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Fernando Pinilla

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Fernando Pinilla

Información personal

Nacimiento 17 de enero de 1982   (39 años)


Colombia

Nacionalidad Venezolana

Información profesional

Ocupación Caricaturista

Distinciones Premio Pedro León Zapata (2014)

Gold Award NAHP (2019) a la mejor caricatura


editorial

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Fernando Pinilla (Colombia, 17 de enero de 1982)[cita  requerida] es un caricaturista,


ilustrador, escritor y conferencista venezolano.

Índice

 1Biografía
 2Premios
 3Véase también
 4Obras
 5Referencias

Biografía[editar]
Pinilla nació en Colombia, pero ha vivido en Venezuela desde el primer año de edad.
Ha ilustrado para los diarios El Nacional, Últimas Noticias, Caraota Digital, la ONG Un
Mundo Sin Mordaza, Notitarde, La Voz, La Región, Líder, Meridiano y 2001.
Actualmente publica sus trabajos en el Diario Las Américas de Miami y El Tiempo
Latino de Washington, con el que recibió el GOLD AWARD,
El 11 de agosto de 2014 Fernando denunció que recibió una amenaza de muerte por
vía telefónica,1 además de que personas no identificadas hicieron viral una foto
en Twitter, difamándolo de "roba carros", con información que solo disponía el Servicio
Administrativo de Identificación (SAIME), incluyendo su cédula de extranjero y la
fotografía de su pasaporte a color.

Premios[editar]
En 2014 Fernando fue galardonado con el premio Pedro León Zapata de El Nacional,
como mejor caricaturista de la prensa venezolana.
También ha sido reconocido con las órdenes Leoncio Martínez “Leo” en su tercera y
segunda clase, además de la Orden Francisco Mujica Toro en su única clase. 2
En 2019, recibió el Gold Award Premio José Martí a la mejor caricatura editorial,
otorgado por la NAHP (National Association of Hispanic Publications) de Estados
Unidos.3

Fernando Pinilla
Fernando Pinilla. Es caricaturista, ilustrador y columnista, Ganador del premio Pedro León Zapata
2014 al mejor caricaturista de la prensa venezolana y de las órdenes Leoncio Martínez  «Leo» en su
3° y 2° clase, y la Francisco Mujica Toro en su Única Clase. En la actualidad publica sus trabajos en
los diarios La Voz y La Región de Venezuela (donde también es columnista), Diario Las
Américas de Miami y la ONG «Un mundo sin mordaza». Ha ilustrado en los diarios El Nacional,
Últimas Noticias, Líder, Notitarse, Meridiano y 2001; para las revistas Exceso y Clímax y para los
portales Elestímulo.com y EfectoCocuyo.com, todos medios venezolanos. También en ESPN
Magazine en español y en la revista de Ismael Cala. Dicta charlas en universidades y es autor de tres
cuentos infantiles escritos e ilustrados por él, El hada de los castigos, El misterio del bosque, Fausto
Marden; y una novela negra, El susurro de la mariposa. 
“La caricatura no debe ser vista desde la ofensa, sino desde
la crítica que hace”
Fernando Pinilla 

   Fernando Pinilla, el reconocido caricaturista del Diario La Voz, acaba de firmar libros en el marco
de la Fería del Libro de Altamira. “El hada de los castigos” es su primer libro para niños que él
mismo ilustró. Se sienta en un banquito con el bolígrafo aun en sus manos. Se concentra y
comienza a conversar, pero las personas se siguen acercando a felicitarlo y a pedirle un autógrafo
más. Se ríe, aun la conmoción de publicar un libro está a flor de piel.

Jhon Lindarte
@JhonLindarte

   El mar de felicitaciones cesa por un momento. Solo se escucha el cuchicheo de quienes compran
libros en el estante de Ediciones CO-BO que está en frente. Fernando deja a un lado la fantasía de
su cuento y habla seriamente de cómo el presidente Chávez se ofendió por una de sus caricaturas.

-¿Qué significa la caricatura para usted?

-La caricatura es una parte de mí, una parte de mi vida. Yo siempre he buscado expresarme a
través del dibujo o en este caso a través de la caricatura. A veces sin quererlo lo que digo en la
caricatura no es solo lo que yo pienso, sino lo que muchas personas también piensan. Eso me llena
de alegría porque muchas veces por las redes sociales me escriben diciéndome que se les había
ocurrido esa misma idea pero que les sorprendió mucho verla reflejada en una caricatura. Eso me
llena como persona: el poder ser vocero de otros.

-¿Cuándo comenzó a hacer caricaturas?

-Realmente yo he dibujado toda la vida. ¡Desde chamo! Pero profesionalmente desde los 18 años y
ya tengo 31, imagínate.  Humor gráfico comencé a hacerlo desde 2006. Trabajé en Últimas
Noticias, Líder, La Voz entre otros medios impresos.

-¿Quiénes fueron sus maestros de dibujo?

 -Sin duda y le debo dar el primer lugar a mi profesor Sancho. Un caricaturista de una enorme
trayectoria que supera los 50 años haciendo humorismo en prensa. Por otro lado está Graterolacho
quien fue una gran influencia. Hace unos 6 o 7 años él mismo me daba muy buenos consejos y me
enseñaba trucos y tips para mi trabajo. Antes de que Graterolacho muriera me dedicó un  tweet muy
especial.

-¿Qué decía?
-El mensaje decía: “para un gran alumno de su eterno profesor Graterolacho”. Yo tengo
ese tweet anotado, y lo aprecio bastante. Mucha gente comenzó a seguirme gracias a esa mención
de mi maestro.

-¿Cómo le ha ido con la caricatura política?

-Yo creo que no podría calificarla de “caricatura política” porque la caricatura es solo eso: caricatura.
Se torna política porque el país está politizado y porque la gente ve la solución de muchos
problemas en las manos de voceros de partidos políticos. En mi caso me gusta lograr que la gente
reflexione con los problemas del día a día. Yo ando a pie por las calles y veo los problemas, los
huecos en la calle, la escasez de algunos alimentos,  los apagones –que me han dañado más de
una computadora-, de allí saco una caricatura para denunciar. Esa denuncia molesta a los políticos.
Ojalá ellos vieran en la caricatura que lo que se está diciendo es verdad…

-¿Ha tenido algún tipo de “encontronazo” con alguien por hacerle una caricatura?

-Cuando empecé a trabajar en La Región y La Voz tuve varios encontronazos con diputados
oficialistas de Los Teques y Carrizales. Otro que me ha criticado es Mario Silva, él siempre pregunta
que quién me paga. Una vez el presidente Chávez llegó a comentar una de mis caricaturas en
cadena nacional.

-¿El presidente Chávez comentó una de sus caricaturas? ¿Y eso por qué?
-Es que en ese momento estábamos en
temporada del Mundial de fútbol y al mismo tiempo aquí se había expropiado el Banco Federal,
aquel que tenía el comercial de “no tengo un pelo de tonto”. Bueno, resulta que yo saqué una
caricatura dibujando a Chávez sin cabello, llevándose en sus manos al Federal y diciendo:
“Mientras todos ven el Mundial yo no tengo ni un pelo de tonto”. La caricatura caló mucho, hasta el
punto de que la hija de Chávez se la enseñó, entonces él comentó que le había parecido una falta
de respeto. Lo que realmente pasó es que él vio la caricatura tiempo después de su publicación,
coincidiendo con su enfermedad…

-¿Cuál es la razón de ser del caricaturista?

-El caricaturista tiene que criticar al gobierno, al que tenga el poder, sea quien sea, y el político que
no acepte la crítica se está sesgando porque lo que debe hacer es mirar con ojo crítico las
sugerencias que se hacen desde la caricatura.

-¿Cómo ve usted el panorama actual de los caricaturistas?

-Si analizamos históricamente al humor gráfico nos daríamos cuenta que todos los caricaturistas
siempre han estado en contra de los gobiernos. No es una cuestión de si somos rojos, azules,
verdes o amarillos, es una cuestión de criticar a quien tenga el poder. Allí tenemos el ejemplo de
Leoncio Martínez León quien siempre estuvo en problemas por criticar al presidente Gómez. Lo que
estamos viviendo hoy es una intolerancia hacia el humor. Lo que pasa es que el humor ofende a
veces, pero la caricatura no debe ser vista desde la ofensa, sino desde la crítica que hace. Hay una
línea muy delgada entre el humor y la falta de respeto. A veces nosotros los caricaturistas nos
pasamos, y lo acepto, pero lo que estamos haciendo es denunciar y buscar que las cosas mejoren
para todos.

Perfil Pinillazo
Fernando Pinilla nació en la ciudad de
Barranquilla- Colombia, pero desde muy joven vive en Venezuela. Es caricaturista e ilustrador, con
publicaciones  en importantes diarios nacionales como Últimas Noticias, El Nacional, Notitarde,
Meridiano, revista Exceso, entre otros. También ha colaborado para agencias de publicidad y
editoriales como Ediciones CO-BO, la cual publicó recientemente su libro infantil “El hada de los
castigos”.

Hoy por hoy ofrece sus caricaturas en la sección “Pinillazos” de los diarios La Región y La Voz.
También ilustra para el Líder en Deportes. Todos los domingos se pueden conseguir sus columnas
de humor y reflexión en la sección “Trompo en la uña” del diario La Región. 

¿Quién es EDO?

Eduardo Sanabria (EDO) nace en Caracas, Venezuela en 1970. Sus caricaturas han sido publicadas
en El Diario de Caracas, El Camaleón, Economía Hoy, y El Mundo.

Ha participado en cursos de ilustración, talleres de Diseño Gráfico y convenciones de cómics en


Panamá, México, Argentina España y Estados Unidos (Miami, Nueva York, Phoenix, San Diego y Las
Vegas).

Dos veces ha sido galardonado con el premio Pedro León Zapata, que otorga el diario El Nacional al
mejor caricaturista de la prensa Venezolana (2005 y 2008). En el 2007 ganó la Pluma de Oro como
mejor caricaturista en el 1er salón del humorísmo Gráfico de la FIA, Feria Iberoamericana de Arte.
Ha publicado varios libros: HUMOR-ES EDO 1, 2 y 3, una selección de sus mejores trabajos en el
vespertino El Mundo y El Mundo Economía
y Negocios de La Cadena Capriles y «Así es la vía» junto al reconocido humorista Laureano Márquez.

Eduardo Sanabria
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Eduardo Sanabria

Información personal

Nacimiento 1970
Caracas, Venezuela

Nacionalidad Venezolano

Información profesional

Ocupación Caricaturista

Distinciones Premio Pedro León Zapata (2005 y 2008)

Web

Sitio web www.edoilustrado.com

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Eduardo Sanabria (Caracas, Venezuela, 1970), más conocido como EDO, es un


caricaturista venezolano.

Índice

 1Carrera
 2Exhibiciones
 3Véase también
 4Referencias
 5Enlaces externos
Carrera[editar]
Eduardo ha ganado dos veces el Premio Pedro León Zapata otorgado por el
periódico El Nacional en 2005 y en 2008, y en 2007 fue galardonado con el Premio
Dorado PEN como mejor caricaturista en la primera exhibición de humor gráfico en la
feria de artes iberoamericanas en Caracas. También ha tenido varias exhibiciones
en Caracas, Milán, Seúl, Shanghái, Chicago, Nueva York y Miami, y ha atendido a
cursos de ilustración, tallered de diseño gráfico y convenciones de cómicas
en Panamá, México, Argentina, España y Estados Unidos.1
El 11 de agosto de 2014 anunció su retiro del diario El Mundo, luego 15 años de trabajo
en la Cadena Capriles.2 Ha publicado en los principales periódicos de Caracas, en
Washington, en Nueva York y en el Diario Las Américas en Miami.1

Eduardo Sanabria
(EDO)

N ace en Caracas, Venezuela en 1970. Sus


caricaturas han sido publicadas en El Diario de Caracas, El Camaleón, Economía Hoy, y El Mundo.
Desde muy temprano se inclinó por el dibujo, realiza el curso “técnicas de ilustración” con Raúl Ávila,
en La Cuadra Creativa, luego  se gradúa de Diseñador Gráfico, en el Instituto de Diseño Perera.
A la par hace la carrera de ilustrador en la Escuela de Historietas López y Acosta, y comienza a  ilustrar  y
diseñar para varias agencias de publicidad y editoriales como Santillana, Oxford y Básica, entre otras. De
la mano de Julio López, director de la escuela de historietas se inicia en El Diario de Caracas como
ilustrador para el suplemento “El Diablo de Caracas”. Luego entra en el semanario El Camaleón, donde
ilustró por varios meses sus páginas.
En  el nuevo Diario de Caracas, EDO ilustra artículos de opinión y realiza una exitosa tira diaria llamada
”Batamón”. De allí pasa al diario Economía Hoy donde tiene una corta, pero fructífera participación como
ilustrador de artículos de opinión. En 1999, la Cadena Capriles proyecta “La Cadena Tricolor”, y EDO
ilustra y diseña esas páginas infantiles. Y para el vespertino  El Mundo  ilustra artículos de opinión hasta
el 2005, cuando inicia  una sección de humor político llamada “Cal y Arena”, con tanta aceptación que la
realiza diariamente hasta hoy.
Ha participado en cursos de ilustración, talleres de Diseño Gráfico y convenciones de cómics en
Panamá, México, Argentina España y Estados Unidos (Miami, Nueva York, Phoenix, San Diego y Las
Vegas).

Dos veces ha sido galardonado con el premio Pedro León Zapata, que otorga el diario El Nacional al
mejor caricaturista de la prensa Venezolana (2005 y 2008). En el 2007 ganó la Pluma de Oro como mejor
caricaturista en el 1er salón del humorísmo Gráfico de la FIA, Feria Iberoamericana de Arte.
Ha publicado dos libros: HUMOR-ES EDO 1 y 2, una selección de sus mejores trabajos en el
vespertino El Mundo y El Mundo Economía  y Negocios de La Cadena Capriles.
Tiene en su haber 10 exposiciones indivi

En este oficio nunca se llega a la cima. Una vez que


crees que llegas a una, te está esperando otra para ver si
la subes.
Eduardo Sanabria, también conocido como EDO, nació en Caracas, Venezuela,
en 1970. Su trabajo gráfico comenzó en los principales periódicos de Caracas,
Luego publicó en los periódicos "Venezuela Business News", en Washington y
Nueva York, así como en "Diario Las Américas" en Miami.
 
Asistió a cursos de ilustración, talleres de diseño gráfico y convenciones de
cómics en Panamá, México, Argentina, España y Estados Unidos (Miami, Nueva
York, Phoenix, San Diego y Las Vegas). EDO hganó dos veces el Premio Pedro
León Zapata otorgado por el periódico "El Nacional" al mejor dibujante de la
prensa venezolana (2005 y 2008).
 
En 2007, fue galardonado con el Premio "Pluma de Oro"  como el mejor
dibujante en la 1ra Exposición de Humor Gráfico de la Feria de Artes de
Caracas. Ha publicado una serie de libros titulados HUMOR-ES EDO,
Volúmenes 1, 2 y 3, que consisten en una selección de sus trabajos más
destacados publicados en la prensa venezolana. En 2018 publicó junto al
reconocido humorista Laureano Márquez, "Historieta de Venezuela" un libro en
clave de humor y en formato cómic que cuenta la historia del país
latinoamericano.
 
A partir de 2008, EDO comenzó su camino en el arte Pop. Su obra ha sido
exhibida en Caracas, Milán, Seúl, Shanghai, Tokyo, Chicago, Nueva York , Las
Vegas y Miami. 

Actualmente, EDO reside en Miami. Tiene su exhibición permanente en el Lobby


del hotel Boutique Wingate Miami Airport. 

Eduardo Sanabria (Edo): “La censura


ha sido brutal”
 Redazione Madrid Settembre 12, 2019Settembre 12, 2019  Redazione
EDO Sanabria. Ilustrador, caricaturista, artista visual venezolano.
MADRID – “Historieta de Venezuela: De Macuro a Maduro”. Un título, para un libro, que podría
llevar a engaño. De hecho, no se trata realmente de una “historieta”. Tal vez podríamos hablar de
una “historia fabulada” de nuestro país. Pero, tampoco lo es, ya que respeta el rigor histórico y deja
poco margen para la imaginación. En resumen, se trata de la historia de Venezuela, desde la
llegada de Cristóbal Colón hasta la presidencia de Nicolás Maduro, contada en formato comics.
Un trabajo serio que destila ironía, sarcasmo, humorismo. Laureano Márquez y Eduardo Sanabria
se cuidaron mucho en no caer en la trampa de la imaginación, afincándose en la historiografía. Un
libro escrito a cuatro manos: por una lado un artista del humor gráfico y por el otro un maestro del
ensayo de humor. La “Voce” conversó con Eduardo Sanabria, mejor conocido por su nombre
artístico “Edo”, sobre la obra y mucho más.
– Laureano Márquez y Eduardo Sanabria, dos humoristas con personalidades muy distintas.
¿Cómo hicieron para trabajar juntos?
– No fue fácil, no lo niego – confiesa Sanabria con una sonrisa -. Laureano viene de la escritura, de
texto como tal. Tiene una manera peculiar de trabajarlo. En cambio, yo vengo del humor gráfico,
aun cuando también he hecho algunos comics. Y  hacer cómics – precisa – es distinto. Lo primero
que hicimos – relata – fue un esquema de cuántas páginas iba a tener el libro. Nos creamos una
especie de camisa de fuerza, de límite que, por supuesto, sabíamos que no íbamos a respetar. No
del todo. Decidimos no pasar de las 170 páginas. Entonces, a cada evento histórico les asignamos
una cantidad de páginas. En otras palabras, construimos la estructura, el esqueleto. Luego nos
sentamos a conversar sobre cada etapa. Por ejemplo – nos dice -, la etapa de Carlos Andrés Pérez.
Subrayamos los aspectos más relevantes que la caracterizaron.

El rigor histórico
Habla con entusiasmo controlado. “Historieta de Venezuela, de Macuto a Maduro” también es una
creatura suya. Una obra que, al igual que a Laureano Márquez, demandó tiempo, mucho esfuerzo y
tanta creatividad. Comenta que su tarea fue darle a cada página el formato del comics: “dividir en
cuadros y en globo”. El texto pasaba a Laureano Márquez para que lo revisara y le hiciera las
correcciones que consideraba pertinentes.
– Entonces, elaboraba el arte final y lo proponía para su aprobación – continúa -. Con el tiempo,
Laureano aprendió a pensar en “imágenes” y yo a pensar en “textos”. Muchas veces Laureano me
preguntaba: ¿qué pasa si a esta imagen le ponemos este texto? O yo le comentaba si era posible
ser más contundente. Así fue como empezamos a compenetrarnos en la hechura del libro.
Explica  que “hacer comics es completamente distinto que redactar una novela, un libro”.
– Hay que pensar en planos,  en cuadros – precisa -. Y no sólo eso. Hay que especular sobre qué
chiste puede decir esa persona. Eso implica un trabajo adicional.
– ¿Cómo definiría este libro? ¿Lo consideran una historia fabulada?
Ni niega, ni confirma; pero, precisa:
– Se ha mantenido un rigor histórico. No se inventaron hechos ni fechas. ¿Cómo fue la llegada de
Cristóbal Colón? ¿Cómo, la conquista? ¿Cómo, la lucha de Simón Bolívar por la Gran Colombia?
Fechas y hechos se respetaron. Sin embargo, por qué no, hay un poquito de fábula. Por ejemplos,
hay licencias que nos tomamos. Cuando Simón Bolívar, acompañado por Andrés Bello, busca a
Francisco de Miranda… Francisco de Miranda siempre ha tenido fama de seductor, de Casanova.
Entonces, nos lo imaginamos conversando con Simón Bolívar mientras, en una bañera, es
acompañado por dos mujeres. Eso pudo haber pasado. Pero –asegura -, la historia que contamos
tiene sus fechas y las respetamos. Es lineal, hasta la dictadura de Maduro.

Cero tolerancia
En Venezuela, a los diario críticos con el Gobierno le ha sido negado el papel. A las televisoras que
denunciaban los desmanes del poder no le ha sido renovada la concesión para su señal de emisión
abierta. Muchas emisoras de radio han sido cerradas. En general, a la prensa, escrita o audiovisual,
se le ha hecho cuesta arriba. La pregunta, por ende, es obligada.
– Tu sátira es a través de las imágenes. Antes, en la “Cuarta República”, se podía ironizar. Había
cierto grado de libertad. El mundo político toleraba las críticas y el humor, la sátira y la ironía.
Recuerdo el programa televisivo “Radio Rochela”. Nadie, ningún político, estaba exento de su
sarcasmo de sus dardos. ¿Todavía es así o se ha perdido el humor?
– Creo que hoy hay casi cero tolerancia– afirma con un dejo de amargura y añoranza -. Recordaste
“Radio Rochela”; nosotros lo citamos en el libro. Laureano trabajó en él. Ese programa tenía unos
50 años ininterrumpidos al aíre. Desapareció cuando cerraron RCTV.
Nos dice que el humor ha sido desterrado de la televisión y de la radio venezolana y que los
caricaturistas ya no tienen cabida  en los periódicos.
– Bueno – constata  -, también es verdad que los periódicos impresos dejaron de circular. La
censura ha sido brutal. Quienes gobiernan saben que el humor, en cuanto tal, es un bálsamo.
También, que puedes decir cosas que no se expresan en un artículo.
Admite que “todavía queda ese resquicio que son las redes sociales”. Pero, precisa, “su penetración
no es tan grande”.
– No lo es – explica – porque la mayoría de los venezolanos no tiene acceso a las redes sociales. 
Digamos que los gobiernos de antes eran más tolerantes. Por ejemplo, no era extraño otorgar un
Premio Nacional de Periodismo a quién era considerado crítico del gobierno de turno. Ahora, ya no
es así. Para ganar ese premio tienes que simpatizar con el gobierno; ser filogobernativo. El
“chavismo”, de alguna manera, siempre ha instaurado paralelismos. ¿Hay un gremio periodístico
que cuestiona el gobierno? El chavismo crea otro que lo defiende. El humor no escapa a ese
fenómeno. Puedo asegurar que no hay nada, o casi nada de humor en este gobierno.
Eduardo
Sanabria y Laureano Márquez

– ¿Cómo se hace para expresar una idea con una imagen? Una caricatura, muchas veces, dice
más que mil palabras.
– Es un trabajo difícil  – admite -. Es como cuando en el bachillerato te mandaban a leer un texto
muy extenso y te pedían resumirlo en un párrafo. Tenías que economizar las palabras. El humor
gráfico es eso. Resumir una situación que todo el mundo conoce; llevarla a una sola imagen. Pedro
León Zapata nos dejó una gran enseñanza. Fue siempre enemigo de lo obvio.
– ¿Cuánto tiempo dedicas… cuánto tiempo necesitas para pensar y dibujar una caricatura?
– Es cuestión de experiencia – confiesa -. Vas creando códigos. Pero, aun así, a veces te bloqueas.
– ¿Cómo evitar  lo chabacano y las posturas radicales?
Duda. Se piensa la respuesta. Nos dice:
– Es un reto. Publicar una caricatura encierra una responsabilidad. Tienes seguidores que valoran y
respetan tu opinión. Trato de evitar lo chabacano. Vuelvo al ejemplo de Zapata. Creo que logras
mucho más prescindiendo de esos elementos que a veces son los primeros que vienen a la cabeza.

Trascender en el tiempo
Diario, periódicos, redes sociales y libros. Medios distintos, con sus propias características. En
particular, la inmediatez y la durabilidad, tan diferentes como el día y la noche. Por eso
preguntamos:
– Toda caricatura varía de acuerdo al medio en el cual se publica. ¿Cuáles son las diferencias a
tomar en cuenta cuando se dibuja caricaturas para un libro?
– Hay una diferencia importante – admite -. En un libro, tienes que pensar mucho en los elementos
que van a pasar desapercibido. Además, tienes que tomar en cuenta que la vida del libro será de
unos dos o tres años. Por lo tanto, es imprescindible que tenga elementos perdurables en el
tiempo… que trasciendan en el tiempo… que la gente pueda recordar.
– A veces una caricatura es mejor que un editorial. ¿Hay sensibilidad hacia la caricatura como
medio de expresión y de comunicación?
– Por supuesto – asegura -. Fíjate. Las redes sociales lo han cambiado todo. Hace poco,
despidieron a un caricaturista en Canadá porque publicó una caricatura Trump.
Nos dice que la foto de los cuerpos sin vida de un hombre y su pequeña hija en la orilla de un río en
la frontera mexicana se volvió viral. E inspiró al caricaturista canadiense Michel de Adder. Este, en
su polémico dibujo, presenta al presidente Trump, con sus palos de golf, al lado de dos migrantes
ahogados en la frontera, un hombre y un niño. Trump le pregunta: “¿Le importa si juego”?
– Se supone que fue la razón por la cual el periódico, es lo que alegan los caricaturistas – añade -,
despidió al caricaturista. Pues, claro, el periódico lo niega rotundamente. Otro ejemplo… El New
York Times anunció que ya no publicará caricaturas en la edición internacional. Dos semanas antes
había publicado una ridiculizando al presidente estadounidense Donald Trump.
Sanabria se refiere a la caricatura en la cual se retrata a un Donald Trump ciego y con una kipá en
la cabeza guiado por el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, caricaturizado como perro de
lazarillo.
-Era una caricatura, pero… La caricatura puede tener ese impacto – afirma -. Y, ahora, puede
tenerlo más por el efecto viral en las redes. Los periódicos, así como nosotros los conocíamos, con
su editorial, su mancheta, sus artículos de opinión han sido suplantados. Los reemplazaron las
redes sociales; lo viral. Y eso ya nadie lo determina, nadie lo controla.
El fenómeno, en opinión del entrevistado, tiene aspectos positivos y otros negativos. Entre estos
últimos está la imposibilidad de monetizar el trabajo del caricaturista.
Las redes sociales, la inmediatez ha dado un vuelco al trabajo de periodistas y caricaturistas. El
numero cada vez mayor de periódicos que cierran sus ediciones en papel, lo ha transformado.
– ¿Cómo te estás reinventando?
-En mi caso  – explica -, hace unos 10 años comencé a experimentar con el arte plástico, partiendo
de la caricatura tradicional. Me planteé llevar la caricatura a otro plano. Me propuse una meta: hacer
exposiciones de caricaturas sin temas políticos. Empecé en la “Alianza Francesa” en Caracas.
Gustaron. Comenzaron a contactarme y a comprarme las obras a través de la red. Eso, al sol de
hoy, me paga el alquiler.
Explica que “seccionó” sus redes sociales: Istagram para el tema plástico, twitter para el humor
gráfico político.
– ¿Y los libros? – preguntamos refiriéndonos a “La Historieta Gráfica de Venezuela”
– Con el libro no haces dinero – asegura tajante -. Es difícil, es muy complicado. Laureano y yo
optamos por publicar sin contar con el techo de una editorial. Todo lo gestionamos nosotros. Es una
manera para obtener alguna ganancia. El libro nos paga las giras. No ganamos, pero tampoco
perdemos. Y además nos proyecta como imagen.
Luego admite con amargura:
– El humor gráfico  como tal, a estas alturas, ya no te da un retorno económico.
– ¿Cuál es el futuro del humor político trasladado a las caricaturas?
– Ni siquiera hablaría de futuro – nos corrige -. Es el presente. Creo que hay que buscar apoyo en
las redes para sobrevivir en este campo, para diversificar. Eres un humorista, caricaturista gráfico y
no tienen un periódico que te publique ¿Qué haces? Bueno, comienzas a publicar tus mismo. No se
si “Charles Ebdo” tiene algún financiamiento o si se gestiona con la venta del suplemento. La
publicidad siempre ha estado reñida con la caricatura. Hoy todos está en la web. Los periódicos
tienen que auto-gestionarse ya que Amazon e Google se han adueñado de toda las publicidades.
Con lo que pagabas antes para una inserción publicitaria en una página de periódico, hoy financias
un año de publicidad en Google. Y hasta ahorras algo. Los periódicos ya no tienen ingreso, no
tienen con qué pagarle a los periodistas y a los caricaturistas. Por eso, hay que reinventarse.
Asegura que las redes no mataron ni el humor ni el periodismo. En su opinión siempre existirán, aún
cuando no en papel.
– ¿Cómo les afecta la inmediatez y las “fake-news” que circulan en las redes?
– La inmediatez nos afecta, claro – admite -. Antes, teníamos tiempo para digerir los hechos y
dibujar una caricatura. Ahora ya no. Hay noticias que pierden actualidad en pocas horas o en
minutos.
Respecto de las “fake news” nos dice que el humor gráfico debe tener mucho cuidado.
– ¿Qué hace que una tira cómica, como por ejemplo Mafalda, perdure en el tiempo… no pierda
actualidad?
– Hay elementos con los  que puedes trabajar y que persisten siempre – explica -. Por ejemplo, la
inflación, la corrupción… La caricatura tiene vigencia porque son vigentes los temas que trata. No
sabes cuándo una caricatura pueda tener éxito, como no sabes si una canción lo pueda tener.
Simplemente dibujas o compones. A veces pienso que la caricatura es un poco floja y en cambio
gusta. Al contrario, puedo estar seguro que una caricatura será viral y, en cambio, no pasar nada…
Hay lugares comunes, que si lo tratas bien se mantienen en el tiempo.
Para concluir, nos dice que el libro puede adquirirse a través de Amazon, tanto en Estados Unidos
como en España.  En Venezuela, precisa, está siendo comercializado por “Tecniciencia” y una parte
de los ingresos derivados de la venta se destina a  la Fundación SenosAyuda y a la Fundación de
Beca de la Universidad Católica Andrés Bello.
Mauro Bafile
Eduardo Sanabria (EDO) nace en Caracas, Venezuela en 1970 y desde muy temprano se inclinó por el dibujo.
Después de varios años e intentos por buscar una carrera acorde con sus habilidades, realiza el curso
“técnicas de ilustración” con Raúl Ávila, en la Cuadra Creativa, de allí pasa a estudiar 4 años en el Instituto
de Diseño Perera, graduándose de Diseñador Gráfico.
A la par de estos estudios, hace la carrera de ilustrador en la Escuela de Historietas López y Acosta, ahora
llamada López y Allaco. En aquel entonces se ubicaba en Parque Carabobo. Allí estudió y luego fue profesor
de dibujo humorístico dejando huella en muchos estudiantes de la escuela. Comienza a ilustrar y diseñar
para varias agencias de publicidad y editoriales como Santillana y Oxford Básica, entre otras.

De la mano del director de la Escuela de Historietas Julio López, entra a trabajar en el Diario de


Caracas (primera etapa) como ilustrador para el suplemento “El Diablo de Caracas”. Luego entra en el
semanario El Camaleón, donde ilustró por varios meses sus páginas.
Con la segunda apertura del nuevo Diario de Caracas, EDO es llamado para ilustrar artículos de opinión y
realizar un tira diaria llamada “Batamón” una especie de Batman criollo, que tuvo éxito de duración. De allí
pasa al diario Economía Hoy donde tiene una corta, pero fructífera participación como ilustrador de artículos
de opinión.

En 1999, la Cadena Capriles comenzaba a expandirse y entre sus proyectos tenía una revista infantil “La
Cadena Tricolor”. Necesitaban un Diseñador – ilustrador para comenzar dicho proyecto y es ahí cuando entra
Eduardo para ilustrar y diseñar las páginas infantiles de esta publicación.
Pero el gusanillo del ilustrador de política rondaba por allí. Es entonces que en paralelo, comienza a trabajar
en el vespertino El Mundo como ilustrador para artículos de opinión hasta el 2005, cuando le proponen
realizar una sección de humor político llamada “Cal y Arena”. Dicha sección tuvo tanta aceptación que luego
pasó a ser diaria desde el 2006 hasta la fecha.
Ha hecho cursos de ilustración en Panamá, México y en varias ciudades de Estados Unidos, tales como Miami,
Nueva York, Texas y San Diego.

En el 2005 ganó el premio Pedro León Zapata, que otorga el diario El Nacional al mejor caricaturista de la
prensa Venezolana y en el 2007 ganó la Pluma de Oro como mejor caricaturista en el 1er salón del
humorismo Gráfico de la FIA, Feria Iberoamericana de Arte. También ganó, junto a sus compañeros de la
Cadena Tricolor, el premio Unicef cuenta conmigo en 2005 y 2007.
Actualmente, EDO es jefe de Arte de la revista La Cadena Tricolor, hace su sección diaria de humor para El
Mundo y trabaja como ilustrador y diseñador free-lance para varias publicaciones y editoriales del país y del
exterior.

Edo Ilustrado, arte con humor


En 2006 fue citado a la Asamblea Nacional donde le abrieron un expediente
por una caricatura humorística sobre Hugo Chávez. Hoy cosecha éxitos en
los Estados Unidos. Picasso, Bacon y Zapata figuran entre sus referentes
artísticos. Rechaza lo prosaico 

Jesús Piñero
7 de enero de 2019 10:04 am
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Eduardo Sanabria nunca pensó que podría llegar a vivir de sus dibujos. Una
ilustración en un artículo de opinión cambió su vida y, desde entonces, comenzó a
involucrarse de manera profesional en el mundo de la caricatura política y el humor
gráfico. Hoy sus personajes recorren los cinco continentes bajo la firma de Edo
Ilustrado, una marca personal que al salir de las fronteras venezolanas, a finales del
año 2014, se despolitizó y adquirió un carácter más artístico. Miami se convirtió en el
gran taller de este caricaturista, cuyas obras han sido vendidas hasta en China. No hay
figura pública que haya escapado de sus crayones. Mientras trabaja sin parar, en las
redes sociales se difunde su creatividad.

Aunque tiene más de 269 mil seguidores en Instagram, su vocación no siempre apuntó
al reconocimiento público, pues cuando era apenas un adolescente asegura que
también pasó por la crisis de querer hacer o estudiar algo “más práctico”, que
produjera dinero. “En esa época la familia no pensaba que con esto uno se podía ganar
la vida, me decían que tenía que estudiar otra cosa, como administración. Fueron
tiempos difíciles porque uno tiene que confiar en uno mismo y seguir dedicándose a
eso”. Más temprano que tarde, sus padres comprendieron que sus trazos no eran solo
un hobby, sino un trabajo serio y bien pagado. Una caricatura de un periódico
capitalino lo enganchó insoslayablemente con su destino.

Pero antes, Sanabria cursó un par de semestres en la Escuela de Trabajo Social de la


Universidad Central de Venezuela, con intenciones de cambiarse a la Escuela de
Comunicación Social. Luego estudió publicidad en un reconocido instituto caraqueño,
pero tampoco duró lo suficiente como para egresar. Finalmente, se terminó graduando
como diseñador gráfico en el Instituto de Diseño Perera, ubicado en Altamira. Allí
aprendió lo necesario y empezó a trabajar en diferentes medios como El Camaleón y
el extinto diario Economía Hoy, donde ilustraba los artículos de opinión. A finales de
los noventa entró como ilustrador a La Cadena Tricolor, la publicación infantil de la
Cadena Capriles, donde perfeccionó su técnica y creó su propio estilo.
Evadir lo prosaico… y la censura
“Siempre me llamó la atención ilustrar para niños, antes de Tricolor trabajé para una
editorial y hacía los dibujos para los textos, eso fue interesante, porque dibujaba para
educar”. Con eso también aprendió a manejar el tiempo y los deadlines, a hacer del
oficio una profesión y no una actividad del ocio. Sus dibujos coloridos muchas veces
poseen un trasfondo que pasa desapercibido por la forma en la que están realizados,
destreza que adquirió trabajando el público infantil. Eso también le permite matizar
los temas delicados y no caer en lo prosaico. “Es una ilustración con algunos toques
infantiles, con colores planos. Cuando el mensaje es fuerte, la persona ve el dibujo
primero, después comprende el mensaje y dice: ‘Guao, no me esperaba que este
mensaje fuera tan grande’. Es atenuante”. ¿Sus referentes? Una mezcla de Pedro León
Zapata, Quino, Pablo Picasso y Francis Bacon.
Lo que más disfruta es hacer sátira política. Cubre como un periodista los principales
acontecimientos de Venezuela y publica las ilustraciones en tiempo récord. Desde
hace dos años es el caricaturista de El Nacional, uno de los pocos periódicos que aun
se imprimía con una línea editorial adversa al oficialismo, hasta diciembre de 2018.
Cuando su alma mater, la Cadena Capriles, fue vendida a una corporación inglesa y se
convirtió en un medio oficioso, él fue uno de los primeros en abandonar el consorcio.
“La venta aceleró los tiempos porque también muchos periodistas, grandes amigos
míos, se fueron por censura y la verdad, ya no me sentía bien, no me sentía a gusto y
sencillamente renuncié. O sea, eso venía pero yo me fui antes”.
Reacciones del gobierno

En el año 2006 fue citado a la Asamblea Nacional, entonces de mayoría oficialista,


donde le abrieron un expediente por una ilustración sobre el fallecido Hugo Chávez.
“Aquello fue por una caricatura que irónicamente iba en contra de los opositores
radicales, que creían que la solución era matar a Chávez. Entonces, yo puse a una
señora en la caricatura diciendo que el presidente era muy violento, que todo eso no
podía ser; y a otra que le preguntaba que cuál era la solución y ella respondía: ‘hay
que matarlo’. Entonces, en la Asamblea lo entendieron como un mensaje directo sobre
matar al presidente. Me citaron, yo lo expliqué todo y dije que mi intención no tenía
que ver con un magnicidio, sino que más bien era una caricatura en contra de un
sector radical de la oposición que pensaba eso. Pero me abrieron un expediente y me
lo dejaron ahí como guardado a ver qué pasaba”.

Hubo otra oportunidad en la que el exmandatario también hizo alusión a un dibujo


suyo, mientras conducía su programa dominical Aló Presidente. Entonces Chávez
cumplía un año en el gobierno y la caricatura lo presentaba con una torta derretida en
las manos, “como queriendo decir que había puesto la torta”. El asunto no pasó a
mayores. “Chávez la vio y dijo que lo habían hecho narizón. Después Miguel Ángel
Capriles, el dueño de la empresa, me la pidió para regalarse al Presidente. No sé si se
la dieron o no.”
Emigrar antes del desastre

Desde finales del año 2014 reside junto a su esposa y su hija en Miami, una ciudad
que más allá de brindarle hogar, también le ofreció oportunidades de exhibir su
trabajo artístico. A pesar de que asegura que su salida de Venezuela no se debió
exclusivamente a motivos políticos, esto último contribuyó irremediablemente en la
decisión. “Yo quería salir para probar cómo era visto mi trabajo fuera de Venezuela.
Eso lo tenía en el horizonte en algún momento. Pero el tema de la inseguridad, el tema
político hizo que tomara la decisión con mi familia, porque ya todo era insostenible”.

Nunca pensó en que la dimensión se expandiera, aquello apenas era la punta


del iceberg. “Cuando nosotros nos fuimos yo pensaba que iba a ir y a venir, pero qué
va… No pensaba en que esto se iba a poner así”.
De Macuro a Maduro
Ahora, Sanabria se consagra como un verdadero artista plástico y a eso apelan sus
últimos trabajos, una muestra es la Historieta de Venezuela que se encuentra
preparando junto a Laureano Márquez, según promociona en su cuenta de Instagram
(@EdoIlustrado). “Es un libro que va a contar la historia de nuestro país desde Colón
hasta Maduro, o como dice Laureano: de Macuro a Maduro”. Cuenta que está
enfocado en generar un concepto plástico, que tenga que ver más con el arte que con
la política. Pero no por eso desplaza este ámbito. “El tema político lo sigo, por
supuesto, por un tema de que no me puedo desvincular con Venezuela, de lo que está
pasando y siempre trato de dar mi opinión”.

Sus personajes trascienden el tiempo y las fronteras. Hace lo posible por contactarlos
y enviarle su trabajo, que reciben con todo el gusto del mundo. “Eso es un homenaje
al artista, me gusta ver la reacción que ellos puedan tener para con mi trabajo. Hemos
tenido suerte de darle obras a Carolina Herrera, Edgar Ramírez, Lorenzo Mendoza,
Gilberto Santa Rosa, Rubén Blades, Joaquín Sabina, Ismael Cala, mucha gente que de
verdad lo aprecia”.
Miami, Nueva York y Chicago le han permitido salir de su zona de confort y conocer
otros colores, estilos y formas en la América septentrional. Pasa su tiempo libre
visitando exposiciones y museos, dice que eso le permite desarrollarse y nutrir el
espíritu artístico.

Zapata dejó la pauta

Antes dependía de la publicación de un periódico y su línea editorial, ahora él mismo


tiene el medio en sus manos: las redes sociales. Eso lo ha llevado a ser más cauteloso
con las publicaciones, pues la inmediatez lo devora todo. “La responsabilidad es
mayor. Hay que tener mucho cuidado con el mensaje. Son tiempos difíciles, todos
estamos muy sensibles. Un ejemplo claro es el de los pasaportes, el de los vídeos, o
sea, tienes que ver el contexto en el que se hizo, la opinión de los involucrados y con
eso se pudiera dar una opinión o no”.

Aplica lo mismo para trazar la línea entre lo banal y el humor. “Zapata nos dejó esa
vara muy alta. Tú puedes decir, sin necesidad de ser prosaico, muchas cosas en el
tema político. Yo siempre cito la relación que tuvo Chávez con Fidel Castro. Era una
relación que se vio más que todo como padre e hijo pero, digamos, es como que si tú
pusieras a Chávez desnudo con Fidel en una cama, como diciendo que fueron
amantes. Eso es innecesario, yo hice una donde puse a Fidel haciendo aerobics y él
decía ‘arriba’ y Chávez ‘arriba’, y él ‘abajo’ y Chávez ‘abajo’, como siguiéndolo en
todo. Pero con eso yo podía describir la relación: Chávez hacía lo que Fidel decía,
pero no llegaba a ese tema prosaico de lo sexual. Eso nos los enseñó Zapata. Es más
difícil, además esos chistes sexuales son facilones, te pueden generar una risa
inmediata pero ya, hasta ahí. Siempre he estado en contra de eso”.
Rayma Suprani ha tenido una larga carrera como caricaturista política
contundente, después de haber trabajado durante 19 años en el diario de
circulación más antiguo y grande de Venezuela, "El Universal", antes de
que fuera despedida en septiembre de 2014.

En una entrevista justo después de que fuera despedida


de El Universal, Rayma dijo a una radio local: Nos
hemos convertido en un país donde si usted dice cosas,
tiene sus propios criterios y tratar de provocar la
reflexión, no es bien visto.
En Venezuela, incluso después de la muerte de Hugo Chávez, el hecho de criticarlo a él o a sus
políticas puede ocasionar una dura reacción. Sin embargo, la caricaturista Rayma Suprani siguió
produciendo imágenes mordaces, contundentes, trabajo que la llevó a ser despedida y a vivir bajo
la sombra de la amenaza y la intimidación constante.

Suprani ha tenido una larga carrera como dibujante, después de haber trabajado durante 19 años
en el periódico de circulación más antiguo y grande de Venezuela, El Universal, antes de que
fuera despedida en septiembre de 2014. Apenas unas horas antes de que fuera despedida, el
periódico había publicado su historieta que representaba la firma del presidente Chávez en un
monitor cardíaco – muriendo – con el título «La salud en Venezuela».

The Guardian, al informar sobre el despido, explicó que el dibujo de Suprani toca dos temas
sensibles: el legado del Presidente Chávez, que murió en marzo de 2013, y el sistema de salud de
Venezuela, que ha sufrido una grave escasez de suministros médicos esenciales ya que el país ha
caído en una crisis económica. Incluso después de su muerte, los seguidores de Chávez siguen
siendo una fuerza influyente y leal en el país. Su firma se ha convertido en un signo de su
continua lealtad, incluso algunos partidarios se la han tatuado en los brazos o la han pintado en
edificios.

Suprani no es ajena a las amenazas. Su obra ha sido durante mucho tiempo vilipendiada por
partidarios del gobierno. En 2011, su caricatura sobre un nuevo cable de comunicaciones que
unía Venezuela y Cuba representado el cable como una soga, llevó a un funcionario pro-
Chávez a amenazarla con colgarla en Twitter. El año siguiente, las amenazas
se intensificaron después de que un presentador de un programa de entrevistas pro-Chávez la
castigara por su caricatura que apuntaba a la política de los sin hogar del gobierno. La
caricatura representaba a un hombre dormido en una caseta de perro con la leyenda “¿Qué Plan
de Vivienda?”. En marzo de 2013, Suprani fue una de una serie de figuras públicas que fueron
atacadas a través de mensajes de texto: “Mi celular comenzó a recibir una avalancha de mensajes
de texto desde varios números, los mensajes contenían insultos personales y terribles amenazas
contra mí, comentarios groseros y calumnias de naturaleza política y demonización de mi trabajo
como escritora de opinión e ilustradora”, según le dijo al Instituto Prensa y Sociedad de
Venezuela.

En julio de 2014, dos meses antes de que Suprani fuera despedida, El


Universal fue comprado por una empresa cercana al gobierno. Hasta la toma de posesión, el
periódico era reconocido por su crítica a Hugo Chávez y a su sucesor, el presidente Maduro, con
artículos que expusieron la mala gestión económica, la corrupción y las políticas que condujeron
a tasas de inflación que en 2014 habían alcanzado el 68%. Pese a las promesas de que la línea
editorial del periódico no cambiaría, varios de sus honestos columnistas fueron despedidos y
otros renunciaron quejándose de la censura. El periódico ya no trata tantos elementos críticos
como antes, y algunos de sus escritores dicen haber sido advertidos por los editores del periódico
para que no se cubrieran temas controvertidos.

Mientras tanto para Suprani, las declaraciones maliciosas en los medios de comunicación,
correos electrónicos y amenazas en Internet, algunos acusándola de ser una traidora e incluso una
terrorista, siguen siendo una característica de su vida. Y sin embargo, prometió no salir de
Venezuela.

Rayma Suprani
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Rayma Suprani

Información personal

Nacimiento 22 de abril de 1969 (52 años)


 Caracas, Venezuela

Nacionalidad Venezolana

Educación

Educada en Universidad Central de Venezuela

Información profesional

Ocupación Caricaturista, activista

Distinciones  Premio Václav Havel (2019) 

Web

Sitio web raymasuprani.com

[editar datos en Wikidata]

Rayma Suprani (Caracas, Venezuela, 22 de abril de 1969) es una


caricaturista venezolana. En 2014 fue expulsada del periódico El Universal por realizar
una caricatura satirizando al presidente Hugo Chávez. Mientras que oficialistas la han
criticado por su oposición al gobierno, otros han aclamado su «particular capacidad de
observación» y su «fina inteligencia».1 El crítico Alfonso Molina aclamó su trabajo
escribiendo «el trabajo de Rayma Suprani en El Universal une inteligencia, sensibilidad
y talento para expresar nuestra vida como país a través de viñetas muy agudas que no
pretenden hacernos reír sino ponernos a pensar. Periodista y caricaturista, logra
comunicar sus ideas de una manera muy personal pero siempre con un sentido
colectivo».2

Índice

 1Infancia y educación
 2Carrera
o 2.1Exhibición de arte
o 2.2Despido
 3Véase también
 4Referencias
 5Enlaces externos
Infancia y educación[editar]
Suprani empezó a dibujar en la adolescencia y se formó por varios años en el taller
de Pedro Centeno Vallenilla. Cuando tomó el periodismo dejó la pintura por un largo
tiempo. Se graduó en la Universidad Central de Venezuela.2

Carrera[editar]
Inició muy joven a trabajar en el diario Economía Hoy, y luego de estar en El Diario de
Caracas formó parte de El Universal como caricaturista principal por 19 años. 3 Las
caricaturas de Rayma han «sido rechazadas como racistas y clasistas por numerosos
oficialistas» y «a menudo muestran a los chavistas parecidos a gorilas con franelas
rojas, encadenados a su partido político con grilletes». 4
Exhibición de arte[editar]
En 2012 realizó su primera exposición individual, Frente al espejo, la cual fue exhibida
en la Galería D’Museo del Centro de Arte Los Galpones. Un escritor de El
Universal notó que mantuvo «el mismo espíritu crítico que ha caracterizado a sus
dibujos y caricaturas desde sus inicios. Mordaz, a ratos. Irónico, otras veces. Corrosivo,
casi siempre».5 El crítico Alfonso Molina indicó: «Es otra Rayma Suprani. Pero es la
misma», y que era «una manifestación de vigor y audacia que me entusiasmó, me
mostró otro camino de una misma creadora».2
Despido[editar]
Su última caricatura, publicada en El Universal el 17 de septiembre de 2014, mostraba
un electrocardiograma bajo el título «Salud», seguido por la firma del expresidente
Hugo Chávez, la cual estaba unida a otro electrocardiograma sin latidos bajo las
palabras «Salud en Venezuela», combinando dos temas nacionales sensibles: el
legado de Chávez y la gestión del gobierno del sistema de salud. 6 Horas después de la
publicación de la caricatura, Rayma fue despedida, tuiteando: «Hoy se me notifica mi
despido de el Universal por esta caricatura y por mi postura incómoda ante la denuncia
gráfica».7
The Guardian señaló que El Universal recientemente había sido vendido a «una
compañía española poco conocida llamada Epalistica, la cual, empleados del periódico
aseguran que es un frente de un grupo de inversores oficialistas» y que desde la
adquisición, el periódico cambió de una postura opositora a una postura más amigable
hacia el gobierno, resultando en el despido o la renuncia de varios columnistas. Rayma
dijo en una entrevista con la cadena Unionradio que «el gobierno ha ido comprando los
medios que no puede silenciar», haciendo referencia a lo que ha ocurrido con otros
medios como Globovisión y los diarios de Cadena Capriles. Después de que se
reportara su despido, Henrique Capriles y otros líderes opositores respondieron
tuiteando su respeto por ella.3 Capriles escribió «talento es lo que te sobra y la
admiración de miles,de lo que carecen los que hoy están en el poder, ¡un abrazo!». 8
Suprani fue invitada como oradora en el Oslo Freedom Forum en mayo de 2015.9
Véase también

Rayma Suprani: «Por una


caricatura te echan del
trabajo y de tu país»
Presenta en España la exposición "Yo inmigrante", Suprani se enfrentó al
régimen Chavista con humor crítico y un lápiz, una valiente

 por Pilar Castañon
 
 28 septiembre, 2019
 
en Protagonistas
Home  Personas  Protagonistas

Rayma Suprani  está estos días en nuestro país para exponer sus caricaturas en
Madrid y Barcelona… y también ¡Como no! para ver a su familia.
`Yo inmigrante´ es la nueva exposición sobre la inmigración venezolana de esta
periodista que podrá verse estos días en Incasa.
A través de una muestra de ilustraciones llenas de humor, esta artista relata la
migración de los venezolanos por el mundo. Con ‘Yo inmigrante’  intenta brindar un
espacio educativo y una ayuda emocional a su comunidad para que el espectador
pueda reflexionar sobre la experiencia del emigrante.

Woman Essentia.- ¿Siempre dibujando?


Rayma Suprani.- Estudié periodismo en la Universidad pero siempre he estado en el área
gráfica de la prensa, ahí es donde siempre he desarrollado mi trabajo.
Nos explica el potencial que tiene la imagen, ”tiene carga y traduce las situaciones que se
producen en el mundo. Como dijo Freud, el humor traspasa el inconsciente y sirve para reflejar
la situación actual, la realidad».
En 2005 ganó el premio de Prensa de la Sociedad Interamericana.  Recibió también
el  Premio Pedro León Zapata, como mejor caricaturista venezolana (2000-2009) y
el Premio Vaclav Havel  (2019). En el año 2014 fue expulsada del periódico donde
trabajaba en esos momentos –`El Universal´– por realizar una caricatura sátira sobre
Hugo Chávez.
WE.– ¿Qué pasó a partir de entonces?
RS.-  Pues  me echaron del trabajo y me fui de Venezuela. Llevo ya tres años y medio viviendo
en Miami, está lleno de hispanos. Desde entonces difundo mi obra a través de exposiciones y de
la nueva herramienta de difusión que son las redes sociales.
Rescato en todo momento una  visión esperanzadora y positiva del cambio que este proceso
conlleva para cada ser humano y  quiero  mostrar lo que la comunidad venezolana puede
aportar a cada una de las geografías a las que han llegado.
La exposición se mostrará en todas las ciudades donde la diáspora venezolana ha
llegado, y añade: “Todas estas regiones nos han recibido y apoyado. En definitiva, nos han
hecho crecer como ciudadanos del mundo”.
‘Yo inmigrante’ fue inaugurada en  Florida, en noviembre de 2018 y de ahí se trasladó
a Texas. Ahora, tras su éxito –en ambas ciudades superó las 6.000 visitas-, se traslada a
Europa. De ahí, comenzará una gira de exposiciones itinerantes en aquellas ciudades
donde existe una población mayor de ciudadanos venezolanos. Madrid y Barcelona serán
las primeras.

«Quiero mostrar lo que la comunidad venezolana puede aportar a cada


una de las geografías a las que han llegado”

Si bien ha sido criticada en su país por aquellos cercanos al régimen debido a su


oposición al gobierno, otros profesionales han aclamado su “particular capacidad de
observación” y su “fina inteligencia”. De hecho, Alfonso Molina, uno de los críticos
venezolanos de más prestigio de El Universal, ha dicho del trabajo de Suprani: “une
inteligencia, sensibilidad y talento para expresar nuestra vida como país a través de viñetas muy
agudas. Éstas no pretenden hacernos reír sino ponernos a pensar”.

WE.- Hay pocas mujeres caricaturistas, aunque hay muchas dibujantes, parece que en este
mundo también suelen triunfar más los hombres.
RS.- La mujer está cambiando todo y en ese campo también, ya no es tanto como estar en zona
de guerra. Estamos cambiando el rol femenino hacia zonas más desarrolladas por hombres. Si
mi abuela hubiera decidido ser caricaturista la habrían tachado de loca. Pero sin duda, la
mejor forma de funcionar en el mundo es en la complementariedad entre lo femenino y lo
masculino.
WE.- ¿Cómo sentís que os ha recibido España?
RS.– Estoy muy agradecida a España porque hay un gran recibimiento. El vínculo entre
España y Venezuela es real. El venezolano que quiere una segunda oportunidad aquí la tiene y
en esto influye mucho la cercanía del habla y la empatía que hay entre ambos. Creo que además
es una diáspora profesional, muy profesional.
Ciertamente esta diáspora es profesional, nuestro diseñador gráfico es de Venezuela
también y la historia que tuvieron que pasar es propia de película.

Si bien las noticias siguen sin ser buenas, con las esperanzas cada vez más débiles en
Guaidó, esperemos y deseamos que acabe pronto la diáspora para que nadie que no lo
desee tenga que verse abocado a salir del país y Venezuela pueda demostrar lo que es
realmente.
Rayma Suprani es una caricaturista venezolana que fue despedida por el diario El Universal en 2014,
supuestamente por dibujar una caricatura burlándose del fallecido presidente Hugo Chávez.
Mientras que los leales a Chávez han tenido duras palabras por sus críticas al régimen, otros han
elogiado por sus "distintivos poderes de observación" y su "fina inteligencia". El crítico Alfonso
Molina elogió su trabajo escribiendo “la obra de Rayma Suprani en El Universal une inteligencia,
sensibilidad y talento para expresar nuestra vida país como a través de viñetas muy nítidas que no
pretenden hacernos reír sino hacernos pensar. Periodista y dibujante, lograr comunicar sus ideas de
una manera muy personal, pero siempre con un sentido colectivo ".

Rayma Suprani, una de las humoristas gráficas mas reconocidas de Venezuela, muestra
desde este sábado en Houston (Texas) su exposición itinerante "Yo inmigrante
Houston", en la que con su humor ácido refleja el drama del exilio venezolano.

Rayma, como es conocida, quien durante 19 años trabajó haciendo caricatura política
editorial para el diario El Universal de Caracas y actualmente vive en los Estados
Unidos, decidió embarcarse en esta exposición para aliviar una inquietud a modo de
catarsis.

"Decidí echar una mirada a esto, que emocional y psicológicamente me estaba pasando
no solo a mi sino a mi entorno, y esto se volvió algo que de lo personal paso a lo
colectivo", explicó Rayma, periodista de formación, durante una entrevista con Efe.

La humorista gráfica se exilió en Miami en 2015 debido a las amenazas que recibía tras
ser despedida por publicar una caricatura en la que utilizó la firma del expresidente
Hugo Chávez para satirizar su legado y el estado del sistema de salud en Venezuela.

"Esta exposición es tan emocional porque me permite hacer una conexión con otras
personas de la diáspora, lo que me constata que el país existe, que no fuimos
borrados", comentó.

"La obra de Rayma conecta directo con el público pero tiene mucha más profundidad
de lo que (...) pareciera en un primer momento y eso es algo interesante de su obra que
no necesariamente lo tienen otros artistas", dice Rosa Ana Orlando, museógrafa del
proyecto.

Son un total de 42 ilustraciones que muestran el "proceso de desarraigo, de identidad,


de reconstruirse" del exilio venezolano y exploran desde la mirada y la experiencia
personal de la artista gráfica, las emociones de quienes tienen que abandonarlo todo,
trasladarse a otras tierras e iniciar un nuevo camino.

"Creo que la exposición traspasa mucho, su hilo de Ariadna, su hilo conductor, es un


hilo emocional que te lleva a tu propio viaje", explicó Rayma.
El BAG Art Gallery de Houston, donde estará hasta el 31 de marzo, es la segunda parada
de esta muestra itinerante, que se presentó en enero en Coral Gables, municipio
aledaño a Miami, y está programado que viaje a Barcelona (España) y quizá luego a
Suramérica.

Algunos de los dibujos se adaptan a la cultura houstoniana, como la frase en uno de


ellos: "Venezuela we have a problem", recordando el "Houston we have a problem" de
los astronautas del Apollo XIII.

Rayma dice estar ahora más interesada en trabajar en el plano social y humano de las
personas que en el político o económico.

"Ahora siento que puedo ayudar más a crear puentes, mis últimos proyectos han sido
transformar el dibujo en arte y el arte en ayuda, no sólo psicológica sino también en
ayuda monetaria para enviar insumos a Venezuela, al igual que concientizar un
activismo que creo que es importante en estos momentos", señaló.

Según Rayma, la caricatura "es el termómetro de un país, porque (...) depende de lo que
acontece a una sociedad ya sea político, económico o social", se convierte en una
"catarsis, una terapia".

"Para mí la caricatura es traducir la película completa en un solo cuadro y poder decir


mucho con poco", explicó.

El caricaturista, para ella, tiene un compromiso y debe hacer un trabajo "importante de


despojarse de sus propios miedos y tabúes para no traicionarse a sí mismo" ni cegarse
en ciertos temas.

Rayma es uno de los protagonistas del documental "Caricaturists-Footsoldiers of


democracy" (Caricaturistas-soldados de la democracia), de la directora francesa
Stephanie Valloatto que en 2014 se presentó en el Festival de Cannes.

"Creo que ese documental ayudó mucho a entender que casi todos los totalitarismos
son iguales", afirmó las humorista gráfica.

Sobre el futuro de los venezolanos en el exterior se mostró esperanzada, pero con


matices.

"Todos queremos regresar, pero no vamos a regresar al país que éramos, porque ya no
somos los mismos, esto lo digo de una forma positiva porque creo en el cambio, en la
madurez y en el aprendizaje", señaló.

"Cuando acabe este horror habrá mucha gente que tendrá mucho por aportar y decidir
por valores más positivos", concluyó.
Ana María Alarcón
Rayma Suprani: el arte de la caricatura en la Caracas de hoy WILLIAM NAVARRETE ACTUALIZADO 05 DE
ABRIL DE 2014 3:25 PM Es caraqueña, estudió Comunicación Social en la Universidad Central de
Venezuela y desde hace 20 años se dedica al dibujo humorístico. Rayma Suprani es, desde hace tiempo,
una de las más agudas críticas de la situación política y social de su país. Especialista en humorismo
editorial gráfico, sus creaciones aparecen regularmente en El Universal, uno de los diarios más
importantes de la nación sudamericana. Hace poco nos encontramos con Rayma en París. La presentaba
en la Maison de l'Amérique Latine Andreína Mujica, fotógrafa venezolana establecida en la capital de
Francia. En esta oportunidad tuvimos el privilegio de apreciar parte de las caricaturas de la artista para
el periódico caraqueño y de oír su testimonio sobre las difíciles condiciones para ejercer la libertad de
expresión y el periodismo en el contexto venezolano actual. Ha recibido incontables premios por la
calidad sostenida de su trabajo. Entre los más destacados, el premio Monseñor Pellín a la mejor
caricatura de Venezuela que le otorgó en el 2000 la Conferencia Episcopal de Caracas, el de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) a la mejor caricatura en el 2005 y el premio Pedro León Zapata 2009 del
diario El Nacional. Ha participado además en numerosas publicaciones y expuesto su obra en salones y
galerías. “Mi amor por la gráfica, el dibujo y la caricatura viene de mi infancia pues leía las tiras cómicas
de los diarios y me expresaba mejor con el dibujo que con la palabra”, cuenta Suprani. “Mi madre me
ayudó mucho a desarrollar mis capacidades para el dibujo al inscribirme en cursos paralelos a mis
estudios. Un día para alentarme me regaló una pared de nuestra casa para que la llenara de personajes
dibujados por mí... Esa pared, vigente todavía, es un muro infinito que sigo dibujando”. Todo empezó en
realidad con su primer dibujo para un periódico de Caracas. Desde entonces, y durante 25 años, han
sido la caricatura y el diseño humorístico su mayor pasión. Aunque estudió periodismo siempre se
inclinó por la gráfica en la prensa. “La caricatura es el pulso nacional”, afirma. “Con ella medimos la
libertad real que existe en un país”. Las noticias locales nunca han sido más importantes Suscríbase para
obtener acceso digital ilimitado a las noticias importantes de su comunidad #TUNOTICIALOCAL Su estilo
es directo, el trazo claro, la ironía sutil, la vigencia a la orden del día. Todos estos elementos los tiene en
cuenta cuando define un tema antes de ofrecerlo a los lectores. Para ello piensa siempre en la sabiduría
legada por la Bauhaus: “Menos es más”, el hecho de poder decir mucho con poco. Y añade no sin ironía:
“¡Y menos mal que lo hago así pues cada día hay menos en Venezuela y hasta conseguir papel toilet
[sanitario] es un problema!” Ha tenido a grandes maestros que admira profundamente. En esa categoría
no puede dejar de citar a Pedro León Zapata, Angel Boligan, Michael Kichka, Ralph Steadman, Maitena,
Idígoras y Pachi, El Roto, Mordillo, Fontanarrosa... y a muchos otros a los que siempre ha seguido y cuyo
trabajo la han inspirado día a día. Sabemos que las dictaduras no soportan el humor. Suprani dice que el
tipo de crítica que hace es como “una piedra en el zapato de los regímenes militares como el de Chávez,
ahora heredado por Maduro, pues tienen una estructura vertical de obediencia y sumisión de todos con
respecto a la jerarquía”. Esa misma estructura intrínseca a este tipo de gobierno les impide aceptar el
humor, darle cabida al espacio crítico. Y si ese humor lo expresa una mujer hemos de imaginar el efecto
de repulsión que provocará a estos depredadores de la libertad. Esta mujer valiente se inspira en lo que
sucede en la calle. “Venezuela se encuentra en estos momentos en un ambiente comparable al
medioevo, da la impresión de estar en una especie de máquina del tiempo”, asegura. Es por ello, revela,
que lo observa todo desde perspectivas filosóficas y transforma la tragedia en comedia. No puede dejar
de pensar en otros maestros –como Quino en Argentina– que tuvieron que abandonar sus países por
presiones gubernamentales. Suprani nos confiesa que “[ha] sido perseguida por hacer caricaturas que
no gustan al poder, algo que acaba de suceder también en el vecino país de Ecuador en el que el
presidente Correa ha multado al periódico donde trabaja Xavier Bonilla “Bonnil” por caricaturas
publicadas por este que no han sido de su agrado”. El Gran Debate Una mirada semanal a las columnas
de los escritores de opinión de el Nuevo Herald INSCRÍBASE Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se
aplican la Política de Privacidad y Términos de Servicio de Google. Un caricaturista se debe en cierta
medida a su ciudad. En ese sentido, Suprani observa Caracas. A pesar de su deterioro no puedo dejar de
sentir amor por la gigantesca urbe en que ha vivido siempre. “Venezuela se ha ido convirtiendo en una
caricatura de la Cuba creada por ese mal genio llamado Fidel Castro y es una desgracia que un país como
el nuestro haya caído en las redes de esa infamia”. La caricaturista va a renunciar a la ciudad de sus
muertos enterrados al pie del Monte Avila: “A esa ciudad de los araguaneyes amarillos en flor y los
cielos azules decembrinos”. Para Suprani no hay dudas: “Venezuela sufre los peores vicios de todas las
ideologías”. Sabe que un caricaturista no tumba a un gobierno, pero no renuncia al empeño de traducir
la realidad y de hacer que otros la vean a través de su interpretación, despojada ya de altisonantes
palabras y discursos. La mujer que vimos en París se expresa con calma, piensa las respuestas que da a
un público ávido de conocer cómo es su cotidianidad en la capital venezolana. Desfilan ante los
espectadores sus caricaturas. A veces, muy a pesar de todos, reímos ante una de sus ocurrencias.
Aparece, por ejemplo un rollo de papel higiénico que ella ha designado como “la flor nacional de
Venezuela”. En otra caricatura vemos a una mujer vestida con un rollo similar decir que se ha puesto lo
mejor que tenía en el ropero. No faltan críticas a la injerencia del régimen de La Habana, ni dibujos
mordaces que denuncian la violencia que estremece al país. Entro en El Universal para ver la viñeta de
Suprani de hoy. Trata de los Oscar. Aparece la estatuilla de un Oscar como los que la Academia suele
conceder. Al lado aparece otra aunque, a diferencia de la anterior, está salpicada de sangre y envuelta
en la bandera venezolana. Leemos: “Oscar en Venezuela”. La precede otra en que aparece una pistola
de agua de la que sale un chorro de agua a la vez que se anuncia la palabra “Carnaval”. Abajo vemos un
revólver de verdad y un letrero que nos advierte: “Resto del año”. Esta es el arma de Suprani. Es cierto
que no podrá tumbar dictaduras con su arte y que ejercerlo puede costar un alto precio. Los lectores, en
cambio, desahogan sus frustraciones gracias a sus dibujos, o hallan respuestas a sus inquietudes. En
Caracas, una mujer debe estar ahora sacando de sus entrañas el dolor que le provoca su ciudad presa
del horror. Esa mujer debe dosificar su rabia, sopesar el mensaje, analizar fríamente el contexto, evaluar
la eficacia de lo que quiere expresar y diseñar con precisión las figuras. Es ese el arte de Suprani y es
justo y oportuno darle visibilidad a su trabajo admirable y a la constancia y riesgos con que lo
emprende.•

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Pedro León Zapata

(La Grita, Táchira, 1929) Pintor y humorista gráfico venezolano. Figura relevante del periodismo gráfico
de Venezuela, su amplia formación humanística le ha servido, además, para interpretar por medio de
sus ilustraciones las más diversas manifestaciones culturales y artísticas (literatura, política,
tauromaquia...) de la cultura española e hispanoamericana.
Pedro León Zapata

Hijo de un militar, el coronel León José Zapata, y de María de Lourdes Monroy, completó sus estudios de
bachillerato en el Liceo San José de Los Teques, para pasar en 1943 a perfeccionar sus ya evidentes
dotes artísticas en la Escuela de Artes Plásticas. Su nombre comenzó a sonar en los círculos periodísticos
de su país a raíz de la publicación de sus primeras caricaturas en la revista Fantoches, dirigida por el gran
poeta y ensayista Aquiles Nazoa. Al tiempo que cultivaba esta faceta de ilustrador gráfico, se dio a
conocer también como pintor dentro del grupo constituido por varios artistas del pincel que se
agrupaban bajo el peregrino nombre de "La Barraca de Maripérez".

Sin embargo, la fama le llegó a partir de 1964, cuando empezó a publicar en el diario El Nacional una
especie de editoriales gráficos, verdaderamente ingeniosos y brillantes, que fueron bautizados por el
periodista Omar Pérez con el agresivo nombre de zapatazos. Ya respetado y aplaudido como uno de los
grandes caricaturistas de su época, convirtió en un personaje popular a una de sus más celebradas
creaciones, el carismático Coromotico, un astuto y desconfiado representante de las capas más bajas de
la sociedad venezolana. Coromotico, protagonista de numerosos comentarios gráficos salidos de la
plumilla de Pedro León Zapata, se identifica con el pueblo pobre por su delgadez hambrienta y los
harapos que apenas bastan para cubrirla, pero también por el inteligente recelo con que pone en solfa
las promesas y declaraciones de los poderosos.

Además de este personaje -cuyo nombre propio ha pasado a integrarse en el acervo cultural del pueblo
llano de Venezuela-, Zapata se ha distinguido por la profusa utilización en sus sátiras gráficas de algunas
figuras emblemáticas, como los camaleones antediluvianos (símbolos de las clases más reaccionarias) y
las viejas decrépitas y enlutadas.

Todos ellos pulularon, junto con la caricatura del presidente Rómulo Betancourt (otro de los temas
gráficos predilectos de Pedro León Zapata) por las principales publicaciones del país, incluidas las
revistas de ideología progresista que tan en boga estuvieron durante la década de los años sesenta. En
general, la línea temática fundamental del humorismo periodístico de Zapata se concreta en la denuncia
de las marginaciones y discriminaciones provocadas por el desarrollo caótico que experimentó la
Venezuela petrolera.

Fuera del ámbito socio-político, el dibujante de La Grita elevó a altas cotas su inspiración artística por
medio de una serie de caricaturas que, inspiradas en la Vida del buscón, de don Francisco de Quevedo y
Villegas, fueron publicadas en la revista Papeles, editada por el Ateneo de Caracas. Y en su faceta de
pintor, Pedro León Zapata cosechó un notable éxito de público y crítica con numerosas exposiciones,
entre las que es obligado destacar las tituladas Las batacanas (1970), Revolucionarios y Jijos de la Pelona
(1972), 80 dibujos taurinos (1974), Guerra es Guerra (1974) y Todo el museo para Zapata (1975),
reunida, esta última, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

En el conjunto de todas estas pinturas no falta esa acidez humorística que caracteriza toda su obra
gráfica recogida en diarios y revistas, sobre todo cuando Zapata se enfrenta con los modernos
postulados del Arte Pop, a los que zahiere desde una lectura mordaz y corrosiva.

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Pedro León Zapata


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Pedro León Zapata

Pedro León Zapata. Pintor y


humorista gráfico venezolano.
Figura relevante del periodismo
gráfico de Venezuela, su amplia
formación humanística le ha
servido, además, para
interpretar por medio de sus
ilustraciones las más diversas
manifestaciones culturales y
artísticas (literatura, política,
tauromaquia...) de la cultura
española e hispanoamericana.

Sumario
 [ocultar] 

 1 Síntesis biográfica

o 1.1 Estudios

o 1.2 Trayectoria Pintor y humorista gráfico venezolano. Figura relevante del periodismo gráfico
artística de Venezuela, su amplia formación humanística le ha servido, además, para
interpretar por medio de sus ilustraciones las más diversas manifestaciones
 2 Publicaciones
culturales y artísticas (literatura, política, tauromaquia...) de la cultura española e
hispanoamericana.
 3 Pinturas

 4 Premios Nacimiento 27 de febrero de 1929


La Grita, estado Táchira,   Venezuela
 5 Fuentes
Residencia Venezuela
Síntesis biográfica
Nacionalidad Venezolano
Nació en La Grita,
estado Táchira, el 27 de
febrero de 1929. Hijo de un Ocupación pintor
militar, el coronel León José
Zapata, y de María de Lourdes Padres León José Zapata y María de Lourdes Monroy
Monroy.
Obras
Estudios destacadas
Publicaciones "Zapatazos", "¿Quién es Zapata?",
"Zapata vs. Pinochet", "Lo menos malo de Pedro
Completó sus estudios de León Zapata", "Zapatazos por Uruguay", "Zapata
bachillerato en el Liceo San absolutamente en Serio", "Caracas, Monte y
José de Los Teques, para pasar Culebra", "Breve Crónica de lo Cotidiano", "Los
en 1943 a perfeccionar sus ya
Gómez de Zapata", De la A de Arte a la Z de
evidentes dotes artísticas en la
Zapata y los volúmenes zapata, firme y Firme
Zapata..
Escuela de Artes Plásticas de Caracas a la que ingresó en 1945. En 1947 se retira de este
centro para intervenir en la fundación del Taller La Barraca de Maripérez, donde expone
sus primeros trabajos e inicia su labor de caricaturista.

Trayectoria artística
A finales de 1947 viaja a México para aprender las técnicas de los muralistas y realiza
estudios en el Instituto Politécnico Nacional de México, en la Escuela de La Esmeralda y en
el taller de Siqueiros. También trabajó como profesor en la escuela de Bellas Artes
de Acapulco. Mientras vivió en México, no hizo caricaturas.

En el año 1958 regresa a Caracas e ingresa como profesor de dibujo a la Facultad de


Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela y a la Escuela de Artes
Plásticas Cristóbal Rojas. Desde 1958 se incorpora al diarismo gráfico y a partir
de 1959 inicia sus colaboraciones como caricaturista, al principio para el periódico
Dominguito y luego a partir de 1965 ininterrumpidamente para El Nacional, de Caracas, en
el cual inició su columna "Zapatazos", cuya continuidad diaria ha mantenido hasta la fecha.

La fama le llegó a partir de 1964, cuando empezó a publicar en el diario El Nacional una


especie de editoriales gráficos, verdaderamente ingeniosos y brillantes, que fueron
bautizados por el periodista Omar Pérez con el agresivo nombre de zapatazos. Ya
respetado y aplaudido como uno de los grandes caricaturistas de su época, convirtió en un
personaje popular a una de sus más celebradas creaciones, el carismático Coromotico, un
astuto y desconfiado representante de las capas más bajas de la sociedad venezolana.
Además de este personaje -cuyo nombre propio ha pasado a integrarse en el acervo
cultural del pueblo llano de Venezuela-, Zapata se ha distinguido por la profusa utilización
en sus sátiras gráficas de algunas figuras emblemáticas, como los camaleones
antediluvianos (símbolos de las clases más reaccionarias) y las viejas decrépitas y
enlutadas.

Todos ellos pulularon, junto con la caricatura del presidente Rómulo Betancourt (otro de los
temas gráficos predilectos de Pedro León Zapata) por las principales publicaciones del
país, incluidas las revistas de ideología progresista que tan en boga estuvieron durante la
década de los años sesenta. En general, la línea temática fundamental del humorismo
periodístico de Zapata se concreta en la denuncia de las marginaciones y discriminaciones
provocadas por el desarrollo caótico que experimentó la Venezuela petrolera.

Fuera del ámbito socio-político, el dibujante de La Grita elevó a altas cotas su inspiración
artística por medio de una serie de caricaturas que, inspiradas en la Vida del buscón, de
don Francisco de Quevedo y Villegas, fueron publicadas en la revista Papeles, editada por
el Ateneo de Caracas. Y en su faceta de pintor, Pedro León Zapata cosechó un notable
éxito de público y crítica con numerosas exposiciones, entre las que es obligado destacar
las tituladas Las batacanas (1970), Revolucionarios y Jijos de la Pelona (1972), 80 dibujos
taurinos (1974), Guerra es Guerra (1974) y Todo el museo para Zapata (1975), reunida,
esta última, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Publicaciones
Ha publicado los libros:

 "Zapatazos"
 "¿Quién es Zapata?"
 "Zapata vs. Pinochet"
 "Lo menos malo de Pedro León Zapata"
 "Zapatazos por Uruguay"
 "Zapata absolutamente en Serio"
 "Caracas, Monte y Culebra"
 "Breve Crónica de lo Cotidiano"
 "Los Gómez de Zapata", De la A de Arte a la Z de Zapata y los volúmenes
zapata, firme y Firme Zapata.

Pinturas
Ha diseñado y pintado portadas de álbumes para músicos como El Cuarteto, Simón Díaz y
varias para Xulio Formoso. Es el autor del gigantesco mural de cerámica titulado
"Conductores de Venezuela" 1999, de más de 1.500 metros cuadrados de superficie, 150
metros de largo por 11,5 de alto, está compuesto por 40.000 lozas de 20x20 centímetros.,
que ilumina parte del perímetro norte de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas,
cubriendo el muro de contención del límite norte de la Ciudad Universitaria, que la separa
de la autopista Francisco Fajardo. Continúa su vida artística como conferencista, docente,
hombre de radio y televisión. Ha realizado para el teatro diseños de vestuarios y
escenografías y es autor de una pieza titulada "Venezuela Herótica".

En el conjunto de todas estas pinturas no falta esa acidez humorística que caracteriza toda
su obra gráfica recogida en diarios y revistas, sobre todo cuando Zapata se enfrenta con
los modernos postulados del Arte Pop, a los que zahiere desde una lectura mordaz y
corrosiva.

Premios
Paralelamente une su actividad como pintor. Como caricaturista, ha sido galardonado con
el Premio Nacional de Periodismo en 1967, y con dos Premios Municipales
en 1974 y 1978. Su trayectoria artística ha sido reconocida con el Premio Nacional de Artes
Plásticas en el año 1980. Fue el coordinador de la Cátedra Libre de Humorismo Aquiles
Nazoa 1979 en la UCV.

Roberto Weil
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Roberto Weil
Información personal

Nacimiento Siglo XX 

Residencia Estados Unidos

Nacionalidad Venezolano

Educación

Educado en Universidad de Massachusetts Amherst

Información profesional

Ocupación Caricaturista

Empleador Últimas Noticias (hasta 2014)


Tal Cual

Distinciones Premio de Excelencia en Periodismo: Caricaturista

[editar datos en Wikidata]

Roberto Weil es un caricaturista venezolano. El 6 de octubre de 2014, Weil fue


despedido del diario Últimas Noticias debido a una controversia suscitada por una de
sus caricaturas después del asesinato de Robert Serra el 1 de octubre.1 Ha publicado
cuatro libros y está trabajando en una novela gráfica con el profesor Ilan Stavans
de Amherst College. Actualmente vive y trabaja con su esposa en Estados Unidos.2

Índice

 1Biografía
 2Exhibiciones
 3Libros
 4Premios
 5Véase también
 6Referencias
Biografía[editar]
Weil empezó pintando en 1997 y en 2003 publicó una exhibición individual
titulada Caricaturista en África, la cual consistió en 20 cuadros, 30 ilustraciones y 9
esculturas de bronce que narraban cronológicamente se viaje a Sudáfrica y Tanzania.
Visitó monumentos históricos de los zulú, los bowers y los británicos, observó tiburones
blancos en Gansbaai junto con el fotógrafo David Doubilet y el experto de buceo Andre
Hartman, visitó el Parque nacional Gombe Stream y culminó su viaje visitando el Monte
Kilimanjaro.2
El diario de circulación nacional Últimas Noticias despidió a Roberto Weil el 6 de
octubre de 2014 después de que uno de los dibujos de Weil se retirara de la edición del
día anterior, de mutuo acuerdo con el artista, por poder resultar ofensiva después del
asesinato del diputado Robert Serra y su compañera María Herrera. La imagen
consistía en el funeral de un roedor, donde un orador dice que siempre será recordado
«como una tremenda rata».3 Un comunicado firmado por la directora de la revista, Nilda
Silva, explicó que la caricatura había sido recibida a finales de septiembre y ese mismo
día se envió a imprenta, dos semanas antes del asesinato. El propio Weil ratificó que la
caricatura no pretendía ninguna alusión a nadie y respaldó la medida de retirar la
imagen de la revista Dominical.1 Weil se fue de Venezuela y desde entonces ha vivido
en Miami.4
Weil fue uno de los trece ganadores de los premios a la excelencia que entrega
la Sociedad Interamericana de Prensa junto con medios y periodistas
de Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Estados
Unidos, Honduras, México, Panamá y Venezuela, en el marco de la 72° Asamblea
General de la SIP en Ciudad de México, llevada a cabo entre el 13 y 17 de octubre de
2016. La caricatura de Weil que se llevó el galardón se titula Cambio y fue publicada en
el semanario Tal Cual.25

En 2017, al menos 15 periodistas y trabajadores de medios reportaron que tuvieron que abandonar sus ciudades de
residencia porque se estaban siendo perseguidos. Encontraron en el desplazamiento forzado una salida ante
inminentes riesgos que afectaban su labor.

Figuras del gobierno de Nicolás Maduro asumieron


una caricatura de Roberto Weil como una burla al
asesinato del diputado Robert Serra, y arremetieron en
su contra con insultos. Días después, el Grupo Últimas
Noticias, donde trabajaba, prescindió de sus servicios.
Una situación similar había ocurrido con su colega
Rayma Suprani, en el diario El Universal: la
despidieron luego de la publicación de uno de sus
trabajos. Ellos, así como otros emblemáticos
caricaturistas venezolanos, hoy se encuentran en el
exilio

A Roberto Weil lo sacaron del país un grupo de ratas dolidas. Presenciaban el sepelio de
Miguel, una de ellas, en un opaco salón funerario. Seis o siete estaban de un lado y tres del
otro. En el medio, la urna. Miguel reposaba con el féretro abierto y desde una vista un tanto
lejana se dejaba ver su respingada nariz, algunos bigotes y dos colmillos. En el altar, el orador
aseguraba: “Nuestro querido Miguel fue honesto, colaborador y solidario. Lo recordaremos
siempre como una tremenda rata”.

Se trata de una caricatura que Weil había publicado en la revista Dominical del diario Últimas


Noticias el 5 de octubre de 2014, y que había enviado para su revisión dos semanas antes. Ese
domingo, él deambulaba recién despierto por su casa de La Trinidad, en Caracas, mientras en
las oficinas de la Cadena Capriles corrían de un lado a otro. Probablemente a esas horas de la
mañana ya algunos caraqueños recorrían las calles de la ciudad en busca del periódico y
revisarían, quizás, la variada información sobre estilos de vida, hogar y consejos de moda que
ofrecía la revista. Encontrarían también algo de publicidad, una página de pasatiempos y, cómo
no, alguna satírica imagen de la vida común hecha a mano por el artista.

Casi ermitaño, Roberto vivía solo en una pequeña área que había construido justo al lado de la
casa materna, y ahí se dedicaba a dibujar sus caricaturas, pintar algunos cuadros y probar con
la escultura. Pasaba allí la mayoría del tiempo, aunque ese domingo, como muchos anteriores,
probablemente se le antojaría caminar un poco por el Ávila, ese cerro que la ruidosa ciudad usa
como escapatoria del caos y que a él le permitía practicar montañismo, una de sus aficiones.

No había decidido qué hacer ese día cuando su ex esposa le escribió un mensaje de texto. Le
preguntaba si estaba bien, si no le ocurría nada. Le preguntaba si no le habían hecho daño. En
la Cadena Capriles corrían de un lado a otro, y en las calles de Caracas los empleados del
periódico buscaban la revista Dominical, que ya lucía en los estantes de venta. Las
recuperaron, hojearon su contenido y arrancaron una de las últimas hojas. Lo hicieron una y
otra vez, de forma sistemática, hasta que dieron el trabajo por concluido. En el interior del país
aún daba tiempo de ordenar el regreso de la revista y evitar su divulgación. No era la dictadura
militar argentina ni los tiempos de represión en Centroamérica. Tampoco era un país africano.
Era Caracas, en pleno Socialismo del Siglo XXI.

Roberto estaba en su casa y su ex esposa en Madrid. Cuando le explicó a qué se debía su


preocupación, el caricaturista sintió miedo y desconcierto: el gobierno de Nicolás Maduro
aseguraba que él se había burlado de la muerte de Robert Serra.
Cuando al diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela lo encontraron maniatado,
amordazado y con más de 50 puñaladas en el cuerpo, ya Roberto Weil sabía lo que era una
amenaza gubernamental. Dos años antes, el 16 de marzo de 2012, había publicado una
caricatura en la que se mostraba a un hombre abriendo un grifo y del que salía agua negra.
“Basta de supremacía blanca, ahora tenemos agua afrodescendiente”, decía el personaje,
acompañado de dos niños y algunas moscas. Por esa publicación lo tildaron de racista en la
televisión estatal y el poderoso diputado Diosdado Cabello, para entonces presidente de la
Asamblea Nacional, ordenó una investigación en su contra.

Los políticos duros del omnipresente PSUV le habían puesto el ojo. A Roberto no le extrañó.
Lo esperaba desde hacía tiempo, exactamente desde 2001. Para ese entonces era caricaturista
del diario Tal Cual y había hecho algunas otras exhibiciones de su arte. No se consideraba una
personalidad conocida de la vida cultural y artística venezolana ni mucho menos una carnada
opositora para el régimen, pero sus años de educación y su análisis de la realidad nacional
hacían de él un blanco fácil. Por eso, cuando Mario Silva dijo su nombre ese marzo de 2012, en
el programa La Hojilla, ya el artista tenía en su caja fuerte el pasaporte, algunos otros
documentos, un poco de dólares en efectivo y una cantidad prudente en una cuenta en moneda
extranjera que había abierto antes de que se estableciera el control cambiario. Sabía, antes de
que se lo dijeran, que en cualquier momento tendría que salir corriendo.

–Ojo, yo no soy Capriles –dice sentado en su casa, en Miami, refiriéndose al prominente líder
opositor Henrique Capriles Radonski, como tratando de justificar lo que podían parecer
prevenciones exageradas–, pero me gusta preparar mis cosas.

Como el dinero y los documentos, también se cuidaba de conservar solo lo necesario. Trataba
de no tener muchas pertenencias en un mismo lugar.

Roberto sabía, pues, que en cualquier momento tendría que correr. Lo que no sabía era cuándo.

Los funcionarios policiales que entraron al domicilio de La Pastora donde encontraron a Robert
Serra, no solo vieron su cadáver agujereado sino también el de una mujer de mediana edad que
nunca se supo si era su pareja sentimental o ahijada de santería, la creencia religiosa que al
parecer profesaba el joven diputado de la Asamblea Nacional. A la medianoche, ya el país
entero había escuchado la noticia. Voceros del gobierno se apresuraron a decir que se trataba de
un homicidio perpetrado por paramilitares colombianos y que el autor intelectual había sido el
ex presidente Álvaro Uribe.

A medida que miembros del gobierno de Maduro agregaban más y más sospechosos a la lista,
los políticos opositores y la colectividad en general dudaban de semejante vínculo: Serra era un
diputado de verbo incendiario, pero no una ficha importante en el partido oficialista como para
que un ex presidente extranjero se manchara las manos de sangre. Algunos periodistas
aseguraban que se trataba de un homicidio pasional y otros llegaron a decir que el móvil había
sido una venganza entre creyentes de la santería.
El país, mientras tanto, registraba decenas de muertos por las protestas contra Maduro que
habían comenzado en febrero, en Caracas, y se habían extendido a todas las regiones del país.
De un momento a otro, el tema central de los medios (algunos con nuevos dueños vinculados al
gobierno) no fue ya la crisis social ni el asesinato del diputado, sino cada uno de los supuestos
involucrados en el crimen. Tareck El Aissami, uno de los hombres fuertes del chavismo, ex
ministro y en ese momento gobernador de Aragua, se encargó de atacar muy temprano por la
mañana a Roberto Weil. Tanto él como sus compañeros de partido vieron, en la caricatura de
una rata, una burla de la muerte de Robert Serra.

Cuando su ex esposa le contó los detalles, Roberto llamó a su jefa en la Cadena Capriles, Nilda
Silva Franco. Ella le comunicó que sacarían la revista de circulación en el interior del país y, en
Caracas, tratarían de recuperar la página donde estaba la caricatura. Él estuvo de acuerdo. Fue
entonces cuando entendió dónde estaba metido.

Pronto corrieron las amenazas y las ofensas. Para El Aissami, Roberto era “un miserable hijo
de puta”. Alguien preguntó en las redes sociales qué habían hecho las putas para que fuesen
relacionadas con Weil y algún otro aseguró que por esa conducta era que la oposición no salía
de la letrina donde estaban. De inmediato, la revista Dominical emitió un comunicado en el
que explicaba que la caricatura del sepelio de las ratas la habían recibido 15 días antes,
mientras la muerte de Serra se había producido apenas hacía 4 días.

Esto, en apariencia, se entendió muy poco dentro del chavismo y, aunque algunos
comprendieron los hechos, no dejaron de atacar al dibujante. Por ejemplo, Ernesto Villegas,
entonces ministro de información, sugirió una investigación debido a que era muy sospechoso
que el caricaturista supiera 15 días antes lo que ocurriría con Robert Serra. Definitivamente, el
chavismo veía en la caricatura al diputado asesinado.

Al día siguiente despidieron a Roberto Weil de la Cadena Capriles. Alguien pidió su cabeza a
Héctor Dávila, presidente-editor del Grupo Últimas Noticias. Ya para entonces estaba claro el
brusco cambio de línea editorial de ese y otros medios del país. Era vox populi que testaferros
y allegados a funcionarios del gobierno habían comprado el diario El Universal, la Cadena
Capriles, Globovisión y otros medios regionales. Héctor Dávila, poco conocido en el mundo
informativo, fue docente de la Universidad Central de Venezuela, columnista y asesor político.

El de Weil no fue el primer despido escandaloso de un caricaturista en Venezuela. El 17 de


septiembre de ese mismo año Rayma Suprani informó a través de sus redes sociales que El
Universal había prescindido de sus servicios por haber publicado una imagen en la que se
vinculaba la grave crisis hospitalaria del país con el expresidente Hugo Chávez. La viñeta
identificaba la salud con un electrocardiograma común, mientras que la salud en Venezuela la
mostraba con el electrocardiograma de un muerto y, al final, la firma del creador del
Socialismo del siglo XXI. Se sintió tan hostigada por el gobierno, que un tiempo después dejó
el país, cuando se le cerraron todas las puertas para ganarse la vida con su oficio. Ahora,
después de amenazas, censura, ataques y difamaciones, vive en Miami, sigue haciendo sus
caricaturas, es editora del Wynwood Times (periódico dedicado a la vida cultural del barrio de
Wynwood de Miami) y hasta ha sido invitada a algunas exposiciones en Nueva York. Es
activista de una fundación que se encarga de localizar, almacenar, enviar y distribuir fórmulas
lácteas a Venezuela.

Después de su despido, Rayma se sintió acorralada en su propio país, tal como le pasó a
Roberto Weil ese 5 de octubre de 2014. En lo primero que pensó fue en su caja fuerte, donde
atesoraba sus documentos y dólares en efectivo. Echó un vistazo a su alrededor. Lo había
hecho bien, solo tendría que cargar con su computadora y sus otros equipos de trabajo. Esta vez
tenía menos equipaje que cuando hizo un inspirador viaje por Sudáfrica y Tanzania, y del que
hizo 20 cuadros, 30 ilustraciones y 9 esculturas.

Sus amigos lo llamaron, lo apoyaron y le dieron compañía. Tenía miedo, cómo negarlo. Unos
días después salió de su casa y se quedó en otro sitio no especificado. Mientras tanto, veía
cómo en las noticias y en las redes sociales aparecía su nombre junto con algún insulto o
amenaza. Y poco después, su rostro en cadena nacional.
A las dos semanas, como los prófugos, salió del país. Fue a un aeropuerto del
interior y llegó a Aruba. Había escuchado la idea de escapar de forma ilegal, pero la
desestimó por completo. Desde Aruba partió a Miami, a la casa de su padre.

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Testimonio Roberto Weil, caricaturista venezolano, actualmente en el exilio

Otros caricaturistas como Eduardo Sanabria actuaron antes de que la persecución y la censura
se les vinieran encima. Edo, como es conocido, renunció a la Cadena Capriles en agosto, poco
antes de que despidieran a Rayma y a Weil. Ya veía cómo cambiaba la línea editorial y
presenció cuando despidieron a su amigo Omar Lugo, y su también amiga Tamoa Calzadilla
renunció a su puesto en el diario Últimas Noticias. Entonces, Edo tomó las riendas de su propio
futuro, renunció y se fue a Miami. Ahora, desde esta ciudad, explica que no quería pasar por lo
que luego pasaron sus colegas. Venezuela se estaba convirtiendo en un callejón inútil donde,
además de cerrarse las puertas de empleo, no hallaba materiales para sus creaciones. Por eso,
poco después, llegó a Estados Unidos con una visa de habilidades extraordinarias (la misma
con la que llegaron Rayma y Weil) y dio rienda suelta a su creatividad en el exilio.

De eso, exilio, sabe ahora Roberto Weil. Cauteloso, planificó poco a poco sus movimientos en
su nuevo mundo. No niega que extraña su ciudad y, aunque no lo hiciera, lo delatarían los
cuadros de El Ávila que ha pintado y reposan en su casa. Tras unas paredes más allá de la sala
tiene su taller, escoltado por algunos caballetes, varios cuadros sin terminar y una
computadora.

Hoy, sentado en la sala de su casa, confía que la mayoría de sus clientes son venezolanos en
varias partes del mundo y que, pese a todo, sigue publicando en el diario Tal Cual que, al
momento de la entrevista para escribir esta historia, tenía acaso una semana de haber dejado de
circular en papel.

Antes de responder si quiere regresar al país, titubea un poco. Claro que le gustaría, pero no
ahora. Aunque han pasado varios años desde aquel absurdo episodio con las ratas, insiste en
que jamás pensó en ofender a nadie y que aún, bajo las secuelas del miedo, está de acuerdo con
que hubieran sacado de circulación su caricatura. No pensó en qué le pasaría por la mente a los
políticos del PSUV cuando compararon a Robert Serra con la rata que él había dibujado. Más
de uno le comentó que si alguien se sentía aludido, ese alguien sabría por qué.

Roberto Weil
31-01-1967

1
EMPRESAS
Mapa de relaciones
Caricaturista del diario Tal Cual. Sus trabajos humorísticos han sido publicados
en el diario El Nacional, El Universal y en la revista Dominical de Últimas
Noticias, éste último medio prescindió del ilustrador luego que el domingo 5 de
octubre de 2013 se filtrara una de sus caricaturas de humor, en la que se
reflejaba el velorio de una rata mientras otro roedor decía: “Nuestro querido
Miguel fue honesto, colaborador y solidario… Lo recordaremos siempre como
una tremenda rata”. La imagen fue asociada a figuras del oficialismo como un
insulto al asesinato del diputado Robert Serra, quien días antes había sido
encontrado en su domicilio sin vida. A pesar de que Roberto Weil afirmara que
esa caricatura había sido enviada a la revista Dominical con dos semanas de
anticipación y que no tenía relación con el acontecimiento en cuestión, no
pareció excusa suficiente para personalidades como el gobernador Tareck El
Aissami, quien escribió en su red social: “Esta es la ‘libertad de expresión’ que
defiende la miserable derecha. Fascistas y cobardes es lo que son”. Weil ha sido
foco de críticas en varias ocasiones, una de ellas ocurrió el 16 de marzo de
2012, cuando el caricaturista publicó una ilustración en la que aparecía un
hombre abriendo un grifo del que emanaba agua negra. El personaje,
acompañado de dos niños y algunas moscas, decía: “Basta de supremacía
blanca… ahora tenemos aguas afrodescendientes”. El dibujo causó que las
alarmas del oficialismo se encendieran, tanto así que el ex conductor del
programa “La Hojilla”, Mario Silva, lo tildó de “racista” y el presidente de la
Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, lo amenazó con abrir un proceso legal.
Roberto Weil Viso nació en Caracas el 31 de enero de 1967. La correcta
pronunciación de su apellido no es “Güeil” sino “Veíl”. Vivió diez años en
Estados Unidos, donde se graduó como ingeniero industrial en la Universidad de
Massachusetts. Practicó escultura, fotografía, música, gimnasia y montañismo.
También fue ganador del premio Pedro León Zapata en 2001.

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