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ARTE
1.1 La historia del arte y el historiador del arte
La historia del arte es una materia de conocimiento. Está basada en la creencia de que existe un objeto de estudio
distintivo, la obra de arte. La historia del arte entiende que la obra de arte necesita de una disciplina específica por su
propia existencia autónoma y particular.
“Un historiador del arte es un humanista cuyo material primario lo componen aquellos testimonios o huellas que han
llegado a nosotros en forma de obras de arte.” Panofsky.
- En los siglos XVIII y XIX: Se funda la historia del arte como disciplina de estudios. Se implanta un canon artístico
de las bellas artes que establecía que las tres grandes manifestaciones del espíritu artístico eran la arquitectura, la
pintura y la escultura (dicho canon lo instauraron las élites). Con esto se le daba una naturaleza particular a un grupo
concreto de imágenes y artefactos que producía el hombre: los objetos artísticos.
El canon es la norma que establece qué es arte y qué no. Dicta qué debe salir en un libro de historia del arte, por lo
tanto, de una forma u otra, condiciona. Proporciona una determinada manera de mirar e interpretar las imágenes y la
arquitectura. El canon se proyecta sobre los objetos que son percibidos e interpretados en clave artística, aunque estos
no hayan sido necesariamente artísticos en origen.
En un manual de historia del arte universal nos encontraremos con un catálogo de piezas muy variado, susceptibles de
ser clasificadas de numerosas maneras y todas responderán al mismo concepto de arte.
- En el año 70 a.C, Cicerón realizó un discurso sobre las esculturas expoliadas por el gobernador de Sicilia,
Verres. Las esculturas que se habían robado eran objetos de culto con funciones litúrgicas. Al ser trasladadas a Italia
quedaron convertidas en trofeos, tesoros y piezas artísticas. Cicerón entendía que aquellos ídolos (esculturas) eran
reconocidos como imágenes artísticas a partir del cambio de contexto físico, por estar en otro lugar que no era el
habitual (templos).
- En el Renacimiento (XV-XVI) existe una teoría artística mediante la cual se reconocía y se reivindicaba la obra de
arte. Este argumento lo utilizaban los artistas para que su oficio tuviera una mejor consideración social pues, hasta el
momento, tan solo se les consideraba artesanos. En este reconocimiento de la obra de arte se le daba protagonismo al
objeto, a sus categorías estéticas y a su creador. Se consagraba la idea de que la obra de arte tenía una naturaleza
estética y una naturaleza intelectual.
- Tratados de arte del Renacimiento (XV-XVI) y el Barroco (XVII-XVIII): la obra de arte era un medio de
comunicación en el que se utilizaban imágenes para transmitir ideas, a través de procedimientos formales visuales.
- En los siglos XVI y XVII: Se produjo un reconocimiento de los artistas y el arte pasó a ser una actividad liberal y no
mecánica. Hubo una legitimación social de los artistas por parte de las élites culturales, además de un desarrollo y
difusión de una nueva idea/paradigma: el arte es una actividad creadora personal a partir del modelo de genio artístico
basado en Miguel Ángel.
Vemos como la definición del arte se basa en la existencia de un objeto artístico delimitado, la obra de arte, que le
diferenciaba de otros objetos y le hacía reconocible. Partiendo de esta concepción del arte, la obra de arte tiene además
unos valores claros y un espíritu artístico basados en el concepto de belleza.
La obra de arte necesitaría, por tanto, de un creador, el artista, que la realizaría desde su genio personal. Así, el artista
debía tener un talento o don natural, algo innato.
- En la Ilustración (XVII y XVIII): El arte era un campo autónomo que debía analizarse desde su estética. Debía ser
analizado sin tener en cuenta su contenido y sus usos. Por ejemplo: una pintura debía analizarse sin tener en cuenta lo
que representaba, su tema y en el caso de un palacio solo debía tenerse en cuenta su aspecto estético. Así, quedaban
institucionalizadas y fijadas dos ideas o conceptos que siguen aún presentes en el campo del arte:
1. La autonomía del arte (independiente del uso y del contenido): “el arte por el arte”.
2. La explicación del arte a partir del genio artístico (el creador).
- Siglo XIX: Hasta el momento, la percepción artística era algo reservado para élites intelectuales y sociales. Pero en el
siglo XIX cambia: el arte pasa a formar parte del pensamiento común. Esto sucedió gracias a la democratización de los
hábitos culturales (burguesía). Además, la universidad, el museo y la crítica de arte crearon un canon artístico a partir
de la historia de las bellas artes. Por otro lado, jugó un papel importante la literatura: nuevos mitos del artista y la obra
de arte. La obra de arte desconocida de Balzac.
Asimismo, la consolidación y difusión del concepto de autonomía del arte está en relación con la evolución de los
museos. El discurso histórico-artístico transforma el sentido de las piezas reunidas en los museos, produciendo así una
descontextualización (las sacan de su espacio original y natural). Por ejemplo: el desplazamiento de las obras de las
iglesias a los museos.
Todo ello provoca otro cambio de paradigma. La mirada artística varía, ya que cambian los modos de relación con las
piezas. Es decir, la experiencia del espectador no podrá ser la misma al admirar una pintura o una escultura en el
contexto del museo que al admirarla en las localizaciones originales (iglesias, palacios). La mirada artística ya estaba
presente en el pasado, en las iglesias, en los templos, etc pero ¿qué pasa en el contexto de los museos? Es la primera
vez que se articula un discurso estético de forma organizada, establecida, popular. La exposición como un espectáculo
de masas en ese contexto de los recién creados museos.
- Siglo XX: La noción de arte y la noción de historia del arte ha estado en continua revisión durante todo el siglo XX.
Se sigue defendiendo el componente intelectual del arte (como ya se defendía en el Renacimiento y en la Ilustración)
pero esto se llevó al extremo, hasta tal punto que asistimos a una transformación del objeto artístico académico.
Marcel Duchamp. Primera mitad siglo XX: A partir de la teoría renacentista que defendía el componente intelectual de
algunos objetos (obras de arte), Duchamp desarrolló una noción de la práctica artística que defiende que dejemos de
centrarnos en la obra en favor del predominio del concepto. Esto culminó en las siguientes ideas:
1. Cualquier objeto real podía ser considerado arte independientemente de su naturaleza y origen.
2. Una obra puede ser simplemente el resultado de haber otorgado a un objeto preexistente la condición artística.
(Si el concepto es lo que importa, ¿qué importa el objeto?)
Así pues, la obra de arte es el resultado de una fabricación intelectual, no manual, en la que está presente un discurso
interpretativo. Además, existe una relación estética entre el objeto artístico y el espectador y la mirada artística de este
se tiene en cuenta.
La mirada estética no sólo es posible frente a una obra de arte, también puede existir una mirada estética ante, por
ejemplo, la contemplación de la belleza de un paisaje. No obstante, la diferencia está en que, en el caso de la obra de
arte, nuestra mirada artística está relacionada con la interpretación de la intencionalidad de la producción de la obra.
(¿Qué ha movido al artista a hacer eso? ¿Qué quiere transmitir?). Sin embargo, hay autores que defienden que no hace
falta reconocer las intenciones originales del artista para que se dé esa relación estética entre la obra y el espectador.
La mirada artística sobre un objeto (que no es una obra de arte) puede generar un proceso de reflexión que nos lleve a
una interpretación y a una lectura en clave artística. ¿Se convierte así el objeto en una obra de arte por el hecho de que
sea el soporte para un proceso de reflexión?
1.4 ¿Cómo se establece lo que es arte y lo que no es arte? ¿Quién lo decide? ¿Quién lo establece?
Históricamente lo que determinaba qué era arte y qué no eran las cualidades del objeto (los antiguos objetos litúrgicos,
al colgar en las paredes de los museos se convierten en arte) y una interpretación artística que se haga sobre cualquier
objeto. Todo ello lo convierte automáticamente en una obra de arte.
Situación actual: se produce una renovación metodológica en la historia del arte; se pone en entredicho del canon
artístico; surge la aparición de los denominados estudios visuales; existe una ampliación de los objetos y las prácticas
estudiadas.
Lo importante es la intencionalidad, la idea y el concepto que hay detrás. El objeto es indiferente. Esto dará lugar a las
performances, el cuerpo será el objeto, movimiento, etc. Los artistas quisieron evitar la mercantilización, así pues,
evitaron los objetos físicos y perdurables.
3.1 Canon
Definiciones:
El canon es una regla o precepto.
Se trata de un modelo de características perfectas.
En arte, regla de las proporciones de la figura humana, conforme al tipo ideal aceptado por los escultores egipcios y
griegos.
Catálogo de autores u obras de un género de la literatura o el pensamiento tenidos por modélicos.
Conjunto de normas o reglas establecidas por la costumbre como propias de cualquier actividad.
El canon artístico:
Es un sistema de creencias con pretensiones de objetividad. Pero lo que realmente refleja son relaciones de poder y de
dominio, como el patriarcado.
El canon artístico está muy arraigado: refuerza la visión del público acerca de lo que se considera “calidad” en el
ámbito artístico en el que, por supuesto, la mujer está excluida. (Se devaluaba el arte de mujeres afirmando que era
artesanía o que tenían poca calidad.)
Es el discurso que sanciona el arte que debemos estudiar. El canon está políticamente en lo masculino y culturalmente
es lo masculino.
El feminismo identificó el canon en la Historia del arte como una estructura de exclusión, de subordinación y de
dominio que relativiza y margina a las mujeres, que las excluye y las devalúa.
Además de la marginación hacia la mujer, también existía exclusión racista, a clases sociales determinadas y, por
supuesto, hacia la orientación sexual.
1992→ Antecedentes: en 1985 Ana Mendieta fallece al caer del piso 34 de un edificio en Manhattan. El único testigo
del suceso, su marido el escultor Carl Andre, declara que ella saltó por la ventana después de discutir con él. La familia
de Ana nunca lo cree, pero judicialmente se acepta el testimonio.
Siete años después terminan las obras de ampliación del museo Guggenheim de Nueva York. Para inaugurar las nuevas
salas, fue organizada una exposición colectiva con obras de numerosos artistas, entre ellos, Carl Andre. Al tratarse de
una muestra integrada exclusivamente por hombres, en el último momento y por temor a las críticas, una mujer artista
fue incorporada a la exposición.
Media hora antes de la reapertura oficial del Guggenheim, mientras llegaban los primeros invitados, grupos de mujeres
pertenecientes a la Women's Action Coalition (WAC) y al colectivo de las Guerrilla Girls empezaron a congregarse en
el exterior del museo (+ de 500 mujeres). La protesta tenía dos objetivos: en primer lugar, denunciar la escasa presencia
de mujeres en los museos y centros de arte y, por otro lado, manifestarse ante el asesinato de Mendieta. “Carl Andre
está en el Guggenheim. ¿Dónde está Ana Mendieta?”, “¿No estás aburrido/a de ver año tras año los mismos artistas
hombres blancos?”
2001→ Cinco mujeres saltaron las vallas que rodeaban un solar donde, a la mañana siguiente, comenzarían las obras
para la construcción de un nuevo museo que albergaría una importante colección de obras de arte danés e internacional.
Una vez dentro de la parcela vallada enterraron algunas de sus obras bajo tierra con la esperanza de que en aquel museo
la presencia de mujeres artistas superara la media nacional, que situaba en un 5% las obras de mujeres en las
colecciones de los museos daneses.
En 2004, un día antes de que se inaugurase el museo, las cinco artistas a través de los medios de comunicación hicieron
pública su, hasta ese momento, oculta donación de obras. A la revelación de su acción y a la protesta por la escasa
presencia de obras de mujeres en los museos daneses, se unió una petición al director: la colocación de una placa en el
mismo lugar en el que habían sido enterradas sus obras para evitar que su acción cayera en el olvido. El 8 de marzo de
2005, una placa de bronce con los nombres de aquellas cinco artistas fue colocada en el sótano del ARoS.
Situación actual→ Los datos siguen siendo muy reducidos. Para solucionarlo se han incorporado en general obras de
mujeres, se han creado museos donde exponen solo obras de mujeres (Los Museos Nacionales de Mujeres artistas no
contextualizan ni integran pero si dan visibilidad. Muestran que existieron mujeres artistas en todos los periodos) y se
han organizado exposiciones de arte feminista (El arte “femenino” es el creado por una mujer. El arte feminista es
aquel que reivindica la poca presencia de la mujer. Puede ser creado por un hombre, pero tiene que tener esa intención.)
Objetivos: que se les dé el mismo valor y estén integradas, cambiar la perspectiva de género, ofrecer a los visitantes
guías e itinerarios activos de mujeres, leer imágenes, hacer investigaciones y documentación (que sus obras sean objeto
de investigación)...
TEMA 4. LA CLASIFICACIÓN DE LAS ARTES Y LOS GÉNEROS ARTÍSTICOS.
Existe una clara jerarquización entre el concepto de artesanía y de arte. Esto ocurre, ya que a la artesanía se dedicaban
[cerámica, textil (costura, bordado, tejido)], sin embargo, el arte estaba destinado a las tres grandes disciplinas: pintura,
escultura, arquitectura.
Asimismo, existía otra jerarquización entre las artes mayores (arquitectura, escultura, pintura) las artes menores
(orfebrería, mobiliario, cerámica).
De igual forma, las artes se clasificaban en dos tipos: en primer lugar, la más valorada, las artes liberales (aquellas que
necesitan de formación como la geometría, aritmética, o las matemáticas). En segundo lugar, las menos valoradas eran
las artes mecánicas (aquellas mediante las cuales tan solo se necesitaba técnica).
Tipos de géneros:
Retratos, autorretratos, desnudos, bodegón/naturaleza muerta, pintura de flores (tipo de bodegón), paisajes, marinas,
pintura de historia, pintura mitológica, pintura religiosa, pintura de género/ costumbrista, vanitas (tipo de bodegón en el
que los elementos son símbolos de tempus fugit o carpe diem [monedas, reloj, joyas, calavera…]), alegoría
(representación de ideas o conceptos utilizando figuras humanas, objetos o animales).
En el arte, la mujer ha estado muy presente en los desnudos. Los primeros desnudos de la tradición representaban a
Adán y Eva. En el Génesis ambos pecan, sin embargo, el mayor castigo es para ella (dolor al parir). En la Edad Media
se ilustraba a menudo esta tradición, escena por escena, como en las historietas ilustradas. En el Renacimiento
desapareció la secuencia narrativa y se representó únicamente el momento de la vergüenza. Pero esta está más
relacionada con el espectador que con el otro. Posteriormente, la vergüenza se convierte en una especie de
exhibicionismo.
Susana y los viejos: ellos la observan desnuda. A veces aparecen espejos representando la vanidad femenina. Pintaban
a una mujer desnuda porque disfrutaban mirándola. Si luego le ponen un espejo en la mano, condenaban moralmente a
la mujer cuya desnudez han representado para su propio placer. Pero la función real del espejo era muy distinta. Estaba
destinado a que la mujer accediera a tratarse a sí misma principalmente como un espectáculo. Nosotros nos unimos a
los ancianos para espiar a Susana mientras se baña. Ella mira hacia atrás, hacia nosotros, que la miramos.
Juicio de París: los hombres juzgan a mujeres desnudas. Ellos deciden si eres bella o no. Ellas compiten, ellos tienen
el poder.
Desayuno en la hierba: los hombres están vestidos, sin embargo, la mujer no (sin ninguna explicación). Esta mira el
espectador. Los hombres hablan, ella está callada, pasiva... El cuerpo de la mujer pasa estar en exposición. Las mujeres
se encuentran en una posición de sumisión, con energía mínima, pasivas, tumbadas, con posturas forzadas para que el
espectador pueda apreciar bien el cuerpo. Pero la atención de la mujer muy rara vez está centrada en el protagonista de
la obra (la gran mayoría un hombre). A menudo, ella mira en otra dirección o hacia fuera del cuadro, hacia aquel que se
considera su auténtico amante: el espectador-propietario. Así, el espectador se convierte en un voyeur.
Olimpia: es una mujer prostituta, con una mirada desafiante al espectador, empoderada, desnuda, tumbada con actitud
de diosa.
En otras culturas, los desnudos representan el deseo sexual, pasión, etc, entre una pareja. Así pues, la mujer aparece
igual de activa que el hombre.
Estar desnudo es ser uno mismo. Ser un desnudo equivale a ser visto en estado de desnudez por otros y, sin embargo,
no ser reconocido por uno mismo. Para que un cuerpo desnudo se convierta en "un desnudo" es preciso que se le vea
como un objeto. (Y el verlo como un objeto estimula el usarlo como tal). La desnudez se revela a sí misma. El desnudo
se exhibe. Estar desnudo es estar sin disfraces. Exhibirse desnudo es convertir en un disfraz la superficie de la propia
piel, los cabellos del propio cuerpo. El desnudo está condenado a no alcanzar nunca la desnudez. El desnudo es una
forma más de vestido.
El cuerpo desnudo está colocado de tal modo que se exhiba lo mejor posible ante el hombre que mira el cuadro. Este
está pensado para atraer su sexualidad. Y nada tiene que ver con la sexualidad de ella. La convención de no pintar el
vello del cuerpo femenino contribuye al mismo objetivo. El vello se asocia con la potencia sexual, con la pasión. Y es
preciso minimizar la pasión sexual de la mujer para que el espectador crea tener el monopolio de esa pasión. Las
mujeres han de alimentar un apetito, no tener sus propios apetitos. ¿Hay sexualidad en el cuadro o enfrente de él? la
mujer no tiene deseo. La sexualidad femenina se anula.
El espacio público estaba destinado al hombre (a cualquier hora, este va a la guerra, gobierna, trabajo, trae dinero). El
espacio privado es para la mujer (lleva la casa, cuida los niños, está en la sombra, pasiva).
Las mujeres son representadas de un modo completamente distinto a los hombres, y no porque lo femenino sea
diferente de lo masculino, sino porque siempre se supone que el espectador "ideal" es varón y la imagen de la mujer
está destinada a agradarle.