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REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA

¿ESTAMOS HACIENDO TRANSDISCIPLINA?


¿ESTAMOS FORMANDO GESTORES SOCIALES?
¿ESTAMOS EDUCANDO EN VALORES?
UNLa 2014

No, no se concibe en los tiempos nuestros que un


organismo creado por una sociedad que aspira a tomar parte cada vez más activa en el
concierto humano, se sienta desprendido del vínculo que lo uniera a las entrañas maternas
para formar parte de una patria ideal de almas sin patria; no, no será la Universidad una
persona destinada a no separar los ojos del telescopio o del microscopio, aunque en torno de
ella una nación se desorganice; no la sorprenderá la toma de Constantinopla discutiendo sobre
la naturaleza de la luz del Tabor.
Justo Sierra1

Muchas veces hemos sostenido que la relación entre la academia, la ciencia y la política debe
fortalecerse a fin de mejorar las políticas públicas, ampliar y fortalecer la democracia y en
definitiva, la calidad de vida de la sociedad argentina.
También hemos sostenido en reiteradas ocasiones que el político busca permanentemente el
cómo y el académico y científico busca esencialmente el por qué y que debemos intentar poner
a la academia a buscar, investigar y estudiar el cómo, o sea las soluciones que la sociedad y el
Estado necesitan y que cada vez requieren de mayores conocimientos científicos y tecnológicos
dada la progresiva tecnificación y cientificación de la resolución de problemas sociales.
Para ello, la UNLa se propuso abrir los campos epistemológicos de su oferta académica por
problemas más que por disciplinas, entendiendo que no es a través de ninguna disciplina per se
como se resuelven los problemas sociales (Jaramillo (2000), La universidad frente a los
problemas nacionales. EDUNLA. Bs. As.). A diferencia de la cultura académica en nuestro país
donde los abordajes problemáticos e interdisciplinarios se dan fundamentalmente a nivel de
postgrado. La UNLa pretende abrir los campos epistemológicos por problema a nivel de grado y
ubicar las especializaciones a nivel de postgrado

¿ESTAMOS HACIENDO TRANSDISCIPLINA?

Desde el primer congreso de Transdisciplinariedad en Arrábida, Portugal en noviembre de 1994


hasta la fecha, la investigación transdisciplinaria y la búsqueda de un nuevo paradigma
científico que pudiera dar cuenta de la construcción social de la realidad reproduciéndola para
su comprensión y apropiación gnoseológica, ha sido motivo de múltiples congresos y
discusiones.
Dicha búsqueda investigativa tuvo consecuencias claras en la enseñanza y en las reformas de la
academia.
Superado el paradigma positivista y disciplinar incapaz de interpretar los vertiginosos cambios
en la morfología social emergente, tanto el CIRET como la UNESCO recomiendan la puesta en
práctica de la transdisciplina para la reforma de la Universidad del nuevo siglo.

1
Justo Sierra. Discurso en el acto de inauguración de la Universidad Nacional de México, 1910, en
Leopoldo Zea: Fuentes de la Cultura Latinoamericana, FCE, México, 1995
La acumulación sin precedentes tanto de información como de conocimientos fragmentarios aún
no han podido interpretar y sistematizar las lógicas diversas, concurrentes o no, que subyacen a
la compleja realidad social que pretendemos conocer y luego enseñar. Es evidente que los
cambios en la realidad transcurren a una velocidad muy superior a las formas gnoseológicas de
su apropiación intelectual.
La Universidad Nacional de Lanús, con sólo diez años de existencia se propuso como misión,
desde sus documentos primeros, la colaboración con la solución de los problemas nacionales y
sociales, orientarse por lo tanto hacia la investigación aplicada inter y transdisciplinaria para
poder a su vez formar jóvenes en condiciones de contribuir desde su práctica a solucionar
problemas complejos de la realidad social.
El desafío de la apertura epistemológica de campos de conocimiento por problemas y no por
disciplinas fue aceptado por el conjunto de los miembros de la Universidad Nacional de Lanús
conociendo la tensión existente entre este paradigma y el paradigma vigente en la academia
tradicional con sus miradas disciplinarias tanto para la enseñanza como para la gestión y
evaluación.
Formar hombres y mujeres para la gestión social como plantea el Estatuto de la UNLA, no
significa, para nosotros, capacitar para administrar la cosa pública sino para la transformación
de la realidad social desde distintas situaciones y perspectivas. Entendemos que pensar es
protagonizar y que “toda contemplación debe ser preámbulo de la acción” 2. Enseñar a pensar
implica entonces enseñar a crear, a transformar la realidad, a gobernarla. Y es en ese sentido que
podemos entender a la universidad como una escuela de gobierno.
Gobierno, para los griegos significaba “pilotear un barco”. Ello significa que debemos capacitar
a los jóvenes para el manejo de las contradicciones e intereses permanentes del juego social en
el cual estamos todos situados, esos mares turbulentos en los cuales saldrán a navegar.
Evaluar hasta donde hemos llegado, descubrir la vigencia o no de la propuesta institucional así
como de su sustentabilidad en el tiempo reconociendo las tensiones existentes intra e
interinstitucionalmente es los que pretendemos investigar.

LOS ANTECEDENTES

Si bien podemos descubrir antecedentes del enfoque gnoseológico predisciplinario en toda la


filosofía antigua, la academia, particularmente la universidad, desde el medioevo hasta la
modernidad se organizó desde sus comienzos en base a la división disciplinar.
Podemos por lo tanto suponer que la propuesta transdisciplinar implica una ruptura
epistemológica importante si pretendemos organizar una institución en base a dicho enfoque. Y
más allá de la ruptura epistemológica implica también una ruptura con tradiciones y culturas
organizacionales difíciles de transformar en un sistema con relaciones de poder en la cultura
académica. De hecho la mayor parte de los docentes e investigadores provienen de una
formación disciplinar que deben comprender y aceptar dicho desafío y no reiterar sus hábitos
culturales para la reproducción intelectual de la realidad.
Tomaremos entonces la “Carta de la Transdisciplinariedad” suscripta en el Convento de
Arrábida en 1994 como antecedente de nuestra perspectiva institucional, no porque sea
filosóficamente la primer propuesta del enfoque transdisciplinar, sino por su interés específico
en aplicar dicha perspectiva a la universidad del futuro, así como los sucesivos congresos que
debaten y proponen la aplicación de la transdisciplinariedad para la organización de las
universidades.

2
Justo Sierra, op.cit
En dicha carta, queda especificado que la actitud transdisciplinar implica reconocer la existencia
de diferentes niveles de realidad, regidos por diferentes lógicas y que el ser humano es
irreductible en su definición a ninguna de ellas.
Se establece también claramente que la transdisciplina es complementaria del enfoque
disciplinar y que “hace emerger de la confrontación de las disciplinas nuevos datos que las
articulan entre sí y nos ofrece una nueva visión de la naturaleza y la realidad” 3. El enfoque
transdisciplinar reside entonces en ir más allá y a través de las disciplinas. Ello presupone una
racionalidad abierta, a través de una nueva mirada sobre la relatividad de las nociones de
“definición y objetividad”. 4

De fuerte contenido ético, en dicha Carta se sostiene que no se puede privilegiar en la


educación la abstracción del conocimiento sino contextualizar, concretar y globalizar. Se
define asimismo como un enfoque que debe ser transdisciplinar, transhistórico, en diálogo
permanente con otras culturas, multirreferencial y multidimensional.

Más allá de la recomendación de la UNESCO para la puesta en práctica de la


transdisciplinariedad en la reforma de las universidades, la Universidad Nacional de Lanús a
partir de su proyecto institucional así como en su práctica académica pretende investigar
“problemas” más que temas como sostiene Popper a fin de poder abordar su complejidad en la
acción que supone la decisión para su resolución. Nuestro futuro “gestor social” deberá tener en
cuenta todos los elementos que hacen a la complejidad de los problemas.
Para León Olivé5, los nuevos problemas requieren de nuevas formas y métodos de
investigación.
Reconoce que la investigación disciplinar (que en su sentido etimológico se entiende como
enseñanza y regla de vida) tiene tres virtudes que la hacen apta para la enseñanza:

1. El análisis mediante el cual se logra la simplificación de los elementos cognoscitivos.


2. La síntesis mediante la cual se revelan patrones de significación y se coordinan sus elementos
en estructuras amplias y coherentes.
3. El pensar disciplinado que imprime un dinamismo

Pero para el análisis de los problemas, la transdisciplinariedad pretende ir más allá de dicho
abordaje disciplinar.
Para ello, todos los documentos de transdisciplinariedad diferencian la multidisciplinariedad, de
la pluridisciplinariedad y de la interdisciplinariedad.
En el Manifiesto de Basarab Nicolescu, se definen las diferencias:
La pluridisciplinariedad se define como “el estudio del objeto de una sola y misma disciplina
por medio de varias disciplinas a la vez”, quedando su finalidad en el marco de la investigación
disciplinaria
La interdisciplinariedad se refiere a la transferencia de métodos de una disciplina a otra a) en su
aplicación, b) en su abordaje epistemológico o c) en su concepción
La transdisciplinariedad busca la comprensión del mundo y por lo tanto implica ir a través y
más allá de las disciplinas, debido a la estructura discontinua de los niveles de Realidad.

3
op.cit.
4
ibidem
5
León Olivé (IIF-UNAM) XXI simposio de Filosofía, Nuevos problemas:nuevas formas de investigación
transdisciplinar, 2005
Los tres pilares de la metodología de investigación transdisciplinaria son a) los niveles de
Realidad, b) la lógica del tercero incluido c) la complejidad.
En 1994, el mismo año en que se produce la Carta de Arrábida, Gibbons, Limoges, Nowotny,
Shwartzman, Scott y Trow, publican “La nueva producción del conocimiento”6 en el cual
sostienen que “el nuevo modo de producción de conocimiento afecta no sólo a qué
conocimiento se produce sino también a cómo se produce, el contexto en el que se persigue, la
forma en que se organiza, el sistema de recompensas que utiliza y los mecanismos que controlan
la calidad de aquello que se produce” y afirman que este nuevo modo “funciona dentro de un
contexto de aplicación en el que los problemas no se hallan encuadrados dentro de una
estructura disciplinar, sino que es transdisciplinar, antes que mono o multidisciplinar” y lo
denomina el Modo 2. El modo 1 alude por el contrario al modo tradicional, disciplinar, ya
organizado en la universidad.
El libro se dedica a analizar e investigar este nuevo modo de producción de conocimiento que
denomina modo 2 y que se crea en contextos de aplicación transdisciplinares sociales y
económicos. A su vez creen que las universidades no se adecuan a este nuevo modo.
Mientras que el modo 1 es disciplinar el modo 2 es transdisciplinar. Mientras que el 1 se
caracteriza por la homogeneidad, el 2 por la heterogeneidad, el 1 es jerárquico y el 2 es
heterárquico y transitorio, así como en el modo 2 el control de calidad “es más responsable y
reflexivo”.
En el 2003, la UNAM publica varios artículos dedicados a las Fronteras del conocimiento y
convergencias disciplinares7de los cuales nos referiremos a varios de ellos
Allí, Gimenez Montiel en su artículo llamado Límites del conocimiento y convergencia de las
disciplinas en el campo de las ciencias sociales sostiene que “hablar de los límites del
conocimiento y de las convergencias disciplinarias en el ámbito de las ciencias sociales equivale
a plantear un problema epistemológico que no puede ser afrontado sistemáticamente por
ninguna de las disciplinas consideradas aisladamente, sino por una metateoría que las trascienda
y a la vez las abarque en su conjunto........... en un medio académico como el nuestro...cada
quien se encierra en su propia disciplina y rehusa confrontarse con las disciplinas de al lado y,
con mayor razón, con las del “otro lado” 8....
Gilda Waldman Mitnick en su artículo titulado Los nuevos horizontes de las ciencias sociales:
interpelando a las fronteras disciplinares, también afirma que “a la luz de la nueva cartografía
social, política, económica y cultural que caracteriza el mundo que hoy habitamos.... los temas
críticos que atraviesan los umbrales de un nuevo siglo, aunados a transformaciones
significativas producidas en al ámbito de las ciencias sociales, han complejizado y cuestionado
las fronteras disciplinarias al interior de las mismas y han hecho evidente las insuficiencias
asociadas a la compartamentalización del saber” 9.
...”nuevas perspectivas analíticas...desarman los marcos del saber disciplinario y plantean una
nueva modalidad de estudio de lo social que favorece la inclusión de saberes hasta ahora
desvalorizados por la cultura académica canónica… destaca los que se ha denominado estudios
culturales los cuales, de hecho modifican las fronteras disciplinarias para la producir un saber
más plural y flexible que desarme los discursos unívocos insuficientes para explicar la
profundidad de las transformaciones sociales operadas en la sociedad contemporánea”10...

6
Gibbons, et.al: La nueva producción del conocimiento, Pomares-Corredor, S.A.Barcelona,1997
7
Bokser, Judith (comp): Las ciencias sociales,universidad y sociedad, UNAM, México, 2003
8
op.cit
9
ibidem
10
ibidem
Afirma que este tipo de análisis “se coloca en el filo de las disciplinas académicas, desordena el
mapa de los saberes institucionales, abarca campos antes marginados de la investigación social,
deconstruye los discursos eurocéntricos” 11..........
Claudette Dudet Lions, analiza “La dimensión colectiva de los conocimientos sociales” como
ámbito del saber sin límites disciplinarios”.
En él sostiene que a partir de la decadencia de la Ilustración, el conocimiento ha servido “sólo
para administrar el poder” y como consecuencia de la crisis del positivismo se acentúa en el
contexto de las universidades la separación de las áreas de conocimientos académicos y
administrativamente se separan en facultades, divisiones, coordinaciones, departamentos e
institutos para luego proliferar las subdivisiones, la intersección entre disciplinas y como
consecuencia se produce el debate sobre la permisibilidad de esta pluralidad y de los límites
entre las diversas disciplinas y áreas de conocimiento.
El predominio de los conocimientos científicos y la división académico administrativa exluyó la
validez de los conocimientos legos, del sentido común, de los conocimientos colectivos,
creencias o mitos que quedaron devaluados.
Por otra parte continúa la autora que la relativización de los límites de las disciplinas ha
generado la transdisciplinariedad en la construcción de conocimientos y la pluralidad teórica.
“Los procesos de intersección teórica entre dos o más disciplinas son los que Giménez ha
nombrado hibridación y que según este mismo autor, es lo que permitirá la innovación en las
ciencias sociales”12.
Para Dudet Lions, al abordar el estudio de las sociedades a través de la construcción de los
conocimientos societales y de los procesos de comunicación y lenguaje se estaría hablando de
otra concepción del ser humano donde la comunicación, la estética, la ética y la afectividad
colectiva son partes constitutivas del pensamiento social y por lo tanto, la racionalidad ya no
sería el punto medular
Hemos visto que el reconocimiento de la necesidad de un enfoque transdisciplinar se enfrenta
no sólo con la tradición académica y con las tensiones intra e interuniversitarias, sino también
con las prácticas rutinarias de las divisiones administrativas de los estudios que se oponen a los
cambios tanto de denominación como de encuadramiento de los distintos saberes que son
transversales a múltiples disciplinas cuando no cualitativamente distintos.
Se nos desordenaron los saberes, debemos cambiar el enfoque y dejar la comodidad académica
de los ámbitos estancos definidos para los mismos, la comodidad intelectual y académica
administrativa encajonada ya sea en centros, institutos, facultades, áreas, divisiones,
departamentos, etc.
Es importante convocar para resolver la necesidad de transformar la administración establecida
de los saberes para reordenar los cajones o para crear nuevos ámbitos dialógicos que permitan
administrar nuevos saberes y enfoques que tienen vasos comunicantes permanentes entre sí.

¿ESTAMOS FORMANDO GESTORES SOCIALES?

En el estatuto de la Universidad Nacional de Lanús, ésta se propone formar gestores sociales.


¿Qué significa ello en relación a las profesiones disciplinares que forma tradicionalmente la
universidad?

11
ibidem
12
ibidem
Para la Universidad Pontificia Católica del Ecuador 13, la gestión social es una profesión para “el
desarrollo humano” y constituye una carrera nueva que “retoma las potencialidades y los
valores de la personas para aportar a la construcción del desarrollo desde la visión humana y
social”.
Para dicha Universidad, el gestor social está habilitado para contribuir a la generación,
construcción y aplicación de planes, programas y proyectos sociales de desarrollo humano,
requeridos por actores institucionales y sociales de los ámbitos: local, familiar, organizacional,
institucional a nivel público y privado, con características de sostenibilidad, responsabilidad
social, equidad y solidaridad.
Su contribución al desarrollo humano, se fundamenta en el dominio de metodologías de
investigación y planificación social, de aplicación de técnicas de intervención participativa y del
manejo de la comunicación, negociación de conflictos y de la gerencia social, que le brinda la
capacidad de direccionar organizaciones o proyectos sociales.
Se distingue en el perfil profesional, como el aspecto más relevante una formación ético-social,
como un compromiso de trabajo con la vigencia plena de los Derechos Humanos, una ética
personal, cívica y profesional, al servicio de los grupos sociales prioritarios para el desarrollo
del país, entre los que se destacan la inclusión de niños, niñas, jóvenes, mujeres, indígenas,
campesinos, personas con capacidades diferenciadas (PcD), adultos mayores, entre otros.
Para el PNUD un gestor social “es una persona que coordina recursos para producir resultados
que benefician no sólo su vida sino la de otros, en lo que podría considerarse una empresa
social; son personas que buscan que la calidad de vida de una comunidad mejore, al formular
proyectos realizables y aumentar las capacidades sociales, físicas, técnicas y mentales de sus
miembros”.
Por ello mismo, para el PNUD 14 la gestión social debe tomarse como vocación “que implica
compromiso con la comunidad”, con los afectos, con la razón, con la experiencia y con la teoría,
todos necesarios para “sacar adelante ideas, planes, programas y proyectos y de esta manera
contribuir al desarrollo local, regional y nacional.
Para ser gestor social se requiere “poder de convocatoria y una excelente capacidad de
concertar, dialogar y negociar” donde el protagonismo individual no es lo importante sino los
beneficios sociales de su labor.
Para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo15, los gestores sociales son agentes que
pueden pertenecer al sector público o privado, comunitario o empresarial encargados de “asumir
y adelantar el proceso de la gestión, para lo cual facilita, estimula, promueve y propone
diferentes objetivos y actividades, de acuerdo con el área en donde se desempeñe y el contexto
en donde se encuentre”.
El gestor social debe tener tres condiciones fundamentales: vocación de liderazgo,
conocimientos y formación en el área en que se desenvuelva y capacidad técnica y
administrativa, lo cual se traduce en mayores posibilidades de orientar el proceso de la gestión
y, de esa manera, obtener los objetivos planteados.
A nivel operativo, las actividades de un gestor están perfiladas a conocer y servir de canal de
conocimiento de las diferentes necesidades, preocupaciones e intereses que están presentes en
los sectores y campos en los que se desempeña, así como establecer vínculos estratégicos con
las personas, grupos o entidades que puedan contribuir a dinamizar los procesos, tanto con

13
www.puce.edu.ec
14
www.pnud.org.co
15
ibidem
información como con recursos técnicos, humanos o económicos con el objetivo de resolver
problemas.
Para ello el gestor social debe saber como establecer el conjunto de acciones necesarias,
planificar, diseñar proyectos concretos, diseñar planes de acción para la intervención adecuada
que produzca los efectos y resultados esperados, implementarlos y evaluarlos.

COGOBIERNO ES CORRESPONSABILIDAD: PRIMER ESCALON


HACIA LA RESPONSABILIDAD PUBLICA

“Cuando un argentino se inicia como alumno de una de nuestras universidades debe


hacerlo sabiendo que, desde ese instante deja de pertenecerse totalmente a sí mismo y de
que tampoco pasa a pertenecer del todo a la universidad, sino que pasa a pertenecer al
país y a ponerse por entero al servicio del pueblo que lo integra”.

Juan Emilio Cassani16

Desde la reforma universitaria de 1918, las universidades argentinas implementaron el


cogobierno, haciendo partícipes a los estudiantes de la responsabilidad de la gestión en el marco
de su autonomía.
A lo largo de los años, y con diversas leyes universitarias así como a través de distintos
estatutos de las universidades, dicho cogobierno se amplió a los no docentes, a los graduados y
en algunos casos a la comunidad a partir de la última Ley 24.521 en 1995.
En dicha Ley en el artículo 56 se prevé la constitución de un Consejo Social para articular los
distintos sectores e intereses de la comunidad con la misión de cooperar con la institución
universitaria. Dicho Consejo puede estar representado en los órganos colegiados de la
institución.
Todavía existen universidades que no tienen representación de los “no docentes” en su Consejo
Superior y la mayoría no tienen Consejeros Sociales con voz y voto.
En la Ley 24.521, en el artículo 59 se establece claramente que las instituciones universitarias
tienen autarquía económico-financiera pero que la deben ejercer dentro del régimen de la Ley
24.156 de Administración Financiera y Sistemas de Control del Sector Público Nacional.
Asimismo, se establece que el Rector y el Consejo Superior son los responsables de la
administración de los recursos presupuestarios debiendo responder en los términos y con los
alcances previstos en los art.130 y 131 de la Ley 24.156.
En el Art. 130 se establece que “Toda persona física que se desempeñe en las jurisdicciones o
entidades sujetas a la competencia de la Auditoría General de la Nación responderá de los daños
económicos que por su dolo, culpa o negligencia en el ejercicio de sus funciones sufran los
entes mencionados siempre que no se encontrare comprendida en regímenes especiales de
responsabilidad patrimonial”.
En el Art. 131 se establece que “La acción tendiente a hacer efectiva la responsabilidad
patrimonial de todas las personas físicas que se desempeñen en el ámbito de los organismos y
demás entes premencionados en los arts. 117 y 120 de esta ley, prescribe en los plazos fijados
por el Código Civil contados desde el momento de la comisión del hecho generador del daño o
de producido éste si es posterior, cualquiera sea el régimen jurídico de responsabilidad
patrimonial aplicable con estas personas”.

16
Cirigliano, Gustavo: Universidad y Pueblo, Librería del Colegio, Bs.As, 1973
Tanto los docentes como los estudiantes, tienen derechos y obligaciones. El primero de sus
deberes es observar las normas de funcionamiento de la institución a la que pertenecen y
respetar sus estatutos y reglamentaciones.
Sin embargo, la cultura universitaria nacional, hace en general caso omiso de las obligaciones
legales que tienen los consejeros superiores así como de sus responsabilidades legales, a pesar
de que están ejecutando presupuesto público, como cualquier Poder del Estado.
¿Por qué la sociedad toda que reclama la transparencia en la ejecución presupuestaria de sus
gobernantes y representantes políticos en el Poder legislativo, ejecutivo y judicial, enjuicia a
quienes por irresponsabilidad o por dolo malversan fondos públicos y exigen responsabilidad
acorde a los niveles de poder de los funcionarios no debería hacer lo mismo con los gobernantes
de la Universidad Pública?
La sociedad toda puede y debe exigir a los gobernantes universitarios la misma transparencia,
responsabilidad y jerarquización de la política universitaria como política pública.
Los consejeros superiores y directivos o departamentales de las universidades públicas deben
conocer sus derechos y sus obligaciones, ni bien se hacen cargo de su mandato representativo
del claustro en los órganos colegiados así como interiorizarse de las reglamentaciones que rigen
en la institución y las leyes en las cuales están inscriptas. Son, pese a su supuesta indiferencia o
desconocimiento, funcionarios públicos que están gobernando una institución pública.
La autonomía y la autarquía financiera de la que gozan las Universidades Nacionales no implica
que “puedan hacer cualquier cosa”. No se puede confundir con soberanía. Deben ejercer su
autonomía en el marco de las Leyes de la Nación en las cuales están encuadradas.
Quienes gobiernan la Universidad y por lo tanto deciden y ejecutan un presupuesto público
deben ser concientes que si existiese dolo, podrán ser acusados de mal desempeño de
funcionario público así como de malversación de fondos, quedar inhabilitados para desempeñar
otros cargos públicos y responder con su patrimonio personal.
¿Por qué entonces en la Argentina en las universidades se cree muchas veces que el poder
político en ellas no está vinculado con la gestión pública y no tiene responsabilidades públicas?
El poder político en el ejercicio de la función pública implica necesariamente responsabilidad
pública. La legítima lucha por el poder político de los estudiantes, docentes, no docentes o
graduados, todos miembros de la comunidad universitaria con sus diversas ideologías políticas
implica una batalla por las ideas, por cuestionar o no la misión que la universidad pública tiene,
por cuestionar sus estatutos, por llevar dentro de la Universidad determinadas concepciones del
mundo a través de la persuasión, de la convicción, de la discusión permanente sobre sus
atribuciones, etc.
Pero desde el 22 de noviembre de 1949, los estudios en la universidad pública argentina son
gratuitos a través del Decreto 29.337 del entonces Presidente Perón que suprime todos los
aranceles.
La gratuidad de la enseñanza universitaria obliga aún más a cuidar el destino de los fondos
públicos ya que la gratuidad es para el estudiante, no para el conjunto del pueblo argentino que
la financia a través de los impuestos. Por lo tanto, la Universidad debe legitimar que dichos
fondos no sólo se adjudican legalmente a su específica función, sino que es más importante
dicho destino que otras necesidades perentorias de la sociedad.
No podemos exigirle responsabilidad administrativa, eficiencia y transparencia a quienes
distribuyen la leche o la comida a los más necesitados y pretender distribuir fondos públicos en
la educación superior sin esas mismas exigencias.
La conquista de la representación política de los claustros en los órganos colegiados de la
Universidad es una de las ambiciones de los miembros de los claustros y debe ser alentada, ya
que implica favorecer la participación de los miembros de la comunidad en los destinos de la
misma como la actividad política en cualquier instancia de la vida social en las comunidades
locales, regionales o nacionales. Implica la necesidad y el beneficio social de la participación
democrática de la comunidad en la definición del rumbo que ha de tomar cualquier institución
Sin embargo, cuando se conquista dicha representación en los órganos colegiados, implica
ejercer el cogobierno de la Universidad y éste se debe ejercer con la responsabilidad legal y
moral que adquiere.
Gobernar como hemos dicho, viene del griego y significa pilotear o conducir un barco. El
capitán del barco es responsable de su navío y también de los tripulantes y pasajeros. Responde
por el rumbo que elige, responde si encalla o naufraga y se enorgullece cuando conduce su
barco a buen puerto.
Gobernar entonces implica decidir, resolver problemas internos y externos, sortear tormentas,
adecuar los recursos propios y articularlos para poder pilotearlas, muchas veces con recursos
insuficientes o escasos, decidir en cada momento según los cambios que acontecen
externamente sabiendo que se está siempre en un contexto de interacción social que se modifica
en forma permanente que siempre se está en peligro y es necesario ser creativos para salir
adelante.
Los miembros de los órganos colegiados de la Universidad son todos corresponsables con el
rector, dado que es un cogobierno elegido democráticamente.
Cuando decimos que la universidad es una democracia en miniatura también sabemos que es
una escuela de gobierno, es una escuela de gestión pública, es una escuela de participación
política en la comunidad a la que se pertenece.

¿ESTAMOS EDUCANDO EN VALORES?

Desde su creación, la Universidad Nacional de Lanús ha consensuado los valores que


compartimos sus miembros fundadores así como la misión que debía tener una Universidad
Pública.
La Misión de la Universidad que definió la UNLA en sus estatutos es la de contribuir a través
de la producción y distribución de conocimientos y de innovaciones científico tecnológicas al
desarrollo económico social y cultural de la región, a fin de mejorar su calidad de vida y
fortalecer los valores democráticos en el conjunto de la sociedad, articulando el conocimiento
universal con los saberes producidos por la comunidad. Asimismo debe priorizar la articulación
y cooperación entre los distintos productores del saber, transformar la información en
conocimiento y en su tarea hermenéutica y axiológica atender las demandas sociales. Debe
contribuir a resolver los problemas sociales y nacionales y tener una agenda compartida con la
Nación.
Dicha misión determinó también la necesidad de que en su Gobierno no sólo estén
representados los distintos claustros, docente, no docente y graduados, sino la comunidad con
voz y voto en el Consejo Superior a través de un miembro destacado y representativo de la
misma, particularmente del mundo del trabajo a fin de promover la participación democrática en
las decisiones así como favorecer el aprendizaje en la defensa de los intereses de la sociedad
toda ya que como sostuvimos siempre, es la sociedad la que debe opinar sobre la Universidad
que necesita.
Las elecciones en la universidad son para muchos su primer acto electoral. Cada claustro elige
sus representantes. Estudiantes, Docentes y No docentes eligen libremente sus representantes en
los consejos departamentales y en el Consejo Superior. Posteriormente, será la Asamblea
Universitaria quien elegirá a su rector y vicerrector.
El papel y la función de la universidad pública argentina no puede ser definido exclusivamente
por sus miembros sino por los representantes políticos y sociales de la nación que son quienes
deciden su financiación a través de la asignación del presupuesto público.
Pretendemos a su vez educar en la solidaridad y la retribución a la sociedad por los esfuerzos
que realiza para sostener la prestación de la educación superior gratuita. En dicho sentido es que
se creó el Programa de compromiso educativo que asumen los miembros docentes y no
docentes aportando un porcentaje de su salario para becar a los estudiantes con buen desempeño
académico de escasos recursos que a pesar de la gratuidad no están en condiciones de proseguir
sus estudios. Al mismo tiempo se ha destinado parte de dichos fondos a sostener la excelencia
académica de aquellos estudiantes que soliciten becas para cursar carreras necesarias para
nuestro país.
De esta manera quienes fueron beneficiarios de la sociedad por la gratuidad de la enseñanza y
ocupan puestos de trabajo gracias a ella, devuelven a la sociedad su esfuerzo promoviendo una
nueva generación de profesionales.
En la Universidad Nacional de Lanús como institución de enseñanza aprendizaje, tanto los
docentes como los no docentes tienen el derecho y la obligación de capacitarse y actualizarse en
horarios de trabajo.
Sus gobernantes, el Rector, Vicerrector y los miembros del Consejo Superior deben participar
en forma permanente en las decisiones necesarias para ejecutar el presupuesto con
transparencia, eficiencia y equidad. Para ello, en la UNLa, sus Consejeros superiores deben
estar presentes en cada apertura de sobres en concursos de precios, en adquisiciones o en
licitaciones públicas a fin de evaluar no sólo la calidad de lo que se está por adquirir o licitar
sino la transparencia del proceso mismo. Es un derecho y un deber para los consejeros estar
informados y decidir.
Creemos que la educación en valores democráticos y solidarios y en la defensa de los derechos
humanos, de igualdad de género, del cuidado del medio ambiente y de todos aquellos derechos
y deberes ciudadanos no se brinda sólo a través de los textos sino en la práctica cotidiana de los
miembros de la comunidad y particularmente de quienes la gobiernan. Entendemos que para
educar en valores, hay que empezar por educar en la práctica y con el ejemplo de los
educadores.
Quienes conducimos este barco, docentes, no docentes, graduados y miembros de la comunidad
debemos por lo tanto en forma democrática y responsable marcar el rumbo y definir las
prácticas que nos lleven a buen puerto, que es nada más ni nada menos que contribuir a través
de la investigación científica y la formación de recursos humanos democráticos y solidarios a
desarrollar un país más justo.
En todas las leyes surgidas durante gobiernos democráticos, a partir de 1947 se explicita la
necesidad de que la universidad Pública se oriente hacia la problemática nacional, regional y
local a fin de contribuir a su solución, al mismo tiempo que debe acumular, elaborar, difundir y
preservar toda forma de cultura, en especial la nacional, adaptar el estudio y desarrollo de las
ciencias aplicadas y las creaciones técnicas a las necesidades regionales, preparar a los
profesionales de acuerdo a las necesidades de la Nación, ofrecer una educación informativa y
formativa, que habiliten a los jóvenes para actuar con idoneidad, patriotismo y dignidad moral,
en la profesión y en la vida pública y privada; fomentar el desarrollo de publicaciones y
actividades dedicadas al examen de cuestiones científicas, sociales, jurídicas, económicas,
literarias y artísticas en general, reunir antecedentes y proponer soluciones para los diversos
problemas económico sociales de la Nación; estimular el estudio de la realidad nacional y el
protagonismo que corresponde a la Argentina dentro del orden mundial y del proceso de
integración regional y continental así como contribuir a su grandeza basándose
fundamentalmente en la cultura de la solidaridad social y fomentar la ética profesional así como
la conciencia nacional.
Por todo ello, la Universidad Nacional de Lanús, tanto en su proyecto institucional como en su
desarrollo durante los diez años de existencia puso su esfuerzo curricular, cultural, investigativo,
científico y artístico en el cumplimiento de ese mandato. Por lo tanto la evaluación de su
desempeño se realiza en función del mandato popular y en función de su proyecto institucional
que pretendió y pretende cumplir con las funciones que le fueron asignadas.

¿QUE HICIMOS PARA EDUCAR EN VALORES?

El llamado curriculum oculto en cuanto a la educación en valores y prácticas cotidianas en la


vida universitaria no sólo es implícito al interior de las instituciones sino que es aún más
desconocido por la sociedad en general.
Por currículum oculto se entiende “el conjunto de normas, costumbres, creencias, lenguajes y
símbolos que se manifiestan en la estructura y el funcionamiento de una institución. Sin
pretenderlo de manera reconocida, el currículum oculto constituye una fuente de aprendizajes
para todas las personas que integran la organización” (Santos Guerra, MA (1994) Entre
Bastidores. El lado oculto de la organización escolar. Ed. Aljibe. Achidona).
Santos Guerra también plantea que el que educa, “ayuda al individuo a incorporarse a una
cultura, pero de manera crítica y comprometida ayuda a discernir qué es lo bueno y lo malo de
la cultura. Insta a aceptar lo moralmente bueno y a combatir lo que resulta inadmisible desde el
punto de vista moral”. Para el autor, la incidencia del curriculum oculto es subrepticia, es
omnipresente, es omnímoda porque reviste múltiples formas, es reiterativa a través de las
prácticas institucionales rutinarias y a diferencia del curriculum explícito es inevaluable, dado
que no se repara en los efectos que produce la cultura de la educación.
Plantea a su vez que la expresión educar en valores es redundante, ya que si así no fuera, sería
mera instrucción de datos asépticos cuando en realidad ningún conocimiento es neutro.
En su libro Una tarea contradictoria: educar para los valores y preparar para la vida (Santos
Guerra, 2001) nos plantea la contradicción existente entre la tarea de educar para la justicia, la
solidaridad, la paz, etc. y preparar a los estudiantes para la vida en una sociedad cuyos valores
son contradictorios. Donde la institución educativa tiene fundamentalmente la tarea de educar
en valores como el esfuerzo, el estudio, el compromiso, etc., opuestos a los que los estudiantes
viven cotidianamente en la sociedad competitiva, individualista, triunfalista, etc. cuya seducción
ejercen fundamentalmente los medios de comunicación.
Dado que las universidades como las escuelas participan de la cultura de una sociedad
determinada, ello hace aparecer una situación paradójica en la cual el propio esfuerzo de las
instituciones educativas trasmitiendo valores, prescripciones morales necesarias para la
convivencia y el bien común parezcan inermes islas de moralidad en una sociedad donde cada
vez más se vive la progresiva incidencia de los medios de comunicación, apostando al mercado,
a la competencia al consumo y al éxito fácil aumentando el malestar en la cultura, aumentando
la escisión entre el deber ser, la ética o la moral y la realidad en la que se vive.
A su vez, como sostiene Bolívar para las escuelas, también toda universidad “es una
organización peculiar con una cultura moral propia en el sentido de que provee a sus miembros
de un marco referencial para interpretar y actuar, como conjunto de significados compartidos
por los miembros, que va a determinar los valores cívicos y morales que aprenden los alumnos y
alumnas. Este conjunto de normas, supuestos tácitos, creencias y valores se manifiestan en
diversos rituales regularizados, reflejado normalmente en la cara informal de la organización....,
contribuyendo a socializar a los sujetos” (Bolívar Botía, A (1998), Educar en valores: una
educación de la ciudadanía, Junta de Andalucía. Sevilla).

EXPLICITANDO LOS VALORES

Cuando se comenzó el proyecto de la Universidad Nacional de Lanús, una vez


convocados sus posibles miembros se realizó un seminario de integración, al mismo
tiempo que se definieron los valores compartidos para su puesta en marcha, dado que
ningún conocimiento o acción es axiológica o ideológicamente neutro. Se acordó cuales
eran los valores que se trasmitirían no sólo en su oferta académica sino también a través
de su agenda de investigación y los valores que se debían poner en acción y defender a
través de distintas acciones, programas, seminarios, áreas de investigación, etc.
Dentro de lo que consideramos curriculum oculto, o curriculum vivido entendiendo a éste no
sólo como proyecto sino como realización práctica donde se incluyen juicios de valor, ideas,
proyectos, concepciones del mundo, formas de comportamiento, vida institucional cotidiana y
comunitaria en interacción permanente, veremos distintas dimensiones de lo vivido por todos
los miembros de la comunidad universitaria y su contribución a la ampliación de las
capacidades de optar de los miembros de la institución que no están prescriptos en el curriculum
explícito.
Dicho término acuñado por Phillip Jackson, implica lo que los estudiantes aprenden que no es
sólo lo que aparece en los documentos curriculares sino sentimientos, formas de expresarlos,
valores, formas de comportamientos y adaptación a diversos ámbitos.
Dentro de esos aprendizajes no explícitos, aprendidos por la vivencia cotidiana de valores y
normas institucionales y no en los libros de textos, que debieran estar en los planes de estudio,
podemos distinguir los siguientes en la Universidad Nacional de Lanús, sin pretender abarcar la
totalidad de los saberes y valores construidos socialmente en el ámbito de la vida universitaria
ya que se refieren a la formación en valores y la ampliación de la capacidad de elección.
Los valores que se compartieron desde la creación de la UNLa y se hacen explícitas a través de
acciones concretas para promoverlos y fortalecerlos así como las prácticas institucionales
rutinarias son:

1. DEFENSA DE LA DEMOCRACIA Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANIA


2. DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
3. DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE
4. IGUALDAD DE GÉNERO
5. EDUCACIÓN PARA LA PAZ
6. INCLUSIÓN SOCIAL, IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y EQUIDAD
7. CONCIENCIA NACIONAL Y DEFENSA DE LA SOBERANÍA
8. SOLIDARIDAD
9. PRESERVACIÓN Y DESARROLLO CULTURAL
10. ESPÍRITU COOPERATIVO
11. RESPONSABILIDAD Y ETICA PÚBLICA
12. EDUCACIÓN PERMANENTE
13. TRABAJO DIGNO
14. INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
15. COMPROMISO SOCIAL
16. EMPRENDEDORISMO Y AUTOGESTIÓN
17. CALIDAD DE VIDA
18. DECOLONIZACIÓN CULTURAL, TECNOLÓGICA Y PEDAGÓGICA
19. NO DISCRIMINACIÓN
20. DEMOCRATIZACIÓN DE LA JUSTICIA Y AMPLIACIÒN DE DERECHOS

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