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Entre otros argumentos, descolonizar la educación significa ser capaz de

reconocer que los pueblos indígenas, campesinos, africanos o sordos llegan a la


universidad no solo para aprender y transformar, sino para enseñar. La
descolonización de la educación se logra en la misma medida que el
reconocimiento de la vigencia e importancia de los "otros" saberes no oficializados
por la matriz colonial.

La investigación educativa no debe destinar conocimientos científicos objetivos.


Todo pensamiento y todo conocimiento es una configuración conceptual, y no
podemos pensar sin una configuración simbólica. La humanidad es una
configuración de símbolos, un símbolo, y también lo es la investigación. Todo lo
que el investigador dice es para los demás o para sí mismo. La descripción es
diferente de lo que se describe. Los mapas no son territorios. No podemos
conocer "la cosa misma". Solo conocemos la descripción. Sólo conocemos el
mapa. La ciencia tiene un límite establecido por el lenguaje. Somos prisioneros del
significado.

La investigación educativa no debe analizarse separadamente de la vida cotidiana.


La vida es el comienzo (primero), la investigación es el fin (segundo) y el
pensamiento o reflexión es el mediador entre la vida y la investigación (tercero).
Vivir, pensar e investigar es lo mismo. Constituyen una configuración ternaria. Es
necesario precisar las condiciones o requisitos para comprender los paradigmas
científicos emergentes, paradigmas del “otro”: adoptar una actitud fenomenológica,
poner entre paréntesis nuestras creencias, dar saltos conceptuales y cognitivos,
realizar investigaciones indisciplinadas en educación, sobre todo es una
desobediencia epistemológica.

Cada vez más profesores e investigadores se unen al proceso global de dar forma
a la descolonización general. Un breve análisis de la obra publicada. Por ejemplo,
en la Revista de Práctica de la Universidad del Magdalena se muestra una
tendencia al alza en investigar y escribir sobre estos temas, especialmente en
instituciones que difunden los resultados del trabajo desarrollado en el marco de la
pedagogía y las líneas de investigación intercultural.
La pedagogía y la investigación educativa se están alejando de una perspectiva
decolonial, siguiendo los pasos del giro decolonial que ha tenido un fuerte impacto
en la ciencia de la educación. De esta manera, se puede observar que la
hermenéutica y los enfoques críticos se han volcado hacia las nacientes ciencias
decoloniales.

Por todo lo anterior, es necesario no desconocer la urgencia que nos llama y la


urgencia que nos invita a la resistencia epistemológica basada en la
desobediencia epistemológica. Hoy es imperativo descolonizar la educación,
descolonizar los currículos y proponer currículos descolonizadores. Esto sólo es
posible cuando nos sumamos al giro descolonizador de la pedagogía.
Precisamente, desarrollar el pensamiento constructivo de los niños en la
enseñanza de las matemáticas es un aporte decolonial a este loable esfuerzo.

Desde esta perspectiva, la interculturalidad configuracional descolonizadora


enriquece, complementa e inspira conceptos de interculturalidad relacional,
funcional y crítica. Es una estructura ternaria que entrelaza relaciones
interculturales-coloniales.

La emergencia de cambio que contrasta los modelos de enseñanza tradicionales y


las importantes estrategias de aprendizaje es un ejemplo de los intentos apáticos
de alejarse de la tradición docente y pedagógica eurocéntrica dominante.

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