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Pérdida de Chance y Responsabilidad Por Daños en El Derecho de Familia
Pérdida de Chance y Responsabilidad Por Daños en El Derecho de Familia
DE FAMILIA
Año 2008 / N° 1 / Pag. 127 /
Autor
Medina, Graciela
Sumario
Resulta común ver en los litigios que la reclamante realiza un gran despliegue
probatorio tendiente a acreditar la relación concubinaria, pero no demuestra la
contribución del muerto a la pareja. Esto constituye un error que puede producir el
rechazo de la pretensión, ya que resulta innegable que el concubino se encuentra
legitimado para reclamar los daños y perjuicios por la muerte de su compañero (art.
1079, Cód. Civ.), pero deberá acreditar el perjuicio que el hecho le ocasionó, toda vez
que el derecho del concubino no le es dado por su calidad, sino como simple
damnificado en la medida del daño sufrido y acreditado.
En la jurisprudencia de la Cámara Nacional Civil se registran precedentes en los cuales
se rechaza la pretensión indemnizatoria por la falta de prueba del aporte de uno de los
miembros de la relación concubinaria, tal lo acontecido en una causa fallada por la sala
A de la Cámara Nacional Civil de la Capital [13]. En ese caso el reclamo fue presentado
por el concubinario, quien pretendía que se le indemnizara el daño moral y material
sufrido por el fallecimiento de su pareja; el hombre había demostrado la convivencia
pública y pacífica por más de 10 años, pero no los aportes de los que se vio privado ante
la muerte de la mujer. El tribunal enfatizó que "la muerte de la concubina, a una edad
que resultaba impensable, obviamente debió causar perjuicios de orden espiritual al
reclamante, empero, los supuestos prejuicios de orden económico, que debieron
probarse de una manera cabal y fehaciente, brillan por su ausencia sin que las
testimoniales rendidas en el beneficio de litigar sin gastos sean suficientes para
demostrar la finalidad resarcitoria demandada, pues fuera de sostenerse que el actor y la
occisa vivían juntos hacía más de diez años, teniendo tres hijos menores de edad,
ninguna mención se hace en cuanto a su aporte a la relación concubinaria, contribución
que no puede presumirse; en definitiva, al no haberse acreditado el perjuicio invocado
fuerza es concluir con [...] El rechazo de la indemnización pretendida".
En otro caso resuelto, en el cual tampoco se había demostrado la prueba de los aportes,
donde también existían 3 hijos menores y una duración de pareja de 10 años, con la
diferencia de que quien había fallecido era el hombre, la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala E, el 16 de noviembre del 2006 [14] , redujo la
indemnización fijada en primera instancia, otorgándola en un monto 2/3 menor, con la
mera presunción de que dada la edad de las pequeñas el grupo familiar era mantenido
por el concubinario [15].
En otro antecedente, fallado el 7 de junio del 2001 por la sala L de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil de la Capital [16], el tribunal fijó una indemnización
simbólica de $ 1.000 por la muerte de la concubina, quien era una mujer productiva y
trabajadora, que colaboraba con su madre y se automantenía, pero como el concubinario
sólo demostró la relación concubinaria, mas no el aporte concreto que hacía la
concubina, y teniendo en cuenta que era un hombre de trabajo y en edad de producir
ingresos, la indemnización se fijó en $ 1.000 para el hombre, mientras que se condenó a
pagar $ 40.000 a la madre, a quien sí se probó que la occisa mantenía y era una mujer de
edad.
Se debe tener muy en claro que el concubino no puede ampararse en presunción alguna
y que el solo concubinato no constituye de por sí título resarcitorio ni da vida a una
presunción de perjuicios patrimoniales por la muerte de uno de los miembros de la
pareja. Por ello, no basta probar la relación que unía a las partes, sino que para que
prospere la acción se debe demostrar alguna colaboración económica fehaciente con
características de regularidad que permitan llevar a concluir que habría continuado de
no haber ocurrido el fallecimiento [17].