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Participante: Geuris Morillo Morillo

Matricula: 201907571

Carrera: Lic. En Derecho

Facilitadora: Licda. ROSANNA SALAS A.

Materia: Derecho Civil III

Tema: Resumen III

Escuela: ciencias jurídicas y políticas

Fecha: 16/02/2021
Introducción

En este resumen estaremos presentando los fundamentos de los temas más


relevantes de la acción en responsabilidad Civil. Principios generales Cuando se
causa un daño y se encuentran reunidos los elementos de la responsabilidad civil.
Falta, perjuicio y vínculo de causalidad, la víctima se convierte en a creedora y el
autor del daño en deudor de una obligación de reparación. Es por ello que la
responsabilidad civil es una fuente de obligación.

Los padres no tienen facultad para demandar la reparación de los daños sufridos
por sus hijos. La Jurisprudencia dominicana se ha pronunciado al respecto, y ha
dicho que cuando una persona muere sin que su padre lo haya reconocido, el
padre puede declararlo post mortem, y solicitar una indemnización
Por los daños materiales y morales recibidos como consecuencia de la muerte de
su hijo.
Esto se fundamenta en que la declaración de un hijo tiene un carácter declaratorio.
Incluso se ha sostenido que la simple declaración de fallecimiento, que hace el
padre, por ante el Oficial del Estado Civil, de que su hijo ha fallecido, es suficiente
para que pueda demandar en daños y perjuicio
Distinguido participante en este espacio subirán el resumen de unidad 3 del
programa de la asignatura.

Resumen de la acción en responsabilidad civil.

“La demanda en Responsabilidad Civil.”


Las partes en la acción en responsabilidad civil: Estas son, el demandante y
el demandado, pero en esta podría intervenir un tercero, sea de manera voluntaria
o forzosa.
El demandante.
Este es la víctima que a su vez se convierte demandante en la acción de
responsabilidad civil, puesto que ella es la que ha sufrido el daño y en
consecuencia solicita su reparación por medio de una demanda en daños y
perjuicios. De modo que toda persona que ha sido lesionada por un hecho
delictuoso tiene calidad para demandar, lo mismo que si se trata de un hecho
jurídico de naturaleza civil o de violación a un contrato. Sin embargo, la
jurisprudencia ha introducido ciertas modificaciones que restringe el número de
personas que pueden incoar una acción en responsabilidad civil.
Esas limitaciones han intervenido principalmente en el daño por ricochet o rebote,
porque cuando muere una persona ese daño alcanza a muchas personas,
familiares y otras personas que sentían afecto por la víctima.
Se justifica que la jurisprudencia criolla y la francesa han decidido preservar el
orden familiar legalmente establecido. En consecuencia no pueden demandar:
a) Una madre de crianza no puede reclamar los daños sufridos por un hijo o hija
suya;
b) Los hijos cuya filiación no ha sido legalmente establecida, no pueden demandar
por los daños experimentados por sus padres.
“Daños morales.”
Al tratase de los daños morales, la jurisprudencia dominicana condiciona su
reparación al vínculo de parentesco o alianza. No basta el sentimiento que se
pueda tener por la víctima, incluso ha sido resuelto que los hermanos no pueden
reclamar daños morales.
“Calidad de los padres,”
Los padres están libres de impedimento para demandar la reparación de los
daños sufridos por sus hijos. La Jurisprudencia dominicana se ha pronunciado al
respecto, y ha dicho que cuando una persona muere sin que su padre lo haya
reconocido, el padre puede declararlo post mortem, y solicitar una indemnización.
Por los daños materiales y morales recibidos como consecuencia de la muerte de
su hijo. Por tal razón se fundamenta en que la declaración de un hijo tiene un
carácter declaratorio. Incluso se ha sostenido que la simple declaración de
fallecimiento, que hace el padre, por ante el Oficial del Estado Civil, de que su hijo
ha fallecido, es suficiente para que pueda demandar en daños y perjuicios.
“Calidad de los hijos,”
Mientras se oponían a que los hijos mayores de edad no tienen calidad para
constituirse parte civil, por la muerte de sus padres en razón de que no dependían
de estos, ha sido resuelto por la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte
de Casación, que los daños extramatrimoniales, como son los daños morales,
pueden provenir un sufrimiento interior, una pena, un dolor, que no existe duda
que los hijos han experimentado un sufrimiento como consecuencia de la partida
de sus progenitor.
Hay que tomar en cuenta que son estos quienes se hacen cargo a los gastos
funerales, por lo que con sobrada razón pueden reclamar una indemnización por
los daños materiales y morales que reciben como consecuencia de la muerte de
sus padres. Ese criterio también es reiterado por la Suprema Corte de Justicia,
cuando los hijos son menores de edad.
“Calidad de los hermanos.”
Los legisladores de esa época consideraron la calidad que tiene un hermano de
constituirse en parte civil o actor civil para reclamar los daños y perjuicios que
sufre su propio hermano. esa calidad para demandar está sometida a ciertas
condiciones, en tal sentido la Suprema Corte de Justicia, ha dicho que si bien es
cierto que los hermanos de la víctima pueden reclamar por ante los tribunales la
reparación del daño moral sufrido por ellos como consecuencia del hecho
cometido, también es verdad que a tales reclamantes les corresponde demostrar,
dadas las circunstancias especiales del caso, que existía entre ellos una
comunidad afectiva tan real que permita a los jueces convencerse de que tales
reclamantes han sufrido un dolor que amerite la reparación perseguida
“Ejercicio de la acción por los acreedores y cesionarios.”
Los causantes del daño ocasionado al difunto pueden ejercitar en nombre de los
herederos la acción en responsabilidad civil fundamentada en los daños
materiales sufrido por su acreedor, porque esa acción pasa enteramente a los
herederos. Por el contrario, si se trata de la reparación de un perjuicio moral no es
posible que los acreedores puedan ejercitar la acción en responsabilidad civil,
porque de conformidad con el artículo 1116 del Código Civil, los acreedores
pueden ejercitar los derechos y acciones de su deudor, con excepción de los que
estén unidos exclusivamente a su persona, y como el dolor físico está unido a la
persona, un deudor es libre para sufrir en silencio, sus acreedores no pueden
obligarle a que grite por su dolor, a quejarse de un perjuicio moral, no pueden
tampoco quejarse por él.
Esto mismo se podría aplicar en la cesión de derecho, en cuanto a la ejecución de
la acción en responsabilidad, ya que la acción en reparación de un perjuicio moral,
al estar exclusivamente ligada a la persona no podría ser cedida, fuera de la
víctima sólo puede sea ejercida por los herederos. Resulta chocante que una
víctima ceda a un tercero el precio de sus sentimientos y sufrimientos. Lo mismo
no se podría decir de una cesión de una acción en reparación de un daño material.
“El demandado.”
El deudor es la persona que el acreedor o víctima alega le produjo el daño. Esta
responsabilidad del deudo puede estar fundamentada en una infracción a la ley
penal, incumplimiento de una obligación contractual, en su hecho personal, en el
hecho de otra persona, por el hecho de las cosas inanimadas, los animales, y por
hecho de las ruinas de los edificios.
“Pluralidad de demandados,”
Cuándo son un gran número de personas que están obligadas a reparar el daño
sufrido por la víctima. Sin embargo, ello no quiere decir que la víctima tenga
derecho a obtener varias reparaciones del daño. La pluralidad de demandados se
puede manifestar de diferentes maneras:
1. El principal responsable de la falta ha fallecido, sin haber reparado el daño
causado. Por aplicación del principio de la continuidad jurídica de los
causahabientes, estos están obligados a cumplir con las obligaciones contraídas
por su causante, es por esa razón que los hijos están obligados a reparar el daño
causado por su padre. Así lo ha reconocido la jurisprudencia, al decidir, que si bien
es verdad, que la señora X, no podía ser condenada en calidad de esposa
sobreviviente común en bienes del finado M, por no ser ella continuadora jurídica
de su cónyuge fallecido, es cierta también que ella fue condenada, además en su
calidad de madre y tutora legal de sus hijos menores, herederos a su vez de su
padre del vehículo causante del daño. Que en esta calidad ella podía ser
condenada porque fungía como representante de sus hijos menores quienes son
responsables de ese daño en sus calidades de herederos.
“La persona moral demandada.”
Siempre que la acción fundamentada contra la víctima esté vinculada con una
institución pública o privada, entonces se puede actuar la acción contra esa
persona moral, siempre que esté dotada de personalidad jurídica. De no ser así,
no podría ser demanda judicialmente. Esto casi siempre ocurre en materia de
tránsito que el vehículo del conductor puede estar a nombre de una persona
moral.
Tratándose de una persona moral esta no podría ser sancionada penalmente,
porque la pena sólo es posible que la sufran los seres humanos, pero ello no
implica que el hecho penal vaya a quedar impune, porque la pena la sufrirán los
gerentes o directores de la clínica.
“La causa de la acción en responsabilidad civil.”
La motivación de la acción en responsabilidad civil, está ligada al hecho generador
del daño. Dependiendo del hecho, se invocará el régimen de responsabilidad civil
del autor del daño. La causa es la motivación jurídica que tiene el demandante
para sustentar la demanda.
La acción en responsabilidad civil varía según que la víctima pretenda invocar:
1-La responsabilidad civil contractual del demandado previsto en artículo 1146 del
Código Civil.
2-La responsabilidad civil delictual o cuasidelictual del autor fundamentada en él
su culpa persona, de conformidad con los artículos 1382 y 1383 del Código Civil.
3-La responsabilidad por un hecho ajeno, establecida en el artículo 1384 del
Código Civil y el artículo 305 de la Ley No. 63-17 de movilidad, transporte
terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana.
“La acción civil en el Código Procesal Penal.”
El artículo 50 del Código Procesal Penal, establece que la acción civil para el
resarcimiento de los daños y perjuicios causados o para la restitución del objeto
materia del hecho punible puede ser ejercida por todos aquellos que han sufrido
por consecuencia de ese daño, sus herederos y sus legatarios, contra el imputado
y el civilmente responsable.
Hablando de la acción civil ésta puede ser ejercida conjuntamente con la acción
penal, o intentarse separadamente ante los tribunales civiles, en cuyo caso se
suspende su ejercicio hasta la conclusión del proceso penal. Si ya se ha intentado
ante los tribunales civiles no se podrá intentar de manera accesoria ante el tribunal
represivo. Sin embargo, la acción civil ejercida de manera accesoria ante la
jurisdicción penal puede ser desistida para ser reiniciada ante el tribunal civil de
conformidad con el artículo 50 del Código Procesal Penal.
“La regla electa una vía.”
La regla electa una vía esta concede el derecho para que se pueda desistir del
tribunal penal para escoger el civil, porque es una vía más flexible para el
imputado. Hay que tomar en cuenta además que la decisión del tribunal penal se
le impone al tribunal civil, esto quiere decir, que si el tribunal penal determinó que
el imputado es responsable del hecho punible, el tribunal civil debe
necesariamente condenar al imputado a pagar daños y perjuicios en favor de la
víctima o parte demandante.
La regla electa una vía se opone para que el demandante una después de haber
elegido la jurisdicción civil para obtener la reparación del daño, renuncie a esta
para apodera la vía penal. La razón de esto es que se entiende que la vía penal es
más agria para el imputado.
Si la acción civil actúa separada de lo penal, hay que esperar la decisión del
tribunal represivo por el principio de que lo penal mantiene lo civil en estado, pero
esta decisión de lo penal se le impondrá al tribunal civil. Si es al revés, y primero
se intenta la acción civil y luego la penal, el juez de lo penal queda en entera
libertad para decidir el caso únicamente en cuanto a lo penal, porque ya lo civil fue
decidido. Es decir, no puede condenar de nuevo en daños y perjuicios al
imputado, porque ya eso fue juzgado.
“Lo penal mantiene lo civil en estado.”

De acuerdo a este principio si el tribunal civil es apoderado posteriormente al


tribunal represivo sobre una demanda en reparación de daños y perjuicios, el
tribunal civil debe sobreseer el asunto hasta tanto el tribunal penal decida al
respecto. Se quiere evitar con esto la contradicción de sentencia. La decisión de lo
penal se imponte sobre lo civil, esto equivale a decir que si el tribunal penal
estableció que el imputado es culpable del hecho imputado el tribunal civil debe
condenar en daños y perjuicios al autor del daño.
Conclusión

Nuestra Constitución afirma que cuando una persona recibe un daño se convierte
en acreedor del autor del daño, y éste en deudor de la víctima. Si esta obligación
no es satisfecha de manera voluntaria, es necesario que la víctima encamine su
acción ante los tribunales para que pueda reclamar los daños que alega sufrió.
Esta acción podría iniciarse ante los tribunales civiles o penales, según que se
trate de un asunto civil o penal o ambos a la vez.

Aquí habría que tomar en consideración la regla electa una vía conforme a la cual,
si la víctima apodera al tribunal civil y el asunto es de naturaleza penal, no puede
abandonarla para iniciar su acción ante el tribunal represivo, pero si inició la acción
ante el tribunal penal, puede abandonarlo para escoger el tribunal civil. En todo
caso debe atenerse al principio de que lo penal mantiene lo civil en estado.

El tribunal civil no podría continuar la acción hasta tanto el tribunal penal no haya
decido sobre la responsabilidad penal. Con ello se persigue evitar contradicción de
sentencia. Esta sentencia penal se le impone al juez de lo civil. Esto significa que
este tribunal no podría tomar otra decisión que no sea condenar en daños y
perjuicios al autor del daño.
Bibliografía Básica Unidad VIII

Cedeño, Víctor Livio, 2000. La responsabilidad extracontractual en derecho


francés y derecho dominicano, Editora Centenario, Santo Domingo, D. N.

Constitución de la República Dominicana, Reforma 2015.

-Headrick, William C., 2007, Contratos y Cuasicontratos, en derecho francés y


dominicano, Editora Taller, Santo Domingo, D. N.,

-Headrick, William C. 2007. Diez años de Jurisprudencia Civil y Comercial, 1997-


2007, Santo Domingo, D. N.

Hernández, Gloria María, 2006. Derecho de la Responsabilidad, 2da., ed.


Ediciones La Filantrópica, Santo Domingo, D. N.

Morel, Juan A. 2000. Responsabilidad Civil, Ediciones Capeldon, Santo Domingo,


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