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El conjunto de factores físicos, químicos y biológicos que rodean a los seres vivos se conoce
como Ambiente. Cuando alguno de estos factores es transformado, el organismo los percibe por
estructuras específicas capaces de reaccionar frente al cambio producido. Un Receptor, es un órgano
especializado sensible al ambiente, que puede sentir la brisa, oír música, saborear el dulce, un rico
almuerzo, reconocer los olores a frutas, observar la naturaleza, entre otros. Todas las sensaciones o
estímulos que recibimos del ambiente mediante receptores, son informaciones que se transforman en
impulso nervioso, para llegar al sistema nervioso donde se traduce el mensaje y se genera una respuesta.
Los órganos receptores o sensoriales en los seres humanos son el oído, la piel, la lengua, el ojo,
la nariz, los cuales poseen estructuras especializadas para percibir o recibir el estímulo, como el sentido
de la audición, del tacto, del gusto, de la visión y del olfato. Dependiendo el estímulo que se reciba del
ambiente, los órganos sensoriales o receptores se pueden clasificar de la siguiente forma:
Tipos de Receptores
Figura 2. La piel
El Sentido de la Audición
El oído humano posee el sentido de la audición (Figura 3), el cual para captar las ondas sonoras
y percibir el estímulo consta de varias partes. Para que ocurra la audición las ondas sonoras son captadas
por la oreja (oído externo), el cual actúa como un embudo para llevarlas al conducto auditivo. Las ondas
siguen su viaje por esta especie de túnel hasta el oído medio pasando por una membrana denominada
tímpano, que separa al oído externo del oído medio y continua en una cadena de tres pequeños huesos
llamados martillo, yunque y estribo. Estos huesecillos están articulados entre sí y terminan en ventana
oval y la ventana redonda que lo comunican con el oído interno. La trompa de Eustaquio es un conducto
que se extiende desde el tímpano hasta la región nasofaríngea y tiene como función equilibrar la presión
a cada lado del tímpano.
En el oído interno, es donde se realiza la transformación de la energía mecánica producida por las
ondas sonoras, en energía nerviosa. Esta transformación se realiza a nivel de los órganos de Corti, que
comprende el vestíbulo, los canales semicirculares y el caracol, el cual se encuentran las ramificaciones
del nervio auditivo. Este nervio es el que lleva los impulsos nerviosos del oído al cerebro, donde se realiza
la percepción auditiva.
Figura 3. Oído
El Sentido de la Vista
El ojo es el órgano fotorreceptor de la vista y nos permite apreciar los cambios que ocurren en
nuestro ambiente en cuanto a la distancia de los objetos, tamaño, color, forma y posición en el espacio.
El ojo humano está formado por un conjunto de estructuras externas y glándulas que lo protegen
(pestañas, párpados, y glándulas lagrimales). Posee también varias membranas, sustancias y estructuras
internas donde se recibe el estímulo luminoso, además de tener un conjunto de músculos que permiten
su movilidad.
El ojo posee una capa fibrosa de color blanco llamada esclerótica, cuya función principal es
proteger el globo ocular. En su parte posterior se encuentra un orificio que permite el paso del nervio
óptico (Figura 4). La parte anterior de la esclerótica se transforma en una membrana delgada y
transparente que la luz puede atravesar, llamada córnea la cual refracta la luz y la enfoca en la retina.
Ahora bien, la córnea protege el iris, que está formado por un anillo de fibras musculares que regulan la
cantidad de luz que ingresa al ojo por la pupila o abertura central que se ubica en el iris.
Detrás del iris, está adaptado un lente elástico denominado cristalino, el cual suma la acción de la
córnea y hace que enfoque la retina donde se forman las imágenes y se transmite el impulso nervioso
hacia el cerebro. Por lo tanto, la retina presenta células nerviosas especializadas en diferentes subcapas.
La capa exterior de la retina contiene las neuronas fotorreceptoras (Figura 5): los conos se estimulan con
la luz y permiten distinguir los colores y los bastones que permiten distinguir la intensidad, las formas y
los movimientos. La capa media posee neuronas bipolares que captan los impulsos nerviosos de las
células fotorreceptoras y los envía a las capas más internas que forman el nervio óptico, por medio del
cual se lleva la información al tálamo y a la corteza cerebral.