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La Mona Lisa, pintada hacia 1505 por Leonardo da Vinci, está considerada como el prototipo de

retrato femenino del Renacimiento. Esta obra, realizada con aceites sobre una tabla de álamo,
mide sólo 77 x 53 centímetros, pero pese a su reducido tamaño y la sencillez de su composición
es uno de los cuadros más famosos del mundo.
Esta pintura nunca fue entregada a cliente alguno por Leonardo, sino que se la quedó hasta su
tiempo. Así mismo, su figura contrasta con un fondo de paisaje vaporoso en el que se ve a lo lejos
el lecho de un río.muerte en 1519. Más recientemente, la doctora Lilian Schwartz, de los
Laboratorios Bell, comparó digitalmente la Mona Lisa con un dibujo que se supone es un
autorretrato de Leonardo.

De acuerdo con las similitudes entre ambos, Schwartz concluyó que se trata de un autorretrato en
el que el pintor se convirtió a sí mismo en mujer. Esta teoría también resulta insostenible porque
hay dudas sobre la autoría del supuesto autorretrato. Lo más probable es que la Mona Lisa no
sea un retrato sino una representación del autor de su idea de mujer.
 
Aunque la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo, fue la de Lisa Gherardini,,
esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo, de donde viene su otro nombre: Mona, que
significa señora en italiano, y lisa su nombre. Por medio de estudios históricos se determino que
la modelo podría ser una vecina de Leonardo, que podrían conocerse sus descendientes y que la
modelo podría haber estado embarazada. Pese a todas las suposiciones, las respuestas en firme
a los varios interrogantes en torno a la obra de arte resultan francamente insuficientes, lo cual
genera más curiosidad entre los admiradores del cuadro.

Independientemente de quién fuera el sujeto del cuadro, lo cierto es que demuestra el genial uso
que hace Leonardo del sfumato, es decir, las suaves y difusas líneas que originan el misterio
acerca del estado de ánimo de la mujer. Con esta técnica consiguió que su expresión facial
resultara ambigua.

La obra es en oleo  sobre tabla de álamo, retocado varias veces por el autor. Se considera el
ejemplo más logrado de sfumato, técnica muy característica de Leonardo, si bien actualmente su
colorido original es menos perceptible por el oscurecimiento de los barnices. El cuadro está
protegido por múltiples sistemas de seguridad y ambientado a temperatura estable para su
preservación óptima.2 Es revisado constantemente para verificar y prevenir su deterioro.
La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino
también en los misterios que la rodean. Además, el robo que sufrió en 1911, las reproducciones
realizadas, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes
contribuyen a convertir a La Gioconda en el cuadro más famoso del mundo, visitado por millones
de personas anualmente.

Los rasgos más llamativos de la mujer en esta obra  han sido sus ojos, su sonrisa; su mirada es
capaz de posarse en todos los ojos, mientras su misteriosa sonrisa refleja tristeza y la felicidad al
mismo tiempo. Así mismo, su figura contrasta con un fondo de paisaje vaporoso en el que se ve a
lo lejos el lecho de un río.

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