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Introduccion
-Teatro durant la GC
Durante la guerra civil, el teatro español se limitó a servir de instrumento de agitación política en los dos bandos
enfrentados.
En el lado republicano proliferaron las organizaciones teatrales que ofrecían espectáculos propagandísticos o de
división de las ciudades o en los frentes de guerra. Los autores crearon un teatro de urgencia, que provocaba la
exaltación de los espectadores y les estimulaba al combate.
En la zona nacional surgieron organismos que montaban dramas y zarzuelas. Los autores se inclinaron por un teatro
de evasión o de propaganda
IV.Teatro años 50
V.Teatro años 60
Un grupo de autores jóvenes, siguiendo los planteamientos realistas iniciados por Buero y Sastre,
ofrecen a lo
largo de la década siguiente, una propuesta teatral caracterizada por estos rasgos:
ƒ Tiene una clara actitud testimonial de denuncia de las injusticias sociales y de la alienación del
individuo en
muchas profesiones.
ƒ Se vale de un realismo directo y crítico que tiene al pueblo como protagonista;
ƒ Se inspira en la visión esperpéntica y desgarrada de la vida propia del teatro de Valle-Inclán.
ƒ Adopta un lenguaje violento, sin eufemismos que se aleja drásticamente del refinado lenguaje
de la alta
comedia. Se trata de una lengua directa, en la que aparecen formas populares y coloquiales, voces
malsonantes,
exclamaciones, anacolutos.
ƒ A continuación una muestra de temas y las obras que los tratan:
ƒ la intolerancia de las sociedades provincianas (Las salvajes del Puente San Gil), de Martín
Recuerda,
ƒ el fracaso personal y la falta de solidaridad (Los inocentes de la Moncloa), de Rodríguez
Méndez,
ƒ la alienación de los hombres con un trabajo burocrático (El tintero, de Carlos Muñiz),
ƒ los problemas de desarraigo producidos por la emigración (La camisa, de Lauro Olmo).
Otras obras interesantes son La madriguera (1960), de Rodríguez Buded, que presenta la
degradación y la angustia
de unos seres obligados a compartir la misma habitación, o Las arrecogías del beaterío de Santa
María Egipciaca, de
Martín Recuerda, sobre los últimos momentos de Mariana Pineda, aunque
esta obra se estrenó ya en 1977.
VI.Teatro años 70
El deseo de experimentación formal v de encontrar cauces dramáticos diferentes es de especial
intensidad en un grupo
de escritores que, de modo paralelo a como ocurre en la narrativa y en la poesía, consideran
agotado el realismo social
y se reclaman autores de un nuevo teatro.
Este nuevo teatro o teatro experimental se definirá, sobre todo, por su oposición estética a los
realistas, aunque en
bastantes ocasiones las obras tampoco están exentas de crítica social ni encontraron facilidades
para ser
representadas, tanto porque a menudo chocaron también con la censura, como porque sus
audacias formales no
encontraron fácil eco en un público amplio.
Este teatro experimental conecta con la tradición vanguardista teatral que ya desde Antonin
Artaud consideraba el
teatro, primordialmente, como un espectáculo en donde el texto literario es sólo un ingrediente
más y no
necesariamente el elemento central de la representación. De ahí la importancia que adquieren los
efectos especiales, la escenografía, la luz, el sonido, los objetos que invaden la escena, el
vestuario, el maquillaje expresionista de
los actores, la mímica, las máscaras, la expresión corporal, la música, etc.
Asimismo, se pretende romper con la tradicional división entre el escenario y los espectadores,
convirtiendo la escena
en un espacio dinámico que puede invadir el lugar correspondiente a la sala e invitar al público a
participar en la
función e integrarse en ella.
Temáticamente, sigue siendo habitual la denuncia social y política del régimen franquista y
también, de modo más
genérico, la falta de libertad y opresión, la injusticia, la alienación, la nueva sociedad de
consumo... Para salvar las
dificultades que estos asuntos pudieran tener con la censura v, en algunos autores, por propia
preferencia estética se
tiende a utilizar un lenguaje parabólico y multitud de símbolos que los espectadores han de
interpretar
Otras veces se prefiere la farsa y el tono grotesco, con una influencia creciente de Valle-Inclán,
cuyos textos y su gran .
potencial renovador eran por entonces redescubiertos en los escenarios.
Entre los autores de esta corriente, podemos señalar a:
4 . 1L o s v an g u a r d i s t a s :
ƒ Fernando Arrabal, cuyas obras están a medio camino entre el esperpento, el surrealismo y el
teatro del
absurdo: El cementerio de automóviles, El arquitecto y el emperador de Asiria, Pic-Nic, Oye,
Patria, mi aflicción... Creó
el “teatro pánico”, presidido por la confusión, el humor, la búsqueda formal y la incorporación de
elementos surrealistas
en el lenguaje. Los temas más frecuentes en sus obras son la sexualidad, la religión, la política, el
amor y la muerte.
ƒ Francisco Nieva, que escribió, según él mismo, tres tipos de teatro: teatro furioso (Pelo de
tormenta); teatro
de farsa y calamidad (Malditas sean Coronada y sus hijas), y teatro de crónica y estampa (Sombra
y quimera de Larra).
Otras obras suyas son La carroza de plomo candente o Los españoles bajo tierra. Nieva comparte
con Artaud la idea e
un teatro catártico y liberador, cuya finalidad es mostrar la esencia del hombre.
ƒ 4.2 Los simbolistas: Se caracterizan por un marcado pesimismo y el frecuente uso de la
simbología animal.
Es recurrente en sus obras el tema del poder opresor y emplean elementos provocadores como la
presencia de la sexualidad, un lenguaje escatológico y agresivo, y la violencia física y verbal.
Son, entre otros, José Ruibal (La máquina de pedir, donde un enorme pulpo se convierte en
símbolo de la tecnocracia), Miguel Romero Esteo(Pontifical, El vodevil de la pálida pálida
pálida rosa), Luis Riaza (Retrato de dama con perrito), Manuel Martínez Mediero (El último
gallinero, que constituye una parábola política, o Las hermanas de Búfalo Bill).
ƒ 4.2Hablar de “nuevas formas” de expresión dramática no puede reducirse a mencionar autores
y textos. Hay que destacar el papel de los grupos de teatro independiente:
ƒ Se considera teatro independiente al de compañías estables que potencian el elemento
coreográfico,
plástico, mímico o musical, tanto como el literario, lo que disminuye la presencia del autor
tradicional. Abarca el
teatro de calle, alejado de escenarios convencionales. La importancia de este fenómeno teatral
independiente, la
demuestra el hecho de que a la muerte del dictador existieran en España bastante más de cien
grupos teatrales,
que, al margen del teatro comercial establecido, procuraban romper con la rigidez de éste y
llevar el teatro a los
más diversos rincones del país. Bajo este rótulo se engloban grupos por completo de aficionados
junto a otros que
poseen ya diversos grados de profesionalización. Si algunas de estas agrupaciones tuvieron una
actividad escasa o
muy localizada, otras, por el contrario, alcanzaron una notable repercusión:Los Goliardos o
Tábano (Madrid), el
Teatro Lebrijano o La Cuadra (Andalucía), Quart 23 (Valencia), Akelarre (Bilbao), TEU de
Murcia... Especialmente
importante es la aportación de los grupos catalanes, desde Els Joglars a Els Comediants o el
Teatre Lliure. Algunos
de estos grupos siguen activos y han alcanzado una estabilidad y una protección de las
autoridades impensable hace
años. En general, con obras de autor o con creaciones colectivas, han llevado a cabo una síntesis
entre la tendencia
experimental y los elementos populares, y junto a enfoques críticos, se preocupan por los
aspectos lúdicos del espectáculo.
A partir de los años 80, con la desaparición de la censura, se produjo un doble fenómeno en los
gustos teatrales. Por una parte, un notable interés por recuperar el teatro clásico y la obra de
autores como Valle Inclán o Lorca. Por otra, se han incorporado nuevos autores, que tienden
hacia un teatro moderadamente renovador, como, por ejemplo, Sanchís Sinisterra (¡Ay,
Carmela!, 1986; El lector por horas, 1998).
Las principales líneas del teatro de finales del siglo XX han sido:
- autores incatalogables: Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano), Adolfo
Marsillach (Yo me bajo en la próxima, y ¿usted?, Noche de reyes...)
- autores de línea realista y social, aunque con cierto aire sainetesco: José L. Alonso de Santos
(La estanquera de Vallecas, Bajarse al moro)...
VIII
En el libro viejo
IX.conclusion