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LOS QUE CONOCIERON A FIDEL

Fidel te quiero. Los dos tenemos las mismas iniciales. Los


dos tenemos barba. Ambos tenemos poder y queremos
usarlo con buenos propósitos (Francis Ford Coppola)

Con ocasión del quinto aniversario del fallecimiento del histórico comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz,
las editoriales se han volcado con nuevas publicaciones sobre la vida de este gigante de la historia.

Una de las más recomendables, porque se acerca al perfil humano del personaje, es “Yo conocí a Fidel”,
un libro de la editorial cubana Ocean Sur, cuyo autor es Wilmer Rodríguez Fernández y está disponible
para descargarse gratuitamente.

En sus casi 250 páginas, podemos encontrar testimonios de personalidades del mundo político, artístico e
intelectual que conocieron al comandante en jefe. Desde su hermano y compañero de lucha Raúl Castro,
hasta enemigos jurados de la revolución cubana como Richard Nixon.

Raúl, que es el hombre que más conoció a Fidel, lo acompañó en el asalto el cuartel Moncada el 53, en
la expedición del Granma el 55, en la Sierra Maestra, hasta el ingreso triunfal a La Habana el 59, en la
derrota a los invasores de Bahía de Cochinos el 61 (en 72 horas, con los mercenarios intercambiados por
alimentos), en la resistencia a pie firme, durante la crisis de los misiles, y enfrentando exitosamente cada
una de las arremetidas del imperialismo.

Como recuerda Raúl, con esa visión estratégica, Fidel pronosticaba el 89 la caída de la URSS y del
campo socialista, a la vez que reafirmaba que en caso de quedarse sola Cuba seguiría resistiendo hasta
el final. Y así fue. El llamado Periodo Especial, que significó la caída del 30% del PBI cubano, cortes de
energía de 12 y 16 horas, fue enfrentado heroicamente garantizando salud y educación para el pueblo.

No solo está el testimonio de Raúl, también el hermano mayor Ramón, un ingeniero agrónomo, con
múltiples reconocimientos por sus proyectos de agricultura y ganadería, al que los cubanos al verlo por la
calle le decían que “era igualito a Fidel”, a lo que respondía siempre “Él es igualito a mí porque yo fui
antes”.

Salvo Anita Castro, los demás hermanos se alinearon con la revolución. Sobre la hermana disidente,
cuenta la hija de Raúl Castro, en el imperdible documental “Fidel de Cerca”, que su tío le decía que le
faltó tiempo para explicarle los beneficios de la revolución, que con un poco más de paciencia ella lo
hubiera entendido.

Juan Almeida, no solo fue el primer comandante negro nombrado por Fidel en Sierra Maestra, y el
tercero después del Che y Raúl, sino que conocía a Fidel desde los tiempos de la universidad, y estuvo a
su lado en cada una de las acciones revolucionarias, desde el asalto al cuartel Moncada, la expedición
del Granma y en Sierra Maestra, cuenta Almeida que Fidel gozaba, se sentía feliz, con cada uno de los
triunfos de los deportistas negros.

Ricardo Alarcón de Quezada, que llegara a ser presidente del parlamento cubano, cuenta el enojo de
Fidel en el año 62 al rendirle homenaje a José Antonio Echevarría, en el quinto año de su muerte, cuando
el relator leyendo el testamento político de Echevarría había omitido adrede su mención a Dios,
seguramente considerando eso como una “debilidad ideológica”. Fidel tomó el micrófono y puso las cosas
en su sitio.
Miguel Díaz Canel, secretario general del Partido Comunista Cubano, no podía estar ausente, recordando
como siendo secretario del partido en Villa Clara y en solo unas horas organizaron un mitin con la
presencia del Comandante en Jefe, y cómo se volcó a la plaza un verdadero huracán humano. Cuando
años después Cuba fue azotado por un huracán de la naturaleza, y mientras se desarrollaba una reunión
de evaluación del consejo de estado, Fidel le recordó a Díaz Canel “Huaracan fue lo que vivimos aquella
vez”.

De los líderes políticos, no podía faltar la Patria Grande. Por Nicaragua, Tomás Borge con Daniel Ortega;
por Bolivia, Evo Morales y por Venezuela, Hugo Chávez con Diosdado Cabello y Nicolás Maduro.

Con la sabiduría que caracterizó a Tomás, ubica a Martí como el embrión de la historia cubana y a Fidel
como el embrión de los cambios revolucionarios de América Latina. Daniel por su lado, recuerda la
solidaridad militante cuando enfrentando el huracán Juana, Fidel envió a Raúl, su mejor hombre, a apoyar
y a volcar la experiencia cubana enfrentando esos fenómenos de la naturaleza.

Evo, recuerda como a medida que se hacía un dirigente de mayor importancia en su país, se acercaba a
la mesa principal junto a Fidel, hasta que tuvo la oportunidad de conversar con él. Su primera pregunta
fue ¿Fidel cómo se hace la revolución? ¿Dónde se compran las armas? A lo que Fidel, le respondió que
la revolución ahora ya no se hacía con las armas sino cómo lo estaba haciendo Chávez en Venezuela.
Cuando Evo ganó las elecciones el punto era cómo enfrentar el bloqueo, y Fidel le dijo que sin miedo, que
además no iba a estar solo, los tenía a ellos, cubanos, pero además a Lula en Brasil y a Cristina en
Argentina, juntos librarían batalla. El de Evo fue el mejor gobierno del mundo reconocido por la ONU, que
solo los golpistas niegan.

Hugo Chávez, que fue como un hijo para el comandante en jefe, relata la vez que Fidel le dijo que
estando preso, luego del revés de Moncada, presentía que estaba naciendo en América Latina alguien
que haría historia. El Asalto fue el 53, Chávez nació el 54, estando Fidel preso. Chávez profundamente
cristiano, estaba convencido que esas coincidencias de fechas no eran casuales.

Diosdado Cabello, quedó impresionado cómo Fidel sabía más cosas de su país que él mismo, por
ejemplo, sobre los niveles de producción del Cacao o las zonas donde se producían y mientras recorrían
la Habana y Fidel descendía del vehículo, en cualquier lugar, el cariño de la gente era abrumador.

Y Nicolás Maduro, la primera vez que lo vio, el 89 con ocasión de la visita de Fidel a la asunción del
mando de Carlos Andrés Pérez, cuando él y otros jóvenes de la Liga Socialista lo esperaron en la puerta
del hotel Eurobulding. Ahí Fidel les dijo que le correspondía a su generación cambiar las cosas en
Venezuela. Años después Pérez seria retirado del poder por corrupción y más adelante el comandante
Chávez elegiría a Maduro como su sucesor.

Los intelectuales y artistas no podían estar ausentes en un libro sobre Fidel, desde Miguelito Barnett
hasta García Márquez; desde Amaury Pérez hasta Silvio Rodríguez; desde Miguel Escoto hasta Frei
Betto y el mismísimo Papa.

Miguel Barnett recuerda la vez en que un reconocido dibujante italiano quería hacer un retrato del
comandante en jefe, y que luego de interceder para que la sesión fuera posible, la jornada empezó muy
tarde y no terminó hasta el día siguiente, con Fidel de cocinero preparando unos tallarines que eran su
especialidad.
García Márquez, recuerda que gracias a Fidel pudo corregir imprecisiones en dos de sus novelas, una
Relatos de un náufrago (la velocidad del barco) la otra Crónica de una muerte anunciada (el calibre del
arma) y cómo quedó impresionado cuando en una noche, sin dormir, Fidel leyó Drácula, el bestseller que
el premio Nobel le había llevado de regalo.

Amaury Pérez, uno de los compositores más importantes de la música cubana, fue muy cercano a Fidel,
incluso se le puede ver en muchos de los mítines cerca al comandante en Jefe. Recuerda una noche en
que Fidel lo llevó a su oficina y le comenzó a preguntar por sus padres, su esposa, sus hijos, y luego él,
impulsado por unos buenos tragos, pasó de entrevistado a entrevistador.

Y Silvio, cómo cada vez que coincidía con Fidel se quedaba sin palabras, en una de esas ocasiones
pasando a su lado el comandante le tocó la frente para decirle “Cómo me gustaría saber lo que pasa
por ahí dentro”. Era y es demasiada la admiración por el autor de Ojalá, el Necio, Rabo de nube,
Unicornio azul, por el jefe de la revolución.

Frei Betto fue clave para el mejoramiento de las relaciones entre la iglesia y el gobierno cubano. “De
ninguna manera puedes ver en Fidel un ser del pasado, sino del porvenir” así lo definía este fraile
dominico y simpatizante del PT y de Lula en el Brasil

Por su lado, Miguel Descoto precursor de la Teología de la Liberación y activo militante sandinista lo
define como un ser extraordinario y que la semilla que regó ha germinado. Chávez fue su retoño pero ya
no está. Quedan sus otros hijos, que siguen dando batalla, desde Daniel en Nicaragua hasta Evo en
Bolivia.

Hasta el Papa, Jorge Bergoglio, en el libro que le regaló a Fidel luego de agradecerle por recibirlo en su
casa Cuba, le pide que no se olvide de rezar por él. El comandante en jefe era un ser de luz.

Sin embargo, de todos los testimonios, el más hermoso es el de Fidel Castro Smirnov. En el momento en
que ya estaba enfermo Fidel, se abrazan y el nieto le dice “te quiero con c….” y su abuelo le responde “y
yo también eh, que no se te olvide”.

El año 2001, se publicó el libro Absuelto por la historia de Luis Baez, de ahí tomo las palabras de Mario
Benedetti, en la página 131 (Nuestro prójimo número uno) : “Treinta y seis años después ¿Quién se
acuerda de Frondizi, Alessandri, López Mateos, Betancourt, Lleras Camargo, Luis Somoza y otros
mandamases de esa época? Fidel, en cambio, sigue presente y coherente”.

Presente Fidel, ahora y siempre!

¡Viva Fidel!

Viva la revolución cubana!

Viva la Patria Grande!

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