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que quedan en el exterior del grupo perma que la etnología nos muestra implican un im
necen también fuera de ella. portante avance de nuestro conocimiento del
El etnocentrismo o, como algunos —Du- desarrollo de la cultura humana. Jamás se in
mont, Preyswerk y Perrot—prefieren, el so- sistirá lo bastante sobre un hecho derivado de
ciocentrism o, no sería, pues, más que una estos estudios, a saber, la corrección relativa
perspectiva, una posición, la del propio grupo de las emociones que a nosotros nos parecen tan
—el endogrupo o grupo in - , desde la que se naturales. De los datos de la etnología aprende
contemplan los otros grupos —los exogrupos o mos que no sólo nuestras habilidades y conoci
grupos out—, una proyección en cierto modo mientos, sino también las formas y maneras de
irrenunciable en la medida en que es imposi nuestros sentimientos y pensamientos, son el
ble liberarse por completo de la influencia del resultado de nuestra educación com o individuos
marco cultural propio. Perder esta referencia y de nuestra historia com o pueblo" (Boas, 1982:
nos colocaría en el estado de ingravidez que 71; las cursivas son nuestras).
Kristeva advierte en los extranjeros, nos haría Estos dos conceptos, etnocentrismo y rela
extraños en nuestra propia ^cultura, instala tivismo cultural, han ido siempre de la mano
ría nuestras conductas en el caos. Así, un cier en antropología y las definiciones que se sue
to grado de etnocentrismo parece ser común a len dar de ellos suponen obviamente una
todas las culturas: en numerosísimas ocasio visión negativa del primero y positiva del se
nes el nombre con el que los grupos se auto- gundo. El etnocentrism o sería un enfoque
designan es el término indígena que significa “deform ante”, mientras que el relativismo
“hombre”, y en sus mitos de origen sus ances entrañaría el reconocimiento del valor igual
tros son los “primeros hombres”; o bien re de todas las culturas. Ambas expresiones, en
servan para sí mismos el nombre de “los esta versión canónica, reposan sobre un su
buenos”, “los excelentes”, “los principales”, re puesto: la existencia de un mundo poblado de
firiéndose a grupos vecinos como “los malos”, agregados humanos con una cultura neta
“los perversos”, o ... los “comedores de carne mente ^diferenciada o grupos que se autorre-
cruda” (“esquimales” por inuit). Pero aunque conocen como diferentes, sea tal diferencia
un cierto grado de etnocentrismo sea común a empíricamente observable o tan sólo esgrimi
todas las culturas, no todo etnocentrismo en da en el proceso de las relaciones intercultura
gendra *xenofobia, *racismo o *marginación; les. Hay una vinculación evidente entre el
también puede generar *xenofilia, curiosidad sentido —el valor—de esos conceptos: los cam
o, la mayoría de las veces, indiferencia hacia bios que se han registrado en las relaciones
culturas ajenas que ni ocupan ni preocupan. entre las sociedades involucradas en el proce
Los prejuicios etnocéntricos parecen, so colonial protagonizado por Occidente y el
pues, prácticamente inevitables: si nuestra devenir de la teoría antropológica, en particu
cultura es el único repertorio de modelos de lar su cambiante concepción de la/s cultura/s.
comportamiento de que disponemos, difícil En apretadísimo esquema (falso en cuanto
mente podremos actuar conforme a él y a la tal, pero orientativo):
vez relativizarlo. Los antropólogos viven en 1) Segunda mitad del siglo XIX: culminación
la ilusión de que el etnocentrismo es mitiga- de la etapa colonial —imperialismo—. E m er
ble, cuando no perfectamente evitable, a tra gencia de la antropología como disciplina
vés de la experiencia de la diversidad cultural, académica: evolucionismo decimonónico. Vi
llegando a hacer de la liberación de los prejui sión etnocéntrica de los otros —heredada de la
cios etnocéntricos, de la aceptación plena de la Ilustración—. Ideología colonial. Monismo
diversidad cultural, el objetivo mismo de cultural. Concepción de la cultura como sinó
la empresa antropológica. Sólo con la experien nimo de civilización: pueblos más y menos
cia de la diversidad de las culturas será posible cultos, más y menos civilizados. Comparati-
—sostienen, optimistas—abdicar de los prejui vismo. Diacronía.
cios etnocéntricos y alcanzar su contrario, el 2) Primera mitad/décadas centrales del si
relativismo cultural, esto es: ver a los otros co glo XX: inicio y desarrollo de los procesos de
mo se ven ellos mismos -desde dentro de los descolonización. Funcionalism o, particula
límites de su cultura—, vernos como ellos nos rismo, estructuralismo. Pluralismo cultural.
ven —desde fuera—. En palabras de Lranz Concepción esencialista de la/s cultura/s: cada
Boas, el autor que introdujo la noción —que no cultura tiene su estructura, su lógica interna,
la expresión, al parecer acuñada por su discípu imposible de ser comprendida desde fuera.
lo M. Herskovits—como imperativo metódico Relativismo. Inconmensurabilidad de las cul
de la disciplina antropológica: “los hechos turas. Análisis sincrónicos.
Etnocentrismo y relativismo cultural 134
3) Últimas décadas del s. XX: *poscoloni- vismo moral o ético, relativismo ontológico,
zación. *G lobalización. Antropologías sim relativismo lingüístico, relativismo metodo
bólicas, ecológicas, posestructuralistas.. lógico, etc.—y buscando ciertas paradojas o
posmodernismo antropológico. Ruptura con ejemplos críticos que socavan sus cimientos.
la concepción esencialista y estática de la cul Por tomar sólo un par de casos: el relativismo
tura. Concepción dinámica y no monolítica gnoseológico, se dice, implicaría poner en pie
de la cultura: reconocimiento de la diversi de igualdad la ciencia que ha surgido de una
dad intracultural —diferencias de clase, *gé- tradición cultural concreta —la grecolatina—y,
nero, *etnia, *edad—y de las relaciones de pongamos por caso, las creencias en la bruje
desigualdad que suelen generar. Concepción ría de muchos pueblos africanos. El relativis
dinámica de las relaciones *interculturales. mo moral, por su parte, supondría que no
*M ulticulturalidad. Interculturalidad. Aná existen hábitos condenables desde un punto
lisis procesuales de las condiciones socio- de vista ético porque toda costumbre debe re
históricas y ecológicas que determ inan las ferirse al contexto de la cultura en la que apa
culturas y las relaciones interculturales, pero rece —“com prendre c'est tout p ard on n er"—:
también autorreflexividad de la escritura et ¿qué ocurre entonces con prácticas como la
nográfica. escisión del clítoris, el sati —la quema de las
Aparentem ente, etnocentrismo y relati viudas—o la lapidación de las adúlteras?
vismo son dos maneras alternativas y exclu- Sea como fuere, la crítica más severa al re
yentes de enfrentarse a la diversidad cultural lativismo cultural ha sido lanzada desde la fi
—así los evolucionistas habrían sido etnocén- losofía a la antropología, y apunta contra una
tricos, en tanto que los particularistas, con de las nociones centrales de la disciplina, se
Boas a la cabeza, relativistas—. El dilema pue guramente su concepto estrella: el de cultura.
de resumirse así: o bien sólo una de las cultu Paradójicamente, es una crítica que no lanza
ras es considerada la portadora de valores a quien la suscribe en brazos del etnocentris
auténticos o excelsos y todas las otras pue mo, concepto que tampoco queda indemne.
den medirse por ese rasero —monismo cul El problema radica en qu e, d efa cto , las cultu
tural = etnocentrism o—, o bien todas las ras no se dan como entidades sustantivas, en
culturas son iguales en valor —pluralismo que es imposible diferenciar unas de otras,
cultural = relativismo—. La antropología ha en que no cabe, como han pretendido muchí
derivado desde el etnocentrismo decimonóni simos antropólogos, fijar las fronteras de las
co hacia el relativismo que impregna, en ma mismas en “la pluralidad irreductible de lo
yor o menor medida, buena parte del discurso existente”. Con palabras de Gustavo Bueno:
antropológico actual, que participa del “espí “no existen esferas culturales dotadas de una
ritu moderno” —anti y poscolonial—encarna ^identidad sustantiva. Esas esferas sólo tienen
do en la tolerancia y el respeto por el otro. una identidad fenoménica, la suficiente para
Pero tanto el relativismo como el etnocen comenzar a organizar las descripciones etno
trismo entrañan problemas que han sido ob gráficas y etnológicas pertinentes”; más aún:
jeto de debate no sólo entre antropólogos, “las esferas culturales son sólo construcciones
sino también con sociólogos, historiadores y ideológicas, pura y simplemente mitos” (Bue
filósofos. La visión puramente etnocéntrica no, 2002: 3). Si las culturas son sólo mitos, si
ha sido abandonada por la ingenuidad del no existen agregados humanos con culturas
planteamiento que resume bien la archicitada diferenciadas, entonces ni la noción de etno
fórmula de Lévi-Strauss, “salvaje es quien centrismo ni la de relativismo cultural tienen
llama al otro salvaje” - “el bárbaro es sobre to sentido alguno: no existen los endogrupos, ni
do el hombre que cree en la barbarie... y cree los exogrupos, no puede hablarse siquiera de
poder hacer legítimamente *violencia al pró diversidad cultural. Esta crítica equivale a
jim o basándose en sus propias justas creen una carga en la línea de flotación de la propia
cias” (Lévi-Strauss, 1979: 310)—, y los autores, disciplina antropológica.
como Richard Rorty, que sostienen dicha po Lo que soslayan, no obstante, estos críticos
sición lo hacen con muchos matices y están a de las nociones de etnocentrismo y relativis
años luz del etnocentrismo grosero de los evo mo es que la teoría antropológica hace tiempo
lucionistas del s. XIX. El relativismo cultural que dejó en la cuneta ese concepto esencia-
también ha sido puesto en entredicho: las crí lista de la cultura y que el proceso de globa-
ticas suelen hacerse desglosando el concepto lización ha obligado a revisar incluso la
genérico en sus diversas variantes o especies concepción tradicional de la diversidad cultu
—relativismo gnoseológico o cognitivo, relati ral. De hecho, esa imagen de la cultura como
135 Etnocentrismo y relativismo cultural
revista crítica del presente, 2: 3. http:// www.no- concepto de genocidio incluyera de forma ex
dulo.org/ec/ plícita las políticas de prohibición y destruc
GARCÍA CANCLINI, Néstor (2004): Diferentes, ción de lenguas y culturas como aspectos del
desiguales y desconectados: mapas de la intercul- genocidio. El concepto de etnocidio se ha in
turalidad. Madrid: Gedisa. troducido con posterioridad al de genocidio y,
a pesar de distinguirse de él, puede constituir
KRISTEVA, Julia (1988): Étrangers à nous-mêmes.
una fase o un aspecto de un proceso de geno
Paris: Fayard.
cidio. Jaulin, uno de los principales impulso
LÉVI-STRAUSS, Claude (1979 [1952]): “Raza e res de este término, escribe que el etnocidio es
historia”, en Antropología estructural (dos). M i “ante todo una modificación total aportada e
to, sociedad, humanidades. México: Siglo X X I, impuesta al orden cotidiano”, y lo ilustra con
304-339. el ejemplo de una población amazónica: “te
PREISSW ERK, Roy; PERROT, Dominique nía que vestirse a la blanca, sustituir el ta
(1975): Ethnocentrisme et histoire. Paris, Anth parrabo por nuestros oropeles ridículos e
ropos. inadecuados para el calor; comer a la blanca:
SÁNCHEZ DURÁ, Nicolas (1977): “El desafia sustituir los asados por las fritangas; sustituir
dor desafiado: ¿es sensato el relativismo cultu la tierra fresca, que se limpia fácilmente, con
ral?”, en VV. A A. E l desafío del relativismo. inmensos techos de hojas, por el cemento frío
Madrid: Trotta, 145-162. y sucio y el techo ondulado bajo el cual uno se
asfixia; producir a la blanca, etc.” (1976: 9-10).
SEBRELI, Juan José (1992 ):E l asedio a la moderni El etnocidio se refiere a un proceso de *acul-
dad. Crítica del relativismo cultural. Barcelona:
turación impuesto a una población por parte
Ariel. de otra más poderosa, y cuyas consecuencias
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Interculturalidad. Mestizaje, MINORÍAS,
Mode rn idad, Moder n iza c ión, M U L1 IGUL- Véanse además Aculturación, G E N O C I
T UI ( A I. IS MO , M u 11i1oca1, N a t u ra 1i z.ac ió n, DIO, Violencia política. Tipos.
Poscolonialismo, Racismo y ncorracismo,
SABER Y SABERES, Sujeto intercultural,
VIOLENCIA POLÍTICA, Xenofobia y xe- Explotación social
nofilia. ¿Qué queremos decir cuando nos referi
mos a la explotación específicamente con el
adjetivo d e social? Bajo este significado explí
Etnocidio cito del término se esconden dos sentidos dis
El término etnocidio y su sinónimo geno tintos. El primero apunta a la explotación
cidio cultural no habrían sido necesarios si el entendida como simple aprovechamiento de