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Unidad 1
Proyectos de aula para la educación inclusiva
Resumen
1.1 Introducción 3
2.1 Introducción 17
3.1 Introducción 23
Referencias bibliográficas 34
1.1 Introducción
“Entre los derechos humanos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna
de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición,
está el derecho a la educación” (Naciones Unidas, 2015).
“La educación es uno de los instrumentos más poderosos, sino es el más poderoso, que
tienen las naciones para lograr el desarrollo humano” (Molerio, Idania, Ramos y Achón,
2007).
“La educación es un derecho humano elemental y la base de una sociedad más justa”
(Blanco, 2014).
“La diversidad es un rasgo constitutivo del ser humano” (Salvador, 2001, p. 25).
Enseñar, en griego, se dice didasko, que literalmente significa "ayudar a alguien a crecer".
Y este es el significado más importante del verbo enseñar, ayudar a las personas a crecer.
Reflexionamos sobre esto y las frases anteriores:
Estas y muchas preguntas podrían seguir planteándose, pero por último y para poder
continuar, preguntémonos: ¿el sistema educativo a lo largo de la historia ha contribuido
realmente al desarrollo de sociedades justas o por el contrario, ha aportado a la tan
marcada exclusión social que existe hoy en día?
Ahora bien, lo importante del momento coyuntural que está atravesando el sistema
educativo a nivel mundial, es que reconoce y admite que debe darse una transformación
capaz de respetar, valorar y comprender la diversidad entre los estudiantes, y convertirlo
en un recurso que amplía las oportunidades de aprendizaje y añade un valor a las
instituciones educativas y a la sociedad. Esto implica educar a todos los estudiantes
juntos, sin menospreciar y olvidar las diferencias físicas, económicas, culturales, étnicas,
religiosas, entre otras, y buscar la manera de que todos obtengan procesos de formación
en igualdad de condiciones. Ante este desafío la UNESCO manifiesta:
Avanzar hacia una mayor inclusión es una tarea compleja porque implica un
cambio sistémico que afecta los diferentes niveles y componentes de los
sistemas educativos, porque el mismo sistema que lo excluye no puede
incluir; es un cambio que implica a toda la sociedad. (p. 27)
En este contexto, la UNESCO (2005) expone que "inclusive significa que, como
maestros, tenemos la responsabilidad de buscar todo el apoyo disponible (de las
autoridades escolares, la comunidad, las familias, los niños, las instituciones educativas,
los servicios de salud, los líderes comunitarios, etc.) para encontrar y enseñar a todos los
niños". Autores como Ainscow y Miles (2008); Guðjónsdóttir y Óskarsdóttir (2016);
Meijer (2003) debaten que los docentes son la clave para desarrollar prácticas y
pedagogías inclusivas en las escuelas porque son ellos quienes, en función de sus
creencias y conocimientos, deciden y eligen el entorno de aprendizaje donde los alumnos
deben aprender y trabajar dentro de las estructuras del sistema escolar.
Con base a lo expuesto, es posible decir que uno de los principales desafíos para los
docentes en los tiempos modernos es la búsqueda continua de pedagogías y enfoques para
responder a la diversidad en el aula. En este recorrido los docentes han aprendido que,
aunque la colocación, el acceso y la presencia de alumnos diversos en las aulas son
factores importantes para lograr una educación inclusiva, no son suficientes; La cuestión
En este contexto, Booth y Ainscow (2000) exponen que el proceso hacia la inclusión
implica reestructurar las culturas, políticas y prácticas educativas. Y para ello, los autores
proponen una guía llamada Índice de Inclusión (en inglés Index for Inclusion) (Booth y
Ainscow, 2000), que permite evaluar estos tres aspectos y proponer acciones para avanzar
hacia una educación inclusiva.
El Index for Inclusión es una herramienta que propone tres dimensiones que deben
evaluarse y trabajarse para desarrollar escuelas inclusivas. Estas dimensiones son:
Confianza: el profesor confía en que los alumnos quieren aprender y no los culpa cuando
el proceso se toma más tiempo o no se materializa de igual manera en todos los
estudiantes. El profesor se pregunta qué debe hacer diferente para que todos los
Respeto: el docente debe respetar las diferentes habilidades, valores y talentos, diferentes
formas de aprendizaje y antecedentes sociales e historias personales de los estudiantes.
Esto es, valorar en positivo la diversidad del alumnado.
Ir más allá del aula: en general, existe una mentalidad entre los alumnos de que solo están
haciendo cosas porque "es necesario para el examen" o "porque el docente me dijo que".
Como docente, tenemos que ir más allá del aula uniendo nuestra aula al mundo real, esto
Ser buen observador: es necesario observar cuidadosamente cómo responden los alumnos
y cómo participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje, quién habla y cómo hacen
las cosas. Se debe prestar atención no solo al producto sino también al proceso. No solo
lo que hacen sino cómo lo están haciendo.
Ser buen oyente: para escuchar si el alumno le da la respuesta que desea, pero también
para escuchar cómo le dan sus respuestas y de qué manera entienden o no. Intente pararse
al lado de un grupo de estudiantes para que esté en ángulo en lugar de estar "de frente".
Aparta tus ojos, pero dirige tus oídos hacia tus alumnos. Puede descubrir bastante sobre
lo que sus alumnos aprenden o no al prestar mucha atención a lo que sucede mientras
trabajan. Para ser un buen observador y un buen oyente, estar más cerca de los alumnos.
Por otro lado, la investigación sobre aulas y escuelas inclusivas efectivas ha retratado las
siguientes áreas como importantes para el desarrollo de prácticas inclusivas (Ferguson,
2008; Guðjónsdóttir, 2000; Meijer, 2003):
Es así como, uno de los retos más significativos de los docentes en el aula es ofrecer a
todos los estudiantes las mismas oportunidades para aprender y las ayudas necesarias para
su progreso académico y personal. Es así, como han surgido investigaciones y propuestas
que buscan orientar al docente sobre los diferentes frentes a considerar en la atención de
la diversidad en el aula. Sobre esto, en (Grande Y González, 2015) diferencian tres frentes
dentro de las prácticas educativas:
En este contexto, sobre la estructura en este curso se han reunidos las siguientes
recomendaciones, los cuales están alineados con los principios mencionados en los
apartados 1.2 y 1.3:
Agrupamientos diversos: las aulas multiedad son otra fórmula para crear ambientes
inclusivos. Se constituyen como comunidades heterogéneas de aprendizaje para alumnos
que difieren en condiciones de sexo, raza, nivel, intereses, habilidades, experiencias
previas, etc. y donde la edad no es el criterio de agrupación principal. Theroux (2004)
recomienda que, aunque los alumnos se agrupen según los intereses, también pueden
tener actividades de diferentes niveles de complejidad.
Sobre los recursos, es importante destacar el papel que juegan las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) para desarrollar recursos y material educativo que
pueda ser accedido por todos los estudiantes, gracias a la flexibilidad que ofrecen para
crear un recurso en diferentes formatos. Más allá de esto, es necesario que su selección,
uso e implementación vayan precedidos de un adecuado análisis del docente (Grande y
González, 2015). Pero el uso de las TIC en la atención a la diversidad no se agota en su
incorporación como herramienta al servicio del aprendizaje; también se ha demostrado
su capacidad para ser empleado como instrumento de evaluación de la practica educativa.
En el capítulo 2 se presenta información más detallada de este frente y se presenta un
modelo que brinda herramientas al docente para participar en la creación de recursos
educativos inclusivos y accesibles.
Sobre las estrategias, para apoyar la tarea del docente, se han propuesto varios métodos
pedagógicos, tales como el Universal Design for Learning (UDL), en español Diseño
Universal del Aprendizaje (DUA); Differentiated Instruction (DI), en español Instrucción
Diferenciada (ID), y Understanding by Design (UbD), en español Comprensión por
Diseño. Los cuales tienen como esencia diseñar experiencias de enseñanza basadas en las
características de cada estudiante para responder a todos por igual (Whitney Rapp, John
Fisher College Rochester, & York Baltimore, 2014). A continuación, se presenta una
descripción de cómo funcionan estos métodos. Sin embargo, es también importante
mencionar algunas estrategias educativas centradas en el estudiante que se han
evidenciado favorecedores de atención a la diversidad:
La idea es que estas estrategias se apliquen en un marco de y como parte del diseño
universal.
Tradicionalmente, un plan de estudios está diseñado con ciertos alumnos en mente, lo que
crea barreras, ya que excluye a otros que luego necesitarán algo diferente o agregado para
poder ver la información y aprender de la misma. El UDL (DUA en español de Diseño
Universal para el Aprendizaje) es una estrategia que los docentes pueden usar para crear
oportunidades de aprendizaje para un grupo diverso de alumnos.
Según Rose y Meyer, aunque estas tres redes neuronales trabajan juntas para coordinar el
aprendizaje de cualquier tarea, cada cerebro difiere sustancialmente en la forma en que
perciben y comprenden la información, la forma en que pueden navegar en un entorno de
aprendizaje y expresar lo que saben y las fuentes de influencia que afectan a las personas
al momento de aprender. Para responder a cada una de estas redes cerebrales, el marco
UDL consta de tres principios que deben darse en el ambiente y contenido educativo
(Rose, Meyer, & Gordon, 2013):
En conclusión, los principios de UDL sugieren que, para acomodar a un amplio espectro
de estudiantes, los planes de estudio de diseño universal requieren una variedad de
opciones para acceder, usar y participar con el contenido de aprendizaje, y establece que
los nuevos medios digitales y la tecnología de asistencia ofrecen la oportunidad de hacerlo
considerando su versatilidad y transformabilidad (Rose, D y Meyer A, 2002).
Para ayudar y guiar a los docentes en este proceso de diseño curricular, el marco UDL
sugiere cuatro plantillas:
Es importante resaltar que los principios y pautas de UDL no son instrucciones paso a
paso, sino que sirven más como un marco de trabajo o filosofía que puede guiar a los
docentes en el desarrollo y la ejecución de experiencias de enseñanza más accesible para
todos los estudiantes, ya sea que tengan discapacidades físicas o simplemente les guste
aprender cosas de manera visual. También es oportuno resaltar que la transición a UDL
debe ser gradual y no es necesario aplicar todas las pautas a cada lección, las pautas a usar
dependen de cuáles son relevantes para los objetivos de aprendizaje de los alumnos. Y,
por último, tenga en cuenta que redefinir una lección con UDL no requiere el uso de la
última APP (aplicación) o tecnología, se recomienda que los docentes pueden
intercambiar ideas con sus pares u otras personas sobre formas de incorporar música,
video, viajes al aire libre, modelado en arcilla, etc., para motivar y buscar múltiple manera
de expresión y presentación de la información. Lo importante es elegir un recurso o
estrategia que apoye un fin en particular.
Son dos estrategias que funcionan bien juntas y se pueden usar junto con el UDL para
atender las habilidades, fortalezas e intereses individuales de los alumnos.
Por su lado, la instrucción diferenciada (DI) está dirigida a la forma en que el contenido
o los objetivos se organizan teniendo en cuenta los diversos perfiles de los alumnos. Por
lo tanto, en la instrucción de planificación hay variación y flexibilidad inherente en el
contenido (lo que se debe aprender), los procesos (cómo se aprende) y los productos del
aprendizaje (cómo se evidencia el aprendizaje) (Tomlinson y Mctighe, 2006). Esto
significa que los alumnos pueden elegir su enfoque y producto de aprendizaje en lugar de
que el docente elija por ellos en función de un perfil preestablecido de los alumnos.
Estos dos enfoques juntos, presentan un método holístico para organizar el currículo, la
evaluación y la instrucción basados en ideas de enseñanza y aprendizaje efectivos para
diversas poblaciones de alumnos.
UDL, UbD y DL son tres modelos que se pueden combinar para crear y apoyar un entorno
de aprendizaje inspirador, productivo e inclusivo. Al combinarlos, se apoyan
mutuamente, ya que el enfoque de UDL es eliminar las barreras para el aprendizaje, UbD
es un modelo curricular que se enfoca en qué y cómo enseñar y DI es un modelo basado
en quién, cómo y qué enseñar.
2.1 Introducción
Para ello se debe conocer primero qué es accesibilidad. Pues bien, esta es la característica
de un entorno u objeto que permite a cualquier persona relacionarse con él y utilizarlo de
forma amigable, respetuosa y segura (Aragall y Eucan, 2013). Aplicado al contexto
educativo, se refiere a que el contenido educativo pueda ser accedido y usado por todos
los estudiantes.
Con base en esto, Baldiris, Fabregat, Cuesta y Muñoz (2015) propusieron un modelo para
la creación de Recursos Educativos Inclusivos y accesible llamado Co-crearía, el cual se
basa en la integración de las siguientes modelos y recomendaciones:
1) ADDIE, como marco que lista las etapas genéricas que se deben seguir para
desarrollar el recurso educativo. Se divide en cinco fases: Análisis, Diseño,
Desarrollo, Implementación y Evaluación (Branch, 2009).
2) UDL, como estrategia pedagógica que permite conocer sobre las fortalezas,
debilidades y preferencias de los estudiantes para ofrecer un proceso de
formación justo y equitativo para todos.
3) WCAG, para que el contenido Web sea accesible.
Figura 1. Modelo para la creación de recursos educativos inclusivos (Baldiris, Fabregat, Cuesta y Muñoz, 2015).
El proceso comienza con la Fase de Análisis, en la cual el docente, como líder del proceso,
identifica al equipo de co-creación y especifica el rol de cada miembro. Este equipo define
en colaboración el propósito educativo de los Recursos Educativos en términos de
competencias, objetivos y logros. También define las necesidades y preferencias
educativas de la población objetivo en términos de UDL y las competencias requeridas
de antemano. Con base en esta información, los co-creadores obtienen una primera
aproximación de las Unidades de Aprendizaje que ofrecerán a sus estudiantes a través del
REA. Esta fase también considera el análisis del entorno de aprendizaje, identificando
cualquier limitación existente en él, así como las opciones de entrega de los procesos de
aprendizaje y el tiempo disponible para implementar el Recurso Educativo. Los productos
generados en esta fase son una descripción inicial de dichos recursos educativos y el perfil
de la población objetivo. El entregable es un Documento de Análisis para cada REA
cocreado.
● Ningún material didáctico debe ser solo visual (imágenes o figuras); debe estar
acompañado del lenguaje escrito.
● El lenguaje utilizado deben ser oraciones completas en lugar de palabras aisladas.
● Use el lenguaje con el que el estudiante esté familiarizado y, si es necesario,
acompañado de lenguaje de señas.
● Use material táctil si tiene estudiantes con discapacidad visual.
● La información visual es indispensable para los estudiantes con problemas
auditivos, pero esto no significa que no sea de utilidad integrar contenido auditivo.
Hasta este punto hemos repasado los principios de la pedagogía inclusiva y algunas
herramientas pedagógicas y didácticas que apoyan al docente en el reto de ofrecer
prácticas inclusivas. En la siguiente unidad, veremos conceptos relacionados a la
formulación, organización y evaluación de proyectos de aulas inclusivos.
3.1 Introducción
Los PPA constituyen la real concreción de todas las acciones pedagógicas (Carrillo,
2001). Son un instrumento de planificación y organización del proceso de enseñanza-
aprendizaje, que toma en cuenta los componentes del currículum (actores del proceso,
áreas de conocimientos, actividades, evaluación, entre otros), sustentándose en las
necesidades de los estudiantes e intereses de la escuela y la comunidad. Estos proyectos
deben caracterizarse por:
Ser pedagógicos: pues se trabaja para y con los estudiantes, respondiendo a problemas
de índole pedagógico, mejorando la calidad de la enseñanza.
Ser factibles: ya que es la respuesta a una realidad concreta, que responde tanto a la
organización como a la ambientación del aula, a la distribución del tiempo, espacio y
recursos con los que cuenta la escuela y la comunidad.
No hay consenso sobre las fases y actividades que se realizan para diseñar un PPA. En
este curso se ha hecho un trabajo de revisión y engranaje, llegando a las siguientes:
Fase 1. Exploración
Actividad 2.1. Escoger un tema y título para el proyecto. El tema debe responder a una
situación puntual. El título debe ser elegido por consenso y de manera colaborativa
(docente, estudiantes, colegas) debe ser pequeño, entendible y pegajoso.
Actividad 2.4. Elaborar la visión del aula. Marrero y Carrillo (1996) citado en Carrillo)
(2001) definen esta visión como un cuadro del futuro del aula, lo que deseamos ser al
final del año escolar. Este horizonte debe ser lo más claro y específico posible, indicar,
dónde, cómo, cuándo, quiénes, con quién, en qué orden. La visión debe estar escrita en
tiempo futuro (es decir, lo que será al final del año escolar), colocada en un lugar del aula
que sea vista y leída frecuentemente por todos.
Actividad 2.5. Elaborar la misión del aula. En la misión se establece el objetivo general
del aula, es la razón de ser del aula. Esta se construye, también, en colectivo tomando en
cuenta la visión.
Actividad 2.8. Proponer las actividades de aprendizaje. Estas actividades deben alinearse
al diagnóstico realizado en la actividad 1.1.
Fase 3. Ejecución
Durante la ejecución del PPA es cuando el estudiante desarrolla sus competencias, sus
procesos intelectuales, aprende a describir, formular y dar respuesta a diferentes
problemas, analiza y sintetiza conocimientos y vivencias; establece relaciones entre los
sucesos de su vida cotidiana y los conocimientos aprendidos.
Fase 4. Evaluación
Actividad 4.1. Diseño de la evaluación del aprendizaje: debe existir una estrecha
coherencia entre los objetivos de enseñanza, los contenidos y la acción evaluativa, pues
esto permitirá que los aprendizajes sean realmente significativos, que lo aprehendido sea
aplicable a corto y mediano plazo, y no sea más nunca un aprendizaje memorístico,
repetitivo y sin utilidad a futuro. Se recomienda hacer uso de las Rúbricas para detallar
los avances. Y la misma debe diseñarse especificando el indicador, acompañado de las
competencias y con sus respectivos puntajes. Es importante que no sólo se evalúa el
producto final, sino también todo el proceso de aprendizaje, por lo tanto, se deben diseñar
más de una rúbrica para medir los distintos momentos del proyecto.
Actividad 4.1. Diseño de la evaluación del proyecto. No existen criterios únicos para
evaluar un proyecto, porque por lo general los criterios surgen en función de la naturaleza
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