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TEMA MITICO DE DOÑA BARBARA

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ISFD r-.J'' í-t2 Profesorado en Lengua y Literatura


Tcft;.!f afü.:i Historia Social y Cultural de la Literatura DI
Prof. María Inés Lcnnard

Liscano, Juan. Tema míüco de Doña Bárbara, en Gallegos, Rómulo. Doña Bárbara.
Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1977. Prólogo, pp. IX a XXIX.

\ SARMIENTO, desde el fondo de su argentinidad contradictoria y apasionada


declaró en el segundo capítulo de Facundo: "Si un destello de literatura
nacional puede brillar momentáneamente en las nuevas sociedades americanas,
es el que resultará de la descripción de las grandiosas escenas naturales y,
sobre todo, de la lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena,
entre la inteligencia y la materia ... ". Mediante esta antinomia bastante
falsa creó, sin embargo, uno de--fos motivos fundamentales de la narra-
tiva latinoamericana. Doña Bárb.ara responde casi a la perfección a esta pro­
puesta. Su argumento descansa sobre la gran vivencia del paisaje del Llano,- 1•
en medio del cual se oponen I de manera irreconciliable la tenebrosa doña .....) )(
J?árbara y el civilizapor Santos Luzardo.
El tema de los "�scenarios naturales" y de la lucha del hombre en o contra -"; ,
la naturaleza indómita, fauna, flora y bárbaro's, alimentó el arranque de la -�
literatura latinoamericana fy aún, con modificaciones más bien formales,
impera sobre una buena parte de nuestras letras. He aquí, pues, uno de los
rasgos más tradicionales del ciclo novelesco de aventura del cual procede la
narrativa contemporánea, aunque suela disimular ese origen.
El héroe de ese ciclo novelesco latinoamericano está emparentado con el "
]
héroe clásico, pues obedece a un impulso de bien, de aventura o de destino X
con pocas fluctuaciones y mucha afirmación exterior. Las aventuras de esos
héroes implican desplazamientos espaciales más que interiores, enfrentamientos
con pruebas violentas y hazañas espectaculares en los grandes "escenarios
naturales": pampas y llanos, selvas, ríos caudalosos. La diferencia con los
héroes clásicos de los poemas griegos, las sagas de la antigüedad y las canciones
© de esta edición de gesta, estriba en que sus sentimientos no variaban con las pruebas, eran

-
superhombres siempre iguales a sí mismos, inclusive cuando los amenazaba o
SONIA GALLEGOS DE PALOMINO Diseño / Juan Fresán
Y BIBLIOTECA AYACUCHO Impreso en Venezuela
Derechos reservados
conforme a la ley Printed in Venezuela IX
..
l•

quebraba la derrota, mientras que los protagonistas de las novelas latino­


americanas del ciclo de aventura tienen amagos de vi9a psicológica, sufren
, t"Esraba yo escribiendo una novela cuyo protagonis:a debía pasarse unos-: '
d1:1s en un hato llanero_ Y, para recoger las impresiones :le paisaje y ambiente,
fui yo quien tuve que rr a los llanos de Apure, por primera vez, en el dicho
l
.............Úe��¿: ·;d�� irr. ��i��s· .y..ai. �ia�d:���- -e�;�b� ·j��-t� · ���
alteraciones, se contradicen a veces-;¡ están sometidos a tensiones emocionale..$ abril de 1927.
que tienden a ahondarlos y a transformarlos. Sin duda se está aún lejos
def-re1áto introspectivo, dé- los 1:iuceos eñ e mundo oscuro del inconsciente,
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de San Fernand?, Gente c?rdial, entre epa, ,un señor Rodríguez;J de blanco
-1��
de la navegación interior u onírica, pero despunta en ellos un estado existencial pulcramente vestido, de quien no me olvidare nunca, ¡::or lo que ya se verá
del que adolecen los héroes monolíticos de la antigüedad. que le debo.
El an<;:ho río, el cálido ambiente llanero, de aire y ce cordialidad humana.
La novela del ciclo geográfico y épico latinoamericano se aproxima y se Alguna ce¡a de palmar allá en el horizonte tal vez u11 relincho de caballo
separa at_mismo tiempo de aquellas creaciones clásicas o primitivas. El s�lvaje a lo lejos, respondiéndole quizás a u� bramido Je toro más o menos
cimarrón y, por qué no también, cerca de nosotros, un melancólico canto de
llamado \.��lismo mágico cultivado con tanto éxito por autores como Miguel soisola. El llano es todo: in:nensidad, bravttra y melancclía.
Angel Asturias, · Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez, nace de la Se ponía el sol, suntuosamente, sobre el ancho rÍJ inútil -porque no
cercanía al trasfondo mítico 110 moderno donde la realidad exterior se mezcla regaba tierra sembradiza, ni . un bongo siquiera navegaba por él-, y sobre
la sabana inmensa, campo desierto, al11nentador de la arrogancia del hombre ya
con la realidad mágica, en sincronía la historíi;'7a:-aescripción geográfica, recogida en !a copla llanera:
la siiua-ción social, las reacciones emocionales y la revelación sobrenatural. Los Sobre la tierra la palma,
héroes de las novelas fundadoras y también de producciones más recientes sobre la palma los cielos;
sobre mi caballo yo
se ajustan a esquemas de conducta y a pruebas vitales que estudia el método y sobre yo mi sombrero.
crítico llamado "mítico", fundamentado en los conceptos de unidad de mitos Pero el espectáculo no era para reflexiones pesimütas, y mi venezolano
(mitemas) y unidad de mitología (mitologema), próxima esta última a la deseo de que todo lo que sea tierra de mi patria alguna vez ostente pros­
noción junguiaha de arquetipo. peridad y garantice felicidad tomó forma literaria en esta frase:
. . . / , ,. -Tierra ancha y tendida, toda horizontes como la esperanza, toda caminos
Canaima es una novela que constituye materia ideal para el metodo m1t1co como la voluntad.
de crítica estructural. Domingo Miliani lo demostró en un trabajo reciente Estoy seguro de que la formulé mentalmente y no tenía, ni aún tengo
en 9ué fundarme para creer que el señor Rodríguez pos:yese virtud de penc­
sobre dicha obra, analizada a la luz del llamado esquema de Campbell. En tra�1ón de pensam1entos; pero lo cierto es que lo vi sonreir "como de cosn
cambio, Doña Bárbara, con ofrecer ejemplos característicos de mitemas y sab1da", cual s_r me hubiera descub�rto que /ya tenía }O Ps.!E_!laje ··principal - u,·-,
mitologemas, no puede descomponerse en las sucesivas etapas de separación :
de novela destrnnda a Quena suerte. :J !.;
Y en· efecr_o, ya )o l_enía:�_aAs�1�__llafl�IQ, la__naturaleza bravfa, forjadora
o partida, pruebas y victorias de la iniciación, regreso y reintegración que .-9..e _hgfl'lb.res_re��qs. ¿No sl:>n cnaturas suyas todos los de c01sistencia humana que
propone Joseph Campbell en su importante libro El héroe de las mil caras. en este I16ro figuran? • ·,
Y el señor Rodríguez comenzó a presentármelos, inte:rogativamente:
No obstante, la segunda etapa contentiva de las diversas pruebas y el encuentro -¿Ha oído usted hablar de ... ?
de la mujer como tentación tiene en la novela considerada como máxima de Y n�mbró_ � un pe_rson�je de la vida real, a quien no menciono aunque
,-·- Gallegos, la más definida c�mprobación{]i bien -�apt9s L���-ª�do. es una figu: ahora este escnb1endo h1stot1a.
1ªfión mecánica_ sin __vida propia;Jun h_é,roe___inalter�ble ..ª. la manerª' _ de los
superhombres de la antigüedad, ante quien se quebrantan las artes mágicas de "". ·xoctor-����¡����¡6�- 'á ú����. ��ú�;� . ��· · . ;i -��fi��. -R�dr·í��-;z· i� . ���-t6. -d�. �-�
a e
.

en leyes que se internó en un hato de su propiedad y administrándolo


tan precie­
[doña Bárbara';)_�sta última@capa de esa condición tan elemental, ? r
� '), •· 1
- terminada, para ofrecer en sus mudanzas una realidad psicológica rica"Jsobre b17� ll �gó a conve�tirlo en uno de los más ricos de la región", hasta que se
y psiquiatras.f.La_J_!J._,!l��qna en quien afrc1ono a la bebida y se entregó a ella de tal modo "que ya no hubo
�a que se han volcado ,críticos, cineastas allr, homb �e que para algo sirviese". Así nació el pers:maje de, L� 1in:ZO
Y., \..Gallegos se propuso , e nc_ a !_n__ª-.-t: . la b arbarieJ'
__ alcanza valor 4�_...!!_!_quetip_E., _ se . ar ue ?,i mforma Gallegos y luego relata el encuentto con la figuració�"mayor
inscribe en la gran unidad mitológica del Eterno Femenino. !3 9 :
de su novela, doña Bárbara:
"Pero ya, el señor Rodríguez estaba haciéndome otra present?.ción:
LA INEVITABLE ANECDOTA --:-;-¿Ha 01do hablar de la Doña...? Una mujer que era todo un hombre 1>. ·,
para ¡m�tear caballos y enlazar c1marrones. Cod1c10sa, supersticiosa, sin grimas · ··
para quitarse de por delante a quien le estorbase y _ _ . ; .'
¿Cómo soslayar la anécdota referida tantas veces por el propio Gallegos,: -¿ Y devoradora de hombres, no es cierto?, -preg.mté con la emoción
del encuentro con su personaje? ¿Cómo eludir las referencias a la realidad de un �allazgo, pues habiendo mujer simbolizadora de aque!Ja naturaleza bravía
ya habia novela ...".1
en el caso de doña Bárbara?
1Róm_ulo Gallegos: A manera de pr6logo. Edición conmemora,iva de los 25 años
Dejaré la palabra a Rómulo Gallegos: de publ1cac16n
. de Doña Bárbai·a, México, Fondo de Cultura Económi <a , 1954.

X XI
Durante l os cortos días pasados en u n hat? del llano, G allegos co�oció-: aJos
peon es que luego se llamará n en su libro /Antonio Sandoval Y- .Mªua.-���s. ya quería salirse del marco urbano y situar l os conflictos sociales que le \ ,/<
Otros relatos de matanzas e ntre dos famillas de terratenientes, lo s Iylanuit Y lo s preocupaban, en l os grandes "escenarios naturales" que había dicho Sarmiento. - t,
Belisarío 2 completarán el argumento de l a obra a la que t itulará· inicialm: nte : :i
� la Semana Sa nta de 19?,?, logJ�,-�\!...EQ.122sit2.9:�.. :YI�fo.uüJ.lano.. Entre X
La Coronela. De modo que Doña Bárbara t iene firme apoyo en la realidad, tanto había publicado La Trepadora ( 1925). También había abocetado una
pero el proceso creador obedeció a mecan ismos más sutiles _ y cori;plejos qu� n ovel a que más tarde, reescrita y cambiada, se titularía El Forastero.
" los sugeridos p or él. En efecto, la D oña se llamaba Franc1�ca V azquez Y si El enc uentro con el llano le sacudió profundamente y, a su regreso a '···
1 (,
se debe creer a Andrés Eloy Blanco quien la conoció cuando eJercía de abogado Caracas, renunció al proyecto de La Casa de los Cedeño para escribir e n 22 · )
en el llan o ésta ni era tan pe rversa ni tan seductora como la pintó Gallegos.
1 días de apasionada e ininterrumpida creació n La Coronela. .J
Más bien mujer rústica obligada por la vida de estanciera , ta� áspera en A princ1p10 s del año de 1928 La Coronela entra en pren sa . En febrer o
aquellos tiempos y lugares, a bregar sola, a ama ncebars� . segun su bu� n estallan mani festaciones estudi antiles contra la dictadura del Ge neral Juan
querer com o corresponde a quien tiene la entera res� onsab1hdad de su exis­ Vicente Gómez, instalado en el Poder desde 1908. E ntre los estudiantes
_
tencia, -lo s prejuicios sexuales son propi os ?e socieda�es Y personas que que protestaron y fueron a las cárceles se contaban di scípul os de Gallegos.
. . . nte
transfieren a l as n ormas establecidas el c umplimiento existencial-, valie En la Venezuela hipnotizada por el General dictador, personalidad recia de
pero también ingenua, robad a a veces por ;� cinos , más a�tut_os Y leguley� s, caudillo rural y gobernante implacable traí da hasta el s olio presidencial por
metida en proceso s que solía perder y en lo hsico, feucha, ai�diada Y pequena . nuestras guerras civiles y nuestra anarquía, aquella reacción juvenil parecía
Cuando An drés Eloy Blanco la trató, vivía con un descend1ente del General imposible y al cumplirse sacudió hond amente algunas concie ncias adormecida s.
, _
José Antonio Páez, u n llanero de garrací y blusa, catire como el ilustre ancestro Gallegos n o simpatizaba con la dictadura pero tampoco con ocía lo que hubiera
a quien se parecí a mucho. . _ , podido ser un régimen de libertades . Se i nclinaba por naturalez a de pedagogo
�L'.
t - ·1magina r, como lo hace Gallegos mucho s anos despues en el �xto, trans- ante el predominío de las leyes y de las instituciones sobre las apetencias
j crito, que bastaron l os dichos del señor R o dríguez par a cre ar a don a Barbara,
de los caudillos. En sus ensayos juveniles había defen dido esos principios
: resulta demasiad o simple. Porque la n o vel � :� brepasa 1
, �o erame i:te do��­ hasta que el dictador apretó l a garra y cesó la relativa libertad de prensa
.J1 mental y regional en referencia con ella, convirtiendola mas alla de la 11:tenc1on
_ , _ concedida a raíz de su arribo al P oder. La sema na del estudia nte y la repr e­
� reformista y con de12-�dora de la barbar!e , en un s1�1bolo de la feminidad en sión con siguiente le turbó. Sin tió la llamada con dolor de patria. El y sus
�- su a specto maléfico.;el cual cape relac10nar con mztolo�emas profu ndam�nte contados amigos soñaban con u
enraizados en el subconscien te colectivo . El,..QrQces.Q..med.iante.el cual Fr�cisca
r país diferente en que la i ndustria y l a
agricult ura floreciera n en un clima de libertad. Ahora jóvenes tocaban a la
Vázquez se transfigura en d?�ª ]3-árb;u� forma parte_ de ese poder meta fonzante puerta del p orvenir. Nada puede describir mejor el ánimo de Gallegos en
-lleva (fero) más allá (meta)- propio _de la ma, gia del art� .º del_ tran_s�orte esos días, com o el gesto que tuvo en clase cuando llegó la notici a de qu e los
religioso. Francisca Vázquez fue llevada, más alla �e su realidad _idenufic�da estudian tes, p or solidaridad con los compañeros detenid os en l as manifesta­
con la vida del llano, mientras los ciernas persona¡ es del ?rama per��necian ciones, s e entregaban presos para compartir, la suerte de aquellos. Los
al nivel regional documental, tipos diversos de ve _ .�ezolamdad _folklonca. De . alumnos del Liceo C aracas donde Gallegos desempeñaba un cargo educador,
t ipo de mujer rústica, ;Francisca Vázquez fe conv1tt10 en arquetipo. discutían acalorad amente si también debían seguir el ejempl o de los estudiantes

l,......,
o abstenerse. El aviso de acudir a la lecc ió n interrumpió el debate. Gallegos
HISTORfÁ DE UN EXITO entró al aula, abrió el libro de texto, miró a los alumnos y dij o :
... -La lección de hoy es sobre moral cívica .
En 1922 Gallegos había publicado un relato largo titulado La Rebelión. Calló. El silencio se tornó grávido . No pronunció p alabra alguna hasta
Más tarde pensó ampliar ese novelín con el nombre ?e La Casa de los que terminó el tiempo de la lección. Entonces an unció:
. -La clase ha terminado.
·,. Cedeño, para lo cual quiso ambientarse en costumbres y pa1 sa1 es del llano, pues
-�- Sin duda los muchachos comprendieron el silencio c omo una invitación a
la acción o bien como una pausa de solidaridad emocionada.
21a familia Manuit es muy conocida en el llano por lo belicos�- Flor Manuit fallecida
_ · Apenas iniciado el tiraje de La Coronela, coincidente con estos sucesos
hace unos años, era una mujer d e armas t<;m�r. Elías Manmt Carn e ro fue Jefe �e Gallegos dio orden de suspender l a impresión. Declaró dudar de algun
guerrilla cuando la subversión alentada econom1ca y yolmcamente yor _F1del C,astro, a�
contra la democracia representativa venezolana,. �n los �1;-os de la pre�1denc1a �e Romulo partes del libro, no estaba satisfecho con el final. La Coronela volvió a
Betancourt. Curiosa confluencia de una tradic1on familiar de caudillismo latifundista Y las
gavetas del escritorio . En abril se embarca con su esposa para Europa, pues
de ideales socialistas revolucionarios.
esta tiene que atender una afección de la rodill a . Mientras el barco n avega hacia
XII
XIII
Italia, Gallegos rumia su Coronela. Le disgusta particularmente el final.
l
� actua� en. política Y � alcanzar la presidencia de la República en la primera
En un momento de desaliento quiere arroj ar los originales al mar. Su esposa
le disuade de ese gesto. El texto de La Coronela queda a s alvo.
i: experi enci a de legalidad dem ocrática r e presenta
t} Venezuela.
tiva llevada a efecto en

En Bolonia, doña Teotiste Atocha de Gallegos se somete a una interven-


�·=···dón quirúrgica. Gallegos aprovecha la convalecencia de su esposa para ,volver
¡:
�­ C
Doña !árbf�ª no se impuso solamente en razón del oportuno premio.
.
oncurr o al ex1to el valo creati_ Q de la obra
� . : y en sí, la _d_e2��_,ec:ic5n_ en_)e!].gJJ_?je
\ al libro. Trabaja afáñosamente en él los meses de junio, julio y agosto.
Una f ���plr� _r�igambr�. c�st1�� .Y cnoll¡,¡, de un mtmdo salvaje donde imperaban
¡ v'éz recuperada la señora de Gal l egos, la pareja· viaja a _Bar c elo na, ímpórtante f a�g_ Iª- aventura, }a_ sol�1�d.. _ telúrica y los iÍ�stintos primari os, donde cada
di a eLh.?_tn9_re �enra que med1rse c on la naturaleza y con presencias humanas
�-..;, 1 centro editor de lengua española. Allí el novelistá"'revisa la · versión definitiva ¡ ,
f f de su obra y la entrega al editor_ Ataluce,
quien aceptó publica'rlá pero a �f j?
arbaras, en �u�en es aún· nó ·altimfoa�a el espíritu. En cierto-mod�,- r;;fvi;-el
:........,., co1i'ta del · autor. A cambio del precio estipulado, le entregaría la mayor ¡; g_usto por la epica, �or la g:sta, por el héroe encarado con pruebas y tenta­
ciones. �orno lo senalo, Felipe Mass1anr, . .
par te de la edición para que se resarciera vendiéndola en Venezuela, su ftres factor es concurren a la firme
mercado n atural. Los esposos Gallegos regresaron a su patria el 15 de f formuJa�ión novelesca de. la_ obra : _el hallazgo psicológico, co n doña Bárbara;
un s 9.o_guevo el pa1saJe que lo convierte en protagonista mismo de la
febrero de 1929, casi un año, día por día, de la corazonada que impulsó ¡' ,Earra_'::1_1_o_�� Y una ?
su lugar apareció � _p . _f.1_gueza docu?1ental folklórica que le da contenido social,
al novelista a suspender la impresión de La -· · · -· En
- Coronela. t
L
°

V�E-��1���� _:71brac10n human a y popular.:


i
· \ 0

L Doña Bárbara.
Las críticas fueron f avorables a este libro. Jesús Sernprún en Cultura . Picón Salas explicó en estos términos el acierto de Doña Bárbara: "Subsistía
sm conciliación aquella antítesis sarmentiana entre las minorías cultas, de estilo
Venezolana (Año XII, Mayo-Junio 1929, N� 94) lo elogia en estos términos:
europe? Y _ el pue�l? ad�rmecido aún en la embrujada noche de su atraso y
"Es un libro puro, claro y fue rte, lleno de intenciones honradas y de esp�r�nzas .
superstmone
puras; la mejor novela que se h a p ublicad<? en Ve nezuela �n es�s, ulum�s ; s. Mento smgular de Doña Bárbara fue aproxim ar estos dos
· mundos, estas dos caras de la existencia vernácula como no se loorara hasta
cinco lustros". Jorge Mañach, en Repertorzo Amerzcano afuma : J' ...Dona
ent�nces en 1a ficción ven ezolana. Conquistado ya el paisaje y desc1ito el duro
Bárbara es una gran novela. Una gran novela americana ... , alcémosla en alto , _
ofi�io �e l�s gentes, era neces ario entender, con sumo amor y hasta suma
para que toda ,América y toda Europa la mire y aplauda". .
\
pa �iencia co:110 reaccionab an las almas". Y con 1a in t eligencia penetrante y
Pero una buena crítica sobre todo en aquel tiempo , no bastaba para con­
más �util qu: ammaba su �ens� b!lidad, Pic?n . Salas ,señal� más tarde que esa obra
vertir un libro en best 'seller. Galleg os contó con la suerte, mucho

f
conteru a una clave simboüca; un cnptico mas alta de la descripción de la
se cree, en el campo de la literatur a. El éxit o literario
importante de lo que Naturaleza y el retrato de los personajes". 4
depende, en gran parte, de factores ajenos a lo es�ecíficai:nent� ar_tístico, en Gracias a esa virtud "críptica", a ese más allá que escapa a muchos, Doña
s
particular desde que se precisaro_ n l as metas de la mdust�ia editonal. No : , .
B_arbara sig;1e vigente. .
Acaso lo documental folklórico, lo argument al restrin­
este el sitio para abundar en dichos aspec os, pero lo ciert o es que Dona
gido, 1a anec�ota, la misma venezolanidad que nos enorgullece pi erden co nti­
t

Bárbara fue promovida en escala de gra n público lector y no lector, '·.


nuamente validez en el desarrollo cada vez más confuso y apresurado de las
t gracias a la obtención de un premio de actualidad, el del 1-'l�i_or Libro del Mes,
r'- el cual para ese momento atrajo la publicidad y la atención del mundo de
letras �atínoameri�anas y venezolanas. Es una moda ya denegarle a Gallego s
el mento ,
Y las_ v1rtudes que se le r econocieron. Se ha dicho inclusive que
las letras. La importancia del jurado concedía a ese galardón particular · :s un m_al escntor. Jovenes ,
narradores enamorados de ellos mismos, de su
significac ión. Formaron parte de éste estrellas mayores de la vida literaria ig11:oranci a o de modelos de último cuño, miran por encima del hombro a este
de
española: José Maríá Salaverría, G�briel Miró, 1:,icardo . B_ a�za, Góme� , t�clturno :reador de novelas de aventura y p aisajes, sustentadas en preocupa­
Baquero, Enrique Diez Can;do, Azorin y P_edro Sa_ m z. El JU!Cl� de seme¡an �e . ctones sociales Y conceptos reformistas un tanto ingenuos. No obstante cuando
t r mpli mente. As1 fue. Del dia
elenco de intelectuales tema que repercu i a a
se descarta todo lo accesorio de la narración galleguiana cuando se vislumbra
a la mañana Doña Bárbara adquirió fama.'El editor Araluce cambió de inme­ en s?Iedad de sí mismos a sus más logrados personajes '._doña Bárbara, Juan
diato su actitud y empezó la cadena de reediciones, esta vez a su costa. .
�risostom o P ayara, Marcos Vargas-, s e abre como una nueva dimensión
Gallegos entró a formar parte del catálogo permanente de a quella editorial. .
literaria, se ahondan las figu raciones despojadas de lo anecdótico, se transfí-
Como ha sucedido tantas veces en Venezuela, era Europa la que sacaba a
la luz de la celebridad a un artista apreciado a medias en su propia tierra:
Este venezolano que sobr esalía de pronto era un hombre de 45 años, ensi­ Felipe Massiani: El hombre y la naturaleza en Rómulo Gallegos. Caracas, Elite, 1943.
a y
mismado, poco d ado al trato mundano, de una se riedad a ve ces sombrí
3

lo llevará, más tarde, a Mariano Picón Salas: Prólogo y notas a Doña Bárbara. México, Editorial Orión, 1950.
animado por un impulso de proyección social que
4

XIV XV
para situarse escrit�ra literaria metaforística, que apela a la imaginación y al arte, y ante
guran asumiendo un mito, desbordan el marco nacional y regional un e5 rilo que es voz personal de Gallegos, modo s uyo de pensar, de expresarse
y mitológ ic
en el ámbito de los arquetipos, de ciertas figuraciones legendarias
as
por dentr o y por fuera. - �-�-
,

r
s, religioso , fabuloso s,
con las que los pueblos, en sus trances oníricos, anímico s .
,)

además d señalar com Con Doña B Gallegos., aÍca�z; su mayor logro novelesco hasta
imaginan la trasc�pdencia humana. Doña
rbara,
p
Bárbara , e o 1
entrada de la literatura hispanoa mericana 'en Ta edad ese 01:1ento. 1cho logro se _ refi, e �e a la composición narrativa, al lenguaje
escribió Ricardó�aeza/'l� .
",
viril adem ás de constituir una culminac ión y una síntesis de búsqueda s · ªY a 1 :1tencwn ductora Y s1mbolica. Sus dos novela s anteriores Reinaldo
es literaria s orientad as hacia una superac ión del nativism o, además � o,lar ( titulada El Ultimo Solar cuando apareció en 1920 y cambíacla Ülte·
racional
tipos :1 _
.
para mejorarla) ! La__Trepadora·--( 1925), acusan flo­
de conceder a los venezolanos como en un· espejo, el reflejo de ciertos
p opulares, desborda esos proyectos sin que se lo propus iera el autor, y
numino
suscita
sos.
;, �r� en
arb
ente, no si:mpre
cualqm:ra de los aspectos senalados, si se las co mpara con Doña
ficción cargado de elemen tos antiguo s y at"a . A partir ?e esta última obra, Gallegos se supera en Cantaclaro
el encuentro con s eres de s

ya no se puede hablar de r alismo, de folklor e, de sociología, .LlJ�A_ ) Y en <;_a nazma ( 19 35). En Cantaclaro, otra versión del ITano pero·
En ese momen to e

de destino com en la tragedi a griega. poet;zada, ahonda Y esfuma el paisaje, aligera la escritura profundiza la
sino de fatum, o
metafora, 1:1e�cla en un juego lírico sugerente, la realidad y lo 'fantasmagórico.
Pero as 1 d1st111tas partes del l'b 1 ro no tienen · ·
1a misma intensidad
· · creativa y
. . .
ANOTACIONES SOBRE EL LENGUAJE rehuye _c;ertos cumpli1;f11entos amorosos al parecer inevitables, dominado por su
co �ce1on de que la l1t��atura debe se r edificante. En Canaima (1935), punto
e y el cu¡: rna_n�: de_ su crea�10n para mí, no sólo brinda
Salvo la tentativa de Orlando Araujo por estudiar el lenguaj una novela de equilibrada
fun� compos1c1on c1rcu�ar, srno crea
estilo de Gallegos,. no conozco trabajos orgánic os sobre este aspecto

'Y,
<
1
mental de su obra. Sin embargo,@no de los valores de su novelís
, . �recisamente en el estilo y la escritu raJDe sde un princip io se
tica estriba N�evo Mu�do mas profunda, más vinculada con unidades
calificó de mas d�spoJad_a d:e rasgos locales
una de las figuraciones de héroe y antihéroe del

e intenciones mora1izantes
míticas universales,
y sociológicas.
mo es más una Despues se, rnma .
' � ·-clásico su lenguaje, con lo cual no se decía nada. El clasicis la de�adencia: PobJ._�__N._egrg____ü93_7), apresurado, con
dad que no
actitud de estilo que una escritura.· Uslar Pietri señaló con sinceri técnico". vuelos Y ca1das, con e��rlt�ra P?r momentos espléndida y frecuent.emente
dor y audaz en o formal y en lo
había "novelista grande menos renova l carente �e toda elaborac10n hterana, dominado por la preocupación socioló1<ica º
su precia ción crítica declar ando:" '; ? le basta lo Y reformista· Sobre l M.
r�'"E:nrique Planchart simplificó a
una
, . , . ·--·, . a. _,zs.ma y·zena, constru1'da a la manera de Gallegos por
Picón Sala; tuvo
'\ : suficiente y no le intranquiliza la imperfección") ., el mismo, re terat1va �e sus te{l?_as y paralelismos, escrita con frases breves
más egante al escribi r: '"Más allá de las rri'odas y conven cionalismos como trazos � e acuarelista Y no con vastos
. fórmula el empastes corno nos tenía acostum­
�1 Orlando Araujo br��o, con ab�rtura,s 1e dudosa eficacia artística hacia formulaciones esque-
\' ·- estilísticos, aparecía socorrido de ��u propia y segura fuerza

el �22-_d e_ la_ "m�le- mat1cas del ps1coanahs1s . '


advierte rasgos modernistas en la prosa de Gallegos y · . freudiano·' �-El. Forastero .. . · ·
( 1942) , una repos1c1on, un
tilla" procedente del lenguaje hablad q _p. Q p ular; tambié n proced imien tos como
b_aceto. de nove�� _escnto �ntes de Doña .
artícul_o ,con fi�es s1 bolismo mestamco propio de la Rusia prerrevolucionaria
BarEara:
. -cÜando pers e guía cierto
el párálelismo y la simetría, la presenc;.i_a o ausencia del con afi.ad.iduras
de frases-.· sin" verbo r�7erentes a ,la actua_lidad política venezolana del momento las
formales, expresivos o ·signíficativos:. y la acumulación 1 cuales no se
p_ar�·-ooténer _·u n efecto descriptivo · más libre·:- · · aJustan �on 10 an�er1or. La novela mexicana señala su peor momento, pese
tónica, el aliento a algunos personaJes atrayentes que el propio autor ahoga.
La lengua es dada al escritor mientras que el estilo es la
p r su "mito logía person al" como señaló·
mismo de su lenguaje determinado o
S�n embargo, i�clusi�e en los libros menos logrados suyos, viven. personajes
hombre" responde
Barthes. La expresión acuñada de que "el estilo es el sitúa. f a�cm�n�es Y �ctu�� tipos populares auténticos, se vislumbran proyecciones
ado Barthe s
a esta definición. Entre el estilo y la lengua, el ya nombr r, p_ sicologicas, s1m??hcas y culturales mayores y abundan trozos de escritura
dicha d l escrito
la escritura que es, en definitiva, la creación propiamente
e
La lengua le preced e y le �mgula_rmente �ahdos_-,. Para confirmar esa aseveración bastaría recordar la
porque los otros términos escapan a su contro l.
y trasuda invo- · 11npres10nante figurac1on de bárbaro de Hermenegildo Guaviare el caudillo
arrastra y el estil o es su modo de ser temporal, lo respira fero� que pai:a. de un tiro el r e loj de la Iglesia, en la hora de su' triunfo o el
luntariamente. ades am?iguo Basilio Daza, su consejero , actores en El Forastero. Así mismo
r hablada con las necesid
1 §allegas buscó conciliar la lengua popula Lwsana, la �:roín� de _Pobre Negt'o, desborda de pasión existencial. En
¡ es_�-��icasde la esáifüra literari4 deiifro de una_tónica estilíst ica que proced ía
cuanto � escr1Lura hterana_, pocos trozos igualan el primer capítulo de Pobre
popula res hablan , con ser
· de su naturáteza profunda. Cuando sus personaies Negi:o �Itulado T Ciertas descripciones de pueblo desolado e interiores
regionales que el lector �mbor.
': leñgu-aje del pueblo acentuado con giros y voces provmcianos en tiempos de la Venezuela feudal de El Forastero, sobrecogen de
os también ante una·
aprecia en particular según su procedencia nativa, estam
XVII
XVI
'1
,
( ',
l'.
tristeza y ahogo y algunas J e las acuarelas de Sobre la Mism.a Tierra tienen t un procedimient o característico de la �.P..ció..n... a .h gl)e �� obliga un autor
colorido y grada. f. ��!�·
Esa min� cia sobra, desde el pun to de vista de· ·una 'narrativa
f.
A la escri tura de Gallegos anterior a Dofia Bárbara le faltaba vuelo, canto, que . se mega a e xplicar Y que espera del lector una partic ipación , en el
aliento, vibración. Se trató i nicialmente de una manera de escribir vaci lante , J."1:: sentido de co11;-pl� tar el cuadro o la situación. En cambio, el " nouveau roman ",
a veces a punto de inflarse con los énfasis posrománticos o modernistas , a _r,__: _ bastan te enve . 1 ec1do en nuestros días, concedía a la des cripción minu ciosa,
veces aplastada por l a llaneza naturalista . En los momentos de inspi r ació n t: lenta, e x orbi t ante , casi me tafísica de los objetos o de un gesto , importancia

r
descriptiva, el párrafo se ensanchaba, pasaba de una cláusula a otra mediante [ m�yor. Algunos experimentos bastante aburridos para mí, de la literatura
el procedimiento de la frase nominal, sin verbo, los puntos Y comas que abi�rt a , expansiva, textu alis t a, lúdica que está de moda actualmente , g ust a
perm it ían a cu mu lar as pectos enumerativos y el puente de las prepo s iciones \ de m men s as parrafad as sin co ma ni punto , en que l a escritura rei te r ati v a s e
0 de las conjunciones . Ese gusto por la frase larga descrip t iva, di scu r siva? . llega ª parecer a voluta s Y arabescos que se enlazan si n p rinc ipio n i fi n.
t
tambi én, se manifestaba con particular insistencia cuando refería las reacciones Pero en �l. caso de Gallegos, la ex tensión d e la frase no constitu ye p ro pi a m ente
p sicológicas o cuando pintaba acciones de trabajo. Por ejemplo, en el segundo 1' una dec 1S1ón escritural, u na estética experimental, sino un procedim iento
p árrafo del primer capítulo de Doña Bárbara, tra�_ i.,u¡ a frl'!§.e _ bJ:ev.e_pr.epara - ,i na tur_a,l de rivad ? del modo de escribir de autores decimonónicos, a menos qu e
toria ___se.Janza a describir de este modo el trabajo de los b9_1Jguer9s : tambien procediera de un trato apasionado con los clásicos. En todo caso no
__ ___ .J ·· · · -·-·· · ·- -- · . .. - ···· - ··- ·-- ·-·- · · · •· • ·
son recitativos sino descripciones cuyo trazo, por un prurito de realismo
•• · - ·-· - - --- - · • ...

"Insensibles al tórrido sol los broncíneos cuerpos sudorosos, apenas ' exigente , parece no querer interrumpir .
cubiertos por unos mugrientos pantalones remangados a los muslos, alter_nati- ;
vamente afincan en el limo dd cauce largas palancas cuyos cabos super10res / . Resulta curio�<? advertir que �s�-- --�§,critu.ra .. varía_ . cua11do Gallegos se
sujetan contra los_ duros cojinetes de los . i;obust0� P,e ctorn:es .Y encor,:� po� el '.; s�e_ll!e___, Pr_es_a _ de lm_sm _ __ o, cua__ nd_o l_e_ arrebata el paisa;· e o la acción que describe.
esfuerzo le dan impulso a la embarcac1on, pasanaose!a baJO los pies ae proa :.i .1-... --..- -
a pcipa, con pausados pasos laboriosos, como si marcharan por ella". os conocidos Y tantas veces citados trozos de Doña Bárbara contentivos
de una exaltación telúrica, están compues tos de frases breves y exclamativas :
Repite el mismo procedimiento en el párrafo tercero . Frase breve introduc- ·
toria y luego la parrafada exhaustiva sobre el patrón : " ¡ Ancho llano ! ¡ Inmensidad bravía! Desiertas praderas sin límites, hondos.
mudos y solitarios ríos ¡ Cuán inútil resonaría la demanda de auxilio, al vuele�
"En la paneta gobierna el patrón, viejo baquiano de lo_s ríos y caños <;le la _' del coletazo del caimán, en la soledad de aquellos parajes ! Sólo la fe
llanura apureña, con la diestra en la horqueta de la espadilla, atento al nesgo sencilla de los bongueros podría ser esperanza de ayuda, aunque fues.:: la
de las chorreras que se fol'man por entre los carameros que obstruyen el cauce, . misma ruda fe que los hacía atribuirle poderes sobrenaturales al siniestro
vigilante al aguaje que denunciare la presencia de algún caimán en acecho" . Brujeador".
La descripción de la casa adonde llega Santos Luzardo, en el capítulo ' " ¡ De más allá del\Cunaviche, de más allá del Cinaruco, de más allá del
M�ta! De_ más lejos que más nunca -decían los llaneros del Arauca, para
La lanza en el muro, se inicia con una frase que cuenta 1 9 líneas . 1 4 líneas .· quienes, sm embargo, todo está siempre-: "ahí mismito, detrás de aquella
tiene otra del capítulo El familiar, alusiva a los fantasmas populares . De , mata"-. De allá vino la trágica guaricha . Fruto engendrado por la violencia del
nuevo 19 líneas sin respiro, la descripción • del ptteblo cabecero del Distrito, blanco aventurero en la sombría sensualidad de la india, su origen se perdía
en el dramático misterio de las tierras vírgenes".
" teatro de las sangrientas contiendas entre Luzardos y Barqueros", en el
capítulo Un acontecimiento insólito . En ese mismo capítulo las reacciones Este último párrafo ilustra cabal mente la movilidad de la escritura de
de doña Bárbara quedan expuestas así : Gallegos cuando forma parte del significado mismo de la obra. S e pudiera
decir que lo otro, lo descriptivo documental, resulta material de relleno,
• "La verdad era que tal orden de desocupación de Macanillal dada junto concesión inevitable al decorado. Pero la novela p ede prescindir de decorados
con la de restituir el lindero al sitio donde lo pusiera la ejecución de la u
sentencia del ültímo litigio, no había sido encaminada a la estratagema de · tradicionales, como el teatro, y desarrollarse en secuencias de pura acción
ocurrencia posterior, pues entonces ni siquiera le había _cruzado por la mente a verba l y existencial apenas alumbradas por un brochazo de luz exterior. En­
doña Bárbara la posibilidad de que Santos Luzardo qulSiese cercar; pero como tonces la propia acción define, describe, explica
vino a resultar para el ardid recién concebido, ella se engañó a sí misma y concluye. En el caso de
considerándola como paso previo de un plan cual si tal se hubiese trazado desde Gallegos , él mismo se vio obligado a intentar otra manera de contar y,
el primer momento, adelantándose a los propósitos del enemigo, por obra Y en Sobre la Misma Tierra, sustentó la entera narración sobre los diálogos,
milagro de aquel don de adivinación de los acontecimientos futuros que apenas c lor ados con leves
estaba convencida de poseer, gracias al Socio". � � pinceladas paisajísticas . Pero cuando llegó a
. esa experienci a ya no era el mismo creador, perdió aliento, estilo, y dicho
Sin duda, la literatura del Siglo de Oro muestra un gusto igual por la cambio en vez de resultar una renovación, señaló un descenso . En Doña
frase que se extiende " período cervantino" gracias a los "que", "por" Y Bárbara alcanza un momento e xcepcional estilístico y escritura! y el brillo
" pero " , como s i se qu isiera abarcar d e una vez el tem a abord ado . S e trata de de estos ras gos creativos opaca las parrafadas documentales de relleno . Doña

XVIII XIX
..�
�·

.. .--·....
Bárbara se recuerda por el canto de la escritura, por el aliento de las Pero el as��cto qu1zas más importante desde el punto de vista lingüístico
descripciones líricas, por el misterio de un mundo telúrico y naciente invocado, es la �_E_e�g.on I?ºr p_arte �� Galleg�s, d�!_!iabla popular. Respetando su
estructura, e: ?ecir las relac10�es asoc1at1va .
por aquello de: _ s, metafóricas, analógicas, sintác­
!I_cas y prosod1cas de las oraciones y de las construcciones, anima con su
"Tierra abierta y tendida, buena para el esfuerzo y para la hazaña, toda: est1·10 Y la rrqu_eza ·
horizontes, como la esperanza, toda caminos, como la voluntad". · de Ia escritura
· , ese lenguaje de por sí coloreado y plástico.
,
Notable smtes1s que supera el uso hecho por el costumbrismo del habla
La riqu��f! _de. los trozos in vocativos o descrjptivos, enlaza,dos .con la.�u:mo­ pop lar, G llegos re�uye lo chabacano, ese lenguaje
� � de bajo fondo y de
cíones "fmmanas, Otorga a este libro exéépcional.f!CentOS -épiéOS) de una épica barno propio de la ciudad, para reencontrar las virtudes
lustrales del habla
no propiamente castrense y guerrera, sino telúrfrá; psíquica;· existencial: campesina, apoyada en las imágenes derivadas del trabajo cotidiano con una
"Reflejos de hogueras empurpuran la obscuridad de la noche; óyese salvaje' fauna Y u�a fl?r� exuberan_tes. De ese modo profundiza el.. lenguaje del
gritería. Es la caza del gaván. Los indios encienden fogacas de paja en torno a p�_blo, lo mtenor1za y conv1erte en revelador de la psicología del hablante
los pantanos inaccesibles, el ave se tiñe de rosa al resplandor del fuego• m 1_ , ·
entre las tinieblas profundas; pero, de pronto, los cazadores enmudecen y :'. ...ta. b ,�n en proyeccion ·, de m · tel'rgencra o retozo a la hora del descanso. Los
apagan rápidamente las hogueras, y el ave, encandilada cae indefensa al alcance cachos contados en las _ veladas de vaquería ilustran este último aspecto.
de las manos. El habla densa y sentenc10sa del Brn¡eador . ·
· · -"Amigo de pensar mis cosa s
Algo semejante ha acontecido en la vida de Barbarita... ". ,,
callado es lo qúe soy -; la franqueza reservada y respetuosa de los peones

1'[__�� _
_:.,, Como' el propio Gallegos apuntó, mucho después de haber escrito su lib� leales; la sorna de Balbino; el ingenio narrativo de Pajarote; las palabr as
1:ª�saje se erige como protagonista principalJ_ Esa presencia geo_gráfica per-' consagradas de . las fae1_1as llaneras; la versión, pen �a'.3a en inglés de españ ol
sis erra en sus grandes novelas, Cantaclaro y Canazma, hasta que metido de lleno. de pueblo propio de M1ster Danger; los desvanes v1S1onarios de Juan Primito
en la acción política y en la gestión pública, conceda a los hechos sociológicos. contrasta� con el idioma mecánico, prefabricado de Santos Luzardo y Marisela
e históricos mayor importancia, como ya sucede en Pobre Negro. Entonces Y la gravidez no caren te de nobleza y seducción del modo de exp resarse de
se apaga el canto, la escritura lírica, el aliento estilístico arrebatad.or, la, doña Bár?ara. D e ese modo Gallegos compone una escritura que registra la
épica existencial. Los símbolos pierden encarnación y se convierten en esque- gran vanedad del habla popular campesina, recreada por él con intención
mas, en abstracciones alegóricas y conceptualizaciones sociológicas. Del fresco; de reflejar a la gente de tierra adentro y formular con la voz de esta ''la
telúrico pasa a la estampa histórica. Esa estampa forma parte del fresco, estf' humanidá de la tierra" como dirá Juan Solito en Canaima. Por cierto con
implicada en él, pero en sus tres novelas mayores, no ocupa el espacio Juan S?lito logra Gallegos llevar esa recreación del habla popular a una
principal como va a suceder en Pobre Negro. Miremos la estampa en Doña proyección trascendente, porque las sentencias de ese enigmático personaje
Bárbara: paree.en formulaciones mágicas. He aquí algunas de ellas, a manera de ejemplo
de la maestría alc!:}nzada por Gallegos:
"El Llano enloquece y la locura del hombre de la tierra ancha y libre,
es ser llanero siempre. En la guerra buena, esa locura fue la carga irresistibl(
del pajonal incendiado, en Mucuritas, y el retozo heroico de Queseras del Medio; "...La hu'!liinidá de la ,tierra está sembrá de espejos donde se aguaitan
en el trabajo: la doma y el ojeo, que no son trabajos, sino temeridades; en el;. las· cosas mas, le¡as y enmogotas. El to es sabé mirarlas sin asco".
descanso: la llanura en la malicia del "cacho", en la bellaquería del "pasaje"¡
en la melancolía sensual de la copla; en el perezoso abandono: la tierra inmens,' "De , �es mese
, . . �. Y los días que completan el ciento, que es el número
por delante y no andar, el horizonte todo abierto y no buscar nada; en la de la sao1duria.
amistad, la desconfianza, al principio: y luego la franqueza absoluta; en ei "El dónde Y el cuándo y el cómo son hijos sutes de la madre curiosidá. Lo
odio: la arremetida impetuosa; en el amor: "primero mi caballo". ¡La 1lanun que medra es que ca uno sepa lo que haiga menester".
siempre!". '_'Las palabras son :orno los caminos, que cuando no se conocen piden
Esa estampa se desprenderá del fresco geográfico y de los grandes espacios· baquianos. Ns, basta deCI: por aqu1, yoy a reventa, a tal parte; es menester que
tal pane este en la punta del cammo.'.".
abiertos, para aparecer en Pobre Negro vuelta carbón dramático, cuadro dt·
horror, afiche acusadora. Esas imágenes de la Guerra Federal, com·o parn. "Juan Solito . necesita estar solo y callao en el monte tupío velando las
puntas del be¡uco pa que el principio y el fin siempre se estén to�andd".
exorcizar la violencia de la guerra civil, abren la Cuarta Jornada de Pobre
Negro con sus siniestros y sangrientos resplandores.
Pero por el momento Gallegos está inmerso en su descúbrimiento de la UNA TEORJA CRITICA IDEALISTA
llanura. La emoción de la tierra apenas hollada le ilumina y con videncia
accede a la metáfora trascendente: "El anillo de espejismos que circunda fa Una vez expuse algunos conceptos para la interpretación del arte los cuales
sabana se ha puesto a girar sobre el eje del vértigo". ·. parecían desvaríos esotéricos. Sin embargo, advierto ahora que alguna validez

XX XXI

j
tienen y que el acercamiento al personaje de doña Bárbara confirma lo ase- audiovisuales de Doña Bárbara, pese a la presencia de María Felix en la
verado por mí en aquella ocasi6n.5
· cinematográfica, se debe a que estas conceden al argumento la importancia
.
Sostenía, sin apoyo alguno de erudición crítica, que h obra ?e ar�e �abal tiene, principal. En ninguna de ellas se vislumbra la intuición de un más allá.
además del sentido usual que le asignan sus propios medios tec�icos Y las� Despojada de la escritura del paisaje y de la irradiación, esta historia se reduce
intenciones evidentes, otros significados que no pueden ser ad�ertidos dentro t_ · a ser un melodrama más o menos foklórico. Sin embargo el libro, tengámoslo
de las limitaciones del análisis estructuro], textual. Era yo ¡oven entonces'. presente, supera cualquiera de esas versiones porque se manifiesta mediante
y exponía mal mi convicción intuitiva, pero hoy comprendo que intentaba'. la escritura y el estilo y se abre hacia un más allá.
dar mayor importancia a los significados que a los significantes. Era .un En otra proyección inmediata doña Bárbara adquiere un valor alegórico.
disidente prematuro de la crítica que concede al hecho de la factura, el sentido· Es la imagen dolorosa de una patria violada secularmente) es el resultado-
mismo de lo creado. Me debatía afirmando que la obra de arte auténtica•
�e proyectaba sobre distintos planos de realidad, más allá de su forma. Que
de la violencia frustradora y deformante,t En eila se de:atan pasiones e
instintos negativos en razón de la barbarie que la vejó:: En torno a esa
X j
la verdadera tarea crítica consistía en perseguir ese más allá. Señalaba que una figüfación contradictoria de víctima y victimario se mueve una humanidad
obra de arte cargada de esa virtud de irradiación, renacía _ sin cesar r':vel11ndo, que también tiene walor tipificante: Balbino Paiba, el bribón; Melquíadcs Ga-
otros sentidos que los conocidos hasta ese momepto, mientras babia obras marra, el Brujeador, densa personificación de una maldad primitiva sin �
que envejecían y se mustiaban. Citaba el diario de H�b?el: "�º�ª- ob�a de matización alguna y los Mondragones, bandoleros a sueldo; Ño Pernalete,
arte verdadero es un símbolo misterioso que posee muluples s1gn1ficac1ones, modelo de jefe civil autoritario y bruto; Mujiquitn, su secretario, un pobre
y es en cierto sentido insondable. Cuanto más brote �el solo pensamiento un_a diablo tembloroso apenas aceptado porque sabe leer y escribir; la peonada que
creación poética, menos misterio encerrará y me¡or se la comprendera. afirma vrlores populares de lealtad, inteligencia natural y gracia con Pajarote,
Pero su contenido, en cambio, se agotará más pronto, y al punto se la, Antonio \Sandoval, María Nieves, Venancio, Carmelita López; el orate del
rechazará como una- concha despojada de su perla". Y recordaba que Jung, agro, Juan Primito, emisario de doña Bárbara, augur, rodeado de sus ensan­
en un trabajo sobre Picasso, había señalado que "todos los proceso� Y, efectos grentados pájaros fantasmales; Míster Danger, el yankee que responde a\
de la trasconciencia representados gráficamente son, en contrapos1c10n_ a la clisé fácil de Rodó co�1 su Cal.ibnn; Lorenzo Barquero, el hombre- a quien.. ·¡
representación objetiva o "conciente", simbó�icos, es decir, aluden por modo .. arr.uinó el alcohol; Santos Luzardo, el dueño de Altamira edncado en la '¡·
aproximado y como mejor pueden a un sentido que por lo pronto se desco­ capital y respetuoso de las-leyes, quien desempeña el papel de civilizador, en
noce". Pedía proyectar la obra de arte en el espacio, tal como se proyecta un. un proyecto reformista bastante simple, fundado en el respeto de la propiedag. 1 .\-:'
plano en geometría. aj�na; Marisela, "fruto inocente de los contnbernios culp�.blcs" de doña • .J
Este procedimiento me ha ayudado a veces a descubrir en una creación'· :S-árbara con Lorenzo Barquero, "esperanza que no debe perderse". Snlvando
poética o plástica, un más allá que se ahonda siempre, una dimensión las figuraciones prefabricadas, con poquísima autenticidad existencial, de
quizás ilusoria, de infinitud en lo finito. Luzardo y Marisela, el mundillo abigarrado que rodea a doña Bárbara enri-
,,
.•, quece con rasgos diversos, la alegoría de la patria bárbara cargada, sin embr.rgo,
f'{a figuración de doña Bárbara esd proyectada en su�esivos planos. El de esperanzas. El argumento melodramático tiene desde esta perspe_ctiva, una
más cercano es el personal, biográfico, anecdótico, determmado por los suc7- importancia menor.
sos de su vida. La violación de que fue objeto en su juventud la desvia Pero la irradiación de doña füírbara alcanza otro pla:10 espachd, otra .. '\
desarrollando en ella una voluntad de venganza --constante co?t.r;a el ho1:1br7. validez creada por las palabras con las que se la designa: es la Dañera, es la
La codicia y el poder compensan su frustración amor�sa. Pract_1_ca la hech1cer'.a. Devoradora de Hombres, es la Esfinge de la Sabana, es bruja, tenebrosa,,·*"'
):,"
para lograr sus fines. Nada parece detenerla y repudia a su h11a para destruir seductora, con algo de viriloide qne provocaría llamarla V aro11a. Toma ?. los
en ella la blandura maternal. Pero al encontrar y conocer a'Santos Luzardo se hombres y no es tomada por ellos. Se alimenta de ellos. Su natura!eza es de
enamora de él tanto más porque le resiste. Gallegos esquematiza "la confror,­ sirena y vampiro, de manta religiosa. Une la cópula a la muerte. L.i inspir.:;n
tación de doña Bárbara y Santos Luzardo./ Queda por decir mucho más de lo· poderes malignos, genios de la venganza. Es la Macha en un mundo machista
que escribe. tFinalmente doña Bárbara pierde el c?mbate, pero �alva' su alma: donde la mujer queda relegada a papeles subalternos. Es la fémina trans-
Esta historia si no hubiese trasfondo, no pasana de ser un argumento de gresora en una sociedad primitiva donde le correspondería ser simplemente
folletín y tel�novelal La razón de la aplastante mediocridad de las versiones doméstica y labradora. Esta proyección <le doña Bárbara va más allá cuando
intenta asesinar a su hija y luego de vacilar en la ejecución del atroz pro-
5Juan Liscano: Caminos de la prosa. Poesí_a y mi�terio en los cuentos de Antonio pósito, se aleja para siempre, se pierde en la llanura como una emanación
Márquez Salas. Caracas, Ediciones, El Pensamiento Vivo, 1953.

XXII XXIII
�¡¡r r ,
/ :c�¡d�- al �ímbolo cuando ingresa en la leyenda de su de�aparició�. Así. mismo f_ cerebrallsmo perverso cte una burguesla p1etot1ca que alcanza s1mu1taneainence , >
'

sa, se desang ro en la distanc ia de la su nadir y su crepúsculo. La Hembra Vampiro o Carroña ya había poblado
pero envuelto en un aura menos tenebro
. ,t.«.!:
Vargas . las pesadillas de Baudelaire, precursor del mito de la manta religiosa. Y ''
1

pampa ' don Segundo Sombra y se hundió en la selva, Marco s •


� Flaubert había predicho el apocalipsis.6 Ya el psiconanálisis había nacido
l:f � con Freud y la sexología con Havelock Ellis. La Primera Guerra Mundial
LA ESFINGE DE LA SABANA r estaba próxima.
t,¡,

{:.
,l:1 i ¿Qué supo la América Latina de ese gran desvarío de fin de siglo, de
una
Rómulo Galleoos es lo -contrario del barroquismo. Su estilo persigue esas estéticas exquisitas y monstruosas de la decadencia?. ¿ Cuáles fueron las
'I

Por !" repercusiones de la pintura y de la literatura prerrafaelista o simbolista? ¿Supo


meta bien definida y no se complace en hedonismos ni taut�logí�s.
'1
1 '

nítidas , lo cual no implica que � de los salones Rosa Cruz, de Peladan, su promotor quien exclamaba en su
eso sus alegorías y simbologías resultan
se acaba ni se destruy e, tan sólo f. idealismo enfermo: "¡ Oh, la embriaguez astral!"? ¿ Cómo entendió a Johnson,
carezcan de más allá. Doña Bárbara no
los abismo s ie su ª ª• un recuerd o
muta, se enriquece alcanzando entre � . �11: f Verharen, Moreas, Rodenbach, Lorrain, Wilde, Pierre Louys, D'Aurevilly,
n v la ¡
que la libera del crimen que quería cometer. En la ultima p�gma de la � � a Mirbeau, Huysman? ¿Se enteró de los dibujos de Bearsdley, de los secretÓs ....
un1:c
se sabe solamente que dejó un mensaje recordando que Mansela era su , � del Modern' �yle, de los grabados de Felicien Rops, de la pintura de Gustave
la duda de si s s icidó en el tremed a ; o se aleJ_?, ! Moreau? ¿Los sueños de Luis de Baviera y sus delirantes castillos tuvieron
heredera, pero subsistirá � _� _ k hazana alguna significación vivencia!?
Arauca abajo, hacia otras tierras, para re1mc1ar una vida o repetir su
de cacicazgo femenino. _ , . La secuela hispanoamericana de esta gran floración tenebrosa o arcangélica
1a t: fue el modernismo, bazar de tendencias, estilos y escrituras de fin de siglo.
Esa imprecisión ayuda a su leyenda. Dona Barbara sigue . . . Y ya e?
imaginación donde se apacentó su recuerdo y la me�oria 1� lo sucedido, toma El modernismo fue decadente por imitación como fue también por imita­
forma secular, se inmoviliza en alguna repr � sentac1 ón grahca o monu�ental, t ción or entalista, exótico, wagneriano, dieciochesco. Las japonerías y el
{
llena con su presencia algún cuadro simbol ista, aparec e en la escena ;ntem- t lenguaje \floral, los ritmos impares, las exquisiteces y la bohemia en reservados
que esta . se ;, donde una Margarita Gauthier ríe bebiendo champaña en copa de bacarat
'' poral de un mito. Dejó de ser Barbarita y la mujerona �eroz e?.
que d1�e ;. forma parte de la utilería decadente. El Sur y México se impregnaron más
convirtió por obra de la violencia, ya es más que la guar:ch_a tr�g1ca_
Gallegos, se sale de la alegoría de patria victim�da y victimaria,
fma �mente 1 de esas estéticas que un país como Venezuela, rural y atrasado en todos los
la devoradora de hombres, se identifica con figuraciones monst ruosas del mean �- : aspectos. Sin embargo, por ósmosis probó drogas, néctares embriagantes y
les decade ntes Y rem1-
ciente colectivo, imágenes perversas de ámbitos cultura , respiró atmósferas de pebetero, incienso y perfumes pérfidos. La exterioridad
niscencias de arquetipos. . ; , s, plumas ( de nuestro decadentismo tropical y subtropical resultó altamente kisht y se
El Eros modernista entronizó volantes, enca¡es, tafetas y sederia ¡ alimentó de un estilo revisteril. El Cojo Ilustrado (1892-1915), por ejemplo;
tes Y formas: traía en sus páginas ilustraciones, grabados, reproducciones de cuadros, tra­
y bien cebados desnudos, despliegues florales, curvas ondean _ ra Y
,,l
blandas volutas y arabescos, nácares, mármoles y espumas. La literatu ente,; ducciones de escritores, hoy casi todos olvidados, pero que fueron los verda­
., •'

vaga
la pintu'ra cultivaron invocaciones históricas, mitológicas, bíblicas � °:
'., ¡

deros inspiradores europeos de la estética modernista. Cosmópolis, otra revista


femeni nas que e presab n un 1�ea­ modernista, cuyas doce entregas se esparcieron entre mayo de 1892 y julio
l.1
esotéricas relacionadas con figurac iones � �
, Beatnce,: de 1895, discutió las tendencias intelectuales y artísticas de ese fin de siglo,
lismo de corte de amor O una perversidad de fin de imperio. Ofeha
Margarita, Magdalena convivían con Mesalin� , Elena, Salomé , Safo, Y Medea; ·
_ uras representando la con especial seriedad. Los excesos cerebralistas tuvieron en nuestro medio
vírgenes con Astarté, Isis y Venus, , angeh � ales cna � _ cultivadores un tanto provincianos como el coriano Elías David Curiel,
y nere1-: cuyos exaltados cantos alimentaba con éter 7 o demasiado retardados como
,,, inocencia y la pureza con sirenas, harpias, quimeras, nmfas, baca_ntes
das. Brujas partiendo al Sabat mostraban su� carno�os d:snudos ¡un�o ª.otros:
La
lánguidos y desfallecidos que esperaban el f�n de �1za°:c10 .º de Bab�l�nia.
erotrco �, un
imagen de la mujer adquiere, en los paro�smos 1�agmat1vos_ y
6Las flores del mal aparecieron en 1857 y Salambó en 1862.

, la en7Elías
sentido tanático. Es la encantadora, la hechicera, Circe, Melusma, Medusa
David Curiel nació en 1871, y se suicidó en 1924. Su cadáver fue descubierto

esfinge, la hembra carnívora, la araña, el vampiro. Los interiores sobrecargados,; para


es�ado de descomposición. Tan sólo salió una vez de su ciudad nativa provinciana,
­ judío: Llevó al paroxismo de un lenguaje rebuscado pero suyo, los cerebralismos perversos
barrocos los biombos, los veladores, las alcobas en penumbra con sus grandes o delirantemente idealistas de los estetas finiseculares del simbolismo y el Art Nouveau.
1r a Caracas, pero regresó de inmediato. Publicó en El Cojo Ilustrado. Curie! era

ntal,k Ora cantaba con enfebrecido erotismo de solitario provinciano inhibido a "las neuróticas"
camas �uelles y llenas de almohadas y cojines, la exasperación orname
el espejism o de una copulac ión fúnebre . El mito
desvían la sexualidad hacia que no gozó, " ( Vírgenes locas cuyo quinqué / de su globillo rojo el cristal / esmerilado

XXIV XXV
Carlos Borges, cuando no desviados hacia la ampulosidad retórica. Más suerte tancia que Gallegos le daba a ese "santo" de civilización "ardido en luz"­
corrió el posromanticismo. Algunas de las obsesiones de la estética decadente y opacar con ella la inocencia ñoña de Marisela. Pero el personaje que echó
se advierten en escritores de primera línea como Manuel Díaz Rodríguez a andar los dichos del señor Rodríguez escapó a las intenciones mismas del
quien rinde tributo a la fascinación del color verde en Sangre Patricia ', creador para vivir por sus propios medios y ascender a las categorías más
( 1902), narración de la neurosis de Tulio Arcos, llevado al suicidio por el auténticas del ser latinoamericano. Mientras Santos Luzardo se pasmó en su
espectro de la amada muerta en el mar, bella sirena de ojos verdes. Uno esquema edificante, doña Bárbara irradió su compleja personalidad novelesca
de los tópicos de la estética fin de siglo era los ojos verdes, color de hacia todos los ámbitos.
ajenjo, de mar glauca, de maleficio, de berilo o de algas.8 Sobre el Eros Gallegos creyó exorcizar la violencia de nuestras costumbres, creando la 1.
modernista soplaron los ventarrones malolientes del naturalismo, sin disipar historia referida por la novela cuya culminación moralizadora es la salvación
de un todo los aromas delicados de aquel inmenso conjunto de flores de de doña Bárbara..1 Esta, arrebatada de celos porque Marisela obtuvo el amor­
invernadero. de Santos Luzardo, levanta el revólver sin que la vean, para matar a su hija
Gallegos, nacido en 1884, alcanza a publicar en El Cojo Ilustrado. Díaz pero un súbito destello equivoca la mira y doifa Bárbara, en esa brevísima
Rodríguez tiene una obra cumplida cuando Gallegos es un adolescente grave vacilación, siente ascender en ella el recuerdo de su único amor frustrado- en·'··.. ,
y vestido de negro. Por naturaleza y modesta formación de hijo de una su juventud por la barbarie. La escena descrita es alegórica. Cad� gesto está
clase media depauperada, dista mucho de ser proclive a las "embriagueces cargado de significado, hasta el destello de una estrella sobre la mira ( el
astrales", las neurosis literarias y las perversiones bizantinas. Tampoco le simbolismo de este hecho al parecer fortuito resulta elocuente). Después,
atraen los excesos modernistas y sus escrituras retóricas. Se inclina hacia el do��.4��ara desaparece reconociendo a Marisela por su única heredera. Pero
realismo tradicional y cierto mesianismo social propio de la literatura rusa. �?11 .�sa desapar_idón no se va. doña. Bár_bara.. Es...3:.and9__s.�--q��9<\ ==t�rne..ii::fo.�
Está más preocupado por la realidad y el destino de su país que por los a.J:1)guel HeJ\t1ández: ''.me voy, me voy, pero me quedo desierto y sin amor"-;
problemas de expresión estética y búsquedas de vanguardia.. Pero involun­ cuando su mutación hacia el bien concede'.t'ódo su valor a su existenda en el
tariamente, por el sesgo del mesianismo, es sensible al si�bolismo, un sim­ mal. Y para menoscabo de la moraleja final, doña Bárbara nunca ingresó
bolismo edificante que alcanza su mayor efi.cacía, de manera inesperada y po­ al panteón de los inmortales de nuestra literatura, como la salvada, la pecadora
derosa en doña Bárbara, representación de la barbarie víctimaria o victimada, arrepentida, la Magdalena del llano, sino como la Dañera, como la devoradora
de la tierra ingente, inhollada, del dolor de patria y, en estratos desconocidos de hombres, como la esfinge de la sabana, como la sombría emanación de sus
por él mismo, de una monstruosa, perversa y secular seducción. No era propias hechicerías.
propósito del moralista que siempre dominó en Gallegos al artista, destacar ¿Qué pasó? Doña Bárbara malvada, pecadora, dañosa, devoradora no sola­
, :. '
a doña Bárbara sobre Santos Luzardo -el nombre mismo demuestra la impor- mente resultaba más real que doña Bárbara redimida -además esa redención
. H·,
no tiene continuidad-, desde el. _punto de vista novelesco, argumental,
corusca de / un obsediente rubí �upcial)" o confesaba: "en el insomnio de mis noches :_ sensorial, sino respondía a lo queJung definía como analogía entre la estructura
áridas / me chupan de la sangre los fluidos / con sus trompas agudas las cantáridas";
ora oía voces de "psiquis familiares", músicas astrales, ritmos de ultratumba, disonancir.s . psicológica de los residuos históricos y la de los productos inconscientes
siderales, veía amadas fantasmales, migraciones de almas y mensajeros del más alhí. ' modernos. La relación llano, tierra bravía y salvaje, naturaleza indómita e
Terminó su vida hundido en un mundo espectral que propiciaban el consumo constante indiferenciada, barbarie, patria violentada, todo ello impersonal, requería
que hacía de éter "milagrosa escala" y del alcohol ("El alcohol mi mente fosfórica
inflama / en el cadavérico azul de su llama: / nephente que infunde narcótico olvido / o : una representación humana, con la que se satisficiera la libido toda poderosa
chispazo eléctrico en gas comprimido"). Gustaba de esa h arce.ica y la ponía para ks de Gallegos y de los lectores convocados a esa celebración artística y ritual.
palabras que empezaban con teo y para armonía. Verba!izaba sustantivos y adjetivos: Tan sólo cuando las cosas, la naturaleza, las ideas adoptan forma humana,
superficializan, noltalgizan, etc., procedimiento que se volverá a encontrar en la vanguardia
de 1928. No temía usar palabras que el puritanismo de la época condenaba corno pubis, cuando encarnan en la figura del héroe o antihéroe, existen para la ficción
útero matriz y ombligo. En el espejo de su musa miraba a su alma vue1t'1 Ivkdusa. narrativa: saga, leyenda, poema, cuento o novela, etc., Doña Bárbara repre­
Entr;gado a la teosofía y :i las sensaciones de la metempsicosis definió el arte corno s�ntará �quella relación geográfica, cultural, sociológica y psicológica con
"Apocalipsis de la Naturaleza / do se rompen los siete sellos del Porvenir ... ". La
poesía y las drogas le ayudaban a transformar su tórrida y aletargada ciudad polvorosa de virtudes mmanentes de ficción poética y narrativa. Pero esa misma relación
Coro en una cita de divinidades mitológicas, de figuraciones literarias femeninas y de . no �uede circunscribirse a un limitado marco nacional, regional, por cuanto
heroínas bíblicas. La alcoba familiar también se transfiguraba en "la gruta de r>:ármol contiene valores universales, arquetipales, arcaicos. Doña Bárbara, ·en su pro­
en donde / brinda el haschich al huésped mirífico conde" y se ve "la iridiscente columna
de llama / columna estruendosa de truenos de gama". yección más distante, personificará la naturaleza misma, ya no sólo llan�ra vene­
ªLa canción Ojos verdes del compositor mexicano Juventino Rosas está dentro de la zolana, Y en
_ esa _ dimensión escapará definitivamente al propósito galleguiano, a
mayor ortodoxia de lr. estética finisecular. la referencia nacionalista y edificante, a los límites de la novela y de la literatura,

XXVI XXVII
" ,
f·.
para ofrecer nuevas imágenes que interesarán �asta a la Psiquiatr�a como lo ..,
_ , , · creación. Su tarea edificante la cumplió a cabalidacl. Lo demás corresponde
demuestra el estudio del Dr. Raúl Ramos Calles quien vera en dona Barbara, ¡¡;{..
a quienes sienten la necesidad y tienen la capacidad de seguir más allá
con ortodoxia junguiana, una imagen de la madre terrible, devoradora de ho1:1-
bres, fémina primordial que, como la naturaleza, procrea y destruye su propia
f de la letra escrita, el fulgor despedido por un símbolo literario o no.
Procreación en una interminable rueda de nacimientos y muerte, de retonos �· ¡. Desde la perspectiva fundamentalmente literaria doña Bárbara puede em­
y deshojamientos. parentarse con personajes de tragedia clásica en quienes combaten las fuerzas
f' incontrolables del Destino y de la Providencia. La vampiresa termina desdo­
Es tamos en el u1nb ral de una secular unidad 1nitológica: la de las divi- ¡_ blándose en una imagen benéfica de ella misma. ¿Desapareció bajo este aspecto
nidades de muerte y fecundidad, veneradas por la humanidad desde sus orí- f. o volvió a su forma maléfica? ¿Quién era doña Bárbara, la devoradora ele
genes. Las cosas deben morir cuando cumplen su ciclo v�t� l para que otras f
. de hombres o la maligna a quien amor redime? Estos juegos de figuraciones
cosas nazcan. La mente primitiva, los hombres de la ant1guedad, los c�ltos ¡ espectrales conceden a doña Bárbara sus proyecciones diversas, entre la que
de muerte y renacimiento, las religiones, multiplicaron las repre �entac1ones esplende misteriosamente la de esfinge de la llanura con su carga genealógica
antropomorfas de esa concepción ambivalente de la naturaleza Y asi, .en todas grávida del pe.cado de incesto .
las culturas salvaies o evolucionadas, en todos los textos sagrados escntos Y en ¿Quién puede asegurar que el hombre del presente no sigue interrogado
las leyendas oral�s, aparece siempre en sociedad con la muerte, la imagen de la por ella? ¿Dónde se la encuentra si no es dentro de uno mismo? ¿El sueño ..
Gran Madre de la Hembra procreadora y devoradora, de una suerte de
de morir entre sus brazos no persiste? La vasta producción de monstruos,
Prostituta sairada, Madre Tierra indiferenciada ora benéfica y fértil, ora m�I¿­
catástrofes y horrores que surte los mercados del cine, la industria editorial,
fíca y destructora. Las dos caras de la naturaleza �an dado luga1: tamb1en
el teatro y la plástica ¿no responderán al vértigo secular de unirse con la
a inacabables representaciones antagónicas. La vampira de las estét:� as deca­
_ muerte para recibir de ella la inmortalidad? ¿Las Lolitas, las niñas "objeto
dentes de fin. del siglo pasado, la fiera de los ojos verdes, la muJ :r tarantula , la
_ sexual" de nuestro tiempo no son forma� del Vampiro secuhr? Alguien
chupadora de sangre, la carnívora dañera, deriva de las figuraciones maléficas ha de recopocer algún día, en los sedientos rebullones de Juan Primito, nuncios
con las que se quería exorcizar e inclinar hacia la fertilida? � la bondad, la
_ del crimpn, el paso de las aves nocturnas que acompañan a Drácula y los
energía cósmica de la naturaleza indócil, incorltrolable, mdiferenciada. La
espectros de mujer con alas de murciélago que chupan la sangre de un
sociedad cerebralizada de la Belle Epoque, se regodea malsanamente en esa
niño, en los collages de Marx Ernst.
iconografía perversa que responde, por lo demás, a la gran destrucción qt:e
el hombre está haciendo de la naturaleza, a su castración telúrica, a su neurosis Caracas. Primera semana de abril 1976.
de civilizado.
Doña Bárbara, por lo tanto, continúa la serie de esfinges devoradoras e inte­
Juan LrsCANO
rrogadoras y al proyectar su existencia de ficción novelesca desboi:da el cauce
de la literatura y se confunde finalmente con formas de arquetipo de una
feminidad puramente energética que tan sólo accede al espíritu cuando este la
fecunda de manera solar, mística.
,,'' Pero 1a protagonista de la novela no puede ser identificada 1e un modo
.
mecánico y directo ni Gallegos leyó a Jung y a Fr:,ud � se hund10 : n lecturas
_
sobre simbología y mitología, para componer a ?ona �arbara. Sus mtenc1ones
eran precisas y limitadas. Pero así como resulta imposible prever todas y cada
una de las consecuencias de una acción humana, sobre todo en sus proyec­
.
ciones futuras la creación de un ente de ficción profundamente concebido
dentro de sí �ismo, adquiere autonomía existencial tant? más dilat�da c uanto
,
sean ricos los estratos ocultos de donde procede. Relac10nar a dona Barbara
con las imágenes y significaciones expuestas en est�s páginas, no interpretan
.
las intenciones del novelista ni responden al sentido que quiso darle a su

9Raúl Ramos Calles: Los personaies de Rómulo Gallegos a través .del Psicoanálisis.
Caracas, Editorial Grafolit, 1947, 2• Edición, Caracas, Monte Av1la Editores.

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