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En alguna ocasión surgen los debates sobre si un aguacate, un tomate o una calabaza son
una fruta o una verdura. Pues bien, los tres son frutas y vamos a explicarte el porqué.
Lo primero que debemos entender es qué es una fruta, una verdura e incluso una hortaliza.
La verdura es la parte verde de la hortaliza. Son los alimentos de hoja y tallos tiernos,
mientras que la hortaliza se refiere a los frutos, tallos, raíces o semillas, entre otros.
Por su parte, la fruta es la parte de la planta que surge a partir de una flor. Las frutas
contienen semillas.
Una vez aclarado estos tres términos, seguro que nos resultará más sencillo saber cuándo un
alimento es una cosa u otra, aunque para ello, en algunos casos de frutas o verduras no muy
conocidas, tendremos que conocer cómo es la planta para poder saber de qué parte proviene
y así poder clasificarla.
Los tomates son un alimento que generan mucha polémica ya que, desde el punto de vista
botánico y según las definiciones anteriores, se trata de una fruta ya que contiene semillas.
Sin embargo, culinariamente hablando, por su sabor, hay quien lo clasifica como verdura.
El calabacín, calabaza, aguacate, pepino, pimientos y berenjenas son frutas también, a
pesar de que habitualmente lo situemos en el grupo de las verduras.
Como en casi todo, hay excepciones. Tenemos frutos como el plátano que no tienen
semillas. Se trata de una fruta híbrida y estéril, resultado de un cruce entre variedades de
plátanos silvestres que sí tienen semillas. En realidad, si abrimos un plátano podemos
apreciar en la zona central unos pequeños puntos negros que recuerdan a las semillas.