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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÒN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE MARACAIBO
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN GEOCIENCIAS
MARACAIBO - ESTADO ZULIA.

Criterios a considerar para el cierre de minas planificado

Participante:

Ing. Carlos Rodríguez.

Facilitador:

Ing. Boscán L., José R. Esp

Maracaibo, Marzo de 2.022


ÍNDICE GENERAL

¿Qué criterios son considerados para un cierre de minas planificado?


¿Cómo es la metodología a desarrollar?
¿Por qué es importante comprender el contexto físico, biofísico, social y económico en un
cierre de minas planificado?
Introducción

El cierre es una etapa que indefectiblemente sucederá en la vida de una mina. Tarde o
temprano, de forma prevista o no, el mineral económicamente disponible de una mina se
acabará y la operación procederá a su cierre. Aun cuando su ocurrencia es predecible
para toda mina, no fue hasta épocas recientes que la etapa de cierre captó mayor atención
por parte de los gobiernos y la industria. La evidencia de cierres de minas (o abandonos)
sin planificación ni controles adecuados y/o sin una debida consideración de sus
consecuencias ambientales, sociales y económicas, condujo progresivamente a nivel
global, a la generación de regulaciones, lineamientos y estándares de gestión,
respectivamente, cada vez más robustos. En la actualidad, hay un consenso general
respecto a que el cierre de una mina debe ser realizado de forma planificada desde la
concepción del proyecto, considerando sus aspectos ambientales, sociales, culturales y
económicos, entre otros, y brindando además amplia participación a los grupos de interés
involucrados. Motivada por este contexto internacional, la Argentina ha asistido a un
proceso de profundización de sus políticas y elementos regulatorios sobre el cierre de
minas; proceso que se da tanto en los ámbitos provinciales como en el nacional.
Criterios a considerar para el cierre de minas planificado
Naturalmente, el objetivo esencial de un cierre programado, bien planificado, ejecutado
y controlado después de su realización, es prevenir, mitigar y revertir esos efectos dañinos.
Ello implica que la idea del cierre debe estar presente desde la etapa de evaluación de la
posible explotación de un yacimiento. Debe acompañar el diseño de las labores y la
selección de las tecnologías a utilizar, y desde luego, lo referente a la localización de los
trabajadores y sus familias (actualmente se prefiere disponer sólo de alojamientos para los
trabajadores en lugar del proyecto). La Evaluación de Impacto Ambiental debe considerar
el cierre de la explotación, pero sólo en sus aspectos centrales y esenciales (porque es muy
difícil saber cómo evolucionará). Por otra parte, el cierre debe realizarse paralelamente a
la explotación, de manera de dejar para el momento final lo menos que sea posible. Si hay
comunidades cuya vida económica y laboral está fuertemente ligada a la explotación, es
necesario que se estudien y desarrollen en conjunto actividades económicas alternativas.
Este es un aspecto central a desarrollar como parte de la Responsabilidad Social
Corporativa de la empresa minera.
El cierre de minas planificado está destinado a evitar los posibles traumas que
implicaban los antiguos cierres de explotaciones mineras. Ello, tanto en términos de un
acrecentado daño ambiental como en sus efectos económicos y sociales sobre las
comunidades situadas en el área de influencia de la explotación. Esto incluye lo referente
a eventuales daños a otras actividades económicas desarrolladas o posibles de desarrollar
en dicha área de influencia.

Objetivos Específicos de un cierre de minas planificado


Un cierre de minas planificado debe cumplir al menos con los siguientes objetivos
específicos:
• Asegurar el cumplimiento de leyes y normas que regulan el cierre minero, así como
de los compromisos corporativos asumidos por la empresa.
• Asegurar el cierre y estabilidad de las labores mineras superficiales y subterráneas.
• Prevenir la erosión, remoción en masa y subsidencia asociadas a los efectos de la
explotación minera realizada.
• Estabilizar y proteger los desechos sólidos producto de la explotación minera.
• Resolver satisfactoriamente lo relativo a suelos contaminados en el área de la
explotación, así como a depósitos de residuos peligrosos y no peligrosos enterrados en
ella.
• Restaurar en lo posible la hidrología original del sitio o al menos una red hidrológica
estable.
• Prevenir la generación de drenaje ácido y, si es necesario, tratarlo para reducir su
acidez y contenido metálico a niveles legal y ambientalmente aceptables.
• Establecer la financiación requerida por el cierre de minas planificado, así cómo su
distribución en el tiempo, y las fuentes y mecanismos que lo proveerán.
• Asegurar el cumplimiento de las condiciones requeridas para que el sitio intervenido
recupere sus cualidades para el desarrollo de la vida silvestre, o permita el de nuevas
actividades humanas.
• Procurar que el cierre de la explotación implique el menor grado posible de efectos
socio-económicos negativos para los trabajadores y la comunidad situada en su área de
influencia económica y laboral.
• Establecer las medidas necesarias de seguimiento y control de los resultados del
cierre de minas planificado
Tomar las mejores decisiones sociales y técnicas en la planificación del cierre requiere
la recopilación, evaluación y gestión de información ambiental, social y económica, la
cual se debe manejar correctamente para que sea fácilmente recuperable y accesible.
Los ingenieros de minas, geólogos de minas y consultores en general tienen la mayor
influencia en la planificación y el diseño de la mina. Deben entender y tener en cuenta los
problemas del cierre e integrar los elementos económicos, ambientales y sociales en la
toma de decisiones de la compañía. Para que la planificación de cierre de la mina sea
exitosa, el equipo de gestión debe garantizar que el cierre esté integrado inicialmente en la
planificación en lugar de ocuparse de eso al final de la vida de la mina. Un ejemplo visto
con demasiada frecuencia es la construcción de depósitos de residuos sin comprender en
detalle las propiedades físicas y geotécnicas, la composición química y las características
geoquímicas del residuo minero.
Entender qué probables residuos se generarán, qué materiales quedarán expuestos y
qué limitaciones impondrán estos factores en la operación minera es fundamental para la
planificación de cierre. Por ejemplo, el almacenamiento adecuado de material residual
rico en metales o altamente reactivo puede incorporar encapsulado o colocación selectiva
en el depósito de residuos. Las decisiones tomadas durante las fases de viabilidad,
planificación y diseño pueden tener consecuencias a largo plazo para el medioambiente,
los futuros usos del terreno y la salud y seguridad de la comunidad, todo lo cual afectará
el proceso de cierre y cese de la mina.
Las prácticas líderes solo pueden realizarse a través del reconocimiento temprano de
los materiales residuales de la mina potencialmente problemáticos, incluidos los que son
física y químicamente perjudiciales para el crecimiento vegetal o aquellos potencialmente
generadores de drenaje ácido de mina u otro tipo de drenaje minero. La naturaleza y
composición de mineral y rocas anfitrionas difiere en cada mina, por lo que los
potenciales riesgos de contaminación química y geoquímica, así como los riesgos para la
integridad física de los depósitos de residuos construidos y para el éxito de la
rehabilitación también serán diferentes.
La gestión del agua a través de todas las fases del ciclo minero es tan crucial para el
cierre como la gestión de los residuos de la mina.
Este apartado vincula la caracterización de los potenciales materiales de residuos y los
residuos de procesamiento (relaves), y el riesgo potencial de futura contaminación
medioambiental, con el diseño adecuado de los depósitos de residuos. La experiencia ha
demostrado que el diseño de superficies terrestres adecuadas debe incorporar la gestión
del agua superficial y tener posibilidades de lograr los criterios de finalización propuestos.
Otros aspectos claves son:
• Tener la información correcta para tomar decisiones sociales y técnicas en la
planificación del cierre requiere de la recopilación, evaluación y gestión de datos
ambientales, sociales y económicos durante el comienzo de la planificación.
• Entender qué probables residuos se generarán, qué materiales quedarán expuestos y
qué limitaciones impondrán estos factores en la operación minera es fundamental para la
planificación de cierre.
• La gestión hídrica a través de todas las fases del ciclo minero es tan crucial para el
cierre como la gestión de los residuos mineros.
• La caracterización de materiales residuales de la mina debe comenzar ya en la fase de
exploración, y seguir durante las fases de viabilidad previa, viabilidad y operativa como
base para la planificación del cierre de la mina.
• La colocación final de los residuos mineros en superficies construidas que sean física
y químicamente estables a largo plazo se hará lo antes posible, y la rehabilitación
progresiva debe tener lugar en cuanto sea posible.
• La rehabilitación y cierre de los relaves de la mina requiere una atención particular.
• En la planificación de una instalación de almacenamiento de relaves, las prácticas
líderes en operaciones tienen en cuenta el cierre de la mina desde el inicio del desarrollo
del proyecto y consideran todos los aspectos de la eliminación de relaves al desarrollar y
mantener un plan de desmantelamiento de TSF.
• Para el cierre, se requiere la preparación de un plan de gestión de radiaciones que
amplíe el plan de cierre. Debe incluir un programa de seguimiento y vigilancia
permanentes a implementar una vez que el cierre haya finalizado satisfactoriamente.
• Es esencial llevar a cabo investigaciones exhaustivas durante las fases de viabilidad,
planificación y diseño a fin de identificar y cuantificar los aspectos clave de la gestión de
aguas superficiales y subterráneas.

Desarrollo de un plan de cierre.


Un plan de cierre debe reflejar las normas y principios corporativos, así como también
las pautas reguladoras, y proporcionar una base adecuada para estimar el coste del
cierre. El plan debe detallar la gestión de las labores de cierre previstas en el lugar, y
contener los objetivos y criterios que conforman la base para la evaluación de las opciones
de cierre propuestas y para identificar los principales indicadores de rendimiento.
Los objetivos de un plan de cierre son los siguientes:
• posibilitar que los intereses de todos los grupos de interés sean tenidos en cuenta
durante el cierre de la mina y llegar a un acuerdo para el uso del terreno tras la
explotación minera
• asegurar que la fase de cierre sea rentable y se lleve a cabo de forma puntual y en los
plazos adecuados
• garantizar que el coste del cierre esté adecuadamente representado en la contabilidad
de la empresa y no suponga ninguna responsabilidad económica para la sociedad
• procurar una rendición de cuentas clara y suficientes recursos para la puesta en
ejecución del plan
• definir un conjunto de indicadores para demostrar la consecución satisfactoria del
cierre
• que la empresa cumpla con los criterios de finalización acordados para satisfacer los
requerimientos del organismo regulador
Un plan de cierre es un documento dinámico que debe reflejar el nivel de detalle
necesario para la fase de desarrollo del proyecto minero. Los planes de cierre evolucionan
a lo largo de la vida de la mina y deben proporcionar más detalles a medida que la mina
se aproxima a su desmantelamiento y cierre. Para mantener la credibilidad y aprobación
de la sociedad, es imperativo que la información contenida en el plan de cierre sea
rigurosa y pertinente.
Un plan de cierre debe reflejar las normas y principios corporativos, así como también
las pautas reguladoras, y proporcionar una base adecuada para estimar el coste del
cierre. El plan debe incluir una descripción de las labores de cierre previstas en el lugar,
y contener los objetivos y criterios que conforman la base para la evaluación de las
opciones de cierre propuestas e indican aquello que la empresa se compromete a alcanzar
en el momento del cierre. Para identificar posibles problemas ambientales, así como para
ayudar a la toma de decisiones durante el funcionamiento y cierre de la mina, es necesaria
la información medioambiental obtenida en los estudios de referencia llevados a cabo
durante las fases de exploración, viabilidad, planificación y diseño. Una vez que los
riesgos y posibilidades de cierre sean eficazmente evaluados, el plan de cierre ya puede
ser utilizado para gestionar los riesgos a un nivel aceptable. Lo ideal es que los criterios
de finalización, que podemos definir como objetivos de eficacia en la rehabilitación, se
redacten durante la fase de planificación de la mina, en consulta y acuerdo con los
principales grupos de interés. Dichos criterios deben ser revisados periódicamente. Las
continuas investigaciones realizadas sobre el terreno, el seguimiento de los programas y
las revisiones son aspectos cruciales en la planificación y en los cambios principales
durante la elaboración del plan de operaciones. La aplicación de prácticas líderes y
principios del desarrollo sostenible durante la fase de viabilidad es fundamental para
demostrar competencia, al poner de relieve el valor potencial de los recursos y forjar la
confianza con la sociedad y el Gobierno. El plan de cierre deviene en un plan de
desmantelamiento cuando la exploración no puede determinar un cálculo de más reservas
viables, y la dirección de la mina puede fijar una fecha probable para su cierre.

Diagnóstico de los Factores Físicos y Biológicos.


Los factores físicos del área de influencia del proyecto constituyen un control decisivo
respecto a sus consecuencias ambientales. De ahí que deben ser el primer elemento a
considerar en el Diagnóstico Global del sitio, ya sea en una etapa temprana de factibilidad
del proyecto minero como al enfrentar un plan de cierre en una etapa tardía de la
explotación, al acercarse el fin de su vida útil. El problema de la segunda alternativa es
que ya puede ser demasiado tarde para resolver los problemas ambientales más graves
generados por la explotación realizada.
En la conocida obra “Collapse” se relatan los efectos de la minería de pórfidos de
cobre-oro realizada en Nueva Guinea y en los arcos de islas volcánicas vecinos del
Pacífico Occidental (Ok Tedi, Grasberg – Ertsberg, Panguna), así como de la minería
polimetálica del Estado de Montana (USA), la minería de oro en Venezuela con el arco
minero. En el primer caso se trató de notables hazañas de la ingeniería de minas, que
logró la explotación de yacimientos ubicados en las cumbres de montañas rodeadas de
laderas abruptas y cubiertas por bosques de lluvia, con precipitaciones anuales de miles
de mm de agua. Si la explotación minera fue un éxito admirable por las dificultades
vencidas, la degradación ambiental (erosión descontrolada, relaves vertidos directamente
a los ríos) y sus consecuencias sobre la población nativa fueron desastrosos (y llevaron a
una guerra civil en el caso de Panguna, en Bougainville, con el costo de miles de vidas).
En esas condiciones sería ilusorio hablar siquiera de un “Plan de Cierre”. En Ok Tedi, la
presa de relaves colapsó, de manera que su contenido destruyó las pesquerías asociadas al
río del mismo nombre, mientras enormes cantidades de sedimentos contaminados
destruían la vegetación de la planicie aluvial y se iniciaba la liberación de cianuro.
Seguramente, un diagnóstico global de los factores físicos y biológicos del área
intervenida habría mostrado tempranamente la imposibilidad de realizar dichas
explotaciones sin incurrir en tan elevados costos ambientales.

Los proyectos mineros surgen en toda clase de ambientes: en las cumbres de arcos de
islas cubiertos de bosques de lluvia, como Bouganinville, en la sequedad de desiertos casi
absolutos, como Escondida (al SE de Antofagasta, Chile), en los paisajes montañosos de
Montana, en los fríos del Ártico o del NW de Canadá, etc. En cada caso, un diagnóstico
oportuno permitirá evitar un fracaso económico o ambiental o bien diseñar operaciones de
características y magnitud que hagan la operación rentable y garanticen que ella y su
posterior cierre serán aceptables en términos ambientales. Igualmente, si la operación
minera ya se realizó, es necesario efectuar ese diagnóstico para elaborar un plan que
ofrezca garantías de sustentabilidad en el tiempo.
Se debe realizar una evaluación, recomendar a los organismos reguladores centrarse
en lo que “realmente importa” y desarrollar políticas y normativas apropiadas (que
deberían ofrecer flexibilidad en el enfoque de los casos). Es especialmente importante
verificar que se esté realizando una “minería para el cierre”, así como prestar atención a
los signos tempranos de deterioro que puedan afectar la estabilidad del futuro cierre.

Diagnóstico de los Factores Socio-Económicos y Culturales.


A diferencia de los factores físicos, que pese a los cambios climáticos tienen mayor
permanencia, los de carácter socio-económico y cultural están sujetos a rápidos cambios,
no siempre favorables. Igualmente, ellos deben ser considerados como variables básicas
para evaluar la decisión de llevar a cabo el proyecto, así como para obtener su
aprobación. En latinoamericanos está llegando a ser una especie de permiso
independiente (“Licencia Social”). Desde luego, sería erróneo desarrollar un proyecto
contra la voluntad de las comunidades vecinas o generando una grave división al interior
de ellas, aunque se cuente con el apoyo decidido del respectivo Gobierno, porque la
política es muy volátil y el futuro incierto.
Iniciado el proyecto, se abre a la empresa una importante interrogante. ¿En qué grado
le conviene asociar a la comunidad al desarrollo del proyecto? La empresa no puede
actuar como una extraña: tanto la comunidad como el gobierno central esperan que se
convierta en un oferente de empleos y un factor de desarrollo. Sin embargo, si la unión es
muy estrecha, los conflictos gremiales pueden ser más graves y el cierre de la explotación
más traumático y difícil. Por consiguiente, parece razonable adoptar una política que
favorezca el desarrollo de actividades económicas complementarias durante la vida de la
explotación minera. Esa acción de promoción y el apoyo a la educación que facilite tal
diversificación económica, pueden ser un buen objetivo de la Responsabilidad Social
Corporativa de la empresa. Un objetivo que, si es exitoso, facilitará el futuro cierre de la
explotación en materias socioeconómicas y culturales.
Las relaciones con las comunidades vecinas, así como con los centros locales de
servicios a la minería, deberían manejarse de modo opuesto al estilo del pasado, donde la
empresa era a la vez eje económico y centro de gobierno. La situación ideal es la de una
comunidad activa y autosuficiente, con economía diversificada, capaz de adaptarse al
cierre del proyecto minero, pese a las dificultades que éste genere inicialmente. Si esa
situación no existe al inicio del proyecto, su vida útil es el lapso con que cuenta la empresa
para lograrlo.
Conclusiones

Con el fin de satisfacer los principios de sostenibilidad de la industria minera y


mantener su derecho de acceder a los recursos en beneficio de todos, la industria entiende
que se le requiere asegurar que el cierre integral de la mina se haga dentro de un marco
más amplio de equidad social y económica, así como de desarrollo sostenible.
El cierre y cese planificados se encuentran aún en una etapa temprana de
implementación en muchas partes del mundo. Hay pocos ejemplos de planificación del
cierre de una mina aplicado desde la fase de inicio hasta el cese. Esto se debe en gran
medida al carácter temporal de la mayoría de operaciones mineras, así como al
relativamente reciente desarrollo de la planificación integral del cierre de minas. No
obstante, la industria minera y el sector minero se aplican los principios de las prácticas
líderes en el cierre de minas.
Aspectos imprescindibles para llevar a cabo el cierre y cese de la mina:
• Reconocer y abordar las cuestiones referentes al cierre que la explotación minera
debe considerar en su planificación del cierre hasta el cese.
• Desarrollar la planificación del cierre desde una estrategia de gestión del riesgo que
abarque desde la fase de inicio hasta la etapa posterior al cierre, y se integre en la
planificación de toda la vida de la mina.
• Realizar las actividades de cierre asociadas a cada paso del ciclo de la vida de la
mina e integrarlas dentro de la práctica empresarial mediante la implementación
progresiva de un sistema de cierre. • Entender los procesos y herramientas que puedan
ayudar a que la operativa minera lleve a cabo las prácticas líderes en el cierre y cese de
minas.
• Entender la necesidad del compromiso con las comunidades y organismos
reguladores en el establecimiento e implementación de las prácticas líderes en el cierre,
puesto que la comunidad hereda los recursos patrimoniales.
• Recopilar información de referencia de calidad y desarrollar una base de
conocimientos de alta calidad que sea de fácil acceso.
• Desarrollar los objetivos de cierre y los criterios de finalización durante la fase de
planificación de la mina, en consulta con los principales grupos de interés, para después
revisarlos regularmente mientras se llevan a cabo la investigación, la supervisión y la
rehabilitación progresiva.
• Reconocer que la caracterización física, química y geoquímica de los suelos y
residuos mineros es un componente importante del diseño topográfico y la construcción.
• Reconocer que la rehabilitación y liquidación de los relaves mineros requiere un
enfoque particular.
• Reconocer que la gestión del agua y su interacción con los terrenos mineros es un
aspecto crucial del cierre.
• Considerar la planificación del cierre y el aprovisionamiento financiero asociado
durante todas las fases de la vida de la mina, haciendo estimaciones para realizar
provisiones, presentación de informes reglamentarios, y elaboración de presupuestos y
planificación de la vida de la mina a largo plazo.
• Tener en cuenta que la etapa de planificación previa al desmantelamiento y cierre es
crucial, por lo que requiere centrar la atención en la responsabilidad, planificación,
activos, desinversión, descontaminación e infraestructura existente, así como en el
seguimiento y gestión posteriores al cierre.
• Seguir una planificación avanzada y cuidadosa para asegurar una transición hacia el
cese y uso posterior a la explotación minera tan fluida como sea posible.
La integración de los elementos de cierre descritos, en las operaciones diarias
(designada como de alta prioridad en todos los niveles de gestión) permitirá el cese de la
concesión minera y que el siguiente usuario de la tierra acepte la responsabilidad. Para
lograr esto en un ambiente de crecientes expectativas por parte de organismos reguladores
y grupos de interés, se requiere el desarrollo e implantación de las prácticas líderes, en
consulta con los grupos de interés locales. La implantación de una rehabilitación
progresiva y un cierre sistematizado resultarán en conseguir un uso del terreno tras la
actividad minera y unos resultados sociales y medioambientales más satisfactorios, pero
sobre todo respaldarán y mejorarán la reputación de la industria minera.

Bibliografía.

 https://www.industry.gov.au/sites/default/files/2019-04/lpsdp-mine-closure-handbook-
spanish.pdf
 https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-15564/Cierres%20mineros%20-
%20Jorge%20Oyarz%C3%BAn.pdf
 https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46532/S2000767_es.pdf

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