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es
Manual BÁSICO
Movilización Miofascial Inducida
por el Movimiento
por
Leandro Ferreira
Doctor por la Universidad de Valencia
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Licenciado en Educación Física – Brasil.
2019
Obra Propia SL
Calle Centelles, 9
46006 Valencia
ISBN: 978-84-17614-67-9
Depósito Legal: V-3331-2019
INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 09
En los últimos años el estudio del tejido fascial y sus relaciones con la recuperación
física, entrenamiento físico y actuación ante las variables del rendimiento físico, nos ha
llevado a conocer una serie de características de un tejido, que, hasta el momento, no
parecía ejercer influencia alguna en el funcionamiento de las distintas estructuras
relacionadas.
Por último, se desea que toda la información que contienen estas páginas sirva de
motor propulsivo en el desarrollo de la búsqueda personal hacia el conocimiento, del
mismo modo, que sea capaz de proporcionar medios de contribución para la ciencia del
movimiento.
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La primera vez que se tiene noticia sobre la utilización del término fascia data del
siglo-I d.C., cuando el enciclopedista romano Celso transmitió la idea de un tejido que
vendaba las heridas3. Galeno, en el mismo periodo, describe la fascia como un tejido
relacionado con la piel en la parte subcutánea.
Más tarde hubo importantes contribuciones al respecto, con los trabajos de Vesalio
(siglo XVI), anatomicistas como Speigel y Casseri (siglo XVII) y Wilson (siglo XVIII)
comienzan a reportar propiedades conectivas e integradoras de los tejidos o bandas
fasciales1,3.
En el año 1899, el médico americano Andrew Taylor Still proporciona algunas ideas
sobre las propiedades que tienen las fascias referentes a la unidad, continuidad,
conectividad, inducción, transmisión, modificación y adaptación, aspectos que se
reproducen hoy en día en las definiciones más modernas.
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Un listado único que refleje con exactitud la tipología de las fascias es a veces
pequeño, ambiguo, inexacto y confuso2,16-20. En los últimos años los mayores esfuerzos
de grupos de investigadores van en la dirección de la construcción de una nomenclatura
común que ayude en el avance de nuevos hallazgos.
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Langevin y Huijing1, definen la fascia superficial como una capa envolvente que se
encuentra directamente debajo de la piel, que contiene tejido conectivo denso areolar
(tejido adiposo areolar y lamelar).
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Fascias de Conexión:
Dinámicas: papel importante en el movimiento, estabilidad; transmisión de fuerza a través de las miofasciles;
estado de pretensión muscular; (Fascia Pectoral, Toracolumbar, Trato Iliotibial, …)
Tejido conectivo regular denso unidireccional; Colágeno tipos I,XII,XIV; filamentos de actimiosina; Corpúsculos de
Pacini y terminaciones nerviosas.
Pasivas: mantener la continuidad, fuerza de trasmisión pasiva; (Fascia Cervical, Aponeurosis del Bíceps,
Aponeurosis Plantar,)
Tejido conectivo regular multidirecconal; Colágeno tipos I, III, XIV; Elastina; Órganos Tendinosos de Golgi;
Corpúsculos de Pacini y Ruffini.
Fascias Fasciculares:
Proporciona fuerza de transmisión miofascial y “feedback” propioceptivo para el control de movimiento; (epimisio,
endomisio, perimisio, …)
Tejido conectivo laxo; regular denso multidireccional: irregular denso; Colágeno tipo I, III, IV, V, XII, XIV; Órganos
Tendinosos de Golgi.
Fascias de Compresión:
Proporciona efectos de compartimentación; almacenamiento de fuerzas de tensión y compresión; (Fascia Lata,
Crural, Dorsal …)
Influye en el retorno venoso;
Mejora la eficiencia muscular, propiocepción y la coordinación;
Fascias de Separación:
Compartimentaliza los órganos y regiones del cuerpo para mantener las funciones estructurales; (Fascia
Endoabdominal, Endopelvica, …)
Favorece el deslizamiento y reduce la fricción durante el movimiento; (Fascia Viceral Abdominal, Pleura, …)
Tejido conectivo laxo; regular denso Fusocelular; Colágeno tipo III, V, VII;Matriz Extracelular; fibras reticulares y
elásticas; Elastina; Corpúsculos de Pacini y Ruffini.
En su trabajo los autores, van más allá de la básica nomenclatura que asocia la
profundidad ubicación y contactos directos en que se encuentran esos tejidos (ej.: fascia
plantar, fascia crural; fascia superficial, intermedia o profunda), una categorización
según sus funciones, terminología anatómica y características histológicas22.
Por otra parte, Huijing y Lengevin1, sugieren incluir 12 términos específicos para
su uso en la descripción del tejido fascial. En este caso, prefieren eliminar el término
“laxo”, cuando hacen referencia al tejido conectivo no-denso o areolar. Los autores
entienden que la terminología no es la más adecuada para un tejido que cuenta con
características, por veces, bastantes antagónicas al término “laxo”.
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Todo ello nos hace pensar hasta qué punto pudieran interferir esas inserciones
contiguas, fusiones o simples conexiones entre tejidos fasciales, en la transmisión de
fuerzas musculares (ej.: vía epimisio12,13) originaria de una o múltiples contracciones de
las fibras musculares que componen los fascículos musculares (revestidas por endomisio
y perimisio, respectivamente).
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Sin embargo, otros hallazgos nos invitan a ampliar esa visión hasta ahora limitada
a lo descrito anteriormente. La transmisión de fuerzas se puede dar también en
direcciones perpendiculares (músculos peniformes) y laterales (músculos adyacentes).
Bojen-Moller et al.14 y Tian et al.11, han verificado como la actividad muscular (vía
movimientos pasivos o estimulación eléctrica directa) del Gastroccnemio Medial
acarreaba diferencias de longitud en las fibras musculares del Sóleo, confiriendo a la
unidad epimuscular (vía tejido miofascial) la capacidad de transmisión de fuerza
intermuscular entre los referidos músculos.
Aunque sin haber podido profundizar mucho más, en cuanto a las magnitudes de
esas fuerzas, los autores, sí destacan la posible funcionalidad de las fuerzas de soporte
(force-bearing)14 o capacidad de carga (load-bearing)14. Así, la transmisión de fuerzas de
soporte a sus “vecinos” agonistas y antagonistas, originarios de la contracción de las
fibras musculares de los músculos activos, podría restar sobrecargas destinadas única y
exclusivamente al mecanismo de contracción músculo-tendón. La principal ventaja,
pudiera ser en las acciones sinérgicas derivadas de ese supuesto mecanismo a la hora
de contrarrestar las consecuencias del sobreuso de distintos tendones y articulaciones.
* Tejido fascial intramuscular. La unidad muscular como tal, cuenta con distintos
compartimentos que a través del tejido fascial (vainas) recubre cada una de las partes
que lo conforman. Como se ha podido ver en los párrafos anteriores, el tejido fascial tiene
funciones importantes en lo que se refiere a la transmisión de fuerzas generadas por el
músculo, no solo a lo largo y hacia el tendón, como también hacia fuera de la unidad
músculo-tendón. Se ha demostrado25 que entre un 30-40%26-28 de esa fuerza es
transmitida no manera no longitudinal hacia las unidades o estructuras adyacentes al
músculo en contracción.
En ese sentido, observamos cómo además de dar forma a los espacios limítrofes
de las partes internas y externas del músculo, el tejido fascial también puede interferir
en las partes adyacentes (intra e intermuscular) puesto que sus conexiones (figura 2)
son evidentes e inherentes.
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La unidad muscular presenta separaciones que hacen que cada fibra muscular
pueda actuar de manera independiente. Todo ello, en parte, gracias a la presencia del
tejido fascial que separa cada una de las partes del músculo, delimitando las partes
desde la unidad muscular, hasta la acción final del sarcómero, dentro de cada miofibrilla,
que componen las fibras musculares.
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En los músculos fusiformes esa disposición permite al epimisio resistir a las fuerzas
pasivas generadas por la elongación y deformación fisiológica del músculo, contrario al
tendón donde sus fibras de colágeno están dispuestas longitudinalmente al eje del
cuerpo.
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Las terapias manuales engloban un amplio número de técnicas que se usan para
el tratamiento de las disfunciones neuro-músculo-esqueléticas32,33. Los principales
objetivos de esas técnicas son el alivio sintomático del dolor y el incremento de la
movilidad y funcionalidad articular23,24. Además de proporcionar efectos fisiológicos que
ayudan en los procesos de recuperación para el incremento del rendimiento físico33,35,
las terapias manuales por medio de los masajes buscan un estado de elongación óptimo
y permanente de los tejidos fasciales, los cuales pueden verse restringidos por fuerzas
específicas externas.
Llegado a este punto, los terapeutas manuales utilizan técnicas más específicas
para devolver el equilibrio entre las fuerzas de tensión y compresión (principio de la
biotensegridad) del tejido fascial, liberando esa estructura de restricciones indeseadas
con el objetivo, quizás, de proporcionar a ese tejido manipulado un estado de tensión
fisiológica34.
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*Mecanotransducción. Son los mecanismos moleculares por los que las células
perciben fuerzas mecánicas y las convierten en cambios en la bioquímica intracelular y
la expresión génica10,38,39. Es el fenómeno por el que las fuerzas mecánicas aplicadas a
las células mediante la distorsión47 de su membrana celular se transforman en cambios
bioquímicos y genéticos relevantes.
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Es por todo ello, que conocer nuevas formas de interpretar las respuestas
adaptativas de todas las partes del sistema fascio-musculo-esquelético debe formar
parte de los aspectos a tener en cuenta a la hora de solicitar la ejecución de tareas
motoras (intencionadas o no).
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La fuerte tendencia que se observa desde principios de los años 2000, en cuanto
al interés en estudiar el tejido fascial y sus derivados, viene acompañado de 2
acontecimientos de especial destaque que hacen cambiar totalmente la interpretación
del movimiento y su impacto en las partes protagonistas (sistemas muscular y
esquelético).
El primero, es la publicación de una obra que saca a la luz una serie de hechos,
científicos, de cómo considerar el sistema musculo-esquelético más allá del tradicional
enfoque reduccionista basado en origen-inserción. Thomas Myers (2010) en Vías
anatómicas meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento40,
presenta de forma clara y magistral la representación de una seria de “líneas” que
descubren la continuidad del tejido miofascial y su relación con distintos sistemas.
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En las páginas que siguen podrán encontrar una de esas propuestas. Se hubiera
podido elegir cualquier formato ya existente a la hora de seleccionar ejercicios físicos
que de una manera directa/indirecta produzca estímulos en el sistema fascio-musculo-
esquelético, sin embargo, se ha elegido la representación científica de las Cadenas
Miofasciales.
Una propuesta innovadora, pero con una base científica40,49,50 que la ampara y
proporciona recursos de gran valor práctico.
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V1 V2
V1 V2
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LASB LAPB
LPSB LPPB
- Reborde occipital - Apófisis espinosas de las
- Ligamento nucal vértebras cervicales inferiores y
- Apófisis espinosas de las torácicas superiores
vértebras torácicas - Atlas, C1-4
- Espina de la escápula - Borde medial de la escápula
- Acromion - Cabeza del húmero
- Tercio lateral de la clavícula - Olécranon del cúbito
- Tuberosidad deltoidea del - Apófisis estiloides del cúbito
húmero - Piramidal
- Epicóndilo lateral del húmero - Ganchoso
- Superficie dorsal de los dedos - Cara externa del meñique
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Epe.: < 5
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Epe.: < 5
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Epe.: < 5
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B C
106
107
108
109
B C
110
Ser.: 2-3
Tempo: 2:2
Epe.: < 5
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