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LA EXTINTA SORPRESA

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El brazo izquierdo descansa sobre el de la butaca. La mano derecha se posa sobre la izquierda.
Esta postura transmite una impresión de serenidad y de que el personaje retratado domina sus
sentimientos.26

La técnica de Leonardo da Vinci se aprecia con más facilidad gracias a la «inmersión» de la


modelo en la atmósfera y el paisaje que la rodean, potenciada además por el avance en la
«perspectiva atmosférica» del fondo, que sería el logro final del Barroco,35 donde los colores
tienden al azulado y la transparencia, aumentando la sensación de profundidad.36

Estado de conservación

Detalle del rostro craquelado.

La conservación de la obra es mediana, con un craquelado bastante evidente en toda la


superficie y una fisura bastante importante que, desde el borde superior, desciende en vertical
sobre la cabeza del personaje. Esta grieta se mantiene estable y no es previsible que empeore,
gracias a que la obra se conserva en un espacio climatizado. La deficiencia de conservación
más criticada es la suciedad que enmascara los colores; la pintura está tapada por capas de
barniz que han amarilleado con el tiempo, efecto habitual en las sustancias de origen natural.
En siglos pasados, cuando no existían los disolventes, la opacidad de las pinturas antiguas se
paliaba o disimulaba aplicando nuevas capas de barniz. El cuadro de Leonardo acumula varias,
y los responsables del Louvre se resisten a eliminarlas por miedo a alterar el aspecto de la
obra. La hipótesis de una próxima restauración de La Gioconda se ve ahora todavía más
remota, tras una polémica suscitada en 2011 por la limpieza de otra obra del artista en el
Louvre, La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana, una intervención considerada abusiva por algunos
expertos y que provocó la dimisión de dos técnicos contrarios a ella.37

Mediante un programa informático se ha recreado el colorido que debería tener la obra si se


eliminasen las capas de suciedad. La restauración en 2011-2012 de la copia conservada en el
Museo del Prado (Madrid), pintada simultáneamente en el taller del maestro, puede ayudar a
imaginar el aspecto que originalmente tuvo la obra del Louvre.
Enigmas

Durante varios siglos los interrogantes sin respuesta acerca de la obra de Leonardo han ido
creciendo, originando apasionadas polémicas en muchos autores e investigadores. Frente a la
gran cantidad de preguntas, las respuestas no suelen ser demasiado convincentes, por lo que
los debates siguen abiertos. Especialmente durante los siglos XIX y XX, las teorías acerca del
origen de la modelo, la expresión de su rostro, la inspiración del autor y otras tantas, han
tomado gran protagonismo y obligan a un análisis histórico y científico profundo.

La sonrisa

En el siglo XVI Leonardo da Vinci pintó a Mona Lisa buscando el efecto de que la sonrisa
desapareciera al mirarla directamente y reapareciera solo cuando la vista se fija en otras
partes del cuadro.38 El juego de sombras refuerza la sensación de desconcierto que produce la
sonrisa. No se sabe si en verdad sonríe o si muestra un gesto lleno de amargura.26 Sigmund
Freud interpretó la sonrisa de la Gioconda como el recuerdo latente que había en Leonardo de
la sonrisa de su madre.39

Detalle de la sonrisa de Mona Lisa.

Margaret Livingstone, experta en percepción visual, desveló en el Congreso Europeo de


Percepción Visual que se celebró en 2005 en La Coruña, que la enigmática sonrisa es «una
ilusión que aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa
las imágenes».3840 Livingstone recalca que los artistas llevan mucho más tiempo estudiando
la percepción visual humana que los mismos médicos especialistas en el tema.38

El ojo humano tiene una visión fotópica, retiniana o directa, y otra escotópica o periférica. La
primera sirve cuando se trata de percibir detalles, pero no es apta para distinguir sombras, que
es la especialidad de la segunda.41 Leonardo pintó la sonrisa de Mona Lisa usando unas
sombras que se ven mejor con la visión periférica.38 Como ejemplo para ilustrar el efecto, uno
puede concentrar la mirada en una sola letra sobre una página impresa y comprobar lo difícil
que le resulta reconocer el resto de las letras.42

En otro orden de cosas muy diferente, y tratando de averiguar el estado de ánimo de la


modelo durante el posado, se utilizó un software especializado en la "medición de emociones",
el cual fue aplicado a la pintura para obtener datos relevantes acerca de su expresión.43 La
conclusión alcanzada por el programa, es que Mona Lisa está un 83 % feliz, un 9 % disgustada,
un 6 % temerosa y un 2 % enfadada.44 El software trabaja sobre la base de analizar rasgos
tales como la curvatura de los labios o las arrugas producidas alrededor de los ojos. Tras
obtener las mediciones, las compara con una base de datos de expresiones faciales femeninas,
de la que obtiene una expresión promedio.44
Supuesto embarazo y condición física

Detalle de las manos.

Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá que examinó la


obra en 2004 utilizó un escáner de infrarrojos en tres dimensiones, cuyos resultados, de escasa
entidad, fueron publicados el 26 de septiembre de 2006.234546

El uso de dicha técnica, que permite una resolución 10 veces más fina que el cabello humano,
permitió a los investigadores apreciar detalles hasta ahora desconocidos. Han opinado que el
velo de gasa fina y transparente, enganchado al cuello de la blusa, era una prenda que solían
llevar las mujeres embarazadas o que habían dado a luz recientemente.2347 Entre sus
peculiares conclusiones, el estudio consideró que el peso de la modelo era de 63 kilos y su
estatura de 1,68 metros así como que llevaba el pelo recogido en un moño cubierto por un
bonete detrás de la cabeza,22 y que no aparece ningún mensaje secreto en ninguna de las
capas de la pintura, como se contaba en la novela El código Da Vinci.

Por su parte, Julio Cruz Hermida, de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que la
modelo padecía bruxismo (rechinar de los dientes), alopecia (caída del cabello) y principios de
la enfermedad de Parkinson.5

Identidad de la modelo

Artículo principal: Lisa Gherardini

Diversas hipótesis se han generado en torno a la identidad de la modelo.

El pintor y biógrafo Giorgio Vasari escribió en 1550:

Hizo para Francesco del Giocondo el retrato de su mujer Mona Lisa y, a pesar de dedicarle los
esfuerzos de cuatro años, lo dejó inacabado. Esta obra la tiene hoy el rey Francisco de Francia
en Fontainebleau.33

En 1625, Cassiano dal Pozzo vio la obra en Fontainebleau y escribió sobre ella:

Un retrato de tamaño natural, en tabla, enmarcado en nogal tallado, es media figura y retrato
de una tal 'Gioconda'.

Tomando como base estos testimonios se ha identificado a la modelo con Lisa Gherardini, la
esposa del acaudalado comerciante Francesco del Giocondo.

Sin embargo, en 1517, antes del escrito de Vasari, Antonio de Beatis visitó a Leonardo en el
castillo de Cloux y mencionó tres cuadros suyos, uno de ellos de una dama florentina hecho del
natural a petición de Juliano II de Médicis.
Aunque Antonio de Beatis podría haber visto una tabla distinta, este testimonio parece
discrepar con los de Vasari y Cassiano del Pozzo, por lo que algunos han supuesto que la
modelo fue en realidad una amiga o amante de Juliano II de Médicis.10

Retrato de la virreina de Nápoles, antaño considerado de Isabel de Aragón, elaborado por


Rafael Sanzio. Museo del Louvre, París.

La nota descubierta en la Universidad de Heidelberg escrita por Agostino Vespucci.

Algunas otras teorías poco difundidas afirman que podría tratarse de Isabel de Aragón, a quien
Leonardo dibujó a lápiz para luego hacer un óleo; o de Constanza d'Avalos, duquesa de
Francaville, mencionada en un poema de la época, donde se lee que Leonardo la pintó «bajo el
hermoso velo negro»;5 o de Isabella Gualanda, una dama napolitana. Según esta última teoría,
Leonardo habría pintado el retrato en Roma por encargo de Juliano de Médicis y habría
reciclado para ello un retrato inconcluso que había hecho a Lisa Gherardini.48

Otras propuestas han sido que la modelo pudo ser una amante del propio Leonardo, un
adolescente vestido de mujer,5 un autorretrato del autor en versión femenina49 o incluso, una
simple mujer imaginaria.5051 A este respecto, Sigmund Freud sugirió que la pintura reflejaba
una preocupante masculinidad.52 Estudios que apoyan la teoría de la identidad masculina del
modelo lo identifican como Gian Giacomo Caprotti, conocido como Il Salai.5354

Hay estudiosos que creen que el tema de la pintura es la madre de Leonardo, Caterina (1427-
1495).55

En 2005, Armin Schlechter descubrió una nota de Agostino Vespucci en el margen de un libro
de la colección de la biblioteca de la Universidad de Heidelberg, que confirmaba con certeza la
creencia tradicional de que la modelo del retrato era Lisa. En esta acotación, Vespucci, quien
era un amigo cercano de Leonardo da Vinci, compara a Apeles, gran pintor de la Antigüedad,
con Leonardo, y hace referencia a tres obras en las que estaba trabajando en esas fechas: el
retrato de Lisa del Giocondo, otro de Santa Ana y el mural de La batalla de Anghiari. Esta
pequeña anotación data de octubre de 1503, aproximadamente 47 años antes de las
referencias realizadas por Giorgio Vasari. Además, el libro donde se realizó el comentario
sobre “Mona Lisa” pertenece al autor Marco Tulio Cicerón, y particularmente esta edición fue
publicada en 1477.56

Por otra parte, en los archivos de impuestos de 1480 puede verificarse la identidad, paradero y
lugar de nacimiento de la modelo.50 Nació el 15 de junio de 1479 y murió el 15 de julio de
1542, a los 63 años, en el convento de Santa Úrsula de Florencia.5758 Según el historiador
Giuseppe Pallanti, que trata el tema en su libro La historia de Mona Lisa, Gherardini ingresó en
el convento cuatro años después de quedar viuda, donde ya era monja su hija Marietta.52

Basándose en estos datos, el investigador genealogista italiano Domenico Savini asegura que
existen descendientes de Gherardini; se trata de Natalia e Irina Strozzi, hijas del príncipe
Girolamo de Toscana. En el supuesto de que la modelo de Leonardo fuera la mujer que falleció
en el convento, el médico forense Maurizio Seracini se ha ofrecido para buscar el cadáver y
hacer un análisis de ADN para establecer el parentesco de los Strozzi con Gherardini.59

Unido a dichos elementos, documentos oficiales del censo de la época confirman que el padre
de Leonardo da Vinci vivía exactamente enfrente de la familia de Gherardini.57 El historiador
supone, sin mayores pruebas, que el retrato fue un regalo de Giocondo a su esposa por motivo
de su segundo embarazo, a los veinticuatro años de edad.18 Existen detractores de las teorías
expuestas por Pallanti, pero sus opiniones son mayoritariamente aceptadas.50

Para saciar la curiosidad histórica acerca de la veracidad de las teorías vertidas, en 1987 se
realizaron los primeros estudios, superponiendo un autorretrato de Leonardo a la pintura de la
Mona Lisa; el resultado fue una gran similitud en las dimensiones y rasgos físicos.605 Los
detractores de dicha investigación alegan que, dado que el autor es el mismo, los trazos son
similares y por eso generan confusión. Lillian Swartz y Gerald Holzman, los directores de dicha
prueba, aseguran que el autor se autorretrató, dándose apariencia de mujer.60

Tanta ha sido la obsesión por esclarecer la identidad de la retratada, que el doctor Matsumi
Suzuki (Premio Ig Nobel de la Paz en 2002), investigador japonés, reconstruyó el cráneo de la
Gioconda mediante un análisis óseo, y a partir de dicho cálculo generó la posible voz de la
modelo. El investigador asegura que la reproducción de la voz es fiable en un noventa por
ciento. También ha realizado la misma simulación para el autor de la obra, de la cual desconfía
un poco porque la barba reflejada en los autorretratos esconde algunos detalles
importantes.61

El título del cuadro

FIRMAN LAS DOS PARTES

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