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APLICACIONES Y

TENDENCIAS DE
TECNOLOGÍAS DE LA
INFORMACIÓN EN LA
GESTIÓN PÚBLICA
[Subtítulo del documento]

MÓDULO II
UCLM, 2021-22

Jesús Punzón Moraleda


Jesus.Punzon@uclm.es
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 3
II. EFICACIA Y EFICIENCIA COMO PRESUPUESTO BÁSICO DEL DESARROLLO DE
LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA .............................................................................................. 5
III. LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMO PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA
MODERNIZACIÓN DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS ........................................... 6
1. Elementos básicos para convergir en la sociedad del conocimiento ................................... 8
IV. ASPECTOS MÁS RELEVANTES EN MATERIA DE MEDIOS ELECTRÓNICOS QUE SE
HAN INTRODUCIDO EN LA LPACAP PARA POTENCIAR E IMPLEMENTAR LAS TIC .. 9
1. Presupuesto y TIC ............................................................................................................. 10
2. Problemas en la implantación efectiva y definitiva de la Administración electrónica...... 11
V. EL FUTURO PRÓXIMO: LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL ........................................... 13
VI. BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................... 14
ANEXO 1. LEGISLACIÓN ......................................................................................................... 15
ANEXO 2. JURISPRUDENCIA .................................................................................................. 17
1. Tribunal Constitucional .......................................................................................................... 17

1
ABREVIATURAS

- AA.PP.: Administraciones Públicas

- CE: Constitución Española

- TIC: Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

- CC.AA.: Comunidades Autónomas


- EE.LL.: Entes Locales

- IA: Inteligencia Artificial

- LAECAP: Ley 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los


Servicios Públicos

- LRJPAC: Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico y Procedimiento


Administrativo Común

- LRJSP: Ley 40/2015, de 1 de octubre, sobre Régimen Jurídico del Sector Público, BOE 2
octubre 2015, núm. 236.
- LPACAP: Ley 39/2015, de 1 octubre, Ley del Procedimiento Administrativo Común de
las Administraciones Públicas

- RDL 11/2018: Real Decreto-ley 11/2018, de 31 de agosto, sobre transposición de directivas


en materia de protección d ellos compromisos por pensiones con los trabajadores,
prevención del blanqueo de capitales y requisitos de entrada y residencia de nacionales de
países terceros y por el que se modifica la Ley 39/2015, de 1-10-2015

- STC: Sentencia del Tribunal Constitucional

2
I. INTRODUCCIÓN

Por todos es conocido el avance espectacular que han sufrido las Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TIC) en los sectores público y privado, aunque, especialmente, nos interesa
los efectos que ha producido en el primero de ellos como paradigma de la modernización de la
Administración.
Cada persona, de forma individualizada, ha tenido una experiencia personal en su relación íntima
con las nuevas tecnologías, historias en las que su uso y adaptación en la mayoría de los casos han
supuesto un reto respecto del fenómeno cibernético.
En mi caso particular, ha habido dos momentos más o menos especiales. En primer lugar, la
reflexión que me produjo leer en la Gaceta de Madrid una Real orden de 12 de febrero de 1900 en
la que por primera vez en España se habilitó la presentación de instancias y documentos realizados
mediante un instrumento revolucionario para la época: la máquina de escribir. Textualmente se
indica en la Norma de la Presidencia del Consejo de Ministros: “SS. MM. el Rey y la Reina
Regente (Q. D. G.) y Augusta Real Familia continúan en esta Corte sin novedad en su importante
salud, REAL ORDEN: Excmo. Sr.: Vista la petición formulada por D. Antonio Comyn en
instancia fecha 1.° del corriente solicitando que en todas las oficinas del Estado, de las provincias
y de los Municipios se admitan las instancias y demás documentos hechos con máquinas de
escribir, en los mismos términos y con los mismos efectos de los escritos ó copiados á mano:
Considerando que no existe ninguna razón administrativa ni de otra índole que aconseje no admitir
en las oficinas anteriormente citadas las instancias y demás documentos que en ellas se presenten
hechos con máquinas de escribir, siendo más clara y fácil su lectura que muchos de los escritos á
mano, y cuya legalidad consiste en la autenticidad de la firma que los suscribe y no en que estén
hechos precisamente con letra manuscrita; S. M. el Rey (Q. D. G.), y en su nombre la Reina
Regente del Reino, ha tenido á bien disponer que en todas las oficinas del Estado, provinciales y
municipales se admitan cuantas instancias y documentos se presenten hechos con máquinas de
escribir, en los mismos términos y con iguales efectos de los escritos ó copiados á mano. De Real
orden lo digo á V. S. para su conocimiento y efectos consiguientes. Dios guarde á V. S. muchos
años. Madrid 12 de Febrero de 1900. Francisco Silvela”1.
Llama la atención en el documento transcrito la referencia a legalidad de los documentos
realizados con este “instrumento mecánico”, es decir, la legalidad del documento mediante la
verificación de la firma manuscrita sin importar tanto cómo se ha realizado o si el cuerpo del
documento estaba redactado íntegramente de forma manuscrita, de ahí que el legislador realice
una equiparación entre los documentos escritos a mano y con máquina de escribir, siendo lo
importante la autenticidad de la firma de la persona que lo suscribía2. Se trataría, como en otros

1
Real orden de 12 de febrero de 1900, Gaceta de Madrid, lunes 19 de febrero de 1900, Tomo I, p. 607, núm. 50.
2
Sobre este tema permítanme que traiga a colación un pequeño párrafo que escribí en el año 2005 en un libro pionero
en la materia en España que tuve la oportunidad de dirigir, Administraciones Públicas y Nuevas Tecnologías (Ed. Lex
Nova, Valladolid), en el que escribí un capítulo titulado “E l documento tecnológico en el ámbito jurídico administrativo”,
p. 73: “En cuanto a la validación de los documentos, por todo el mundo es sabido que las formas comunes han sido
las firmas manuscritas y los sellos. Piénsese que las dos formas indicadas, las tradicionales por excelencia, siempre
han tenido como fin la autenticación del texto que llevaba incorporado el papel o cualquier otro soporte utilizado a lo
largo de la historia. Incluso, en muchos momentos históricos se ha hecho uso de las dos de forma conjunta para
reforzarse de forma mutua. Si la firma manuscrita es personalísima, se puede producir de forma inmediata una
falsificación consistente en la imitación de la misma, pero si a la firma unimos un sello, el cual es único, personal y

3
importantes supuestos, de un devenir de tecnológico que ha ido transformando la Administración
Pública, lo que en palabras de SÁNCHEZ RODRÍGUEZ se manifestaría a través de innovación
de la tecnología, hecho que, sin duda alguna, se comparte con dicho autor, y que ha supuesto la
evolución más importante de la Administración Pública en España tras el modelo napoleónico
impuesto por los moderados en el siglo XIX3.
Ciento tres años después se incorporó a nuestro ordenamiento jurídico una regulación más precisa
sobre la equiparación de firmas. Me estoy refiriendo a la Ley 59/2003, sobre firma electrónica, en
cuyo artículo 3.44 se establece que “La firma electrónica reconocida tendrá respecto de los datos
consignados en forma electrónica el mismo valor que la firma manuscrita en relación con los
consignados en papel”. Tal y como se puede observar, las grandes ideas, las nucleares, aquellas
sobre las que gira la lógica del Derecho y del sentido común jurídico persisten en el tiempo sine
die.
En segundo lugar, he de mencionar un libro que me marcó de forma singular en este proceso de
acercamiento a la informática, me refiero a Cibernética, Derecho y Sociedad, de Vittorio
FROSINI5, que recomiendo leer de forma encarecida puesto que en él, máxime si tenemos en
cuenta los cuarenta y un años que han transcurrido desde su primera edición, se abordaron la
mayoría de los temas que están candentes en la actualidad: el “derecho artificial”, la
automatización jurídica y administrativa, la mecanización de los servicios administrativos las
aplicaciones de la cibernética, las perspectivas de la investigación jurimétrica, el estudio de la ética
en relación con la cibernética, el problema de la “conciencia artificial” y su vinculación a las
máquinas “inteligentes” y, en general, los problemas jurídicos que el desarrollo de la informática
y de la información planteaban en aquellos momentos. Leer este libro me supuso, al principio de
los años noventa, entender desde una perspectiva distinta a la jurídica cuáles y en qué
circunstancias se estaban dando pequeños pasos en referencia a la evolución de la actuación
administrativa. En este sentido, no todo estaba por descubrir, pero sí una gran parte por desarrollar
y aplicar.
Otra de las cuestiones importantes sobre la que quiero incidir en esta introducción es precisamente
en el concepto amplificado que se está manejando en la Unión Europea en relación con lo que
tradicionalmente se ha denominado Administración Pública, concepto sobre el cual ya se ha
incidido en el módulo primero del MGAP. En efecto, diversas normas, entre ellas la de
Procedimiento Administrativo Común han realizado, en referencia al ámbito subjetivo de
aplicación, una división que va más allá de la tradicional, la que de forma genérica se le ha
denominado en el tiempo Administración Pública. De esta forma, actualmente el sector público
engloba a la Administración General del Estado, a las Administraciones de las Comunidades
Autónomas, a las Entidades que integran la Administración Local y al denominado sector público

distintivo de quien lo utiliza, entonces obtenemos una forma escritural unida a la mediación esfragística, que suponen
dos obstáculos consolidados y cuya falsificación es más complicada, que no imposible, tal y como se ha podido
comprobar en numerosos episodios de la historia antigua y reciente. Por tanto, la firma como supuesto autenticador,
y el sello, como fortalecedor —al que en muchas ocasiones podríamos añadir el papel especial utilizado como soporte
y otras medidas de seguridad—, han supuesto las garantías básicas de los documentos públicos administrativos”.
3
SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Francisco, Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la
Administración Pública como paradigmas de un servicio público eficaz y eficiente prestado a los ciudadanos, en
Administraciones Públicas y Nuevas Tecnologías, Ed. Lex Nova, Valladolid, 2005, p. 31.
4
Ley 59/2003, de 19 diciembre, de Firma Electrónica de 2003, RCL 2003\2975, BOE 20 diciembre 2003, núm. 304,
[pág. 45329].
5
Vittorio FROSINI, Cibernética, Derecho y Sociedad, Ed. Tecnos, Madrid, 1982 (ed. Italiana: Cibernetica, diritto e
societá, Edizioni di Comunitá, Milano, 1978).

4
institucional, este último integrado a su vez por los organismos públicos y entidades de derecho
público vinculados o dependientes de las Administraciones Públicas, las entidades de derecho
privado vinculadas o dependientes de las Administraciones Públicas, que quedarán sujetas a lo
dispuesto en las normas de esta Ley que específicamente se refieran a las mismas, y en todo caso,
cuando ejerzan potestades administrativas y las Universidades públicas, que se regirán por su
normativa específica y supletoriamente por las previsiones de la LPACAP. Sin embargo,
solamente tienen consideración de Administraciones Públicas la Administración General del
Estado, las Administraciones de las Comunidades Autónomas, las Entidades que integran la
Administración Local, así como los organismos públicos y entidades de derecho público
vinculados o dependientes de las Administraciones Públicas6.

II. EFICACIA Y EFICIENCIA COMO PRESUPUESTO BÁSICO DEL


DESARROLLO DE LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA

Ambos principios, el de eficacia y el de eficiencia están recogidos en la Constitución española, lo


cual nos puede hacer comprender con facilidad la importancia de los mismos como parámetros de
actuación de la Administración Pública.
El principio de eficiencia se muestra esencial en el entono económico, es por ello por lo que el
artículo 31.2 CE -Principio de capacidad económica y no confiscatoriedad- establece que “El gasto
público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución
responderán a los criterios de eficiencia y economía”.
Por su parte, el de eficacia7, se consagra en el artículo 103.1 CE -Funciones y órganos de la
Administración. Funcionarios- del siguiente modo: “La Administración Pública sirve con
objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía,
descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al
Derecho”.
Así, mientras que la eficiencia está vinculada a la buena administración del gasto público o, lo que
es lo mismo, a una optimización de los recursos económicos, la eficacia se traduce de numerosas
formas para que sea visible para los ciudadanos8: a través de la descentralización de funciones, de
una Administración profesionalizada, de lo que se ha venido a denominar en su conjunto “buena
administración”, a una planificación adecuada de las gestiones administrativas, a la adecuación de
los servicios públicos9, etc.

6
Sobre el tema del concepto de sector público, que brevemente se expone en el texto, puede consultarse el artículo de
ÁLVAREZ HERRANZ, Beatriz, “Comentarios al artículo 2 de la Ley 39/2015”, en Régimen jurídico del Sector
Público y Procedimiento Administrativo Común, Dir. Miguel Ángel Recuerda Girela, 1ª ed., Aranzadi-Thomson
Reuters, Cizur Menor (Navarra), 2016, pp. 59-71.
7
Es importante consultar la aportación realizada por el profesor PAREJO ALFONSO, Luciano, “La eficacia como
principio jurídico de la actuación de la Administración Pública”, Documentación administrativa, núm. 218-219, 1989,
pp. 15-66.
8
En sentido amplio, y conjugando ambos términos en el estudio, puede consultarse a ADSUARA VARELA, Borja,
De la Administración eficaz a la Administración eficiente, en Eficacia del derecho (teoría y aplicaciones), Coords.
Ángel Sánchez de la Torre e Isabel Araceli Hoyo Sierra, Ed. Dykinson, Madrid, 2010, pp. 113-126.
9
Sobre el tema de los servicios públicos es muy interesante leer con atención el trabajo, ya clásico, de PAREJO
ALFONSO, Luciano, La eficacia administrativa y la calidad total de los servicios públicos, en El derecho

5
La correcta aplicación de ambos principios se debe traducir, de forma necesaria, en una actuación
administrativa que siempre garantice los derechos de las personas. Según mi criterio, este sería el
punto de partida de la aplicación de las nuevas tecnologías y, por ende, de la modernización de las
Administraciones Públicas en sentido amplio, hecho que debiera provocar como consecuencia
directa una equilibrada eficiencia de la actividad pública.
Hemos de indicar que, lejos de las primeras disposiciones en las que el principal objetivo era el
impulso básico de las técnicas y medios electrónicos, informáticos y telemáticos, como sucedía en
el ya derogado artículo 45 de la LRJPAC10, en la actualidad se ha pasado a la concreción con
carácter universal de las TIC en las distintas especialidades del Derecho administrativo. En este
sentido, hemos asumido que el personal de las AA.PP. debe de estar, aun desde el inicio de la
prestación de sus servicios, cualificado para desarrollar una actividad administrativa que le
permitan moverse en entornos tecnológicos más o menos avanzados, capaz de manejar, con la
debida formación específica en cada caso, las distintas aplicaciones electrónicas, informáticas y
telemáticas adscritas a su labor administrativa, a su entorno tecnológico.
Por tanto, y desde esta perspectiva, resulta evidente que el principio de eficacia se va a configurar
como el elemento estabilizador entre la actividad administrativa y los recursos de que disponen las
AA.PP.11. Supone el principio citado un equilibrio entre lo que denominaba el profesor ORTEGA
“actividad de prestación”, cuyo objetivo básico era la implantación de derechos colectivos de las
personas, y la “actividad de autoridad”, en el que debe de garantizarse que la actuación
administrativa se realiza conforme a Derecho12.

III. LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMO PUNTO DE


INFLEXIÓN EN LA MODERNIZACIÓN DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Tal y como hemos mencionado con anterioridad en relación con el principio de eficacia recogido
en el artículo 103 CE, se debe producir una relación simbiótica unidireccional en las relaciones
interadministrativas entre las AA.PP. y las personas. Este debe de ser el eje central figurativo en
el que se conjugue, desde la analítica de la eficiencia, la idea de la modernización de las estructuras
administrativas, o lo que es lo mismo, el control eficaz y eficiente de las transferencias de la
información.
Para la consecución de esta transferencia resulta necesario que se produzcan de forma habitual
relaciones sociales y económicas en las que el tiempo de interactuación se minimiza y se eliminan
las barreras materiales entre los sujetos implicados. Esta idea es básica en la implantación de las
TIC porque ayuda de forma decisiva a modificar la conducta de relación entre las AA.PP. y las
personas, infiriendo de forma decisiva en elementos de conocimiento de estas últimas. De ahí que

administrativo en el umbral del siglo XXI: homenaje al profesor Dr. D. Ramón Martín Mateo, Coord. por Francisco
Sosa Wagner, Vol. 2, 2000, especialmente pp. 1960 y ss.
10
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo Común, RCL 1992\2512,
BOE 27 noviembre 1992, núm. 285, [pág. 40300].
11
ORTEGA ALVAREZ, Luis Ignacio, “El reto dogmático del principio de eficacia”, RAP, núm. 133, 1994, p. 11.
12
ORTEGA ALVAREZ, Luis Ignacio, “El reto dogmático...”, op. cit., p. 13.

6
la información deba de ser tratada como un instrumento al servicio del conocimiento en el marco
virtual de lo que se ha venido a denominar sociedad de la información. Así entendida la sociedad
del conocimiento se nos muestran las TIC como el instrumento idóneo para que las personas
comprendan con suma facilidad cuál es el papel que interpretan entro del complejo contexto
“interadministrativo”.
Por esta razón los conceptos de sociedad del conocimiento y sociedad de la información quedan
vinculados de forma necesaria en la planificación de la gestión administrativa. En otras palabras,
en la actualidad la sociedad de la información debe de ser entendida en sentido amplio puesto que
nos aporta los datos necesarios para desarrollar el conocimiento aplicado a una actividad
administrativa concreta, mientras que la sociedad del conocimiento, en palabras de
CASTELFRANCHI13 “is now acknowledged and looked for as a capital (‘intangible’, yet more
important than the ‘tangible’ capital…”), lo que traducido a nuestro interés específico debe de
permitir que las AA.PP. tomen medidas (basadas en el principio de eficacia) que les permitan
transformar de forma adecuada toda la información acumulada en recursos que de una forma
directa o indirecta se pongan al servicio de las personas, de los “usuarios” a que deben de disfrutar
de los servicios públicos en el marco de la “Administración del bienestar”. De ahí que los
estudiosos del tema hayan identificado perfectamente los recursos productivos intangibles de las
Administraciones públicas con los recursos humanos y el conocimiento, es decir, aquellos que son
intangibles14.
Parece por tanto claro que el actual modelo de sociedad requiere una interconexión prácticamente
continua y una evolución hacia unas relaciones tecnológicas más sencillas y flexibles que hagan
posible que cualquier persona, al margen de tener unos conocimientos relativamente amplios en
materia de tecnología, pueda interaccionar con las AA.PP., lo que se traduce en una demanda clara
y concisa, que hemos de entender ligada al principio de eficiencia, de una gestión administrativa
transparente.
De igual forma, desde el principio de eficacia se demandan más procesos administrativos
automáticos y sencillos junto con una oferta más amplia de servicios electrónicos y telemáticos.
La idea todos la tenemos asimilada salvo en los aspectos de inversión que requiere una gestión
pública más eficiente. Es el aspecto económico, tal vez, lo que provoca que el sistema no avance
de una forma tan rápida como al menos demanda una parte del sector poblacional. Este importante
factor requiere una estrategia más homogénea y armónica en el tiempo, razón por la cual se
necesita, a nivel funcional, crear grupos de gestión administrativa que sean mucho más productivos
utilizando elementos como la innovación, la reorganización estratégica de los servicios que se
dispensan, un estudio singular de los datos que posee la Administración para que generen un
conocimiento estructurado y la creación de modelos que hagan posible un estudio de la
información para mejorar de forma continua el servicio que se presta a todas aquellas personas
que están ligadas a los distintos niveles administrativos.
A mi juicio, es necesario crear grupos de trabajo vinculados a proyectos interadministrativos que
puedan compartir las experiencias de la propia gestión administrativa desde Administraciones
distintas pero con funcionalidades similares. A través de esta estrategia sería posible realizar

13
CASTELFRANCHI, Cristiano, “Six critical remarks on science and the construction of the knowledge society”,
Journal of Science Communication, núm. 6, 2007, p. 1.
14
MARTÍNEZ, José Ángel, LARA-NAVARRA, Pablo y BELTRÁN, Pilar, “La influencia de la sociedad del
conocimiento en la modernización de la Administración pública”, Uocpapers, núm. 3, 2006, p. 3.

7
estudios cualitativos que pusieran en valor adecuado el capital humano, la información y el
conocimiento que atesora la Administración.

1. Elementos básicos para convergir en la sociedad del conocimiento

Si dispusiéramos de recursos económicos suficientes deberíamos utilizar cuatro elementos


esenciales para obtener a medio plazo una gestión administrativa de calidad.
El primero de ellos es, sin duda alguna, el entorno humano, las personas, sin las cuales sería
imposible cualquier avance significativo. Un buen grupo cohesionado, bien dirigido y de una
calidad contrastada es fundamental en cualquier entorno administrativo, razón por la cual
entendemos que es el pilar básico de cualquier acción vinculada a la gestión administrativa.
El segundo, estaría relacionado con la Administración tecnológica. En él incluiríamos todos los
instrumentos tecnológicos que están al servicio de la Administración: en sentido general, el
hardware y todos los soportes informáticos basados en software, siendo necesario para conseguir
que este segundo elemento sea productivo a medio y largo plazo una inversión sistemática y
uniforme en el tiempo que permita al primer elemento, al capital humano, poder gestionar,
experimentar y aplicar, a la vez que crear e innovar, en los procedimientos de gestión
administrativa.
El tercer elemento no es otro que crear las bases tecnológicas de los procedimientos
administrativos para plasmarlos en un entorno tecnológicamente accesible a los usuarios de las
AA.PP. Para ello es necesario realizar un uso inteligente de la gestión documental puesto que
hemos de entender que es la parte central de todo el sistema si queremos conseguir que los
procedimientos administrativos tecnológicamente expuestos se puedan aprovechar con su máxima
potencialidad.
Y el cuarto y último elemento sería establecer mecanismos eficaces para acercar las AA.PP a todas
las personas, con independencia de la cultura tecnológica de las mismas. La Administración debe
de intentar llegar a todos los grupos poblacionales que la componen y no incurrir, como sucede en
la actualidad, en una posición estática a la que solamente pueden acceder aquellas personas que
tienen unos conocimientos tecnológicos básicos para poder interactuar con la misma. Bien es
verdad, que con el tiempo esto no será necesario. Resulta evidente que las nuevas generaciones
podríamos decir que llevan en el ADN implícito el manejo de las nuevas tecnologías que están a
nuestra disposición, algo impensable tan sólo hace unas décadas. No obstante lo indicado, hay que
subrayar que este elemento es un pilar esencial para modificar el carácter unidireccional que ha
llevado a cabo tradicionalmente la Administración Pública en las comunicaciones con las
personas. En este sentido, el carácter de las comunicaciones virtuales tiende a acercar y a potenciar
el intercambio de información entre los sujetos implicados, la Administración y personas, aunque
nunca debemos dejar de lado en el sistema la ayuda que prestan las AA.PP. a través de sus oficinas
de información administrativa, aspecto este que ha sido trasladado a nuestra LPACAP, norma
vigente sobre procedimiento administrativo, en su artículo 12 -Asistencia en el uso de medios
electrónicos a los interesados-15.

15
Ley 39/2015, de 1 octubre, Ley del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, BOE
2 octubre 2015, núm. 236, [pág. 89343, núm. Págs. 67].

8
IV. ASPECTOS MÁS RELEVANTES EN MATERIA DE MEDIOS
ELECTRÓNICOS QUE SE HAN INTRODUCIDO EN LA LPACAP
PARA POTENCIAR E IMPLEMENTAR LAS TIC

La Ley vigente sobre procedimiento administrativo16 ha supuesto un pequeño paso hacia delante
en lo que se refiere al uso de las nuevas tecnologías, aunque aún queda mucho por hacer para
eliminar la burocracia tradicional tramitada en papel.
Hay dos cuestiones que resultan fundamentales y respecto de las cuales se está luchando con
verdadero ahínco: por un lado, poco a poco eliminando la presencia física de las personas en las
sedes administrativas y, por otro lado, se está instaurando un sistema de procesos administrativos
mucho más transparentes que tienen como efecto inmediato mayor confianza por parte de las
personas que se relacionan con la Administración.
Podemos afirmar que estamos en un momento de expansión de las TIC y que la teoría y la práctica,
si bien se complementan, también es cierto que nos hacen vislumbrar un horizonte con excesivos
claroscuros. En este sentido podemos indicar que hay que seguir planteando una dura batalla a dos
elementos clave: uno, la accesibilidad y, otro, la falta de seguridad o desconfianza en el uso de
las nuevas tecnologías y, por ende, en el intercambio de información mediante medios
informáticos, electrónicos o telemáticos.
Con la LPACAP el legislador ha intentado consagrar la, de forma inexacta, denominada
“administración electrónica”, puesto que ha intentado implementar en el texto normativo el uso de
los medios electrónicos con carácter ordinario, compromiso en la transformación hacia la
utilización básica de las nuevas tecnologías que tiene su origen tanto en el artículo 45 de la
LRJPAC, al que con anterioridad ya hicimos alusión, como en sentido amplio a la LAECAP 17, en
la actualidad virtualmente derogada, puesto que hay determinados aspectos que aún siguen en
vigor, precisamente, relacionados con la implantación de las TIC.
Una de las cuestiones sobre la que se ha querido incidir de forma puntual es el tema de la
simplificación, puesto que se había detectado como una ineficiencia evidente la complejidad de
los procedimientos administrativos existentes, aunque, bien es verdad, la mayor apuesta simplifica
activa ha residido precisamente en el uso de las TIC más que en replantearse los conceptos
jurídicos tradicionales de Derecho administrativo. Resulta paradigmático, por ejemplo, que el
concepto de acto administrativo no haya variado en más de cien años prácticamente y que
pretendamos aplicar procedimientos tecnológicos avanzados sin aportar un nuevo enfoque sobre
el tema. Una afirmación de estas características debiera plantear un debate en profundidad sobre
las instituciones básicas del Derecho administrativo, ya que es en el fondo sobre lo que estamos
incidiendo, aunque mucho me temo que seguimos anclados en los aspectos tradicionales básicos
y que aún nos cueste establecer distintos niveles en cuanto a la intensidad de esta rama del Derecho.
Al igual que, por ejemplo, hemos sabido adaptar el uso de la firma electrónica en sus diversas
variables a los procedimientos y, por tanto, hemos regulado su aplicación en función de una
intensidad que hemos predeterminado previamente, igual se podría hacer en el ámbito general del

16
Para un trabajo de mayor calado, sería necesario estudiar de forma conjunta las Leyes 39/2015 y 40/2015 (Ley de
Régimen Jurídico del Sector Público, BOE 2 octubre 2015, núm. 236), puesto que la segunda de las normas
mencionadas está dedicada a las relaciones interadministrativas, bien ad intra, bien ad extra.
17
Ley 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos, BOE 23 junio 2007,
núm. 150.

9
procedimiento, aunque, resulta obvio, nos cuesta muchísimo trabajo desligarnos de las ataduras
históricas del Derecho administrativo.
Consecuencia del “miedo escénico” al cambio jurídico tradicional, propiciado, en gran parte, por
sentirnos vinculados a los grandes maestros que han escrito la historia intrínseca del Derecho
administrativo, no se ha evolucionado con tanta rapidez como hubiera sido deseable, pudiéndose
establecer tres fases perfectamente diferenciadas a grandes rasgos: la primera, fue la de
introducción paulatina, muy tímida, por cierto, de las bondades que de las tecnologías incipientes
dejaban entrever, fase de difícil determinación temporal en su origen pero que entiendo que podría
concluir con la promulgación de la LRJPAC (año 1992); la segunda, abarcaría hasta la aparición
en escena de la LAECAP (año 2007), norma que, sin duda alguna, marcó un hito en el en el
Derecho administrativo y que representó un impulso sin precedentes de las TIC en el marco de las
relaciones Administración-administrados, fase que podemos entender como el momento de mayor
impulso e inicio de la consolidación de la utilización de los medios informáticos, electrónicos y
telemáticos; y la tercera, con la aparición de la LPACAP (año 2015), donde superada la fase de
impulso y de implantación material de las TIC, se simplifica y se reforma el procedimiento para
consolidar su aplicación ordinaria en las relaciones administrativas integrando las dos normas
indicadas de las fases primera y segunda, y se profundiza en la consolidación de los procedimientos
de base electrónica.
Tal y como se ha advertido desde algún foro administrativo, se ha producido una asimetría entre
deberes y derechos de las personas y el compromiso de las AA.PP. para seguir profundizando en
la utilización de medios electrónicos, informáticos y telemáticos pues es de pura lógica entender
que la propia Administración debe resolver ad intra, en primer lugar, todos los problemas de
comunicaciones internas que siguen arrastrando desde los años noventa.
En la actualidad, a mi juicio, aunque poco a poco se van reduciendo las distancias en la utilización
de las nuevas tecnologías, como ya antes se ha advertido, se ha producido una adaptación a dos
velocidades entre las personas administradas que ya se denunciaba tras a la aparición de la
LAECAP. Para un grupo de ellas, las más privilegiadas por utilizar de forma cotidiana las nuevas
tecnologías, el avance legislativo en la materia ha supuesto una mejora notable puesto que el
acceso a la información de los procedimientos es mucho más ágil, no es necesaria tanta presencia
física para resolver los asuntos administrativos, hecho que ha motivado que existan menos
desplazamientos y que el horario sea mucho más flexible y, en cierto modo se ha producido un
acceso universal a la Administración.

1. Presupuesto y TIC

Uno de los aspectos que debemos tener en cuenta es el de la financiación dedicada a las TIC18 que,
aún hoy en día, es uno de los elementos en el que mayor énfasis reparan los estudiosos del tema.

18
La parcialmente derogada Ley 30/1992 sobre procedimiento administrativo hacía varios incisos sobre esta cuestión.
Así, por ejemplo, la Disposición adicional segunda -Informatización de registros- indicaba ad litteram lo siguiente:
“La incorporación a soporte informático de los registros a que se refiere el artículo 38.3 de esta Ley, será efectiva
atendiendo al grado de desarrollo de los medios técnicos de que dispongan”.
Téngase en cuenta, de forma más detallada, que la LAECAP está derogada salvo las referencias relativas al registro
electrónico de apoderamientos, registro electrónico, punto de acceso general electrónico de la Administración y
archivo único electrónico que se derogarán el 2 octubre 2018 por disp. derog. Única.2 b de la LPACAP.

10
En una Administración Pública con evidentes problemas de financiación, el salto hacia las TIC y
su implantación efectiva hacen muy complicado consolidar en la práctica todas las buenas
intenciones que tienen los legisladores para la implantación de las mismas, no sólo en la esfera del
Estado, sino de forma particular y muy especialmente en el ámbito de la Administración
descentralizada, las CC.AA. y los EE.LL.
Hecha esta observación, es cierto que la propia Administración ha reducido los costes en la
tramitación de sus expedientes y procedimientos, motivo por el cual podemos indicar, sin temor a
equivocarnos, que se ha conseguido una mayor productividad y eficiencia en las nuevas gestiones
administrativas, reduciendo sensiblemente la carga burocrática que se ha venido sufriendo
históricamente y que ha afectado a las personas administradas desde tiempos inmemoriales.

2. Problemas en la implantación efectiva y definitiva de la Administración


electrónica

A ciencia cierta sabía el legislador que era prácticamente imposible homogeneizar y armonizar de
forma simultánea a todas las AA.PP. debido, como ya hemos advertido, a un problema básico de
financiación de las TIC.

Esta previsión se pudo constatar en la Disposición final séptima -Entrada en vigor-, en la que
expresamente se estableció, primero una entrada en vigor amplificada (“La presente Ley entrará
en vigor al año de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado” -tres meses lo fue para la
entrada en vigor de la LRJPAC-), y una previsión especial de vacatio legis para determinados
elementos, por otra parte, básicos, de la futura administración electrónica: “No obstante, las
previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos, registro electrónico, registro de
empleados públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la Administración y
archivo único electrónico producirán efectos a los dos años de la entrada en vigor de la Ley” -la
negrita y el subrayado es nuestro-, es decir, con una entrada en vigor inicial que debía de haberse
producido el 2 de octubre de 2018, por lo que hasta ese momento la Disposición transitoria cuarta
-Régimen transitorio de los archivos, registros y punto de acceso general- que establece que
“Mientras no entren en vigor las previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos,
registro electrónico, punto de acceso general electrónico de la Administración y archivo único
electrónico, las Administraciones Públicas mantendrán los mismos canales, medios o sistemas
electrónicos vigentes relativos a dichas materias, que permitan garantizar el derecho de las
personas a relacionarse electrónicamente con las Administraciones” -la negrita y el subrayado es
nuestro-. Pues bien, en el Título V del RDL 11/2018, se modificó la Disposición final séptima de
la LPACAP en los siguientes términos: “No obstante, las previsiones relativas al registro
electrónico de apoderamientos, registro electrónico, registro de empleados públicos habilitados,
punto de acceso general electrónico de la Administración y archivo único electrónico producirán
efectos a partir del día 2 de octubre de 2020.” -la negrita y el subrayado es nuestro-.

Tal y como se puede observar, la vacatio legis establecida en la norma anteriormente citada ha
sido necesaria porque la Disposición final séptima se ha se ha revelado insuficiente en relación

11
con el cumplimiento de sus objetivos que, además, debe de realizarse de acuerdo con las
previsiones contendidas en la STC (Pleno) Sentencia 55/2018, de 24 mayo (RTC\2018\55)19.

Otro tema relevante, aunque lo trataremos de forma escueta, es el debate entre la obligación o el
derecho que subyace en la norma de procedimiento común. Mientras que para las personas físicas
se concibe la relación electrónica como un derecho, es de obligado cumplimiento para las personas
jurídicas, las entidades sin personalidad jurídica, quienes ejerzan una actividad profesional para la
que se requiera colegiación obligatoria (para los trámites de actuaciones que realicen con las
AA.PP. en ejercicio de dicha actividad profesional), notarios y registradores de la propiedad y
mercantiles, para aquellos que representen a un interesado esté obligado a relacionarse
electrónicamente con la Administración y para los empleados de las AA.PP. en referencia a los
trámites de actuaciones que realicen con ellas por razón de su condición de empleado público.
Resulta cuanto menos paradójico que mientras para el procedimiento administrativo no hay una
obligación genérica del uso de las TIC para las personas físicas en otras materias administrativas
si lo es, como es el caso de la contratación pública, en el que todas las personas que se relacionan
con el órgano de contratación lo deben hacer través de medios electrónicos, informáticos o
telemáticos, obligación que no sólo se ha aplicado a la fase de adjudicación de los contratos sino
que de forma extensiva, y salvo excepciones, también se aplica al resto de las fases contractuales20.

En definitiva, para que todas las AA.PP., especialmente las EE.LL., puedan cumplir los preceptos
referidos, en sentido amplio, a las TIC que contiene la LPACAP, es necesario implantar una serie
de estrategias bien definidas que afronten sin complejos los problemas que se plantean
actualmente.

Entre ellas podemos destacar los siguientes: la conservación de los documentos electrónicos así
como su recuperación, con el objetivo de poder garantizar un sistema de interoperabilidad ajustado
al ciclo de vida de los documentos; la adaptación efectiva al Sistema Nacional de Seguridad y al
Sistema Nacional de Interoperabilidad21; cumplimiento con las prescripciones en materia de
protección de datos de carácter personal22; implementar correctamente la firma electrónica en
todos los ámbitos de las AA.PP., de forma especial en el de las EE.LL., elemento de vital
importancia en el contexto jurídico de dotar eficacia a la fe pública administrativa; desarrollar de
forma conveniente el catálogo de estándares, los metadatos que deben contener los documentos
electrónicos, un sistema de calidad de digitalización de documentos y apoyo tecnológico a las
personas que se relaciones con las AA.PP., lo que a su vez requiere de la correcta aplicación de

19
Sobre esta sentencia del TC puede consultarse los trabajos de FONDEVILA ANTOLÍN, Jorge, “Algunas
acotaciones a la STC 55/2018: colaboración e interoperabilidad versus imposición y uniformidad en la
implementación de la e-administración”, Actualidad Administrativa, núm. 12, diciembre, 2018; y TRIANA REYES,
Belén, “La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley 39/2015, de Procedimiento Administrativo Común.
STC 55/2018, de 24 de mayo de 2018”, Actualidad Administrativa, núm. 9, septiembre, 2018.
20
Véase sobre este tema, por ejemplo, el estudio de RODRÍGUEZ PUÑAL, Elicia, “La dimensión electrónica de la
nueva Ley 9/2017, de contratos del sector público: la perspectiva del licitador”, Actualidad Administrativa, núm. 3,
marzo, 2018.
21
Véase el Real Decreto 3/2010, de 8 de enero, que regula el Esquema Nacional de Seguridad en el ámbito de la
Administración Electrónica, BOE 29 enero 2010, núm. 25 y el Real Decreto 4/2010, de 8 de enero, por el que se regula
el Esquema Nacional de Interoperabilidad en el ámbito de la Administración Electrónica, BOE 29 enero 2010, núm.
25.
22
Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, sobre Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales,
BOE 6 diciembre 2018, núm. 294.

12
diferentes normas técnicas: la de Interoperabilidad de Expediente Electrónico23, la de
Interoperabilidad de Política de gestión de documentos electrónicos24, la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Protocolos de intermediación de datos 25, la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Relación de modelos de datos26 y la Norma Técnica de Interoperabilidad de
Reutilización de recursos de la información27; y, finalmente, de transparencia28, entre otras, porque
hay multitud de prescripciones sobre la materia sobre las cuales realizar una tabla sistemática de
aplicación en el presente estudio.

V. EL FUTURO PRÓXIMO: LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL


Al margen de la necesidad de cambios en el entorno de las TIC para que podamos hablar de una
auténtica administración y gestión electrónica, estamos asistiendo a un paulatino pero uniforme
cambio en el que las relaciones y procedimientos vinculados a la gestión administrativa están
empezando a desplazar a los que podríamos denominar tradicionales. Esta nueva era, la edad de la
información, es de resaltar que se haya expandido a tal nivel en el mundo que podemos hablar sin
ninguna duda de una sociedad de la información globalizada, denominación asumida con gran
claridad desde un punto de vista sociológico y cultural y que cuesta más asimilar desde una
perspectiva jurídica. Es por ello por lo que exponíamos en el punto anterior la existencia de varias
velocidades desde la comprensión de la implantación de las TIC y su manejo, su asimilación, que
no es otra cosa que la expresión en la educación de distintos paradigmas vinculados, como no, a
distintas generaciones.

No podemos en este estudio realizar un análisis adecuado de todo lo que supondrá la implantación
de la IA en un futuro no muy lejano ya que, en primer lugar, incluso deberíamos plantearnos un
extenso debate respecto al concepto. Lo que sí es cierto es que la incorporación de la IA a los
procesos de gestión administrativa va a suponer una revolución en aquellas cuestiones que
podemos identificar como “toma de decisiones”, ya que nos va a poder permitir aportar una
segunda opción mediante la utilización de software lógico o la propia decisión en sustitución del
trabajador que tomaba las decisiones de forma previa.

A un menor nivel, aunque no menos despreciable debido a la importancia relacional entre las
personas y las AA.PP., se están desarrollando desde hace unos años los denominados bots o

23
Resolución de 19 de julio 2011, por la que se aprueba la Norma Técnica de Interoperabilidad de Expediente
Electrónico, BOE 30 julio 2011, núm. 182.
24
Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de Interoperabilidad de Política de gestión
de documentos electrónicos, BOE 26 julio 2012, núm. 178.
25
Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de Interoperabilidad de Protocolos de
intermediación de datos, BOE 26 julio 2012, núm. 178.
26
Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de Interoperabilidad de Relación de
modelos de datos BOE 26 julio 2012, núm. 178.
27
Resolución de 19 de febrero 2013, por la que se aprueba la Norma Técnica de Interoperabilidad de Reutilización de
recursos de la información, BOE 4 marzo 2013, núm. 54.
28
Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, BOE 10
diciembre 2013, núm. 295.

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chatbots, cuyo objeto ha sido evolucionar mediante lenguaje natural las Comunicaciones mediante
un sistema conversacional basado en IA.

De todas formas, parece que los más prometedores y revolucionarios están siendo los sistemas
denominados Machine Learning (aprendizaje profundo) o Deep Learning (aprendizaje
automático), que no son otra cosa que algoritmos de aprendizaje automático con los que se ha
intentado reproducir los procesos intelectivos más abstractos de las personas mediante lo que se
ha venido a denominar redes neuronales profundas, convolucionales y de creencia profundas , en
la mayoría de los casos basados en el aprendizaje de múltiples niveles bien mediante aprendizaje
supervisado o no supervisado.

Otro campo específico ya bastante desarrollado, aunque, de momento, un tanto ajeno a las AA.PP.,
es el denominado Big Data, o análisis de datos estructurados y no estructurados con los que tras
una aplicación algorítmica se obtienen datos imposibles de obtener con las tecnologías
convencionales ya que el volumen a partir del cual se viene utilizando este concepto, en principio,
debe ser superior a los 30 TB. El principal problema en la utilización del Big Data por parte de las
AA.PP. reside, principalmente, en su vinculación con la protección de los datos personales, aspecto
este que, desde un punto de vista jurídico, desconocemos casi en su totalidad cuál es su aplicación
en manos de las empresas privadas. Lo cierto y verdad es que el uso del Big Data podría, por
ejemplo, ser muy útil en la búsqueda de soluciones en relación con la “medicina predictiva”, ya
que son las AA.PP. sanitarias las que poseen nuestros expedientes médicos, lo que podría ser de
gran ayuda a la hora de extraer datos predictivos sobre las formas de vida, alimentación, etc.

Finalmente, vamos a hacer mención brevemente a otra tecnología, ya utilizada en el ámbito


administrativo en España, sobre todo en contratación pública, nos estamos refiriendo al blockchain
(cadena de bloques), que no es otra cosa que una gran base de datos distribuida, segura (cifrada) e
inmutable aplicable a todo tipo de transacciones y que tiene la virtualidad de no necesitar ningún
tipo de intermediarios.

VI. BIBLIOGRAFÍA

- ADSUARA VARELA, Borja, De la Administración eficaz a la Administración eficiente,


en Eficacia del derecho (teoría y aplicaciones), Coords. Ángel Sánchez de la Torre e Isabel
Araceli Hoyo Sierra, Ed. Dykinson, Madrid, 2010.
- ÁLVAREZ HERRANZ, Beatriz, “Comentarios al artículo 2 de la Ley 39/2015”, en
Régimen jurídico del Sector Público y Procedimiento Administrativo Común, Dir. Miguel
Ángel Recuerda Girela, 1ª ed., Aranzadi-Thomson Reuters, Cizur Menor (Navarra), 2016.
- CASTELFRANCHI, Cristiano, “Six critical remarks on science and the construction of the
knowledge society”, Journal of Science Communication, núm. 6, 2007.
- FONDEVILA ANTOLÍN, Jorge, “Algunas acotaciones a la STC 55/2018: colaboración e
interoperabilidad versus imposición y uniformidad en la implementación de la e-
administración”, Actualidad Administrativa, núm. 12, diciembre, 2018.
14
- FROSINI, Vittorio, Cibernética, Derecho y Sociedad, Ed. Tecnos, Madrid, 1982.
- MARTÍNEZ, José Ángel, LARA-NAVARRA, Pablo y BELTRÁN, Pilar, “La influencia
de la sociedad del conocimiento en la modernización de la Administración pública”,
Uocpapers, núm. 3, 2006.
- ORTEGA ALVAREZ, Luis Ignacio, “El reto dogmático del principio de eficacia”, RAP,
núm. 133, 1994.
- PAREJO ALFONSO, Luciano, La eficacia administrativa y la calidad total de los servicios
públicos, en El derecho administrativo en el umbral del siglo XXI: homenaje al profesor
Dr. D. Ramón Martín Mateo, Coord. por Francisco Sosa Wagner, Vol. 2, 2000.
- PAREJO ALFONSO, Luciano, “La eficacia como principio jurídico de la actuación de la
Administración Pública”, Documentación administrativa, núm. 218-219, 1989, pp. 15-66.
- PUNZÓN MORALEDA, Jesús, El documento tecnológico en el ámbito jurídico
administrativo, en Administraciones Públicas y Nuevas Tecnologías, Ed. Lex Nova,
Valladolid, 2005.
- RODRÍGUEZ PUÑAL, Elicia, “La dimensión electrónica de la nueva Ley 9/2017, de
contratos del sector público: la perspectiva del licitador”, Actualidad Administrativa, núm.
3, marzo, 2018.
- SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Francisco, Las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación en la Administración Pública como paradigmas de un servicio público eficaz
y eficiente prestado a los ciudadanos, en Administraciones Públicas y Nuevas Tecnologías,
Coord. Jesús Punzón Moraleda, Ed. Lex Nova, Valladolid, 2005.
- TRIANA REYES, Belén, “La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley 39/2015,
de Procedimiento Administrativo Común. STC 55/2018, de 24 de mayo de 2018”,
Actualidad Administrativa, núm. 9, septiembre, 2018.

ANEXO 1. LEGISLACIÓN

- Constitución Española, de 27 de diciembre 1978, BOE 29 diciembre 1978, núm. 311.

- Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, sobre Protección de Datos Personales y garantía


de los derechos digitales, BOE 6 diciembre 2018, núm. 294.
- Ley 40/2015, de 1 de octubre, sobre Régimen Jurídico del Sector Público, BOE 2 octubre
2015, núm. 236.

15
- Ley 39/2015, de 1 octubre, Ley del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas, BOE 2 octubre 2015, núm. 236.
- Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen
gobierno, BOE 10 diciembre 2013, núm. 295.
- Ley 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios
Públicos, BOE 23 junio 2007, núm. 150.
- Ley 59/2003, de 19 diciembre, de Firma Electrónica de 2003, BOE 20 diciembre 2003,
núm. 304.
- Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo
Común, BOE 27 noviembre 1992, núm. 285.

- Real Decreto-ley 11/2018, de 31 de agosto, sobre transposición de directivas en materia de


protección de los compromisos por pensiones con los trabajadores, prevención del
blanqueo de capitales y requisitos de entrada y residencia de nacionales de países terceros
y por el que modifica la Ley 39/2015, de 1-10-201, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Públicas, BOE 4 septiembre 2018, núm. 214.
- Real Decreto 4/2010, de 8 de enero, por el que se regula el Esquema Nacional de
Interoperabilidad en el ámbito de la Administración Electrónica, BOE 29 enero 2010, núm.
25.
- Real Decreto 3/2010, de 8 de enero, que regula el Esquema Nacional de Seguridad en el
ámbito de la Administración Electrónica, BOE 29 enero 2010, núm. 25.

- Real orden de 12 de febrero de 1900, Gaceta de Madrid, lunes 19 de febrero de 1900, Tomo
I, p. 607, núm. 50.

- Resolución de 19 de febrero 2013, por la que se aprueba la Norma Técnica de


Interoperabilidad de Reutilización de recursos de la información, BOE 4 marzo 2013, núm.
54.
- Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Política de gestión de documentos electrónicos, BOE 26 julio 2012,
núm. 178.
- Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Protocolos de intermediación de datos, BOE 26 julio 2012, núm. 178.
- Resolución de 28 de junio 2012, por la que se aprueba la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Relación de modelos de datos BOE 26 julio 2012, núm. 178.
- Resolución de 19 de julio 2011, por la que se aprueba la Norma Técnica de
Interoperabilidad de Expediente Electrónico, BOE 30 julio 2011, núm. 182.

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ANEXO 2. JURISPRUDENCIA

1. Tribunal Constitucional

- STC (Pleno) Sentencia 55/2018, de 24 mayo (RTC\2018\55)

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