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All content following this page was uploaded by Luis Carlos Contreras-González on 18 February 2017.
Introducción
Cuando Naomi, la maestra de primer curso de primaria del estudio de Rowland,
Huckstep y Thwaites (2005), gestiona en su aula con sus estudiantes las diferentes
formas de obtener la diferencia entre dos números naturales menores que 10, nos
muestra que la situación requiere más conocimiento del que se suele suponer a un
maestro de primaria. Al proceso más usual en este nivel educativo, de representar con
objetos, en filas diferentes, minuendo y sustraendo, de forma que una correspondencia
uno a uno entre ambos grupos nos deje visibles los objetos libres (que es la respuesta),
cabe añadir, al menos, el uso de las estrategia “contar a partir de” (en este caso desde el
menor) o “contar hacia abajo hasta” (en este caso del mayor). La literatura de
investigación en educación matemática (por ejemplo Carpenter y Moser, 1983; Haylock
y Cockburn, 1997) se ha prodigado en desgranar los entresijos matemáticos que
encierran estas operaciones simples y ha abierto las puertas, entre otras cosas, a la
comprensión de lo que los niños hacen para resolver estos problemas fuera de la
ortodoxia tradicional y sus dificultades al realizarlas; y también nos aporta ideas para
planificar estas clases.
La maestra de tercero de primaria que describe Bass (2007) se ve sorprendida por una
situación de contingencia ante una aparentemente simple discusión sobre los números
pares e impares. Tras haber asumido ambos conceptos, sin haberlos definido
formalmente por alguno de los procedimientos asequibles para este nivel educativo, uno
de los alumnos plantea que el número seis puede ser par o impar, pues aunque es cierto
que es “tres veces dos” (lo que a su juicio lo hace par), es también “dos veces tres”. Un
análisis profundo de la situación en su contexto (para lo que remitirnos al lector al
artículo citado) nos lleva a muchas cuestiones que parecen escaparse de la comprensión
de la maestra: las diferentes formas de definir par o impar y sus equivalencias, las
relaciones “par+par=par”, “impar+impar=par”, “par+impar=impar”, la paridad diferente
de números como 6 y 8 (múltiplos pares o impares de 2, lo que abre las puertas de la
aritmética módulo 2 a la congruencia con 2 módulo 4 ), entre otras.
Estos dos ejemplos nos deben hacer reflexionar sobre el conocimiento que necesita un
profesor cuando enseña matemáticas. Y no nos estamos refiriendo a conocimiento
situado “fuera de la matemática”, como podría ser el conocimiento pedagógico general;
como ha podido verse, se trata de un conocimiento de profundas raíces matemáticas,
aunque el de cada uno de los ejemplos lo es de diferente naturaleza.
El interés de nuestro grupo, en la Universidad de Huelva, ha sido identificar, como en
los dos ejemplos anteriores, elementos que caracterizan al conocimiento de un profesor
de matemáticas. Fruto de ello es el desarrollo de un modelo analítico del conocimiento
especializado del profesor de matemáticas (MTSK, de sus siglas en inglés) (Carrillo,
Climent, Contreras y Muñoz-Catalán, 2013), del cual se presentó una breve
introducción y una aplicación en la formación inicial del profesorado de matemáticas de
Educación Primaria en Carrillo, Escudero y Flores (2014). En lo que sigue, y tras
describir los antecedentes de nuestra investigación, mostraremos las principales
características del modelo, terminando con un resumen de algunas de las
investigaciones realizadas empleando MTSK y un avance de perspectivas futuras.
Nuestros antecedentes
Podemos situar los antecedentes de los estudios sobre el conocimiento del profesor en
los trabajos seminales de Shulman (1986), que superando los paradigmas al uso hasta el
momento (“Teaching effectiveness", "process-product studies", o investigación sobre
"teacher behavior", p. 6), se plantea bajo el nombre de “paradigma perdido” (p.6) un
nuevo enfoque centrado en el contenido que el profesor enseña. Es más, Lee Shulman
es también precursor en la forma de acceder a ese conocimiento y nos hace dirigir la
mirada hacia “cómo los profesores gestionan sus clases, organizan y estructuran las
actividades, planifican las lecciones, formulan las preguntas o valoran la comprensión
de sus estudiantes” (p.8). Sugiere, además, tres dominios del conocimiento del profesor
centradas en el contenido: “content knowledge, pedagogical content knowledge y
curricular knowledge” (p.9).
No es nada nuevo conceder importancia al conocimiento sobre el contenido que se
enseña, de hecho Shulman (1986) nos recuerda que en el movimiento pendular que ha
caracterizado los paradigmas anteriores, el conocimiento del contenido y el
conocimiento pedagógico, por separado, han sido protagonistas. Lo que sí es nuevo es
la forma en que detalla el núcleo de ese conocimiento no solo enfatizando el contenido
en cuanto a su cantidad, sino, y sobre todo, en sus estructuras sustantiva y sintáctica (y
cita a Schwab, 1978). Para Shulman, lo importante del conocimiento sustantivo del
contenido es ir más allá de los hechos o conceptos de un dominio; es contemplar la
“variedad de formas en la que se organizan los conceptos y principios básicos de esos
hechos y conceptos” (p.9); mientras que el conocimiento sintáctico se refiere al
conjunto de formas que se utilizan para construir o validar o el conocimiento, las reglas
que se utilizan para esa construcción, algo así como su propia gramática y sin cuyo
concurso, el profesor solo podría mostrar a los estudiantes esas verdades, sin poder
defender por qué lo son.
La idea de conocimiento didáctico del contenido puede considerarse revolucionaria en
su tiempo. Es la forma de romper con el movimiento pendular y caminar hacia una
amalgama entre el contenido y la pedagogía, o, como el mismo Shulman (1986) dice, es
“ir más allá del conocimiento del contenido per se hacia una dimensión del
conocimiento del contenido para la enseñanza” (p.9); es todo lo que permite que
consigas que otros comprendan el conocimiento del contenido que tú tienes: diferentes
formas de representarlo, ejemplos y analogías, diferentes formas de explicarlo,… , pero
no solo eso, también las razones que hacen que un determinado contenido sea más
difícil que otro para los estudiantes, las concepciones erróneas que estos pueden
presentar, lo que es o no adecuado para niños de una determinada edad, las estrategias
alternativas que los estudiantes suelen utilizar para resolver problemas,…
Finalmente, la idea de conocimiento curricular es también relevante en la medida que
también va más allá del mero conocimiento incluido en las normativas educativas
locales o nacionales, incluyendo también conocimiento sobre la variedad de material
instruccional disponible en relación con los programas educativos que emanan de esas
normas.
Con todo, la idea de un conocimiento que permite al profesor ver el contenido como
objeto de enseñanza y aprendizaje es esencial en este modelo, porque a la vez que llama
nuestra atención sobre la importancia de conocer el contenido, nos advierte de que la
forma en que conviene conocerlo es sustancialmente diferente de cómo se había
pensado hasta ese momento.
Si volvemos nuestra mirada a los dos ejemplos iniciales nos será fácil identificar
claramente conocimientos de dos de los dominios de Shulman necesarios para gestionar
las situaciones que encierran, por ejemplo, conocimiento sobre los significados de la
resta y posibles definiciones de número par (conocimiento del contenido), así como
2
Introducción
al
modelo
MTSK:
origen
e
investigaciones
realizadas.
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Introducción
al
modelo
MTSK:
origen
e
investigaciones
realizadas.
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Introducción
al
modelo
MTSK:
origen
e
investigaciones
realizadas.
Como puede verse en la Figura 1, las Concepciones sobre la Matemática y sus procesos
de Enseñanza y Aprendizaje son el centro de nuestro modelo. Todo el conocimiento del
profesor está mediado por sus concepciones, por eso la línea discontinua quiere
representar la permeabilidad entre estas y el conocimiento.
Es preciso señalar que estos subdominios mantienen estrechas relaciones entre ellos.
Que diferenciemos seis subdominios en el conocimiento especializado del profesor de
matemáticas tiene fundamentalmente fines analíticos, pero asumimos que el
conocimiento es integrado. De esas profundas relaciones podríamos señalar las
existentes entre las conexiones de simplificación y complejización de la estructura
sustantiva (KSM) y la secuenciación que el profesor hace del contenido a enseñar
(KMLS). El propio conocimiento sobre los estándares de aprendizaje está vinculado al
conocimiento sobre obstáculos y dificultades de aprendizaje de los estudiantes (KFLM)
y este último con las decisiones sobre cómo enseñar un determinado contenido (KMT)
en cuanto a qué estrategias o recursos utilizar para salvar esos obstáculos. A las
anteriores podemos añadir también las relaciones obvias entre el contenido (KoT) y sus
reglas de construcción y validación (KPM); conocer una demostración concreta
formaría parte del primero, conocer las diferencias entre un tipo de demostración u
otro, del segundo.
La primera tesis doctoral sobre MTSK fue realizada por Rojas (2014). Abordó un
estudio de caso con un profesor de Educación Primaria y otro de Educación Secundaria
con el contenido de las fracciones. Se eligieron profesores expertos al objeto de aportar
información rica para obtener elementos caracterizadores del MTSK. Se aplicó el
Análisis Didáctico para desarrollar categorías de análisis del modelo. Moriel (2014)
también abordó las fracciones, en concreto los diferentes modos de justificar el
algoritmo de la división de fracciones. Diferentes subdominios del MTSK se pusieron
de relieve a partir de los indicios encontrados entre algunos profesores y estudiantes
para profesor. La tesis doctoral de Vasco (2015) aborda el estudio del conocimiento
especializado (MTSK) de dos profesores universitarios de álgebra lineal, en relación
con el tema de matrices y determinantes. Se estudia de modo conjunto el conocimiento
y concepciones evidenciados por los profesores (a través de la observación no
participante en sus aulas y entrevistas previas y posteriores a las sesiones). Se interpreta
el conocimiento de los profesores con las relaciones que se observan con sus
concepciones. En la de Montes (2015), se profundizó en el estudio del conocimiento
especializado de un profesor de Secundaria y Bachillerato acerca del concepto de
infinito, como elemento subyacente a multitud de conceptos presentes en el currículo.
Se desarrollaron entrevistas que permitieron, a través del análisis de simulaciones de
situaciones de clase, dar contenido a los diferentes subdominios para el caso del
conocimiento del infinito. En su tesis, Flores-Medrano (2015) se propuso profundizar
en aspectos puntuales de algunos elementos del modelo con la finalidad de consolidarlo
como una herramienta potente para analizar el conocimiento del profesor de
matemáticas. Esta profundización se materializó como sigue: obtención de indicadores
del Conocimiento de las características de aprendizaje de las matemáticas y del
Conocimiento de la enseñanza de las matemáticas, avance en la caracterización del
Conocimiento de la práctica matemática y algunos indicios de relaciones entre el
conocimiento especializado del profesor de matemáticas y sus concepciones acerca de
la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas. La investigación de Escudero-Ávila
(2015) se encuentra enmarcada en la línea de desarrollo profesional, en un contexto de
formación continua que además tiene la particularidad de ser un entorno virtual de
interacción. Es un estudio cualitativo realizado a través de un estudio de caso
instrumental con un enfoque interpretativo. Las conclusiones de este trabajo muestran
avances en la caracterización de los subdominios KFLM y KMT principalmente. Se
ofrecen categorías y subcategorías de conocimiento, así como ejemplos potentes que
ilustren cada una de las categorías, información sobre la forma en la que puede
aproximarse el investigador a este conocimiento y sobre el tipo de interacciones con
otros subdominios del MTSK. Por su parte, la tesis de Aguilar (2016) supone el
abordaje en profundidad de relaciones entre subdominios del MTSK y entre estos y el
dominio de las concepciones.
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Introducción
al
modelo
MTSK:
origen
e
investigaciones
realizadas.
Referencias
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Carrillo, J., Climent, N., Contreras, L.C., & Muñoz-Catalán, M.C. (2013). Determining
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Escudero-Ávila, D. I. (2015). Una caracterización del conocimiento didáctico del
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Flores-Medrano, E. (2015). Una profundización en la conceptualización de elementos
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(MTSK).Tesis Doctoral. Huelva: Universidad de Huelva.
Freudenthal, H. (1983). Didactical Phenomenology of Mathematical Structures.
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