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LIBROS POÉTICOS

Lección 7
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
Texto: Eclesiastés 12:8
Contenido
I. Introducción al libro de Eclesiastés
II. Contenido del libro de Eclesiastés
III. Teología del libro de Eclesiastés
*****

I. INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ECLESIASTÉS


A. NATURALEZA DEL LIBRO
El libro de Eclesiastés es el vigésimo primer libro del Antiguo Testamento y
el séptimo en el grupo de los Escritos de la Biblia hebrea “Tanak”.
Eclesiastés es un libro que forma parte integral de la literatura sapiencial de
la Biblia, junto con Job y Proverbios.
Este libro relata los sentimientos, las experiencias, las observaciones de un
sabio (Kohelet), y cuyo mensaje se relaciona con la vida terrenal, es decir
todo lo que ocurre “debajo del sol”. Esta expresión se repite veintisiete
veces en el libro.
Los judíos leían el libro de Eclesiastés en las sinagogas y en la fiesta de los
Tabernáculos (sukkot), en el otoño, una vez terminada la cosecha; por ello,
la lectura de Eclesiastés suponía una invitación a gozar con gratitud a Dios
por los bienes obtenidos, sin olvidar que los frutos de la tierra son una
bendición de Dios.
B. TÍTULO DEL LIBRO
El título del libro de Eclesiastés proviene del hebreo kohelet que significa
‘Predicador’ o ‘maestro’, y esta palabra aparece siete veces en libro.
(1:1,2,12; 7:27; 12:8,9,10), la palabra viene de una raíz que significa ‘reunir’.
En la Septuaginta se empleó el término griego Ekklesiastés que significa ‘un
miembro de la ecclesía’ (la asamblea de los ciudadanos griegos) y así entró
en nuestras versiones como el nombre del libro. En los comienzos de la era
cristiana, ecclesia fue el término empleado para la iglesia. (Harper, 2010,
p556)

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Jerónimo en el siglo cuarto y Martín Lutero en el siglo dieciséis simplemente
tradujeron el título del libro como “el Predicador”. (Scott, 2011, p.86)
Así que, Eclesiastés (Kohelet) equivale a un predicador o maestro encargado
de reunir o convocar a la asamblea y de dirigir la palabra con el propósito
de comunicar verdades divinas. (Benware, 1994, p.160)
C. AUTOR Y FECHA
El autor del libro es Salomón, el predicador, hijo de David, descrito en el
libro (1:1,12). Este libro fue escrito durante la última parte de su reinado
cuando el pecado lo había separado de su Hacedor.
Salomón, después de su triste experiencia de pecado, enseñó públicamente
sus experiencias y las lecciones aprendidas de estas. Comprendió la
vaciedad de una vida apartada del Señor, y en esto se desarrolla el libro de
Eclesiastés.
El autor quiere mostrar al hombre que el conocimiento, el placer, las
riquezas, las posesiones materiales e incluso el trabajo duro no pueden dar
un contentamiento permanente (felicidad), que todos es vanidad de
vanidades. (Benware, 1994, p.162)
Para la tradición rabínica, Salomón escribió el Cantar de los Cantares en su
juventud, Proverbios en su mediana edad, y Eclesiastés en su vejez. (Scott,
2011, p.86)
Este libro se escribió en la última parte del reinado de Salomón,
aproximadamente entre el año 931 a.C. (Sangoquiza, 2013, p.263).
D. PROPÓSITO Y TEMA DEL LIBRO
El propósito del libro de Eclesiastés:
 Hablar de la lucha del hombre por encontrar significado y satisfacción
en la vida.
 Resaltar que la vida es vacía y no tiene sentido si no está en una recta
relación con Dios.
 Mostrar que a menos que el hombre llegue a conocer al Creador,
nada de lo que ha sido creado podrá darle paz y satisfacción, todo
será “vanidad” (1:2; 12:8).
El tema del libro de Eclesiastés:
“Vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Ecl. 1:2; 12:8).

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La palabra vanidad se repite treinta y ocho veces en los doce capítulos de
este libro. (Global, 2011, p.123).
E. CARACTERÍSTICAS DEL LIBRO
 Eclesiastés tiene un carácter filosófico, porque trata de presentar
cuestiones profundas acerca del significado y naturaleza de la
existencia humana y pone su empeño en buscar la verdad y en
descifrar los enigmas de la vida.
(Hoff, 1998, p.239)
 La perspectiva del libro de Eclesiastés es natural y terrenal. Esto se ve
reflejado en la frase “debajo del sol”, que habla de los razonamientos
del hombre secular, y de su visión de la vida, en el plano
estrictamente natural y terrenal.
 En el vocabulario del libro de Eclesiastés, se encuentran expresiones
que transmiten alguna carga semántica particular, por ejemplo:
hevel-vanidad; amal-trabajo intenso; yitrón-ventaja, ganancia, o
logro; nyan-ocupación; re 'ut- tormenta, torbellino; shalil y rad, jefes,
príncipes.
 Las formas literarias del libro de Eclesiastés brindan continuidad de
pensamiento, coherencia teológica, singularidad temática, por
ejemplo:
o Los dichos populares (Ecl 4:9,12)
o Proverbios (Ecl 7:1)
o Diversas formas de paralelismos poéticos (Ecl 1:15,18; 7:7;
10:8,9,18; 11:4)
o Comparaciones (Ecl 2:12; 7:6,12)
o Dichos sapienciales (Ecl 7:1-8)
o Relatos educativos (Ecl 4:13-16; 9:13-16)
o Metáforas (7:26).
Además, dentro de las formas literarias del libro existen frases y
expresiones repetitivas como:
“Vanidad de vanidades”, “debajo del sol”, “dije yo en mi corazón”, “aflicción
de espíritu”, entre otras, que ponen de relieve la continuidad literaria y
énfasis pedagógico del libro. (Pagan, 2012, p.528,529)

II. CONTENIDO DEL LIBRO DE ECLESIASTÉS


El libro de Eclesiastés contiene 12 capítulos, 222 versículos y
aproximadamente 5239 palabras. Y tiene 5 divisiones principales:

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 Primera disertación: Todo es vanidad debajo del sol. 1:1–2:26
La vanidad de la sabiduría humana.
 Segunda disertación: Tiempo para todo. 3:1–5:20
Entender y aceptar las leyes que gobiernan la vida.
 Tercera disertación: La vanidad no satisface. 6:1–8:17
No hay satisfacción en los bienes y en los tesoros terrenales.
 Cuarta disertación: El juicio para la vanidad. 9:1–12:8
Dios juzgará las injusticias de esta vida.
 Conclusión: El fin de la vida. 12:9–14
La vida a la luz de la eternidad.
A. Primera Disertación: Todo es vanidad debajo del sol. 1:1–2:26
1. El Prólogo (1:1-11)
El prólogo establece el tono de Eclesiastés, presentando tres principios que
son explorados en el libro:
 En fin, todo en la vida es vanidad y sin propósito.
 Nada es nuevo debajo del sol.
 Nada de lo que hagamos en la tierra perdurará o será recordado.
a. Título y Tema. (1:1,2) “Todo es vanidad”
 El predicador se identifica como el hijo de David rey de Jerusalén.
(1:1)
 El predicador resalta el tema del libro “vanidad de vanidades, todo
es vanidad”. (1:2)
b. El ciclo de la vida del hombre y la naturaleza. (1:3-11)
En estos versículos se relata sobre la transitoriedad de las cosas, y nos
dice que las generaciones pasan, la naturaleza sigue su marcha, y nada
nuevo resulta de todo esto. (1:4)
Además, se utilizan el ciclo del sol, el viento, los ríos, para señalar el
determinismo de la naturaleza, que cuyos movimientos son monótonos.
(1:5-8)

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Con referencia al ciclo humano, El ir y venir de las generaciones, la
búsqueda incesante de satisfacción, el rehacer de lo hecho y el olvido de lo
pasado, indicarían que todo es sin sentido y fatigoso. (1:4,9-11)
2. La experiencia del predicador. (1:12-2:26)
a. La Investigación del predicador. (1:12-15)
El predicador como rey sabio y rico decide investigar por sí mismo, si la vida
era realmente tan carente de sentido como lo sugería su experiencia. (1:3)
Al investigar, el predicador llega a la conclusión que todo es vanidad y
aflicción de espíritu, y que el hombre es poco lo que puede hacer contra lo
malo en la vida. El hombre analiza, pero no altera las cosas. (v.14,15)
b. La vanidad de la ciencia. (1:16-18)
El predicador habla consigo mismo, y entiende que todo conocimiento que
había adquirido no había dado satisfacción a su vida, sino solo aflicción,
molestia y dolor. (1:18)
c. La vanidad de los placeres. La filosofía hedonista (2:1-3)
El predicador había buscado satisfacción en la vida a través del placer, pero
llegó a la conclusión de que esta búsqueda no valía la pena. El placer nunca
satisface la necesidad de paz y de propósito de las personas.
d. La vanidad de los bienes materiales, y el trabajo. (2:4-11)
Después de haber construido, plantado, comprado, y haber trabajado duro
para amontonar riquezas, el predicador concluye que todo es vanidad y
aflicción de espíritu (2:10,11).
e. La vanidad de la sabiduría humana. “el sabio y el necio” (2:12-17)
El predicador contrasta la sabiduría y la necedad, al sabio y necio, y
concluye que tanto el sabio como el necio morirán igualmente y serán
olvidados (v.15,16).
f. La vanidad del trabajo. (2:18-23)
El predicador observa que el trabajo de uno es en vano, pues la persona, al
morir, tiene que dejar sus bienes a otro, que puede ser sabio o necio, que
puede malgastar o destruir la labor y los diversos proyectos (v.18-23).
Recomienda que no nos afanemos en el trabajo, sino que disfrutemos de
él (v.24-26).
B. Segunda Disertación. Tiempo para todo. 3:1–5:20

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1. Todo tiene su tiempo. (3:1-8)
El predicador da una lista de unos 28 “tiempos” en el calendario de la
humanidad. Con la excepción de los dos primeros, el tiempo de su
nacimiento y el tiempo de su muerte, en su mayor parte las personas
controlan el tiempo de esos acontecimientos.
La expresión “todo tiene su tiempo” indica que hay una temporada para
todo y un tiempo para cada actividad bajo el cielo.
2. La soberanía de Dios. (3:9-15)
El predicador enseña el control directo de Dios en todas las cosas, y que ha
dado a los seres humanos algún concepto de eternidad, pero ellos no lo
entienden por lo limitado de su vida. Así que el predicador concluye que el
hombre debe disfrutar la vida hoy, tal como Dios la da.
3. Las injusticias de la vida. (3:16-4:1-6)
a. Las injusticias en los tribunales humanos. El predicador observa el mal
y la injusticia en el mundo y expresa su confianza en que Dios, a su
tiempo, juzgará todas las cosas (3:16,17).
b. El hombre y los animales. El predicador ve que los humanos parecen no
mejores que los animales, unos y otros respirando el mismo aire,
comiendo el mismo alimento y experimentando el mismo final, la
muerte (3:18-22).
c. La maldad de la opresión. El predicador ve el poder de la opresión, y que
sus víctimas no tienen consuelo. Alaba entonces a los muertos y a los
que están por nacer. (4:1-3)
d. El éxito y la envidia. El predicador observa que el éxito produce envidia
y que este éxito también es vanidad y aflicción de espíritu. (4:4-6)
4. El mal de la soledad. (4:7-12)
El predicador ve que los grandes problemas de la vida ocurren cuando el
hombre está solo. Entonces le señala las ventajas del compañerismo que
son: apoyo mutuo, calor, protección y fuerza.
La expresión “cordón de tres dobleces no se rompe pronto” es un
proverbio que sugiere que, si dos son mejor que uno, tres es mejor aún
(v.12).
5. La sabiduría no está en la edad. (4:13-16)

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En esta antítesis entre el rey viejo y necio, y el joven pobre y sabio, el
predicador quiere resaltar la importancia de la humildad para aprender y
la brevedad de la fama, bajo el poder político. Ejemplo: José en Egipto.
Llegó a hacer segundo de Faraón, pero después de su muerte, el Faraón
que vino no lo reconoció.
6. El sacrificio de los necios. (5:1-7)
El predicador enfatiza la reverencia en la casa de Dios, y nos enseña a no
hacer votos o promesas ligeras a Dios. Porque a Él no le agradan los necios.
La frase “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”
resalta el carácter insensato de aquellos que se acercan a Dios pero nunca
reciben nada.
7. La vanidad de las riquezas. (5:8-20)
a. Las riquezas producto de la corrupción. (5:8-12)
El predicador observa la opresión de los pobres, y la privación del derecho.
Todo producido por el amor al dinero, que trae consigo el soborno y la
corrupción, que se inicia en las altas esferas del gobierno.
b. La riqueza a menudo se pierde. (5:13-17)
El predicador observa que las riquezas se pueden perder muy fácilmente,
a través de una mala inversión, un mal negocio, una mala administración;
y si no se pierde, el hombre sabe que de todas maneras no podrá llevarse
nada cuando muera.
c. No aferrarse a la riqueza sino disfrutarla. (5:18-20)
El predicador resalta la actitud correcta acerca de las riquezas, que es
disfrutarla mientras uno esté vivo y no que se irrite y preocupe por ellos.
d. Las riquezas sin salud. (6:1-8)
Las desafortunadas ironías de la vida es que las personas a menudo se
enriquecen solo cuando ya no tienen la capacidad física de gozar de sus
riquezas.
El hombre puede tener riquezas, bienes, honra, hijos, larga vida, pero si no
disfruta de ello, pero le hubiera no haber nacido, “un abortivo es mejor que
él” (6:4).
C. Tercera Disertación: La vanidad no satisface. (6:7–8:17)
1. La insatisfacción de los deseos. (6:7-9)

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Los humanos trabajan para dar satisfacción a sus deseos, pero esos deseos
nunca quedan satisfechos (6:7). Los más felices son los que se contentan
con lo que tienen (6:9). (Wilmington, 2001, p.382)
2. El destino es determinado. (6:10-12)
El hombre debe aceptar las cosas y situaciones tal como son. Es inútil
procurar cambiarlas y desear más de lo que uno tiene. Le conviene
someterse al orden determinado, pues éste es de Dios. (Hoff, 1998, p.254)
3. Sabiduría para la vida. (7:1-8:9)
a. Lo que es mejor (7:1-14)
El predicador presenta una serie de proverbios a modo de refranes, que
consisten en sentencias comparativas, introducidas por la frase “mejor es”,
y están distribuidos sin orden lógico.
 La buena fama es mejor que el lujo. (7:1)
 La sobriedad es mejor que la frivolidad. (7:2-7)
 Ser cauto es mejor que ser apresurado. (7:8-10)
 La sabiduría con riqueza es mejor que la sabiduría sola. (7:11,12)
 La resignación es mejor que la indignación. (7:13)
 Mejor es disfrutar de la prosperidad mientras pueda. (7:14)
b. La importancia de la moderación. (7:15-22)
El predicador observa el valor de la moderación en la vida humana, que
evita actitudes extremas en justicia, sabiduría, maldad, y palabras.
Las expresiones “no seas demasiado justo y sabio” (7:16), “no hagas mucho
mal” (7:17), no hagas caso a todo lo que se habla (7:21,22), resaltan la
importancia de la moderación en la vida.
Los estoicos, filósofos griegos, reconocían la moderación como una gran
virtud para la felicidad del hombre, ellos decían: “Búscate un término
medio que te haga feliz”.
c. La búsqueda de sabiduría. (7:23-8:1)
El predicador reconoce que la sabiduría es profunda, mientras más busca
más se aleja de él. Pero sigue el modelo de los sabios, que lo ayuda a evitar
la inmoralidad sexual.

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Después de analizar e investigar la vida humana debajo del sol concluye
que Dios hizo recto al hombre, pero ellos han buscado demasiados
problemas. (7:29)
4. La sabiduría en la corte del rey. (8:2-8)
En el servicio de un rey que es arbitrario (hace “todo lo que quiere”), no
conviene dejarle (abandonar su responsabilidad) ni desobedecer. (8:2-5)
El hombre sabio se someterá a la autoridad civil y evitará conspiraciones
porque sabe cómo y cuándo hacer las cosas (8:6). Esta sumisión tiene
sentido a la luz de nuestra incapacidad para prever el futuro. (8:7,8)
5. Las injusticias de la vida. (8:9-17)
El predicador observa la injusticia humana, que los impíos gozan de honra
y bendiciones, mientras que los justos sufren el castigo de los malos (8:14).
Por eso invita a los hombres a gozar de la vida y confiar en la providencia
de Dios.
D. Cuarta Disertación: El juicio para la vanidad. 9:1–12:8
“Dios juzgará las injusticias de esta vida”
1. La muerte nos llega a todos. (9:1-6)
Sin una revelación especial de Dios, el predicador muestra que la muerte es
el destino final de todos los hombres, sean justos e injustos, buenos o
malos, y que todo está bajo su arbitrario poder (9:3).
El predicador señala, además, que mientras hay vida, hay esperanza (9:4),
y compara a través de un proverbio que la vida es mejor que la muerte.
“Mejor es perro vivo que león muerto” (9:4)
2. El goce de la vida frente a la muerte. (9:7-12)
El predicador, al entender que la vida es incierta y aleatoria, y que en
cualquier momento puede llegar la muerte (9:11,12), manda a todos los
hombres a disfrutar de la vida plenamente mientras estén vivos (9:7-10).
3. La sabiduría es mejor que la fuerza. (9:13-10:1-4)
El predicador observa que la sabiduría es mejor que el poder militar (9:16-
18), pero que a menudo es a veces olvidada, y lo manifiesta por medio del
ejemplo de un hombre pobre y sabio que salvó a su ciudad y que fue luego
olvidado (9:14,15).

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Luego el predicador resalta cosas importantes de la vida sabia por medio de
algunos proverbios:
 Un solo error (hebreo “pecador”), una pequeña locura, puede echar
a perder el testimonio limpio de una vida sabia. (9:18-10:1)
 El corazón del sabio se inclina a la derecha (lo bueno y justo),
mientras que el necio a la izquierda (lo malo, pecaminoso y siniestro).
(10:2)
 No importa lo que el necio haga siempre se manifestara lo que es.
(10:3)
 La mansedumbre apacigua grandes ofensas. (10:4)
4. La sabiduría y la necedad en lugares altos. (10:5-20)
El predicador mira el gran error de los reyes y gobernantes, al designar en
lugares de poder a necios, que carecen de cordura y capacidad, a
diferencias de sabios y competentes, sentados en el suelo con la clase baja
del pueblo (10:5-7).
Por medio de cuatro actividades de la vida (10:8,9), el predicador exhorta
a los gobernantes a actuar con cautela y diligencia en el nombramiento de
un cargo importante, y así evitar muchos problemas (10:10,11).
El predicar luego muestra el peligro del gobierno de un necio “ay de ti,
tierra, cuando tu rey es muchacho” (falto de sabiduría), a diferencia del
gobierno de “los hijos de noble” (sabios), que traerán bendición (10:12-19);
luego exhorta a respetar siempre al rey (10:20).
5. Como invertir mejor la vida. (11:1-6)
a. La generosidad. (11:1-3)
El predicador hace un llamado a compartir con todos los necesitados que a
la larga traerá su recompensa. La expresión “reparte a siete y aun a ocho”
(11:2) nos muestra la importancia de la generosidad. (Pr 19:17)
b. Ser habilidoso. Un llamado a la acción (11:4-6)
El predicador exhorta a sus lectores a ser atrevidos, a tomar acción. La vida
es un mundo incierto, que implica asumir riesgos, como en el juego de azar,
en el que hay que arriesgarse.
La expresión “El que al viento observa, no sembrará” (11:4) es un llamado
a aventurarse en la vida, pero confiando en Dios. Es como el refrán
castellano: “A Dios orando y con el mazo dando”. Así que el que trabaja
duro recibirá una gran recompensa. (Carro, 1993, p.323)
Pág. 10
6. Consejos para ancianos y jóvenes. (11:7-12:8)
En esta sección el predicador considera la juventud con sus ventajas y
goces, y la vejez con sus dificultades y desventajas. La frase “agradable a
los ojos ver el sol” (11:7) se refiere no solo a vivir, sino a hacerlo
alegremente. Puesto que la vida dura poco tiempo ha de disfrutarse
plenamente.
El predicador exhorta a los jóvenes a disfrutar esta etapa hermosa de la
vida, en el temor de Dios, y apartar de su corazón el enojo y la maldad,
porque cada cosa que hagan los juzgará Dios. (11:9,10)
La expresión “acuérdate de tu creador en los días de tu juventud” es un
llamado a los jóvenes para que practiquen desde temprana edad la
verdadera religión, sin dejar los ejercicios de la piedad para la vejez, cuando
todos son molestias y dificultades. (12:1-7)
Todos los males y molestias de la vejez son manifestados a través de figuras
y frases literarias:
 “El oscurecimiento del sol, la luna y las estrellas”. El problema de los
ojos. (11:2)
 “cuando temblarán los guardas de la casa”. Problema de huesos.
(11:3)
 “se encorvan los hombres fuertes”. Señal de debilidad. (11:3)
 “Las puertas de afuera se cerrarán”. Problema de los oídos. (11:4)
 “El bajo ruido de la muela”. dentadura gastada. (11:4)
 “temerán lo que es alto”. Problema de estabilidad. (11:5)
 “florecerá el almendro”. El pelo blanco. (11:5)
 “la langosta será una carga”. El problema del agotamiento. (11:5)
 “la cadena de plata y el cántaro quebrado, junto al cuenco de oro y
la rueda rota” son expresiones que significa el final de la vida
humana, la muerte. (11:6)
El predicador hace al final un análisis sobre la vida del hombre bajo el sol,
y lo sintetiza en la siguiente expresión “vanidad de vanidades todo es
vanidad” (12:8).
E. Conclusión: El fin de la vida (12:9-14)
1. El propósito del Autor. (12:9-12)
Según el predicador, la finalidad de la sabiduría es comunicar a otros. Él ha
intentado hacerlo abierta y eficazmente. Para hacerla interesante buscó
“palabras agradables” pero no sacrificó la franqueza y la verdad. (12:9)
Pág. 11
2. El deber supremo del Hombre. (12:13,14)
El predicador, después de recapitular todo lo que había aprendido sobre la
búsqueda del significado de la vida, concluye que el deber del hombre para
encontrar el sentido de la vida debajo del sol es:
“Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del
hombre”.

III. TEOLOGÍA DEL LIBRO DE ECLESIASTÉS


A. EL PREDICADOR O KOHELET
El Predicador o Kohelet es un sabio explorador que busca el significado y
sentido de la vida humana, desde una perspectiva terrenal. La expresión
“debajo del sol” se repite veintisiete veces en el libro, resaltando así que
todos los eventos que se narran suceden en la tierra.
Después de haber analizado sobre la vida del hombre en la tierra, el
predicador concluye que “todo es vanidad” (sin sentido), que es tema del
libro, y esto se da basándose en algunos puntos importantes:
1. El paso del tiempo.
El predicador examina que la vida del hombre es transitoria en la tierra
(1:4), un día nace y luego se muere (3:1-8), después de esto nadie lo
recordará (2:16); es decir, que toda la existencia humana es como un
pestañazo en el tiempo, un día estás y al otro no (9:2,3).
2. Todos vamos a morir.
El predicador entendió que hay un solo evento que ocurre a todos los seres
vivos, la muerte (3:19,20), que es el destino final de todos los hombres: sean
buenos o malos, justos e injustos, sabios o necios, ricos o pobres, todos un
día morirán. (9:1-6)
3. La naturaleza aleatoria de la vida.
El predicador en su experiencia de vida comprendió el carácter aleatorio de
la vida (9:11), que es incierta, impredecible e imprevista, y que no siempre
sigue un patrón u orden y que a veces también depende de la suerte, de
estar en el lugar correcto en el momento oportuno.
B. LA VANIDAD DE LA VIDA. “HEVEL”
El predicador señala que todo en la vida del hombre es vanidad. La palabra
vanidad proviene del hebreo hevel que significa ‘vacío, inútil, humo, vapor,
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sin sentido’, y aparece en el libro de Eclesiastés 38 veces, y 35 veces en el
resto del Antiguo Testamento.
En las versiones modernas de las Biblia en castellano, hevel se ha traducido
como vanidad, es decir ‘sin sentido’. Pero en el sentido hebreo, hevel
significa que el sentido de la vida no es claro sino aleatorio e incierto, como
el humo la vida es confusa es desorientadora e incontrolable.
Hevel nos muestra, además, que la vida es temporal y pasajera como un
soplo de humo, y que la vida es un enigma y paradoja como el humo parece
sólido, pero cuando intentas aferrarte a ella no hay nada ahí.
En otras palabras, hevel nos enseña que la vida es impredecible e inestable,
y tratar de controlarla es algo imposible para el hombre.
Por tanto, la expresión “vanidad de vanidades” indica que lo más carente
de sentido y la cosa más vacía es vivir sin Dios. El predicador o maestro había
aprendido que la vida sin Dios era vacía, inútil y sin sentido. (Global, 2011,
p.137)
C. EL PROBLEMA DE LA MUERTE
En el Antiguo Testamento, la muerte era considerada un lugar de olvido, no
de castigo ni de recompensa. La creencia era que cuando una persona moría
descendía al Seol, una tumba o sepulcro. En el Seol no había memoria, ni
alabanza, ni comunión con Dios.
Esta revelación limitada de la muerte era la que percibió el predicador de
Eclesiastés (9:5). Para él la muerte limitaba todo logro y satisfacción
humana (3:19,20). Y ponía fin a cualquier oportunidad de reparar los
errores cometidos y hacer justicia.
D. EL FRACASO DE LA SABIDURÍA HUMANA
La palabra hebrea para sabiduría, hokma, aparece en Eclesiastés cincuenta
y dos veces.
Para el predicador, la sabiduría es una carga pesada que Dios ha asignado
pero que él no puede llevar (1:13), aunque se vale de los métodos sabios de
su época, su búsqueda de la sabiduría fracasa y esto debido a tres razones:
1. Su problema con la muerte. Todos van a un mismo lugar. (3:20)
2. Su frustración porque no puede entender la obra que Dios ha hecho
desde el principio hasta el fin. (3:11)

Pág. 13
3. Su perspectiva de que, a pesar de que Dios es generoso, la distribución
de sus dones a las personas no parece tener una razón guía, sino que
es al azar. (9:11)
Al final de todo, la sabiduría no parece cumplir con su objetivo (7:15–17;
8:14; 9:2–4). Tampoco puede asegurar la vida ni la felicidad. (Stott, 2011,
p,96)
E. EL FIN DEL DISCURSO
El predicador después de haber analizado la vida, él llega a una conclusión:
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Eclesiastés 12:13
Esta gran afirmación teológica es la que impide entender al Kohelet como
un escéptico materialista o un fatalista deprimido, sino como alguien que
dedicó su vida al análisis, la observación, el estudio y la evaluación de las
complejidades de la vida, y que concluye con el reconocimiento público de
que Dios está en control de la vida y la historia, y que sin Dios en la vida
todo es vanidad. (Pagan, 2012, p.531).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Benware, P.N. (1994). Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids,
Michigan, USA. Editorial Portavoz
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