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All content following this page was uploaded by Dinazar Isabel Escudero Avila on 07 February 2015.
Podemos ver el conocimiento profesional como sustento del desarrollo del profesor (lo
posibilita) y como producto de dicho desarrollo (enriquecimiento del conocimiento
profesional).La reflexión sobre la práctica, en un sentido amplio de práctica (no sólo la
que transcurre en el aula), se nutre, entre otros, del conocimiento del profesor. Éste
interviene en los aspectos en los que el profesor se fija, cómo los contempla, y qué
genera de la reflexión sobre ellos. Por otra parte, el producto de ese aprendizaje es, en
parte, conocimiento. En Carrillo y Climent (2011) describíamos el desarrollo
profesional del profesor en términos de: añadir variables o establecer nuevas relaciones
entre variables para interpretar el proceso de aprendizaje de la matemática; el aumento
de conciencia sobre qué contenidos matemáticos enseña, para qué y cómo; el
cuestionamiento de su actuación y establecimiento de relaciones con constructos
teóricos; aprendizaje de estrategias para conseguir determinados fines en la enseñanza
de la matemática; o aumento en la competencia en hacer explícitas sus decisiones,
adquiriendo un discurso profesional que le permite pensar de forma más estructurada
sobre la enseñanza y aprendizaje de la matemática, y comunicarlo. Estos indicadores
ponen el énfasis en algunos aspectos que consideraremos en el MTSK (relaciones entre
conocimientos; relaciones entre conocimiento experiencial y teoría; conocimiento
consciente y comunicable -discurso-; conocimiento sobre qué enseñar, para qué y cómo;
o conocimiento de estrategias de enseñanza).
Las aportaciones fundamentales del modelo del MKT se encuentran en las dimensiones
referidas al conocimiento de contenido. Por un lado, se perfila la diferencia entre el
conocimiento matemático que necesita el profesor (conocimiento especializado del
contenido) y el que necesita otro usuario de la matemática (conocimiento común -
dependiendo del contenido podría ser un ciudadano cualquiera instruido en ese
contenido o un matemático u otro tipo de especialista que necesita utilizar un
conocimiento matemático avanzado pero no necesita enseñarlo). La especialización, por
tanto, se refiere a la tarea de la enseñanza, no a lo avanzado del conocimiento
matemático necesario. Por otro lado, toma cuerpo la idea de la importancia del
conocimiento de la estructura de la materia, en el sentido de relaciones entre los propios
contenidos, y relaciones con otros contenidos de otras materias. Esto último queda
reflejado en el conocimiento del horizonte matemático14.
Nos interesa especialmente el modelo del MKT porque considera la especificidad del
conocimiento respecto de la matemática, porque tiene potencial para ser usado como
herramienta analítica en la investigación sobre el conocimiento del profesor y para
orientar la formación del profesor, y porque supone un avance en el trabajo de Shulman,
manteniendo su esencia. Finalmente, da soporte a la consideración de un conocimiento
14
En Ball (1991) se asignaban tres criterios al conocimiento sustantivo de los profesores: corrección,
significado y conexión, pudiéndose ver el reflejo del conocimiento común, especializado y del horizonte
matemático, respectivamente.
15
Hemos mantenido las siglas correspondientes al término en inglés, por facilitar la referencia a
documentos originales.
matemático complejo, por parte del profesor, aun cuando éste imparte en la Educación
Primaria, o incluso en los primeros niveles de escolarización. De este modo, el
conocimiento especializado y el conocimiento del horizonte del MKT, subrayan que la
diferencia entre matemática elemental y avanzada no debe entenderse asociada al
conocimiento matemático del profesor de Primaria y de Secundaria o niveles superiores,
respectivamente.
Algunas de las características que hemos asociado en otros trabajos (Climent, 2005) al
conocimiento profesional del profesor son: personal, contextualizado, integrado y
complejo, práctico, dinámico, y parcialmente tácito16. Brevemente, explicaremos lo que
entendemos por cada una de estas características:
16
A éstas se añadían social y crítico, que no hemos considerado aquí al no ver su reflejo claro, tal como
estaban consideradas, en el MTSK.
Personal: El conocimiento profesional del profesor es propio del individuo y diferente
del de otro profesor; depende de sus concepciones, valores y actitudes, recoge su
experiencia (tanto docente como vital).
Parcialmente tácito: El conocimiento práctico común es, para Schön (1983, 1987), un
conocimiento tácito o saber desde la acción. Este conocimiento tácito se desarrolla
sobre todo con la experiencia. La reflexión desde la acción puede permitir convertir
saber desde la acción en conocimiento desde la acción –o teoría desde la acción-
(consciente).
Como hemos señalado, el propósito fundamental del desarrollo del MTSK y de nuestra
investigación sobre éste es comprender qué conocimiento tiene/necesita el profesor (en
general en el segundo caso, un profesor particular en el primer caso). Ese objetivo alude
en sí mismo a una consideración de lo idiosincrático de cada profesor (el carácter
personal de su conocimiento). Además, en el caso de la investigación sobre profesores
concretos, buscamos comprender los matices de su conocimiento, así como la
interrelación con sus concepciones.
Parte de ese conocimiento personal, es recogido en forma de imágenes (Clandinin y
Conelly, 1988) o de casos (Shulman, 1986), ligado a experiencias y a los contextos
donde se ha desarrollado. Podemos ver esta consideración en aspectos del MTSK
considerados en la dimensión del PCK (ligados a situaciones de enseñanza y
aprendizaje de la matemática) y en la dimensión del MK (ligados a situaciones de
práctica matemática)17.
Algunas categorías de los subdominios del MTSK (en el PCK) recogen explícitamente
lo que para nosotros supone considerar el carácter práctico del conocimiento
profesional. Entendemos que el conocimiento del profesor sobre el aprendizaje de los
contenidos matemáticos y sobre su enseñanza pueden ser fundamentados (dando cabida
a la que provenga de la reflexión sobre la práctica, que puede interaccionar con otras
fuentes, incluyendo las disciplinares y metadisciplinares, dando como fruto teorías
prácticas del profesor -Azcárate, 1999). Aunque no haya mención explícita en las
categorizaciones de los subdominios del MK, entendemos que el profesor también
aprende MK de la práctica (en sentido amplio, no sólo en el aula); esto es, el
conocimiento matemático del profesor se transforma, junto con su conocimiento
didáctico del contenido, con la práctica.
17
En el PCK, por ejemplo, en relación con formas de pensamiento de los estudiantes o en el
conocimiento de actividades. En el MK, en el conocimiento de formas de proceder en matemáticas (por
ejemplo, respecto de la demostración).
ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA EL ACERCAMIENTO
METODOLÓGICO EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE MTSK DEL PROFESOR
En este documento no nos ocuparemos de cómo aprende el profesor, dado que, en este
momento, más que interesarnos cómo se genera el conocimiento profesional, nos
interesa qué lo constituye. En concordancia con nuestra visión del conocimiento
profesional desde el desarrollo profesional, definimos “aprender” (el profesor) en el
sentido de enriquecimiento de su conocimiento profesional, en el deseo de dar sentido a
situaciones de enseñanza y aprendizaje de la matemática:
… el aprendizaje ha tenido lugar cuando se disciernen detalles, reconocen
relaciones, y perciben propiedades que antes no se discernían, a través de atender de
un modo “fresco” o distinto, y cuando se tienen posibilidades nuevas de acción de las
cuales elegir. El aprendizaje necesariamente envuelve cambios en la forma así como en
el foco de la atención (Mason, 2010, p.24),
Leinhardt, Putnam, Stein y Baxter (1991) identifican que los profesores con una mayor
comprensión de los temas escolares que enseñan (conocimiento del contenido), tienen
mejores resultados en su práctica profesional. Además, los profesores expertos de
matemáticas generan mayores conexiones entre los contenidos y elaboran estructuras
conceptuales más complejas. Igualmente, Ma (1999) encontró que los profesores
experimentados, sujetos de su investigación, tienen una comprensión más profunda de
las matemáticas elementales, conectan distintos contenidos entre sí y vinculan los
principios básicos de la materia con otros contenidos.
En la literatura se destaca el conocimiento de los estudiantes como una de las partes más
desarrollada en la práctica de los profesores expertos (Yang, 2014). Aquellos docentes
con cierta pericia conocen las capacidades cognitivas de sus estudiantes, establecen las
dificultades que se presentan al abordar ciertos contenidos, se anticipan a los errores que
pueden cometer los estudiantes y a su vez son hábiles para modificar sus estrategias de
enseñanza cuando es necesario (Berliner, 2004).
El estudio reciente de Yang (2014), sobre profesores expertos, identifica que los
docentes con cierta pericia tienen una base de conocimiento profundo y amplio, que
incluye: el conocimiento de las matemáticas (de las distintas ramas de la disciplina y el
proceso de desarrollo de las matemáticas) y una fuerte capacidad de resolución de
problemas; el conocimiento de teorías educativas y psicológicas (de instrucción,
aprendizaje, cognitivas y curriculares); el conocimiento de los estudiantes, es decir, el
profesor ha de conocer las características de sus alumnos, los hábitos de aprendizaje, las
personalidades, las fortalezas, las debilidades, etc. También, el conocimiento de los
estándares curriculares, que incluye tener una imagen clara y completa de los textos
escolares no solo del nivel de enseñanza, saber diseñar pruebas y saber cómo evaluar el
aprendizaje de los estudiantes; y, por último, un profesor experto debe tener un amplio
conocimiento en otros campos.
18
El PIC (Proyecto de Investigación Educativa) es un grupo constituido por profesores e investigadores
del área de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Huelva, que trabaja desde el curso 1999-
2000, bajo distintos proyectos de investigación de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
En líneas generales, el objetivo del trabajo del PIC es el desarrollo profesional de sus componentes y la
investigación sobre ello.
Formadores-
investigadores
Profesor
TRIÁNGULO EDUCATIVO
Han existido leyes educativas que, como la LOGSE (1990) en España, organizaron el
fruto de una reflexión compartida por varios estamentos, particularmente la reflexión
del profesorado. Hay otras leyes que, desde los despachos ministeriales, norman la
futura acción de la enseñanza y el aprendizaje a espaldas de la opinión de los
participantes en esa acción. Pero, sea como fuere, el profesorado media entre la
administración y la situación de aula, entre el centro escolar y los padres y madres de
los alumnos, entre el saber y la construcción del conocimiento en la escuela.
Matemáticas, alumnos y profesor comparten un escenario, con la intervención de otros
elementos, en el que el profesor es responsable de facilitar el acercamiento del
alumnado a las matemáticas, un acercamiento que, desde nuestro punto de vista, es
individual y colectivo, y basado en un proceso de construcción de significados.
La investigación sobre el conocimiento del profesor, tanto el que posee, como el que
puede considerarse idóneo, debería constituirse en elemento a considerar en las
reflexiones sobre los planes de estudio y de formación del profesorado, todo ello en
función de las pretensiones de la sociedad en relación con sus ciudadanos más jóvenes.
La administración educativa debería ser quien proyectara los deseos de una sociedad en
continua evolución, y debería transformar los resultados de las evaluaciones a las que se
somete (por ejemplo, PISA) y los de las que ella misma organiza en variables a
considerar para mejorar el conocimiento del profesorado y su competencia y desarrollo
profesional.
Los congresos también se han hecho eco de la relevancia que posee la investigación
sobre el conocimiento del profesor. En el Handbook of Research on the Psychology of
Mathematics Education. Past, Present and Future (Gutiérrez y Boero, 2006), se dedica
un capítulo, titulado “Mathematics Teachers’ Knowledge and Practices” (Ponte y
Chapman, 2006), al conocimiento del profesor, donde se comentan las comunicaciones
sobre este campo realizadas en el PME hasta la fecha. Este capítulo es coherente con el
hecho de que Teacher beliefs, Teacher knowledge and practice, y Teacher profesional
development son categorías de investigación para el envío de informes de investigación
a este congreso.
Análogamente, es habitual que en los congresos, como el propio PME o como ICME,
RELME, CIBEM, SEIEM o CERME existan grupos de trabajo, grupos de discusión o
foros donde se presente, se trabaje y se discuta sobre el conocimiento del profesor de
matemáticas. Conviene recordar que en el PME 33, Ball, Rowland y Davis (2009)
discutieron sus modelos de conocimiento del profesor de matemáticas en uno de los
Research Forum.
Dentro de esta línea de trabajo, los investigadores han establecido distintos focos de
interés a partir de los cuales intentan aportar evidencia empírica y teórica que permita
profundizar en la comprensión y análisis de la labor del profesor como profesional de la
educación matemática. Sánchez (2011) propone una clasificación de los principales
intereses de investigación en los que los grupos de investigación se han enfocado entre
1999 y 2009, haciendo una revisión de publicaciones en las principales revistas y
congresos de algunos de los grupos y reuniones mencionadas anteriormente,
clasificándolas en cinco grupos:
Dentro de cada uno de estos enfoques encontramos una variedad de herramientas que
pretenden ser útiles para identificar, desarrollar o analizar, desde diferentes
perspectivas, al profesor como profesional. Esto nos permite dimensionar la importancia
de esta línea de trabajo y la variedad de intereses y enfoques que existen para abordarla,
así como las necesidades que los investigadores tienen de encontrar herramientas que
les permitan indagar cada vez más profundamente en la práctica del profesor. Por su
parte el MTSK atiende a varios de estos intereses de manera integrada.
Poniendo como foco principal, el interés por comprender la naturaleza del conocimiento
del profesor de matemáticas, este modelo pretende ofrecer al investigador que lo utiliza,
una herramienta de sistematización del conocimiento profesional que posee el profesor
y separarlo (de manera artificial y con fines analíticos), en seis subdominios, para poder
así caracterizar cada uno de ellos de manera profunda y establecer posibles relaciones y
repercusiones que cada tipo de conocimiento tiene con los otros.
La intención de poner como centro del gráfico del modelo las creencias sobre
matemáticas y sobre la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas del profesor,
responde a la búsqueda de una imagen cada vez más precisa sobre su práctica, puesto
que coincidimos con Ponte (2012) que señala que para comprender una práctica de
enseñanza es preciso comprender cuáles son las concepciones que subyacen a la misma.
El impacto de las creencias de los profesores sobre su práctica ha sido uno de los
intereses más notorios de la investigación en didáctica de la matemática (Skott, 2006),
por lo que el MTSK considera las creencias como una componente que permite al
investigador considerar la relación entre las concepciones sobre la matemática, su
enseñanza y su aprendizaje, y el conocimiento del profesor, el que tiene y el que utiliza
para su labor. Así, actualmente trabajamos en la búsqueda de elementos que nos
permitan identificar y sistematizar dichas relaciones.
Con respecto a la visión del grupo en lo que se refiere a la práctica del profesor,
podemos decir que no sólo nos interesa el profesor durante la acción en el aula, puesto
que concebimos la práctica profesional del profesor desde una perspectiva integral que
contempla la reflexión del profesor dentro y fuera del aula, sino que nos referiremos a
todos aquellos momentos en que el profesor interactúa con el contenido matemático
(puede ser durante la formación inicial, la planeación de clase o el diseño de
actividades, al analizar las producciones de los estudiantes, durante las sesiones de clase
o en reflexiones posteriores a ella, que pueden ser individuales o en conjunto con otros
profesores, además de considerar los entornos de formación continua o reflexiones
personales sobre experiencias de trabajo con los contenidos). La reflexión que el
profesor pueda realizar sobre el conocimiento matemático nos interesa también como un
escenario de potencial observación del conocimiento especializado.
El modelo que proponemos muestra también interés por explicitar cierto tipo de relación
entre la teoría generada por los investigadores en didáctica de la matemática y el
conocimiento que usa el profesor dentro de su práctica. Dicha relación puede verse más
patente dentro de los subdominios que conforman el conocimiento didáctico, en el cual
hemos incluido posibles conocimientos formales o informales de teorías de enseñanza y
aprendizaje.
Ahora bien, aunque no es uno los objetivos actuales del MTSK el lograr un desarrollo
del conocimiento de los profesores participantes o una reflexión profunda sobre el
contenido en sí mismo, somos conscientes de que esto podría darse como consecuencia
lógica del trabajo con los profesores como sujetos participantes de una investigación
enmarcada en este enfoque. Esto es porque la naturaleza misma del paradigma
interpretativo, y el enfoque relativista adoptado en el modelo, obligan al investigador a
considerar que juega un papel clave en el proceso de interpretación de la realidad que
observa. Hacer preguntas o la mera observación podría cambiar o influir en la situación
que estudia el investigador, al convertirse en parte de la realidad que observa,
reconociéndose a sí mismo como posible variable de la investigación, por lo que en este
proceso puede cambiar lo que está intentado observar (Bassey, 1999; Jaworski,
1994;Muñóz-Catalán, 2009).
3.8.2 Para la formación inicial y continua del profesorado
En este particular, el MTSK puede funcionar como un elemento que ayude a organizar
una reflexión (colectiva o individual) sobre el conocimiento para enseñar matemáticas.
De tal manera que el profesor haga uso de su conocimiento práctico (Elbaz, 1983),
donde él mismo sea consciente de los conocimientos correspondientes a distintos
subdominios del MTSK que posee o que le faltan, pero que por alguna razón él mismo
no era consciente de ellos.
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