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RECETA PARA PREPARAR EL PAN ÁZIMO PARA LA COMUNIÓN

En la actualidad el pan eucarístico – que es el mismo centro de la liturgia: la


Eucaristía- es uno de los signos litúrgicos más débiles porque no aparece como
pan; su olor, su color, su figura no son de pan; ya viene "prepartido".

Al respecto la Instrucción General para el uso del Misal Romano No.321, dice:

La naturaleza del signo pide que la materia de la celebración


eucarística aparezca verdaderamente como alimento.
Conviene, por tanto que el pan eucarístico, aunque sea ácimo y
confeccionado en la forma tradicional, se haga de tal forma que
el sacerdote, en la Misa celebrada con el pueblo, pueda
realmente partirlo en diversas partes y distribuirlas al menos, a
algunos fieles. No obstante, de ningún modo se excluyen las
hostias pequeñas, cuando lo requiere el número de los que van
a recibir la sagrada Comunión y otras razones pastorales. Pero
el gesto de la fracción del pan, que en los tiempos apostólicos
designaba sencillamente la Eucaristía, manifestará con mayor
claridad la fuerza y la importancia del signo de la unidad de
todos en un solo pan, y de la caridad, por el hecho de que un
único pan se distribuye entre hermanos.

La tradición del pan ázimo (algo tardía) en la Iglesia Occidental y las


limitaciones del Derecho Canónico (CIC, canon 924, 2) sobre la materia del pan
eucarístico hacen muy difícil la verdad de este signo.

Pasos para la preparación del pan ázimo

Un consejo: previamente a la cocción, conviene señalar sobre la hogaza las


partes en que luego será dividido el pan para la comunión.

1. Para 70 comulgantes, mezcle 1/3 de taza de harina integral con 2/3 de taza
de harina blanca. La mezcla de harinas debe guardarse en una vasija
hermética (puede ser un recipiente plástico con tapa hermética) en el
congelador y usarse mientras está fría (la harina fría ayuda a prevenir que se
forme luego una costra).

2. Use una taza de la mezcla de harinas para aproximadamente 1/2 taza de


agua mineral. El agua debe estar helada.

3. Rápidamente mezcle la harina y el agua con un tenedor hasta que la harina


se humedezca. Haga que la masa forme una bola suave. Normalmente es
necesario espolvorear con harina la superficie de la masa para evitar la
viscosidad.

4. Suavemente aplane la masa para formar una hogaza (torta) circular delgada,
de 0.5 a 1 cm de grueso. Si es necesario doble hacia dentro las desigualdades.

5. Coloque la hogaza (torta) en una hoja de hornear ligeramente engrasa.


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6. Póngala en el horno, precalentado a 220° C.

7. Después de unos 12-15 minutos, la parte superior debe haber "subido" un


poquito. Píquela con un palillo en varios lugares, dé vuelta a la hogaza y
continúe el horneado unos 5 minutos, esto le dará uniformidad a la parte
superior.

8. Dé vuelta de nuevo a la hogaza y continúe el horneado, hasta que la


superficie se dore muy ligeramente, durante unos 10 o 15 minutos más, para
un total de unos 25 a 30 minutos. El tiempo de horneado cuando se usa más
de una taza y media de harina debe prolongarse.

9. Ponga la hogaza a enfriar en una rejilla. (Yo ordinariamente corto la parte


superior. Esto también permite que fácilmente se retire, antes o durante la
preparación de ofrendas de la Misa, el pan sobrante, cuando ya se puede
hacer un cálculo más exacto del número de comulgantes).

10. Es mejor el pan hecho el mismo día. Sin embargo, después que se enfríe la
hogaza puede ser bien envuelta y congelada para un uso posterior.

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