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Vigotsky nació en la Rusia zarista de 1896 bajo el ascenso y censura del régimen estalinista en
una organización económica social no capitalista y en breve tiempo se convirtió en un intelectual
marxista.
Vigotsky poseía una fuerte formación filosófica que incluía tanto el estudio de la obra de Hegel y
Marx como la de Espinoza. Era un notable estudioso muy actualizado, influido también por el
psicoanálisis freudiano, el conductismo americano, la psicología de la gestalt y fue lector de la
temprana obra piagetiana.
Numerosas preguntas y polémicas atraviesan los usos y lecturas de su obra,propondremos
analizar inicialmente tres cuestiones:
El lugar de la educación, en sentido amplio en la teoría del desarrollo de Vigotsky. Y en segundo
término el problema de lo escolar como práctica educativa específica creadora de formas a su vez
específicas de desarrollo que llevan, a la cuestión de la explicación y los problemas de predicción
acerca del desarrollo las posibilidades de aprehender problemas, muchas veces condensados en un
tratamiento superficial o descontextualizado de la categoría de zona de desarrollo próximo, sin duda
una de sus ideas más difundidas.
Vigotsky formuló desde un inicio la idea de que lo que mueve el tormentoso régimen de sentidos
que condensará en una lluvia de palabras y significados, son los vientos conscientes o no de la vida
afectiva. Está analogía meteorológica es de Vigotsky y a pesar de su carácter “didáctico” curiosamente
modeliza el proceso del pensamiento verbal por analogía con procesos, que requieren una explicación
por la vía de sistemas complejos abiertos e inciertos.
En el proceso vigotskiano no contamos como aliado aparente para la adquisición del
pensamiento científico al pensamiento espontáneo, del mismo modo que buena parte de nuestro
pensamiento resulta inefable, es decir, intraducible o no expresable en palabras. En la enseñanza
escolar o en las prácticas culturales estamos co-construyendo modos específicos de pensamiento
ordenados por el potencial descontextualizador que poseen ciertas prácticas específicas con
instrumentos semióticos específicos como la escritura los sistemas notacionales variados de las
disciplinas y sus sistemas conceptuales.
El agrimensor el pueblo y el castillo de kafka.
El espacio escolar posiciona a los sujetos como hombres o mujeres comunes, agrimensores o
Señores que acceden o no a Castillos de sentidos posibles. Nuestros alumnos solo podrán advertir el
sentido del enorme esfuerzo de sostén de rutinas escolares y de trabajo cognitivo para aprehender la
ciencia, la matemática, la escritura experta de una manera no memorística ni al pie de la letra, si
comprenden y se identifican o resisten, al menos parcialmente, con los motivos que la cultura y la
escuela proponen.
Para Vigotsky la escolarización supone la apropiación o desarrollo de “nuevos motivos” por parte
del alumno. Crucialmente requiere de la comprensión y desarrollo de los motivos que la cultura posee
para el despliegue de tales actividades.
El espacio escolar posee, entonces, una legalidad propia y diferenciada de los contextos de
producción o uso del conocimiento y, por lo tanto, resulta en sí mismo una experiencia social a transitar,
un espacio habitar cuyos sentidos se nos revelan múltiples y relativamente opacos.
¿A qué tradición o afiliación al respecto pertenece Vigotsky? ¿Qué lugar ocuparía en las
prácticas de escolarización en la tradición vigotskiana? ¿Definiría nuestra pertenencia o no a la
comunidad académica vigotskiana? El paradigma histórico-cultural se enfoca primordialmente en el
desarrollo histórico-universal y trata las culturas como segmentos de la línea espiral de desarrollo
Universal de las sociedades,mientras que el paradigma sociocultural trata las culturas como prácticas
particulares y relaciones desarrolladas en una sociedad particular en una situación
histórica dada. En el paradigma histórico-cultural, el telos del desarrollo social es conocido para las
sociedades “atrasadas”. El lugar del poder para el paradigma histórico-cultural, está ubicado en
herramientas culturales más avanzadas y para el paradigma sociocultural en la relación entre
comunidades y grupos sociales.
El telos en el paradigma sociocultural, sería desconocido o emergente, de antemano como
presupondría una perspectiva de progreso moderna, qué es la que refiere el autor atribuyéndola al
paradigma histórico cultural.
Las prácticas de escolarización poseen un inevitable carácter político y han sido ordenadas por
criterios organizacionales normativos y normalizadores -como la simultaneidad y el agrupamiento por
edades cronológicas, que sientan criterios de gradualidad/ normalidad- con cierto sentido civilizatorio/
misional descansando sobre supuestos de progreso modernos, con exagerada confianza, como vimos
en la racionalidad técnico/científica y el poder de dominio instrumental de la naturaleza y lo social.
Pero sí se siente perteneciente a la comunidad académica vigotskiana, en la versión del
paradigma sociocultural, claro está.
La obra de Vigotsky pone al desnudo problemas educativos cruciales como el de la diversidad
del desarrollo humano, el carácter performativo de las prácticas de escolarización y sus efectos y
naturaleza siempre políticos.
Multiplicidad e incertidumbre.
Hay formas de organización de los procesos de desarrollo, por ejemplo cognitivo, que poseen,
como una relativa autonomía funcional, por lo cual reclaman un nivel de discurso propio pero, sin
embargo, tal autonomía funcional no tiene porqué presuponer independencia ontológica o genética.
Vigotsky enuncia expresamente al “significado de la palabra” como unidad de análisis del pensamiento
verbal como un microcosmos de conciencia humana.
Los sujetos muestran su multiplicidad, sus tensiones internas y su entrelazamiento con las
situaciones en las que están implicados. Su desarrollo es, en este sentido estricto, no predecible en
detalle. La noción de Zona de Desarrollo Próximo tan prolífica en aplicaciones al campo
psicoeducativo, encierra una complejidad y porta unas consecuencias con las que probablemente
muchos autores curiosamente no se identifiquen. Refiere a la diferencia entre lo que un sujeto es
capaz de resolver en forma autónoma a su (nivel o zona de desarrollo real o actual) y lo que es
capaz de resolver en colaboración con un adulto o un compañero más capaz (nivel de desarrollo
potencial). Precisamente será la actividad intersubjetiva, por ejemplo “la buena enseñanza'' la que
produzca crecientes niveles de desarrollo autónomo toda vez que lo que hoy es nivel de desarrollo
potencial mañana será nivel de desarrollo autónomo gracias a la actividad intersubjetiva oportuna que
permita tal autonomía.
El desarrollo futuro de sujeto sólo es predecible con cierto detalle cuando la situación es que
habitará las presumimos conocidas de antemano y constantes.
La vivencia como unidad de análisis del desarrollo de la personalidad. La vivencia, o experiencia
atribuida de sentido, propone capturar relaciones dinámicas entre lo objetivo y subjetivo, externo e
interno y afectivo y cognitivo.
Bien vale recuperar la conclusión de que toda práctica educativa es práctica política ya que
su efecto es de gobierno del desarrollo, en tanto inevitablemente lo canaliza hacia ciertos cursos
posibles.