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La entrevista
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9.1. Dimensiones psicosociales de la comunicación mediante entrevista
El proceso de comunicación que tiene lugar al abordar una recogida de
información mediante entrevista, depende de las relaciones entre los tres com-
ponentes básicos presentes en la situación de entrevista: entrevistador,
entrevistado y tema en cuestión. Como este método no puede practicarse en el
vacío, hay que advertir que el flujo informativo y las relaciones mencionadas
están en conexión con el contexto sociocultural al que pertenecen.
Falta de tiempo
La realización de una entrevista ocupa tiempo. Por ello, el entrevistador tiene
que ingeniárselas para hacer un hueco en la agenda de sus potenciales
entrevistados. La baza del entrevistador no es otra sino la flexibilidad, su buena
disposición a adaptarse al calendario y horario del entrevistado. A veces puede
ocurrir que la entrevista empiece sin problemas de incompatibilidad horaria
entre las actividades del sujeto y la entrevista, pero aquellos pueden surgir
posteriormente provocando una disminución o alteración de la atención del
informante.
Convenciones sociales
El entrevistado se autocontrola ante ciertos tipos de información en presencia
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del entrevistador. La comunicación adquiere la forma dada por los tabúes,
secretos y censuras (lo que Simmel llamó “mentiras vitales”), ciertos mensajes
sólo se transmiten en relaciones personales restringidas. Se trata de una especie
de autocensura social que puede ser superada mediante la selección de un
entrevistador adecuado o recurriendo a técnicas especiales que redefinan la
situación de modo que se supere la etiqueta habitual.
Amenaza al autoestima
El entrevistado tiende a retener cualquier información que crea puede dañar su
autoestima o que haya sido especialmente desagradable. Esto englobaría desde
la represión, hasta el extremo menos intenso de querer dar información
temiendo las consecuencias; pasando por una situación intermedia, en la que se
encuentran aquellos sujetos que quieren colaborar, pero temerosos de una
posible desaprobación del entrevistador. Hay que tener en cuenta el posible
sentimiento desagradable que el informante revive al rememorar una determi-
nada experiencia.
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experiencia original a la luz de la información obtenida después del suceso,
cambiando datos y fechas intencionadamente o no. Esta situación es la más
frecuente y supone un problema si se pretende conocer la percepción original
de la situación.
Antes de resolver esta barrera de comunicación, el entrevistador deberá advertir
la existencia de lagunas en la memoria del entrevistado, ya que este no siempre
avisa (“no recuerdo”) sino que sigue hablando, rellenando los huecos con lo
que su imaginación le sugiera.
Generalización
Conviene animar a los entrevistados a concretar. En la información con un alto
grado de generalización están ausentes los aspectos temporales, espaciales y las
situaciones o sucesos específicos. En general, resulta más difícil obtener
información específica cuando el informante no tiene una clara percepción de
la experiencia en cuestión debido a lo ambiguo, confuso y emotivo de esta.
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Experiencia de reconocimiento social
En ocasiones, la entrevista constituye una experiencia novedosa para el
entrevistado, encuentra una motivación desencadenada por la curiosidad que le
transmite el entrevistador o por la oportunidad que este le da de salir de la
rutina. Además, la entrevista ofrece oportunidades de dar distintas clases de
reconocimiento y apoyo social al entrevistado. La experiencia de ser
seleccionado y de sentir que se tiene una información que otros necesitan suele
ser gratificante.
Comprensión y apoyo
La comprensión se refiere a la necesidad humana de compartir las alegrías y las
penas, los éxitos y los fracasos. A diferencia del reconocimiento social, que es
aportado por personas ajenas al círculo íntimo, la comprensión se consigue en
relación con un miembro del grupo primario. Pero puede conseguirse también
por parte del entrevistador.
Mediante la comprensión se puede llegar hasta a dar apoyo social a los
informantes, aunque ese no sea el motivo de la entrevista. El apoyo social puede
consistir en el proceso por el que una persona desahoga sus tensiones
emocionales comunicándolas. Se trata de una experiencia cotidiana y
generalizada que el entrevistador puede provocar durante la entrevista, una vez
que se ha conseguido una atmósfera de comprensión.
Recompensas extrínsecas
La expresión se refiere a aquellos pagos en dinero o en especie que el
entrevistador puede ofrecer al entrevistado para conseguir su cooperación. Este
tipo de recompensas son más necesarias cuando las intrínsecas a la interacción,
como son las anteriores, decrecen o se exige al entrevistado una mayor dedica-
ción. Esta clase de refuerzos no debe ofrecerse si produce una autoselección
entre los potenciales sujetos, desanimando a quienes lo consideren humillante, o
sobremotivando a otros que vean en ello un negocio.
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9.2. Elementos clave en la preparación de la entrevista
Las dimensiones psicosociales de la comunicación expuestas en los apartados
precedentes muestran algunas de las complejidades de la entrevista en tanto
interacción cara a cara y situación comunicativa. Conviene ahora detenerse en
la figura del entrevistador, abordando en primer lugar la importancia de sus
características personales, por un lado, y, por otro, los roles que como
entrevistador puede desempeñar. Posteriormente se tratarán las condiciones
materiales (tiempo, lugar y registro) de la entrevista, para a continuación
exponer algunas de las tácticas más usuales que se pueden emplear con objeto
de animar la recogida de información relevante y valida. Lo relativo a la
selección de los entrevistados se presenta al hablar del diseño y análisis de la
entrevista, en el ultimo apartado de este capítulo.
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En definitiva, la importancia de los roles del entrevistador depende de la rela-
ción que se cree con el entrevistado. Dos dimensiones básicas de esta relación
tienen que ver con la condición del entrevistador de miembro o extraño al
grupo al que pertenece el entrevistado, y con su estatus relativo de superioridad,
igualdad o inferioridad. Ambas dimensiones pueden tanto inhibir como facili-
tar el flujo de ciertos tipos de información. La preferencia por una u otra, o por
las dos, dependerá de la información que se necesite. Veamos ahora los tipos de
roles a que dan lugar.
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Se utiliza aquí la concepción de Merton sobre el grupo de pertenencia (aquel o aquellos de
los que formamos parte) y el grupo de referencia (aquel o aquellos que tomamos como fuente
de nuestras orientaciones normativas y valorativas) (en la edición de 1980: capítulos X y XI)
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ser varias: que la posición del entrevistador simbolice una obligación moral de
dar una información veraz; que su posición tenga un atractivo para el
informante necesitado de “reconocimiento”; que el entrevistador ofrezca
recompensas externas. Estas ventajas no siempre se presentan ante el rol de
superior estatus, debe explorarse previamente cómo será recibido dicho rol.
El rol de igualdad de estatus. En este caso hay que suponer una relación entre
iguales exenta de competitividad o conflicto. Las principales ventajas son la
ausencia de “amenaza al ego” y el menor grado de “convención social”
presente, normalmente, en las relaciones entre iguales.
El rol de inferioridad de estatus. Cuando el estatus del entrevistador es inferior
al del entrevistado puede ocurrir que este acepte la entrevista y sólo se sienta
obligado a dar una información mínima con la que despachar al entrevistador.
Por ello esta relación exige del entrevistador mostrar una gran competencia en
su rol central, para compensar las desventajas de su rol auxiliar de subordi-
nación.
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9.3. Tácticas de entrevista
A la hora de realizar una entrevista es necesario traducir las consideraciones
teóricas en recomendaciones prácticas y operativas. No se trata de reglas fijas, ni
de técnicas sofisticadas. Son simplemente modos de proceder, pequeños recur-
sos verbales o de comunicación interpersonal que han ido ganando
reconocimiento a partir de la experiencia de entrevistadores e investigadores.
Hay una clase de tácticas que pueden avanzarse en el guión de entrevista. Estas
consisten en trazar un esquema en el que se anticipen los modos de abordar el
tema central y las cuestiones secundarias. Esta elaboración previa a la entrevista
incluye tener listos una serie de argumentos que sirvan para pasar de unos
temas a otros, o preguntas de amplio espectro que conduzcan gradualmente al
entrevistado a los aspectos relevantes para los objetivos de la entrevista.
También es aconsejable contar con las cuestiones apuntadas antes para motivar
al entrevistado e interesarle en el tema en cuestión. Otra clase de tácticas son
aquellas que no pueden organizarse de antemano, sino que el entrevistador las
pone en práctica en el curso de la entrevista. Se trata de formas de
comportamiento verbal y no verbal empleadas cuando la declaración del
entrevistado no es relevante, clara o completa.
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Silencio. Se debe emplear en el momento adecuado y no confundirla con el
“silencio embarazoso”. Consiste en una especie de “pausa permisiva”, que
deja al entrevistado relatar sus opiniones al ritmo que prefiera. Existe el peligro
de excederse en el uso del silencio y dejar al entrevistado falto de apoyo y
orientación en la entrevista.
Preparación
1. Familiarizarse profundamente con los fines de la investigación antes de
comenzar la entrevista.
Preliminares
3. Buscar una manera sencilla y natural de entrar en contacto con los sujetos,
realizando ensayos previos con personas del mismo medio social, que no vayan
a formar parte de la muestra.
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detalles sobre las circunstancias del mismo.
Cómo presentarse
6. Presentarse de manera sencilla y natural informando sobre el equipo investi-
gador y sobre el entrevistador/a concreto.
a) Finalidad de la investigación
b) Confidencialidad de las respuestas. Este es un tema sobre el cual se debe
insistir de manera muy especial.
13. No mezclar nunca las propias impresiones con las respuestas del sujeto.
14. No inventar nunca una respuesta que no haya sido dada, aun cuando se esté
seguro de que se hubiera respondido así.
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15. Revisar las notas tomadas inmediatamente después de haber terminado la
entrevista; añadir las modificaciones suplementarias necesarias mientras están
aun frescas en la memoria. Si se descubren omisiones importantes, cosas sin
sentido o notas ilegibles, no hay que dudar en volver a entrevistar al sujeto de
que se trate en la post-entrevista.
a) Aspectos verbales:
- no dar consejos
- no discrepar ni oponerse
- no interrumpir
- estar atento
Finalización de la entrevista
18. Si una entrevista ha de ser interrumpida a causa de unas determinadas
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circunstancias, hay que arreglárselas para terminarla en la primera ocasión que
se tenga. No saltar preguntas para abordar los puntos principales.
La post-entrevista.
Puede considerarse un recurso más que el entrevistador debe saber aprovechar
en el encuentro de entrevista. Se trata, como su nombre indica, de una
prolongación del encuentro entre entrevistador y entrevistado en el que se da
por concluida la entrevista formal, y se produce una cierta redefinición de la
situación y de los roles respectivos. Este apéndice de entrevista, en ocasiones a
“micrófono cerrado”, puede cumplir algunas funciones muy interesantes:
Este proceso esta guiado por el marco teórico y los objetivos del estudio. De
hecho, la recogida de información se orienta mediante análisis provisionales. Al
comienzo del trabajo de campo se cuenta con un marco conceptual impreciso,
que se va revisando en el curso del proyecto. El propio guión de las entrevistas
se suele modificar de una entrevista a otra, de acuerdo con el progreso que se
vaya haciendo en la comprensión del fenómeno investigado. El análisis, por
tanto, se hace “secuencialmente”, siendo la etapa final la que comprende el
tratamiento y la presentación de los resultados. Hasta el momento de la
composición de los casos y el análisis comparativo de los mismos, la conceptua-
lización no adquiere una base firme. Sólo entonces se está en disposición de
ofrecer la interpretación de la información recogida, la síntesis de los diferentes
tipos de observaciones tomando cuerpo y sentido en las coordenadas teóricas
utilizadas.
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Se tratarán en un capítulo posterior. Aquí se considera que la presencia del cuestionario
estructurado y la orientación estadística de las encuestas requiere un tratamiento diferenciado
de las entrevistas.
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de otros diversos tipos, como por ejemplo las utilizadas para reconstruir
historias de vida), centradas en profundizar en las experiencias de los
sujetos.
2.b. Entrevistas focalizadas (informantes cualificados). Ya se han
presentado las aportaciones de Merton (1980 y 1987) sobre las mismas,
se diferencian de las anteriores en su enfoque centrado en un tema o
pocos temas.
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9.6.1. Características
Las entrevistas en profundidad siguen el modelo de una conversación entre
iguales y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas. (Taylor y
Bogdan, 1996) Mantiene rasgos en común con la observación participante
desde la perspectiva de incidencia del entrevistador/observador. Al principio se
avanza lentamente, con el fin de establecer un rapport con los entrevistados,
aunque, a diferencia de la observación participante, aquí no puede hablarse de
falta de preparación del escenario.
Algunos autores (Taylor y Bogdan, 1996) han sistematizado las diversas moda-
lidades de entrevista en profundidad. Desde nuestro punto de vista, podrían
señalarse esencialmente dos:
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Se denomina “rapport” a la dedicación del entrevistador para conseguir motivar a un
sujeto. El “rapport” se refiere a la situación de comunicación en su conjunto, a la atmosfera
o clima conseguido en la relación entre el entrevistador y el entrevistado.
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a) Sus intereses son claros y están bien definidos. Aunque en
investigación cualitativa los intereses de la investigación son
necesariamente amplios y abiertos, la claridad y especificidad de lo que
se esta interesado en estudiar varía según los investigadores. Por ejemplo,
un investigador puede estar interesado en términos generales en escuelas
y maestros, mientras que otro puede interesarse en el modo en que los
maestros ingresan en la profesión. Las experiencias directas anteriores y
la lectura de otros estudios cualitativos puede ayudar a centrar los
intereses de la investigación. A esto se debe que las entrevistas en
profundidad vayan de la mano con la observación participante.
b) Los marcos o escenarios, o las personas, no son accesibles de otro
modo. Por ello, como se indicó previamente, se recurre a las entrevistas
en profundidad cuando se desean estudiar acontecimientos del pasado o
no se puede tener acceso a un determinado tipo de escenario o de
personas.
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Además, los entrevistadores, en cuanto tales, al no observar directamente a las
personas en su vida cotidiana, no conocen suficientemente el contexto para
comprender muchas de las perspectivas en las que están interesados.
En su comparación de la observación participante con las entrevistas, Becker y
Geer (1957) enumeran una serie de defectos de estas: es probable que los
entrevistadores comprendan mal el lenguaje de los informantes, que estos no
quieren o no pueden manifestarse en determinadas cuestiones, o que sólo se
pueden conocer a través de su observación en la vida diaria. A pesar de ello,
probablemente ningún investigador propugnaría el abandono de las entrevistas
en profundidad como enfoque básico en la metodología cualitativa.
Existen diversos modos de guiar las entrevistas iniciales en este tipo de investi-
gación. Según Taylor y Bogdan (1986) se puede realizar mediante preguntas
descriptivas, relatos solicitados, guiones orientativos o documentos personales
que se comentan juntos.
En el caso de las preguntas descriptivas, se pide al entrevistado que describa,
enumere o bosqueje acontecimientos, experiencias, lugares o personas relacio-
nados con su vida, sin que se estructuren las respuestas. Así, en una entrevista a
una persona en que la institucionalización tuvo fuerte impacto en su vida, se
sigue esta experiencia con profundidad, pidiéndole que describa lugares tales
como las salas en que había vivido, un día típico en las diferentes salas, sus
amigos en la institución, tareas que le asignaban, etc.
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bajo fuertes influjos de carácter cultural.
Mientras los entrevistadores cualitativos tratan de desarrollar una relación
abierta y honesta con los informantes, deben estar alerta ante eventuales exa-
geraciones y distorsiones en las historias. En la investigación cualitativa, el
problema de la sinceridad es difícil, a pesar de que el entrevistador no esta
interesado en la verdad per se, sino en perspectivas. En contraste con la
observación participante, al entrevistador le falta el conocimiento directo del
modo en que actúan las personas que estudia en sus vidas cotidianas.
Por ello el investigador tiene la responsabilidad de establecer controles cru-
zados sobre las historias de los informantes. Para ello debe examinar la
coherencia de lo expresado en diferentes relatos del mismo acontecimiento o
experiencia; asimismo, para controlar las afirmaciones de los informantes se
deben apelar a tantas fuentes de datos diferentes como resulte posible.
Finalmente, queda pendiente la cuestión de la grabación de la entrevista en
algún soporte magnético. Como se ha dicho antes, los dispositivos automáticos
generan reactividad en el sujeto entrevistado, pero, en la entrevista, dado que su
razón de ser es la obtención de una información personalizada, existe como un
consenso implícito relativo a la pertinencia y necesidad de guardar esta
información para analizarla con el tiempo necesario. No obstante, es obvio que
no se deben grabar las entrevistas si ello hace que los informantes se sientan
incómodos; por supuesto, han de dar su consentimineto. Incluso así, el
micrófono no debe ser intrusivo.
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- La entrevista se centra en la información y las experiencias de las per-
sonas entrevistadas, con el propósito de contrastar las hipótesis y ave-
riguar respuestas o efectos no anticipados.
La técnica de informantes clave es un tipo de entrevista semiestructurada que
suele ser considerada como una entrevista focalizada, es decir, centrada en la
recogida de una información muy precisa sobre un tema o una serie de
aspectos de un tema concreto. Se basa en la información aportada por personas
cuya posición les permite conocer determinada realidad, sea por su acceso
privilegiado a la información o porque son líderes de opinión. Se selecciona a
los informantes por su conocimiento de la comunidad, su población, sus
problemas y sus actitudes. Normalmente los informantes clave suelen ser: fun-
cionarios públicos, educadores, personal de servicios sociales y de salud,
sacerdotes, directores de programas, líderes de grupos comunitarios, etc.
El primer paso de una investigación de informantes clave consiste en definir los
objetivos del estudio, para de esta forma poder seleccionar a las personas que
puedan aportar la información más relevante. A continuación se construye un
cuestionario o escala de entrevista que permita a los investigadores obtener
información comparable de todos los informadores.
3. Prioridades actuales.
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8. En los programas o planes previstos por las administraciones
competentes, se tienen en cuenta estas necesidades formativas? ¿Cómo?
¿Disponen de recursos? ¿Hay plazos para iniciar las acciones necesarias?
9. ¿Qué se hace actualmente en relación a las necesidades de formación
sin cobertura en otros municipios o Comunidades Autónomas? ¿Quién y
cómo lo hace?
Como se puede ver, se respetan ciertos criterios. En primer lugar, sólo se tratan
unos pocos temas (las necesidades formativas y lo que se puede hacer).
Además, se presentan ordenados de una manera lógica que resultará fácil de
recordar y aplicar (de lo general a lo más concreto, por ejemplo). Se plantean
las preguntas de forma abierta, con diversas posibilidades, para facilitar su
planteamiento si los informantes no responden con detalle. Finalmente, se
introduce alguna o algunas preguntas para contrastar la consistencia de las
respuestas y abrir nuevas posibilidades (en el guión anterior, cumplía dicha
función la pregunta 7)
La técnica que se utiliza con los informantes clave es, en un primer momento, la
entrevista personal, casi nunca se desarrolla mediante entrevistas grupales para
evitar interferencias. Dicha técnica permite altas tasas de respuesta.
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