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EL CEMENTERIO DE LA MAGDALENA VIEJA

Luis Rodríguez / 08 de junio del 2019

Los terrenos sobre los que se fundó este distrito, fueron donados por el cacique
Gonzalo Taulichusco, hijo de Taulichusco el Viejo (último cacique de Lima), a la
Congregación de los Franciscanos Santa María Magdalena, quienes, como parte
de su misión evangelizadora sobre esta zona poblada por indígenas, habían
levantado el Monasterio de Santa María Magdalena, el 14 de agosto de 1557.
El cacique Gonzalo Taulichusco, convertido a la fe cristiana, oficializo la cesión de
estos terrenos suscribiendo un acta, en presencia del Cacique, del virrey Andrés
Hurtado de Mendoza y del padre Joan de Aguilera.
Al distrito se llamó inicialmente Santa María Magdalena de Chacalea que es el
nombre de la Doctrina de la Orden Franciscana, que construyó una iglesia.
El título o nombre de “Pueblo Libre” le fue otorgado por el Libertador Don José de
San Martín mediante el Decreto Supremo del 10 de abril de 1822, en
reconocimiento al apoyo patriótico desplegado en su lucha por la independencia y
refrendado muchos años después, durante el gobierno de Manuel Prado,
oficializando el nombre de Pueblo Libre, por decreto Ley 9162 del 5 de septiembre
de 1940, titulo insertado en la "Demarcación Política del Perú" Comisión Tarazona
por encargo del Congreso de la República del Perú.
El distrito de “La Magdalena” abarcaba geograficamente tres distritos, hoy
independientes: Magdalena Vieja (hoy Pueblo Libre), Magdalena Nueva (Hoy
Magdalena del Mar) y San Miguel con categoría de Villa.
El 10 de mayo de 1920, por Ley Nº 4101, siendo Presidente de la República:
Augusto B. Leguía), San Miguel y Magdalena del Mar se independizan de la
Magdalena Vieja.
“El 5 de septiembre de 1940, durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche,
por la Ley 9162, La Magdalena Vieja volvió a llamarse Pueblo Libre.
En retribución a la presencia de sus más ilustres vecinos, el pueblo llamó a Pueblo
Libre, “Villa de Los Libertadores”, recordándose que durante la residencia del
libertador Simón Bolívar, vivieron también aquí sus Generales, Sucre, Córdova, La
Mar, y otros cuyos nombres llevan las calles del distrito”. Waldo Garcia / Memorias
de un peruano en Asturias.
EL CEMENTERIO DE LA MAGDALENA
Siguiendo las tradiciones españolas, esta iglesia tenía un cementerio subterráneo
en las bases de su cimentación para el descanso eternos de los clérigos de su
congregación y de la nobleza virreinal y españoles católicos notables, que
pudieran pagar el derecho a descansar en suelo consagrado.
Lo más probable es que debajo del área que ocupa la estructura de esta vieja
iglesia, aún se conserven los restos óseos de estos primeros ciudadanos
españoles que llegaron a estas tierras para jamás retornar a su lugar de origen.
Este cementerio se extendia hacia la esquina izquierda donde hoy está el salón
parroquial (ver mapa).
Con el crecimiento de la población cristiana y sus decesos, el cementerio se
trasladó a los terrenos de la Hacienda Colmenares también conocida como “de los
ejercicios”. Un mapa de inicios del siglo XX (1909), consigna la ubicación exacta
de este Cementerio, el mismo que estaba ubicado entre la Av. La Mar (antes
llamado camino al Callao) y la Av. Sucre (altura de la Cruz del viajero, frente a la
“Pizzería La Romana”)
En los años 60, un violento sismo, derribo parte de sus estructuras de adobe,
quedando al descubierto ataúdes semiabiertos y restos diseminados por los
pasadizos del camposanto.
Recuerdo que, en una de esas excursiones por aquellas haciendas en busca de
cañas y sacuaras para confeccionar cometas, nuestro grupo de expedicionarios
trepamos sobre sus muros derruidos y contemplamos pabellones derruidos y
hasta sepulturas en los pasadizos y jardines. Para ese entonces la entrada
principal de este cementerio había sido clausurada debido a la saturación de los
espacios para entierros.
No existe una documentación exacta sobre este Cementerio, que, por la
importancia y trascendencia histórica, debió ser restaurado. Tampoco hay una
reseña que señale los nombres y apellidos de los allí fueron enterrados, ni las
estatuas de mármol, ni la ubicación de los restos que allí reposaban, o su traslado
a otro campo santo.
Ninguna reseña histórica municipal, ni investigador u historiador alguno, guarda
referencia sobre este cementerio. Lo más probable es que debido a la zonificación
y construcción de esta zona (Urb. Colmenares), se guardó el secreto bajo 7 llaves,
para no espantar a los futuros compradores y ahora habitantes de los terrenos del
camposanto.
Después de la edificación de aquella zona, al parque central de esta urbanización
se le conocía como “parque de los muertos” (entre Juan Acevedo y Torres
Malarín)
Algunas crónicas de la época relatan que los restos óseos de estos ciudadanos
magdalenenses fueron trasladados al cementerio de Surquillo en donde hay una
placa que señala su origen.
Lo cierto de todo es que la gran mayoría de parques de Pueblo Libre y sobre todo
la zona en mención, tienen una ermita que vela por los restos de mucho de los
otrora habitantes de la zona, que aun descansan en el distrito que los vio nacer.

UN PERUANO EN ASTURIAS
EL DISTRITO DE PUEBLO LIBRE
http://peruanoenasturias.blogspot.com

Pueblo Libre es un distrito de la Provincia de Lima en el departamento homónimo


situado al suroeste del centro histórico.
Abarca el sitio de la antigua reducción de indios de la Magdalena Vieja, pueblo
que recibió luego el apelativo de Pueblo de los Libres por Don José de San Martín.
Es un distrito de clase media, esencialmente residencial aunque con algunos
locales de universidades privadas y de laboratorios médicos.
Magdalena Vieja (como se llamaba antes Pueblo Libre) se llamó inicialmente
Santa María Magdalena de Chacalea que es el nombre de la Doctrina de la
Orden Franciscana, que construyó una iglesia en terreno donado por el Cacique
Gonzalo Taulichusco, hijo de Taulichusco El Viejo, según la Confirmación Real del
Sitio, de la Casa, Monasterio y Huerta de la Magdalena, suscrita el 14 de agosto
de 1557 por el Cacique Gonzalo Taulichusco y el padre Fray Joan de Aguilera,
Comisario General de la Orden Franciscana en el Perú, en el acto estuvo presente
el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete. La construcción de la
iglesia comenzó al menos en 1549, y el cacique de Lima Don Gonzalo y el de
Huarochirí Don Antonio fueron designados oficialmente por la Real Audiencia de
Lima en 1551 para que constituyan una Reducción de indios, lo que concretaron a
medias. El visitador Alonso Manuel de Anaya completó la traza de la Reducción,
integrando a indios provenientes de Huadca, Hualá, Amancaes, Maranga y Lima.
La Doctrina franciscana encontró terreno fértil para su labor evangelizadora en los
aborígenes, para superar atávicas idolatrías y abrazar la nueva fe, destacaron
como intérpretes musicales por lo que se les dio a llamar como "indios chirimías",
por el desaparecido instrumento de viento "chirimía" que ejecutaban
magistralmente. El pueblo de indios o Reducción de Santa María de Magdalena
continuó durante el virreinato bajo el nombre de "Magdalena", tuvo una sucesión
de caciques de manera continua hasta el comienzo de la República, destacan los
caciques de apellido Casamusa. En el virreinato fue un pueblo de no más de 200
habitantes, conocido por su buen clima.
El 8 de julio de 1821, el libertador Don José de San Martín la bautiza como
Pueblo Libre en reconocimiento al patriotismo de sus moradores. Un decreto
supremo del 10 de abril de 1822, ordenado por el general José Bernardo de Tagle
y Portocarrero, hace cumplir la voluntad del libertador.
En tiempos de la Confederación Peruano-Boliviana, Andrés de Santa Cruz reside
en el pueblo de la Magdalena.
En tiempos de la Constitución liberal de 1856, una ley del 2 de enero de 1859 da
existencia legal al distrito como Magdalena Vieja, siendo su primer alcalde don
Pedro del Solar el año de 1873.
En 1881 Pueblo Libre fue sede del Gobierno Provisorio del Presidente Francisco
García Calderón, durante la Guerra del Pacífico, recordándosele como “Héroe
Civil”, “Presidente Mártir” y “Presidente cautivo”, por enfrentar las fuerzas
invasores al mando del general Patricio Lynch y sufrir prisión en Santiago de Chile.
Sin embargo hasta que no ocurriera este apresamiento el General Andrés Avelino
Cáceres no lo reconoce como Presidente, incluso lo tilda desdeñosamente como
"magdaleno" lo que significaba para Cáceres y su gente como sinónimo de
chilenófilo.
No obstante, desde esa fecha, el arraigado patriotismo de Pueblo Libre lleva con
orgullo en su memoria el ejemplo de diez vecinos que resistieron a la fuerza
invasora al lado del Doctor Francisco García Calderón. Sus nombres de héroes
figuran en el libro de defunciones de la Iglesia Santa María Magdalena.
Por mandato de la Ley 4101 del 10 de mayo de 1920, San Miguel y Magdalena del
Mar se independizan de la Magdalena Vieja.
El 5 de septiembre de 1940, durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche,
por la Ley 9162, La Magdalena Vieja volvió a llamarse Pueblo Libre.
En retribución a la presencia de sus más ilustres vecinos, el pueblo llamó a Pueblo
Libre, “Villa de Los Libertadores”, recordándose que durante la residencia del
libertador Simón Bolíva, vivieron también aquí sus Generales, Sucre, Córdova, La
Mar, y otros cuyos nombres llevan las calles del distrito.
Hitos Urbanos.- Entre sus principales arterias se encuentran las avenidas La
Marina, Brasil, Bolívar, Sucre, San Martín, Mariano H. Cornejo (ex-28 de Julio),
Manuel Cipriano Dulanto (ex-La Mar) y Universitaria.
Pueblo Libre tienen unidades locales de los ministerios de Agricultura, Trabajo,
Educación y Salud. Además, es sede de clubes sociales peruanos como la:
AELU, ACJ y el Circolo Sportivo Italiano, los cuales agrupan a la comunidad nikkei
e ítalo-peruana respectivamente.4
Antigua Taberna Queirolo.- La familia Queirolo la aperturó en 1880, y hoy en día
se ha convertido en un referente de la gastronomía limeña.
Casa Hacienda Orbea.- Ejemplar de la arquitectura colonial, esta una de las pocas
casa-haciendas que aún se pueden apreciar en Lima.
Casa Quinta de Los Libertadores.- Construida a inicios del Siglo XIX, alojó
sucesivamente a los libertadores José de San Martín y Simón Bolivar. Durante la
Guerra del Pacífico fue sede del gobierno provisorio de Francisco García
Calderón, conocido como el gobierno de La Magdalena. Actualmente es el Museo
Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
Cuartel Bolívar
El Ombú.- Llamado el "Árbol de la bella sombra", llega a alcanzar los 25m de
altura y tiene un promedio de 200 años de existencia, dice la historia que éste
árbol fue plantado por el libertador José de San Martín en su estadía en Pueblo
Libre.
Huaca Julio C. Tello.- Llamada también Panteón Chino, perteneció al complejo
urbano prehispánico correspondiente al curacazgo de Maranga, que abarcaba
además otros centros como Mateo Salado, San Marcos, Tres Palos, etc. El
nombre de Huaca Panteón Chino obedece a la tradición de que antiguamente fue
utilizada como lugar de entierro de esclavos chinos que trabajaban en las
plantaciones de los alrededores. El monumento se edificó durante la Cultura
Ischmay, del Siglo XII al Siglo XV d. C.
Iglesia Santa María Magdalena de Chacalea.- Su construcción inició en 1557 en
terrenos cedidos a los religiosos franciscanos por el cacique principal del Valle de
Lima Gonzalo Taulichusco, a fin de que se iniciara la Evangelización, bajo el
nombre de Doctrina de la Bendita Magdalena. Siglos después sufrió varias
modificaciones debido a los sismos.
Iglesia y Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación.- También conocido
como Iglesia de la Encarnación, originalmente estuvo ubicada en la Plaza San
Martín hasta 1941. Fue el Alma Máter de los conventos para mujeres en Lima.
La Cruz del Viajero.- Un monumento situado por los franciscanos en 1672 a las
afueras de Lima. Dicha tradición empezó con Francisco Pizarro, quien situaba
cruces en las rutas principales en el país; los viajeros se detendrían frente las cruz
para pedir protección en sus viajes.
Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.- Más conocido
como el Museo de Pueblo Libre, por los continuos cambios de nombre a lo largo
de la historia, fue creado el 2 de abril de 1822 por José de San Martín. Siendo el
museo más grande, antiguo y representativo del país; su trayectoria está ligada a
las vicisitudes de la historia peruana.
Museo Arqueológico Rafael Larco Hoyle.- El museo es una edificación virreinal
que data del siglo XVIII, la cual fue construida sobre una pirámide precolombina
del Siglo VII. Exhibe galerías que muestran los 3.000 años de desarrollo de la
historia del Antiguo Perú. Cuenta con un café y un restaurante 5 tenedores con
una gran variedad de platos gastronómicos de todas las regiones del país.
Plaza Bolívar.- Se encuentra en frente del Palacio Municipal, el Museo de Historia,
entre otras casas republicanas, y en medio de la plaza hay un busto de Simón
Bolívar de Victorio Macho y una pileta de bronce que data de 1742.
Plaza La Bandera
Seminario Santo Toribio de Mogrovejo
Instrucción.- Pueblo Libre cuenta con importanes colegios de instrucción
secundaria entre los que destacan: Colegio Abahan Valdelomar, Colegio
Agustiniano San Martín de Porres, Colegio Cristo Rey, Colegio de Jesús, Colegio
de la Cruz Canonesas, Colegio El Carmelo, Colegio Jorge Polar, Colegio Nacional
Bernardo O’Higgins, Colegio Nacional de Mujeres Elvira García y García, Colegio
La Unión, Colegio Marie Curie, Colegio Parroquial San Lucas, Colegio San Marcos
del Sur.
Superior.- En Pueblo Libre se ubica la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, la
Universidad Inca Garcilaso de la Vega (facultades de enfermería, Estomatología e
Ingeniería de Sistemas) y la Universidad Nacional Federico Villareal (facultad de
Odontología) y la Universidad Simón Bolívar.
Publicado por Waldo Garcia en 13:19
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La decisión de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de otorgar beneficios


judiciales a genocidas y represores de la última dictadura militar generó una
respuesta social sin precedentes. Luciana Bertoia, periodista especializada en
derechos humanos, explica las claves de la decisión judicial y la posición política
del gobierno argentino.
La decisión de tres jueces de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de
otorgar el llamado beneficio de «2x1» (es decir, de computar el doble los años de
prisión preventiva) a genocidas y represores de la última dictadura militar generó
una importante polémica que tiene repercusiones en los debates sobre derechos
humanos de la región. ¿Cuál es exactamente la situación judicial actual de los
represores y que podría suceder en el futuro si se sostiene la decisión judicial?

En caso de mantenerse la decisión, muchos otros represores estarían en


condiciones de obtener una libertad anticipada. Desde una lectura restrictiva del
fallo Muiña, el Ministerio de Justicia de la Nación estima que unos 40 represores
podrían correr la misma suerte que el represor del Hospital Posadas. La
Procuradoría de Crímenes Contra la Humanidad del Ministerio Público Fiscal
estira ese número hasta 278. Actualmente hay poco más de 300 represores
alojados en unidades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y unos 520 en
prisión domiciliaria, que es muchas veces violada por los propios beneficiarios por
las dificultades que tiene el propio Poder Judicial para controlarla. Por otro lado, no
es un dato menor que el 2x1 es posible por la extensión de la prisión preventiva.
En otras palabras, existe este beneficio por la demora en la que incurren los
tribunales a la hora de juzgar los crímenes y de confirmar las sentencias. Los
tribunales aparecen como el generador del problema y a la hora de buscar una
solución lo hacen dañando el derecho a la justicia y a la reparación de las
víctimas. La revisión y confirmación de sentencias es un reclamo de larga data de
los organismos de derechos humanos, desoído por la propia Corte Suprema y por
la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país. A esto hay que
sumarle que los juicios se han ralentizado: no hay audiencias o son espaciadas.
Por ejemplo, el juicio por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la
Armada (ESMA) lleva ya casi cinco años: se mueren las víctimas y los familiares
sin obtener justicia, y también se mueren los imputados. Hay otros juicios que se
aplazan casi eternamente, como el de los directivos de la automotriz Ford. El
nombramiento de jueces y la búsqueda de lugares para la realización de las
audiencias es también responsabilidad de órganos mixtos, como el Consejo de la
Magistratura, de mayoría oficialista.

Entre los represores y genocidas que pueden gozar de ese beneficio, ¿cuáles son
los casos más polémicos y los que causan más alarma social? ¿Por qué delitos
han sido condenados?

El gobierno deslizó que uno de los posibles beneficiados en Julio Simón, conocido
como el «Turco Julián», un represor que operó en lo que fue el circuito Atlético-
Banco-Olimpo (ABO). Fue justamente en el caso de Simón cuando la Corte
Suprema declaró en 2005 la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final, que impedían el juzgamiento de crímenes de la dictadura. El
«Turco Julián» desfilaba por programas televisivos en los años 90 haciendo gala
de sus crímenes. Lo recuerdan por su antisemitismo y en el juicio de 2006 se
probó su ensañamiento contra José Poblete, un joven militante que había sufrido
un accidente y había perdido sus piernas.

Simón no es el único. Entre los posibles beneficiados aparecen los integrantes de


la patota de la ESMA. Alfredo Astiz –conocido por infiltrarse entre los grupos de
familiares de desaparecidos para desaparecer a tres Madres y a las monjas
francesas, por secuestrar a la adolescente sueca Dagmar Hagelin, entre otros
crímenes– podría recibir el 2x1. Lo mismo que Jorge «Tigre» Acosta, el jefe del
grupo de tareas de la ESMA, por donde pasaron alrededor de 5.000 prisioneros.
Dentro de una lista que confeccionó el Servicio Penitenciario también aparece
Miguel Osvaldo Etchecolatz, el número dos en la represión en la provincia de
Buenos Aires. No es un dato menor que mientras se lo juzgaba a Etchecolatz,
desapareciera el testigo y querellante Jorge Julio López. Su ausencia es
investigada como una desaparición forzada. En varias oportunidades se lo vio a
Etchecolatz amenazando a jueces y abogados. En 2014, su cinismo llegó a
extremos inconcebibles: exhibía en la sentencia por los crímenes cometidos en La
Cacha un papelito en el que se podía leer «Jorge Julio López».

¿Existen grietas en la justicia? ¿Hay tribunales que se hayan opuesto a la


aplicación de esta medida?

En realidad, el fallo dejó a la Corte en una situación de falta de legitimidad frente a


los tribunales inferiores. Hasta ahora no hubo tribunal que liberara a represores
invocando el fallo Muiña. De hecho, en sus rechazos los tribunales dijeron que se
trataba de un fallo en contradicción con las obligaciones internacionales asumidas
por el Estado argentino. Informalmente, los jueces hicieron saber que no estaban
dispuestos a volver efectivo ese fallo y cargar con el mismo repudio social que los
ministros del máximo tribunal.

Distintas voces señalaron que el gobierno de Mauricio Macri fue modificando


paulatinamente su posición, luego de las manifestaciones populares de repudio a
la decisión judicial. ¿Cuál es la perspectiva del actual gobierno argentino en
materia de derechos humanos, específicamente en lo concerniente a los juicios
por los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura argentina? ¿Existen
diferencias dentro del gobierno argentino?

Las diferencias son claras: el anterior gobierno promovió una reforma de la Corte
Suprema que permitiera declarar la nulidad de las leyes que impedían el
juzgamiento de los crímenes cometidos durante la última dictadura y también dio
pelea ante las resistencias judiciales a llevar a cabo estos procesos, como sucedió
en 2007 con la Cámara Federal de Casación. La postura de Mauricio Macri, en
cambio, fue decir que no iba a interferir con la acción de la Justicia. Lo que sí hizo
fue desmantelar áreas que contribuían a los juicios, como la de relevamiento
documental del Ministerio de Seguridad, que había sido creada a pedido de los
propios jueces que intervienen en casos de lesa humanidad.
Sobre la movilización del 10 de mayo, en la que miles de ciudadanos argentinos
salieron a las calles a repudiar el fallo de la Corte Suprema acompañando a los
organismos de Derechos Humanos y argumentando que no desean ver en las
calles a quienes torturaron y mataron durante la dictadura, ¿qué valoración hace
usted como periodista especializada en la materia?

No tengo registro de otra movilización que haya generado tal cimbronazo en el


máximo tribunal de justicia. A dos días de la manifestación de medio millón de
personas, la Corte emitió un comunicado que informaba que iba a evaluar los
casos en los que se pedía la aplicación del 2x1 a la luz de una nueva ley
aclaratoria, que también se votó antes de la marcha y se promulgó
inmediatamente después. La movilización hizo carne el «Nunca Más», mostró que
–más allá de las diferencias y los vaivenes políticos– la sociedad argentina no
consiente la impunidad de los responsables de miles de desapariciones.

No es un dato menor que distintos voceros del gobierno de Macri hubieran atizado
una discusión en torno del rol de los organismos de derechos humanos después
de la movilización del 24 de marzo, ligándolos a una reivindicación del accionar de
los grupos armados de izquierda de los años 70. Se intentó deslegitimar el rol de
los organismos en los casi 34 años de democracia, pero esas críticas se
terminaron silenciando después de la movilización por el 2x1. A la actual
administración –que tuvo una reacción oportunista frente al fallo de la Corte
Suprema– le quedó claro que el «Nunca Más» también es un límite infranqueable
para los votantes de la propia alianza gobernante.
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UN GENOCIDA ANDA SUELTO


No queremos convivir con genocidas sueltos, sabemos que no cumplen con la
prision domiciliaria, no tienen la vigilancia que ameritan los graves crímenes
cometidos por ellos. Los familiares, hijos/as, víctimas del terrorismo de estado y
los organismos de D.D.H.H. que hace 45 años luchamos por conseguir JUSTICIA,
nos sentimos revictimizados por el mismo. No queremos a “Curro” Ramos en las
calles!! Sres. Jueces: NUNCA MÁS.

La sentencia de condena, califica a los delitos cometidos como de lesa


humanidad, y también como GENOCIDIO, cuando nos referimos a delitos de lesa
humanidad nos estamos refiriendo a aquellos que por sus características y
naturaleza ofenden y agravian a la humanidad en conjunto. Justamente la
imprescriptibilidad de su persecución penal se funda en la necesidad de que los
crímenes de esta naturaleza no queden impunes, puesta está comprometido el
interés de la comunidad internacional,
de la cual Argentina es parte.

Es decir, el Estado ha asumido un compromiso internacional en virtud del cual la


garantía de la tutela judicial efectiva de los derechos humanos comprende,
también el derecho de las víctimas y sus familiares al conocimiento de la verdad y
el castigo penal de los autores de delitos de lesa humanidad. Evitando en todo
momento una re victimización. Estos actos inhumanos por su extensión y
gravedad van más allá de los límites de lo tolerable para la comunidad
internacional, por ello no pueden quedar impunes, lo que evidencia que las
condenas impuestas deben ser efectivamente cumplidas. En este entendimiento,
es que los procesos y condenas no pueden ser objeto de amnistía, indulto o
conmutación de pena.

El otorgamiento de prisiones domiciliarias a condenados por delitos de lesa


humanidad puede implicar un retroceso en las políticas de Estado sobre Memoria,
Verdad y Justicia. La cual se puede agravar aún más cuando los controles sobre
el cumplimiento son inexistentes o sumamente laxos.

En tales contextos, el beneficio es impunidad. Y la impunidad es incumplimiento


de los compromisos internacionales asumidos por el Estado.

El Estado asumió la obligación internacional de sancionar a los culpables de


delitos de lesa humanidad, lo que implica no solo la condena judicial sino su
cumplimiento efectivo. No se puede pretender válidamente separar la condena de
su efectivo cumplimiento. Por ello, en el cumplimiento de la pena por un delito de
lesa humanidad, también está comprometido el interés de la comunidad
internacional, caso contrario el delito quedaría impune.

Por otro lado, el Estado también tiene la obligación internacional de impedir que la
imposición de la restricción de la libertad conlleve un trato cruel, inhumano o
degradante que afecte otros derechos fundamentales de las personas, excluido
obviamente los incluidos en la condena. Lo que decanta, en el beneficio de la
detención o prisión domiciliaria.

Ahora bien, la detención o prisión domiciliaria, es una modalidad atenuada de


ejecución de las penas privativas de libertad, que en si misma implica una
disminución significativa del control estatal sobre el cautelado, implicando a su vez
un incremento real y cierto del riesgo de eludir la acción de la justicia y del Estado.

Atento su carácter humanitario y excepcional, se han previsto por ley los


supuestos que habilitan a un juez a disponer el cumplimiento de la pena impuesta
en un domicilio determinado.

Ellos son básicamente:

a) Al interno enfermo, cuando la privación de la libertad en el establecimiento


carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no
correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario;
b) Al interno que padeciera una enfermedad incurable en período terminal;
c) Al interno con discapacidad, cuando la privación de la libertad en el
establecimiento carcelario resulta inadecuada por su condición, implicándole un
trato indigno, inhumano o cruel;
d) Al interno mayor de setenta (70) años.
e) A la mujer embarazada;
f) A la madre de un niño menor de 5 años o de una persona con discapacidad, a
su cargo.

Asimismo, se ha remarcado innumerable cantidad de veces que al ser una


modalidad de cumplimiento, que responde a principios de humanidad y
excepcional, el cumplimiento del requisito etario es insuficiente. En todos los
casos, la concesión de la detención o prisión domiciliaria debe ser antecedida de
la comprobación que el encarcelamiento provoca en el individuo trato
cruel, inhumano o degradante o restricción de derechos fundamentales distintos a
la libertad ambulatoria.
Atento que el derecho internacional de los derechos humanos, responsabiliza a los
Estados partes ante la comunidad internacional, ante entorpecimientos de
investigación, demora irrazonable en el juzgamiento y el cumplimiento efectivo de
la condena por esos delitos. Salvo que la prisión domiciliaria obedezca a
«imperativos humanitarios» comprobados, no corresponde este beneficio a
condenados por delitos de lesa humanidad, pues la misma atento su significativa
disminución del
control estatal sobre el procesado/condenado, puede implicar una sustracción de
la acción de la justicia y con ella la debida condena de estos delitos.

Además, si bien la ley no distingue con relación a la naturaleza de los delitos


perseguidos para otorgar el beneficio referido, la gravedad de los hechos que se le
atribuyen al procesado/condenado (calificados como delitos de lesa humanidad)
sobre los cuales el Estado Argentino tiene la responsabilidad, de acuerdo al
derecho internacional, de garantizar el juzgamiento y castigo, este beneficio, salvo
razones humanitarias, implica impunidad.

En este tipo de delitos, tenemos que exigir no sólo que se juzgue y sancione a los
que se encuentren responsables, sino también que se garantice el debido
cumplimiento de la condena que se les aplique. Pues, no puede pasarse por alto,
que la aplicación de la detención domiciliaria como modalidad de cumplimiento de
la prisión preventiva o de la ejecución de la pena de personas
imputadas o condenadas por crímenes contra la humanidad, por más que
responda a cuestiones humanitarias, también implica la re victimización de
aquellas personas que sufrieron y fueron víctimas directas de genocidas que
desde el Estado sembraron terror para implantar un modelo económico de
exclusión y pobreza, además del pacto de silencio que sigue vigente, por el cual
se niegan a decir dónde están los restos de los compañeros desaparecidos, lo que
perpetúa un delito continuado y sigue siendo una tortura para los familiares que
continúan su búsqueda.

Por ello, y entendiendo que en estos casos no se ha acreditado que haya una
violación de carácter humanitario para cumplir la condena en cárcel común y por
supuesto, efectiva. Además, se ha omitido analizar el riesgo procesal de fuga, y
siendo el otorgamiento de esa medida de carácter excepcional, y aún más,
aunque se hubieren acreditado tales extremos, repudiamos la presencia de todos
estos genocidas en nuestra ciudad de Rosario.
La paz social, fin de cualquier estado de derecho se ve gravemente amenazada
por la presencia de un condenado por haber atentado con la vida de
conciudadanos que sufrieron torturas, violaciones, tormentos y vejaciones, robo de
niños y supresión de identidad, muertes solo para nombrar algunas de las
atrocidades cometidas.

Ante esta situación, este cuerpo como representantes del pueblo debe brindar un
mensaje claro a la sociedad, ratificando de modo contundente el rechazo
indubitable a la presencia de genocidas en la ciudad.

Manifestado nuevamente la clara voluntad política de no tolerar ni consentir, bajo


ninguna circunstancia, la convivencia en nuestra sociedad con personas que
participaran de las acciones del terrorismo de estado..
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Una maniobra más para dejar en libertad a genocidas acusados de crímenes de


lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar, esta vez se trata del
Sistema Penitenciario Argentino, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación.

Bajo el pretexto de la existencia de una superpoblación carcelaria, este organismo


sugirió a la Justicia otorgar el beneficio de la prisión domiciliaria, que en la práctica
cotidiana es otorgar la libertad, a 96 condenados por crímenes de lesa humanidad
que, amparados por el terrorismo de Estado que impusieron los dictadores,
secuestraron, violaron y torturaron a mujeres y hombres, adultxs y niñxs, tiraron
personas vivas al mar, se apropiaron de bebés en los centros clandestinos de
detención que ellos mismos controlaban, asesinaron y robaron bienes materiales.

Demasiado sufrimos como pueblo el horror de la dictadura, el dolor de las


desapariciones de seres queridos, asesinatos, muertes y desgarradores exilios.
Mucho transitamos para aprender de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que
sólo con Memoria, buscando y conociendo la Verdad y exigiendo Justicia
podríamos tener futuro como pueblo para que Nunca Más la impunidad y el terror
nos gobiernen.
¡Ya salimos millones de ciudadanxs a las calles de todo el país cuando intentaron
el 2x1, ya salieron lxs pobladorxs de Mar del Plata, La Costa -y de cada ciudad
donde los llevan a vivir- a manifestarse en contra y exigir que vuelvan a las
cárceles!

Desde SUTEBA repudiamos este y todos los intentos de dejar en libertad a estos
asesinos, respaldamos y suscribimos al comunicado emitido por los Organismos
de DDHH. ¡Lxs Trabajadorxs de la Educación seguiremos construyendo
MEMORIA EN CADA ESCUELA, enseñando desde la VERDAD de lo ocurrido y
exigiendo JUSTICIA Y CÁRCEL COMÚN Y EFECTIVA PARA LOS GENOCIDAS!

¡EL LUGAR DE LOS GENOCIDAS ES LA CÁRCEL!

¡30.000 COMPAÑERXS DESAPARECIDXS PRESENTES HOY Y SIEMPRE!

Adjuntamos el documento que fue producido y firmado por las Organizaciones de


DDHH al respecto.
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