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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA I Curso 202 /2

INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA

1.- Indica qué tópicos tratan las siguientes composiciones. Señala los versos que los recogen.

A B C

Antes que el cierzo de la edad ligera ¡Cómo de entre mis manos te resbalas! XIV
seque la rosa que en tus labios crece ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
y el blanco de ese rostro, que parece ¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría, Esos reyes poderosos
cándidos grumos de lavada cera pues con callado pie todo lo igualas! que vemos por escrituras
ya pasadas
estima la esmaltada primavera, Feroz, de tierra el débil muro escalas,
Laura gentil, que en su beldad florece,
con casos tristes, llorosos,
en quien lozana juventud se fía;; fueron sus buenas venturas
que con el tiempo se ama y se aborrece,
y huirá de ti quien a tu puerta espera. mas ya mi corazón el postrer día, trastornadas;
atiende el vuelo, sin mirar las alas. así, que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
No te detengas en pensar que vives, ¡Oh mortal condición! ¡Oh dura suerte! e prelados,
oh Laura, que en tocarte y componerte ¡Que no puedo querer vivir mañana así los trata la muerte
se entrará la vejez, sin que la llames. sin la pensión de procurarde si mi muerte! como a los pobres pastores
de ganado.
Cualquier instante de la vida humana
Estima un medio honesto, y no te es un nuevo argumento,con que me
esquives,] advierte]
que no ha de amarte quien viniere a verte,
cuán frágil es, cuán mísera, y cuán vana.
Laura, cuando a ti misma te desames.

Lope deVega Carpio Francisco de Quevedo

F
D E
XIX
Por ti el silencio de la selva umbrosa, Vivir es caminar breve jornada, Las dádivas desmedidas,
por ti la esquividad y apartamiento y muerte viva es, Lico, nuestra vida los edificios reales
del solitario monte me agradaba; ayer al frágil cuerpo amanecida, llenos d’oro,
por ti la verde hierba, el fresco viento, cada instante en el cuerpo sepultada. las vajillas tan fabridas
el blanco lirio y colorada rosa [...] los enriques e reales
y dulce primavera deseaba. del tesoro,
¡Ay, cuánto me engañaba! los jaezes , los caballos
¡Ay, cuán diferente era de sus gentes e atavíos
y cuán de otra manera Ayer se fue; mañana no ha llegado; tan sobrados
lo que en tu falso pecho se escondía! hoy se está yendo sin parar un punto; ¿dónde iremos a
soy un fue,y un será, y un es buscarlos?;
Égloga I, Garcilaso de la Vega cansado.] ¿qué fueron, sino rocíos
En el hoy mañana, y ayer, junto de los prados
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto. Coplas, Jorge Manrique
2.- Localiza el recurso literario que, de forma esencial, aparece en cada uno de los siguientes
mensajes y versos.
a) El rascacielos acariciaba las nubes bajas.
b) La tarde caía como una losa gris. comparacion
c) Las ventanas abrían sus párpados a la aurora.
d) Un relámpago subrayó el ronco rugido de la tormenta.
e) Su partida fue un agradable sufrimiento. oxomoron
f) Te amo más cuanto más me odias.
g) La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad.
h) Parecían los álamos leves aleteos de mil pájaros blancos. hiperbole
i) Las paredes de la casa me gritan tu ausencia. personificacio
j) En bus ves por donde vas. alteracion
k) Roma y rama es casi rima
el casi: ¡agorero sino!;
romería y ramería
casan ya en común destino. paronomasia

l) Se apagaron los faroles


y se encendieron los grillos.

m) La brisa del mar. La roja brisa del mar.

3. a. Mide los versos de estos poemas y señala las licencias métricas


b. Escribe el esquema de rima.
c. Indica si la rima es consonante o asonante.
d. Indica el nombre de los versos y de la estrofa.

La doncella guerrera
Tú le diste esa ardiente simetría
Admirose un portugués Pregonadas son las guerras
de los labios, con brasa de tu hondura,
de ver que en su tierna infancia de Francia con Aragón,
y en dos enormes cauces de negrura,
todos los niños en Francia ¡cómo las haré yo, triste,
supieran hablar francés simas de infinitud, luz de tu día;
viejo y cano, pecador!
¡Arte diabólico es! esos bultos de nieve, que bullía
¡No reventaras, condesa,
dijo torciendo el mostacho al soliviar del lino la tersura
por medio del corazón,
¡Que para hablar el gabacho y, prodigios de exacta arquitectura,
que me diste siete hijas,
un fidalgo en Portugal dos columnas que cantan tu armonía.
y entre ellas ningún varón!
llega a viejo y lo habla mal
¡Ay, tú, Señor, le diste esa ladera
y aquí lo habla un muchacho. Allí habló la más chiquita,
que en un álabe dulce se derrama
en razones la mayor:
miel secreta en el humo entredorado!
N. Fdez. de Moratín —No maldigáis a mi madre,
¿A qué tu poderosa mano espera?
que a la guerra me iré yo;
Mortal belleza eternidad reclama
me daréis las vuestras
armas, ¡Dale la eternidad que le has negado!

vuestro caballo trotón.[...]


Dámaso Alonso

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