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LA FELICIDAD DEPENDE DE TI MISMO

“Felicidad es la experiencia de alegría, satisfacción


o bienestar positivo, combinada con la sensación
de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena” (Sonja Lyubomirsky).

El propósito de la vida es la felicidad, es la meta más sublime de todos los seres humanos, según
Aristóteles. Ahora, para este pensador la felicidad se ubica en el nivel de vida intelectivo o racional
y consiste en la autorrealización del bien natural mismo del sujeto, que actuando bien se hace a sí
mismo excelente y, con ello, feliz. Entonces para este clásico son determinantes de este fin último
el bien, la virtud, los recursos y un Estado justo. En este sentido, el sumo bien elegido por sí
mismo es la felicidad lo cual conlleva una vida equilibrada mediante el cultivo de la razón, sin
desconocer las necesidades básicas, es decir, los recursos; cuya realización requiere un contexto
armónico fruto de un gobierno justo.

Entonces, todos tenemos vocación de felicidad, pero no todos son felices; de hecho muchos son
terriblemente infelices, ¿Por qué? Porque buscamos equivocadamente la felicidad y algunos
obstaculizan la felicidad de otros. De acuerdo con la doctora Sonja Lyubomirsky, experta en
Psicología social, la felicidad es un bienestar subjetivo. Es decir, que lo que puede dar felicidad
depende más de la persona que del hecho en sí. Ella considera que nuestra felicidad depende de
tres puntos básicos: 1) circunstancias de nuestra vida; 2) punto de ajuste genético; y 3)
Nuestra conducta.

Las circunstancias de nuestra vida: Me había preguntado muchas veces por qué existen
personas que en apariencia tienen todo en la vida: una gran familia, amor, salud y una buena
situación financiera, pero, aun así, no son felices. La respuesta es simple: solo diez por ciento
(10%) de nuestra felicidad depende de todas estas circunstancias. ¿Sorprendido? Yo también lo
estuve al leer estas afirmaciones en el libro de esta psicóloga (Los “cómos” de la felicidad, The
how of hapiness).

Según sus teorías, esto se debe a lo que se llama “adaptación hedónica”. En palabras simples y
claras: las personas nos acostumbramos muy rápido a las cosas buenas. Si camino por la calle de
mi ciudad, en un día de verano, donde la temperatura alcanza más de 40 grados centígrados, al
llegar a un lugar en el que haya un buen sistema de refrigeración (aire acondicionado), es probable
que en media hora me esté quejando de lo frío que está el lugar.

De igual manera las personas dejan de apreciar que tienen un buen matrimonio, o una buena
salud. Es algo que se han acostumbrado a ver tan normal que no les es fácil apreciarlo. Sin
embargo, científicos como Michael McCullough, profesor de Psicología en la Universidad de Miami,
que ha llevado a cabo diversos estudios sobre los pensamientos positivos, ha encontrado que las
personas más propensas a expresar gratitud por las cosas buenas en sus vidas, son más
felices.

El punto de ajuste, genética: Si lo que nos hace felices va más allá de nuestras circunstancias de
vida, ¿qué es lo que dispara o detiene nuestra felicidad? En la teoría científica se afirma que la
genética lleva una gran parte de la responsabilidad en nuestra felicidad; hasta 50 por ciento. Se
considera que las personas conciben los logros a su alrededor de una forma diferente dependiendo
de sus genes. Pero todo esto, según la doctora Lyubomirsky, no es más que un “punto de ajuste”
(set point), justo como lo puede ser la disposición genética a engordar: hay gente que tiene que
luchar con el peso cuidando su alimentación o su ejercicio, mientras que otros, sin cuidarse,
mantienen una figura delgada. Así que, con disciplina, es posible que se puedan vencer esas
predisposiciones biológicas. Esto nos llevaría a explorar el tercer punto.

Nuestra conducta: Si mi predisposición genética me hace engordar, entonces tomo las riendas de
esta situación con un plan de ejercicio y dieta que me mantenga sana. De la misma manera, tengo
que aprender a estar en forma para la felicidad. Es sencillo. De acuerdo con esta psicóloga,
debemos controlar nuestros pensamientos y sentimientos, transformarlos en sentimientos
positivos. Esto significa que debemos trabajar en “actividades intencionales”. Pero, ¿qué tipo de
actividades deliberadas debo realizar para ser feliz? La doctora Lyubomirsky sugiere doce
actividades. Yo me atreví a clasificar estas actividades en cuatro ámbitos de nuestra vida:

1) Espiritualidad, ser agradecido, Practicar actos de bondad, Cultivar el optimismo, aprender a


perdonar, y practicar la religión y la espiritualidad; 2) Sociabilidad, Cultivar relaciones sociales, y
evitar pensar demasiado y la comparación social; 3) Saber vivir, Desarrollar estrategias para
enfrentar todas las situaciones, y saborear las alegrías de la vida; y 4) Desarrollo profesional y
personal, Incrementar experiencias que nos hacen fluir, cumplir tus objetivos, y cuidar tu cuerpo
(incluye desde la actividad física hasta una actitud positiva).

De todas estas actividades debemos elegir las que nos satisfagan más y ajustarlas a nuestra vida.
Podemos hacerlo nosotros mismos, aunque también existe un test del doctor Kevin Sheldon, quien
ha trabajado junto a Lyubomirsky en diferentes investigaciones acerca de la felicidad, donde se
puede hacer un diagnóstico de adecuación entre la persona y la actividad.

En lo personal, si tuviera que elegir las que considero más importantes en cada una de las áreas
de mi vida, optaría por: ser agradecido, cultivar las relaciones sociales, saborear las alegrías
de la vida y cumplir mis objetivos. ¿Por qué? De manera simple, porque incluyen a mi familia, a
mis amigos, mi trabajo y a Dios dentro de mi vida. Un consejo que da la doctora es tratar de
imaginar cómo sería tu vida si no hubieras… Si no hubieras conocido a tu esposo, si no hubieras
conseguido el trabajo que tienes… Este ejercicio, realizado de vez en cuando, nos puede ayudar a
apreciar cada una de las cosas buenas que tenemos. De una manera simple podemos decir que el
estar en forma para la felicidad depende mucho más de lo que ocurre en nuestro interior. Como lo
dijo hace muchos años el filósofo Aristóteles, “La felicidad depende de nosotros mismos” (tomado de:
https://www.familias.com/tu-felicidad-depende-de-ti-mismo-lee-esto-si-quieres-ser-feliz/) .

Actividad para desarrollar en el cuaderno: 1. ¿Cómo define Sonja L. la felicidad y cómo la define
usted? 2. Explique los tres aspectos o factores que influyen en la construcción de la felicidad,
según Soja. 3. Comente críticamente la propuesta para construir la felicidad de Sonja Lyubomirsky
(6 renglones). 4. ¿Considera que podemos ser felices en una sociedad como la colombiana?
explique su respuesta. 5. Comparando las visiones o propuestas sobre la felicidad de Aristóteles y
Sonja, ¿Cuál considera más completa y pertinente y por qué? 6.Socialice o comparta ante la clase
una pregunta o comentario sobre el tema.

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