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Los hijos en edad adolescente no tienen por qué ser un misterio para sus padres.
Al igual que usted, ellos buscan desesperadamente ser queridos y aceptados;
libran luchas diarias contra su autoimagen, sus cambios corporales y un mundo
en constante cambio. ¿Qué puede hacer usted para acompañarlos en esta época
de transformaciones radicales? Al identificar a los adolescentes con los erizos,
los autores proponen herramientas e ideas para aproximarse a sus hijos desde
un lugar empático y amoroso. Una lectura importante para toda persona que
trabaje con adolescentes o necesite una guía práctica para atravesar por
situaciones difíciles con ellos.
Ideas fundamentales
Los adolescentes son sensibles y hostiles, pero necesitan aceptación y seguridad,
como los pequeños erizos.
Para acercarse a su hijo es necesario aprender a escucharlo más allá de lo que dice.
Encuentre el “ladrillo suelto” en la muralla de hostilidad de su hijo adolescente.
La comunicación abierta y efectiva debe construirse sobre el amor, la confianza y
el respeto.
Establezca actividades en común a través del funcionamiento del hogar.
Poner límites sin severidad le permitirá a su hijo aprender a ser responsable de sí
mismo.
Los adolescentes están a la defensiva porque enfrentan retos sumamente difíciles.
Tener “la charla” sobre sexualidad es importante, pero no lo reduzca a una sola
conversación.
Ayude a sus hijos a evitar elecciones peligrosas y aprender de los fracasos
mediante la práctica de la responsabilidad.
Refuerce su autoestima mediante la escucha, la comunicación y el servicio a los
demás.
Resumen
Los adolescentes son sensibles y hostiles, pero necesitan aceptación
y seguridad, como los pequeños erizos.
Los adolescentes humanos guardan ciertas similitudes curiosas con los erizos.
Se trata de criaturas nocturnas a las que les gusta explorar, con poca
sofisticación en cuanto a sus hábitos alimenticios y con una tendencia a cerrarse
en sí mismos cuando se sienten amenazados. Para los padres de familia los
adolescentes pueden ser parecidos a erizos, los cuales tienen una enorme
necesidad de aceptación, seguridad y atención, pero quienes, a la vez, están
recubiertos de púas de colágeno, sumamente puntiagudas. ¿Cómo hacer, pues,
para que sus hijos adolescentes se sientan con la seguridad de acercarse a usted?
Otra situación donde hay que leer entre líneas es cuando buscan información en
usted para “un amigo”; lo que en realidad buscan es sentirse escuchados sin ser
juzgados, así como conocer de antemano las posibles repercusiones de ciertas
acciones. Observe su comunicación no verbal, los gestos que utilizan, si se les ve
cómodos o relajados cuando tratan de comunicarse con usted.
Muchas veces sus hijos tratarán de llamar la atención de una manera hostil para
expresar su frustración; intente no ser demasiado severo con ellos, y en su lugar
tómelo como una oportunidad de encontrar el “ladrillo suelto”. Este ladrillo
metafórico es un interés, una afición o algo que despierte la curiosidad de su
hijo y le permita colocarse en un lugar de vulnerabilidad donde sea más sencillo
comunicarse con él o ella. Para encontrar dicho ladrillo puede responder tres
preguntas mediante la observación del comportamiento de su hijo:
No considere las cenas familiares como una entrevista o una evaluación del día,
sino como un momento para compartir con sus seres queridos, sin el pretexto
de una ocasión especial, como un cumpleaños, un logro personal o profesional,
o la Navidad.
Uno de los temas más apremiantes de la adolescencia son los cambios físicos y
emocionales por los que atraviesan. Hablar con ellos sobre el crecimiento y el
sexo es importante, pero lo es aún más enmarcar sus cambios físicos (como la
acné, la atracción sexual, los cambio en los aromas propios) dentro de un canal
de comunicación siempre abierto y seguro. Para cumplir con este propósito,
además de la actitud de apertura y ausencia de juicio, los padres deben tener
información científica, rigurosa y de primera mano. Si usted no cuenta con esta
información, puede investigarla o recurrir a un profesional de la salud para
recibirla.
Procure ahondar en las preguntas que ellos externen en vez de demostrar que
usted sabe y ellos no. Abordar las prácticas sexuales de los adolescentes, así
como la atracción, el deseo y el amor, no implica incitarlos a comenzar una vida
sexual a temprana edad. Por el contrario, hablar con franqueza de estos temas
con ellos los hace sentir respetados y responsables. De hecho, existen estudios
que demuestran que los adolescentes más activos sexualmente suelen ser los
menos informados. Mantener abiertos los canales de comunicación, usar los
términos correctos y hablarles con respeto les permitirá abordar su sexualidad
de manera responsable cuando ellos lo crean conveniente. Piense que, sin
importar lo que usted opine al respecto, es mejor que ellos cuenten con
información y sean responsables de sí mismos, en lugar de prohibirles prácticas
o castigarlos por ejercerlas.
Las elecciones peligrosas son aquellas para las que el adolescente no tiene
suficiente información, o bien, aquellas cuyas consecuencias pueden afectar el
curso de su vida. De estas elecciones destacan los embarazos no deseados, las
enfermedades de transmisión sexual y las adicciones, así como las relaciones y
comportamientos antisociales. Por desgracia, la información no siempre será
suficiente para evitar los comportamientos de riesgo, pero es un proceso
proactivo en el que usted puede tomar parte al tocar dichos temas con ellos.