma de sacudid a
S DC ( S i stem a con D i n a m i smo Control ado) y un si ste m a de recepción con norias.
L a B raud 1 620 y la 1 620 S están equipad as de bastidores exten sibles y po l i valen­
tes, motori zad as con 4 ci l i ndros turbo de 1 00 C V. E x i ste u n a gama de m áqui n as

M otor

Á rbol de sacudida Á rbol de sacudida


delantero trasero S i lent b loc

Brazo atrapador

F igura 4
Sistema de recolección Fourcade en la vendimiadora Pe/lene.
346 MANUAL DE VITICULTURA

Figura 5
Vaciado de la tolva al final de la fila.

Rodillo
motriz

ATRÁ S

Tran sportador d e acero i noxidable


D ELANTE

Figura 6
Transportador Peffenc con cinta única.
CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO 347

arrastradas para viñedos anchos: l a TB 1 O y la TB 1 5 con s istema de recolección


pendular; la potencia necesaria a la toma de fuerza es de 30 CV/ 1 4 kw y la del
tractor de 55 CV/33 kw.
OREOOIRE propone una gama completa de máquinas, que comprende:
- automotrices pol i valentes (O 1 1 0, 1 20, 1 25, 1 70), que pueden servir de
porta-maquinaria para diversos trabajos en el viñedo (tratamiento, despunte,
prepoda, elevado) ; la O 1 1 5, muy compacta, de gama media, adecuada para
numerosos v iñedos, se convierte en O 1 1 6 y O 1 1 7 ; la O 1 2 1 , derivada de la
O 1 20, presenta l a original idad de estar equipada con un sistema de trans­
porte por cangilones flexibles y de una cabeza pendular, se transforma tam­
bién en O 1 22 con un modo de recepción con escamas y un sistema de trans­
porte, con unos precios de estos modelos que varían de 690.000 a 780.000
francos; la G 1 70, que reemplaza a la G 1 30 y a l a G 1 60, equipada de un
sacudidor ARC, posee 4 ruedas motrices, y un corrector de inclinaciones del
28% , con un precio de 950.000 francos;
- pequeñas automotrices, la 07 1 , 085, y O 1 35 , esta última de vía variable
(0,90 a 1 ,30 m) y dirección a las cuatro ruedas, apropiadas a los viñedos
estrechos ;
máquinas arrastradas, gama Worldwide G50, 55, 60.
PELLENC propone una gama integrada de vendimiadoras y de herramientas
adaptables sobre el cabezal de recolección. Las automotrices polivalentes 3 1 00,
3 1 40, 3200 pueden adaptar despuntadora, podadora semiautomática, elevadora del
emparrado, pulverizador y el sistema de recolección PELLENC. Estas máquinas
de vendimia están equ ipadas de un sistema de recolección Fourcade con brazos
atrapadores, de frecuencia y amplitud regul ables. Los sistemas de control, con la
ayuda de captadores dispuestos sobre los transportadores, permiten una colocación
automática de la cabeza de recolección y una alineación automática de la máquina
con respecto a l a fil a. El sistema de transporte, enteramente en acero inoxidable,
está provisto de dos aspiradores con trituradores y de una cinta transportadora con­
ti nua de velocidad variable. Los modelos suspendidos están equipados de sistemas
motrices Max Torque que, con cuatro motores Poclain de pistones radiales doble
cilindro, permiten una motricidad adaptada a la carga sobre las ruedas, cualquiera
que sea la configuración del terreno, l l ano, descendente o en subida (hasta el 35%
para l a 3200). La 3200 fue equ ipada en 1 996 con una motorización Perkins turbo­
comprimida de 1 25 CV. Para vi ñedos estrechos anchura mínima de 1 ,30 m, y sobre
todo l l anos (pendi ente m áx i m a de 1 8 % ) l a última novedad, l a 2 1 00, es una
pequeña automotriz dotada de u n motor de 85 CV, que permite a l as pequeñas
explotaciones tener acceso a una automotriz. Esta máquina puede conseguirse en
la opci ó n de 1 06 CV turbo-compri m ido, para arrastrar un p u lverizador que
requiere más potencia. Con la opción del sistema Smart de PELLENC, la regul a­
ción de l a vendimiadora se hace sobre l a base de cuatro parámetros: l a frecuencia,
la amplitud, el ajuste y la aceleración. La fi nura de estas cuatro regulac iones, que
necesitan una buen a técnica por parte del conductor, permite realizar un trabajo de
calidad.

2.2.2.2. Aspectos vitícolas de la mecanización de las vendimias


La mayoría de los sistemas de conducción pueden vendimiarse mecánica­
mente:
348 MANUAL DE VITICULTURA

el em pali zado en pl ano vertical e s e l q ue mejor se adapta, pero c u an do la


vegetac ión está de m asi ado e n m arañ ada o cuando los rac i mos están sobre
brazos largos, es difíc i l la transmi sión de la e ne rgía mecánica;
la densidad no p lantea n i ng ún pro b le ma , ya que los construc tores ofrecen
máq u i n as que p asan por enc i m a de u n a fi la en v iñ as anchas y u n a o dos fi las
en v i ñ as estrechas ( m ín i m o : 0,95 m);
el sistema de poda: la poda Guyot y l a poda en cordón Royat se prestan bien
a la mecani zaci ón de la ven d i m i a ; por el con trario , el vaso es el m ás difíci l
d e vendi m i ar : la eficacia d e la sacudida s e red uce por l a presenci a d e los
brazos dispuestos en el e sp acio, las heri das e n l as yemas y las roturas en los
brazos. Es nece sari o adaptar e l vaso a la m áq u i n a : e levación de l tronco para
e levar los rac i mos por encima del suelo ( mínimo 1 5 cm) , y alineación del
vaso en e l sen tido de la fi la con e mpalizado;
manten imien to del suelo : l as m áq u i n as de ve n di m i a son pesadas y deben
pasar i ncluso cuando el suelo está h ú medo, por l o q ue es preferible el trata­
miento con herbi cidas o la cubierta vegetal, para asegurar una mej or fuerza
de sustentaci ón de l suelo .
L as características de las parcelas i ntervienen en la ad aptación de l as m áqui­
nas al v iñedo:
- la dimensión: l a capaci dad de l as to lvas o con te nedore s de be estar en rela­
ción con la longitu d de las fi las y la i m portanci a de su cosecha;
- las áreas de giro : deben ser sufi c ientemente ampl ias p ara permi tir a l as
máq u i nas c am b i ar de fi l a; 5 ,50 m co mo m ín i m o para m áq u i n as de cuatro
ruedas motrices, o al menos 6 m p ara las otras;
la topografía: los con structore s ofrecen m áq u i n as con corrección de i nc l i na­
ciones y m áq u i n as con las cuatro ruedas motrices.
L as características de la variedad j ueg an u n papel i m portante en los resulta­
dos de la mecan i zación de las ven d im ias. L as varied ades cuyas bay as se separan
fác i l mente , sin reve ntarse, com o las C abemets y M erlot, son fáci les de vendi miar;
por el con trari o, l as v ariedades co mo U gni b l an c , cuyos granos revientan fáci l ­
mente p o r l a acción mecán i c a, ti enen pérd idas de j ugo bastante i mportante s .

2.2.2.3. A spectos enológicos de la mecanización de las vendimias

La vendi m i a m ecánica se p re senta en forma sem i - l íquida con granos enteros,


granos reven tados, mosto, y di versos resi duos, hoj as, peciolos y cuerpos extraños.
Con secuencias sob re el transporte y recepción de la vendimia: e l transporte
debe hacerse i n mediatame n te despué s de l a reco lección p ara l i m i tar la oxidación y
la maceración del mosto . Los difere n tes resi duos se e l i m i n an m an ualmente en los
remolques y con una despal i l l adora en l a bodega . L a preparación del muelle de
recepci ó n es i n d i spensable e n p revi si ó n del au mento de las aportaciones en u n
m o me nto d ado y e n fu nción d e la n aturaleza d e l a vendi mia.
Con secuencias tecn o lógicas: empleo de despali l ladoras p ara eli m i n ar los resi­
duos, p resencia más i mportante de burbas constatada e n l as vari edades blancas,
co m i enzo m ás rápi do de la fe rmentación .
Con sec uen c ias anal íticas y o rgano lépticas: frecue n te m e n te se con stata u n
aumento e n h ierro , calcio y potasio , y l o s vinos generalmente s o n más colore ados
y menos ri cos en tani nos. En la deg ustación n o se encuentran diferencias signifi ca­
tivas e n tre los vi nos de vend i m i as m ec án icas y de los otros.
C UARTA PART E

Pro tección racional


del viñedo

1. Enfermedades fisiológicas

2. Accidentes climáticos

3. Enfermedades y plagas

4. Enfermedades del follaje y de los racimos

5. Plagas que afectan a la vegetació n o los racimos


CAPÍTU LO 1

EN F ERM EDAD ES F ISIOLÓG ICAS

1 . Alteraciones de la florac ión


2. « Fol letage » - (Apoplejía)
3. C lorosis
4. Desecació n del raspó n
5 . Alterac iones en la resisten cia de los azú cares

1. ALTERACION ES DE LA F LORAC I Ó N

1 . 1 . Pérd idas después de la floración: corrimiento

E 1 corrim i e n to es una alteración de la floraci ó n q ue produce una dis m inución, a


veces i m portante, del potencial productivo . S e ap l i ca e l término de corri m i ento
a la caída acc i dental de ovari os fecundados o de bayas jóvenes.

1 .1 .1 . Man ifestación
A los d iez o doce d ías siguientes a la floraci ó n , u n n ú m ero i mportan te de bay as
j óvenes no engrue san y cae n . L a i n te n si dad de esta caída depe nde de la variedad ,
de las condici ones c l i m áti c as del año y de la di mensión de l as i n florecenci as .

1 . 1 .2 . Mecan ismo
La caída de bayas j óvenes es e l re sultado de u n fe nómeno de abscisi ó n (form a­
ción de un ani l lo de suber en e l pedice l o , desecación y separac ión del ovario ). E l
determi n i smo de este corri m ie n to e s , la m ayoría d e las veces, d e orden fi siológ i co ,
con secuenci a d e u n a perturbación en l a redi stribución d e l o s azúcare s. E ste fenó­
meno fue p uesto en evi de n ci a por l a experiencia de M erj ania n ( 1 930): racimos
separados después de l a floración y m a n te n i dos so breviviendo con el pedúnculo
352 MANUAL DE VITICULTURA

sumergido en agua, se corren, mientras que otros colocados en una solución de


glucosa no se corren . Esta experiencia muestra que los azúcares son indispensa­
bles para el cuajado. Cualquier causa que reduzca la fotosíntesis o perturbe la dis­
tribución de los azúcares hacia l as flores favorece el corrimiento, como por ejem­
plo una competencia excesiva entre l as extremidades en creci miento y las flores.

1 .1 .3. Condiciones del corrimiento

1.1.3.1. Factores climáticos


El descenso de la temperatura por debajo de 1 5 ºC y l a l luvia pueden dificultar
la expu lsión del capuchón floral y l imitar las posibil idades de la polinización cru­
zada, se trata entonces de un corrimiento climático.

1.1.3.2. Factores biológicos


Existen variedades muy tendentes al corrimiento (garnacha, mer1ot, petit verdot,
cot, muscat Ottonel), medianamente tendentes al corrimiento (pinot noir, cabernet
franc, gewürztraminer, semillon, muscat de Hamburgo) y variedades poco sensibles al
corrimiento; sus reacciones frente a factores que favorecen el corrimiento son total­
mente diferentes; las variedades que no tienen corrimiento son poco sensibles a los
factores climáticos mientras que las que se corren son muy sensibles a ellos; algunas
variedades tetraploides, que tienen 4n cromosomas, tienen un cuajado difícil (savag­
nin rose aromatique ); en este caso se trata de un corrimiento de origen genético.
El exceso de vigor, debido a un abonado excesivo o a un portainjerto dema­
siado vigoroso, aumenta la sensibilidad al corrimiento; así, la garnacha injertada
sobre 333 EM se corre más que sobre 4 1 B y la pinot noir se corre más sobre S04
que sobre 3309 C ó 4 1 B .
Una aceleración del creci miento de los pámpanos e n e l momento de l a flora­
ción-cuajado es un factor que favorece el corrimiento al aumentar la competencia
entre los centros de demanda constituidos por los pámpanos en crecimiento y las
flores; un medio de limitar el corrimiento es suprimir l as extremidades en creci ­
miento al final d e la floración mediante el despunte.·
La insuficiencia de la fotosíntesis, debida a ca� sás climáticas o a causas pato­
lógicas (clorosis, entrenudo corto, carencias, brenner, etc.), es también una causa
de corrimiento; en este caso se trata de un corrimiento fi siológico.

1.1.3.3. Factores culturales


La elecci ón de técnicas que reducen l a fotosíntesi s ( empalizamiento i nco­
rrecto) o que perjudican la di stribución de azúcares (exceso de vigor, despunte
demasiado tardío o demasiado precoz) o que modi fiquen la temperatura a nivel de
los raci mos (empalizado defectuoso o laboreo durante la floración) aumentan l a
sensibil i dad d e l as variedades que tienen tendencias a l corrimiento.

1 .1 .4. Precauciones para limitar el corrimiento


en la plantación: evitar o l imitar los efectos de los factores que favorecen el
vigor global de las cepas, como la fertilidad de los suelos, l a elección de
patrones vigorosos, la elección de sistemas de plantación a baj a densidad;
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 353

- du ran te e l man ten im ien to del viñedo : practicar p odas tardías (en m arzo)
y d esp u n te s al fi n a l de l a fl orac i ó n ; l a i n c i s i ó n a n u l ar, practi c ad a p o r
d eb aj o de los rac i m o s p ara l a prod ucci ó n de ciertas varied ades de u v a de
me sa, asegu ra u n a m ej or a l i m e n tac i ó n de los ov arios fec u ndados; p u l veri ­
zaciones de sustan c i as de crec i m ie n to ( g i be re l i n a , c loruro de cloroco l i n a)
h an d ado resul tados alen tadores pero sus efectos secu ndari os (red ucci ón
d e l a i n i c i ación flora l , debi l i tación de l a c e p a ) n o hacen reco m enda bl e su
e m p l eo .

1 .2 . Pérd idas antes de l a floración: « fi lage»

1 .2 . 1 . Man ifestación
A n tes de la floraci ó n u n c i erto n ú m ero de esbozos de i n fl orescen c i as detienen
su desarrollo o i ncluso sufren una regre si ó n , transformándose e n z arc illos. Este
fenómeno se l l a m a « fi l age» y se m an i fi e sta, so bre todo , en l as i nflorescen c i as
menos d i fe renci adas del orden de dos y tres. Este fenómeno se puede poner en evi­
dencia forzando estaq u il las de u n a yema. E l fi l age se m an i festó espec i alm e n te en
1 9 84 dura n te e l mes de m ayo so bre las i n florescenci as y ta m bién so bre los zarc i ­
l los q ue pri mero a m ari l learon y después s e secaro n .

1 . 2 . 2 . Meca n ismo
L as i n florescen c i as a bortan de bido a l a competenci a de l as reservas e ntre el
proceso de d i ferenci ación de las flores y los fenómenos de creci m i en to del p á m ­
p a n o . L a s i n fl orescencias peor a l i men tadas, pri nci pal mente en sustan c i as de crec i ­
m i ento y en azúcares, pierden l os e sbozos fl orales, s e dice q ue sufre n e l «fi l age » .

1 .2 . 3 . Condiciones d e l « filage »

1 .2.3. 1 . Factores climáticos

U n a i n sol ación i n sufi cie nte y u n a te m peratura baj a (< 1 5 ºC) durante un largo
período precedente a la floraci ó n p ueden provocar u n a alteración fi siológ i c a gene­
ral ( i n suficienci a de l a fotosín tesis especi almente) que se m an i fiesta por u n a m ari­
l l eam i en to del fo l l aje, u n creci m iento rale n tizado y e l « fi l age» de las i n flore scen­
c ias, t al y c omo s e observó e n 1 9 84 , a ñ o excepci o n al p o r l a gravedad del « fi l age»
y del corri m iento.

1 .2.3.2. Fac tores n u tricionales

El « fi l age» se debe, si n duda, a una i nsuficienci a en la d i stri bución de los az ú­


cares (produci dos en c a n ti d ades i n sufi c i e n tes o poco d i sponi bles en l as partes
v iv aces) y en citoq u i n in as (producidas por las raíces) h ac i a los órg anos florales
durante su d i ferenciación . La fal ta o exceso de vigor y una fotosín tesis i n suficie nte
en tiempo fresco y c u b i erto pueden ser la c ausa.
354 MANUAL DE VITICULTURA

1.2.3.3. Factores culturales


La poda tardía aumenta el número de inflorescencias de l as variedades poda­
das largas (caso de la merlot podada en Guyot). Por el contrario no parece tener
efecto en l a garnacha, cariñena y cabemet sau vignon, podadas en pulgares.

1 .3. Desarrollo de bayas sin fecundación: «millerandage»

1 .3.1 . Manifestación
El «mil lerandage» corresponde al desarrollo de bayas que quedan pequeñas
m ientras que l as otras engruesan normalmente. En la madurez, estas bayas más
pequeñas son apirenas, más azucaradas y menos ácidas. Su presenci a es un incon­
veniente para la presentación de la uva de mesa y afecta al rendimiento de la cose­
cha, cuando este «millerandage» es importante.

1 .3.2. Mecanismo
En l as variedades femeninas es debido, sobre todo, a la persistencia del capuchón
en la flor y a la esteril idad del polen; en las variedades hermafroditas es el resultado
de una interrupción del proceso polinización-fecundación, bien por una disminución
del poder germinativo del polen (caso general) o bien a causa de un defecto del gine­
ceo (caso de las bayas apirenas de corinto negra). El contacto del polen sobre el
estigma y el comienzo de su germinación son suficientes para estimular el desarro llo
del ovario a fruto pero sin formación de pepitas puesto que no ha habido fecundación.

1 .3 .3. Condiciones del « millerandage»


Todo factor que disminuya l a germi nación del grano de polen o la fecundación
del óvulo favorece el «mil l erandage» :
- una temperatura insuficiente o una lluvia que impidan la expul sión del
capuchón;
- las variedades: en l a variedad corinto negra, el «millerandage» es perma­
nente (defecto del gineceo), los racimos tienen una mayor parte de pequeñas
bayas apirenas; se puede i ntervenir para favorecer el engrosamiento de las
bayas haciendo una incisión anular. En otras variedades, el millerandage es
un fenómeno accidental que se deriva del mismo proceso de pol i nización sin
fecundación y que se traduce por la ausencia de pepitas y por el desarrollo
de bayas pequeñas ; se trata de una apirenia corintiana acci dental ;
- factores culturales: ciertos patrones ( 1 6 1 -49 C, 4 1 B con Jauomet) favore­
cen el «millerandage».

2. FOLLETAG E - (APOPLEJ ÍA)

Se manifi esta por una desecación parcial o total del follaje de algunas cepas.
Este fenómeno se produce generalmente en mayo-junio cuando se presentan vien-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 355

tos desecantes después d e una l l uv i a. L a transpirac ión i n te n sa, debida a l viento


cuando los estom as están abiertos, provoca u n desequ i li bri o de l a ali men tación de
ag ua en los vasos leñosos y la form ación de tílides; las hoj as y los brotes, no ali ­
m e ntados, se m archi tan .
E ste acc i dente se ve favorecido por:
- ciertos patrones y, en p articular, el 1 6 1 -49C y el S 0 4 ;
edad de La viña: l as vides j óvenes de 4 a 5 años son las más expu estas pues su
corona aérea ti ene u n a gran superficie fol i ar m ientras q ue su si ste m a radical
está tod avía poco de sarro l lado. En efecto , las necesidades hídric as para la
transpiración de estas plantas, no se ven sati sfechas, ya q ue, por una parte, su
si ste ma radicu lar no ti ene un a capacidad de absorción suficiente (colonización
del suelo i n acabada) y por otra parte, el tronco del patrón n o ha alcanzado u n
diámetro suficie n te par a conducir l a savi a con u n caudal apropiado. L as ten ­
siones en l o s vasos provocan la formación d e nu merosos tíl i des q ue detienen
la cond ucción de la savia. Desp ués, el «folletage» ya no se producirá, a pesar
de los tílides en los vasos, porq ue la savia buscará n uevas vías de conducci ón;
el sistem a de conducción : l as v i des a l tas en las q u e las tensiones en los
vaso s del tro n co son i mportan te s , son las m ás expuestas, e speci a lm e n te
cuando son jóvenes y vigorosas y que las posi b ilidades de i mplan tación del
siste m a radicu lar en e l suelo son l i m i tadas.
E ste acc i d e n te aparece sobre todo en l as reg i o n e s m e d i terráneas ( 1 99 5 ) y
excepcionalmente en las regiones septentri o nales. S e prod uce en e l momento e n
q u e la vegetación e stá en pleno c reci m i ento , los años d e pri m avera seca, como e n
1 87 6, frecuente mente después d e u n a pequeña l l u v i a q u e e leva l a higro m e tría del
aire (estomas abiertos) sin reaprovisionar l a reserva úti l del suelo . Para l i m i tar los
efectos de este acci de n te , cuando se dan l as condiciones favorables para l a apari­
ción del «fo lletag e » , se puede p i nzar la extre m idad de los pámpanos para li m i t ar la
transpiraci ó n ; el crecimiento se reanuda por los brotes anticipados (nietos) .

3 . CLOROSIS

E s u n a enfermedad fi siológica q ue aparece m u y frecuente m e nte e n suelos cal i ­


z o s . Afecta a n u merosos cu l tivos pero l as pri meras obse rvaciones e n v i d datan
d esde la rep l an tac ión del v i ñ edo después de la i nv asi ón fi loxérica a fi nes d e l
sig lo XIX . E n efecto, e l i nj erto de l a s variedade s tradicionales sobre patron es, h a
demostrado q u e l a sen si b i l i d ad y la resistencia a l a c lorosi s están rel acio nadas con
las propiedades del siste m a radi cu l ar establecido e n la plantación .

3 . 1 . Síntomas
D urante l a fase de c rec i m i e n to activo , se o bserva u n a m ari l l e a m i e n to d e l
fo l l aj e q ue co mi e n za p o r la extrem idad, esta deco loración afecta al l i m bo de las
hoj as m ie n tras que los nervi o s permanecen verdes (fotos fuera de tex to I I ) . E n
casos graves, l as hoj as se vuelven e n teramente blancas con aparición de necrosis
m argi nales y después i n tern ervi ales; el c reci m i e n to se ralentiza, los pám panos se
356 MANUAL D E VITICULTURA

deco loran tam bién y quedan raq u íticos, los antici pados se de sarro l l an en m ayor
número d ando a l a vegetación un aspecto de «escob a de bruj a» ; e n el último esta­
dio, los sarmie n tos se desecan y la planta muere , pero este estado fi nal es afortuna­
damente bastan te raro . L a enfermedad se m an i fiesta frecuente mente a pri ncipios
de la v egetación y desaparece a conti nuación, no si n perj udicar el metaboli smo de
la p l a nta con graves con se c u e nc i as p ara l a p roducción y la pere n n i d ad de las
cepas. Las cosech as pueden disminuir de una manera sig n i ficativa.

3 . 2 . Causas de la enfermedad
La clorosi s es la manifestación de una carencia férric a a nivel de las h oj as que
red uce o i mpide l a sín tesis de la clorofi l a. Esta c arencia férri ca es debida bien a
u n a i n suficiencia de la absorción de hierro por l as raíces o a u n a i n suficiencia de su
m igración, o bien a los dos fenómenos simu l táne amente:
- insuficiencia de absorción de hierro: el h ierro está presente normal mente en
el suelo bajo n umerosas formas m i nerales cuya solubi l idad es muy débil , la
mayor parte del hierro está en forma oxidada, no asi mi lable por las pl antas;
sólo u n a pequeña fracción, solubilizada en estado ferroso, es absorbible por
l as raíces. En suelos calcáreos, con pH superior a 7, se forma, medi ante la
acción de l agu a del sue lo cargada de gas carbón ico, bicarbon ato ( H C03) q ue
aparece co mo el princi pal factor i nductor de la clorosi s férrica actuando sobre
el p oder tampón de los suelos; en efecto , los bicarbon atos m antienen el p H de
la sol ución de l suelo en tre 7 ,5 y 8,5 lo que reduce la concen tración en hierro
so luble dispo nible para la planta. Los factores q ue aumentan el contenido en
C02 (presencia de materia orgánica en descomposición ) o la frag mentación de
la caliza ( labores) agravan los fenómenos de clorosis. Asi m i smo, todo lo q ue
perj udique el funcionamiento de las raíces (exceso de agua, compactación de l
suelo e i nsuficienci a de temperaturas en período lluvioso en pri mavera) li mita
l a absorción de l hierro y favorece la m anifestación de l a clorosis;
insuficiencia en la m igración del hierro; el h ierro migra normalmente en la
savia bruta de l a p l an ta en forma de un complejo ácido cítrico-hierro que pro­
tege a este últi mo de la i nsol u bi lización . La clorosis aparece cuando ya no hay
h ierro disponi ble a nivel de las hoj as p ara participar en l a síntesis de la c lorofil a
y de las enzimas respiratorias. La migración del hierro absorbido es ralentizada
y después i n terrum pida por agotamiento de las reservas de alm idón de las raí­
ces q ue son el origen de este ácido c ítrico. Por esta razón cualq uier causa q ue
l imite, durante el ci clo vegetativo precedente, la fotosíntesi s, la migración de
azúcares y su almacenamiento en las partes vivaces (especi al mente las raíces),
aumenta los riesgos de clorosis. Es el caso, por ejemplo, cuando la cosecha del
año anterior ha si do abundan te, tardía o cuando las condiciones climáticas de
fi n ales de otoño no so n favorables para el agostam iento .

3 . 3 . Condiciones de desarrollo
L a clorosi s se m an i fi e sta e n aquellas regiones en l as q u e el suelo y e l su bsuelo
son ricos en caliza y cuando se dan ciertas condiciones reu ni das:
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 357

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1
1
1
1
H oj a
1
1
1

Raí z

Almidó n ...... - - - - ......

1 _______,.
1
extracto
k. c í trico
...
d e hie rro
1

1
1
A. Reynier

fe+++ � fe++
C03 Ca + H20 + C02 � 2 C03 H- + Ca++
B ica rbon ato

Figura 1
Determinismo de la clorosis.
E l h ierro e n estado oxidado ( Fe++ + ) n o puede ser absorb ido más que después d e s u reducción a estado
ferroso ( Fe++ ) ; a continuación m i g ra en forma de citrato de h i erro hacia las hojas donde es necesario para la
síntes is de la clorofila y de las enzimas resp i ratorias . La c lorosis se manifiesta por insuficiente absorc ión del
hierro o por insuficienc ia en la m i g rac ión del h ierro o por las dos simu ltáneamente.

- el poder clorosante del suelo q ue depende de su conte n i do en c al i z a acti va


(CaC0 3 ) y en hierro fác i l mente extraíble (Fe) , es decir, asi m i lable p o r l as raíces,
perm i te apreci ar el n i ve l de riesgo de clorosi s y efectuar l a e lección del p atrón ade­
cuado . E ste poder clorosante se evalúa por el índi ce sig u i ente , l l am ado IPC (índice
de poder clorosante ), o btenido por l a fórmul a de Pouget y J uste :

C aC0 3 x 1 04
IPC = , , 2
( Fe fac i lm e n te extra1 b le)

en la que C aC0 3 e stá ex presado en % de tierra fi n a y el Fe en mg/k g ;


358 MANUAL D E VITICULTURA

un mal agostamien to de las m aderas del año precedente ( pocas reservas de


almidón) favorece l a c lorosi s; eso puede ser con secuenc i a de u n exceso de
cosecha e l año precedente, de una pérdida p arci al del fol l aj e en verano o
pre m atura en otoño por efecto de l a seq u ía o de ataques parasi tarios. E l lo
exp l ic a tambi én q ue las v i ñ as jóvenes de dos a tre s años sean m u y sen si bles
a l a clorosis y a que e l nivel de sus reservas e n al m idón es muy baj o;
el vigor de la vid favorece la aparic ión de la c lorosis;
la sen sib ilidad de la p lanta: algunos p atrones, tales com o Ripari a g l ori a de
M ontpel lier, son poco resiste n tes, m i e n tras que las variedades de V. vin ifera
y los h íbridos Vin i fera-B erlandieri e m p le ados como p atrones, están e n tre
los m ás re si ste n tes. La so lubi lización del hierro y su absorci ón ponen en
j uego norm al mente mecan ismos generales tales co m o la respiración de l as
raíce s y l a acción de m icroorgani smos que h acen al medio más reductor. E n
respuesta a l a carencia férri ca, e sta absorci ón d e h ierro se ría consecuenci a,
en las v i de s m ás re si s te n tes, de varios mec ani smos espec ífi cos que i ntervie­
nen en g rados di versos según los p atrones: aci dific ación del medio por la
e m i si ón de p atrones a n i vel de las raíces que au menta la acti vi dad reductora
de la raíz y por la exudación de co m puestos orgán i cos red uctores q ue l atan­
tes;
- las primaveras lluviosas dismi nuyen las disposici ones de hierro asi m i l able
a l aumentar la d i solución de la caliza, d ific u ltando su absorc ión y red u ­
cie ndo l a fotosínte sis. P o r otra p arte , clorosis de t i p o fisiológ ico s e man i fies­
tan i ncl uso en sue l o poco calizo, en sue los encharc ados duran te pri m averas
l l u v iosas y frías (c aso de algunos v i ñedos de C h ampagne estableci dos en
suel o s arc i llosos sobre horizontes c a li zos end urec idos) ;
- las condiciones agronómicas de los suelos: l as operaciones de cu ltivo q ue
favorecen la frag mentaci ó n de los e lementos calizos ( labores d e l suelo) , el
desprendi m ie nto de gas carbón i co (aportación de mate ri a org ánic a fresca) o
que l i m i ta n l a actividad radicular (compactación de suelos arc i l losos o api ­
so n ados p o r u n a labor d e l suelo e n m a l as condiciones y p o r e l p aso de
maq u i n ari a pesada) favorecen la aparición de la c l orosi s.

3 .4. Med ios de lucha


El conte n ido e n c al i za y la n aturaleza del suelo con stituyen factores de riesgo
que son determinan tes p ara la c lorosi s. La lucha contra la c lorosis se aprecia en l a
parcela y debe ser siempre preventiva, tan to antes de l a p l an tación de la vid co mo
por medi o de operaciones anuales. En parcelas de alto ri esgo, la l uc h a comienza
antes de la p l an tación con l a e lección del p atrón, con la realización de ciertas téc­
n ic as de preparación del suelo que i mpidan l a disgregaci ón de la cali za y l a com­
p actación de los suel o s y median te aportaciones de hierro al sue lo . En parcelas de
riesgo moderado u ocasional, l a lucha es m ás complej a puesto que h ay que enter­
veni r preventivamente si n conocer con an teri oridad la i mportancia de este ri esgo
que depende esenc i a l m en te de las condiciones c li m áticas de la pri m avera , so bre
todo si el patrón solamente tie ne u n a resi ste ncia media . Por lo tanto es i mpre sc in­
d i ble un buen conoc i miento del terreno. L a observación reg u l ar de l v iñedo permite
descu bri r l os pri m eros índi ces de m an i festación de l a c lorosis.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 359

3 .4.1 . E lección d e l patrón


Los d atos q u ím icos pro porcionados por el análisi s del sue lo (pH , c a l i z a activa,
índice de poder c l oro sante) com pletados por la situación topográfica de l a p arcela,
l a n aturaleza física de l sue lo y su humedad permi ten e leg ir un portainjerto adap­
tado al suelo y resi sten te a la c lorosi s ( parte II, c apítulo 2).

3 .4.2. E lección de las téc n icas de cultivo


En suelo c al i zo h ay que evi tar la di sgreg ación de la roca- m adre por un des­
fonde antes de la pl antación o por l a bores dem asi ado profu ndas. Es reco me ndable
n o l abrar el suelo en período húmedo, pri nc ipal mente con aperos rotativos y en
p arti c u l ar durante el período de floración . El no cu ltivo del suelo o la c u b iert a
vegetal perm anente o n atural m an tenida, pueden l i m i tar l a c lorosis, pero estas téc­
n i c as de man teni m i ento del suelo no siem pre so n posi bles ni dese abl es. En suelos
arc i l losos, es nece sario fac i l i tar l a e li m i n ación de l as agu as mediante el drenaje,
mej orar l a estructura y evi tar la co mpactación de los suelos.

3 .4 . 3 . Apo rtac iones de sulfato de hierro


- al suelo: la aplicación de sulfato de hierro al suelo es eficaz en l os suelos
pobres en caliza activa. S e p ueden enterrar de 3 a 5 t/h a antes de la p l an ta­
ción o cada dos o tres años con una la bor de subsolado, o por surcos que son
tapados in mediatamente medi ante una labor de aporc ado. El obje to es con ­
seg uir u n a l m acenami en to a n ivel de l a s raíces de l a vid; las aportaciones d e
h i e rro a l s u e l o s e h acen a fi n ales de i nvierno, sie nd o i n efi caz e l h acerlo
antes. L a aportación de su l fato de hierro en form a l íquida proporciona mej o­
re s resultados, e n u n a sol ución al 1 0 % moj ando abundante mente (300 a 3 50
h l/ha de a gu a c o n una aportación de 3 ,5 t/h a) e i n terviniendo lo m á s cerca
del desborre (de medi ados de m arzo a medi ados de abri l ) . En el vi ñedo de la
región de Cognac, l as aportaciones de sulfato de h ierro repre sentan un 60 a
70% de l as aportaciones de h i erro al suelo. E sta aportación es bastante eco­
nómica a nivel de coste del producto ( 1 . 800 a 2 .000 F/ha) pero repre senta un
pro b l e m a a n i vel de org anización y del coste de l a m an o de obra emp lead a
en s u esparc i m iento. E l ag ua, a veces, e s sustituida p o r l as v i n az as d e desti­
lación, lo que disminuye e l vo lumen a distri buir a 1 00 - 1 50 h l/h a para una
aportación de sul fato de hierro de 3,5 t/h a. El vol u me n de v i n az as puede
reducirse a 5 0 h l/ha l oc al i z ando el c aldo entre los 1 O y 30 cm del suelo con
ayuda de i nyectore s. E n C h ampagne, en suelos de creta, e l C I VC acon sej a
la apo rtación d e t/ha c ada ci nco a diez años d e su lfato d e hierro e n polvo
(20% de hierro) o de 3 00 m 3/ha cada diez años de l i g n i to (tierra negra con
una dosi s del 1 al 1 0 % de hi erro).
- por vía foliar: pul verización de una so lución acuosa con 600 g/h l de su lfato
de h ierro, con un g asto de 600 l/ha, con adición facu l tativa de ácido c ítrico a
razón de 50 g/hl y principalmente en caso de u ti l i zaci ó n de ag ua cal i z a . L a
concen tración d e la so l ución debe aumen tarse en e l caso d e pul verización a
bajo volumen sin sobrep asar nunca los 1 .000 g/hl con un aeroconvector a
300 l/ha, o 1 . 500 g/h l con un aparato ne u m ático a 1 00 l/ha. Este prod ucto es
fi to tóx ico y puede provocar puntu aciones necróti c as co n conce ntraciones
elev adas y ade m ás ataca a los alambres.
3 60 MANUAL DE VITICULTURA

Estas p u l ve ri z aciones fo li ares ti enen una c i erta efi caci a si son precoces (en
c u anto aparecen los pri m ero s sínto m as) , repetidas a i ntervalos pequeños
(4 a 5 trata m ientos cada 4-5 días) y efectuados p refe re ntemente al atardecer
o a p ri meras horas de la m añana.
- por Las heridas de poda (m étodo Re sség uier) : re m oj o con u n a solución de
sulfato de hi erro (300 g/l de ag ua) y de ácido c ítri co (30 g/l de ag u a) de las
heridas de poda en el momento d e l descenso de la sav i a en otoño despué s de
una poda p arc i a l o de u n si m p le desp u n te de los sarmientos.

3 .4.4. Apo rtación de q uelatos de h ierro


El su l fato de hierro es i n ac ti vado en el suelo por p reci pi tación, oxi dación o for­
mación de com puestos i n so l u b les. Los quel atos de hierro son co mpuestos orgán i ­
c o s en l o s q u e e l metal s e encuen tra quel atado , como secue strado o protegi d o , pero
conservando su acti vidad . Existen en e stado natural en el suelo en forma de com­
plejos orgánicos de hierro so lu bles. Los productos co merci ales prov ienen exc l usi­
vamente de procedi m ientos industri ales. U n a vez i n corporados al suelo o utili za­
dos e n p u l veri zación fol i ar, pon e n e l h ierro asi m i l a b le a di sposición de las raíces.
A pe sar de su precio caro, los productos a base de quelatos ti enen un é x i to c re­
ciente debido a la fac i li d ad de su empleo. S i n e m b argo , ex isten varios ti pos de
quelatos cuya eficac i a e s difere n te . E stos d i feren te s quelatos (ED D H A , EDTA ,
DTPA , HEDTA) tie n e n un potenci al de e stabi li dad que depende del p H de l suelo.
L a m ayor e stabi l idad y la mejor eficaci a se o btienen en suelo c a li zo con un p H
alto , c o n e l E D H A ; c o n esta form a e l h i e rro s e m an tiene asi m i lable, l a l i beración
del hierro es progresiva y la p l anta es a l i m e ntada e n hierro de u n a m anera reg u l ar.
Los que latos se co merci ali z an en forma de polvo, gran u l ados o en form a l íq u ida.
Deben aportarse a n iv e l de las raíces o eventualmente a n ivel de las h oj as.
- al suelo: local i zándo lo en profundidad :
• e n el hoyo de la pl antación antes de colocar la p l an ta;
• en vi ñedos establ eci dos, en c asos graves, e n i nvierno con gran u l ados en
seco tales co m o : Chelatol i GR, Fer' O r GR , S eq uestrene Fe 20G, S eq uo­
nia G (que con tiene 1 ,2 % de h ierro) a u n a dosis de 1 50 a 250 kg/ha, M as­
quolate Fe AG 2000, Orgafer 2 (contiene un 2% de hierro) a u n a dosis de
60 a 1 50 kg/ha;
• o entre el desborre y e l estado fen ológ i co F (se i s hoj as), con pol vos o
m i crog ran u l ados so l u b l e s a l a d o si s de 20 a 50 k g/h a para productos
comerci ales con u n 6 % de hierro ( m ín i mo 1 . 800 g de h i e rro/ha) e n 1 .200 a
1 . 500 l i tros de ag ua por hectáre a co n un chorro l íquido so bre la fi l a o
mejor con cuch i l las en terradoras que permi ten locali zar el caldo e ntre 1 0
y 2 5 c m de profu n didad . Para las clorosis crónicas, e s preferib le h acer
aplicaciones anuales de quelatos de h ierro a se m i -dosis, mejor q ue c ada
dos años a dosi s tota l (resul tados C IVC) :

Ferrichel 42 (30 a 70 l /h a) , M asq uol ate FeA 2 .400 L (80 a 1 50 l/h a),
S eq u e s tre n e F e l íq u i d o (30 a 75 l / h a ) o C re s c a l Fe, F e r r i c h e l 6 0 ,
L i bfer S P, Plan tín Fer, S e que strene sol ucrapido F e 1 00 S G , Sequo n i a P,
Verofer Ex pre ss a dosis de 25 a 50 kg/ha.
- en p u lverización fo liar: l os trata m ientos deben ser precoce s y repeti dos (3 a
4 trata m i e n tos durante los estados F, G y H ) ; son m enos efic aces que l a
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 361

aportación al suelo; los productos quelatados s e presen tan e n forma de con­


centrados so l u b les o de polvo moj abl e que p ueden ser m ezc lados o no con
fungicidas. D e una m anera general, la aportación de hierro e n pulveri z ación
es i n tere sante para co mpletar la acción de las aportaciones al suelo en caso
de c l orosis grave o p ara luchar di rectamente en el c aso de clorosis benigna:

H i e rro l íq u i do EDTA 1 l/ha


Ferfol 1 ,5 kg/ha antes de fl orac i ón
Fe L ( M asq u o l ate) 8000, C l o rover, Q u el ato de h i erro 3 ] /ha
H i erro (DTPA) 5 l/ha
Ferti l eader Fe, Masq u o late Fe DL 3 800 5 -8 l/ha
MF 1 3 5 H ierro 1 0 l/ha

4. DESECAC I Ó N DEL RASP Ó N

4 . 1 . Síntomas
Es una enfermedad fi siológica que se m an i fiesta e ntre mediados y fi n al del
envero por la aparición , e n e l raspón , de necrosis h undidas de color pardo y depri ­
midas lo más frecuen te mente a nivel de l as ram ifi caciones y, posteriormente , por
l a desecación del raspón y de los gran os (foto fuera de texto I I ) . L a tran sición entre
la zona verde y la zona desecada es neta. La pérdida de cosech a es más o menos
i mportante segú n las vari edades y los años; e n algun as variedades, como C ardi n al ,
so lamente s e desecan algunos pedicelos, p o r e l contrario l a s necrosis p ueden afec­
tar a los raspones pri ncipales en o tras variedades. Esto produce una pérdida i m por­
tante de cosech a y una d i s m i n ución e n l a calidad de l as u vas.

4.2 . Causas y condiciones de aparición


Es u n accidente fi si ológico que h a susc i tado n u merosas teorías. E n principio,
e l fenómeno se atri buía a una c arencia locali zada en calcio y m agnesio de los tej i­
dos de l raspón ; se con stata en efecto que l as v i ñ as m ás carenciadas en m ag n esio
son más sen sibles y que la rel ación k/C a+M g en el raspón es más e levada en el
momento de los síntomas. Posteriormente los trabaj os realizados sobre las sustan ­
c i as d e creci miento han demostrado que e l determi n i smo d e la desecación d e l ras­
pón pod ía ser de ti po hormo n a l , l i g ado al co nte n i d o en áci do abscísico en e l
envero. Otros i nvestigadores expl i c an esta desecación p o r déficit de ag ua a n ive l d e
l a s cé l u l as d el raspón .
Alg un as variedades son sen s i bles como, por ej emplo , l a Gew ürztraminer y l a
C abemet-sau vignon, otras por e l con trario , como l a Pi not noi r y l a Ci nsaut son
m ás resi stentes. Los portainjertos actúan sobre la sensi b i l i dad o la resi sten c ia de la
v i d : los portainj ertos vigorosos y sensi bles a la carencia en m ag nesio favorecen la
desec aci ón del raspón (S04, 44-53 E M , Te leki 5 B B ) . Todo lo que aumente el
vigor (portainjerto , abonado, i nj e rto) es favorab l e a la expre sión de la e nfe rmedad .
3 62 MANUAL DE VITICULTURA

Una ali mentación h ídrica con trastada agrava el fenómeno, e speci alm ente después
de l lu v i as tormentosas en u n sue lo m u l l i do q ue h u m edezcan bruscamente el suelo
después de u n déficit h ídrico m ás o menos p ronunciado.

4 . 3 . Med ios de lucha


Preven tivamen te, se i n ten tará li mi tar el vigor de las cepas medi ante la e lec­
ción del portai nj erto antes de la plan tación y practicar un abo n ado equi li brado en
potasio y magnesio de acuerdo con l as necesidades.
Curativamen te, p u l veri zar con su lfato de m agnesi o de u n 1 6 % de M gO sobre
los rac i mos en dos ap li cac iones: u n a al pri ncipio del envero (20% de u vas traslúc i­
das o col oread as) , l a otra diez d ías m ás tarde con u n a concentración d e l 5 al 1 5 %
de m a nera q ue se aporte g lobal m e n te 40 a 50 kg/ha de p rod ucto com ercia l . Tam ­
b i é n s e puede p u l verizar e n las m i s m as condi ciones, ni trato d e m ag nesi o , a u n a
concen tración d e l 4 % a u n a dosi s de 1 2 y después de 5 l/ha. L as p u l ve ri z aciones se
de ben completar con aportaciones al suelo de sul fato de magnesi o . E l sulfato de
m agnesio puede ser ree m p l az ado por o tros productos comercia les tales co mo M ag
20 ( 1 4% M gO) , M F 1 35 M gO ( 1 2% M gO ) , H i dro m ag (3 9% M gO) .

5 . ALTERAC I O N ES D E LA RESIST E N C I A DE LOS AZ Ú CARES

5 . 1 . Enrojecimiento y flavescencia

5 . 1 . 1 . Síntomas
E l enrojeci m i ento e n las variedades roj as y la fl avescencia e n las b l ancas se
m an i fiestan por los sín tomas siguie n tes:
- en las hojas: se o b serva un enroj ec i mie nto o un a m aril leamiento q ue p arte
de los bordes de la hoj a y que p rog resa en tre l os nervios; estos sín to m as
so l am e n te ap arecen e n l as hoj as ad u l tas ; la c o l o rac i ó n d e l l i m bo v i e n e
seguida p o r necrosi s q u e com ienza e n e l p u nto d e aparición de los sínto m as.
L a hoj a se vue lve l i sa, se e n ro l l a y se h ace que bradiza;
en los ramos: e l agostam i ento es i n co m pleto , p ues las hojas están p arcial­
mente desprovi stas de c l orofi la;
en los racimos: l a m ad uració n es i n completa y los racimos aparecen nor­
ma l men te alargados.

5 . 1 .2. Causas de la enfermedad y cond icio nes de desarro l lo


E s te e n roj ec i m i e n to (o flavescen c i a) es c o n sec u e nc i a de u n a p arad a de l a
mi gración d e los azúcares y su acu m u l ación en l as células del li m bo . L as cau sas
de esta i n m ov i l i zación son vari as, al gunas pueden ser accie ntales, se trata entonces
de u n enrojecimiento traumático:
- l a alteración de los vasos del l íber puede h aber sido p rovocada por i n sectos
como la cicadela bubal que p i c a en los ramos para a l l í h acer la pue sta de sus
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 363

huevos ( a determ i n ado nivel d e l ramo, la extre midad e s roj a y la base verde,
l a corteza q ueda l acerada e hi nchada) ; se observa una renovación de estos
d años, pero de poca i mportan c i a, después de los tratam ientos i n secticidas, o
cu ando se uti lizan únic amente i n secticidas preve n tivos estrictos q ue no tie­
nen efectos so bre l as cicadelas;
también puede producirse una compresión de los vasos del l íber de los sar­
mientos que brotan apretados unos con tra otros; este c aso es m ás frec uente
en las v i ñ as conducidas en forma de cordón Roy at;
las heridas de poda en los brazos pueden alte rar los vasos del l íber.
Pero estos enroj eci mientos y fl ave scencias accidentales tienen efectos l i m i ta­
dos sobre l a cosecha, mientras que el c l i m a y las condiciones de ali mentac ión
mi neral e n e l sue l o ti enen efec tos m ás perj udici ales:
por eso , en otoño, si l a fotosíntesi s es tod avía activa durante el día, l a m igra­
ción de los az úcare s h aci a l as uvas se ve ralenti zada o b loqueada debido al
enfriamien to de l as noches; en este caso se l l a m a en rojecim ien to climático;
e l enrojecimiento también p uede estar provocado por una i n suficienci a e n
potasio en la a l i m e n tación m i neral de las cepas; este en rojecim ien to m ineral
de l as variedades roj as o flavescen c ia m ineral de l as variedades b l anc as se
observa en j u li o o comienzos de agosto, es deci r, cu atro o cinco se manas
después de la floraci ó n ;
fin al mente, en s u e l o s húmedos, l a asfi x i a de l as raíces provoc a u n b loqueo
de los azúcare s y l a aparición del enrojecimiento, se trata entonces de un
en rojecim ien to por asfixia.

5 . 1 . 3 . Med ios de lucha


Después de l a m an i festación d e l enrojecimiento o de l a flavescencia en una
parcela de viña, se debe, en pri mer lug ar, supri m i r la causa y aseg urar la reconsti­
tución de l as re servas de la cepa. Para e l l o , se d i s m i n ui rá la c arg a y se favorecerá l a
ali mentación mi neral medi ante abonados a base d e cloruro, o m ejor, d e sulfato de
potasa aportados al suelo, co mp letados o no por una pul veri zación fo l i ar de ni trato
de potasa.

5 . 2 . Pardeado
El pardeado se m an i fi esta durante la m aduración, en veranos sol e ados, en l as
cepas muy cargadas de frutos.

5 .2 . 1 . Síntomas
E l p ardeado se m an i fiesta por l a prese nci a de m anchas i rregu lares, p ardo-roj i­
z as, más o menos importantes, en l a parte de las hoj as expuestas al sol ; estas man­
chas pueden adqui ri r un color choco l ate m i entras q ue l a cara i nferior de l li m bo
perm anece v erde . En l as v i ñ as j óvenes, l as hojas pueden desecarse progresiva­
m e n te y c aer duran te la maduración. Los granos de uva de l as variedades p ardea­
das están mal colore ados, ácidos y poco azucarados. Los sarmientos están mal
agostados.
3 64 MANUAL DE VITICULTURA

5.2.2. Causas y consecuencias de la enfermedad


El pardeado, alteración de la redi stribución de azúcares durante la maduración,
está provocado por l a presencia en la cepa de un vol umen de uvas demasi ado
importante con relación a la capacidad fotosintética del fo llaje. Las cepas dema­
siado cargadas, pero con una actividad fotosintética insufi ciente, brotan a expensas
de l as reservas de almidón almacenadas en l as partes vivaces. Cuando éstas se
hayan agotado, se desarrolla un proceso de degradación de otros compuestos orgá­
nicos, especialmente a nivel de los cloroplastos de l as hojas. El pardeado se ve
agravado por una insuficiente alimentación potásica.

5 .2.3. Medios de lucha


Hay que evitar ante todo una carga demasiado elevada en l as viñas jóvenes
practicando una poda razonable en i nvierno e interviniendo si fuera necesario
mediante un acl areo después del cuajado. Si a pesar de todo aparece el pardeado,
hay que reconstituir las reservas de l as cepas mediante un abonado potásico ente­
rrado profundamente (500 kg/ha de K20 en suelos arcillosos) y por una reducción
de la carga en el momento de la poda. Se aconsej a completar esta aportación oto­
ñal con pulverizaciones foliares a base de nitrato de potasa, a una concentración
del 0,8 al 1 o/o (8 a 1 O kg/ 1 O hl de agua) a razón de 5 a 6 pulverizaciones realizadas
con un intervalo de 8 ó 1 O días durante el período de crecimiento activo de la viña.
CAPÍTU LO 2

ACCI D ENTES C L I MÁTICOS

1 . H eladas
2. G ra n izo
3. Escaldado
4. Los rayos
5 . V ientos

1 . H E LADAS

L as vi ñas pueden ser dañadas po r l as h e l ad as e n otoño, e n i nvierno y en pri m a­


vera, pero la acción y l as consecuenci as de estos accidentes cli m áticos varían en
función de la i n tensi dad del frío y del estado vegetativo :
- las heladas de otoño produce n daños si se producen antes de la c aída de las
hoj as;
- las heladas de invierno afectan entre la c aída de las h oj as y el desborre , son
graves y pueden l leg ar a destrui r cepas si son muy fuerte s;
- las heladas de p rimavera afectan du ran te y después de l desborre , son las
m ás frecuentes, producen d años i m portantes pero variables segú n las regio­
nes y los años.

1 .1 . He ladas de otoño
Los órg a n os herbáceos s o n d añ ad o s c u an d o l a temperatura de sc i e n de p o r
- ,
debaj o de 2 5 º C ; l a s hoj as s e desecan y c ae n : l o s sarmi en tos s e agostan m a l ; s i
n o s e h a acabado l a vendi m i a l o s pedicelos h e l ados provocan la c aída de las u vas;
- ,
el hollej o de las u v as hel adas a 3 5 º C se deseca favoreciendo el de sarrollo de l a
podredum bre g ri s. P o r debaj o d e -6 º C e l líber de algunos sarmi e n tos puede que­
d ar destruido en parte, así com o alg u n as ye m as.
3 66 MANUAL DE VITICULTURA

Las variedades de agostam i ento precoz y l as v i ñ as p l an tadas so bre patrones de


vigor débil están m enos expuestas a estos accidentes. A unque no se haya co mple­
tado la mad urez, conviene ven di m i ar lo m ás p ronto posi ble despué s de la helada.

1 2 He ladas de invierno
. .

1 .2 . 1 . Aspectos de l os órga nos dañados


En i nv ierno, cuando l a te m peratura es i nferior a - 1 5 o - 1 8 ºC, p uede dañar l as
yemas y e l l íber de los sarm ientos y, además, tanto los brazos co mo los troncos
p ueden verse afectados: el corte transversal de l as y e m as he l ad as e s de color
pardo; si se h ace u n corte por debaj o de l a corteza tam bién se apreci a u n a colora­
ción parda; un corte tran sversal en los sarmientos o en m aderas más vieja s m ues­
tran cómo el l íber está destru i do sec torial mente o en su con torno.

1 .2.2. Factores que favo recen las heladas de i nvierno


las viñas jóvenes son las más se nsi b les pues sus tej idos son m ás ri cos en
ag u a y están peor agostados; son las m ás expue stas si no están aporcad as;
en las viñas adultas, los sarm ientos m ás vi gorosos, los me nos agostados y
las v i ñ as podadas son l as m ás sensi bles;
las viñas situadas en valles, sobre suelos ligeros, con buena reserva h ídrica
sufren m ás daños pues su vigor es m ayor y su agostam iento peor, sobre todo
si la vendi m i a ha sido tardía.

1 .2 . 3 . Med ios de lucha


Como medios preve n tivos, conviene evi tar la instalación del vi ñedo en zonas
propicias a l as heladas, aporcar l as cepas en i nv ierno, asegurar e l agostamiento de
l a m adera, l uch ando especi al mente con tra todos los parásitos del fo l l aj e, disminu­
yendo el v igor y evi tan do la superproducci ón. Estas medi das se co m p letan con la
e lección de los m é todos q ue l i m i tan l o s riesgos de heladas: dre n aj e de las p arce l as
antes de l a p lantación, m anteni mi e nto mecánico del sue lo de los v i ñedos j óvenes.
E n l as v i ñ as hel adas, es pruden te val orar el n ive l de los daños medi ante cortes
en las yemas y m aderas:
en viñas podadas, esperar a la bro tación e i n terveni r si los daños son i m por­
tantes con servando los pámpanos del tronco (o los de los brazos si el h ielo
sólo ha dañado las ye m as) p ara reforzar la cepa;
- en viñas adultas no podadas, hay v ari as acti tudes según e l n i vel de daños:
p odar l a s p l antas menos dañadas dej ando u n a carga superior o efectuar
una p re - p o d a c o n si sten te e n con servar so l a m e nte l as m aderas e l eg i d as
como p u lg ares y varas, haciendo u n ajuste de l a c arg a después del desbo­
rre ; las cepas más dañad as sol amente se pod an después del desborre y en
e se m o m e n to se puede to m ar l a decisión de arrancarlas, desmochadas o
podarl as.
en viñedos jóvenes, podar so l a m e n te desp u é s del desborre y replantar si
fuera n ecesari o.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL V IÑEDO 3 67

Figura 1
Estado de una viña en junio después de la helada de enero de 1 985.

1 .3 . Heladas de primavera
Las heladas de pri mavera pueden causar la pérdida de toda o parte de la cose­
cha de las viñas adu ltas y la destrucción de n umerosas plantas en viñedos jóvenes.

1 .3.1 . Aspecto de los órganos dañados


Las yemas pueden ser dañadas a partir del desborre: si se hace un corte trans­
versal aparece una coloración oscura; las yemas que han desborrado y l as puntas
de los ramos, más sensibles, se marchitan, enrojecen y se desecan en el día; estos
m i smos efectos pueden ser constatados en l as i n florescencias, algunas se h an
podido salvar pero otras se marchitan secándose después.

1 .3.2. Mecanismo de las heladas


Las heladas de primavera pueden manifestarse bajo dos formas:
- heladas negras o heladas por advección, debidas a la llegada de una masa de
aire frío a una temperatura i nferior a O ºC, hasta -3 ºC o i ncluso hasta --6 ó
-
7 ºC; estas heladas de tipo i nvernal se producen tanto de día como de noche;
heladas blancas o heladas por irradiación, debidas a un enfriamiento de los
órganos vegetales y del suelo por i rradiación i nfrarroja en un aire seco y en
calma, esta irradiación sólo afecta a l as capas baj as de la atmósfera y, en
general, permanece local izada; estas heladas producen daños ú nicamente
por la noche.
3 68 MANUAL DE VITICULTURA

Por lo genera ] , las heladas de pri m avera son hel adas por i rradi aci ón pero las
m ás graves com bi nan los dos fenómenos: enfria m iento por advección durante el
día y después enfri amiento por rad i ac ió n la noche siguente .
E l enfri a m i en to de l as y e m as y los sarm i e n tos es crítico cu ando su balance
e nergético es negativo, e s decir, c u ando p ierden m á s e nerg ía de l a que rec ib e n.
S egún la veloc idad de enfri amiento varían l o s daños:
si el enfriamien to es Len to, ante s del desborre , la p l an ta soporta una cristali ­
zación extracelu lar desarrol lando defe nsas contra e l enfri amiento ( deshidra­
tación de las célu las, d i s m i n ución del volu men celu l ar y au mento de la con­
centración d e l medio ce l u l ar); por e l con trario, después del desborre , l o s
órg anos y a no ti e n e n e s ta capacidad de resistencia rel ativa;
- si el enfriamien to es rápido, en i nv ierno y e n l as p roxi m idades del desborre,
la cri stali zación es i n trace l u l ar; en este c aso se p ro duce la mu erte de los
órg anos.

1 . 3 . 3 . Factores que favo recen las heladas de p rimavera

1 .3.3. 1 . Condicion es climáticas

Las cond iciones favo rables a las h e l adas de rad i ac i ón son pri nci pal m e n te :
u n a te mperatura baj a a l atardecer (puesta d e sol ) , c ie l o de spej ado q u e provoc a
fu ertes pérd i das de i rrad i ac i ó n , falta de v ie n to o m u y dé bi l q ue favorece l a e stra­
ti ficación de l as c apas de ai re , hum e dad re l ativa baj a y u n sue l o frío ; en caso de
v ie n to , el en fri a m i e n to de l os suelos h ú m edos puede ser i mportante a causa de l a
evaporación .

1 .3.3.2. Situación de las parcelas

L as v i ñ as en l os fondos de valles o protegidas d e l viento, o en la p arte alta de


un obstác ulo que retenga el aire frío, son l as m ás expue stas a las heladas de i rra­
d iació n ; en el caso de heladas de adven ción , las parce l as bien expuestas y favora­
bles a un desborre precoz ( l adera expuesta al sur-sureste y protegi d a del v iento)
son las m ás v u l n erab les.

1 .3.3.3. Sensibilidad de las viñas

La sensib ilidad p ropia de las variedades: algunas variedades toleran mejor


q ue otras l a formación de hielo medi ante el endurec i m i ento de sus cé l u l as;
riesl i n g , c abernet sauvi g n o n y ch ardon ay ti enen una buen a re sistencia al
frío;
La sensibilidad de los órganos aumenta de 1 a 2 ºC cuando están moj ados
por la l l u v i a, el rocío o la aspersi ó n ;
el estado fen ológ ico : e l u m bral de re si ste n c i a a l a h e l ad a de l as y e m as
-
asciende al aprox i m arse el desbo rre pasando de 8 ºC e n p re-desbo rre
-
(e stado A/B ) , a 6 ºC en el e stado B , en tre -4 y -2 ºC e n e l estado C ;
las viñas jóvenes son m ás sen si b les e n l o s casos siguien tes: p l an tas e n pots,
p l an taciones tardías, v i ñ as no aporc adas;
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 3 69

1 .3.3.4. Condicion es de cultivo

Los daños son m ás graves en los casos sigu ie ntes:


- viñas con c ub iertas vegetales, o l a presencia de hierba en l as calles o en l as
ori l l as de la p arce la;
los sistemas de poda co rta, especi al mente en cordones, de bido la precoc i­
d ad y homogeneidad de l desborre;
las podas precoces, ya que l as tardías, al retrasar el estado fi siológico de l as
yemas l as protege n m ás tiempo;
las viñas vigorosas;
las viñas cuyos órganos vege tati vos e stán más cerca del suelo.

1 . 3 . 4 . E fectos de las heladas de primavera sobre las viñas

1 .3.4. 1 . Comportamiento de las viñas después de las heladas

Según el estado de creci m i ento de los órganos afectados y J a i n tensidad de los


d años, l a v id re acciona de diferente for m a:
los p á m panos y a de sarro l l ados c u y a p arte api c a l está he l ada re acc i o n an
medi ante u n a acti vac i ó n de l o s anticipados, p e ro su crec i m i e n to es m ás
débi l , confi rié ndole un aspec to arbustivo al conj un to ; los rac i mos p ueden
helarse p arc i a l o total mente.
l as yemas y pámpanos total mente h e l ados son ree m p l az ados, e n e l m ej or de
los casos, por el cono secun d ario con tenido en la m i s m a yema;
cuando todas l as yemas de u na m adera de poda se han helado, e l re brote
puede producirse a parti r de la ye m a ciega si tuada en Ja base ;
el desarrollo de chupones en l o s brazos y e l tronco se ve acti vado, tanto m ás
cuanto m á s i mportan tes son los daños.
L as vides p rese ntan posteriormen te, duran te el período de actividad vegetativa,
dos tipos d e órganos c u y a evo l ución fi si o l ó g ic a está retrasad a de tre s a cu atro
se m an as. Y así los racimos de pri mera ge neración ( n o hel ados) conti n úan su evo­
l ución mientras que los de segunda generac ió n , asentados en los brotes n acidos de
Jos conos secundarios y de l as yemas c i egas ap arecen m ás tarde con una floración
y m ad uración m ás retrasadas.
La longevid ad de las v i ñ as puede verse com prometida si las cepas tienen difi ­
c u ltades p ara rebrotar a p artir d e l a s yemas d e l a m adera viej a, e s e l caso d e v i ñ as
jóvenes de masi ado dañadas, o de v i ñ as que hayan sufrido ya vari as heladas o e n el
caso de v i ñ as débi les.

1 .3.4.2. Incidencias de las heladas de prima vera en la recolección

sob re el volumen : siempre es m u y d i fíci l apreci ar en l os pri m ero s d ías


siguientes a l as h e l ad as y a que los rac i mos de seg u n d a generación v an a
com pen sar p arc i a l m e n te l a pérdida i n icia l ; después del cuaj ado se p uede
tener una m ejor apreci ación ten i e ndo en cuenta el n ú me ro de racimos y el
desarro l l o de l a floración de los dos tipos de raci mos pero l as pérdidas son
muy vari ables seg ú n los v i ñ edos y p arcel as;
sob re la calidad de la cosecha: te n i e n do e n cuenta el desfase fisiológ ico
de los dos ti pos de rac i mos, l a m adu raci ón es heterogénea y e n parte retra-
370 MANUAL DE VITICULTURA

sada, lo q ue no e s favo rab le para a lcan zar el ópti m o de cali dad de l a vendi ­
m ia.

1 . 3 . 5 . Cuidados a dar a las viñas heladas


Después de una helada de p ri m avera e l v i ticu l tor debe p reocuparse , so bre todo,
de l a poda futura y dej ar, en e l m o mento del desbo rre, chupones desti n ados a
ree m p l az ar las yemas de struidas en m aderas larg as o en los pulgares y pi nzar los
brotes helados p arc i al mente .

1 . 3.6. Protecció n contra las heladas de irrad iac ión (heladas blancas)
El viticultor puede l i mi tar los riesgos median te métodos téc nicos que reduzcan
o no favorezc an la sen si b i l i dad a la helada, o tam bién i n terven ir directamente en
períodos críticos modi ficando e l m i croc l i m a a n i vel de los órg ano s de la v i d .

1 .3.6. 1 . Métodos técnic os q u e limitan los riesgos de heladas (métodos pasi vos)

• En el momento de la p la n tación, e l v i ti cu l tor d e be apreci ar los riesgos de


h e l ad a de l a parce l a i nfo rm án do se de l o s dañ o s y a e ve ntu a l m e nte sufridos p o r
e l c u l tivo precede n te y colocan do , e l o l o s a ñ o s an teriores, term ó m e tros en los
p eríodos críticos; a conti n u ación d e berá to m ar una se ri e de decis io ne s a nte s de
p l antar:
- evi tar p lantar en situ aciones con muchas heladas, ya que la frecuenc i a de los
daños compromete l a perenidad del c u ltivo y su ren tabilidad ; además esas
zonas son a men udo de un l i m i tado potencial cualitativo; en el caso de p l an­
taci ón en e sas z o n a s , l os terrenos en hondon adas e n do nde el ai re frío se
acum u l a y l as p arcelas en l as que e l aire no circ u l a a c au sa de la p re sencia de
un obstáculo natura l h ay que arreg l arlos para faci l i tar la circu lación de l aire;
el dren aj e permi te di sminuir el con tenido en ag u a del sue l o ;
- en p arcel as procl ives a l a pre sencia de heladas, e legir las variedades m e n os
sen si b les que ten ga u n desborre tardío ;
- elegir un si ste m a de conducción que perm i ta alej ar la vegetación de l suelo
aumentando l a altu ra del tronco;
- plantar estac as-i nj ertos soldados y enra izados, no u ti l izar cubiertas p l ásticas,
aporcar los pies después de la p l a n tación .
• Con motivo del man tenimien to anual:
- podar tarde y practicar l a poda preparatoria de m anera que se retrase e l des­
borre de las yemas de la base ;
- retrasar el doblado de l as m aderas de poda;
- n o l a brar el suelo e n l as proxi m i d ades del desborre y durante el período de
riesgos pero sí e l i m i n ar l as m a las h ierbas del viñedo .

1 .3.6.2. Interven ciones directas para modificar el microclima a n i vel de los


órganos (métodos acti vos)

Las panta l l as de h u m o o de niebla, calentami ento del aire por medio de estufas
de fuel p u lverizado o por quema de com busti bles sólidos, el riego por aspersión y
el uso de venti l adores para re mover el aire , son métodos a u ti l izar.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 371

• El calen tamien to del aire se hace:


con quem adores que funcionan con fue l pul verizado; colocar de 1 80 a 200
quemadores que p ueden e star equipados con dispositivos auto matizables por
encendido e lectrón ico; el co n su m o es de 400 li tros de fuel por hora; a pesar
de se r una i nversión i m portante i n i c i a l , e s un sistema e conómico d urante su
uti lización ; la g an an c i a térmi c a e s de +5 a 6 ºC ;
con com busti bles só lidos, buj ías de parafi n a o briq uetas caloríficas, en situa­
ciones de helad as dé b i l es, estos com busti bles son m an ej ab les pero la d ura­
ción de com bustión es corta, el encendido e s difíc i l y el p recio de coste ele­
vado; la ganancia térmica es de +2 ºC .
• El riego por aspersión i m pide e l enfri amien to de los órg anos.
E ste método con si ste e n m a n tener alrededor de los O ºC l a te m pe ratura de los
órganos vegetales cubriéndolos con u n a c apa de hi e lo con stan te me nte hú meda; es
un método efi caz con la condición de tener una bue n a i n stalación , de tener agu a en
abundancia y una buena experiencia en l as operaciones. L as aportaciones de agua,
3
calcu ladas seg ú n la hu medad y e l viento , osci l an en tre 40 y 50 m /h/ha con una
presión m ín i m a en el aspersor de 4 bar.
• La cobertura del viñedo, se v ue l ve a considerar de n uevo como útil : e mp le­
ada antigu amente en algunos viñedos (esteri l l as co locadas enci ma de l as m aderas
de pod a e mpaliz adas) , esta téc nica está siendo actualmente experi mentada en algu­
n as regiones. P arece d ar buenos resul tados con pequeñ as helad as (� -5 ºC) pero l as
condiciones de su puesta en m archa n o e stán todav ía m u y preci sadas :
e n C h a m p ag n e , e l C I VC e x peri m e n t a u na te l a de p o l i e ti l e n o tra m ad a
(Orge l ) , co mo l a u t i l i zada e n horti c u l tura, q ue rec u b re l a parce l a ; l a colo­
cación y e l desp l i ege de l a te l a p rotectora son d i fíci l e s y costo sas;
e n B orde l ais, la C ám ara de Agri c u l tura hace u n e n sayo cubri e n do c ada fi l a
c o n u n fi l m de po l i eti l e n o d e 1 20 µ m d e espesor, perforado de pequeños
ag ujero s p ara pe rmitir la aire ación . E ste fi l m está m an ten ido c o n l a ayuda
d e un bastidor de brazos móvi les, se re ti ra después de l pe ríodo de ri esgo
d e heladas , pero e l b astidor metál i co perm anece co locado sin perj udi car el
c u ltivo de la v i ñ a .
• Los calen tadores d e resistencias eléctricas, i n stal adas de m an era perma­
n en te, a n ivel de las m aderas de poda, tienen un poder de protecci ó n por contacto y
por rad iación h asta una d i stanci a de 5 c m . E n C hampag ne son eficaces p ara hela­
das medi as en el c aso de viñas conducidas en cordo nes y, por e l contrario , su efica­
cia e s menor en v i ñ as conducidas con o tros si ste m as de poda. E ste método de pro­
te c c i ó n n o es c o n t a m i n a n t e , no n e c e s i t a prácti c a m e n te m an o de obra en e l
momento de l a he lada pero es m uy c aro si l a protección v a a ser superi or a 1 ha,
porque es necesari a l a i n stal ación de un tran sformador e l éctri co .

2 . G RA N IZO

Localizado gen eral m e n te en determi n adas zon as parti c u l ar m e n te ex puestas,


p uede p roducir, a partir d e l desborre , daños muy i mportantes. Los daños y deci ­
siones a tom ar son d i fere n tes seg ú n qu e se trate de g ranizo p recoz (ante s de l a
fl orac i ón ) o d e gran i zo tardío (durante e l verano ) .
372 MANUAL D E VITICULTURA

2 . 1 . G ranizo precoz

2 . 1 . 1 . Aspecto de los ó rga nos afectados y daños


D urante e l período que sigue al de sborre y hasta la florac i ó n , el g rani z o
p ue de provocar u n despre n di m i e n to d e l os brotes jóvenes, u n corte a n ivel de u n
n udo , a u n a c ierta d i stan c i a d e la base o lesione s q u e afecten a todos l os órganos
verdes. El l i m bo de l a s hoj as q ued a de sg arrado, a veces sól o quedan l o s n ervios;
los sar m i e n tos son heridos m ás o menos p rofu n d a m e n te , a veces hasta la m é d u l a
y l as i n fl ore scenci as sufren d a ñ o s graves.
D e sp u é s d e l granizo l a vegetac i ó n rebrota a p artir de l as y e m as prontas, p ero
esta seg unda gen erac i ó n de órganos pre se n ta un retraso fen ológico, de dos a c u a­
tro se m a n as seg ú n l as condiciones c l i m áticas; e n los brazos aparecen m ás chu­
pones. E ste n uevo fo l l aj e form ado por ó rganos j óvenes e s sen sible a enfermeda­
des ( m i l d i u , b l ac k - ro t, o íd i o ) ; au m e n ta los ri e sg o s de corri m i e n to y los de
c l orosi s e n suelo s ench arcado s.
La p roducci ó n sufre una d i s m i n u c i ó n , por lo genera l, i mp ortan te e n volumen
debi do a l a destrucción de l as i nfl oresce nci as y de un m a l cu aj ado prod ucido por
las necesidades pri ori tari as de la seg u n d a gen erac i ó n . L a c a l i dad de l a cosecha
t a m b i é n se ve afectada debido a la heterog eneidad del estado de l os rac i mos y
d e l retraso adq u i ri d o por al vegetac i ón .

2 . 1 .2. I n terven ciones del viticu l to r después del gran izo precoz
Los tra baj os del v i ti c u l to r q ue dan desorg a n i z ados y co m p l i cados; i n te n t a
p o n e r en m archa m e di os de p rotección de l a vegetac ión restan te y l a conserva­
c i ón de la cosech a y de l as m aderas de poda. La experi e n c i a prue b a q ue , e n l o s
casos de g ranizo precoz, e s prefe ri b l e n o i nterve ni r d e m asi ado :
- l a poda en verde a u n a y e m a de l o s brotes d e l año no es acon sej a b le ya q u e
e n traña u n a d i s m in ución de l a cosec h a tod avía ma y o r; por e l contrari o, si
tod a la cosec ha ha que dado destru i d a e s posi b le , p ara con seg u i r m adera de
pod a, reali z ar e n l o s d ías siguiente s al g ranizo , u n desyem ad o manual o u n
despampanado químico del conj un to d e ramos de l año (Gramoxone a l 3 %
a razón d e 300 a 3 50 l i tro s d e c a ldo/ha) .
- el trata m i ento de cicat ri z ac i ó n con u n fun g i c i d a de co ntacto (fo lpet, c ap ­
t a n , d i c l ofu a n ida) es posible pero n o siemp re i n d i spensable ya q u e l o s tej i ­
d o s de l o s órganos dañ ado s tienen natura l m e n te u n a gran capaci dad de
c ic atri z ac i ó n ;
- p or e l con trari o , l a pro tecci ó n fi tosani ta ri a contra l as e n fermedades d e l
fo l l aje y d e l os rac i m os, m i ldi u y o í d i o so bre todo , d e b e hacere todav ía
con m ás prec a u c i o n e s de lo h a b i tual (e m p leo de pro d u ctos si sté m i c os,
acortamiento d e las c ade n c i as y de l a amp l i tud d e l tratami e nto) ;
- en la poda de i nvierno se recogen l as m aderas de poda de en tre l as q ue no
p res e n t e n o que te n g a n peq ue ñ a s l e si o n e s ; si se trata de n ie to s de l a
seg u nd a generac i ó n , compro bar q u e l as m aderas q u e l o s l l evan no estén
d añadas por lesiones i m portantes; no d udar e n podar so bre chupones ap a­
rec idos en los brazo s ya que e stán sin lesiones.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 3 73

2.2. Granizo tardío

2 . 2 . 1 . Aspecto de los órganos afectados y daños


Los daños son general mente graves tan to para la cosec h a como para l a
perenn idad d e l a cepa:
- hojas destrozadas: la reducción de la superficie foliar influye desfavora­
blemente sobre la maduración y el agostamiento;
- heridas en los ramos: los i mpactos, a veces muy profundos sobre los sar­
mientos del año así como sobre las maderas de dos y tres años limitan la elec­
ción de las maderas de poda; las yemas pueden ser aplastadas por l os granos
de hielo; los daños varían con la variedad y con la fecha de la granizada; en
función del agostamiento de la madera, las variedades de ciclo vegetativo
más tardío pueden ser más dañadas que las vides ya bien agostadas;
desgrane y heridas más o menos importantes de los racimos: la cosecha
del año puede quedar totalmente destruida por el granizo con repercusio­
nes sobre l a tasa de cosecha del año siguien te y a veces incluso más allá.
Después del gran izo l a vegetación rebrota pero los brotes nacidos de l as
yemas prontas tienen u n crecimiento l i m i tado y un mal agostamiento, l o que
h ace problemática la poda de invierno. Los sarmientos y rac i mos dañados son
rápi d ame n te atacados por el rot blanco que e s u n a e n fermedad debi d a a
Coniothyrium diplodiella; las u vas presentan manchas l ív idas formando aureol as
concéntricas que se recubren de pequeñas pústulas grisáceas, secándose los fru­
tos posteriormente.

2 . 2 . 2 . I ntervenciones del viticultor después de un granizo en verano


- no hacer ninguna operación de repoda en verde después de la granizada;
- tratar i n medi atamente después del gran i zo (retraso máximo 1 5 horas) ,
para proteger los raci mos d e un posible ataque d e rot blanco y fac i l i tar l a
cicatrización d e l as maderas, con folpel a 3 . 000 g/ha, o c o n diclofl uan ida a
2.000 g/ha, o captan a 5 . 000 h/ha;
asegurar una protección fi tosanitaria cuidada para proteger el fol laje y per­
mitir que siga el agostamiento de la madera;
en s ituación clorosante, aportar una semi -dos i s de quelato de h ierro o
hacer una pulverización foliar a los primeros síntomas de clorosi s ;
durante el invierno siguiente l as operaciones d e poda son siempre deli ca­
das pero es preci so priorizar la reconstrucci ón de la cepa i ncluso si ello
retrasara el momento de tener una cosecha normal ; elegir maderas bien
formadas, l as menos dañadas, aunque procedan del tronco o de los brazos,
eliminar l as maderas que presenten heridas importantes; l as vides atacadas
por el gran i zo se podarán l as ú l ti mas.

2.3. Medios de prevención y seguros anti-granizo


La lucha preventiva tiene por objeto impedir la formación de los granos de
hielo, pero el único método que tiene un fundamento científico (multiplicación
374 MAN UAL DE V ITICULTURA

de los núcleos de congelación por insemi nación de la nube de grani zo con ioduro
de p l ata) nunca ha dado muestras de su e ficacia. Otro medio sería la cobertura de
la parcel a con unas mal las anti-granizo, pero se utiliza poco en viticul tura por
razones económicas y de comodidad de paso. Para hacer frente a una pérdida de
cosecha, es posible suscribir un seguro anti-gran izo por un capital basado en los
gastos de cul tivo o sobre un producto bruto/ha.

3. ESCALDADO

Cuando la temperatura elevada y l a humedad relativa baja son concomitan­


tes, los golpes de sol pueden provocar el escaldado de los racimos y quemaduras
en la parte de l as hoj as expuestas. En l as bayas en creci miento herbáceo, estos
golpes de sol provocan una depresión. Durante l a maduración l as uvas presentan
una alteración de l as células del hollejo. En los casos más graves las uvas pueden
desecarse totalmente.
En 1 998 se observaron numerosos casos de escaldado en los v iñedos septen­
trionales de Francia. En B orgoña l as temperaturas elevadas, acompañadas de
fuertes amplitudes térmicas, de 20 a 25 ºC entre la máxima y la mínima, del 1 9
al 2 1 de j u l io, provocaron el escaldado de l as viñas cuyos racimos estaban muy
expuestos al sol , eso se produjo especialmente en parcelas que habían sido defo­
l i adas precozmente. En Champaña el escaldado se produjo alrededor del 9 de
agosto ocasionando hasta un 50% de pérdidas de cosecha en el caso de parcelas
muy expuestas o que habían sido despuntadas excesivamente.

4. LOS RAYOS

Los rayos afectan sobre todo a los sarmientos. Producen daños localizados
en círculo y pueden extenderse a lo largo de l as fi l a� cuando l as viñas están
empalizadas sobre alambre. Los entrenudos quedan ennegrecidos mientras que
los nudos quedan verdes; la médul a queda separada del diafragma.

5. V I E NTOS

Los daños producidos por el viento varían según su naturaleza e intensidad:


efectos mecánicos: el viento puede desgarrar el l imbo de l as hojas y trans­
portarlas, arrancar los pámpanos jóvenes por su base, revol ver el conjunto
de la vegetación haciéndola bascular hacia un lado o tumbando el sistema
de empalizado. Los efectos son vari ables, a corto plazo hay pérdida de
cosecha si l os pámpanos portadores de raci mos han sido quebrados, a
medio plazo, el esqueleto y el porte de f as cepas adquieren un aspecto des­
cabell ado con brazos a veces dañados que quedan expuestos a contami na­
ciones eventuales de enfermedades de la madera. La resistencia a los efec-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 375

tos mecánicos del viento es mayor en l as variedades aramon, gamay, mus­


cat de uva pequeña, chenin, syrah , cinsaut que en l as clairette, ugni b l anc,
sauv1gnon;
los vientos cálidos: el viento puede transportar aire muy cal iente (sirocco
en Argelia) y provocar un pardeamiento general ;
los vientos salinos: a lo largo del l i toral mediterráneo y del Atlántico l os
vientos marinos transportan sal que producen quemaduras en l a vegeta­
ción;
efectos del viento sobre las enfermedades: en el val l e del Ródano, el m i s­
tral (viento procedente del norte) produce una desecación del aire, l o que
frena o i mpide los riesgos de enfermedades criptogámicas del fo l l aj e y de
los racimos. Por el contrario el viento favorece el transporte de esporas de
l os hongos a di stancias más o menos grandes, como las de la eutipiosis
que l legan a ser transportadas hasta 60 km.
Se puede limitar el efecto del viento por medio de corta-v ientos (parte II,
capítulo 1 ), tutorando cuidadosamente l as v iñas jóvenes, el igiendo un s istema de
conducción que reduzca la exposición al viento, empalizándol as y orientando l as
fi las en el sentido del viento dominante y reduciendo el vigor de l as vides.
CAPÍTULO 3

EN F ERMEDAD ES Y PLAGAS

1 . F iloxera
2. E n fermedades producidas por virus
3. Amaril leamientos de la vid debidos a fitoplasmas
4. E n fermedades de la madera
5 . E n fermedades bacterianas

L os viticultores están acostu m brados a ree m p l azar vides y a renovar las p arce­
l as de v i ñ as debi l i tadas que prese n tan u n a e levada tasa de mortandad . El decai­
m ie n to de l as v i ñas e s con secuenci a de diversas c au sas (acci dente s c li m áticos,
errores agronóm icos y ataques parasi tari os). Las enfermedades y p l agas se encuen­
tran por l o general e n plan tas debi l i tadas pero su pre se n c i a procede frecue n te ­
me n te de m a l as elecciones agronómicas antes o después de l a p lantación . E s decir,
l a i m portan c i a de las m edidas profi l ácti c as y de la lucha i ntegrad a que tiene en
cuenta n o so lamente el razonam ien to de la l ucha q u ímica si no tam bién el conj un to
de medidas que permi tan reducir el i nóculo y la sensibi lidad i nducida de las v ides

1 . F I LOX E RA

L a fi loxera de la vid, Daktulosphaira vitifoliae (Fi tch) , conocida tam bi é n con


el n om bre de Phylloxera vastatrix (Planchon), es el enemigo m ás temi bl e de la
vid. Identifi c ado por B az i l le en 1 863 , este p u lgón oc upó al principi o dos focos
i mportantes: Gard y Gironde . A p arti r de estas regiones, la fi loxera se ex pansi onó
e n el espac i o de treinta años por todo el v i ñedo francés y progre só a contin u ación
e n E uropa y Á fri c a d e l Norte . Actualmente l a fil o xera h a i nvadido todos los países
v i tícol as; su progre sión se m an i fie sta tam b i é n en algunos países tales com o Tur­
q uía, C aliforn i a y A mérica de l S u r.
378 MANUAL D E VITICULTURA

F igura 1
Manifestaciones de phyloxera. (Fotos Pouget).
1 . A g allas filoxéricas en hoj a .
2 . N u dosidades en el extremo de una raicilla.
3 . P u lu lación d e filoxera en u n a raíz joven.
4 . Filoxera en tuberosi d ad .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 3 79

En Franc i a provocó el debi l i ta m ie n to de la m ayor parte de las v i ñ as con varie­


d ades autóctonas de l a e spec i e Vitis vin ifera. Esta p l ag a fue una catástrofe para
tod a l a v i ti c u ltura y hubo que reconstrui r todo el viñedo . Esta recon strucción fue
posi ble g raci as al i nj erto de l as variedades de Vitis vin ífera sobre patrones resisten­
tes procedentes de e species ameri c an as d e l género vitis y l a u ti l i zación de h íbri dos
p rod uctores d i rectos n acidos de cruz a m i e n tos en tre V. vinífera y e sas e speci es
americanas. E l proble m a de la fi loxera fue arreg lado así en Europa durante casi un
si g l o . Pero la fi loxera hizo q ue se vo l v iera a hablar de e l l a a parti r de 1 990 en el
v i ñedo c a li forni an o , en v i ñ as i nj ertadas pero sobre un portai nj erto i n suficiente ­
me n te resistente , e l A x R l .

1 . 1 . Síntomas
E n los v i ñedos afectados la presencia de la fi loxera se manifiesta por zonas en
donde la vegetación está de b i l i tada (ramos m ás cortos y ergu i dos) y en e l centro
aparecen c e p as m u ertas. L a s c e p as d e b i l i t ada s pre sentan e n m ay o -j u n i o u n a
parada d e c rec i m i ento , u n enroj ec i m iento o amari l leamiento seg ú n l as variedades
antes de que l as hojas se m arch i ten y c ai g an du ran te el verano ; l a m aduración de
l as u vas y el agostamien to de la m adera son ento nces i ncomp letas. Los raci mos
prese ntan corri m i e n to y e n l a s variedades t i n tas perm anecen rojo s e n l ug ar de
negros. La i nvasión se extiende progresivamente a las p l an tas vec i n as como una
mancha de ace i te . Pero estas m an i festaciones no son específicas de u n ataque de
fi loxera. S e p resen tan como consecuen c i a de c asi todas las e nfermedades que afec­
tan a las raíces (podredu m bre , degeneración i nfecci osa) y sol amente medi a nte el
examen de esas raíce s se puede reco nocer con seguri dad l a causa.
Sobre las ra íces se pueden observar dos ti pos de daños:
- n u dosidades: la extremi dad de las rai ci l l as prese n ta desv i aciones e h incha­
zones e n form a de cabeza de pájaro so bre l as que puede e n con trar l as form as
rad i c ícol as de l a fi l o xera; estas n udosidades n o consti tuyen u n perj u i c i o
i m portante para l a p l an ta q u e con ti núa al i me n tándose;
tuberosidades: en las raíces de m ás de u n año y con u n di ámetro superi or a
dos m i l ím etros, de las vari edade s de Vitis vin ífera o de los portai nj e rtos poco
resi ste ntes com o el aramon x rupestris Ganz i n n . º 1 ( A x R l ) , se obse rvan
h inchazones en forma de cráter que corresponden a la reacci ón de l a vid a
las picaduras del pulgón; en efecto, las células próx i mas a l a zona picad a
forman su ber mientras q ue otras célul as, m á s alej adas, sufren u n a expan si ó n
ce l u lar; desp ué s de abandonar e sta tu bero si d ad l a fi l o xera rad i c ícol a, l as
cé l u l as de l cen tro enneg recen , m ue re n y se desorganizan. Estas tuberosida­
des son l as que provocan los d años m ás graves en las v ariedades sensi bles
y a que son penetrantes y dañan l o s vasos conductores; e n las variedades
resi sten tes, l as tuberosidades son pequeñ as y superfici ales porq ue las v ides
forman ráp idame nte un nuevo peridermo que aísla la alteración .
En Las hojas: l as v ides ameri can as presentan aga l las e n l a cara i n ferior d e l as
hoj as m ie n tras que e n l as vides europeas ( V. vin ífera) raramente existen . Como
con secuenci a de las pi c aduras hechas en l a c ara superior de l as hoj as, se forman
las agal las por i n tensifi cación de la expan sión celular haci a la c ara i nferior.
En los pámpanos: se pue den aprec i ar a veces necrosis.
3 80 MANUAL DE VITICULTURA

1 .2 . Biología
L a fi loxera es u n pu lgón o v íp aro en todas sus generaciones y estrictamente
monofago , prese n ta u n ciclo biológico complejo . S u biología n o es la misma p ara
l as vari edades de V. vinifera que p ara l as e species americ an as (fi g . 2).
E n las v id es americanas, los huevos de i n v ierno son pue stos e n l a cep a e n
otoño ( m adera de d o s años en p articu lar). E n el momento d e l desborre , l o s huevos
de i nvierno ec l osi o n an ori gi n ando las fun dadoras, hembras partenogenéti cas, q ue
rápid ame n te después de vari os estados l arvarios, pi can a las hoj as j óvenes que
están desp legándose. Ento nces se for m a una depresi ón y después u na agalla en l a
q u e l as fu ndadoras depon en J o s huevos ( 5 00 a 600).
E stos huevos ori g i n an he m bras que salen por la abertura superior de l as aga­
l l as, se desp laz an por l as hoj as jóvenes, l as pi can y ponen huevos por partenogéne­
si s; d uran te el verano se suceden vari as generaciones de neogallícolas-gall ícolas
con puestas y form ación de n uevas aga l l as.
E n tre las neog a J l ícolas, se diferencian a p artir de la seg u nda generaci ón , u n
n ú mero crec iente de i n di v iduos qu e e migran h ac i a l as raíces para vivir a l l í, s o n l as
n eogallícolas-radicícolas. H acen puestas de huevos de los que n acen las radicíco­
las; vari as generaciones (5 a 8), se rep roducen por parte nogénesi s y se suceden
provocando nodosidades y tuberaciones.
L as radicícolas sufren vari as mudas, se h acen adultas, y a su vez ponen huevos
por partenogénesis. Perm anecen ápteras, viven a expen sas de las raíces y se m u l ti ­
pl ican duran te el verano en vari as generaciones.
N u merosas radicícolas p asan el i nvi erno e n e stado de letargo, son las invernan­
tes. E n pri m avera estas radicíco l as i nvern antes van a aseg urar las n uevas gene ra­
ciones de radicícol as en gran n úmero en l as v ides de V. vinifera.
S i n e m bargo, e ntre las radicíco l as pue de n diferenciarse , a parti r de l mes de
j ul i o , preninfas y posteriormente n i nfas que van a ori g i n ar las fil oxeras aladas que
constituyen la forma perfecta de la filoxera. S e trata de i nv idivuos sexúparos que
son de dos tipos: los u nos, l l a m ados andróforos que ponen pequeños huevos que
dan origen a los m achos; los otros, l l a m ados ginéfo ros, ponen huevos grandes q ue
origi n an hem bras. M achos y hembras se apare an y la hem bra pone un solo h uevo
en las cortezas de la m adera de dos años, es e l huevo de i nvierno .

1 . 3 . Circunstancias favorables y daños


Los daños varían en fu nción de la n aturaleza d e l sue lo y de la sen si bi lidad de
l as v ides y en función de l o s factores qu e i n fl uyen so bre l a migración y la p u l u l a­
ción del pulgón .
En la viti cultura europea, Jos daños m ás i mportan tes son debi dos a las genera­
ciones rad icícolas, causa de la c ri si s fi loxérica en el sig lo pasado. Los pri meros
estados l arvarios de las radi c ícolas son c ap aces de desp laz arse en Jos suelos m á s o
menos arci l losos, en los francos y en Jos suelos g u ijosos. Las viñas establ ecidas en
suelos arenosos no prese ntan fi loxera en las raíces, e sta es l a razón por l a q ue se ha
podido culti var v i ñ as so bre pie franco e n l as aren as del l itoral mediterráneo. A p ar­
tir de un 3% de arcil l a ya se encuentran radicíco las. Es necesario i nj e rtar las vide s
cuando e l conten i do e n arc i l l a alcanza o sobrepasa el 7 % .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 381


(principio otoño)'
- 1

tuberosidad � (fin de verano)

nudos
radicf colas

radicf colas A. Reynier


invernantes
n generaciones

Figura 2
Ciclo biológico de la filoxera.

L as v ariedades de V. vin ifera ofrecen u n a resi stencia prácticamente n u l a , a l a


q u e s e p uede d ar l a n ota 1 /20, m i entras que las especie s americanas, grac i as a la
form ación rápida de u n a capa de suber de cicatri zaci ó n , prese n tan u n a resi stencia
que p uede ser en tre 1 6/20 y 1 8/20 . Las generaciones g al l íco las perj udican a veces
el c ultivo de los pies- m adre s de portainjertos y a la p roducción de plantas e n raiza­
das de portai nj ertos.

1 .4. L ucha contra la fi loxera


L a experi e n c i a de m ás de u n siglo h a demostrado q u e e l i nj erto de l as varie­
d ades de V. vin ifera sobre p o rta injertos resisten tes es un m e d i o seg uro y perm a­
n e n te d e p rotegerse con tr a la fi loxera, a condición de u t i l i z ar un portai nj erto
sufi ci en t emente resi sten te . E x i ste u n a g a m a de portainj erto s adap tado s a d ife­
re ntes t i po s de suelo y o bte n idos a parti r de e species V. riparia, V. rupestris, V.
berlandieri q ue o frecen u n a g aran tía sufi c i en t e . E l e m p l eo de V. vin ifera c o mo
g e n i tor, p ara l a o btención de portai nje rto s re s iste n te s a la c al i z a , h a d i s m i n u i do
el g rado de re si ste n c i a a la fi l o xera de algunos de l l o s. Y es así q u e el 4 l B no
posee m ás q ue e l m ín i m o de res i ste n c i a necesari a e n terren o fi l o xerante m í e n -
3 82 MANUAL DE VITICULTURA

tras q u e los v i n i fera-rupestri s o b te n i do s por Couderc ( 1 202 , 9 3 - 5 ) , G a n z i n ( a ra­


m o n - rupestri s n. º 1 , 2 y 9) deben ser e l i m i n ados por ser poco resistentes a l a
fi loxera.
L as plantaciones de vid en suelos arenosos o en terrenos muy húmedos (con
l os i nconve n i en tes que p re senta e l exceso de h umedad) no ha permiti do conservar
vi ñedos de V. vin ifera, de pie franco , nada m ás q ue e n alg u n as reg iones.
La submersión de l as v i ñ as e n i nvierno duran te 40 días es eficaz y a que perj u ­
d i c a la p u l u l ación d e l a s radicícolas pero sólo p uede practi carse e n v i ñ as de plani­
cies baj as próxi m as a un curso de agua con c audal sufici ente (C amargue, Aude).
Lo m is mo sucede con riegos abundan te s e n período de creci m i e n to y en verano
practicados en determ i n ados v i ñedos.

2. E N F E RMEDADES PROD U C I DAS POR VI RUS

E stas enfermedades están prese n tes desde hace ti e m po en n u merosos v i ñedos.


S on e n fermed ades graves y a que l as vides contam i n ad as no pueden ser cuidad as
y consti tuyen tan to para e l suelo como p ara l as m aderas, u na fuente de recontam i ­
n ación .
S on n u merosas las e n fermedades po r v i ru s q ue p u eden afectar a l a v i d . L as
m ás graves p ara los vi ticu l to re s y v i veristas so n el e ntren udo corto , el enro l l ado
y, e n menor grado, el j aspe ado . Pero otras v irosis se h an ten i d o e n cuenta e n l o s
p rogram a s de s e l e c c i ó n s a n i t ari a y e n l o s c h e q u e o s v i ro l ó g i c o s : l a c o rte z a
leñosa ( corty bark ) , l as e strías d e l tronco , l a necrosi s de l o s nervios y e l mosai co
ret i c u l ado .
Los v i ru s v iven en l as células de l as p l an tas con ta m i n adas y provocan ano m a­
l ías que en trañ an u n a modifi c ación de las apti tudes de la p l anta : d i s m i n uci ón de la
cosech a en c an ti dad y genera l me n te en calidad, deb i l i tamiento y e nvejec i miento
prematuro de l as v i ñ as, respuesta m ás di fíci l al i njerto y al estaqui l lado .

2 . 1 . Principales virosis de la vid

2 . 1 . 1 . E ntrenudo corto o degeneración infecciosa


Dos nepovirus ( v i rus transm i ti dos por nematodos) son la causa del e ntren udo
corto: e l GFLV (Grapevin e fanleaf virus) y el Ar M V (A rab is mosaic virus).

2. 1 . 1 . 1 . Síndromes del enrollado

En las hojas: reducción de los áng u los i n ternerv i ales lo q ue le confiere u n


aspecto d e abanico a l as hoj as, modi fi c ación a veces del n úmero de n ervios, die n­
te s p u n ti agudos y ensanchamiento de l o s senos; tam b i é n s e p uede o bservar u n
amari l leamie n to d e l l i m bo en formas vari ables:
- manchado, correspondi ente a u n a m ari l leamiento del fol l aj e e n primavera,
l a coloración amari ll o oro p uede b lanquearse u n poco m ás tarde o de sapare­
cer con e l reverdeci m i en to de l as hoj as;
PROTECCIÓN RACIONAL DEL V TÑEDO 383

mosaico reticulado, correspondiente a un amaril leamiento localizado a lo


l argo de los nervios visibles en transparencia, este fenómeno se produce al
final del verano en las hojas verdes;
mosaico, correspondiente a la aparición de algunas manchas de color ama­
ri1 1 o en l as hoj as ;
E n los brotes: presencia d e n udos cortos, d e ahí el nombre d e entrenudos
cortos, de dobles entrenudos, de fasciaciones (división del ramo en horqui l l a de
2, 3 ó 4 rami ficaci ones term i nales) ; desarrollo anormal de ramos anticipados
que confiere a l as pl antas u n aspecto arbustivo ; deb i l i tamiento general de l a
cepa.
En los racimos: corrimiento y «mil J erandage».
La enfermedad se presenta en manchas dispersas en el viñedo y se desarrol la
lentamente alrededor de cada foco infeccioso. Al cabo de algunos años el decai­
miento conduce a la muerte de l as cepas del centro de la mancha m ientras que las
de la periferia muestran una gama de síntomas.

2.1.1.2. Fuentes de contaminación del entrenudo corto

Los virus sólo pueden multiplicarse en las cél ulas vivas de sus huéspedes, son
parási tos obl igatorios. La contami naci ón de n uevas plantas se rea l i za de dos
maneras :
- por multiplicación vegetativa, i njerto y estaqui l l ado pri ncipalmente, de
material procedente de p l antas-madres enfermas; en el caso del i njerto,
basta que uno de los dos elementos del i njerto esté virosado para que el con­
junto de la planta quede contaminada;
- por intermediación de nematodos que pican las raíces sanas con su estilete
tras haber picado una planta enferma.
En el caso del GFLV, l a vid es el único huésped a la vez del virus y de su vec­
tor, Xiphinema index. La contami nación sólo puede venir de la vid o de su vector.
Es por eso que después del arranque de una viña enferma, l as nuevas viñas son
contaminadas por los nematodos que han quedado viviendo en los restos de raíces
del suelo. Quedan contaminando durante 5 ó 6 años.
En el caso del ArMV, los riesgos de contaminación son más altos ya que el
virus y su vector, Xiphinema diversicaudum, tienen huéspedes variados. El virus
puede afectar a diversas especies vegetales anuales y perennes (frambueso, melo­
cotonero, cerezo, pepino, lechuga . . . ) y X. diversicaudum puede desarrollarse sobre
numerosos huéspedes (rosal, fresa, frambuesa, trébol). Las especies que sirven de
huésped al virus y al vector pueden constituir, por tanto, reservorios y fuentes de
contaminación .
Para que h aya contaminación, e s suficiente que e n el momento d e l a planta­
ción de una parcel a de vid los nematodos portadores de los virus del entrenudo
corto estén presentes en el suelo, porque hayan sobrevivido en l as raíces de algu­
nas plantas de vid, o solamente en los residuos de sus raíces, o sobre plantas hués­
pedes. Los riesgos de recontaminación de las vides sanas en la plantación pueden
venir de plantas de sustitución enfermas o de nematodos transportados por la tie­
rra y l as aguas de escorrentía, procedentes de una viña enferma situada más
arriba.
3 84 MANUAL DE VITICULTURA

dientes puntiagudos
nervios 2

A. Reynier

Figura 3
Síntomas de la degeneración infecciosa.
1 . Degeneración en hojas de R u pestris de Lot.
2. N u d o doble.
3 . F asc iaciones en sarmientos.

2 . 1 .2. E n rol lado


E sta enfermedad se mani fiesta en verano por un enro l l ado de las hoj as, fenó­
meno q ue p arte de la base de los ra mos y p rogresa asce ndiendo haci a la extre mi­
da d . En l as vari edades ti n tas s e produce u n enroj eci m iento i n ternervial, de un roj o
v i o l áceo , dej ando u n a banda extrech a a lo l argo de los nerv ios q ue perm anece
verde y u n endureci m i e n to del l i m bo ; en las variedades blancas se produce un
amari lleamiento y engrosami e n to del l i m bo. Los síntom as son espectacul ares en
algunas v aried ade s ti n tas (merlot, cabernet, pinot, g am ay ) pero son más d iscretos
en las varied ades b lanc as.
Los v i ru s de l enro l l ado son Closterovirus, tran s m i si b le s e xc l u si va m e nte de
cepa a cepa. Los m ás frec uen te s y m ás graves s o n G L R aV (Grapevine leafro ll
associated vin u s) n . º 1 y 3. Provoc an u n a modificación del metabo l i smo de los
azúcares y ori g i n a n p or tanto una red ucc i ó n de la m aduración y d e l ag osta­
m ie n to .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 385

2.1 .3. jaspeado


Cuando esta v irosis afecta al portainjerto, puede originar una mala rizogénesis
y dificultades de unión en el injerto. Sobre el portainjerto Rupestris de Lot, se
manifiesta por veteados decolorados, visibles sobre todo por transparencia, dando
ese aspecto jaspeado al limbo de la hoja.

Figura 4 A. Reynier

Síntomas de enfermedades por virus.


1. J aspeado.
2. Mosaico.
3. Fasciaciones.
4. Enrollado.

2.2. Detección de las enfermedades por virus


Se puede hacer mediante la observación, por «indexage», por injerto y por el
test ELISA.
observación de los síntomas: cada enfermedad por virus presenta una
serie de síntomas que permi ten i dentifi carl o s . S i n embargo, l a si mple
386 MANUAL DE VITICULTURA

observación no es suficiente ya que, por una parte, los dos virus del entre­
nudo corto (GFLV y ArMV) pueden provocar los m ismos síntomas y, por
otra parte, los síntomas de algunas plantas enfermas pueden ser discretos,
irregul ares o i nsuficientemente característicos o pareci dos a los de otras
alteraciones (carencias minerales, desórdenes fisiológicos, daños por her­
bicidas) ;
- «indexage» por injerto: algunas variedades revelan l a presencia de virus
por síntomas específicos. El «i ndexage» consiste en injertar la planta a testar
con una variedad que manifi esta siempre los síntomas, l lamada variedad
indicadora; este método permite descubrir los virus latentes en plantas que
no presentan síntomas; el tiempo de respuesta es bastante largo ( 1 a 3 años)
pero el método es sensible.

Enfermedad Variedad indicadora

Entrenudo corto (GFLV) rupestris de Lot


Mosaico del arabesco (ArMV) rupestris de Lot
Enrollado (GLRaV) merlot, cabernet franc, pinot noir
Jaspeado (GFkV rupestris de Lot
Corteza leñosa (GVB) LN 33
Estriado del tronco:
• type stem pitting rupestris de Lot
• type stem groovi ng LN 33, Kober 5 B B
Necrosis de los nervios l lO R
Mosaico de los nervios riparia gloire
método serológico medi ante e l test ELIS A ( enzyme linked immuno
=

sorbent assay) : el método permi te confirmar la ob�ervación de íu¡) �f:it0-


mas en pl antas sospechosas de estar enfermas asf como la detección de
i nfecciones l atentes: se coloca un reactivo, l lamado suero, que contiene
anti cuerpos específi cos de un virus (entren udo corto o enro l l ado) en un
triturado de órganos de la p lanta a testar (hoj as, raicil l as o v irutas de
madera) ; la presencia del virus se detecta por colori metría (ver Parte I,
capítul o 2). El test es rápido (2 días como máximo), fi able y fáci l de rea­
l izar. E l test ELISA se hace en l aboratorio aunque existen en el mercado
«kits» de detección.

2.3. Medios de l ucha


Una viña establecida con p lantas enfermas o en un suelo contaminado no
puede curarse, los medios de l ucha son preventivos: hay que plantar injertos y por­
tainjertos sanos en un suelo sano.

2.3.1 . Uti lizar material de multiplicación vegetativa exento de virus


obtenido por selección sanitaria
La plantación de una viña debe hacerse con plantas ceretificadas que garanti­
cen normalmente la ausencia de virosis. No obstante, pueden observarse reconta-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 3 87

mi naciones en los campos de pies- m adres y por tan to en el m ateri al y en las p l an­
ta s comercializad as por l o qu e e s conven i e n te exi g i r al viverista u n j u stificante de l
test ELIS A o h acerlo antes de l a pl an tación .

2 . 3 . 2 . Plantar e n suelo sano


Deben ponerse en m archa u n a serie de medidas com p l e m entari as para i mpedi r
la conta m i n ación por el sue l o .

2.3.2. 1 . Des vitalizar las cepas antes del arranque de u na viña enferma

E l objetivo es destruir el sistema radi c u l ar de las cepas con el fi n de que e l


virus n o p ueda so brevi v i r; después d e la reco lección s e p u l ve riz a e l fo l l aje con u n
herbicida si sté m ico (gJifosato o su lfosato a un a dosis de 1 2 a 1 8 l/ha seg ún el pro­
ducto comerci al en 300 1 de c a ldo) , e l arranque se hace en abril - m ayo del año
siguiente .

2.3.2.2. Impedir la acti vidad de los nematodos vectores despu és del arranque de
la viña enferma

B ien supri m i endo su fue n te a l i m e n tari a por e l i m i n ación de los residuos de raí-
ces y rai c i l l as o bien provocando o esperando su muerte :
ex traer mecánica o manual mente e l m áx i m o de raíces en e l momento del
arranque y de l as l abore s de l suelo ;
dej ar descan sar e l suelo durante al menos sei s años después d e l arranque;
después de l a de sv i t a l i z ac i ón q u ím ic a y arran q u e , e sperar u n año c o m o
m ín i m o ;
desinfectar e l suelo p o r medio de n ematicidas; s e uti liza tanto fumigan tes, a
base de dic l oropropeno ( DD 9 2 , Dorlone 2000, Tel one 2000) a 500 l/ha tra­
tando a pri ncipios o al fi n a l del verano cuando el suelo e stá a u n a te m pera­
tura de 1 4 a 1 8 ºC , como i n corporando al suelo gran u l ados de aldicarb
(Te m i k l OG a 200 kg/ha) , prefere n temente e n el otoño ante rior a l a p l an ta­
ció n . La desi n fección del suelo tiene i nconven i e n tes: e s con tami n an te , por lo
q ue hay q ue h acer l a sól o e n p arce l as verdadera m ente contam i n ad as ; e s
me nos eficaz en s u e l o pesados y p rofu ndos;
proteger l a parcela a p l an tar con tra los rie sgos de e scorrentía y e rosión pro­
cedentes de l as p artes altas.

2 . 3 . 3 . N uevas est rategias de lu cha


E stán e n curso trabajos de i nvestigación p ara seleccionar p l an tas menos sensi­
bles a la presencia de v i ru s o de sus vectores. Hay tres vías a seg uir: l a prevención ,
e l cruzamiento de l as variedades c u l tivad as con especies re si stente s y la resistencia
inducida por i ngeniería genética;
la lucha por p revención con si ste en i n fectar las p l antas con cepas de viru s
hipo v i ru l e n tos, e s decir, m u y poco agre sivos y q u e no afecten prácticame nte
al desarro l l o de la vid ni a su producció n . L as p l an tas q uedan así protegi d as
contra un a i n fección por una cepa hiperv iru lenta prese n te n aturalmen te en e l
v iñedo;
3 88 MANUAL DE VITICULTURA

- la búsqueda de resistencia por cruzam ien to : El I n ra de M ontpe l Jier ha cru­


z ado u n a especie american a re sistente a los nem atodos vectores del e ntre­
n udo corto con portainj e rtos clásicos con el fi n de tran sferirles c ierta resis­
tenci a;
- la investigación de la resistenc ia por la transferencia de genes en varieda­
des cultivadas abre perspectivas i ntere santes a medio p lazo .

3 . AMA RI L LEAM I E NTOS DE LA VI D DEB I DOS A F I TO PLASMAS

L a vid m an ifiesta varios ti pos de a m ari l leamientos c u y as causas son diversas:


v i ru s (abigarrado d e l entrenudo-corto ) , alteraciones fi sio l óg i c as (clorosis, fl aves­
cenc i a) , fi top l as m as ( flave scen c i a dorad a y m adera negra) . L a flavescenci a dorada
y la m adera negra con sti tuyen amarilleam ien tos que pre sentan sín to m as si m i l ares
y q ue p ueden cohabi tar en el v iñedo, pero la pri mera afecta so bre todo a los v i ñe ­
do s del M id i , con u n a progre si ó n h ac i a l o s v iñedos septentrionales, la segunda e stá
prese n te e n la m ayor parte de las reg iones.

3 . 1 . F lavescencia dorada
L a enfermedad apareció en 1 9 50 en Arm ag nac , despué s fue o bse rvada en Cór­
ceg a ( 1 9 80 ) , en A ude ( 1 982) y en los P i ri neos O rientales ( 1 99 1 ) donde actua l ­
men te p rovoca graves d años. S e m a n i fe stó e n B orde l a i s ( a p artir de 1 994) en
donde 20 .000 h a de l a vid han sido o bjeto de u na lucha q u ím ic a obli gatoria en
1 999 y en Charentes ( 1 3 .000 h a tratadas en 1 999 ) . E n B e aujo lais han sido localiza­
das algunas plan tas enferm as en campos de v i ñas-madres en 1 99 7 . Tam bi é n atacó
en los vi ñedos del nordeste de I talia. Es u n a e nfe rmedad epidé mica q ue provoca la
destrucción de la cosec h a y q ue puede producir la m uerte de las cepas afectadas.
Se desencade n a cuan do , en u n a región dete rm i n ada, se encuen tran e l fi topl as m a
responsable de l a enfermedad y e l c icadé lido vector, Scaphoideus titan us.

3 . 1 . 1 . Síntomas
L as cepas enferm as prese n tan en algu n as vari edades un porte l lorón . Los sínto­
m as p ueden estar locali zados en algunos pá mpanos de la cepa o afectar a toda la
pl anta. Aparecen al año siguiente de l a contam i n ación :
- primeramente se observa u n retraso e n el desborre ;
- l as i nfl orescencias se desecan y c aen converti das en po lvo si el ataq ue es
precoz ; si el ataque es m ás tardío , el raspón se deseca y l as bayas se arru g an
y no maduran ;
- l as hoj as se vuel ven duras, quebradi zas, se enro l l an haci a abajo y adq uieren
una coloración amari l l a en las variedades blan cas y roj a en las variedades
tintas, la coloración afecta a l a vez al l i m bo y a los nerv ios;
- l os sarmien tos permanecen totalmente verdes desde la base hasta el ápice
por b loqueo d e l agosta m i e n to , so n blandos y q u e brad i zos a n i ve l de los
nudos; en i nv ierno se ennegrecen y m uere n .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 3 89

L a locali zación de l as cepas enfermas debe rea liz arse en tre el envero y l as ven­
d i m i as y a q ue durante e ste período es posi ble observar a la vez los tres sín to m as
que debe n hacer pe nsar en l a flavescencia dorada: ausencia de cosecha, coloración
del fo l l aj e y falta de agostamiento de los sarmien tos. L a fl avescenci a dorad a es u na
en fermedad de «cuaren tena» que debe ser decl arada desde e l m o mento en que los
síntom as son observados ( art. 350 del Code rural).

3 . 1 .2. Causas de la fl avescen c ia dorada


La apari c i ó n de l a fl av escen c i a dorada e n una reg i ó n tiene dos cau sas suce­
sivas:
- l a presencia del agen te vector, un ci cadé l i do , Scapho ideus titanus B a l l . en e l
v iñedo;
- l a i n trod ucción de m ateri a l vegetal portador del agen te patógeno, e l fito ­
plasma respo nsab le .
C u ando los dos agentes e stán e n e l v i ñedo, e l c icadélido se hace portador del
fitoplasma al a l i mentarse e n p lantas i n fectadas. S e convierte en i n feccioso tre in ta
d ías más tarde. La con ta m i n aci ón está aseg urada a corta d i stancia por l as l arvas y
en un sector m ás a m pl i o por los adu l tos. La e nfermedad progresa en m anchas a
p artir de los focos i n i c i ales. L as h e mbras ponen huevos a fi nales de verano en l a
corteza de l a madera de d o s años, estos h uevos s o n sanos. S u eclosión tiene l ugar
e n pri mavera (m ayo) ; después de c i n co estados l arvarios, los adu l tos aparecen de
j u l i o a septi em bre . E l cic lo com pleto só lo es posib le e n condiciones c l i m áticas
estri ctas. Como l as l arvas y los adu ltos se hacen i nfecciosos un m es después de
haber picado a una p l an ta enferma, es posi b l e organizar la l ucha a parti r de l a pri ­
mera observación de los pri meros cicadé l idos en primavera.
La identificación de la p re sencia del fi top lasma p uede h acerse por dos téc n i ­
c as: el te st se ro lógico E LI S A y e l método d e l PCR ( Po l i m erasa C adena N ucle ar) .
Como el fi top l as m a no tiene un reparto homogé neo en las p l an tas i n fectadas, l a
toma d e muestras debe respe tar u n a metodología defin i d a : p ara las vides d e fruto,
tom ar tres sarmientos en teros por cepa en ago sto-sep ti e m bre.

3 . 1 . 3 . Circunstancias favorables
- sensi bi l idad de las variedades: las cepas de n i e l l uccio y m a l vasía con tami na­
das no se restab lecen y m ue re n ; por el con trario l as de 22 A B aco, ugni
blanc, g ar n acha, barroque, colo m b ard , presentan sín to m as de cri s i s p ero
p ude n re stab lecerse ;
- condici ones c l i m áticas anuales favora b les a l a p u l u l ación de los cicadé l i dos:
verano cálido e i nv i erno frío;
- i mp ortación de p l an tas o m adera s portadoras de fi toplasmas o de h uevos de
cic adél idos.

3.2 . Madera negra


L as p lantas afectadas por la m adera negra tienen síntom as sim i l ares a los de l a
flavescenci a dorad a : hoj as endurecidas y enro l l adas hacia abajo , am ari l leamiento
o enroj eci m iento de l fo l l aj e segú n e l color de l a variedad; tam poco se produce e l
390 MANUAL DE VITICULTURA

agostamiento de los sarm i e n tos. Los pies contam i n ados están aisl ados y lo m ás
frecuente m e nte en l as li ndes de l as parce l as.
E ste amari l leamiento es una enfermedad de fitop l asmas que se transmite por
i nje rto y cuyo age n te vector e s u n i nsecto fu lgorom orfo , Hyalesthes obsoletus.
C i ertos i nvesti g adores e m i ten l a h i pótesis de q ue la m adera negra es muy parecida
a la enfermedad d e l « stolburn de las sol an áceas (tomate, p i m i e n to m orrón) que
también puede e ncon trarse so bre o tras p l an tas como la h i erba m ora n egra. La
trans m i sión de este a m ari l leamiento podría ser debido a uno o vari os i n sectos vec­
tores que viven fuera de l as parcelas de vid y que van a e l l as de vez en cuando para
a l i m entarse . H. obso letus e s u n i nsecto po lífago q ue p uede l l evar a cabo un ciclo
so bre la banda, l a correg ü e l a, el m astuerzo y se e nc uentra, a veces, en las proxi mi­
dades o i n c l u so e n e l m i sm o v i ñedo. D espués de l a adquisi ción por los i n sectos,
los fi toplasmas que se multiplican en su cuerpo permanecen en e l los durante toda
su vida. El i n secto i n fectado transmite así, e n cada picadura, los fi top l asmas a l m a­
cen ados en las g l ándu las sal i vales. El hábi tat princi pal de l i n secto se e ncuen tra en
tierras abandonadas o e n u n suelo c u bi erto de césped o e n un sue l o g u ijarroso y
ai reado.

3 . 3 . Detección de los amari l leam ientos por fitoplasmas


La si mp l e observac ión de los sínto m as n o perm i te difere n ci ar la m adera negra
de l a flavescencia dorada. E l c he queo medi ante el test E LI S A revela bien c ada uno
de estos am ari l leamientos so bre m uestras de nervios de hoj as q ue pre se ntan los
síntomas, tomadas en el envero . Por e l contrario , e ste test n o es realizable para por­
tainj e rtos ni p ara sarmi entos.

3.4. Protección contra los amari l leamientos por fitoplasmas


No es posi ble l a l ucha con tra las enfermedades por fi top l asmas y só lo la pro­
tección contra los agentes vectores y la n o i ntroducción de v ides i n fectad as e s lo
que actua lmente se u ti l iza.

3 .4.1 . U til ización de material de m u ltiplicación y de plantas sanas


- p ara i mpedir que n uevas regiones sean contamin adas hay q ue aseg urarse de
q ue las m aderas i m portadas de zonas y a afectadas no esté n enferm as o ino­
culadas por los fitopl asmas, ni sean portadoras de huevos de cicadél i dos. E l
tratami en to d e l as v i ñas-madres d e i njertos, d e las viñas- madres d e portain ­
j ertos y d e l o s viveros e s obli gatori o contra l o s cicadé lidos vectores d e la fl a­
vescenci a dorad a;
- trata mien to con ag u a c a l i e n te de las m aderas y p l an tas de vid agostadas
su me rg i é ndo l as d u ra n te 45 m i n u to s e n u n rec i p i e n te de agua cali e nte a
50 ºC . E ste método perm i te e l i m i nar l os fi toplasmas así como tratar contra
l as enfermedades bacteri anas ( necrosis bacteri ana, verrug as, e nfermedad de
Pierce) y l i berar las plantas comercializadas de la frec uencia de fi lo xera y
nem atodos.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 391

3 .4.2. Lucha quím ica contra e l agente vector


Para l a flavescencia dorada, l a lucha está orientada a destru ir el i n secto vector
adoptando estrateg i as difere n tes segú n e l n ú m ero y m ag n i tud de los focos y el
n iv e l de po bl ac i ones. Los servicios téc nicos ag rícol as p reci san las medidas de
l uch a obli gatori a . D esde e l momento en que se detecta en un vi ñedo la flavescen­
cia dorada hay que presen tar una dec l aración en el Servicio de Protección Vegetal .
U n a com i si ó n d e p artam e n t a l con sti t u i d a por profesio n a l e s de l a v i ti c u l tura y
represen tan tes de la ad m i n i stración determi n an l as zonas contamin adas y defi nen
l as medidas colectivas a poner en m archa: tratam i e n to co lectivo ob li gatorio por v ía
aérea y arranques profi l ácticos.
Para la enfermedad de l a m adera negra no se conte m p l a la l ucha i n secticida
teniendo en cuenta la diversidad de hábitat d e l i n secto vector en y alrededor del
v i ñedo. N o obstante pueden to m arse medi das de protecci ó n :
labrar mecánicamente las ti erras sin c u l tivo próx i m as a l vi ñedo;
e.Li m i n ar las pl a n tas hué spe des y l a brar el suelo en las parce las de vid (un
suelo api son ado no e s favorab le a la i n stal ac ión de las l arvas del vector) .

3.4.2 . 1 . Arranque obligatorio de las viñas afectadas

S e trata de supri m i r los refugios de fi toplasmas y de l i n se cto vector medi an te


el arranq ue de parcel as que tengan e l 3 0 % o m ás de cep as contam i n adas (este
u m bral p uede l legar a ser de l 20 o tal vez de l 20 % ) y las de vides sil vestres, de
vi ñas no c u l tivad as y de las que han sido mal arrancadas.

3.4.2.2. Tratamien tos químicos (plan n in g al final del capítulo 5)

En zonas poco contaminadas y alej adas de focos grandes, dos trata mientos
i n sectici das correspondientes a l a 2.ª y 3 .ª generaciones de las po l i l las de la
v i d permi te n p rotegerse de las contami n aciones procede n tes de parcelas
afectadas y no tratadas. L as p arce l as contami nadas e l año anterior y l a s p ar­
ce las veci n as se tratan como las zonas fuertemente con tam i nadas (o leopara­
tio n en i nviern o y tres tratam i e n tos i n sectividas en período vege tativo) ;
en zonas fuerte m e n te contamin adas se adopta la e strategi a siguiente :
• TO: tratam i e n to d e i nv ierno contra l o s huevos ocultos baj o l a s cortez as,
con eti l-parati on o con productos a base de aceite s b lancos asoci ados a
m a lati on o eti l- prati on : es necesario moj ar abu nd an te me nte . Los produc­
tos Pacol 4,5, N yvol C E 3 y O leo- b l adan no son fi totóxicos p ara l as y e m as
desborrad as . Esta i n terve n c i ó n no es i n d i spensable si l a protección de
verano e s perfecta;
• T l : pri mer tratami e n to U u nio) rea l i zado un mes después de las pri meras
eclosiones, l a fecha la fij a el S ervicio de Avi sos Agrícolas, siendo e sencial
la bue n a fij aci ó n de este tratamiento;
• T2 : segu ndo tratam i e n to rea l i z ado 1 5 d ías m ás tarde (seg ú n l a persi s­
ten c i a de los produ ctos q ue permi ta cubri r el fi n del período de las eclo­
siones;
• T3 : tercer tratami e n to realizado en j ulio o p ri m eros de agosto, período
durante el cual el c icadél i do está prese n te en e stado ad u l to y se desplaza a
grandes di stanci as asegurando así l a d i se m i n ación de los focos.
392 MANUAL DE VITICULTURA

Los 2. º y 3 .er tratamientos pueden adelantarse o retrasarse para coincidir con


los de las pol i llas. Elegir preferentemente insecticidas que no favorezcan la pulula­
ción de ácaros.
Esta protección insecticida sistemática va contra l a l ucha razonada y dificulta a
los productos B io. Estos últi mos no disponen más que especialidades a base de
rotenone, empleadas a una dosis de 7 l/ha. Pero l as apl icaciones de estos productos
necesi tan algunas precauciones y además tienen algunos i nconvenientes:
necesidad de posicionarlos más precozmente que los otros i nsecticidas con
el fin de i ntervenir antes de que l as pobl aciones de l arvas sean demasiado
importantes, pues su acción de choque es de corta duración (6 a 7 días) ;
- necesidad d e renovar l o s tratamientos cada 8 ó 1 O días, pues s u persistenci a
d e acción no excede d e 7 a 8 días;
tratar al fi nal del día con cielo cubierto, pues el rotenone es sensible a la l uz
y a l as temperaturas elevadas;
- agravación de los efectos no intencionales del rotenone contra la faun a auxi­
liar, ya que este producto no es neutro.
El rotenone es el único producto del que disponen los Bio y tiene sus límites
por lo que estos productos favorecen la l ucha preventiva.

4. E N FERMEDADES DE LA MADERA

Se trata de hongos lignícolas, de evolución lenta, que penetran por las heridas
de poda (yesca, eutypa) o por rotura en l as raíces (podredumbre, pie negro).
La identificación de estas enfermedades es delicada ya que su manifestación es
caprichosa (variabil idad de los síntomas según los daños) y ambigua (el decai­
miento es debido a varios hongos y tiene más o menos el m ismo aspecto) . De
todas maneras algunos síntomas son característicos de l a presencia de cada u no de
esos hongos, tanto a nivel del fol1aje, como por los daños en el interior del tronco o
de las raíces. Los daños son a veces muy importantes provocando pérdidas en el
rendimiento, una disminución de la calidad de la cosecha y, sobre todo, porque
entraña un debil i tamiento de l as cepas y su mortalidad.

4 . 1 . Eutipiosis
Esta enfermedad de la madera es muy preocupante desde los años 1 975- 1 980
en la mayoría de los viñedos y, sobre todo, en Charentes sobre ugni blanc, en el
val le del Loira sobre chen i n y cabemet franc, en el Médoc sobre cabernet sauvig­
non, en Beaujolais sobre gamay, en Languedoc-Roussi l lon sobre Cinsaut. No
existe casi en Champagne y Alsace.

4.1 .1 . Síntomas
Los síntomas en la vegetación aparecen_ varios años desuués de la contamina­
ción, pero de una manera caprichosa, en función de la pluviometría en l as proximi­
dades del desborre. Los primeros síntomas vi sibles de la enfermedad se manifies-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 393

tan en pri m avera, por un debi l i ta m i e n to d e algunos brotes, en princi pio, so bre un
brazo de la cepa q uedando l as hoj as l igeramente deformadas y cloróticas. Los años
siguientes se observa, en p ri m avera, un encan ij amiento de l a vegetaci ó n confi ri é n ­
d o l e u n aspecto arbu stivo a fi nes de pri m avera (fotos en color fuera d e tex to I I ) .
L as hojas, d e u n verde amari l lento, q uedan pequeñas, cri sp adas, pre sentando
e n e l l i m bo zonas bronceadas en las vari edades tin tas, con borde adelg az ado que se
necrosan en la fase ú l ti m a antes de la desec ación de l ram o .
L as inflorescencias pre sentan u n porte erguido, en l a florac ión s e corren y se
desec an .
En la su perficie de los b razas o de las cepas m uertas se pueden observar zon as
grisáceas o negruzcas, de aspecto abo l l ado, que corre sponden a las peritecas; al
corte se observan necrosi s sectori ales bien deli mitad as, pardas y de consistencia
dura.
E ste decaimiento se agrava de año en año, provoca l a muerte del brazo y poste ­
riormente de l a cepa. E s ta e n ferm edad c o ns ti tu y e u n a a m e n az a g ra ve p a ra l a
perenni dad de l as cepas en u n v i ñedo. E sta amen az a concierne a todo el conj un to
de v iticul tores ya que l a enfermedad puede propag arse lejos de u n foco existente,
n o m uestra sig nos h asta varios años más tarde y puede red uci r considerab lemente
el potencial de producción y el ú ti l de trabaj o de los v i ti c u l tores. Es difíci l p ara u n
v i ticul tor ponderar el riesgo de esta enfermedad ya que s u s efectos n o s o n ful mi ­
n a n tes, son lentos y p rogresi vos.

4 . 1 .2. Biología de la eutipiosis


E l hongo respon sable de la eutipiosis es Eutypa lata que se pre senta habi tual­
mente e n su form a sex uada prod uciendo ascosporas. Pero e xi ste tam b i é n una
forma asexuad a del hongo (Libertella b lepharis).
La conservación del hongo se real iza en form a de peri tecios sobre las m aderas
debilitadas de l os brazos y del tronco: estos peri tecios pueden perm anecer férti les
duran te 4 a 5 años, i ncluso so bre l as m aderas muertas.
L a diseminación de las ascosporas l i beradas por los peri tecios con motivo de
u n a l l u v i a, está garantizada por el viento que las transporta hasta grandes d i stan­
c i as (60 km). Las e sporas se deposi tan e n l as heri d as de poda y ahí germ i n an .
L a infección s e l leva a cabo por e l m icelio n ac ido d e l a germ i n ación. L lena
p rogresivame n te los v asos de l e ñ o y l o s tej i d o s ad y acen tes de sarro l l an d o una
necrosis sectori al . E l hongo e m i te u n a tox i n a, la eutyp ina, que está i m p l i cada en l a
ex pre sión de l o s sín to m as y en el decai m i en to . Pero l a p l an ta resi ste a la progre­
sión del m ice l i o de u n a manera vari able seg ú n la sen si b ilidad de la variedad.

4 . 1 . 3 . C ircu nstancias favorecedoras

4. 1 .3. 1 . Sensibilidad de las variedades

L as vari edades se n sibles (ugni b l anc, cabernet sauvignon, che n i n o c i n saut)


son i nvadi das y se m arc hi tan m ás rápidamente que las variedades to lerantes ( mer­
lot o riesl i n g ) . A lg u n as v aried ade s que hospedan el hongo p ueden expre sar u n a
toleran c i a e n deter m i n adas c o n di c i ones, c o m o l a garnacha, o la cari ñ e n a , o l a
syrah.
394 MANUAL DE VITICULTURA

4. 1 .3.2. Receptibilidad de las variedades sensibles en función de la época


de la poda
Se observan muy fuertes contaminaciones en dicie m bre y después una recepti­
vidad decrec i en te h asta el desborre . En los i nstantes que siguen a la poda , la vid no
ofrece n i ng u n a b arrera a la p e n e tración de l as esporas, p e rm a nece re cept i ble
d urante 40 d ías a l rededor de d i c i e m bre , 20 d ías e n fe brero . Pero e n l a s horas
si gui entes a la poda, la vid de sarro l l a fenómenos de defensa medi a nte la formación
de ti l as y la producción de gom as, en los pri meros m i l ímetros de l a heri da . E stas
sustanci as obstru yen p rogresivame n te l os vasos constituyendo u na barrera mecá­
nica que i m pide la penetraci ón de l as esporas del hongo. Por debajo de esta zona la
p l anta produce co mpuestos fenóli cos, fun g i tóxicos, que i mpiden la penetración de
la euti p i osi s. Estos co mpuestos fen ó l icos son m ás abundante s e n las variedades
to lerantes. La evo l u ción de l a recepti bi li d ad e s modul ada por una m ic ro fl o ra
saprofi ta ( b ac teri as, hongos, levaduras) q ue co loniza l as heridas de poda y cuya
ausencia favorece la i nvasión por la eutipiosis.

4 . 1 .3.3. Estado de las plantas


L as v i des débi les son m ás sen sibles y se m arch i tan m ás rápidamente q ue las
p l an tas v igorosas, aunque éstas m an i fiesten m ejor los síntom as.
L as contamin aciones p ueden de berse :
- a d ifere n te s causas, pud i e n do ser el ori gen tanto u n debi l i tamiento de la v i d
(asfi x i a radi cular, carencia m i neral, fi totoxicidad d e los herbicidas, efectos
de l as he l adas) , como de u n au mento de la recepti vi dad de l as cepas por pro­
liferación de tej idos cicatri c i ales (abo l l aduras y crown gall) después de l as
heladas de i nv i ern o ;
a modificaciones d e l si stem a de conducción q u e hayan provocado heridas
i mportan tes ( adaptación a la vend i m i a mecani zada , poda por desc abezado) ;
a prácticas de poda:
• m u tilan tes (recorte abusivo de los brazos con retorn o sobre u n p u lgar
n acido de l a m adera v iej a, enrasado de l as heri das de poda e n los brazos
con herrami entas pote n tes de pod a asistida);
• contaminantes por la n o supre si ó n de los brazos m ue rtos o n o e stracción
de las cepas muertas;
• favorab les a La receptibilidad de l as heridas de poda por i n te rvenciones
precoces de poda ( a parti r de diciem bre, mo mento en q ue la receptividad
es m áx i m a) o que no respetan los principios de poda (elección de p u l g ares
en la m adera v iej a);
a la recon sti tución m asiva del vi ñedo de u na región, con u na proporción m ás
i m portan te de variedades se n si bles y ade m ás el e nvejeci m ie nto general de
ese v iñedo; esto es lo que se produj o después de la crisi s fil oxé rica de fin a les
del siglo XIX con la apari ción de decaim i en tos i mp ortante s e n C hare n tes en
los años 1 920, l l a m ada entonces enfermedad de los brazos m ue rtos y que se
ha producido de nuevo actu almente .

4. 1 .3.4. Factores del medio


L a p resencia de m aderas muertas en e l v i ñedo y, so bre todo, de gran cantidad
de cepas ex puestas a l a i nte m perie con sti tuye n un pe ligro como fue nte de i nócu lo.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 395

Las contaminaciones son tanto más masivas si l a región está en monocul tivo vití­
cola con variedades sensibles y las condiciones climáticas son favorables a las
contaminaciones (pluviometría y viento).

4.1 .4. Protección contra la eutipiosis


La eutipiosis es una enfermedad que no se trata. Los medios de intervención
están encaminados esencialmente a reducir l as fuentes del inóculo, a evitar l as
contaminaciones, a regenerar las plantas enfermas al principio de la man ifestación
de los síntomas y, en lo sucesivo, a l imitar la incidencia de las contaminaciones
sobre la perennidad de la cepa.

4.1.4.1. Reducir las fuentes del inóculo


Supri miendo y quemando todas las maderas muertas (cepas, brazos), elimi­
nando l a cantidad de cepas expuestas a la lluvia, incluidas en ellas l as cepas uti l i ­
zadas como madera d e calefacción. L a l i mpieza d e las viñas debe hacerse antes
de la poda para eliminare el i nóculo y después de la poda para eliminar l as made­
ras de dos años y los brazos. Estas medidas deben ser hechas por todos los viti ­
cultores para tomar e n cuenta e l transporte d e l as esporas a largas distancias . S e
deben establecer campañas d e comunicación entre varios v iñedos y acciones
colectivas de l impieza de las viñas, bien por iniciativa comunal o de los sindicatos
vitícolas .

4.1.4.2. Evitar las contaminaciones


- En principio podando l as variedades sensibles lo más tarde posible y e n
tiempo seco: «taille tüt, tail l e tard, rien n e vaut l a tai11e d e mars», dice e l
refrán;
cui dando los despampanados a fi n de disminuir l as heridas de poda en
i nvierno, especialmente en l as viñas jóvenes;
- limitando la i mportancia de las heridas de poda, eligiendo l as maderas de
poda prioritariamente sobre varas y pulgares de dos años, haciendo las heri­
das de poda siempre al mismo lado de los brazos, eligiendo l as varas y pul­
gares en el sentido de la fila ... ;
protegiendo todas l as heri das de poda con u n fungicida, Escudo, com­
puesto por flusilazol y carbendazima, i nmediatamente después de l as ope­
raciones de poda. Este producto que tiene una penetración rápida y pro­
funda en l a m adera, proporci o n a u n a protección a la vez mecáni c a y
química. Se apl ica antes del estado B , con un pincel (2,5 1/ha para 50.000
heridas de poda), con una muñequi l l a (2 l/ha para 50.000 heridas de poda)
o bien con una pequeña p istola unida a una podadora neumática ( 4,5 l/ha
para 50.000 heridas);
o interviniendo lo más rápidamente posible después de cada operación que
haya provocado heridas en l as cepas, utilizando una especial idad comercial
Vilfocobre, asociación de 60% de caldo bordelés y de 25% de folpel, con un
1 5 % de adi tivos. El producto que se presenta en forma de pol vo moj able, se
apl ica medi ante pul verizador, según un programa que necesita tres trata­
mientos al menos: al finalizar l as operaciones de poda (5 ó 3 kg/ha según el
396 MANUAL DE VITICULTURA

nive l de ataque de euti piosi s y la se nsi bi l i dad de la variedad ) , a l fi n al del


despam panado (3 kg/h a) , 3 a 4 días después de l as ven d i m i as mecan izad as
(5 ó 3 kg/ha). S e recom ienda completar e ste p rograma c o n dos aplicaciones
a 3 kg/ha, u n a al fi nal del cuaj ado, el otro en e l envero. Estos tratam ien tos
con Vi l focobre perm i ten proteger las cepas sanas, detener l a morta l idad rela­
cio n ada con la eutipiosis en 2 ó 3 años y hacer desaparecer los síntomas en 3
a 5 años. Como los efectos del producto no son curativos y l a enfermedad
p uede reaparecer, conv i ene renovar cada año el program a de tres ap li cacio­
nes.

4.1 .4.3. Regenerar las cepas mediante descabezado al com ienzo de la


man ifestación de los síntomas

Como l a p arte e n fer m a no se p uede c u rar, es necesario cortar l a . Actu a l ­


m e n te e l d esc abezado ( corte d e l tron c o a r a s d e t ie rra) e s l a ú n i c a m an e r a de
reg e n er a r un a p l an t a a t a c a d a de e u t i p i os i s . P a ra e l l o c o n v i e n e , e n p r i m e r
l ug ar, a co m i e n z os de l a vegetación ( m ay o -j u n i o ) , i d e n t i fi c ar l o s pri m e ro s
sínto m a s de l a e n fe rm ed ad e n l a s cep a s y m arc ar l a s . E n e l m om e n to d e l de s­
p a m p a n ado c o n v i e n e m an te n e r u n c h u p ó n por c e p a m a rc ada, si tu ado lo m ás
b aj o posi b le en e l tro n c o con e l fi n de tener m ás posi b i l i d ade s de q u e e sté por
d e b aj o d e la p arte c o l o n i zada por el m i ce l i o . E n el i n v i erno se corta el tro n c o
por e nc i m a d e l c h u p ó n y l a cepa s e r á refo r m ad a a p art i r de e se c h u p ó n . L as
heri d as de p od a se tratan i n m e d i a ta m e n te c o n Esc u do, a n o ser q ue l a o pe ra­
ción se h ag a en el pe ríodo de l loros, e n c u y o c a so la protec c i ó n de la herida e s
i n ú ti l . L as m aderas proceden tes d e l d e sca bez ad o se q u e m a n y se c o loca u n
t u tor para g u i a r e l n u evo tro n c o . C u a n d o n o s e a posi b l e e l descabezado, por
fal t a d e p á m p a n o s e n los tro n c o s , e s preferi b le arran c ar l as cepas e n ferm as y
re p l a n t ar.

4.1 .4.4. Plantar clones tolerantes o plantas resistentes sobre portainjertos que
les proporcionen una sensibilidad menor

Trabajos de biotecnología (regeneración in vitro a p artir de tej idos o de cé l u ­


l as) han d ado ya l ugar a l n aci m i e n to d e p l antas de ug n i bl anc tolerante s a la euti­
piosi s , por el momento e n cu rso de test en el campo . Un progra m a de i nvestiga­
ción, i ni ci ado por l a sociedad M arte l l en Cog n ac , basado en l a i n geniería genética
busca obtener p l a n tas resi sten tes por i n troducción en l as cél ul as de vid, genes que
i nduzcan un a resi stenci a a Eutypa lata.

4.2 . Yesca

La yesca es la enfermedad más anti gu a de la vid. Es debida a varios hongos


q ue se desarro l l an e n la m adera y que dan sín to m as com unes. Se observa u n a
forma d e evolución lenta q u e s e m anifie sta por u n debil i tamiento progresivo con
síntomas en l as hojas y una forma apopléctica de evolución rápida haciendo q ue la
cepa m uera en verano e n algunas horas.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 397

4.2.1 . Síntomas

4.2. 1.1. En su forma lenta


En verano se observa la aparición de manchas amarillentas, o roj i zas, según l as
variedades que progresan hacia los nervios y que contrastan con el verde del l i mbo
restante en el borde de los nervios. Pueden aparecer necrosis marginales y producir
progresivamente la desecación de las hojas de la base quedando l as extremidades
generalmente verdes. La cepa tarda varios años en morir.

4.2.1 .2. En su forma de apoplejía


Se observa una desecación brutal y la muerte de algunas cepas aisladas, durante
el período de grandes calores de verano, frecuentemente después de una l luvia. Las
hojas se ajan, los racimos se marchitan dando l ugar a la pérdida de la cosecha y los
sarmientos no se agostan . En invierno los sarmientos tienen un tinte gris azulado y
están completamente secos. En caso de ataque grave la cepa puede rajarse.
B ajo la corteza de los brazos y de los troncos se puede, entonces, observar una
coloración parda que se extiende de arriba hacia abajo. Un corte transversal del
tronco permite ver, en el centro, madera amaril l a o blanca, careada (yesca), desme­
nuzable, oliendo a hongos, rodeada por una orla de madera oscurecida que con­
trasta con la zona de madera sana.

4.2.2. Causas de la enfermedad


Hasta 1 970, la yesca se atribuía a dos hongos, Phellinus ignarius y Stereum hir­
sutum. Posteriormente, trabajos de i nvestigación han permitido la identificación de
otros hongos, aislados en l as necrosis pardas y duras (Phaeoacremonium aleo­
philum, P. chlammydosporum, Eutypa lata) y en las necrosis claras y blandas (Phe­
llinus punctatus). Estos trabajos no han permitido afirmar si estos hongos eran res­
ponsables de la enfermedad. Lo que sí es seguro es que esos hongos penetran por
l as heridas de poda y por l as heridas hechas en e] tronco con l as herramientas, colo­
nizan después los tej i dos desarrollando su micelio en los brazos y tronco, i mpi­
diendo la circulación de la savia y provocando la mortal idad de las cepas.

4.2.3. Condiciones de desarrollo


La humedad en primavera favorece el desarrollo del parásito. Al principio del
verano los vasos leñosos afectados no pueden satisfacer las exigencias en agua del
fol l aje; se produce una ruptura de l a alimentación hídrica, l o que causa la deseca­
ción de l as hoj as . Las viñas jóvenes no presentan generalmente síntomas ya que el
crecimiento del vegetal es más rápido que el del micelio. En l as viñas de más de
diez o doce años de edad, el micelio i nvade progresivamente la madera.

4.2.4. Protección contra la yesca


Ante todo hay que evitar hacer grandes heridas de poda y heridas en el tronco.
Los troncos enfermos deben ser arrancados y quemados. Deben tomarse l as mis-
398 MANUAL DE VITICULTURA

m as prec auciones que para la eutipi osi s para l i m i tar el i nóculo y evi tar las conta­
m i n aciones.
L as heridas de pod a pueden p rotegerse por medio de un tratam i en to con arse­
n i to sódico , a la dosi s de 1 .2 50 g ramos por hectó l i tro de caldo. Las espec i a l idades
comerci ales dos i ficadas a 250 g/l (Pyral Rep Fort, Pyra l u m n o l 2000 , Pyralesca
RS) se emplean a 5 l/hl , l as de 200 g/l (Pyral Rep) a 6,25 l/h l y las de 3 00 gil (Pyral
dab le) a 4,2 l/h l . L a ap li cación se hace a l menos 1 0 días despué s de J a poda y lo
m ás tarde de 2 a 3 semanas, antes del desborre, e n ti empo seco por medio de un
p u l verizador provi sto de un cono estrecho o con un p ince l . El tratami e n to se rep ite
dos i nv iernos con secutivos. Estos tratamientos son tóxicos, presentan riesgos a l a
vez para e l hom bre que hace e l tratamiento y para e l medio (suelo, ag u as d e super­
ficie) . Para el operar io , conviene evitar todo contacto con el p rod ucto l levando
guantes y m ascari l l a y l avándose cuidadosa me nte . Para el medio h ay que emplear
pantallas recuperadoras. La tox ici dad de este producto d ura u n d ía.
El E scudo u t i l i z ad o p ara p roteger l a s heri d as co n tra la e ut i pi osi s ha sido
obj eto , en 1 996, de u n permiso o b l i gatorio de auto riz ación de venta para ser uti l i ­
zado tam bi é n c o m o trata m i e n to para l a yesc a .

4.3. Pod red um bre radicu lar


La podredum bre e s una enfermedad parasi tari a debida a hongos q ue se desa­
rro l l an en las raíce s.

4 . 3 . 1 . Síntomas
L a enfermedad se presen ta e n m anchas e n las p arcelas, algu n as zonas p re sen­
tan una vegetación débi l , brotes cortos, hoj as peq ueñas y c l aras. L as cepas pueden
presen tar a finales de verano u n e nroj ec i miento o una flave scencia aco mpañ ados
de un mal agostam iento . E l debi li tamie n to avanza progre sivame nte y alcanza a las
cepas vec i n as mientras que las pri meras se m architan y m ueren en verano .
S ep arando l a base de l tronco y sacando al aire l as raíces gruesas, s e observa u n
franq ueami en to del i njerto y, baj o las cortezas, masas de mice l i o b lanquecinas m ás
o menos conti n u as con olor fuerte a hongo .

4 . 3 . 2 . Causas y desarrol lo de la pod red um b re rad icu lar


A rm illariella mellea es el hongo respon sable de l a podredum bre de l a vid y de
l os árboles frondosos . Esta especificidad p arasitaria explica por qué los ataques de
podre d u m bre sobre desbroces de resi n osas ( atacadas por A. obscura) son m ás
débi les que so bre de sbroces de árboles fron dosos, frutales o fore stale s. El parási to
aparece frecuente me nte en p lantaciones j óvenes, en suelos húmedos con su bsuelo
i m permeable, so bre todo después de u n a roturación de talas, de árboles frutales, de
vid o de leg u m i nosas. Las pl an tas procedentes de viveros i n fectados i n troducen la
e nfermedad en el v iñedo.

4 . 3 . 3 . Protecció n co ntra la podredumbre rad icular


An te s de la pl a n tación, h ay que e l i m i n ar e l m áx i m o de raíces y dej ar descansar
el suelo haciendo c u l ti vos an uales, especi al m e n te cebada, durante un m ín i m o de
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 399

cu atro o cinco años después del arranque de u na v i ñ a enfe rma, y de ocho a di ez


después del arranque de grandes árbo les si e l d i agnóstico de arm i l l ari a es positivo.
Desgrac i adamente los v iticu l tores se apresuran a p l an tar y se exponen a una conta­
mi nación rápida de su viñedo.
L a desi n fección del sue lo se h ace con u n producto que con ti ene m eta m sodi o
(E saco) q ue tiene u n doble efecto : es eficaz directamente contra l a podredu m bre,
pero tam bién tiene u n efecto i n d i recto al preservar e n el suelo u n enem ig o n atural
de l a podredu m bre, u n hongo del género Trichoderma que con ti n ú a la acción del
fun g i c i d a . La s m od a l i d ades de apl icación de este producto se p re se nta n e n l a
parte 2 , capítulo 1 .
L a desi n fección también puede hacerse con u n producto a base de tetrathi oc ar­
bo n ato (Enzone) q ue se transform a en el suelo en sulfu ro de carbono .

4.4. Pie negro


Desde h ace u n a tre i n te n a de años, el pie negro afecta periód i ca me nte a los
v i ñedos j óvenes, so bre todo a v i ñedos de C ham pagne y de C og nac . Las manifesta­
ciones de esta enfe rm edad tienen u n a extensión geográfi c a l i m i tad a .

4.4. 1 . Síntomas
El pie negro afecta ú ni c am ente a v i ñ as jóvenes, l o m ás frecuente de 3 a 8 años,
que se m architan p resentando los síntomas sigui entes:
en l a parte aérea, reducción del desborre , desecación bru tal duran te el perío­
do vegetativo ( apop l ej ía) , debi l i d ad de l as cepas y m ortal idad;
en e l arranque , l as p l an tas afectadas p re sentan dos p latil los de raíces, uno
superficial y rastrero, que todav ía está vivo en plantas debili tadas mien tras q ue
en l a base del portainj erto el segu n do nivel está muerto ; debajo de la corteza
del p rotainjerto se observa una necrosi s parda m ás o menos i mportante ;
en las parce l as, el reparto de pies m uertos es a leatorio, con u na m ortal idad a
veces por m anchas o en l íneas.

4.4.2. Causas y facto res que la favorecen


La necrosi s del talón del portai nj e rto se debe a la penetrac ión por efracción de
un hongo, Cylindrocarpon destructans, que es un pará sito debi l i tante que se i n s­
ta la en p l antas que hayan sufrido previ amente un estrés. No es l a úni c a c ausa del
debi litam en to ya q ue su poder patógeno n o le perm i te i n stal arse en una p l anta q ue
ten g a toda su c ap acidad de re acci ó n . La m an i fe staci ó n del pie n egro está l igada a
varios factore s favorecedores:
la compactación excesiva de suelos, n atural o provoc ada por los trabajos de
preparación d e l suelo antes de l a pl antación ( n i ve l ación , paso de grandes
m áq u i n as, desfonde) . Estos trabajos re alizados en período i nvern a l h ú medo,
en suel os de ten denci a hi dro m o rfa, en trañarían una asfi x i a radi cu lar con
difi c u ltades de i n stal ación y funcionamiento de l as raíces;
el vigor excesivo de l as p lantas sería u n factor agravante al aumentar sus
necesidades a l i menticias;
la desin fección del suelo reduce los riesgos del pie negro;
400 MANUAL DE VITICULTURA

- las aportaciones de estiércol en abonados de fondo parecen favorecer a la


enfermed ad ;
- alg unos portai njertos so n m ás sen si b l es ( 1 40 R uggeri , R S B 1 ) .

4.4.3. Pro tecció n contra el pie negro


Son pri n ci pal mente las i n te rvenciones del viticultor l as que debe n ser m ej or
pen sad as p ara l i m i tar la aparición del pie negro :
- efectuar las labores de preparación del terreno en suelo secos y evi tar su
com p actación ;
- h acer e n período seco u n su bso l ado de suelos que teng an tendencia a com­
p ac tarse;
- evitar las práctic as de p l an tación que frenen el desarro l lo del siste m a radicu­
lar como, por ej e m plo, la p l an tación con tal adradora o ahoyador en suelo
com pacto h úmedo ;
- prever un drenaj e de las parce l as h ú m edas;
- desi n fectar so lamente l as parce las e n las que es seg ura la prese ncia de en tre-
n udo corto o dej ar descan sar e l suelo varios años.
E n l as v i ñ as que se descubre e l pie negro, se pueden hacer l abore s profundas
con arados de p ú as e n período seco y completar e sta preparación h aciendo grandes
hoyos, preferen te me n te an tes del i nvierno p ara conseg uir u n buen desmen uzado
de l suelo. Si hay muchas p l an tas afectadas, e s preferi ble hacer u n arranque co m ­
pleto y preparar e l suel o e n buenas condiciones.

5. E N F E RMEDADES BACT E RI ANAS

L as e nfermedades bacteri anas de la v i d tienen un desarro l l o loc al i z ado y espo­


rádico pero sus efectos son graves. Actu a l mente se di stin g ue n tres e nfermedades
bacteri anas:
- l a necrosi s bac te ri ana o enfermed ad de Oleron p rovocada por Xilophylus
ampelin us;
- l a agall a de l a coro n a y las verrugas p rovocadas por agro bacteri as;
- la en fermedad de P ierce debida a u n a b acteria deno m in ada Xylella fasti-
diosa, We l l s y o tros.

5 . 1 . N ecrosis bacteriana de la vid


Esta e n fermedad fue descri ta e n 1 89 5 por Ravaz a p arti r de o bservac i on e s
hechas en la i sla de Oleron, de donde procede el no m bre de enfermedad d e O lero n.
Esta enfermedad qu e s e desarrolló en varios focos en e l S u r de Francia, desapareció
h asta 1 960 . Actualmente se l a encuentra en Franci a en los Pirineos Orientales, l a
Aude y en l a C harente-M ariti me . Tam bi é n exi ste e n España, Grecia y Á frica d e l S ur.
E sta enfermedad puede e ntrañ ar pérdi das i mportante s de cosecha en las p arce ­
l as m ás atac adas, com o ocurri ó en C h aren te s en 1 994, en donde l os re ndi m i en tos
baj aron a 35 h l/ha en lugar de 1 00 a 1 30 h l/ha habitu almente .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 401

5 . 1 . 1 . Síntomas
Las yemas y los b ro tes jóvenes con ta m i n ados poco después del desborre a p ar­
tir de heridas de poda, ti enen u n desborre i rreg u l ar y unos brotes endebles con u n a
co loración roj iza, algunos brotes s e desecan y muere n .
L o s b ro tes jóvenes más g randes ( c i n co hoj as y m ás) , c o n t a mi n ados a través
de l o s vasos, p re se n tan se ctori a l m e n te un e n roj ec i m i en to y u n a l i gera h i nc ha ­
zón d e l os tej i dos q ue s e agri e tan y desp u é s se necrosan . E s ta n ecrosi s l o ng i tu ­
d i n a l de t i n te n egro ( o m arrón ) de l o s brotes e n crec i m i en to e s c arac terísti co de
l a e n ferm e d ad . A fi n al e s de j u n i o , la co n ta m i n ac i ó n de l o s p á m pa no s progresa
d e a b aj o a arri b a con la apari c i ó n de los pri m e ro s s ín to m as a n i ve l de los
n udos, éstos esta l l an y se necrosan , y después se for m a n grie tas en los e n tren u ­
dos.
L as hojas p resentan d o s tipos de síntom as:
a l principio se obse rva una desec aci ó n de los bordes de l as hoj as;
un poco m ás tarde, cuando eJ fo J J aje en tra e n crec i m iento acti vo, se obser­
v an peque ñ as m anchas (2 m m ) d i spersas en el l i m bo , al pri ncipio de aspecto
aceitoso en el e nvés, necrosándose después por e l centro . Estos síntomas son
la con secuenci a de una conta m i n ac ión exte rna en el momento del e stal l i do
de los brotes.
Los botones florales se ennegrecen y se de secan .
D urante el verano, la e n fermedad conti n ú a desarro l l án dose y aparecen en los
sarm ien tos n ecro s i s p ard uzcas ( fi suras l o n g i tu di n a l e s ) ; el agosta m i ento de l as
m aderas es i nco m pl eto. A J co mi enzo de la vegetación al año siguiente el sarmiento
presen ta, baj o la cortez a, tejidos esponj osos y agri e tados.

5 . 1 .2. Causas de la necrosis bacteriana


La necrosi s bacteri an a e s de bida a una bacteri a, Xylop h ilus ampelin us, q u e se
con serva en l a m adera v i va y tam b i é n d urante c i nco o sei s m e ses en l as m aderas
de poda abandonadas en el sue l o . L as fuen tes de con tami nación son m u y d iversas:
los l loros, l as heri das de poda fre scas y m oj actas por l as l l u v i as, las heridas de los
brotes de bidas a los despun tes, l as l abore s del sue l o , la i nu n d ación , l as necrosis de
l os p á mp anos i n fectados, l os i nj ertos, l os i nstru mentos de poda .
L as bacterias s e desarrol lan en l o s espacios i n tercel u l ares y desorg an i z an l as
c é l u las por secreción e n z i mática. C i rc u l an en la p l a n ta a través de los v aso s,
pudiendo obstru irlos. Los sínto m as no siempre aparecen con la m i sm a i n tensidad
y p ueden ser i nexiste n tes aunque l as cepas estén contam i n adas.

5 . 1 . 3 . Circu nstancias favo ra bles


La e n fermedad se desarro l l a en focos y no se m an i fiesta m ás q ue en ciertas cir­
cu nstancias relacionadas con e l c l i ma, e l sue lo, l a sensi bi l idad de las variedades y
Jas téc nicas de c u l tivo.

5 . 1 .3. 1 . Clima

Invi erno y pri m averas l l uv i osas favorecen la enfermedad mientras q ue en años


secos experi menta u n a regresió n ; el v i e nto asegura e l tran sporte de l as bacteri as.
402 MANUAL DE VITICULTURA

s�t.3.2. Suelo
S uelos pobres, poco férti les, apelmazados, ácidos, asfixiantes.

5.1.3.3. Sensibilidad varietal


Las más sensibles son: garnacha, v iura, bobal, ugniblanc, alicante y bouschet.
Medi an amente sensi b l e s ; tempran i l lo , graci ano, tinto de Madri d , card i n al ,
rosetti, che l va, mourvedre, moscatel d e Alej andría. Poco sen sibles: mazuela,
monastre l l , malvasía, messeguera, Pedro Xi ménez. Entre los portainjertos, el
Fercal es sensible.

5.1.3.4. Técnicas de cultivo


la poda hecha en el momento de los l loros sobre sarmientos enfermos favo­
rece l a transmisión de la enfermedad por los i nstrumentos de sierra (tijeras,
sierras, etc . ) ;
l o s sarmientos triturados o enterrados e n el suelo son reservas d e bacterias
durante cinco a seis meses;
las inundaciones tardías de viñas plantadas sobre p ies francos aseguran el
transporte de l as bacterias procedentes de maderas trituradas y de los l loros
y hacen más receptivas a l as vides al asfixiar sus raíces al principio de l a
vegetación;
l a utilización de i njertos contaminados es sin l ugar a dudas l a causa de la
creación de nuevos focos;
el abandono total de los productos cúpricos está en relación con el recrude­
cimiento de la enfermedad;
las labores del suelo cortan raíces contaminadas lo que permite la disem l. na­
ción de las bacterias en época de l l uvia;
la recolección mecani zada.

5.1 .4. Medios de lucha y protección


La l ucha se basa esencialmente en métodos preventivos para evitar la creación
de focos y l i mitar la extensión de la enfermedad. El primer método consiste en no
uti lizar nada más que i njertos y plantas sanas en el momento de la plantación del
viñedo y en la reposición de marras. En las zonas contaminadas, los viticultores
deben seguir las siguientes recomendaciones:
- al ser el período de vendimias un período muy favorable a la diseminación de
la enfermedad, conviene, en el caso de vendimias mecanizadas, comenzar por
l as parcelas aparentemente sanas, lavar las máquinas vendimiadoras utilizando
una gran cantidad de agua, desinfectarlas con un producto enológico dorado o
bien a base de peróxido de hidrógeno, y aclarar cuidadosamente después;
podar durante el período de reposo y desi nfectar los instrumentos de poda
con alcohol o lejía;
eliminar y quemar los brazos enfermos, las cepas muertas y los sarmientos;
l i mitar el uso de instrumentos que lesionen la planta; no triturar los sarmien­
tos, evitar l os despuntes tardíos después del envero, no utilizar prepodadoras
ni rotovator;
Carencias

1 . F l avesce n c i a potás i c a . 2 . F l avescen c i a potá s i c a . 3. Pardeado sob re v i d jove n de cabernet


sauvign o n . 4. S íntomas ele pardeado. S . Carencia de magnes io. 6. Carencia d e manga neso en
cabernet sauvignon.
Accidentes fisiológicos

1 . « Fol letage» en vid conducida en a l to. 2 . Seq u ía. 3. E n rojec i m i ento por asfixia. 4. Decaimi ento
por asfi x i a rad i c u l a r. 5 . Corri miento y « m i l lera ndage » . 6. Desecación del raspón.
Accidentes cl imáticos

1 . Daños por hel adas de pri mavera. 2 . Verrugas. 3 . l l eladas de oto ñ o . 4 . Daños por gra n i zo .
5.V i ñas m u y bajas en la i s l a de R é (protecc ión contra vientos mari nos) . 6 . V i ñas descal zadas
después de los grandes fríos de i nvierno (t � 2 5 ºC en Anato l i a Centra l, Turqu ía).
Clorosis

1 . C l o ros i s en Chare ntes. 2 . Síntomas en h oj as en pri mavera. 3 . Amari l leam iento del l i mbo y
nervios verdes. 4. Escoba de b ruj a. 5. [stado cottis. 6. Reverdecimiento del l i mbo a n ivel de los
p u ntos de i mpactos después de u n tratamiento con sulfato de h ierro.
Fi loxera y virus

1 . Aga l l as fi l o x é r i c a s e n h oj a . 2 . F u n d ad o ras, l arvas y h u evos de fi l o x e ra e n u n a aga l l a .


3 . rasc i ac iones e n car i ñ e n a . 4 . Progresi ó n d e entrenudo-corto e n u na paracela y s íntomas del
j aspeado en el borde de l a zona de morta l i dad. S . Síntomas de jaspeado. 6. Síntomas de corky bark.
Decaimientos

1. Eutipiosis. 2 . Eutipiosis. 3. Yesca: síntomas en hojas. 4. Yesca. 5 . Apoplejía. 6. Yesca en el tronco.


Enfermedades de las hojas y de los racimos

1 . Excoriosis en ramo en primavera. 2 . Excoriosis e n sarm iento en i nvierno. 3 . S íntomas de m i l d i u


en la cara superior de l a s hoj as . 4. S ín tomas d e m i l d i u en la cara i nferior d e las hojas. 5 . M i l d i u,
mosaico. 6. Oíd io en grano verde.
Plagas y enfermedades

1. O íd i o e n gra n o s . 2 . Pod red u m b re g r i s e n h o j a s . 3 . Pod red u m b re g r i s e n i n fl o resce n c i a .


4. S íntomas q u e reve l a n la p resen c i a de arañas amari l las. 5 . Aspecto plom izo e n p resen c i a de
ácaros. 6. Arañas amari l l as.
Fotos: Alain Reynier
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 403

- evitar las inundaciones tardías;


tratar con cobre, a condición de preservar para conseguir su eficaci a:
• después del paso de la vendimiadora tratar, con un retraso máximo de 4 a
5 horas, con un caldo a base de 400 g de cobre por hectólitro (o con caldo
bordelés al 2%);
• después de la poda: caldo bordelés al 5 % (ó 1 .000 g de cobre/hl ) ;
• a partir d e la h inchazón d e yemas, apl icación d e caldo bordelés al 2 %
(400 g d e cobre/hl ) ;
•e n el estado tres hoj as: caldo bordelés al 2%;
• durante el período vegetativo: anti-mildiu cúprico.

5 . 2 . Verrugas y agallas de la corona (crown-gal/)


Las verrugas y el grown-gall son enfermedades que se mani fiestan por excre­
cencias tumorales, i nducidas por bacterias del género Agrobacterium.
E l crown-gall o agalla del cuello se manifiesta en viveros y en v iñas en pro­
ducción:
- en viveros algunas plantas, que albergan bacterias, pueden presentar tumo­
res más o menos discretos a n ivel del talón, del punto de injerto o de las raí­
ces de portainjertos sensibles como el 4 1 B ;
- en viñas adul tas estos tumores se encuentran a nivel del cuello o del punto
de unión del injerto; después de una herida provocada por los instrumentos,
l as bacterias contenidas en los vasos de l as «plantas sanas portadoras» proli­
feran y desarrol lan tumores.
Las verrugas aparecen peri ódicamente como consecuencia de hel adas de
invierno o primavera; se manifiestan en el tronco y los brazos por una proliferación
anárquica de tej idos (tumores) del cambium y de los parenquimas bajo el efecto de
las agrobacterias albergadas y l iberadas por el estall ido de los tej idos helados.
Estos tumores revel an la presencia de una bacteria, Agrobacterium vitis en las
cepas contaminadas y que sobreviven en los vasos en estado l atente y que sólo
expresan sus propiedades tumorales después de haberse producido l as heridas.
A. vitis es un biovar de las poblaciones de agrobacterias, la más frecuente en l a vid
y di ferente del Agrobacterium tumefaciens que sobrevive en el suelo.
Los medios de l ucha tienden, en principio, a no utilizar más que material sano
(injerto y portainjerto) en las operaciones de multiplicación y plantación, habiendo
actualmente en estudio algunos métodos de detección. El tratamiento de l as made­
ras de multiplicación a 50 ºC durante 30 a 45 minutos permite eliminar l as bacte­
rias. En los vi ñedos ya contaminados, podar antes de los lloros, desinfectar los ins­
trumentos de poda y suprimir y quemar l as partes tumorales.

5.3. Enfermedad de Pierce


La enfermedad de Pierce, debida a una bacteria, Xylella fastidiosa, se trans­
mite por i nsectos. Esta enfermedad estaba circunscrita al continente americano
(Flori da, algunas zonas de Cal ifornia, Venezuela, América Central). Reciente­
mente ha sido señal ada en Yugoslavia ( 1 996), después en Italia. Por ahora su pre-
404 MANUAL DE VITICULTURA

sencia no ha sido detectada en Francia, pero el riesgo de i ntroducción no está des­


cartado pues:
la vid ( V. vinifera, V. labrusca y V. riparia) no es la única planta huésped de
la bacteria que también se encuentra en almendro y alfalfa;
la enfermedad es vehiculada por insectos picadores-chupadores (cicadéli­
dos) que están presentes en el continente americano así como en Europa;
la transmisión de la enfermedad es posible también por vía vegetativa (esta­
qui l l ado, injerto) y a través de heridas.
Por eso esta enfermedad podría ser introducida por importaciones de material
vegetal . Para evitar este riesgo el material injertado debe ponerse en cuarentena y
hacer un test de detección de la enfermedad de Pierce y un tratamiento en agua a
45-50 ºC durante 3 horas.
Los síntomas se traducen por una necrosis marginal de las hojas y su caída pre­
matura. Los vasos del xilema de estas plantas son obstruidos más o menos por for­
maciones de gomas y ti los que perjudican el buen funcionamiento de los vasos que
conducen el agua en la pl anta. Esta enfermedad entraña un retraso en el creci ­
miento, una pérdida de vigor, un rendimiento bajo, así como l a marchitez de las
plantas. Xylella fastidiosa puede considerarse como un parási to debi l i tante ; la
enfermedad aparece a favor de factores de estrés (sequía, entrada en producción de
.
l as plantas jóvenes, superproducción en l as p lantas adu ltas . . . )
CAPÍTU LO 4

EN F ERMEDAD ES D EL FOLLAJ E Y D E LOS RACIMOS

1 . E xcorios is
2. B ren ner o e n rojecim iento pa rasitario
3. Oíd io
4. B lack rot
5. M ild iu
6. Pod redum bre gris
7. Pod redumbre ácida
8. Puesta a pu nto de la protecció n razo nada de u n viñedo

1 . EXCO RIOSIS

L a excori osi s, enfermedad m u y anti g u a, se encue ntra en todas las situaciones y


en tod as las l atitudes. Es debida a Phomopsis viticola.

1 . 1 . Síntomas
Los síntom as carac terísticos aparecen sobre los sarmien tos, en particul ar en su
base. En pri m avera aparecen puntuaciones negras o l esiones extendidas de color
pardo- m arró n , a veces con u n a estri aci ó n acorc hada que recuerda al aspecto de
u n a tableta de choc o l ate; a veces están coro nadas por lesiones d i scon ti n uas . E n
verano s e forma, a menudo, e n l a i nserci ó n d e l brote, u n abultam i e n to q u e se
agrieta longi tud i n al me n te , aco mpañad o , a veces, de un estran g u l a m i e n to de l a
m adera, h aciendo frág i l e l sarmiento . E n otoño l a corteza pre senta m anchas blan­
quecin as y p u n tu aciones negras. E n i nvierno l o s sarmi entos de l a m adera viej a se
caen y la cep a q ueda grave m e n te m uti l ada .
Las hojas pueden s e r afectad as y presentar m anchas pardas en el peci olo, los
niervios y e l l i m bo; éste queda pequeño, verde pálido o clorótico.
En Los racimos, l a enfermedad puede estar p re se n te e n e l raspón , p udiendo
cau sar u n a desecación parci al o total.
406 MANUAL DE VITICULTURA

A. Reynier
F igura 1
Síntomas de excoriosis en sarmiento.
1 . Puntuac iones negras y grietas en sarm ientos blanq ueados .
2. Picnid ios en la corteza del sarmiento.

1 .2 . Epidemiología de la excoriosis y daños


L a excoriosís pasa el i nvierno en l a s yemas de l a base de los sarm ientos, en
estado de micelio y en la corteza de los sarmi e n tos e n estado de picnidios. E n pri ­
mavera, con tie mpo h úmedo, el micelio de las yemas contami n a d irectamente al
brore a parti r de l de sborre, los picnidios de los sarmientos germ i n an y emi ten u n
fi lamento gelati noso espiral , llam ado c i rro . É ste contiene l as picnidiosporas agen ­
t e s de l as conta m i n ac i ones p ri m averales. L as picnidiosporas germi n an a s u v e z e n
e l agu a de l l u v i a e m i tiendo u n a prolon gación que ag uj e re a l a cutíc u l a o penetra a
través de herid as. D espués se desarro l l a u n m i ce l i o en los tej idos de l os órganos
contam i nados. E n otoño los pi c n i dios aparecen en l a superficie de los órg anos.
L as c o n se c u e n c i a s d e la e n fe r m e da d se m a n i fi e s t a n so b re t o d o a l año
siguiente; l as yemas de l a base de los sarmientos afectados no desborran . Los bro­
tes atac ados en su i n serción resi sten mal al v i e n to y a los golpes. Los que tienen u n
de sarrol l o defectuoso o q u e presentan g rietas en la base no p uede n conserv arse e n
l a pod a l o q ue provoca u n alargamiento de la cepa. L o s re ndi m ientos d e u n a v i ñ a
e nferma disminuye n a c ausa d e l aborto de u n cierto n úmero de ye mas. F i n alme nte ,
los i njertos contam i n ados pueden propag ar l a e nfermedad .

1 .3 . Condiciones de desarro l lo
Las esporas germi nan exclusivamente en el agua. E l desarrollo de la enfermedad
está sometido, por tanto, a la frecuenc i a de l as l l uv i as a co mienzos de la vegetación .
E l vigor y el ag rupamiento del follaj e que contri buyen a aumen tar la hu medad a
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 407

n ivel d e los órg anos, favorecen la enferm edad. Algunas vari edades son m un sen si­
bles (qrol leau , m u scade lle, c abernet-sauvignon, alfonso l avallée, cardinal ) y otras
son menos sen si b les (pinot-meuni er, cariñena, cin saut, merlot, sylvaner, ugni b l anc).

1 .4. L ucha contra la excoriosis


L a lucha se basa en to mar medidas profi lácticas para l i mi tar l a exten sión de la
enfermedad y de los tratamientos q u ím icos.
L as medidas profi l áctic as consisten :
- en usar i nj ertos sanos procedentes de las v i ñ as bien protegidas;
- en e l i m i n ar en l a poda l o s sarm ientos que te ngan l esiones;
- en e l i m i n ar los sarm ientos bl anqueados y q ue m arlos.
Los tratam i entos químicos tienen como fi na l idad tanto l a de strucción de los
picnidios si tuados en los sarm i e n tos an te s del desborre, como la pro tección de los
brotes jóvenes en tratami e n to de post-de sborre .

1 .4.1 . Tratam ien to de invierno o de pre-desborre


D espués de l a poda, pero como muy tarde dos o tres semanas antes de l desbo­
rre, apl icación de arsenito sódico a l a dosis de 625 g de arsénico por hecto l i tro . L a
p u l veri z ación debe ser abu ndan te (400 a 500 l/h a) y bien re parti d a . Conv i e ne
adverti r q ue e l arse n i to sódico es u n producto tóx ico, pel i groso para el hom bre y
los a n imales. Por lo tanto, h ay que m a ni p u l arlo con p recauc ió n . Para l i m i tar a l a
vez l a toxicidad y e l coste del trata m i ento, uti l i zar paneles rec upe radores.

1 .4.2. Tratam iento de primavera o de post-des borre


A lg u nos productos anti - m i l di u , especi a l me nte los productos org ánicos de sín ­
tesi s, son muy eficaces con tra la excori osi s sie m p re y cuando se uti l icen i n media­
tamente después del desborre y antes de las l l u v i as contami nadoras. S e aconsej a
efectu ar, con ti e m po h ú medo persi ste nte, un tratamiento e n el e stado C -D (30% de
y e m as en estado D ó 06) y otro en e l estado D - E (40 % de yemas en el e stado
E ó 09 ) . E ntre los fungicidas, el mancorzeb y el azufre moj able tienen u n a buena
efi caci a; tam bién pueden u ti l i z arse el propineb y e l fo l pe l . Este doble trata miento
pue d e ser ree m p l az ado po r u n trata m i e n to ú n i c o c o n foseti l -A l , hecho e n e l
estado D . S e aconsej a l a u ti li zaci ó n de paneles recuperadores de caldo .
D espués de tres años de tratamiento, la protección quím i ca con tra la excoriosis
ya n o es necesaria h asta que las condiciones climáticas se vu e l van particul armen te
favora bles al hongo. Después de dos pri m averas l l uviosas, los tratamientos de pri ­
m avera se re an udarán durante un año.

2. B RE N N E R O E N ROJ EC I M I E NTO PARASI TA R I O

E l bre n ner e s u n a enfermedad criptogámica debida a u n hongo, Pseudopeziza


tracheiphila, que se encuentra pri ncipalmente en Cha m pag ne, A l sacia y B orgoña.
408 MANUAL DE VITICULTURA

E n gran parte se ha vi sto favorecida por el no-c u l tivo del suelo que asegura la con­
serv ación del inóculo conten ido en las hoj as m uertas. E s u n a e nfermedad episó­
dica y, por lo tanto , la lucha es ú nicamente p reven tiva.

2 . 1 . Síntomas
En las hojas aparecen m an chas l ívi das que se p arecen a las de l m il diu pero sin
las eflorescencias b l an q ueci n as en la c ara i nferior. Estas manchas au mentan rápida­
mente , su coloración se acentúa m ientras que su centro se deseca progresivamente:
en l as vari edades bl ancas las m an ch as, en p ri ncipio amari llo l i món , están
con torneadas por una ban d a a m ari l lo cl aro y se vue lve n pard as;
en l as variedades ti n tas l as m anchas de un rojo i n tenso tienen el con torno
su brayado de un color púrpura a roj o v i ol áceo mientras q ue el centro pardea.
L as manchas están a men udo del i m i tadas por los nervios y ocupan u n sector
m ás o menos i m portan te del l i m bo . Las hoj as pueden desecarse e nteramente y cae r
pre maturamente, produciendo u n debi litamiento de l as cepas y alteraciones de l a
floración en casos de c aída p recoz.
En los rac imos, a veces atac ados, el bre n n er provoca e l c orri m ie nto y e l
« m i l lerand age» y , en l o s casos graves y precoces, l as bayas j óvenes s e desecan,
«aspecto de tabaco » , causan do una pérdida de cosecha.

2 . 2 . Causas y cond iciones de desarrollo


E l hongo, Pseudopeziza tracheiphila, vive en e l i n terior d e l o s vasos leñosos.
E n i nvierno vive como saprofi ta en estado de m icelio, en el i n terior de las hoj as
m uertas c aíd as al su e l o ; en pri m avera, l as fructifi caci o n e s ( ap oteci as) l i beran
ascosporas que aseg uran l a di se mi n ación.
La s contami naciones se produ c e n de u n a manera escalon ad a . C o m ie nzan a
parti r del estado tre s hoj as de la v i d, pero pueden con ti n u ar hasta j u l i o- agosto . L as
ascosporas proyectadas por el v i e n to sobre el fo l l aje ger m i n an con motivo de u n
período l l u vioso prolong ado, e l h o n go pe netra a través de la epiderm is. D espués
de un pe ríodo de i n c u bación de 3 a 4 se m an as, las m an chas aparece n ; su evo lución
hasta la desecaci ón dura todavía 2 ó 3 se m an as.

2 . 3 . Circunstancias favorables
Los factore s c l i m áticos j uega n u n papel esencial en l a i mportancia de los ata­
ques: i nviernos y pri m averas sec as, seg uidas de períodos hú medos y cáli dos, son
muy favorables para el hongo del e n rojeci m i e nto parasitari o .

2 .4. Med ios de lucha


L a lucha es p reven tiva. H ay que i n tervenir cuando los avi sos agrícol as l o reco­
m iendan, duran te el período de riego (de sde e l e stado tres hoj as hasta el cuaj ado)
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 409

para i m pedir la germ i n ación y la penetración de l hongo en los órganos. Esta pro­
tección preve ntiva, con ayuda de tratamientos q u ím icos debe, en a l gunos años, ser
contin u ad a d urante el verano.

2 .4.1 . Productos
- los fungicidas de contacto a base de mancozeb o de metiram zinc son uti l i ­
zables durante todo e l período d e riesgo. A l ser l i x iv i ab le s p o r l a l lu v i a, e s
necesario re n ovar el tratam iento despué s d e precipitaciones de 20 a 25 m m
de agua;
- Los fungic idas a base de bencim idazaL (be no m i lo) son m u y efic aces y n o
lavab les p o r l a s l l u v i as pero provocan la ap ari ción d e cepas resi stentes al
m i l d i u y están sometidos a u n a reg lamen tación severa en m ateri a de re si­
duos. L a uti l i zación sól o es posi ble antes de la floració n ;
- ciertos fungic idas a base d e !BE ( i n hi bidor de l a biosín tesi s d e los estero les)
son efic aces con tra el brenner (di fe noconazol, fen buconazol , fl uzi l az o l ). No
son lavables por l as l l u v i as.

2 .4.2. Estrategias
Conviene cubrir el fol l aje de una m anera p recoz (desde el estado 3 hoj as) y
conti n u a para seg u i r l a brotac ión de l a v i d todas 3 hoj as: con un fungicida de con ­
tacto o de benom i lo en l o s estados 3 hoj as, 5 a 6 hoj as, 8 a 1 0 hoj as, después con
un I B E e n los estados 1 1 a 12 hoj as, floración , cuaj ado y, si e s necesario , con u n
producto de con tacto e n e l estado raci mo cerrado.

3. O Í D I O

E l oídio d e la v i d apareció e n Francia e n 1 845; provocó u n a caída d e la pro­


ducción francesa q ue p asó de 45 m i l lones de hectoli tros en 1 850 a 1 1 m i l lo nes en
1 854. Esta enfermedad se debe a u n hongo Uncin u La n ecator, que se desarro l l a en
todos los órganos herbáceos de la v i d .

3 . 1 . Síntomas
Los b ro tes jóvenes herbáceos pre sentan e n pri m ave ra u n cre ci mi e nto reduci do ,
con entre nudos cortos y u n revesti m i en to de p o l vo b lanquecino q u e l e s confiere
u no de los aspectos característi cos de la e n fermedad, v i si b le so l a m e n te en las
vari edades sensi bles del vi ñedo medi terráneo (c ari ñena en particu lar) ; después del
agostamiento los sarm i e n tos tienen m anchas p arduzcas y sus extremidades perma­
necen b lanqueci n as.
En Las hojas: se observa en pri ncipio un li gero ri z ado en e l borde y después l a
aparición d e m anchas difu sas d e po l vo b lanquecino o gri sáceo . L as m an c h as blan­
queci n as del oíd i o son v i si bles sobre todo e n l a cara superi or del l i m bo m i entras
que con el m i ldiu están locali zadas estrictam e nte en la cara i n fe rior.
41 0 MANUAL DE VITICULTURA

En los rac imos, l a co nta m i n ación puede ocurri r a n tes de la floración y provo­
car u n a desecación parc i al o total de l as i nflorescencias. Después del cuaj ado, los
granos contaminados se recu bren de u n fi n o polvo b l anqueci no y posteriormente
de necrosi s negras. E l crec i m iento de l as p artes afectadas se para, mientras que l as
uvas con ti n ú an e ngordando ; revi e n tan y dej an aparecer las pepitas. Estas l esiones
son muy favorables a l a penetración de l a podred um bre gris.

3 . 2 . Biología y daños
E l oídio de la v i d pre senta la particulari dad de exi sti r baj o dos formas genéti ­
camen te diferente s que no posee n las m i smas formas de con se rvación en i nvierno
n i un ciclo de reproducción idéntico:
- u n a pri mera forma, procede n te de la reproducción asex u ada del hongo se
con serva en estado de mice l io en el i n terior de l as ye m as en l as que penetra
a p artir de los meses de m ayo y j un i o . En la pri mavera siguiente , las pri me­
ras con ta m i n aci ones resu l tan de la progresión del micelio que e m erge de las
yemas con el creci miento de los brotes jóvenes, l os sín tomas «drapeaux»
aparecen e ntonces so bre los ramos;
- otra forma procedente de l ciclo de re producci ón se xuada del hongo, se con­
serva duran te e l invierno e n estado de cleisto tecas, l ocali zadas a nivel de l as
cortezas; las c l ei stotecas son órganos resi ste n te s que l i beran en primavera
las ascosporas en períodos l lu v iosos.
E stas dos formas de Uncin u la n ecato r tienen un comportamiento diferente :
l a forma «drapeaux» (col ore s) e s privativo d e l o s v iñedos meridio n ales e n
donde provoc a ataques precoces, luego tiene tendenci a a experi mentar u na
regresión y a de sap arecer a p artir de m edi ados de j u l i o , siendo ree m p l az ada
p or l a segunda forma;

g rano harinoso
aparición
d e las
pep itas

mancha pardo-roja
granos estal l ados

Figura 2
Síntomas del oídio.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 41 1

- la fo rm a «clei stotecas» es dom i n a n te en los v i ñedos se p te n tri o n a le s , se


m an i fi esta m ás tardíame n te en pri m avera, a partir de acosporas y ree m p l aza
a l a forma anterior durante e l veran o .
E n p ri m avera, en l a superficie d e l o s órg anos, e l micelio preformado ( salido de
l as y e m as) y después el mice l i o neoform ado (nacido de la germ i n ación y desarro­
l lo de l as ascosporas, en l os v i ñedos en los que estén presen tes y v i a b les dura nte e l
i nv ierno) colonizan los órganos verdes a los que p arasi tan e m i tiendo trompas chu­
p ad oras (h au stori o s ) . C u ando l as c o n d i c i o n e s son favo rab les, el m i c e l i o e m i te
conidióforas q ue l i beran con idi as que se exti enden so bre l os órg anos sanos situa­
dos cerca.
Los ataques so bre l as hoj as se observan dur an te toda l a te mporada mientras
que la ex presión de la enfermedad en l as bayas se observa a p arti r de l cuaj ado. Los
d años se hacen espectacu lare s m ás tarde , l o m ás frecuen te después de la cerrazón
del rac i mo . Los rac i mos pueden ser i n fectados en un período corto, del estado
H ( l 7 ) a la cerrazón del rac i m o , con u n m áx i mo de receptividad en el estado cua­
j ado-postcuaj ado . Los daños observados en verano son consecuencia de las conta­
m i n aciones prod ucidas d ur an te e l período de receptividad máxima a p artir de l as
colonizaci ones de m i ce l ios prese n te s en ese momento en el fo l l aj e si tuado a corta
di stanci a. Por e so la presencia de oídio en las hoj as en el cuajado repre senta un
alto riesgo p ara los raci mos.
L as ye mas se con tami n an durante el c rec imiento activo de los pámpanos por
pe netración de l micelio. A fi nales de verano, las clei stotecas se forman después de
l a fusión de dos hifas de m icelio compati b les. Se conservar agarrad as a l as corte ­
z as grac i as a g anchos, l argos fil amentos qu e se termi nan en cruceta.
El oídio ataca a todos l os órganos herbáceos de la vid, los pámp anos jóvenes
e n pri m avera, q ue deti enen su creci m i e n to y cuyas hoj as se c rispan, las i n flore s­
cenc i as en e l m omento de la floración, lo que provoca u n m al cuaj ado, l as bayas
durante su crec i m iento. U n a p arce l a de v i ñ a que sufra u n fuerte ataque de o ídio
puede perder una gran parte de su cosec h a.

3 . 3 . Condiciones favorables al desarrol lo del oídio

3 . 3 . 1 . C l ima
El desarrol lo de l o ídio comienza a +5 ºC e n atmósfera h úmed a; la contami n a ­
c i ó n es i n tensa en tre + 2 0 y +25 º C (inc ubación e n 6-7 d ías); l as e levadas tempera­
turas (superiores a 35 ºC) i n h i ben la germ i n ación de las conidi as. E n ti e m po cálido
y con atmósfera h ú meda, el oídio se desarro l l a muy rápidamente so bre l as hoj as y
e n p arti c u l ar sobre l o s rac i m o s abri g ados por un fol l aj e tupido . L a s l l u v i as de
vera n o, cál idas y cortas son favorables; asi m i smo, l as noches frescas de j unio q ue
producen rocíos y n i e b l as mat in ales son tamb i é n favorab les. Con trariamente a l
m i l d i u , l as coni d i as d e oídio n o tienen nece sidad d e agua l i bre p ara germi nar, l a
hu medad d e l a atm ósfera e s sufi ciente a fa lta de l l u v i a.
L a i n sol ac i ó n , al secar e l ai re , es perj ud i c i a l para el p arási to ; los períodos
n u bl ados son , por el contrario favorables, así como todo l o que provoque un estado
higrométrico e levado a nivel de los órganos verdes de la v i d : v iñedos de los bajos
valles fért i les, vegetación tupida, vi gor, m a l a ai reación de los rac i mos.
41 2 MANUAL DE VITICULTURA

3 . 3 . 2 . Sensibil idad de las variedades


Todas las variedades de V. v i n ífera pueden ser atacadas pero a l g u n as son
m e nos se n si b le s al o ídi o . S i n e m b argo , las d i fere n c i as de se n si bi l i dad constata­
d as só l o tienen un valor re l ativo ya que varie d ade s reconocidas co mo poco sen si­
b le s pueden ser co ntam i n adas si se c u ltivan m ezc l ad as c o n variedade s m u y sen­
si bl e s .

M uy sensibles Sensibles Poco sensibles


cari ñena aramon A l i cante- bo u sc he t
chardon n ay ca bernets clairette
che n i n chasselas garn acha
musc at d e granos pequeños ci nsaut fo l l e b lanche
merl ot gama y m ac abeo
m u scadel le melon semi l lo n
piq uepoul pi n ots syrah
sauv i gnon riesl i ng m au z ac
si lvaner ugni b l anc

3 . 3 . 3 . Recept ividad de la viña


L as hoj as y los pám panos pueden contam i n arse durante toda la fase de creci ­
m i e n to mien tras q u e l a receptiv i d ad de l o s rac imos e stá l i m i tada a u n períod o
corto , com pre nd i do en tre el e stado botones fl orales separados ( H ó 1 7) y raci m o
cerrado c o n un riesgo máxi mo al pri ncipio d e l c u aj ado .

3.4. L ucha contra el oídio

3 .4.1 . Med idas p rofilácticas


No hay profi l ax i a efi c az , so lame nte h ay que reducir e l vigor de l as cepas y e l i ­
m i nar l o s focos q ue m an do en i nvierno las m aderas de p o d a d e l as p artes afectadas
y evi tando las contam i n ac i ones de l as hoj as al principio de la vegetación ya que las
esporu l aciones en l as hoj as con sti tuyen el re servorio del inóculo a parti r del cual
van a con ta m i n arse los rac i mos. E n la multip l icación vege tativa hay que u ti l izar
i njertos sanos.

3.4.2. Lu cha q u ím ica


L a l u c h a q u í m i c a es el ú n i co m e d i o de co m b ati r el o íd i o . E s preve n ti v a
ese n c i a l me n te c o n e l fi n de p roteger ó rganos sanos an tes de toda c o n t a mi n a­
c i ó n . S e m o d u l a en fu n c i ó n de la se n si b i l i d ad de l as varie dades y de l a s i t u a­
c i ó n geog ráfi c a . N o o b stan te , en c a so de a p ari c i ó n de c o l o n i as de m i ce l i o ,
debe e m p re n d erse i n me d i atame n te u n a l uc ha curativa para fren ar l a e n fe rme ­
d ad . Los tra t a m i e n to s p recoces c o n s ti tu y e n l a l l ave de l a p ro tecc i ó n e fi c az
con tra e l o íd i o .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 41 3

3.4.2.1. Fungicidas anti-oídio

3.4.2. 1 . 1 . Fungicida mineral: el azufre


Este fungicida ha sido el único fungicida anti-oídio empleado durante más de
un siglo. Actúa por contacto y por vapor y tiene un triple efecto sobre el hongo:
acción preventiva sobre l as conidias antes y durante la germi nación, acción fre­
nante sobre los filamentos de micelio y los haustorios, acción erradicante al provo­
car la desección de conidias y micelio.
Es un producto poli valente que también tiene una buena eficacia contra l a
excoriosis e n tratamiento d e post-desborre (dos apl icaciones d e azufre moj able en
l os estados D y E) y efectos secundarios sobre la acariosis, los tetraníquidos polífa­
gos, la erinosis y también contra el black rot y el brenner. Por el contrario, su
poder fungitóxico está relacionado con el clima, así como su fitotoxicidad (riesgo
de quemaduras); confiere un mal gusto a los aguardientes (parar los tratamientos
tres meses antes de la vendimia), puede destruir la fauna auxiliar pero no a princi­
pios de la vegetación.
El azufre se presenta bajo dos formas:
azufres para espolvoreo: tienen una acción de choque pero su efecto cura­
tivo es de corta duración ; estos azufres se obtienen por molienda del mineral
de azufre (azufre triturado), o por destil ación (azufre sublimado o flor de
azufre). Los azufres subl i mados están consti tuidos por partículas mucho
más finas y actúan a temperatura más baja que l os azufres triturados. La uti-
. lización del azufre en polvo (30 a 40 kg/ha) es esencialmente específico para
los vi ñedos mediterráneos. El pol vo penetra bien en la cepa y el efecto vapor
es intenso a falta de viento pero necesita la presencia de una buena luminosi­
dad y de una temperatura elevada. En estas regiones, la estrategi a de lucha
se basa en tres espolvoreos de azufre en períodos críticos, reforzados por
numerosos tratamientos mixtos contra el mildiu y el oíd io aportando azufre
mojable a la dosis de 1 O kg/ha;
azufres para pulverización: tienen una acción de contacto, de efecto pre­
ventivo; se presentan en forma de polvo mojable o en forma líquida. Su efi­
cacia es buena y su fitotoxicidad está actualmente l i mitada con el empleo de
azufres moj ables micronizados . Tienen una buena adherencia y una dura­
ción de acción superior a los azufres en espolvoreo. Su eficacia depende de
la dosis/ha, de la forma de pulverización (preferible l a pulverización neumá­
tica) y de la precocidad de la intervención. Se puede asegurar l a protección
de la viña contra el oídio uti l izando azufres para pulverización todo el año
pero en las regiones de fuerte presión del oídio (Midi) y en variedades sensi­
bles, pueden aparecer daños los años lluviosos.

3.4.2. 1 .2. Fungicida orgánico de contacto: el dinocap


El dinocap es un fungicida de superficie de efecto preventivo y curativo, parti­
cularmente interesante para bloquear un ataque. El dinocap tiene una acción cura­
tiva de aproximadamente una semana así como interesantes propiedades anti-espo­
rulantes. No tiene la polivalencia del azufre pero, sin embargo, l imita el desarrollo
de las poblaciones de ácaros rojos; es medianamente tóxico para la fauna auxiliar y
tiene el riesgo de ser fitotóxico a partir de 35 ºC.
41 4 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1
Fungicidas anti-oídio.
Dosis Homologado también
Materias activas Observaciones
por ha para excoriosis

Azufre-espolvoreo 1 5 a 30 kg Excoriosis Fungicidas de contacto.


Azufre-pulverización 1 2,5 kg Excorio is
Dinocap 0,6 1

Ciproconazol 0, 1 kg Fungicidas penetrantes


Diniconazol 0,2 1 inhibidores de la biosíntesis de
Difenoconazol 0, 1 2 1 B lack rot, brenner los esteroles (DMI).
Fenarimol 0,45 1
Fen buconazol 0,75 J B lack rot, brenner Son intere antes durante los
Fluxilazol 0,3 1 B l ack rot, brenner períodos de gran receptividad
Hexaconazol 0,4 l B lack rot, brenner de los racimos, del cuajado y en
Inforine 1 ,5 1 racimo cerrado.
M iclobutanil 0,24 1 B l ack rot
Nuarimol 0, 1 5 1
Penzonazol 7 tabletas (0,25 l ) Limitar las intervenciones
Pirifenox 0,2 l B l ack rot a 2 ó 3 aplicaciones.
Tebuconazol 0,4 l B l ack rot
Tetraconazol 0,25 1 B lack rot (0,4 kg)
B renner (0,4 kg)
Triadi mefon l ,5 1 (75 g . m .a.)
Triadimenol 0,75 1
Trifo rine 1 ,50 1

Spiroxamine 0,6 1 Brenner Morfolines

Azoxystrobine 0,6 1 Brenner, excoriosis, Strobilurines


mildiu.
Azoxystrobine + Cimoxani lo 1 kg Ídem.

Kresoxim-metil 0,2 kg B renner, excoriosis


PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 41 5

Tab l a 2
Asociación de fungicidas anti-oídio.
Dosis Homologado también
Materias activas Observaciones
por ha para excoriosis

Fenarirnol 7 ,5 kg Excorio sis Asociación penetrantes y


+ azufre contacto
M iclobutanil 3,5 1 B lack rot
+ azufre

Triadimenol 5 kg B lack rot Estos productos se usan también


por su resistencia.

Ciproconazol 5 kg
+ azufre
Ciproconazol 2 kg Mildiu, black rot, Frena la botrytis.
+ M ancozeb brenner
Ci procon azol 2 ,5 kg M ildiu, black rot,
+ Oxadixyl brenner
+ Cirnoxalino
+ M ancozeb
O i fenocon azo 1 0,5 1 B lack rot, brenner
+ Dinocap

Fen buconazol 0,6 1 B lack rot Frena la botrytis.


+ Dinocap
M yclobutanil 0,3 1 Frena los ácaros.
+ Dinocap
M yclobutanil 4 kg Mildiu, black rot,
+ M ancozeb brenner, exoriosis

Penconazol 0,3 1 Frena los ácaros.


+Oinocap

Penconazol 4 kg Mildiu, black rot


+ M ancozeb
Pyrifenox 4 kg M i ldiu
+ M ancozeb
Tebuconazol 0,25 1 Brenner
+ Triadi menol

Triadirnefon 2 ,5 kg M ildiu, black rot


+ Cimoxanilo Brenner
+ Propineb

Triadi menol 51 B l ack rot


+ azufre 5 kg
41 6 MANUAL DE VITICULTURA

3 .4 . 2 . 1 . 3 . Fungic idas penetrantes a base de /BE

Los i n h i b i dores de la biosíntesis de los e steroles ( I B E) son m ateri as acti vas


que penetran en la planta y que tien e n el poder de perturbar l a con stitución de l a
p ared extern a d e los fi lamentos d e l m ice lio d e l hongo. Estos p roductos tienen un
poder penetran te que los protege de l lavado por las l l uv i as y una persistenci a de
acc ión de 1 4 d ías, de duración idénti ca a la de los prod uctos si stémicos anti - m i ldiu
a los que son a menudo asoci ados e n los c aldos de tratamientos m ixtos. A lg u nos
de el Jos ti enen una buena eficaci a sobre e l b l ack rot.
E n tre los I B E se d i stinguen los fungicidas D M I ( i n hi bidores de la d imeti l ación
de los e stero les) q ue com prenden los IBE «clási cos» que pertenecen a las pyridi­
n as y los tri azoles y l as morfo linas que hasta ahora sólo están represen tadas por l a
sp iroxamina. Así co mo los DMI tienen u n a acción pol ivalente (anti-oídio y b lack
rot) y están afectados por los fenómenos de cepas resi ste n tes al o ídio, la spi ro­
x am i n a tiene una acción específi c a y n o e stá afectada , por el m o m en to , por l a
resi stencia. Pre senta a s u vez u n efecto p reven ti vo y curativo y e s eficaz p artic u l ar­
mente en pre y post-floración.
L a siste m i a de l os I B E es débi l , lo que no perm i te pro teger los raci mos o las
parte s de los rac i mos q ue no esté n moj adas d i rectamente por el caldo. Por tan to, es
n e c e sario h acer u n a p u l ve ri z ac ió n p e rfe cta, en p arti c u l ar, so bre l o s raci mo s .
D e bido al desarro l l o de cep as re si sten te s a estos prod uctos, el uso de los D M I
deben l i m i tarse a dos o tre s ap licaciones q ue serán reservadas para l a protección de
los rac i mos durante e l período en que se an m ás receptivos para el o ídi o .
E l azufre y los D M I pueden s e r asoc i ados, l o q ue permite beneficiarse de l os
efectos secundarios de l azu fre so bre l a excoriosis y de l a eficac i a de algunos I B E
so bre e l b l ack rot y e l bren ner.

3 .4 . 2 . 1 .4 . Fungic idas penetrantes a base de estrob ilurinas

Son fun gicidas polival e ntes, homo logados tam bién p ara el b lack rot, bre nner,
excoriosi s y mi ldi u . S o n i n teresan tes por su buena persi stenci a so bre los órganos
tratados, por su re si stenci a al lavado y su efi c aci a. S e podrá uti lizarlos en al tern an­
c i a con otros productos duran te l a fase de recepti v idad m áxi m a de l o s raci mos y/o
en caso de riesgos m úl t i p les.
La azoxyxtrobina (Qu adri s) tiene una penetración transl a m i n ar (transferenc i a
i nterna de u n a cara a otra) , tiene u n efecto secu ndario so bre l a podredu mbre gris,
su persi stencia de acc ión e s de 1 0 a 1 2 d ías. Está form u lada so l a (Quadris) o en
asociación con e l cymoxan i lo (Quadri s duo) en l as espec ialidades comerci ales.
El kresoxim -methyl ( S troby D F) posee u na gran re sistenci a al l avado, es pre ­
ve n tivo y curativo , su persiste nci a de acción es de 1 4 días a 0,2 kg/ha y de 7 d ías a
O, 1 kg/h a, no está homo logado con tra el m i ldiu pero refuerza el efecto fungicida
de l os a n ti - m i ldius.

3 .4 . 2 . 1 . 5 . Fungicidas a base de quinoxifen

E stos fungicidas tienen u n a acc i ó n e specífi ca anti -oídio, ú n i c amente preven­


tiva (in h i bición de l a germ i n ación de l as esporas) , u na m u y buen a resi stencia al
l av ado y una l arg a persi stencia de acc ión ( 1 4 d ías) .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 41 7

3.4.2.2. Estrategia de lucha


La protección de l a vid contra el oídio debe razonarse teniendo en cuenta los
principios siguientes:
vigil ar el v iñedo regularmente;
alternar los productos y aprovechar los efectos del azufre por espolvoreo
(sobre todo en post-desborre y en floración sobre l as variedades sensibles en
regiones meridionales), del azufre por pulverización al principio de la vege­
tación (sobre todo en las regiones atlánticas o continentales), y los de IBE
durante el período de receptividad máxima de los racimos;
uti l izar las dosi s/ha homologadas, en particular para los nuevos fungicidas
de síntesi s;
efectuar test de resistencia si se constata una baj a eficacia de los productos;
el principio y el fin de la protección vienen dictados por los avi sos agrícolas;
asegurar una protección continua y perfecta en período crítico y, sobre todo,
en período de prefloración-cuajado;
poner en marcha programas de tratamientos en los que los IBE no sean los
úni cos anti-oídio, con el fin de limitar los riesgos de resistencia. Deben ser
utilizados en alternancia o en asociación con el azufre. Este últi mo puede ser
utilizado sólo durante todo el programa de tratamiento conociendo sus l ími­
tes de eficacia (lavado, permanencia de 1 0- 1 2 días);
después del verano, l uchar contra el mildiu con fungicidas que tengan una
acción frenante sobre el oídio: fol pel, fosetyl-Al, dimetomorf;
en vivero y en viñas jóvenes, la protección debe continuarse hasta finales del
verano.
Para la elaboración de estrategias de los tratamientos el viticultor debe prestar
atención a dos períodos: por una parte, al comienzo de la actividad vegetativa y,
por otra parte, desde la floración hasta el estado racimo cerrado.
el primer tratamiento se aplica desde el estado 3 a 5 hoj as, para l as varie­
dades sensibles o en v i ñas contaminadas el año anterior, al estado 7-8
hoj as para l as variedades menos sensibles y en zonas menos vulnerables.
Util izar preferentemente azufre, para aprovechar sus e fectos secundarios
sobre excoriosis y ácaros y emplearlo a plena dosis, es decir, 1 2 kg/ha en
forma mojable o 40 kg/ha en pol vo tri turado o 1 5 kg en pol vo subli mado;
renovar el tratam iento con azufre o con di nocap con una cadencia de 1 0
días, pero ú n icamente en caso de riesgos elevados ; por e l contrario, en
variedades poco sens ibles de v iñedos meridionales no es indispensable
ren ovar l os tratamientos antes de la floración. En l as variedades poco
sensibles de v i ñedos septentrionales se puede esperar al estado 7-8 hojas
para tratar con la condición de que no haya habido ataques el año ante­
rior; uti l i zar antes de la floración una alternancia de fu ngicidas de con­
tacto (azufre moj able, d inocap) y de productos penetrantes (espi roxa­
mi na, estrob i l urina);
después, en todos los viñedos se i nterviene para asegurar la protección de
los rac i mos medi ante apl ic ac i ones desde l a prefloración hasta rac i mo
cerrado con azufre o con di nocap o con l os DMI (máximo tres); en casos de
presión elevada de la enfermedad, reducir el i ntervalo entre dos tratam ientos
a 1 O días para el azufre en pulverización y a 1 2 días para los DMI;
en casos de ataque decl arado, uti l i zar el dinocap, no utilizar nunca los IBE;
41 8 MANUAL DE VITICULTURA

parar l os tratamie n tos a la cerrazón del rac i mo para l as vari edades poco sen­
sibles pero solamente a l com i en zo de l e nvero para las variedades sen si b les o
en p arce l as que hayan sufrido u n ataque.

4. BLACK ROT

E l b lack rot es u n a enfermedad p arasi taria ori g i n aria de Améric a d e l Norte y


cuya aparición en Fran c i a fue co m p ro b ada en 1 885 . A pri nci p i o s de sig l o sus
daños fueron i m portantes, sobre todo en l a reg ión de l S uroeste . Después, l a enfer­
medad de sapareció en parte grac i as a los tratamie ntos anti - m i ld i u a base de co bre .
De n uevo se vue l ve a m an i festar de m anera episódica con u na gran viru lencia y
u n a rápida propag ación en zonas próx i m as a vi ñas abandon adas.

mancha hoja-muerta

borde marrón

síntomas en sarm iento

síntomas en hoja

Figura 3
Síntomas de black rot.

4 . 1 . Síntomas
E l b l ack rot ataca ú n i camente a los órganos herbáceos . Se desarrol l a sobre l as
hoj as, peciolos, z arc i llos, p ámpanos y racimos.
En las hojas, todavía jóvenes, se observa sucesivamente :
u n a li gera hinchazón que s e vue l ve gri sácea;
manchas reg u l ares de coloraci ó n hoj a muerta (rojo l adril lo), bordeadas por
una l ínea parda;
- peq ueños pun tos bri l l an tes negros (picnidios) dispuestos e n fo rma de coro n a
en l a periferia de l as manchas so bre l as d o s caras de las hoj as.
Los p ámpanos jóvenes raramente son atacados; sin e m bargo, l l evan a veces
m anchas pardas, al arg adas, recubiert as de los m ismos p u ntos negros bri l l antes.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 41 9

Los peciolos y zarcillos presen tan a m e nu do m anchas se mej an tes, pero m ás


peque ñ as.
Los racimos son atacados m ás tardíamente que las hoj as y, e n general, después
de la floración , se observa sucesivamente:
una m ancha redo ndeada, l ívida, que progresa e i nvade tod a l a b ay a en dos o
tres d ías;
el hundi miento de la p arte afectad a que después se oscurece;
y fi n a l mente l a desec ación del fruto q ue se momifica y se v ue l ve azu lado,
mientras q ue l a superficie se recu bre de pústulas cuya na turalez a varía en
función de l a fecha de i n fección y del período de o b se rvación : al principio
se trata de picni di os y, a fi n ales de l verano , conceptác u los gran u losos, esbo­
zos de las peritecas.
Los granos de uva afectados por el b lack rot, p ara u n profano , se parecen a los
granos afec tados por e l m i ldi u . S i n e m bargo , dos c aracteres perm i ten di stingui rlos:
l as m a nc has de b l ac k rot aparecen so bre e l l ado del grano, son redondas y se recu­
bren de picnidios, m ientras que l as del m i l d i u c o m ienzan e n e l p unto de unión del
pedicelo y van i rradi ando h ac i a l a otra extre m idad y no l l evan picnidios.

hinchazón

F igura 4
Black rot: síntomas en las uvas.

4 . 2 . Epidem iología del black rot

El b l ack rot es debido al desarro l l o de un hongo m i croscópico, G u ignardia


b idwellii, que v iv e en el i n terior de l o s tej i dos. E l p arási to pasa el i nv ierno en
estado de órg an o s re si ste n tes, l as p eritecas, so bre los raspones y l as bayas m o m i ­
fi c adas caídas al sue l o p o r l a s máq u i n as d e vendi m i ar a s í c o m o sobre J os sar­
m ie n tos.
E stas p e ri te c as evo lu c i o n a n e n i nvierno d i fe renci ando a scas q ue contienen
cad a un a ocho ascosporas. Estas esporas son e l origen de las i n vasiones pri m arias.
Proyectadas sobre l as hoj as todavía j óvenes por l a l luvi a, aparecen l as m anchas
después de u n período de i n c u bación de ocho a vei n te días, después se cu bren de
puntos negros l l am ados picnidios. E n el i n terior de estos picn idios se forman, en
gran n ú m ero , n uevas e sporas (picni osporas) , que serán responsables de l as i nvasi o­
nes secundarias sobre l as hoj as y racimos. A la salida de l os p i c nidios, e stas espo­
ras son envueltas por una m ateria m uci l ag i nosa que i mp ide su dise m i n ación por e l
v ien to ; e l agu a de ll u v i a, al di so lver esa sustanci a, las arrastra.
420 MANUAL DE VITICULTURA

E n resumen , l as ascosporas son gérmenes de di se m i n aci ó n , capaces de crear


m ás lej o s n uevos focos. L as esporas ord i n ari as, las p i c n i osporas, m ucho m ás
n umerosas, son gérmenes de m u l ti p l i cación i n situ . Es por lo q u e l as i nvasi ones
d e black rot están m ás o menos loc a l i zad as y se prod ucen por ataq ues bruscos y
rápidos.


Lluvia

"-�---
Lluvia '.... \;) Espora ( p 1 c n iosporas)

Cu tícu l a / P i c r n d 10 R acimo
de hoja

(t > 9º)
\
Lluvia

I
{) Ascos pora
Racimo
\
1·. ·

e�
contaminado •

con pentecas

¡
As

Figura 5
Ciclo biológico del black rot.

4 . 3 . Condiciones de desarrol lo
E l ag ua l íq ui da es i ndispensable para el hongo para la m aduración de las peri ­
tecas en i nvierno, p ara l a proyección de las ascosporas en p ri m avera y l a l i beración
de l as p i c n i osporas. Asi m i smo, e l ag ua o u n a elevada higrometría (>90 % ) es nece­
sari a para l a i n fección de l os tej i dos vegetales por estas esporas (germ i n ación y
penetraci ón) . E l hongo evo l uciona cuando la tem peratura l leg a a los 9 ºC ; por e l lo
l as con ta m i n ac iones aparece n m u y pronto después de u n a l l u v i a abundante . L a
evol ución e s rápida a 1 5 º C . E l b l ack rot necesi ta más tie mpo d e h u m ectación que
e l m i ld i u p ara l a germ i n ación de l as esporas y su dise m i n ació n , l o q ue explica que
esta enfermed ad quede l ocali zada en regiones y e n estac i on e s l l uviosas y cálidas.
L as hoj as n o son receptivas de j óvenes n ada m ás que durante u n lapso de tiempo
bastan te corto, los ataq ues son genera l m e n te poco graves, pero las m anchas so bre
hoj as, peciolos o sarm i e n tos constituyen u n reservorio de esporas p ara contam i n a­
ciones p osteriores de los rac i mos; l a receptivi d ad de l o s rac i mos es desde el cua­
j ado hasta el envero .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 421

4.4. L ucha contra el black rot


Se ha prod ucido un recrudeci m i en to de esta enfermedad. E ll o es debido a u n a
seri e d e causas re l acion adas c o n e l cambio de l as técnicas d e cu l tivo (vendimias
mecan izadas, no-cu l tivo, tri turado de los sarmientos) , al abandono de v i ñ as y a la
e lecció n d e productos an ti- m i ld i u n o efi caces contra e l b l ack rot o util iz ados a
i nterva los de tie m pos demasi ado grandes.

4.4.1 . Med idas p rofilácticas


- supresión de v i ñ as abandon adas;
- e l i m i n ación del i nócu l o : en i nvierno quem ar rac i mos, zarci l los y sarmi e n tos
en lugar de tri turarl os; e n pri m avera , despam pan ar cui dadosamente y hacer
desaparecer los focos i n ici ales en l as hoj as.

4.4.2. Lucha quím ica


La l ucha química debe ser preventiva, precoz y debe permi ti r la p rotecci ón de
los sarm i e n tos duran te su período de m áx i m a recep tividad que va desde el c u aj ado
al envero .

4.4.2. 1 . Fungicidas anti-bla ck rot

4 .4 . 2 . 1 . 1 . Fungicidas sólo de acción p reventiva

E ntre los productos anti -m i l d i u de contacto , ú n i c amente los que son a base de
ditiocarbamatos ( m ancozeb, maneb, propi neb) tienen una buena eficaci a contra el
bl ack rot . S on l i x i v i ados por las lluvi as, no protege n los órg anos formados después
del tratami e n to y n o tienen acci ó n si se apl ican después de la germi n ación de l as
esporas. S u pers i stencia de acc ión es de 8 a 1 0 d ías máx i mo .

4.4.2. 1 . 2 . Fungicidas de acción p reven tiva y c u rativa

A lgunos D M I ti enen una acción curativa total con tra el b l ack rot cuando el tra­
tamiento se efectúa en l o s tre s días siguientes a u n a l lu v i a contamin adora; B ay le ­
ton , Anvi l , O l ymp y S y sthan e . Los otros D M I (Ru b ig a n, R ubiflo, B ay tan , etc . ) , no
autorizados a la ve n ta para una lucha específica con tra e l b l ack rot, tienen tam bién
un buen efecto curativo pero u n efecto preventi vo corto . Su persi stencia de acción
es de 14 días. La resi ste ncia de l b l ack rot a los I B S obliga a l i m i tar e l n ú mero de
aplicaciones a 2 ó 3 por campañ a de tratam iento. En las especi a l i dades co mercia­
les, las materi as activ as van sol as o asoc i adas a un d i ti cocarbamato ( D i ametan ,
F l urado, B aktan a) .

4.4.2.2. Estrategia de lu cha

Si la l ucha con tra el b l ac k rot p uede ser emparej ada con la del mi ldiu o de l
oídio duran te l a fase activa de vegetación conv iene to m ar algun as precauciones.
422 MANUAL DE VITICULTURA

4.4.2.2 . 1 . Entre el estado D (salida de las hojas ó 06) y el H (botones separados)

En situac i ones de ri esgo ( v i ñas que h ay an presen tado sínto m as en los raci mos
e l año anterior o v iñas próxi mas a v iñas abandon adas e nferm as), e sperar, p ara
comenzar el tratami ento , a l as reco mendaciones de las estaci ones de av i sos agríco­
l as. En efecto, es necesari o estar segu ro de la m adure z de l as peri tecas para i n ter­
veni r y uti l i z ar e n tonces espec i a l i dades de acci ón p reventiva; en otras situaciones,
n i n g ú n tratamiento .

4.4.2 . 2 . 2 . Desde e l cuajado hasta e l racimo cerrado

- en las situac i ones de riesgo, asegura r u na p rotecci ón conj u nta con la protec­
ción contra el m i ld i u (d iticoc arba m atos) o contra el oídio (algunos I B E) a
condición de aj u star las i ntervencione s sobre l a persistencia de los prod uc­
tos activos so bre el b lack rot;
- en c aso de ataque decl arado después de la floración tratar con los I B E , pero
no uti l i z arl os an tes de l a floración ;
- asegurar u n a protec c i ó n c u i d adosa de los raci m o s en e l m o me n to de su
mayor receptividad (del cuaj ado al envero);
- evi tar la apari ción de l a resi stencia alte rn ando d i ti ocarbamatos e I B E.

5 . MI L D I U

E l mi l d i u de la vid es u n a enfermedad ori g i n ari a de A mérica que fue observada


en Franci a por Plan chon en 1 87 8 . Está p roducida por un hongo, Plasmopara viti­
cola, que se desarro l l a sobre todos los órganos verdes: pámpanos, hoj as, raci mos,
z arci l los. A l pri ncipio fue la causa de pérdi d as c atastrófi c as de cosechas; por eje m ­
p l o , e n Francia, e n 1 9 1 5 , l a cosech a s e redujo a 1 8 m i l lones d e hecto l i tros (en
lugar de 5 5 a 65 m i llones, que era l a producción media anu a l ) .
Actu a l mente , e l v i ti c u ltor está preparado p ara evitar pérd idas se m ej an tes, pero
no obstante es i ndispen sable u n a lucha permanente, ya que algunos años, como
1 9 7 7 y 1 983 en Francia y 1 9 88 en España, son favorab le s p ara e l m i ldi u .

5 . 1 . Síntomas
En las h ojas : ap ari c i ó n d e m an c h a s tras l ú c i d as, l l a m ad as « m a n c h a s de
ace i te » , de for m a generalmente circ u l ar o a larg ada cuando aparecen en los ner­
v i o s ; en el envés de l as hoj as ( fi g . 8) c u an do la atm ósfera e s sufi c i ente m e n te
h úmeda, aparece en l a zona de l as « m anchas de acei te» u n p o lvo b l anco que se
desprende fác i lm e nte al frotarlo: e ste polvo está form ado por l as fructifi caciones
de l hongo (con i dióforos) . A l cabo de un tie m po , las m anchas se o sc urece n y se
secan . En l as hoj as adu l tas, las m anchas son peq ueñas y angul osas, estando l i m i ­
tado s u con torno p o r l o s nervios. S u fo r m a y color ( verde- amari llo, p ardo) recuer­
d an un m os a i co o p u n to s de tapi cería de do nde v i e n e e l térm i n o de « m i l d i u
mosaico» empleado corrie n teme nte.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 423

Tab l a 3
Fungicidas anti-black rot de acción preventiva.

Materias activas Dosis en kg o l/h Observaciones

Captan 2 kg
3,5 kg
2,25 kg Fungicidas que actúan
Cobre + fol pe l 4,3 kg principalmente por la materia activa
M aneb 6,5 kg de contacto que contienen.
3,5 kg
M aneb + zineb 0,4 kg
M ancozeb 3,5 kg Persistencia de 8 a 1 O días.
4 kg Renovar la protección después de
3,5 kg una lluvia de m ás de 25 m m .
61
61
M etiram zinc 3,5 kg
Propineb 4 kg
Ci moxanilo + metiram zinc 2,5 kg
Ci moxanilo + mancozeb 3 kg
2 kg
3 kg
Fosetil Al + mancozeb 4 kg
B enalaxil + mancozeb 2,5 kg

Tab l a 4
Fungicidas anti-black rot de acción preventiva y curativa.

Materias activas Dosis en kg o l/h

Hexaconazol 0,4 1 - 0,67 l


Miclobutanil 0,24 l
Tebuconazol 0,3 1
Difénoconazol 0,12 1
Hexaconazol + azufre 4 l
Fenbuconazol + di nocap 0,6 l
Fenbuconazol 0,75 1
Fusi lazo! 0,3 1
Miclobutanil + azufre 3,5 1
M i clorutanil + mancozeb 4 kg
Penconazol + mancozeb 4 kg
Tradimefon 1 ,5 kg
Triadi menol 1 ,5 l
Triadim enol + azufre 5 kg
Pyrifenox + Mancozeb 4 kg
Cimoxanilo + propineb + triadimefon 2 ,5 kg
Cimoxani l + Ciproconazol + M an cozeb + Oxadixil 2,5 kg
Ciproconazol + M ancozeb 2 kg
424 MANUAL DE VITICULTURA

F i g u ra 6
l . C o n i d iófo ro s en la cara interior de l a s hojas.
2 . Mildiu mo sa ico.

•• !ó-1
. : �·
.. ";
..
. . ...
. . .._,

F i g u ra 7
l . Mildiu sobre sarm i e nto.
2 . Mildiu e n g ra n o s d e uva.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 425

En los pámpanos: l a con ta m i n aci ón produce unas m anchas d e color am ari l lo


pálido que se oscu recen despué s; el pámpano se c urva en forma de c ay ado y des­
pués se endereza; de estas m anchas salen conidióforos; los daños prod ucidos sobre
los pámp anos son más raros pero m ás graves que los de la s hoj as.
En los racimos: e l ataque so bre el pedúnculo provoca u n a curvatura en g an c ho
del racimo, pero donde m ás frec uen teme n te se mani fiesta l a enfermedad es sobre
l as bayas:
bien en los frutos rec ién form ados; las u v as afectadas se recu bren de un
polvo bl anco : es el Rot gris.
o bien so bre los frutos verde s ya desarro l l ados; aparecen en e l l os manchas
b l an q uec i n as que después se osc urecen y se depri men : es el Rot pardo (m i l ­
d i u l arvado) .

5 . 2 . Biología del m i ld i u
Es un hongo m i croscópico q ue pasa el i nvi erno en e l suelo, e n e l i n terior d e las
hoj as m uertas, bajo forma de huevos de invierno muy resistente s (estadio 1 ) .
E n cuan to l a te m peratura so brepasa los 1 1 ºC y después de una l luvia, los hue­
vos emi ten un fi lamento al fi n al del cual se forma u n a macrocon idia; e ste ú lti mo
rev i e n ta e n p re se n c i a de agua y l i bera pequeños gérmenes l la mados zoosp o ras
(estadios 2 a 4).
Estas zoosporas son proyectadas hacia los órganos herbáceos por las salpica­
duras que se producen con las l l u v i as. E n presenci a de agua y a una temperatura

Focos secundarios
( p ri mavera-verano)
e le lv

Foco primario
( p ri mavera) if4 :J¡¡, (otoño)
H u evo

:. :.- \E fil
e le lv

5 6

\
,L--. -.- --'--- 1---'
�---

I
Salpicad u ra '. ·í,;-:· Caída d e
Lluvias ( t > 1 1 º)

I
hojas

C harco de agua

C : Contaminación
le: I n c u bación
lv: I nvasión
H uevos de
1nv1erno
1
_
©>1 41@

Restos de hojas

Figura 8
Ciclo biológico del mildiu.
426 MANUAL D E VITICULTURA

superior a 1 1 ºC, cada zoospora emite un fi l amento o micelio que penetra por los
estomas de l as hoj as: es la contaminación (estadio 5) que determina un foco pri­
mario.
Después, el micel i o se desarrolla en el interior de l a hoja: es la incubación
(estadio 6), que d ura como míni mo diez días para las contaminaciones a partir de
los huevos de invierno, o siete días para los que proceden de los gérmenes de
verano (conidias). Después de este período aparecen l as manchas de aceite en la
cara superior y el polvo blanco en la cara i nferior de las hojas (estadio 7): es la
invasión.
El polvo blanco está formado por filamentos emiti dos por el micelio y llama­
dos conidióforos; éstos llevan los gérmenes de verano o conidias.
Estas conidias se desprenden y, transportadas por el viento o l a l luvia, conta­
minan a otros órganos herbáceos. En presencia de agua, revientan y liberan zoos­
poras (estadio 8).
Las zoosporas germinan y penetran en los tejidos: es la contaminación (esta­
dio 8); el micelio se desarrolla en los tejidos y dura siete días por lo menos : incu­
bación (estadio 9); los conidióforos salen por los extremos l levando conidias: inva­
sión (estadio 1 0) .
Durante el verano se producen contaminaciones sucesivas que determinan
otros focos secundarios ( 1 1 ).
En otoño ya no se produce emisión de polvo blanco; el huevo de i nvierno se
forma en el i nterior de l a hoja después de l a f e cundación del oogonio por el ante­
rido, órgano reproductor diferenciado en el seno del micelio. El huevo es muy
resistente a la intemperie y permanece en los residuos de las hojas después de su
caída (estadios 1 2 y 1 3) .

5.3. Condiciones favorables y daños


La humedad y el calor son indispensables para el desarrollo del mildiu. La
receptividad de la vid también j uega un papel importante. Los órganos herbáceos,
jóvenes, en vías de creci miento y ricos en estomas son los más sensibles.
Ade111ás, l a biología del parásito tiene unas exigencias determinantes:
- la esporulación (o i nvasión): la aparición de los conidióforos se produce con
atmósfera húmeda; los conidios se desprenden por la acción del viento ; ger­
minan en el agua en 30 minutos a 23 ºC, pero nunca por encima de los
2 9 ºC;
la diseminación: tiene l ugar debido a las salpicaduras de l as l luvias de pri­
mavera para los focos primarios y el viento o la l luvia para los focos secun­
darios;
la contaminación: se produce siempre en el agua con una velocidad que es
fu nción de la temperatura: imposible por debajo de l os 1 1 ºC, dura dos
horas a 2 0 ºC;
la incubación: dura de 4 a 1 2 días según las temperaturas ( 1 2 a 15 días a
1 2- 1 3 ºC, pero solamente 2 a 4 días a 22-26 ºC).
D urante todo el período otoñal, las lluvias favorecen l a maduración de los
huevos de i nvierno y condicionan la virulencia y la precocidad de l os ataques en
prim avera. Cuando los huevos están maduros, son l as l l uvias y l a temperatura
(superior a 1 1 ºC) l as que condicionan el momento de aparición de l as primeras
PROTECCIÓN RACIONAL DEL V IÑEDO 427

contaminaciones. La vegetación baj a (pámpanos del tronco o plantas de v id pro­


cedentes de semi l l as en vi ñas en no cultivo) constituye un trampol ín ideal para
recibir estas primeras contaminaciones por medi o de l as salpicaduras en momen­
tos de l luvias. Todas l as prácticas cul turales que aumenten el vigor favorecen el
desarro l lo de la enfermedad : portainjerto, abonado, riego. Las variedades de
V. vinifera son sensibles mientras que l as especies americanas en su mayoría son
resistentes. Las hoj as son receptivas a lo largo del año pero, sobre todo, cuando
están en crecimiento. La receptiv idad de l os racimos es máxima en estado de
botones separados (estado H de B agliolini ó 1 7 de Eichborn y Lorenz) en la
cerrazón del racimo (estado L ó 33) y a partir del envero ya no son atacadas por
el mildiu.
La enfermedad reduce la superficie foliar activa y provoca la desecación de los
órganos atacados. Provoca un retraso de la madurez, una disminución de la gra­
duación alcohólica y un mal agostamiento de la madera. Una sola contami nación
en el raci mo basta para destruir los granos afectados. En caso de ataques repetidos,
la cosecha queda destruida parcial o totalmente y la perennidad de la planta puede
verse comprometida.

5 .4. Protección razonada contra el mildiu

5.4.1 . Puesta en marcha de medidas profilácticas


La uti l i zación de variedades resistentes sería una solución pero todas l as
variedades de V. vinifera son sensibles. Las i nvestigaciones en curso buscan l a
creación d e variedades menos sensibles combinando l o s factores d e resistencia
y l os de cal idad . Ya h an sido homologadas dos variedades para u va de mesa
pero, por el momento, no existe n i nguna para la producción de u va de v i n i fi ­
cación.
Las medidas profil ácticas tienen un doble objetivo:
reducir al máximo l as condi ciones favorables para la formación de focos
primarios en pri mavera mediante la supresión de encharcamientos, el des­
pampanado precoz para eliminar la vegetación baja cerca del suelo, des­
trucción de plantas jóvenes nacidas de pepitas en viñas en no cul tivo o caí­
das por l as vendi m i adoras, el abandono de aportaciones de oruj o s i n
fermentar;
destruir los focos primarios por la recogida de hoj as enfermas, procedi­
miento experimentado por el ITV en el Midi y despuntar después de la flo­
ración l as hoj as jóvenes receptivas.

5 .4.2. Razonar la l ucha química


La l ucha química es i ndispensable y resulta esenci al mente preventiva deposi­
tando el fungicida sobre los órganos sanos antes de cualquier contaminación, aun­
que algunos productos tienen acción curativa. El número y la época de los trata­
mientos están determinados por las características de l os productos y l a estimación
del riesgo de contaminación.
428 MANUAL DE VITICULTURA

5.4.2. 1 . Conocer los fungicidas anti-mildiu

5 .4 . 2 . 1 . 1 . Fungic idas de con tacto (preventivos)

E stos fungic idas de superficie o con tacto i m piden al parási to pen etrar en el
i n terior de los órg anos de la vid i n h i biendo el proce so de respiraci ón de l hongo al
p ri ncipio de su desarro l l o , desde la germ i nación de l as zoosporas. Estos fu ng ici ­
d as se l l aman an ti-en ergía, porque b l oquean l a fu ente de energ ía de l hongo, l a
respi rac i ó n , so n m u lti-sitios, pu e s i n h i be n a vari as e n z i m as re spiratorias, son
exclusivamente preve n tivos, p u es deben encon trarse sobre el vegetal ante s de l a
contam i n aci ó n . A l no pen etrar e n l as c é l u l as de l o s órganos tratados, son l i x i v i a­
b le s por u n a o vari as l l u v i as que total icen 20-25 m m , los órganos form ados des­
p ués del trata m i ento no son protegidos. S i n e m bargo, son m u y uti li zados ya que
son eficaces con tra e l m i ld i u y otros parási tos. En las especi al idades com erci al es,
se e m p le an solos o asoci ados entre e l los o con otros fung ic idas a los que com p le ­
ta n l a acción .

a) E l cobre
Perm i te la p rotección de l as v i ñ as con tra el m i ldi u desde hace más de u n sig lo
y si empre ha sido u sado por los v i ticul tores. S e u ti liza lo m ás a menudo después
de la parad a de crec i m i e nto de la vid p ara aprovechar su persi stenc i a en e l fo l l aj e y
su excepci o n al persistencia de acci ó n (20 d ías) . Sólo u n a l luvi a abu ndan te p uede
l avar el co bre aportado por u n c aldo bordelés y hacerle perder todo o parte de su
eficaci a . El cobre es un fu ngicida polivalente, ade más de su acción contra e l m i l ­
d i u , permite p roteger l a s v iñas contra l o s ataques d e n u merosas enfermedades:

Tab l a 5
Fungicidas anti-mildiu a base de cobre

Dosis
Materias activas de utilización Observaciones
por ha (mildiu)

Cobre 6 a 10 kg
Fungicidas de contacto de acción
Caldo bordelés 1 2 a 1 5 kg preventiva.

Cobre-folpet 5 kg Persistencias de acción limitada


a 8- 1 0 días y lavado por lluvias
Cobre-zineb 5 kg de más de 25 m m .

Cobre maneb 4 a 6 kg

Cobre-mancozeb 4 a 5 kg

Cobre-propineb 4 kg

Cobre-zineb-maneb 4 kg
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 429

graci as a su acción antifúngica y bacteric i da, e l cobre es i m presci ndi ble e n


l a l uch a contra l a necrosi s b ac teri an a y l as verru g as, es efic az para l i m i tar
los ataques de podred u m bre ácida si n perturbar a la faun a aux i l i ar n i p rovo­
car la aparición de cep as resi stentes en l as pob l aciones de drosofi las, vecto­
res de esta enfermedad;
e l co bre permite con tener l as epidemias de eutip i osi s, con l a condición de
ap licar un progra m a de 3 ó 5 tratam i en tos;
los tratam i e n tos esti vales con cobre tienen efecto s secu n darios contra la
podredu m bre gri s , las bayas tratadas co n co bre ti e ne n una estructura d e l
hol lej o modifi cada y tasas m á s e levadas de sustanc i as que i n tervienen en l as
re acciones de defe n sa de l a p l an ta , por lo que so n menos atacadas;
el cobre tiene una acci ó n sobre el o ídi o al i mpedir la form ación de cleistote ­
cas en otoño, i nc l uso con un sol o tratamiento después de l as ven d i m i as.
S i n e m bargo, el cobre no só l o tiene ventaj as, prese nta algunos defectos:
efectos desfavorab l e s p ara l a v i d :
• e l c a l d o borde l é s, p rep arado e n e l m o me n to d e l e mp leo (prep araci ó n
e x tem poránea) por m ezcl a d e s u l fato de cobre y lechada d e c a l , recu­
brían an ti g u a me n te e l fol l aj e c o n una capa m ás o m e n o s e spesa q ue
p odría perturbar e l m e tabo l i smo de l a p lanta. Este efecto se m a n i festaba
por una red ucci ón sensi b l e de l v i gor y, a m e nu do, por una c aída precoz
de l as hoj as c u an do los tratam i e n to s h ab ían sido n u m e ro so s ; act u a l ­
m ente e stas m an i festaciones n o s o n p ráctic a m e nte p ercepti bles con l o s
c a ldos m i cro n i z ados y c o n u n u s o m oderado de l os trata m i e n tos a base
de cobre ;
• retraso en l a m adurez d e l a s u vas: en algun as variedades (sauvi g no n , g ar­
n acha) el cobre provocaría retrasos de m aduraci ón pero estos retrasos son
i rreg u l are s, n o sie m pre constatados, vari a b les seg ún l as vari edades, los
años, l as p arce l as;
• fitotox icidad: se h an observado, a veces, quemaduras en variedades se nsi­
bles (se m i l lo n , ug ni b l anc), entre e l desborre y l a floración , en tie m po frío
( < 1 5 ºC) y h ú medo ;
- toxicidad para los suelos: el cobre no se degrada en el suelo, q ueda acu m u ­
lado y puede h acerse tó xico para l as pl antas, para la vi da microbian a y para
la fau n a (lom brices de tierra) ; cuando el cobre se encuentra en estado l i bre
en l a solución de l suelo con una p roporci ón elevada, e l arraigo de l as p lantas
después de la p l antación es di fíci l , l as v i ñ as adu l tas pre se ntan debi l i tamiento
y síntom as c aracterísticos, l as aguas de escorre n tía c arg adas de cobre parti­
cipan e n la con t a m i n ac ión de l cobre ;
incidencia enológica; s e h a co m probado que u n sol o tratamiento c o n cobre
después de la cerrazón del raci m o modifi c aba la expresión de los aro m as
varietales de ciertas variedades, eso se h a de m ostrado e n e l caso de l a S au­
vignon e n B urdeos, pero no ha si do verificado p ara la m i sma variedad en
S ancerre o para otras v ariedades co mo l as M usc at cul tivadas p ara la produc­
ción de los VD N.
A pesar de e stos defecto s, el co bre e s i n di spen s a b le para l a protección del
v i ñedo, so bre todo a fi n ales de tem porad a y en reg iones donde atacan la necrosis
bacteri an a o l a podredu m bre ácida . Para evitar los riesgos de pérdida de arom as, e s
suficie nte con n o tratar los rac i mos y n o toc ar m ás que l a m i tad superior del fol laje
en los ú ltimos trata mientos anti -m i l d i u .
430 MANUAL DE VITICULTURA

El efecto fungotóxico del cobre sólo se observa cuando el cobre está en estado
i ones Cu++ en solución en el agua. Cuando el caldo que contiene cobre es pulveri­
zado sobre el vegetal, una fracción debe estar en estado Cu++ para actuar inmedia­
tamente pero otra fracción mucho más i mportante, debe encontrarse en estado
i nsoluble con el fin de ser l iberado progresivamente al estado soluble y así asegu­
rar la persistencia de acción. Si no fuera así, todo el cobre sería activo inmedi ata­
mente y su concentración en la superficie de l os órganos en el momento de l a pul­
verización o de su disolución después de una l luvia o de un rocío podría provocar
quemaduras por fitotoxicidad y sería lavado rápidamente por las primeras l luvias.
El cobre utilizado en pulverización, se presenta bajo diferentes formas de l as que
las principales son el caldo bordelés, l os oxicloruros de cobre y l os hidróxidos de
cobre:
los caldos bordeleses: durante mucho tiempo estos caldos se preparaban en
el momento de su empleo (caldos extemporáneos) en mezcla, para 1 00 litros
de caldo, 2/1 O de una solución que contenía 1 ,3 kg de cal (lechada de cal) y
8/ 1 0 de una sol ución con 2 kg de sulfato de cobre (en cristales o en polvo
«nieve»). Estos a 2% de sulfato de cobre se utilizaban en plena vegetación a
razón de 1 .000 1 de caldo/ha, lo que aportaba 20 kg/ha de sulfato de cobre en
cada tratamiento. Actualmente existen numerosas especialidades de caldo
bordelés micronizados, l istos para su uso, que pasan mucho más fácilmente
en los pulverizadores y que pueden ser usados a bajo volumen de caldo por
hectárea con los pulverizadores neumáticos. Algunas preparaciones indus­
triales, dosificadas al 20% de metal cobre, al ser más activas que los caldos
bordelés clásicos, son recomendadas a 1 5 kg/ha (300 g de metal cobre/hl , es
decir, 3 kg/ha) y no a la dosis homologada de 25 kg/ha (500 g de metal
cobre/hl , es decir, 5 kg/ha). Estos cal dos tienen la capacidad de l iberar pro­
gresivamente el cobre y, por lo tanto, tienen una l arga persistencia de acción
y no son fitotóxicos;
el hidróxido de cobre: se obtiene por reacción de sulfato de cobre con
sodio, dando hidróxido y sulfato de sodio; el hidróxido libera mucho más
masiva y rápidamente los iones cúpricos que los caldos bordeleses, lo que
proporciona una buena acción de choque, pero una persistencia de acción
mucho más corta y un riesgo más alto de fitotoxicidad (sobre el follaje en
tiempo fresco y húmedo en pri mavera) para las variedades sensibles, como
la ugni blanc en charentes y la semil lon en B urdeos; por el contrario, este
efecto de choque provoca una cicatrización más rápida de l as heridas. Las
especialidades comerciales están formuladas al 40 ó 50% y se emplean a
5-6 kg/ha; los hidróxidos clásicos en polvo parecen menos eficaces que los
caldos bordeleses y, por el contrario, l as formulaciones en forma de suspen­
sión concentrada (Champ Flo) y de granulados dispersibles (Kocide DF) son
más eficaces que los caldos bordeleses;
el oxicloruro de cobre: esta materia activa es menos eficaz sola, tiene un
riesgo más alto de fitotoxicidad y una débil persistencia de acción; en las
especialidades comerciales, está asociado a otras materias activas que com­
pletan su efecto antifúngico.

b) Los ditiocarbamatos (maneb, mancozeb, propineb, metiram-zinc . . . )


Es el mancozeb el representante más difundido. Es un fungicida polivalente,
activo contra el mildiu, el black rot, la excoriosis y el brenner; no desarrolla fenó-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 431

menos de resistencias de los hongos y por el contrario, frena las poblaciones de


ácaros fi tófagos y de la erinosis y también l as de los tifl odromos. Teniendo en
cuenta estas propiedades y defectos, utilizado solo es interesante en tratamientos
de principios de temporada (lo más tarde en la floración) a 2. 800 g.m.a./ha.

c) Las phtali midas (folpet)


Esta familia de fungicidas está representada esencialmente por el folpet cuya
principal característica es l a polivalencia; en efecto, actúa sobre el m ildiu, l a exco­
riosis y el enrojecimiento parasitario y posee una acción secundaria sobre el oídio,
el black rot y la podredumbre gris. Como el folpet puede perturbar las fermenta­
c iones después de apl icaciones tardías debe respetarse un plazo de 30 a 40 días
antes de la vendi mia. Está homologado a la dosis de 1 .500 g.m.a./ha.

d) Puesta en marcha de los fungicidas de contacto


El razonamiento de la lucha contra el mildiu con los productos de cobertura
de acción preventiva debe tener en cuenta la apreci ación del riesgo mildiu, la plu­
viometría, la receptividad de los órganos y el crecimiento de la vid. Los trata­
m ientos se hacen de una manera más seguida en fase de crecimiento activo y en
período de l luvias tormentosas ; se repiten sistemáticamente después de l luvias de
más de 20-25 mm. El período de riesgo aumentado y de gran receptividad de los
racimos, es preferible uti l i zarlos con fungicidas penetrantes o sistémicos. En l as
estrategias de tratamientos se tendrá en cuenta su polivalencia, sus efectos secun­
darios y su persistenci a de acción a fin de uti l izarlos en los períodos más adapta­
dos, por ejemplo, el mancozeb a principios de temporada, el folpet durante el
período de gran recepti vidad de los raci mos, el cobre a fi nales de temporada.
Estos productos se emplean solos o en asociación con penetrantes o sistémicos
que completan su acción.

5 .4.2. 1 .2. Fungicidas penetrantes (preventivos y curativos)


Estos fungicidas tienen la capacidad de penetrar en el vegetal sobre el que son
depositados. Son para util izar preventivamente i nc luso aunque algunas materias
activas de esta categoría pueden tener un efecto curativo, l i mitado a 3-4 días des­
pués de la penetración del hongo. El producto apl icado en la vid está protegi do del
lavado al cabo de una hora, protege a los órganos tratados pero no a los que se for­
men después del tratamiento.

a) El cimoxanilo y el dimetomorf
Actúan inhibiendo el creci miento de los tubos germinativos (efecto preventivo)
y el del micelio (efecto curativo). En las especialidades comerciales están siempre
asociados a fungicidas multi-sitios debido a su falta de persistencia ( cimoxan i lo) y
a riesgos de resistencia (observado con el dimetomoif, sospechado para el cimoxa­
l ino ). La persistencia de acción de los productos comerciales es de 7 a 1 O días para
las que contienen cimoxalino y de 1 0- 1 2 días para las que la base es el dimeto­
morf.

b) El famoxadone y el azoxistrobin
Actúan inhibiendo la cadena respiratoria mitocondrial de los hongos, son fun­
gicidas anti-energía.
432 MANUAL D E VITICULTURA

E l famoxadone es u n fu ngicida de superfic i e y penetran te en l a cutíc u l a epi­


dérmic a, e s espec ífico del m i ld i u pero posee efectos secu ndarios so bre el b l ack rot,
oídio y bre n n er, su persi stencia de acción es de 1 O a 1 2 días. E stá asociado al cimo­
xalino en la form u l ación com erc i al (Equ ation Pro).
E l azoxistrobin (Quadri s) es u n fu ngicida translam i n ar (tran sferenci a i n tern a
d e u n a c ara a la otra) , p o li valente ( mi l d i u , excoriosis, b l ack rot, oídio y brenner)
con efecto secundario sobre la podredu m bre gris, su persi stencia de acc ión es de
1 0- 1 2 días . Form u l ado solo (Quadri s) o asoci ado con c i moxan i lo (Quadri s duo),
no provoca todavía la aparición de cepas re si sten te s de m ildi u ; sin e m bargo, es
pruden te l i m i tar a 2-3 e l n úm ero de tratamientos con e ste tipo de productos.

5 .4 . 2 . 1 . 3 . Fung ic idas sistém icos (preven tivos y curativos)

Son fu ngici d as orgánicos de sín tesi s que penetran en los tej i dos y son vehicu­
l ados por la sav i a, l o que per m i te proteger los órganos jóvenes form ados después
de u n tratamie n to al ponerse el producto a l abrigo del l avado desp ués de una l l u ­
v i a . Esta propied ad tiene co mo con secuencia el au mentar la duración de l a acci ón
i ndirecta de u n tratamiento y, por tanto , reducir la caden c i a de los tratamientos.
P u e d e n soportar frec u e n c i a s de a p l i c a c i ó n de 1 4 d ía s s i el r i e sg o es dé b i l o
mediano, de 1 0 - 1 2 días si es elevado , pero so lamente de 1 0 d ías para un riesgo
excepcional mente e l ev ado de mi l d i u . Tienen una acción de co bertura y un efecto
p aralizante (corre spondiente aproximad amente al 25% del tiempo de i ncubación,
es decir, 1 a 3 d ías). Los fun gi cidas si sté m icos n u nca se uti lizan so los sin o en aso­
c i ación con fungicidas de contacto . L as m aterias activas son e l fosetil de alumin io
y diversas m o léc u l as de la fam i l i a de l as fen ilam idas (o ani lidas) .

a) Espec i ali dades a base de foseti l de al u m i nio


El fosetil-Al tiene u n a buen a efi c ac i a so bre e l mildi u y contra l a excoriosis,
por tanto, p uede ser u ti li z ado en tratamiento de post-desborre . N o se h a observado
n i n g ú n fe nómeno de re si stenc i a, lo que perm i te u ti l i z arlo durante toda la campaña
de p rotección con una cadenc i a de 1 0 a 1 4 días, segú n el riesgo de m i l d i u . S i n
e m bargo , se enc uentran traz as d e e ste p rod ucto e n l a s uvas e n e l momento d e l a
vendi m i a pero a dosi s i n feri ores a l l ím i te máxi mo de residuos (LM R ) . P ara los
tratam i e n tos posteriores a rac i mo cerrado, es prudente sustituirlo con otras m ate­
ri as activas. E n l as e specialidades co m e rciales e stá asoci ado a u n fungicida de
con tacto (fo lpet o mancozeb ) ; una especial idad co n ti e n e c i m o x a l i n o , lo que le
confiere además un efecto curativo. El foseti l - A l se mezc l a bien con los productos
fungicidas orgánicos de tipo IBE c u ando se prese nta e n forma de polvo moj able
(ej . B ayleto n ) . Por el co n trari o , en for m a de e m u lsión (ej . B aytan ) , l a m ez c l a
puede ser fi totóxi ca.

b) Especiali dades a base de a n i lidas o fen i l a m idas


( benalaxi l , metalaxi l , oxadi x i l , ofurace)
Tie nen una acción de co bertura , penetrante y si sté m ica, aseguran u n a p rotec­
ción preventiva y curati va ( l i m i tada a 3 d ías) . Su modo de acción contra el hongo y
su uti l i z ación repeti da h an hecho aparecer cepas resi ste ntes de l m i ld i u . Por ello el
e m p leo de estos fun gi c i d as debe l i m itarse a tres ap l i c aciones como m áx i mo , a
posic ionar duran te el período de gran receptividad de los rac i mos y de creci miento
activo del fo l laj e. Las ap l i c aciones de recuperación so bre el m i ldiu dec l arado, así
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 433

como cualqui er ap licación e n v i veros de ben proscribi rse. L a s an i l i das e stán actu al­
me n te asociad as a fungicidas de contacto a veces co mplet ado con c i mo x an i lo . E l
p lazo de acción d e u n tratami e n to e s d e 1 0 a 1 4 d ías segú n l a i n tensi d ad de l riesgo.
Para asegurar una protección conti n u a e n período de ri esgo, la reanudación de l as
i ntervenciones con u n fungicida de co bertura debe hacerse respetando u n p lazo de
10 días máxi m o después del ú ltimo si sté m ico .

5 .4.2.2. ¿Cóm o estimar el n i vel de riesgo ?


E l v i ticu ltor no suele tener los m edios p ara hacer e sta esti m ación y norm al­
m en te se ve o b l i g ado a adoptar u n a estrate g i a de l uc ha q u e e s u n a e specie de
seg uro de riesgos.
En efecto, esta prev i sión i m p l i c a un anál i si s de datos meteoro lóg i cos y el
seg u i m i e n to de la evo l ución del hongo y de l a v i ñ a. E l vi ti cultor rea l i z a con mucha
frecuencia tratamientos i nútiles ante el temor de un riesgo de con t a m i n ación. Para
decidir un tratamiento en el momento oportuno y evi tar el tratamiento cuando y a
es i n úti l , co nviene pedir i nformación a l as e staciones de avi sos agrícolas y a conse­
j eros técnicos.

5 .4 . 2 . 2 . 1 . Previsión del com ienzo del riesgo


El riesgo del m i ld i u comienza en pri m avera con la germ i n ación de los huevos
de i nv ie rn o . É sta sól o se puede h acer s i los huevos h an alcan z ado el e stado de
m adure z . Esto se produce a fi n ales de i nvierno , e n una fecha vari able cada año que
es fundamental conocer ya qu e a partir de e se mo mento pueden te ner l ugar las pri ­
meras contam i n aciones.
La determ i n ación de esa fech a se efectúa de dos m aneras:
- método b iológico, basado en el seg u i m i e n to de la m aduración de los huevos
de i nvierno (oosporas) y por l a medida en l aboratorio de su duración de ger­
m i n ación ; el estado de m adurez de los huevos se a lcanza cuando e sta dura­
ción es i n fe rior a 24 horas ( a 22 ºC y en atmósfera hú meda) ;
- modelo P OM ( previ si ó n d e l ópti m o de m ad u rac i ó n ) , b asado en u n a l e y
m ate m ática si m u l ando e l comportamiento del hongo y util i z ando l a altura
de l as l l u v i as de octubre a enero ; con este m odelo es posi ble, a parti r de fi na­
les de enero , prever l a fecha de m adurez de los huevos.
A p arti r de esta fec h a , l o s huevos están l i sto s p ara germi n ar y e m i ti r u n a
m acrocon i d i a q ue l i berará z oosporas, respo n sables de las pri meras con ta m i n acio­
nes; teni endo en cuenta los datos meteoro lógi cos ( ll u v i a y tem peratura superior a
1 1 ºC ) , se puede p rever l a fech a de apari c i ó n probable de l as pri meras m an c h as y
decidir la oportunidad de u n a i n tervención . A con ti n u ac ión , e l riesgo depende de
l as co ndiciones c l i m áticas, de la abu n danci a y de l a agresi v i d ad del i nóc u lo y,
fin a lme n te, d e l estado de recepti v idad de l a v i ñ a .

5 .4.2.2.2. Previsión de l a gravedad del riesgo


En período de ri e sgo, el conoc i m i e n to de su gravedad es un elemento i m por­
tante de decisió n . L a deter m i n ación se re al i z a seg ú n varios m étodos:
- método b io lógico: eva l ú a el porcentaj e de germ i n ac i ón de los h uevos de
i n v ie rn o a fi n de d e t e r m i n ar la v i ru le n c i a de la e n fe r m e d ad en el año
siguiente;
434 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 6
Fungicidas orgánicos de síntesis anti-mildiu

Dosis de Otras acciones


utilización
Materias activas Observaciones
en kg ó liba
Black rot Excoriosis
(mildiu)

M ancozeb 3,5 a 4 kg + + Fungicidas de contacto de


(2.800 g.m.a./ha) 61 y brenner acción preventiva

M aneb 3,5 kg Renovar la protección


(2.800 g.m.a./ha) 6,5 1 + + cada 8- 1 0 días o después
3 ,5 kg y brenner de lluvias de 25 mm

Metiram-zinc 3,5 kg + +
y brenner

Propineb 4 kg + +

Ditianon 1 ,4 1 Ditiocarbamatos:

Folpet 3l M aneb
ó 3 kg brenner + M ancozeb
( 1 .500 g.m.a.) Propineb
Zineb
Diclofluanida 2,5 kg Metiram-zi nz

Ciproconazol + 2 kg
mancozeb

Metiltiofanato + 5 kg + Talidimas:
folpet
Folpet
Folpet + tiram 3 kg brenner Captan
carben dazi ma

M ancozeb + 4 kg + +
m iclobutanil y brenner

Pirifenox + 4 kg + +
mancozeb
PROTECCIÓN RAC IONAL DEL VIÑEDO 435

Tab l a 7
Fungicidas penetrantes anti-mildiu.

Dosis de Otras acciones


utilización
Materias activas Observaciones
en kg ó liba
Black rot Excoriosis
(mildiu)

Ci moxallilo + 1 ,5 kg s + Fungicidas a base de


folpet 3J cimoxanilo
2,5 1
Ci moxallilo + 21 +
Con un efecto
c lortaloni l +
paralizante en los 2-3
folpet
días, después de la
Cimoxallilo + 2 kg + + lluvia contaminadora
mancozeb 2,5 kg
3 kg
Cimoxanilo + 2 kg + Persi tencia limitada
mancozeb + 3 kg a 1 0- 1 2 día
folpet
Ci moxallilo + 2,5 kg
propineb
Cimoxanilo 2,5 kg + + Ningún riesgo
metf ram zinc de resistencia
Cimoxanilo + 2,5 kg +
folpet +
mancozeb +
cobre
Cimoxanilo + 2,5 kg +
mancozeb + 4 kg
folpet
Cimoxanilo + 5 kg s + Ningún riesgo
zineb + cobre de lavado
Cimoxanilo + 2,5 kg + +
metiram zinc +
cobre
Cimoxallilo + 3 kg s +
folpet + cobre 2,5 kg s +
Cimoxanilo + 7,5 kg s s
mancozeb + 3 kg
cobre 7,5 kg
CimoxanHo + 5 kg s
folpet + zineb
Ci moxanüo + 0,4 kg
famoxadone
436 MANUAL DE VITICULTURA

Cirnoxanilo + 5 kg s +
folpet + cobre +
zineb
Cimoxanilo + 2,5 kg +
propineb +
triadimefon
Cimoxanilo + 7,5 kg
cobre
Dimetomorf l ,5 1 + 2 L Fungicidas a base
y folpet 2 kg de dimetornorf
Dimetomorf + 2,5 kg
mancozeb 2,5 kg
Azoxistrobina 1] + oídio + Fungicidas a base
+ de estrobilurinas
Azosistrobina + 1 kg + oídio
cirnoxanilo

Tabla 8
Fungicidas sistémicos a base de fosetil-Al (anti-mildiu)

Dosis de Otras acciones


utilización
Materias activas Observaciones
en kg ó l/ha
(mildiu) Black rot Excoriosis
,,
Fosetil-Al + 4 kg + +
mancozeb
Fosetil-Al + 4 kg + Fungicidas sistémicos
folpet con efecto preventivo y
Fosetil-Al + 5 kg curativo.
cobre
Permanencia
Fosetil-Al + 5 kg s de 1 0- 1 4 días
folpet + cobre
Fosetil-AI + 3 kg s Ningún riesgo
folpet + cimoxanilo de resistencia
Fosetil-Al + 4 kg + +
mancozab +
benalaxjl
Fosetil-Al + 3 kg
cimoxanilo + folpet
Fosetil-Al + 4 kg
cimoxanilo + mancozeb
Fosetil-Al + 4 kg + +
metiramzinc brenner
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 437

Tabla 9
Fungicidas sistémicos a base de anilidas (anti-mildiu)

Dosis de Otras acciones


utilización
Materias activas Observaciones
en kg ó JJha
(mildiu) Black rot Excoriosis

Benalaxil + 2,5 kg +
rnancozeb

Benalaxil + 2,4 kg s +
folpet
Fungicidas sistémicos
Benalaxil + 41
rnancozeb Tienen un efecto
Ofurace + preventivo y curativo
2,5 1
folpet
Permanencia
Oxadixil + 2,5 kg de 1 0- 1 4 días
mancozeb +
cimoxanilo Riesgo de aparición
de cepas resi stentes
Oxadixil + 2,5 1 s
folpet + cimoxanilo Utilizar con un límite
Metalaxil + 2,5 kg de 3 aplicaciones
folpet por temporada

Oxadixil + 2,5 kg + +
cimoxanilo +
ciproconazol +
mancozeb

- modelo EPI (estado potencial de infección): es un método de tendencia que


permite, durante la fase i nvernal, prever la agresividad del mildiu en prima­
vera; esta determi nación p uede hacerse desde finales de enero ya que l a
agresividad está e n rel ación directa con l a precocidad d e maduración d e los
huevos de i nvierno y, por tanto, con la abundanci a de lluvias de octubre a
enero. Este modelo EPI cuanti fica también, durante toda la fase vegetativa,
el potencial de riesgo según una escala arbitraria:
• valores de EPI inferiores a O indican que los daños resultantes de condi­
ciones favorables a l a contaminación serán débiles;
• si l a EPI es superior a O y sobre todo > 1 O, hay que tomar rápidamente
medidas de protección.
- modelo Milvit: funciona muy di ferentemente, no tiene en cuenta el riesgo
i nicial ; permite simular u na epidemia en el momento de infecciones secun­
darias; es un modelo cuanti tativo que evalúa el número de conidias y que
acumula los resultados en el tiempo;
438 MANUAL DE VITICULTURA

EPI
18
1 988

10
I
/' - 1 987
\ I
I

r
I
I
o
I
I

I
1
I -
I
I

- 10

- 18
Abril M ayo Junio J ulio Agosto Septiembre

F igura 9
Modelo EPI.
Evolución de los valores de la E P I en B urdeos du rante cuatro años de riesgos muy d i ferentes: riesgo débil en
pri mavera hac iéndose grave a partir de julio en 1 987, riesgo excepcionalmente elevado desde finales de
i nvierno y durante toda la temporada en 1 988, riesgo despreciable en 1 989, riesgo débil en pri mavera, pero
aumentando en verano a nivel medio en 1 990.

1 80
1 988
1 60

1 40

1 20

1 00

80 1 990

60

40

20

o
0 1 /05 3 1 /05 30/06 30/07

Figura 1 O
Modelo Milvit.
Evolución de l a i nten si dad de los ataques calculado con el mod elo M ilvit en B ourgogne durante cuatro años:
ataq ue precoz e i ntenso d u rante toda la temporada en 1 988 , muy débil desarrollo de la enfermedad en 1 998
y 1 99 1 , fuerte presión del mildiu de junio a mediados d e julio en 1 990.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 4 39

modelo Dyonis: tiene en cuenta los ciclos secundarios, co mo el M i l vit, el


ri esgo potenci a l como e l EPI y, también, el n ivel de protección asegurado
por los tratamientos anteriores.
Los modelos só lo son válidos e n la región donde han sido validados; por otra
parte , deben estar aj u stados a las condiciones c li m áticas locales y a la sen si b i l idad
de las variedades de l a región . De ahí e l pe l i gro de l os aparatos comerc ial izados
con una estación meteoro lógica y un logicial sin seg u i m i e n to de l a fi abi lidad per­
manen te de los c aptadores de datos cli m áticos y sin un logicial específico validado
e n la región .

5 .4.2.3. ¿Qué estrategia de lucha estab lecer?

El v i ticu ltor debe dec idir la fec h a de los tratamientos y los productos a uti lizar.
En esta tom a de dec i sión los serv i ci os oficiales agríco l as proporcionan u n a opi­
nión; e sta opinión debe ser adaptad a e n función de l a evolución local del m i ld i u
( aparición de m anchas, p l u v iometría, sen si b i l idad d e l as variedades, dific u l tades
de m ateri al y de person al p ara rea lizar los tratam iento s) .
L as reg l as sig uiente s p ueden ayudar a l a t o m a de decisión y a l a defi n ición d e
un a estrategi a de l ucha:
la lucha con tra e l m i ld i u debe ser i m perativamente preven tiva y a que si no
es posi ble parar u n ataque, los daños, especi almente sobre i n flore scencias y
racimos, son i rre medi ables y pueden ser graves. Los fungicidas deben apli­
carse an tes de la l l uvi a conta m i n adora, e l efecto curativo de alg unos fu ngici­
das (cimoxan i lo, d i m eto m orf, an i l i d as) q ueda l i m itado, sobre todo, e n caso
de fuerte p resión de la enfermedad ;
- la alternancia de l o s productos permite evi tar l a aparición de l o s fenóme nos
de resi stenci a y aprovechar e l modo de acción de cada uno de e l los en fu n ­
c i ó n de l as épocas y de los ri esgos;
l a polivalencia de los productos permite aprovecharse de sus efectos secun­
d arios en los períodos de rie sgo provocados por otras enfermedades:
• mancoze b so bre el b l ack rot,
• fo l pe t so bre la podredu m bre gris, etc . ;
- la asoci ación de produ ctos permi te aprovech arse de l efecto d e si nergi a y
preveni r los ataq ue s por difere n tes v ías que teng an even tualmente u n efecto
curativo .

5 .4 . 2 . 3 . 1 . Decidir la fecha del p rimer tratamien to

Es i mportan te no co menzar Jos trata mientos de m asi ado pronto y, por lo tanto,
esperar a las contam i n aciones pri m ari as; pero éstas son muy fluctuantes segú n los
años. El modelo de previ si ón EPI y la obse rvación de los focos primarios si el
rie go es medio son , por tanto , i n stru mentos necesarios para la tom a de decisión :
en regiones septen trionales y en La costa atlán tica, la decisión de trat ar se
toma antes de la con taminación si e l riesgo es elevado (EPI superior a 1 0),
de spués de l a con ta m i n ación pero a n tes de l o s fo c o s pri m ari os s i e l riesgo e s
me d io y despué s de l a aparición de los pri m eros focos pri m arios s i el riesgo
es débil ;
e n reg iones meridionales e s posi b le e sperar l a aparición d e los focos pri m a­
rios para co menzar la protecci ón , salvo si la EPI es superior a 1 0 .
440 MANUAL DE VITICULTURA

5 .4 . 2 . 3 . 2 . Decidir la renovación de los tratamien tos an ti-mildiu

Con frecuencia se habla de cadencias de tratamientos en función de l modo y


persistencia de acción de los fu ngicidas, pero no es i n d i spensable tratar sistem áti­
camente si los riesgos so n dé bi l es . Las dec i siones de i n terve n i r para protegerse
con tra este parásito pueden ser razon adas observando el v iñedo a fi n de detectar l a
prese ncia y l a l ocali zación de m anchas, si guiendo reg u l armente las i n form aciones
meteorol óg i cas y e stando i n form ados del ri e sgo potencial de ataq u e del m i l di u
grac i as especi a lmente a l as estaciones d e avi sos agrícolas y a los modelos de pre ­
vi si ó n (E PI, M i l v i t o Dyonis) :
- si l a p resión d e l a enfermedad e s déb il, e n la reg i ón y e n au sencia de focos
en l as parcelas o en los veci nos próxi mos, es posi ble no renovar el trata­
miento al fi n a l de la pe rsi stenci a de acción del fungicida uti l i z ado p ara el
tratamiento preceden te . Pero eso supone m ucha v i g i l anci a y u na gran expe­
riencia de l as o b servaciones, de l as i n form acione s y del conoc i miento de los
modos de acción de los productos. Eso es más fáci lmente re alizab le e n los
v i ñedos meridi onales; en l os septe n trion ales, eso e s posi ble en los años de
esc asa p l uviometría;
- de todos modos, si la p resión de la enfermedad es media, en la región (con
poco o n ada de m anchas en la p arce l a) , es necesario tratar, en parti cul ar,
durante la fase de gran receptivi dad de los raci mos. Se tendrá en cuenta para
la ren ovación del tratami e n to la persistencia de acción máx i m a de los pro­
ductos empleados en el tratamiento precede n te;
si la p resión de la enfermedad es fuerte, en la región, i nc l u so en ausen c i a de
manchas, es urgente tratar desde e l fin de la duración mín i ma de persistencia
de acción del producto u ti l i zado en e l tratam iento preceden te;
fi n a l m e n te si la p resión es m uy fuerte y la enferm edad está dec larada , es
necesari o, sin demora, i nterven ir c urativamente con productos a base de
cimoxan i lo .

5 .4 . 2 . 3 . 3 . Decidir intervenir e n caso de ataque declarado

Es i nd ispe n sable el seg u i m iento perm ane nte del vi ñedo p ara detectar la pre­
se ncia de l a enfermedad , darse cuenta de la cali dad de l a protección y constatar
eventualmente una protección i n suficiente . C u ando la enfermedad está dec l arada,
si el tie m po es bueno y seco , e l ri esgo de contam i n ación es débi l ; por e l contrari o,
si l as con d i c i o n e s meteoro lógi cas so n favora b l e s p ara el h o n g o , el ri e sg o es
grande. Para fren ar l a extensión de l a enfermedad cuando l as manchas son abun­
dantes y su reparto m u y regu lar (vari as m anchas por cepa), es necesario recurrir a
espec i alidades curativas a base de c i m o x a ni lo (no emplear productos a base de ani­
l id as, n i de d i metomorf) con u n a renovac i ó n 5 - 6 días más tarde. Los tratamientos
se re ali zan por l as dos caras con aparatos bi en reg u l ados y verifi cando l a calidad
de l a p u l ve riz aci ó n .

5 .4 . 2 . 3 .4 . Decidir parar l a p rotecc ión al final d e L a campaña

E n la mayoría de los casos l a protección no es nece sari a a p arti r del comi enzo
del envero, p uesto que ya los rac i mos n o son receptivos. L as hoj as de los anticipa­
dos pueden ser conta m i n adas todavía, espec i al mente a fi n ales de agosto-pri ncipios
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 441

de se ptiem bre, después de tormen tas que rebrotan la vegetación . Genera l me nte u n
si mple despunte b asta p ara dete ner l a exte n sión de l a e nfermedad . E n l as v i ñ as que
prese nten ataques a comienzos d e l e nvero se podrá efectuar u n tratamiento con u n
producto cúprico . L a protección de l as v i ñ as jóvenes s e continúa m ás tarde durante
l a temporada.

6. PODREDU M B RE G RI S

L a pod redum bre gri s e s u n a enfermedad cri ptog ámica que preocupa m ucho a los
agricultores, ya que el hongo Botrytis cinerea ataca a un gran n ú mero de p l antas.
E n la vi d , Botrytis cinerea se m an i fiesta en los órganos herbáceos (hoj as, bro­
tes, i n florescenci as) , en las estacas-i nj e rto en cámara caliente de estratifi cac ión y
so bre los rac imos en donde provoc a:
- la podredumbre peduncular, que se m an ifiesta e n el pedúncu lo y en e l ras­
pón de los raci mos, prod uciendo su march i tez y m u ch as veces, su c aída
antes de la cosech a; p arece que esta form a se m a n ifi esta sobre todo en los
v iñedos ale manes y e n el n orde ste de Francia;
- la podredumbre gris propi ame n te dicha, q ue e s J a form a m ás grave y que
afecta a los granos de l rac i mo , e n tiempo h ú medo, entre e l c u aj ado y la
m adurez ;

Figura 1 1
Ataque de podredumbre gris sobre racimo.
442 MANUAL DE VITICULTURA

la podredumbre noble, que se m a n i fiesta e n pe ríodo de so bre rn aduración


bajo ciert as condiciones c l i m áticas y que se busca p ara la el aboración de
vinos generosos, t i po coteaux de layo n , sauternes y j uranc;o n .

6. 1 . Síntomas
E l hongo puede atacar a casi todos los órganos y mani festarse a parti r de l a pri­
m avera, pero los ataques m ás grave s son los que se produce n so bre los rac imos a
partir del e nvero .
En las hojas se obse rva, en p ri m averas h úmedas y frescas, m anchas p ardu scas
e n el i n terior o e n el borde del li m bo, lo q ue da u n aspecto de «hoj a q ue m ada» a la
parte superior; algunas veces se ve u n afi eltrado gris. Estos ataques en l as hoj as
pueden prod ucir su caída, pero , en general, tiene consecuenc i as l i mitadas.
En los pámpanos l os sín to m as son m ás raros. Los años l l uviosos son atacados
a p artir de los otros órganos enfermos y presentan , ento nces, un afieltrado de mice­
li o y una a lteración p ard a de los tej idos; los sarmientos mal agostados pueden p re ­
se n tar en otoño c av idades negras de 1 a 5 m m de d iámetro q ue corresponden a lo s
esclerocios.
En las inflorescencias y rac imos, el hongo puede :
prod ucir la desecación de botones florales an tes de la floración y la caída
precoz de u n a parte o de la totali dad de la i nflorescenci a;
atacar al ped únculo cuando tod av ía e stá verde, h aciendo aparecer necrosis
bajo m asas de m i celios; u n a podredu m bre húmeda puede desarro l l arse con
exudación de un l íq uido de las p artes afectadas: es la podred u mbre peduncu­
lar, que es grave, so bre todo, haci a la parada de creci m ie nto en e l momento
en q ue los granos son y a gruesos, produciendo l a c aída prem atura de los
rac imos;
- atacar a los granos del rac i mo después del cuaj ado; l as contami n aciones pre ­
coces p ueden producirse a p artir de residuos florales, lo s granos tom an u na
coloración gri sácea, después s e oscurecen y s e pudre n , cubriéndo se de eflo­
resce ncias grises: es la podredu m bre gris; a p artir del envero la i n fecci ón
progresa a p artir de u n grano enferm o hacia los granos próxi mos.
C o rno con secuen c i a de e ste ataq ue los gran os son i nvad i dos por otros hongos
c o m o los Pen icillium ( p odred u m bre verd e ) , o l o s A sp e rg illus (podred u m b re s
negras) .
Los vinos procedentes de cosec h as con podredu m bre s p resentan caracteres
parti culares:
En las variedades tin tas: degradación de l a m ateria colorante , y sustanc i as
aro máti c as, form ación de m uci l agos que perj udican la c l arificación , pérdida
con siderable de j ugo;
En las variedades b lancas: pérdida de cosecha, pérdida de aro m as y de fruto
con un a coloración modificada por la oxidación, aum e n to d e l extracto seco,
de dex tri n as y de g l icero l .
F i n almente l as u vas de algu n as variedades b lan cas (se mi llón , m u sc adelle, sau­
v i g non , che n i n , riesti n g, furmi n t) someti das a los ataques de Botrytis cinerea bajo
condi ciones cl i m áticas partic u l ares puede n prese n tar u na podredu m bre noble.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 443

6.2 . Desarro l lo epidemiológico de la podredumbre gris


L a p odred u m b re gri s de l a vid e s producida por e l bongo Bo trytis cinerea
Pers. , que es la forma i m perfecta de Botryotin ia fucieliana (de B y. Whetz ) .
La conservación : el hongo perm anece e n i nvierno bajo forma de esc lerocios e n
l o s sarm ientos y de m i c e l i o baj o las cortezas.
La diseminación: cuando las condiciones cli m áticas son favorables, los e scle­
rocios y los micelios se recubren de conidióforos que l i beran conidias. La dise mi­
n ación de las con i d i as e stá asegu rada po r el viento y la l l u vi a .
La contaminación : l as con i d i as con ta m i n an n uevos órganos, q u e ger m i n an e n
presencia de agu a ( re m oj o de 1 5 horas) y d e u n substrato n utri tivo constituido, fre­
cuente mente, por órg anos que h an perdido su vitalidad (re siduos de órganos flora­
les, hoj as m uertas). A partir de estos pri m eros focos la contami n ación se propaga a
los de más órganos y en particu lar a l as bayas por medio de los co n i dios o por
medio del m i celio por contacto de los focos i n stal ados e n l as bayas:
• sobre baya n o receptiva (de la floración al e nvero), la infección permanece
latente, e l hongo se encue n tra de for m a saprofi ta sobre los restos florales, o
penetra en las bayas si n evo lucionar h asta el envero;
• sobre baya recepti va, a p arti r de l envero, la contam i n ación se produce, bien
por las conidi as o por e l micelio y a prese nte , siendo esto ú ltimo ser el c aso
más frecuen te .
L a contamin ación de l a b a y a puede h acerse directam e nte p o r penetración de
los fi l amentos ger m i n ativos proceden tes de con i dias o de m i ce l ios:
• por las heri das q ue rodean los esto m as;
• por fractura atravesando l a cutíc u l a de spués la pared epidérmica y prod u­
c iendo en z i m as (quiti n asas, pectin asas, galacturo nasas) ; el m i c e lio produce
l acasa para destruir los compuestos fen ó licos y fac i l i tar la penetración .
La infección es e l resul tado de l a penetración d e l micelio en los tej i dos; l a
degrad ac ión d e los tej i dos s e realiza medi an te u n comp lejo enz i m ático.

6. 3 . Circunstancias favorables
L a enfermedad se desarro l l a m ás fác i l mente en alg u n as circunstanci as re l ac i o­
n adas un as con l as condiciones cli m áti c as, con la sensi bi l i dad de la p l anta misma y
con l os factores de cu ltivo :

6.3.1 . Cond iciones cl imáticas


El hongo se desarro l la b i e n e ntre 1 5 y 20º C . El ag ua de l l u v i a o u n a h u m e­
d ad superior al 8 5 % crea condiciones m uy favorab les p ara el desarro l lo de l a
p od redu m bre g ri s . E l régi me n d e l l u v i as tie n e u n efecto vari able: s i l a p l u vio m e ­
tría e s reg u l ar a lo largo de l a e stació n , e l porcentaj e de podred u m b re e s más
baj o , por el con trario , si después de una pri m avera y un verano secos se produce
u n p eriodo l l uv i oso a partir d e l envero , los daños por podred u mb re son i m por­
tantes y d ifíciles de contro lar. L a seq uía ace l era l a pérd ida de defe nsas n aturales
de l a p lanta.
444 MANUAL DE VITICULTURA

6 . 3 . 2 . Sensibil idad y receptividad de la vid


- la sensibilidad de las variedades está relacionada con la estructura de l a piel
del grano de l a uva y con la compacidad de l rac i m o : cabe rn e t franc, m usca­
delle, j urarn;on b l anco, m e l on , pi not noir, hoj a b lanca, son m u y sen si b les;
por e l contrari o, M e rlot, Ugni blanc, M ourvedre , son m e nos sensi b les. Den­
tro de u n a m i s m a variedad-po b l ación se observa una diferenci a de sen si bi li­
d ad en tre los c lones.
- la receptividad de la vid e stá l igada a l a sen si bi l i d ad de la variedad , la recep­
tivi dad de l a s v aried ade s m u y se nsi b le s se p roduce a n te s de l i ni c io d e l
envero , l a d e l as variedades sen si bles 1 O a 1 5 días de spués d e l i n i c io del
envero y las v ari edades poco sensibles 1 0 a 1 5 d ías antes de l a vendi m ia .
D uran te la fase de l aten c i a, l a p l an ta resi ste por l a p resenci a de sustanc i as pre­
v ia me n te sintetizadas que i n h i be n l a actividad de l a enzi m a prin ci p al (g alacturo­
n asa) , que prod uce Botrytis cin erea. E n p re sencia del hongo, l as plan tas producen
sustanci as fun g i tóxicas, c o mo las fi toalexi n as est i l béni cas. E ntre l as variedades
sen s i b les, y a p arti r del e nvero, l as paredes epidérm icas de l as bayas son más fi n as
y l a concentrac ión de las sustanci as i n h i bidoras d i s m i n u ye m ás rápidam e n te y
p recozmente q ue en l as v ari edades menos sen si b les. L a s p l ant as m ás resi stentes
p rod ucen m ás fitoalexinas e sti l bé n i c as , tóxi cas p ara l a Botrytis, desarro l l ando así
una barrera química que complementa la barrera mecánica debida al e spesor del
h o l lej o .

6.3.3. I n terven ciones del viticu l to r


- l a forma de conducción actúa favoreciendo la podredum bre gri s cuando las
v ides son vigorosas (crec i m i en to activo y amonton amiento de l fo l l aj e ) es
deci r, vides que se han p lantado e n sue lo profundo y h ú m edo, i nj ertadas
so bre portai nje rtos v i gorosos, abu ndante m e n te abo n adas, etcétera; por e l
con trario, algu n as o peraciones culturales p ueden l i mi tar l a podredum bre : e l
deshoj ado, los desp u n tes, l a elevación d e altura d e l tronco;
- Los tratamien tos fungicidas: alg unos fungicidas anti - m i l diu , especi al mente
los derivados del ácido di tiocarb ám i co ( m ancozeb, m an e b y, si n lu gar a
dudas, el z i neb) parecer favorecer la podredu m b re g ri s, m ie ntras q ue los
productos a base de cobre o de talamidas ( fo l pe t) actúan contra Bo trytis; e l
m a l con tro l de otras enfermedades (oídio) y de pol i l i as d e l raci mo favorecen
la podredum bre gri s .

6.4. L ucha contra la podredumbre gris


L a podredu m bre gri s es u n a de l as enfe rmedades para l a cual faltan m edios de
protección sufi ci e ntemente efi cace s. N i los m ed i os profi l ácticos, n i la l u c ha q u í­
mica perm i ten aseg urar u n a protección suficiente en pre sencia de ataques fuertes.

6.4. 1 . Med idas preventivas


En p ri mer l u g ar h ay que consi derar l as técnicas c u l turales destin adas a red ucir
las causas de desarro l lo de la enfermedad :
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 445

elegi r en pri me r l ug ar v ari edades c o n raci mo poco co mpac to . La se lección


varietal e n este c am po está en curso de rea l i z ación, pero es evidentemente
u n trabaj o de l arg a duración ;
e l eg i r un porta - i nj ertos qu e no i nd uzca u n v i gor excesivo, e sta e lecc i ó n
depende de l a vari edad y de l as condiciones d e l a m b iente ( n aturaleza d e l
suelo, rég i m e n h ídrico, ferti l i dad d e l suelo, sistema de conducci ón) ;
fal ta a con ti n uación busc ar la forma d e reduci r e l vigor por métodos c u l tura­
les: abon ado equ i l i brado , poda y operaciones en verde perm i ti endo l a expo­
sición de los sarmientos y l a aire aci ón de los rac imos, cubierta vegetal de l as
v i ñas m u y vigoro sas pero ten iendo cuidado con l a competenc i a de l a vegeta­
ción que puede l legar a ser excesi va;
es, por otra parte , i nd i spen sable efectuar tratam i en tos preventi vos contra l as
poli l l as del raci mo, re sponsables de las heridas en l as bayas. U na vez to ma­
das e stas prec auciones e le mentales, hay q ue pen sar en los tratam i e n tos q u í­
micos d i ri gidos d i rectamente con tra l a Botrytis cinerea.

6.4. 2 . Lucha quím ica


La l ucha q u ím i c a es di fíc i l de re a l i zar porque el parási to es p o l ífago, está per­
manentemen te prese n te y es capaz de re a l i z ar u na evo lución expl osi va. Esta lucha
es preventiva y la creación de u n si ste m a de ayuda para la to m a de decisiones per­
m i te p reci sar mejor l as fechas de tratam iento .

6.4.2. 1 . Fungicidas anti-botritis

- fungicidas p olivalen tes con acción anti-botritis: ci ertos fu n g ici das anti m i l­
di u , a base de fo lpet, captan , tiran , d i c lofl uani da, tienen una acción parc i al
so bre l a Botrytis. S u e mp leo desde l a floraci ón h asta e l ci erre del rac i mo (o
antes del envero para algun as variedades) permi te l i m i tar los ataq ues;
- fungicidas con acción p reven tiva sistém ica: perte necen a la fa m i li a q u ím i ca
de l os benci m i dazoles ( benom il o , c arbendaz i m a, m e ti l tiofanato) y desde su
aparición se h an puesto de m a n i fiesto fenómenos de resistencia;
- fungicidas específicos con acción p reven tiva y c u rativa de la fam ilia de
las imidas c íc licas o d i c arbo x i mi das ( i prod i o n a , p roc i m idona, v i nclozo­
l i n a) tienen una bue n a efi c ac i a , pero han aparecido razas de Bo trytis resis­
tentes;
- fungicidas específicos de acc ión p reven tiva, unos asoci an un carbamato
(dietofencarb) y un benzim idazol (carbendazima) se co merc i al i zan bajo los
n om bres de S u m i co o de J o n k , otros, a base de pirimetan il ( S c al a) o de flu­
dioxon il (Geoxe) o de fludioxonil y de cip rodin il ( S w i tch) o de fluozinam
(S ekoya) constituyen posi b i lidades i n teresantes en la e lección de prod uctos
específicos.

6.4.2.2. Estrategias de lucha

E n razón de su efi caci a l as i m i das cíc l i cas y los fung icidas específicos con
acci ón preventiva, consti tuyen la base actua l de la e strategi a de l ucha pero a causa
de l a re si ste n c i a e s preci so l i m i tar su e mp leo a una o dos ap l i c ac i o n e s como
m áxi mo y a l ternar sustanci as q u ím icas di fere ntes.
446 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1 O
Fungicidas anti-botritis

Materias activas Dosis Observaciones

lmidas cíclicas (solas o en asociación)

lprodiona 1 ,5 kg Fungicidas sistémicos.


31
Vinclozolina 1 ,5 kg Riesgo de resistencia.
Procimidona 1 ,5 l
Vinclozolina + 30 kg En viñedos con problemas de resistencia reali zar
azufre una sola aplicación .
Vinclozolina + 5 kg (Zona norte).
tiram No realizar más de dos tratamientos.
I prodiona + 6 kg
tiram
Clozolinato 2 kg
C lozolinato + 5 kg
tiram

Anilino-piridinas

Pirimetani 2,5 1 1 Un tratamiento al año (A, B o C).


Flud ioxonil l kg Un tratamiento al año en el estado final de
Fludioxoni l + 1 ,2 kg floración o cierre del racimo.
ciprodinil

Bencimidazoles (solos o en asociación)

Benomilo l kg Fungicidas con acción preventiva sistémica.


Carbendazima l kg Riesgo de resistencia.
M etil tiofanato 31 S u utilización debe tener las mismas precauciones
Carbendazima + 21 de empleo que las imidas cíclicas.
ditiofencarb
M etil tiofanato + 5 kg
fo lpet
Carbendazima + 3 kg
folpet +
tiram

Otras fonnulaciones

Folpet 2 kg ó 3 1
Tiram 4 kg
Fluazinam 1 ,5 1
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 447

Por e l lo e s m u y i m portan te determ i n ar l os mejores períodos de i ntervención.


Los tratam ientos m ás necesarios se deben h acer en los siguientes e stados:
al fi n a l de l a floración, este tratam i en to p arece determ i n ante p ara el éxito en
las regione s oceánicas; en e l M i di n o tiene la m is m a i mportanci a,
hac i a el envero , con u n a vari ación segú n la sen si bi lidad de las variedades,
i n terve n i r a l p ri n c i p i o del e nvero en las vari edades muy sens i bles, 1 0 d ías
desp ués del i n icio del envero en el c aso de vari edades sen sibles y 20 días
después sobre variedades poco sen sibles y como m u y tarde, tres se m an as
antes de l a vendi m i a . Dos métodos se uti lizan para esta determ i n ación :

6.4.2 . 2 . 1 . El método denominado Estándar

Se apoya en apl i caciones preventivas en cuatro periodos críticos:


A. i n icio del c u aj ado,
B . c ierre de l raci mo,
C . i n i c i o de envero,
D. tre s sem anas an tes de la ve ndi mia.
E ste método q ue aconsej a re alizar c u atro trata m i e n tos «a c i eg as» h a dado
resu ltados satisfac torios hasta l a aparición de resistencia de l a botriti s a los benz i ­
mi d azo les y l as i m i das c íc l i cas. L a apl i c ación de los cuatro tratam i e n tos repre senta
u n coste elev ado .

6.4.2 . 2 . 2 . La lucha razanada

Se basa en la evaluaci ón de los rie sgos reales debidos a la podredum bre gri s.
Para e l lo se han de sarro l l ado modelos co mo i n stru mentos de ayuda para la tom a de
decisiones:
bien evaluando la i nten sidad de l os ataques siguiendo e l com portami ento
epidemiológi co del parásito a partir de los elementos del siste m a parásito­
vi ña-am biente. Es el mode l o E P I ;
b i e n eval u ando l a v ari aci ó n de l a receptividad d e l rac i mo fren te a Bo trytis
c inerea. S on modelos re alizados con l a ayuda de datos c l i m áticos y par­
ti endo del pri nci pio que el hongo posee una e nerg ía con stan te y q ue está
presen te permanente me n te y e n c an ti d ad sufi c i en te p ara provocar la conta­
m i n ac ión . Para exp l i c ar l o mej or posi b l e la epi de m i a , e stos modelos apre­
ci an l as vari aciones de recepti vi dad del raci mo, que dependen de dos varia­
b le s : la re serva de los o rg an i sm o s de defe n sa ( RO D ) que repre se n ta l a
c a p ac i d a d d e l a v i d p a r a d e fe n de r s e y l a d e g r a d ac i ó n d e l s u b s tra to
(CTAFV I ) que da cuenta de las modifi caciones físicas y bioq u ím i cas de l as
u vas duran te l a fase de m adurac i ó n .
S o n l as estaciones de avisos agrícolas los que m anej an estos mode los y los q u e
acon sej an la necesidad de un tratam ie n to . Las estrateg i as de tratam i e n to tienen e n
cuenta l a sen si bi li d ad y l a receptivi dad de l as vari edades. S e consideran d o s gru­
pos de v ariedades:
el g rupo del sau v i g no n , p i n o t n o i r, m e u n ier, y ugni b l anc, e n los que la
podredu mbre gris puede evol ucionar muy rápidamente ;
e l grupo del merlot y d e l chardonn ay.
Para rea lizar un tratamiento, el agri c u l tor tendrá en cuenta l os e le mentos com ­
p le me n tarios siguien te s :
448 MANUAL DE VITICULTURA

- no tratar específi ca m e n te contra la podredum bre gri s las parce las poco o
n ad a sen sibl e s a fi n de no favorecer l as resistencias y guardar la eficaci a de
los productos p ara c asos de necesidad ;
- e n l a s parcelas m ás sen si bles o m ás expuestas, real iz ar:
• bien dos tratamientos, uno al fi nal de la floración , o entre fi nal de flora­
ción y c ierre de l rac i m o (para i mpedi r l as contami naciones l atentes) , en
función de las variedades, l as regiones y los riesgos del año y u n segu ndo
tratam iento en el envero, re alizando la aplicación m ás o menos pronto, en
función de la vari edad;
• bien tres tratamientos en los estados A , B y C del m é todo e stándar.
Para estas estrategi as de tratami e n to , S u m ico, J onk, S cala o Geoxe se e mp lean
al fi nal de la floración, a con ti n u ación, los productos q ue se emp leen , deben perte­
n ecer a otras fam i l i as q u ím i cas. En todos los c asos, los tratamientos se realiz an
l oc al i zándolos al n i ve l de l os rac i mos.

7. PODRE D U MB RE ÁC I DA

L a podredum bre áci da es un a enfermedad a ntig u a. En 1 899, fue c itada en los


v iñedos de S au ternes por C apus. Es una enfermedad pre se nte en n u merosos p aíses
(Estados U n i dos, C hi le , Itali a, Españ a) y regiones de Francia ( M i d i , S autern ais,
Grave s en B orde l ai s, A l saci a) , rel ativamente frecuente ( 1 982, 1 9 87, 1 990, 1 992,
1 99 7 , 1 999) y generalmente l oc al i zad a en ciertas p artes de l as p arce l as de l v iñedo.
Es la man i festación de l a unión de difere n tes organismos vivos (la vid, Jas l evadu­
ras, las bacterias, l as drosofi las, los nematodos, l as avi spas ... y el hom bre) de los
agroecosi ste m as v i tíco l as.

71. . Manifestación de la podredumbre ácida


A lo largo del verano , lo m ás a menudo so bre l as cepas de los bordes o e n las
extremi dades de l a parce l a, los raci mos to m an u na coloración roj a l adri l l o en tre las
variedades bl an c as y marrón v i o l áceo entre l as variedades tintas. A l p ri ncipio, los
granos aparecen l lenos con l a p i e l lisa, pero su p u lpa se ablanda progresivamente ,
dej ando caer j ugo a l suelo. E sta evo l ución de l as bayas, s e aco m pañ a :
- pre sencia d e adu l tos d e droso fi l a ( mosca d e l v i n agre) q u e vuelan de forma
abundante ;
- presencia de l arvas d e drosofi l a;
- olor acético p icante .
L as b ayas atacadas se vacían progresivamente de su conten ido. Al fi n a l de l ata­
que, c uando l as condiciones c l i m áticas se h acen m ás sec as, no queda sobre el ped i ­
c e l o n ada má s q u e l a pi el i n fl ada, dura y m o m ificada. Los daños s e prod uce n e n
verano so bre todo en tre el envero y la recolección , en e l transcurso de un periodo
l lu v ioso . Para observar los pri m eros sínto mas, es necesario coger los racimos d e l
i n terior de l a cepa, l as bayas en con tacto con l a m ano tienen e n to nces tendencia a
reven tar.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 449

7.2 . Daños
Los daños ori gi n ados por e sta enfermedad son de dos tipos:
- daños direc tos sobre los rac imos: pérd i da de p roducc i ó n , m ás o menos
i mportante, estado sani tario defectuoso , aspecto de los racimos poco atra­
yente y con o l or a v i n agre ;
daño s indirectos sobre los mostos y los vinos: l a aci dez vo láti l de los mostos
es elevad a (2 a 4 vece s superior a la de u n a vend i m i a san a) , la fermentación
se prod uce con pob l aciones de levad u ras d i feren tes a l a s de l o s m ostos
sanos. Los v i nos prove n i e n te s de vendi m i as con podredu m b re ácida, des­
pués de la fermen tación m alo lácti ca, pre sentan una acidez voláti l elevada (2
a 3 veces superior) , son in adecuados para e l consumo, su desti no es el vi na­
gre . E n los Piri neos orientales l a podredum bre ác ida de los racimos de mus­
c at, ori g i n a u n a d i s m i n ución del potenci al aro m áti co. M e d i ante téc n i cas
enológicas apropiadas (sulfi tado 8- 1 0 g/h l, adición de levaduras antes de la
fermen tación alcohó lica, siem bra bacte riana al fi nal de la fermentación al co­
hólica para i ni c i ar la fermentación m aloláctica) pero tam bién por la se lec ­
ción de la vend i m i a, es posi ble sacar p arti do de esta m ateria pri m a .

7 .3. Epidemiología de la podredumbre ácida


Varios parásitos i n tervienen en esta epide m i a, unidos por v ínculos de m utua­
l i smo e n el p arasitismo de l as bayas de las uvas. Entre estos p arási tos, se encuen­
tran por una parte levadu ras y bacteri as acé ticas q ue aseg uran l a transformación
bioq u ímic a del medio celular de la p u l p a y por otra parte , l as drosofi l as, que u ti l i ­
z an este medi o p ara poner huevos y per m i ti r e l desarrollo d e su s larvas y l o s nema­
todos.

7 . 3 . 1 . Los m icroorga n ismos respo nsables


Levadu ras y bacteri as norm a l m e n te se e n c uen tran so bre los raci mos en el
momento de l a vendi m i a. P asan el i nv ierno en e l suelo y aparecen so bre los rac i ­
mos a partir d e l envero , transportados p o r el polvo y sobre todo p o r los i n sectos.
Estos microorgan i smos son retenidos por la prui n a ( m ateri a cérea en form a de
escam as) de la superficie de l a pe l ícu l a de l as u vas. S on tran sportad as en las patas
o deposi tadas con las deyecciones de los i n sectos, principalmente por l as droso fi ­
l a s . Las pri n c i pales l evaduras e ncon tradas so bre l o s raci mos sanos son Saccha­
romyces ellipsoideu s y Kloeckera apiculata, form a i m perfecta de Han sen iaspora
u varum . B acteri as l ácti cas y acéticas comp letan esta flora.
S o bre los racimos con podredu m bre ácida, se encuentra Kloeckera ap iculata,
pero tam bién otras l evaduras, que h abitu a l me nte están poco presen tes y que ti enen
l a capacidad de producir acetato de etil o y acetaldehido: Metschn ikowia p u lche­
rrima, Candida diversa, Candida stellata. Al lado de las levad uras, se encuentran
tam bién bac terias acéticas y lácti cas. Estos mi croorgani smos se m u l tip l ican activa­
mente desde que entran e n contacto con el medi o azucarado del racimo. Transfor­
m a n el m edio , de sencadenando una serie de fermentac i ones y al teraciones d e l
mi smo, q ue con ducen a la producción de l ácido acéti co .
450 MANUAL D E VITICULTURA

7 . 3 . 2 . Las d rosofilas, vectores de los agentes de la e n fermedad


L as drosofilas son l as moscas que se encuentran abundan te m en te en los luga­
res donde se han deposi tado los orujos, los co mponentes de l as lías y so bre los fru­
tos golpeados. S o n atraídas por los j ugos en fermentación (frutos, u v as) donde se
a l i mentan y ponen. Se despl azan de un fruto a otro, tran sportando a l as uvas sanas
l as levaduras y m icroorgani smos pegados a sus patas o i ngeri dos y después ex p u l ­
sados.
C uando los granos del rac i mo prese n tan heridas o dej an escapar e l j ugo por
herid as, l as drosofil as son atraíd as abundan temente , poni endo y m u ltiplic ándose
acti va mente , su densidad de pob lación es expl osiva (una hem bra puede poner de
500 a 900 huevos e n e l transcurso de su corta v i da). Las l arvas n aci das después de
uno a tres d ías de incu bación , se de sarro ll an en la p u lp a p asando por tres e stadios
l arvarios. Así, cu ando las te mperaturas son favora bles y en presencia de u n buen
medio nutri tivo, c ada 1 0 a 1 2 d ías se produce u n a nueva ge neración y la pobl ación
de l a drosofi l a se i ncre menta de una m a ne ra exponen c ia l . E n estas condiciones, los
desp l azamientos i ncesante s y n u m erosos de l as mosc as c arg adas con los m i croor­
ganismos acéticos aumentan los riesgos de co ntami nación , la epide m i a l lega a ser
explosiva.
L as drosofilas encontradas so bre los v i ñedos atacados por podred u mbre ácida
pertenecen princi pa l mente a do s especies: Drosoph ila melanogaster y D. sim ulans.
L as drosofi las se desarrollan sobre todo sobre los frutos, pasan do el verano pri mero
en los frutales desp l azándose a conti n u ación h ac ia los v i ñedos. S e denominan mos­
cas de l as frutas (fruit fly para los anglosajones) pero tam bién mosca del vinagre .
L a s m o sc as n o son so l o vectore s d e levaduras y bacteri as, sin o tam bi én de
n e m atodos q ue dej an con sus depos i c i o n e s so bre l as u v as de los raci m o s . E n
efecto, diferentes ne m atodos, g usanos no v i si b les a si m p le v i sta, están presen tes
so bre los hol lejos y en l os granos atacados por la podredum bre aci da. Turbatrix
aceti se ha i den tifi cado so bre uvas de numerosas variedades de vi ñedos medüerrá­
neos con oc asión de un fuerte ataque de podredu m bre ácida durante el verano de
1 99 7 . En Italia e s Pan agrellus zymosip h ilus, nematodo idé ntico al del v i n agre, l a
especie q u e ha si do identificada a p arti r d e racimos afectados por podredu m bre
ácida recogidos en 1 9 86 en un v i ñedo de la región de Vero na.

7 . 3 . 3 . La epidem ia es ex plosiva en tiem po cálido y h úmedo


L a epide m i a co m ienza por una fase de i n stalación , en el curso de l a cual las
l evaduras y bacteri as presentes so bre e l hol lej o o p ue stas por algunas drosofi l as
comienzan una fermentación alcohólica que evoluciona en p icadura acética. S i l as
condi ciones c l i m áti cas cálidas y h ú m edas persisten, la epidem i a se convi e rte en
explosiva, ya q ue las drosofi las, atrai das por los granos e stropeados, se m u l tiplican
activamente , transportando los m icroorganismos y propagando la enfermedad . L a
epide m i a s e p ara e n e l m omento e n que l a l l u v i a y la h umedad desaparece n .

7 4 Circunstancias favorables a la podredumbre ácida


. .

L a podred u m bre ácida se de sarro l l a a men udo en los m i smos viñedos en el


curso de peri odos cálidos y h ú m edos so bre u vas que presentan heri d as :
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 451

- las lesion es: son las lesiones de l ho l l ej o d e l a uva las que cre an e n pri ncipio
u n medio n utritivo favorable para e l de sarro l l o y acti vidad de l os microorga­
n i smos: estas lesiones son de origen mecánico (microfi suras favorecidas por
la de lgadez del hol lej o tiran te por un engrosamiento exagerado de los granos
del rac i m o , muy a l i m entados por e l agu a , heridas provoc ad as por el gra­
nizo, . . . ) o p atológi co (oídio, pol i l l as del rac i mo , p icaduras de avi spa, . . . ) ;
- L a sensibilidad de L a variedad: l a s variedades d e grano apretado son se nsi­
b l es ( cari g n a n , garnacha, musc at, . . . ) o de hol lejo fi no ( c i nsau l ) , pero no son
l as ú n i c as (chardonnay, p inot, . . . ) ;
- los viñedos vigoro sos son m á s receptivos, y a q u e tienen racimos m ás com­
pac tos, en los cuales los granos exp lotan más fáci l me nte , tienen u na vegeta­
ción abund ante y espesa;
- Las condiciones climáticas: l a enfermedad aparece en el tran sc urso de perio­
dos l luviosos y cálidos y cuando los rac i mos se encue ntran con una hi gro­
metría e levad a en el transcu rso del verano ; u n ambiente h ú medo , en los bor­
des con árboles, en los valles, es favorable a las moscas y a la enfermedad;
- el aclareo de los racimos, dej ando en el suelo granos del raci mo, favorece la
aparición de la e n fermedad .

7.5 . Protección contra la pod red umbre ácida

7 . 5 . 1 . Prioridad a las med idas pro fi lácticas


S e trata en pri mer l ugar de evi tar las condiciones microc l i m áti cas favorables a
l a podredu m bre ácida y a la pro l i feración de las moscas com o al vi gor, c ausa de l a
acu m u l ación d e l a vegetación y d e l a c o m pacidad d e l rac i mo . Para e sto , e s necesa­
rio i ncidir sobre los factores c l ási cos de reducci ón del vi gor, como el perm i ti r el
creci m i ento de l a cubierta vegetal y lo q ue favorece la aireación de los raci mos,
como empalizado cuid adoso de la vege tación y e l deshoj ado de la zona de los raci ­
mos.
S e trata de evitar todas l as causas de heridas de los hol lejos para una protec­
ción fitosanitaria rigurosa contra las enfermed ades c rip tog á m icas (oídio y mildiu)
y las p lag as (poli l l as de l raci m o) .

7 . 5 . 2 . Tratam ien tos c o n co bre y tratamien tos insecticidas


L a lucha preve ntiva tiende a l i m i tar l a actividad de l as levad uras y bacteri as y
l uch ar con tra los vectore s del desarro l lo exp losivo de la enfermedad.
- los tratamien tos con cobre, endureci endo los hol lejos de l a baya y faci li ­
tando su cicatri z ación , dan buenos re su ltados, con 50-60 % de eficac ia: hacer
de 2 a 3 apli c aciones de c aldo bordelés con 1 0- 1 2 d ías de i n tervalo alrededor
de l e nv e ro , a d o s i s decre c i e n tes ( 1 5 kg/h a, 1 0 kg/h a, l uego 7 - 8 kg/h a)
m oj ando los racimos;
los tratamien tos insecticidas: n o p arecen m u y eficaces so los, se debe i n ter­
venir preven tivamente desde l a aparición de los pri meros adu l tos de droso­
fil a y de ben repetirse al cabo de 8 d ías; l as drosofi l as h an desarro llado ráp i ­
damente resi stenc i a a l o s i n secticidas, por l o q ue es necesari o altern ar l a s
fam i l i as de l o s productos e m p leados.
452 MANUAL DE V ITICULTURA

8. PU ESTA A PU NTO DE LA PROTECCI Ó N RAZONADA


E N U N VI Ñ EDO

El desarrollo d e la campaña fitosanitaria s e debe preparar y pensar antes del


i ni cio de l os riesgos de contaminación. Lo primero que hay que hacer, para cada
plantación, es el balance fitosanitario de la campaña anterior, con el fin de determi­
nar l a naturaleza y el nivel de riegos potenci ales de contaminación y local izar los
posibles focos potenciales de l as enfermedades.

8. 1 . Etapas de la puesta en marcha de la protección razonada

8.1 .1 . Primera etapa: elaborar una estrategia alrededor de un programa


provisional de tratamientos
Conociendo los riesgos potenciales, es necesario elaborar una estrategia, es decir
poner a punto un programa provisional de tratamientos para las enfermedades que pre­
sentan un riesgo potencial para la explotación. Elaborando este programa se piensa en
la coordinación de los diferentes medios que se utilizarán para proteger el viñedo y en
los medios profilácticos que se podrían uti l izar. Se tiene en cuenta, en la elección de
los medios directos de tratamiento los modos de acción de los fungicidas, su poliva­
Iencia y sus efectos secundarios, sus residuos en los racimos y en el medio ambiente
(capas freáticas, aguas de escorrentía y en el suelo) y los fenómenos de resistencia de
los hongos frente a ciertas materias activas. No hay una estrategia única e ideal, pero
conviene elaborar una estrategia, que teniendo en cuenta las dificultades de la explota­
ción, coordine de una manera racional las diferentes intervenciones en caso de alerta.

8.1 .2. Segunda etapa: decidir la oportunidad de las intervenciones y los


medios a utilizar
Cuando los riesgos reales aparecen, el programa previsto de tratamientos sirve
de guía para la campaña fitosanitaria pero es necesario adaptarlo en función de las
situaciones. El viticultor debe decidir los tratamientos teniendo en cuenta la natu­
raleza del riesgo (aparición de tal o cual enfermedad), la gravedad del riesgo (eva­
luación del riesgo real de la enfermedad de provocar daños que afecten a la fisiolo­
gía de la viña, su longevidad o su producción), la sensibilidad de la variedad, la
receptividad del viñedo (es decir el momento en el cual tal órgano de la vid ofrece
l as mejores condiciones para el desarrollo del hongo). Para tomar decisiones, el
viticultor debe efectuar un seguimiento regular del viñedo, conocer l as previ siones
meteorológicas y l as informaciones suministradas por los servicios de sanidad
vegetal y l os consejos de los técnicos. El decide si debe intervenir y en caso afir­
mativo, determinar sobre qué parcelas y en qué momento, teniendo en cuenta l as
disponibi lidades de equipamiento y mano de obra.

8.1 .3. Tercera. etapa: optimizar la aplicación de los plaguicidas


La deci sión de tratar está tomada, es necesario realizar el tratamiento con l as
mejores posibil i dades de éxito: verificación de l a elección del producto, determi-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 453

nación de las cantidades de producto a util izar, calibración del equipo de trata­
miento (ver parte 3, capítulo 1 ) .

8.1 .4. Cuarta parte: controlar la eficacia del tratamiento


Este control pasa por una verificación del gasto de la boqui l l a en el transcurso
de la apl icación con la utilización de papeles hidrosensibles. Se observa el viñedo
regularmente para detectar la presencia de síntomas de enfermedades y controlar
la eficacia de los productos curativos y frenantes.

8.2. Elaboración de un (?rograma provisional de tratamientos


contra las enfermeilades criptogámicas

Después de haber realizado el balance de la campaña vitícola precedente, el viti­


cultor determina las enfermedades que son de temer para el año siguiente. Existen
enfermedades para las cuales los hongos presentes permanentemente en el conjunto
de los viñedos de la región (mildiu, oídio, podredumbre gris) son un pel igro potencial .
El programa provisional de tratamientos (PPT) se basa en la l ucha contra estas enfer­
medades con variantes, según las regiones y la sensibilidad de las variedades.
Por el contrario, otras enfermedades, más regionales y ocasionale s tales como
el black-rot, la excoriosis y sobre todo el enrojecimiento parasitario, se tienen en
cuenta más particul armente en algunas regi ones para la e laboración del PPT
cuando aparecen en primer lugar. La aparición de síntomas y daños sobre la vege­
tación y sobre los racimos indica que hay una fuerte tendencia a la enfermedad y
que el viticu1tor ha tenido dificultades para controlarla, esto indica también que l as
formas de conservación invernal del hongo están presentes en la parcela. Es nece­
sario estar preparado para controlar la enfermedad en la primavera siguiente. En la
elaboración del PPT presentado aquí no se ha tenido en cuenta más que l a excorio­
sis, black-rot, oídio, m ildiu y podredumbre gris.

8.2.1 . Periodos críticos


En l os períodos críticos, o periodos de receptividad de los órganos, el viticultor
debe ser particularmente ciudadoso cuando la presión de la enfermedad es alta.

8.2.1.1. Excoriosis
La contami nación de los brotes jóvenes se produce desde l a salida de las hojas
(estado D) y puede haber contaminación miceliana a lo largo de toda la estación ;
l o s tratamientos deben asegurar una protección sobre todo a l inicio d e l a vegeta­
ción, más tarde los efectos secundarios de los tratamientos anti mildiu tiene un
efecto suficiente.

8.2.1.2. Oídio
La contaminación miceliana de los brotes jóvenes en las regiones mediterrá­
neas y sobre variedades sensibles, se produce desde el desborre, pero la contami-
454 MANUAL DE VITICULTURA

nación por ] as esporas no se produce más que a partir de] estado botón flora] sepa­
rado (H ó 1 7) en las regiones septentrionales; el periodo de receptividad máxima
de los racimos se da desde el estado H hasta el cierre del racimo.

8.2.1.3. Black rot


Las primeras contami naciones se producen a partir de ascosporas producidas
por las peritecas que han pasado el invierno sobre los raspones y las uvas momifi­
cadas. Las contami naciones siguientes se producen por l as picnidiosporas ; ] as
hoj as no son receptivas más que un corto lapso de tiempo cuando jóvenes, los raci­
mos son receptivos desde el cuajado al envero.

8.2.1.4. Mildiu
La primera contaminación es más tardía que la del black rot, se produce por la
germinación de los huevos de invierno en agua (después de una lluvia) a una tem­
peratura superior a 1 1 ºC, la presencia de hojas jóvenes a lo largo de la estación
favorece las contaminaciones, los racimos presentan una receptividad máxima
desde el estado botones florales separados (H) a cierre del racimo, pero no hay que
olvidar que a partir de la primera contami nación varias contaminaciones secunda­
rias se van a suceder cada vez que se produzca un periodo ll uvioso (a veces basta
la presencia de rocío).

8.2.1.5. Botritis
Antes de la floración, la inflorescencia es receptiva, en el curso de la floración,
la receptividad puede aumentar si los restos de las flores se mantienen en el racimo
a causa de un periodo lluvioso favorable al corrimiento y escalonamiento de fa :flo­
ración y la i n fección no se manifiesta inmediatamente, e! hongo permanece en
estado latente en el exterior o interior de los granos del raci mo del cuaj ado al
envero, la contaminación no se aprecia, a partir del envero, Jos raci mos entran en
un periodo de receptividad máxima con matices, según la variedad hasta antes del
i n icio del envero, para las variedades muy sensibles; 1 O a 1 5 días después del i ni­
cio de] envero para las variedades sensibles y 10 a 15 días antes de la vendimia
para l as variedades poco sensibles.

8.2 .2. Adaptar las estrategias a las enfermedades


Así, el riesgo de contaminación del viñedo por las di ferentes enfermedades y
sobre todo, el riesgo de daños se inicia a partir del desborre. La realización del pri­
mer tratamiento contra cada una de las enfermedades es primordial, enseguida los
tratamientos se suceden tomando corno base la protección contra oídio y mildiu.
¿Cuáles pueden ser los elementos del razonamiento para la elaboración del pro­
grama provi sional de tratamientos o cuales son las bases de la estrategia directa?

8.2.2.1. Excoriosis
- para las variedades sensibles, es necesario intervenir en tratamiento preven­
tivo en post-desborre, do apl icaciones con intervalos de 8 días, con fungici-
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 455

das d e con tacto ( m ancozeb o azufre moj able) e n e l estado C - D (30% de


botones en el estado D ) y D - E ( 40 % en estado E), o u n a vez con un pro­
ducto que ten ga foseti l - a l ( M i ka l ) , cuando se apreci an n umerosas g ri etas
so bre l a m adera se puede hacer un tratam i e n to e n i n v ierno con arsen i to
sódico (625 g!hl de so lución);
- para las variedades poco sensibles, no es ú ti l tratar si l a m adera se m an tiene
san a desde hace años.

8.2.2.2. Oídio

- en las regiones mediterráneas, e J oídio sobre variedades sen si bles (presenci a


de «drape au» ) se de be tratar ante s de que el mice l io presente e n l as yemas
contami ne los brotes j óvenes. U n pri mer tratamiento con az ufre en polvo o
azufre moj able a la dosis reco men dada ( 1 2,5 kg/h a para el azufre moj able) es
l a previ sión para u n a ap licación en el estado 3 a 5 hoj as separadas;
- en Las regiones sep ten trionales, e l p ri mer tratamie nto se p uede p rogramar e n
el estado H ( botones fl orales separados) uti l i zando azufre moj able o dinocap
(Karatane) , sin embargo , en l as p arce las c o nsideradas como sen s i b les en
raz ón d e la frecu e n c i a de ap aric ión de la e n fermedad y e n las que h a n
sufri do fuerte s ataq ues e l a ñ o a n terior, e ste tratamiento s e re ali zará en e l
estado 3-5 hoj as separadas.
M ás tarde, los tratamientos se deben re al i z ar para proteger los raci mos durante
e l periodo de m ayor receptividad . E l e m pleo de I B E es i ntere sante (persistencia de
1 4 días, pene tración del producto) p ara dos tratamientos ( m áx i mo 3), pero podría
ser ree m p l az ado por la esp i rox a m i n a o las e stro b i l urin as sobre todo en el c aso de
resi stenci a del oídio a los D M I .

8.2.2.3. Black rot

No es necesario ge neral mente real izar un tratam ie nto específi co con tra e sta
e nfermedad, y a que la m ayoría de los I B E util i z ados contra oídio y los fung ic idas
anti - m i ldiu de con tac to a base de m an cozeb, metira m o m aneb, solos o asoci ados a
un producto pe netran te (ci moxan i lo) o a un si sté m ico (foseti l - A l ) se reco m iendan
p ara com batir e l b l ack rot. Así, en l as parcelas con riesgo y fundamental m e nte en
l as que el año anterior h ayan p rese ntado ataque, hay que p rever el tratamiento con
los productos an ti m i ldiu/bl ack rot desde que las e staciones de avi sos i ndican q ue
l as condiciones son favorables para u n a pri mera contamin ación . No tratar con pro­
ductos I B E antes de l a floración .

8.2.2.4. Mildiu

Vari as estrateg i as se pueden con iderar seg ún la n aturaleza y propiedades de


los fungicidas e scogidos y en función de la agresividad del hongo. Se pueden u ti l i ­
z ar fungicidas de c o ntacto y fungicidas penetrantes ( ci mox a n i lo y dimetomerf) a
lo largo del peri odo de riesgo. Estos productos tienen una buena acción preven tiva
pero un a pe rsi sten cia l i m itada; los fungicidas de con tacto son lesivi ables, los pene­
trantes están protegi dos y tienen una acción c urativa.
Los productos a base de foseti l - A l , se pueden uti l izar d urante toda l a estación
si n ri esgo de creación de raz as resiste n tes, son sisté m i co s y su persi stencia de
456 MANUAL D E VITICULTURA

acc ión es de 1 0 a 1 4 días segú n l a i n tensidad del ri esgo del m i l di u . Por el con trari o,
los productos a base de an i lidas de acción preventiva y curativa, no pueden uti li­
z arse más q ue e n 2 ó 3 tratam ientos, por los prob lemas de resistencia; se deben u ti ­
l izar en tre l a floración y el c ierre de l raci m o .
Para re alizar u n a protección si m u l tánea con tra vari as enfermedades criptogá­
micas ( m i ld i u , b l ac k rot, enrojec im iento p arasitario , podredum bre gris), e s sensato
al tern ar vari as m ateri as activas para aprovechar l os efectos secundari os de los fu n­
g ic i d as a n t i m i ld i u , so bre l o s otros hongos. Al pri ncipio de la estación, los fungici­
das de contacto a base de m ancozeb son i nteresantes por su eficaci a y su efectos
secundarios sobre la excoriosis y b lack rot. A parti r de l a floración , es i ntere sante
u ti l izar p roducto s si stém icos que asegu ran u n a m ejo r pro tección (pe rsi ste n c i a,
ausenci a de l avado , si ste m i a) durante l a fase activa de vegetación ; l as formu l acio­
nes co merci ales con te n iendo fo l pet ti enen e ntonces u n efecto secundario so bre la
podredu m bre gris. Después del ci erre de l rac i m o , el em pleo de fungici das de con­
tacto o penetrantes es bastante frecuente .

8.2.2.5. Podredumbre gris

Los tratamientos se debe n re alizar antes de l a fase explosiva de la enfermedad :


a) S i el riesgo de ataque aparece sobre l as hoj as antes de la floración , efectuar
un tratami e n to anti m i ld i u con productos que teng an un efecto secu ndari o
so bre botri ti s.
b) D e la floración al envero, los tratami entos pueden ser específi cos con u n a
ap l i cación l ocalizada so bre l o s raci mos:
sobre variedades m uy sensibles, u n año de ri esgo, prever 3 tratamientos,
e l pri m e ro a l fi n a l de la florac i ó n con S u m i c o , J o n k , S c a l a , Geoxe,
S w i tch o S ekoy a, e l seg u ndo antes del c ierre d e l rac i mo c o n S i l bo s,
D irac , S c a l a o Geoxe, con l a condición de no u ti li z ar más que u n a sol a
vez estos d o s ú l t i mos productos (ri e sgo d e resi stencia y preci o e levado),
e l ú l ti mo en el envero localizándolo e n fu nción de la sen si b i l i dad propia
de la variedad con Roni l an , S u mi sclex, Ki dan o Rovra l;
sobre variedades sensibles, program ar do s tratam ie ntos, uno al fi nal de
l a floración con l o s m i smos productos q ue antes, e l segundo, entre e l c i e ­
rre d e l rac i mo ( B ) y e l estado B + 1 5 d ías, con uno de los p roductos
sig u i e n tes: Ron i l a n , Rovra l , Kidan , S u m i sc lex , S c a l a o Geoxe;
sobre variedades poco sensib les, te ner en cuenta so l am e nte los efectos
secundarios de los fun gi c i das anti mi ldi u .

8.3. Asegurar u n a pulverización de calidad


La eficacia de los tratami e n tos depende de la e lección de l as estrateg i as, de la
e lección de los productos y tam bi é n del rep arto de estos so bre los órganos a prote­
ger. M uchos de los frac asos «constatados» l os años de fuerte ataque de la e nferme­
dad, son debidos a una m al a aplicación . Para asegurar una bue n a p u lverización y
tratar eficaz me n te es acon sej a b le respetar l as tres reg l as siguientes: eleg i r u n mate ­
r i a l adec u ad o , b i e n reg u l ado y m an te n i d o reg u l arme n te ( p arte 3 , c ap ít u l o 1 ,
p árrafo 2 . 6 ) .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 457

8 . 3 . 1 . E legir un pu lverizador adecuado


Las formulaciones comerc iales, mezcladas con agua para formar una disolución,
son «proyectadas» en goti tas sobre l as viñas con l a ayuda del pu lverizador con el fin de
asegurar una cobertura con un máxi mo de i m pactos. Es importante adaptar los tipos de
pulverizadores (aparatos de chorro proyectado y aparatos de flujo de aire) a los modos
de tratamiento (de i nvierno, de cobertura o localizándolos sobre los racimos) .
- los p ulverizadores hidráulicos (de cho rro proyectado): la so lución es tran sfor­
mada en gotitas por e l paso bajo presión a través de un pequeño orificio, u n a
boquil l a ; s u poder d e penetración es l i mi tado , l as goti tas n o alcanzan directa­
mente el envés de las hoj as n i los rac i mos ocu ltos en la vegetación den sa;
- los p ulverizadores hidroneumáticos (de cho rro transportado): la formación
de l as gotitas e stá asegurada por l a pre sión de una bom ba, com o precedente­
men te , pero su transporte se mejora por un flujo de aire p rod ucido por u na
turb i n a . S e di sti nguen do s ti pos de aparatos:
• los que están equ i pado s de boqu i l l as y de una turb i n a montada so bre el
c hasis donde se enc uentra la cuba, l as boquil l as suelen estar colocadas en
forma c i rcular alrededor de l a turbi n a, las goti tas se forman bastan te lej os
de la vegetación , su tran sporte está l i m i tado por u n a posi ble deriva;
• l os más modernos, que están equipados por varios conj un tos, turb ina y
boq u i llas, di sp uestas en la cercanía de cada l inea de v i ñ a a proteger, el tur­
bocol l , por ej e m plo (figura 1 3 ) .
- los aparatos de p ulverización neumática: l as goti tas están formadas p o r e l
estallido de u n a vena l íquida l legando sin presión a u na to bera donde circu l a
u n fluj o d e aire a gran veloc idad q ue asegura l a pulverización y e l transporte
del caldo hasta la vegetac ión . Este tipo de aparato asegura u na buena penetra­
c ió n , con la condición de conducir el flujo bastante cerca de los órganos a
proteger con m ang ueras adaptadas al tipo de viñedo y de parási to a com batir;
- los cañones de turbina oscilan te, basados en el pri nci pio de chorro proyectado
o chorro tran sportado, tienen una capacidad de penetración muy l i mi tada.

8 . 3 . 2 . Condiciones de la pu lverización
El cuadro 1 1 recoge l as características de los aparatos de p u l verización y l as
condiciones ópti m as de su u ti l i zació n . Todos los tipos de p u l ve ri zación si rven p ara
l uchar efi c az mente con tra el m i di u pero el modo de «rep arti ción» varía en fu nción
de los productos y de l a gravedad del riesgo:
- con los p roductos de superficie, se produce por l a l l u v i a una redi stribución
de los residuos de los productos por salpicadura, que alcan z an los raci mos y
el envés de l as hoj as; la pulveri z ación neum átic a, por el peq ueño tamaño de
l a gota y el fl uj o de aire , asegura la mej or localización del prod ucto;
- con los p roductos penetrantes, este fenómeno de redi stri bución del producto
no existe , es indispensable cubrir pe rfectamente todos Jos órg anos.
- con los p roductos sistém icos, l a redi stri bución de las m ateri as activas está
aseg urada por la si stemia, pero es n ece sario ser p rudente y no descuidar l a
cali dad d e l a co bertura .
En todos los c asos, es preferí ble pul verizar el c aldo desde la m i tad de la c a l l e
que p o r e n c i m a de l a fi la. I g u a l mente , n o es necesario l levar a c abo e l método de
fi l a pasad a, con si ste n te en no cu bri r más que u na sol a fi l a en cada pasada, i nv i r­
tiendo los l ados de u n a apl i c ación a otra.
458 MANUAL DE VITICULTURA

Pulverizador hidráulico de chorro proyectado. Pulverizador hidráulico de chorro proyectado.

Pulverizador hidráulico de chorro transportado. Pulverizador neumático para tratamiento


de cobertura.

Aparato de pulverización neumática equipado con Aparato funcionando en turbo-convección-laminar:


conductos individuales para el tratamiento localiza­ Turbocoll .
do en ambas caras.

Figura 1 2
Diferentes tipos de pulverizadores.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 459

Aire bajo presión


2
Aire asp irado por el venturi

F igura 1 3
Turbo convector: laminar del Turbocoll (Tecnoma).
1 . Principio: un venti l ador centrífu go difunde el aire bajo presión que se diri g e hacia venturi aire/aire.
Estos venturi producen así un flujo de aire laminar que reparte sobre l a vegetac ión el caldo del tratamien­
to (Tec noma) .
2. Tu rbocoll en v i ñ a estrecha tratando una cara.
3 . Tu rbocoll en viña ancha tratando simultáneamente ambas caras .
4 60 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1 1
Características de los diferentes tipos de pulverizadores
Chorro Chorro Cañón Expolvo-
Tipo de pulverizador Neumático
proyectado transportado oscilante readoras

Diámetro de las 1 50 a 500 150 a 400 50 a 1 50 50 a 1 50 Polvos


gotas en micras

Volumen en Vha 300 a 1 .000 200 a 300 80 a 1 00 50 a 1 00 20 a 40 kg

Velocidad del tratamiento 4a6 4a6 4 a6 2a3 4a6


en km/h

Anchura de los cara por cara 2 a 6 filas 30 m 4


tratamientos de cobertura según la anchura de las filas máximo fi las

Tratamjento localizado cara por cara 2 10 no 2


semi filas semifilas adaptado semi fi las
máximo

Tratamiento de i nvierno sí no no no no

Potencia absorbida 3 a 65 CV 10 a 35 CV 30 a 40 CV 30 a 40 CV lO a 40 CV
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Tratamiento
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de invi erno Si hay síntomas , o sobre vari edades sen sibles y si el tiem po es l l uvioso en los estados O y E , tratar: �!
EXCOR IOSIS 1 con arsenito - dos tratamientos con mancozeb, fol pet o azufre mojable , iniciándose cuando el 30% de las ye mas están en el e stado O , �-
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sódico el segu ndo cuando el 40% e stén en el estado E . � o
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Sobre v i ñ edos con riesgo,
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! B E con 1 4 días de intervalo
B l ack rol, aprovec har los efec­ �
acción preventiva a base de tos sec und arios de los prod uc­ ('t)
man coze b , maneb o de metiram . (3 tratamientos con !BE s i h ay riesgo)
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Prever el i nicio del riesgo sobre hoj a s o sobre 1 R ece ptiv idad máxima de los racimos 1
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rac imos por los modelos, obse rv ac iones de
manchas en e l v i ñ e do y previ siones ..... ..... ..... ..... ..... ..... �
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meteorológicas d ec i d i r el pri mer tratamiento. fu n g i c i d a pen etrante fungicida si stémico fungicida penetrante ::::i
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Si hay B otrytis sobre las hojas, util izar R eceptividad de los rac imos Receptiv i d ad de los rac i mos �
BOTRYTIS prod ucto s anti-m i l d i u con efectos secund arios
para Botrytis. A partir de l a floració n , tratar ..... ..... �
Sumico o Jonk Ronilan o Rovral .¡;;.
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pu lverizando los racimos.
Scal a o G eoxe K I DAN O Sumisclex A. R eynier -
462 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1 3
Tratamientos de invierno

Enfennedades Materias activas Dosis/ha Observaciones

Yesca (E) E = 4,2 1/hl Tratar moj ando


Excoriosis (e) Arsenito sódico + E = 5 1/hl abundante mente (500 l/ha de
sustancias repelentes e = 2,5 l/hl caldo o de 1 50 a 200 J/ha con
para Ja fauna salvaje bandejas recuperadoras)
E = 6,2 l/hl durante el reposo vegetativo,
e = 3, 1 1/hl 15 días después de la poda y lo
m ás tarde 3 semanas antes del
desborre.

Eutipiosis Flusilazol + Dosis para: Tratar inmediatamente después


carbendazi ma 50.000 heridas de la poda con brocha a mano
2,5 1 con pistola.
21
4,5 l

Aceite amari llos 3 1/hl Tratar en i nvierno hasta yemas


3 l/hl hi nchadas mojando.
2 J/hl

Acariosis Azufre 2 kg ó Tratar en el estado yema de


moj able 2 1/hl algodón
(B) punta verde
(C) mojando la madera

Oleoparation 0,5 a 1 1/hl


1 ,5 l/h l
0,5 l/hl

Vector de la Oleoparation 1 1/hl Tratar moj ando


flavescencia 1 ,5 l/h l abundantemente con barra o
dorada 0,5 1/hl con bandejas recuperadoras
mojando la madera, los brazos
y el tronco

Tratar la madera:
Necrosis Cobre 20%
• 4 a 5 horas después de la vendimia mecánica con un
bacteriana 20%
caldo conteniendo 400 g de cobre/hl
50%
• después de la poda a 1 .000 g de C u/hl
• en los lloros con 400 g de C u/hl utilizando bandejas
40% recuperadoras.
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ARAÑA ROJA O b se rv ar y tratar si se ... Controlar las ... ... 3
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sobrepasan los umbrales Si el umbral es > 70% pob l ac iones de Si el umbral es > 30%
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de d años. tratar con u n acaricida de Typhlodromus tratar con u n aca ricida de verano
AMARILLA primavera � o
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O leo paratión Aca ricida No tratar hasta que los
s ín tomas o daños hayan sido

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ACARIOSIS o azufre de primavera Acari cida de verano
constatados
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- Seguimiento del v uelo con trampas ...
POLILLAS O b se rva r los g lomérulos
- Tratar res petando la fauna auxiliar
U m b ral de los g lomérulos
I nsecticida preventivo y cu rativo
I n sectic i d a p reventivo

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DEL RACIMO �
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- C ontrolar las pobl aciones ;;;-
MOSQUITO �
- Tratar únicam ente si los u m brales se �
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sobrepasan
U m b ral 1 090 larvas/1 00 hojas 50 l arvas/1 00 hoj as g:

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OCADELIDO ... ... ... ... ti,¡
DE LA TO T1 T2 T3 �
FLAVESCENCIA
Tratami entos obligatorios un mes después d e las 1 5 d ías más tarde

en las zonas contami nadas primeras eclosiones O"I
DORADA A. Reynier w
CAPÍTULO 5

P LAGAS QU E A F ECTAN A LA V E G E TACIÓN


O LOS RACIMOS

1 . Á ca ros de la vid
2 . Orugas o pol illas del racimo
3 . Plagas secundarias

1 . ÁCAROS DE LA VI D

L os ácaros de l a vid se dividen e n ácaros fitófag os que se a l i mentan de l as


hoj as, l legando a prod ucir daños a p artir de un cierto u mbral de pob lación y los
ácaros depredadores q ue , por contra, se ali mentan de los pri meros sie n do i m por­
tantes p ara con tro l ar a estos.

1 .1 . Ácaros fitófagos
Los ácaros son p arásitos que atac an regu l armente los v iñedos con u n a i n tensi­
dad v ari able seg ú n las explotaciones e i n c l u so seg ún las parce las. Su desarro llo es
l a con secuenci a de técnicas uti l i zadas por los v i ti c u l tores (ferti l i zación y productos
ut il i zados como fun g i cidas, ac ari c i d as, i n secti cidas y herbicidas) ya que tienen
i ncidenci a so bre e l con ten ido celu l ar del fol l aj e , l a evo lución de l as pob l ac i ones,
los fenómenos de resi ste n c i a y la destrucción de sus enem igos n aturales q ue l i m i ­
t a n su de sarro l lo, como e s e l c aso d e l o s fitoseidos.
L os ácaros fitófagos pertenecen a v arias especies:
- l os tetraníquidos: la araña roj a (Panonychus u lm i), la araña amari l l a de l a
v i ñ a ( Eotetranych u s carp in i), l a arañ a amari l la común (Tetranychus u rti­
cae), la arañ a amari l l a californ i ana (T. mcdan ieli);
- l os eriófidos: acariosi s ( Calep itrimerus vitis), la eri nosi s ( Colomerus vitis).
4 66 MANUAL DE VITICULTURA

Panonychus Panonychus Eotetranychus T urticae


u/mi u/mi carpini

M acho adulto Hembra adulta

, Figura 1
Acaros fitófagos.

1 . 1 . 1 . Araña roja (Panonychus u/mi)

Pasa e l i nv ierno e n for m a de huevos, de color roj o vivo, depositados alrededor


de las y e m as y de l as cicatrices fo l i ares e n la base de los pulg are s e i n c l u so bajo la
corteza. E l avivam i e n to e m pieza en e l desborre (estado E ) y la duración del desa­
rrol l o de las l arvas en adu l tos depende de la temperatura (de 20 d ías en la p ri m a­
vera a 5 d ías en verano) . N orm al mente se suceden de 4 a 8 generaciones, pero es
función de Ja tem pe ratura .
E n l a pri m avera, l o s ataques se m an i fiestan desde e l desborre (en abri l - m ayo).
Las larvas, peq ueñas y de color rojo-anaranj ado vivo, y los adu ltos de color roj o
oscuro con pelos dorsales, pican el l i m bo de las hoj as en el envés para ali mentarse .
E l desarrol l o vegetativo se ve fren ado, l o s entren udos q uedan m ás corto s, l as hoj as
se arrugan y los rac imos p ueden tener p ro b l e m as de cuaj ado.
E n verano los daños vuelven a ser vi si b l es. E l fo l l aj e tom a un aspecto gri s- p lo­
m i zo debido a las n u m e rosas picad uras q ue v acían las cél u l as de l l i m bo . La reduc-

.�é !�·:�
Hibernac ión e n : D añ os sobre hojas_. . 1
las grietas en
1 pampanos y racimos 1
forma de huevo 1

l larva
l aparición de los adultos

-
INVIERNO PRI MAVERA VERANO FIN VERANO - INICIO OTO O

Figura 2
Ciclo biológico de Panon y chus ulmi (según Sandoz).
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 4 67

ción de la superfi cie fol i ar activa y la c aída pre m atura de las hoj as provoca u na
m a l a m aduración y u n deficiente agostamiento .

1 . 1 .2 . Arañas amarillas (E. carpini y T. mcdanieli)

L a araña am ari l l a de l a v i ñ a ( Eotetranychus carp in i) se encuentra esen c i a l ­


m e n te e n las regiones meri di o n ales y tam bi é n en los v iñedos del oeste y e n B or­
goña. La araña a m ari l l a californiana (Tetranych us mcdan ieli) e s una nueva especie
ci tada en l a Ch am pañ a , en la zona de Verzy - Verze n ay.
En la p ri m avera, las h e m bras que h an pasado el i nvierno protegidas por la cor­
teza próxi m a a los p u lgares i n ician su activi dad y atacan a las hoj as j óvenes. L as
pue stas se hacen en el envés en pu n tos próx i mos a los nervios. Estas puestas son
e sc a l o n adas d e m an era q ue cohabi tan l os di sti n tos estados de h ue vo , l arv a y
adulto . Los daños de las dos especies se p arecen : decoloración a m arillenta, grisá­
cea, y necrosi s di fusa sobre l os órganos herbáceos. L as hoj as jóvenes se abarq u i ­
l lan e n form a de cuchar a e n los bordes levan tados y s e desecan l i geramente. L o
normal e s q ue s e sucedan de 5 a 9 generaciones.
E n vera n o , el fo l l aj e toma una co l o rac i ó n a m a ri l l e n t a bro n ce a da e n l as
vari e d ades b l an c as y roj i z a en l as ti n tas; en éstas se desarro l l a el e n roj eci m i en to
e n m o saico a lo l argo de l o s nervi o s y e n p l acas m ás o m e n o s e x te nsas q ue pue­
d e n ocupar todo e l l i m b o . L a m ad u ració n y e l agostam i e n to se v e n muy p e rj ud i ­
c ados.

1 . 1 . 3 . Araña amarilla com ú n (Tetranychus urticae)

E speci e m u y pol ífag a q ue se desarro l l a so bre los árboles frutales, cu lti vos
d iversos y la fl ora adven ticia. S e encuentra fundamental mente sobre la v i ñ a en l as
reg i o nes de C hampañ a y B orgoña.
Después de la h i bernación e n l a cepa o en el sue lo, las hem bras se m u l ti pl ican
general mente sobre l as m a l as hi erbas. Por e l lo , l os ataques son más tard íos y la
v i ñ a n o es colo nizad a m ás q ue a p artir de j un i o pero e l riesgo persi ste durante todo
el verano con 8 a 1 0 generaciones y cohabi tac ión de h uevos, l arvas y adu l tos.

1 . 1 .4 . Acariosis (Calepitrimerus vitis)

L a hi bernación se efectúa baj o l a corteza, en l as gri e tas en la base de l o s sar­


m ie n tos y baj o l as escamas de las y e m as. Los ataq ues se producen desde el des­
borre , p i cando l as hoj as j óvenes y los p á mpanos, lo que ori g i n a u n a p arad a m ás o
me n os co mpleta d e l desarro l lo de las y e m as y pámpanos, quedando los en tre­
n udos cortos y l as hoj as pequeñas y abarqui l l adas, to m ando la p l an ta u n aspec to
arbustivo carac te rístico . L a acariosis es p arti cularm e nte grave e n las v i ñ as jóvenes
e n l as que compromete su de sarrollo pero tamb i én p uede p rovoc ar e n v i ñ as ad u l ­
tas un debi l i tami ento prog resivo de l as cepas. S e suceden tres o cu atro generacio­
nes al año .
En el verano se m an i fiesta por pequeñ as m anchas claras traslúcidas sobre e l
envés de l a hoj a y , si e l ataque es grave, el fo l l aje forma u n color bronceado. L o s
ácaros de l a acari osi s son microscópicos lo q u e di fi culta e l d i ag nóstico .
4 68 MANUAL DE VITICULTURA

1 . 1 . 5 . E rinosis (Colomerus vitis)

L a hi bernación de l a eri nosi s se produce de la m i s m a forma que en la acariosis.


Los daños general m e n te son m u y l i m i tados y n o ocasionan d i s m i nuc i ón de la
cosecha. No obstante c uando los ataq ues son muy i mportan tes l i mi tan e l desarro­
l lo de los pámpanos y provocan u n a dismi n ución del vigor y corri miento de los
raci mos. En la pri m avera, las hoj as jóvenes prese ntan unos hi nchamientos en el
haz y coincidentes con depresiones en el envés tapizadas con abundan te p i losid ad
bl anca o rosada que con e l tiempo acaba tom ando un color parduzco. En el trans­
curso de la pri m avera y e l verano se suceden vari as ge nerac i ones (h asta 7 ) . L as
formas móv i les se dirigen hacia las y e m as termi na les y atacan las n uevas hoj as
formadas.

1 .2 . Ácaros depredadores
El au me n to de las po b l aciones de ác aros fi tofagos en los vi ñedos se explica por
m ú ltip les c ausas, siendo la desapari ción de sus enem igos naturales la m ás i m por­
tante y m ás concretamente la de los ácaros depredadores.
Prese n tes norm a l mente en los v i ñedos que no sufren de m asiados trata m i entos
fi tosan i tarios, se obse rv a frecuente m ente u n a relación en tre su presenci a a u n n ivel
si gnificativo y e l m an te n im iento de la población de ácaros fi tofagos por de b ajo del
u m bral de daños.
E n tre los de predadores la fam i l i a Phytoseidae es parti cularm e nte i m portan te .
L a especie do m i n an te en la m ay oría de l as reg iones v itícolas sep ten trio nales e s
Typhlodromus pyri. E n l as regiones m e ri di o nales l a especi e princ ip al es Kampino­
dromus aberrans, estando i gualmente pre se n te de forma i mportante T. pyri.
C i e rtas especi es son más i m portan tes que otras en el papel de reg u lar l as espe­
cies fitófagas. S u efi c ac i a depende de l a constan c i a de su presenci a e n el v i ñ edo.
Se d isti ngue:
Los depredadores de p ro tección, que se ali mentan de ácaros fi tofagos y tam ­
bién de otras fuentes n utritivas; s e m an ti enen perm anente mente e n e l v iñedo
a u n n i ve l superior al de sus presas. E s el c aso de T. pyri que se ali menta p re­
fere n temente de h uevos y formas j u veni le s de arañ a roj a (P. u lmi) y de larvas
de eriofi dos ( Calepitrim erus vitis y Colo me rus vitis), siendo un adu l to capaz
de con su m ir 1 O P. u lm i por d ía . Este ácaro se l oc a l i z a en la cara i nferior de
las hoj as a lo l argo de l as n erviaduras y alrededor d e l seno pec i o l ar. S u
cuerpo prese nta forma de pera, tran sl úci do, con u n tamaño d e 0 ,4 m m . S e
localiza en l as hoj as donde s e m i metiza y acecha a s u s presas.
Los depredadores de limpieza que aparecen cuando l as pob l aciones de áca­
ros fitófagos son abu ndantes. S on menos i n te re san tes que los anteriores ya
que no se m an tienen c u ando las po b laciones de los fitófagos di s m i n u ye n . L a
especie m ás frecuen te e s Neoseiulus califo rn ic us.

1 . 3 . Lucha contra los ácaros


H asta h ace poco, l a i m portan c i a de l o s d años j u stificaba a men udo un trata­
m i e n to químico específico. M odernamente, con la u ti l iz ación de la lucha razonad a
PROTECCIÓ RACIONAL DEL VIÑEDO 469

se ha producido una reducción de las poblaciones de ácaros. La l ucha contra los


ácaros se basa en una estrategia global de elegir técnicas de l a explotación que
mantengan el equilibrio natural de l a fauna y a no intervenir salvo que l as pobla­
cione de la plaga alcancen el umbral de daños.

1 .3.1 . Proteger la fauna auxi liar


A menudo, los problemas ocasionados por los ácaros fitófagos se deben al
empleo de plaguicidas que destruyen a sus enemigos naturales. Se recomienda:
- limitar los tratamientos insecticidas y acaricidas al mínimo i mprescindible
evitando la utilización de los que favorecen los ácaros fi tófagos (azinfos,
carbaril , paratión) o los que tienen efectos secundarios nocivos sobre los
ácaros depredadores (fosforados, carbamatos y los piretroides) ; hay que des­
tacar que los insecticidas eficaces contra el insecto vector de la flavescencia
dorada son muy tóxicos para la fauna auxiliar;
- en l a l ucha anticriptogámica, evitar el empleo de fungicidas tóxicos para los
fi toseidos (mancozeb, dinocap, etc. ) eligiendo formu l aciones en l as que
estas materias activas se encuentren a menores dosis ;
- de manera general, e n la elección d e los plaguicidas, escoger los productos
neutros o débilmente tóxicos (NTF) y elegir los productos medianamente tóxi­
cos (MT) o tóxicos (T) para los casos en que no sea posible otra alternativa;
- l i mitar el número de tratamientos fitosanitarios i nterviniendo para hacer
frente a problemas importantes (l ucha razonada);
- razonar l a l ucha contra los ácaros a partir de controles de pobl ación y no
actuar más que si se sobrepasa el umbral de intervención. Util izar entonces
productos selectivos tratando por ambas caras. Finalmente, es preciso alter­
nar los productos.

1 .3.2. Favorecer la recolonización por los ácaros depredadores


Es necesario conocer la composición en especies de ácaros depredadores del
viñedo, ya que se han observado i mportantes diferencias de pobl ación según las
parcelas. El muestreo de 30 hojas sirve para tener una idea de la población al inicio
de l a estación; se realiza en el estado 3 a 5 hoj as y l as muestras son enviadas para
su identi ficación a un laboratorio (Servicio de protección de los Vegetales, ITV o
cámaras agrarias):
- l as parcelas tienen u n buen equi l i brio biológico, cuando el umbral de 1
forma móvil de T. pyri por hoj a se alcanza o sobrepasa; la protección natural
de la parcela por los ácaros depredadores basta generalmente para proteger
el cultivo de los ácaros fitófagos, aplicando l as reglas que preservan a los
auxil i ares ;
e n l as parcelas que n o alcanzan este umbral s e puede proceder:
• recolonización natural mediante una estricta selección de los plaguicidas
neutros a débilmente tóxicos (NTF) para T. pyri, la recolonización puede
ser rápida ( 1 año) o lenta (3-4 años);
• una recolonización por introducción de ácaros depredadores colocando al
pie de l as cepas sarmientos conteniendo depredadores o trozos de tel a por­
tando hembras. Una vez realizada la introducción, es necesario vigi lar que
l a rel ación depredador presa no sea desfavorable a los pri meros, por
470 MANUAL DE VITICULTURA

Tab l a 1
Efectos secundarios de algunos plaguicidas

Clasificación Fungicidas Insecticidas-A caricid as

Acryptane 500 In dar


Acy lon soludose M ikal
Anteor C avantage Olymp 10 EW
Anteor flo Polyram DF C asca de
Anvil Proban Collapse
Aviso cup DF Ronfün DF Confirm
B aytan 5 Rovral Delfín
Neutros
Copral Rubigan 4 Ekalux
a
Cornil S cala Ge mm
débilmente
Delan 75 SC In segar
tóxicos
(NFT) Dorado S irdate S MVP
Euparene S umico L Thiovit microbi lles
Flibust GD S umisclex Veraline 3 fluide
Forum Tairel F
Forum FP Valiant GD
Geoxe Vamin LM
Quadris Vignor 2
Karathane LC + Thiovit microbil les

Aterni M pépite M icrothiol S P M ethyl bladan 4 0


M edian amente
Aviso DF S ygan LS Neoron
tóxicos
Heliosoufre S Thiovit microbil les Nexter
(MT)
Karathane LC S ilbos DF S u micidin 1 0

Decis
Medianamente
Rerniltine F pépite Kelthane 50
tóxicos
Graneor O reste
a tóxicos
(MT-T) Talstar
Ultracide 20

B aythroid M axicap
Danüol Oleobladan
Dithane M 45 Draca Omite 57 EL
Tóx icos
(T) Rerni ltine pépite D ursban 2 Penncap M .
Sandozebe pépite Lannate 20 1 Pennstyl 600
Larvin Rufast
Tracker 08 EC
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 471

Tab l a 2
Características morfológicas de los ácaros fitófagos
(según Kreiter y Fauvel, modificado)

Panonychus Tetranychus Tetranychus Phytoseiidae


Características
11Lmi urticae mcdanieli (Typhlodromus)

Forma En forma de pera,


Globulosos y sin brillo
y aspecto brillantes

Color rojo oscuro amarillo pálido amarillo pálido, translúcido


a verdoso pequeñas variando del b lanco
2 manchas grandes granulaciones lechosos al amarillo
negras negras o al rojo
laterales periféricas según el régimen
alimenticio

Ojos manchas manchas manchas ciegos (sedas


oculares oculares oculares tactiles en las
rojas rojas rojas patas
anteriores

Movimiento más lento más lento más lento muy rápido

Huevos cebollas esféricos incoloros ovales, en forma de


aplanadas, rojo translúcidos lisos balón de rugby
vivo claro, translúcidos lisos
est:Jiados

Larvas hexápodas hexápodas más claras hexápoda


rojo-anaranjadas adu ltos incoloras,
translúcidas

Ninfas octópodas octópodas octópodas octópodas


aparición de aparición manchas más blancuzcas
tubérculos de manchas claras y plus muy raramente
dorsales laterales dispersas inmóviles
móviles o móviles o móviles o
inmóviles inmóviles inmóviles

Hembras dor o muy abombado más alargadas patas anteriores


provisto de y menos osculras largas
2 filas de que T. urticae muy móviles
tubérculo blancos
llevando sedas

Machos romboidal más pequeños más anaranjados más pequeños y más


má pequeños que má móviles romboidale que
las hembras esperan cerca de las hembras
sin tubérculos la hembra
dorsales

Forma de huevo rojo hembra anaranjadas hembras anaranjadas hembras fecundadas,


invernación ladrillo sin manchas en la bajo las cortezas bajo diversos abrigos
agrupados en la base de la cepa en la parte (anfractuoidades de la
ba e de las yemas en las hoja muerta alta de la cepa corteza de la cepa,
o en la vegetación restos vegetales . . . )
adventicia
472 MANUAL DE VITICULTURA

enci m a de 5 ácaros depredadores por hoj a, se corre el ri e sgo de que los


ácaros de l i mpieza sean dom i n an tes e i mpidan l a i n stal ación de los depre­
d adores de p rotecci ó n . S e contro l a l os n ive les de población de fi tófagos y
depredadore s y si es necesario u n a ap licación de u n acaricida, se i n ter­
v iene con un producto NTF para los depredadores.

1 . 3 . 3 . Lucha co ntra las arañas ro j as y amari l la

1 .3.3.1. Controles de población y criterios de intervención


- en Ja pri m avera, del estado E al estado 5-6 hoj as, coger 25 hoj as por parce l a
y dec i d i r u n tratamiento si e l 7 0 % de l as hoj as contie n e n a l m e no s u n a
forma móv i l . S i l as condiciones c l i m áticas s o n favorab les para u n c reci­
miento activo, e ste u m bral puede ser sobrepasado;
- a part i r del cuaj ado, observ ar 25 hoj as al nivel de los rac i mos y realizar un
tratamiento si el 30% de las hoj as tiene al menos una forma móv i l .

1 .3.3.2. Elección de los productos


- en pri mavera, el o bj etivo es destru i r rápidamente las formas móvi les. Uti li­
z ar u n producto con buen a acción de choque so bre form as j uveniles y adul­
tos (Acafor, D an i to l , Neoro n , Peropal, Rufast o Tal star) ;
- en verano, a p artir del cuaj ado , el obje tivo es i m pedir el desarrollo de l as
poblaciones en u n periodo en que l as generaciones se sol apan :
• uti l izar u n p roducto ovicida, en i n te rvención precoz, conte niendo un reg u­
l ador del crec i m i en to ; esto per m i te h acer u n solo tratam i e n to (persi stencia
de más de 45 d ías) con si deran do e l pl azo de segu ri dad (2 1 a 42 d ías seg ú n
l o s prod uctos) : Apo l l o , C e sar, G e m m , O ri o n , S i g o n a , Topj e t , Torant,
Torero, Vik tor;
• u ti l izar u n acari cida con activ i dad so bre huevos, formas j uveni les y adu l ­
t o s , c o n bue n a persiste n c i a ( 2 1 a 30 d ías) : A c ary l 2 4 0 , D raca , L o u x r,
M asai , Pleiade;
• i nterven i r con un tratam i en to de recuperación, con productos q ue tengan
efecto de c hoqu e : O m i te , Pe n n styl , Peropal, Poseidon , R ufast.

1 .3.3.3. Calidad de la pulverización


Se obtiene una buena eficaci a con un tratam iento específico en pulveri zación,
dirigiendo los chorros de abajo hacia arri ba y con un volumen por hectárea suficiente.
B uenos resultados se han obtenido en Champagne en vi ñas «estrechas» (CI VC) con :
- ram p as «pendi l l ard s» a 500 l/ha ;
- ram p as neum áticas a 1 50 o 3 0 0 l/h a ;
- el « turbo six» a 400 l/h a.

1 . 3.4. Lucha co ntra la acariosis


A veces p asan desaperc i bidos los adul tos a causa de su tamaño m i c roscópico y
de la cohabitación si m u l tánea de vari as especies de ác aros. Los daños son caracte­
rísticos en el tran scurso de pri m averas frescas o de veranos cálidos.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 473

Tabla 3
Productos aconsejados contra araña amarilla y araña roja

I I�1 1 1
Eficacia sobre ácaros Eficacia sobre insectos
Dosis Plazo
Materias activas
P. E'.
PC/ha Mosquitos Cicadélido de
ulm1
·
capmu
·
11rt1cae
Ácaros verdes FD
Polillas seguridad

Acaricidas de primavera

Acrinatrín 0,3 1 + + + +0,1 1 21 d


0,6 1 + +0,2 1
Azocicloestan 1,3 kg + + + 30 d
Bifentrín 0,25 1 + + + + + + + 7d
0,30 1
Bromopropilato 21 + + + 28 d
Dicofol + etion 21 + + 15 d
Fenpropatín 0,75 1 + + + + + 21 d
0,5 1 0,5 1

Acaricidas de verano con persistencia de 42 días

Bifentrín + 0,5 1 + + + + + + + 42 d
clorentezín
Clorentezín + 0,5 1 + + + + + + + 42 d
fenpropatrín
Clofentezín + 0,5 1 + + + + + + + 42 d
tautluvalinato +0,3 1
Clofentezín + 0,5 1 + + + + 42 d
propargita +1 1
Clofentezín + 0,4 1 + + + + 42 d
adulticida
Hexitiazox + 1,5 1 + + + + 30 d
propargita
Fenbutestan + 0,636 1 + + + + + + 28 d
lufenoxuron +0,375
Fenpropatrín + 11 + + + + + + 28 d
tlufenoxuron
Hexythiazox 0,25 kg + + + 21 d

Acaricidas de verano co11 persistencia de 30 días

Cihexaestan + 0,6 1 + + + + 30 d
tetradifon
Bromopropilato + 1,5 1 + + + + 28 d
bifentrín 21 21
Propargita + + + + + 21 d
tetradifon 21 21 1 ,5 1 2,4 1
Tebufenpirad 0,375 kg + + 21 d

Acaricidas de verano con persistencia de 21 días

Acrinatrín 0,6 1 + + + 21 d
Azocicloestan 1,2 kg + + + 30 d
Cihexaestan 1,20 kg + 30 d
Esfenvalerato 0,8 1 + + 15 d
474 MANUAL DE VITICULTURA

Acaricidas de 11era110 con persistencia de 21 días (co11h'n11ació11)

Fenpropatrín + 0,5 1 + + + +
fenbutestan 1 1
Lambda 0,8 1 + + + + + + 3d
cihalotrín 0,8 1 0,4 1 0,4 1 0,25 1 0,25 1 0,35 1
Propargita 1,5 1 + + + 21 d
3 kg 21 d
3 kg 30 d
Piridaben 0,5 kg + + 60 d
0,5 1 + + +

E n primavera, el o bj etivo es evi tar el desarrol lo de l as pobl ac io nes que han


i nvern ado. Los c ri terios de dec i sión son los si g u ie ntes:
- si los síntomas han si do con statados en l a cam pañ a precedente, i n te rve n i r
entre e l estado B y C , l av ando las cepas a base de fuerte presi ón c o n u n a
espec i a l i dad a base de u n o l eofo sforado o de azufre m oj a b l e a 2 kg/h l
( M icroth io l espec i al ) . No so brepasar el estado C con los oleofosforados;
- en caso de que los daños se observen a l i nicio de la vegetación, i n terve n i r
c o n bromopropi l ato (Neoron a 2 1/ha) o dicofo l moj ando bien y en u n d ía
so leado.
E n verano, el o bj etivo es destrui r l as formas móvi le s que provocan los dafi.os y
l as hem bras que podrían i nvern ar. I n terve n i r desde q ue se apreci an con frecuenc ia
los p ri m eros sín to m as (estam pados, p l acas am ari l l as, decolorac io nes) . U ti l i z ar
prod uctos reg ul adores del crecimiento (Apolo, Gemm, Orion, Topj et, Torero , Vik­
tor) o bro mopropi lato más bife ntrín (Plei ade, Louxor a 2 1/ha) moj ando abundan te­
m e n te . E n tre los acari c i das q ue presen tan acc ión larv i c i d a y adu l t i c i d a e stán :
O m i te 5 1 y Pen n sty l fl ow.

2 . ORU GAS Y POL I L LAS DEL RAC IMO

Eupoecilia y Lobesia son dos m ari posas q ue tienen formas de vida análogas.
S us orugas, l l am ad as com ú nmente p olillas del racimo, se a l imentan directamente
en l os raci mos. La Eupoecilia vive en todas las regi ones; Lobesia se encuentra
so bre todo en la m i tad sur de Francia, especi al mente e n el m idi y suroe ste . H ay
otras e species que tam bi é n ocasionan d años: Eulia (2 a 3 generaciones) y l a piral
de l a v id (Sparganoth is pilleriana) cuya oruga se a l i menta de l as hoj as (1 genera­
ción).

2 . 1 . Síntomas
Las poli l l as del rac i m o atacan a las i nfloresce ncias y a los racimos:
- la pri mera generación aparece antes de la floración y forma « ve los» o «g lo­
mérulos» , con stituidos por h i los sedosos y flores secas en l as que e stán l as
oru g as; los daños se hacen i n to lerables cuando hay más de 1 0 a 25 racimos
atacados de 1 00 observados;
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 475

Tab l a 4
Productos aconsejados para la acariosis
Materias activas Dosis Observaciones

Al final del invierno, cerca del desborre


Acei tes amaril los 2 a 3 1/h l Mojar abundantemente la cepas e intervenir lo
más cerca posible del desborre.

En el desborre (estados B y C)
Azufre mojable 2 kg o 2,5 l/hl Eficaz también sobre erinosi .
oleoparation 0,5 a 1 1/hl
1 ,5 1/hl
0,5 1/hl

En primavera
Dicofol 500 g m.a./ha
Bromopropilato 0,3 después 2 J/ha (0,3 l de B a F de pués 2 l/ha).
Fenpropatrín 0,75 J/ha

En verano
Dicofol 500 g m.a./ha
Propargita 1 ,5 l/ha
3 kg/ha
Clofentezín 0,4 l/ha
Bromopropilato 2 1/ha
Cihexaestan + 2 kg
meto milo
Clofentezín + 0,5 l/ha
fenpropatrín
Clorentezín + 0,5 J/ha
bifentrín
Clofentezín + 0,5 + 1 1/ba
propargi ta
Clofentezín + 0,3 + 0,5 l/ha
tau flu valinato
Cibexaestan + 0,6 1/ha
tetradifo n
Fenbutestan + 0,6 + 0,37 liba
flufenoxuron
Proparg ita + 3 1/ha
tetradifo n
476 MANUAL DE VITICULTURA

l as orugas de segunda y tercera generación penetran en l as bayas para con­


sumir su contenido; los daños se hacen i n medi atamente intolerables a causa
de la pérdida de cosecha y sobre todo por el desarrollo de la podredumbre
gris a partir de estas bayas lesionadas.

2.2. Causas y daños


La Eupoecilia es una mariposa de 6 a 8 milímetros de longitud, con l as alas
gris amaril lo con una banda ancha oscura. La oruga llega a tener 1 centímetro de
longitud, es rosa, con la cabeza parda; sus movimientos son lentos.
La Lobesia es una mariposa de 6 a 7 m i límetros de l ongitud, con l as alas gri­
ses, moteadas de manchas rosas y pardas. La oruga alcanza una longitud de 9 mil í­
metros; es verde y de cabeza amaril l a; sus movimientos son rápidos y ágiles.
Lobesia y Eupoecilia pasan el i nv ierno en estado de crisáli das bajo la corteza
de las cepas o en las hendiduras de la madera. Los capullos son de seda blanca,
pero el de la Eupoecilia tiene residuos vegetales.
A principios de primavera, las crisálidas se transforman en mariposas que vue­
lan a partir de l a puesta del sol . Durante estos vuelos, crepusculares en l a Lobesia y
nocturnos en la Eupoecilia, machos y hembras se aparean . Las hembras ponen los
huevos sobre los botones florales

A. Reynier

Figura 3
Eupoecilia adulto lobesia adulto

El tiempo que tardan los huevos en eclosionar depende de l a temperatura (6 a


1 5 días). Las jóvenes orugas unen las i n florescencias con hilos de seda, atacando a
l as flores a lo largo de sus cinco estadios l arvarios, abandonando las i nflorescen­
cias para pupar bajo la corteza, sobre los bordes de las hojas o en el suelo.
El vuelo de la segunda generación aparece a finales de j unio, escalonándose
durante 3-5 semanas. Las hembras son atraídas por l as bayas verdes donde realizan
la puesta de los huevos ; en el momento de la eclosión, una semana después, las
orugas neonatas después de un estado errante, en el curso del cual roen l a superfi­
cie de las bayas, penetran en el interior de los granos del racimo y los van destru­
yendo; en l as regiones septentrionales l as orugas de ú ltimo estadio L5, van a pupar
y dar origen a pupas diapausantes que pasarán el i nvierno, en el caso de la Lobesia,
en l as regiones meridional es y a veces también en Aquitania, el estado pupa] dura
de 5 a 7 días y da origen a una tercera generación ; en la región meridional, se
puede producir a veces una cuarta generación .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 477

>.
\


4U� -------
C1

A. Reynier

F igura 4
Ciclo biológico de las polillas del racimo.
C: crisálida; O: huevo; C h : oru g a .

2 .3 . Daños
L as poli l las d e l racimo ocasio n an u n daño doble, e n efecto, l o s daños orig ina ­
dos por l as oru g as pueden ser directos e i n d i rectos.

2 . 3 . 1 . Daños d irectos
La pri mera generación destruye u n ci erto n ú m ero de flores, que en general no
afectan al ren d i m i e nto del cultivo.
E n seg unda y tercera generación , l as orugas atacan directam e nte a las bayas
del rac i m o y provocan u n a pérd i d a m ás i m p ortante de la cosec h a , estando L a
i m portan c i a d e los daños di rectamente rel acionada con e l n ú mero d e orugas p re ­
se n tes sobre el rac i mo; pero s o n l os daños i n directos los más i mp ortan te s. Se ha
observado que Los raci mos m ás com p actos favorecen La i nstalación de l as orugas.

2 . 3.2. Daños ind irectos


E n la seg unda generación , l as orugas al atac ar l as bayas favorecen la pre sencia
de Bo trytis cin erea, hongo causante de l a podred u mbre gri s, de dos maneras: sir­
viendo de vector del hongo, fij ado en los pelos o e n tránsi to en e l tubo digestivo o
abri endo u n a puerta de e n trada al hongo por las perforaci ones de l as bayas. Este
permanece en estado latente h asta e l envero , estado a partir del cual la podredum ­
bre g ri s puede explotar s i las condiciones cli m áticas son favorables y l os medios
de defensa no son en ton ces m ás eficaces.
478 MANUAL DE VITICULTURA

La pre se nci a de orugas de tercera o c u arta generación sobre las bayas del
rac i m o , m ás acuosos y m ás ricas en azúcare s e n el transcu rso de la m aduración,
agrava los riesgos de conta m i n ación y l a i m portancia de los d años.

2 .4. L ucha contra las po lil las del racimo


L a l ucha con tra l a s po l i l las d e l raci mo debe se r razonada con e l fi n de deter-
m i n ar:
l a oportun idad del tratami ento, sabiendo q ue si los riesgos de daños son
pequeños es preferi ble n o tratar;
la época de i n tervención , sabiendo que es preci so m atar el m áxi mo de oru­
gas antes de que se produzcan daños graves;
l a elección del p roducto de tratami ento, e n función del estado de de sarro11o
de las orugas, de los efectos secun darios so bre otras p l ag as, de los efectos no
i n tencionados.

2 .4. 1 . Métodos de obse rvación


Los avi sos de tratamie n to, e mitidos por l as Estaciones de Avi sos Agrícol as, se
basan ese nc i al m e n te en las observac iones bio lógicas recogidas por d iversos m éto­
dos que e l propio v i ticultor puede uti l i z ar:
l as trampas son un m é todo de v i g i l an c i a de los v ue l o s de l as p o l i l l as d e l
rac im o e n l a é poca d e l apare a m i e n to c o n e l fin de d e d u c i r e l p eríodo de
p ri n c i p i o y fi n de l as e c l o s i o n e s de los adu l tos, l as tra m p as s e co locan a
la a l t ura de los raci m o s de sde el i n i c i o de l a vegetac i ón de la v i d y su
poder atrayente es de ti po a l i m e n t i c i o , atray e n d o m ac hos y h e m bra s , o
d e t i po sex u a l , con la u ti l i z a c i ó n de cápsu l as de fe ro m o n a s se x u a l e s ,
a trayen d o ú n i c a m e n te a los m ac h o s . E l e m p leo del tra m peo sex u a l , q ue
e s e l m ás u t i l i z ado actu a l m e n te , debe ser b astante precoz , p ara reali z ar
l a s c ap t u ras desde el i n i c i o de l o s vue los de las m arip o sas; u ti l i zar c áp ­
su l as d e 1 m i c rogramo d e fero m o n a , re n ovadas cada tre s se m an as para
tener u n a m ej o r apre c i ac i ón de la d e nsidad de p o b l ac i ó n de la pri m e ra
g e ne rac i ón ;
E l con trol visual que es u n mé todo de v i g i lanc i a de los huevos y de l as
orugas e n los raci m o s, lo qu e perm i te m e d i r e l rie sgo a n i ve l de u n v iñedo;
l os huevos se o bservan sob re l as brác teas de l as flores en pri mera genera­
c i ón y sobre los granos de uva para l as g eneraci ones sig u i e n te s ; l as orugas
se p ueden detectar en pri mera generac i ón por los g lo méru los q ue forman
e n l as flores y m á s tarde por l o s orifi c i os q u e h acen p ara penetrar e n l as
b ayas.

2.4.2. Toma de dec isiónes


L as obse rvac iones biológi c as re alizadas en difere ntes zo nas de vi ñedo de la
reg i ón y los dato s meteoro ló gi cos perm i te n a l a E stación de Av i sos Agríco las
determi n ar e l período crítico de i n tervención a n i ve l de una zon a.
S i n embargo , pertenece al v i ti c u ltor conocer en su exp lotación las p arcelas m ás
expuestas y decid i r por sí mismo l a oportu n idad del tratam i e nto:
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 4 79

- en p rimera generació n : al ser los dañ os genera l m e n te p oco g raves, sal vo


en variedades con te nden c i a al corri m i e n to y l as v ariedades c o n rac i mos
apretados sen s i bles a l a podredum bre g ri s , la deci si ó n de tratar se toma si
e l n ú m ero de raci mos atacado s ( presenc i a de g l o m éru los) so bre p asa del
10 a l 2 5 por 1 00 rac i mos o bservados e n l as reg i o n e s septentri o n ale s, o si
el n úm ero de g l o mé r u l o s so brepasa de 1 00 a 200 p ara 1 00 rac i m o s o b ser­
vados, en l as reg i on e s m e ri d i o n a le s ; el n ú m ero de ad u l to s c ap turados en
las tra m pas cebadas con fero mon a sex u al con sti tu y e un e le m e n to co m p le­
m e n tari o ú t i l en la to m a d e d e c i s i o n e s : s i h ay m e n o s de 1 0 ad u l to s
durante l o s 1 0 p ri meros d ías de v u e l o , no h ay q u e tratar, pero si s e so bre­
pasa este u m b ral , hay q ue tener e n cuenta e l n ú m ero de orugas e n los g l o ­
mérul o s ;
- en segunda y tercera generación: debe to m arse pronto l a decisión de tratar
an tes de la penetraci ón de las orugas en los granos; si no ha habido capturas
de m ariposas en l as trampas no es nece sario tratar; por e l contrario, en l as
p arce l as reg u l ar mente atacadas por l as p o l il l as del racim o , l as cap turas de
mariposas en las trampas i n dican la existe ncia de u n riesgo y se hace necesa­
ri a la i n te rvención desde el momento e n q ue de 1 a 1 0 racimos ( seg ú n el
riesgo de podredu m bre gri s) por 1 00 raci mos obse rvados p re sente n huevos o
pri ncipios de ataque.

2 .4.3. E lección de los p roductos y estrategia de l ucha


L o s p roducto s e mp l e ados se di sti n g u e n por sus propiedades (ta b l a 5 ) y su
n aturalez a:
acción ovicida: la de strucción de l os huevos por los i n secti c i das e s por l o
general parc i a l ; el meto m i lo fi gura en cabeza c o n el 99 p o r 1 00 de huevos
de stru idos, desp u é s le si g ue n el t i o d ic arb (88 por 1 00 ) y e l del ta m etrin
(60 % ) ;
- acción de choque: i ndica e l l ím i te d e eficaci a d e l o s i n secticidas deter m i ­
n ado p o r l a edad p o r enci m a de l a c u a l las orugas n o son de stru idas; e s
i mportante p ara e l meto m i lo , e l m eti l p aration y e l p aration, lo c u a l perm i ­
ti rá rea l i zar un trata miento curativo;
- p ersisten cia: i n d i c a l a d u ración de efi c ac i a d e l producto so bre l as orugas
ap arec i das después del trat a m i e n t o ; la m ayor p arte de l o s p rod uctos tie­
n e n una persi ste n c i a de 1 2 a 1 4 d ías, exce pto para e l p arat i o n , que e s de
4 d ías;
- efectos secundarios: estos i n sectici das m atan no so lamente l as p o l i l l as del
raci mo, si no tam bién otras especi e s a n i m ales; puede n tener, por ejemplo,
u n a eficac i a sobre los ácaros, como e l meto m i lo , o favorecer por e l contrari o
su aumento , c o m o e l paration , carbari l , meti l azinfos;
- toxicidad: i ndica e l n ive l de los efectos no i n tencionados de los i n secticidas
sobre la faun a ú ti l .
L a estrategia de Lucha depende d e l as observaciones biológicas, d e l u m bral de
i n tervención y de las propiedades de los productos:
- tratamien to de p rimera generación, en l as zon as m u y atacadas por l as poli­
l l as, eleg i r l os tratamientos preventivos sin esperar a la aparic i ón de g lo­
m éru l os uti l i zando i n secti c i das activos so bre l arvas j óvenes; e n p arcel as
ge neralmente con poco ataque , es posi b l e tratar de form a curativa con i n sec-
480 MANUAL DE V ITICULTURA

ticidas con buena acción de choque una vez que se alcanza el umbral de
intervención;
tratamientos en segunda y tercera generación:
• se puede intervenir de forma preventiva desde el i nicio del vuelo con
i nsecticidas preventivos estrictos, bien antes de la puesta de los h uevos
con insecticidas reguladores del crecimiento (Cascade o Insegar), bien
antes de las primeras eclosiones, en el estado de cabeza negra de los hue­
vos, con Bacillus thuringiensis (Biobit, Collapse, Delfin, Dipel, . . . ); la adi­
ción de azúcar mejora l a eficacia. Repetir el tratamiento en caso de l luvia
de más de 25 mm y real izar un segundo tratamiento 8 a 1 2 días después,
una vez que ha fi nal izado la persi stenci a del producto;
• se puede i ntervenir de forma preventiva con insecticidas neurotóxicos,
existiendo una amplia gama de productos comerciales, de los que se ele­
girá el menos tóxico para l os ácaros depredadores;
• se puede efectuar u n tratami ento de recuperación con i nsecticidas de
acción preventiva y curativa en las parcelas poco atacadas, eligiéndose
aquellos productos que presenten un buen efecto de choque y poca toxici­
dad para los ácaros depredadores.
Para que el tratamiento sea eficaz, se debe locali zar a la altura de los racimos
con aparatos equipados para esto y bien regulados.

2.5. Util ización de la confusión sexual


Este método de lucha no util iza productos químicos ni productos biológicos.
Es una lucha biotécnica, que consiste en perturbar el acoplamiento de las maripo­
sas l iberando una cantidad elevada de feromonas, lo que desorienta a los machos
que no encuentran a las hembras. Este métodei está registrado para l as pol i llas del

racimo en Francia desde 1 995.
Los difusores se distribuyen sobre los al ambres a 60 cm del suelo, de una
manera homogénea en el viñedo (500 difusores por hectárea a 500 microgramos
de feromona) también en un perímetro de 50 metros alrededor de la parcela para
crear una zona de seguridad. Este método debe uti l izarse en superficies grandes (al
menos 5 hectáreas para Eupoecilia y 1 5 a 20 hectáreas para Lobesia).
Una vez colocados los difusores, es necesario vigi lar el vuelo de las mariposas
mediante trampeo sexual. La eficacia relativa de la confusión sexual es al menos
igual a la de un insecticida clásico cuando las densidades de población no son muy
i mportantes. El umbral de eficacia es de 5 a 1 0% de racimos atacados.
En caso de poblaciones superiores a este umbral, es necesario disminuir la
densidad de población tratando, el primer año, con un insecticida sobre la primera
generación y, si es necesario, sobre la segunda. A largo plazo, el efecto acumula­
tivo conduce al abandono de los tratamientos de recuperación.
PROTECCIÓN RACIONAL DEL V IÑEDO 481

Tabla 5
Insecticidas aconsejados para polillas del racimo

Acción Plazo
Perma- Acción
Dosis de de
Materias activas nencia ovicida Toxicidad
por ha choque seguridad
( días)
(días) (%) (días)

lnsecticiáas muy preventivos (antes de la puesta de los huevos)

Flufenouron 0,4 l o >21 28 NFf


Fenoxycarb 0,5 kg o 14 2 NFf
Fenbutestan + flufenoxuron 0,6 + 0,37 1 o 21 27 NFf
Fenpropatrín + flufenoxuron 1 l o 21 28 NFf

Insecticidas preventivos antes de la eclosión de los huevos

0,75 kg 1 12 2
1 ,5 1 1 8 2
Bacillus thuringiensis NFT
l l 1 12 2
31 1 14 2

Insecticidas preventivos antes de la eclosión de los huevos y larvas jóvenes

Bifentrín 0,25 1 7 14 90 2 MT-T


Clorpirífos 1 ,25 1 7 2 21 T-NFf
1 ,25 1 7 12 21 T
Cipennetrín 0,3 1 3 12 7
0,3 1 3 12 46 7
Deltametrín 0,7 l 7 12 58 2 T-MT
4,5 1 7 12 58 2 MT-T
4,5 1 7 15 58 2 MT-T
Esfenvalerato 0,8 1 3 15 25 15
Fenva1erato 0,75 1 3 14 17 2 MT
Quinalfos 1 1 7 14 88 21 NFT
Lambda Cihalotrín 0, 3 5 1 7 14 88 2
Piridafention 1 ,8 1 7 14 96 2 MT-T
Metil paration microencap 1 ,25 1 25 12 28 15 T
Malation 1 ,5 1 7 12 9 7
Tebufenocida 0,6 1 o 14 21 NFT
Esfenvaleralo + fenitrotion 1 1 7 15 7
Metil ciorpirifos + dpermetrín 1 1 7 14 90 21
Clorpirifos + dimetoato 1 1 3 12 86 30
Clorpirifos + cipermetrín 1 1 21
Betacitlutrín + fenitrotion 1 1 7 14 15
Cipennetrim + fenitrotion 1 1 3 a7 14 15
Cipermetrín + diazinon 1 ,2 1 7 12 91 2
Clorpirifos + dimetroato 1 1 3 12 86 30
Fenvalerato + fenitrotion 1 1 7 14 59 15
Bífentrín + Clofentezín 0,5 1 42
482 MANUAL DE VITICULTURA

Insecticidas curativos sobre larvas

Ciflutrín 0,7 1 15 14 T
Betaciflutrín 0,7 1 15 14
Tiodicarb l l 25 14 98 14 T
Cipermetrín + metil paration 0,75 1 15 14 96 15 T
Metidation 1 ,55 1 15 12 55 15 MT-T
Tralometrina 0,22 1 15 14 92 2 T
Metidation 1 ,55 1 15 12 55 15 MT-T
Metil paration 300 g 25 4a8 28 15 MT-T
m.a.

NFT: Neutro a débilmente tóxico. MT: Medianamente tóxico.


MT-T: Medianamente tóxico a tóxico. T: Tóxico.

3. PLACAS SEC U N DARIAS

3 . 1 . Mosquito verde

3 . 1 . 1 . Síntomas y daños
El mosq u i to ve rde (Empoasca flavescens) es un cicadé l i do, i n secto chupador
que se ali menta de l a sav i a de los nervi os de l as hoj as a partir de fi na les de j unio .
Los síntomas se m a n i fie stan en e l contorno de l as hoj as q ue amari l l e an e n l as
variedades b l an c as o e nroj ecen en las vari edade s ti ntas. Esta coloración m arginal
está deli m i tad a de u n a m anera geomé tr ic a por l o s pequeños n e rv i o s dando un
aspecto de mosaico. Esta coloración progresa y los bordes de las hoj as p ardean y
se desec an . L a reducción de l a superficie fo l i ar por desecación y c aída de hoj as a
veces es i mportante si n o se control a l a pl aga; se ven m ás afectadas las hojas adul ­
t a s l o q u e ori g i n a p ro b le m as e n l a m aduración y e n e l agostamiento. L a p arte alta
de las hoj as es siempre l a menos afectada .

3 . 1 . 2 . Causas y desa rrollo


E l c icadé l i do i nvern a e n e stado adulto so bre diversas p lantas huéspedes y e m i ­
gra a l a v i ñ a en p ri m avera donde s e de sarro l lan tre s g e neraciones. D espués de l as
pue stas de mayo , l as n j n fas de la pri me ra generación , que aparecen en m ayo-pri n­
ci pios de j un io, sufren ci nco m udas an tes del estado adu l to. L as form as j uven i le s y
los adu ltos se l ocalizan e n e l envés de las hoj as. L as n i nfas m u y móvi les, se des­
p lazan l ateralmente al igual que los cangrejos, después de l as m udas, l as exuvi as
de co lor bl ancuzco son v i si b les en el envés de l a hoj a. Los adu l tos se desp l az an
volando e ntre e l fo l l aj e .

3 . 1 .3. Medios de l ucha


No e s preci so i n te rve n i r m ás que si l as po b l aciones de cicadé lidos sobrepasan
ciertos u m bra les para resu ltar pel i grosas. L a presencia de l os cicadé l i dos se pone
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 483

Figura 5
Síntomas ocasionados por el ataque del mosquito verde.

de manifi esto por los adu l tos q ue saltan en cuanto se m ueve el fo l l aje y por obser­
v ación de las puestas, de l as n in fas y de los adu l tos en el e nvés de l as hoj as de l a
z o n a i n fe rior d e l o s pámpanos. Ge neral m e n te l os trata mie ntos co n i n secticidas
con tra l as poli l l as son suficientes para l i m i tar los daños. S i n e m bargo, a veces son
necesarios tratam i e n tos específicos y la i n tervenci ó n se dec idirá a p artir de los
siguientes u m brale s :
- en j u n i o y j u l i o : 1 00 n i n fas po r 1 00 hoj as;
- en agosto : 50 n i n fas por 1 00 hoj as.
L a m ayor p arte de l o s i n secticidas son eficaces, y e s preci so e scogerlos e n fun ­
ción d e s u acción con tra las po l i l l as y d e s u tox ici dad so bre la fau na aux i l i ar.

3 . 2 . Cicadélido pruinoso
E sta n ueva especi e , después de h aber colonizado el v iñedo i ta l i an o a p artir de
1 9 7 9 , h a sido locali zado en las Bocas del Ródano en 1 9 86. O ri gi n ario de Améric a
(de C an adá a B rasi l ) , v a colon i zando actua l mente todo e l v i ñedo meridion al .

3 . 2 . 1 . Síntomas y daños
Los adul tos forman un rosario c aracterístico so bre los órganos atac ados, a los
que pican y succion an y sobre los que depositan abundante melaza. Esta m e l az a es
e l d año m ás i m porta n te , favoreciendo el desarro l lo de hongos, l a fu m ag i n a, de
484 MANUAL DE VITICULTURA

Tabla 6
Insecticidas autorizados para ·mosquitos verdes y el vector de la «flavescencia dorada»
.
H
Materias activas Dosis/ha Polillas del racimo Ácaros

Acrinatrín 0, 1 /0,2 1 +
Betaciflutrín 0,7 1 +
Bifentrín 0,3 1 + +
Ciflutrín 0,7 1 +
0,7 1 +

Cipermetrín 0,3 l +
0,6 1 +
Fenpropatrín 0,5 1 +
Lambda cibalotrín 0,25 l + +
0,25 kg + +
Metomilo 21 +
1 ,6 kg +
Piridafention 1 ,8 1 +
1 ,8 1 +
Quinalfos 11 +
Tralometrina 0, 1 6 1 +
Fenitrotion + Betacitlutrín 0,6 1 +
Bifentrín + 0,5 1 + +
clofentezín 0,5 1 + +
Bifentrín + dicofol 1 1 + +
Clorofenizon + metil paration 21 + +
Clorpirifos + cipermetrín 11 +
Clorpirifos + dimetoato 11 +
1 1 +
Metil clorpirifos + cipermetrín 1 1 +
1 1 +
Metil clorpirifos + deltametrina 0,5 1 +
Clofentezín + fenpropatrín 0,5 1 +
Cipermetrín + diazinon 1 ,2 1
1 ,2 1
Cipermetrín + etion 1 ,25 1 + +
Cipermetrín + fenitrotion 1 1 +
Fenitrotion + esfenvalerato 11 +
Cipermetrín + fenitrotion + 1 1
malation
Fenpropatrín + flufenoxuron 1 1 + +
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 485

col or negro , que atraen a otros i n sectos, en p arti cular a las drosofi l as, l o que favo­
rece la podredu m bre ác ida. Esta c adena ali mentari a es perj udicial para la sanidad
del v iñedo, tanto por la extracci ó n de sav i a re ali zada por el i nsecto como por l a
producción d e m e l az a y l a consiguien te aparición d e l a negri l l a .
Esto afecta tan to a la presen tac ión de la uva de mesa c o m o a l a cau dad en J a
recolección d e l a s variedades atacadas.

3 . 2 . 2 . B iología
Metcalfa p ru inosa es un i n secto H omóptero perteneciente a la fami li a Flati­
d ae, cercana a los cicadé lidos. Los adu l to s (7 a 9 m m ) , m u y móviles, están recu­
biertos de un a secreción b l anca que ocu lta su color gri s azu lado. L as n i nfas (2 a
6 m m ) son blancas, aplanad as, móvi les, localizadas en e l envé s de las hoj as.
El i n secto presenta una so la generación al año . Los adu l tos se acopl an y rea l i ­
zan la p uesta. La eclosión es m u y escalon ada, estando pre se ntes l as n i n fas de abri l
a octu bre . A lo largo de su desarrollo p asan por 5 estadios n i n fales, obse rván dose
los ad u l tos de j un i o a octubre .
Metcalfa p ru inosa es u n i n secto m u y polífago y m u y móv i l . Los adul tos se
desp lazan de la v i d a l as plantas c ircundantes.

3 . 2 . 3 . Med ios de lucha


Actualmente la l ucha no está aún puesta a punto , ya q ue hay que estu d i ar l a
biolog ía de l a pl ag a y no h a y ni ngún producto regi strado.
L a v i g i l ancia de las parcelas es necesaria p ara detectar l a pre senci a de Met­
calfa p ru inosa en los estadios n i n fales L l y L2 en el e nvé s de las pri meras hoj as de
la v r n a. Insectici das organofosforados o pi retroides serían eficaces sobre J as n i n fas
j óvenes. S i n e m bargo, nuevas recolo n i z ac i ones se p ueden producir por la eclosión
escalonada de los huevos y la llegada de adultos de l as plantas cercanas.
Actua l men te se ti enen m ás e speranzas e n la u ti l ización de l a l ucha biológi ca,
e mpleando p arasitoides n i n fales de este i n secto que no existen e n estado n atural e n
E uropa, pero q u e existen e n e l país ori g i n ario d e l a p l aga. Trabajos de acl i m atación
de uno de e stos parasi toi des, Neodryin us typh locybae, e stán e n curso en I ta l i a y
Franci a .

3.3. Cortadores de yemas


Desde el desborre en tre el e stado de ye m a hinchada (estado B ó 03) y l a apari ­
ción de la pri mera hoj a extendi da, (estado E ó 0 9), l as hoj as de la vid p ueden ser
atacadas por d iversos enemigos, que , lo m ás a menudo, no atacan a la vid m ás que
cuando n o encue ntran otras p l an tas hué spedes. En tre e stos enem igos se encuentran
adul tos de co leópteros y orugas de lepidópteros:
- entre los coleópteros adu l tos, los m ás corriente s son los gorgoj os (Peritefus
y Otio rhynchus) q ue co men las y e m as d urante la noche , secci o n ándolas
l ateral mente : durante el d ía , se ocul tan en la su perfici e del suelo o bajo los
terrones a los pies de l as cepas;
- entre l as orugas, los daños más frec uentes se deben a los «gusanos g ri ses» ,
orugas pertenec i e n tes a v ari as especies de n octu idos, que devoran yemas
486 MANUAL DE VITICULTURA

como huevos pasado s por ag ua y las orugas de Boarm ia, que vacían l as
y e m as l ateral mente .
E stos daños son ocasionales y de i mportancia vari a b l e ; solo u n a v i g i l an c i a
reg u l ar de las vi ñas, reali zada al c aer l a tarde o p o r l a m añana pronto y fu ndamen­
talme n te de los brotes, permi te descubrir su prese ncia y est i m ar la i m portan c i a de
los daños. E l tratamiento se h ace nece sario cuando del 10 al 1 5 % de l as cepas de
una parce l a presentan u n a o vari as yemas com i das. Los tratam i e n tos se real izan
con i nsecticidas piretroides (O, 1 5 a 0,4 l/ha segú n l as formu l acion es) o con metil
paratión ( 1 ,5 l/h a) .
Contra l o s g u sanos g ri ses, s e puede :
- uti lizar una formu lación cebo ya preparada: D ursban 50 (20 kg/ha) , Du rs­
b an cebo ( 50kg/h a) Vol aton (75 kg/ha) ;
- p rep arar u n ce b o : e n 1 00 k g de sa l vado mezclar C y m b ush ( 0 , 3 7 5 1/ha),
S herpa.

3.4. Conejos
Los conejos y las l i e bres apreci an en pri m avera l os bro te s tiernos de l a viña,
sufri e n do a veces l as plan tas daños sufi c i e n temente i m portan tes para o b ligar al
viticu ltor a tomar m edidas de protección . Atacan no solo a l as y e m as sino también
a las ramas j óvenes, alimentándose de la extre midad , e l resto q ue queda sobre l a
cepa prese n ta un corte cu rvado bastante característico; l os sarm ientos del año y l a
madera pueden ser descortez ad as y mordi squead as, aunque esto e s raro . Los daños
se p rod uce n durante l a noche o por l a mañana te mprano, se p re sentan e n l íneas o
c írculos.
C u ando l a viña está pró x i m a a u n bosque o u n m o n te b aj o y cercana a l as
m adri g ueras, las medidas de protección consiste n , b i e n en b loquear e l acceso a l a
parcela, por medio de alam bradas disp uestas alrededor (alam brada d e tri ple torsión
con m al l a de 36 mm, de 1 1 O c m de alto y enterrada de 20 a 30 c m en el suelo) o
m a llas i ndividu ales en form a de cami sa de alam bre metál i co o de camisa de p lás­
tico. L a protecci ón i ndividual de cada p l anta con stituye una solución eficaz y
me n os cara q ue l a a l a m b rad a a l rededor. L o s repe l e n te s apli cados en corde le s
i mpregnados, colocados a 20 c m de altura, tiene n efecto durante u n tie mpo bas­
tante corto , de 8 a 1 0 .
PROTECCIÓN RACIONAL DEL VIÑEDO 487

Figura 6
Daños (2) y protección contra los conejos.
1 . Protección individual.
3 . Alambrada de protección.
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Esta n u e va verswn españ ola del u Ma n ua l de Viticultura "
de A. Re yn ier, agró n o m o y enó logo y profesor de la Facultad de
En o logía de B u rdeos, ha sido refun dida de la 8-ª e dición francesa,
p o n ie n do al día cada u n o de sus cap ítulos y a ñ a dien do a lg u n os
temas de a ctualidad que a fecta n a determ ina dos viñ edos, pero
conservan do el m ismo espíritu de las a n teriores a fin de que p u e da
seguir sien do útil a viticulto res, estudian tes y p ro fesion a les de fa
viticu ltura, tan to de España com o de América L a tina.

El libro consta de cua tro partes:

- La primera parte es una presentación de las vides cultivadas: fun ­


cio n a m iento d e la vid, estu dio d e variedades, p ortainjertos y méto­
dos de m ultiplicación de la vid, así como ca len da rio de tra bajos
a n ua les de l viñedo;

- La segun da pa rte es una guía de la plantación de una parcela de


viñ e do: estu dio pre vio del terren o a pla n ta r, e lección de técnicas
apropiadas a la variedad, po rtainjerto, sistemas de con ducción y
realización p ráctica de la pla n tación;

- La tercera parte es una guía de las técnicas de cultivo aplicadas a


un viñ e do en p roducción, a n ivel del suelo (ma n tenim iento y ferti­
lización) y a n ivel de la pa rte a é rea (poda, op eraciones en verde,
ven dimia);

- La cuarta parte es una guía de Ja protección racional del viñ e do


con el deseo de lle var a b uen térm in o la cosecha, respe tando los
equilibrios b io lógicos y el m edio n a tural.

La versión española ha sido rea lizada por un equip o de pro fe­


sores especia listas en cultivos leñ osos y vitícolas de la Universidad
Politécnica de Ma drid, en la seguridad de que esta n ue va e dición
ten drá e l mism o éxito que las a n teriores.

I S B N : 978-84-7 1 1 4-946-6

9
1 78847 1
11 1
1 49466

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