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Es así que, después del estado de alarma, las empresas también van a necesitar reducir
en lo posible la tradicional rigidez de la relación laboral con el objeto de adecuar sus
medios humanos a las necesidades productivas reales en cada momento de forma
flexible y con respeto a los derechos de los trabajadores. En la situación actual, la
empresa debe tratar de anticiparse y no esperar a la aprobación de medidas legales de
flexibilidad, negociando con los representantes de sus trabajadores las medidas
adecuadas a sus particularidades en materias como tiempo de trabajo, vacaciones,
conciliación, etc. y todo ello fomentando un adecuado clima social mediante soluciones
acordadas, mediante la negociación colectiva.
La pandemia del nuevo coronavirus es la amenaza en común para todas las sociedades
del planeta. Cada país, de acuerdo con sus posibilidades y directrices materiales del
momento, empieza a adecuar su legislación laboral para el terrible momento, que
obstinadamente aún molesta y en especial a Latinoamérica, motivo por el cual, vamos a
desarrollar la investigación en como nuestro país a actualizado sus políticas laborales
después de la pandemia sufrida.
Finalmente, discutiremos las posibilidades de que el sindicato actúe en este contexto, así
como el rol de la libertad sindical y la negociación colectiva en la pandemia de COVID-19
y después del período pandémico.
NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Es así que, por la pandemia que se ha visto forzada a enfrentamos al conflicto colectivo
desde una pantalla, con las limitaciones que ello trae consigo: no más contacto físico, ni
espacios de conversación informal y, en cambio, grandes retos derivados del entorno
digital: problemas con la conectividad y estabilidad en la red, desconocimiento de los
mecanismos informáticos, nuevos riesgos disergonómicos, así como la constante
frustración ante el esfuerzo muchas veces infructuoso de comunicarse idóneamente a
través de pantallas.
El diálogo social debe realizarse a todos los niveles (nacional, sectorial y de empresa) y
es una herramienta de política esencial para garantizar la adopción de políticas y
programas que hagan frente con eficacia a la crisis al tiempo que mitigan su impacto
sobre el empleo y los ingresos. Resulta especialmente importante a nivel de las
empresas, porque los trabajadores necesitan ser informados y consultados y saber cuáles
van a ser las repercusiones sobre sus propias condiciones de empleo y qué medidas
pueden tomar por su propia protección y cómo pueden contribuir a contener esas
repercusiones.
Es así que, Valdiviezo Ricardo (2021), menciona que a pesar de que la situación de crisis
generada por la COVID-19 ha impactado gravemente la situación de muchas empresas
en el país, la negociación colectiva es un derecho fundamental que no ha perdido vigencia
ni se ha visto suspendido por dicha crisis. Por el contrario, la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), de acuerdo con su Recomendación núm. 205 sobre el empleo y el
trabajo decente para la paz y la resiliencia (R205), ha reconocido que la negociación
colectiva constituye un instrumento eficaz para posibilitar la recuperación y potenciar la
resiliencia en contextos como este, motivo por el cual nos da algunas recomendaciones a
seguir tales como:
Capacitarse en una nueva forma de negociación: la negociación remota
Para Carlos Cadillo (2021), abogado laboralista da a conocer que del anuario que revela
que de los 132 casos solucionados a nivel nacional registrados el año pasado, 112 (85%)
fueron mediante la negociación directa. En tanto, 16 casos (12%) se solucionaron en la
etapa de conciliación, donde un conciliador designado por la autoridad de trabajo facilita la
comunicación entre las partes para que estas puedan llegar a una solución. Y, solo 4 (3%)
fueron vía extra proceso, que es una fase que se activa luego de agotadas las etapas de
negociación directa o conciliación, y que se realiza de forma similar a esta última.
Ante esta situación, parece evidente que las empresas deberán adoptar mecanismos de
protección eficaces frente a crisis como la actual, hasta ahora imprevisibles, y
especialmente en el ámbito de los recursos humanos.
Según Francisco Fernandez (2021) precisa que, la negociación colectiva es clave en las
relaciones laborales, por lo que, ante esa incertidumbre y con la experiencia obtenida
durante esta crisis, desde el punto de vista de los recursos humanos, la negociación
colectiva se presenta como el instrumento clave para la empresa a la hora de implementar
medidas y formas de prestación del trabajo con la suficiente flexibilidad para poder
adaptarse a esa recuperación paulatina, anticipando eventuales respuestas a situaciones
imprevisibles mediante planes de contingencia adecuados en el ámbito laboral. El
acuerdo entre empresarios y representantes de los trabajadores permite además que en
el diseño e implementación de dichos cambios y medidas intervengan los trabajadores a
través de su representación de manera virtual y/o presencial.
Una efectiva planificación de los recursos humanos requiere estar preparado para este
tipo de situaciones mediante acuerdos negociados con la representación de los
trabajadores que incluyan la posibilidad, requisitos, condiciones y medidas de control del
trabajo a distancia en la compañía y negociación colectiva de forma virtual y/o presencial
según sea necesario realizar.
Según Vasconcelos Porto (2021) hace mención que, en Brasil, ya se habían creado
sindicatos de trabajadores de plataformas digitales, pero aún no habían tomado acciones
colectivas relevantes a favor de los trabajadores. Esto cambió sustancialmente debido a la
pandemia COVID-19, con las huelgas realizadas por los trabajadores de las plataformas
digitales, en particular los repartidores de comidas y mercancías, los días 1 y 25 de julio
del 2020, que pasó a conocerse como #BrequedosApps. Las empresas propietarias de
este tipo de plataformas han aumentado sus ganancias en el contexto de la pandemia,
debido a la creciente demanda de entrega de comidas y mercancías provocada por la
necesidad de cuarentena y aislamiento social. Sin embargo, se redujo el valor de las
tarifas pagadas a los trabajadores y se eliminaron las primas y bonificaciones, por lo que
al menos el 60,3% de los repartidores sufrió una baja en el salario durante el período
pandémico, aunque empezaron a trabajar más. En respuesta, los repartidores, incluso a
través de sus sindicatos y asociaciones, promovieron las referidas huelgas, teniendo
como demandas el aumento de la cantidad pagada por kilómetro; el aumento del valor
mínimo; el fin del sistema de puntuación y el bloqueo indebido; seguros contra robo,
accidentes y vida; y asistencia pandémica. Dicha asistencia incluye el suministro de
equipo de protección personal, como mascarillas y alcohol en gel; la implementación de
puntos de apoyo, donde los repartidores puedan limpiar su ropa, cascos, vehículos,
equipo de entrega, así como tener acceso a baños, agua potable, un lugar para calentar
comidas o descansar. También incluye la remoción de los trabajadores infectados por el
coronavirus con el recibo de su remuneración.
Motivo por el cual, el sindicato debe crear y utilizar nuevos canales de comunicación,
debido a la fragmentación de la clase trabajadora y para llegar a los jóvenes, que se
comunican predominantemente a través de las nuevas tecnologías, como las redes
sociales. El canal de contacto con los trabajadores ya no se puede restringir a los
periódicos y folletos distribuidos en las puertas de las fábricas, bajo pena de llegar a un
número muy limitado de personas.
Así también, podemos tratar el tema del sindicalismo internacional, basado en la idea de
la solidaridad global, materializado, por ejemplo, mediante la celebración de contratos
colectivos transnacionales entre empresas multinacionales y sindicatos internacionales.
En otras palabras, los sindicatos pueden utilizar las mismas tecnologías empleadas para
la sobreexplotación de los trabajadores para organizar a los trabajadores dispersos
geográficamente, incluso en todo el mundo. Se pueden citar varios ejemplos a este
respecto, como:
Otro tema relacionado con los impactos de las nuevas tecnologías en las relaciones
laborales que pueden y deben ser objeto de negociación colectiva corresponde a la
protección de los trabajadores en el tratamiento de sus datos personales, en las fases
precontractuales, en la ejecución del contrato de trabajo y después de su extinción.
Es así, que por ejemplo en el Brasil, la Ley n. 13.709, del 14 de agosto del 2018 (Ley
General de Protección de Datos Personales-LGPD), entró en vigor el 18 de septiembre
del 2020 y no contiene un dispositivo similar al artículo 88 del GDPR. Sin embargo, es
posible defender la aplicación de este último a la legislación brasileña con base en el art.
8º, caput, de la Consolidación de Leyes Laborales (CLT) en Brasil, que establece que el
Derecho comparado es una fuente formal subsidiaria del Derecho Laboral, por lo que, a
través de la negociación colectiva, pueden y deben instituirse normas más específicas
para garantizar la defensa de los derechos de los trabajadores en cuanto al tratamiento de
sus datos personales.
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
Vilchez Garcés Lidia, (20 MAYO, 2021) Negociar en pandemia: Posible, sí. ¿Fácil? No
tanto. https://www.ppulegal.com/covid/negociar-en-pandemia-posible-si-facil-no-tanto/