“Teman al Señor, ustedes Sus santos, pues nada les falta a aquéllos
que Le temen. Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, pero
los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno” (Sal. 34:9).
Para aquellas que están casadas, las decisiones que tomen nuestros
esposos, sean correctas o no, siempre afectarán a la familia
completa. Es por esto que una de las oraciones diarias que debemos
hacer por nuestros esposos es para que el Señor les dé sabiduría en
la toma de decisiones, y que puedan responder en obediencia.
Al entrar Noemí con Rut a Belén de Judá, las personas decían: ¿No
es esta Noemí? (Rut 1:19).
19
Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y
aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se
conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
Llegó sin esposo y sin hijos, por lo tanto Noemí pide que le llamen
Mara (amargura) (Rut 1:20-21).
20
Y ella les respondía: No me llaméis Noemí,[a] sino llamadme
Mara;[b] porque en grande amargura me ha puesto el
Todopoderoso.
21
Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos
vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado
testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
CONCLUSION
La vida de Noemí nos enseña cómo los planes de Dios van más
allá de nosotras mismas, y cómo a pesar de las circunstancias
difíciles a nuestro alrededor, todavía podemos seguir viendo su
fidelidad y cuidado en medio nuestro.